1.4 Herramientas para El Control de La Calidad
1.4 Herramientas para El Control de La Calidad
1.4 Herramientas para El Control de La Calidad
FMEA: Failure Mode and Effects Analysis, AMFE: Análisis Modal de Fallos y
Efectos.
Índices de capacidad:
- Cp: Compara la dispersión del proceso con las tolerancias del parámetro.
Los cinco por qués: Técnica de análisis que consiste en ir preguntando ¿por
qué? Hasta encontrar la causa raíz de los problemas. Normalmente es necesario
preguntar cinco veces, de ahí el nombre de la herramienta, pero este número tan
sólo es orientativo.
Ciclo PDCA (Plan, Do, Check, Act): Ciclo de planificación, realización, control
y actuación que actúa como guía para llevar a cabo la mejora continua y lograr de
una forma sistemática y estructurada la resolución de problemas.
Las 7 Herramientas:
Las siete herramientas tienen su origen en Japón, cuando Deming, a principio de
los años 50 comenzó a inculcar a los japoneses los principios del análisis
estadístico. Los japoneses recopilaron entonces unas técnicas o herramientas que
pudieran ser usadas fácilmente por cualquier persona de la organización:
Representación gráfica de las relaciones lógicas que existen entre las causas y
subcausas que producen un efecto determinado.
- Cartas de control: Representación gráfica de los distintos valores que toma una
característica correspondiente a un proceso. Permite observar la evolución de este
proceso en el tiempo y compararlo con unos límites de variación fijados de
antemano que se usan como base para la toma de decisiones.
Las técnicas de calidad vistas hasta ahora han ido surgiendo en entornos
industriales. Algunas de ellas se han adaptado para aplicarlas a servicios, pero
además han ido apareciendo otra serie de técnicas de la calidad específicas para
los servicios. A continuación se enumeran las principales técnicas de calidad
aplicables a los servicios:
- Gap 2: Diferencia entre lo que la dirección percibe que el cliente espera y las
especificaciones que se marcan para el servicio.
- Gap 3: Diferencia entre las especificaciones y el servicio realizado.
Tras elaborar una lista con los posibles problemas, se elabora una encuesta en la
que se pregunta a los clientes la frecuencia de aparición/detección y la importancia
de los problemas planteados. Se procede al análisis de los datos recogidos y a su
visualización para determinar prioridades y sacar una serie de conclusiones sobre
la actuación.