Apuntes Teorias RRII
Apuntes Teorias RRII
DE LAS
RELACIONES INTERNACIONALES
Presentado por el
Dr. D. RAFAEL CALDUCH
CERVERA Catedrático de Universidad
INDICE
PRIMERA PARTE: LA DIMENSION CIENTIFICA DE
LAS RR.II.
1
- KRIPPENDORFF, E.- Internationale Beziehungen als Wissefschaft.- Edit.
Campus Verlag; Francfurt del Maine, 1977. Traducción de Angelika Scherp.- Las
relaciones internacionales como ciencia. Introducción.- Edit. Fondo de Cultura
Económica; México,1985. Pág. 11.
4
2
- Existen otras categorías del conocimiento humano como la inspiración que sustenta
la actividad artística; la revelación que fundamenta el conocimiento y las conductas
religiosas; la intuición o evidencia inmediata que se obtiene sin un especial esfuerzo
racional o la experiencia que se alcanza mediante el aprendizaje o la repetición del
método de prueba-error.
De forma mucho más acorde con las aportaciones de la corriente empírico-analítica
seguida por autores como Popper; Hempel o Mario Bunge, se puede definir una
actividad como científica "en la medida en que suministre explicaciones rigurosas sobre
los hechos comprobables en la realidad, en el caso de las ciencias sociales la realidad
histórica, política, social, etc., de manera que sea posible efectuar predicciones acerca
del curso de los acontecimientos estudiados."
NJAIM,H.- "La concepción empírico-analítica de las ciencias sociales".- Politeia, nº
1 (1972); pág. 60.
3
- WEBER,M.- Politik als Beruf, Wissenschaft als Beruf.- Edit. Verlag
Duncker&Humblot; Munich, sin fecha ed. Traducción de Francisco Rubio Llorente.- El
político y el científico.- Edit. Alianza. Madrid, 1ª ed. 1967; 2ª ed. 1969. Págs. 180 y ss.
Sobre la historicidad de la actividad científica, Krippendorf ha señalado: "Esta
comprensión de la verdad como algo que debe adquirirse con esfuerzo, como lo contrario
de la evidencia inmediata y natural, lleva consigo otra implicación muy importante: el
carácter de la verdad como proceso histórico.
No es posible determinar si el saber es adecuado por medios abstractos y generales,
sino sólo de manera concreta dentro del proceso histórico."
KRIPPENDORF,E.- op. cit.; pág. 15.
5
Dado que este autor parece decantarse por esta tercera acepción del término que es, sin
duda, muy imprecisa, nos resulta extraño que más adelante agrupe a las principales teorías
de las Relaciones Internacionales utilizando categorías críticas como las de "teorías
reduccionistas", "teorías autoverificantes", etc.
ARON,R.- "Quést-ce qu'une Théorie des Relations Internationales?".- Revue
Française de Science Politique, nº 5 (1967); pág. 838.
NJAIM, H.- op.cit.; págs. 61-62.
WALTZ, K.N.- Theory of International Politics.- Edit. Addison-Wesley Publishing
Comp. 1979. Traducción de Mirta Rosenberg.- Teoría de la política internacional.- Buenos
Aires, 1988. Edit. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires, 1988. Págs. 10, 15 y 19.
7
7
- GIBSON, Q.- The Logic of Social Enquiry.- Edit. Routledge&Kegan Paul. Londres,
1960. Traducción de Jaime Melgar Botassis.- La lógica de la investigación social.- Edit.
Tecnos. Madrid, 1ª ed. 1961.
8
- PUTNAM, H.- "La corroboración de las teorías".- HACKING, I.- op. cit.; págs.
136 y ss.
8
9
- LAUDAN, L.- "Un enfoque de solución de problemas al progreso científico".-
HACKING, I.- op. cit.; págs. 273-274.
10
10
- KUHN, T.S.- op. cit.; págs. 22-23 y 149.
11
- KUHN, T.S.- op. cit.; págs. 33 y ss.
12
- Este término posee un significado equívoco en los escritos de Kuhn debido,
principalmente, a la polisemia que le atribuye este autor. Este aspecto de la teoría
kuhniana, ha sido ampliamente debatido y criticado por los especialistas, hasta el punto
de obligar al propio autor a reconocer las contradicciones conceptuales que encierra su
obra y que intenta, en vano, disipar en la postdata escrita en 1969 para la edición de su
obra en japonés. En efecto, en dicho texto introdujo un nuevo término, el de matriz
disciplinaria, que asimila al de paradigma. Sin embargo, acto seguido Kuhn establece
como elementos de la matriz disciplinaria los siguientes: las generalizaciones simbólicas;
los compromisos compartidos con ciertos tipos de creencias; los valores; las soluciones
ejemplares o modélicas, que resultan claramente diferentes a los establecidos para el
concepto de paradigma.
KUHN, T.S.- op. cit.; págs. 268 y ss.
13
- "(...) una comunidad científica consiste en quienes practican una especialidad
científica. Hasta un grado no igualado en la mayoría de los otros ámbitos, han tenido una
educación y una iniciación profesional similares. En el proceso, han absorbido la misma
bibliografía técnica y han sacado muchas lecciones idénticas de ella (...) como resultado,
los miembros de una comunidad científica se ven a sí mismos, y son considerados por
otros, como los hombres exclusivamente responsables de la investigación de todo un
conjunto de objetivos comunes, que incluyen la preparación de sus propios sucesores."
KUHN, T.S.- op. cit.; pág. 272.
11
14
- KUHN, T.S.- op. cit.; pág. 269.
15
- Entre los casos de estudios sobre la evolución de las Relaciones Internacionales.
Como disciplina científica, siguiendo el modelo de Kuhn, pueden citarse:
ATTINÁ, F.- La politica internazionale contemporanea.- Edit. Franco Angeli. Milán,
1989. Págs. 26-34.
HOLSTI, K.J.- The Dividing Discipline. Hegemony and diversity in International
Theory.- Edit. Allen&Unwin. Boston, 1985. Págs. 4-13.
LEURDJIK, J.H.- "De la politique internationale à la politique transnationale: un
changement de paradigmes?".- Revue Internationale des Sciences Sociales; vol. XXVI, nº
1 (1974); págs. 58-75.
12
17
- PUTNAM, H.- op. cit.; págs. 143-144.
Una aplicación de la concepción de Putnam al ámbito de nuestra disciplina la
encontramos en:
COX, R.W.- "Fuerzas sociales, Estados y órdenes mundiales: más allá de la teoría de
las relaciones internacionales".- VÁSQUEZ, J.A.- Classics of International Relations.-
Edit. Prentice-Hall. 2ª ed. 1990. (Traducción de Isadora Somervile Alzate.- Relaciones
Internacionales. El pensamiento de los clásicos.- Edit. Limusa. México,D.F., 1994. Págs.
150- 159.)
14
18
- LAKATOS, I.- "Falsification and Methodology of Research Programmes".-
LAKATOS, I.; MUSGRAVE, A. (edits.).- Criticism and the Growth of Knowledge.-
Edit. Cambridge University Press. Cambridge, 1970; págs. 91-196.
19
- LAKATOS, I.- "La Historia...".- op. cit.; pág. 221.
15
20
- LAKATOS, I.- "La Historia...".- op. cit.; pág. 223.
21
- "Sin embargo, los cambios de paradigmas hacen que los científicos vean el mundo
de la investigación, que les es propio, de manera diferente. En la medida en que su único
acceso para ese mundo se lleva a cabo a través de lo que ven y hacen, podemos desear
decir que, después de una revolución, los científicos responden a un mundo diferente.
(...)
En lugar de ser un intérprete, el científico que acepta un nuevo paradigma, es como el
hombre que lleva lentes inversores.
(...)
Por eso, asimismo, antes de que puedan esperar comunicarse plenamente, un grupo o
el otro, deben experimentar la conversión que hemos pasado a denominar 'cambio de
paradigma'. "
En su postdata de 1969, Kuhn analizó esta cuestión con cierta profundidad,
admitiendo que la única posibilidad de relación entre las teorías fundamentadas en
paradigmas diferentes es la de su traducción entre ellos.
KUHN, T.S.- op. cit.; págs. 176; 231; 233; 302 y ss.
16
22
- "las grandes realizaciones científicas son programas de investigación que pueden
evaluarse por sus cambios de problemas, progresivos y degenerativos; y las revoluciones
científicas consisten en un programa de investigación que sobresee (alcanzándolo en el
progreso) a otro."
LAKATOS, I.- "La Historia...".- op. cit.; pág.220.
23
- LAKATOS, I.- "La Historia...".- op. cit.; págs. 223-224.
17
24
- Ejemplos característicos de fenómenos propios de la historia externa son los
cambios de teorías, métodos o técnicas en las ciencias auxiliares que inducen nuevas
teorías, métodos o técnicas en la ciencia principal.
25
- LAKATOS, I.- "La Historia...".- op. cit.; págs. 228; 236; 242.
18
26
- BONANANTE, L.; SANTORO, C.M. (edits.).-Teoria e analisi nelle relazioni
internazionali.- Edit. Il Mulino. Bolonia, 1ªed., 1986; 2ª ed., 1990. Págs. 128 y ss.
KEOHANE, R.O.- "Theory of World Politics: Structural Realism and Beyond".-
International Institutions and State power. Essays in International Relations Theory.- Edit.
Westview Press. Boulder, 1989. Traducción de Cristina Piña.- "Teoría de la política
mundial: El realismo estructural y lo que va más allá de él".- Instituciones
internacionales y poder estatal. Ensayos sobre teoría de las relaciones internacionales.-
Edit. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires, 1993. Págs. 57-107.
27
- Este análisis comparativo no resulta posible con la aplicación estricta de la teoría de
Kuhn, debido a la ya citada inconmensurabilidad de los paradigmas, pero su necesidad es
tan imperiosa para poder explicar correctamente la evolución en el seno de una ciencia,
que ha llevado a autores como Arenal a introducir términos como el de "pluralismo
paradigmático" que resultarían incompatibles con una lectura rígida de la obra de Kuhn.
Según Arenal: "De esta forma, para las relaciones internacionales la década de los
ochenta va a estar marcada por los nuevos planteamientos realistas y por la búsqueda de
un pluralismo paradigmático."
ARENAL,C. del.- op. cit.; págs. 376.
19
Estimamos que con la teoría lakatiana evitamos tener que separar los
contenidos de los diversos paradigmas del estudio particular de las distintas
formulaciones teóricas que se han realizado en el seno de cada uno de ellos.
Esta solución resulta inevitable al aplicar el modelo de Kuhn, ya que
resulta imposible omitir las variaciones teóricas que aportan los diferentes
autores, a la vez que se reconoce que tales variaciones no suponen un
cuestionamiento, sino más bien una confirmación, del propio paradigma. 28
28
- Obsérvese que esta fórmula de separación entre los paradigmas y el análisis
particular de cada una de las teorías que participan de ellos se utiliza por la mayoría de
autores que siguen este modelo. Entre nosotros Arenal.
ARENAL,C. del.- op. cit.; págs. 28-40 frente a 125-409.
29
- Similares objeciones se formulan también por Holsti, aunque este autor se
mantiene fiel a la concepción de los paradigmas, e intenta encontrar una solución a estos
problemas recurriendo al establecimiento de tres criterios para "distinguishing among
genuine paradigms".
HOLSTI, K.J.- op. cit.; pág. 7.
20
NOTAS
30
- Para un análisis más amplio de los elementos de la sociedad internacional que
considero esenciales para su comprensión, véase:
CALDUCH, R.- Relaciones Internacionales.- Edit. Ediciones de Ciencias Sociales.
Madrid, 1991. Págs. 65-76.
2.- LAS RELACIONES INTERNACIONALES COMO CIENCIA.
b).- En buena medida, los criterios empleados para atribuir a las teorías
de los diversos campos de estudio e investigación la cualidad de científicas,
siguen
22
“En esta sección voy a proponer una doctrina de la unidad del método;
es decir, la opinión de que todas las ciencias teóricas o generalizadoras
usan del mismo método, ya sean ciencias naturales o ciencias sociales. (...)
No pretendo afirmar que no existe diferencia alguna entre los métodos
de las ciencias teóricas de la naturaleza y la sociedad; tales diferencias
existen claramente, incluso entre las distintas ciencias naturales, tanto
como entre las distintas ciencias sociales.” 31
31
- POPPER, K.R.- The Poverty of Historicism.- 1ª ed. Inglesa, 1957. Traducción de
Pedro Schwartz.- La miseria del historicismo.- Edit. Alianza. Madrid, 1ªed., 1961; 2ª ed.,
1973. Pág. 145.
23
32
- ARON, R.- "Quést-ce qu'une..." op. cit.; págs 849-851.
33
- BRAILLARD, Ph.- “Nature et possibilités de la théorie des relations
internationales: une nécessaire reévaluation”.- Le trimestre du monde; 3ème trimestre
(1991); págs. 14.
25
34
- BRAILLARD, Ph.- op. cit.; pág. 25.
35
- HOFFMANN, S.- “Una ciencia social norteamericana: relaciones
internacionales”.- Janus and Minerva. Essays in the Theory and Practice of International
Politics.- Edit. Westview Press; Boulder , 1987. (traducción de Patricia Mc Elroy.- Jano y
Minerva. Ensayos sobre la guerra y la paz.- Edit. Grupo Editor Latinoamericano; Buenos
Aires, 1991; pág. 28)
36
- TOYNBEE, A.J.- A Study of History, Abridgement.- Edit. Oxford University
Press. Londres, 1946. (traducción al castellano de Luis Grasset.- Estudio de la Historia.
Compendio I/IV.- Edit. Alianza, 2ª de. Madrid, 1970. págs. 25 y 34.)
37
- Aunque nos parece incuestionable la influencia que la Historia y los historiadores
de principios de siglo ejercieron en los orígenes de las Relaciones Internacionales como
disciplina científica y, por tanto, también en la sociología histórica aroniana,
consideramos
26
38
- DUROSELLE, J.B.- “L’Étude des Relations Internationales”.- Revue Française
de Science Politique; nº 2 (1952); pág. 680.
39
- MESA, R.- Teoría y práctica de relaciones internacionales.- Edit. Taurus, 2ª ed.
Madrid, 1980, págs. 156 y ss.
KRIPPENDORFF, E.- Internationale System als Geschichte, Einführung in die
internationalen Beziehungen.- Edit. Campus Verlag. Franfurt del Maine, 1975 (traducción
al castellano de Angelika Scherp.- El sistema internacional como historia. Introducción a
las relaciones internacionales.- Edit. Fondo de Cultura Económica. México, 1985; págs.
103 y ss.)
40
- Sobre algunos ejemplos de refutación de las teorías del imperialismo en nuestra
disciplina, véase:
MORGENTHAU,H. J.- Politics among nations. The Struggle for Power and Peace.-
Nueva York; 1º de. 1948 (traducción al castellano de Francisco Cuevas Cancino.- La
lucha por el poder y por la paz.- Edit. Sudamericana. Buenos Aires,1963; págs. 70-78.)
WALTZ, K.N.- Theory of International Politics.- Edit. Addison-Wesley Publishing
Comp., 1979. (traducción al castellano de Mirta Rosenberg.- Teoría de la política
internacional.- Edit. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires, 1988; págs. 35-49).
28
Tal vez sea necesaria una revolución científica que permita romper con
las cadenas que ata las Relaciones Internacionales con sus orígenes
realistas y norteamericanos, aunque no parece que los modelos de ruptura
teórica planteados por los postmodernistas tengan visos de poder afrontar
el reto de generar teorías generales en nuestra disciplina aunque, desde
luego, sí han logrado aumentar notablemente el grado de confusión teórica
y la dispersión de esfuerzos investigadores. 44
50
- BURCHILL,S.; LINKLATER,A.; DEVETAK,R.; PATERSON,M.; TRUE, J.-
Theories of International Relations.- Edit. Macmillan Press. Londres, 1996; pág. 2. 51-
ALKER, H.G.; BIERSTEKER, T.- “The Dialectics of World Order: Notes for Some
Future Archaelogist of International Savoir Faire”.- DER DERIAN, J. (edit.).-
International Theory. Critical Investigations.- Edit. Macmillan Press. Londres, 1995; págs.
242-276.
52
- BANKS, M.- “The Evolution of International Relations Theory”.- BANKS, M.
(edit.).- Conflict in World Society.- Edit. Weatsheaf. Brighton, 1984; págs. 3-21. 53-
FALK, R.A.- “Contending Approaches to World Order”.- FALK, R.A.;
MENDLOVITZ (edits.).- Toward a Just World Order.- Edit. Westview Press. Boulder,
1982; págs. 146-174.
54
- HOLSTI, K.J.- op. cit.; págs. 7 y ss.
55
- ROSENAU, J.R.- “Order and Disorder in the Study of World Politics”.-
MARGHOORI,R.; RAMBERG,B. (edits.).- Globalism Versus Realism: International
Relations. Third Debate.- Edit. Westview Press. Boulder, 1982; págs. 2-5.
56
- VIOTTI, P.R.; KAUPPI, M.V. - International Relations...op. cit.; págs. 5-14. 57-
WILHELMY, M.- Política internacional: enfoques y realidades.- Edit. Grupo Editor
Latinoamericano. Buenos Aires, 1988; págs. 59-77.
58
- WILLETTS, P.- “The United Nations and the Transformation of the Interstate
System”.- BUZAN, B.; BARRY JONES, R. J. (edits.).- Change and the Study of
International Relations: The Evaded Dimension.- Edit. Frances Pinter. Londres, 1981;
pág. 100.
33
59
- ARENAL, C. del.- Introducción...op. cit.; págs. 28-37.
60
- BARBÉ, E.- Relaciones Internacionales.- Edit. Tecnos. Madrid,1995; págs.
57-60. 61- ATTINÁ,F.- La politica...op. cit.; págs. 28-34.
62
- COLLINS, H.- “Problems of a fragmented field”.- BELL, C. (edit.).- Academic
Studies and International Politics.- Edit. Australian National University. Canberra,1982.
KORANY,B.- “Une, deux ou quatre...les écoles de relations internationales”.- Études
Internationales; vol. 15, nº 4 (diciembre 1984); págs. 699-726.
70
- KRIPPENDORFF, E.- Las relaciones... op. cit.; pág. 23.
71
- MESA, R.- “Una propuesta...” op. cit.; pág. 116.
72
- Sobre este punto Kuhn ha escrito:
“Esta es la situación que crea escuelas características de las primeras etapas del
desarrollo de una ciencia. No puede interpretarse ninguna historia natural sin, al menos,
cierto caudal implícito de creencias metodológicas y teóricas entrelazadas que permite la
selección, la evaluación y la crítica.
(...) Por consiguiente, no es extraño que, en las primeras etapas del desarrollo de
cualquier ciencia, diferentes hombres, ante la misma gama de fenómenos -pero,
habitualmente, no los mismos fenómenos particulares- los describan y los interpreten de
modos diferentes. Lo que es sorprendente, y quizá también único en este grado en los
campos que llamamos ciencia, es que esas divergencias iniciales puedan llegar a
desaparecer en gran parte alguna vez.
Pero desaparecen hasta un punto muy considerable y, aparentemente, de una vez por
todas. Además, su desaparición es causada, habitualmente, por el triunfo de una de las
escuelas anteriores al paradigma que, a causa de de sus propias creencias y
preconcepciones características, hace hincapié sólo en alguna parte del conjunto
demasiado grande e incoado de informes.”
38
74
- Un ejemplo claro del alcance de este debate lo constituye la polémica suscitada, en
la literatura anglosajona, en torno a la denominación de la disciplina. El empleo de
términos como los de “World Affairs”; “World Politics”; “International Affairs” e
“International Politics” como alternativas al de “International Relations” o, en el ámbito
microinternacional, el uso indistinto de “Foreign Affairs” o “Foreign Politics”, nos da una
idea bastante precisa de la virulencia y, al mismo tiempo, futilidad de tales controversias.
El hecho de que finalmente se haya impuesto claramente en la literatura especializada el
empleo de los términos “International Relations” y “Foreign Politics” respectivamente,
confirma las tesis de Kuhn y Lakatos.
MEDINA, M.- La teoría... op. cit.; págs. 19-25.
ARENAL, C. del.- Introducción... op. cit.; págs. 19-23.
MOREIRA, A.- Teoria das Relaçoes Internacionais.- Edit.Livraria Almedina.
Coimbra, 2ª de. 1997; págs. 32-34 y 49-51.
75
- ARENAL, C. del.- La teoría de las relaciones internacionales en España.- Edit.
International Law Association (Sección Española). Madrid, 1979.
40
78
- A nuestro juicio, el envite más serio a esta dimensión estatalista se produce con los
teóricos del transnacionalismo, y aunque es cierto que no lograron desplazar totalmente al
realismo estructural o neorrealismo, también lo es que abrieron una brecha en los
fundamentos epistemológicos de la disciplina establecidos por los realistas, que se ha
hecho irreversible. Por otra parte, los transnacionalistas nunca pretendieron cuestionar la
importancia central del Estado en el conocimiento científico de la realidad internacional,
tan sólo cuestionaban la hegemonía, a veces exclusividad, que se le atribuía teóricamente.
42
79
- La adscripción de Merle a los autores que siguen un criterio estatalista en la
delimitación del objeto material de las Relaciones Internacionales, resulta incuestionable a
tenor del siguiente texto:
“Por lo tanto, la síntesis entre esos puntos de vista diferentes es ilusoria.(...) Es
evidente que el problema de la definición del objeto está íntimamente ligado al de la
designación de los actores y que la controversia gira, en fin de cuentas, en torno al papel
atribuido al Estado: hacer del Estado el actor privilegiado, si no exclusivo, de las
relaciones internacionales equivale a poner el acento sobre la naturaleza particular de
las relaciones internacionales frente a los demás fenómenos sociales, pero también a
restringir estrechamente el campo de investigación. Situar al Estado en la lista de actores
potenciales, sin atribuirle un rol particular, permite ampliar el campo de investigación
hasta el punto en que las relaciones internacionales pierden su identidad y podría, en
una situación límite, desaparecer como objeto de estudio...
Para salir de este atolladero es preciso renunciar a tratar al Estado como actor
privilegiado; pero al mismo tiempo, es necesario reconocer que el Estado constituye la
estructura elemental e irreductible a partir de la cual se construyen las relaciones
internacionales.
(...)
Esta es la razón por la que la definición más conveniente de las relaciones
internacionales es aquella que toma el ‘paso’ de la frontera como criterio de
especificidad. Por lo tanto, en lo sucesivo calificaremos como ‘relaciones
internacionales’ todos los flujos que atraviesan las fronteras o que incluso tienden a
atravesarlas.”
MERLE, M.- Sociología... op.cit; págs. 109-110.
ARENAL, C. del.- Introducción... op. cit.; págs. 416-420.
43
internacional y el de la relevancia. Ambos requieren una precisión
conceptual que nos permita saber a qué parcela o aspectos de la realidad
social nos referimos cuando los utilizamos, pues en caso contrario no
habríamos respondido realmente a la cuestión formulada.
80
- TRUYOL, A.- La sociedad... op. cit.; pág. 26.
44
más recalcitrantes, han negado nunca su inserción en algún tipo de
colectividad, sociedad o sistema interestatal. 81
81
- Al emplear el término sociedad internacional eludo, deliberadamente, el conocido
debate sobre la existencia de una sociedad o una comunidad internacional, que tan
profusamente se ha dado en la literatura iusinternacionalista, siguiendo la tradicional
distinción señalada por Tönnies. Existen dos razones para ello. En primer lugar, porque
siguiendo el conocido aformismo de que “quien puede lo más puede lo menos”, si la
comunidad internacional es una sociedad internacional perfeccionada, todo los elementos
definitorios que señalemos en ésta también se darán, necesariamente, en aquélla. La
segunda razón es que desde el punto de vista del objeto de conocimiento de las
Relaciones Internacionales como ciencia, esa distinción es en gran medida secundaria
aunque, ciertamente, no lo sea para el Derecho Internacional.
TRUYOL, A.
CARRILLO, J.A.
DIEZ DE VELASCO, M.
MARIÑO, F.
REMIRO, A.
RODRIGUEZ CARRION, A.
82
- BULL ha escrito: “By International order I mean a pattern of activity that sustains
the elementary or primary goals of the society of states , or international society.”
BULL, H.- The Anarchical Society. A Study of Order in World Politics.- Edit. Macmillan
Press. Londres, 1ª ed., 1977. 2ª ed., 1995; pág. 8.
83
- BULL, H.- The Anarchical... op. cit.; págs. 97-121.
WIGHT, M.- “Diverse Meanings of the Balance of Power”.- LUARD, E. (edit.).-
Basic Texts in International Relations.- Edit. Macmillan Press. Londres, 1992; págs.
490-497.
45
Ahora bien, el hecho de que hayamos encontrado un rasgo diferenciador,
real y fundamental, de la sociedad internacional respecto del resto de
sociedades y grupos sociales, no nos impide apreciar que, atendiendo sólo
a este rasgo, las Relaciones Internacionales se verían abocadas a la
necesidad de estudiar y conocer una realidad de todo punto imposible de
abarcar. Debemos, pues, proseguir nuestra indagación para concretar más
el objeto material de conocimiento de nuestra disciplina.
En efecto, de entre las innumerables relaciones que surgen entre los grupos
sociales que gozan de la cualidad de actor internacional, sólo consideraremos, a
los efectos de su estudio y teorización, aquellas que resulten relevantes “por
contribuir de modo eficaz a la formación, dinámica y desaparición de una
sociedad internacional considerada como una sociedad diferenciada”. 85 Al
mismo tiempo, cuando una relación sea verdaderamente relevante para una
determinada sociedad internacional, no podremos ignorarla alegando su
naturaleza no política o su desarrollo entre actores no estatales.
84
- SCHWARZENBERGER, G.- Power Politics. A Study of International Society.-
Edit. Steven&Son. Londres, 1ª de., 1941; 2ª de., corregida y aumentada, 1951.
(traducción al castellano de J. Campos y E. González.- La política del poder. Estudios de
la sociedad internacional.- Edit. Fondo de Cultura Económica. México/Buenos Aires,
1960.; pág. 4.)
85
- CALDUCH, R.- Relaciones... op. cit.; pág. 23.
47
Una vez establecidos los criterios que nos permiten delimitar la realidad
social que abordaremos por esta disciplina, debemos formular algunas
consideraciones en torno al otro elemento que permite diferenciar las
ciencias entre sí. Nos referimos a la perspectiva intelectual y
metodológica desde la que investigaremos la realidad internacional. En
definitiva, el objeto formal de las Relaciones Internacionales.
86
- HUBER, M.- Die Soziologischen Grundlagen des Völkerrechts.- Berlín,
1928. PAPALIGOURAS, P.A.- Théorie de la Societé Internationale.- Zurich,
1941. 87- ZIMMERN, A.E.- University Teaching of International Relations.-
París, 1939.
49
88
- ARENAL, C. del.- Introducción... op. cit.; pág. 464.
89
- Merle nos advierte sobre el abuso que se ha hecho del término
pluridisciplinariedad de un modo inequívoco: “La palabra mágica
‘pluridisciplinariedad’, sólo ha servido para enmascarar falsas querellas y para
mantener diálogos de sordos. Pese a todo, la usura de las palabras no puede ocultar la
urgencia de las reformas que hay que aprender, más allá de las fronteras pedagógicas
que frecuentemente son tan artificiales como las que separan los Estados pero bastante
menos permeables.”
MERLE, M.- Sociología de... op. cit.; pág. 18.
90
- CALDUCH, R.- Relaciones... op. cit.; pág. 26.
91
- Tanto Truyol, como Mesa, Arenal y Barbé, enfatizan la tesis que asocia la
interdisciplinariedad con la afirmación de las Relaciones Internacionales como
“disciplina matriz” o “disciplina marco”. Obviamente no pretenden afirmar con estas
expresiones que los conocimientos de otras ciencias adquieren su pleno significado
cuando se incorporan a las Relaciones Internacionales. En consecuencia, sólo cabe
interpretarlas en el sentido de que las Relaciones Internacionales sólo pueden desarrollar
su teorización recurriendo a las aportaciones de tales disciplinas. Pero hasta donde se
me alcanza, éste es el problema del papel de las ciencias auxiliares de las Relaciones
Internacionales pero no el de la definición de su objeto formal.
50
El segundo condicionamiento apuntado, está en el origen del
racionalismo positivista que ha impregnado la evolución de nuestra
disciplina hasta las recientes críticas del postmodernismo. Su principal
efecto fue alimentar los debates sobre la objetividad-subjetividad de la
disciplina y sus métodos, así como sobre su finalidad empírica o
normativa.
92
- La excepción a esta afirmación la constituye el programa de investigación marxista
que desde el principio sustentó un claro predominio de la dimensión normativa sobre la
descriptiva.
93
- La crítica realizada por algunas de las corrientes postmodernistas sobre la falta de
compromiso ético con los principales problemas internacionales (la guerra; la pobreza; el
deterioro medioambiental; la discriminación de la mujer; etc.), suponen una notable
confusión entre la función social de la teoría científica y la del científico.
Algo muy distinto es la principal función social del científico ya que, en lo que atañe a
las ciencias sociales, no es fácil deslindar dónde termina la función del científico como
miembro de una colectividad académica y dónde empieza la del ser humano que vive y
convive en unas
52
Ello significa que el punto de partida nos lo debe aportar la ciencia que,
precisamente, se ocupa del estudio y conocimiento de las sociedades y
colectividades que, como hemos apuntado, se insertan en el seno de la
sociedad internacional, es decir la Sociología. Semejante opción descansa
en varias razones que estimamos de peso:
95
- Coincidimos en lo sustancial de la posición de Merle cuando sostiene que: “La
aproximación a las relaciones internacionales puede contribuir a situarlas bajo una
nueva luz y a destacar algunas de sus características que habrían escapado a los demás
especialistas. No se entiende por qué la ciencia que trata los problemas de la sociedad
debe detenerse en las fronteras de los Estados y prohibirse franquearlas para aprehender
aquellas relaciones sociales que se inscriben en el campo de la globalidad. En sentido
inverso, la exploración de esta parte de campo social puede contribuir a renovar la
temática y la problemática de una ‘sociología’ que ha permanecido durante largo tiempo
y todavía permanece tributaria de la contemplación del mismo objeto.”
MERLE, M.- Sociología de... op. cit.; pág. 16.
96
- Braudel ha destacado esta dimensión generalizadora tanto de la Historia como de
la Sociología, en los siguientes términos: “No se puede negar que, con frecuencia,
historia y sociología se reúnen, se identifican, se confunden. Las razones de ello son
simples: por una parte, existe un imperialismo, una hinchazón de la historia, a los que ya
he aludido; por otra, una identidad de naturaleza: historia y sociología son las únicas
ciencias globales capaces de extender su curiosidad a cualquier aspecto de los social.”
BRAUDEL, F.- La Historia y las Ciencias Sociales.- Edit. Alianza. Madrid, 1ª de.,
1968; 7ª reimp., 1986. pág. 116.
54
97
- Las similitudes mencionadas en los apartados b) y c), son objeto de unas
consideraciones más detalladas en la tercera parte, referida a las cuestiones metodológicas
y de investigación.
98
- Por regularidades entendemos la repetición ordenada, es decir siguiendo un
patrón cognoscible y no aleatorio, de ciertos fenómenos o de alguna de las variables
básicas que forman parte de ellos. Las regularidades así definidas no tienen que ser
necesariamente cuantificables, pero siempre deben ser descriptibles y comparables.
99
- Esta diversidad estructural incluye, al menos, tres estructuras: la política; la
económica y la cultural. En las sociedades de ámbito estatal (no en el aparato del Estado),
existe también una diversidad estructural y una diversidad de grupos y relaciones, razón
por la cual durante el siglo XIX se impuso la necesidad de generar una disciplina
científica que tuviese por objeto material de conocimiento esta realidad netamente
diferenciada del Estado: la Sociología. Como podemos apreciar, esta característica es de
la suficiente relevancia como para provocar la aparición de nuevas ciencias.
55
b).- Como consecuencia de lo anterior, la sociedad internacional se
constituye en una sociedad descentralizada y heterogénea, en donde la
centralización del poder resulta mucho más difícil de alcanzar que en otros
grupos o sociedades. Ello impone el estudio de la realidad internacional
atendiendo a categorías de participación e interdependencia con
preferencia a las de jerarquía e independencia.
102
- Un análisis más detallado de estos temas se encontrará en:
CALDUCH, R.- Relaciones... op. cit.; págs. 349-363.
ídem.- Dinámica de la Sociedad Internacional.- Edit. Centro de Estudios Ramón
Areces. Madrid, 1993; págs. 149-196.
SAHAGUN, F.- De Guternberg a Internet. La sociedad internacional de la
información.- Edit. Estudios Internacionales de la Complutense. Madrid, 1998; págs. 149
y ss. 103- Nuestro planteamiento coincide sustancialmente con el de Héctor Cuadra,
cuando escribe:
Insistiríamos en que, si nos apoyáramos en las cuestiones planteadas por la Teoría
Social, nuestro enfoque de Relaciones Internacionales sería más rico que el de la mera
apreciación de conflictos de poder y podríamos verdaderamente aspirar a la
construcción de una verdadera Sociología Internacional.
57
Esta sociología de la internacionalidad 104 aborda el estudio no sólo de
las relaciones internacionales, es decir de las conductas internacionales,
sino también de los actores y las estructuras internacionales. Ello supone
una diferencia sustancial respecto de la perspectiva que los sociólogos
conductistas introdujeron en el marco de nuestra disciplina, pero, al mismo
tiempo no puede, también marca una distancia respecto de los
estructuralistas. Consideramos que en ambos casos, las aportaciones que
estos programas de investigación realizan a la disciplina son teóricamente
relevantes aunque, lamentablemente, su afán por restringir su perspectiva
analítica a uno u otro de los elementos básicos que configuran la sociedad
internacional, les impide desarrollar teorías suficientemente explicativas de
los fenómenos que ocurren en el seno de ésta.
Para lo cual, serían relevantes variables como la composición social, las corrientes
ideológicas dominantes, las creencias religiosas, la diversidad étnica, la condición de
género, la pluralidad cultural, al lado de datos sobre los roles en el proceso productivo,
las estructuras del poder formal, las formas de participación política, el nivel de ingresos
y de escolaridad, las fuentes de la riqueza, la composición del capital nacional y de la
inversión extranjera, la distribución de la tierra, la fuerza de los sectores financiero y
comercial. Todas estas variables entrarían como factores ponderables para el
diagnóstico de las sociedades nacionales, para una más completa caracterización de las
regiones del mundo y para el conocimiento más certero de la verdadera composición
compleja de la sociedad internacional.”
CUADRA, H.- “Reflexiones sobre teoría de Relaciones Internacionales. A guisa de
prólogo.”.- CID, I. (comp.).- Compilación de lecturas para la discusión de las Relaciones
Internacionales.- Edit. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Universidad Nacional
Autónoma de México. México, 1998; pág.11
104
- Hemos preferido la expresión sociología de la internacionalidad en lugar de la
expresión empleada por Merle de sociología de las relaciones internacionales, aunque
coincidimos con su perspectiva de estudio de la realidad, precisamente porque deseamos
enfatizar que el estudio sociológico que defendemos se predica de todos los fenómenos
que cumplen la condición de internacionalidad, con independencia de que sean actores,
relaciones o estructuras.
MERLE, M.- Sociología de... op. cit.; págs. 16-18.
105
- Como ejemplos de ambas posiciones pueden consultarse:
58
Ambos planteamientos, a nuestro juicio, son incompletos si nos
formulamos la siguiente pregunta ¿las instituciones o los regímenes
internacionales pueden explicarse satisfactoriamente sólo desde la
perspectiva dinámica (interrelaciones entre actores internacionales) o
estática (orden o estructura internacional)?. La respuesta inequívoca es que
no. La perspectiva sociológica nos permite superar esta aparente antinomia,
en la medida en que nos induce a estudiar las instituciones y los regímenes
internacionales en cuanto partes de un orden o estructura internacional que
contribuyen a perpetuar, sin olvidar que en su formación se encuentran una
serie de relaciones internacionales que, a su vez, se potenciarán y
propagarán gracias a unas y otros, influyendo decisivamente en las
conductas de ciertas categorías de actores.
107
- ARON, R.- “Qu’est-ce qu’une... op. cit.; págs. 837-861.
108
- CALDUCH, R.- Relaciones... op. cit.; págs. 30-31.
109
- Sobre la diferencia entre teorías y modelos, véase la parte tercera de este Proyecto,
dedicada a la metodología e investigación.
61
En segundo término, facilita la síntesis del heurístico positivo, es decir
de los aspectos teóricos o metodológicos parciales, de diversos programas
de investigación y, así, posibilita la integración doctrinal en la
disciplina al eludir las disputas nominalistas y al depurarla de supuestas
teorías novedosas. 110
110
- “El ‘parroquialismo’, con el que habitualmente se contenta la investigación, es
una solución fácil que disculpa el enfrentarse a los problemas fundamentales del poder y
de la sociedad. Todo análisis que alza barreras en lugar de tender puentes corre el riesgo
de caer muy rápidamente en la obsolescencia.”
MERLE, M.- Sociología de... op. cit.; pág. 19.
“Chacune de ces explications contient évidemment sa part de verité. Leur diversité
témoigne de la complexité des phénomènes internationaux et démontre, s’il en était
besoin, que les problèmes quíls soulèvent ne sont pas, par leur nature, foncièrement
différents de ceux qui se posent dans n’importe quelle socété. Mais ces déterminismes
s’excluent mutuellement les uns les autres et, par là même, se détruisent en tant
qu’explication scientifique. C’est pourquoi il importe moins d’opter en faveur de l’une ou
de l’autre de ces interprétations que de rechercher comment celles-ci se combinent, à un
moment donné, pour permettre de qualifier tel ou tel stade d’évolution de la société
internationale.”
MERLE, M.- Forces et enjeux dans les relations internationales.- Edit. Aeconomica.
París, 2ª ed., 1985; pág. 8.
62
Así las cosas, las ciencias auxiliares suponen una contribución decisiva
en la formación y desarrollo de cualquier disciplina científica y,
obviamente, también en las Relaciones Internacionales. Se imponen
algunas reflexiones sobre cuales son las principales ciencias auxiliares de
nuestra disciplina, así como sobre las contribuciones teóricas o
metodológicas más notables que cabe esperar de ellas.
111
- Mesa ha escrito: “Por nuestra parte, habiendo partido del carácter
interdisciplinar que caracteriza específicamente a nuestra disciplina, nos hemos
inclinado por un criterio distinto. Reside, simplemente, en aceptar plenamente las
aportaciones de otras fuentes de reconocimiento que con un criterio excesivamente
académico se han venido considerando como compartimentos estancos.
(...)
Es decir que, tanto en la investigación como en la docencia, el conocimiento de las
Relaciones Internacionales exige una actividad interdisciplinar.”
MESA, R.- Teoría... op. cit.; pág. 241.
64
Lo primero que hay que señalar es que no todas las ciencias auxiliares
poseen la misma importancia para cada disciplina. Cada una de ellas
ocupará una posición más o menos privilegiada en función de que sus
aportaciones teóricas o metodológicas afecten a una parcela o a la totalidad
de la ciencia principal. A las primeras las hemos denominado ciencias
auxiliares generales, mientras que al resto las consideramos ciencias
auxiliares parciales. 112
112
- CALDUCH, R.- Relaciones... op. cit.; pág. 27.
113
- Medina disntingue entre las disciplinas históricas; disciplinas sociales;
disciplinas ambientales; Filosofía y disciplinas humanísticas; Ciencias exactas y
experimentales. MEDINA, M.- La teoría de... op. cit.; págs. 187-191.
ídem.- Teoría y formación... op. cit.; págs. 162-164.
Por el contrario Moreira posee una concepción claramente restrictiva sobre las que
deben considerarse ciencias auxiliares de las Relaciones Internacionales.
MOREIRA, A.- Teoria das... op. cit.; págs. 51-53.
65
Ciencias de la Computación, especialmente aquellas que corresponden al
campo de la Inteligencia Artificial.
NOTAS
SEGUNDA PARTE: LOS PRINCIPALES PROGRAMAS DE INVESTIGACION DE
LAS RELACIONES INTERNACIONALES.
67
Esa hegemonía teórica del programa realista se ha debido a múltiples factores, algunos de
los cuales ya hemos tenido ocasión de considerarlos. Sin embargo, conviene que nos
detengamos en un aspecto que consideramos esencial para explicar la influencia teórica del
realismo político norteamericano y que, curiosamente, la doctrina ha ignorado hasta ahora. Se
trata de la indeterminación del nivel analítico que fundamenta toda la construcción
teórica del programa de investigación realista.
En efecto, el realismo clásico, el que se desarrolla entre los años 30 y los 60 sobre todo en
Estados Unidos, elabora y desarrolla todos sus presupuestos teóricos en el contexto del
nivel analítico microinternacional, es decir en el terreno y desde la perspectiva de los actores
estatales considerados en su individualidad, pero también le atribuye completa validez
explicativa en el nivel macrointernacional. Al proceder de este modo provocó una confusión
o indeterminación metodológica en los análisis sobre la realidad internacional que, a la larga,
se demostró científicamente errónea y políticamente conservadora.
114
- El significado específico que atribuimos al término de hegemonía en el contexto de una ciencia es el que
han formulado RIOUX; KEENES y LEGARÉ :
“(...) un paradigme est hégémonique lorsqu’il domine et absorbe les visions du monde alternatives.
L’hégémonie constitue en fait un processus intellectuel par lequel la connaissance issue de paradigmes rivaux
est neutralisée ou même assimilée à la connaissance et aux valeurs dominantes.
(...)
L’influence d’un paradigme hégémonique est sociétale et diffusée par des nombeaux canaux: l’université, la
bureaucratie, les leaders d’opinion, la presse, etc.”
RIOUX, J.F.; KEENES, E.; LEGARÉ, G.- “Le néo-realisme ou la reformulation du paradigme
hégémonique en relations internationales”.- Etudes Internationales; vol. XIX, nº 1 (1988); págs. 60-61.
115
- Desde una perspectiva histórica, el programa realista debe compartir el mérito de su contribución a la
génesis de la ciencia de las Relaciones Internacionales con el programa marxista, cuya influencia en la
producción académica e intelectual de los estudios internacionales en numerosos países europeos, durante las
primeras décadas del siglo XX, es incuestionable. Por esta razón nos sigue pareciendo sorprendente que no se le
dedique un mínimo de atención a las aportaciones del marxismo a la teoría internacionalista en la obra de
Barbé, rompiéndose de este modo una fundada tradición académica, arraigada en varios países europeos entre
ellos España, y que, afortunadamente, se ha mantenido en publicaciones posteriores.
GARCIA PICAZO, P.- Las relaciones... op. cit.; págs. 150 y ss.
68
Como veremos, más adelante, esta indeterminación de los niveles analíticos facilitó la
adaptación del núcleo central del realismo tradicional a las aportaciones realizadas por otros
programas de investigación posteriores, como el estructuralismo; el análisis de sistemas e,
incluso, el transnacionalismo.
El núcleo de todas las teorías que integran el programa realista descansa, según han
destacado Mesa y Arenal, 117 en un profundo pesimismo antropológico que, necesariamente,
impregnará y condicionará todas sus construcciones teóricas. Ahora bien, esta concepción del
hombre como un ser esencialmente egoísta se sitúa en el plano filosófico, antes que en el
estrictamente teórico, aunque termina condicionando el núcleo central del programa realista.
En efecto, el teórico de este programa no adquiere su pesimismo sobre las relaciones
humanas por ser realista, sino que se adscribe a esta corriente teórica porque sustenta
semejante concepción metafísica del hombre.
A partir de esta concepción antropológica común, todos los autores de esta corriente
comparten los siguientes supuestos:
1º.- La sociedad tomada como referente para sus teorías es el Estado, más exactamente
el Estado moderno, que, en opinión de los autores de este programa, constituye el modelo
histórico más avanzado de organización de las relaciones de poder en las sociedades
humanas.
Como consecuencia de este supuesto, todos aquellos grupos distintos del Estado y que
actúan en el ámbito de su soberanía, quedan necesariamente limitados y decisivamente
condicionados por el poder estatal.
Análogamente, la realidad internacional es una resultante del ejercicio del poder del Estado
hacia el exterior, lo que ha impedido y sigue impidiendo la creación de una estructura de
poder político de alcance auténticamente universal. Eso supone que el orden político de la
sociedad internacional se define por negación, por la anarquía entendida como la ausencia de
una autoridad política centralizada con capacidad de ejercer la coacción para imponer sus
decisiones en el contexto mundial. Como ya señaló Spykman: “Esta diferencia esencial entre
las comunidades de tipo internacional y nacional, a los efectos de condicionar la conducta de
los grupos, es que en la
116
- Lo cierto es que el realismo político norteamericano tuvo escaso éxito teórico a la hora de estudiar,
incluso desde la perspectiva microinternacional, fenómenos tan relevantes de la sociedad internacional de
aquellos años como la descolonización.
117
- ARENAL, C. del.- Introducción... op. cit.; pág. 96.
MESA, R.- Teoría y práctica...op. cit.; pág. 81.
69
Años más tarde, Hoffmann formularía nuevamente esta idea en los siguientes términos:
“Las relaciones internacionales deben su carácter al hecho de que el medio en que se
desarrollan es un medio descentralizado.
(...)
Es la misma ausencia de una autoridad suprema y aceptada por todos lo que explica por
qué difieren tan marcadamente las reglas del juego en la política mundial de las reglas de la
política interna: la suprema lealtad de cada uno de los grupos en que se ha dividido el mundo
se vincula al grupo y no al mundo.” 119
2º.- Las relaciones internacionales dominantes son las que se desarrollan entre los
Estados y su naturaleza es esencialmente conflictiva, en último extremo bélica.
Puesto que el Estado constituye la sociedad referencial del programa realista, resulta lógico
que sus autores sustenten el supuesto central de que las relaciones dominantes en la
realidad internacional sean las relaciones interestatales. Evidentemente, los autores
reconocen la existencia de relaciones entre otros miembros no estatales, pero rechazan que
tales relaciones puedan desplazar o condicionar decisivamente a las relaciones entre Estados.
En cambio, no resulta tan evidente en el programa realista que, a efectos teóricos, las
principales relaciones interestatales sean las relaciones de poder político y de naturaleza
conflictiva. En efecto, este postulado se desprende del peculiar orden que los realistas
atribuyen a la sociedad internacional.
Precisemos este extremo. Cuando los realistas afirman que la sociedad internacional es
anárquica no pretenden afirmar que es caótica, es decir sin ningún tipo de orden político, sino
que carece de un orden jurídico-político similar o superior al del Estado. El orden político
internacional existente, así como las reglas jurídicas que surgen al amparo de él, son una
resultante de la soberanía de los Estados y no el producto de un poder o autoridad política
superior. 120
118
- SPYKMAN, N.J.- America’s Strategy in World Politics.- Edit. Harcourt, Brace and Cº. Nueva York,
1942 (traducción al castellano de Fernando Valera.- Estados Unidos frente al mundo.- Edit. Fondo de Cultura
Económica. México, 1944; pág. 24.
119
- HOFFMANN, S.H.- Contemporary Theory in International Relations.- Edit. Prentice Hall. Englewood
Cliffs, 1960 (traducción de M.D. López Martínez.- Teorías contemporáneas sobre las relaciones internacionales.-
Edit. Tecnos. Madrid, 1963; págs. 19-20.
120
- Como lo han resumido en su obra Viotti y Kauppi:
“The word anarchy brings forth images of violence, destruction and chaos. For realists, however, anarchy
simply refers to the absence of any authority above states. States are sovereign.
(...)
We wish to be clear on the term anarchy and the difference between authority and power. When we use the
term anarchy, we are referring to the absence of any hierarchy of authority. There is hierarchy of power in
international politics, but there is not a hierarchy of authority. Some states are clearly more powerful than
others, but there is no recognized authority higher than that of any state.”
VIOTTI, P.R.; KAUPPI, M.V.- International... op. cit.; págs. 47-48.
70
la amenaza de violación por otro u otros países. A diferencia de lo que ocurre en el seno del
orden estatal, en el que sus órganos de poder coactivo resultan determinantes para resolver los
conflictos de intereses entre sus ciudadanos mediante el recurso a la ley y a la acción política,
121
en el orden anárquico internacional no existe ninguna garantía para el principal interés y
derecho de cada Estado, el de su supervivencia, al margen de su capacidad de autodefensa,
individual o colectiva.
Pero esta capacidad de autodefensa está íntimamente vinculada con el poder del Estado y,
en último extremo, con su dimensión militar. El poder se convierte en un fin de la acción
política internacional de todos y cada uno de los Estados, precisamente porque es el medio
que garantiza su supervivencia frente a otros. Idea recogida en la célebre expresión de
Morgenthau: “cualesquiera que sean los fines últimos de la política internacional, el poder
es siempre el fin inmediato.” 122 Pero siguiendo la lógica de este planteamiento, lo correcto al
referirnos a los autores realistas sería hablar de su concepción insegura del orden político
internacional en lugar de su concepción anárquica. 123
De este modo, la articulación teórica entre los conceptos de Estado, poder soberano,
anarquía internacional, lucha por el poder y guerra, constituyen el núcleo central del
programa de investigación realista en el que necesariamente concurren todos los autores de
esta corriente, cualesquiera que sean sus discrepancias en relación con otros conceptos o
aspectos analíticos secundarios, propios del heurístico positivo.
121
- “un mundo ordenado no quiere decir un mundo en el que no hay conflictos, sino aquél en que la pugna y
el combate, abandonando el choque de las armas, se encauzan por caminos políticos y legales, trasladándose
del campo de batalla a la cámara del Consejo o a la sala de la Audiencia.”
SPYKMAN, N.J.- Estados Unidos... op. cit.; pág. 20.
122
- MORGENTHAU, H.J.- Política... op. cit.; pág. 43.
123
- Un ejemplo de esta confusión entre anarquía e inseguridad, como característica central del orden político
internacional, lo encontramos en la obra de Art y Jervis, cuando tras calificar de anárquica la sociedad
internacional y de reconocer que ello plantea el dilema de la seguridad-inseguridad, concluyen afirmando que:
“If anarchy cannot be abolished, perhaps its effects can be mitigated”. Si sustituimos en esta frase el término
anarquía por el de inseguridad observaremos su verdadero sentido.
ART, R.J.; JERVIS, R.- “The Meaning of Anarchy”.- ART, R.J.; JERVIS, R. (edits.)- International
Politics, Anarchy, Force, Political Economy and Decision-Making.- Edit. Little Brown and Cº. Boston/Toronto,
1985; pág. 6. 124- “La teoría de las relaciones internacionales parte de la pluralidad de centros autónomos de
decisión y, por lo tanto, del riesgo de guerra deduciendo de este riesgo la necesidad del cálculo de los medios.”
ARON, R.- Paz y guerra... op. cit.; pág. 37.
125
- “En la sociedad internacional se permiten todas las formas de coerción, incluso las guerras de
destrucción. Esto significa que la lucha por el poder se identifica con la lucha por la supervivencia y, por eso, el
mejoramiento de las posiciones relativas de poder conviértese en designio primordial de la política interior y
exterior de los estados.” SPYKMAN, N.J.- Estados Unidos... op. cit.; págs. 25-26.
71
consideración del actor internacional particular, aunque sea tan importante como el Estado, y
de su actuación exterior el punto de referencia fundamental para desarrollar la reflexión
teórica.
Se admita o no, debemos reconocer que desde el punto de vista de la coherencia teórica, el
núcleo central del programa de investigación realista es verdaderamente sólido y difícilmente
atacable desde su lógica interna. Además sus análisis sobre la política exterior de los Estados
se han demostrado ampliamente corroborados por los hechos. En consecuencia, las
principales críticas que se pueden realizar al contenido nuclear del realismo político, sólo
pueden formularse desde postulados externos a su teoría o por referencia a sus deficiencias
conceptuales y analíticas en el plano macrointernacional.
Al igual que ocurre con el núcleo central, existen también una serie de conceptos,
principios e hipótesis teóricas que son comunes a las diversas corrientes doctrinales de este
programa y que configuran lo que en términos lakatianos se denomina el heurístico positivo.
Conviene recordar que es precisamente esta parte de todo programa de investigación, la que es
susceptible de modificarse para asumir los conceptos, principios o hipótesis procedentes de
otros programas diferentes y, de ese modo, actualizar el programa originario para hacerlo
progresivo. 127
Si el núcleo central del realismo está asociado ontológicamente con la tradición filosófica
hobbessiana y aparece nítida y descarnadamente recogido en las primeras páginas de la obra
de
126
- El término postulado lo utilizamos en su sentido originario, es decir aquellas proposiciones
fundamentales para una teoría científica que se admiten por convención sin una demostración previa. Como
afirma Pardinas: “Ninguna teoría puede comenzar demostrando sus puntos de partida, por la sencilla razón de
que no podría comenzar nunca. Por tanto toda teoría, repetimos toda teoría, da por supuestas una serie de
proposiciones que generalmente se refieren a definiciones de términos indispensables para la estructuración del
sistema teórico y que generalmente son aceptados por convención y sin pruebas llamadas postulados.”
PARDINAS, F.- Metodología y técnicas de investigación en ciencias sociales. Introducción elemental..- Edit.
Siglo XXI editores.Madrid, 11ª de., 1973; pág. 40.
127
- Para una excelente síntesis de los principales supuestos del realismo político, véase:
VIOTTI, P.R.; KAUPPI, M.V.- International... op. cit.; págs. 32-33.
TOMASSINI, L.- “El marco del análisis de la política exterior”.- Cursos de Derecho Internacional de
Vitoria Gasteiz 1990.- Edit. Universidad del País Vasco. Bilbao, 1991; págs. 125-164.
72
Los principales supuestos del heurístico positivo de este programa de investigación, son los
siguientes:
1º.- El estudio de los fenómenos políticos internacionales, que para los realistas se
identifican con las relaciones de conflicto interestatal, exigen la formulación de una nueva
disciplina científica: la Política Internacional.
“En lo intelectual, el realista político mantiene la autonomía de la esfera política, tal y
como el economista, el abogado y el moralista mantienen la suya. Piensa en términos de
interés definido como poder, como el economista piensa en términos de interés definido como
riqueza”. 129
Para los realistas, los fenómenos políticos internacionales difieren cualitativamente de los
internos, aún cuando entre ambos existe una íntima conexión, debido a las diferencias que
imperan entre la sociedad internacional y los Estados. Es esta diferencia objetiva entre ambas
categorías de relaciones políticas la que justifica una distinta concepción teórica y académica
para abordar la comprensión de la realidad internacional.
Sin embargo, la naturaleza política de unos y otros, explica que una parte significativa de
los estudios y teorías parciales desarrolladas a la sombra del realismo, se hayan concentrado
en los temas de la política exterior de los Estados, especialmente de las grandes potencias y
las superpotencias, así como en las cuestiones estratégicas y los procesos de toma de
decisiones. 130
128
- Son los conocidos seis principios del realismo político, proclamados a comienzos de la principal obra de
Morgenthau. Todos los autores realistas suscriben estos principios aún cuando enfatizan más alguno de ellos en
particular. La principal diferencia entre el realismo clásico y el neorrealismo radica precisamente en que los
autores de esta última corriente, cuestionan seriamente la validez de una parte esencial de tales principios.
129
- MORGENTHAU, H.J.- Política... op. cit.; pág. 25.
130
- Dos autores representativos de esta concentración temática son Kennan y Kissinger, tal y como lo
demuestran sus principales obras.
KENNAN, G.F.- American Diplomacy 1900-1950.- Edit. New American Library.Nueva York, 1951. Idem.-
Realities of American Foreign Policy.- Edit. Princenton University Press. Princenton,N.J., 1954. Idem.-
Russia, The Atom and the West.- Edit. Harper and Row Publishers. Nueva York, 1957. Idem.- The Nuclear
Delusion. Soviet-American Relations in the Atomic Age.- Edit. Pantheon Books. Nueva
York, 1982 (traducción al castellano de Adriana Sandoval.- Engaño nuclear.- Edit. Fondo de Cultura Económica.
México, 1987.)
Idem.- The Fateful Alliance: France, Russia, and the Coming of the First World War.- Edit. Pantheon Books.
Nueva Yok, 1984.
Idem. (X).- “The Sources of Soviet Conduct”.- Foreign Affairs, vol. 25 (1947); págs. 566-582. Idem.- “
Morality and Foreign Policy”.- Foreign Affairs, vol. 64 (1985/86); págs. 205-218. KISSINGER, H.A.- A
World Restored. Europe after Napoleon: The Politics of conservatism in a Revolutionary
Age.- Edit. Grosset and Dunlap. Nueva York, 1964 (traducción al castellano de E.L. Suárez.- Un mundo
restaurado. La política del conservadurismo en una época revolucionaria.- Edit. Fondo de Cultura Económica.
México, 1973.) Idem.- Nuclear Weapons and Foreign Policy.- Edit. Harper and Row. Nueva York, 1958
(traducción al castellano de R. Cremades.- Armas nucleares y política internacional.- Edit. Rialp. Madrid, 1962.)
Idem.- The Necessity for Choice.- Edit. Harper and Row. Nueva York, 1961.
Idem.- American Foreign Policy. Three Essays.- Nueva York, 1969 (traducción al castellano de R. Sánchez
Sanz.- Política exterior americana.- Edit. Plaza y Janés. Barcelona, 1976.)
Idem.- White House Years.- Edit. Little Brown. Boston, 1979 (traducción al castellano.- Mis Memorias.-
Edit. Atlántida. Buenos Aires, 1979.)
Idem.- Diplomacia.- Edit. Ediciones BSA. Barcelona, 1996.
73
Pero también es una teoría normativa por cuanto permite determinar las conductas políticas
más eficaces para alcanzar los objetivos de los Estados, así como las implicaciones que
resultan de ignorar las conductas políticas óptimas que se deducen de la teoría.
Desde luego los realistas no aspiran a desarrollar unas doctrinas de gobierno de los asuntos
mundiales o de las políticas exteriores de los Estados, pero sí coinciden en sostener que sus
teorías evidencian las decisiones políticas más adecuadas para alcanzar los fines que cada país
se propone y, muy especialmente, el supremo objetivo de su seguridad o autoprotección.
131
- MORGENTHAU, H.J.- Política... op. cit.; págs. 19-20.
Una posición similar la sustentan también Aron y Hoffmann.
ARON, R.- “Quést-ce... op. cit.; pág. 859.
HOFFMANN, S.H.- Teorías contemporáneas... op. cit.; pág. 31.
132
- SPYKMAN, N.J.- Estados Unidos... op. cit.; págs. 20 y 26.
74
Sobre esta cuestión, los realistas niegan significación política a la existencia o no de una
moral universal y abstracta porque admiten las morales particulares y concretas, es decir la
existencia de distintas categorías éticas en cada sociedad o en cada momento histórico. En
consecuencia, si no existe una moral única como parte intrínseca de la naturaleza humana,
tampoco resulta necesario incorporar a la teoría unos presupuestos morales subjetivos, pues
bastará con analizar teóricamente cómo pueden abordarse las cuestiones morales, en la
medida en que son elementos reales, aunque exógenos, que inciden en las relaciones políticas
interestatales.
No se puede alegar, por tanto, que los realistas ignoren los aspectos morales de las realidad
internacional, pero, sin duda, todos ellos coinciden en defender firmemente la posibilidad y
necesidad de separar el análisis politológico de la vida internacional de sus consideraciones
éticas, a los efectos del realismo, la única ética que debe incorporarse al armazón teórico es la
ética política, es decir, la que valora las acciones políticas en función de sus resultados para
el poder del Estado.
De este modo, los realistas consagran su total ruptura con las tesis defendidas por los
idealistas, estimando que de ese modo alcanza un grado de neutralidad moral imprescindible
para atribuir validez universal a sus leyes científicas.
“El realismo mantiene que los principios morales universales no pueden ser aplicados a
los actores estatales en su formulación universal y abstracta; cree en cambio que deben ser
filtrados a través de las concretas circunstancias del tiempo y el espacio.
(...)
No puede haber moralidad política sin prudencia, y ésta ha de entenderse como la
consideración de las consecuencias políticas de una acción aparentemente moral. El realismo
considera la prudencia, por consiguiente, como la cuidadosa consideración de las
consecuencias de acciones políticas alternas; y en ella estriba la suprema virtud en el campo
de la política. La ética en lo abstracto juzga las acciones humanas de acuerdo con su
conformidad con la ley moral, la ética política las juzga de acuerdo con sus consecuencias
políticas.” 133
“Poder significa supervivencia, aptitud para imponer a los demás la propia voluntad,
capacidad de dictar la ley a los que carecen de fuerza y posibilidad de arrancar concesiones a
los
133
- MORGENTHAU, H.J.- Política... op. cit.; pág. 23.
En similares términos se han expresado otros autores como Aron y Kissinger. El primero afirma: “Es dentro
de la moral concreta de las colectividades donde se realiza -imperfectamente- la moral universal. Es dentro y
por la política que se realizan las morales concretas.”.
ARON, R.- Paz y guerra... op. cit.; pág. 904.
Mientras que el ex-Secretario de Estado, abunda en la misma idea: “Este último (el filósofo o moralista)
piensa en términos absolutos; para él, lo correcto y lo incorrecto están definidos en su concepción. El líder
político no puede darse ese lujo. Puede, muy raramente, alcanzar su meta sin hacerlo por etapas; cualquier
paso parcial es inherentemente imperfecto en lo moral y, sin embargo, sin él es imposible aproximarse a la
moralidad. La prueba del filósofo es el razonamiento detrás de sus máximas; la prueba del estadista es no
solamente la concreción de sus objetivos, sino la catástrofe que evita.”
KISSINGER, H.A.- Mis Memorias... op. cit.; pág. 51.
75
más débiles. Donde la forma última del conflicto es la guerra, la lucha por el poder se
convierte en rivalidad por el poderío militar, en preparación para la guerra.” 134
Aunque no todos los autores atribuyen un mismo significado a este término, todos ellos
admiten la distinción entre el poder como medio fundamental para la acción política
internacional y el poder como fin inmediato para garantizar la autoconservación del Estado.
También existe una amplia mayoría de realistas que terminan identificándolo, con una
interpretación sin duda reduccionista, con la fuerza militar. 135
Además, considerando la importancia teórica central del concepto de poder no han faltado
las investigaciones destinadas a determinar sus variables básicas y la cuantificación del poder
de los distintos Estados, en orden a lograr una mayor capacidad explicativa y predictiva al
programa realista. Semejantes trabajos, aunque han logrado reunir un importante número de
estadísticas y sistematizar ciertas variables, siguen sin poder fundamentar unas leyes o
regularidades que asocien las estadísticas de la capacidad estatal con sus actuaciones y los
resultados alcanzados. 137
5º.- El ajuste entre los Estados con distinto grados de poder e intereses contrapuestos,
se alcanza mediante una compensación mutua de sus actuaciones orientada a evitar una
acumulación excesiva de poder en un solo Estado. Este ajuste posee una representación
134
- SPYKMAN, N.J.- Estados Unidos... op. cit.; pág. 26.
135
- ARON, R.- Paz y guerra... op. cit.; págs. 73-126.
MORGENTHAU, H.J.- Política... op. cit; págs. 43-64.
WALTZ, K.N.- Teoría... op. cit.; págs. 269-282.
136
- El propio Aron, en relación con la hipótesis del “interés nacional definido en términos de poder”, ha
realizado las siguientes observaciones:
“En fait, la théorie dite de l’intérêt national ou bien suggère une idée aussi incontestable que vague -chaque
acteur, dans le champ international, songe d’abord à lui-même- ou bien elle veut s’opposer à d’autres pseudo
théories, par exemple celle selon laquelle la conduite extérieure des Etats serait dictée par l’idéologie politique
ou les principes moraux. Mais chacune de ces pseudo-théories n’a un sens, en lui-même médiocre, que par
rapport à l’autre.”
ARON, R.- “Quést-ce qu’une... op. cit.; pág.847.
WOLFERS, A.- “La ‘seguridad nacional’ como símbolo ambiguo”.- VASQUEZ, J.A. (comp.).-
Relaciones... op. cit.; págs. 171-178.
137
- Entre los estudios que puden citarse sobre la especificación y cuantificación de las variables del poder,
destacan:
CEFKIN, J.L.- The Background of Current World Problems.- Edit. David Mckay Cº. NuevaYork, 1967
(traducción de Flora Setaro.- Política Internacional contemporánea. Tensiones, conflictos y perspectivas.- Edit.
Troquel. Buenos Aires, 1973; págs. 35-69.)
CLINE, R.S.- World Power Assessment, 1977.- Edit. Westview Press. Boulder, 1977.
HART, J.- “Three Approaches to Measurement of Power in International Relations”.- International
Organization, vol. 30 (1976); págs. 289-305.
VIOTTI, P.R.; KAUPPI, M.V.- International Relations and World Politics. Security, Economy, Identity.-
Edit. Prentice-Hall. Londres, 1997; págs. 94-108.
76
Tal y como lo ha destacado Truyol, 139 este modelo teórico ha sido adoptado por los
realistas a partir de las formulaciones realizadas por los filósofos racionalistas del siglo XVIII
(De Vattel; Voltaire) demostrando, de paso, las raíces filosófico-políticas de este importante
supuesto del programa realista.
Martin Wight puso de manifiesto que tras esta expresión coexisten en la literatura
especializada una diversidad de significados que no siempre son rigurosos y que, en algunos
casos, son contradictorios. 141 Por su parte Inis Claude, ha demostrado que el sistema de
equilibrio de poder se ha utilizado en otros campos científicos, como la Historia o la
Economía, y diferencia tres modelos diferentes a los que califica de automático;
semiautomático y manipulado (manually operated). Pero sobre todo, despejó una grave
confusión que imperaba en la doctrina realista, al subrayar que la balanza de poder no tiene
por qué hallarse permanentemente equilibrada, es decir diferenció el modelo con uno de sus
posibles estados dinámicos: el de equilibrio. 142
Hedley Bull también realizó significativas contribuciones teóricas a este modelo al destacar
las diferencias funcionales y las consecuencias entre dos variantes, a las que denominó la
balanza simple de poder y la balanza compleja. La primera se desarrolla entre dos únicas
potencias y requiere un poder equiparable entre ellas, en cambio la balanza compleja implica
a tres o más Estados y admite importantes asimetrías o desigualdades de poder, pues los
países más débiles pueden compensar esa debilidad mediante sistemas aliancistas.
Además, este autor expuso las principales funciones históricas que ha desempeñado el
sistema de equilibrio de poder en el conjunto del sistema interestatal y que garantizan su
perpetuación. Esta funciones son:
138
- CLAUDE, I.- “The Balance of Power”.- ART, R.J.; JERVIS, R. (edits.)- International... op. cit.; pág.
121. 139- TRUYOL, A.- La Sociedad... op. cit.; págs. 33-34.
140
- KISSINGER, H.A.- Un mundo restaurado... op. cit.; pág. 26.
141
- WIGHT, M.- “Diverse Meanings of the Balance of Power”.- LUARD, E, (selected and introduced).-
Basic Texts in International Relations. The Evolution of Ideas about International Society.- Edit. MacMillan
Press. Londres, 1992; págs. 490-497.
142
- CLAUDE, I.- “The Balance... op. cit.; págs. 111-125.
77
La balanza de poder, constituye el modelo teórico por antonomasia del programa realista.
Aunque ha sido un modelo compartido con otras ciencias, traduce perfectamente el
fundamento filosóficamente racionalista que caracteriza a este programa. Naturalmente, no
han faltado voces críticas con el valor teórico de este modelo y con el uso, y abuso, que de él
se hace por los autores realistas, en sus análisis históricos del sistema de Estados. 144
El recordatorio de estos aspectos gnoseológicos resulta pertinente para poder realizar una
correcta interpretación de los cambios teóricos experimentado por el corpus doctrinal del
realismo, como consecuencia de los debates en el seno de este programa y con los defensores
de programas de investigación alternativos, pero también para poder evaluar las limitaciones
impuestas a dichos cambios teóricos. En definitiva, el impacto que sobre el programa realista
tuvieron los denominados primer y segundo debates doctrinales. 145
En términos generales podemos distinguir dos grandes corrientes teóricas dentro del
programa realista y a las que designamos como el realismo clásico y el neorrealismo,
también conocido como realismo estructural. El realismo clásico se constituye a partir del
doble debate, desarrollado
143
- BULL, H.- The Anarchical Society. A Study of Order in World Politics.- Edit. MacMillan. Londres, 1ª
ed., 1977; 2ª ed., 1995; págs. 97-121.
144
.- ORGANSKI, A.F.K.- “La transición del poder”.- VASQUEZ, J.A. (comp.).- Relaciones... op. cit.;
págs. 339-343.
145
- Existe una amplia literatura sobre el significado y alcance de estos debates, aunque en la mayor parte de
los casos la concentración en los autores americanos y europeos, ha obviado la importancia de un debate abierto
entre realistas y marxistas, desarrollado simultáneamente al que se produjo primero con los idealistas y, más
tarde, con los cientifistas. Ello me lleva a considerar incompletos o abiertamente parciales, la mayoría de los
trabajos realizados sobre este trascendental aspecto de la historia interna de la disciplina.
Como excepciones a esta afirmación podemos encontrar:
CALDUCH, R.- “Las relaciones internacionales en la obra de los dirigentes soviéticos: una reflexión
teórica”.- Revista de Estudios Internacionales, vol. 2, nº 3 (1981); págs. 543-597.
MESA, R.- Teoría y práctica... op. cit.; págs. 151-162.
PEÑA, R.- “ Del marxismo en el debate teórico de la disciplina de las Relaciones Internacionales”.-
Relaciones Internacionales, nº 50 (1991); págs. 48-56.
78
en las décadas de los treinta y los cuarenta, entre realistas e idealistas, de un lado, y entre
realistas y marxistas, de otro. 146 En cambio, la articulación del neorrealismo, durante la
década de los setenta, está íntimamente asociada al debate entre el realismo clásico, por una
parte, y los cientifistas y estructuralistas, por otra. 147
Aunque este último debate no afectó sólo a los realistas, no es sorprendente que éstos
participasen en la polémica y asumiesen muchas de las aportaciones desarrolladas por los
conductistas, los funcionalistas y los estructuralistas, precisamente para reforzar su núcleo
central con nuevos conceptos y principios en su heurístico positivo y, de este modo, recuperar
su hegemonía científica y académica cuestionada durante la década de los sesenta. Como han
apuntado muy certeramente Rioux, Keenes y Legaré:
“Il ságit de résoudre les anomalies du paradigme réaliste en y assimilant des éléments
théoriques étrangers en prennant soin de les débarrasser de leur orientation normative
originale trop critique des prescriptions réalistes. La critique, la réinterprétation et la
contre-argumentation permettent aux néo-réalistes cette appropiation et léxtension
conséquente de leur programme de recherche dans de nouvelles directions.
Fondamentalement, ils tentent de protéger láutonomie du politique qui, pour les anciens
réalistes, justifiait léxistence de la discipline des relations internationales.” 148
Uno de los motivos por los que este segundo debate impulsó el auge y reformulación del
realismo clásico, se encuentra en la extrema debilidad metodológica que mostraba el realismo
clásico. En efecto, autores tan destacados como Carr; Spykman o Morgenthau, habían
concentrado su preocupación en las cuestiones referentes al núcleo central y a las hipótesis
auxiliares del heurístico positivo del programa, a costa de una escasa atención por las
cuestiones relativas al método, una laguna que tratará de subsanar el neorrealismo.
Por su parte, el neorrealismo contó con la seguridad de unos postulados y axiomas teóricos
suficientemente contrastados para cimentar sobre ellos nuevas interpretaciones, formuladas a
partir del empleo más riguroso del método. La incorporación de los análisis sobre la
estructura, los procesos de cambio, el alcance de los fenómenos económicos o la
interdependencia en la política internacional, siguieron respetando, en la pluma de los
neorrealistas, el papel referencial del Estado y de las relaciones interestatales basadas en el
poder. 149
146
- PALOMARES, G.- Teoría y concepto de las Relaciones Internacionales. Relaciones Internacionales 1.-
Edit. Universidad Nacional de Educación a Distancia. Madrid, 1ªde., 1ª reimp. 1995; págs. 79-84. 147- Respecto
del debate entre realistas y cientifistas, Arenal ha señalado:
“El debate entre el enfoque clásico y el enfoque científico o entre tradicionalistas y behavioristas sobrepasa,
sin embargo, el debate entre idealistas y realistas, pues tanto los partidarios del enfoque clásico como los del
enfoque científico pueden inscribirse en una perspectiva idealista o realista y viceversa. Se trata, pues, de un
debate más riguroso, por cuanto se centra en la perspectiva teórica y metodológica capaz de permitir a las
relaciones internacionales jugar un papel efectivo en el análisis de la realidad internacional.”
ARENAL, C. del.- Introducción... op. cit.; págs. 111-112.
EASTON, D.- “The New Revolution in Political Science”.- The American Political Science Review; vol. 63,
nº 4 (1969); págs. 1051-1061.
KAPLAN, M.A.- “The New Great Debate. Traditionalism vs Science in International Relations”.- World
Politics; vol. 19 (1966); págs. 1-20.
KNORR, K.E.; ROSENAU, J.N.- Contending Approaches to International Politics.- Edit. Princenton
University Press. Princenton, 1969; págs. 8 y ss.
148
- RIOUX, J.F.; KEENES, E.; LEGARÉ, G.- “Le néo-réalisme ou la reformulation du paradigme
hégémonique en relations internationales”.- Études Internationales; vol. XIX, nº 1 (1988); pág. 72. 149- “Los
Estados son las unidades cuyas interacciones forman la estructura de los sistemas políticos internacionales.
Durante mucho tiempo esto seguirá siendo de este modo.”
79
Como señalábamos, el realismo clásico se configura a partir del debate teórico explícito con
los idealistas y del implícito con los marxistas. Pero este debate teórico se desarrolla en un
período de la sociedad internacional dominado por los antagonismos entre las ideologías
fascistas, el marxismo-leninismo y las concepciones liberal-democráticas, que terminaron
enfrentándose en los campos de batalla y que, necesariamente, también se trasladaron a las
aulas y los centros académicos de las ciencias sociales.
En este contexto surgen los primeros autores que intentan sentar las bases teóricas de una
nueva ciencia que aspira a dar una interpretación de la política internacional, más que
elaborar un explicación de la complejidad de las relaciones internacionales. Esta diferencia de
partida es crucial, pues muchas de las críticas formuladas por autores ajenos al programa
realista y centradas sobre las insuficiencias explicativas de este programa frente a la riqueza y
diversas de la realidad internacional, son inconsistentes con las intenciones de los principales
autores realistas.
Por otra parte, hay que distinguir las aportaciones de aquellos autores que como Carr; 150
Spykman o Schwarzenberger, escribieron sus principales obras durante los años de la
contienda mundial y aquellos otros como Wight; 151 Morgenthau o Kennan, que lo hicieron
en los primeros años de la postguerra. Mientras los primeros tomaban como referencia de sus
análisis el sistema de Estados decimonónico y atribuían las causas del fracaso del sistema
internacional de entreguerras a los excesos morales del idealismo, imperante durante los años
veinte y treinta, los segundos incorporan, además, los fundamentos pragmáticos del sistema
político internacional impuesto por las potencias vencedoras, así como la emergente
bipolaridad entre Estados Unidos y la Unión Soviética. 152
Hay una tercera etapa del realismo clásico, durante las décadas de los cincuenta y los
sesenta, en la que junto a las obras de alguno de los autores señalados, aparecen las
aportaciones de autores como Aron, 153 Kissinger o el propio Hoffmann. 154 Sus obras, sin
renunciar a los postulados
básicos del realismo clásico, introducen importantes cambios en cuatro ámbitos: una
utilización más rigurosa de la historia como fundamento para el análisis de la política
internacional; la importante función atribuida a las relaciones económicas en la dinámica
interestatal; una preocupación central por el dilema nuclear y su impacto en la configuración
y funcionamiento del sistema bipolar y, finalmente, una significativa atención por las
cuestiones metodológicas. 155
Son precisamente estas nuevas y decisivas aportaciones, las que convierten a estos últimos
autores, especialmente a Aron y Hoffmann, en verdaderos puentes entre el realismo clásico y
el neorrealismo. Tal vez por esta razón, existen discrepancias en la adscripción, siempre
forzada, a alguno de los diversos paradigmas. 156 Sin embargo, consideramos que ambos
autores son fieles al núcleo central del realismo y que sus principales divergencias afectan a
cuestiones epistemológicas antes que a las bases ontológicas. De cualquier modo, sus trabajos
teóricos se revelaron decisivos para proyectar la influencia del realismo clásico hasta finales
de la década de los setenta.
Sin duda, el principal cuestionamiento de los postulados del realismo clásico procedieron
de los cambios experimentados por la realidad política internacional en un sentido
completamente opuesto a lo sustentado por la teoría. En efecto, la disuasión nuclear; el fin del
colonialismo y los procesos de integración regional, constituían tres importantes evidencias
contra la lógica del orden internacional anárquico y la lucha por el poder entre los Estados.
Idem.- La Republique impériale: les États-Unis dans le monde (1945-1972).- Edit. Calmann-Lévy. París,
1973. (traducción al castellano de D. Núñez y J.C. Caravaglia.- La República imperial. Los Estados Unidos en
el mundo, 1945-1972.- Madrid, 1976.)
Idem.- Penser la guerre, Clausewitz.- Edit. Gallimard. París, 1976. 2 vols.
Idem.- Mémoires.- Edit. Julliard. París, 1983.
Idem.- Les derniéres années du siècle.- Edit. Julliard. París, 1984. (traducción al castellano de Mauro
Armiño.- Los últimos años del siglo.- Edit. Espasa-Calpe. Madrid, 1985.)
Idem.- “En quête d’une philosophie de la politique étrangère”.- Revue Française de Science Politique; vol.
3 (1953); págs. 69-91.
Idem.- “De l’analyse des constellations diplomatiques”.- Revue Française de Science Politique; vol. 4
(1954); págs. 237-251.
Idem.- “Qu’est-ce qu’une théorie des Relations Internationales”.- Revue Française de Science Politique;
vol. 17 (1967); págs. 837-861.
Idem.- “En busca de la seguridad”.- Revista de Occidente; nº 23 (1983); págs. 5-20.
154
.- HOFFMANN, S.- Primacy or World Order. American Foreign Policy Since the Cold War.- Edit.
McGraw-Hill. 1980. (traducción al castellano de Mirta Rosenberg.- Orden mundial. La política exterior
norteamericana desde la Guerra Fría.- Edit. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires, 1988)
155
- Entre los autores de esta tercera etapa del realismo clásico, Holsti agrega, a los ya citados, los nombres
de John Herz; Arnold Wolfers y Norman Graebner, por nuestra parte podemos mencionar también a
Hermann Kahn; Robert Osgood; Kenneth Thompson; Richard Rosecrance o Zbigniew Brzezinski, al
tiempo que en nuestro país Arenal incluye entre los autores realistas a Manuel Fraga y Tomás Mestre.
HOLSTI, O.R.- “Theories of International Relations and Foreign Policy: Realism and Its Challengers”.-
KEGLEY, Ch.W.(Jr).- Controversies in International Relations Theory. Realism and the Neoliberal
Challenge.- Edit. St. Martin’s Press. Nueva York, 1995; pág. 36.
ARENAL, C. del- La teoría de las relaciones internacionales en España.- Edit. International Law
Association. Madrid, 1979; págs. 71-75.
156
- Un ejemplo de las discrepancias a la hora de adscribir a estos autores lo encontramos en la propia
doctrina española. Mientras Truyol; Medina; Mesa y Arenal, adscriben a Aron en una categoría teórica propia
a la que se denomina “sociología histórica”, Barbé; García Picazo y yo mismo lo situamos en la corriente
realista, aunque admitiendo su singularidad, sobre todo en lo referente a la metodología.