ROGRAMA RENACIMIENTO EN ITALIA Y SU INFLUENCIA

DÉCIMA CLASE
DOCENTE: ISABEL HUIZI CASTILLO

BARROCO EN AMÉRICA
Décima Clase
Segunda Parte
Barroco Neogranadino
PINTURA EN LA CAPITANÍA GENERAL DE VENEZUELA

La pintura de la Capitanía General de Venezuela no surge sino hasta el Siglo

XVI, del cual no ha sobrevivido prácticamente ninguna obra. Según una
investigación de Alfredo Boulton sobre los archivos de testamentarias existían
entre los Siglos XVI y XVII alrededor de 3.606 obras en el país; aunque más de
la mitad se ha perdido. Hasta los años finales del siglo XVII las provincias de
Tierra Firme que conformarían el futuro territorio de la actual Venezuela eran
una parte de la periferia del imperio español: unas regiones pobres, parcialmente
aisladas y marginales con respecto a los virreinatos. Las reformas borbónicas
modificaron parte de esta situación a través de una integración territorial tardía
que dio origen a la Capitanía General de Venezuela en 1777, de la cual sería la
ciudad de Caracas la capital administrativa, política y militar. Este interés de la
Corona española evidencia el protagonismo que había alcanzado la provincia de
Caracas sobre el resto de las regiones circunvecinas, gracias a un crecimiento
económico sostenido en la exportación de rubros como el cacao, añil y café
hacia los puertos del Caribe y de la Nueva España. Para explotar
económicamente este territorio se creó la Real Compañía Guipuzcoana en 1728,
que se mantuvo en funcionamiento hasta 1784, e intentó redirigir casi toda la
exportación de los productos caraqueños hacia el mercado español. Sin
embargo, tan solo las ciudades de Caracas, Mérida y Maracaibo concentraban
buena parte del desarrollo económico de la Capitanía. La sociedad caraqueña
de finales del siglo XVIII se balanceaba entre dos corrientes antagónicas: el
pensamiento tradicional escolástico y las nuevas ideas ilustradas que
ingresaban al territorio a través del comercio, tanto el legal como el clandestino.
El historiador Elías Pino Iturrieta sostiene que “el impacto de las nuevas ideas
fue recibido de manera muy disímil, con diferentes grados en su aceptación y
asimilación” en distintas áreas del saber, por lo que podríamos afirmar que esta
modernidad impactó más en el pensamiento político e ideológico que en las
prácticas artísticas. Así encontramos la tímida presencia de algunas formas
neoclásicas, pero circunscritas al ámbito del repertorio de las artes decorativas,
compitiendo con las formas rococó; y empleamos precisamente el término

1
formas, porque en ambos casos no pasa de ser una moda ornamental en la cual
se combinan motivos de variado origen, pero sin asumir los componentes
ideológicos y estéticos. Mientras que la pintura se mantenía apegada a los
valores del barroco, no tanto en sus aspectos estilísticos, sino en sus funciones
persuasivas. Además de evidenciar una amalgama de lenguajes diversos: desde
los grabados europeos que se seguían empleando como modelos; la pintura
novohispana, especialmente las obras de Miguel Cabrera (1695-1768) y José de
Páez (1720-1790), que se conocían gracias al comercio con los puertos
novohispanos; y los cuadros del puertorriqueño José Campeche (1751-1809)
que llegaron a Caracas hacia finales del siglo XVIII. Toda esta rica variedad
estilística e iconográfica coexistió en el amplio abanico del gusto y la sensibilidad
barroca que, a diferencia del clasicismo, no era excluyente, sino que acumulaba
y superponía tradiciones diversas.

BARTOLOMÉ ALONSO DE CAZALES

Fue un pintor español que estuvo activo en Caracas, Venezuela desde 1722
hasta 1726. Recibió su formación en la escuela sevillana, lo cual se refleja en las
características formales de sus cuadros en los que se encuentran personajes
rígidos con atuendos en los que se recoge el más mínimo detalle de los
bordados, joyas y encajes.

2
Fig. 55. Bartolomé Alonso de Cazales. Retrato del maestre de campo don
Antonio Pacheco y Tovar. Primer Conde de San Xavier, ca.1722,Óleo sobre
lienzo, 194.5 cm x 111.5 cm, Coleccion de la Galería de Arte Nacional FMN,
Caracas.

3
Según Juan Calzadilla1: “ Las características formales de estos cuadros reflejan
la formación de Bartolomé Alonso de Cazales dentro de la escuela sevillana. Los
personajes rígidos, casi envarados en sus solemnes atuendos, a los que
se dedica una atención casi preciosista, recogiendo con minuciosidad detalles
de bordado, joyas y encajes. Ella, en actitud de entregar una rosa a su marido,
mientras él, esperando con un suave gesto el delicado regalo, viste un traje
militar. La obra registra una serie de elementos emblemáticos de la condición de
noble que simbolizan el poder y la autoridad de los personajes.”

1
Calzadilla, Juan, en http://gan.fmn.gob.ve/sites/default/files/gan/multimedias/pdfs/diccionario-de-las-artes-visuales-en-
venezela-3392.pdf. consultado el 05/07/2020.

4
Fig. 56. Bartolomé Alonso de Cazales. Retrato de Teresa Mixares de Solórzano
y Tovar. Primera Condesa de San Xavier, 1722, Óleo sobre lienzo, 194.5 cm x
111.5 cm, Coleccion de la Galería de Arte Nacional FMN, Caracas.

5
EL PINTOR DE EL TOCUYO

Dice el historiador Juan Calzadilla2: “El llamado Pintor del Tocuyo es uno de los
artistas más tempranos identificados en la pintura colonial venezolana. Su estilo
representa a cabalidad los inicios de la tradición criolla en el occidente
venezolano. Partiendo de composiciones preestablecidas en grabados, el artista
desarrolla una ingenua recreación que, a partir del tratamiento lineal propio de
los artesanos populares, trata de buscar el modelado, el volumen y la
tridimensionalidad de las obras importadas de Europa. El típico paisaje de fondo
en el que se marcan las escenas del Regreso de Egipto ha sido reducido
a unas escasas líneas en el horizonte. La pieza posee una riqueza cromática
dentro de una atmósfera cálida, armónica y brillante, y la ingenua interpretación
lineal de los rayos lumínicos, comunes a todo el opus creativo del Maestro del
Tocuyo.”

2
Op. Cit, en Calzadilla, Juan, en http://gan.fmn.gob.ve/sites/default/files/gan/multimedias/pdfs/diccionario-de-las-
artes-visuales-en-venezela-3392.pdf. consultado el 05/07/2020

6
Fig. 57. Maestro de El Tocuyo, Regreso de Egipto, ca. 1650, Óleo sobre lienzo,
109 cm x 87,5 cm, Colección de la Galería de Arte Nacional FMN, Caracas.

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JOSÉ LORENZO ZURITA

José Lorenzo Zurita nació en el seno de una familia parda a finales del siglo
XVII, en fecha no precisada. Su padre era el capitán Pedro de Surita y su madre
Juana de la Concepción Díaz de Velásquez eran pardos (mulatos) libres. La
actividad artística de Zurita se remonta a 1727, cuando su nombre se menciona
por primera vez como maestro de pintor al tasar pinturas en una testamentaría.
Desde 1729 realizó algunas labores de dorado para la capilla de San Pedro de
la Catedral de Caracas. En 1735 pintó el retrato de Juan Mijares de Solórzano y
Tovar, caballero de la Orden de Calatrava y maestro de campo, firmado y
fechado al dorso. Durante ese mismo año Zurita debió pintar el retrato del obispo
de Caracas José Félix Valverde, firmado al reverso. Ambos retratos se
encuentran actualmente en el Museo de Arte Colonial de Caracas Quinta de
Anauco. En 1736 cumpliendo con un encargo verbal del obispo Valverde pintó el
lienzo El bautismo de Cristo para el baptisterio de la Catedral caraqueña, el cual
firmó al reverso.Ese mismo año debió pintar un retrato del obispo Diego de
Baños y Sotomayor fallecido en 1706, que es mencionado en el testamento de
su sobrino José de Oviedo y Baños, avaluado en 1738 por el propio Zurita. La
pieza se conserva en el Palacio Arzobispal de Caracas, lamentablemente
mutilada en su esquina superior izquierda. Otras actividades artísticas le confía
el mayordomo de la Catedral a Zurita, como el aliño de tres láminas en 1737 y al
año siguiente el de una lámina de la Virgen, Santa Ana y el Niño. Entre 1739 y
1744 sólo se han hallado registros de su participación como tasador de pintura
en varias testamentarías de miembros destacados de la sociedad caraqueña,
como el regidor Alonso Esteban de Piñango y Suárez, el cronista José de
Oviedo y Baños, el marqués del Toro Bernardo Rodríguez del Toro, o el primer
conde de San Xavier Antonio Pacheco y Tovar. En este último avalúo pudo
apreciar los retratos de los condes realizados por el pintor español Bartolomé
Alonso de Cazales. A Zurita se le denomina como maestro pintor, a veces como
dorador y escultor. Aunque, hasta el presente, no existen referencias
documentales sobre piezas escultóricas elaboradas por Zurita. A su vez, Carlos
Duarte le atribuye un lienzo de la Anunciación conservado en la Catedral y dos
cuadros del Museo de Arte Colonial de Caracas Quinta de Anauco que
representan la Cabeza de San Juan Bautista y un Nacimiento.Falleció en
Caracas el 1 de septiembre de 1753 y fue enterrado en la parroquia de
Altagracia.

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Fig. 58. José Lorenzo Zurita, San José con el Niño en brazos, ca. 1750, oleo
sobre lienzo, 88.6 cm x 104.1 cm, Colección Patricia Phelps de Cisneros, Nueva
York.

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Fig. 59. José Lorenzo Zurita,Cabeza de Juan el Bautista, ca. 1750, oleo sobre
lienzo, 49 x 57 cm, Colección del Museo de Arte Colonial Quinta de Anauco.
Caracas.

Durante el siglo XVIII, el material de imágenes impresas europeas y mexicanas

fue abundante. La pintura tuvo entonces un verdadero auge y en las obras se
notan las huellas seguidas por los artistas e inspiradas por Murillo, Tibaldi,
Herrera o Valdés. No existió en la Capitanía General de Venezuela, salvo algún
caso, la pintura mural. Don José de Oviedo y Baños, registra un buen número de
pinturas y en la primera mitad del siglo XVIII se encuentran retratos anónimos y
aparece el primer pintor de categoría, Francisco José de Lerma y Villegas, de
dibujo duro, pero interesante, con influencias flamencas y sevillanas. Otro pintor
José Zurita, no alcanza la calidad del anterior. Ya en la segunda mitad del siglo
dieciocho surgen otros artistas con obras conocidas como Juan Pedro López,
nacido en Caracas en 1724, cuyo estilo es murillesco y sevillano en general.

ESCUELA DE LOS LANDAETA

Bajo la denominación de “Escuela de los Landaeta” se ha agrupado una serie de

obras firmadas por diversos artistas con el mismo apellido, que formaban parte
de una extensa familia de pardos libres dedicada al trabajo artístico en la ciudad
de Caracas. La familia Landaeta brindó numerosos artistas en diferentes
disciplinas: plateros, pintores, doradores y músicos. Entre ellos se conocen los

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nombres Juan José Landaeta (activo entre 1763-1810) y Antonio José Landaeta
(activo entre 1748 y 1799). A todo lo largo de la trayectoria de los Landaeta se
ha notado una unidad continua de coloración dominada por los ocres rosas que
sirven de fondo en la generalidad de los temas. La manera de reproducir los
destellos de las aureolas a base de diferentes líneas de luz de variadas
intensidades y separadas entre sí por espacios casi transparentes. Las formas
características de dibujar las coronas y que estás casi siempre aparecen
adornadas con gruesas perlas. Otro rasgo que contribuye a identificar las obras
de los Landaeta es la colocación de las doce estrellas que circundan las
aureolas en especial en las imágenes de la Inmaculada Concepción. Otra obra
que se les atribuye es la imagen de la Virgen del Rosario exhibida en la Casa
Natal del Libertador.

Fig. 60. Escuela de los Landaeta, Nuestra Señora de Caracas, ca. 1775, Óleo
sobre tela pegada a tabla. Escuela de los Landaeta. Circa 1775. Colección
Fundación John Boulton, Caracas.

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Fig. 61, Juan José Landaeta, Nuestra Señora del Carmen, ca. 1763-1810,
Colección Patricia Phelps de Cisneros, Nueva York.

Juan José Landaeta nació en 1747 y fue un pintor y dorador. Hijo de Alejandro
Landaeta y de Juana Estefana García y hermano del pintor Antonio José
Landaeta. Fue un destacado representante de la denominada Escuela de los
Landaeta. Realizó diversos trabajos de pintura, dorado y restauraciones para la

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Catedral y las iglesias de San Francisco, de Altagracia, Santa Rosalía y San
Pablo. Falleció en Caracas, el 25 de octubre de 1810.

Fig. 62. Antonio José Landaeta, Nuestra Señora de la Merced, ca. 1748-1799,
Colección Banco Mercantil, Caracas.

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Antonio José Landaeta fue un Maestro pintor y dorador, nacido posiblemente en
los Valles del Tuy y activo en Caracas entre 1748 y 1799. Hijo de Alejandro
Landaeta y Juana Estefana García y hermano del también pintor Juan José
Landaeta. Asociado al núcleo, grupo de familia o Escuela de los Landaeta, por
su apellido y por la similitud en el carácter de las piezas y el estilo pictórico, así
como por el uso de una coloración suave dominada por los ocres-rosas. Fallece
en Caracas el 17 de mayo de 1799.

Después la "Escuela de los Landaeta", en la que queda incluido un grupo de

pintores, además de aquellos cuyo nombre es distintivo. Entre las obras
anónimas que tienen singular encanto para el gusto actual, la historia culmina
con José Lorenzo de Alvarado.

JOSE LORENZO ALVARADO

Ell 24 de octubre de 1760 Estanislao Alvarado y María Cruz Aranguren

presentaron para su bautizo a su hijo legítimo José Lorenzo Alvarado, en la
iglesia parroquial del Sagrario en la ciudad de Mérida. Ambos padres se
declararon mestizos. Años después José Lorenzo Alvarado contrajo matrimonio
en una fecha no precisada con María del Carmen Villalta. El 24 de octubre de
1803 se bautizó a un hijo de esta pareja en la iglesia parroquial del Sagrario.
En 1792 Alvarado talló y pintó una imagen de vestir que representa a Santo
Domingo.En 1793 Alvarado pintó un óleo sobre tela que representa a San
Lorenzo, el cual firmó y fechó al dorso. Para 1795 Alvarado pintó un cuadro de
San Juan Nepomuceno también firmado y fechado al dorso. Posteriormente,
Pedro Trejo Tapia, mayordomo de la cofradía de Jesús Nazareno de la Orden
Tercera del templo de San Francisco de Mérida, encargó a Alvarado, en 1817,
las imágenes del Nazareno y el Cireneo, así como la mesa sobre la cual se
asentarían. Su taller, establecido en la ciudad de Mérida, influyó en los artistas
de la región andina venezolana, por lo cual se le adjudican varios seguidores. Su
obra se caracteriza por una paleta cromática clara, con predilección por los
colores primarios y ausencia de fuertes contrastes de luces y sombras. Sus
figuras poseen rostros dulces, expresiones serenas y marcada linealidad.
Algunas de sus obras ostentan marcos decorados con motivos florales. Se le
atribuyen por comparación estilística numerosas piezas de temática religiosa sin
firma. Se desconoce la fecha del fallecimiento de Alvarado, así como otros datos
sobre su vida.

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Fig.63. Jose Lorenzo Alvarado. Virgen del Carmen, ca. 1786-1805, Colección de
la Galería de Arte Nacional, FMN, Caracas.

15
José Lorenzo de Alvarado es conocido como el pintor de los obispos a finales de
1750. Su obra se conserva en la Arquidiócesis de Mérida, Venezuela. Algunos
cuadros suyos, que representan escenas evangélicas, vírgenes y santos y
obispos, se encuentran en las iglesias de El Llano y del Espejo, en el Seminario
y en el Museo Arquidiocesano de Mérida. FUENTE: Historia de Mérida por
Carlos Chalbaud.

16
Fig. 64. José Lorenzo Alvarado, San Juan Nepomuceno, ca. 1788-1805, oleo
sobre lienzo, Colección Arnold Zingg, Caracas.

17
ANÓNIMOS

Fig. 64, Anónimo. Virgen del Rosario, ca. 1700-1799, oleo sobre
lienzo,Colección Leopoldo García Galindo, Caracas.

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Fig. 65. Anónimo. Educación de la Virgen, ca. 1700-1799, oleo sobre lienzo
Colección Iglesia de El Tocuyo, El Tocuyo.

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Fig. 66. Anónimo. Benditas ánimas del Purgatorio, ca.1600-1699, oleo sobre
lienzo, Colección Museo Lisandro Alvarado, El Tocuyo.

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