CESACIONISMO

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CESACIONISMO

UN ESTUDIO INTRODUCTORIO Y
PANORAMICO

CONTENIDO
1. ¿HABLA DIOS HOY APARTE DE LA BIBLIA? Por R. Fowler
White
2. EL BAUTISMO Y LA MORADA DEL ESPÍRITU SANTO por
Christopher Ash
3. EL DON DE PROFECÍA por Richard Blaylock
4. LOS DONES MILAGROSOS Y EL ASUNTO DEL
CESACIONISMO por Thomas Schreiner
5. CESACIONISMO: UNA DEFENSA ESQUEMÁTICA por
Stuart Villalobos T.
6. DONES ESPIRITUALES REVELATORIOS (Un estudio
confesional) por ARBCA
7. SPURGEON, IMPRESIONES, Y PROFECÍA Por Nathan
Busenitz.
8. LO QUE NO ES EL CESACIONISMO por Nate Busenitz

Este material fue compilado y editado para la Iglesia Bautista Reformada “Sola Scriptura”
Pastor. Isaac Villalobos Pérez.
Jr. Los Cuarzos 1879 – Urb. Inca Manco Cápac – Dist. San juan de Lurigancho
Lima-Perú
1
2
¿HABLA DIOS HOY APARTE DE LA
BIBLIA?1
R. Fowler White
La fe evangélica protestante siempre ha afirmado, como principio central de su
comprensión de la revelación divina, que la Palabra de Dios debe tener autoridad
suprema en la religión. El evangelismo ha mantenido históricamente este punto de vista
en estrecha relación con la obra del Espíritu Santo. La verdad se puede decir de esta
manera:
El Dios vivo y verdadero, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es la cabeza
suprema de una iglesia viviente, no es mudo. Él habla - y habla claramente - por
Su Espíritu y a través de Su palabra escrita, la Biblia2.
Por lo tanto, como acertadamente lo dice el autor de Hebreos, debemos procurar no
hacer caso omiso de "Aquel que habla" (Hebreos 12:25)3.
Estas declaraciones se encuentran entre las afirmaciones que definen a aquellos que
tradicionalmente se han identificado como evangélicos. Son mis propias afirmaciones
como teólogo evangélico. Son, además, las afirmaciones de los colaboradores del
presente volumen de ensayos. Algunos evangélicos, sin embargo, han comenzado a
añadir una propuesta adicional. Es extremadamente importante que entendamos esta
proposición adicional y el efecto que está teniendo en el pensamiento y la práctica
evangélica actual. Una crisis está en el horizonte, y los que no se dan cuenta bien pueden
ser sorprendidos con la guardia baja.
Esta nueva proposición afirma que Dios también habla a su pueblo hoy aparte de la
Biblia, aunque nunca habla en contradicción con ella. Por muy calificada que parezca
esta afirmación, pocos evangélicos hoy en día se preguntarían si es cierta. Después de
todo, si nada de lo que Dios pueda decir hoy aparte de las Escrituras contradice lo que
Él ya ha dicho en las Escrituras, ¿cuál es el gran problema? En pocas palabras, el gran
problema es si es verdad o no que Dios habla a su pueblo aparte de la Biblia. ¿Es esta
nueva afirmación en sí misma una contradicción de las Escrituras? ¿De hecho, Dios le
ha dicho a Su pueblo en la Biblia que deben escuchar Su voz tanto en palabras habladas
como escritas? ¿No amenaza esta nueva visión con dejar de lado la doctrina histórica
de la suficiencia y finalidad de la Escritura?
Para que nadie se sienta prematuramente seguro de tener las respuestas correctas a estas
preguntas, considere el tema desde otro punto de vista. Si negamos que Dios habla hoy
aparte de las Escrituras, ¿estamos apagando Su Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19)?
1
https://www.the-highway.com/God_Speak.html
2
A lo largo de este capítulo, los términos Biblia, Escrituras y Escrituras se referirán a las Escrituras del Antiguo
y Nuevo Testamento, excluyendo los libros comúnmente llamados Apócrifos.
3
La Biblia del Nuevo Estándar Americano correctamente resalta la naturaleza continua de la acción de Dios de
hablar al traducir el participio presente (ton lalounta) en Heb. 12:25 como "Aquel que está hablando". La exactitud
de esta perspicacia es confirmada por el hecho de que Su discurso es contrastado con las advertencias pasadas de
Dios en el mismo versículo.
3
Algunos, como William DeArteaga, han dicho exactamente eso4. Otros afirman el
asunto de una manera aún más seria. Jack Deere, un ex profesor del Seminario
Teológico de Dallas, ahora conferencista, autor y pastor presbiteriano (PCUSA), ha
hecho las siguientes afirmaciones:
Para poder cumplir los más altos propósitos de Dios para nuestras vidas debemos
ser capaces de escuchar su voz tanto en la palabra escrita como en la palabra recién
hablada desde el cielo. . . Satanás entiende la importancia estratégica de que los
cristianos escuchen la voz de Dios, por lo que ha lanzado varios ataques contra
nosotros en esta área. Uno de sus ataques más exitosos ha sido desarrollar una
doctrina que enseña que Dios ya no nos habla excepto a través de la palabra
escrita. En última instancia, esta doctrina es demoníaca, aunque se han utilizado
teólogos cristianos para perfeccionarla5.
Palabras chocantes, pero fascinantes, ¿no? Necesitamos mucha franqueza si queremos
apreciar plenamente lo que se está diciendo aquí. Si DeArteaga, Deere y otros de mente
similar tienen razón, si la Biblia enseña a la iglesia a escuchar la voz de Dios a través
de sus páginas y aparte de ellas en palabras "recién dichas desde el cielo", entonces los
contribuyentes a este volumen y aquellos que están de acuerdo con ellos son al menos
culpables de apagar el Espíritu, si no de rehusar completamente escuchar la voz misma
de Dios. Nosotros, de entre todas las personas, estamos especialmente necesitados de
avivar en llamas esos dones del Espíritu a través de los cuales Dios hablaría a Su iglesia
hoy (cf. 2 Tim. 1:6).
Con esta apreciación más completa de lo que está en juego, evaluaré ciertos argumentos
clave que han llevado a otros a afirmar que Dios todavía habla hoy aparte de la Biblia.
En el pasado podríamos haber recurrido a los maestros pentecostales y carismáticos para
tal argumentación, ya que esta afirmación ha sido un rasgo definitorio y un modus
operandi de sus círculos. Pero en los últimos años ha surgido una nueva ola de
evangelización entre los maestros de círculos históricamente no pentecostales y no
carismáticos. Estos maestros y autores han estado al frente de toda la discusión con
respecto a la escucha de la voz de Dios. Debido a este nuevo grupo de profesores
influyentes, centraremos nuestra atención particular en los argumentos presentados por
ellos, principalmente Wayne Grudem y Jack Deere. Aunque esto puede significar que
debo tener en cuenta algunos puntos de vista exclusivos de Grudem y Deere, mi objetivo
es, sin embargo, tener en cuenta lo que es distintivo para todos los que afirman la
doctrina de que Dios habla hoy aparte de la Biblia6.

4
William DeArteaga, Apagando el Espíritu: Examinando los Siglos de Oposición al Movimiento del Espíritu
Santo (Altamonte Springs, Florida: Creation House, 1992).
5
Mark Thompson, "Guerra espiritual: Qué sucede cuando me contradigo a mí mismo", no. 45/46 (24 de abril de
1990): 11. Esta cita, tomada originalmente de una charla de la conferencia de 1990 por Jack Deere, es citada sin
negación, calificación o retracción por Deere en su ensayo "Vineyard Position Paper #2: The Vineyard's Response
to The Briefing" (Anaheim, California: Association of Vineyard Churches, 1992), 22-23.
6
Para un estudio informativo, detallado y (virtualmente) no evaluativo de los puntos de vista carismáticos de la
profecía, véase Mark J. Cartledge, " Profecía Carismática ": Una definición y descripción", Journal of Pentecostal
Theology 5 (1994): 79-120.
4
DEFINIENDO NUESTROS TÉRMINOS
Tenemos que preguntarnos, primero, ¿qué significa decir que "Dios habla hoy"?
Teniendo en cuenta el significado tradicional de que "Dios habla hoy a través de la
Biblia", la frase ha llegado a ser usada en otros dos sentidos. Para algunos, las palabras
"Dios habla hoy" son simplemente una forma popular, aunque engañosa, de describir el
hecho de que Dios guía y dirige a su pueblo por medio de su Espíritu en la aplicación
de su palabra escrita a través de impulsos, impresiones, ideas y cosas por el estilo. La
mayoría de los no pentecostales y no carismáticos han explicado estas experiencias (más
o menos) intuitivas en términos de las obras de iluminación, conducción y convicción
del Espíritu. Algunos incluso reconocerían que, entre aquellos que encajan en un
determinado perfil psico-espiritual, estas experiencias pueden estar acompañadas de
cosas vistas u oídas. Sin embargo, todas estas experiencias se distinguen
cuidadosamente de la obra de revelación del Espíritu7. Por lo tanto, aunque la
iluminación y la guía del Espíritu a veces se centran en fenómenos tales como impulsos
o impresiones, esos fenómenos no se interpretan específicamente como que involucran
el ministerio bíblico -dones de revelación, tales como profecías y lenguas o sus
correlacionados (p. ej., visiones, sueños, audiciones).
Otros, por supuesto, usan las palabras "Dios habla hoy" para significar que Él guía y
dirige a Su pueblo dándole palabras de dirección a través de los mismos medios que la
Biblia lo retrata como usando en el pasado (por ejemplo, visiones y audiciones, profetas
y ángeles). Como dice Deere, "Dios puede dar y da palabras personales de dirección a
los creyentes de hoy que no se encuentran en la Biblia. No creo que dé una dirección
que contradiga la Biblia, sino una dirección que no se puede encontrar en la Biblia" 8.
Encontramos la evidencia para esta afirmación, argumenta Deere, en los diversos
métodos que Dios ha usado en el pasado para hablar con su pueblo.

7
Ilustrativo de este punto de vista son las siguientes palabras de John Murray (" La guía del Espíritu Santo," en
Collected Writings of John Murray, Volume 1: The Claims of Truth[Edinburgh: Bandera de la Verdad, 19761):
Debemos confiar en el Espíritu Santo para que nos dirija y guíe en la comprensión y aplicación de la voluntad de
Dios según se revela en las Escrituras, y debemos estar constantemente conscientes de nuestra necesidad de que
el Espíritu Santo nos aplique la Palabra eficazmente en cada situación. La función del Espíritu Santo en tales
asuntos es la de iluminar cuál es la voluntad del Señor, y de impartirnos la voluntad y la fuerza para hacer esa
voluntad. . . Como somos los sujetos de esta iluminación y somos sensibles a ella, y como el Espíritu Santo es
operativo en nosotros para hacer la voluntad de Dios, tendremos sentimientos, impresiones, convicciones,
impulsos, inhibiciones, cargas, resoluciones. La iluminación y la dirección del Espíritu a través de la Palabra de
Dios se enfocarán en nuestra conciencia de esta manera. . . Es aquí, sin embargo, donde es necesaria una
cuidadosa distinción. En el momento en que deseamos o esperamos o pensamos que un estado de nuestra
conciencia es el efecto de una intimación directa a nosotros de la voluntad del Espíritu Santo, o consiste en tal
intimación y por lo tanto está en la categoría de dirección especial de él, entonces hemos dado paso a la noción
de una comunicación especial, directa y desapegada del Espíritu Santo. Y esto, en cuanto a su naturaleza,
pertenece a la misma categoría que la creencia en la revelación especial. La única manera de evitar este error es
mantener que la dirección y la guía del Espíritu Santo es a través de los medios que él ha provisto, y que su trabajo
debe permitirnos interpretar y aplicar correctamente la Escritura en las diversas situaciones de la vida, y
permitirnos interpretar todos los factores que entran en cada situación a la luz de la Escritura. (págs. 188 a 89)
8
Deere, "Vineyard Position Paper #2," 15. La similitud entre la enseñanza de Deere y la del teólogo pentecostal
J. Rodman Williams (Teología de la Renovación[Grand Rapids: Zondervan, 1988-921, 1:43-44 y 2:382) es digna
de mención.
5
Por ejemplo, durante la época del Antiguo Testamento, Deere observa: "Dios habló a
sus hijos... con voz audible, en sueños y visiones, a través de circunstancias y vellones,
a través de impresiones interiores, a través de profetas, a través de ángeles y a través de
la Escritura."9 Volviendo a los Evangelios, Deere observa que 'una de las claves básicas
del ministerio de Jesús fue que él sólo hizo lo que vio hacer a su Padre y sólo habló las
palabras que su Padre le dio que hablara10. Según Deere, el mismo patrón se puede ver
en Hechos: "Una guía especial fue dada a los apóstoles y a otros por medio de visiones,
voces angélicas, el Espíritu Santo, etc."11
Finalmente, en las epístolas del Nuevo Testamento, Pablo instruye a las iglesias acerca
de su uso de los dones reveladores de "profecía, lenguas, palabras de sabiduría, palabras
de conocimiento y discernimiento de los espíritus[sic]"12. Además, como Deere lo
entiende, el autor de Hebreos expresa su creencia de que las visitas angélicas eran
posibles en su tiempo cuando recordaba a sus lectores que "algunos han hospedado
ángeles en su ignorancia "13:2 RVA.13
Por contraste, entonces, con la definición anterior de la frase "Dios habla hoy", Deere
concluye que "en una lectura prima facie de las Escrituras, uno esperaría que Dios
continuara comunicándose con sus hijos a través de la edad de la iglesia con la misma
variedad de métodos que siempre ha usado"14.
PALABRAS TAN AMPLIAMENTE DEFINIDAS
Admitámoslo: la idea de que Dios continúa comunicándose con nosotros usando
exactamente los mismos métodos que siempre ha usado no sólo es provocativa sino que
tiene una cierta atracción. Haciéndolo aún más interesante, la afirmación de Deere de
que la cuestión de si Dios habla hoy aparte de la Biblia es básicamente una cuestión de
reconocer que Dios usa los mismos medios para comunicarse hoy como lo hacía en el
pasado15.
Mientras reflexionamos sobre esta afirmación, no cometamos el error de decir que Dios
nunca ha hablado aparte de las Escrituras, porque de hecho Él ha hecho precisamente
eso. Por ejemplo, aunque Moisés se había comprometido a escribir las palabras que
Dios le habló, Dios continuó hablando aparte de las Escrituras a través de los profetas
que vinieron después de Moisés. Habiendo obtenido este reconocimiento de nosotros,
sin embargo, Deere quiere que demos un paso más: insta a que, como Dios lo ha hecho
en el pasado, esperemos que lo haga en el presente.

9
Deere, "Vineyard Position Paper #2," 23.
10
Ibid.
11
Ibid.
12
Ibid.
13
Ibid.
14
Ibídem. La descripción de Deere de escuchar la voz de Dios es profundamente similar a la (más o menos) típica
descripción carismática. Ver Cartledge, "Profecía Carismática", 82-99.
15
Vea no sólo el "Vineyard Position Paper #2" de Deere, 22-24, sino también su libro Sorprendido por el Poder
del Espíritu: Un ex profesor del Seminario de Dallas descubre que Dios habla y sana hoy (Grand Rapids:
Zondervan, 1993), 213-15.
6
Por muy noble que suene la conclusión de Deere, es un punto de vista teológico
seriamente deficiente precisamente porque no respeta el vínculo bíblico entre los
medios a través de los cuales Dios habló y el contenido que Él transmitió a través de
esos medios, es decir, Sus propias palabras. Desde este punto de vista, debemos
observar que, a pesar de sus intenciones en sentido contrario, Deere en realidad deprecia
los medios a través de los cuales Dios se ha comunicado en el pasado. Insiste en que
esos medios están siempre conectados con las "palabras de dirección" de Dios, sin
definir esas palabras en términos distintos a los personales y ministeriales. Pero, al
definir estas palabras tan ampliamente, deja la impresión de que las palabras que Dios
habló hace mucho tiempo están a la par con las palabras que Él habla hoy. Esa paridad
es realmente crucial para toda la agenda de Deere. El problema simple es este: Eso no
es verdad. Para ver este hecho, basta con reconsiderar los ejemplos de Deere.
Como lo describe el Antiguo Testamento, siempre que Dios habló aparte de las
Escrituras en el pasado, nunca habló, o hizo que otros hablaran, nada más que Sus
propias palabras. Cuán radicalmente cierto era esto en los días del Antiguo Testamento
se enfatiza en Deuteronomio 18, posiblemente el texto bíblico fundamental sobre el
papel del profeta del Antiguo Testamento. Hablando de los profetas a los que hablaría
después de Moisés, Dios mismo dice: "Pondré mis palabras en su boca, y les hablará
todo lo que yo le mande". . . El que no oyere mis palabras, que hablará en mi nombre,
yo mismo se las pediré" (vv. 18-19)16 Por lo tanto, durante el período del Antiguo
Testamento, las palabras de dirección que Dios habló "aparte de las Escrituras" (es decir,
aparte de, digamos, los escritos de Moisés) fueron Sus propias palabras, siempre
expresando con precisión lo que Él pretendía comunicar e invariablemente investido
con autoridad absoluta.
Lo que era cierto del discurso de Dios junto con las Escrituras durante el período del
Antiguo Testamento también lo era de su discurso junto con las Escrituras del Antiguo
Testamento durante los ministerios de Jesús y los apóstoles. Las palabras que el Padre
le habló a Jesús, y que Jesús habló a su vez a sus oyentes, no fueron menos que las
propias palabras del Padre. Deere tiene razón al llamar nuestra atención aquí
especialmente sobre el evangelio de Juan, que tiene un interés particular en la
comunicación del Padre con y a través de Su Hijo (ver Juan 3:34; 7:16; 8:28; 12:49-50;
14:10, 24, 31).
De manera similar, las palabras de dirección que Dios comunicó a los apóstoles y a
través de ellos fueron Sus mismas palabras. Esta es la importancia de los comentarios
de Jesús a los apóstoles durante su discurso de despedida: "Pero el Consolador, el
Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y
os recordará todo lo que yo os he dicho (Juan 14:26). Otra vez Jesús les dijo:

16
En Números 12:6-8 y Deuteronomio 13:1-5, Dios vincula la actividad del profeta con los sueños y visiones del
vidente. Note que, aún cuando Dios empleó diferentes medios para hablar con los profetas después de Moisés,
esa distinción no cambió la naturaleza de lo que ellos hablaban: ellos, como Moisés, hablaban las mismas palabras
de Dios.
7
Cuando venga el Espíritu de verdad, os guiará a toda la verdad; porque no hablará
por iniciativa propia, sino que hablará todo lo que oiga, y os revelará lo que ha de
venir. Él me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo revelará. (16:13-14)
Así, Pablo, a quien Cristo añadió a su apostolado, dice de sí mismo y de los demás
apóstoles: (1) el Espíritu Santo les dio a conocer las cosas que Dios nos dio
gratuitamente a nosotros los creyentes (1 Corintios 2:10, 12), y (2) hablaron de esas
cosas, "no con palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino con palabras enseñadas
por el Espíritu" (2:13) -palabras invariablemente exactas y plenamente autorizadas17.
Lo mismo es evidente en los Hechos: las palabras de dirección que Dios comunicó a los
apóstoles y a los demás, y a través de ellos, fueron siempre Sus propias palabras. A
Deere y a quienes están de acuerdo con él les gusta citar Hechos 16:9-10 (la visión de
Pablo del llamado macedonio) como un ejemplo de la revelación personal-ministerial y
extrabíblica que no contradice la revelación de Dios en la Escritura18. Ciertamente la
revelación en este pasaje es "personal-ministerial y extrabíblica", es decir, aparte de las
Escrituras tal como existían en ese momento. Pero, al igual que ciertamente, es nada
menos que una de esas siempre exactas e invariablemente autoritativas palabras de Dios.
Consistente con esta representación de los apóstoles en Hechos, los profetas del Nuevo
Testamento son, al menos ostensiblemente, representados en Hechos como siguiendo
los pasos de sus antepasados del Antiguo Testamento - esto es, ellos también reciben
palabras de Dios a través del Espíritu que son Sus propias palabras. Sólo hay tres
ocasiones en el Nuevo Testamento donde se registra el contenido real de una profecía
específica después de Pentecostés: las dos profecías de Agabus (Hechos 11:27-28;
21:10-11) y la profecía de Juan en el libro de Apocalipsis19. Podemos dejar de lado el
ejemplo del libro de Apocalipsis, ya que nadie que discute el tema antes de nosotros
cuestiona que las visiones en ese libro comunicaban las propias palabras de Dios.
En cuanto a Agabo, Lucas retrata a este profeta del Nuevo Testamento como alguien
que habló cualquier palabra que el Espíritu Santo tuviera que decir De hecho, en Hechos
21:10, 11, "el uso de Agabo de símbolos dramáticos y fórmulas de citas[atando sus
propias manos y pies con el cinturón de Pablo e introduciendo su oráculo con las
palabras `Esto es lo que dice el Espíritu Santo'] habría señalado a su audiencia que su
profecía era del mismo tipo que los oráculos pronunciados por los profetas del AT."20

17
Wayne Grudem, Teología Sistemática: Una Introducción a la Doctrina Bíblica (Grand Rapids: Zondervan,
1994), 60-61.
18
Escuché por primera vez a Deere citar este pasaje en una presentación en la reunión anual de la Sociedad
Teológica Evangélica en noviembre de 1991. Véase también su "Apéndice 7: La suficiencia de la Escritura y la
distorsión de lo que la Escritura enseña sobre sí misma", en El Reino y el Poder: ¿Están la Sanación y los Dones
Espirituales Usados por Jesús y la Iglesia Primitiva Destinados a la Iglesia de Hoy? ed. (en inglés) Gary S. Greig
y Kevin N. Springer (Ventura, California: Regal, 1993), 440.
19
Richard B. Gaffin, " Una respuesta amistosa a Wayne Grudem " (documento presentado en la reunión anual de
la Sociedad Teológica Evangélica, 21 de noviembre de 1992), 2.
20
John W. Hilber, " Diversidad de los fenómenos proféticos del AT y la profecía del NT", Westminster
Theological Journal 56 (1994): 255. Además, la frase introductoria que usa Agabus (tade legei) es idéntica a la
frase que usa Juan para introducir su cita directa de los mensajes de Cristo a las siete iglesias de Asia Menor en
Apocalipsis 2:1, 8, 12, 18; 3:1, 7, 14 (Robert L. Thomas, " ¿Profecía Redescubierta? Una revisión del don de la
profecía en el Nuevo Testamento y hoy" (Bibliotheca Sacra 149 119921:91). Además, las palabras equivalen a
8
De hecho, aunque algunos persisten en cuestionar la exactitud de la profecía de Agabus
en Hechos 21, "en todos los aspectos, Lucas esperaba que sus lectores vieran a Agabus
en continuidad con los profetas del Antiguo Testamento"21.
No podemos hablar de ellos aquí, pero otros casos de Hechos confirman que las palabras
comunicadas a los apóstoles y a otros a través de muchos medios diferentes fueron
invariablemente exactas, palabras de Dios con autoridad total (por ejemplo, Hechos
8:26, 29; 9:10-12; 10:9-19; 13:1-3; 18:9-10). En cuanto a las visitas angélicas a las que
se refiere el autor de Hebreos (Hebreos 13:2), las únicas palabras que la Biblia
representa a los ángeles de Dios que hablan o se comunican de otra manera fueron las
de Dios (Hebreos 2:2; Génesis 18-19; Zacarías 1:14-16; Apocalipsis 1:1; 22:6).
Mi objetivo en todo lo que he considerado hasta ahora es demostrar que -a pesar de todo
el interés que Deere tiene en enseñarnos el modelo bíblico de escuchar a Dios tal como
lo practican Jesús, los apóstoles y otros- él tergiversa fundamentalmente el modelo que
ha elegido. Deere crea la impresión de que las palabras reveladoras que Dios pronunció
en tiempos bíblicos están a la par con las palabras que pronuncia hoy. Aunque tiene
razón en que las "palabras de dirección" en la Biblia son tanto personales como
ministeriales, todavía no ha producido un solo ejemplo bíblico incontrovertible en el
que esas palabras no sean más que las propias palabras de Dios. Por el contrario, en
cada ejemplo que ha llegado a mi atención, Dios se aseguró de que todo lo que Él
pretendía comunicar fuera siempre expresado con precisión e invariablemente investido
de Su autoridad. Esto me lleva a alguna evidencia importante que aún no he considerado
- es decir, las instrucciones de Pablo con respecto al uso de los dones reveladores por
parte de la iglesia.
YA NO HABLA COMO ANTES
El objetivo de Deere es persuadir que así como Dios usó los dones reveladores para dar
palabras de dirección a sus hijos en los días bíblicos, así también lo hace hoy en día,
pero esto simplemente no es todo el cuadro. Para Deere, las palabras que Dios habla
hoy a través de esos dones simplemente no están a la par de las palabras inerrantes y
completamente autorizadas que Él habló en el pasado22. Para encontrar la base de las

la frase "lo que el Espíritu dice a las iglesias", que cierra cada uno de los mensajes de Cristo (Apocalipsis 2:7, 11,
17, 29; 3:6, 13, 22). Además, como señala Hilber (p. 255 n. 47), Grudem no tiene en cuenta que las palabras
introductorias de Agabus son la fórmula de cita en el Antiguo Testamento griego para "Así dice el Señor".
Claramente, este es el trasfondo más relevante para nuestra interpretación de Hechos 21:11. De hecho, Hilber
(ibid.) señala que la "sustitución de Agabus de'Espíritu Santo' por'Yahvé'[el SEÑOR] es consistente con la
tendencia teológica en Hechos de atribuir la obra divina al Espíritu Santo".
21
Hilber, " Diversidad de los fenómenos proféticos del AT ", 256. Hilber anota que Grudem concede la exactitud
de la profecía de Agabus en Hechos 11:28. Sobre la precisión, aunque imprecisa, de Agabus en Hechos 21, véase
Hilber (pp. 250 n. 31, 255-56) y la literatura que cita, así como David B. McWilliams, " ¿Algo nuevo bajo el sol?
Westminster Theological Journal 54 (1992): 325-26.
22
Deere ha insinuado su acuerdo con la posición de Grudem sobre la profecía del Nuevo Testamento, que niega
la infalibilidad de las expresiones proféticas actuales (ver n. 22 abajo). Sin embargo, en sus comentarios
publicados sobre las "nuevas palabras del cielo" de Dios, Deere no ha descartado explícitamente la posibilidad
de que esas palabras puedan ser las propias palabras de Dios sin mezclar con palabras de otras fuentes. Todo lo
que ha dicho es que no contradicen la Biblia. Esta última afirmación no excluye la infalibilidad de estas "nuevas"
palabras de dirección, siempre que Deere crea que Dios revela su voluntad en dos vías, una pública y otra privada.
Sobre este último punto, véase la conclusión de este capítulo.
9
afirmaciones de Deere aquí, debemos recurrir a los influyentes escritos del profesor
Wayne Grudem sobre la profecía del Nuevo Testamento23.
La posición de Grudem puede resumirse de esta manera: En el don de profecía del
Nuevo Testamento (y sus correlacionados - visiones, sueños, audiciones, palabras de
conocimiento y sabiduría) la iglesia debe encontrar una fuente de guía práctica, aunque
falible. Para considerar adecuadamente esta proposición, debemos notar que Grudem
dice muy claramente que Dios ahora habla como nunca antes lo había hecho. Aunque
los medios a través de los cuales Dios habla son supuestamente los mismos, las palabras
que Él habla son diferentes de todo lo que Él ha dicho antes - a los santos del Antiguo
Testamento, a Jesús, a los apóstoles. En resumen, las palabras que Dios dice han sido
redefinidas, porque ya no son Sus mismas palabras, inerrantes y autoritarias.
Si la Biblia dice que este es el caso, que así sea. Pero necesitamos considerar la
evidencia de Grudem de la Biblia. Aparte de su tratamiento del profeta Agabo, el
principal apoyo de Grudem a la profecía como fuente de guía práctica falible proviene
de dos textos: 1 Corintios 14:29 y 1 Tesalonicenses 5:20-22.
En 1 Corintios 14:29, Pablo escribe: "Hablen dos o tres profetas y juzguen los demás".
La cuestión relevante para nuestras preocupaciones es el objeto no identificado sobre el
que "los otros juzgan". ¿Son los elementos verdaderos y falsos en cada oráculo24, o son
los oráculos verdaderos y falsos (de profetas verdaderos y falsos, respectivamente) entre
los muchos oráculos que la iglesia escuchó? Como otros han hecho, Grudem toma el
primer punto de vista, principalmente porque el verbo griego (diakrino) traducido
"juzgar" implica una actividad de clasificación o tamizado25 En favor de este último
punto de vista, note que Pablo se refiere a los "profetas" (plurales) que hablan de sus
revelaciones en 14:29-30, por no mencionar las "profecías" (plurales) en 1
Tesalonicenses 5:20. En otras palabras, el apóstol presupone que las iglesias estarían
escuchando múltiples profecías de múltiples profetas. Desde este punto de vista, la
interpretación de Grudem claramente no está de acuerdo con las palabras exactas de
Pablo. El apóstol no instruye a las iglesias a ordenar los elementos verdaderos y falsos
en ninguna profecía en particular. Más bien, les instruye a que resuelvan las profecías
verdaderas y falsas entre las muchas que escucharían26.

23
Ver Wayne Grudem, El don de la profecía en el Nuevo Testamento y hoy (Westchester, Ill.: Crossway, 1988);
y Grudem, Teología sistemática, 1049-61. Aunque no está explícitamente declarado en sus escritos hasta la fecha,
la deuda de Deere y su acuerdo general con Grudem son discernibles y bien conocidos entre aquellos que lo han
escuchado comentar sobre el tema de la profecía del Nuevo Testamento. En un próximo libro, titulado
tentativamente Sorprendido por la Voz de Dios, se publicarán los propios pensamientos de Deere sobre los dones
reveladores del Nuevo Testamento. Para el presente ensayo, el esquema general de su enseñanza y su
compatibilidad con los puntos de vista de Grudem se ha extraído del "Vineyard Position Paper #2", 14-15, 22-
24; y de Surprised by the Power of the Spirit (Sorprendido por el poder del Espíritu), cap. II, pág. 3. 10 ("Por qué
Dios da dones milagrosos") y Epílogo ("Escuchar a Dios hablar hoy").
24
Grudem, El don de la profecía, 74-79; cf. 104-5.
25
Ibídem, 76-79. De I Corintios 14:29, M. M. B. Turner ("Dones espirituales entonces y ahora", Vox Evangelica
15 119851) ha escrito, "La presuposición es que cualquier oráculo profético del Nuevo Testamento debe ser
mezclado en calidad, y el trigo debe ser separado de la paja" (p. 16).
26
Para una conclusión similar, ver Hilber, "Diversity of OT Prophetic Phenomena," 256-58.
10
Cuando comparamos esta visión de 1 Corintios 14:29 con el uso del verbo diakrino
dentro y fuera del Nuevo Testamento, encontramos que es perfectamente consistente
con ese uso: El verbo se aplica a tamizar el trigo de la paja (Filón), distinguir lo limpio
de lo impuro (Josefo), separar a los culpables de los demás (Josefo), discernir el bien de
lo malo (Testamento de Aser), separar lo verdadero de lo falso (Filón), distinguir a los
judíos de lo gentil (Hechos 15:9; cf. 11:2), distinguir a ciertas personas de otras (1
Corintios. 4:7), y formar un juicio correcto (en vez de equivocado) de uno mismo
(11:31)27 Esta evidencia contradice la afirmación de Grudem de que el Nuevo
Testamento prefiere - y Pablo hubiera preferido - el verbo krino antes que el diakrino
"cuando se habla de juicios en los que sólo hay dos posibilidades, tales como `culpable'
o `inoculpable', `correcto' o `malo', o `verdadero' o `falso'".28"Pero buscamos en vano
cualquier ejemplo en el que diakrino implique juicios que impliquen más de dos
posibilidades.
Para completar nuestra discusión sobre el diakrino, fíjense en su uso en 1 Corintios 6:5:
"¿Es cierto que no hay entre vosotros un solo sabio que pueda decidir entre sus
hermanos?"29 Contrario al argumento de Grudem, en el contexto inmediatamente
posterior al 6:5, Pablo muestra su conciencia de sólo dos posibles resultados cuando un
creyente tiene una queja contra su prójimo: uno será agraviado o defraudado (v. 7), el
otro culpable de maldad o defraudación (v. 8). El punto pertinente, sin embargo, es que
el deber del sabio, tal como lo implica diakrino, es separar al malhechor de su víctima
sobre la base de las pruebas. Por analogía en 1 Corintios 14:29, el deber de "los otros"
es separar al verdadero profeta del falso profeta en base a sus oráculos (ver, por ejemplo,
1 Corintios 12:3; 14:37; cf. Efesios 4:14-15 con 4:4-6, 11).
Mis conclusiones son virtualmente las mismas cuando considero 1 Tesalonicenses 5:20-
22. En 5:20 Pablo advierte a los Tesalonicenses que no desprecien las profecías.
Claramente la estima de los Tesalonicenses por la profecía no era lo que debería haber
sido. Pero, ¿por qué? Como sugiere 2 Tesalonicenses 2:1-3, 15, ellos habían
reaccionado exageradamente a un influjo de falsas profecías que los estaban
confundiendo y amenazando con conducirlos por el mal camino30. La redacción exacta
de Pablo en 5:20 ("profecías"[plural]), junto con la prueba del bien y del mal en los
versículos 21-22, implica que él esperaba que la iglesia probara múltiples profecías
entre las cuales encontrarían tanto las falsas como las verdaderas 31. Así, las
instrucciones a los Tesalonicenses reflejan el mandato de Pablo en 1 Corintios 14:29:
La prueba de las profecías presupone que las profecías escuchadas en las iglesias bien

27
Grudem, El don de la profecía, 76.
28
Ibid., 77.
29
Ibid.
30
Según 2 Tesalonicenses 2:2, un falso profeta o un oráculo de un falso profeta ("espíritu" NASB; "profecía"
NVI; Gk. pneuma) había perturbado y amenazaba con engañar a los Tesalonicenses. Contrario al análisis de
Grudem (El don de la profecía, 104-5), no tenemos ninguna indicación de que ellos hayan reaccionado
exageradamente a las enseñanzas de Pablo de que las profecías verdaderas eran menos autoritativas que las
Escrituras.
31
Contrariamente a la inferencia de Grudem (El don de la profecía, 104-5), las palabras de Pablo no implican que
había muchas cosas que no eran buenas en las profecías verdaderas que los Tesalonicenses estaban escuchando.
11
podrían haber incluido tanto las profecías verdaderas como las falsas (de profetas
verdaderos y falsos, respectivamente) entre ellas.
A la luz de estos factores, tenemos que decir que Grudem fundamentalmente
malinterpreta las directivas de Pablo en 1 Corintios 14:29 y 1 Tesalonicenses 5:20-22.
La exactitud de la interpretación presentada aquí, sin embargo, es confirmada por su
consistencia con la enseñanza más amplia de la Biblia. Según esa enseñanza, la iglesia,
al igual que Israel, juzgó las profecías para separar a los verdaderos profetas de los falsos
(Deuteronomio 13:1-5; 1 Reyes 13; Mateo 7:15-20 con 12:32-37 y 24:23-26; 1 Juan
4:1-6; cf. Ro. 16:17-19). Al llevar a cabo esta responsabilidad, la iglesia ejerció el
discernimiento basado en las normas explícitas y absolutas del bien y del mal (1
Tesalonicenses 5:21-22), la verdad y el error (1 Juan 4:1-6), y así determinó la fuente
de las profecías que escucharon, ya sea que fueran del Espíritu Santo o de alguna otra
fuente32.
Podemos decir, por lo tanto, que para Pablo y el resto de los autores del Nuevo
Testamento, el juzgar las profecías del Nuevo Testamento fue un proceso de evaluar los
oráculos de los profetas para juzgar a los profetas mismos y así discernir la fuente de
sus oráculos. Esta interpretación, nos sometemos, es la única capaz de explicar las
admoniciones que Cristo y sus apóstoles dieron a la iglesia con respecto a las falsas
profecías y a los falsos profetas. A la iglesia se le dijo en términos inequívocos que no
tolerara a los profetas cuyas palabras eran falsas o malvadas y que por lo tanto eran una
amenaza para desviarlos (Mateo 7:15-20 con 12:32-37 y 24:23-26; 1 Juan 4:1-6; 1
Tesalonicenses. 5:22; 2 Tesalonicenses. 2:3, 15; Apocalipsis 2:20-23; cf. Romanos
16:17-19).
CONCLUSION
Algunos evangélicos actuales, Jack Deere y Wayne Grudem entre ellos, creen y enseñan
que Dios habla hoy aparte de la Biblia. De acuerdo a estos maestros, Dios da palabras
de dirección personal o de ministerio a Su pueblo usando los mismos medios que usó
en el pasado. Sin embargo, cuando consideramos la evidencia de estos puntos de vista,
encontramos que su semejanza con lo que la Biblia realmente representa es más
aparente que real. Cualquier otra cosa que Deere esté enseñando, no está enseñando el
modelo de escuchar la voz de Dios como se practica en la Biblia misma. De manera
similar, Grudem ha transformado a Pablo en un excéntrico que está patentemente fuera
de lugar con otros autores del Nuevo Testamento, de hecho con todos los demás autores
bíblicos, cuando se trata del asunto crucial de juzgar las profecías.

32
En línea con este cuadro encontramos a Pablo citando las normas por las cuales las congregaciones deben
juzgar las profecías (1 Co. 12:3; 14:37; 1 Ts. 5:21-22; 2 Tesalonicenses. 2:15; y quizás Efesios 4:4-15 con 4:4-6,
11). Estas normas contrastan fuertemente con la escala calificada de valor y verdad de las profecías del Nuevo
Testamento de Grudem. Ver Grudem, El don de la profecía, 76-77. Sorprendentemente, el teólogo pentecostal
Williams (Teología de la Renovación, 2:382 n. 164, 2:386 n. 187) rechaza enfáticamente la interpretación de
Grudem de los oráculos proféticos del Nuevo Testamento como una mezcla de lo verdadero y lo falso y de la
actividad de juicio aplicada a ellos.
12
En mi opinión33, lo que estos maestros y sus discípulos no aprecian es que, en la Biblia,
la actividad de Dios de hablar aparte de las Escrituras ocurrió en un momento en que
esos documentos todavía estaban siendo escritos. Curiosamente, durante esa larga
historia de escritura de las Escrituras, el pueblo de Dios vivió bajo el principio de
autoridad "Escritura más", y, de acuerdo con ese principio, Dios empleó varios medios
para hablarles Sus palabras extrascriturales. Pero hoy la Iglesia se enfrenta a una nueva
situación: ahora, con siglos de ortodoxia cristiana, confesamos que la escritura de la
Escritura está terminada, que el canon está realmente cerrado.
Pero, ¿por qué la iglesia afirma que el canon está cerrado? La única base demostrable
para esta afirmación es que la revelación de Dios, hablada y escrita, siempre está
históricamente unida y calificada por la obra de redención de Dios 34. Ahora que Dios
ha logrado la salvación de una vez por todas, en Cristo, también ha hablado Su palabra,
de una vez por todas, en Cristo y en aquellos a quienes Cristo autorizó y dio poder por
medio de Su Espíritu (Hebreos 1:1-2; 2:3, 4; Mateo 16:15-19; Juan 14:26; Efesios 2:19,
20). Con el cumplimiento de la salvación en Cristo viene la cesación de la revelación.
Por consiguiente, la iglesia ahora vive bajo el principio de autoridad de "sólo la
Escritura". El alterar este principio invita a una multitud de problemas teológicos y
pastorales. La prueba de esta observación se puede ver en el efecto de estas "profecías"
sobre muchos que están siendo conducidos lejos de la suficiencia del evangelio mismo.
Su finalidad y completa suficiencia es, en realidad, sutilmente asaltada por estas
afirmaciones de las profecías modernas.
Finalmente, la Biblia no nos da ninguna razón para esperar que Dios hable a Sus hijos
hoy aparte de las Escrituras35. Aquellos que enseñan de otra manera necesitan explicar
a los hijos de Dios cómo estas palabras "recién dichas desde el cielo" pueden ser tan
necesarias y estratégicas para los más altos propósitos de Dios para sus vidas cuando su
Padre no hace nada para asegurar que realmente escucharán esas palabras. De hecho,
deben explicar por qué esto no está apagando al Espíritu. Además, la promesa de tal
guía inevitablemente desvía la atención de las Escrituras, particularmente en las
preocupaciones prácticas y apremiantes de la vida. Nunca subestimemos la gravedad de
esta desviación. En la Biblia la iglesia escucha la verdadera voz de Dios; en las
Escrituras, sabemos que Él nos está hablando Sus mismas palabras. Los defensores de
las palabras "recién dichas del cielo" deben tener cuidado: Al desviar la atención de las
Escrituras, apagan al Espíritu que está hablando en ellas.

33
Para una exposición más completa de las preocupaciones abordadas en esta conclusión, véase Gaffin, "A
Friend's Response to Wayne Grudem," 6-12. Véase también Richard B. Gaffin, Perspectivas sobre Pentecostés:
Enseñanza del Nuevo Testamento sobre los Dones del Espíritu Santo (Phillipsburg, NJ: Presb. & Ref., 1979), 97-
99, y su "El Nuevo Testamento como Canon", en Inerrancia y Hermenéutica: A Tradition, A Challenge, A Debate,
ed. H. M. Conn (Grand Rapids: Baker, 1988), 172-81.
34
Ver Herman N. Ridderbos, Historia Redentora y las Escrituras del Nuevo Testamento, 2d rev. ed., trans. H. De
Jongste y rev. R. B. Gaffin, Jr. (Phillipsburg, N.J.: Presb. & Ref., 1988), passim, esp. p. 31. De especial
importancia, aunque Deere enseña que el canon es cerrado, no logra captar la relación entre revelación y redención
y, por lo tanto, no puede proporcionar ninguna razón o base para su enseñanza.
35
Los que difieren con esta conclusión deben presentar las pruebas que trasladan la carga de la prueba de ellos
mismos a otros.
13
EL BAUTISMO Y LA MORADA DEL
ESPÍRITU SANTO
Christopher Ash
DEFINICIÓN
El bautismo y la morada del Espíritu Santo es la bendición del Nuevo Pacto de la
presencia y obra del Espíritu en la vida de un creyente.
SUMARIO
Prometido en los profetas para aquellos que gozarán del Nuevo Pacto, el Espíritu Santo
ha sido derramado sobre la iglesia por Jesucristo a través del poder de su resurrección.
El Espíritu ahora trae a los creyentes a la comunión con el Padre y el Hijo a través del
nuevo nacimiento, llena al creyente con el amor de Dios, obra la santidad en la vida de
los creyentes y convence a la gente de la verdad del Evangelio. Los creyentes debemos
tratar de ser llenados continuamente del Espíritu para amar a los demás a través de
nuestras palabras y obras, buscando edificar la iglesia a través de los dones que
Jesucristo da a su Iglesia por medio del Espíritu.
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Él es una persona y no
simplemente una influencia; Él es plenamente Dios, así como Dios el Padre es
plenamente Dios y Dios el Hijo es completamente Dios. Él es eterno. Él habita en
perfecta comunión con Dios el Padre y Dios el Hijo. En el Credo de los Apóstoles
afirmamos: «Creo en Dios, el Padre… Creo en Jesucristo… Creo en el Espíritu
Santo…»
En este artículo nos enfocamos en cómo y por qué el Espíritu Santo actúa en los
humanos y sobre ellos. Nuestro estudio estará dividido en cuatro partes. Primero,
consideramos, en el Antiguo Testamento, la promesa del Espíritu Santo. A
continuación, reflexionamos sobre la maravilla de Jesucristo, el hombre del Espíritu.
Tercero, pensamos en lo que la Βiblia enseña sobre Jesús como aquel que bautiza con
el Espíritu. Finalmente, examinamos los principales elementos de la obra del Espíritu
morador en la vida del creyente cristiano.
La promesa del Espíritu Santo en el Nuevo Pacto
En el Antiguo Pacto se dio al pueblo de Dios como una gran bendición la Ley de Dios.
Esta Ley es una expresión sabia, preciosa y perfecta del carácter del Dios del Pacto que
los redimió de la esclavitud en Egipto (por ejemplo, Dt 4:5 -8; ver también Ro 7:12).
La circuncisión masculina era el signo externo de la Ley; vino con una exhortación
repetida a, por así decir, «circuncidar el corazón» (por ejemplo, Dt 10:16). El pueblo
necesitaba que la Ley buena y perfecta se escribiera en sus corazones, para que
escogieran profundamente y desearan guardarla. Esto, como todos los seres humanos
por naturaleza, no lo lograron y no pudieron hacerlo. Esto es «lo que la Ley, debilitada
por la carne, no pudo hacer» (Ro 8:3).

14
De forma repetida, primero en la Ley (por ejemplo, Dt 30:6) y luego en los profetas, se
dio la promesa de que la Ley sería escrita en corazones bajo un nuevo pacto. «Pondré
mi ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones» (Jr 31:33). Esta escritura de la
Ley sobre el corazón humano será obra del Espíritu Santo. «Y te daré un corazón nuevo,
y un espíritu nuevo que pondré dentro de ti. Y quitaré el corazón de piedra de tu carne
y te daré un corazón de carne. Y pondré mi Espíritu dentro de vosotros, y os haré andar
en mis estatutos y tener cuidado de obedecer mis juicios» (Ez 36:26 -27). Dios promete
dar su Espíritu a todo su pueblo (Jl 2:28 -29).
En esencia, entonces, la promesa es que Dios morará en el corazón humano por medio
de su Espíritu para traer la santidad de su Ley perfecta al corazón.
Jesucristo, el Hombre del Espíritu
Cuando el Hijo eterno de Dios tomó sobre sí una naturaleza totalmente humana en la
Encarnación, el Espíritu Santo fue su compañero constante e íntimo. La concepción de
su cuerpo humano en el vientre de María fue obra del Espíritu Santo (Lc 1:35). En su
bautismo por Juan el Bautista, el Espíritu Santo vino sobre Él en poder para equiparlo
para su ministerio público (por ejemplo, Lc 3:22; Jn 1:32 -33). Jesús resiste la tentación
por el Espíritu (Lc 4:1 -13); se ocupa en el ministerio público y hace milagros por el
poder del Espíritu Santo (por ejemplo, Lc 4:14; Hch 10:38). Es por el Espíritu que Jesús
«pronuncia las palabras de Dios, porque él [es decir, Dios] da el Espíritu [es decir, a
Jesús] sin medida» (Jn 3:34).
Jesús es el Hombre del Espíritu de forma completa y perfecta, tanto es así que el Espíritu
Santo viene también para ser llamado «el Espíritu de Jesús» o «el Espíritu de Cristo»
(p. ej. Fil 1:19; véase también Sinclair Ferguson, El Espíritu Santo).
Jesucristo, el Bautizador con el Espíritu
En los cuatro evangelios Juan el Bautista contrasta su propio bautismo con agua (un
bautismo externo y simbólico del arrepentimiento) con una obra de corazón asombrosa
que debe hacer Jesús, que él llama el bautismo en, o con, el Espíritu Santo (Mt 3:11; Mr
1:8; Lc 3:16; Jn 1:33 y cf. Hch 11:16). Esto por fin será el cumplimiento de las
promesas del Antiguo Pacto, que el Espíritu de Dios morará en los corazones humanos.
Pero —y esto es importante— este derramamiento debe esperar hasta que el Hijo de
Dios haya pagado la pena por los pecadores en la Cruz. Usando la imagen del agua viva,
Jesús habla repetidamente del Espíritu Santo (Jn 4:10 -15; Jn 7:37, 38). Juan explica
que el Espíritu es aquel «para los que creyeron (en Jesús) y lo debían recibir, porque
aún no se había dado el Espíritu, porque Jesús aún no había sido glorificado» (Jn 7:39).
Esta «gloria» o «elevación» en el evangelio de Juan se refiere de forma suprema a la
Cruz (por ejemplo, Jn 12:33). Sólo cuando los pecados son pagados, puede el Espíritu
ser derramado sobre todo el pueblo de Dios.
Después de la cruz y la resurrección, Jesús repite esta promesa de bautismo con el
Espíritu Santo (Hch 1:5 y cf. el signo anticipatorio de Jn 20:22). Este bautismo ocurre
primero, y de forma más dramática, a los discípulos en el Día de Pentecostés (Hch 2).

15
Desde entonces, es el derecho de nacimiento de todo creyente al comienzo de una vida
verdaderamente cristiana.
(A veces se ha pensado que el Bautismo con el Espíritu Santo se refiere a una
experiencia cristiana posterior a la conversión y a menudo se asocia con el don de hablar
en lenguas. Pero un estudio cuidadoso de los textos bíblicos demuestra que se refiere a
lo que sucede en la conversión. Un estudio clásico de esta pregunta es el libro Bautismo
y plenitud de John Stott, el cual ha persuadido a muchos carismáticos y pentecostales a
no usar el lenguaje del «Bautismo del Espíritu» sobre una experiencia de segunda
etapa).
El Ministerio del Espíritu Morador en el Creyente
El Espíritu da un nuevo nacimiento y trae al creyente a la comunión con el Padre y el
Hijo.
El Espíritu Santo da un nuevo nacimiento o un nacimiento desde arriba, el cual imparte
vida espiritual a un ser humano que, por naturaleza, está muerto en delitos y pecados
(Ef 2:1-3; Jn 3:1-8; Tit 3:5). Este nuevo nacimiento no puede ser diseñado por ningún
instrumento humano, ya sea por la manipulación de las emociones o la persuasión de la
mente, porque todo lo que nace de la carne (instrumentalidad humana) será carne y no
la nueva vida del Espíritu (Jn 3:6). Este nacimiento desde arriba es la obra soberana del
Dios Trino; se logra en el corazón humano por el Espíritu Santo.
Antes de que Jesús dejara a sus discípulos para ir a la cruz por los pecadores, les
prometió que volvería a ellos. Él hizo esto, temporalmente, durante unas semanas, en
su cuerpo de resurrección. Pero lo hizo para siempre en la persona de su Espíritu Santo.
Por el ministerio del Espíritu Santo, Dios Padre y Dios el Hijo hacen su hogar en el
corazón de un hombre o mujer que ha nacido de nuevo (Jn 14:15 -24). Es por el Espíritu
morador que los creyentes disfrutan de comunión con el Padre y el Hijo (p. ej., 1 Jn
1:3).
El Espíritu vierte el amor de Dios en el corazón del creyente.
En el contexto de los sufrimientos, la resistencia, el carácter y la esperanza, Pablo
escribe que «la esperanza no nos avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado» (Ro 5, 5). La
expresión «el amor de Dios» puede significar el amor que Dios nos muestra, el amor
que mostramos a Dios o ambos. Probablemente y principalmente es el amor que Dios
nos muestra, aunque quizás incluye nuestro amor sensible a Dios. Al traernos a la
comunión con el Dios Trino, el Espíritu Santo nos asegura el amor eterno que Dios
Padre, Dios Hijo, y Él mismo, Dios el Espíritu Santo tienen por su pueblo desde toda la
eternidad y hasta toda la eternidad.
El Espíritu Santo obra la santidad en el creyente.
El Espíritu Santo es santo. Arde con la santidad exaltada del Dios Trino. Hablando del
bautismo del Espíritu Santo, Juan el Bautista predica que Jesús «bautizará con el
Espíritu Santo y con fuego» (Lc 3:16). Esta es una forma de expresión llamada
16
hendíadis, una verdad que se habla de dos maneras: el Espíritu Santo es el fuego que
quema la paja de la pecaminosidad. Debido a la Cruz de Cristo, este fuego no destruye
al creyente, sino que lo purifica.
Después de la conversión, entonces, uno de los ministerios más profundos del Espíritu
en el creyente es participar en una guerra de por vida contra el pecado dentro del corazón
humano. Gálatas 5:16 -26 expresa esto de la manera más famosa y vívida. Debemos
«andar por el Espíritu» a pesar de que «los deseos de la carne» (la vieja naturaleza)
continúan esforzándose dentro de nosotros. La marca más evidente del bautismo y la
morada del Espíritu en el creyente es una vida cada vez más marcada por «amor, gozo,
paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio».
El Espíritu Santo convence a la gente de la verdad de Jesús y los lleva a caminar en
esa verdad.
En Jn 13:31 (después de Judas Iscariote se va) hasta Jn 16:33 Jesús habla a los
apóstoles. Todo lo que dice se aplica inmediatamente a los apóstoles. Por ejemplo, en Jn
14:26 promete que el Espíritu Santo les recordará lo que Jesús les ha dicho y les
permitirá entenderlo. Él puede recordárselo porque estaban allí para escucharlo; no
puede recordárnoslo de la misma manera.
Sin embargo, hay un traslado de los once apóstoles a la iglesia apostólica de Cristo.
Porque ellos son esta iglesia apostólica en embrión. Con razón, aunque con cuidado,
aplicamos estos capítulos a nosotros mismos. En Jn 16:5 -15 Jesús habla de la obra del
Espíritu Santo primero en el mundo (vers. 8-11) y luego a la iglesia apostólica (vers.
12-15).
Para los del mundo, la única acción que el Nuevo Testamento atribuye al Espíritu Santo
es traer convicción. Él convence al mundo de nuestro pecado, de la justicia de Cristo, y
del juicio. Lo hace al comienzo de la vida cristiana, en el momento de la conversión; y
sigue haciendo esta obra en el creyente, en el que algo del «mundo» sigue luchando.
Jesús les promete a los apóstoles que el Espíritu de verdad «os guiará hacia toda la
verdad». Esto significa enseñarles el significado de las cosas de Jesús. Él desempaca
para ellos, por así decir, toda la revelación del Padre que han visto en Jesús. Como
resultado, su enseñanza se registra para nosotros en el Nuevo Testamento (que está
escrito por los apóstoles o por otros que registran la enseñanza apostólica).
El Espíritu Santo no nos conduce a la verdad nueva, sino que abre para nosotros la
iglesia apostólica, la revelación perfecta del Padre en Jesús de la que el Nuevo
Testamento da testimonio. Podemos orar y esperar que el Espíritu Santo nos ayude a
ambos a comprender la verdad bíblica de Jesús y a darnos la gracia de caminar en esa
verdad (véase Christopher Ash, Viendo el Espíritu).
Debemos ser llenos del Espíritu una y otra vez para que Él transforme nuestras
palabras y obras.
Usando un imperativo presente para indicar un llenado continuo y repetido, Pablo
escribe, «sean llenos del Espíritu» y continúa expandiendo lo que eso significará en una
17
sucesión de participios. La iglesia llena del Espíritu se dirigirá la una a la otra en
«salmos, himnos y cantos espirituales» (los tres se refieren principalmente a los salmos
bíblicos); lo haremos con todo nuestro corazón, porque será un canto genuino y
moldeador del corazón a través de los salmos; estaremos llenos de agradecimiento a
Dios Padre en el nombre del Señor Jesucristo. Y lo viviremos sometiéndonos unos a
otros, en las relaciones de sumisión que Pablo continúa enseñando: las esposas
cristianas mostrarán una sumisión digna y piadosa a los maridos; los hijos cristianos
obedecerán a sus padres; los esclavos cristianos escogerán servir bien a sus amos. Todo
esto es el resultado de llenarse del Espíritu Santo.
El Cristo Ascendido da los dones del Espíritu para edificar la Iglesia.
Citando el Sal 68 en Ef 4:7 -16, Pablo dice que el Cristo victorioso y ascendido dará
dones a su pueblo. En este pasaje habla de los dones fundacionales de los apóstoles y
profetas (que sabemos que son los fundamentos de la iglesia a partir de Ef 2:20), y de
los dones continuos de pastores-maestros.
Estos y otros dones son dados a su Iglesia por Cristo a través del ministerio del Espíritu
Santo. Otros pasajes que se refieren a tales dones espirituales incluyen 1 Co 12:4 -11, 1
Co 14, y Ro 12:3-8. Los cristianos no siempre han estado de acuerdo sobre lo que
significa cada uno de estos dones o sobre si debemos esperar o no que un don particular
esté en evidencia hoy en la Iglesia de Cristo.
El Espíritu Santo y nuestros anhelos y oraciones
En conclusión, es importante mantener las verdades centrales del Espíritu Santo en el
centro de nuestros pensamientos y oraciones. Él vive en nuestros corazones para que
caminemos con Cristo y con el Padre en santidad y amor. Oremos para que la Iglesia de
Cristo sea llena de nuevo en cada generación por el Espíritu de santidad, que es el
Espíritu de Cristo.

18
EL DON DE PROFECÍA
Richard Blaylock
DEFINICIÓN
El don de profecía es un acto milagroso de comunicación inteligible, enraizado en la
revelación divina espontánea y empoderada por el Espíritu Santo, que resulta en
palabras que pueden atribuirse a todas y cada una de las Personas de la Deidad y que,
por lo tanto, deben ser recibidas por aquellos que las escuchan o leen como
absolutamente irrevocables y verdaderas. Los evangélicos no están de acuerdo en
cuanto a si este don se limita a la era de la fundación de la iglesia cristiana o si está
operativo en la iglesia en la actualidad.
SUMARIO
El don de profecía sigue siendo controversial entre las iglesias evangélicas, en lo que se
refiere a la naturaleza y la duración del don. El Antiguo Testamento considera la
profecía como un acto de comunicación inteligible que conlleva la autoridad divina,
aunque también permite la posibilidad de falsos profetas. El Nuevo Testamento tiene
una notable continuidad con el Antiguo Testamento con respecto a la profecía y los
autores del Nuevo Testamento consideran que los mensajes de los profetas son las
mismas palabras de Dios. Como tal, el Nuevo Testamento parece asumir que las
profecías genuinas siempre justificaron total confianza y obediencia. Sin embargo, el
NT espera claramente que el don de profecía se elimine en algún momento. Por un
lado, los continuistas creen que el don seguirá funcionando hasta la segunda venida de
Cristo. Por otro lado, los cesacionistas creen que el don estaba ligado a la autoridad de
los líderes fundadores de la iglesia primitiva y, por lo tanto, dejó de funcionar en la
iglesia hoy.
Tanto la naturaleza como la duración de la profecía siguen siendo temas controversiales
entre los evangélicos. Es decir, no existe consenso con respecto a (1) qué estaban
haciendo los profetas cuando profetizaban y (2) si el don de profecía permanece activo
o no a lo largo de la era de la iglesia. Es poco probable que este debate se resuelva
pronto; por lo tanto, este artículo tiene como objetivo explorar brevemente tanto la
naturaleza como la duración de la profecía desde una perspectiva cesacionista.
Los estudiosos continúan debatiendo la naturaleza de la profecía. Algunos describen la
profecía como el don de interpretación inspirada de las Escrituras; mientras que otros
afirman que se refiere al acto de predicar. Hoy en día, una posición popular define la
profecía como el acto de declarar en un lenguaje humano falible lo que Dios ha traído a
la mente. Si bien cada una de estas propuestas ha sido defendida con habilidad, ninguna
resume de forma adecuada la enseñanza bíblica sobre la esencia de la actividad
profética.
Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento, un profeta era un hombre o una mujer llamado por Dios para
comunicar sus palabras a su pueblo. Dado que Israel no podía soportar escuchar la voz
19
del Señor de forma directa (Éx 20:18-19), Dios estableció el oficio profético como una
respuesta a su solicitud de que la palabra divina les llegara a través de la mediación
humana (Dt 18:16-18). Como tal, mientras que los profetas del AT tenían funciones
secundarias (como la intercesión; Ver Gn 20:7; Éx 32:30–31; Nm 14:17–19; 1 S
12:23; 1 R 13:6; Jr 27:18, 37:3), su función principal era actuar como portavoces en
nombre del Señor. Este papel está bien ilustrado por la tarea que se le dio a Aarón en
Éx 7. Dios asignó a Aarón para que fuera el profeta de Moisés; como tal, Aarón debía
comunicarle al faraón lo que Moisés le había transmitido. Así como Aarón fue llamado
a hablar las palabras de Moisés a Faraón, así los profetas fueron llamados por Dios para
hablar solo su palabra a su pueblo (Dt 18:18-20).
Dada esta descripción, no debería sorprendernos que el AT describa la profecía como
un acto de comunicación inteligible. Así, por ejemplo, cuando Dios ordenó a los
profetas que profetizaran, se les dijo que proclamaran las palabras que el Señor les había
dado (ver Jr 19:14-15, 25:30a, 26:12; Ez 3:17, 6:2b, 11:4-12, 13:2b, 20:46-
48; 21:2b; Am 7:14-17). Además, cuando reciben su comisión profética, a los profetas
se les ordena que tomen las palabras de Dios y las anuncien a su pueblo (ver Is 6:8-9; Jr
1:4-8; Ez 2:8-3:4). Además, los que se opusieron a los profetas, lo hicieron porque
escucharon las palabras de sus profecías (Jr 20:1-2, 26:7-11, 26:20-23; Am 7:10). De
hecho, incluso la actividad “profética” de los falsos profetas involucró comunicación
verbal (Dt 13:2, 18:20-22; 1 R 22:10-12; Jr 23:16). Si bien los profetas ocasionalmente
empleaban actos de señales (Is 20:1-3; Ez 4: 1-13, 5:1-6, 24:15-24; Os 1:2), incluso
estos fueron acompañados por palabras divinas para revelar su significado. Por lo tanto,
parece mejor entender la profecía del AT para referirse a la comunicación de las
palabras de Dios en forma hablada o escrita.
Además de ser actos comunicativos, las profecías genuinas del AT siempre tenían
autoridad divina. Los que profetizaron lo hicieron mediante el poder del Espíritu de
Dios (Nm 11:24-29; Jl 2:28; 2 P 1:20-21) y hablaron las mismas palabras que Dios
había puesto en sus bocas. (Dt 18:18; 1 R 22:14; Jr 1:7-10; Ez 3:4, 3:10-11, 3:17).
Como resultado, las profecías genuinas no eran meras palabras humanas, sino las
mismas palabras de Dios. Es por eso que los profetas con frecuencia presentaban sus
discursos (o sus libros) con declaraciones como “así dice el Señor”, “un oráculo del
Señor” o “escuchen la palabra del Señor”. Además, debido a que la verdadera profecía
en el AT se refería a la comunicación de las palabras de Dios con el poder del Espíritu,
se esperaba que aquellos a quienes los profetas de Dios se dirigieran recibieran sus
mensajes con reverencia y confianza (Dt 18:15). Negarse a prestar atención a las
palabras de los profetas equivalía a despreciar la propia palabra de Dios; por lo tanto,
aquellos que no prestaron atención a los profetas de YHWH estaban sujetos al juicio
divino (Dt 18:19; 1 R 13:4, 20:35-36; 2 R 17:13a; Is 30:8-14; Jr 29:17-19, 35:15-
17, 36:27-31; 43:9-22, 44:4-6; Zac 1:4).
Debe notarse, sin embargo, que no todos los eruditos conciben la profecía del Antiguo
Testamento como completamente autoritativa. Por el contrario, algunos creen que la
profecía en el AT era un fenómeno mixto; como tal, incluso la profecía genuina podía
contener errores y no siempre garantizaba una obediencia absoluta. Algunos apelan
20
a Nm 12:6-8, afirmando que el texto distingue entre profecía infalible y profecía falible.
Otros afirman que el “grupo de profetas” en 1 S 10:5-10 y 19:20 debe entenderse como
miembros de la clase falible de profetas. Otros más argumentan que los profetas cuyas
palabras nunca se registran en las Escrituras deben considerarse como profetizados con
menos autoridad. Sin embargo, tras el análisis, uno encuentra que la base exegética de
esta perspectiva es, en el mejor de los casos, limitada. Con respecto a Nm 12, no es del
todo evidente que el pasaje tenga dos tipos de profecía en perspectiva; en cambio, el
texto simplemente distingue a Moisés de todos los demás profetas. Además, dado que
Dios se reveló a los profetas canónicos a través de visiones, uno no puede leer Nm
12:6 como una referencia a la profecía falible sin también poner en duda su autoridad
(Ver Is 1:1, 2:1, 6:1-7 ; Jr 1:11-14, Ez 1:1, 8:3, 40:2; Am 1:1-2, 7:1-9, 8:1-3, 9:1b; Abd
1:1; Mi 1:1; Hab 1:1; Zac 1:7-11, 2:1-5, 3:1b, 4:1b, 5:1b, 6:1b). De manera similar,
textos como 1 S 10 y 19 simplemente no abordan el tema de la autoridad profética. De
hecho, los pasajes que hacen referencia a estos grupos proféticos dicen muy poco sobre
ellos; por lo tanto, uno debe recurrir a un argumento desde el silencio si quiere ver estos
textos como evidencia de una profecía falible. Por último, aquellos que abogan por una
profecía menos autorizada sobre la base de la exclusión del canon confunden
erróneamente autoridad con canonicidad. Si bien los dos conceptos están relacionados,
no son idénticos: las palabras proféticas que no fueron registradas para la posteridad
podrían muy bien haber sido completamente autorizadas para sus audiencias originales.
Si bien el AT considera mucho la autoridad de los verdaderos profetas, también
reconoce la realidad de los falsos profetas. Fundamentalmente, un falso profeta era
alguien que reclamaba la aprobación divina para sus palabras, aunque ni él ni su mensaje
habían sido comisionados por YHWH (Dt 18:20; Jr 14:14, 23:21-22, 28:15, 29:8-9).
Según el Antiguo Testamento, Dios mismo permitió la presencia de falsos profetas para
probar la fidelidad de su pueblo (Dt 13:1-3) o para traer juicio sobre ellos (1 R 22:19-
23; Ez 14:9). Las Escrituras describen a esos falsos profetas hablando de su propia
imaginación en lugar de hacerlo por inspiración divina (Jr 23:16; Ez 13:2-3). Al mismo
tiempo, ciertos pasajes también revelan que los espíritus malignos son la fuente de falsas
profecías (1 R 22: 19-23). Ya en el libro de Deuteronomio, Dios le había dicho a Israel
cómo debían reconocer y tratar con los falsos profetas. Por ejemplo, Israel iba a rechazar
a cualquier supuesto profeta que los llamara a seguir a otros dioses; además, tal hombre
o mujer debía ser ejecutado por incitar a la rebelión contra el Señor (Dt 13:1-3). Además,
Israel podía distinguir los profetas verdaderos de los falsos al prestar atención a si sus
predicciones se cumplían o no (Dt. 18:22; 1 R 22:28; Jr 28:9). Los profetas que
resultaron ilegítimos por predicciones erróneas también serían condenados a muerte
porque habían hablado presuntuosamente en el nombre del Señor (Dt 18:20-22; Jr
28:15-17).
Nuevo Testamento
Un examen de los datos del NT con respecto a la profecía revela una continuidad
significativa con el cuadro pintado por el AT. En primer lugar, el NT también trata la
profecía como un acto de comunicación inteligible. Por ejemplo, los evangelios
sinópticos se refieren a las palabras de Isaías como un ejemplo de profecía (Mt
21
13:14, 15:7; Mr 7:6). El discurso de Zacarías se llama profecía en el libro de Lucas
(1:67-79). Aunque incorpora un acto de señal, Agabo usa palabras cuando le entrega su
profecía a Pablo (Hch 21:11). Pablo describe de forma explícita la profecía como un
acto comunicativo cuando dice: “El que profetiza habla a los hombres” (1 Co 14:3). Lo
que es más importante, todo el libro del Apocalipsis se presenta a sí mismo como una
profecía (Ap 1:3, 22:18-19).
Como el AT, el NT también describe la profecía como divinamente inspirada. Los
evangelios sinópticos, junto con el libro de los Hechos, asocian a los profetas con
actividades milagrosas (Mt 7:22; Mr 6:14-15; Lc 7:12-16, 24:19); Además, Lucas
describe la profecía en sí misma como dada con poder por el Espíritu Santo (Lc
1:67; Hch 2:16-17, 19:6). De hecho, llega a afirmar que, al profetizar, los profetas
estaban hablando las mismas palabras del Espíritu Santo (Hch 13:1-2; 21:11). Pablo
comparte convicciones similares al vincular la profecía con la revelación divina (1 Co
13:2, 14:29-30) y ve la profecía como una manifestación del poder del Espíritu Santo
(1 Co 12:7-11; cf. 14:1; 1 Ts 4:19-20). Aunque Pedro no aborda el tema en abundancia,
sí afirma que el Espíritu Santo mismo inspiró y supervisó las mismas palabras de los
profetas (1 P. 1:10-11; 2 P 1:20-21). Por último, Juan también hace puntos similares
con respecto a la profecía cuando describe la naturaleza profética del libro de
Apocalipsis. Señala que el mensaje del libro le llegó a través de la revelación divina
cuando estaba “en el Espíritu” (Ap 1:1, 1:10). Pero Juan enfatiza la calidad trinitaria de
la profecía más que sus contemporáneos apostólicos. Así, el libro de Apocalipsis es
simultáneamente su mensaje (1:4), “la palabra de Dios” (1:2), “el testimonio de
Jesucristo” (1:2; cf. 19:10) y “lo que el Espíritu Santo dice a las iglesias” (2:11, y otros).
Conclusión
Este breve estudio demuestra que tanto el NT como el AT consideran que la verdadera
profecía proviene de Dios. Además, el NT de manera similar considera que los mensajes
de los profetas son las mismas palabras de Dios. Como tal, el Nuevo Testamento parece
asumir que las profecías genuinas siempre merecían total confianza y obediencia. Si
bien algunos discuten este punto, el material bíblico proporciona una fuerte evidencia
en esta dirección. Primero, el libro de Apocalipsis en sí mismo es un testimonio de la
naturaleza autorizada de la profecía del Nuevo Testamento. En segundo lugar, dado que
Joel probablemente tenía en mente una profecía infalible, la afirmación apostólica de
que la promesa de Jl 2:28-29 se ha cumplido enérgicamente implica que los profetas del
NT ministraron con plena autoridad divina. En tercer lugar, los otros ejemplos explícitos
de profecía en el NT también se caracterizan por ser completamente autorizados y
dignos de confianza (ver Hch 11:28, 13:1-2, Hechos 21:11). Por último, este retrato de
la profecía del NT es sugerido por el hecho de que los profetas del NT sirvieron
juntamente con los apóstoles como el fundamento de la iglesia (cf. Ef 2:20).
Ahora estamos en condiciones de responder a la pregunta: “¿Qué tipo de actividad fue
la profecía?” Una descripción general de los datos bíblicos conduce a la siguiente
definición: la profecía se puede definir como (1) un acto milagroso de comunicación
inteligible, (2) arraigado en la revelación divina espontánea y (3) entregado con poder
por el Espíritu Santo, que (4) resulta en palabras que pueden atribuirse a todas y cada
22
una de las personas de la Deidad y que, por lo tanto, (5) deben ser recibidas por quienes
las escuchan o leen como absolutamente irrevocables y verdaderas. Esto nos lleva a la
segunda pregunta: ¿debemos esperar que el don de profecía continúe operando en
nuestras iglesias hoy?
El NT claramente espera que el don de profecía se elimine en algún momento. Sin
embargo, los cristianos no están de acuerdo con respecto a cuándo se debe esperar que
cese la profecía. Los continuistas sostienen que el don de profecía continuará
entregándose a la iglesia hasta que Cristo regrese. La mayoría de los que adoptan esta
posición lo hacen sobre la base de 1 Co 13:8-13, donde Pablo declara que “cuando
venga lo perfecto, lo incompleto se acabará” (NBLA). Los continuistas entienden que
“lo perfecto” se refiere a la segunda venida de Cristo; por lo tanto, argumentan que solo
cuando Cristo regrese, la profecía (que está incluida en “lo incompleto”) será eliminada.
Si bien esta es ciertamente una lectura posible, los cesacionistas no están convencidos
de que el pasaje aborde específicamente la duración temporal de la profecía. Una mirada
al texto revela que no especifica que todo lo “incompleto” será eliminado
simultáneamente. Es decir, 1 Co 13 deja abierta la posibilidad de que algunos de estos
dones “incompletos” caduquen antes que otros. Por lo tanto, estos versículos no
necesariamente enseñan que el don de profecía en sí mismo desaparecerá cuando Cristo
regrese. Además, los cesacionistas argumentan que Ef 2:19-20 es más relevante para la
pregunta en cuestión que 1 Co 13. En el pasaje anterior, Pablo afirma que los profetas
y los apóstoles desempeñaron un papel fundamental en el establecimiento de la iglesia
de Dios. Dado que la iglesia, de hecho, ya se ha establecido y dado que el oficio
apostólico ha sido eliminado, los cesacionistas argumentarían que el don de profecía
tampoco es operativo en la vida de la iglesia.

23
LOS DONES MILAGROSOS Y EL ASUNTO
DEL CESACIONISMO
Thomas Schreiner
DEFINICIÓN
Los dones milagrosos del Espíritu, incluidos el apostolado, la profecía, las lenguas, las
sanidades, y los milagros, sirvieron para validar el mensaje acerca de Jesús durante los
primeros días de la Iglesia, pero ahora que el fundamento apostólico está echado y el
canon de la revelación bíblica está completo, los dones milagrosos no caracterizan el
funcionamiento normal y esperado del cuerpo de la Iglesia hoy.
SUMARIO
Los dones milagrosos del Espíritu, incluidos el apostolado, la profecía, las lenguas, las
sanidades, y los milagros, sirvieron para validar el mensaje acerca de Jesús durante los
primeros días de la Iglesia. Estos dones están relacionados con el canon de las Escrituras
en el sentido de que todos son dones reveladores de parte de Dios. Si bien las sanidades
y los milagros sirvieron simplemente para testificar de la autoridad de los mensajes
apostólicos, el contenido de los dones de profecía y de lenguas interpretadas
proporcionó la revelación y la guía necesarias para la iglesia primitiva. El hecho de que
el Nuevo Testamento nunca nos dé motivos para suponer que la verdadera profecía es
un error, la coloca firmemente en el mismo lugar de autoridad que la Escritura. Ahora
que el fundamento apostólico se establece y se transmite a la iglesia en el canon
completo de las Escrituras, los dones milagrosos ya no caracterizan el funcionamiento
normal y esperado de la iglesia, y la profecía ya no es necesaria para la revelación. Sin
embargo, esto no es para descartar que Dios en su soberanía conceda tales señales y
maravillas en empresas misioneras de vanguardia en la actualidad o para negar que Dios
todavía obra milagros.
Los evangélicos discuten si los dones milagrosos de la era apostólica continúan hoy (lo
que se llama, continuismo) o si han cesado (lo que se llama, cesacionismo).
Pentecostales y carismáticos abogan por la continuación de los dones, y esta posición
ha sido defendida especialmente desde principios de 1900 con la llegada del
pentecostalismo, y ha sido promovida por carismáticos de la segunda y tercera ola.
Argumentaré aquí que los dones milagrosos han cesado, y los dones que especialmente
tengo en mente son el apostolado, la profecía, las lenguas, la sanación, y los milagros,
aunque aquí no diré mucho sobre el don de lenguas.
Historia redentora
Los dones milagrosos han cesado debido a que estos desempeñaron un papel particular
en la historia redentora al acreditar el ministerio, la muerte, y la resurrección de
Jesucristo (Hch 2:22; He 2:4).
Los apóstoles y aquellos estrechamente asociados con ellos realizaron “señales y
prodigios” y milagros para confirmar el evangelio que proclamaban (Hch
24
2:43; 4:30; 5:12; 6:8; 14:3; 15:12; Ro 15:19; 2 Co 12:12). No estoy negando que Dios
en su soberanía pueda decidir otorgar tales señales y maravillas en viajes misioneros de
vanguardia hoy (ni es el argumento de que Dios nunca hace milagros hoy), pero tal
situación es fuera de lo común. Era vital en la primera generación que el ministerio de
Cristo y la palabra apostólica fueran verificados y confirmados. La iglesia está
“edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas” (Ef 2:20). El fundamento
de la iglesia ha sido establecido de una vez y por todas y, por lo tanto, ya no hay profetas
y apóstoles que funcionen como mensajeros autorizados. Como dice la epístola de Judas
(v. 3), “la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos”. Leemos en la
epístola a los Hebreos que “en estos últimos días… nos ha hablado por Su Hijo” (He
1:2). La palabra final y definitiva ha sido declarada, y por lo tanto no hay necesidad de
apóstoles, profetas, y lenguas, ni necesitamos señales, prodigios, y milagros para
acreditar el mensaje.
El canon de las Escrituras
Podemos decirlo de otra manera: el canon de las Escrituras ya está cerrado. Como
creyentes tenemos la Palabra final y definitiva de Dios en los veintisiete libros de las
Escrituras del Nuevo Testamento (NT). Nunca se agregarán nuevos libros al canon, y
no se dará ninguna nueva revelación hasta el final de la historia. Esperamos el próximo
gran evento en la historia redentora: la venida de Jesucristo para consumar el reino. Ya
que tenemos todo lo que necesitamos para conocer como creyentes sobre nuestra
salvación y santificación en las Escrituras, no se necesitan apóstoles ni profetas para
declarar la voluntad de Dios para nosotros.
No estoy argumentando que 1 Corintios 13:8-12 enseña que los dones cesarán con el
cierre del canon. Estoy presentando un argumento desde la historia redentora. Cuando
examinamos 1 Corintios 13:8-12, “lo perfecto” es claramente la segunda venida de
Cristo. Los continuistas apuntan a estos versículos para argumentar que los dones
continuarán hasta la segunda venida de Cristo. Tal lectura es, por supuesto, posible. ¡No
habría un debate si el asunto fuera simple! Sin embargo, 1 Corintios 13:8-12 no exige
que los dones permanezcan hasta la segunda venida. No deberíamos sorprendernos de
que no tengamos ninguna enseñanza directa sobre la cesación de los dones. La
instrucción sobre el cese de los dones no se aplicaría a los corintios ni a Pablo, ya que
vivieron en el período de tiempo en que todos los dones estaban activos. El Señor les
habló en el período y las circunstancias en que vivieron. De manera similar, creemos en
un canon de las Escrituras, pero el NT no dice nada explícitamente acerca de dicho
canon, ya que no significaría nada para la primera generación de cristianos.
Argumento desde el apostolado y la profecía
Fue señalado anteriormente que la iglesia está “está edificada sobre el fundamento de
los apóstoles y profetas” (Ef 2:20). No hay sucesión apostólica en el NT y, por lo tanto,
el don del apostolado ha cesado. Cuando el apóstol Santiago es condenado a muerte
en Hechos 12:2, no es reemplazado como apóstol. Pablo es el “último” apóstol de
Jesucristo (1 Co 15:8), y no ha habido apóstoles desde Pablo. Los apóstoles fueron
necesarios en la primera generación para testificar de Jesucristo, dado que el
25
movimiento cristiano era nuevo. Ahora que se han sentado los cimientos, los días de los
apóstoles han terminado. Tenemos la fe que se nos ha transmitido de una vez y por
todas, como se mencionó anteriormente (Jd 3; He 1:2).
Es instructivo que la iglesia está edificada sobre los apóstoles y profetas. Los profetas
que Pablo tiene en mente en Efesios 2:20 son claramente profetas del NT (véase Ef 3:5).
Tanto los apóstoles como los profetas sentaron la base para la iglesia, y desde que se
estableció el fundamento, no hay profetas que hablen la palabra autoritaria de Dios hoy.
Consideramos el canon de las Escrituras como nuestra autoridad final y única.
No hay errores en la profecía del NT
Algunos no están de acuerdo con el argumento sobre el cese de la profecía, afirmando
que la profecía del NT todavía existe en la actualidad. Argumentan que las palabras de
los profetas del NT están mezcladas con error y, por lo tanto, el don de la profecía
todavía existe actualmente y no es inherentemente autoritario e infalible. Dos
argumentos que apoyan la idea de que hay errores en la profecía serán mencionados
aquí. Primero, los que piensan que los profetas pueden equivocarse dicen que se alienta
a los creyentes a que evalúen las profecías en busca de errores, y no juzgan la
autenticidad de los profetas. Segundo, Agabo sirve como ejemplo de un profeta que
cometió un error cuando dijo que los judíos atarían a Pablo y lo entregarían a los
romanos (Hch 21:11), pero eso no fue lo que ocurrió. En lugar de esto, los judíos trataron
de matar a Pablo, y los romanos lo rescataron de sus manos (Hch 21:31-36).
Sin embargo, hay buenas razones para dudar de que la noción de que la profecía está
mezclada con errores sea errónea y, por lo tanto, no hay base para ver el don de profecía
como presente hoy.
En primer lugar, la carga de la prueba recae en aquellos que dicen que la profecía del
NT difiere de la profecía del Antiguo Testamento (AT). Vemos en Deuteronomio
18 que la marca de los verdaderos profetas es que sus profecías se cumplen. Si sus
profecías contienen errores, deben ser rechazados como falsos profetas. Jeremías dice
que los falsos profetas profetizan “mentira en Mi nombre” y “visiones falsas” (Jr 14:14).
Ezequiel condena a los profetas “que ven visiones falsas y hablan adivinaciones
mentirosas” (Ez 13:9). Es claro, entonces, que la profecía del AT era infalible e
impecable, y la conclusión más natural es que lo mismo se aplica a la profecía del NT.
En segundo lugar, aquellos que apoyan la idea de que las profecías del NT están
mezcladas con error, ya sea en la recepción o transmisión de las profecías, dicen que
en 1 Tesalonicenses 5:19-20 y 1 Corintios 14:29 son las profecías las que se juzgan, no
los profetas. Los profetas, según esta lectura, no están excluidos como falsos profetas si
se equivocan. Se examinan las profecías y se rechazan los errores en la profecía, no los
profetas mismos. Este intento de distinguir a la profecía en el NT de la profecía del AT,
no es convincente debido a que la única manera de determinar si alguien es un verdadero
profeta, tanto en el AT como en el NT, es mediante la evaluación de sus profecías. El
estándar en el AT y el NT es el mismo. Pablo le dice a la iglesia que examine las
profecías porque la iglesia distinguía entre verdaderos y falsos profetas por medio de la
evaluación de sus profecías.
26
En tercer lugar, Jesús advierte sobre el peligro de los “falsos profetas, que vienen a
ustedes con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mt 7:15). Él nos
advierte que “se levantarán muchos falsos profetas, y a muchos engañarán” (Mt 24:11).
Pedro exhorta a la iglesia a estar en guardia contra los “falsos profetas” y “falsos
maestros” (2 Pe 2:1). Juan nos dice que no “creamos a todo espíritu”, sino que
“probemos los espíritus para ver si son de Dios” (1 Jn 4:1). La iglesia tiene que discernir
qué es falso y qué es verdadero, y tal actividad es crucial debido a que hubo, como nos
dice Juan, muchos falsos profetas en el mundo. Si los profetas del NT cometen errores,
entonces discernir quiénes son los falsos profetas se hace imposible.
Cuarto, no tenemos un ejemplo fiable en el NT de verdaderos profetas que cometan
errores. Cuando Agabo profetiza que habrá una hambruna en Hechos 11, su profecía se
cumple. De la misma manera, la profecía de Agabo sobre Pablo siendo atado y
entregado a los romanos en Hechos 21:11 no estaba equivocada. Quienes ven errores
en las profecías del NT dicen que los acontecimientos no se produjeron como lo
profetizó Agabo, debido a que Pablo fue rescatado de los judíos y no entregado por
ellos. Pero cuando Pablo le cuenta a los judíos en Jerusalén lo que le sucedió en Roma,
utiliza la misma palabra “entregado” (Hch 28:17, paradothēn de paradidōmi) que
Agabo utilizó al hacer la profecía (Hch 21:11). Podemos concluir de esto que Lucas
creía que Agabo no estaba equivocado.
Agabo demuestra que él es un profeta, al utilizar simbolismo profético, lo cual era típico
de los profetas del AT, cuando toma el cinturón de Pablo y le ata las manos y los pies.
La autenticidad de Agabo como profeta también se confirma por medio de la fórmula
profética que usa, cuando declara: “Así dice el Espíritu Santo”. La palabra traducida
“así” es usada cientos de veces en el AT para las palabras autoritarias de los profetas.
Lucas utiliza esta fórmula para subrayar que Agabo habla por el Espíritu Santo, tal como
lo hicieron los profetas del AT.
Quizás el texto más difícil para aquellos que piensan que la profecía en el NT es infalible
es Hechos 21:4 y 21:12–13. Los amigos de Pablo le dicen que no vaya a Jerusalén “por
el Espíritu”, ya que se predice que tendrá sufrimiento allí, pero Pablo insiste en ir a
Jerusalén y afirma que él es guiado por el Espíritu en su decisión (Hch 19:21-22).
Aquellos que piensan que la profecía del NT está mezclada con error dicen que aquí
tenemos un claro ejemplo de un error en profecía. Esta interpretación es ciertamente
posible. Pero otra lectura de la evidencia es más convincente, y esta lectura apoya la
idea de que las profecías del NT son infalibles.
En Hechos 21:4 la profecía es correcta (Pablo sufriría), pero la inferencia extraída de la
profecía (Pablo no debe ir a Jerusalén) está equivocada. La inferencia extraída de la
profecía no era parte de la profecía misma. Por lo tanto, la profecía de que Pablo
enfrentaría el sufrimiento en Jerusalén fue precisa e inspirada por el Espíritu; la
conclusión que la gente sacó de la profecía, que Pablo no debería viajar a Jerusalén, era
errónea. No provenía del Espíritu. No era el propósito de Lucas ser preciso acerca de la
naturaleza de la profecía aquí, y asumió que sus lectores se darían cuenta de que la
profecía nunca está en el error. Debemos darnos cuenta de que el propósito de la historia

27
no fue reflexionar sobre la naturaleza de la profecía. No podemos exigir más allá de lo
que se explica.
Resumiendo
Los dones milagrosos han cesado debido a que atestiguan el ministerio, la muerte, y la
resurrección de Jesucristo. El fundamento de la iglesia está establecido y ahora se
conserva en las Escrituras, el canon del AT y el NT. No esperamos ninguna nueva
revelación. No hemos hablado mucho aquí sobre el don de lenguas, pero la evidencia
en el NT es que el don de lenguas es hablar en idiomas extranjeros, no en expresiones
eufóricas. No tenemos evidencia de que las personas reciban tal regalo hoy en día, y las
lenguas interpretadas parecen ser equivalentes a la profecía (1 Co 14:1-5). Tenemos
pruebas firmes de que los dones del apostolado y la profecía han terminado, y por lo
tanto una posición cesacionista es más creíble.

28
CESACIONISMO: UNA DEFENSA
ESQUEMÁTICA
Stuart Villalobos T.
INTRODUCCIÓN Y PANORÁMA
Creemos que una posición consistente de la Sola Scriptura incluye el Cesacionismo.
Reconocemos que la Biblia es la autoridad última de toda información y que ella es la
revelación (autoritativa) final de Dios. La Escritura, vista en su totalidad, enseña que el
Espíritu, según su soberanía, prefirió enmarcar su actividad y estructurarla según los
padrones revelados (La biblia, 66 libros). Esos padrones, y no otras “revelaciones”,
deben ser el enfoque y modelo de las expectativas de la iglesia hoy. Entendemos que
los dones de revelación autoritativa e imperativa encarnados en los órganos de
revelación (Visiones, sueños, audiciones, éxtasis, apostolado, profeta, lenguas y
traductor de lenguas) – tan prominentes en la vida de la iglesia del primer siglo –
desaparecieron de la vida de la iglesia cuando se completó el canon escrito. Por tanto
los dones de confirmación de la revelación, como el don de sanidad y de hacer milagros
también han cesado, no estamos señalando que Dios no sane o ya no haga cosas
portentosas o tan difíciles que nosotros automáticamente exclamemos ¡milagro! Sino
que, en cuanto a la sanidad, afirmamos que Dios puede sanar por medio de la oración
de su pueblo y que no está limitado a una persona “portadora del don” y en cuanto a los
Milagros que fueron eventos súper naturales para confirmar el mensaje, al no haber más
mensaje para confirmar no ocurren el día de hoy; Dios sigue haciendo cosas
sobrenaturales pero no toda acción sobrenatural de Dios en el mundo es lo que se conoce
como Milagro. Así mismo han cesado los dones de soporte de los dones de
confirmación de la revelación (por ejemplo el don de fe, don de discernimiento etc.).
Cualquier tipo de “guía” externa a la que el cristiano sea susceptible no es atribuible a
estos dones ni se les puede atribuir autoridad ni imperiosidad a la vida del creyente sino
que siendo posibles por la providencia divina son dignas de reflexión. Una vez
finalizada la compilación de la biblia acabo la necesidad de dichos dones, quedando
solo los dones de edificación. Veamos un esquema argumentativo de esto:
EL ARGUMENTO EN FORMA DE CASCADA36
El argumento en forma de cascada puede resumirse así:
1) No hay apóstoles de Cristo en la tierra hoy.
2) Porque no hay apóstoles de Cristo, no hay profetas.
3) Porque no hay profetas, no hay hablantes de lenguas.
4) En vista de 1-3, no hay dones que provean, confirmen o tengan la misma autoridad
que la palabra escrita de Dios hoy en día.

36
https://www.aomin.org/aoblog/2013/11/11/waldrons-cascade-argument/ con muchas modificaciones y
añadidos
29
0. Primero veamos una pregunta introductoria ¿Qué es un Don Espiritual?
A. La palabra don (literalmente, “donativo”) aparece en relación con el servicio
espiritual sólo en Efesios 4:7–8. En otros textos (Romanos 12:4–8; 1 Corintios
12–14), Pablo les llama jarísmata (dones que son manifestaciones concretas de la
járis o gracia, el amor activo y creativo de Dios, 1 Corintios 12:4) a estos poderes
dados por Dios, y también pneumatiká (dones espirituales como demostraciones
concretas del poder del Espíritu Santo, el pnéuma de Dios, 1 Corintios 12:1).
B. Antes de entrar a las cuestiones debatidas con respecto a los jarísmata del Nuevo
Testamento, resaltemos seis certezas.
i. Un don espiritual es una capacidad para expresar, celebrar, manifestar, y de esa
manera comunicar a Cristo de alguna manera. Se nos dice que los dones son
para edificar a los cristianos y a las iglesias en conjunto. No obstante, sólo el
conocimiento de Dios en Cristo es el que edifica, de manera que cada jarísma
debe ser una capacidad dada por Cristo para manifestarlo y compartirlo de una
manera edificante (1 Pedro 4:11).
ii. Sin entrar aún al tema de que dones continúan y cuáles no, podemos clasificar
la actividad de los dones en dos tipos. Hay dones verbales y de ayuda práctica
(1 Pedro 4:10–11). Hay diferentes listas de Dones (Ro.12:6–8; 1 Co. 7:7; 12:8-
10,28; Ef.4:11) la lista de dones que hace Pablo alterna ambas categorías y
aunque hay que ver el propósito del listado en cada contexto, el hecho de que
se los alterne indica que no se debe menospreciar ningún don que se tenga.
iii. Los dones no son para edificación propia sino para edificar a otros (1 Pedro
4:10; 1Co 12:7; 1Co 14:12) Ningún don debe usarse o es dado para la auto
edificación, la forma en que nos edificamos es mientras edificamos a otros y
mientras otros nos edifican (Esdras 7:10) de ahí la mucha necesidad de ser parte
de una iglesia local. En 1Co 14:4 hallamos algo que pudiera poner en duda lo
que hemos dicho pero es necesario recordar que debemos notar la
intencionalidad o el tono de una frase en su contexto (por ejemplo de Mateo
23:32 pudiera pensarse que Cristo anima a los judíos a pecar pero no es así,
sino que es un reto irónico para que despierten de sus malas obras); Pablo ya
ha explicado el propósito de los dones y como se usan, sería muy extraño
animarlos a usar un don en el sentido opuesto, esto no es más que un reto
irónico para que despierten y noten que lo que ellos llamaban dones en muchos
casos no eran los verdaderos dones o no los estaban usando correctamente y se
arrepientan (otra ironía puede hallarse en 1 Co. 4:8).
iv. Los dones son permanentes (hasta el cumplimiento de propósito asignado).
Podemos ver esto con Balaam, Sanson o Saúl, que aunque en pecado
mantuvieron sus dones hasta finalizar su trabajo. Ahora ciertamente Balaam
seguía siendo profeta a pesar de sus malas intenciones pero Sansón perdió su
fuerza al perder el cabello, sí porque así estaba estipulado su don, y Saúl perdió
el reinado y los dones que recibió (1 Sam. 10:9,11; 19:24) pero Saúl debería
haber entregado el Reino a David cuando descubrió que él habría de ser Rey
así que “perdió” sus dones, principalmente, porque su propósito había
terminado, aunque los perdió de forma vergonzosa por su pecado. Vemos que
30
muchos dones en el A.T. eran temporales (aunque todos lo son en cierto
sentido) por las misiones temporales (dentro de un mismo lapso de vida) que
tenían pero en este Nuevo Pacto la misión dura toda nuestra vida (Mt. 28:19,20;
Hch 1:8) y aparte es un mejor pacto con mejores promesas (Heb. 8:6). Con
todo tanto en el A.T. como en el N.T “irrevocables son los dones y el
llamamiento de Dios” Rm 11:29.
v. Es importante recordar que los creyentes tienen dones pero no todo el que tiene
dones es creyente (como Judas). Como en el punto anterior con Saúl podemos
ver que aunque profetizara y se le diera habilidad para gobernar (fue mudado
su corazón) él no era un verdadero creyente. Podemos ver esto también en
Mateo 7:22-23 y en Hebreos 6:4,5. Ciertamente esta es una forma de
“participar” del Espíritu Santo aunque no salvíficamente (otro ejemplo es que
el E.S. actúa en los no creyentes convenciéndoles de pecado y llevándoles al
arrepentimiento y es resistido por ellos, el E.S. “obra” en ellos pero eso no
significa inmediatamente que son salvos, los puede iluminar y limpiar y no
salvarlos Mt. 12:43-45; Heb 6:4; 2 P. 2:22) y puede ser cierta la obra salvífica
del E.S. sin haber manifestación de dones (o así lo fue hasta pentecostés), los
creyentes (ciertamente creyentes) esperaban en pentecostés y entonces
recibieron poder y dones para predicar el evangelio.
vi. Y por último, después de pentecostés, no hay cristiano alguno que no tenga
algún don (1 Corintios 12:7; Efesios 4:7), y que todos tenemos la
responsabilidad de hallar, desarrollar y usar al máximo las capacidades de
servicio que Dios nos ha dado.
1. No hay Apóstoles de Cristo en la Tierra Hoy
A. Ser un apóstol de Cristo era en sí mismo un regalo para la iglesia, y el más
importante de los regalos. 1 Corintios 12:28-31; Efesios 4:8-11 - Cristo dio dones
a los hombres, entre ellos apóstoles.
B. Los apóstoles de Cristo hablaron autoritariamente por Jesucristo (1 Co. 14:37; Mt.
10:40).
C. El término "apóstol” como enviado de Cristo debe distinguirse del de los
misioneros, también conocidos como "apóstoles de las iglesias", que es un oficio
diferente. Sólo los "apóstoles de Cristo" ya no están entre nosotros. Pablo aparte
de apóstol de Cristo fue también apóstol de la Iglesia de Antioquia junto con
Bernabé Hch 13:13 cf. Hch 14:26; por eso pudieron ser llamados apóstoles Hch.
14:14 sin que Bernabé sea uno de los 12. Un Apóstol podía tener más de un cargo
como Pedro que también era Pastor (1 Ped. 5:1)
D. Para ser apóstol de Cristo, había cuatro señales distintivas:
i. Ser directamente designados por Cristo (Mr. 3:13-19; Lc. 6:12-16, Hch. 1:2,
10:41; Gal 1:1). Por eso se usó la suerte al tratar de designar uno en Hechos,
buscaban una aprobación no mediada por hombre en la elección.
ii. Testigos oculares físicos del Jesús Resucitado (Hch. 1:22; 10:39, 1 Co. 9:1)
iii. Ser reconocidos por otros apóstoles (Gal. 2:9; Hch 1:21)
iv. Podían confirmar su apostolado haciendo milagros (2 Co. 12:12; Hch. 5:12).

31
E. Hay seis razones por las que sabemos por la Escritura que el don del Apostolado
cesó:
i. Efesios 2:20 La iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas. La analogía implica que los apóstoles y profetas estaban confinados
al período fundacional de la historia de la iglesia.
ii. Apocalipsis 21:14 Nos dice que solo son 12 y que corresponden al cimiento de
la Iglesia.
iii. 1 Corintios 15:8 Pablo "el último de todos" fue el último en ver a Cristo
resucitado (después a nadie más 1 Pedro 1:8). Y puesto que ser un testigo
presencial físico de Cristo resucitado es una de las marcas de un apóstol, Pablo
es el último apóstol.
iv. Hechos 12:1-2 La biblia dice que Jacobo, hermano de Juan, también apóstol de
Jesucristo (Mt. 4:21,22) fue asesinado por el rey Herodes. Sin embargo, nunca
vemos que tuvieran la necesidad de reemplazarlo con otro apóstol como en su
momento sucedió con Judas. Era evidente que los demás apóstoles ya
entendían que el oficio apostólico era único e irrepetible y no tendría vigencia
después que ellos murieran.
v. Gálatas 2:7-9 Pablo (que se compara con Pedro) recibió la diestra de la
comunión de los 12 apóstoles, pero nadie puede hoy en día recibir aprobación
de ninguno de los apóstoles que Cristo eligió.
vi. Efesios 2:20 Este pasaje describe la forma del Nuevo Testamento como
"apóstoles y profetas". Si hubiera apóstoles hoy, el canon estaría abierto, ya
que esos apóstoles continuarían hablando y validando la palabra inspirada; y
por lo tanto se podría canonizar más libros. Pero los carismáticos (casi todos)
reconocen que el canon está cerrado, por lo tanto deben reconocer que el
apostolado también cesado.
Esto sugiere el cese de los dones milagrosos.
2. No hay profetas hoy en día
A. La cesación del apostolado crea la presunción o al menos la posibilidad de
cesación de otros dones pero no deja lugar a discusión sobre la cesación de la
profecía (Ef. 2:20). Pero ahondemos un poco más en esto.
B. Ser un profeta era en sí mismo un regalo para la iglesia (supeditado al del
apostolado). 1 Corintios 12:28-31 y Efesios 4:11.
C. La definición de Profeta en Dt. 13:1-5; 18:15-22 y Jeremías 14:13–15 nunca fue
rescindida, y esto requiere Infalibilidad en la profecía y no contrariedad con la
palabra Escrita.
D. Los profetas del NT como los Apóstoles eran para la etapa fundacional de la
iglesia del Nuevo Testamento. (Efesios 2:20)
E. Los textos del Nuevo Testamento que señalan que las profecías deben ser
evaluadas (1 Tes. 5:19-21; 1 Cor 14:29; 1 Juan 4:1) no dan a pie a pensar en
segundo tipo de profecía donde Dios revela algo a un hombre y este puede dar esa
revelación mesclada con error (2 Pedro 1:20) o bien debe revisarse cada mención

32
de la palabra profecía en su contexto pues también puede referirse o incluir la
predicación (como en 1 Tes. 5:20; 1 Cor. 13:2 y 14:3).
F. Así como la autoridad del AT se resume en "la palabra profética" (2 Pedro 1:19-
21) y su forma también se describe en una docena de referencias del Nuevo
Testamento a "la ley y los profetas" o "Moisés y los profetas", así también el canon
de toda la biblia se resume en Efesios 2:20 como "apóstoles y profetas" (Los
apóstoles como representativos del N.T. y los profetas del A.T. sin negar la
continuidad de los profetas tal como se ven en Efesios 3:5; 4:11 y 1 Corintios
12:28). Sí hubiera profetas aún entonces habrían o vendrían Apóstoles que los
validen y el canon aún estaría abierto. Ya no hay ni vendrán apóstoles y el canon
está cerrado.
3. No hay hablantes de Lengua hoy porque Lenguas era una forma de profecía.
A. En Hechos 2:16-18 el hablar en lenguas es explicado por referencia a Joel 2, donde
es descrito como profecía (y como una de las señales de poseer el E.S.) Vea
también Num. 12:6-8; Deut. 13:3,5 y Num. 11:29.
B. 1 Corintios 14:5 afirma la equivalencia de los dos dones, si las lenguas son
interpretadas.
C. Tanto en lenguas como en profecía, el orador está pronunciando misterios y
maravillas de Dios (en algún idioma humano), que se refieren a la revelación
profética, aunque en el caso particular de las lenguas haría referencia a una
alabanza como la de Simeón, María, Pedro, Isabel o Zacarías su esposo. (Hechos
2:11; 1 Corintios 13:2; 14:2, Apocalipsis 1:3; 1:20; 10:7).
D. Es notorio que las lenguas estaban supeditadas a la profecía y la profecía a la etapa
fundacional de la Iglesia hasta el cerrado del canon pero consideren también que
las lenguas estaban focalizadas como testimonio/Señal solo para el Pueblo de
Israel (1 Cor. 14:21-25).
E. Muchos teólogos proponen la destrucción del templo de Jerusalén como la fecha
del final de las lenguas. Ya que 1 Cor 13:8 usa una palabra diferente para las
lenguas que para la profecía y el conocimiento, que indica que acabara por sí
mismo. De un tarro de azúcar se dice que se acaba el azúcar hay una cierta
cantidad pero de alguien que corre se dice que cesa de correr, es una actividad que
va menguando. Y ya que era una señal especial, de abandono, para el pueblo
Judío, la destrucción del templo es un buen punto para su cesamiento pue fue la
seña final del abandono de Dios al pueblo étnico de Israel como su pueblo
especial. Así es posible que las lenguas cesaran antes que el don de profecía y el
de conocimiento. Antes de cerrarse el canon.
4. Hoy en día no hay Obradores de milagros ni sanadores.
A. La palabra milagro puede ser utilizada de tres maneras distintas.
i. La primera de ellas describe acontecimientos ordinarios, pero que nos causan
una fuerte impresión. Esta es la forma más ligera de usar la palabra. Por rutina
decimos que ocurrió un milagro cuando alguien que no juega bien mete un gol
en un partido de futbol, o se evita un accidente a último momento, o cuando
contemplamos la belleza de una puesta de sol o el nacimiento de un bebé. Al
33
hacerlo, estamos honrando a Dios por los detalles y la belleza de su creación
así como por sorprendernos con su providencia. Nos quedamos asombrados de
la majestad del cosmos al ver cómo Dios obra a través de los medios
secundarios de las leyes naturales, las que a su vez son creaciones de Dios. En
este sentido el término milagro se refiere a cosas ordinarias que apuntan a una
causa extraordinaria, el poder de Dios.
ii. La segunda forma es la de beneficios inexplicables para su pueblo como una
sanidad o algún otro evento que no tenga explicación científica (o al menos no
por el momento). Pero el reconocer que podría tener una explicación científica,
sin embargo, no hace que el acontecimiento sea menos “milagroso”. Este tipo
de milagros honra a Dios y a su manera de tejer el tapiz de la historia y del
cuidado especial de su pueblo, por lo tanto, debemos reconocer que el
acontecimiento ocurrió de manera milagrosa.
iii. En tercer lugar, los milagros se refieren a actos de Dios contrarios a la
naturaleza con el propósito de confirmar su revelación. Este es el uso más
técnico del término. Cuando Jesús convirtió el agua en vino o cuando levantó
a Lázaro de entre los muertos, Dios estaba actuando por encima de sus leyes
naturales para confirmar la autoridad de Cristo y su mensaje. No hay
explicación natural posible para estos acontecimientos. La Biblia utiliza varias
palabras para encerrar el concepto contenido en la palabra milagro “señales,
maravillas y prodigios”. En el sentido más restricto, identificamos los milagros
con la palabra bíblica señales. A los milagros se los llama señales porque como
cualquier señal, apuntan hacia algo que es distinto a ellas, algo que es más
significativo. Dios utilizó los milagros con sus agentes como prueba o
confirmación de la revelación divina (Hebreos 2:3–4). Dios le otorgó a Moisés
(Éxodo 4:1–9; 1 Reyes 17:21–24) la capacidad de hacer milagros para que esto
fuera la prueba de que Dios había enviado a Moisés. Del mismo modo, Dios
autenticó a su Hijo por medio de las señales que Él hizo (Juan 2:11). Los
milagros (señales) en el N.T. estában muy unidos al tiempo de Cristo y sus
apóstoles (Hch 2:4, 22, 43; 2 Co. 12:12; Hch. 5:12)
iv. En resumen: La Biblia registra distintos tipos de “milagros” en términos
generales aunque como don se refiere a los milagros como señales para
confirmar su revelación así que todos los milagros son acontecimientos
sobrenaturales, pero no todos los acontecimientos sobrenaturales son milagros.
(por favor busque en YouTube “¿Hay milagros hoy en día?” Por R.C. Sproul)
B. No se me mal entienda claro que puedes hablar de “milagros” o soñarte algo o etc
pero ya no sería por un obrar de un don para guiarte “sobrenaturalmente” sino por
medio de la providencia (primera o segunda forma de usar la palabra milagro),
por lo que tu sueño es digno de reflexión pero nunca exigirá obediencia (la
obediencia es solo a la palabra).
C. Podemos ver que el don de sanidad no sería algo que permanecería ya que frente
a la enfermedad la iglesia no es llamada a buscar a quien tenga el don de sanidad
sino a buscar su sanidad en oración directamente Santiago 5:14 (Similar a 2 Pedro
2: 1 respecto a don de Maestro-Pastor en contra posición del de Profeta).
34
D. El Argumento de la Cascada fue aumentando por un dilema en cuanto al primer
punto: si aceptan el primer punto, entonces son por lo menos cesacionistas en
alguna forma, ya que el primer y más grande don ya no existe; mientras que si los
carismáticos quieren afirmar que hay apóstoles vivos de Cristo hoy en día,
entonces están negando una enseñanza clara del Nuevo Testamento. Además, si
tales apóstoles o profetas existen hoy en día, entonces tienen la misma autoridad,
infalibilidad e inherencia que tenían los originales y sí hay tal tipo de revelación
y autoridad entonces el canon no está cerrado y la biblia no es completa para
llevarnos a la madures.
5. ¿Qué pasa con ciertos pasajes problemáticos?
A. 1 CORINTIOS 13:8-13:
i. Muchos, a pesar de toda la argumentación brindada, juzgan que 1 Corintios
13:8-13 enseña claramente que la profecía y las lenguas no cesarán hasta la
segunda venida de Cristo. Para ellos, este es un texto que por sí mismo resuelve
el asunto. ¿Pero este pasaje realmente implica su conclusión?
ii. Mire cuidadosamente a 1 Corintios 13:8-13. Observe que su principal objetivo
es comparar el conocimiento presente y futuro del creyente. El conocimiento
presente es parcial y oscuro (vss. 8-9), en contraste con el conocimiento pleno
y "cara a cara" que tendremos (vs. 12) con la llegada de la "perfección" o
conocimiento perfecto (vs. 10). Es casi seguro que esta "perfección" llegará
cuando Cristo regrese en poder y gloria. ¿Significa eso que estos dones no
cesarán hasta la Segunda Venida?
iii. Esa conclusión va más allá del objetivo de este texto. El acento de este texto
se pone en el carácter de nuestro conocimiento actual, en particular, en su
calidad parcial. Los medios particulares de ese conocimiento no son el punto.
Pablo tenía claramente una preocupación pastoral con el ejercicio apropiado
de profecía y lenguas en la iglesia en Corinto (capítulos 12-14). Por lo tanto,
es comprensible que las mencionara en este contexto. Sin embargo, no estaba
abordando la cuestión de cuándo cesarían. Más bien, estaba subrayando el
carácter parcial y opaco de todo nuestro conocimiento hasta que Cristo regrese.
Esto es cierto independientemente de los medios revelatorios por los que
llegue ese conocimiento (incluyendo, por implicación, incluso la sagrada
escritura). También es cierto independientemente de cuándo cesen esos
medios.
iv. Efesios 4:11-13 refuerza esta interpretación. El Cristo exaltado "constituyó a
unos apóstoles, a otros profetas... hasta que todos lleguemos a la unidad en la
fe... y seamos maduros [o, perfectos], alcanzando la medida de la plenitud de
Cristo". Es casi seguro que la "unidad" y la "plenitud" del versículo 13 es el
mismo estado de cosas que la "perfección" de 1 Corintios 13:10. Efesios 4:13
quizás se hace eco de 1 Corintios 13:10 también por su uso de la palabra
"perfecto" o "maduro". Esta es la situación que Cristo trae con su regreso.
Puesto que esto es así, si leemos Efesios 4 como los no-cesacionistas insisten
en que debemos leer 1 Corintios 13, nos quedamos con la inevitable conclusión
35
de que habrá apóstoles, hasta la segunda venida de Cristo. Muchos no-
cesacionistas rechazarían, con razón, esta conclusión.
v. Pero, ¿cómo pueden hacerlo coherentemente? En términos de dones, en
relación con el objetivo final a la vista, ¿en qué se diferencia este pasaje de 1
Corintios 13:8-13? Los no cesacionistas que reconocen correctamente que hoy
en día no hay apóstoles en el sentido de Efesios 2:20 y 4:11 no pueden tener
las dos cosas. Si estos pasajes enseñan que la profecía/los profetas y las lenguas
continúan hasta la Segunda Venida, entonces también enseñan que los
apóstoles también. Pero una comprensión más sana es simplemente reconocer
que estos pasajes ni siquiera tratan la cuestión de si la profecía o las lenguas (o
cualquier otro don) cesarán antes de la Segunda Venida. Lo dejan como una
pregunta abierta, para ser resuelta por otros pasajes.
B. 1 CORINTIOS 1:7
i. Así como con el texto anterior debemos tener en cuenta el contexto histórico
en el que esto se está diciendo, todos los dones aún estaban en funcionamiento,
el canon estaba en progreso; por lo que no es argumento alguno para que los
dones de revelación deban continuar en cada iglesia en el presente.
ii. Pero ciertamente algo debemos aprender de ese pasaje para nosotros, que así
como los corintios en su propio tiempo, Dios ha dotado a cada iglesia local
bien constituida todos los dones necesarios para continuar con su labor, no hay
ninguna iglesia “menos” dotada por el Señor sino que a ninguna le falta
“ningún don” para desarrollarse hasta la venida de nuestro Señor.
C. 1 CORINTIOS 14: 1, 5, 31
i. Una vez más el tiempo en el que se dijo debe ser considerado
ii. Note también como aunque el apostolado es contado y está encabezando los
dones dados a la iglesia (1Co 12:28) y se manda a la iglesia a buscar los
mejores dones (1Co 12:31) no se señala que el don del apostolado fuera
alcanzable sino el de profecía (1Co 14:1,5). Así que aún para procurar los
mejores donde hay que considerar el contexto en el se habla.
iii. Pablo ha dejado en claro que no todos lograran hacer lo mismo (1 Cor.
12:29,30) su deseo de “todos pudieran profetizar” es eso un buen deseo como
cuando dice que ojala todos fueran célibes como él (1 Corintios 7:7) eso no es
ninguna orden a que se queden célibes ni está diciendo que es posible que todos
se queden célibes.
iv. ¿Qué podemos aprender de estos textos hoy? Que debemos procurar los dones
que más edifiquen a la Iglesia de los que estén activos el día de hoy (Maestro,
ayuda, administración, exhortación… 1 Cor. 12:28; Rm. 12:6-8). Y que
debemos enfocar todo don que tengamos a la Iglesia local.
D. 1 CORINTIOS 14:39
i. Nuevamente debemos considerar el contexto histórico en el que es dicho. Así
no es una imposición para nosotros el día de hoy (una iglesia después de
cerrado el canon, como por ejemplo el uso del velo para los corintios cuando
ya hoy no se usa velo en nuestras sociedades por lo que deja de ser, también,
una necesidad para las mujeres cristianas, aunque no el principio subyacente).
36
ii. También es bueno considerar que en ninguna iglesia cesacionista se “impide”
(como que alguien intenta y le tapamos la boca) hablar en lenguas sino que
enseñando su correcto uso y propósito, sí alguno decía que tenía este don o
venía con esta errónea idea, cesa, curiosamente, por sí mismo.
iii. Debemos aprender de este pasaje que aunque debemos desear “los mejores
dones” es importante no menospreciar a los que no los tienen o que el don que
nos parezca más simple o poco útil (por ejemplo a alguna hermanita que con
su don de servicio acomode flores en la iglesia) no se debe prohibir o
desalentar en que ejercite ese don mientras se le anima a buscar y crecer en los
mejores dones.
E. MARCOS 16:17–18
i. Una vez más debemos notar el tiempo en el que fue dicho (el de la fundación
histórica de la iglesia). A parte sí se quiere usar como argumento de la
continuidad de todos los dones se estaría probando de más porque (de tener
que continuar) se requeriría que cada creyente verdadero pudiera hacer “todas”
o alguna de estas cosas necesariamente pues es una señal y sería contradictorio
pues de ser necesario que un creyente pudiera hacer todas estas cosas seria
opuesto a lo que Pablo enseña que no todos tienen el don de sanidad o de
lengua. Se entiende mejor como declarado para la etapa fundacional de la
iglesia y dispersado entre todos los creyentes sin necesidad de que todos
pudieran hacer alguna de estas cosas.
ii. Los dejo con el comentario de J.C.. Ryle al respecto:
“… En Hechos de los Apóstoles se encuentra el cumplimiento de la mayoría
de estas promesas.
La era de los milagros, sin duda, hace tiempo que pasó. Nunca se pretendió
que continuaran tras el establecimiento de la Iglesia. Solo al principio, cuando
las plantas se han sembrado, necesitan ser regadas y cuidadas cada día. Toda
la analogía de la relación de Dios con su Iglesia nos prohíbe esperar que los
milagros continúen siempre. En realidad, los milagros dejarían de serlo si
sucedieran regularmente sin parar o interrumpirse. Es bueno recordar esto.
Puede salvarnos de mucha confusión.
Pero, aunque la era de los milagros físicos haya pasado, podemos animarnos
con el pensamiento de que la Iglesia de Cristo nunca carecerá de una ayuda
especial en tiempos de necesidad especial. La gran Cabeza celestial nunca
abandonará a sus miembros creyentes. Sus ojos están continuamente sobre
ellos. Siempre les dispensará su ayuda con sabiduría y los socorrerá el día que
sea necesario: “Vendrá el enemigo como río; más el Espíritu de Jehová
levantará bandera contra él” (Isaías 59:19).
Por último, nunca olvidemos que la Iglesia creyente en Cristo en todo el mundo
es en sí un milagro permanente. La conversión y la perseverancia en la gracia
de cada miembro de esa Iglesia es una señal y un milagro tan grande como la
resurrección de Lázaro. La renovación de cada santo es una gran maravilla,
como la expulsión de un demonio, la sanidad de un enfermo o hablar en una
nueva lengua. Demos gracias a Dios por esto y animémonos. La era de los
37
milagros espirituales no ha pasado aún. Bienaventurados aquellos que han
aprendido esto por experiencia y pueden decir: Yo estaba muerto y he vuelto
a la vida, estaba ciego y ahora veo.”
CONCLUSIÓN
Un dilema que confronta a los no-cesacionistas es que si la profecía, las lenguas y los
milagros (como funcionan en el Nuevo Testamento) continúan hoy, entonces la Palabra
Canónica Escrita no es una revelación verbal completa y suficiente de Dios. En el mejor
de los casos, el canon está relativamente cerrado.
Alternativamente, si - como insisten la mayoría de los no cesacionista – estos dones no
son reveladores o son menos que completamente reveladoras, infalibles, autoritativos e
imperativos (donde su desobediencia a ellos es pecado, porque solo la desobediencia a
la biblia es pecado), entonces estos fenómenos contemporáneos están mal llamados y
son algo diferente a los dones que encontramos en el Nuevo Testamento.
Otra dificultad que enfrentan (y la razón por la que dudan de llamar desobediente a
alguien que no haga caso de estas cosas) es que ¿Cómo pueden probar que las nuevas
“revelaciones” que tienen son una acción directa de Dios en sus mentes y no solo un
acto providencial? No están seguros… podría ser Dios directamente… podría ser mi
propia preocupación o habilidad de percibir las cosas y juntarlas en un sueño… o hasta
un demonio susurrándome cosas al oído y revelando algo… Es mejor no atribuir
palabras a Dios cuando no se está seguro que las dijo (solo estamos seguros de lo que
dice cuando está en la palabra).
Los no-cesacionistas están atrapados en un anacronismo histórico-redentor. Buscan
dentro de la fase de construcción de la superestructura de la historia de la iglesia lo que
pertenecía a su fase de colocación de los cimientos. Se ven envueltos en el esfuerzo
contradictorio de tratar de mantener que el canon de la Escritura está completo y cerrado
y, al mismo tiempo, que los dones revelatorios y los dones de confirmación de la
revelación para el período del canon abierto -dones para cuando los documentos del
Nuevo Testamento todavía se estaban escribiendo- continúan.
Pero la Palabra de Dios nos saca de este dilema. Nos muestra que por el sabio y
bondadoso designio de Dios, la profecía, las lenguas y los milagros han completado su
tarea y han cesado. Lo que permanece, suprema y únicamente suficiente y autoritativo
hasta que Jesús venga, es "el Espíritu Santo hablando en la Escritura" (Confesión de Fe
Bautista de 1689, 1:10).

38
DONES ESPIRITUALES REVELATORIOS37
(Un estudio confesional)
A la luz de los reclamos actuales por la continuación de los dones reveladores, incluso
para aquellos que creen en un canon cerrado y que profesan la fe reformada, ARBCA
(Asociación de Iglesias Bautistas Reformadas de América) tiene la obligación de
publicar su posición sobre tales asuntos para una mayor comprensión y unidad entre sus
miembros iglesias. La posición adoptada por ARBCA se usará para informar y
examinar a las iglesias que buscan membresía, para establecer un estándar si surge
controversia sobre estos temas en las iglesias miembros, para servir como un estándar
para los materiales publicados por ARBCA, y para examinar a los misioneros
nacionales y extranjeros apoyados por Iglesias de ARBCA.
Como un cuerpo confesional, el propósito de este documento de posición es identificar
y aclarar las declaraciones contenidas en la Confesión Bautista de Londres de 1689 que
tratan los asuntos planteados, para responder preguntas sobre qué posiciones afirmamos
y negamos confesionalmente, y para preservar la unidad de las iglesias. Siempre se
entiende que las Escrituras deben ser la autoridad final sobre la conciencia en este
tema. Sin embargo, las iglesias miembros de ARBCA ya han confesado que el LBC (La
Confesión de Fe Bautista de Londres de1689) es un fiel resumen de lo que las
Escrituras enseñan y que la suscripción a él es la base de nuestra unidad como asociación
de iglesias. Los problemas detallados de la exégesis pueden abordarse en mensajes
entregados en nuestra convención o en lecturas sugeridas. Esta es la razón por la cual
este documento de posición se ocupa más de la exposición y la aplicación del LBC a
este tema que de una larga exégesis de las Escrituras. Se proporciona una bibliografía
seleccionada como recursos para estudios posteriores.
Las posiciones abordadas en este documento incluirán las de (1) la comunidad
pentecostal / carismática, (2) los creyentes reformados que tienen un canon cerrado pero
creen en la profecía continua de alguna forma, (3) los creyentes reformados que tienen
un cesación sin embargo, acepte una "vista abierta" a la revelación y / o signos futuros,
(4) Los creyentes reformados que tienen un punto de vista cesacionista que creen que
Dios les ha dado algunas experiencias extraordinarias a algunos hombres buenos en el
pasado, (5) creyentes reformados quien puede usar palabras descuidadas para describir
la iluminación del Espíritu Santo, y (6) creyentes reformados que aceptan un punto de
vista completo de cesación.
I. Primero, ¿qué tiene que decir el LBC sobre el cese de la revelación objetiva, la
doctrina de la iluminación y la posibilidad de que los dones reveladores continúen más
allá del cierre del canon?
 1. LBC 1: 1 - "La Sagrada Escritura es la única regla suficiente, cierta e infalible
de todo conocimiento salvador, fe y obediencia ... Por lo tanto, al Señor le agradó
en diversas ocasiones y de diversas maneras revelarse a sí mismo, y declarar que
37
Nota del editor: Quizá un mejor título al respecto seria: “La cesación de los dones de revelación y de los medios
de guía autoritativa externos a la palabra escrita”
39
su voluntad a su iglesia ... le agradó poner por escrito…; lo que hace que las
Sagradas Escrituras sean más necesarias, ahora que aquellos antiguos caminos en
los que Dios había revelado su voluntad a su pueblo había cesado ".(ver los textos
citados en la confesión)
 Comentario: Este primer párrafo de la confesión identifica las Sagradas Escrituras
como la única regla suficiente e infalible para la salvación y la santificación
(obediencia). Esto comprende todos los asuntos de fe y vida. Afirma además que
los "diversos modos" en los cuales Dios se reveló a sí mismo y su voluntad a su
iglesia ahora han cesado, habiéndose comprometido "totalmente" con la escritura.
Esto simplemente significa que todos los métodos de revelación utilizados para
revelarse a Su pueblo ahora están finalizados. Esto no significa que cada
revelación que Dios le dio a su pueblo por "modos diversos" ha sido escrita, sino
solo lo que Dios consideró necesario para "su propia gloria, la salvación, la fe y
la vida del hombre (1: 6)". porque una revelación puede no haber sido escrita pero
eso no significa que sea una "revelación menor". Por lo tanto, los "modos
diversos" y las "formas anteriores" que Dios usó para revelarse a Sí mismo y Su
voluntad a Su pueblo ahora han cesado. Por definición, esto incluye comunicación
verbal directa, teofanías, profecía, sueños, visiones, dones de curación en
asociación con la revelación (nota del editor: El don de Sanidad y don de
Milagros[y los que acompañaban o servían para estos, como el don de fe y
similares] era un don de confirmación del mensaje dado, por eso una vez
finalizado el canon este don es innecesario, esto no niega que Dios siga sanando
por medio de la oración en su santa voluntad), escritos proféticos y apostólicos,
lenguas, la interpretación de lenguas y cualquier otro método sobrenatural
utilizado para revelarse o declarar su voluntad a su iglesia antes del cierre del
canon. Nadie negaría que Dios todavía realiza milagros hoy en respuesta a la
oración, pero la LBC (amparada en la escritura*) no permite que los individuos
hoy en día tengan el don de sanidad presente en los días apostólicos. Como se hizo
a lo largo de las Escrituras, se dieron señales milagrosas a través de individuos
para dar testimonio de la revelación dada (Juan 20: 30-31, 2 Co. 12:12, Hebreos
2: 1-4).
 2. LBC 1: 6 - "Todo el consejo de Dios acerca de todas las cosas necesarias para
su propia gloria, la salvación, la fe y la vida del hombre, está expresamente
establecido o necesariamente contenido en la Sagrada Escritura: para lo cual nada
en ningún momento debe ser agregado, ya sea por nueva revelación del Espíritu,
o por las tradiciones de los hombres. Sin embargo, reconocemos que la
iluminación interior del Espíritu de Dios es necesaria para la comprensión
salvadora de las cosas que se revelan en la Palabra... ".
 Comentario: De acuerdo con este párrafo, hay una diferencia entre la revelación
del Espíritu Santo y la iluminación del Espíritu Santo. El punto es que la Sagrada
Escritura es tan completa que revela el "completo consejo de Dios" para todas las
cosas necesarias para su gloria y la salvación, la fe y la vida del hombre. Esta
descripción exhaustiva de las Escrituras ciertamente incluye la salvación, la
40
santificación y todas las categorías necesarias para la vida del creyente. Por lo
tanto, no se necesitan nuevas revelaciones más allá de las Escrituras y ninguna se
debe agregar a las Escrituras. Esto incluye la supuesta "nueva revelación del
Espíritu" y las tradiciones de los hombres. Si todavía se recibieran revelaciones
modernas, no podrían ser válidas si se relacionaban con la salvación, la
santificación, la obediencia, la fe o la vida. Obviamente, no queda nada por revelar
hasta que venga Jesús. Sin embargo, se reconoce que la iluminación interior del
Espíritu de Dios es necesaria para entender salvadoramente la revelación de la
Palabra escrita. La iluminación no es lo mismo que la revelación objetiva.
 3. LBC 1: 9 - "La regla infalible de interpretación de la Escritura es la Escritura
misma; y por lo tanto, cuando hay una pregunta sobre el verdadero y pleno sentido
de cualquier Escritura (que no es múltiple, sino una), debe buscarse en otros
lugares que hablen más claramente”.
 Comentario: Si la Escritura sola es la revelación única y final de Dios, y revela
todo su consejo para la salvación, la fe y la vida, entonces no existe un intérprete
infalible de la Escritura, sino la Escritura misma. Esto elimina el reclamo moderno
de la interpretación inspirada y autorizada de la Escritura mediante la
continuación de dones reveladores tales como profecías, lenguas o dones de
interpretación. Para alguien afirmar que "Dios me dijo lo que significa el pasaje"
es ignorar las Escrituras como su propio intérprete final. Sin embargo, la
iluminación del Espíritu Santo al comparar las Escrituras con las Escrituras no es
lo mismo que estos dones reveladores anteriores, que ahora han cesado.
 4. LBC 1:10 - " El juez supremo, por el que deben decidirse todas las controversias
religiosas, y por el que deben examinarse todos los decretos de concilios, las
opiniones de autores antiguos, las doctrinas de hombres y espíritus particulares, y
cuya sentencia debemos acatar, no puede ser otro sino las Sagradas Escrituras
entregadas por el Espíritu. A dichas Escrituras así entregadas, se reduce nuestra
fe en definitiva”.
 Comentario: No puede haber más revelaciones de Dios que lleven ningún nivel
de autoridad para nuestra fe que el que ya ha sido entregado por el Espíritu en las
Sagradas Escrituras. Todos los decretos, opiniones, doctrinas y espíritus privados
deben ser examinados solo por la Sagrada Escritura como el juez supremo de la
revelación y verdad de Dios. La fe se establece al comprender y creer lo que la
Escritura enseña.
 5. LBC 8: 8 - "A todos aquellos por quienes Cristo ha obtenido la redención eterna,
sin duda aplica eficazmente y comunica lo mismo, intercediendo por
ellos; uniéndolos a él por su Espíritu, revelándolos, en y por la Palabra, el misterio
de la salvación, persuadiéndolos a creer y obedecer, gobernando sus corazones
por su Palabra y Espíritu ... "
 Comentario: Aquí el LBC usa "revelarles", no en el sentido de revelación objetiva
utilizada para describir las Escrituras, sino en el sentido subjetivo de "revelar" la
41
revelación objetiva de las Escrituras al alma del hombre en un llamado
efectivo. Esta "revelación" aplicativa o subjetiva comprendería la iluminación y
la regeneración como parte de la "revelación a ellos", pero no sería una revelación
objetiva en el sentido de las Escrituras o los dones reveladores anteriores.
 6. LBC 10: 1 - "... iluminando sus mentes espiritual y salvadoramente para
entender las cosas de Dios ..."
 Comentario: Nuevamente, este esclarecimiento de la mente en el llamado
efectivo, o iluminación, es mencionado por Ef. 1: 17-18 . En este texto, Pablo ora
por los cristianos para que Dios el Padre les dé "un espíritu de sabiduría y de
revelación" en el conocimiento de Dios, para que puedan conocer las cosas que
Dios les dio gratuitamente. Una vez más, este uso del término "revelación" se
refiere a la iluminación a los cristianos de la verdad ya revelada, no a la revelación
de nuevas verdades por los dones de la revelación usados anteriormente.
 7. LBC 18: 3 - "Esta seguridad infalible no pertenece a la esencia de la fe, sino
que un verdadero creyente puede esperar mucho y entrar en conflicto con muchas
dificultades antes de ser partícipe de ella; sin embargo, siendo capacitado por el
Espíritu para conocer las cosas que le fueron dadas gratuitamente por Dios, él
puede, sin una revelación extraordinaria, en el uso correcto de los medios ... "
 Comentario: El logro de una seguridad infalible no viene por revelación
extraordinaria una vez dada por dones reveladores, sino por el Espíritu que
ilumina los medios que Dios ya ha dado; es decir, las Escrituras, la oración, los
sacramentos, etc. Esto prohíbe la dependencia de dones reveladores, otras
personas o experiencias extraordinarias para obtener seguridad infalible.
 8. LBC 22: 1 - "Pero la manera aceptable de adorar al Dios verdadero es instituida
por él mismo, y tan limitada por su propia voluntad revelada, que no puede ser
adorado de acuerdo con las imaginaciones y los dispositivos de los hombres, ni
las sugerencias de Satanás, bajo cualquier representación visible, o de cualquier
otra manera no prescrita en las Sagradas Escrituras ".
 Comentario: La doctrina del principio regulativo de la adoración requiere la
prescripción de la Escritura para cualquier elemento de adoración. La práctica de
los dones reveladores continuos en la adoración, o la revelación de nuevas formas
de adoración, socava la finalidad de la Escritura como fuente de revelación para
la adoración regulada. Dichos dones socavan aún más la autoridad de los ancianos
que están sin tales dones. ¿Debería surgir una diferencia entre la enseñanza y el
consejo de los ancianos autorizados versus el tema de una profecía, que debería
seguir el creyente? Especialmente, ¿cuándo la supuesta profecía puede o no ser
entregada con precisión? Este uso continuado de dones reveladores finalmente
socava una eclesiología estable así como también el principio regulador de la
adoración. Por lo tanto, por definición, el principio regulador de la adoración en
el LBC,

42
II. En segundo lugar, ¿qué tiene que decir el LBC sobre las seis opiniones anteriores
sobre la continuación de los dones de la revelación y las nuevas revelaciones más allá
del canon de las Escrituras?
 1. Primero, el LBC no deja lugar para las típicas opiniones pentecostales /
carismáticas. Las profecías, los sueños, las visiones, las lenguas, la interpretación
de lenguas, los escritos inspirados, los apóstoles, los profetas y cualquier otro
regalo de revelación que trajo revelación objetiva de Dios han cesado. Esta
posición no es aceptable para un pastor, misionero o iglesia en asociación con
ARBCA38.
 2. Segundo, el LBC no deja espacio para la posición de algunos creyentes
reformados que mantienen un canon cerrado, pero que creen en la profecía
continua de alguna forma. Esta idea a veces se presenta como una diferencia entre
la profecía infalible utilizada para la revelación objetiva de la Escritura y una
menor "profecía congregacional"(o profecía falible*) que puede ser errónea
debido a una comunicación defectuosa a través de los vasos actuales. Se hace
demasiado de la profecía de Agabo como un ejemplo de profecía solo para las
congregaciones locales. Después de todo, fue registrado en las
Escrituras. Además, algunos usan Agabus como un ejemplo de profecía que el
envase (la persona*) no puede comunicar con precisión. La profecía de Agabus,
de ninguna manera, ha demostrado ser defectuosa. Este es un argumento muy
hermenéuticamente defectuoso, que utiliza un texto histórico en disputa para
establecer una doctrina de la profecía congregacional menor continua. Junto con
este punto de vista es la posibilidad de visiones, sueños, lenguas, interpretación
de lenguas y palabras de sabiduría como revelaciones actuales de Dios, pero no
igual a las revelaciones infalibles de las Escrituras porque el vaso no puede
entenderlas o comunicarlas con precisión. Este mismo argumento ha sido
utilizado por algunos teólogos liberales que se aferran a una forma de inspiración
bíblica pero que niegan la inerrancia. Como dijo una vez John AT Robinson:
"Creo que John escribió el Evangelio, pero quién puede confiar en la memoria de
un anciano". Hay poca diferencia entre la visión de Robinson de las Escrituras
erróneas inspiradas y esta otra visión de una profecía posiblemente errónea. ¿Qué
pasa si se predice que el creyente actuará sobre la elección de un trabajo disponible
o un compañero de matrimonio cuando todavía no está instruido en muchas
Escrituras que tienen que ver con la guía? Especialmente, cuando la profecía
puede ser incorrecta con el tiempo? Él se ve obligado a elegir sobre la base de la
profecía posiblemente incorrecta en lugar de confiar totalmente en la Escritura
sola. La adopción de esta visión de profecía menor finalmente socavará la
prioridad y la dependencia de sola scriptura. Además, puede crear una
contradicción entre el consejo sabio de los ancianos ordenados versus la profecía
38
Nota del editor: Con esto se niega la base teórica de los pentecostales y carismáticos, no necesariamente los
eventos que hayan vivenciado, que uno crea que respira con los pies no impide que uno siga respirando, pero
ciertamente puede traerle errores mortales. Algunos eventos vividos por nuestros hermanos, siendo reales ósea
que ocurrieron, pueden estar siendo mal interpretado por ellos mismos y llamados por nombres equivocados,
estos eventos no se niegan sino que deben ser explicados en los parámetros escriturales
43
posiblemente errónea, socavando la eclesiología bíblica. Por lo tanto, de acuerdo
con este punto de vista, puede haber revelaciones continuas a través de dones
reveladores, sin embargo, el canon de la Escritura se cierra como la única
revelación infalible e inerrante de Dios. El LBC, sin embargo, incluye la profecía
y otros dones reveladores como cesantes ya que las Escrituras están cerradas. Esta
posición no es aceptable para un pastor, misionero o iglesia en asociación con
ARBCA39.
 3. En tercer lugar, algunos creyentes reformados mantienen una visión
cesacionista, pero aceptan una "visión abierta" a la revelación futura y / o los
dones y signos reveladores. Este punto de vista no necesariamente cree que los
dones reveladores estén activos hoy o lo serán otra vez. Sin embargo, debido al
humilde deseo de no querer limitar a Dios Todopoderoso en lo que puede elegir
hacer en el futuro, prefieren mantener una "visión abierta". Otros se aferran a esta
"visión abierta" en relación con ciertos post-milenarios puntos de vista de una
posible reactivación de los dones reveladores en los días del milenio. Hubo
algunos en el pasado que se aferraron a una de estas visiones abiertas pero que
también sostuvieron las Confesiones de Westminster o Londres. Sin embargo, la
visión abierta que desea tener cuidado de limitar a Dios en el futuro no se puede
mantener de manera consistente, simplemente porque el LBC es claro, declarando
que "aquellos antiguos caminos de Dios que revelaban su voluntad a su pueblo
ahora habían cesado (1: 1)." No podemos permitir que las inconsistencias sinceras
de los hombres buenos en el pasado redefinan las simples declaraciones de la
LBC. Tampoco tuvieron que aclarar sus posiciones a la luz de los errores cada vez
más grandes y crecientes de hoy en día. La visión post-milenaria es más difícil de
descartar a la luz de que el LBC es lo suficientemente amplio como para permitir
algunas posiciones post-milenarias. Sin embargo, el LBC también parece estar
claro que el período de tiempo entre el cierre del canon y el regreso inesperado de
Cristo en el último día (31: 2,3; 32: 3) es el período cubierto por "aquellas formas
anteriores" de Dios que se revela a sí mismo a su pueblo que ahora a cesado (1:
1). "La descripción inesperada del regreso de nuestro Señor en el LBC no permite
un aumento en la expectativa basada en el resurgimiento de dones reveladores. De
hecho, el regreso inesperado de nuestro Señor se identifica como la próxima

39
Nota del editor: La providencia de Dios se manifiesta en absolutamente todo cuanto ocurre en este mundo a fin
de traer bienestar a sus santos, Rm 8:28, esto incluye guía providencial más esta guía nunca es autoritativa en
nuestras vidas como lo es la Escritura. Que ocurre con los sueños, alucinaciones(visiones), sensaciones de
audición o deyabus, estas "ocurrencias" muy humanas son (como lo sería una piedra en el camino que me haga
pensar en que debo comprar pan para mi casa, al relacionarlo con la tentación de Jesús, y resulta que justo faltaba
pan en mi casa...) parte de la providencia divina, no siendo siempre el código lo que lleve el mensaje sino también
el canal/contexto el que lo conlleve, esta ambigüedad de comprensión del "mensaje" pone en evidencia (junto
con la orden bíblica de andar por fe) que no es una "actividad revelatoria"(ético imperativo) directa de Dios para
con el hombre, esta es pues desestimable e indigna de total confianza (indigna de total confianza como revelación
divina no la hace indigna de razonar, como un sueño por ejemplo que casi siempre revela alguna preocupación
nuestra que para nosotros mismos no es evidente) pero si lo hace (como todo fenómeno físico terrenal o espiritual
humano) un acto de guía providencial (que es como Dios lleva a cabo el cumplimiento de sus decretos en la
mayoría de los casos), Entendemos que Dios decreto todo y que todo obra para nuestro bien. Vivir por fe es el
centro argumental del cesacionismo.
44
"revelación". Por lo tanto, ni la "visión abierta" es aceptable para los pastores,
misioneros o iglesias miembros de ARBCA.
 4. En cuarto lugar, hay algunos creyentes reformados que se adhieren a un estricto
cesacionismo, y niegan la continuación de los dones reveladores, pero que no
pueden negar que algunos eventos extraordinarios han ocurrido en la historia a
hombres fieles reformados. Algunos hombres reformados del pasado han
informado eventos extraordinarios en sus vidas que parecen imitar los dones
reveladores mencionados en las Escrituras. Las ocurrencias reportadas incluyen
el conocimiento específico de circunstancias incognoscibles más allá de la
iluminación normal de la Escritura, o el conocimiento inusual de la voluntad y
guía inmediata de Dios para su trabajo, o predicciones del futuro que se han hecho
realidad. Se informa que Hanserd Knollys una vez curó a Benjamin Keach 40 y
predijo que viviría más tiempo que Knollys41, lo cual hizo. Spurgeon42 informó en
su autobiografía (volumen 2, p. 59-61) de dos incidentes en los que predicó que
alguien estaba presente disfrazado, solo para ser informado más tarde por una
mujer en cada ocasión de que estaban presentes disfrazados para que nadie supiera
su presencia. En otra ocasión, señaló con el dedo a una parte de la asamblea donde
un joven se sentó y dijo: "Joven, esos guantes que lleva puestos no han sido
pagados: se los ha robado a su empleador". Después del servicio, un joven lo
visitó, puso los guantes en su escritorio y confesó el crimen. George Gillespie ha
informado otros informes de predicciones extraordinarias en la historia de la
iglesia, incluso por parte de algunos de los reformadores (Works, volumen 2,
capítulo 5, sección 7, página 30). A pesar de lo difícil que es explicar tales eventos,
estos sucesos aún no fueron realizados por "profetas" como se describe en el
Nuevo Testamento, ni estas experiencias se ajustaban a la práctica regular de la
profecía en la adoración congregacional (1 Corintios 14), que algunos afirman
hoy. Tampoco estos hombres fomentaron el uso de tales dones ni trataron de
restaurarlos a la iglesia como se hace hoy en día en el "restauracionismo". Tales
40
http://baptisthistoryhomepage.com/keach.scriptures.superior.html
41
En 1646 publicó un tratado llamado, “El Brillo de un Fuego Ardiente en Sion.” Era una respuesta a un panfleto
escrito por John Saltmarsh llamado, “El Humo en el Templo,” y en el cual afirmaba que las iglesias bautistas
particulares eran iglesias falsas y no podían por lo tanto administrar las ordenanzas de Cristo debido a que no
poseían todos los dones del Espíritu Santo.
En su respuesta deja claro la posición Bautista Particular representada luego en la CBL 1689, argumentando lo
siguiente: “Tales dones [extraordinarios] y milagros eran para traer la Palabra del Evangelio al mundo, y para
glorificar la primera venida de Cristo en la carne, más que para luego, Hebreos 2: 3-4; Juan 20:29-31.” (Michael
Haykin. Ibid. Página 108)
Además, afirmó que todos los Bautistas Particulares creían que su proclamación del evangelio iba acompañada
de milagros:
“Tan frecuentemente como el Evangelio viene a alguna Alma no sólo en Palabra, sino en poder y en el Espíritu
Santo, 1 Tesalonicenses 1: 3-4, hay un Milagro originado en ellos que reciben el Evangelio, Lucas 7:22, y ellos
lo reciben entonces al Espíritu Santo y sus dones y gracias...Entonces no necesitamos quedarnos para un
Ministerio con Milagro, siendo que tenemos una Palabra con Milagro.” (Ibid. Página 108-109)
Como el resto de los Bautistas de su tiempo, Knollys afirmaba que la confirmación de sus iglesias era que Dios
obraba el milagro de la regeneración o del nuevo nacimiento cuando ellos predicaban el Evangelio de Jesucristo.
Esto era, a su criterio, lo que les confirmaba como iglesias verdaderas. (Tomado de “Por qué soy Bautista
Reformado” por el Pastor Eduardo Flores)
42
https://evangelio.blog/2012/11/15/spurgeon-impresiones-y-profeca/
45
acontecimientos extraordinarios, u opiniones, o errores de hombres buenos no
deben usarse para modificar las simples palabras del LBC. Para alguien creer que
puede haber experiencias extraordinarias de hombres buenos en el pasado que
parecen imitar, a veces, dones reveladores en el Nuevo Testamento, no
necesariamente significa que uno crea que los dones reveladores todavía existen
como antes se practicaba. Aquellos que aceptan estas experiencias extraordinarias
de hombres buenos requieren paciencia por parte de ARBCA cuando examinan
su punto de vista para ver si creen en los obsequios continuados de la "vista
abierta" mencionada anteriormente. "Que puede no ser el caso. Sin embargo, debe
haber un rechazo de dones reveladores continuos de acuerdo con la LBC para la
membresía y en servicio de ARBCA.
 5. Quinto, hay algunos creyentes reformados que pueden usar palabras
descuidadas para describir la iluminación del Espíritu Santo, a pesar de que
aceptan la posición cesacionista completa del LBC. Por ejemplo, algunos
puritanos aplicaron el término "profecía" a lo que se consideraba una predicación
llena del Espíritu. A veces, Lutero, Calvino y Knox han sido llamados
descuidadamente "Apóstol". Otros hoy pueden usar frases como: "El Señor me
dijo ... El Señor me reveló ... Dios me habló ... Dios me dijo ... etc." Tal lenguaje
simplemente puede ser una expresión de la iluminación del Espíritu Santo y la
aplicación de la verdad de Dios a la mente, expresada en términos confusos o
descuidados debido a la difusión de este lenguaje en la cultura cristiana. La
teología de la Vida Superior ha extendido el uso de dicho lenguaje en los Estados
Unidos, así como la teología carismática. Tal lenguaje simplemente puede ser
descuidado o puede expresar una creencia real en la revelación inmediata, o un
misticismo no bíblico basado en sentimientos subjetivos, o una actitud que raya
en la creencia en dones reveladores continuos. En tales casos, la caridad debe
darse hasta que se aclare una mayor comprensión de la posición del otro. La LBC
usó el término "revelado" al explicar el llamado efectivo (8: 8). La Escritura a
veces usa la "revelación" para describir la aprehensión subjetiva de la revelación
de las Escrituras (Mt. 11:25 , 27 ; Mt. 16:17 ; Lc10:21 , 22 ; Gal. 1:16 ; Ef. 1: 16-
18 ; Fil. 3:15) En este último sentido, la "revelación" continúa hoy, pero no esa
revelación basada en dones reveladores. Por lo tanto, debido a la confusión y los
errores de hoy, debe hacerse una clara distinción entre la revelación objetiva de la
verdad y la iluminación subjetiva o aprehensión de esa verdad por el Espíritu
Santo. Además, es necesario que haya más debate con aquellos que usan una
redacción tan poco clara o descuidada, así como la posibilidad de recibir más
instrucciones si es necesario. Esta visión requiere comunicación, caridad,
discusión, paciencia y posible instrucción para aquellos que desean ser miembros
de ARBCA antes de seguir adelante.
 6. En sexto lugar, la posición de ARBCA es que el LBC expresa una visión
completa de cesación, sin espacio para los primeros tres puntos de vista
mencionados. La continuación de la revelación objetiva o de los dones
reveladores es rechazada en oposición a la LBC y un peligro para la doctrina de
46
sola scriptura. Por lo tanto, los pastores, misioneros e iglesias que están asociados
con ARBCA deben expresar su acuerdo con este puesto. De los seis puestos
anteriores, los primeros tres no son aceptables para la membresía de ARBCA. El
último es el más cercano a las declaraciones claras de la LBC. Los dos restantes,
los números cuatro y cinco, pueden o no revelar una conformidad satisfactoria con
el LBC. La caridad y la paciencia, junto con la oportunidad de una mayor
comunicación, deben practicarse al considerar a los pastores, misioneros e iglesias
como miembros de ARBCA.
III. En tercer lugar, el comentario anterior sobre el LBC nos permite hacer las siguientes
afirmaciones y negaciones con respecto al tema de la revelación continua y / o los dones
reveladores continuados más allá del canon cerrado de la Escritura.
 1. Primero, afirmamos que sola scriptura es la posición clara del LBC que
identifica la única fuente de revelación objetiva y preposicional (autoritativa y
autoritaria) de Dios para el hombre de hoy. Negamos la continuación de la
revelación objetiva en cualquier forma, "Aquellos caminos anteriores de Dios
revelando su voluntad a su pueblo, ahora cesaron (1: 1)".
 2. Segundo, afirmamos el uso prudente del término "revelado (8: 8)" cuando se
usa de la obra del Espíritu Santo en un llamado efectivo y cuando se usa para
describir la iluminación del Espíritu Santo y la aplicación de la
Escritura. Negamos que el Espíritu Santo revele una nueva revelación objetiva al
creyente en ningún sentido, ni siquiera en relación con acontecimientos
extraordinarios informados por hombres reformados43.
 3. Tercero, afirmamos que las formas anteriores en que Dios se revela a sí mismo
y su voluntad a su pueblo incluyen profecía, visiones, sueños, lenguas,
interpretación de lenguas, revelaciones escritas, etc. Negamos que las
afirmaciones actuales de estos reveladores los regalos y las formas son válidos
 4. Cuarto, afirmamos que el don de lenguas era lenguas extranjeras y fue revelador
en su contenido. Negamos que este obsequio fuera diferente a los idiomas
extranjeros o que era un lenguaje de oración privado.
 5. Quinto, afirmamos la continua iluminación del Espíritu Santo con respecto a la
revelación escrita, incluido el uso prudente de "revelación" y "revelación" cuando
se refiere a tal iluminación. Negamos que la iluminación del Espíritu Santo de la
revelación objetiva pueda, en cualquier sentido, revelar nuevas revelaciones de la
verdad de Dios.
 6. Sexto, afirmamos que el último intérprete autoritario de la Escritura es la
Escritura misma. Negamos que cualquier interpretación directa y reveladora de
las Escrituras por parte del Espíritu Santo pueda llevar la autoridad final cuando
se interpreta el significado de cualquier Escritura.

43
nota del editor: A estos eventos deben llamárseles “providenciales” e “Impresiones” y son de carácter
contextual y no son de plena confianza consciente, autoritativos ni autoritarios
47
 7. Séptimo, afirmamos el derecho de explorar nuestra posición sobre la revelación
continua y los dones reveladores de las Escrituras. Negamos el derecho de ser o
continuar como pastor, misionero o miembro de la iglesia de ARBCA si uno
enseña la validez continuada o comienza la práctica de los supuestos dones
reveladores.
IV. En cuarto lugar, a la luz de la difusión actual de puntos de vista erróneos, ¿cuál
debería ser la práctica declarada de ARBCA con respecto al examen de las iglesias
candidatas y la disciplina de las iglesias miembros con respecto al tema de la revelación
continuada o los dones reveladores?
 1. Primero, el examen de los pastores candidatos, misioneros e iglesias miembros
debe incluir preguntas acerca de la posición de uno sobre este tema, incluida la
lectura y discusión de este documento de posición.
 2. En segundo lugar, si un candidato a pastor, misionero o iglesia no está seguro
de qué punto de vista tienen, se debe permitir que el tiempo lea las obras relevantes
y luego se discuta el tema con el comité de membresía.
 3. En tercer lugar, si un pastor, misionero o iglesia miembro comienza a tomar
una posición diferente a la de ARBCA, el pastor o misionero debe notificar a los
ancianos de la iglesia responsable a fin de resolver el problema internamente. Los
ancianos pueden solicitar ayuda de ARBCA para instrucción y orientación. Si una
iglesia miembro se niega a expulsar a su pastor o misionero errante, o si cambia
su posición, o si comienza a practicar dichos obsequios revelados [bíblicamente],
está obligado a notificar a ARBCA y comenzar las discusiones para la
comunicación, instrucción y resolución del asunto En caso de que no se logre un
retorno satisfactorio a la posición de ARBCA, se solicitará a la iglesia que retire
su membresía en ARBCA o de lo contrario ARBCA se verá obligado a retirar la
asociación con esa iglesia. En todos los casos, paciencia, caridad,
V. Quinto, la siguiente es una Bibliografía Recomendada para aquellos que están
considerando este asunto.
1. Budgen, Victor, The Charismatics y la Palabra de Dios (EP)
2. Chantry, Walter, Señales de los Apóstoles (BT)
3. Clowney, Edmund, La Iglesia (IVP)
4. Ferguson, Sinclair, El Espíritu Santo (IVP)
5. Gaffin, Perspectivas en Pentecostés (B)
6. Grudem, Wayne, Teología Sistemática
7. Hulse, Erroll, Reformation Today, # 164 sobre cesacionismo
8. Judish, Doug, Cesación de regalos (B)
9. MacArthur, John, Caos carismático
10. Reymond, Robert, una nueva teología sistemática de la fe cristiana
11. Robertson, O. Palmer, The Final Word (BT)
12. Smith, Morton, Teología Sistemática (Greenville Seminary Press)

48
SPURGEON, IMPRESIONES, Y PROFECÍA44
Por Nathan Busenitz
Recientemente recibí un correo electrónico haciéndome una pregunta que se me ha
hecho de vez en cuando. Que se refiere al tema de los dones espirituales y al
cesacionismo. En el artículo de hoy, he resumido la pregunta y proporciono mi
respuesta.
Pregunta: Usted habla de Charles Spurgeon como un defensor de la cesacionismo. Pero
Spurgeon confesó esto en varias ocasiones, mientras estaba predicando, él recibió
impresiones del Espíritu Santo, que le dieron una visión extraordinaria para exponer los
pecados específicos en la vida de las personas con una precisión increíble. Desde mi
punto de vista, esas impresiones parecen alinearse con el don de profecía.¿Cómo
concilia las impresiones de Spurgeon con su afirmación de que él era un cesacionista?
Respuesta:
Es importante, en primer lugar, señalar que la Escritura – y no Spurgeon – es nuestra
autoridad final en estos asuntos. Estoy seguro de que Charles Spurgeon estarían de
acuerdo con nosotros en ese punto. Cual sea lo que podamos concluir acerca de las
experiencias de Spurgeon, tenemos que recordar que nuestras convicciones en última
instancia, se deben extraer de la Palabra de Dios.
Habiendo dicho eso, creo que es útil pensar cuidadosamente acerca de las cuestiones
que usted plantea en su pregunta. Con esto en mente, he resumido mi respuesta en las
siguientes tres categorías.
A) ¿Fue Spurgeon un Cesacionista?
Sí. El "Príncipe de los Predicadores" del siglo XIX enseña que los dones milagrosos de
la era apostólica (incluyendo los dones de lenguas, profecía y sanidad) habían terminado
poco después del primer siglo.
En un sermón titulado, “La Perseverancia Final” (23 de marzo de 1856), Spurgeon habló
del poder espiritual que estaba disponible para su congregación con este título: “No los
dones milagrosos que nos son negados en estos días, sino todos esos poderes con los
que el Espíritu Santo dota al cristiano.”
En una sección más larga, de un sermón titulado “Recibir el Espíritu Santo” (13 de julio
de 1884), Spurgeon reiteró el hecho e que él creía que los dones milagrosos que han
cesado en la historia de la iglesia. Él dijo lo siguiente:
Ustedes saben, queridos amigos, cuando el Espíritu Santo fue dado en las primeras
edades, Él mostró Su presencia por ciertas señales milagrosas. Algunos de los que
recibieron el Espíritu Santo hablaron en lenguas, otros comenzaron a profetizar y una
tercera clase recibió los dones de sanidad – por lo que siempre que les imponían las
manos, las enfermedades huyeron delante de ellos. . . . . . .

44
https://evangelio.blog/2012/11/15/spurgeon-impresiones-y-profeca/
49
Las obras del Espíritu Santo permanentes, que son en este momento concedidos a la
Iglesia de Dios son, en todos los sentidos, tan valiosas como aquellos dones milagrosos
anteriores que se han apartado de nosotros. La obra del Espíritu Santo, por el cual los
hombres se apresuran a partir de su muerte en pecado, no es inferior al poder que hizo
a los hombres hablar en lenguas! La obra del Espíritu Santo, cuando Él consuela a
hombres y los alegra en Cristo, de ninguna manera es secundaria a la apertura de los
ojos de los ciegos!
El punto de Spurgeon fue que, a pesar de que el don de lenguas, la profecía, y la sanidad
ya no están disponibles a la iglesia – Los cristianos siguen teniendo la obra del Espíritu
Santo en una manera que es tan profunda y sobrenatural (por ejemplo, el milagro de la
regeneración, o el ministerio de consuelo espiritual).
Podría dar varios ejemplos adicionales de los sermones de Spurgeon. Por razones de
espacio, voy a seguir adelante…
B) ¿Qué pasa con las Impresiones de Spurgeon?
También es cierto que Spurgeon informó de ocasiones en las que él experimentó una
impresión subjetiva de cierto tipo. Phil Johnson ha catalogado un par de esos
incidentes en este link .
Sin embargo, antes de que nos acusemos a Spurgeon de ser un carismático de ‘closet’,
es útil tener algunas cosas en mente.
1) Spurgeon advirtió en contra de enfatizar demasiado en impresiones subjetivas:
Charles Spurgeon (sermón, "Una Vida Bien Ordenada"): Vivir de impresiones es a
menudo vivir la vida de un tonto e incluso caer francamente en rebelión en contra de la
Palabra de Dios revelada. No sus impresiones, sino lo que está en esta Biblia debe
guiarle siempre. ‘A la ley y al testimonio.’ Si no está de acuerdo con esta Palabra, la
impresión no es de Dios – puede proceder de Satanás, o desde su propio cerebro
destemplado! Nuestra oración debe ser: ‘Ordena mis pasos con Tu palabra.’ Ahora, esa
regla de vida, la Palabra escrita de Dios, debemos estudiar y obedecer.
2) Spurgeon también advirtió en contra de asociarse con gente que actúa sobre
impresiones subjetivas:
Charles Spurgeon (sermón, “Cuestionando a Dios”): Una vez estuve en una
conversación con dos amigos, uno de los cuales fue guiado por su juicio, mientras que
el otro se dejó influir por impresiones, y yo no podía dejar de observar que el
hombre que fue guiado por las impresiones era, como esta gente siempre será,
“inestable como el agua.” Si estoy impresionado de una manera un día, puedo ser
impresionado de otra manera al día siguiente, por lo que las impresiones son guías no
confiables. Había un hombre joven, que estaba impresionado con la idea de que debía
predicar por mí un día del Señor, pero como yo no estaba impresionado para dejar que
lo hiciera, se sentó, y probablemente continuará sentado durante algún tiempo. No tenía
dones del habla, pero él pensó que su impresión era más que suficiente.

50
3) Spurgeon dio instrucciones a su congregación a vivir según las Escrituras, y no
por sus impresiones:
Charles Spurgeon (sermón, “Obediencia Inteligente”): Otros, también, juzgan sus
funciones por impresiones. “Si siento una impresión en mi mente,” dice uno, “voy a
hacerlo.” ¿Te ordena Dios que lo hagas? Esta es la pregunta apropiada. Si lo hace, debes
darte prisa, este la impresión en tu mente o no, pero si no hay orden en este sentido, o
mejor dicho, si se aparta de la línea de los estatutos de Dios, y necesita apología o
explicación, detente, pues aunque tengáis diez mil impresiones, sin embargo, nunca
debes atreverte a ir tras ellas. Es peligroso para nosotros hacer los caprichos de nuestro
cerebro en lugar de los preceptos claros de Dios, la guía de nuestras acciones morales. A
la ley y al testimonio,” —Esta es la lámpara que da luz verdadera al cristiano; que ésta
sea su mapa, que ésta sea su brújula, pero en cuanto a impresiones, y caprichos y
fantasías, y no sé a cual han tomado algunos,—estos son más luces demoledoras que le
atraen sobre las rocas. Aférrate a la Palabra de Dios, y nada más; sea quien sea el que
te guíe lo contrario, cierra los oídos a él.
4) Spurgeon no consideraba estas impresiones subjetivas como profecía o
consistiendo el don de la profecía. El no creía que estaba recibiendo revelación
inspirada por el Espíritu Santo. Por el contrario, Spurgeon consideraba estas
impresiones como una manera rara, subjetiva, falible y en la que a veces Dios guía
a Su pueblo.
Charles Spurgeon: “El Espíritu Santo en Relación con Nuestro Ministerio”
de Lecciones a mis Estudiantes: Necesito apenas advertir algún hermano aquí de no
caer en la ilusión de que podemos tener el Espíritu y volvernos inspirados. . . . . . [los
predicadores fieles] sólo se consideran bajo la influencia del Espíritu Santo, como un
espíritu está bajo la influencia de otro espíritu o mente bajo la influencia de otra
mente. Nosotros no somos comunicadores pasivos de la infalibilidad, sino maestros
honestos de esas cosas que hemos aprendido, en cuanto a lo que hemos sido capaces de
captar.
Charles Spurgeon (sermón, “Cuestionando a Dios”): En algún momento,
también, pero rara vez, Dios nos guía por impresiones muy vívidas. He visto mucha
gente que ha quedado impresionado de esta manera, y de esa manera, y de otra, yo no
creo en las impresiones, excepto en ciertos casos.
Para aquellos en el movimiento carismático general, los tres primeros puntos
mencionados anteriormente son de vital importancia, ya que muchos carismáticos en
general hacen una gran cantidad de opiniones subjetivas y viven en consecuencia.
Spurgeon hubiera denunciado correctamente, su forma de pensar como “inestable como
el agua.”
Para aquellos en la categoría continuacionistas más conservador, el punto 4 es
especialmente pertinente. Spurgeon clasifica las impresiones subjetivas como una de las
muchas maneras en que Dios providencialmente dirige y guía a Su pueblo. Spurgeon
no las equipara con cualquier don milagroso o revelador de los tiempos del Nuevo
Testamento. Él no buscó impresiones subjetivas (como muchos continuacionistas
51
buscan “profecía”), no las consideraba como una parte normal de su experiencia
cristiana, ni tampoco los consideraba ya sea autoritativa o infalible.
Todo esto para decir: Spurgeon consideró las impresiones subjetivas que experimentó
como categóricamente diferentes que el don de la profecía del Nuevo Testamento. Es
por eso que él era un cesacionista. Y los cesacionistas modernos de todo corazón están
de acuerdo con su evaluación.
Es sólo para redefinir completamente el don de la profecía del Nuevo Testamento ¾por
lo que implica sobre todo impresiones subjetivas, en lugar de una revelación directa de
Dios— que los continuacionistas modernos pueden hacer cualquier afirmación sobre
Spurgeon como un defensor involuntario de su posición.
C) Conclusión
Desde la perspectiva cesacionista, los carismáticos modernos y continuacionistas han
redefinido los dones del Nuevo Testamento con el fin de ajustarlos a sus experiencias
contemporáneas.
Bíblicamente hablando, el don de lenguas consistía en la habilidad sobrenatural de
hablar auténticas lenguas extranjeras. El don de profecía consistía en la presentación de
informes autoritativos e infalibles de mensajes revelados de Dios. Y con el don de la
sanidad resultó en sanidades inmediatas, innegables, y milagrosas de enfermedades
reales.
Ninguna de esas cosas sigue ocurriendo hoy en día.
Por el contrario, aquellos dentro del movimiento carismático han redefinido por
completo los dones. Los continuacionistas han redefinido el don de lenguas para hacerla
un lenguaje de oración no-racional privada. Ellos han redefinido el don de la profecía
como una palabra falible, errante, subjetiva, no autoritativa de consejo espiritual o
ánimo. Y han redefinido el don de sanidad para consistir en esfuerzos fallidos de
sanadores de fe (como Benny Hinn) o las oraciones de los creyentes sinceros que
interceden por enfermos y esperan ver si Dios les sana con el tiempo. Mientras que orar
por la gente y esperar en Dios es algo bueno, no es lo mismo que el don de la sanidad
que se describe en el Nuevo Testamento.
Al final, los carismáticos modernos utilizan terminología del Nuevo Testamento para
describir sus experiencias espirituales. El problema es que estas experiencias
simplemente no coinciden con lo que realmente estaba pasando en la iglesia del primer
siglo. Reconocer este punto es ser un cesacionista.
****
El que envío el correo siguió con una segunda pregunta, preguntando sobre cómo
debemos entender las impresiones de Spurgeon a la luz de la naturaleza de la profecía
bíblica. A continuación está mi respuesta a este segundo correo electrónico.
Segunda Respuesta:

52
Gracias por su respuesta cortés. Es una alegría discutir estos temas como compañeros
hermanos en Cristo.
En cuanto a Charles Spurgeon, usted escribió:
“Spurgeon define lo que él hizo llamándolas impresiones y no profecía. Si tuviéramos
que hacer a un lado a Spurgeon y quedarnos en la cesación de los dones, y fuésemos a
las Escrituras, ¿dónde encontramos estas impresiones en el Nuevo Testamento de modo
que si el Espíritu se moviese sobre nosotros de esta manera sabremos que es
bíblicamente sano, ya que es de carácter subjetivo? ¿Esto es lo que me detiene, porque
lo único que sé que se ajusta es la profecía? De lo contrario, ¿no sería exra-bíblica la
definición propia de Spurgeon?”
Por un lado, agradezco esas preguntas. Por otro lado, creo que exponen una falla
fundamental en su enfoque. Parece que usted está comenzando con la experiencia de
Spurgeon, y luego trata de acomodar la definición bíblica de la profecía en ella. Pero
esto es al revés. Tenemos que empezar con la definición bíblica del don de la profecía.
La Escritura debe regir nuestra interpretación de la experiencia, no al revés.
Cuando examinamos las Escrituras, encontramos que la profecía bíblica consiste en la
revelación objetiva de Dios. Incluye palabras (no impresiones subjetivas) de sabiduría
y conocimiento del Espíritu Santo (1 Cor. 12:8). Como resultado, la verdadera profecía
era libre de errores y con autoridad, ya que el rol del profeta era informar fielmente el
mensaje que había recibido de Dios. Aquellos que hablaron falsamente en el nombre
del Señor, eran considerados como falsos profetas (Deut. 18:20-22;. Cf 13:1-5).
Bíblicamente hablando, no se hace ninguna distinción en las Escrituras entre los
profetas del Antiguo Testamento y los profetas del Nuevo Testamento. Las
expectativas, la terminología, las descripciones, y la función de cada una es la misma.
(Puedo entrar en muchos más detalles sobre este punto si fuese útil.) Por ejemplo, el
Nuevo Testamento utiliza terminología idéntica (lado a lado) para referirse tanto a los
profetas y profecía del Antiguo Testamento como del Nuevo. Los Profetas del Antiguo
Testamento son mencionados en Hechos 2:16; 3:24, 25; 10:43; 13:27, 40; 15:15; 24:14;
26:22, 27, y 28:23. Las referencias de los profetas del Nuevo Testamento y la profecía
se entremezclan sin ningún tipo de distinción, comentario o advertencia (Hechos 2:17-
18; 7:37; 11:27, 28; 13:1; 15:32; 21:9-11).
(Como nota al margen, si usted está interesado en cómo un cesacionista defiende el
profeta Agabo, usted puede encontrar mi opinión sobre ese tema aquí45 .)
Los Cesacionistas están convencidos de que el don bíblico de profecía consiste en la
capacidad dotada de espíritu para relacionar con precisión la revelación objetiva de Dios
a las personas. Los profetas del Nuevo Testamento, se llevarán a cabo al mismo nivel
que los profetas del Antiguo Testamento ya que el Nuevo Testamento nunca distingue
entre los dos. Por lo tanto, el contenido de su profecía (ya sea predicción o predecir)
debe transmitir con precisión la verdadera y sin errores revelación que reciben de Dios.

45
https://evangelio.blog/2012/03/15/sacrificando-la-profeca-de-agabo/
53
Si partimos de esa comprensión de la profecía, vemos inmediatamente que las
impresiones subjetivas de Spurgeon son categóricamente diferentes que el don de
profecía bíblica. Creo que Spurgeon entendió esto, y es por eso que nunca trató de
definir sus experiencias en cuanto a los dones proféticos del Nuevo Testamento. En su
lugar, correctamente entendió las impresiones subjetivas como falibles, poco fiables y
sin autoridad absoluta.
En cuanto a la forma en que el los clasificó, parece que coloca a esos raros casos bajo
el título de guía providencial de Dios y guía de Su pueblo (en el sentido de encontrar la
voluntad de Dios). Así, dice, “Hay de vez en cuando las impresiones del Espíritu Santo,
que guían a los hombres donde ninguna otra guía podría haber respondido el fin”
(sermón, “Una Vida Bien Ordenada”). Y en otro lugar: “Las impresiones fuertes no
deben ser despreciadas. . . . . porque Dios hace a veces revela su voluntad en ese sentido”
(sermón, “Cuestionando a Dios” ). Una vez más, Spurgeon no pone estas experiencias
en la categoría de los dones del Nuevo Testamento, porque sabía que no encajaban allí.
Ahora, habiendo dicho todo eso, podríamos objetar sobre la propia aceptación de
Spurgeon de tales impresiones. Por ejemplo, en más de una ocasión, afirmó las
impresiones subjetivas experimentadas por los cuáqueros – algo que yo personalmente
estaría muy reticentes a hacer. (La mayoría de los Evangélicos más conservadores
compartirían mi malestar al respecto.) De esta manera, no creo que Spurgeon siempre
manejó este asunto tan cuidadosamente como podría haberlo hecho.
Sin embargo, con respecto a la discusión cesacionismo / continuacionismo, la
conclusión acerca de las experiencias de Spurgeon es la siguiente: La Biblia
define profecía como revelación objetiva y fidedigna de Dios, la cual debe estar
relacionado con el profeta sin error. Por contraste, Spurgeon reconoció
sus impresiones como siendo subjetivas, no autoritativas, y falibles. Como resultado, él
no definió sus experiencias como “profecía.”
Tampoco deberíamos nosotros.

54
LO QUE NO ES EL CESACIONISMO46
por Nate Busenitz
Mucho ruido se ha hecho (tanto en este blog y en otros lugares ) sobre los recientes
comentarios “anti-cesacionistas”, de un popular pastor con sede en Seattle. No deseo
entrar en una guerra de palabras, o verme envuelto en una controversia en línea. Pero
espero hacer una contribución útil a la conversación.
En los últimos años, he disfrutado de la investigación de los antecedentes históricos
sobre los dones carismáticos, especialmente el don de lenguas . Y sólo puedo esperar
que el pastor anterior, y su co-autor, traten el material de manera responsable en sus
próximos trabajos sobre el tema. (¿Quién sabe, tal vez estaría abierto a un libro de dos
puntos de vista?)
También espero que, en el proceso de criticar la posición cesacionista, los autores no
inventen una versión del hombre de paja de cesacionismo. (Debo admitir que, sobre la
base de lo que he leído hasta ahora , me temo que el hombre de paja ya está en
construcción.)
Sin embargo, en un esfuerzo por desmantelar una mala interpretación errónea antes de
su construcción, ofrezco los siguientes cuatro aclaraciones sobre lo que no es el
cesacionismo:
1. El Cesacionismo no es anti-sobrenatural, ni tampoco niega la posibilidad de los
milagros.
Cuando se trata de entender la posición cesacionista, la pregunta no es: ¿Puede Dios
todavía hace milagros en el mundo el día de hoy? Los cesacionistas serían rápidos en
reconocer que Dios pueda actuar en cualquier momento y en cualquier manera que Él
elija. En este sentido, John MacArthur explica:
Los milagros de la Biblia [sobre todo] se produjeron en tres grandes períodos de tiempo.
El tiempo de Moisés y Josué, el tiempo de Elías y Eliseo, y el tiempo de Cristo y los
apóstoles. . . . . . . Y es durante esos tres breves períodos de tiempo y solo en esto los
milagros proliferaron, esos milagros eran la norma, esos milagros eran en abundancia
Ahora Dios puede interponerse en el torrente humano sobrenatural cuando El lo desee.
No estamos limitándolo. Simplemente estamos diciendo que Él ha escogido limitarse
en gran medida a los tres períodos de tiempo. ( Fuente )
El Cesacionismo entonces no niega la realidad de que Dios puede hacer lo que quiera
cuando El quiera (Salmo 115:3 ). Esto no pone a Dios en una caja o limita sus
prerrogativas soberanas.
Pero sí reconoce que había algo único y especial acerca de la era de los milagros y los
obradores de Milagros que definen los ministerios de Moisés y Josué, Elías y Eliseo, y
Cristo y sus apóstoles. Por otra parte, se reconoce el hecho aparentemente obvio que ese
tipo de milagros (como la separación del mar, detener la lluvia, resucitar a los muertos,
46
https://evangelio.blog/2011/08/11/lo-que-no-es-el-cesacionismo/
55
caminar sobre el agua, o la curación instantánea a los cojos y a los ciegos) no se están
produciendo en la actualidad.
Por lo tanto, los cesacionistas concluyen que:
La era apostólica fue maravillosamente única y terminó. Y lo qué pasó entonces, es que
no es normal para todos los cristianos. Lo normal para todos los cristianos es el estudio
de la Palabra de Dios, que es capaz de hacernos sabios y perfectos. [Es] es vivir por fe
y no por vista. ( Ibid. )
Pero ¿Dios todavía puede hacer cosas extraordinarias en el mundo de hoy? Ciertamente
Él puede, si así lo decide. De hecho, cada vez que los ojos de un pecador se abren al
Evangelio, y una nueva vida en Cristo se crea, no es nada menos que un milagro.
En su útil libro, To Be Continued? , Samuel Waldron expresa muy bien la posición
cesacionista de esta manera (en la p. 102):
No estoy negando con todo esto que existen los milagros en el mundo de hoy, en
el sentido más amplio de acontecimientos sobrenaturales y providencias
extraordinarias. Sólo estoy diciendo que no hay milagros en el sentido más estricto
[de] hacedores de milagros que hacen señales, testificando la revelación redentora
que traen de Dios. Aunque Dios nunca se ha excluido de Su mundo y se encuentra
aún en libertad de hacer lo que quiera, cuando quiera, como Él quiere, y donde Él
quiere, lo ha dejado claro que el progreso de la revelación redentora atestiguado
por señales milagrosas hechas por hacedores de milagros ha llegado a su
conclusión en la revelación encarnada en nuestro Nuevo Testamento.
Por lo tanto, la pregunta no es: ¿Puede Dios todavía hace milagros?
Más bien, la pregunta definitiva es la siguiente: ¿Están los dones milagrosos del Nuevo
Testamento todavía en funcionamiento hoy en la iglesia, de tal manera que lo que era
la norma en los días de Cristo y los apóstoles deben esperarse hoy en día?
Para esto, todos los cesacionistas responden “no.”
2. El Cesacionismo no se sostiene en la interpretación de “lo perfecto” en 1
Corintios 13:10.
Por lo demás, parece que hay puntos de vista casi del mismo número de “lo perfecto”
entre los estudiosos cesacionistas, como comentaristas que escriben sobre 1 Corintios
13:8-13. El espacio en este artículo no permite una investigación completa sobre cada
uno de estos, sino más bien una explicación somera de las principales posiciones.
Las Diferentes Perspectivas
(1) Algunos (como FF Bruce) argumentan que el amor es lo perfecto. Así, cuando la
plenitud del amor venga, los corintios dejarán a un lado sus deseos infantiles.
(2) Algunos (como BB Warfield) sostienen que el canon completo de la Escritura es lo
perfecto. La Escritura se describe como “perfecta” en Santiago 1:25, un texto en el que
la misma palabra para “espejo” (como en el v. 12) se encuentra en Santiago 1:23. Así,

56
la revelación parcial termina hasta el momento en que venga la plena revelación de la
Escritura.
(3) Algunos (como Robert Thomas) sostienen que la iglesia madura es lo perfecto. Esta
opinión se basa principalmente en la ilustración del versículo 11 y en la estrecha relación
entre este pasaje y Efesios 4:11–13. El momento exacto de la “madurez” de la iglesia
es desconocida, aunque está estrechamente relacionado con la terminación del canon, y
el fin de la era apostólica (cf. Ef. 2:20).
(4) Algunos (como Thomas Edgar) ven la entrada del creyente en la presencia de Cristo
(en el momento de la muerte) como lo perfecto. Este punto de vista representa el aspecto
personal de la declaración de Pablo en el versículo 12. Pablo experimentó
personalmente el pleno conocimiento cuando entró en la presencia de Cristo en su
muerte (cf. 2 Cor. 5:8).
(5) Algunos (como Richard Gaffin) ven el regreso de Cristo (y el final de esta era) como
lo perfecto. Esta es también la opinión de la mayoría de los continuacionistas. Por lo
tanto, cuando Cristo regrese (como se expone en el capítulo 15), la revelación parcial
que ahora sabemos se habrá completado.
(6) Algunos (como John MacArthur) ven el estado eterno (en un sentido general) como
lo perfecto. Esta explicación interpreta el neutro de to teleion como una referencia a un
estado general de los acontecimientos y no a un regreso personal de Cristo. Esta visión
coincide con los números 4 y 5 de arriba en el que, según este punto de vista: “Para los
cristianos el estado eterno comienza ya sea en la muerte, cuando vayan a estar con el
Señor, o en el rapto, cuando el Señor lleva a los Suyos para estar con Él” (John
MacArthur, Primera de Corintios, p. 366).
De estos puntos de vista, yo personalmente considero las tres últimas más convincentes
que las tres primeras. Esto se debe principalmente (debo confesar) al testimonio de la
historia de la iglesia. El Dr. Gary Shogren, después de hacer un estudio en profundidad
de unas 169 referencias patrísticas a este pasaje, concluye que la gran mayoría de los
padres de la iglesia vieron lo perfecto en términos de algo más allá de esta vida (la
mayoría de los cuales normalmente se asocian con el regreso de Cristo, o con ver a
Cristo en el cielo). Incluso Juan Crisóstomo (que era claramente un cesacionista) lo vio
de esta manera. Aunque no es autoritativa, la evidencia histórica es difícil de descartar.
En cualquier caso, mi punto aquí es simplemente este: El intérprete puede tomar
cualquiera de las posiciones de arriba, y todavía seguir siendo un cesacionista. De
hecho, hay cesacionistas que se aferran a cada uno de las posiciones que se mencionan
más arriba (como lo indicant los nombres que he enumerado).
Por lo tanto, Anthony Thiselton señala en su comentario de este pasaje: “El único punto
importante aquí es que pocos o ninguno de los argumentos serios del cesacionista
dependen de una interpretación específica de 1 Corintios 13:8-11. . . Estos versículos
no debe utilizarse como argumento para uno u otro lado en este debate” (NIGTC, pp
1063-64).
3. El Cesacionismo no es un ataque a la persona o la obra del Espíritu Santo.
57
De hecho, todo lo contrario es cierto. Los Cesacionistas están motivados por el deseo
de ver al Espíritu Santo glorificado. Les preocupa que, mediante la redefinición de los
dones, la posición continuacionista degrada la naturaleza extraordinaria de esos dones,
lo que reduce el trabajo verdaderamente milagroso del Espíritu en las primeras etapas
de la iglesia.
Los Cesacionistas están convencidos de que, mediante la redefinición de la sanidad, la
posición carismática presenta un mal testimonio al mundo entero cuando los enfermos
no se curan. Por la redefinición de las lenguas, la posición carismática promueve un tipo
de jerigonza sin sentido que va en contra de todo lo que sabemos sobre el don bíblico.
Mediante la redefinición de la profecía, la posición carismática da crédito a aquellos
que dicen hablar en nombre de las mismas palabras de Dios y sin embargo, hablan en
error.
Esto, entonces, es la principal preocupación de los cesacionistas: que el honor del Dios
Trino y Su Palabra sea exaltada y que no se abarate por sustitutos rebajados.
Y ¿cómo sabemos si algo es auténtico o no? Comparándolo con el testimonio escrito de
la Escritura. ¿Acudir a la Biblia para definir los dones significa que estemos pasando
por alto el Espíritu Santo? Todo lo contrario. Cuando escudriñamos las Escrituras, nos
vamos a los testimonios del Espíritu Santo mismo para descubrir lo que Él nos ha
revelado acerca de los dones que Él otorgó.
Como cesacionista, amo el Espíritu Santo. Yo no quisiera hacer nada para desacreditar
Su trabajo, disminuir Sus atributos, o minimizar Su ministerio. Tampoco me quiero
volver a perder todo lo que Él está haciendo en la iglesia de hoy. Y yo no soy el único
cesacionista que se siente así.
Debido a que amamos el Espíritu Santo, estamos agradecidos a Dios por el trabajo
increíble y permanente del Espíritu en el cuerpo de Cristo. Sus obras de regeneración,
morada, bautizo, sellado, seguridad, iluminación, convicción, consuelo, lo
confirmación, llenura, y de habilitar a todos los aspectos indispensables de Su
ministerio.
Debido a que amamos el Espíritu Santo, nos sentimos motivados a estudiar las
Escrituras que Él inspiró para aprender a caminar de una manera digna, siendo
caracterizado por Su fruto. Anhelamos ser llenados por El (Ef. 5:18), lo cual comienza
por ser habitado con Su Palabra, que es la Palabra de Cristo (Colosenses 3:16-17), y de
estar equipado con Su espada, que es el Palabra de Dios (Efesios 6:17).
Por último, es debido a que amamos el Espíritu Santo que anhelamos justamente
representarlo, entender y apreciar sus propósitos (como lo ha revelado en Su Palabra),
y alinearnos con lo que está haciendo en este mundo. Esto más que nada nos da razones
para estudiar la cuestión de los dones carismáticos (cf. 1 Cor. 12:7-11). Nuestro objetivo
en este estudio tiene que ser más que una simple corrección doctrinal. Nuestra
motivación debe ser lograr una comprensión más precisa de la obra del Espíritu de –
tanto que es mejor entregarnos a Él en el servicio de Cristo para la gloria de Dios.

58
4. El Cesacionismo no es el producto de la Iluminación (La época llamada
Ilustración).
Tal vez la forma más fácil de demostrar este último punto es citar la pre-Iluminación de
líderes cristianos que se aferraban a una posición cesacionista. Es, después de todo,
difícil argumentar que el cuarto siglo de Juan Crisóstomo, la teología era un resultado
del racionalismo europeo del siglo 18.
Al traer esta entrada del blog a su fin entonces, aquí hay diez líderes de la historia de la
iglesia a considerar:
1. Juan Crisóstomo (c. 344 a 407):
Este lugar [hablando de 1 Corintios 12] es muy oscuro: pero la oscuridad es
producida por nuestra ignorancia de los hechos referidos y por su cesación, siendo,
como entonces solía ocurrir, pero ahora ya no tienen lugar.47
2. Agustín (354-430):
En los primeros tiempos, el Espíritu Santo descendió sobre los que creyeron y
hablaban en lenguas, que no habían aprendido, según el Espíritu les daba que
hablasen. Estas señales se adaptan al tiempo. Porque no había este presagio del
Espíritu Santo en todas las lenguas [idiomas] para mostrar que el Evangelio de
Dios iba a ejecutarse a través de todas las lenguas sobre toda la tierra. Esto fue
hecho por señal, y cesó.48
3. Teodoreto de Ciro (c. 393-c 466.)
En tiempos antiguos los que aceptaron la predicación divina, y que fueron
bautizados por la salvación les dio señales visibles de la gracia del Espíritu Santo
que actúaban en ellos. Algunos hablaron en lenguas que no conocían y que nadie
les había enseñado, mientras que otros realizaron milagros o profetizaron. Los
Corintios también hicieron todas estas cosas, pero no hicieron uso de los dones,
como lo deberían haber hecho. Estaban más interesados en presumir que en su uso
para la edificación de la iglesia. . . . . . . Incluso en nuestro tiempo la gracia se da
a aquellos que son considerados dignos del santo bautismo, pero no puede tomar
la misma forma como se hizo en aquellos días.49
Nota: Los defensores de la continuacionismo, al igual que Jon Ruthven (en su obra,
Sobre el Cese de los Carismas), también reconocen los puntos de vista cesacionistas de
los Padres de la Iglesia (como Orígenes en el siglo tercero, y Ambrosio en el siglo
cuarto).
Además, a esta lista, podría incluirse el nombre más conocido de la Edad Media, la
escolástico del siglo 13, Santo Tomás de Aquino.

47
Juan Crisóstomo, Homilías sobre 1 Corintios, el 36,7 Crisóstomo comentando sobre 1 Corintios 12:1-2 y la
introducción de todo el capítulo. Citado de 1 a 2 Corintios, en la serie de comentarios antiguos cristianos, 146
48
Agustín, Homilías sobre la Primera Epístola de Juan, 6,10 Cf. Schaff, NPNF, primera serie, 7:497-98
49
Teodoreto de Ciro, Comentario sobre la Epístola a los Corintios, 240, 43, en referencia a 1 Corintios 12:1, 7
Citado de 1- 2 Corintios, ACCS, 117
59
Pero vamos adelante hasta la época de la Reforma y puritana.
4. Martín Lutero (1483-1546)
En la Iglesia primitiva el Espíritu Santo fue enviado en forma visible. Él descendió
sobre Cristo en forma de paloma (Mateo 3:16), y en la semejanza de fuego sobre
los apóstoles y otros creyentes. ( Hechos 2:3.) Este derramamiento visible del
Espíritu Santo era necesario para el establecimiento de la Iglesia primitiva, así
como también los milagros que acompañaron el don del Espíritu Santo. Pablo
explicó el propósito de estos dones milagrosos del Espíritu en I Corintios 14:22,
“Las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos.” Una vez que
la Iglesia se había establecido y anunciado adecuadamente por estos milagros, el
aspecto visible del Espíritu Santo cesó.50
5. Juan Calvino (1509-1564):
Aunque Cristo no estableció expresamente si tenía ó no la intención de este don
[de los milagros] a ser temporales, o permanecer perpetuamente en la Iglesia, sin
embargo, lo más probable es que los milagros fueron prometidos sólo por un
tiempo, a fin de dar realce al evangelio, mientras que estaba nueva o en un estado
de oscuridad.51
El don de sanidad, como el resto de los milagros que el Señor quiso que se llevaran
a la luz durante un tiempo, se ha desvanecido con el fin de la predicación del
Evangelio maravilloso para siempre.52
6. John Owen (1616-1683):
Los Dones que en su propia naturaleza excedieron el poder total de todas nuestras
facultades, esa dispensación del Espíritu hace mucho tiempo que cesó y que si
ahora son pretendidos por cualquiera, puede sospecharse con justa razón ser un
delirio entusiasta.53
7. Thomas Watson (1620-1686):
Claro, hay tanta necesidad de la ordenación ahora como en tiempos de Cristo y en
el tiempo de los apóstoles, había dones extraordinarios en la iglesia los cuales
ahora han cesado.54
8. Matthew Henry (1662-1714):
Lo que estos dones eran en general se nos ha dicho en el cuerpo del capítulo [1
Corintios 12], es decir, oficios y poderes extraordinarios, otorgados a los ministros

50
Martín Lutero, Comentario sobre Gálatas 4, Trans por Theodore Graebner [Grand Rapids, Michigan:
Zondervan, 1949]…., Pp 150-172 Este es del comentario de Lutero sobre Gálatas 4:6
51
Juan Calvino, Comentario a los Evangelios Sinópticos, III. 389
52
Juan Calvino, Institución de la Religión Cristiana, IV:. 19, 18
53
John Owen, Obras, IV:. 518
54
Thomas Watson, Las Bienaventuranzas, 140
60
y a los cristianos en los primeros tiempos, para la convicción de los incrédulos, y
la propagación del evangelio.55
El don de lenguas fue un nuevo producto del espíritu de la profecía y dado por una
razón particular, para que el judío fuese echo a un lado y todas las naciones
podrían ser llevadas a la iglesia. Estos y otros dones de profecía, siendo señales,
hace tiempo que han cesado y se han dejado a un lado, y no tenemos ánimo de
esperar la resurrección de ellos, pero, por el contrario, están dirigidos a llamarnos
a las Escrituras, la palabra profética más segura, más segura que las voces del
cielo, y para estar atentos a ellas, a su búsqueda, y aferrarse a ellas, 2 Pedro 1:29.56
9. John Gill (1697-1771):
[Refiriéndose a 1 Corintios 12:9 y 30,]
Ahora bien, estos dones fueron otorgados en común, por el Espíritu, sobre
apóstoles, profetas y pastores o ancianos de la iglesia, en aquellos tiempos: la
copia de Alejandría, y la versión de la Vulgata Latina, decía: “por un solo
Espíritu.”57
No, cuando estos dones existían, no los tenían todos. Cuando ungían con aceite,
con el fin de curar a los enfermos, estaba en uso, se llevó a cabo sólo por los
ancianos de la iglesia, no por los miembros comunes de la misma, que debían de
ser enviados por los enfermos en esta ocasión.58
10. Jonathan Edwards (1703-1758):
En el día de su [de Jesús] encarnación, sus discípulos tenían una medida de los
dones milagrosos del Espíritu, y por lo tanto habilitados para enseñar y hacer
milagros. Pero después de la resurrección y ascensión, fue el derramamiento más
completo y extraordinario del Espíritu en sus dones milagrosos como nunca se
llevó a cabo, a partir del día de Pentecostés, después de que Cristo había resucitado
y ascendido al cielo. Y en consecuencia de esto, no sólo aquí y allá, una persona
extraordinaria fue dotada con los dones extraordinarios, pero que eran comunes
en la iglesia, y así continuaron durante toda la vida de los apóstoles, o hasta la
muerte del último de ellos, aun el apóstol Juan, que tomó unos cien años desde el
nacimiento de Cristo, para que los primeros cien años de la era cristiana, o el
primer siglo, fuese la época de los milagros.
Pero poco después de que el canon de las Escrituras se completó cuando el apóstol
Juan escribió el libro del Apocalipsis, que él no escribió mucho antes de su muerte,
estos dones milagrosos ya no continuaron en la iglesia. Porque ahora estaba
completa una revelación establecida por escrito de la mente y la voluntad de Dios,
donde Dios había grabado totalmente una norma permanente y suficiente para Su
iglesia en todas las edades. Y la iglesia y la nación judía siendo derrocada, y la

55
Matthew Henry, Comentario Completo, en referencia a 1 Corintios 12
56
Matthew Henry, Prólogo al volumen IV de su Exposición de OT y NT, vii
57
Comentario de John Gill, el 1 de Corintios 12:9
58
Comentario de John Gill sobre 1 Corintios 12:30
61
iglesia cristiana y la última dispensación de la iglesia de Dios siendo establecida,
los dones milagrosos del Espíritu ya no eran necesarios, y por lo tanto cesaron,
porque a pesar de que habían continuado en la iglesia durante tantos siglos, sin
embargo terminaron y Dios hizo que terminaran, porque no había motivo más para
ellos. Y así se cumplió lo que dice el texto, “pero si hay dones de profecía, se
acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará.” Y ahora
parece que hay un fin a tales frutos del Espíritu como estos, y no tenemos ninguna
razón en esperarlos nunca más.59
“De los dones extraordinarios, fueron dados con el fin de la fundación y el
establecimiento de la iglesia en el mundo. Pero ya que el canon de las Escrituras
ha sido completado, y la iglesia cristiana plenamente fundada y establecida, estos
dones extraordinarios han cesado.”60
A esta lista podríamos añadir otros nombres: James Buchanan, RL Dabney, Charles
Spurgeon, George Smeaton, Abraham Kuyper, William GT Shedd, BB Warfield, AW
Pink y así sucesivamente.

59
Jonathan Edwards, sermón titulado, “El Espíritu Santo Siempre Se Comunicada a los Santos, en La Gracia de
la Caridad, o el Amor Divino” sobre 1 Corintios 13:8.
60
Jonathan Edwards, La Caridad y sus Frutos, 29
62

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