Entrevista de Apego Adulto Espanol
Entrevista de Apego Adulto Espanol
Entrevista de Apego Adulto Espanol
Mary B. Main
¿Qué ocupación tenía su familia? “A ver, mi madre dejó de trabajar cuando nos tuvo, es decir, sí que es
verdad que ahí mi madre, cuando éramos más pequeñas (ella y su hermana 3 años mayor), sí que iba más a la
academia, bueno es que mi padre tiene una academia de idiomas y mi madre sí que le ayudaba. Había veces
que iba a empresas, pero cuando nosotras nacimos mi padre le dijo que si quería dejar de trabajar y ella dijo
vale, así me dedico a las niñas. Entonces, había veces que le ayudaba, que iban juntos a empresas…sí que es
verdad que la parte de mi madre la recuerdo más…más…> me acuerdo mucho que mi madre, si yo por ejemplo
me caía…una vez por ejemplo, en el parque Juan Carlos me acuerdo que me caí, me hice un montón de daño en
la rodilla, me salió mucha sangre y hubo una señora que se paró, me dio una toallita, me estuvo limpiando, y a
mi madre la recuerdo como (hace ruido como si a su madre le diera dentera y la imita), como muy alterada por
la herida pero a la vez sin querer acercarse mucho, ¿sabes? ¡No sé por qué!, es decir, yo sé que cuando estaba
mala, mi padre era el que se ocupaba más de llevarnos al médico, tal…por ejemplo, una vez estuvimos en una
comunión y me acuerdo que mi hermana, bajábamos al garaje a por el coche, y mi hermana y se cayó y se
manchó todo el vestido, se quedó negro y puf…mi madre…se puso en plan a gritarle muchísimo: ¡madre mía el
vestido!. Entonces tenía esa clase de reacciones, que bueno, que le hacían un poco distante, pero, tampoco
luego nos lo pasábamos mal, ahí todavía éramos un poco pequeñas. Y luego yo creo que fue cuando nos
mudamos, era ya más la rutina de acabar las clases del colegio e ir a la academia a estudiar, entonces a lo
mejor llegábamos a casa a las 9 o 10, agotadas y a dormir, yo con mi madre tampoco hablaba mucho.
Sobre eso que me cuentas de cuando te caíste, ¿tú te acuerdas de qué pensaste en ese momento?
“Yo le decía: mami, que me he hecho daño, por qué no vienes. Yo me acuerdo de mirarla y pensar: a ver, la
señora me está limpiando la herida, por qué no vienes. Sí que es verdad que si estaba con fiebre o mala en
casa, mis padres también eran muy especiales de decir: si no estás muy mala te vas a clase, ¿sabes? Y cuando
estaba mala me cuidaba (su madre), estaba conmigo y tal, pero a la hora de llevarme al médico era mi padre,
mi madre le decía: llévala al hospital, llévala al médico. Yo ahí, pues bueno, no lo pensaba mucho, pero ya en el
colegio iban pasando los años y yo le decía: pero si tú no te ocupas nunca de mí, si tú nunca has hecho estas
cosas que siempre ha hecho mi padre.
¿Vivía alguien más con usted en la casa, abuelos, algún otro pariente? “No, no. Éramos mi hermana, mi
padre, mi madre y yo.”
2. Me gustaría que me describiese la relación con sus padres cuando era niño remontándose tan atrás
como le sea posible recordar.
“Pues…no lo sé. Yo con mi padre tenía una relación muy buena. Mi padre era pues…no sé, al que siempre le
contábamos todo, le decíamos que nos habían castigado y pues él a lo mejor te decía: bueno no pasa nada,
toma un helado, anda. Y un poco así, ¿no? Pero si tenían que regañarnos, los dos se ponían muy estrictos. Y a
mi madre pues no sé, no recuerdo así mucho, sí que la recuerdo que cuando acompañaba a mi padre a las
empresas, pues se les veía asi muy unidos, mi madre se ponía muy guapa y tal. Sobre todo me acuerdo más de
mi madre cuando estábamos toda la familia, íbamos a visitar a mi abuela o así…pero recuerdos de mi madre
conmigo…no…no sé. Tampoco sé desde cuándo recordar, a ver, sí recuerdo que mi madre me protegía en
exceso, también es verdad que si ahora tiro de memoria pues si discutíamos mi hermana y yo se ponía de mi
lado, me defendía pero…no sé, no me acuerdo mucho.”
3. Ahora me gustaría que escogiese 5 adjetivos o palabras que puedan reflejar la relación que tenía
con su madre, remontándose tan atrás como le sea posible (entre los 5 y los 12 estaría muy bien).
“Pues…no lo sé. Distante puede ser uno, no sé si el primero pero es así el que me viene a la mente.
(Hace una pausa larga) No sé qué decirte (vuelve a hacer una pausa de varios segundos). Preocupada,
preocupada en exceso, se preocupaba tan en exceso que a lo mejor no llegaba a ser cariñosa, tenía una
manera de preocuparse no a lo cariñoso. Esa excesiva preocupación sí que se la he visto a mi madre desde
siempre. Mi madre no verbalizaba el cabreo porque mi madre no grita pero es como…pero tenía una manera
muy…de decir las palabras, es decir, sabía escoger las palabras bonitas. Por ejemplo, si después yo le decía:
pero por qué no me has llevado al médico; ella me decía: cariño pero no te preocupes que se te va a pasar. Pero
eso ya lo hacía cuando ya pasaba más tiempo, sabía decirte algo que tu pensabas como, bueno vale, no pasa
nada. Pienso que a lo mejor ella no sabía cómo hacerse cargo de sus propias emociones y luego
racionalizaba la situación y decía ese tipo de cosas.
Familiar. Siempre que podía iba a visitar a mis abuelos, siempre quería juntar a la familia, pero cuando mis
abuelos vivían. Yo sí recuerdo que era muy familiar además justo en esa franja cuando yo tenía 12 años fue
cuando se murieron y entonces ya mi madre dejó de ser familiar, total.
Me faltan más adjetivos pero no sé decirte más. A ver sí que es verdad que era muy protectora, protectora era.
Si yo discutía con mi hermana, me protegía mucho, o en el colegio, lo que sea, en plan si yo decía: hay que
llevar esto para carnaval. Ella sí estaba atenta, para esas cosas pues sí. Y así de mi relación con ella… (pausa
larga), ¿tengo que elegir otro adjetivo sí o sí? Pues ahora mismo no se me ocurre.”
(le cuesta mucho pensar en adjetivos para describir la relación con su madre)
4. Ahora me gustaría que escogiese 5 adjetivos o palabras que puedan reflejar la relación que tenía
con su padre, remontándose tan atrás como le sea posible (entre los 5 y los 12 estaría muy bien)
(Se lanza a contestar muy rápido y con mucha más soltura)
“Ah pues mi padre muy cariñoso.
Protector-cuidador, pero mi padre cuando era protector lo demostraba, es decir, si me tenía que proteger
porque me había caído, me cuidaba. O por ejemplo era mi padre el que me venía a buscar al cole, y me venía a
recoger, entonces pues él me cuidaba, se hacía cargo de mí. Si tenía dudas en los deberes o cosas así, quien
me respondía era mi padre. Realmente mi padre era más protector-cuidador y mi madre más protectora-
restrictiva; mi madre me protegía prohibiéndome cosas y mi padre siendo cariñoso.
La verdad es que era guay porque tenía como muchas historias, me daba mucha curiosidad como: y en esto
qué has hecho papi, qué te pasó.
Con mi padre se podía hablar. A ver, supongo que con mi madre también pero cuando era muy pequeña, a lo
mejor cuando tuve más consciencia de que pasaba de contárselo a mi madre fue más allá delos 12 años. No
hablábamos porque no estaba con ella, yo salía del colegio y estaba siempre en la academia por eso siempre se
lo contaba a mi padre, luego llegábamos tarde a casa y ya nos decía que nos fuéramos a la cama y no tenía
tiempo para contárselo.
No se me ocurren más adjetivos ahora para mi padre, pero bueno tendrá muchos (sonríe).
Ah sí, tranquilo, era muy tranquilo. Siempre ha sido tranquilo con todo el mundo pero con nosotras nunca se
alteraba, y supongo que algo se me quedaba porque de verle tan plácido en contraposición a mi madre que
la veía tan alterada pues era como…no sé me producía tranquilidad.
5. Ahora, me gustaría que me dijese a cuál de los dos, padre o madre, se sentía usted más unido y
por qué. ¿Por qué cree que no existía este sentimiento con el otro?
“Pues a mi padre por razones evidentes (se ríe). Sobre todo me he sentido más unida porque he hecho todo con
él, es decir, con el pasaba tiempo (me repite lo del cole, los deberes, el médico, etc), él estaba en mi día a día
con todas las cosas, por eso no existía ese sentimiento con mi madre. Pero no pienso que mi padre le quitase
el protagonismo a ella porque lo podrían haber hecho los dos, pero él asumía ese rol porque era lo que tenía
que hacer.”
6. Cuando de niño ¿se sentía triste o preocupado? ¿Recuerda qué hacía? “No (lo piensa un rato). La
verdad es que no lo sé. No me acuerdo. Es que no sé que decirte.”
7. Me pregunto si recuerda que alguno de los dos (padre o madre) le abrazase y le consolase en esos
momentos, es decir ¿cuándo se sentía triste, frustrado, herido o enfermo?.
“Recuerdo, que eso sí que es verdad, que mi madre me daba siempre un beso de buenas noches cuando era
pequeña, pasaba por nuestras camas y nos daba un beso. Supongo que mi padre también lo hacía, pero mi
padre no ha sido mucho de dar besos y abrazos. No recuerdo si me consolaban porque tampoco me acuerdo
de qué hacía cuando era pequeña y estaba triste.”
8. ¿Se sintió rechazado alguna vez siendo un niño?
“No rechazada pero sí había muchas veces que a lo mejor me sentía triste o así más allá de los 12 años, que me
había pasado algo en el colegio o lo que fuera y no lo contaba porque pensaba: para qué. Pensaba que no me
iban a prestar mucha atención, o no había tiempo para contarlo o a ver qué me decían. A lo mejor a mi padre
le contaba los problemas cotidianos pero no me iba mucho más allá. Con mis padres rechazada tampoco, pero
quizá con los estudios decepcionados sí, he sentido decepción de ellos hacia mí porque mi hermana siempre
ha sido mucho mejor o más lista o sacaba mejores notas, y yo era pues…Marta habla, Marta no saca tan
buenas notas…la comparación siempre la ha habido. A veces mis padres iban al colegio y volvían diciendo
que la profesora les había dicho que muy mal, que no me parecía en nada a mi hermana y yo pensaba: pues
muy bien, pues no. También tengo el recuerdo de que eso cambió porque debido a eso mis padres han puesto
muchas energías en que me pareciese a mi hermana, con el carnet, con profesores particulares, y mis logros de
mayor han sido distintos. Antes era como exigencia: no lo cumples, pues mal; si lo cumples, es lo que tienes que
hacer. Pero cuando era yo ya más mayor era como: ¡Dios se lo ha sacado! Muy bien. Entonces las tornas
empezaron a cambiar porque mi hermana empezó a decir que ella había conseguido esas cosas antes y sin usar
tantos recursos y no se habían alegrado así. Pero eso ya fue en mi adolescencia.”
9. ¿Le proferían amenazas sus padres en algunas ocasiones? ¿Ya sea por disciplina como por hacer
bromas?.
Sí, con mis amigas. En el colegio lo que pasó, era que…bueno como yo no tenía mucha confianza con mis
padres, ellos no sabían que muchas veces era yo la que daba las ideas para hacer travesuras. Entonces pues mi
madre, siempre en su afán protector este desquiciado, tomó la decisión de hablar con madres de mis amigas
o con mis amigas para que no me acercara a ellas porque eran mala influencia, habló con mi profesora para
que me cambiara de clase…y yo ahí me sentía muy frustrada, porque yo no podía quedar con ellas, me decían
de quedar y yo tenía 16 años y no quedaba. Eso me influyó mucho porque luego después en mi adolescencia
cuando pude hacer lo que me daba la gana estaba desatada. Si me hubiesen dejado hacerlo más
paulatinamente…porque yo a mis amigas las veía que quedaban y estaban relajadas, tenían cosas que contar,
y yo en ese sentido me sentía más desplazada porque no podía hacer lo que ellas hacían, no podía irme al cine,
ni a ningún lado. A mí me daba mucha rabia porque siempre he estado con ellas, y me daba rabia si quería
salir de casa que tuviera que ser con otra gente con la que yo no quería estar. Y yo creo que esto me influyó a
que empecé a mentir, cuando me dejaba mi madre salir con otras amiguillas que me acabé echando y me
decía no te vayas del barrio, pues yo me iba donde quería y la mentía. No era por devolvérsela pero era por
decir: no me voy a quedar sin salir porque tú quieras. Tampoco era por desafiarla, si había un plan que me
gustaba, prefería mentirla a quedarme sin hacerlo.
¿Le guardas rencor? (no lo duda) Sí. Igual esta feo decirlo, pero sí. Yo siempre se lo he dicho a mi madre.
Tuvimos una conversación que me acuerdo mucho que dije: y porque mis amigas siguieron conmigo, que si se
hubieran cansado de mí…porque podría haber pasado perfectamente porque yo no quedaba, en plan, a esta no
le dejan hacer nada pues pasamos de ella. Mis amigas cuando me veían en el cole siempre venían y me
preguntaban qué tal. Si no hubiera habido eso o hubiesen pasado de mi, yo me habría quedado sola. Y pienso
que si me hubiese quedado sola, a lo mejor no sería como soy ahora. Lo pienso mucho, me había quedado sola
en el patio sentada sin jugar. Yo a mi madre muchas veces le he dicho: no te das cuenta que precisamente por
eso han pasado 13 años y sigo con ellas, tu decisión fue equivocada y lo sé. Y por eso te tengo rencor. Ella me
contestó que en ese momento pensó que era lo mejor para mí, que por eso lo hizo y que lo volvería a hacer.
Pero pienso que el sentimiento que me prevalece ahí es la satisfacción de decir: es que sabía que estabas
equivocada. Y sé que lo sabe, y me produce una satisfacción…Entre la rabia por lo que me hizo y la
satisfacción de saber que sabe que se equivocó, me pesa más la satisfacción. También me supuso mucha
satisfacción que, cuando yo estaba en esa época que tuve muy descarriada, que hacía lo que me daba la gana,
no aparecía por casa, mi madre se vio recurriendo a una de las amigas con las que me había prohibido salir.
Muchas noches la llamaba desesperada a ella para saber dónde estaba o si estaba bien porque yo no le cogía
el teléfono. Y no solo recurría, sino que era un apoyo para mi madre poder tener ese contacto con mi amiga
porque hablaban y ella la consolaba y tranquilizaba. A veces le decía: cómo ha podido Marta salir así y no como
su hermana, si yo las he educado igual. Y es verdad que ella, en su sentir, podía pensar eso porque siempre
intentaba vestirnos igual, hacernos los mismos regalos…y aún lo sigue haciendo. Aun en su mente sigue
pensando que no tiene preferencias por ninguna porque nos da las mismas cosas.
10. En general, ¿cuánto cree que las experiencias en su infancia con sus padres han afectado a su
personalidad adulta?
“No lo sé. En cierto sentido pienso que soy como soy más por mi hermana. Yo de pequeña era muy buenecita,
bobalicona, y mi hermana hacía lo que quería conmigo. Yo con ella siempre estaba agradecida por todo. Me
acuerdo de una escena en la que mi hermana leía mucho y yo siempre estaba muy emocionada porque jugara
conmigo a las muñecas y siempre se lo pedía por favor. Y ella me decía coloca todo lo de las muñecas y juego
contigo 10-15 minutos. Entonces jugaba un rato, había veces que no me hacía ni caso porque seguía con sus
libros pero yo aun así súper emocionada, y al poco se cansaba y me decía: venga, ordénalo todo. Y a lo mejor
mi madre nos decía que lo ordenásemos las dos y mi hermana por lo bajo me decía a mí: ordénalo todo o no
vuelvo a jugar. Y yo pensaba: jó que bien, hemos jugado. Mi hermana hacia conmigo lo que le daba la gana
cuando era pequeña pero a mí me daba igual porque solo pensaba: qué bien, ha pasado un tiempo conmigo.
Hasta que ya hubo un momento que empecé a devolvérsela. Y creo que me he hecho fuerte, o “asquerosa” u
orgullosa por las cosas que me hacia mi hermana. Yo siempre le dejaba ropa y ella nunca quería y al día
siguiente volvía a pasar. Así que muchas veces se la quitaba sin que se diera cuenta. Mi hermana me ha hecho
mucho ser quien soy y ella lo sabe. Ella me dice que sabe que tiene parte de culpa en que ahora yo muchas
veces sea borde con ella, de hecho ahora de mayores pienso que se han cambiado un poco las tornas porque es
ella la que me busca más a mí o reclama más mi tiempo que yo, porque yo estoy ya desgastada con ella la
verdad ¡Aunque la quiero mucho, yo por ella mato! La quiero más que a mi madre, a mi padre o a cualquier
persona. Más que a mi padre infinito, vamos. Simplemente aunque no hable mucho con ella, si sé que lo está
pasando mal, lo paso mal yo. Yo me he visualizado mucho en ella, he seguido mucho sus pasos, estudiando lo
mismo que ella, cuando le gustaba el manga yo me interesé por eso, yo la veía leyendo y por eso leía, buscaba
el mismo estilo de vestir…
De mis padres, aparte de lo de mis amigas, me ha podido marcar que soy algo desconfiada, en el sentido de
que como a ellos no podía contarles muchas cosas a veces me pasan cosas y no me sale contarlas a no ser que
surja. Como no estoy acostumbrada a decir las cosas porque pensaba: les va a dar igual, pues para qué lo
voy a contar. A lo mejor estaba cansada de estudiar y decía: jo, estoy cansada de estudiar, y ellos me decían:
pues no has estudiado suficiente. Sabía que mi problema se iba a convertir en una bronca, en un “ lo estás
haciendo mal”. Entonces, eso en algunas ocasiones. En otras ocasiones, como cuando estoy en relaciones,
pienso que eso me ha hecho que diga todo lo que me molesta: (empieza a hablar muy rápido) ¡no me puedo
callar nada! Si me molesta lo mas mínimo tengo que decirlo. Sea lo que sea yo no me voy a quedar con ello, no
me da la gana, te lo voy a decir, ¿por qué tengo que quedarme yo con ello, si estas conmigo y eres mi pareja?
Pues no me da la gana, te lo diré ochocientas mil veces (¿bucle de la reivindicación?).
11. ¿Por qué cree que sus padres actuaron como lo hicieron durante su infancia?.
“No lo sé. Mi padre, porque sus padres fueron así con él. Mi padre era un niño de campo, creció con mucha
libertad, se fue a vivir fuera muy pronto, entonces yo creo que esa tranquilidad la tiene pero mi madre es la que
le dice, esto no puede ser así, esto tiene que ser así y así. Lo de mi madre tampoco lo entiendo porque sé que
mis abuelos eran muy estrictos con su educación pero, cuando mi madre me cuenta su infancia, es totalmente
distinta a la mía y me da rabia. Mi madre también vivía en un pueblo y su vida era muy de aparentar, de ir
bien vestidas, saludar a no sé quién porque lo decía mi abuela, muy de postureo en el pueblo. Pero mi abuela
todo con cariño, mi madre no se parecía a mi abuela en nada, mi abuela era super cariñosa con mi madre,
con nosotras, con todo el mundo. Mi madre también era cariñosa con ella, bueno, más bien la mandoneaba
mucho, le decía lo que tenía que hacer. Mi abuelo no estaba casi en casa y quizá la figura paterna le ha faltado
a mi madre porque mi abuela era muy…vivía por y para mi abuelo, y mi madre no es así. Mi madre era más la
que tomaba las riendas en su casa y en mi casa. Muchas veces he intentado saber si se comportaron igual con
mi madre como ella conmigo en cuestión de estrictos y de educación, pero no veo que haya tenido mi infancia.”
12. ¿Hubo algún otro adulto a quién usted sintiera tan cercano como a un padre? “No.”
13. ¿Perdió en su infancia a alguna persona significativa de su familia? ¿O amigos más cercanos?
“A mis abuelos maternos, yo creo que tendría 12. Nadie más se me murió en ese entonces.”
¿Alguna otra pérdida significativa ya de adulto? “Mi abuela paterna, eso me ha marcado mucho. Otra
perdida…pero que no es muerte. A una amiga que yo en teoría quería mucho pues, me la lio mucho. Me
acuerdo que yo era muy maja y que ella me quería mucho. No es por echarme flores, pero pienso que toda la
gente con la que he acabado mal, parte de ello ha sido porque me han tenido envidia. Yo como estaba con
amigos y ella no, pues le contó cosas de mi a un chico que me gustaba. Luego otra amiga también me dolió
mucho que le dije que el chico con el que estaba la trataba muy mal y a las dos semanas me dejó de hablar
porque yo al chico le caía mal, y desde entonces ella no quiso saber más de mí. Con otro amigo también, que yo
le gustaba, él se echó una novia a la que no le gustaba yo y me dejó de hablar por ella. Y ya llegó un momento
que pensé: qué problema tengo. Y Carol igual, ella dejó de hablarme porque me conto una cosa sobre un chico
con el que estaba saliendo que también era mi amigo y yo se lo dije a él pero para ayudarla, y me dejó de
hablar durante muchos años. Todo eso me hizo plantearme muchas cosas, si yo tenia algún problema, quizá
que era muy entrometida pero yo sólo quería ayudar.
14. Además de algunas de las experiencias difíciles que me ha comentado, ¿recuerda alguna otra
cosa que haya sucedido en su vida que pueda ser considerada como potencialmente traumática?
“Sí, mi ruptura con mi ex. Realmente eso tenía que haberlo dicho en las pérdidas significativas porque ha sido
de las más significativas, estaba tan metida en mi infancia que no lo había relacionado, pero sí. Mi ex me dejó
y lo recuerdo completamente traumático. Él me dejó y no quiso seguir conmigo, es decir, en cierto sentido él
dijo que se iba a vivir fuera pero no quiso ni intentarlo. Y yo pensé: ¿me quieres pero no quieres intentarlo? No
sé... Entonces pues él me reconoció que era muy joven y que pensaba que tenía que vivir algo más. No me dijo
experiencias, porque yo no pensaba que se fuera a enamorar de alguien, ha pasado bastante tiempo hasta que
lo ha hecho, bueno, no sé si lo ha hecho pero ahora está con alguien. Pero sí que me dolió mucho porque
estábamos bien, aunque también pienso que fue mi culpa en parte. Tengo mucha autocritica porque yo
desgasté mucho la cosa, cuando teníamos una discusión para mí no se acababa. A lo mejor lo hablábamos y yo
volvía a sacarlo una y otra vez, y sacaba temas que ya habíamos hablado…al principio teníamos una relación
muy idílica porque nos decíamos todo y yo podía contarle todo, todo era perfecto, hasta que hubo un
momento en el que sus explicaciones de las cosas aunque fuesen tonterías no me valían y se lo sacaba todo el
rato, y le luchaba mi razón y mis argumentos, hasta que se cansaba. También él hizo muchas cosas mal. El peor
recuerdo que tengo fue un verano que yo tenía que trabajar y quería ir a la piscina porque era lo único que
podía hacer, y él tenía una piscina común en su casa, pero nunca quería bajar conmigo porque no le gustaba la
piscina aunque con sus amigos a veces iba. Y yo ya que no me podía ir a la playa, por más que se lo pedía, me
decía sí este fin de semana, y cuando llegaba me decía que mejor no. Eso me dolía porque no sabía si quería
fastidiarme, porque no le costaba nada hacerlo y no lo hacía por mí. Cuando yo quería hacer una cosa con él,
era mover un mundo, él quería pasar tiempo conmigo pero siempre haciendo lo que él quería. Y yo pienso que
ahora él sí que lo está haciendo con la chica esta, porque ahora tiene dinero, vive las cosas de otra manera, se
ha ido a Nueva York (se ha ido con la chica nueva; era el viaje que siempre soñaban con hacer juntos)…me da
rabia.
15. Ahora me gustaría preguntarle algunas cosas más acerca de la relación con sus padres. ¿Hubo
muchos cambios en la relación con sus padres después de la niñez? Volveremos al presente en un
momento, ahora lo que me interesa es lo referente a los cambios ocurridos justo entre la niñez y la
época adulta.
“Sí. Cuando empecé a tener novio, yo creo que me asenté más. Al principio estaban muy desesperados porque
yo hacía lo que me daba la gana (su época “descarriada”), pasaba de ellos totalmente. Ya la relación con mi
padre no era la misma porque él se llevaba muchas broncas por mi culpa, bueno por culpa de mi madre en
realidad. Cuando empecé a salir con mi ex todo se calmó. Ya siempre sabían dónde estaba. Me acuerdo que
tuve una conversación con mi madre que creo que fue cuando mi hermana empezó a tener novio y eso, mi
hermana también ha tenido una relación distante con mi madre y ha evitado decirle muchas cosas, y mi
madre le decía: pero por qué no cuentas nada de tu novio, y me acuerdo que yo le decía a mi madre: pero te
sorprende, si nunca has tenido interés por nosotras ni por nada de nosotras. Me dijo que ella no lo veía así
para nada y yo le saqué muchas cosas de la infancia en plan, yo no te recuerdo a ti que estuvieras para nada
en esto o en lo otro. Ella me decía que lo sufría mucho, que lo sufría la que más y que siempre estaba ahí
aunque no estuviese…ella en ningún momento pensaba que había hecho nada mal, ella no pensaba que tuviera
que llevarme al médico. Su manera de sufrimiento en casa era para ella mucho más que acompañarme al
médico, y yo le dije que no, que nunca había hablado con nosotras, que no nos preguntaba nada, ni qué tal
el día. Yo me acuerdo que los siguientes días a decirle eso sí que me preguntaba que qué tal día, pero yo lo veía
muy falso y le respondía muy escueta. Pero no sé qué es lo que le hizo cambiar a mi madre que se empezó a
mostrar más interesada y ahora mi relación con ella ha cambiado, ahora es mejor, hablamos más y le cuento
cosas. Por cierto, cuando con ella empezaron a mejorar las cosas con mi padre empezaron a empeorar
porque él se llevó tantas broncas de mi madre por nuestra culpa que estaba desesperado y al final se ha
acabado distanciando de nosotras para no discutir con ella. Si tu intentas hablar algo con mi padre es vacío,
no te hace ni caso porque lo único que quiere es que se resuelva todo pronto para no estar mal con mi
madre. Yo a mi padre le sigo queriendo y adorando, pero ya no es lo mismo.
16. Ahora quisiera saber cuál su relación con sus padres ahora como adulto. En concreto, ¿podría
responderme a las siguientes preguntas?
- ¿Tiene mucho contacto con sus padres actualmente? “Sí, vivo con ellos. Tengo bastante contacto. Si me
pasa algo en el trabajo se lo cuento y cosas personales también.
- ¿Cómo definiría la relación con sus padres en la actualidad? “Más tranquila, más normal. Yo creo que
ellos ahora están tranquilos porque como saben que tengo trabajo, que ya he podido llegar a mi “meta”. Esta
no era mi meta pero para ellos sí lo era. Tú no sabes qué es que siempre digan: ya teneis vosotras vuestro
trabajo estable, ya habéis acabado una carrera…Es como que, ya están tranquilos. Pero mi padre ha perdido
mucho su personalidad, los valores que tiene ahora se parecen mucho a los de mi madre cuando antes él tenía
los suyos.
- ¿Podría decirme alguno de los motivos concretos de insatisfacción en la relación actual con sus
padres? “Muchas veces anteponen problemas de otra gente, incluso vecinales, a los nuestros. Ellos son unas
personas que tratan de pasar desapercibidos con la gente o ser como vecinos modelo, gente modélica.
Entonces les importa muchas veces más mantener esa apariencia a que yo esté fatal, a que haya estado en el
hospital o lo que sea. Con esas cosas yo pienso: ¿en serio te preocupas más por estas cosas que por mí? Siento
que muchas veces no me entienden, estas cosas me molestan mucho. A veces se esfuerzan en hablar con
nosotras para que los vecinos no escuchen los gritos y dicen: esto se tiene que solucionar ya que la gente no
puede estar escuchándolo, pero no se preocupan por lo que nos pasa. Que todo se solucione de puertas para
adentro”
- ¿Podría también comentarme algún otro motivo especialmente satisfactorio?.
“Que ahora se puede hablar bastante. Ahora tengo una relación más normal con ellos. Puedo hablar incluso de
mis amigas y reaccionan bien. Creo que es porque ven que ya he conseguido ciertas metas que ellos tenían
como prioridad y están tranquilos con mi vida.”
19. ¿Hay alguna cosa en particular que usted sienta que ha aprendido de sus experiencias tempranas
como niño? Me refiero a algo que esté especialmente relacionado con el tipo concreto de infancia que
usted vivió.
“La disciplina, no ser pasota con las cosas. Por ejemplo, ellos nunca me dejaban faltar al cole por tonterías y yo
ahora soy muy responsable en el trabajo, que solo falto si estoy muy mala. Valorar el dinero también porque
nunca lo he tenido fácil pero ahora lo valoro mucho, aunque en el momento no. También a ser mas dura
conmigo misma, saber qué quiero y qué no, sobre todo lo vuelco en las relaciones, dejando muy claro lo que
quiero y lo que no, diciendo esto es así yo soy así, pero eso me gusta. Ya no soy tan bobalicona así que eso a mi
hermana se lo agradezco.”
20. Si pudiera pedir 3 deseos para sus hijos, si los tuviera, para los próximos 20 años, ¿cuáles serían
esos deseos? Me refiero, en parte, al tipo de futuro que usted desea para sus hijos. ¿Qué espera que
su hijo/hijos hayan aprendido de sus experiencias de ser hijos suyos?.
“Que no tengan mi infancia. Bueno no considero que haya sido mala porque no tengo recuerdos malos, pero no
quiero que sientan que cojea una parte de la otra, es decir un padre de la madre o al revés. No se explicarlo.
Empiezo de nuevo. A ver, sobre todo, tengan más libertad, más independencia en sus decisiones que yo.
Tampoco quiero pasarme. Que no sean muy malcriados, eso sí me ha gustado de mis padres, que me han
hecho valorar mucho el dinero y las cosas, porque nunca me daban dinero, tenía que conseguirlo yo. Quiero
que mis hijos se lo curren y sean listos. Y una tercera cosa es que puedan confiar en mí, que puedan contarme
sus cosas no que pasen de mí, que sepan que les voy a ayudar”.