2 Mielomeningocele. Atencion Multidisciplinaria
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MIELOMENINGOCELE.
ATENCIóN MULTIDIsCIPLINARIA
objetivos
esquema de contenidos
MIELOMENINGOCELE
Cuidados pediátricos
INTRODUCCIÓN
El mielomeningocele (MMC) y otros defectos congénitos del tubo neural se producen
como consecuencia de fallas en el proceso embriológico de formación de la estructu-
ra precursora del sistema nervioso central durante la 3ra. a 4ta. semana de gestación.
Según el nivel anatómico, los defectos del tubo neural se dividen en los que:
En nuestro país, desde hace algunas décadas, la mejoría en los tratamientos neuro-
quirúrgicos y en el cuidado neonatal, han generado un aumento de la sobrevida, y
como consecuencia, un incremento en la población de niños y adolescentes con MMC.
EPIDEMIOLOGÍA
Los defectos congénitos del tubo neural (DCTN) son una de las malformaciones con-
génitas severas más frecuentes. Cada año nacen en el mundo de 300.000 a 500.000
niños afectados. Estos defectos congénitos constituyen el grupo de las alteraciones
prevenibles por ácido fólico.
Una minoría corresponde a defectos del tubo neural determinados por anomalías
cromosómicas (síndrome de deleción 22q, 11, trisomía 13 y 18) o desórdenes de gen
único (como el síndrome de Meckel, Waardenburg, Joubert y otros).
pronap 2014 • mÓdulo 3 • capÍtulo 2 49
DIAGNÓSTICO PRENATAL
La detección prenatal de los DCTN puede hacerse en base a distintos estudios. La
mayor sensibilidad y especificidad se logra combinando ambos métodos:
La cirugía correctora debe programarse para ser realizada lo más precozmente posible,
dentro de las 48 horas del nacimiento. Si el paciente debe ser trasladado, debe ser esta-
bilizado y acondicionado previamente. Para el traslado colocar al niño en la incubadora
en posición prona. Higienizar con suero fisiológico tibio y cubrir el defecto con plásti-
co estéril (bolsas de sonda nasogástrica u otro elemento). Estas medidas evitarán la
contaminación con materia fecal, la evaporación y se disminuirá el riesgo de infección.
50 de Castro Pérez - Campmany • MIELOMENINGOCELE ATENCIÓN MULTIDISCIPLINARIA
Colocar un aro de gasa estéril alrededor de la lesión para evitar el desplazamiento del
material herniado. Sólo la piel alrededor del defecto se limpia con desinfectantes tibios
(iodopovidona al 10%). Si el saco herniario está roto, se iniciará tratamiento antibiótico.
Al alta los padres deberán estar capacitados para realizar el cateterismo intermitente
limpio y se indicará profilaxis antibiótica hasta completar la evaluación urológica.
Todas las mujeres en edad reproductiva reciban 0,4 mg/día de ácido fólico
en adición a una dieta rica en folato.
Mujeres en mayor riesgo de gestar niños con defectos del tubo neural, reci-
ban dosis mayores de ácido fólico: 4-5 mg/día (embarazo previo afectado,
historia familiar, diabetes insulino-dependiente, ingestión de anticonvulsi-
vantes u otros fármacos competidores del ácido fólico).
MIELOMENINGOCELE
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
A partir del defecto inicial en el cierre del tubo neural, se desarrollan las anomalías
asociadas del sistema nervioso central como, hidrocefalia y la Malformación de
Arnold-Chiari. También las secuelas ortopédicas, urológicas, intestinales, del creci-
miento y desarrollo y diversas comorbilidades.
MANIFESTACIONES NEUROLÓGICAS
El MMC se presenta al nacimiento como una tumoración quística, en forma de saco,
cubierta por una capa de tejido parcialmente epitelizada, o como una placoda neu-
ral plana. La mayoría de los niños tiene hidrocefalia asociada a una malformación de
Chiari tipo II. Se describirán:
Hidrocefalia.
Malformación de Arnold-Chiari.
Médula anclada.
Hidrocefalia. El 90% presenta hidrocefalia. En el 20% está presente en el nacimien-
to y el resto la desarrolla días o meses después del cierre quirúrgico del defecto. Los
signos y síntomas de presentación son irritabilidad, rechazo del alimento, vómitos,
aumento del perímetro craneano, fontanela llena, diastasis de suturas, estrabismo.
Luego del cierre del defecto, los pacientes deben ser controlados con medición del
perímetro craneano y ecográficamente en forma semanal durante los primeros dos
meses. Posteriormente se podrán espaciar los controles de acuerdo a la evolución. Si
se constata hidrocefalia progresiva, la conducta neuroquirúrgica habitual es la colo-
cación de una válvula de derivación ventrículo peritoneal.
En los casos sintomáticos, los signos y síntomas varían según la edad de presentación.
Durante los primeros meses de vida, hasta un tercio de los lactantes pueden presentar
signos de compresión del tronco cerebral y disfunción de pares craneales bajos, como:
En los niños mayores los síntomas tienden a ser más insidiosos: dolor occipital, ataxia,
debilidad y espasticidad de miembros superiores, disminución de la destreza manual
y cambios en la escritura.
Los signos clínicos comúnmente aparecen entre los 6 y 12 años, e incluyen deterioro
de la marcha, dolor lumbar en la zona de la cicatriz o en las piernas, espasticidad, in-
cremento de la escoliosis, deformidad progresiva de los pies, y deterioro de la función
vesical o intestinal. El dolor lumbar típicamente empeora con la actividad y alivia con
el reposo. La resonancia magnética nuclear (RMN), los estudios urodinámicos y elec-
trofisiológicos colaboran con el diagnóstico. La adopción de una conducta quirúrgica
debe decidirse en forma interdisciplinaria. El beneficio de la cirugía es fundamental-
mente el alivio del dolor y puede detener el deterioro neurológico.
ALTERACIONES OFTALMOLÓGICAS
La estrecha relación que tiene el normal desarrollo visual con la integridad del sistema
nervioso central es el eje de evaluación ya que el diverso compromiso neurológico de
cada paciente determinará su capacidad visual en el futuro.
MANIFESTACIONES ORTOPÉDICAS
La mayoría de estos pacientes presentan alteraciones ortopédicas secundarias a
la lesión medular y nerviosa. La repercusión clínica se correlaciona con el nivel
lesional; a partir de este concepto anatómico se clasifican los niveles funcionales, los
cuales orientan en sus capacidades, en el tratamiento y el pronóstico de ambulación
futura.
54 de Castro Pérez - Campmany • MIELOMENINGOCELE ATENCIÓN MULTIDISCIPLINARIA
Cuádriceps Extensión de
Nivel II rodilla Extensión
Lumbar L III, Ortésis cortas activa de
medio LIII-LIV Cuádriceps/ Estabiliza rodillas en
Isquiotibiales rodilla en bipedestación
bipedestación
Alteraciones de la columna
Entre el 50 y el 90% de los pacientes con MMC tienen alteraciones en su columna.
Tratamiento quirúrgico: debe ser evaluado según los objetivos que se pretendan
lograr para ese paciente y en el momento oportuno, debe valorarse en el contexto glo-
bal del paciente, su edad, su función pulmonar y con todo el equipo interdisciplinario.
Está orientado a minimizar deformaciones y maximizar la funcionalidad y la movilidad
con el menor riesgo de complicaciones.
ALTERACIONES UROLÓGICAS
El paciente con MMC se presenta, casi invariablemente, con vejiga neurogénica (VN).
Se define la vejiga neurogénica como la disfunción del tracto urinario inferior (TUI)
debida a una lesión neurológica que compromete los centros reguladores de la unidad
vesicoesfinteriana. El tipo específico de VN varía considerablemente entre pacientes y
no puede predecirse por el nivel del defecto espinal.
Seguimiento
Tratamiento
Los objetivos desde el punto de vista urológico son preservar la función renal y vesical
y brindar continencia socialmente aceptable.
Los hallazgos urodinámicos son los que indican el tipo de intervención necesaria.
58 de Castro Pérez - Campmany • MIELOMENINGOCELE ATENCIÓN MULTIDISCIPLINARIA
El CIL debe ser comenzado después del nacimiento en todos los niños, especialmente en
aquellos con signos de obstrucción del tracto de salida.
Para el procedimiento se utilizan catéteres de un calibre que varía con la edad del
niño. La frecuencia del CIL es indicada por el urólogo, generalmente se realiza cada
3-4 horas, las complicaciones son infrecuentes y generalmente se vinculan a un mal
entrenamiento.
Durante los primeros años de vida resulta sumamente beneficioso implementar ade-
más el Cateterismo Continuo Nocturno (CCN).
Las medicaciones más utilizadas para disminuir la presión intravesical son los antico-
linérgicos como la oxibutinina y la tolterodina.
La profilaxis antibiótica se indica durante los primeros meses de vida, hasta que los
padres se familiaricen con la técnica de CIL y se complete la evaluación urológica
inicial. Luego deberá ser suspendida, a menos que el niño tenga reflujo vésico ureteral
(RVU), hidronefrosis o infección urinaria recurrente.
En pacientes con mala respuesta al tratamiento médico pueden plantearse las si-
guientes opciones quirúrgicas:
Incontinencia urinaria
Los intentos iniciales de adquirir continencia se realizan mediante el tratamiento con-
servador con anticolinérgicos y CIL. Cuando el componente vesical es el responsable,
por alta presión o hiperactividad, puede estar indicada la inyección de toxina botulíni-
ca o la cistoplastia de ampliación. Cuando el mecanismo esfinteriano es deficiente, los
tratamientos sobre el cuello vesical serán los indicados: sling procedimiento quirúrgi-
co sobre el cuello vesical con aponeurosis o protésico, inyecciones de abultamiento,
esfínter urinario artificial. En muchos pacientes estos dos componentes fallan (detru-
sor y esfínter) y requieren tratamientos quirúrgicos combinados para su resolución.
MANIFESTACIONES INTESTINALES
La mayoría de los pacientes con MMC presentan intestino neurogénico, manifestán-
dose con constipación e incontinencia fecal. La afectación neurológica produce
alteraciones variables en la motilidad intestinal. Aún los pacientes con defectos más
bajos, sin compromiso motor en miembros inferiores, pueden presentar alteraciones
de la sensibilidad rectal e incontinencia fecal, ya que el esfínter anal externo (volunta-
rio) recibe inervación del segmento S2-S4.
Con los objetivos de que el niño mantenga un ritmo evacuatorio regular (mínimo de 3
deposiciones semanales) y alcance pseudocontinencia fecal debemos instituir trata-
miento precoz y sostenido en el tiempo del intestino neurogénico.
En pacientes seleccionados en los que, con estas medidas iniciales, no se logre pseu-
docontinencia, se planteará el uso rutinario de enemas retrógrados (los enemas de
uso común). Como tratamiento de elección en pacientes motivados, que no respon-
dieron al tratamiento habitual de la incontinencia fecal se planteará el tratamiento
quirúrgico para la realización de enemas anterógrados (botón de Chait). Botón de
Chait es un procedimiento quirúrgico que crea una comunicación entre la piel y la luz
del ciego, mediante la colocación de un botón de gastrostomía. A través de esta vía se
hacen enemas que lavan el colon en forma anterógrada. Su utilización adecuada pre-
viene pérdidas intestinales por períodos que varían de paciente a paciente (entre 12 y
48 horas). Permiten un manejo independiente del intestino neurogénico.
Peso para edad: valora la totalidad de la masa corporal (masa grasa + masa muscu-
lar). Estos pacientes tienen hipotrofia muscular por debajo del nivel lesional, por lo
pronap 2014 • mÓdulo 3 • capÍtulo 2 61
Talla para edad: refleja el crecimiento longitudinal del paciente. Son múltiples las lesio-
nes que presentan estos pacientes que pueden alterar su talla. (Ver algoritmo de talla).
Índice de Masa Corporal/edad (IMC) tiene alta correlación con la adiposidad y con el
riesgo cardiovascular.
Pubertad precoz. Sucede en alrededor del 12% de los pacientes con MMC. Más fre-
cuente en niñas con antecedentes de hipertensión endocraneana perinatal. Es fun-
damental la detección temprana y evaluación conjunta con el endocrinólogo. Evaluar
cada caso para decidir el tratamiento de inhibición del eje.
COMORBILIDADES
SOBREPESO Y OBESIDAD
El sobrepeso/ obesidad está registrado en más del 50% de los pacientes con MMC.
Los pacientes con mielomeningocele poseen un menor nivel de actividad física y con-
tenido muscular. Esto los hace más vulnerables de padecer sobrepeso y obesidad.
Recomendaciones nutricionales
Alto aporte de frutas y verduras diarias.
Ingesta láctea acorde a recomendaciones, en mayores de 2 años descre-
mados.
Uso de aceites vegetales en vez de grasas animales.
Uso de panes con granos.
Consumo de carnes magras y pescados.
Uso de jugos y alimentos con azucares refinados.
No más de 2 g por día de sodio.
Complicaciones de la obesidad: lesiones en la piel, aumento del riesgo quirúrgico y
cardiovascular, síndrome metabólico, hipertensión arterial, apnea de sueño, progre-
sión del daño renal, daño hepático.
El 35% de los pacientes con MMC y obesos desarrollan síndrome metabólico, esto implica
mayor riesgo que la población general.
ALERGIA AL LÁTEX
Estos pacientes constituyen una población particularmente predispuesta a presentar
reacciones de hipersensibilidad al látex mediadas por Ig E. La prevalencia de sensibi-
lización al látex es del 1 al 2% en la población general, mientras que en pacientes con
MMC alcanza el 20 al 67%. El riesgo de estos pacientes de presentar una reacción
anafiláctica en quirófano es 500 veces mayor que el de grupos controles.
Como factores patogénicos que se relacionan con un incremento del riesgo han sido
implicados: la exposición repetida y/o una predisposición genética, los antecedentes
personales de atopía, el número de cirugías previas, el contacto reiterado con látex a
través de las mucosas gastrointestinal y urogenital.
64 de Castro Pérez - Campmany • MIELOMENINGOCELE ATENCIÓN MULTIDISCIPLINARIA
La recomendación actual es: no exponer al látex a pacientes con MMC desde el nacimiento,
independientemente de que hayan o no presentado síntomas de sensibilización. La ausen-
cia de sensibilización actual no descarta el riesgo de sensibilización ulterior.
El paciente que haya presentado manifestaciones de alergia debe ser provisto de una
placa identificadora y ser evaluado por un médico alergista. Debemos recomendar a
todos los pacientes con MMC que deben evitar el contacto con productos como chu-
petes, tetinas, globos, bombitas de agua, productos de buceo, preservativos, etc. que
contengan látex. Los padres deben informar sobre este riesgo a otros profesionales
para que eviten el contacto con látex (extracciones de sangre, exámenes odontológi-
cos o ginecológicos, vacunación).
LESIONES EN LA PIEL
Alrededor del 50% de los pacientes las presentan en algún momento de su vida. Las
mismas pueden ser: escaras, úlceras, quemaduras, maceración.
El método más eficaz para tratar las úlceras por presión es la prevención, minimizar
los factores de riesgo, instaurar medidas posturales, extremar la limpieza y eliminar
las condiciones que favorecen su aparición.
Los factores de riesgo a nivel torácico o lumbar alto son: no deambuladores, falta de
sensibilidad, obesidad, sexo femenino, insuficiencia renal, actividad física reducida,
uso de antiepilépticos o corticoides.
Fracturas patológicas
Alrededor del 30% de estos pacientes tiene alguna fractura en los miembros inferio-
res, el 25% tiene más de una fractura a lo largo de su vida, es frecuente en obesos no
deambuladores y la causa subyacente más importante es la osteoporosis.
Espontáneo 64%
Por inmovilización por yeso 20%
Por transferencias 11%
Caídas 5%
Localización más frecuente en metáfisis o diáfisis de extremidades insensibles, en
general fémur y tibia.
66 de Castro Pérez - Campmany • MIELOMENINGOCELE ATENCIÓN MULTIDISCIPLINARIA
Es importante sospechar fractura patológica en paciente que presentan calor, rubor, au-
sencia de dolor y deformidad del miembro y, a veces, crepitación.
DAÑO RENAL
Más del 90% de los niños con MMC nacen con riñones normales. Sin embargo el
daño renal en pacientes con MMC es frecuente y se adquiere en forma secundaria a la
disfunción del tracto urinario inferior, el reflujo vesicoureteral (RVU) y las infecciones
urinarias recurrentes (IUR). El deterioro renal puede ser minimizado con un adecuado
y precoz tratamiento urológico.
La mayoría de los pacientes con MMC que llegan a la insuficiencia renal crónica deben ser
interpretados como un fracaso del tratamiento.
Se define como portador de ITU al paciente con MMC que se presente con 2 o más
síntomas (fiebre 38°C, dolor abdominal, dolor lumbar, aparición o empeoramiento de
incontinencia, dolor en el cateterismo o al orinar, orina turbia o maloliente) + 100 000
unidades formadoras de colonias/ml, de un único microorganismo y + 10 leucocitos
por campo en la microscopía.
CUIDADO PEDIÁTRICO
El niño con mielomeningocele como cualquier otro niño requiere controles pediátricos
periódicos generales acorde a su edad, con evaluación del crecimiento, desarrollo y
maduración. Es rol del pediatra estimular la lactancia y el apego madre/hijo. Luego
hacer indicaciones nutricionales contemplando adaptaciones a su patología de base.
Indicar las vacunas del calendario oficial y en pacientes con mayor riesgo de compli-
caciones respiratorias (cifoescoliosis, obesidad mórbida, enfermedad renal crónica)
vacunar a partir de los 2 años con vacuna neumococcica 23 valente y continuar con
antigripal anual.
El pediatra además de trabajar con el niño enfermo debe incluir en el cuidado a sus padres
y hermanos y reforzar los aspectos sanos del paciente y su familia.
ESCOLARIDAD
SEXUALIDAD
La sexualidad en pacientes con mielomeningocele suele implicar dificultades para los
pacientes, sus padres y el equipo de salud.
Debemos enfatizar que estos pacientes conservan el deseo sexual, siendo su respuesta
genital variable en función del nivel lesional.
Los pacientes con discapacidades tienen más riesgo de sufrir abuso sexual, el equipo
de salud debe trabajar en la prevención.
ADHERENCIA AL TRATAMIENTO
La adherencia se define como un proceso de cuidado activo y responsable en el que
el paciente trabaja para mantener su salud en estrecha colaboración con el personal
sanitario.
El tratamiento crónico en estos pacientes implica: cateterismo vesical, dieta para pre-
venir la obesidad, constipación y en algunos casos para el cuidado del riñón, hábitos
intestinales para lograr pseudocontinencia, tomar medicación, realizar kinesiología,
actividad física, en muchos casos tratamientos psicopedagógicos y psicológicos para
afrontar dificultades escolares y de afrontamiento de la enfermedad respectivamente.
70 de Castro Pérez - Campmany • MIELOMENINGOCELE ATENCIÓN MULTIDISCIPLINARIA
Los obstáculos para una transición efectiva suelen ser los siguientes:
El trabajo interdisciplinario crea un espacio de atención que permite entre todos los
profesionales establecer prioridades, definir evolución de la enfermedad y generar
estrategias de seguimiento y tratamiento. De esta manera la familia recibe un nivel
de información homogéneo, integral. Los pediatras debemos ser los promotores del
trabajo en equipo.
autoevaluación
V F
2. El MMC es la forma más frecuente y grave de espina bífida.
V F
3. El 90% presenta hidrocefalia.
V F
4. Los signos clínicos de médula anclada aparecen en los tres primeros años de vida.
V F
5. Entre el 50 y el 90% de los pacientes con MMC tienen alteraciones en su columna.
V F
6. El uso de corset desde la aparición de las alteraciones previene la deformación de la columna.
V F
7. El cateterismo intermitente limpio (CIL) debe ser comenzado después del nacimiento en todos los niños,
especialmente en aquellos con signos de obstrucción del tracto de salida.
V F
8. La mayoría de los pacientes con MMC presentan intestino neurogénico, manifestándose con constipa-
ción e incontinencia fecal.
V F
9. El sobrepeso/ obesidad está registrado en más del 50% de los pacientes con MMC.
V F
10. No se debe exponer al látex a pacientes con MMC desde el nacimiento, independientemente de que
haya o no presentado síntomas de sensibilización.
V F
11. Alrededor del 50% de los pacientes presentan en algún momento de su vida lesiones en la piel.
V F
73
autoevaluación
V F
14. La bacteriuria asintomática no debe tratarse con antibióticos. El paciente con MMC no requiere urocul-
tivos periódicos de control.
V F
15. La mayoría de los niños con MMC presentan un coeficiente intelectual (CI) que oscila en un rango entre
normal promedio y fronterizo/ limítrofe lo que es apto para el ingreso a la escolaridad común.
V F
...............................................................................................................................................................................
2. Mencione en qué momentos evolutivos se debe indicar la consulta con el oftalmólogo y cuáles son los
objetivos de los controles.
................................................................................................................................................................................
...............................................................................................................................................................................
3. Explique qué indicaciones nutricionales le daría a la familia de un niño con MMC para prevenir:
A. la constipación ..............................................................................................................................................
B. la obesidad .....................................................................................................................................................
74
autoevaluación
Durante el fin de semana, consultó en una guardia en buen estado general, por presentar fiebre de 24
horas de evolución y catarro de vías aéreas superiores. Su hermana de 4 años, presentaba un cuadro
similar. El médico de guardia, indicó tratamiento sintomático para ambas y solicitó a María un examen
de orina y urocultivo.
Concurre a su consultorio, 3 días después, con los resultados. La orina completa muestra 8 leucocitos
por campo y el urocultivo tomado por cateterismo, 100.000 colonias de E. Coli sensible a cefalexina.
2. Juan es un paciente de 14 años, con MMC nivel lumbar alto. En una sesión de hidroterapia su profesor
constata deformidad del muslo derecho y una zona de enrojecimiento en el tercio inferior. El paciente se
encuentra en buen estado general, afebril y sin dolor. Consulta por guardia, donde además constatan
crepitación de la zona. Se indica iniciar tratamiento con cefalexina. A las 48 hs vuelve a consultar por
persistencia de los síntomas.
CONCLUSIONES
La mayoría de los niños con MMC tiene afección de múltiples órganos y sistemas y
presenta discapacidades que dependen del nivel lesionar y de la calidad de atención
de la salud que recibe.
La atención interdisciplinaria es el modelo mas eficiente para seguir a estos pacientes, ge-
nerando un ámbito de acompañamiento que contemple al paciente, a todos los integrantes
de la familia, a todas sus necesidades, de manera integral y personalizada.
Los pediatras debemos liderar el cambio, hacia un modelo de atención integral, que
contemple a la familia y permita desarrollar al niño todo su potencial.
LECTURAS RECOMENDADAS
Grupo Asesor sobre Defectos del Tubo Neural. Dirección Nacional de Maternidad e
Infancia. Ministerio de salud de la Nación. Recomendaciones para los Servicios de neo-
natología ante el diagnóstico de Mielomeningocele. https://www.google.com.ar/url?s
a=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0CBsQFjAA&url=ht
tp%3A%2F%2Fwww.femeba.org.ar%2Ffundacion%2Fdocumentos%2F0000000978.
pdf&ei=keYvVIOeOLiHsQS_kIDYDQ&usg=AFQjCNFDruk6yJ9rMLkDQ7viYDL2yxqQjg
Leibold SR. Achieving Continence with a Neurogenic Bowel. Pediatr Clin N Am 2010;57:
1013-1025.
Sandler A D. Children with Spina Bifida: Key Clinical Issues. Pediatr Clin N Am 2010;57:
879–892.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Bauer SB. Neurogenic bladder: etiology and assessment. Pediatr Nephrol 2008;23:541-55.
Groisman B, Bidondo MP, Barbero P, Gili JA, Liascovich R y Grupo de Trabajo RENAC.
RENAC: Registro Nacional de Anomalías Congénitas de Argentina. Arch Argent Pediatr
2013;111(6):484-494.
Majed M, Nejat F, El Khashab M, Tajik P, et al. Risk factor for latex sensitization in young
children with myelomeningocele. J Neurosurg Pediarics 2009;4:285-288.
Swaroop VT , Dias L . Orthopedic management of spina bifida. Part I: hip, knee, and rota-
tional deformities. J Child Orthop 2009 December;3(6):441-449.
Wilson RD, Davies G, Désilets V, Ried GJ, et al. The Use of Folic Acid for the Preven-
tion of Neural Tube Defects and Other congenital Anormalies. J Obstet Gynaecol Can
2003;25(11):959–65.
77
clave de respuestas
5. Verdadero.
6. Falso. El corset generalmente no aporta beneficios ya que no evita el progreso de la deformación y pre-
senta efectos adversos: compresión del tronco y úlceras por decúbito.
7. Verdadero.
8. Verdadero.
9. Verdadero.
10. Verdadero.
11. Verdadero.
12. Verdadero.
13. Verdadero.
14. Verdadero.
15. Verdadero.
- Mujeres en mayor riesgo de gestar niños con defectos del tubo neural, reciban dosis mayores de ácido
fólico: 4 – 5 mg/día (embarazo previo afectado, historia familiar, diabetes insulino-dependiente, inges-
tión de anticonvulsivantes u otros fármacos competidores del ácido fólico).
La ingesta suplementaria de ácido fólico debe iniciarse desde un mínimo de 4 semanas antes y mante-
nerse hasta 12 semanas post concepción.
78
clave de respuestas
2. Los controles planificados se deben hacer: durante el primer año de vida al 1°; 3°; 6° y 12 meses de vida,
luego cada 6 meses y a partir de los 3 años, anualmente, siempre valorando el examen visual dentro del
contexto clínico de cada paciente.
- Movimientos oculares: observar que no presente ninguna forma de estrabismo, si se presenta en for-
ma aguda nos advertirá de una disfunción valvular.
- Fondo de ojo: para determinar compromiso del nervio óptico ya sea por la presentación de edema
(disfunción valvular aguda) o de atrofia en los casos más severos y evolutivos de la hidrocefalia, esto
nos dará idea del futuro compromiso visual de este niño.
- Actitud visual o agudeza visual: cuando la edad del paciente o su estado cognitivo permita cuantificarla.
- Refracción: ya que observamos en este grupo de pacientes frecuente necesidad de uso de anteojos
por presentar astigmatismos de alto valor.
3. Es importante que estos niños aprendan a comer correctamente. Favorece la lactancia materna exclusi-
va desde el nacimiento.
B. Alto aporte de frutas y verduras diarias. Ingesta láctea acorde a recomendaciones, en mayores de 2
años descremados. Uso de aceites vegetales en vez de grasas animales. Uso de panes con granos.
Consumo de carnes magras y pescados. Uso de jugos y alimentos con azucares refinados. No más de
2 g por día de sodio.