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TEMA 5: LA BAJA EDAD MEDIA. LA CRISIS DE LOS SIGLOS XIV Y XV

I.- LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA. INSTITUCIONES

A.- La Monarquía:
El origen del poder real
La sucesión al trono
Los poderes del rey
Las obligaciones del rey
Derechos de la Corona

B.- Diversas instituciones


El gobierno del Reino
- La Curia regia
- El Consejo Real
- Las Cortes
La administración de Hacienda:
La administración territorial y de justicia
- Territorial
- Merindades
- Adelantamientos
- Veguerías
- De justicia: Real, nobiliaria y eclesiástica.
La administración local
- Los concejos
- Los señoríos

II.- CRISIS DEMOGRÁFICA, ECONÓMICA Y POLÍTICA


- La crisis demográfica. La Peste Negra
- La crisis económica
- La crisis política

III.- LA EXPANSIÓN DE LA CORONA DE ARAGÓN EN EL MEDITERRÁNEO


- Tratado de Almizra
- Jaime I: Conquista de Mallorca
- Pedro III: Anexión de Sicilia
- Jaime II: Toma de Cerdeña
- Pedro IV:
- Incorporación del reino de Baleares y el Rosellón
- Conquista de los Ducados de Atenas y Neopatria
- Alfonso V: Conquista de Nápoles
IV.- LAS RUTAS ATLÁNTICAS: CASTELLANOS Y PORTUGUESES. LAS ISLAS
CANARIAS
A.- Las rutas castellanas:
El Atlántico norte: Burgos-Bilbao
El Atlántico sur: Sevilla-costa atlántica andaluza. Portugal
B.- Las islas Canarias
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TEMA 5: LA BAJA EDAD MEDIA. LA CRISIS DE LOS SIGLOS XIV Y XV

I.- ORGANIZACIÓN POLÍTICA: MONARQUÍA Y CORTES.


A.- La Monarquía:
La organización política se caracteriza por la fragmentación del poder político: el rey viene a
ser el Primus inter pares (primero entre iguales). A partir del momento en que los señores acaparan
una importante parte del poder político que correspondía a los monarcas, desapareció la antigua
concepción romana del estado, ya no hay un Estado-gobierno con sus funcionarios y súbditos
ciudadanos y una legislación. Esta estructura deja pocos poderes al monarca.
Las relaciones políticas van a convertirse ahora en vínculos personales, los vasallos de la
minoría noble-eclesiástica, dejan de ser súbditos del rey para convertirse en vasallos de algún
miembros de la pirámide feudal.
También podía ocurrir que cada ciudad tuviera su propio fuero con administración
independiente. Sólo a partir del s. XIII los monarcas procuraron recuperar su función sobre todos los
súbditos del Estado. Propiciaron para ello la propagación de las teorías del Derecho Romano que
desde la Universidad de Bolonia en Italia se extendían por Europa y aliándose con la burguesía
urbana o con parte de la nobleza, procuran establecer su autoridad (lucha nobleza-monarquía) frente
a la nobleza y municipios urbanos (contrapoderes del rey).
El origen del poder real
1º.- El poder de los reyes viene a ellos directamente de Dios, por lo tanto, entre el rey y Dios
no debe haber ningún intermediario, incluido el papa. Era la tesis de Alfonso X.
2º.- El poder de los reyes viene de Dios pero a través del Papa vicario de Dios en la Tierra ;
por lo tanto, el papa puede nombrar y deponer a los reyes. En ambos casos se exigía que el rey fuera
fruto de un matrimonio canónico; los hijos naturales y bastardos quedaban excluidos de la Corona.
3º.- El poder de los reyes viene del pueblo a quien se lo ha entregado Dios; el único
intermediario, pues, entre Dios y el rey es el pueblo representado por los estamentos privilegiados.
El pueblo puede elegir y deponer reyes según su conveniencia.
La sucesión al trono. No fue siempre una cuestión clara ni igual en todos los reinos. En
general termina prevaleciendo el principio hereditario. Esta sucesión se hacía por línea del varón, A
falta de varón podían heredar las mujeres quienes tenían que ejercer la soberanía a través de un
representante (generalmente el esposo).
En el siglo XIII, las Partidas quisieron consagrar la sucesión por línea directa y por
primogenitura, es decir, muerto el hijo mayor la sucesión recaía en los hijos de éste y no en los otros
hijos del rey. Según las Partidas las mujeres podían ser reinas de pleno derecho. En Navarra y
Aragón se daban situaciones similares a la de Castilla. Después de la unión de Cataluña y Aragón se
impuso la exclusión total de las mujeres por la llamada ley Sálica.
Los herederos de la Corona recibieron un título y un señorío que les garantizaba unos
ingresos diferentes a los que percibían los reyes. En Castilla, el heredero recibió el título de Príncipe
de Asturias, en Aragón el de Duque de Gerona y en Navarra el de Príncipe de Viana.
Los poderes del rey. El rey asumía los tres poderes, pero no tenía poderes absolutos, sino
que estaba limitado por las leyes propias del reino, por los fueros de los estamentos y, sobre todo,
por la Ley de Dios. La Corona de Aragón era distinta de la del reino castellano-leonés. No era una
monarquía con tanto poder, sino pactista. El monarca al ser investido se comprometía a mantener un
pacto con sus vasallos (nobleza, clero y patriciado urbano), que se realizaba a través de las Cortes.
El monarca, que solía residir en Barcelona, tenía un representante (virrey) en cada Estado.
El rey, jefe del poder ejecutivo, nombraba y deponía a los funcionarios, incluida la jerarquía
eclesiástica allí donde tenía derecho de patronato, ordenaba la publicación de las leyes, era el juez
supremo, Jefe de las Fuerzas Armadas, declaraba la guerra y firmaba la paz. En la práctica su poder
estaba limitado a la zona de realengo porque había otras las autoridades (señorío, concejos y clero).
Las obligaciones del rey. Gobernar con justicia y equidad, defender el territorio y defender
y proteger la fe cristiana.
Derechos de la Corona. No bastaba con tener derechos a la Corona; en Castilla era precisa
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la coronación previa (reconocimiento por parte del reino del nuevo rey) y, en ocasiones, la
consagración (reconocimiento por parte de la Iglesia). Al rey le correspondían en exclusiva ciertos
derechos que recibieron el nombre de regalías: la acuñación de moneda, el derecho de patronato...
Alrededor del monarca se fue formando una corte de familiares, nobles y funcionarios. No tuvo
residencia fija (León, Toledo, Sevilla...) hasta Felipe II (1581)
B.- Diversas instituciones
El gobierno del Reino: Para gobernar, el rey solía servirse de instituciones que, como es
lógico, fueron cambiando con el transcurso del tiempo. Las más importantes fueron:
La Curia regia. La palabra curia significa cuidado de lo público. Era una institución
integrada por los familiares del rey, nobleza, clero, oficiales del palacio real y en algunas ocasiones
1os jueces. A partir del s. XI, con Fernando I, esa reunión se convierte en institución. Sus
competencias eran muy amplias y abarcaban tanto los asuntos internos de la casa real (sucesión,
bodas, dotes) como los asuntos públicos y los judiciales.
Sus reuniones podían ser de dos tipos: ordinarias y extraordinarias. Las Curias ordinarias
eran muy frecuentes y en ella participaban los acompañantes habituales del rey, fueron el
antecedente del Consejo Real. Las Curias extraordinarias se convocaban únicamente en casos de
gran importancia. Acabaron dando lugar a las Cortes.
El Consejo Real: Era algo así como el Gobierno central. Es el organismo más importante
creado en el s. XIV (1385) que pasó a sustituir a la Curia regia ordinaria y se convirtió en el centro
de las grandes decisiones políticas. Aunque el número de sus componentes varió mucho,
inicialmente en Castilla estaba formado por representantes del alto clero, alta nobleza y algunos
letrados. Era el órgano permanente de consulta de los reyes.
Las Cortes. Derivaban de la Curia extraordinaria y surgen cuando a los miembros de la
nobleza y clero se sumaban representantes de las ciudades. Las primeras Cortes de las que se tiene
certeza y por tanto las más antiguas de Europa fueron las reunidas por Alfonso IX de León en 1188.
En Castilla y Cataluña a principios del XIII y en Navarra en el XIV. Florecieron en los s. XIV y XV.
Sus funciones iniciales fueron el control de la acuñación de moneda. También la
proclamación del heredero y la toma de juramento del nuevo rey, quien debía comprometerse a
respetar las leyes y los fueros propios del territorio.
En Castilla y León después de su unificación definitiva se reunían conjuntamente las de los
dos reinos. no tuvieron función legislativa directa, su función era consultiva y su máxima
competencia era la concesión de impuestos extraordinarios pedidos por el rey y a cambio los
representantes de las ciudades (que eran los únicos que hablaban porque al fin y al cabo eran los
únicos que pagaban) exigían al rey la promulgación de determinadas leyes. solían reunirse cada dos
años. Pero no todas las ciudades tenían el "privilegio" de enviar representantes a las Cortes. La
periodicidad de las reuniones no estuvo bien definida
En Navarra y en los reinos de la Corona de Aragón tuvieron un verdadero poder legislativo,
por lo que se convirtieron en un organismo de gobierno con mayor fuerza que en Castilla. Cada
reino de la Corona de Aragón tenía sus propias Cortes que se reunían cada tres o cuatro años y que
se abrían siempre con la presentación de "agravios" contra el rey o sus funcionarios. Estaban
formadas por cuatro brazos: Ricoshombres (alta nobleza), infanzones (baja nobleza), clero y
ciudades. Para vigilar el cumplimiento de lo acordado se creó una Diputación General. Era un
órgano político administrativo en principio con carácter transitorio, pero tanto en Cataluña, desde
1359, con el nombre de Generalitat, como en Aragón y Valencia, desde el s. XV, terminaron
convirtiéndose en organismos permanentes y ampliando sus funciones, tomaban juramento a los
oficiales del rey, cobraban tributos, velaban por el cumplimiento de las leyes e incluso establecían
tributos propios con los que mantenían tropas y fomentaban el comercio.
La administración de Hacienda: En Castilla nunca hubo una clara división entre los
dineros del rey y los del reino. Inicialmente su administración era el principal cometido del
mayordomo mayor, cargo ya existente en el siglo XII, aunque no sería hasta el reinado de Alfonso X
cuando se institucionalizase. A medida que cuentas públicas se fueron complicando se crearon
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nuevos cargos e instituciones. Surge el contador que llevaba las cuentas de la Hacienda Real,
aunque no manejase realmente el dinero.
En la Corona de Aragón hubo una clara separación entre el dinero del rey y el del reino. El
dinero del rey era administrado por un bayle general en cada reino y el dinero del reino era
administrado por Diputación General. En Navarra la Hacienda Pública era dirigida por un tesorero.
La administración territorial y de justicia:
Desde el punto de vista territorial no hubo distritos judiciales propios sino otros en los
cuales la administración de justicia estaba mezclada con funciones gubernativas y económicas.
Fueron: Merindades, adelantamientos y veguerías.
 Merindades. Distrito de carácter administrativo gobernada por un merino. El merino recaudaba
los tributos debidos al rey, movilizaba las tropas y era la máxima instancia judicial del territorio.
Administraban justicia y acabaron siendo administradores generales.
 Adelantamientos. Territorios fronterizos de reciente incorporación. A su frente estaba un
adelantado, con funciones sobre todo militares, pero también judiciales y político-
administrativas. Posteriormente se colocaron adelantados también en zonas de retaguardia. Fue
un cargo lucrativo y de gran poder que acabó vinculándose a determinados linajes.
 Veguerías: Similares a las merindades, eran los distritos en que se dividía el Principado de
Cataluña. A su cabeza estaba el veguer, encargado de hacer cumplir las órdenes regias, cuidaba
del mantenimiento de la paz pública, perseguía a los delincuentes y actuaba como juez ordinario.
La administración de justicia podía ser eclesiástica, señorial y real, a su vez, unas y otras
podían ejercer el mero imperio (causas penales, incluida la pena de muerte) y el mixto imperio
(causas civiles). Siempre se podía apelar al rey. Existía un tribunal supremo: la Audiencia que
dependía totalmente del monarca. En realidad esta administración sólo funcionaba en tierras de
realengo porque chocaba con los señoríos nobiliarios o las autoridades municipales.
La administración local:
Los concejos (Municipio burgués). En Castilla en su origen eran concejos abiertos,
asambleas de todos los vecinos para tratar los asuntos concernientes a su colectividad. Se
convocaban a campana tañida, se celebraban al aire libre (en el pórtico de la iglesia, bajo el árbol de
la plaza, etc.). A partir del siglo XII eran tantos que la participación de todos resultó imposible y el
concejo se transformó en una asamblea restringida, que se reunía en un local cerrado y que se
convocaba mediante citación personal a sus miembros. Poco a poco quedó en poder de la oligarquía
urbana y al final de la E. Media el concejo terminó siendo controlado por los reyes a través de la
figura del corregidor o delegados regios, que los Reyes Católicos generalizan.
En la corona aragonesa los concejos adquirieron mayor importancia y en Cataluña tuvieron
la forma más avanzada. El poder municipal estaba en manos de un pequeño grupo de cinco prohoms
o consellers, elegidos por el Consejo del Ciento y por jurados que se renovaban cada año.
Representaba a los ciudadanos honrados, a los mercaderes, a los artistas y a los menestrales. Al final
de la Edad Media el Concejo de Ciento pasó a ser hereditario.
Los señoríos. Fueron un poder local, porque en sus tierras cada señor tenía una serie de
poderes jurisdiccionales, siendo auténticos reyezuelos.
II.- CRISIS DEMOGRÁFICA, ECONÓMICA Y POLÍTICA
A fines del siglo XIII el modo de producción feudal había llegado al límite de sus
posibilidades y con la tecnología existente cada vez era más difícil conseguir un aumento de
recursos alimentarios en proporción con el aumento de la población. Cuando el equilibrio se rompió
a partir del siglo XIV se produjo una crisis general del sistema en los aspectos económico, social,
político y cultural.
Aunque la estructura política del feudalismo no superó esta crisis y a fines del s. XV se
establecieron monarquías autoritarias en casi todos los Estados europeos, las estructuras
socioeconómicas del feudalismo sobrevivieron. En España se mantuvieron hasta bien avanzado el
siglo XIX e incluso en el s. XX en algunos aspectos.
La crisis demográfica. La Peste Negra:
En los siglos XI y XII la población había experimentado cierto crecimiento. Pero al llegar al
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siglo XIV se entró en una etapa de crisis demográficas debidas a la incidencia de una serie de
epidemias (crisis de subsistencias) que diezmaron la población. La más conocida fue la Peste Negra,
que llegó a la Península en 1348.
En Castilla todas las fuentes coinciden en destacar los estragos que produjeron estas
epidemias, pero no existen cifras fiables para poderlos cuantificar. Atacó particularmente a
Andalucía donde murió el propio rey Alfonso XI que estaba en Sevilla para la conquista del
Estrecho, también en Sahagún...Sin embargo, las fuentes indican también que, a partir de mediados
del siglo XV se inició una recuperación demográfica. Se ha calculado que a finales de este siglo XV
la población total era de unos 4.500.000 de personas.
La Corona aragonesa sufrió en mayor medida que la castellana las epidemias y la Peste
Negra. Afectó a Barcelona, Valencia, Mallorca. Fue terrible y culminó en la Guerra Civil. La
Corona aragonesa tardará en recuperarse de esta crisis.
Las consecuencias de la peste fueron nefastas: despoblamiento del campo, intensificación del
bandidaje, , disminución de ingresos en las arcas reales por falta de contribuyentes, falta de personas
para cubrir gran número de empleos, (jueces, médicos, vigilantes del orden público), conventos
vacíos, etc. La falta de mano de obra se quiso compensar con el comercio de esclavos. Se produce
un aumento de los salarios agrícolas y urbanos y la ruina de los arrendadores de impuestos de peajes
por falta de transacciones comerciales. Como siempre que ocurre una desgracia se busca culpables y
como no los había se inventaron: los judíos.
La crisis económica:
La Peste Negra acabó con casi todo: campos sin cultivar por falta de brazos y de potenciales
consumidores y encarecimiento de los escasos productos existentes. Superada la enfermedad los
escasos trabajadores pidieron un aumento de salario lo que llevaba aparejada la de los precios, lo
que a su vez implicaba una devaluación de las monedas; como la espiral inflacionista parecía no
tener final, los reyes se vieron obligados a intervenir fijando tasas máximas para unos y otros. No
parece que tuvieran mucho éxito y la nobleza que entró en pérdidas, quiso intensificar el régimen
señorial con la fijación definitiva de los campesinos a la tierra (segunda servidumbre de la gleba) a
lo que se opusieron los payeses catalanes y los artesanos.
Todo ello desembocó en un endurecimiento de las luchas de clases de los campesinos contra
los señores (movimiento remensa catalán, agitación foránea mallorquina, revuelta irmandiña
gallega). (En Castilla los campesinos mataron a su señor feudal en Paredes de Nava 1371). También
sublevación de la pequeña nobleza y burguesía de las ciudades contra los señores, se radicalizó en
Barcelona estallando la guerra civil entre la oligarquía catalana, contando con la nobleza y el clero
(Biga) que apoyaba Carlos de Viana contra su padre el rey Juan II, apoyado por los menestrales
(Busca), campesinos de remensa, la baja nobleza y el bajo clero.
Allí donde la principal actividad económica era el comercio como Cataluña, se inició una
regresión de la que se saldría muchos años después. Donde los principales recursos eran agrícolas y
sobre todo ganaderos la crisis se superó más fácilmente: Castilla, la gran productora de lana vio
incluso incrementada su producción como consecuencia de la Guerra de los Cien Años (Francia e
Inglaterra desde 1349- hasta mediados del s. XV).
La crisis política:
Desde el punto de vista político los siglos XIV y XV vieron desarrollarse las luchas entre la
nobleza y el rey, para mantener o aumentar su poder. Los monarcas conseguirán aumentar su
autoridad político-administrativa a cambio de enriquecer a una nobleza que empezó a establecerse
en la corte, en busca de cargos oficiales pródigamente remunerados.
Cualquier debilidad en la monarquía es aprovechada por la nobleza para enfrentarse con la
monarquía. Por ejemplo en Castilla durante las minorías de Fernando IV (1295-1301), de Alfonso
XI (1312-1325) ) la usurpación de Enrique II frente al rey Pedro I, (1369-1379) y Enrique IV
llevaron al reino al borde de la descomposición y permitieron a la nobleza apoderarse de gran parte
de los recursos del Estado a pesar de las reiteradas peticiones de las Cortes de que se respetase la
legalidad. Cuando el rey era fuerte este lograba imponerse.
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Lo mismo pasa en la Corona de Aragón. Pedro IV hubo de enfrentarse a la nobleza; no


obstante, el mayor peligro para la continuidad de la confederación se produjo tras la muerte sin hijos
de Martín I el Humano (1395-1410), terminando por nombrar en el Compromiso de Caspe a
Fernando I (un Trastámara emparentado con Castilla) que era nieto de un bastardo (Pedro IV).
En Navarra, el infante Juan de Aragón (futuro Juan II hijo de Fernando I desplazó de la
corona (1441-1479) al legítimo heredero Carlos de Viana.
Al final en el s. XV se conseguirá llegar a la Monarquía autoritaria con los RRCC como
monarcas de todo el territorio y por tanto monarcas de súbditos no de vasallos (fin de la Monarquía
feudal, de la fragmentación del poder político y de las relaciones personales). El rey acaba
imponiéndose a las autoridades medievales (nobleza, clero y ciudades).
III.- LA EXPANSIÓN DE LA CORONA DE ARAGÓN EN EL MEDITERRÁNEO.
La Corona de Aragón, a partir de las grandes conquistas de Jaime I, no podía conquistar
nuevos territorios en la península como consecuencia del Tratado de Almizra, firmado en 1244
entre Jaime I y Fernando III de Castilla; en virtud del cual todos los territorios musulmanes que
quedaban en territorio peninsular pasaban a ser reconquista exclusiva de Castilla, con lo que era el
cierre definitivo de la expansión hacia el sur de la Corona de Aragón; pero la nobleza y sobre todo
los Almogávares (mercenarios catalano-aragoneses) necesitaban guerras para aumentar sus ingresos,
por eso los monarcas aragoneses tuvieron que buscar nuevos campos de batalla y desviar hacia ellos
la inercia bélica de los guerreros.
El único lugar por donde podían expansionarse era la cuenca mediterránea. Esta expansión
era también una exigencia para consolidar y ampliar el pujante comercio. La proyección hacia el
Mediterráneo fue iniciada por Jaime I, con la conquista de Mallorca, separada por testamento.
Prosiguió con Pedro III, con la conquista de Sicilia (pág. 77). Pedro III estaba casado con
Constanza de Suabia, quien, como descendiente del emperador Federico II, era heredera de Sicilia,
pero el Papa había entregado la isla a Carlos de Anjou, hermano del rey de Francia. Los sicilianos no
aceptaron la dominación francesa y se sublevaron, al mismo tiempo que pedían ayuda a Pedro III y
le ofrecían el trono siciliano. Pedro III, que tenía preparada su flota, acudió rápidamente, expulsó a
los franceses y fue coronado rey de Sicilia. Esto provocó una violenta reacción de los partidarios de
la Casa de Anjou y del Papa, que excomulgó a Pedro III y entregó sus reinos a un príncipe francés.
Fue un momento difícil para Pedro III, pues al mismo tiempo que tenía que hacer frente a una
invasión francesa en Cataluña, se sublevaron los nobles aragoneses.
La guerra contra Francia resultó favorable para el rey aragonés, porque su escuadra, mandada
por Roger de Lauria, venció a la francesa en varias ocasiones. Aunque los franceses habían
penetrado en Cataluña y tomado Gerona, la peste se propagó en su ejército y decidieron la retirada.
Posteriormente Jaime II, tomaba Cerdeña. Excepcional importancia tuvo el largo reinado de Pedro
IV el Ceremonioso. Con él se reincorporó a la Corona de Aragón, el reino de Baleares y el Rosellón
que había funcionado en el pasado con independencia, por el testamento de Jaime I. También sumó
a sus dominios, aunque por breve tiempo, los ducados de Atenas y Neopatria, situados ambos en el
Mediterráneo oriental, pertenecientes al Imperio Bizantino.
El rey Alfonso V (1416-1458), hijo de Fernando I de Aragón conquista el reino de Nápoles.
IV.- LAS RUTAS ATLÁNTICAS: CASTELLANOS Y PORTUGUESES. LAS ISLAS
CANARIAS.
A.- Las rutas castellanas:
En Castilla el comercio nunca tuvo la importancia de Cataluña porque los monarcas
apoyaron siempre los intereses agrarios de la nobleza y cuando los castellanos quisieron establecerse
en el norte de África se encontraron con que genoveses y catalanes ya estaban establecidos allí e
inicialmente no fueron capaces de competir con ellos. La expansión natural del comercio castellano
debió haber sido por el norte de África y el Atlántico norte. El oro del Sudán, motor del comercio
bajomedieval estaba en gran parte controlado por el comercio catalán. Pero Castilla también
comienza a comerciar con lo territorios marroquíes. Para regular este comercio el rey castellano
Sancho IV y Jaime II de Aragón firman el Tratado de Montearagón en 1291 por el que se repartían
el norte de África: Marruecos quedaba para Castilla y Argelia y Túnez para Aragón.
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El Atlántico norte: Burgos-Bilbao


El comercio por esta zona fue relativamente tardío y no fue obra de los castellanos
propiamente dicho sino de comerciantes extranjeros establecidos en Castilla; tuvo una rápida
expansión. La primera noticia de la expansión de los comerciantes castellanos, o residentes al menos
en Castilla, hacia el Atlántico Norte la tenemos en los privilegios que Alfonso X concedió a los
genoveses del Barrio de la Mar de Sevilla; esos privilegios sirvieron para que se iniciase la ruta
comercial por Italia, Cataluña, Sevilla, Gascuña, Bretaña, Normandía, Inglaterra, Flandes por la que
circulaban trigo, arroz, vino, aceite, frutas y azafrán. Tal ruta se consolidaría tras la conquista de
Tarifa por Sancho IV, la apertura del Estrecho, en cuyo reinado comenzó la exportación de hierro
vizcaíno hacia Inglaterra.
El gran eje comercial y financiero giraba alrededor de Burgos y las ciudades del litoral
cantábrico. Burgos se convirtió en el centro recolector de la lana, tuvo un consulado de comercio. El
comercio de la lana estaba en manos de los comerciantes de Burgos, que acumulaban lana y la
exportaban por los puertos del Cantábrico. Las ciudades del litoral cantábrico habían formado ya
desde el siglo XIII la Hermandad de la Marina de Castilla (Desde Fuenterrabia a Bayona de
Galicia), que desarrolla una importante marina en competencia con los ingleses transportando vinos
y hierro vasco hacia Inglaterra y Flandes, extendiendo sus zonas pesqueras hacia el atlántico norte,
transportando la lana castellana y estableciendo una rica colonia vasca en Brujas.
Posteriormente Bilbao, fundado en 1300, sustituye a Burgos en el control de esta ruta
comercial de los puertos cantábricos y la domina. Castilla se había convertido en la primera potencia
lanera y desplaza a la lana inglesa en Flandes. La Guerra de los Cien Años 1 en la que intervino
Enrique II a favor de Francia convirtió a la lana castellana en un producto sin rival en el
abastecimiento de Flandes (dependiente de Francia). También fueron importantes las ferias de
Medina del Campo, creadas a principios del XV adonde acudían muchos mercaderes del Norte de
Europa y donde se realizaban transacciones comerciales y operaciones bancarias importantes.
El Atlántico sur: Sevilla-costa atlántica andaluza. Portugal
Para proteger esta ruta Castilla colaboró con Portugal y Aragón hostigando al reino nazarí de
Granada y a los benimerines del Norte de África y controlar el Estrecho de Gibraltar. Los tres reinos
compartían el mismo interés económico por “abrir” el Estrecho y por ello colaboraron hasta
mediados del s. XIV. A fines del siglo XIII y en la primera mitad del siglo XIV los reyes de Castilla
controlaron las tierras del extremo Sur de la Península con la toma de Tarifa y de Algeciras. Con
ello la costa atlántica andaluza se convirtió en escala obligatoria de una nueva ruta marítima que
enlazaba los puertos del Mediterráneo Occidental, especialmente los italianos, con los del Mar del
Norte (Flandes, Inglaterra, Francia). Los mercaderes genoveses, crearon una importante colonia en
Sevilla y desde ella impulsaron el comercio a través del estrecho de Gibraltar, a partir de la victoria
del Salado sobre los benimerines en 1340 que neutralizó el control norteafricano del Estrecho.
Los comerciantes genoveses instalados en Sevilla se interesaban además por los productos
andaluces (aceite, mercurio, cochinilla) y por el acceso a los puertos del Norte de África, donde
podían conseguir el oro y los esclavos procedentes del Sudán. En esta zona entran en colisión con
los intereses portugueses. Esta rivalidad se soluciona en 1480 cuando Castilla acepta por el Tratado
de Alcaçovas esta ruta para los portugueses.
Portugal se convirtió en un poderoso rival en la expansión atlántica hacia el sur. La derrota
en Aljubarrota (1385). del rey castellano Juan I, casado con Beatriz de Portugal, por el portugués
Juan de la dinastía de Avis con el apoyo de la burguesía mercantil, llevó a Portugal a lanzarse a los
descubrimientos.
Portugal estrecha su alianza con Inglaterra frente al binomio Castilla-Francia y apostó por la
expansión marítima, especialmente el hijo de Juan I, Enrique el Navegante, que, aunque nunca llegó
a reinar, se convirtió en el gran promotor de estas expediciones. En su expansión por la ruta sur del
Atlántico, ocupan Ceuta (1415) y Tánger (1471), colonizan Madeira (1418) y las islas Azores
(1432), donde instalan cultivos de trigo y caña de azúcar. Más tarde exploraron la costa occidental
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Derrota de Inglaterra en La Rochela 1372)
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africana, primero en busca de oro y luego con el fin de abrir una ruta atlántica hacia las Indias y las
especias orientales: en 1434, los portugueses llegaron al cabo Bojador (Sahara Occidental). En 1482,
ya fallecido Enrique el Navegante, crearon en Ghana la factoría fortificada de san Jorge como centro
básico para la obtención del oro.
A mediados del siglo XV, Lisboa recibía con regularidad oro, marfil y esclavos procedentes
del golfo de Guinea. En 1487 y 1488, el portugués Bartolomeu Días llegó al cabo de Buena
Esperanza, en el sur de África y Vasco de Gama llega a la India en 1498.
B.- Las islas Canarias:
Una coincidencia trascendental fue la expansión atlántica con el final de la campaña de
conquista de las Islas Canarias y el descubrimiento de América. Aunque Portugal llevaba ventaja en
la expansión atlántica y en la carrera hacia las Indias. Se produce una colisión de intereses.
Siguiendo esta fecunda expansión, las islas Canarias debían de haber sido un objetivo de
Portugal. Además, era frecuente la piratería de los barcos portugueses, que saqueaban las costas en
busca de oro y esclavos. La empresa colonizadora fue prácticamente privada hasta la época de los
Reyes Católicos; los derechos señoriales de las islas fueron vendidos varias veces a lo largo del siglo
XV, y Castilla y Portugal rivalizaron por el control de Canarias hasta 1479.
El archipiélago canario, habitado por aborígenes guanches, constituía una excelente base
marítima de operaciones y aprovisionamiento. Entre 1402 y 1428 se enviaron varias expediciones.
La primera, auspiciada por Enrique III de Castilla, fue encabezada por el aventurero normando Jean
de Bethencourt, al que el rey otorgó el señorío de las islas para su conquista y evangelización frente
a Portugal. Se apoderó de Lanzarote y, más tarde, de Fuerteventura, La Gomera y El Hierro. Enrique
III lo nombró rey vasallo de Canarias. Después los RR.CC. tomaron a su cargo la conquista de las
islas mayores: Gran Canarias, La Palma y Tenerife, convirtiéndolo en una empresa real, ya que el
Tratado de Alcaçovas, 1479, delimitaba la expansión atlántica atribuyendo a Portugal la ruta de la
India, obligando a Castilla a renunciar a las expediciones a Guinea, pero había exceptuado a
Canarias y nada decía de occidente. Las islas no serán conquistadas hasta fines del XV.
La conquista no se realizó directamente por la monarquía sino mediante capitulaciones entre
la Corona y los capitanes que organizaban huestes y financiaban la empresa. Son convenios entre un
particular o grupo de particulares y el rey. Por esos convenios el rey autorizaba al particular a
conquistar un territorio, que teóricamente está bajo la soberanía real, siempre que el particular
corriese con los gastos pertinentes; a cambio de la autorización y de una cierta protección
diplomática, el rey recibía una parte de los beneficios obtenidos. Por primera vez los RRCC
pusieron en práctica el sistema de capitulaciones que después se generalizaría en América.
Como consecuencia de la conquista se redujo notablemente la población indígena (guanches)
no tanto por la esclavitud que no se generalizó debido a su prohibición por los reyes, como por los
atropellos de los colonizadores. El vacío demográfico fue ocupado por colonos castellanos,
andaluces y extremeños. Por su situación geográfica, las Islas se convirtieron en una escala de
aprovisionamiento de gran valor en las expediciones del descubrimiento y colonización de América.
TEMA 5: LA BAJA EDAD MEDIA. LA CRISIS DE LOS SIGLOS XIV Y XV
Adelantamientos. Territorios fronterizos de reciente incorporación. A su frente estaba un
adelantado, con funciones sobre todo militares, pero también judiciales y político-administrativas
Posteriormente se colocaron adelantados también en zonas de retaguardia. Fue un cargo lucrativo y
de gran poder que acabó vinculándose a determinados linajes.
Caspe, Compromiso de: Reunión de parlamentarios de Aragón, Cataluña y Valencia (1412)
para designar al sucesor del rey Martín el Humano, muerto sin descendencia. Los parlamentarios
eligieron a tres compromisarios, que se reunirían en Caspe y elegirían al pretendiente con mayor
derecho. Proclamaron rey de la Corona de Aragón a Fernando de Antequera, instaurándose así la
casa de Trastámara en Aragón.
Consejo Real: Era algo así como el Gobierno central. Es el organismo más importante
creado en el s. XIV (1385) que pasó a sustituir a la Curia regia ordinaria y se convirtió en el centro
de las grandes decisiones políticas. Aunque el número de sus componentes varió mucho,
inicialmente en Castilla estaba formado por representantes del alto clero, alta nobleza y algunos
letrados. Era el órgano permanente de consulta de los reyes.
Corona de Castilla: Fue uno de los reinos medievales; se considera que comienza con la
unión de León y Castilla en 1230, incluía además los viejos reinos de Galicia ,Asturias , el señorío
de Vizcaya, el País Vasco, Extremadura, Andalucía. Con los Reyes Católicos se incorporan además
el reino de Granada, Navarra, las Canarias y los territorios en América.
Corregidor: Delegado regio elegido por el monarca que acabó controlando el concejo a
fines de la E. Media.
Cortes. Derivaban de la Curia extraordinaria y surgen cuando a los miembros de la nobleza y
clero se sumaban representantes de las ciudades. Las primeras Cortes fueron las reunidas por
Alfonso IX de León en 1188. Sus funciones iniciales fueron el control de la acuñación de moneda, la
proclamación del heredero y la toma de juramento del nuevo rey. En Castilla y León no tuvieron
función legislativa directa, su función era consultiva. En Navarra y en los reinos de la Corona de
Aragón tuvieron un verdadero poder legislativo.
La Curia regia. La palabra curia significa cuidado de lo público. Era una institución
integrada por los familiares del rey, nobleza, clero, oficiales del palacio real y en algunas ocasiones
1os jueces. A partir del s. XI, con Fernando I, esa reunión se convierte en institución. Sus
competencias eran muy amplias y abarcaban tanto los asuntos internos de la casa real (sucesión,
bodas, dotes) como los asuntos públicos y los judiciales. Sus reuniones podían ser de dos tipos:
ordinarias que fueron el antecedente del Consejo Real y las Curias extraordinarias que acabaron
dando lugar a las Cortes.
Hermandad de la Marina de Castilla: Puertos o ciudades del litoral cantábrico (desde
Fuenterrabía a Bayona de Galicia) habían formado ya desde el s. XIII esta Hermandad, que
desarrolla una importante marina en competencia con los ingleses transportando vinos y hierro
vasco y lana hacia Inglaterra y Flandes. Son ciudades controladas por Burgos y más tarde, a partir
del s. XIV, por Bilbao.
Merindades. Distrito de carácter administrativo gobernada por un merino. Hubo tres
merindades mayores (Galicia, León, Castilla). El merino recaudaba los tributos debidos al rey,
movilizaba las tropas y era la máxima instancia judicial del territorio. Administraban justicia y
acabaron siendo administradores generales.
Monarquía feudal: El rey está muy limitado por los estamentos (nobleza, clero y concejos),
con lo que básicamente está sin poderes, solamente acuñar moneda, y declarar la guerra y la paz.
Trastámara: Familia noble castellana que reinó en Castilla de 1369 a 1504 (Siglo XIV-
principios del XV). Tiene su origen en el condado de Trastámara dado por Rodrigo Álvarez de
Asturias a Enrique (hijo ilegítimo de Alfonso XI y de Leonor de Guzmán) dará nombre a la dinastía
iniciada en Castilla con Enrique II a la muerte de su hermano bastardo el rey Pedro el Cruel en 1369.
Y reinó en Aragón de 1412 a 1516, a la muerte del rey Martín el Humano, en el Compromiso de
Caspe, en el que se proclama rey de Aragón a Fernando de Antequera (hermano del rey Enrique II
de Castilla).

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