Las Naturalezas Es Cristo Mc3a1ximo
Las Naturalezas Es Cristo Mc3a1ximo
Las Naturalezas Es Cristo Mc3a1ximo
INTRODUCCION
Este trabajo es como la continuación de otro articulo anterior, que
investigaba el aspecto trinitario bajo lógos e hypóstasis.1 Ambos
trabajos enfocan el problema de la inculturación en el helenismo, camino
que fue costoso y lento. Aquí doy por supuesto el trabajo anterior y no
volveré a repetir lo que ya está fundamentado ahí.
El nacido de la simiente de David según la carne ha sido
constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad por la
resurrección de los muertos, Jesucristo Nuestro Señor.2 En el desarollo
neotestamentario asistimos a una progresiva explicitación de la divinidad
de Jesús de Nazaret. Ignacio de Antioquía expresa así el misterio al cierre
del N.T.:
Hay un solo médico,
carnal y espiritual,
creado (gennetòs) e increado (agénnetos),
Dios hecho carne (en sarkì genómenos theós),
en muerte vida verdadera,
y de María y de Dios,
primero pasible y luego impasible,
Jesucristo Nuestro Señor.3
4 Según A. Grillmeier (Jesus der Christus im Glauben der Kirche. I: Von der Apostolischen Zeit bis zum
Konzil von Chalcedon (451), 2a ed., Herder 1979, en adelante op. cit., p.186), los ebionitas también
piensan que Cristo es una creatura superior a los ángeles. Cuando el Espíritu desciende sobre él en el
bautismo sería más bien en el sentido gnóstico de la unión de un ser celestial con Jesús de Nazaret para
constituir el Cristo, Hijo de Dios.
5 La trascendencia del Dios judío (y su monopersonalismo) hacía que la encarnación pareciera inaceptable
para ellos.
6 Cf. Grillmeier, op. cit., 187-189.
7 Según Grillmeier (op. cit., 297s), es probable que ésta haya sido la posición de Malquión, quien enfrentó
a Pablo de Samosata. Este último habría tenido una cristología adopcionista en que el Logos inhabitaba en
un hombre.
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 3
único Hijo no consta de dos naturalezas, una adorable y la otra no, sino de
una única naturaleza, es decir, la del Dios Logos, que se hizo carne y con
la carne es digno de una sola adoración.26 Apolinar lo llama hombre
celestial. Por lo tanto, se ha llegado a una única naturaleza del Logos y del
instrumento.27 Unica naturaleza que corresponde a la composición
(synthesis) de Dios con su cuerpo humano.28
Según Grillmeier29, "el sistema apolinarista es más bien [más que
monofisita] una construcción monoenergeta o monoteleta, y en esta
forma ha ejercido su gran influjo. Decisivo para esto es su concepto vital
dinámico de fysis". La lucha antiapolinarista convertirá la fysis en una
naturaleza abstracta o esencia. Apolinar de Laodicea fue condenado en el
canon del concilio Constantinopolitano I, el mismo que terminó con el
problema trinitario. La condenación de Apolinar equivale a la afirmación de
que Jesucristo es perfectamente hombre. Pero, si la gran polémica
trinitaria está cerrada con la fórmula mía ousía y treîs hypostáseis, la
de la encarnación va recién a comenzar. Precisamente, si, según Nicea,
Cristo es consubstancial al Padre, ¿cómo se encarnó? Según Grillmeier30,
que, justamente, como un hombre es una naturaleza, así lo es Cristo quien vino en semejanza de hombre
(Apolinar, Ep ad Dion 1,2, [Lietz. 257], en Kelly, op. cit., 293). Según Apolinar, en Cristo hay una sola
fysis, porque hay un solo autokíneton. "El automovimiento, cuya sede está en el hegemonikón , es el
elemento decisivo de la fysis" (Grillmeier, op. cit., 488). La carne, el cuerpo, es el órganon de la enérgeia
del Logos para la kínesis (cf. Ib., p.489). Pues así se forma un viviente de lo movido y de lo que se mueve;
y no dos ni de dos perfectos y automovidos, por lo que el hombre no es un otro viviente cabe
Dios...(Apolinar, fragm 107 [Lietz. 232], en Grillmeier, op. cit., 486 n. 19). La carne, siendo dependiente
para sus mociones de otro principio de movimiento y acción (cualquiera sea este principio), no es por sí
misma una entidad viviente completa, sino que, para llegar a ser una, entra en fusión con otra cosa
(Fragm 107 [Lietz. 232], en Kelly, op. cit., 291s).
24 En H.A. Wolfson,, The Philosophy of the Church Fathers. Faith, Trinity, Incarnation, 3a ed.,
Cambridge, Mass. 1976, p.469.
25 Cf. Fragm 117 [Lietz. 232], en Liébaert, op. cit., 82.
26 Ep ad Jov [Lietz. 250s], en Liébaert, op. cit., 82.
27 Fragm 117 [Lietz. 235s], en Liébaert, op. cit., 81.
28 Fragm 119 [Lietz. 236], en Liébaert, op. cit., 81. Ningún mediador posee perfectamente los dos lados
que debe unir, sino parcialmente mezclados. Ahora se trata de la mediación entre Dios y el hombre en
Cristo. El es, por lo tanto, ni intacto hombre ni Dios, sino una mezcla de Dios y hombre (Fragm 113
[Lietz. 234], en Liébaert, op. cit., 82).
Así también se comunican los idiomas: Si el Logos es llamado carne por la unión, enseguida también la
carne será llamada Logos por la unión (Apolinar, Ep ad Diod, fragm 145 [Lietz. 242], en Grillmeier op.
cit., 493 n.46); cf. Ib. 484 n.15; 491 n.42). La carne del Señor, permaneciendo carne aun en la unión (su
naturaleza no es ni cambiada ni perdida) participa en los nombres y propiedades del Verbo; y el Verbo,
permaneciendo Verbo y Dios, participa en la encarnación de los nombres y propiedades de la carne
(Timoteo de Beritus, Ep ad Hom [Lietz. 278], en Kelly, op. cit., 295).
29 Op. cit., 494.
30 op. cit., 496. Según cree Grillmeier (op. cit., 481s), las herejías de Apolinar y Arrio vendrían de un
tronco común: la reacción contra la cristología de separación (Jesús un simple hombre agraciado
externamente), que se ve o se cree representada por Pablo de Samosata, por los paulinianos y, finalmente,
por Flaviano y Diodoro.
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 6
39 La hypóstasis viene a ser como la fysis terminada, completa (cf. Grillmeier, op. cit., 683; Kelly, op.
cit., 318; Camelot, op. cit., 37s).
40 Corresponde a la otra de mía hypóstasis.... Para una breve visión de conjunto respecto a su uso, cf.
Grillmeier, op. cit., 674 n.2. Respecto a la variación sesarkoméne−sesarkoménou, cf. Scipioni, op. cit.,
374 n.26.
41 En la segunda carta a Succensus (Ep 46) Cirilo responde cuatro objeciones contra la fórmula una
naturaleza. Según la última objeción no se puede decir que Cristo sufrió sólo en su carne sino también en
su alma racional, voluntariamente; luego hay dos naturalezas en el encarnado. Cirilo responde que sufrir en
la naturaleza humana, si se lo entiende bien, también es correcto. ¿Qué otra cosa es la naturaleza humana
sino la carne racionalmente animada (sárx epsyjoméne noerôs)? (núm. 5, PG 77,245B, ACO I,1,6,
p.162,14). Antes (núm. 3, PG 77,241BC, ACO I,1,6, p.159,21-160,9) había dicho: Cada uno [la
naturaleza del Logos y la de la carne] permaneciendo en su propiedad según naturaleza (en idióteti te(i)
katà fysin) (cf. Hom Pasch XVII,2, PG 77,776C [véase Ib., 777B]; Quod Unus, PG 75,1332AB, SCh
97,454; Ep 39 ad Joh Ant, 8, PG 77,180BC, ACO I,1,4, p.18,24-19,12)..... Uno se aplica propiamente
no a los solos elementos simples según la naturaleza, sino también al compuesto de los reunidos (katà
synthesin synegménon) (Cf. Ep 45,7, PG 77,233A, ACO I,1,6, p.154,2-11; Ep 46,2, PG 77,241B,
ACO I,1,6, p.159,18-160,4), como es el caso del hombre, que es de alma y cuerpo (Cf. De Incarn, PG
75,1224AB, SCh 97,244s; Quod Unus, PG 75,1292A-C, SCh 97,374s.). No hay mezcla (fyrmón,
sygkrasin) (Cf. Adv Nest, I,3, PG 76,33BC; Quod Unus, PG 75,1285BC, SCh 97,p.362; PG 75, 1292D,
SCh 97,378), como disminuyendo o siendo sustraída la naturaleza del hombre. Y en el núm. 4 dice:
Puesto que la perfección en la humanidad y la demostración de nuestra substancia es introducida
diciendo encarnada. (PG 77,244A, ACO I,1,6, p.160,22s). Cf. DS 250.
42 Ep 45,1 Succ, PG 77,232C, ACO I,1,7, p.153,16-18. Cf. Ap c. Theod 1, PG76,396C, ACO I,1,6,
p.112,14-19. Según P. Galtier (Saint Cyrille d'Alexandrie et Sain Léon le Grand à Chalcedoine, p.366, en
A. Grillmeier y H. Bacht, Das Konzil... I, pp. 345-387), "en toda ocasión y de todas las formas él [Cirilo]
lo repite: en la unión la naturaleza divina permanece inmutable y la naturaleza humana es ahí lo que es en
cada uno de nosotros. Nada de mezcla ni de confusión: los adverbios de Calcedonia asygjytos y atréptos
son de él. " Para que comprendas al celestial hombre y a la vez también Dios, conforme a las dos
naturalezas, en cuanto vino distinguido como convenía a cada naturaleza. Pues era el Logos,
resplandeciente por Dios Padre, en carne de mujer, sin embargo no dividido. Cristo uno de ambas
(Glaphyra in Lev, PG69,576B). Porque han permanecido las naturalezas o hypóstasis no mezcladas
(asygjytoi) (Schol Incarn 11, PG75,1381A, ACO I,5, p.227,11s). Sino que decimos que es uno y el
mismo Jesucristo, sabiendo la diferencia de las naturalezas y manteniéndolas sin mezcla entre ellas
(Schol Incarn 13, PG75,1385C, ACO I,5, p.222,32s).
43 Adv Nest II, proem, PG 76,60D, ACO I,1,6, p.33,6s. Pero confesando uno y el mismo Hijo, producido
un uno de dos entidades, en forma indecible, por una unión evidentemente altísima y no por alteración de
naturaleza (De recta fide ad Theod 44, PG 76, 1200C).
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44 Otra del todo diferente a ésta es la falsa opinión de Nestorio. Pues responde confesar que el Logos,
siendo Dios, se encarnó y se hizo hombre y, no entendiendo la calidad (dynamin) de estar encarnado,
nombra dos naturalezas pero las separa, poniendo a Dios aparte e igualmente al hombre, a su vez, unido
a Dios por relación sólo según el mismo honor o soberanía. Pues dice así: Dios es inseparable de la
manifestación; por eso no separo el honor del no separado; separo las naturalezas, pero uno la
adoración. Los hermanos de Antioquía, por otro lado, recibiendo [los elementos] con los que se piensa a
Cristo en simples y solos conceptos han hablado de una diferencia de naturalezas (porque, como dije, la
divinidad y la humanidad no son lo mismo en la cualidad natural [en poióteti fysikê(i)), pero ellos dicen
ciertamente un Hijo y Cristo y Señor, y que es una su persona (prósopon), como es uno verdaderamente.
De ninguna manera dividen lo unido ni aceptan una división natural (fysikèn), como tuvo a bien el
introductor de estas invenciones penosas (Ep 40 ad Acac 15, PG 77,193C-196A, ACO I,1,4, p.27,4-17;
cf. Ep 44 ad Eulog 44, PG 77,224D-225A, ACO I,1,4, p.35,4-12).
45 Por lo tanto, en lo que atañe a la consideración (énnoian) y al solo mirar con los ojos del alma cómo
el Unigénito se hizo hombre, decimos que hay dos naturalezas unidas, pero un Cristo e Hijo y Señor, el
Logos del Dios Padre, hecho hombre y encarnado (Ep 45, 1 Succ 7, PG 77,232Ds, ACO I,1,6,
p.153,23-154,3). Cf. Ep 46, 2 Succ 5, PG77,245A, ACO I,1,6, p.162,6s.
46 De esta manera, respecto a aquellas cosas de las que (ex hôn) es uno y único Hijo y Señor Jesucristo,
en cuanto comprendidas conceptualmente, decimos que se unen dos naturalezas; pero después de la
unión, como ya quitada la separación en dos, creemos que es una naturaleza del Hijo, en cuanto es de
uno, ahora (plèn) hecho hombre y encarnado (Ep 40 Acac 12, PG 77,192Ds, ACO I,1,4, p.26,6-9). Cf.
Ib.. 12-14, PG 77,192D-193C, ACO I,1,4, p.26,6-27,4; Ep 45, 1 ad Succ 6s, PG 77,232C-233B, ACO
I,1,6, p.153,16-154,11; De recta fide ad Th 44, PG 76,1200C. Véase DS 428; 543; 548.
47 Schol Incarn 13, PG75,1385BC, ACO I,5, p.222,30-33.
48 Cf. Atanasio, C. Arr III,30, PG26,388A; Cirilo, Dial Trin 1, SCh 231,p.166 (398,24): ouk en
anthrópo(i) gégone. El Logos de Dios no vino a un hombre sino que se hizo verdaderamente hombre, a
la vez que permanecía Dios (Ad Reg 31, PG76,1228C, ACO I,1,5, p.72,41-73,2. Cf Apol c. Theod 5, PG
76,420B-421C, ACO I,1,6, p.126,24-127,31). Cf. DS 251. La humanidad de Cristo nunca existió idikôs.
Según J. Lebon (La christologie du monophysisme syrien, p.533, en A. Grillmeier y H. Bacht, Das
Konzil... I, pp.425-580), "el elemento doctrinal positivo expresado por el término enypóstatos, la
existencia en y por el Verbo, tiene como lo correspondiente en Cirilo la teoría de la apropiación de la
humanidad por el Verbo (idiopoíesis): la carne, el cuerpo, son idía sárx, ídion sôma del Verbo y no de
un etérou tinós (p.e. DS 262; Ep 50,1, PG 77,257A, ACO I,1,3, p.91,22-24; Ep 55,14, PG77,301D,
ACO I,1,4, p.54,22-24; Apol c. Orient 11, PG76,372Ds, ACO I,1,7, p.58,35-59,3).
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 10
49 III,9, en J. M. Lera ("...y se hizo hombre". La economía trinitaria en las Catequesis de Teodoro de
Mopsuestia [Teología-Deusto], Bilbao 1977) p.180; Hom Cat V,5, en Lera 242; Hom V,19, en Lera
187; VI,12, en Lera 173; VII,1, en Grillmeier 623; VII,6, en Lera 218; VII,7, en Lera 218; Hom Cat
VIII,7, en Studer ( B. Studer y B. Daley, Soteriologie in der Schrift und Patristik [Handbuch der
Dogmengeschite, III, 2a], Herder 1978) p.189; XV,10, en Lera 233; XVI,2, en Grillmeier 623.
50 Cf. Hom Cat VII,4, en Studer, op. cit., 186.
51 Fr Dogm, PG 66,1013A. Lo divino y humano son dichos como de uno (cf. Hom Cat VIII,10, en
Grillmeier 624; VII,11, en Grillmeier 624s). Cf. F. A. Sullivan, The Christology of Theodore of
Mopsuestia (Analecta Gregoriana,82), Roma 1956, p. 262s.
52 El significado original de prósopon es rostro (también se aplicaba al rol). Es la forma en que una fysis
o hypóstasis aparece o se da. Toda fysis o toda hypóstasis tiene su propio prósopon. Expresa la realidad
de la naturaleza con sus fuerzas y propiedades. Si se acentúa cada fysis, cada una de ellas tendría su propio
prósopon. Pero respecto a Cristo se habla de un solo prósopon. El Logos que inhabita le daría su
prósopon al hombre asumido. Grillmeier (op. cit., 624s) anota que dice demasiado como de uno.
53 De Incarn, PG 66,970B. Cf. Ib., PG 66,985B.
54 Cf. De Incarn, PG 66,981A.
55 De incarn VIII, PG 66,981C. El asumente trabajó en el hombre asumido y a través de él (cf. Sullivan,
op. cit., 249-251).
56 Cf. Sullivan, op.cit., 219ss; In Joh 3,16, CSCO 116,51, etc..
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 11
unión es la del Dios que asume y del hombre que es asumido57, la del Dios
que inhabita en su templo. Esta inhabitación es diferente de la de Dios en
el alma del justo, porque es desde el seno materno, para siempre y como
hijo.58 La naturaleza humana de Cristo, por gracia, participa de la filiación.
¿Es filiación adoptiva?59 Ese hombre agraciado, conducido por el Espíritu,
nos merece (libremente) la salvación, restaura lo de Adán60, es prototipo
del cristiano. En El, nosotros recibimos la salvación, la filiación adoptiva.
Por esto, entre nosotros permanecerá también el don que esperamos
recibir por nuestra asociación con él... Cuando me vean llegado a ser
inmortal y ascendido al cielo, por esto que se operará en mí, creeréis que
vosotros también recibiréis, por vuestra asociación conmigo, lo que haya
sucedido en mí a causa de la naturaleza divina que habita en mí. Esta, que
desde el comienzo está en el cielo, da a ése la inmortalidad y le hace
ascender al cielo; a vosotros os dará la asociación con él 61.
Mérito de Teodoro es la insistencia en las dos de las naturalezas, y
la integralidad de la naturaleza humana de Cristo. La fórmula cristológica
un prósopon se debe en la teología griega, en gran parte, a Teodoro,
aunque no tenga en su teología un rol tan central como las dos
naturalezas. Rechaza que se hable de dos hijos.62 Debilidad es no saber
explicitar mejor la unión. Para él las hypostáseis son dos. Porque, como
Cirilo, no distingue entre fysis e hypóstasis.
57 Hom Cat VIII,1, en P. Smulders (Dogmengeschichtliche und lehramtliche Entfaltung der Christologie,
en Mys Sal III, 1, pp.389-476) 443; Hom VI,6 en Lera 158.
58 De Incarn, PG 66,976D; In Joh 10,15.17s, CSCO 116, 145.147.
59 Al ser asumido, participa del honor divino, del señorío, de la omnipotencia (Hom VI,4, en Grillmeier
624; In Psal 8,5-8, 194-196, CCL 88A, 42; Hom VIII,14, en Sullivan 257; De Incarn, PG 66,976BC;
In Joh 5,26s, CSCO 116,84; In Joh 16,15, CSCO 116,213; Hom VIII,13, en Lera 234; Hom VI,6, en
Lera 234s; Hom V,5-7, en Sullivan 238; Hom VI,6, en Lera 232). Cf. Fr Dogm, PG 66,1012Cs; In Joh
10,18, CSCO 116,148; In Joh 11,42, CSCO 116,163.
60 Cf. Hom V,17, en Sullivan 239.
61 Hom Cat VII,10s en Studer, op. cit., 188.
62 Cf. Hom Cat VIII,14, en T. Camelot (De Nestorius à Eutychès: l'opposition de deux christologies, en
A. Grillmeier y H. Bacht, Das Konzil...I, pp. 213-242) p.216; De Incarn, PG 66,985B.
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 12
Algunos dicen que no tenía una solución acabada para la crisis que explota en Oriente con Nestorio. Pero,
en el similar caso de Leporio (cf. Grillmeier, op. cit., 661-665), Agustín mostró que entendía la
encarnación como la unión de la naturaleza humana con la Persona del Verbo (cf. PL 31,1224Ds; 1229B).
Entre las buenas fórmulas agustinianas tenemos, por ejemplo: Persona una ex duabus substantiis
constans; una in utraque natura persona (cf. In Joh Ev tr 99,1, CCL 36,582,42-43; Serm 294,9, PL
38,1340; C. serm Ar 7s, PL 42,688). Una persona geminae substantiae (cf. C. Max II,10,2; PL
42,765). Cf. CCL 9,343; Agustín, Ep 137,9, 14s, PL 33,519, CSEL 44,108; Sermo 186,1, PL38,1, 999.
Véanse otras expresiones sobre la unidad de la persona en Liébaert, op. cit., 97. Cristo jamás existió como
hombre aparte de Dios (Trin 13,17,15s, CCL 50A,412). No fue asumido de forma que primeramente
creado después fuera asumido, sino de forma que por la misma asunción fuera creado (C. serm Ar 8,
PL 42,688).
68 DS 290ss. León habla de doble nacimiento; insiste en la doble consubstancialidad; comunica las
propiedades.
69 Anota Smulders (op. cit., 464 n. 47): usa aquí un texto de Tertuliano, pero cambia 'substantia' por
'natura', probablemente porque substancia podía ser mal entendido en Oriente y porque relaciona las dos
naturalezas con los dos nacimientos (natura-nativitas).
70 Cf. Tertuliano, Adv Prax, 27,11,62-68, CCL 2, 1999s; 27,13,75-77, CCL 2, 1200; 29,2,6-12, CCL
2,1202. Esta frase será vista por algunos como de corte nestoriano. Tampoco caerá bien: Uno y el mismo
'mediador de Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús (1 Tm 2,5) et mori posset ex uno, et mori non
ex altero (DS 293). Y más abajo dice: Aunque, pues, en el Señor Jesucristo hay una sola persona divina
y humana, una cosa (aliud) existe, sin embargo, por lo que en ambas (in utroque) es común la
contumelia, y otra cosa (aliud) por la que es común la gloria (DS 295).
71 Por lo tanto, el que permaneciendo en la forma de Dios hizo al hombre, en la forma de siervo se hizo
hombre (Ad Flav, 3, ACO II,2,1, p.27,14s). Concurriendo lo divino y lo humano a lo mismo, de manera
que en ellos ni la propiedad sea suprimida ni la persona sea duplicada (Serm 65,1, CCL 138A,
p.396,20s; Ep 124,6, PL 54,1065D). En la deidad de la Trinidad es con el Padre y el Espíritu Santo de
una y misma naturaleza, pero en la asunción del hombre no es de una substancia, sino una y misma
persona (Ep 35,2, PL 54,805C). Por lo tanto, en ambas naturalezas es el mismo Hijo de Dios,
recibiendo lo nuestro y no perdiendo lo propio (Serm 27,1, CCL 138, p.132,18s). La divinidad del
Verbo asume en la unidad (in unitatem) de su persona la naturaleza humana; de lo contrario, no habría
regeneración en el agua del bautismo ni redención en la sangre de la pasión (Sermo 69,5, CCL 138A,
p.424,134-6). En esta inefable unidad de la Trinidad, en la que, en todo, siempre son comunes las obras
y los juicios, la reparación del género humano la asumió propiamente la persona del Hijo (Sermo 64,2,
CCL 138A, p.390,31-33).
72 DS 301s.
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 14
73 Varios Padres, por falta de vocabulario, habían hablado de mezcla. Wolfson (op. cit., 372-386) reduce a
cinco las antiguas categorías aristótelicas y estoicas de unión física.
74 La confesión de Basilio de Seleucia en el sínodo del 448 contra Eutiques, que fue leída en Calcedonia,
decía: Adoramos a un Señor Nuestro Jesucristo, conocido en dos naturalezas. Pues una la tenía en sí
mismo antes de los siglos, como siendo esplendor de la gloria del Padre; la otra, empero, en cuanto
nació de la madre por causa nuestra, tomándola de ella se la unió a sí mismo según la hypóstasis. Y
perfecto Dios e Hijo de Dios, también fue llamado perfecto hombre e hijo de hombre. Quería salvarnos a
todos haciéndose próximo (paraplésios) a nosotros en todo, menos en el pecado (ACO II,1,1,p.117,22-
27). Grillmeier (pp. 756-759; 761s; cf. A. M. Ritter, Dogma und Lehre in der Alten Kirchen, pp. 265-
268, en C. Andressen, Die Lehrentwicklung im Rahmen der Katholizität [Handbuch der Dogmen- und
Theologiegeschichte,1], Göttingen 1989, pp. 99-283) destaca el influjo de Cirilo.
75 Según Grillmeier (Die theologische, 124), la síntesis de Calcedonia se realiza, en realidad, más en la
fórmula que en la comprensión.
76 Según Grillmeier (op. cit.,, 769), Calcedonia no duda de que el único Logos es sujeto de los predicados
tanto humanos como divinos, fundamentalmente dentro del esquema Lógos−sárx joánico niceno. Una
mala lectura de Calcedonia podría llevar a concebir las naturalezas en cierta simetría respecto a la única
persona. También se podría concebir a la persona como un 'algo' diferente de sus naturalezas.
77 Según Severo de Antioquía, si hay una hypóstasis o fysis en Cristo, igualmente hay una sola enérgeia,
una voluntad, un saber, que fluyen desde arriba (cf. A. Grillmeier, Jesus der Christus im Glauben der
Kirche II, 2: Die Kirche von Konstantinopel im 6. Jahrhundert, Herder, 1989, p. 532).
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 15
fysis en Cristo, pero todavía no sabe explicar con mayor claridad esta
distinción.78 Esta profundización será el trabajo del neocalcedonismo en el
s. VI, que aflorará en el concilio II de Constantinopla (553) bajo
Justiniano,79 buscando un acercamiento entre Calcedonia y el Cirilo de los
anatematismos.80 Diversos autores se preguntan si la discusión con
monofisitas, como Severo de Antioquía, sobre las naturalezas de Cristo es
una discusión sólo de palabras81 o también de realidades.82
El neocalcedonismo83 va a profundizar el concepto de
hypóstasis. Desde el estoico Posidonio, quien sería el primero en
introducir el término en lenguaje técnico filosófico, hypóstasis
mantendría el sentido tanto de concreción como de manifestación. En la
Trinidad de los capadocios se había destacado el aspecto de
manifestación que diferencia. Para la mayoría de los autores del s. VI,
hypóstasis era un ser determinado, el portador, como prós opon, de las
propiedades caracterizantes. El reciente filósofo neoplatónico Proclo
(+485) ha dado también relieve al aspecto de realización, de subsistir por
84 Leoncio de Jerusalén se expresa así: Pues no os hemos dicho que preexistió a la hypóstasis la
naturaleza humana individual (idikè) del Señor, sino, por el contrario, que ella llega a existir al mismo
tiempo que a subsistir; pero no en alguna subsistencia (hypostásei) particular que fuese propia de ella
sola, como se lo reconocemos a un simple hombre, sino en la hypóstasis del Logos que pre-subsiste antes
de ella (Adv Nest II,7, PG 86,1552D).
85 Se habla también de un synthéteron idíoma. Su idíoma, con la encarnación, en cierto sentido es
ampliado: ya no sólo es conocido por ser engendrado sino también por la humanidad asumida. Cf.
Máximo, Ep 15, PG 91,557AD.
86 Por eso podemos atribuirles distintivos individuantes a la naturaleza humana de Cristo, sin postular una
hypóstasis individual. El status de una naturaleza en cuanto tal (su lógos tês fyseos) no es comprometido
por la actuación hypostática. Los idiómata, en cierto sentido, aparecen como el aspecto material y la
subsistencia como el aspecto formal de la individualidad hypostática. Así convergen el empeño capadocio
con el neocalcedonense para determinar la persona.
87 Cf. Tomás, Sum theol, III,3,1,ad 3; III,2,4.
88 En comunión con la otra.
89 Indirectamente siempre proviene de la persona, quien es el sujeto responsable, aunque es mediante la
naturaleza Por eso se dice que inmediatamente procede de la naturaleza y mediatamente de la persona.
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 17
Introducci ón
Según Máximo, "obrar y realizar es cosa de la naturaleza; recién en el cómo de la realización aparece lo
hypostático" (cf. H.Urs von Balthasar, Kosmische Liturgie. Das Weltbild Maximus' des Bekenners, 2a ed.,
Einsiedeln 1961, p.224). Según B. Sesboüé (Jésus-Christ dans la tradition de l'Eglise. Pour une
actualisation de la christologie de Chalcédoine (Jésus et Jésus-Christ), Desclée 1982, p.168s), habría que
distinguir entre la voluntad querida (thélema), que es única en un ser único, y la voluntad que quería
(boúlesis) (principio de acción racional, que especifica un cierto modo de obrar), que son dos. Según J. I.
González Faus (La humanidad nueva. Ensayo de Cristología (Presencia Teológica,16), Santander 1984, 7a
ed., p.462), "buena parte de lo que en lenguaje moderno pertenece al mundo de la personalidad no es
transportable sin más al campo de la hypóstasis antigua (), sino que pertenece al campo de la antigua
physis."
90 Cf. Ep 4, PG 3,1072C.
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 18
91 Según P. Piret (Le Christ et la Trinité selon Maxime le Confesseur [Théologie Historique,69], Paris
1983, p.364s.; cf. Ib., 105s), Severo de Antioquía hace una cristología distante de la Trinidad, porque
fysis y ousía en Dios es concreto e idéntico a cada hypóstasis; en cambio, en Cristo las dos ousíai son
conocidas por abstracción del contenido concreto, que es la única naturaleza. "Por eso la conclusión de los
discípulos de Severo: la hypóstasis de Cristo, tal como la menciona el concilio de Calcedonia, no puede
ser la hypóstasis del Hijo, puesto que ésta es idéntica a la ousía divina y ésa se diferencia de ella" (Ib.,
106). En cambio, para Máximo, "la individualidad de la ousía humana de Cristo subsiste por su identidad
con la hypóstasis del Hijo" (Ib., p. 366s).
92 Op theol pol, PG 91,148A. Cf. Ib., 145A-149A.
93 Cf. p.e. Amb I, PG 91,1052D. Cf. Op theol pol, PG 91,121AB; Ep 15, PG 91,573A; Piret, op. cit.,
205 (aquí seguiremos su presentación [Ib., esp. pp. 236-239]).
94 Cf. DS 429.
95 Cf. Piret, op. cit., 183. Cf. Ep 15, PG 91,549Ds.
96 Ib., 181. Cf. Gregorio Nac., Orat 39,11, PG 36,345Ds, SCh 358,172.
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 19
desde ellos y en ellos 119 Así la actividad era teándrica120, y no por ser una
como interpretaban los monoenergetas.121 Dios haciéndose hombre,
viviendo como nosotros, mostró cierta nueva actividad teándrica...
Cumplió por causa nuestra, la economía en forma teándrica, haciendo
divina y humanamente a la vez, lo divino y lo humano o, para decirlo más
claro, conduciéndose en esto con actividad divina y humana 122. Obró las
operaciones humanas en forma sobrehumana... porque la naturaleza
[humana] unida sin mezcla a la naturaleza [divina], estaba totalmente
compenetrada con ella (perikejóreke) y no había absolutamente nada
despegado o separado de la divinidad unida a ella según la hypóstasis .123
119 Ep 19, PG 91,593A. Cf. Ep, 15, PG 91,573B; Op theol pol, PG 91,100C-101A.
120 Al cumplimiento, en todo caso, como decía, de estas dos operaciones connaturales, es decir su acción,
como abrazando] (syllâbousan) a ambas conforme a la unión, llamándolas por el nombre de ellas, el
maestro lo designó una operación, porque nada divino ni humano se realiza por separado, sino que se
produce por el uno y mismo estar connaturalmente juntas y unidas por la unitaria circumincesión
(perijóresin) en ellas. Pero, con todo, no dijo una por la operación substancial según su propiedad
física, como que tampoco tiene una esencia y naturaleza por lo unitario de la una persona (prosópou),
que no comparte ni con una ni con otra (oudetéras...metéjousan) de las que se compone. Pues es
salvada, aun en la unión de las naturalezas, la diferencia substancial, preservándose conjuntamente, en
propiedad, en la unión también la diferencia de lo que corresponde substancialmente a las naturalezas
(Op theol pol, PG 91,232AB; cf. Ib., 85Ds; Disp Pyr, 345Ds).
121 Cf. DS 515.
122 Amb, PG 91,1056BC. Cf. Ib., 1057A-1060B.
123 Amb, PG91,1053B. Afirma Piret (op. cit., 351): "diríamos que la voluntad divina y la voluntad
humana de Cristo, en su acuerdo común (symfyïa), se intercambian dándose la una a la otra (antídosis), y
que una tal unión (hénosis) es manifestada (ékfansis) por la circumincesión (perijóresis) de la operación
divina y de la operación humana... Máximo califica, como circumincesión, tanto las operaciones (Op theol
pol 20) como las naturalezas (Disp Pyr): la perijóresis manifiesta que las operaciones son naturales, y que
las naturalezas son operantes".
124 DS 294; cf. 557.
125 Y del mismo único Hijo certificamos todo; y creemos todas las locuciones y todas las operaciones. Si
las unas convienen a la divinidad, así las otras a la humanidad; otras tienen una cierta posición
intermedia como teniendo, en lo mismo, lo digno de Dios y lo humano. Respecto a este último tipo de
fuerza (dynámeos), llamada actividad (enérgeian) nueva y teándrica, decimos que no es una sola
[operación] sino que existe según ambos géneros diferentes. El inspirado Dionisio, aquél que el divino
Pablo ha divinamente cautivado en el Areópago, utilizó esta expresión, porque ella contiene a la vez lo
que conviene a la divinidad y lo que conviene a la humanidad, y mediante una denominación muy
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 23
agraciada y compuesta, manifiesta del todo la operación de cada una de las esencias y naturalezas
(Sofronio, Syn, PG 87 III, 3177BC).
126 Disp Pyr, PG 91,348C. Cf. Amb, PG91,1049C-1052B. Según Piret (op. cit., 376), "podemos decir
que la ousía está en el origen de una potencia (dynamis) que llega a la operación; y esta primera
comprensión conviene al ser creado, porque él está especificado por el movimiento. Debemos agregar que
de la ousía a la operación el movimiento es natural, y que la ousía informa una potencia y una operación
que le permanecen inmanentes".
127 Disp Pyr, PG91,341C.
128 Cf. Op theol pol, PG 91,205B.
129 Op theol pol, PG91,68D
130 En Dios es el haplôs thélein, pero no existe sino en un pôs thélein del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo.
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 24
vez que piadoso, mostrar que todo el lógos de la economía, al mismo tiempo, es completamente sin
confusión y sin división (Op theol pol, PG 91,61BC).
143 "A la circunstancia de la 'reproducción' del trópos intratrinitario del Logos en la naturaleza particular
humana asumida por él, corresponde que la naturaleza asumida es hyperformada en su hábito. En otras
palabras el ser humano de Cristo en todo su comportamiento está marcado por la forma de ser intradivina
de la hypóstasis del Logos. Su praxis refleja, por tanto, un status ontológico, precisamente la enhypostasía
en el Logos" (Heinzer, op. cit. 139). Cf. Amb 1053B.
144 Op theol pol, PG91,48C.
145 Op Theol pol, PG 91,236D. Esto enseñó claramente el gran teólogo Gregorio [cf. DS 556] en el
segundo discurso... 'Su querer no era opuesto, siendo del todo divinizado'. De manera que tenía querer
humano, según este maestro divino. Ciertamente, de ninguna manera opuesto a Dios. Porque el querer
no fue nunca según opinión (gnomikòn) sino propiamente natural, modelado siempre por su esencial
divinidad y movido hacia el cumplimiento de la economía. Y todo íntegramente divinizado para el
consentimiento y cohesión con el querer paterno, y llegado a ser y llamado divino propiamente por la
unión, no por la naturaleza. Dado que es deificado, de ninguna manera se separa de lo que corresponde
a la naturaleza. (Op theol pol, PG 91,81CD).
146 ni siquiera la voluntad según opinión (gnomikón), donde se observa división (diaíresis) personal,
con tal que sea según la naturaleza (Op theol pol, PG91,48Ds).
147 Op theol pol, PG 91,237A.
148 Cf. Disp Pyr, PG 91,301C.
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 27
149 Según Balthasar (op. cit. 224), "obrar y realizar es cosa de la naturaleza, recién en el cómo de la
realización entra la hypóstasis." "La libertad en su raíz, responde Máximo, es una libertad de la misma
naturaleza; recién su realización, su 'liberación' a través de la apropiación, es la obra de la persona, en que
ésta llega a sí misma" (Ib.). Cf. J.J. Prado, Voluntad y naturaleza. La antropología filosófica de Máximo
el Confesor, Río Cuarto 1974, pp.250ss. Cf. Disp Pyr, PG91,292D-293B.
150 Si, pues, la mutación de la elección introdujo en Adán la pasibilidad y la corruptibilidad y la
mortalidad según la naturaleza, con razón la inmutabilidad de su elección volvió a traer en el Cristo por
su resurrección la impasibilidad según naturaleza y la incorruptibilidad y la inmutabilidad (Quaest
Thal 42,52-57, PG90,408BC, CCG 7,287).
151 El querer gnómico es propiamente cosa de la persona o hypóstasis (cf. Op theol pol, PG91,192BC). Si,
pues, contemplamos la ignorancia en la separación según el pensamiento, ni es propia de El, ni tampoco
de nuestra naturaleza como constituyente, a no ser que se diga ser nuestra por la transgresión primitiva,
de lo cual es la ignorancia, la omisión, la desobediencia, la insumisión (Op theol pol, PG91,221B).
152 Disp Pyr, PG91,308D-309A. Según Léthel (op. cit., 129), "en Máximo, el acento está puesto sobre el
trópos: las categorías de gnóme y de proaíresis, que designan en las personas humanas el nivel de la
voluntad libre no pueden ser aplicadas a Cristo. Con todo, la voluntad libre es claramente reconocida en El
en su acto supremo, que es el fiat de la agonía; ella es afirmada como verdaderamente humana. La exclusión
de la gnóme destaca, pues, el carácter indecible del trópos por el que esta libertad humana es la del Hijo de
Dios" (cf. Op theol pol, PG91,48A). Respecto a la gnóme y a la proaíresis, cf. Balthasar, op. cit., 262ss;
Piret, op. cit., 309ss.
153 Cf. Dis Pyr 91,301B.
154 Cf. Op theol pol, PG 91,12ss. Dije elección, (proaíresin), sabiendo que, si el creador de los hombres
se ha hecho hombre por nosotros, él ha restablecido evidentemente para nosotros la inmutabilidad en la
elección, porque él es el autor de la inmutabilidad. Por un lado, aceptando esencial y libremente (kat'
exousían) las pruebas (páthe) de nuestro castigo (epitimías) mediante la experiencia misma; por otro
lado, tomando filantrópicamente sobre sí por apropiación (kat' oikeíosin) lo deshonroso (atimías),
apropiación que se constituyó en causa de la 'apatía' en la elección. El ha dado la garantía cierta de la
incorruptibilidad natural que sigue a la prueba. Porque la humanidad de Dios no es movida, como la
nuestra, por la elección, es decir realizado un discernimiento de los opuestos en base a una deliberación
y juicio. No sea que se la reconozca como naturalmente cambiante por la elección. Sino que habiendo
recibido su ser junto con la unión con el Dios Logos, tuvo un movimiento seguro, mejor dicho una fijeza
respecto al apetito natural o querer. O para hablar más precisamente, posee una estabilidad inmóvil en
El, conforme a su muy pura realización (ousíosin) completamente deificada por el Dios y Logos. [El
Logos] informándola naturalmente y moviendola, como propia y natural de su alma, ha cumplido en
realidad el gran misterio de la economía por nosotros. El no ha disminuido en nada lo que naturalmente
pertenece a lo asumido -excepto el pecado, cuyo carácter propio ( lógos) no ha sido jamás insertado en
ninguno de los seres (Op theol pol, PG 91,29D-32B; cf. Ib. 29BC).
HACIA LA CRISTOLOGIA DE MAXIMO EL CONFESOR 28
155 De lo que más le interesa a Máximo, según B. Studer (Gott und unsere Erlösung im Glauben der
Alten Kirche, Düsseldorf 1985, p. 275), es esta coordinación de la voluntad humana con la divina.
156 F.X. Murphy, P. Sherwood, Constantinople II et Constantinople III (Histoire des Conciles
Oecuméniques,3), Paris 1973, p. 223.
157 La naturaleza humana no es operativa sino sólo a través de un modo existencial, que aquí es divino.
Según Léthel (op. cit., 76), Máximo distinguiría tres tipos de trópos respecto a la voluntad humana: 1) el
del pecado, que es contrario a la naturaleza; 2) el de la virtud, que es conforme a la naturaleza; 3) el de la
voluntad humana del Verbo encarnado, que está por encima de la naturaleza fundando su impecabilidad y
divinización.
158 Op theol pol, PG 91,80A. Decimos que el querer, en cuanto es natural, no es contrario; en cuanto,
empero, no es naturalmente movido en nosotros, claramente es opuesto y, las más de las veces,
contradice; a lo que sigue el pecado. Lo fuera del lógos y de la ley subsiste (hyfístatai) según el modo
(trópo(i)) que corresponde al abuso del movimiento, y no según el lógos de la potencia conforme a
naturaleza. Puesto que [la voluntad] está en consonancia [con Dios] y no le es contraria cuando está
marcada de raíz y es movida, aunque no posea el estar unida a Dios. Porque como no hay ningún lógos
en la naturaleza de lo que está por sobre la naturaleza, así tampoco de lo que está fuera de la naturaleza
(parà fysin) y en rebelión....Porque el querer humano (thélein) del salvador, aunque era natural, no era
simple [no acompañado] en lo humano, como tampoco su humanidad, sino que, por sobre nosotros,
estaba enteramente deificado por la unión, a la que está propiamente unida la impecancia. Nuestro
querer es evidentemente simple y de ninguna manera impecable por la inclinación que hay hacia aquí y
hacia allí. Esta inclinación no cambia la naturaleza, pero desvía el movimiento, o por decirlo con más
verdad, cambia su trópos. Es evidente que por hacer numerosas cosas contrarias a la razón (paralógos)
no degenera una ousía, de lo racional (logikês), que le es innato, en irracional (álogon) (Op theol pol,
PG 91,236CD).
159 Hay un apetito natural e innato, que tiene la carne naturalmente, de no querer morir. Puesto que esto
es la condenación de la naturaleza.... Pues es del todo necesario que la voluntad concurra con la
naturaleza, y que la naturaleza no quiera morir sino que adhiera a la vida presente. Y así como el tener
hambre o sed no es motivo de reproche, tampoco lo es [el deseo] de la vida presente (Op theol pol, PG
91,224C; cf. Disp Pyr, PG 91, 297BC).
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Conclusión
PALABRAS FINALES