Autónomo Urgencias Oncologicas

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA

UNIDAD ACADÉMICA DE SALUD Y BIENESTAR


CARRERA DE MEDICINA

“URGENCIAS EN ONCOLOGÍA DE TIPO ESTRUCTURAL:


COMPRESIÓN MEDULAR, OBSTRUCCIÓN DE VENA CAVA
Y METÁSTASIS CEREBRAL”

AUTORES: JHON BUSTAMANTE


CARRLOS DELGADO
MARÍA JOSÉ HERRERA
MARIO ICAZA
CRISTIAN NAULA
SAMANTHA ORTEGA

CATEDRÁTICO: Dr. ISRAEL DESTRUGE

CUENCA - ECUADOR
2024
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

Las urgencias oncológicas, incluyendo la compresión medular, la obstrucción de la


vena cava y las metástasis cerebrales, constituyen eventos críticos que requieren
una intervención inmediata y coordinada para evitar consecuencias adversas en
pacientes con cáncer avanzado (1). Estas complicaciones comprometen la calidad
de vida y la supervivencia, generando un desafío clínico significativo para los
profesionales de la salud. La compresión medular, resultado de la invasión tumoral o
la compresión extrínseca en la médula espinal, causa déficits neurológicos graves
que pueden llevar a la parálisis y la pérdida de la función sensorial. La prevalencia
exacta de esta complicación varía según el tipo y la etapa del cáncer, así como otros
factores de riesgo (1). A pesar de los avances en el tratamiento, la morbilidad
asociada y las limitaciones funcionales persisten, lo que subraya la necesidad de
estrategias de prevención y manejo efectivas (2).

La obstrucción de la vena cava, resultado de la compresión o invasión tumoral, se


asocia con una alta morbilidad y mortalidad. La interrupción del retorno venoso
puede llevar a síntomas graves como el síndrome de vena cava superior, edema
pulmonar y síncopes (2). La incidencia y el pronóstico de esta emergencia varían
según el tipo de tumor primario y la localización de la obstrucción. La identificación
temprana y el tratamiento agresivo son fundamentales para minimizar el riesgo de
complicaciones graves (2).

La comprensión de la epidemiología de las urgencias oncológicas proporciona


información crucial sobre la carga de estas complicaciones y su impacto en la
población de pacientes con cáncer (3). Los datos epidemiológicos revelan que la
incidencia de compresión medular, obstrucción de la vena cava y metástasis
cerebrales varía según el tipo de cáncer primario, la etapa de la enfermedad y otros
factores de riesgo (3).

En el caso de la compresión medular, estudios han demostrado que ocurre en


aproximadamente el 5-10% de los pacientes con cáncer, con una incidencia más
alta en ciertos tipos de tumores, como los cánceres de mama, pulmón y próstata (4).
La obstrucción de la vena cava, por otro lado, es más común en cánceres que
tienen una alta propensión a la metástasis, como el carcinoma de células renales y
el carcinoma de pulmón de células pequeñas (4).

En cuanto a las metástasis cerebrales, se estima que entre el 20% y el 30% de los
pacientes con cáncer desarrollarán metástasis en el cerebro durante el curso de su
enfermedad. Esta incidencia varía según el tipo de cáncer primario, siendo más
común en cánceres de pulmón, mama y melanoma (4).

¿Cuáles son las estrategias óptimas de pronóstico, diagnóstico y manejo de las


urgencias oncológicas, incluyendo la compresión medular, la obstrucción de la vena
cava y las metástasis cerebrales, y cómo pueden implementarse de manera efectiva
para mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida en pacientes con cáncer
avanzado?
URGENCIAS EN ONCOLOGÍA DE TIPO ESTRUCTURAL: COMPRESIÓN
MEDULAR, OBSTRUCCIÓN DE VENA CAVA Y METÁSTASIS CEREBRAL

Se define como urgencias oncológicas a aquellas situaciones agudas las cuales


requieren una rápida actuación por parte del personal médico y sin demora, las
cuales pueden segun la situacion ayudar al diagnóstico, este tipo de casos en
oncología suele venir de la mano de la percepción subjetiva del paciente e incluso
de la familia ante la presencia de síntomas que son ajenos a su caso o que varían
mucho de los normalmente presentados (5). Los casos de pacientes con cáncer
avanzado, en especial aquellos con edades avanzadas (>65 años), son casos a
tener en cuenta para estos casos, debido a que exhiben un índice de fragilidad
comparativamente alto el cual se caracteriza por la prevalencia de discapacidad,
presencia de múltiples comorbilidades médicas y la polifarmacia, por lo cual estos
pacientes presentan altos niveles de agudizaciones de sus cuadros, requiriendo
atención urgente en muchos casos (6).

Se debe tener en cuenta que el cáncer puede dar lugar a diversos signos clínicos
que en el peor de los casos pueden llegar a poner en peligro la vida del paciente, en
muchas de las ocasiones las alteraciones estructurales que se llevan a cabo a
distancia del tumor, síndromes paraneoplásicos, son de las primeras
manifestaciones que puede tener el cáncer, por tal motivo como se mencionó
anteriormente pueden llevar a una sospecha diagnóstica (7). Enfrentarse a estas
complicaciones necesita de un alto nivel de sospecha por parte del médico, sobre
todo si no se cuenta con la adecuada historia clínica del paciente, ya que estos
casos pueden llevar a no solo un aumento de la morbilidad o aparición de secuelas,
sino también a la muerte (8). Se debe considerar que algunas urgencias oncológicas
son insidiosas por lo que tardan meses en desarrollarse, sin embargo las más
devastadoras son las que se manifiestan en horas, por lo que es esencial un
enfoque centrado en el paciente, con comunicación continua entre los profesionales
de la salud, teniendo en cuenta que la mayoria de urgencias se clasifican en
metabólicas, hematológicas, relacionadas con el tratamiento y estructurales, siendo
este último el eje central de esta revisión (9).

Este es un tema de gran importancia ya que según datos oficiales solo en Estados
Unidos 16 millones de personas viven con cáncer, de las cuales 4 millones de ellas
reflejan visitas a departamentos de emergencia (6). Existiendo aproximaciones de
que esta cifra podría aumentar hasta más de 19 millones para los años 2024 - 2025,
siendo este el motivo principal por el cual los médicos deben estar familiarizados
con estas urgencias, sobre todo las más prevalentes, con el fin de lograr la correcta
estabilización o inicio de medidas paliativas (9).
COMPRESIÓN MEDULAR
Definición

El síndrome de compresión medular se considera una emergencia oncológica ya


que requiere tratamiento inmediato debido al riesgo de causar daños neurológicos
significativos. Es la segunda complicación neurológica más común en pacientes con
cáncer después de las metástasis cerebrales (10). Este síndrome se caracteriza por
los signos y síntomas de compresión de la médula espinal o de las raíces nerviosas
que forman la cola de caballo, causados por lesiones relacionadas con la neoplasia
subyacente del paciente (11).

En los pacientes con cáncer de pulmón, mama, próstata y mieloma múltiple suele
ser su complicación más frecuente (12). Según Al-Qurainy y Collis, 2016, Wänman
et al, 2017 y Lawton et al, 2019 concuerdan que la compresión medular en
pacientes con cáncer suele presentarse en un 2,5 a 5%, siendo así alrededor de 80
casos por millón de personas al año (12-14). La tasa de supervivencia en pacientes
varía según el tipo de tumor primario, siendo más alta en aquellos tumores que
responden favorablemente al tratamiento, y cuando se realiza un diagnóstico y
tratamiento temprano antes de que empeore el deterioro neurológico (14).

Fisiopatología

Se sabe que el cáncer de pulmón, mama, próstata y mieloma múltiple son los
principales causantes de compresión metastásica de la médula espinal,
representando aproximadamente el 50% de los casos (14). El hueso es el tercer
lugar más común de metástasis, después del pulmón y el hígado. Según Levack et
al. (2001), alrededor del 5% al 10% de los pacientes con cáncer desarrollan
compresión metastásica de la médula espinal (15). Las metástasis espinales se
pueden dividir en intradurales (ya sea intramedulares o extramedulares) y
extradurales. La gran mayoría, alrededor del 95% son las lesiones extradurales son
masas tumorales que se localizan exclusivamente en el espacio epidural, sin infiltrar
la duramadre ni el tejido nervioso circundante (15,16). Las lesiones epidurales puras
son relativamente raras, pero pueden ser muy graves debido a su capacidad para
comprimir la médula espinal y las raíces nerviosas y las extradurales pueden surgir
inicialmente en la vértebra y luego migrar hacia el espacio epidural, donde también
pueden comprimir el saco tecal y su contenido, esto puede causar síntomas
neurológicos graves debido a la interrupción del flujo de líquido cefalorraquídeo y la
compresión de las raíces nerviosas (16).

Existen tres mecanismos que causan la compresión metastásica de la médula


espinal, siendo la más común la vía hematógena, responsable del 85% de los
casos. Este mecanismo involucra la diseminación de células cancerosas a través de
la sangre, lo que puede resultar en depósitos tumorales que comprometen la
irrigación sanguínea de la médula espinal y debilitan la integridad ósea, llevando al
colapso de una o más vértebras (12). Este proceso se ve facilitado por una red de
vasos sanguíneos conocida como el plexo venoso de Batson, que discurre paralela
y adyacente a la columna vertebral. Además, la compresión puede ocurrir debido a
la extensión directa del tumor desde órganos vecinos hacia la columna vertebral, o,
menos comúnmente, por el depósito directo del tumor en la columna vertebral (17).

Estas dos vías provocan una compresión tumoral que conduce a un estasis venoso,
lo que resulta en edema vasogénico. Este edema ejerce presión sobre las
estructuras nerviosas y vasculares, lo que reduce el flujo sanguíneo y, en última
instancia, resulta en isquemia del tejido nervioso. La compresión prolongada y sin
tratamiento produce lesiones vasculares que pueden resultar en un infarto de la
médula espinal, que a menudo es irreversible (17,18). Se sabe que varios
mediadores bioquímicos intervienen en este proceso, especialmente el factor de
crecimiento vascular y la prostaglandina E2, junto con diferentes citocinas y
neurotransmisores (18).

Manifestaciones clínicas

El examen de pacientes con sospecha de compresión metastásica de la médula


espinal debe incluir una evaluación visual, táctil y de movilidad de las áreas
afectadas del sistema locomotor (13). Después, se debe realizar una evaluación
neurológica completa, que incluya las áreas sensoriales autónomas, y se debe
registrar detalladamente la función en la distribución dermatomal/miotomal (Figura
1). Los pacientes suelen presentar signos de compromiso de las neuronas motoras
superiores por debajo del nivel de compresión de la médula, pudiendo manifestarse
también una alteración o reducción de la sensibilidad en el área correspondiente a
un dermatoma sensorial. La compresión por debajo del nivel de la terminación de la
médula espinal (el cono medular, generalmente a nivel de la vértebra L1) suele
producir síntomas del síndrome de la cola de caballo. Los déficits de las neuronas
motoras superiores tienden a ser simétricos, mientras que los déficits de las
neuronas motoras inferiores suelen ser asimétricos (19).

Figura 1: Clasificación neurológica de las lesiones de la médula espinal.


Fuente: Patnaik S, Turner J, Inaparthy P, Kieffer WK. Metastatic spinal cord compression. Br
J Hosp Med (Lond). 2020; 81(4): 1-10 (19).

Los síntomas se deben al daño en la médula o las raíces nerviosas por lesiones
fuera de la médula en el 95% de los casos. La columna torácica se afecta con
mayor frecuencia (59-78%), seguida por la lumbar (16-33%) y la cervical (4-15%).
En el 10-38% de los casos, hay metástasis en más de un nivel. La invasión del
espacio epidural ocurre en 1-4% de los casos. El cuadro clínico tiene varias etapas y
la velocidad de su aparición determina la urgencia del tratamiento (20).

Tabla 1: Manifestaciones clínicas

CUADRO CLÍNICO
Dolor El dolor es el síntoma más común, reportado por el 95% de los
pacientes. Generalmente, aparece en la etapa inicial, días o
semanas antes de que se presente la disfunción neurológica
(con una media de 7 semanas). Suele ser constante y
empeora por la noche o temprano en la mañana. El dolor es
progresivo y se localiza en la espalda o el cuello dependiendo
del nivel de la lesión. Tiene características mecánicas y
empeora con el movimiento y la maniobra de Valsalva. Los
signos de Lasége y L'hermiltte suelen ser positivos. Cuando se
afecta una raíz nerviosa o la cola de caballo, el dolor es de
tipo radicular, ya sea bilateral o unilateral.

Claudicación El adormecimiento y la pérdida de sensibilidad afectan al 85%


de los pacientes, siendo el segundo síntoma más común. Esto
puede ocurrir gradualmente o de forma repentina debido a un
fallo vascular agudo conocido como shock medular. Al
principio, la debilidad muscular se nota más en los músculos
cercanos al tronco, pero con el tiempo afecta también a los
más lejanos, comprometiendo la capacidad de caminar. La
debilidad inicial evoluciona hacia una parálisis en posición de
flexión. Este cuadro suele preceder a cambios en la
sensibilidad, que ocurren en el 46-80% de los casos. Los
pacientes experimentan hormigueo y una disminución de la
sensibilidad, comenzando generalmente en los pies y
ascendiendo. Cuando la compresión afecta la cola de caballo,
la pérdida de sensibilidad es bilateral y afecta áreas como la
región perineal, la parte posterior del muslo y el costado de la
pierna.

Disfunción Las lesiones en el cono medular pueden presentar signos


autonómica, parálisis como impotencia e incontinencia de esfínteres en las primeras
etapas del proceso. Alrededor del 40-64% de los pacientes
experimentan disfunción autonómica, que generalmente está
asociada con una debilidad motora grave o paraplejia. El
síndrome de Horner puede desarrollarse debido a masas
paraespinales en niveles cervicales y torácicos altos. La
compresión del haz espino-talámico puede causar ataxia, lo
que requiere descartar lesiones en el cerebelo, alcoholismo o
reacciones histéricas. En casos de afectación cervical, la
función respiratoria puede verse comprometida debido al fallo
del diafragma y los músculos intercostales, lo que resulta en
tetraplejia.
Fuente: Romero P, Manterola A, Martínez E, Villafranca E, Domínguez MA, Arias F.
Compresión medular. An Sist Sanit Navar. 2004; 27: 155–62 (20). Soriano-Lorenzo J,
Rojas-Argüelles P, Pons-Leyva D, González-Rojas D, Leyva-Coll G. Síndrome de
compresión medular en el paciente con cáncer. Med Int Méx 2022; 38(3): 606-16 (21)

Diagnóstico

El principal método para diagnosticar el síndrome de compresión medular en


pacientes con cáncer es a través de la anamnesis, los síntomas clínicos y el
examen físico. Estos elementos sirven como una guía para sospechar el síndrome
en pacientes que presenten dolor reciente en la espalda o cuello, por lo tanto, es
crucial reconocer los signos y síntomas a tiempo (21). Se debe realizar un examen
neurológico detallado que evalúe la función motora y sensitiva para determinar el
nivel de la lesión. La escala más utilizada para esta evaluación es la escala de la
American Spinal Injury Association (Tabla 2).

Tabla 2: Escala de evaluación de afección neurológica de la American Spinal Injury


Association

Grado Descripción clínica

A Lesión completa. Ausencia de función motora y sensitiva hasta el


segmento s4-s5

B Lesión incompleta. Preservación de la función sensitiva (no motora) por


debajo del nivel neurológico y hasta los niveles s4-s5

C Lesión incompleta. Preservación de la función motora por debajo de la


lesión, pero más de la mitad de los músculos clave por debajo del nivel
neurológico tienen fuerza grado < 3* (sin movimiento antigravedad)

D Lesión incompleta. Preservación de la función motora por debajo de la


lesión y más de la mitad de los músculos clave por debajo de la lesión
tienen fuerza grado ≥ 3* (antigravedad)

E Normal. Funciones sensitiva y motora normales


Descripción: Función motora: 0 = parálisis total; 1 = contracción visible o palpable; 2 =
movimiento activo sin gravedad; 3 = movimiento activo contra la gravedad; 4 = movimiento
activo contra resistencia moderada; 5 = movimiento activo normal contra resistencia
completa.
Fuente: Soriano-Lorenzo J, Rojas-Argüelles P, Pons-Leyva D, González-Rojas D,
Leyva-Coll G. Síndrome de compresión medular en el paciente con cáncer. Med Int Méx
2022; 38(3): 606-16 (21)

Los estudios de imagen son muy importantes porque también nos orientan en el
diagnóstico y posible tratamiento. Como primera opción tenemos la resonancia
magnética (RM), con una sensibilidad y especificidad superiores al 90%, las
secuencias de imágenes usadas para evaluar las metástasis espinales son las
medidas en T1 y T2 (22). La RM es más sensible que la tomografía axial
computarizada (TAC) y la radiografía para detectar tumores primarios en huesos y
lesiones óseas metastásicas. Se recomienda realizar una RM siempre que sea
posible y de manera inmediata debido a sus ventajas (22,23):

a) No es un proceso invasivo.

b) Permite mejor observación de los detalles anatómicos

c) Estudio simultáneo de toda la columna vertebral

Si la resonancia magnética no está disponible, se debe recurrir a la tomografía axial


computarizada (TAC), ya que permite localizar e identificar las lesiones causantes,
así como evaluar tejidos blandos y descartar procesos benignos. La TAC tiene una
sensibilidad y especificidad que superan el 85%, y estas cifras pueden aumentar
cuando se cuenta con radiólogos experimentados. Proporciona una imagen
detallada de la anatomía ósea y del grado de invasión tumoral (24).

La radiografía simple de la columna vertebral puede mostrar fracturas,


aplastamientos vertebrales y signos de invasión metastásica ósea. Sin embargo,
tiene una tasa de falsos negativos de alrededor del 20%, ya que se necesita una
destrucción considerable (de más del 50%) de la estructura ósea para detectarla
mediante esta técnica. Además, tiene baja sensibilidad para detectar masas
paravertebrales que pueden invadir el canal medular (21,24).

Hasta hace algunos años, la mielografía solía ser la técnica preferida en estos
casos. Esta técnica permite evaluar los espacios ocupados por elementos neurales
e identificar estructuras comprimidas. Sin embargo, tiene desventajas, como ser una
prueba invasiva y asociarse con mayor morbilidad, además de tener menor
exactitud diagnóstica que la resonancia magnética (21,25).

Pronóstico
Para el paciente que sufre compresión de la médula espinal por cualquier causa
neoplásica su calidad de vida en la mayoría de los casos cambia a una
discapacidad grave, esto se puede prever por la puntuación en el rendimiento del
paciente y del estado neurológico antes del tratamiento, además del tipo de cáncer y
el estadio del mismo, incluyendo su aparición y de ser el caso del número de
metástasis (26). Según Sabroe et al (27), en la actualización sobre el estado de esta
patología en países Daneses, la esperanza de vida luego de un diagnóstico de
compresión medular es corta, siendo la mediana de edad estimada de 6,8 meses
luego del tratamiento quirúrgico, aunque algunos pueden llegar a vivir mucho más,
dentro de los pacientes que se tomaron en cuenta fueron los pacientes con
metástasis espinales con cáncer de mama con receptores hormonales positivos, las
cuales tuvieron una mediana de supervivencia de 21,5 meses, mientras que los
pacientes con receptores hormonales negativos tuvieron una supervivencia de 10,6
meses (27).
Se han propuesto puntuaciones para estimar la supervivencia, con el fin de ayudar a
elegir las opciones de tratamiento en los casos de compresión de médula espinal y
metástasis espinales (28). Existen diversas herramientas que permiten predecir de
cierta forma el pronóstico de supervivencia de los pacientes posterior a presentar
esta urgencia, como son las herramientas Bauer, Lei, Bauer modificado, Radesm
SORG Classic,Tokuhashi, etc (29). Sin embargo Masahiro et al (30), en su estudio
sobre la efectividad de la herramienta Tokuhashi, reafirmó que esta es una de las
herramientas más confiables hasta la fecha para predecir la supervivencia de los
pacientes con tumores espinales, logrando una precisión del 66,7 % a corto plazo,
60% a mediano plazo y del 100% a largo plazo.
Tabla 3: Sistema de evaluación revisado para el pronóstico de las metástasis de columna
(Tokuhashi).

Características Score

Condición general (estado funcional)

Pobre (EF 10 - 40%) 0

Moderada (EF 50 - 70%) 1

Buena (EF 80 - 100%) 2

Número de focos de metástasis óseas intraespinales.

>3 0

1-2 1

0 2

Número de metástasis en el cuerpo vertebral

>3 0

2 1

1 2
Metástasis en órganos internos mayores

No resecables 0

Resecables 1

No metástasis 2

Sitio primario del cáncer

Pulmon, osteosarcoma, estomago, vejiga, esofago, pancreas 0

Hígado, vesícula, no identificado 1

Otros 2

Riñón, útero 3

Recto 4

Tiroides, mama, próstata, tumor carcinoide. 5

Parálisis

Completa (Frankel A, B) 0

Incompleta (Frankel C, D) 1

No parálisis (Frankel E) 2

Puntaje Total Pronóstico de


sobrevida

0 a 6 puntos < 6 meses

7 puntos >6 meses

8 a 15 puntos > 1 año

Fuente: Iinuma M, Akazawa T, Torii Y, Ueno J, Umehara T, Asano K, et al. Optimization of


the Revised Tokuhashi Scoring System: New Prognostic Criteria for Metastatic Spinal Tumor
in Surgical Cases. Spine Surg Relat Res. 2020; 31:5(2):81-5 (30)

Tratamiento
Al ser una urgencia médica el tratamiento debe administrarse dentro de las 24 horas
del diagnóstico, este tratamiento debe tener como objetivos la prevención de
mayores daños a nivel neurológico, preservar la más posible la función motora y el
alivio del dolor, en general todos los pacientes deben recibir una dosis de carga de
corticosteroides como tratamiento de primera línea, luego de eso el plan terapéutico
a seguir dependerá de la causa de la compresión, siendo por ejemplo en el caso de
que el agente causal sea un plasmocitoma optar por la radioterapia, mientras que la
cirugía solo se la recomienda si la columna vertebral es inestable o si la compresión
es debida a fragmentos óseos, teniendo en cuenta la quimioterapia o la terapia
dirigida cuando el paciente cuente con una disfunción neurológica mínima, en todos
estos casos se debe considerar antes de la administración del tratamiento (31).
A. Corticosteroides
Considerado de primera línea en la compresión medular, debido a sus propiedades
para reducir los déficits neurológicos al reducir el edema vasogénico e inhibir las
reacciones inflamatorias y eliminar el dolor, llegando incluso a administrarse con
regímenes de quimioterapia (32). A pesar de que no existe una dosis estandarizada
de administración, Grahan et al (33) sugiere el uso de dosis altas de dexametasona
de 4 mg tres veces al día vía intravenosa cada una acompañada de una cubierta de
inhibidor de bomba de protones, ayudando además a mejorar el estado ambulatorio,
recalcando la importancia del uso de este fármaco en pacientes diabéticos, teniendo
en cuenta el riesgo beneficio.
B. Cirugía
Empleada sobre todo ante la inestabilidad de la columna vertebral, evaluando esta
empleando la puntuación neoplásica de inestabilidad de la columna, corrigiendo la
inestabilidad y reduciendo el dolor causado por el movimiento, anteriormente la
laminectomía era el único tratamiento quirúrgico para la compresión medular,
aunque no se la consideraba la mejor para esta ya que podía aumentar la
inestabilidad de la columna (34). Estudios recientes como el de Kyriakou et al (35),
menciona que una de las terapias más efectivas y que ha venido usándose desde
2021, la cifoplastia y la vertebroplastia, han proporcionada hasta la actualidad
resultados favorables para los pacientes con compresión medular, ya que
comparado con procedimientos anteriores, mejoran el control del dolor, la calidad de
vida y la función neurológica, más aún cuando se combina con el uso de
radioterapia sobre todo ante la resección parcial del plasmocitoma que suele
formarse anteriormente a la columna.
Actualmente existe una cirugía cuyo enfoque es menos agresivo que las cirugías
antes mencionadas, siendo la cirugía de separación para la compresión epidural
metastásica de la médula espinal, ya que logra su objetivo de separar la
circunferencia de la médula espinal creando un objetivo seguro para la radioterapia
estereotáxica (36).
Tabla 4: puntuación neoplásica de inestabilidad de la columna (SINS).

Componentes Puntaje

Localización

Charnela (occipital- C2; C7 - T2; T11 - L1; L5 -S1) 3


Columna móvil (C3 - C6; L2 - L4) 2

Columna semirrigida (T3 - T10) 1

Columna rígida (S2 - S5) 0

Dolor que cede con el decúbito o dolor que se presenta con


el movimiento o la carga de la columna

Si 3

No (dolor ocasional, pero no mecánico) 1

Lesión no dolorosa 0

Lesión Ósea

Lítica 2

Mixta (lítica/blástica) 1

Blástica 0

Alineación vertebral radiográfica

Presencia de subluxación /traslación 4

Deformidad de novo (cifosis/ escoliosis) 2

Alineación normal 0

Colapso del cuerpo vertebral

Colapso >50 % 3

Colapso <50 % 2

No colapsado con 50% involucrado 1

Ninguna de las anteriores 0

Compromiso de estructuras vertebrales posterolaterales


(fracturas o infiltración tumoral de la faceta, el pedículo o la
articulación costovertebral)
Bilateral 3

Unilateral 1

Ninguna de las anteriores 0

Interpretación Puntaje total

Estabilidad 0-6

Inestabilidad indeterminada (candidato para procedimiento 7 - 12


quirúrgico)

Inestabilidad 13 - 18
Fuente: Federspiel C, Morgen SS, Suppli MH, Kamby C, Kelsen J, Gehrchen M. [Treatment
of metastatic spinal cord compression]. Ugeskr Laeger. 2021; 16:183(33):V10200725 (34)

C. Radioterapia
Actualmente se la considera una de las piedras angulares para el tratamiento de
compresión medular neoplásica, siendo el principal objetivo de su uso el alivio del
dolor, la descompresión y la preservación de la integridad neurológica, se debe
tener en cuenta que la mayoría de los pacientes tienen múltiples sitios de
enfermedad metastásica, por lo cual es esencial que al igual que la cirugía, medir el
estado de inestabilidad de la columna vertebral (37). Una de las radioterapias más
usadas en la de haz externo convencional (cEBRT), sobre todo cuando se usa en
pacientes ciclos de larga duración ante un control local, evaluando los resultados
mediante el estado ambulatorio del paciente, encontrándose una mejoría aún mayor
cuando se utiliza en conjunto con el procedimiento quirúrgico (38).

OBSTRUCCIÓN DE VENA CAVA


DEFINICIÓN
La obstrucción de la vena cava es una urgencia oncológica descrita por primera vez
en 1757 en un paciente con un cuadro de aneurisma aórtico causado por sífilis,
desde entonces se confiere esa denominación a cualquier condición que produzca
una obstrucción al flujo sanguíneo en la vena cava superior que es el principal vaso
de drenaje de los miembros superiores, cabeza, cuello y parte superior del tórax
(39).
FISIOPATOLOGÍA

Dado que las paredes de la vena cava superior son delgadas, están susceptibles a
la compresión, lo que la hace vulnerable a la obstrucción por crecimientos de
estructuras adyacentes, como los ganglios linfáticos circundantes (40). Cuando se
comprime u obstruye la vena cava superior, la sangre se desvía hacia venas anexas
como la vena mamaria interna, la vena torácica lateral o la vena esofágica. Estas
venas tardan un tiempo en dilatarse lo suficiente para manejar el aumento de
volumen, razón por la cual las presiones venosas son más altas en un inicio (41).
Si la compresión ocurre por debajo de la desembocadura de la vena ácigos, la
sangre intenta regresar por la vena cava inferior, generando una mayor presión
venosa. Usualmente la presión venosa de la región cervical oscila entre 2 y 8
mmHg, pero en caso de obstrucción se puede alcanzar niveles de hasta 20 a 40
mmHg (42).

EPIDEMIOLOGÍA
En la antigüedad, antes de la aparición de los antibióticos, las causas más
frecuentes eran infecciosas encontrándose entre ellas la mediastinitis fibrosante,
tuberculosis y aneurisma de aorta torácica sifilítico. Actualmente el 90% de las
causas del síndrome de vena cava son atribuidas a neoplasias malignas y entre
ellas el primer lugar lo ocupa el cáncer de pulmón (43).
Tabla 5: causas más comunes del síndrome de vena cava.

PRINCIPALES CAUSAS DEL SÍNDROME DE VENA CAVA

CÁNCER DE LINFOMA NO METÁSTASIS ARTEFACTOS


PULMÓN HODGKIN INTRAVENOSOS

El tipo más Representan del Generalmente La colocación de


frecuente es el 10 al 15% de los provienen de catéteres venosos
carcinoma no casos de tumores centrales para la
microcítico con el obstrucción de germinales y administración de
50% de los casos. vena cava. Los cáncer de quimioterapia o
En la mayoría de principales tipos mama. antibióticos produce
casos el tumor involucrados Corresponden una lesión endotelial
produce compresión son: linfoma a un pequeño que predispone a la
extrínseca y en la linfoblástico, porcentaje formación de trombos y
minoría de los casos linfoma folicular que junto con el
el tumor invade la de células ambiente
vena cava. grandes y procoagulante propio
linfoma del proceso neoplásico
mediastínico de pueden generar un
células B síndrome de vena cava
grandes
Fuente: Patriarcheas V, Grammoustianou M, Ptohis N, Thanou I, Kostis M, Gkiozos I, et al.
Malignant Superior Vena Cava Syndrome: State of the Art. Cureus. 2022; 14(1): 20924 (43).

MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los signos y síntomas varían según la gravedad y la rapidez con que se presenta la
obstrucción, siendo más evidentes en las primeras semanas cuando los vasos
colaterales aún no se han expandido por completo. Las manifestaciones clínicas
(tabla 6) no son exclusivamente el resultado del aumento de la presión hidrostática
en la vena cava superior, sino también debido a la compresión o invasión de las vías
respiratorias o los nervios adyacentes (44).
Tabla 6: principales signos y síntomas en la obstrucción de vena cava.

Manifestaciones clínicas más frecuentes en la obstrucción de vena cava

Signos y síntomas Frecuencia

Presencia de venas colaterales torácicas 54%

Inflamación en extremidades superiores 18%

Edema de miembros superiores 14%

Edema facial y cuello 46%

Distensión yugular 60%

Dolor torácico 15%

Cianosis 20%

Disfagia 9%

Disnea 60%

Tos 24%
Fuente: Rachapalli V, Boucher L. Superior vena cava syndrome: role of the interventionalist.
Can Assoc Radiol J. 2014; 65(2): 168-76 (44).

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico es eminentemente clínico, no obstante, se debe realizar una serie de
estudios de imagen con confirmación histológica sobre todo para garantizar el
tratamiento adecuado.
- Estudios de imagen
Constituyen la parte fundamental para confirmar el diagnóstico. En la mayoría
de los casos, se lleva a cabo una tomografía axial computarizada de tórax
con medio de contraste, que muestra una alta sensibilidad, aproximadamente
del 92%, y proporciona información detallada sobre las estructuras
importantes involucradas. En la actualidad se han publicado grandes avances
sobre el uso de ultrasonido como método diagnóstico más fiable y económico
(45).
- Diagnóstico histológico
Antes de comenzar cualquier tratamiento con radioterapia o quimioterapia, es
crucial obtener una confirmación histológica. Esto se puede lograr mediante
un aspirado con aguja fina endobronquial guiado por la TAC. En situaciones
donde no sea factible realizar el aspirado, se sugiere realizar una
mediastinoscopia diagnóstica o, como último recurso, una toracotomía
exploratoria con toma de biopsia. En los casos en los que se presente
derrame pleural, también es posible realizar una toracocentesis diagnóstica
(46).
TRATAMIENTO
El objetivo del tratamiento del síndrome de vena cava superior asociado a una
etiología maligna es aliviar los síntomas y abordar la enfermedad subyacente. Esto
dependerá de factores como la extensión del tumor. En la mayoría de los casos, se
recurre a la quimioterapia, la radioterapia o una combinación de ambas. Cuando hay
presencia de estridor debido a una obstrucción significativa de las vías respiratorias,
o si hay edema cerebral, se requiere un tratamiento inmediato con radioterapia o la
colocación de un stent, ya que esto puede representar un riesgo inminente de
muerte para el paciente (47).
Se recomienda el tratamiento con radioterapia en pacientes con tumores
radiosensibles, especialmente en el caso del cáncer de pulmón, y en aquellos que
no han recibido radioterapia previamente. Su aplicación puede proporcionar un alivio
significativo al reducir la carga tumoral (47). La quimioterapia es la opción de
tratamiento inicial preferida para los linfomas No Hodgkin y los tumores de células
germinales. Proporciona un alivio completo de los síntomas en aproximadamente el
80% de los pacientes. Hoy en día se han llevado a cabo estudios que han
demostrado una respuesta exitosa al utilizar quimioterapia combinada con
radioterapia (48).

METÁSTASIS CEREBRAL

DEFINICIÓN

Las metástasis cerebrales son neoplasias malignas que generalmente se


encuentran en el sistema nervioso central (49). Se asocian con un mal pronóstico,
independientemente del tumor primario del que se originan. El cáncer de pulmón, el
cáncer de mama y el melanoma tienen mayor incidencia de metástasis cerebrales
en comparación con otros tipos de cáncer. La metástasis cerebral generalmente
afecta a personas mayores de 50 a 80 años (50).

FISIOPATOLOGÍA

Las metástasis cerebrales son provocados por la diseminación hematógena,


teniendo en cuenta que la metástasis cerebral es proporcional al flujo de la sangre
de la zona afectada, por lo que en un 80% de los pacientes hay metástasis del
cerebro, un 15% en el cerebelo y 5% en el tronco cerebral (51).

Cuando hay una invasión del tumor primario en la pared arterial, es el primer paso
de diseminación hematógena, permitiendo que algunas células neoplásicas se
desprendan y entren en la circulación sanguínea, y posteriormente se adhiere a la
vasculatura cerebral, en la cual se involucran mediadores, para cruzar las barrera
hematoencefálica, misma que se compone por endotelio de células no fenestradas
con uniones intracelulares de oclusión (tight junctions), las cuales recubren la
microvasculatura del cerebro, impidiendo la entrada de macromoléculas, drogas y
microorganismo, pero no impide la entrada de células neoplásicas (52).

Los dos mecanismos conocidos por la cual las células neoplásicas atraviesan la
barrera hematoencefálica son: atravesando de manera paracelular y transcelular, lo
que ocasiona que las células de barrera se mueran, esto debido, a que se destruyen
uniones de oclusión que hay entre las células endoteliales, expresando proteasas y
mediadores inflamatorios (53).

Una vez atravesada la microvasculatura cerebral, hay la extravasación al tejido, por


lo que la supervivencia y proliferación celular depende de la capacidad de
mantención del suministro de oxígeno y nutrientes. Esto explicaría el porqué de las
células neoplásicas se mantienen cercanas a la vasculatura, ocasionando la
remodelación y cooptación de la vasculatura preexistente (52). En estudios no
humanos, se ha observado que la cooptación de los vasos del cerebro se dan por la
expresión de la proteína neuroserpina, misma que bloquea la generación de la
plasmina, la cual protege al cerebro de la metástasis, mediante la promoción de la
apoptosis de células neoplásicas e inhibiendo su propagación (53).

Algunos tumores son capaces de producir angiogénesis mediada por VEGF-A


principalmente, expresada de forma constitutiva por algunas células neoplásicas.
como el adenocarcinoma de pulmón. Es importante notar que, a nivel genómico, las
metástasis pueden tener diferencias significativas con el tumor primario. Por
ejemplo, un reporte reciente de Brastianos et al.(54) comparando las mutaciones
presentes en pacientes con adenocarcinoma pulmonar y metástasis cerebrales
asociadas muestra que estas son ricas en mutaciones que involucran las vías de
quinasas dependientes de ciclinas y el eje PI3K/AKT/mTOR. Avances en la
genómica tendrán impacto significativo sobre el desarrollo de nuevas terapias para
el manejo de las metástasis cerebrales (55).

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

Las metástasis encefálicas pueden manifestarse clínicamente de distintas maneras,


dependiendo fundamentalmente de su tamaño y localización. Aquellas lesiones de
tamaño considerable y especialmente asociadas a importante edema perilesional
generalmente producen hipertensión intracraneana, en estos casos la cefalea es el
síntoma cardinal. También puede ocurrir hipertensión intracraneana en aquellos
casos en que se produce obstrucción del flujo del líquido cefalorraquídeo con la
consiguiente hidrocefalia. Cuando la metástasis se localiza en una zona encefálica
funcional da lugar a déficit neurológico focal (hemiparesia, afasia, dismetría, etc.)
(56).

Fenómenos ictales (epilepsia secundaria) son una forma frecuente de


manifestación, especialmente aquellas metástasis de localización vecina a la
corteza cerebral (56).
DIAGNÓSTICO POR IMAGEN

Habitualmente se utiliza la tomografía computada sin contraste como método de


screening dada su amplia disponibilidad, rapidez, bajo costo y la capacidad de
identificar complicaciones como la hemorragia cerebral. Sin embargo, si existe una
alta sospecha clínica de la presencia de metástasis cerebrales, la resonancia
magnética contrastada con gadolinio es lo recomendable como estudio de primera
línea (57).

Un 11% de las lesiones cerebrales identificadas como hallazgo en TAC de cerebro


en pacientes con cáncer no corresponden a metástasis cerebrales; por lo que se
deben considerar los diagnósticos diferenciales: absceso, granuloma, necrosis por
radiación y patologías desmielinizantes aguda, y en pacientes con
inmunosuprimidos como el VIH considerar linfomas y patología infecciosa como
toxoplasma entre otras. La RM y el PET son útiles para diferenciar estas lesiones
(55,58).

La MC resulta de la diseminación hematógena, y el sitio más común de extensión es


la unión entre la sustancia gris y la sustancia blanca, donde el calibre de los vasos
sanguíneos se estrecha, atrapando así los émbolos tumorales (57). La resonancia
magnética es el estudio de imagen " estándar de oro " para el diagnóstico de este
tipo de lesiones porque su sensibilidad y especificidad son superiores a la
tomografía computarizada y la tomografía por emisión de positrones (PET) (59). Las
MCs son típicamente lesiones sólidas realzadas en anillo con una forma
pseudoesférica que típicamente ocurren en el 80% de los hemisferios cerebrales, el
15% del cerebelo y el 5% del tronco encefálico (60).

PRONÓSTICO

A través de un enfoque multidisciplinario, las recomendaciones de tratamiento


deben equilibrar la durabilidad del control del tumor intracraneal, la calidad de vida y
los efectos secundarios del tratamiento (61). En este contexto, una mejor
comprensión de qué pacientes pueden sobrevivir meses o años es clínicamente
relevante (62).

La Evaluación de Pronóstico Gradual (GPA) se desarrolló a partir de una base de


datos de casi 2000 pacientes acumulada en 4 protocolos RTOG; esta serie luego se
perfeccionó para incluir pacientes tratados en múltiples instituciones e incorporar
factores de pronóstico únicos para diferentes tipos de cáncer, lo que resultó en la
publicación del GPA-DS específico para cada enfermedad (sitio del tumor) (63,64).

Viani G. et al, comparó la escala GPAs con otros modelos predictivos y concluyó
que GPAs fue el método más sensible para estimar la supervivencia (65). GPA
específico de la enfermedad (DS-GPA) no solo destaca la heterogeneidad en la
supervivencia entre pacientes con diferentes tipos de tumores, sino también subraya
la importancia de considerar variables específicas de la enfermedad (59). Por
ejemplo, para pacientes con cáncer de mama y metástasis cerebrales, el subtipo
biológico de cáncer de mama (basal, luminal A, sobreexpresión de HER2 o luminal
B) es un determinante crucial del pronóstico. Similar al cáncer de pulmón de células
no pequeñas, la mutación de EFGR o la translocación de ALK influyen en la
supervivencia (66).

Tabla 7.Modelos para estimar la supervivencia en pacientes con metástasis cerebral.

Fuente: Cabrera A, Santiago Madera-Obando J, Maldonado Noboa I, Avellán J, et al.


Manejo multidisciplinario de las metástasis cerebrales: una revisión actualizada y un cambio
de paradigma Multidisciplinary management of brain metastases: An updated review and
paradigm shift.2022; 34:123–129 (67)

TRATAMIENTO

El tratamiento de las metástasis cerebrales se realiza con intención paliativa. Incluye


tratamientos como la quimioterapia con fármacos que penetran en la barrera
hematoencefálica, la resección quirúrgica cuando el número de lesiones cerebrales
es limitado, radioterapia de todo el cerebro y radiocirugía estereotáctica. Los
individuos con una sola metástasis craneal tienen más opciones de tratamiento
disponibles, como la cirugía, pero su mediana de supervivencia es solo un 60% más
larga. Las metástasis cerebrales no tratadas conducen a la muerte en 2 meses
después del diagnóstico (50).

Si existen síntomas como cefalea debe realizarse estudio de imágenes para


descartar complicaciones que requieran intervención quirúrgica (hidrocefalia,
hemorragia intracraneal). El edema cerebral también es frecuente en estos
pacientes, su mecanismo es principalmente vasogénico y puede causar deterioro
cognitivo y déficits motores o sensitivos; el tratamiento de elección en estos casos
es dexametasona, dado su escaso efecto mineralocorticoide. Otro elemento
importante de manejar son las convulsiones, que afectan a un 30-40% de los
pacientes con metástasis cerebrales. Los anticonvulsivantes se reservan para
pacientes que han presentado crisis clínicas, no se recomienda el uso profiláctico;
los fármacos comúnmente utilizados son fenitoina, ácido valproico y levetiracetam
(67). Se ha explorado el bevacizumab, un anticuerpo monoclonal dirigido al factor de
crecimiento endotelial vascular (VEGF) como agente ahorrador de esteroides. Se ha
demostrado que reduce la fuga capilar asociada a la necrosis por radiación y el
edema cerebral (53).

Resección quirúrgica

La resección es una alternativa con diversos beneficios, ya que remueve el efecto


de masa, elimina la fuente de edema perifocal. En casos de lesiones múltiples se
cree que tienen mayor sobrevida si son sometidos a resección que aquellos que no.
Además de la limitación de la cantidad de lesiones, existen otros factores que
pueden determinar que el paciente no sea candidato a cirugía, como localización del
tumor y condición clínica del paciente (67).

Radioterapia Holocraneana

La radioterapia holocraneana históricamente ha sido considerada el tratamiento de


elección cuando la carga tumoral es elevada. También ha demostrado utilidad como
adyuvante al tratamiento quirúrgico, disminuyendo de forma significativa la
incidencia de recurrencias después de una resección. Los efectos secundarios más
frecuentes son alopecia, fatiga cefalea, eritema cutáneo y en el largo plazo puede
asociarse a pérdidas de memoria y leucoencefalopatía. Las alteraciones cognitivas
secundarias a esta terapia son leves a moderadas, pero son las más preocupantes
para la mayoría de los pacientes y existe un intenso debate respecto al real
costo/beneficio y cuándo estaría indicado su uso en el manejo de las metástasis
cerebrales. Se ha reportado que el uso de memantina ayuda a retrasar y disminuir
los efectos cognitivos asociados (67).

Neurocirugía

La intervención neuroquirúrgica juega un papel importante en el manejo de los


pacientes con metástasis cerebrales. La craneotomía se realiza típicamente en
pacientes recién diagnosticados sin un primario subyacente conocido, síntomas
asociados a metástasis cerebral resistentes a los corticosteroides, metástasis
grandes y metástasis cerebral solitario (53).

Radiocirugía Estereotáctica

Es un tratamiento ambulatorio, no requiere anestesia general y ha ido creciendo la


frecuencia con la que se utiliza en el manejo de las metástasis cerebrales. Mostró
mejor sobrevida y menor recurrencia en aquellos pacientes con 1 lesión y mejor
control local, pero sin diferencia estadísticamente significativa en sobrevida en
aquellos pacientes con 2 o 3 lesiones y así como con menor deterioro cognitivo que
las terapias de radiación holocraneana tradicional (69).

Quimioterapia

Las metástasis cerebrales son de manera casi universal- refractarias a la


quimioterapia, por lo que, clásicamente sólo se ha utilizado como terapia de rescate
o dentro del esquema de tratamiento de metástasis sistémicas que crecen de forma
sincrónica con las metástasis cerebrales (67).

Teniendo en consideración los factores pronósticos, algunos autores han propuesto


sistemas de estratificación para estimar sobrevida y seleccionar pacientes que
potencialmente podrían beneficiarse de los distintos tratamientos (56).

El más conocido de estos sistemas de estratificación es el RPA. Este sistema


considera 3 categorías: el grupo I lo constituyen los pacientes menores de 65 años,
con índice de Karnofsky de 70 o más, con tumor primario controlado y sin
diseminación metastásica extracraneana (grupo de mejor pronóstico) , el grupo III lo
constituyen aquellos pacientes con un índice de Karnofsky menor a 70 (grupo de
peor pronóstico). La categoría II corresponde a aquellos pacientes intermedios (56).

Tabla 8. RPA (análisis de partición recursiva)

Fuente: Sajama C, Lorenzoni J, Tagle P. Diagnosis and treatment of brain metastasis. Rev
Médica Chile. octubre de 2008;136(10):1321-6.

METODOLOGÍA

En la presente revisión bibliográfica se empleó un diseño de trabajo descriptivo,


mediante la búsqueda de documentos bibliográficos científicos de calidad estos
artículos se basan en indagar acerca de Urgencias en Oncología de tipo estructural:
compresión medular, obstrucción de vena cava y metástasis cerebral. Para ello se
requirió una recopilación de artículos que hablen acerca de compresión medular,
obstrucción de vena cava y metástasis cerebral en pacientes oncológicos, de igual
manera se emplean métodos de búsqueda en distintas bases bibliográficas
confiables como: PubMed, Scielo, Elsevier, Scopus. Los artículos recopilados se los
seleccionó ya que cuentan con idioma tanto en inglés y español, de igual forma se
incorporaron operadores lógicos de búsqueda AND, OR y NOT para la selección y
obtención de 68 artículos de calidad científica. Criterios de Inclusión; Artículos
científicos que sean originales. Artículos que cuenten con información
específicamente del tema de investigación. Artículos publicados en idioma inglés y
español. Criterios de Exclusión; Artículos extraídos de páginas no fidedignas, ni un
carácter científico. Artículos que sean repetidos, pero en diferente base bibliográfica.
Información proveniente de libros o manuales.

CONCLUSIONES

● Las urgencias oncológicas, como la compresión medular, la obstrucción de la


vena cava y las metástasis cerebrales, representan situaciones críticas que
requieren una atención inmediata debido a su impacto en la calidad de vida y
la supervivencia de los pacientes con cáncer avanzado.
● A pesar de los avances en el tratamiento del cáncer, las complicaciones
estructurales persisten, lo que subraya la importancia de desarrollar y aplicar
estrategias efectivas de prevención y manejo. Esto incluye una mayor
conciencia de los factores de riesgo, una identificación temprana de los
síntomas y un enfoque multidisciplinario para el tratamiento.
● Comprender la epidemiología de estas urgencias oncológicas es crucial para
comprender su carga y su impacto en la población de pacientes con cáncer.
Factores como el tipo y la etapa del cáncer, así como otros factores de
riesgo, influyen en la incidencia y el pronóstico de estas complicaciones.
● Reconocer las manifestaciones clínicas de las urgencias oncológicas es
fundamental para un diagnóstico precoz y un manejo adecuado. El dolor, la
claudicación y la disfunción autonómica son síntomas comunes que deben
ser evaluados cuidadosamente. La resonancia magnética es la herramienta
de diagnóstico de elección, ofreciendo una sensibilidad y especificidad
superiores para detectar lesiones espinales.
● El pronóstico de los pacientes con urgencias oncológicas estructurales varía
según varios factores, incluido el tipo de cáncer, el estadio de la enfermedad
y la respuesta al tratamiento. Aunque el pronóstico puede ser sombrío en
muchos casos, algunas herramientas de puntuación pueden ayudar a estimar
la supervivencia y guiar las decisiones de tratamiento.

RECOMENDACIONES
Los pacientes con posibles complicaciones oncológicas de metástasis cerebral,
compresión medular y obstrucción de vena cava son problemas de salud que ponen
en riesgo la vida de los pacientes, por lo que se requiere una intervención médica
urgente, con el propósito de salvaguardar la integridad de los mismo y evitar
complicaciones para obtener un pronóstico de buena recuperación. Por lo tanto, es
imprescindible la aplicación de las estrategias para la prevención y manejo de estos
tipos de pacientes, con las que el tratamiento que se les brinde, sea una solución
viable para reducir los factores de riesgo que predisponen a estas complicaciones.
En el enfoque diagnóstico de urgencias oncológicas es esencial realizar una historia
clínica detallada, prestando atención a los antecedentes oncológicos y los síntomas
neurológicos. Dentro de los estudios de imagen a realizar se encuentran: resonancia
magnética cerebral para metástasis cerebrales y resonancia magnética de columna
para compresión medular, además de tomografía computarizada de tórax para
evaluar la obstrucción de vena cava. Los análisis de laboratorio pueden
proporcionar información adicional sobre la función orgánica y los marcadores
tumorales.
Es importante tener en cuenta que el enfoque multidisciplinario debe ir de la mano
con el tratamiento que se le aplique en cualquiera de las complicaciones que se
puedan presentar en las patologías oncológicas. De esta manera podremos influir
en las posibles etapas avanzadas de cáncer, reduciendo la incidencia y mejorando
el pronóstico, con una detección temprana, mejoramiento en el tratamiento y
evitando posibles manifestaciones clínicas en las distintas etapas oncológicas.

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