SOCRATES

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Sócrates (en griego antiguo: Σωκράτης, Sōkrátēs; Alopece, Atenas, 470 a. C.-399 a. C.

), también
llamado Sócrates de Atenas,1234 fue un filósofo clásico griego considerado como uno de los más
grandes, tanto de la filosofía occidental como de la universal. Fue maestro de Platón, quien a su vez
fue maestro de Aristóteles, siendo estos tres los representantes fundamentales de la filosofía de
la Antigua Grecia. Otros discípulos suyos son Antístenes, Aristipo, Fedón y Esquines.
No hay ninguna evidencia de que Sócrates haya publicado algún escrito de su autoría. Detalles de
su vida son conocidos gracias a tres fuentes contemporáneas: los diálogos de Platón, las obras
de Aristófanes y los diálogos de Jenofonte. En los diálogos de Platón se encuentran los relatos más
completos de Sócrates que han sobrevivido desde la antigüedad. Sin embargo, quedan preguntas
con respecto a la distinción entre el Sócrates de la vida real y la representación de Sócrates
platónico.
Aunque fue un patriota y un hombre de profundas convicciones religiosas, en su vejez fue acusado
de introducir nuevos dioses y corromper a la juventud, alejándola de la democracia. En el año
399 a. C. fue condenado y se le ordenó beber veneno (cicuta) para morir.
Es una figura principal de la transformación de la filosofía griega en un proyecto continuo y unificado.
Se le considera el padre de la filosofía política, de la ética y es la principal fuente de todos los temas
importantes de la filosofía occidental en general; quizás su contribución más importante al
pensamiento occidental es su modo dialéctico de indagar, conocido como el método socrático o
método de «elencos», el cual aplicaba para el examen de conceptos morales clave, tales como el
bien y la justicia. La historiografía tradicional divide al conjunto de los pensadores anteriores a
Sócrates (y a su coetáneo Demócrito) como «presocráticos», y a los influenciados por Sócrates en
«socráticos mayores» (Platón y Aristóteles) y «socráticos menores»
(megáricos, cínicos y cirenaicos).5

Biografía[editar]
Primeros años[editar]
Nació en Atenas, donde vivió durante los dos últimos tercios del siglo V a. C.,123 la época más
espléndida en la historia de su ciudad natal, y de toda la antigua Grecia. Fue hijo de Sofronisco, de
profesión cantero, motivo por el que en su juventud lo llamaban Σωκράτης Σωφρονίσκου (Sōkrátēs
Sōfronískou, ‘Sócrates hijo de Sofronisco’), y de Fenáreta, comadrona, emparentados con Aristides
el Justo.678
Según Plutarco, cuando Sócrates nació, su padre recibió del Oráculo de Delfos el consejo de dejar
crecer a su hijo a su aire, sin oponerse a su voluntad ni reprimirle sus impulsos.910 No obstante,
ni Jenofonte ni Platón mencionan esta intervención del oráculo, lo que hace pensar que pueda ser
una tradición popular muy posterior.9
Educación[editar]
Recibió una educación tradicional: literatura, música y gimnasia. Luego se familiarizó con las
disciplinas de la dialéctica y la retórica utilizadas por los sofistas. Al principio, Sócrates siguió el
trabajo de su padre; realizó un conjunto de estatuas de las tres Gracias, que estuvieron en la
entrada de la acrópolis de Atenas hasta el siglo II a. C.11 Tuvo por maestro al filósofo Arquelao quien
lo introdujo en las reflexiones sobre la física y la moral.12
Matrimonio[editar]
Xantipa vertiendo sustancias de desecho en Sócrates.
Se casó con Xantipa (o Jantipa), que era de familia noble.13 Según una tradición antigua, trataba
muy mal al filósofo, aunque en realidad Platón muestra, al narrar la muerte de Sócrates en el Fedón,
una relación normal e incluso buena entre los dos.
Vida política y militar[editar]
Fue obediente con las leyes de Atenas, pero evitaba la política. Creía que podría servir mejor a su
país dedicándose a la filosofía.13
Sócrates presidió, por su tribu, la asamblea durante el juicio de los generales, donde se rehusó a
someter a votación una propuesta inconstitucional (Platón, Apología, 32b; Jenofonte, Memorabilia.,
1.1.18).14 Actuando como prítanis (presidente de la Pritanía) se opuso en vano (exigiendo el
cumplimiento de las leyes), a la histeria de las masas en la Asamblea (incitadas por unos
demagogos) que, atropellando todas las normas de procedimiento, condenaron a muerte en
bloque a los generales vencedores en la batalla de Arginusas, porque no habían salvado a los
náufragos.15
Durante la guerra del Peloponeso contra Esparta, sirvió como hoplita con gran valor en las batallas
de Potidea con unos cuarenta años, en el 432-430 a. C., Sócrates salvó la vida de su pupilo
Alcibíades. En la batalla de Delio en el 424 a. C. En la batalla de Anfípolis en el 422 a. C., Alcibíades
salvó la vida de su maestro Sócrates de cincuenta años.16
Aspecto[editar]
Era de pequeña estatura, vientre prominente, ojos saltones y nariz exageradamente respingona. Su
figura era motivo de chanza. Alcibíades lo comparó con los silenos, los seguidores ebrios y lascivos
de Dioniso.
Platón consideraba digno de ser rememorado el día en que le lavó los pies y le puso sandalias,
y Antifón, el sofista, decía que ningún esclavo querría ser tratado como él se trataba a sí mismo.
Llevaba siempre la misma capa, y era tremendamente austero en cuanto a comida y bebida.
Desde muy joven, llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de sus razonamientos y
su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la que salpicaba sus tertulias con los
ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba sobre su confianza en
opiniones populares, aunque muy a menudo él no les ofrecía ninguna enseñanza.

El juicio[editar]
Artículos principales: Juicio de Sócrates, Apología de Sócrates (Platón) y Apología de Sócrates
(Jenofonte).
Aunque durante la primera parte de su vida fue un patriota y un hombre de profundas convicciones
religiosas, Sócrates sufrió sin embargo la desconfianza de muchos de sus contemporáneos, a los
que les disgustaba la nueva postura que tomó frente al Estado ateniense y la religión establecida,
principalmente en contra de las creencias metafísicas de Sócrates, que planteaban «una existencia
etérea sin el consentimiento de ningún dios como figura explícita». Fue acusado en el 399 a. C. de
introducir nuevos dioses y corromper la moral de la juventud, alejándola de los principios de
la democracia. Por el contrario, Sócrates se manifestó devoto de los dioses, y no pretendía introducir
nuevas deidades, a lo que manifestó:
«¿Cómo podría yo introducir nuevos dioses por decir que una voz divina se me manifiesta para indicarme lo que
hay que hacer? [...] Por otro lado, que la divinidad sabe de antemano lo que va a suceder y que lo anuncia con
señales a quien quiere, tal como yo lo digo, lo dicen también todos y lo creen. Pero mientras estos llaman,
augurios, voces, coincidencias y adivinos a los que les anuncian las señales, yo lo llamo genio divino y pienso
que al llamarlo así, me expreso de manera más veraz y piadosa que los que atribuyen a las aves el poder de los
dioses».17

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