Aji y Maracuya

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Extractos vegetales para el control de trips en maracuyá

Chapter · January 2011

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Edgar Varon Oscar Fernando Santos Amaya


Agrosavia Universidad de Pamplona
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Buenaventura Monje Jordano Salamanca


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Capítulo 3.
Extractos vegetales para el control
de trips en maracuyá

Édgar Herney Varón Devia1, Fabio Barrero2, Óscar Santos Amaya3,


Buenaventura Monje4, Jordano Salamanca5

Introducción
Una gran cantidad de insectos atacan los cultivos útiles al hombre de
diferentes maneras: defoliándolos, consumiendo sus frutos, ocasionando
daños a los tallos, afectando las raíces y/o dañando brotes, flores y semillas,
entre otros. Sin embargo, en muchas ocasiones la planta lleva en su sistema,
sustancias químicas que repelen o envenenan al insecto, o bien modifican
su morfología o estructura para evitar el daño y en general disminuyen los
efectos de las plagas (Rodríguez 2007).
La interacción de los insectos con las plantas ha dado lugar a una
enorme variedad de metabolitos secundarios con actividad insecticida
y estas propiedades han sido utilizadas por el hombre desde tiempos
remotos para el control de plagas (Yang y Chang 1988). Después que
Slama y Williams (1965) observaron que individuos de Pyrrhocoris apterus
(Hemiptera: Pyrrhocoridae) criados sobre papel fabricado a partir del
tronco de la gimnosperma Abies balsamea experimentaban alteraciones
en su desarrollo y que Bowers et al. (1966) identificaran la estructura
química del compuesto responsable, se reveló una nueva forma de defensa
vegetal mediante imitadores de las propias hormonas de los insectos.

1 Investigador Ph.D. Corpoica C.I. Nataima. Km. 9 vía Espinal-Ibagué. evaron@corpoica.org.co


2 Ingeniero Agrónomo. Universidad del Tolima. ing.fabiobarrero@gmail.com
3 Estudiante Ph.D. Universidad Federal de Viçosa. Brasil. santosamaya@gmail.com
4 Estudiante MSc. Entomología. Universidad Nacional de Colombia. bmonje@corpoica.org.co
5 Estudiante MSc. Universidad Federal de Lavras. Brasil. jordanosalamanca@gmail.com

Manual técnico de manejo de trips en maracuyá 45


Posteriormente, el descubrimiento de las propiedades del juvocineme II
en la albahaca, Ocimum basilicum (Bowers y Nishida 1980) condujo, en el
decenio siguiente, a la síntesis de una segunda generación de productos
hormonales comerciales como el piriproxifen y el fenoxicarb (Bowers 1993).
Algunas plantas están referenciadas con propiedades insecticidas y
podrían ser valiosas en un programa de Manejo Integrado de Insectos Plaga
(Adedire y Ajayi 2003; Mullenax 1979; Chen et al. 1983; Hebling et al. 2000;
Bueno et al. 1995; Hilje y Mora 2006). En los últimos años, las empresas
de productos fitosanitarios están prestando atención a productos de origen
natural como fuente para el desarrollo de nuevos insecticidas (Addor 1995),
si bien la diversidad en estructuras químicas así como en el modo de acción
hacen este campo muy complejo. Según Jermy (1990) unas 2.000 especies
vegetales poseen propiedades insecticidas, a lo que habría que añadir
muchas otras que aun no han sido estudiadas.
Las plantas y sus derivados han mostrado efectos controladores contra
ácaros, roedores, nemátodos, bacterias, virus, hongos e insectos (Grainge y
Ahmed 1988). Especies de plantas como ajo (Allium sativum), ají (Capsicum
frutescens), higuerilla (Ricinus communis), nim (Azadirachta indica) y paraíso
(Melia azederach) son materia prima de varios insecticidas comerciales
(Rodríguez y Nieto 1997).
En este contexto, los extractos vegetales aparecen como una alternativa
con uso potencial para el manejo de insectos plaga. Muchas son las especies
de la flora nativa y exótica que generan sustancias activas, con las cuales
se pueden elaborar diferentes bioinsecticidas, tales son los casos de neem
(Azadirachta indica A. Juss), paraíso (Melia azedarach L.), tabaco (Nicotiana
tabacum L.), crisantemo (Chrysantenum cinense Sabine), flor de Muerto
(Tagetes erecta L.), guirito espinoso (Solanum globiferum Dunal), piñón florido
(Gliricidia sepium Jacq (Kunth ex Walp.), barbasco (Thephrosia cinerea L.
Pers), añil cimarrón (Indigofera suffruticosa Mill) y el anón (Annona squamosa
L.) entre otras. Entre estos metabolitos son comunes aquellos con funciones
defensivas contra insectos, tales como alcaloides, aminoácidos no proteicos,
esteroides, fenoles, flavonoides, glicósidos, glucosinolatos, quinonas,
taninos y terpenoides (Silva 2002).
Se han reportado efectos tóxicos de extractos acuosos de meliáceas
sobre Tetranychus urticae (Koch) (Castiglioni et al. 2002), sobre Trichoplusia
ni y Pseudaletia unipuncta (Akhtar et al. 2008) y sobre Plutella xylostella
(Charleston et al. 2006). También se han reportado los efectos del aceite
esencial de Tagetes minuta sobre el piojo de la cabeza Pediculus humanus
capitis (Cestari et al. 2004), de Calendula officinalis sobre larvas de Tribolium
castaneum (Pascual-Villalobos 1998), de neem sobre Ceratothripoides claratris
(Premachandra et al. 2005) y de Rhizophora mucronata sobre Schistocerca
gregaria, Aedes Aegypti y Artemia salina (Kabaru y Gichia 2001).

46 Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria - madr


Particularmente se han registrado con acción contra trips, los extractos
de cebolla, ají y paraíso (Estrada y López 1997). Villa y Guarin (2003)
realizaron un estudio para determinar la efectividad de extractos vegetales
para el manejo de Thrips palmi en condiciones de laboratorio. En este
estudio encontraron porcentajes de mortalidad de 30 a 40% sobre ninfas
con extractos al 5% de ají (Capsicum frutescens), frutillo (Solanum umbelatum)
y ajo (Allium sativum) y de 35 a 45% sobre adultos con extractos de ají (C.
frutescens), falso piretro (Artemisa vulgaris), albahaca (Ocimum bacilicum) y
barbasco (Lonchocarpus nicou).
El uso de los recursos botánicos con propiedades biocidas, dentro de
la concepción del manejo ecológico de plagas, es un medio para prevenir
la presencia de organismos dañinos; por ello se recomienda incorporar las
especies de plantas dentro del sistema, ya sea como plantas repelentes,
atrayentes o como refugios naturales de la fauna benéfica (Gomero 2000).
El uso racional de los insecticidas botánicos es compatible con los
restantes medios biológicos, así pueden citarse resultados obtenidos por
Estrada y López (1997), acerca de la relación positiva presente entre los
extractos obtenidos a partir del Paraíso (Melia azedarach L.) y los hongos
entomopatógenos Beauveria bassiana, Lecanicillium lecanii, Paecelomyces
lilacinus y P. fumosoroseus.
Los extractos vegetales se preparan con diferentes disolventes como
agua, alcohol, éter etílico, aceite, acetona y benceno, entre otros (Rodríguez
1993), que extraen distintos metabolitos con diferentes efectos. La disolución
acuosa (agua), extrae solo una parte de los metabolitos, pero la técnica es
la más sencilla y económica para los agricultores y reduce el riesgo de
contaminación y accidentes (Lagunes y Villanueva 1994).
Los insecticidas naturales, sin embargo, tienen que cumplir estándares
similares a los productos sintéticos. No es suficiente encontrar una planta
tóxica para las plagas, los plaguicidas botánicos también deben tener otras
características: ser selectivos (no matar enemigos naturales), baratos, fáciles
de preparar por los mismos agricultores o fáciles de manipular como
productos comerciales, no dañinos para humanos y sin riesgo para el medio
ambiente (Hellpap 2000).
Los pasos básicos para el desarrollo de insecticidas botánicos preparados
a nivel de finca son los siguientes:

Selección de especies de plantas. Una de las primeras actividades en la


investigación para nuevos plaguicidas botánicos debe consistir en la reunión
de literatura de control de plagas local e internacional sobre este tema.
Es también importante consultar literatura etnobotánica y de medicina
popular. Se puede además obtener información importante entrevistando
agricultores experimentados acerca del uso tradicional de plantas en

Manual técnico de manejo de trips en maracuyá 47


control de plagas. Otra estrategia es evaluar sistemáticamente las especies
de plantas de aquellos géneros y familias, los cuales son conocidos por
poseer plantas con fuertes propiedades plaguicidas. Se puede esperar que
en algunos casos los metabolitos secundarios, incluyendo los ingredientes
activos, sean casi idénticos o al menos, muy similares entre las especies
íntimamente relacionadas (Hellpap 2000).
Habiendo seleccionado un cierto número de plantas, se pueden
definir las prioridades de investigación. Los estudios, por ejemplo pueden
concentrarse en aquellos candidatos en los cuales se encuentran criterios
como crecimiento en forma abundante (en gran número y en un estado
silvestre), perennes y por lo tanto disponibles de año en año, crecimiento en
suelos pobres, no ser destruidos al cosechar material para controlar plagas,
tener usos adicionales, improbable transformación en una maleza o en
hospedero de otras plagas (Hellpap 2000).

Investigación de la actividad biológica. Uno de los métodos clave


en la investigación de nuevos plaguicidas botánicos es el bioensayo.
Los bioensayos son usados para estudiar las propiedades biocidas
en las diferentes partes de plantas (raíces, cortezas, hojas, frutos,
flores), la eficacia de diferentes extractos y formulaciones, y el modo
de acción de los ingredientes. Debido a este uso multipropósito, es
necesario garantizar una alta conveniencia y confiabilidad de los
bioensayos. El método de bioensayos debería ser altamente sensitivo
a sustancias bioactivas, fácil de manipular, barato, representativo para
muchas plagas y dar rápidos resultados. Los pasos para producir un
bioplaguicida se resumen en la tabla 1.

Tabla 1. Pasos básicos para desarrollar insecticidas botánicos.

Actividad Método
Selección de especies de plantas Revisión de literatura y conocimientos sobre
control de plagas, botánica etnológica y
medicina tradicional, selección de ciertas
familias
Selección de partes de plantas Bioensayo (laboratorio)
Eficacia de distintos extractos Bioensayo (laboratorio)
Primeros datos toxicológicos Revisión de literatura y conocimientos
Modo de acción Bioensayo (laboratorio)
Plagas controladas Bioensayo (laboratorio y campo)
Métodos de extracción, dosis, toxicidad aguda Bioensayo (laboratorio y campo) pruebas orales,
dermales e inhalación
Extensión, propagación de plantas Extensionistas, seminarios, medios de
masificación, folletos

Tomado de: Hellpap (2000). El desarrollo de un plaguicida botánico: pasos necesarios.

48 Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria - madr


Por su parte, el desarrollo de un plaguicida botánico comercial producido
industrialmente es en muchos aspectos similar al de los plaguicidas
sintéticos. Debido a los altos costos y esfuerzos de investigación, los
programas para el desarrollo de plaguicidas botánicos comerciales deberían
ser solamente llevados a cabo con especies de plantas que hayan probado ser
efectivas, contengan altas concentraciones de ingredientes activos, puedan
ser almacenadas por algún tiempo sin perder sus propiedades insecticidas
y hayan probado ser relativamente no dañinos a mamíferos en pruebas de
toxicidad básicas (Hellpap 2000).
El desarrollo de un nuevo plaguicida sintético cuesta aproximadamente
US$50 millones. Los costos de un plaguicida botánico comercial frecuente-
mente no están por debajo de esa cantidad, ya que muchas de las activida-
des en investigación son similares. Muchas compañías e instituciones de
países en desarrollo no pueden permitirse asumir estos costos, por lo tanto,
tienden a reducir los costos dejando de lado las áreas de investigación. Muy
frecuentemente el control de calidad, las pruebas de campo y los estudios
toxicológicos son descuidados. De esta manera, el riesgo de comercializar
un plaguicida botánico de pobres características, el cual tarde o temprano
será rechazado por los agricultores, se vuelve evidente. Esto puede también
desacreditar a los plaguicidas botánicos en general. Consecuentemente, la
reducción de los esfuerzos en investigación debería ser manejada con cui-
dado y responsabilidad (Hellpap 2000).
Tomando como base los amplios registros existentes sobre el efecto
insecticida y/o deterrente que presentan algunas estructuras de las plantas
sobre los insectos, se decidió realizar el siguiente estudio con el fin de
evaluar el efecto insecticida de los extractos vegetales de ají, ajo y cebolla
preparados en forma de hidrolatos [reportados con propiedades insecticidas
sobre especies de trips] (Estrada y López 1997; Villa y Guarin 2003, sobre N.
signifer en el cultivo de maracuyá con el fin de aportar nuevas herramientas
con alternativas biológicas que fortalezcan el manejo integrado para esta
plaga en las zonas productoras del Huila, y así contribuir a mejorar la
productividad y competitividad de este cultivo.

Materiales y método
Prueba del efecto insecticida de los extractos vegetales
en casa de mallas
Forma de preparación del extracto vegetal

Antes de realizar la preparación, se aseguró la limpieza del material vegetal,


independientemente de su lugar de procedencia (colectado en campo o

Manual técnico de manejo de trips en maracuyá 49


comprado en el mercado), por medio del lavado con agua limpia. Al parecer, la
limpieza del material incide en el tiempo de eficacia de los extractos a preparar.
El material vegetal (frutos de ají pajarito (Capsicum annuum), bulbos de ajo
(Allium sativum) y cebolla cabezona roja (Allium cepa), se obtuvo de diferentes
lugares del departamento del Huila, incluidas las plazas de mercado. El
procesamiento se realizó en fresco, por lo tanto luego de la consecución en
los predios de agricultores o una vez comprados en la plaza de mercado, se
llevaron los materiales a la preparación en el laboratorio. La relación empleada
para la preparación del hidrolato fue de 2:1 (agua: material vegetal)
Un ejemplo es emplear 1.000 gramos (1 Kg) de ajo + 2.000 cc (2 litros) de
agua. Luego este material fue licuado. El producto se colocó en un recipiente
plástico o de vidrio y se agitó hasta lograr homogenizar la solución. Se
mantuvo la solución durante 48 horas a una temperatura de 40 °C en una
estufa marca Memmert®. Luego de haber permanecido el tiempo mencionado,
se pasó la solución por malla fina de tela limpia, para eliminar los trozos de
material (sólidos) vegetal del seno de la solución y posteriormente se recogió
el filtrado en recipiente plástico o de vidrio (Figuras 1 y 2).

Figura 1. Filtrado del extracto. Figura 2. Resultado del filtrado


(Foto: B. Monje). (Foto: B. Monje).

La relación de eficiencia fue un poco mejor para el ají, pues quedaron


700 gramos de residuos sólidos (material útil), comparado con 500 y 200
gramos de ajo y cebolla respectivamente (Tabla 2).

Recolección del material vegetal

Se colectaron hojas jóvenes de maracuyá de aproximadamente tres cm de


longitud, se cercioró que cada una de estas no presentaran adultos y/o

50 Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria - madr


Tabla 2. Resultados de la preparación de extractos en forma de hidrolatos.

Nombre del Cantidad Cantidad Solución


Sólidos
producto material solvente(agua) madre
AJO 1.000 gramos 2.000 cc 2.400 cc 500 gramos
AJI 1.000 gramos 2.000 cc 2.200 cc 700 gramos
CEBOLLA 1.000 gramos 2.000 cc 2.800 cc 200 gramos

pupas de trips, así como tampoco ningún otro insecto que pudiera afectar
el experimento.

Establecimiento de bioensayos en casa de mallas

Mediante bioensayos se evaluaron los extractos vegetales en forma de


hidrolatos de ají, ajo y cebolla. Cada uno de estos en concentraciones de
10, 20 y 30 %. Igualmente las combinaciones ajo (+) ají; ajo (+) cebolla; ají (+)
cebolla; ajo (+) ají (+) cebolla; en concentraciones de 10, 20 y 30% cada una
de estas (Tabla 3). El efecto insecticida de estos hidrolatos se midió sobre
adultos de N. signifer colectados directamente de un cultivo de maracuyá.
El experimento se dispuso en un diseño completamente al azar (Figura 3).
Cada tratamiento fue replicado cinco veces, para un total de 110 unidades
experimentales. Como testigo se utilizó agua estéril.

Tabla 3. Tratamientos utilizados en el bioensayo.

Tratamiento Planta Concentración


T1 Ajo 10%
T2 Ajo 20%
T3 Ajo 30%
T4 Cebolla 10%
T5 Cebolla 20%
T6 Cebolla 30%
T7 Ají 10%
T8 Ají 20%
T9 Ají 30%
T10 Ajo (+) Cebolla (+) Ají 10%
T11 Ajo (+) Cebolla (+) Ají 20%
T12 Ajo (+) Cebolla (+) Ají 30%
T13 Ajo (+) Cebolla 10%
T14 Ajo (+) Cebolla 20%
T15 Ajo (+) Cebolla 30%
T16 Ajo (+) Ají 10%
T17 Ajo (+) Ají 20%
T18 Ajo (+) Ají 30%
T19 Cebolla (+) Aji 10%
T20 Cebolla (+) Aji 20%
T21 Cebolla (+) Aji 30%
T22 Testigo

Manual técnico de manejo de trips en maracuyá 51


Como unidad experimental se utilizó una caja petri, en la cual se
dispuso una hoja de maracuyá y 20 trips adultos. Para la aplicación del
extracto se utilizaron aspersores de plástico. Se asperjó cada hoja antes de
introducirla en las cajas petri y una vez que esta no presentó gotas en su
superficie (aproximadamente 15 minutos), se introdujo en dichas cajas junto
con los 20 trips adultos (Figura 4). Las cajas petri se sellaron utilizando papel
parafilm para evitar la fuga de los insectos. Para conservar la humedad y
la aireación de las unidades experimentales se realizó en cada una de estas
una abertura de 2 cm por 2 cm y se cubrió con papel filtro.
La cantidad de extracto utilizado por unidad experimental fue de 1ml.
Se realizó una sola lectura para medir la mortalidad de cada tratamiento a
las 24 horas de haber montado el ensayo. El análisis estadístico se realizó
por medio de un Análisis de varianza (ANOVA) para la variable número
de adultos vivos en el momento de cada lectura. Se realizó una prueba de
rango múltiple por medio del procedimiento PROC GLM (SAS 2007).

Figura 3. Distribución de los experimentos. Figura 4. Unidad experimental.


(Foto: O. Santos). (Foto: O. santos).

Preparación de las mezclas


Las mezclas de los extractos se prepararon a partir de las soluciones madre
de cada uno de estos (ajo, ají y cebolla), con concentraciones conocidas (10,
20 y 30%), Se utilizó la siguiente fórmula para preparar las mezclas:

V1 X C1 = V2 X C2
Donde:
V1 = Cantidad de solución madre a utilizar.
C1 = Concentración conocida.
V2 = Cantidad de solución que se requiere preparar.
C2 = Concentración requerida.

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Para los tratamientos de una sola concentración (T1, T2, T3, T4,
T5, T6, T7, T8, T9, T22) se prepararon 50 ml. de solución por cada
tratamiento. Cuando habían combinaciones (T10, T11, T12, T13, T14,
T15, T16, T17, T18, T19, T20 y T21) se prepararon 30 ml. de cada uno
de sus componentes en las concentraciones requeridas y después de
esto se mezclaron para así obtener la combinación y concentración
requerida (Ejemplos 1 y 2).

Ejemplo 1. Se requieren 50 ml. del T1: Ajo: 10 %.

V1: 50 ml* 10 % = 5 ml de solución madre de ajo (+ 45 ml de agua)


100 %

Ejemplo 2. Se requieren 90 ml. de T12: Ajo 30 %; Cebolla 30 %; Ají 30 %

V1: 30 ml* 30% = 9 ml de solución madre de ajo (+ 21 ml de agua);


100 %

V1: 30 ml* 30 = 9 ml de solución madre de cebolla (+ 21 ml de agua);


100 %

V1: 30 ml* 30 = 9 ml de solución madre de ají (+ 21 ml de agua)


100 %

Se mezclaron 30 ml. de solución de ajo al 30 % + 30 ml de solución de


cebolla al 30 % + 30 ml de solución de ají al 30 %, obteniéndose 90 ml. de una
solución homogénea de (Ajo + Cebolla + Ají) con una concentración de 30 %
y así se obtuvo la mezcla a aplicar.

Pruebas de efecto insecticida de extractos en campo

El ensayo se llevó a cabo en la finca “La Victoria” ubicada en la vereda


Fátima, (La Plata, Huila), ubicada a 2°23´06” N y 75°54´34.9” W, a una altura
de 1100 msnm., con temperatura y humedad relativa promedio de 23 °C y
60% respectivamente.
El experimento consistió en evaluar en condiciones de campo la mezcla
de los extractos vegetales de Ajo (+) Cebolla (+) Ají al 10 %, registrada como
promisoria para el control de N. signifer en condiciones de casa de malla
(Varón 2010), con los extractos de neem y tabaco disponibles comercialmente
y, los insecticidas de síntesis química más utilizados en la región para el
control de trips (Spinoteram, Imidacropid y Thiametoxan). Se utilizaron
dos testigos: agua y un blanco sin aplicación alguna.

Manual técnico de manejo de trips en maracuyá 53


Para esta evaluación se utilizó un diseño de bloques completos al
azar, con ocho tratamientos y cinco réplicas, para un total de 40 unidades
experimentales. A continuación se relacionan los tratamientos.

 T1: Extracto de neem (Azadirachta indica). Formulado como


Bio -Neem (Bio -Tropical S.A.).
 T2: Hidrolato de tabaco (Nicotiana tabacum). Formulado como Hidrolato
de tabaco (Agrisan).
 T3: Mezcla de los extractos vegetales de Ajo (Allium sativum) (+) Cebolla
(Allium cepa)(+) Ají (Capsicum annuum) al 10 %. Elaborado utilizando
protocolo de “Corpoica” C.I Nataima.
 T4: Spinosad. Formulado como Exalt 60 SC (Dow AgroSciences).
 T5: Imidacloprid. Formulado como Raudo 727 SC (OMA).
 T6: Thiametoxam. Formulado como Engeo (Syngenta S.A).
 T7: Sin aplicación.
 T8: Aplicación con agua.

Como unidad experimental se utilizó un terminal vegetativo. Para


retirar los trips presentes en los terminales se hizo un lavado con agua y
detergente, luego se lavó solamente con agua para remover el detergente.
Una vez realizada la limpieza y dejando secar por un tiempo de 30 minutos
el terminal, se dispuso un total de 20 trips en cada terminal y se realizó la
aplicación de los diferentes tratamientos.
Los trips utilizados en los tratamientos fueron colectados en el lote,
se utilizaron tarrinas plásticas donde se capturaron los trips, sacudiendo
los terminales dentro de estos (Figura 5). Estas tarrinas fueron llevadas a
una casa de malla donde se separaron los veinte trips (utilizados en cada
réplica) con ayuda de aspiradores entomológicos.
Los tratamientos se aplica-
ron utilizando el método de su-
perficie tratada, esta consiste en
aplicar la solución insecticida y
dejarla secar allí por un espacio
de 15 minutos. Se utilizó la dosis
recomendada por el fabricante
para cada uno de los productos
utilizados en los tratamientos
(Tabla 4). La mezcla se realizó en
100 ml de agua. Para la aplica-
ción en campo se utilizaron as-
persores plásticos previamente
Figura 5. Recolección de trips. (Foto: O. Santos). desinfectados (Figura 6).

54 Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria - madr


Tabla 4. Dosis utilizada en los insecticidas Los trips fueron dispuestos
según indicaciones del fabricante.
en cada unidad experimental
Insecticida Dosis
después que la solución insecti-
cida se secó (superficie tratada).
Extracto de Neem 3 ml/litro
Extracto de Tabaco 8 ml/litro
En cada tratamiento fueron con-
Spinosad 0,75 ml/litro finados veinte trips utilizando
Imidacloprid 1,5 ml/litro mangas entomológicas de tela
Thiametoxam 0,75 ml/litro blanca (25 x 45 cm), esta bol-
sa de tela presentaba una cara
con acetato transparente para
facilitar la visualización de los
trips y dos aberturas por don-
de se introdujeron el terminal
y los insectos a evaluar (trips).
Además, se elaboró una estruc-
tura de soporte con alambre
calibre 12 para evitar que las
paredes de la manga se unieran
entre sí (Figura 7).
La variable evaluada fue
Figura 6. Aplicaciones de los tratamientos en
campo con aspersores con las mezclas para mortalidad tomada a las 24 horas
aplicar. (Foto: O. Santos). después de la aplicación de los
tratamientos. Para realizar el
conteo de los trips muertos se
retiraron los terminales de las
plantas y se llevaron a una casa
de malla ubicada cerca del lote.
Se utilizó un estereoscopio y
una lámpara de luz blanca para
facilitar la visualización de los
trips en cada una de las unidades
experimentales.
Para el análisis de los
datos se realizó un análisis de
varianza (ANOVA) para detectar
diferencias estadísticas entre
los tratamientos y una prueba
de tukey para saber cuál es el
mejor tratamiento. Se utilizó el
Figura 7. Manga entomológica usada para procedimiento GLM, disponible
los bioensayos con extractos vegetales. en el programa estadístico SAS
(Foto: O. Santos). (SAS institute, 2007).

Manual técnico de manejo de trips en maracuyá 55


Resultados y discusión
Casa de mallas

Los porcentajes más altos de mortalidad fueron los registrados en los


tratamientos T10 (Ajo 10 % (+) Cebolla 10 % (+) Ají 10 %) con un 76 % y T20
(Cebolla 20 % (+) Ají 20 %) con un 60 %. Estos tratamientos se diferenciaron
de los testigos utilizados (Tabla 5).
Tabla 5. Resultados de mortalidad (%) de adultos de N. signifer
causados por 21 extractos vegetales, con sus respectivos
testigos, bajo una metodología de superficie tratada.

TRATAMIENTO % de mortalidad
Testigo: Agua estéril 45
T1: Ajo 10 % 55
T2: Ajo 20 % 36
T3: Ajo 30 % 56
Testigo: Agua estéril 53
T4: Cebolla 10 % 30
T5: Cebolla 20 % 61
T6: Cebolla 30 % 60
T7: Ají 10 % 60
T8: Ají 20 % 51
T9: Ají 30 % 54
Testigo: Agua estéril 48
T10: Ajo 10 % (+) Cebolla 10 % (+) Ají 10 % 76
T11: Ajo 20 % (+) Cebolla 20 % (+) Ají 20 % 52
T12: Ajo 30 % (+) Cebolla 30 % (+) Ají 30 % 48
T13: Ajo 10 % (+) Cebolla 10 %. 45
T14: Ajo 20 % (+) Cebolla 20 % 52
T15: Ajo 30 % (+) Cebolla 30 % 39
Testigo: Agua estéril 33
T16: Ajo 10 % (+) Aji 10 % 60
T17: Ajo 20 % (+) Aji 20 % 47
T18: Ajo 30 % (+) Ají 30 % 43
T19: Cebolla 10 % (+) Ají 10 % 47
T20: Cebolla 20 % (+) Ají 20 % 60
T21: Cebolla 30 % (+) Ají 30 % 48

* Los tratamientos resaltados tuvieron un efecto insecticida significativamente mayor


que el testigo.

Pruebas en campo

Se encontraron diferencias estadísticas significativas entre tratamientos


(P<0,0001). Los porcentajes de mortalidad encontrados fueron: (T5.
Imidacloprid): 88%, (T4. Spinosad): 84%, (T6. Thiamethoxam): 78%,
(T1. Neem): 72%, (T3. Ajo + ají+ cebolla): 64%, (T2. Tabaco): 52%, (T7. Sin

56 Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria - madr


aplicación): 32%, (T8. Agua): 20%. El tratamiento 3 (Ajo + Ají + cebolla) no
se diferenció del testigo sin aplicación pero si lo hizo del tratamiento agua.
A su vez, los tratamientos químicos no se diferenciaron significativamente
del tratamiento 3 (Figura 8).

Figura 8. Porcentaje de mortalidad de N. signifer., por insecticidas de síntesis química y


extractos vegetales (T1: Neem; T2: Tabaco; T3: Ajo + Ají + cebolla; T4: Spinosad; T5:
Imidacloprid; T6: Thiametoxam; T7: Sin aplicación; T8: Agua).

Dado que se encontró que la mezcla de ajo + ají + cebolla al 10% cada
uno, tuvo un resultado sobresaliente, en el momento de aplicarse en campo
se debe proceder a mezclar los tres componentes y se deben diluir en agua,
de modo que cada uno quede al 10% (1 parte del material obtenido por 9
partes de mezcla). Para una bomba de 20 litros, las proporciones serían las
siguientes:

40 cc del extracto de ajo


40 cc del extracto de ají
40 cc del extracto de cebolla
280 cc de agua

Esta mezcla de 400 cc, se introduce a la bomba aspersora y se completa


el volumen con agua (19,6 litros de agua).
A continuación se mencionan algunas recomendaciones que se deben
tener en cuenta para el uso de estos extractos vegetales:

• Los extractos vegetales deben prepararse siguiendo los pasos anterior-


mente descritos y almacenarse en condiciones refrigeradas (4 °C) e inde-

Manual técnico de manejo de trips en maracuyá 57


pendientemente por cada material, esto es, no guardarlos en mezclas, sino
cada uno por separado.
• El tiempo de almacenamiento (en condiciones de refrigeración) de cada
extracto vegetal por separado no debe exceder treinta (30) días.
• La preparación de la mezcla (ajo 10 % (+) ají 10% (+) cebolla 10%) se
debe realizar poco antes de su aplicación en campo. Se sugiere en lo
posible, llevar cada uno de los extractos vegetales (por separado) al
lote y efectuarla siguiendo los pasos que se describieron anteriormente
(mezcla y dosificación).
• Para la aplicación de los extractos vegetales al 10%, se requieren
aproximadamente 4 litros por hectárea de la mezcla preparada.

Conclusiones
Las mezclas Ajo 10 % (+) Cebolla 10 % (+) Ají 10 % y Cebolla 20 % (+)
Ají 20 % causaron porcentajes de mortalidad significativamente mayores
de adultos de N. signifer, en condiciones de casa de malla, causando
porcentajes de mortalidad de 76 % y 60 % respectivamente. En condiciones
de campo la mezcla Ajo 10 % (+) Cebolla 10 % (+) Ají 10 % causó un 63% de
mortalidad en individuos de N. signifer. Este resultado abre la posibilidad
de que sean usados en campo para el control de esta especie en el cultivo
de maracuyá.
Con base en la información recopilada, se ha determinado la utilización
de la mezcla ajo, ají, cebolla al 10% c/u, como el extracto vegetal que puede
ser utilizado alternativamente con el control químico, para llegar a unos
resultados positivos para el control de N. signifer en el cultivo de maracuyá
para esta zona productora del país.
En el trabajo de preparar dicho hidrolato, se ha empleado una
metodología sencilla para la preparación, de tal forma que se pueda
reproducir fácilmente en campo, utilizando el solvente universal (agua),
logrando múltiples beneficios para los productores agrícolas, afectados por
la presencia de la plaga polífaga N. signifer.
El control de las poblaciones de N. signifer con extractos vegetales, es
una estrategia más con la que cuentan los productores de la región, pero es
importante resaltar que el mantenimiento de las poblaciones de esta plaga,
en niveles que no incidan negativamente en la producción agrícola, se logra
solo a través de la combinación sistemática de un plan de manejo integrado
que tenga en cuenta el entorno del cultivo y la aplicación de los recursos
adecuados en el momento oportuno.

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