La Pintura Mitológica de Velázquez: Las Hilanderas. Introducción

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La pintura mitológica de Velázquez: las Hilanderas.

Introducción.
El siguiente ensayo es presentado como trabajo final de grado y tiene como
objetivo hacer un análisis de la obra de la obra de Diego Velázquez, más acertadamente
un acercamiento a su obra de contenido mitológico. Para disponer de este fin, vamos a
tratar de entender lo que puede decir el mito clásico greco-romano respecto al
pensamiento del pintor, se pretende, además, un análisis histórico que contextualice la
obra de Diego Velázquez: Las Hilanderas, en relación con experiencia del autor en su
tiempo histórico y su relación con lo que se denomina El siglo de Oro, nombre con el
que le conoce al periodo de mayor esplendor de las artes ibéricas1.
Las Hilanderas o La fábula de Aracne, como también es conocida, fue una obra
privada realizada por Diego Rodríguez de Silva y Velázquez entre los años 1655 y
1660 , para un personaje de la corte de Alcázar llamado Don Pedro de Arce, constituye
una pieza de 289 x 220 centímetros, al culminar la obra Velázquez se le realizaron
variaciones a sus dimensiones, por medio de cuatro bandas que suplementan los cuatro
lados del cuadro: el superior se aumentó unos 50 cm, sobre 22 cm el lateral derecho, 21
el izquierdo y unos 10 cm el lado inferior, 168 quedando al final con 222 cm de altura y
293 de anchura. 2
El siglo de oro español, conocido como u periodo histórico en que florecen las
bellas artes españolas junto al auge político y militar de la dinastía de los Austrias y el
Imperio español. Aunque duró más de un siglo, que va entre el siglo XVI hasta el XVII.
Diego Velázquez es hijo de esta época3 y sus retratos demuestra la forma del
pensamiento que florecía en el siglo de oro español.
Del florecimiento de la poesía y del idioma del reino de castilla, llega el renacer
de la música de andaluz. La posición geografía de Andalucía, los puertos de Ceuta y
Gibraltar estableció las condiciones para que en tal corredor prosperaran sonidos que de
todas partes del mundo llegaban y sonaban en estos puertos, lo que se conoce como el
esplendor de la música de Andalucía y la música española en el siglo de Oro. Que
nutrían la guitarra y alimentaban el flamenco español.
El siglo de Oro de español no hubiese sido posible sin la influencia cultural de
los califatos árabes en los territorios ocupados, pero el descubrimiento de nuevas
tierras, la conquista y la traída de las riquezas del nuevo continente determinaron
contundentemente el auge de este periodo histórico. Entender los momentos históricos
y el contexto histórico en el que se desenvuelven los pintores, en este caso, el gran
pintor Diego Velázquez, es de gran importancia. Pues ayudan a determinar que fueron
1 La influencia del mundo musulmán durante más de 5 siglos en la península ibérica llevó al reino que
allí se alzó a apreciar un gran gusto por las artes, en especial la pintura, pues la Corte de Felipe IV, uno
de los Austrias menores, contrataría los servicios de grandes pintores, en especial de Diego Velázquez,
uno de los más grandes pintores de lo que se denomina El siglo de Oro.
2 Extraído de https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/las-hilanderas-o-la-fabula-de-
aracne/3d8e510d-2acf-4efb-af0c-8ffd665acd8d
3 En la primera etapa de la modernidad, final del siglo XV, después de la expulsión del califato de
Córdoba, del descubrimiento de las Américas y la gran unificación de la casa de los Habsburgo, el rey
emperador de Castilla, Países Bajos y Condado de Borgoña, los Trastámaras —Coronas de Aragón y
Castilla, en conformación de lo que se conoce como Imperio español. La casa de los Asturias se dedicó a
la proliferación de lo que en Italia se habría de llamar “Renacimiento”.
los motivos que llevaron al autor a realizar determinado trabajo, cuales eras sus
influencias directas, qué era lo que leía de su contexto social y político y como esto era
reflejado en su pintura. En otras palabras: 4
“La necesidad que tiene el historiador del arte de conocer el
código que los rige. Pero también se desprende una enseñanza
más profunda, como es que no basta con «leer» o interpretar los
distintos elementos iconográficos para desvelar los significados
de una obra, sino que es necesario también (entre otras cosas)
acercarse a los resultados que nos ofrecen estas «lecturas»
tratando de adoptar una perspectiva cercana a la de la época en
que nació la obra.” (Pérez, 1995: pág. 56)

El rescate de las pinturas legendarias fabricadas por los hijos de la gran nación
española, requiere un esfuerzo, que es el esfuerzo de la memoria. No olvidar lo que aún
nos enseñan los muertos, para entender los mitos hay que estudiarlos, este texto se
presenta como una muestra y comprensión del mito entendido en el imperio español del
silgo XVI. Es parte de nuestra historia y bajo la espalda de nuestras montañas todas
riquezas que vieron de las américas llegaron a manos de quienes se hicieron potencias
industriales después de la caída de las colonias, propiciadas por estas nacientes
potencias. Pensar la historia no es pensar en una melancólica etapa de ebriedad, la
enfermedad del oro cegó a nuestros antepasados, pero hubo quienes, como el pintor
Diego Velázquez que se da cuenta de ello y en sus pinturas deja un legado.
La riqueza de este ensayo recae en que puede ser usado como instrumento que
ayude a facilitar la enseñanza y la aprensión del verdadero valor que puede tener las
pinturas dibujadas por los grandes pintores españoles a través de los tiempos. Es misión
de cada generación preservar los baluartes históricos que configuran la identidad
colectiva de su nación, tanto como de su comunidad, como de sus creencias y su
familia. Por ello, este texto se presenta no solo para preservar el contenido histórico e
iconográfico de la pintura Las Hilanderas, sino para ser enseñado y leído para las clases
populares, que no sea un pretendido artículo con complicada entonación de verborrea y
conceptos. Sino un texto de fácil comprensión, de lectura afable y conclusiones rápidas
y precisas.

Justificación.
Este ensayo no solo es un análisis de los elementos iconográficos e iconológicos
que se puedan encontrar en las hilanderas de Velázquez, es también un estudio del

4 En el caso de las hilanderas, el cuento mitológico de Velázquez, se busca en el origen del mito griego,
bien conocido, como una enseñanza o sentencia moral dictaminada por un Dios. Lo que se quiere
entender es como trae a contexto el mito griego en relación con las exigencias de su empresa, del
comprador del cuadro y de la intención del autor, lo qué pretende plasmar.
contexto socio histórico del artista, tratar de entender, a través de sus pinturas, cuál era
la forma en que Diego veía el mundo:
“Es imprescindible tener en cuenta el contexto ideológico y social en el
que nacieron. Es decir, que se produjeron en una sociedad teocéntrica,
regida por un estado que se legitimaba a sí mismo no sólo en función de
la tradición dinástica sino también por su papel de garante de la
ortodoxia y del orden moral católicos; pero cuyos dirigentes fueron los
coleccionistas más importantes del país de pinturas que entonces se
calificaban como eróticas” (Pérez, 1995: pág. 58)
Pero el caso de Velázquez es un más interesante, porque el privilegio que le dio
su habilidad como artista, puede ser, que lo haya puesto por encima de la media de
otros artistas contemporáneos a él. Con esto se quiere decir que las grandes virtudes le
concedieron un espacio de libertad en la forma de plasmar sus pinturas. En técnica y
complejidad el barroco español compite la pintura de Venecia del siglo XVI, sin
embargo, el embrollo está también en su situación política, que también es de analizar.
Para socavar esta premisa, que va servir de modelo para el análisis, buscamos en un
texto de Javier Portus Pérez, al respecto de Velázquez y su contexto histórico, lo
siguiente:
“Esta situación está en relación con varios fenómenos que se han
apuntado en numerosos estudios anteriores, como la gran
difusión que tuvo entre ciertos sectores la pintura veneciana del
siglo xvi, o el comparativamente escaso cultivo de los temas
mitológicos por parte de unos pintores locales que laboralmente
dependían sobre todo de un cliente tan exigente en asuntos
relacionados con el decoro como era la Iglesia. Pero a la vez, esta
distancia entre las preferencias coleccionísticas de las clases
poderosas y las restricciones morales eclesiásticas puede servir
para situar en un contexto preciso el caso de algunos artistas que,
al contacto con importantes coleccionistas, supieron en ocasiones
substraerse a las exigencias de la Iglesia. El lector probablemente
ya estará pensando en Velázquez, a quien el amparo real y
cortesano permitió pintar cuadros como La Venus del espejo,
singular en el panorama artístico español y aun europeo porque
en él el desnudo no aparece justificado por una base narrativa
explícita.” (1995; pág. 58)

Velázquez es un icono de la pintura española y símbolo de la cultura colectiva


de todos los españoles, en la historia de la pintura y la técnica, ha dejado el talento
español dentro de los más altos cánones y baluartes de esta disciplina, por ello,
dedicamos este trabajo de final de grado, procurando mantener sus legados para las
próximas generaciones. -

Objetivos
Para lograr el objetivo antes planteado se piensa hacer un trabajo hermenéutico
en cuanto a al contexto histórico en el que sitúa el pintor, haciendo un análisis detallado
de las condiciones sociales, económicas y políticas de la época. Su relación con la corte
del Rey Felipe IV, sus amigos cercanos e influencias, así lograr de esta manera insertar
el mito griego de Aracne en su realidad que cargue el contenido conceptual de la
iconografía compuesta de la pintura Las Hilanderas, esto a través de un proceso
dialectico que se estructura y colma de una estructura pedagógica que promete fácil
digestión.

Objetivo general

● Analizar los elementos iconológicos e iconográficos de la obra

Objetivos específicos:
● Establecer relaciones iconológicas, mitológicas y formales de la obra Las
Meninas de Velázquez
● Contextualizar históricamente el desarrollo de la obra Las Meninas de
Velázquez.
● Identificar los elementos iconográficos de la obra Las Meninas de Velázquez

Desarrollo
Metodología:
Todo análisis de una obra de arte o una manifestación artística requiere de un
método que, como cualquier análisis científico, ayude a determinar la manifestación
artística. En un primer momento florece la literatura, la poesía. Al final la reconquista
en 1492 aquellos judíos que no se convirtieron al catolicismo, fueron desterrados de la
península ibérica y formaron pequeñas comunidades hispánicas en otras partes de
Europa, como Holanda o Nápoles. En este momento y debido a la influencia intelectual
y cultural de los moros que habían habitado y gobernada durante siglos; la confluencia
de todos ingredientes5 hace que florezca la poesía española y los estudios literarios
hispánicos.
El desenvolvimiento de las formas de la obra de arte, en su propia naturalidad y
lejos de creer en el continuo progreso del arte, esta idea de que la calidad de la obra de
arte va en progreso al desarrollo de la humanidad, más bien se piensa en que los
estallidos de las épocas o periodos de alta producción artística son producto de sus
condiciones históricas, condenadas a una especie de ciclo o eterno retorno al que está
condenado la historia de la humanidad. Para fines de este proyecto se piensa en el
método formalista y en el porqué de las características de las composiciones de las
obras de Velázquez, en especial de Las Hilanderas. Porque buscamos en las
características de las diversas formas que componen la obra.
5 La obra de Velázquez, por ejemplo, constituye una amplia fuente de estudio dentro de la
investigación artística, se reconoce como uno de los íconos de la pintura Barroca Española del siglo XVII,
el estudio de su obra lleva de manera ineludible a revisar el contexto de su vida personal y su desarrollo
profesional como artista plástico de la época, la evolución de su trabajo hasta llegar a Las Hilanderas,
para luego hacer un estudio de la obra misma.
El análisis artístico se fundamenta en la descripción y asociación de los
elementos internos y externos de la obra pictórica basados en la observación detallada
de los aspectos técnicos presentes en la misma, pero a su vez, asociándolos con los
factores sociales, que permiten contextualizar la creación artística en tiempo y espacio 6.
Esto con la firme intención de profundizar los conocimientos del artista, el género, la
técnica y sus aportes a los diversos estilos dentro del campo de las artes plásticas en el
mundo.
Para el estudio de la obra pictórica de Velázquez; Las Hilanderas se procede por
medio de la aplicación del análisis formal, iconológico e iconográfico de la obra, una
metodología basada en los preceptos de H. Wölfflin (1864-1945), de Aby Warburg
(1866-1929) y de Erwin Panofsky (1892-1968), respectivamente, donde se funden los
elementos descriptivos intrínsecos de la obra con los elementos externos y contextuales
de la misma, del autor, de la época y de la sociedad en la cual se desarrolla una obra
artística.
Para la escuela de la historia conceptual el concepto no pasa desapercibido, es el
concepto el que está cargado de un valor histórico que lo hace único, propio, que solo
puede ser analizado si es entendido en su propio lugar histórico. La enseñanza de la
iconografía nos lleva a pensar en la presentación de la forma artística, aquel elemento
constitutivo que compone la obra, como un símbolo, una imagen que me representa una
idea: el concepto. Para lograr el análisis que este ensayo pretende hacer de Las
Hilanderas del pintor Español Diego Velázquez busca extraer a través del formalismo o
del análisis formal los símbolos o conceptos representativos y constitutivos de la época,
así a través de la metodología conceptual que ofrece la escuela historiográfica, lograr
una valiosa comprensión de la icónica obra de Velázquez.
Por ello esta investigación es también una investigación sobre la configuración
del mito clásico griego en la pintura barroca y las obras de pintores españoles durante el
siglo de oro. El renacimiento italiano dictaminó un solo camino que es el renacer del
hombre clásico, sobre todo, lo que en el sentido clásico se entiende como artes
vulgares7 Esto lleva a los artistas de Europa a estudiar y recabar aquel sentido de la
poesía, el teatro y la escultura que le otorgaba valor a la vida de griegos, que bien son
los antepasados de la cultura occidental. La literatura, en especial la poesía, fue de las
primeras artes que en el renacimiento traerán el mito griego, las traducciones al árabe y
luego al latín de los relatos de homero, el mito de Teogonía de Hesíodo, los tratados
filosóficos de Aristóteles y Demócrito8. “Su sabia mirada sobre la pintura, junto a sus

6 Se refiere al análisis iconológico, para González (1989): “El arte ha dejado de ser un objeto que atrae
por su belleza formal. Es un punto de cita obligado para conocer el pasado histórico, la historia y la
sociedad vista desde la obra misma.”
(disponible en: http://www.fuesp.com/pdfs_revistas/cai/3/cai-3-3.pdf).
7 Las artes vulgares, en el mundo griego, conocidas en la edad media como artes mecánicas que son
todos aquellos oficios manuales que por su técnica y perfección destinan todo un trabajo elaborado,
ellas son: arquitectura, la escultura y la pintura. En el año 1746 Charles Batteux acuña el término bellas
artes para referirse a danza, la escultura, la música, la pintura y la poesía. Más adelante se incluye la
elocuencia y el cine (como el séptimo arte; donde estaría incluida también la fotografía)
8 El reencuentro de pensamiento europeo con sus clásicos, preservado por el islam, va hacer el motivo
para que Europa salga del hermetismo al que se había inducido en la edad media. Sería incorrecto e
irresponsable afirmar que la edad media fue la edad oscura del pensamiento en Europa. Acertado decir
que se instaló un tipo de pensamiento el cual se hizo hegemónico. El pensamiento cristiano es quién
predomina los círculos intelectuales europeos y afianza las bases del idealismo cartesiano. Pero lejos de
que Europa abandonara la escuela y viera el renacimiento de las antiguas escuelas de pensamiento, las
vastas lecturas, hicieron de aquella Visión... “la biblia” del simbolismo plástico español
siglodorista , quizá porque recuperaba la sensibilidad de un tiempo que descifraba
mensajes tras una lengua en la que conviven elementos plásticos y literarios. Así,
algunas expresiones citadas por Gállego, cómo “leer” un cuadro y “ver” un poema”
(Arredondo. 2008, pág. 152)
Para la elaboración de la revisión bibliográfica se ha llevado a cabo un trabajo
de investigación basado en la búsqueda de artículos, monografías y manuales de
referencia que proporcionan información contrastada y validada en referencia a los
conceptos desarrollados en el apartado del estado de la cuestión. Dicha búsqueda se ha
realizado con el apoyo ofrecido por los motores de búsqueda de algunas de las bases de
datos más relevantes a nivel académico, como es el caso de Dialnet, Redalyc, Scopus,
Teseo, y Proquest, en la que se han introducido términos clave como son “mito de
aracne”, “siglo de oro”, “barroco”, “Diego Velázquez” o, “Las Hilanderas”. De entre
los resultados obtenidos, se ha llevado una pequeña criba basada en filtros como el
disponer del texto completo, pero sin limitar la búsqueda a términos relacionados con el
barroco, puesto que esta variable no se ha considerado como perjudicial a la hora de
obtener información relevante para el estudio. Asimismo, también se ha hecho uso de
los recursos bibliográficos disponibles en la biblioteca de la Universidad de Castilla la
Mancha, especialmente en lo que se refiere a la consulta de manuales y monografías.
La realización del presente trabajo se basa, principalmente, en dos fundamentos
metodológicos: la realización de una revisión bibliográfica en torno a los conceptos
clave en relación al tema que se trata en el estudio; y el análisis de fuentes directas de
carácter hemerográfico en las que se ofrecía información al respecto de los sucesos que
estaban determinaban el contexto de Diego Velázquez en el periodo de creación de las
Hilanderas.
En cuanto al análisis de fuentes directas, la metodología seguida se ha basado,
inicialmente, en la recogida de información relevante en lo que la obra pictórica de
Velázquez; Las Hilanderas se procede por medio de la aplicación del análisis formal,
iconológico e iconográfico de la obra, una metodología basada en los preceptos de H.
Wölfflin (1864-1945), de Aby Warburg (1866-1929) y de Erwin Panofsky (1892-
1968), respectivamente, donde se funden los elementos descriptivos intrínsecos de la
obra con los elementos externos y contextuales de la misma, del autor, de la época y de
la sociedad en la cual se desarrolla una obra artística.
Haciendo gala de su propuesta para el análisis formal, iconográfico e
iconológico que refiere Panofsky9, plantea que la obra tiene tres elementos
fundamentales a saber: la forma, la idea y el contenido. Estos elementos fueron
estudiados por Panofsky a raíz de su permanencia en la escuela de Warburg, donde la
intención del estudio era escribir la historia de la obra no sólo basados en lo visual, sino
también en lo que la literatura ofrecía, dando importancia al conocimiento del entorno
social y político que se desarrollaba para el momento de la creación artística 10.

ideas clásicas glorifican el cuerpo del hombre como máxima creación de Dios, es decir, que se produce
cierto giro copernicano frente a la concepción antropológica que Europa tenía del cuerpo humano y del
hombre.
9 Para Castiñeiras (2007) la metodología propuesta por Panofsky representa “El esquema tripartito de
la hermenéutica…y se mueve, de las partes al todo, y del todo a las partes. Se trata, de una
interpretación circular y orgánica, cuyo mayor énfasis está en el contexto y en el contenido” (p.84).
10 El análisis artístico se fundamenta en la descripción y asociación de los elementos internos y
externos de la obra pictórica basados en la observación detallada de los aspectos técnicos presentes en
Panofsky publica en 1939 titulada El Método Iconográfico, el cual comprende
tres niveles “Contenido temático primario o natural (fáctico y expresivo) que constituye
el mundo de los modelos artísticos, y que no es en sí mismo parte de la descripción
iconográfica, sino que se sitúa en un nivel anterior denominado pre-iconográfico. Para
llegar a este nivel, que es el primario, el espectador de la obra debe tener cierta
familiaridad con los objetos representados” (…) Esto se conoce como análisis formal,
el primer acercamiento al significado de la obra a los ojos del espectador. (…)
“Contenido temático secundario o convencional que constituye el mundo de imágenes,
historias y alegorías. Este nivel es propiamente el llamado análisis iconográfico y para
ser capaz de interpretarlo el espectador debe estar familiarizado con las fuentes
literarias y las teorías estéticas. El segundo nivel es más complejo porque está
relacionado con el significado convencional”. (pp.65 y 66).
Este segundo nivel es el que se conoce como análisis iconográfico, se trata de
estudiar más hacia lo visible, las personificaciones, los símbolos o representaciones. Es
allí donde juega un papel importante la relación de la obra de Velázquez con la
mitología y las diferentes representaciones observadas en cada plano Para el estudio de
“El tercer nivel es la interpretación iconológica que se diferencia de la iconografía
porque se interesa en el significado intrínseco o por decirlo de otra manera, de los
principios subyacentes que revelan el carácter básico de una nación, una época, una
clase social, una creencia religiosa. Esta tercera lectura se realiza de una manera
correcta, si se conocen los códigos culturales de la época que estamos analizando”11

Contextualización del desarrollo de la obra:


Contextualizar el desarrollo de la obra de Velázquez. (Aquí hay que hacer un contexto
socio-histórico (Hablar de política, economía y arte, el arte que influía en ese momento....
no sólo de pintura, también de arquitectura y escultura). Hablar del sistema político...
gobernaban los Austrias menores. El Conde Duque de Olivares que es el que tiene a
Velázquez en la Corte. Aspectos de la crisis del siglo XVII, de como se gobernaba en esos
momentos, es decir de la política de los Austrias. De la epidemia de la peste, por un lado
todo era riqueza, pero por otro lado la crisis se dejaba sentir. Hablar de Luis XIV con
Margarita. Hablar del siglo XVII, ya que España pierde con Francia en los Pirineos:
incumplirá el Tratado). Hablar de con que países tiene España guerras en esos
momentos. Hablar de España hegemónica como potencia hegemónica con las colonias
(cuando las provincias unidas se separan)... y como España en el siglo XVII entra en
decadencia por las guerras de Europa. No sé si aquí en la contextualización iría bien
hablar del Concilio de Trento. Hablar de Sevilla (siglo de Oro de las artes... de la historia
de lo que se hacía artísticamente.) Importancia de Sevilla por el comercio de las Indias.
Sevilla como escuela de arte barroco.

Siglo XVII, conocido también como el siglo de oro español, marca la tendencia
del poderío del imperio español y la hegemonía de la casa de los Asturias en Europa y
las colonias amerindias. Como ya se había mencionado en la introducción, el inicio de
este llamado Siglo de Oro se da en un primer momento con el auge de los estudios

la misma, pero a su vez, asociándolos con los factores sociales, que permiten contextualizar la creación
artística en tiempo y espacio. Esto con la firme intención de profundizar los conocimientos del artista, el
género, la técnica y sus aportes a los diversos estilos dentro del campo de las artes plásticas en el
mundo.
11 Ídem
literarios hispánicos. Es en las colonias Españolas en Europa donde florece en realidad
el pensamiento12, el arte, la escultura y la pintura de este siglo.
En cuanto a la pintura, se puede decir que “una imagen puede ocupar el lugar de
un texto, pudiendo facilitar su comprensión o disfrutarla”(Strosetzki: 2011: 95) Y es
aquí donde se encuentra la relación en cuanto a la abstracción de textos y su
representación pictográfica. En el caso, los mitos griegos de El rapto de Europa y Las
Hilanderas, usados por el pintor Velázquez representados en sus pinturas.
Respecto a la literatura, el teatro y el auge de lo que fue el siglo de oro, se han
de señalar ciertos aspectos políticos y sociales de la época, para lograr determinar,
cuales fueron las exigencias y quizá la forma en como Diego Velázquez entendía su
tiempo.

Este conocimiento de diversos elementos y representaciones artísticas de otras


latitudes por parte de Velázquez se desarrolla como parte de su trabajo para la época
como ayuda de cámara del Rey Felipe IV, cargo que había ganado después de muchos
años siendo considerado como “…un pintor “favorecido” del Rey…” (p.41), según
texto de Pérez Sánchez (2000). Lo cual le daba la prerrogativa de poder viajar por Italia
y España recorriendo los palacios, iglesias y exhibiciones de obras de arte para adornar
o decorar el Palacio del Rey.
Esta inserción de obras de artistas reconocidos constituye una característica de
sus obras, autores como Rubens, Tiziano, Miguel Ángel. Iñiguez (et. al), plantea que las
Hilanderas son un homenaje a Miguel Ángel y alaba su obra:

“Las Hilanderas es un cuadro doble. Contiene una historia crepuscular


y plebeya en primer término y otra brillante y aristocrática al fondo.
Son algo así como la galería y el escenario de un teatro. La primera
ocupa la superficie ancha del lienzo apaisado, mientras la segunda
estrecha alta al fondo de aquella. (p.90).

Las Hilanderas, está contemplada dentro del estilo barroco, que para la época
tenía características propias diferenciadas y comunes, como lo son, el predominio del
juego de luces y sombras, la temática religiosa, mítica o retratos, el tenebrismo también
está presente en la época. En este siglo de oro se destacan tres grandes escuelas de
pintura como lo son, la valenciana, la andaluza y la madrileña que se le atribuye a
Velázquez.

12 Un ejemplo de esto puede ser Discurso del Método, escrito en las colonia española de Leiden -
Holanda. En 1637, es publicada la primera edición de este discurso.
El florecimiento de las artes qué generó el tan nombrado siglo de oro español13,
que para los estudiosos de la Historia del Arte constituye una fuente inagotable de
producciones con grandes innovaciones y variedad de géneros que son fuente de
aprendizaje continuo de esta época se conocen los aportes de la literatura de Cervantes
con el Quijote, del teatro como Lope de Vega o Calderón de la Barca. En la
arquitectura se reconoce el estilo Barroco como una representación de lo sobrecargado
de las obras y el predominio de las curvas. En la pintura aparece con gran esplendor la
majestad de las pinturas en lienzo o en frescos dentro de las Iglesias, los retratos dan
origen a un estilo realista.
De acuerda lo planteado por Angulo Iñiguez (2007) las obras de Velázquez
están basadas en otras obras, las cuales toma como significativas para ser expresadas
dentro del tema de las propias y en el caso de Las Hilanderas toma: “un trozo de la
bóveda de la Capilla Sixtina” (p.70). Para representar el tapiz hecho por Aracne,
Velázquez presenta dentro de las Hilanderas, el cuadro de “El rapto de las hijas de
Leucipo”, una obra de Rubens que a su vez es una representación de una obra de
Tiziano titulada El rapto de Europa por parte de Zeus.

Diego Velázquez, su vida y viajes e influencias


Diego Velázquez nace en 1599 en Sevilla y muere en Madrid en 1660,
realizando sus obras en la primera mitad del siglo XVII. Vive en la España que reina la
Casa de los Austrias. Siendo pintor de cámara de Felipe IV se destaca por su excelencia
en todas sus pinturas, trató todos los géneros: religiosos, mitológicos, retratos,
históricos, paisajes, bodegones, etc. Además de ser, indiscutiblemente, uno de los
mejores artistas de todos los tiempos. Se le conoce como uno de los más grandes
exponentes del barroco español y será conocido como uno de los mejores pintores de
todos los tiempos.
Considerado como uno de los mayores exponentes de la pintura española, Diego
Velázquez es laureado como uno de los mayores exponentes de la pintura española, así
como uno de los grandes maestros de la pintura universal. Nacido en Sevilla, según su
partida de bautismo, de la Iglesia de San Pedro, nace el domingo 6 de Junio de 1599,
con el nombre de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez. Según el Instituto Andaluz
del Patrimonio Histórico, su familia paterna migró desde Oporto, Portugal, atraídos por
el crecimiento de la ciudad española; sus abuelos Diego y María Rodríguez de Silva se
asentaron en Sevilla en 1580. Allí nacería su padre, Juan, y sería también el lugar en
donde este conocería a su madre, Jerónima Velázquez, mujer sevillana, hija del
calcetero Juan Velázquez Moreno.
Juan Agustín Ceán Bermúdez, pintor e historiador del arte español, explica en el
Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las bellas artes en España
(1800), que Velázquez demostró interés y aptitud artística desde pequeño, por lo que

13 En la España del siglo XVII, se vivía una situación de decadencia política y económica lo cual
implicaba que ya no ejercía tanto dominio o preponderancia sobre Europa, las guerras producto de la
formación de nuevos ejércitos militares y la lucha por dominar el continente, provocaron grandes
bancarrotas que afectaron directamente la economía. Lo que hizo voltear la mirada a lo cultural y
artístico, como mecanismo de distracción de tanta polémica, dando paso al florecimiento del arte en
sus diversas manifestaciones, que parafraseando a Pérez Sánchez (et. al.), explica la razón por la cual
era tan criticado el trabajo de Velázquez, como ayudante de cámara del Rey por parte de los
Embajadores de Venecia y de Florencia, quienes veían con recelo que dentro de tanta carencia, éste se
dedicara a comprar obras de arte para decorar el palacio.
sus padres decidieron encargarlo como pupilo de Francisco Herrera “el Viejo”, pintor
sevillano de gran estima, poseedor de un carácter difícil, por lo que presume que el
pequeño Diego no duró mucho a su cargo. Herrera era a su vez discípulo de Francisco
Pacheco, a quien el niño Diego pasaría como estudiante, y con quien establecería una
relación duradera.
Para diciembre de 1610, diego se convierte en su aprendiz, y en septiembre de
1611 su padre firmaba un contrato de aprendizaje con el maestro. Pacheco era
reconocido en la ciudad por sus títulos y amplia clientela. El 14 de marzo de 1617,
presenta el examen del gremio de pintores de Sevilla, que aprueba y le da carta blanca
para ejercer la pintura y asentar un taller. Sus jurados fueron el mismo Pacheco y Juan
de Uceda, otro gran nombre de la época. Cuando Velázquez contaba con diecinueve
años decide casarse con la bendición del maestro, con Juana Pacheco. Para el momento
de su boda, el 23 de abril de 1618, tenía un año con el título de pintor. En 1619 tiene a
su primera hija, Francisca y dos años después a Ignacia, según las actas bautismales de
la parroquia de San Miguel, en la ciudad de Sevilla.
La influencia de diversos artistas, entre ellos Pacheco que pasó a ser suegro de
Velázquez notable y ha sido reseñada por poetas y autores de diversos textos. Costa
(2018), plantea:
“En la Academia de Pacheco, Velázquez se sometió al aprendizaje de
la corriente neoplatónica cristiana. Esto establecerá en Velázquez
ciertos lineamientos estéticos que plasmará en pinceladas durante su
vida cortesana. Se abrirá al mundo bajo protección del Rey, los viajes a
Italia y su madurez artística, atribuida a sus pinceladas de sus últimas
obras, Las Meninas (1656) y Las Hilanderas (1655-1660)” (___)
Sin embargo, aunque su mentor y suegro, Pacheco fue una gran presencia en su
vida, Jacinto Octavio Picón, en su estudio de la vida y obra de Velázquez, explica que
este no se dejó influenciar por sus deseos en todos los ámbitos, por lo que hizo caso
omiso a la instrucción de que se dedicara al reflejo de la nobleza, y en cambio decidió
incluso en la primera etapa de su oficio en Sevilla a retratar a gente de andar humilde,
lo que luego propio Pacheco alabaría más adelante.
Para Enriqueta Harris, en su perfil del autor en el Museo del Prado, Velázquez,
se constituye como uno de los exponentes principales del nuevo naturalismo, a la par de
Caravaggio y Ribera. Con esta búsqueda de imitación de la naturaleza, presente en
obras como “El Almuerzo”, “La vieja friendo huevos” y quizás la más célebre de esta
etapa, “El Aguador de Sevilla”, ganó fama en la corte española. Así mismo, y
probablemente respondiendo a las exigencias de su clientela, realiza durante esta época
pinturas de corte religioso como la conocida “Adoración de los reyes”.
En Abril de 1622 viaja por primera vez a Madrid, con la esperanza de retratar a
los reyes; no lo logra, pero según Pacheco, logra ver El Escorial, en donde existían
cuadros de las figuras italianas Tintoretto, los Bassano, y de Ticiano. Su maestro lo
impulsa a retratar al poeta Don Luis de Góngora, lo que aumentó su fama en la capital.
Pero no conseguía satisfacer su deseo de retratar a los reyes, así que regresa a Sevilla.
Al año siguiente es llamado por Juan de Fonseca en Madrid, para servir una orden del
conde-duque de Olivares, figura cercana al rey Felipe IV, a quien Velázquez retrató.
La muerte de Rodrigo de Villadrando Dado deja libre la vacante de pintor del
rey estaba libre, Velázquez fue nombrado tal de inmediato, ganando un salario de once
ducados al mes, siendo éste su primer de muchos cargos en la corte. En 1629 realiza su
primer viaje a Italia, cumpliendo así su sueño de conocer las grandes obras que para la
época se exhibían, conoció las obras de la sala de Pintura de Jacobo Tintoretto, de
Pablo Bernés y de otros artistas, visitó la escuela de San Lucas donde se formaron,
Ticiano. En Roma estuvo un año. Regresó a España y lo nombran Ayudante de Guarda
Ropa del Rey.
Se dedicada a la pintura de retratos de la realeza. En el año 1648 viaja
nuevamente a Italia y tiene un hijo, llamado Antonio, liberó a su esclavo Juan de
Pareja. Con su fama como retratista, no demoró en convencer al Papa para que se dejara
retratar por él. En 1652 ocupa el cargo de Aposentador de Palacio, le correspondía la
decoración de las salas del Palacio de Alcázar.
La mitología clásica griega, y en general, los cuerpos mitológicos de las culturas
esparcidas en el mundo dan cuenta de una forma de ver y entender el mundo que les
pertenecen, el mito aparece como una forma explicar el mundo a imagen y semejanza
de sus propias culturas. Desde los egipcios, pasando por los sumerios, babilonios, los
persas y todo un choque cultural que se da en el mediterráneo y descansa en la gran
cultura antigua de Europa, los griegos.
Uno de los fuertes temas que más le gustaba trabajar a Diego Velázquez era los
temas de la antigüedad. Le gustaba transmitir contenidos polifacéticos en obras que
para un imperio católico eran consideradas paganas, como el claro caso de Baco,
Mercurio, Venus del espejo, Argos o la obra que nos trae a esta investigación las
Hilanderas.
El amor, el retorno de la cultura clásica en la hispanidad, en el siglo XVII lo
refleja Velázquez cuando por ejemplo pinta los cuadros Esopo, Menino y Marte. Estas
técnicas y estas tendencias eran reafirmadas por pintores como Rubens y escritores
como Cervantes. “El mismo Velázquez, a finales de los años 1620 realizó el cuadro de
Demócrito (1628-1629, Museo de Bellas Artes, Rouen).No cabe la duda de que fue
influenciado por Juesepe de Ribera” (Arellano, Bagnó: 2010: 41) Seguramente fue en
Nápoles, en uno de sus primeros viajes a Italia. Donde vió el cuadro de José de
Ribera14, quien es uno de los grandes pintores españoles del siglo XVII. De hecho en su
visita al estudio del pintor valenciano “En su taller podía haber visto el cuadro de
Demócrito (Museo del Prado, Madrid) que está firmado por Ribera y fechado con 1630.
Es probable que ya concibiera por entonces la idea de crear una serie de lienzos, que
pronto se hizo muy popular” (Arellano, Bagnó: 2010: 41)

De las tantas obras diferentes a los retratos que traía en sus viajes y sobre todo
literatura, donde se empieza a interesar por la mitología griega, ya en su ocaso de oficio
como pintor, en 1957 aproximadamente, pinta sus famosas pinturas Las Hilanderas y
las Meninas obras que marcaron un hito en el estudio de su género y estilo. El 6 de
agosto de 1660, cae enfermo y muere; su cuerpo yace amortajado con el uniforme de la
orden de Santiago.

Barroco español: siglo XVII.


14 Ribera adoptó una forma extrema del naturalismo de Caravaggio, que se manifiesta en su
uso de fuertes contrastes de luz y sombra y en su galería de personajes toscos presentados
con crudo realismo, pero también absorbió rasgos de otros lenguajes artísticos de la época
tales como el clasicismo boloñés y el color romano. (extraído de http://cort.as/-ISKj)
La pintura barroca está asociada al movimiento Barroco bajo el cual se concibe
el arte como una nueva forma de expresión sobre todo por la importancia y
preponderancia que se le necesitaba dar para la época en la cual la situación política y
económica en Europa estaba atravesando por una profunda crisis15. Borovio (2012),
señala que el término no se utilizó sino a finales del siglo XVIII, pero que su
significado estaba asociado a algo irregular, artificioso o extravagante. Lo que sí se
puede deducir era que su esencia estaba en la búsqueda de nuevos patrones de
representación diferenciados de los ya establecidos hasta el momento.
El predominio del influjo religioso y cortesano hace que desde su nacimiento
este estilo esté direccionado al servicio de la reivindicación espiritual, el dramatismo y
las imágenes que acercan a los fieles a entrar en los templos y sentir la necesidad de
encontrarse con sus imágenes inspiradoras. Desde la celebración del Concilio de
Trento, la cultura se había afectado sobre todo en los países meridionales y aquellos
donde el influjo religioso era predominante, España se encuentra dentro de estas
características. Anguita (et. al.): “El caso español tiene una idiosincrasia particular,
pues se trata de un estilo que participa de las corrientes generales establecidas en el
barroco europeo, a las que a su vez se suman otros acontecimientos y caracteres
particulares y propios del país en cuestión”. (p.56).
La diferencia marcada se percibe en la posibilidad de sentir que las obras
forman parte de la vida, esto trae consigo el fácil entendimiento o conocimiento de las
mismas, como pueden llamar la atención de los espectadores. Cova (2018) plantea que
“A mediados del siglo XVII el barroco seguía siendo el estilo predominante que llevó
España y las órdenes religiosas dejando huellas plásticas, no sólo en la península sino
también a las Indias y a los otros estados europeos.” (p.6). Para la iglesia la necesidad
del acercamiento de los fieles a los templos, se vería fortalecida con obras más realistas,
Borobio (2012) le llama renacimiento español 16, pero el mismo autor apunta a que
realmente era barroco español desde un principio.
El surgimiento de figuras como Velázquez, Gregorio Fernández, Martínez
Montañés o Zurbarán viene del siglo XVI, estos artistas llevan la influencia del
renacimiento y del manierismo en España y se dieron a la tarea de enseñar sus
habilidades pictóricas a otros, gracias a ellos se desarrolla un estilo particular con el
toque personal que produjo el barroco en España. Ya para 1640 de acuerdo a lo que
plantea Anguita (et. al), “España es un país empobrecido, derrotado y arruinado, que
pierde su hegemonía frente a Francia, Inglaterra y Holanda.” (p.89). Eso es lo que
hereda Carlos II.

15 Ya desde el Renacimiento, el exceso de lujos y pomposidades hacían resentir a las culturas buscando
una manera de resaltar las artes con menos majestuosidad, primero porque se necesitaba distraer la
atención del pueblo sobre la crisis y segundo porque la única forma de que esto ocurriera con las
carencias existentes era criticar y cambiar el exceso por una cultura más rectada, menos estruendosa
sin dejar de ser reinada. Esa era la visión de la religión y la realiza, quienes promovieron las artes dentro
de sus espacios
16 La denominación de estilo se puede ver en los planteamientos de Aguita (2010), quien apunta que el
barroco como estilo es aquel posterior al renacimiento y anterior al neoclasicismo por oponerse al
mismo, pero que para las acepciones que se le atribuyeron en la época estaba asociado a algo irregular,
asimétrico o con falta de armonía. Considerado como el estilo que rompió con la armonía existente y
que fue dado por Francesco Milizia en su Diccionario del arte del diseño publicado en 1797. Su
reivindicación como estilo nace en el año 1888, cuando Heinrich ¨Wolffin: “lo analiza ya como un estilo
contratándolo con el que le precedía; así, frente al renacimiento, basado en la rigidez de las formas, el
barroco es libre, pintoresco y con ausencia de forma.” (p.45).
Diego R. d. S y Velázquez (1660 -1655): Las Hilanderas
Ficha técnica: Las hilanderas
Obra – técnica / estilo Artista – ubicación Medidas – cronología
Las Hilanderas – Óleo Diego Rodríguez de Silva Originales 117 x 190 cm18
sobre Lienzo - Barroco17 y Velázquez – Museo del - 1655 y 1660
Prado – Madrid

19

La composición de la obra está determinada por espacios centrales que llaman la


atención por su luminosidad y la parte central inferior menos luminosa que las
posteriores, lo que genera percepción de cercanía. Las líneas divisoras son
imperceptibles pero de allí se desprenden de la ubicación de los personajes, de la
dimensión y la iluminación propia de los mismos 20. Igualmente se evidencias elementos

17 También llamado Barroco Teatral, por su alto significado realista y dramático. Se presenta como una
serie de escenas decantadas por luz, sombras, dimensiones y representaciones que generan la
sensación de diversos escenarios superpuestos, que otorgan al espectador la sensación de distancia o
perspectiva.
18 En 1664 sufrió una modificación adicionándole por los cuatro costados hasta llegar a 222 x 293 cm.
Actualmente se encuentra exhibida en el Museo del Prado con una medida de 220 x 289 cm
19 Extraído del sitio web: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2018/08/05/espana-cuadro-
hilanderas/0003_201808G5P14992.htm
20 Se presenta una preservación de los bocetos por debajo de las pinturas que se perciben
precisamente por la transparencia de los pigmentos, pero que a su vez realza la majestad de su trazado,
que denotan movimiento, fluidez y movilidad, pues la posición de los personajes en la
escena refleja movimiento, esto se vislumbra claramente en la vieja de la rueda, en la
mujer hilvanando del primer plano, en la mujer asomada del segundo plano y en la
escena de Aracne y la diosa alas Atenea en el tercer plano de la obra.

Las Hilanderas: taxonomía iconográfica e iconológica.


Costa Un análisis pre iconográfico de la obra, realizado por Costa M, (2018), teniendo
en consideración algunos aspectos ya mencionados pero que bien vale la pena verlos
desde su perspectiva:
“En el cuadro se observa una habitación en primer plano. Aquella
mediante dos escalones permite el acceso a otra habitación pintada en
segundo plano (…) En el segundo plano se distinguen a tres (3) mujeres
ornamentadas con un vestuario más complejo en comparación. Podría
deducirse que son espectadoras de las primeras en espera del trabajo
terminado. Incluso el ambiente donde se encuentran está decorado con
un tapiz que cubre dos de las paredes visibles de aquella habitación que
se vislumbra a lo lejos, es un elemento esencial del plano como elemento
principal dejando a las 3 mujeres relegadas en importancia. No puede
dejar de mencionarse la tela roja pintada que decora el lado izquierdo del
cuadro junto con algunos elementos como una escalera, banquetas e
instrumentos que hacen un ambiente más completo y cotidiano, en
esencia escenográfico” (´pág. )

El uso de los colores se presenta una discreta variación de tonos, con un trabajo
sutil de claroscuro que da la iluminación y la sombra aplicada a cada escena, un uso
predominante de los ocres, con pinceladas gruesas y la dilución de las mezclas de
pigmentos que le dan el toque da transparencia que permite la entrada de la luz cuando
quiere y la sombra según lo requiera la intención. la nitidez de la imagen como
sensación de cercanía o lejanía para el espectador hacen de la obra un despliegue de
planos efectivamente diferenciados y con una vida propia en cada uno de ellos, sin que
esto menoscabe la identificación de cada espacio ni la sensación de perspectiva que se
desprende de ello21
Iconológicamente se pueden apreciar dos espacios diferenciados entre la
realidad y la ficción mitología. En el primero se observa una escena cotidiana de una
visita de la infanta María Teresa y sus damas a la Real Fábrica de tapices de Santa
Isabel, lo que involucra al espectador en la realidad de la obra, algo común de
conocimiento de las persona de la época, esta característica se encuentra presente en
diversas obras del artista, como por ejemplo en Los Borrachos (1626 aprox.), el

pues genera pliegues, líneas y sombras que para la intención de la oba se aprovechan de formar
expresiones o sensaciones de movimiento, tal como se observa en la rueda y la percepción de dar
vueltas a una gran velocidad ya que no se perciben los rayos sino el signo del pasar de los mismos, más
allá de lo estático que podría parecer el instrumento con el que la mujer lo mueve que termina siendo
una mancha que semeja la mano que lo sostiene.
21 Esto era una novedad para la época la contraposición de planos de importancia donde la escena
principal se encuentra al final de la obra y no al principio, pero todo el mundo la percibe.
espectador pasa sin darse cuenta del plano real al plano mitológico 22, pues la repetición
de los personajes en el segundo plano, pasa por desapercibida la diferencia, donde la
incorporación de una obra pictórica “El Rapto de Europa” de Tiziano y de Rubens,
dentro de la misma pintura representada por un tapiz de la fábrica, haciendo el enlace
de la mitología con la realidad, donde se encuentra un tercer plano inseparable del
segundo en el que la diosa y Aracne se debaten en el concurso.
Otra característica de la superposición de personajes con el juego entre lo real y
cotidiano con lo mitológico se presenta con la presencia de personajes aparentemente
reales pero que son la personificación de las deidades de la mitología de la obra de
Ovidio, es así como la mujer de la rueda representa por un lado a la sabiduría y
socialmente podría considerarse la presencia de la ley por el orden de la experiencia,
pero también representa a la diosa Palas atenea dándole consejos a la mujer que se
observa a su derecha. La mujer que se encuentra de espaldas hilando representa a
Aracne y la que se encuentra en el extremo inferior derecho de la obra, representa
también a la Diosa Palas Atenea. Aunque en el juego de la realidad la escena sea la
preparación del material por parte de cinco mujeres para realizar las labores propias del
taller de tapices
En un plano23 posterior la realidad se presenta como una trabajadora que expone
un tapiz a una figura de alto renombre, con su guardia y una mujer tocando el
violonchelo, pero en la interpretación de la mitología es la Diosa Atenea vestida con su
armadura de guerra que tras haber perdido el reto con Aracne, se prepara para
convertirla en araña.24 Llama la atención como ha sido significativo el resultado de la
iconología a la obra de Velázquez que ella misma da origen a la consideración como
aplicación del método de análisis considerado por González (1989), en Iconología
como Métodos de la Historia del Arte, para ello plantea:
“Los estudios de iconología han adquirido en España un gran
desarrollo. Conviene por ello dirigir la mirada hacia el pasado, para
contemplar cómo se ha verificado el proceso. Si tenemos en cuenta que
hasta 1972 no se traducen al español los Studies in Iconology de
Panofsky, la aparición en 1948 del estudio de Angulo sobre Las
Hilanderas (23) es de una precocidad asombrosa. El mérito de
introducir en España la metodología iconológica de la escuela de

22 Estos dos elementos, el real y el mitológico incorporado a lo real, determinado por planos, hacen de
esta obra una valiosa colección de elementos para el estudio de su estilo, pues si bien se perciben los
tres planos significativos, también hay una congruencia de la incorporación de la mitología en cada uno
de ellos. En su momento no existía la visión del elemento mitológico considerado en la obra y según lo
planea el Museo del Prado, no fue sino hasta. “…los años treinta y cuarenta del siglo XX, varios críticos e
historiadores expresaron su creencia de que la obra, aparentemente costumbrista, tenía un contenido
mitológico…” Extraído del sitio web: https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/las-
hilanderas-o-la-fabula-de-aracne/3d8e510d-2acf-4efb-af0c-8ffd665acd8d.
23 Se presenta la obra en tres planos, si se considera el tapiz como uno de ellos, en donde el segundo
plano constituye el eje central de la pintura, la fábula de Aracne, se llega a él siguiendo la luz, con el
empleo de señale que inducen la mirada hacia el centro superior donde se escenifica la competencia
entre Atenea y Aracne. El uso de los planos en una composición piramidal, llevada por las formas y por
la luz, muy típico del arte renacentista.
24 Todas estas interpretaciones de la esencia mitológica de la obra surgen a partir que su
reconocimiento por parte de Diego Angulo en1948 y 1958 y con el documento hallado en 1l948 por
María Luisa Caturla (Citado por Sotomayor en http://www.fuesp.com/pdfs_revistas/cai/5/cai-5-4.pdf).
Anteriormente a ello, la pintura estaba categorizada como una obra del artista del estilo y genero
costumbrista, naturalista y realista.
Warburg corresponde al citado profesor. El examen iconográfico
señalaba la presencia de Palas y de Atenea. Había que averiguar por
qué estaban en el cuadro. Y la clave provino de la literatura. El pasaje
está inspirado en las Metamorfosis de Ovidio. Más adelante volvería
sobre el tema, aportando nuevos testimonios literarios, y sobre todo
grabados en que se inspirara tanto la composición como el tema”25
Se habla de dos o tres planos, según se pueda considerar la importancia de la
presencia de la obra dentro de la obra como ya es característico del autor. Se representa
un primer plano con cinco mujeres en labore, la separación de planos dada por la altura
de las imágenes, las dimensiones, la ubicación en el espacio y la difuminación de las
mismas. Un segundo plano con la presencia de cinco mujeres de igual manera, pero en
una composición de imágenes diferentes, presencia de color y nitidez distinta e
iluminación que contrasta con el uso del color. Y un tercer plano donde se identifica
claramente el tapiz con la obra de Rubens o Tiziano de El Rapto, que otorgan un papel
importante dentro de la pintura a la obra de otros maestros a los que Velázquez les
rinde homenaje.

Mito de Aracne
Es una obra de literatura mitológica grecoromana, relata las fábulas desde la
creación hasta la época de vida del autor. En ella se desarrollan más de doscientas
historias de transformaciones, donde se encuentran algunos de los mitos más famosos
de la cultura occidental: Apolo y Dafne, Júpiter y Europa, Eco y Narciso, Diana y
Acteón, Píramo y Tisbe, Jacinto, Pigmalión, entre otros.
El libro Sexto de Las Metamorfosis 26 se refiere a la fábula de Aracne, cuyo eje
principal gira en torno al castigo que infringe la Diosa Palas Atenea o Minerva
dependiendo desde que mitología se aprecie, griega o romana, a Aracné, hilandera
dotada de habilidades superiores para el trabajo del telar y reconocida por muchos por
sus brillantes y gracia, pero carente de humildad. Quien reta a la Diosa de la belleza y
las hilanderas a probar cual de elabora un tapiz con mayores virtudes que sea
reconocido por los dioses. Cada una con su gracia y belleza particular realiza su trabajo
y es admirado por todos, al igual que su resultado, sin embargo, los dioses al ver el
resultado de la diosa Atenea (Minerva), fallan a su favor, lo cual encoleriza a Aracne.
Iñiguez (2007) plantea: “El mito de Aracne es, en suma, el del castigo a la
soberbia humana ante Dios…” (p.127). ya se desprende de las estrofas del texto las
palabras de Aracne a la diosa Minerva, disfrazada de vieja, quien le aconseja no retar a
la deidad. El texto se lee:
“Picada por el discurso de la insolente, Minerva, tomando la figura de una
viejecita de blanca cabellera y apoyándose sobre un bastón, le habló así a
Aracne: “No se debe despreciar la vejez, Los años dan la experiencia, y no
debes dejar de escuchar los consejos que te voy a dar. Conténtate con la
reputación con que por tu habilidad has sobrepasado a todas las mujeres del
mundo; pero no trates jamás de igualarte a una diosa. Debes satisfacer con
alguna explicación las palabras ofensivas que acabas de proferir: ella está
presta a perdonarte si demuestras arrepentimiento”. Este discurso ofendió de tal

25 disponible en: http://www.fuesp.com/pdfs_revistas/cai/3/cai-3-3.pdf


26 Las Metamorfosis es el nombre la obra más famosa de Ovidio, actor romano, fue un poeta nacido en
Sulmona (Italia, cerca de Roma), el 20 de marzo de 43 a. de C. y fallecido en Tomis (la actual Constanza,
en Rumanía) en el 17 d. de C.
manera a Aracne, que, habiéndose quitado de delante la labor y echando sobre
la viejecilla miradas de indignación y tratando de golpearla, le habló así: “Vieja
insensata -le dijo con grandes muestras de indignación-, parece en verdad que
los años os han dotado de gran juicio y que el peso de los años os es de gran
utilidad. Id, id a dar estos sanos consejos a vuestra hija, si es que la tenéis: yo,
desde luego, os aseguro que no los necesito de nadie, y que va es tras
demostraciones no me harán cambiar de sentimiento”27

Referencias:

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paisajes y bodegones en la literatura del Siglo de Oro. Universidad Complutense de
Madrid. Anales de Historia del Arte ISSN: 0214-6452, Volumen Extraordinario pp.
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