La Musica Nasca Fundamentos Permanencia
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grupo editorial
La música nasca
Fundamentos, permanencia y cambio
Descubriendo los sistemas musicales prehispánicos andinos
Primera edición: diciembre 2016
Tiraje: 1000 ejemplares
isBN: 978-612-4187-27-8
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2016-17327
Presentación 13
capítulo i: introducción 17
capítulo ii: Los estudios realizados en las antaras nasca 31
capítulo iii: Teoría y procedimientos matemáticos utilizados 39
capítulo iV: La escala hiperbólica de trece tonos 57
capítulo V: El conjunto de seis antaras nasca de la tumba s-iii- cQT-5 83
capítulo Vi: El conjunto de tres antaras nasca del museum of the
american indian (mai) 93
capítulo Vii: El conjunto de cinco antaras nasca del museo del
Banco central de Reserva del Perú (mBcRP) 101
capítulo Viii: El conjunto de veintiséis antaras nasca del centro
ceremonial de cahuachi 109
capítulo iX: Desarrollo de las escalas repartidas y estructuras orquestales
de los conjuntos de lautas de pan 143
capítulo X: conclusiones 193
Referencias 199
Presentación
introducción
Nasca fue una gran cultura pre hispánica que se desarrolló en medio del de-
sierto en la costa sur del Perú en el actual departamento de ica. Tuvo su asiento
principalmente en el valle del Rio Grande y sus aluentes durante el periodo
de la prehistoria peruana denominado intermedio Temprano. Probablemente,
fue constituida por la misma etnia que conformó la cultura paracas y habitó la
región durante el periodo previo conocido como Horizonte chavín (800 a.c.-
300 a.c.). Las etapas pre-Nasca, clásico Nasca y sub-Nasca correspondientes a
la antigua clasiicación de esta cultura abarcan un periodo comprendido entre
300 a.c. y 500 d.c. pero la época de su lorecimiento como Estado Regional
está ubicado entre los 200 d.c. y 500 d.c. Hasta los estudios sobre cahuachi
(silverman 1985, entre otros) no había mayor evidencia de centros poblados
de la sociedad nasca, en cambio se encontraron abundantes tumbas durante las
expediciones arqueológicas que realizaron Julio c. Tello y Toribio mejía Xes-
pe entre 1927 y 1928. En 1944, Paul Kosok tomó las primeras fotografías de
los dibujos gigantes trazados en el desierto por esta gran cultura, denominados
genéricamente “Figuras nasca”. Figuras que fueron posteriormente estudiadas y
cuidadas por la investigadora alemana maría Reiche (1949 1953 1958). a partir
de las excavaciones arqueológicas desarrolladas por la misión italiana studi e
Ricerche archeologiche Precolombiane (1982-1994), los restos de cahuachi se
fueron dando a conocer (Oreici y Drusini 2003). si bien cahuachi no fue un
centro poblado sino un centro ceremonial mantenido por una clase sacerdotal,
su vigencia y destrucción estan muy ligadas con la existencia y desaparición de
la cultura nasca. según Giuseppe Oreici, cahuachi tuvo cinco fases en su larga
existencia como centro ceremonial: primera fase: 400 a.c.-200 a.c.; segunda
fase: 200 a.c.- 100 d.c.; tercera fase: 100 d.c.-350 d.c. cuarta fase: 350 d.c.-
La música nasca
400 d.c. y quinta fase: 400 d.c.-450 d.c. En 450 d.c. cahuachi fue incendiada
y abandonada probablemente debido a un gran cataclismo y/o a condiciones cli-
máticas extremas, poniendo in a una etapa dorada de la cultura andina (Oreici
y Drusini ob.cit.).
El gran desarrollo técnico cultural alcanzado por los nasca se evidencia en la cons-
trucción de galerías iltrantes y un complejo de técnicas de almacenamiento y
distribución del agua para poder sobrevivir en una zona de pocos recursos hí-
dricos, la construcción de centros ceremoniales y cementerios, en el arte textil y
cerámico, en los dibujos gigantescos trazados en medio del desierto conocidas
como las Figuras nasca o Líneas de Nasca, y, especialmente, en su cultura musical.
innumerables restos arqueológicos de instrumentos musicales de esa gran cultu-
ra conocidos como “antaras nasca” se encuentran diseminados en los diferentes
museos del Perú y del mundo. Las antaras nasca son instrumentos musicales de
cerámica de varios tubos construidas con técnica depurada y precisión sonora.
Existen, además, otros aerófonos nasca, entre silbatos, quenas, trompetas e ins-
trumentos de percusión que muestran un alto grado de perfección y técnica.
asimismo, es notorio que las antaras nasca poseen una gran variedad de escalas
musicales, algunas de gran complejidad; lo cual, desde un inicio, llamó la aten-
ción a los estudiosos. además, como explicaremos en este libro, la cultura nasca
concibió un singular sistema musical coherente en base a una escala de trece
tonos que ha permanecido oculto hasta hoy y que aún persiste en algunas tradi-
ciones musicales andinas. así, la cultura nasca alcanzó un alto grado de desarrollo
en la música y en la teoría musical. a tal punto que se puede concluir que esta
cultura representó el mayor desarrollo que jamás ninguna sociedad andina haya
alcanzado ni antes ni después en materia musical. Y será necesario reevaluar el
desarrollo musical que tuvieron las antiguas culturas peruanas comenzando por
aceptar que fue una escala más compleja que la pentafónica la que rigió en tiem-
pos prehispánicos.
Hubo en el antiguo Perú un gran lorecimiento del arte musical en el interme-
dio Temprano, pero el colapso de la cultura nasca en el siglo V signiicó la pér-
dida de múltiples conocimientos y técnicas musicales que los pueblos y culturas
posteriores como los wari-tiahuanaco, las culturas de intermedio Tardío y los
incas solo alcanzaron a conservar una parte pero de manera dislocada. sin em-
bargo, curiosamente, quedan aún múltiples tradiciones musicales vigentes que
manejan los conceptos, las técnicas de interpretación y el sistema musical que se
18
Introducción
concibieron en esa gran cultura; lo que demuestra, una vez más, la permanencia
de valores culturales muy antiguos en la actual cultura musical andina.
19
La música nasca
Figura 1-1. muestra las relaciones dimensionales de las antaras ainadas a la octava (Fotos
extraídas del artículo El siku bipolar en el antiguo Perú (Valencia chacón 1982c: 42)
20
Introducción
Figura 1-2. Figuras nasca del “mono” y el “colibrí”. Las lechas indican la dirección del conjun-
to músico-coreográico que entra y sale de los dibujos de un solo trazo. (Tomado de Valencia
chacón 1982c: 45)
Figura 1-3. Dibujo artístico de Roberto Valencia melgar donde se aprecia un conjunto de
sikuris nasca recorriendo una igura de la pampa de Nasca, según la hipótesis presentada (ex-
traído de Valencia chacón 1982c: 47)
21
La música nasca
Propuse, además, una conjetura que relacionaba estos hipotéticos sikuris nasca
con las famosas Figuras nasca. Las Figuras nasca, llamados por algunos geoglifos
(Oreici 2009), son dibujos gigantescos confeccionados en el desierto por esta
gran cultura (Figura 1-5). son dibujos de un solo trazo cuyas líneas no se entre-
cruzan, de manera que si un móvil entra al dibujo por un extremo, sale por el
otro extremo, tal como se detalla en la Figura 1-2. De este modo propusimos que
estos dibujos pudieron haber sido recorridos por conjuntos músico-coreográicos
de antaras (Figura 1-3); ya anteriormente, Hans Horkheimer (1947: 59) observó
que las iguras tenían propósitos coreográicos. Los detalles de la hipótesis fueron
incluidos en mi artículo El siku bipolar en el antiguo Perú publicado en 1982 en
el Boletín de Lima (Valencia chacón 1982c). La copia facsimilar del artículo
completo mencionado ha sido reproducido últimamente en el capítulo iV del
libro La música moche citado (Valencia chacón 2015).
22
Introducción
Figura 1-5. Figuras nasca. Reproducción de Kern y Reiche (1975: 38-39) (extraído de Valen-
cia chacón 1982c: 44)
23
La música nasca
24
Introducción
signos diacríticos para señalar las diferencias de ainación: el signo + para indicar
un sonido más alto que el anotado y el signo – para anotar un sonido más bajo.
si bien algunos ensayaron alguna explicación sobre los sonidos y escalas obteni-
das en sus respectivos análisis, ninguno intentó dar una explicación coherente a
las mismas; es decir, formular el sistema musical en el que se basaban las escalas.
sin embargo, el importante investigador norteamericano Robert stevenson
(1959) indicó en las conclusiones de su estudio que habiendo una gran abun-
dancia de restos arqueológicos referidos a las lautas de pan nasca en los diversos
museos, era tiempo que alguien pudiera “quebrar” el código musical de los nas-
cas; es decir, descubrir su sistema musical.
así, otro investigador norteamericano, Joerg Haeberli (1979), hizo el primer in-
tento de determinar el código de los nascas, aunque en un reducido número de
antaras nasca que se encuentran en el Peabody museum y en el museum of the
american indian de E.U.a. además de realizar mediciones tonométricas con
precisión de cents, por medios estadísticos concluyó que la mayoría de instru-
mentos nasca que analizó tendrían una escala aritmética. sin embargo, tal como
demuestro en el capítulo iV del presente libro, la escala aritmética es muy difícil
de ser llevada a la práctica, lo que descarta que haya sido la base del sistema mu-
sical nasca.
El peruano césar Bolaños (1988) utilizando también mediciones tonométricas
con precisión de cents estudió las antaras existentes en el museo Nacional de
arqueología, antropología e Historia del Perú (mNaaHP). Observó algunas
particularidades de las escalas nasca como el intervalo mayor que se sucede entre
el primero y segundo tubo de las antaras que denominó “intervalo nasca,” pero
no logró formular una teoría sobre el código de los nascas que stevenson instaba
a quebrarlo.
últimamente, la investigadora polaca anna Gruszczynska-Ziólkowska (2009a
2009b 2014) realizó un importante estudio de un conjunto de antaras encontra-
das en el centro ceremonial de cahuachi. su trabajo que incluyó la reconstruc-
ción de los instrumentos que fueron quebrados y quemados a propósito antes de
ser abandonados, hasta la fecha es el estudio más completo realizado en materia
de las antaras nasca. Gruszczynska-Ziólkowska utilizó múltiples cálculos y recur-
sos para tratar de descubrir el código que manejaban los nascas en las escalas de
sus instrumentos, pero tampoco tuvo éxito en su empeño.
25
La música nasca
26
Introducción
quechua) vigente en chile central. Pero parece claro que el punto neurálgico en el
discurso sobre el tema de la práctica musical prehispánica es que, a diferencia de
las numerosas noticias y datos sobre el contexto, ningún investigador ha podido
caracterizar ni deinir sus sistemas musicales. como si, tomando un planteamiento
de Gabriel castillo F., en la base del problema de la historiografía de la música prehis-
pánica se erigiera un relato musicológico de una expresión musical inasible. (Rondón
y Vera 2008: 199-200)
En resumen, Rondón y Vera concluyen que, hasta hoy, ningún investigador ha
logrado caracterizar ni deinir los sistemas musicales prehispánicos. indico hasta
hoy, pues el presente libro tiene el propósito de dar a conocer por primera vez a
la comunidad cientíica y al público en general el sistema musical de los nascas
subyacente en las antaras arqueológicas que últimamente hemos descubierto,
contradiciendo la idea que los sistemas musicales prehispánicos sean inasibles.
muy probablemente, el estudio que empieza a rebelarse con esta publicación
sea uno de los primeros, sino el único, que pretende dar un paso adelante para
revertir la situación anotada por Rondón y Vera.
27
La música nasca
de que el sistema musical de la cultura nasca se basa en una escala de trece sonidos
por octava, tan cercana a una escala temperada de dieciséis tonos que podría con-
fundirse con esta escala. Los trece sonidos del sistema corresponden a trece dife-
rentes largos de los tubos de las lautas de pan distribuidos en una conformación
hiperbólica. El sistema musical fue un feliz y único manejo de relaciones simples
que lograron los nasca, coincidente con el manejo dimensional correspondiente
a una escala temperada de dieciséis tonos.
El presente libro constituye un adelanto y es parte de una investigación mayor
que el autor realizó en diferentes museos del país en el marco del trabajo de cam-
po para la elaboración de su tesis de doctorado en musicología en la Universidad
de Helsinki, Finlandia1. El libro contiene algunos capítulos de la misma. Es el
inicio de la divulgación de la tesis al público en general. Esperamos más adelante
complementarlo con otras publicaciones que abarquen toda la complejidad del
sistema musical descubierto. Por otro lado, este libro puede considerarse una pu-
blicación complementaria al libro anterior ya señalado: La música moche (Valen-
cia chacón 2015), pues contiene los conceptos necesarios para la comprensión
de la escala hiperbólica de trece tonos que los mochica también utilizaban en la
concepción de sus instrumentos, como indiqué en el libro citado.
El libro consta de diez capítulos. El capítulo i es la presente introducción. El
capítulo ii (Los estudios realizados en las antaras nasca) trata sobre los estudios
previos efectuados en las lautas de pan (antaras) nasca. El capítulo iii (Teoría
y procedimientos matemáticos utilizados) proporciona los lineamientos teóricos y
los procedimientos matemáticos y estadísticos utilizados en el presente libro para
enunciar y sostener la hipótesis. En el capítulo iV (La escala hiperbólica de trece
tonos) luego de deinirse lo que constituye un sistema musical y de una breve
crítica a las hipótesis y conclusiones de Joerg Haeberli (1979) y Jones (1981),
se formula la hipótesis de una escala hiperbólica de trece tonos por octava como
fundamento del sistema musical de los nasca. se indica también los elementos y
procedimientos generales del contraste de la hipótesis. El capítulo V (El conjunto
de seis antaras nasca de la tumba S-III-CQT-5) proporciona el primer contraste de
1
La tesis de doctorado escrita originalmente en inglés titulada Permanence and Change in Andean
Panpipe Traditions. Finding Pre-columbian Tonsystems from the Ancient Peru se encuentra en la
etapa inicial de su presentación, fue enviada a mi asesor de tesis el 3 de octubre de 2016 para su
revisión. La Universidad de Helsinki permite publicar parcialmente el contenido de la tesis antes
de su aprobación y sustentación inal.
28
Introducción
29
capítulo ii
En los años 1927 y 1928, Julio c. Tello (1959) encontró una gran cantidad de
fardos funerarios de la cultura nasca durante las expediciones arqueológicas que
organizó en la costa sur del Perú. En esa oportunidad el ilustre arqueólogo excavó
quinientos treinta y siete tumbas pertenecientes, principalmente, a esa cultura en
los valles de Kopara, Nasca, ingenio y Wayuri, valles de la hoya del Rio Grande,
encontrando una gran cantidad de artefactos arqueológicos que rodeaban a las
momias enterradas. así, entre las piezas arqueológicas halladas en las tumbas de
Kopara o de las Trancas, descubrió numerosas lautas de pan de cerámica que
evidenciaron de inmediato el gran desarrollo musical que tuvo esa gran cultura
de la costa sur del Perú. Las lautas de pan arqueológicas fueron denominadas y
registradas por Tello y sus ayudantes con el término general de “antaras”. “anta-
ra” es el nombre quechua de un tipo de lautas de pan andinas que aún existen
en nuestros días y que, según los testimonios de algunos cronistas coloniales,
existían en tiempo de los incas (quechuas). Pero los nascas se establecieron en la
costa peruana más de mil años antes que los quechuas, y no se conoce la lengua
que hablaban. ciertamente no era el quechua, y mal podría denominarse a sus
lautas de pan “antaras”. Este equívoco en la denominación de los artefactos se
debió, principalmente, a que en el momento de su descubrimiento todavía no
se tenía idea de su antigüedad, ni estaban establecidos los periodos de nuestra
prehistoria gracias a la ijación de fechas del carbono14. sin embargo, en múlti-
ples estudios que se han ido realizando sobre estas lautas de pan arqueológicas,
los autores insistieron en denominarlas “antaras nasca”, creando una tradición
de nomenclatura en la arqueomusicología peruana. De modo que en este libro
emplearemos esta tradición terminológica para asegurar el entendimiento de lo
que estamos tratando, pero queda claro que el nombre cientíico correcto de las
La música nasca
1
Flauta de pan, panpipe en inglés, es el nombre cientíico que se da a todo instrumento aerófono
que consiste en un conjunto de tubos. El término deriva del instrumento que utilizaba el perso-
naje mitológico griego, Pan.
32
Los estudios realizados en las antaras nasca
cisco curt Lange publica el artículo del investigador belga radicado en el Perú,
andrés sas, Ensayo sobre la música Nazca, el primero de su tipo sobre las deno-
minadas antaras nasca. En este artículo sas cree equivocadamente que los nascas
fueron contemporáneos con los incas y que las lautas de pan de esta cultura
representan el arte costeño del antiguo Perú, que fue aniquilado por los inva-
sores andinos del cusco que practicaban una música distinta (pentafónica). al
margen de este error, el investigador señala que la música nasca es más compleja
que la “pentafonía incaica” pues indica que empleaba “intervalos ligeramente
menores o ligeramente superiores al semitono y de intervalos que no pueden
medirse únicamente por medio de tonos y de semitonos”. En las trece páginas
de su artículo andrés sas analiza veintiocho lautas de pan nasca, la mayoría de
cerámica, existentes en el mNaaHP, entonces denominado museo Nacional de
arqueología de Lima. su estudio consiste en anotar en el pentagrama los sonidos
que supuestamente proporcionan los tubos de las lautas de pan y realizar breves
comentarios en base a las escalas obtenidas. coloca el signo (+) o el signo (-)
cuando considera que el sonido producido es más alto o más bajo que el anotado
en el pentagrama. sas no realiza un análisis tonométrico con precisión de cents.
Tampoco indica si fue ayudado por algún músico que supiera soplar los tubos
de las lautas de pan ni el tipo de instrumento o ainador que utilizó para realizar
sus medidas. algunos investigadores que analizaron posteriormente los mismos
instrumentos, criticaron la inexactitud de algunos sonidos que proporciona el
investigador, como veremos.
El investigador cusqueño Policarpo caballero Farfán, en su libro Inluencia de
la música incaica en el cancionero del norte argentino, publicado en 1946 por la
comisión Nacional de cultura de argentina, resume sus investigaciones de
instrumentos pre colombinos andinos existentes en diferentes museos y colec-
ciones particulares como son el mNaaHP, el museo Etnográico de Buenos
aires, el museo argentino de ciencias Naturales de Buenos aires y el museo
incaico de m. de saint en Buenos aires. se reiere también a las investigaciones
previas como la de los D’Harcourt (1925), de andrés sas (1939), carlos Vega
(1932 1934) y mariano Béjar Pacheco (1935). caballero Farfán esencialmente
propone en su libro que las culturas prehispánicas mantuvieron varios sistemas
musicales con relación al número de sonidos por octava: la bifonía, la trifonía,
la tetrafonía, la pentafonía, la hexafonía, la heptafonía e incluso el cromatismo,
con lo que contradice la tesis exclusivamente pentafónica de los D’Harcourt.
Propone también que estos sistemas seguirían existiendo en el mundo andino en
33
La música nasca
géneros tradicionales como las huancas o himnos de trabajo agrícola, los hayllis
o cantos triunfales, los puriy o marchas militares, los yarahues o cantos de amor,
los huaynos diseminados en todo el mundo andino, las bagualas existentes en
el norte argentino y aun en los yaravíes y vidalas de clara connotación mestiza.
sin embargo, caballero en sus formulaciones asume sin querer una posición
euro-centrista, creyendo que conceptos occidentales como las escalas diatónicas
y cromáticas, la modulación y el temperamento igual son conceptos universales,
y sosteniendo ingenuamente que los antiguos peruanos habían mantenido antes
de la invasión europea a américa estos conceptos occidentales. sin embargo, ca-
ballero acierta cuando indica que algunos sonidos que producen los instrumen-
tos precolombinos coinciden con los sonidos que se encuentran en los géneros
tradicionales andinos vigentes. contradice también las medidas de algunas lau-
tas de pan efectuadas anteriormente por andrés sas. En realidad, tanto caballero
como sus antecesores a quienes critica solo realizan medidas aproximadas de los
sonidos que emiten los instrumentos estudiados con relación a las escalas occi-
dentales; precisan ambiguamente que los sonidos son más altos o más bajos que
los anotados en el pentagrama, pero no realizan mediciones tonométricas con
precisión de cents. sin embargo, la metodología de Policarpo caballero Farfán
que se basa en realizar comparaciones de las escalas de los instrumentos arqueo-
lógicos con los sonidos utilizados en las melodías actuales correspondientes a
géneros andinos, particularmente de las provincias del cusco, es el aporte más
importante del investigador cusqueño.
El norteamericano Robert stevenson en su libro de doscientos veinte páginas
he Music of Peru Aboriginal and Viceroyal Epochs (1959) dedica treinta y ocho
páginas a los ancient Peruvian instruments (capítulo i). En dicho capítulo, en
primer lugar, stevenson critica a los D´Harcourt (1925) por soslayar las incom-
patibilidades entre las escalas que ellos mismos encuentran en algunas lautas de
pan nasca con las series pentatónicas en las que, según la conocida tesis de los
investigadores franceses, se basaría la música andina prehispánica y moderna.
indica que ya anteriormente mariano Béjar Pacheco (1935) tras examinar seis
lautas de pan nasca concluye que las escalas de estos instrumentos presentan
semitonos e intervalos enarmónicos entre tubos adyacentes incompatibles con
las series pentatónicas. Lo que lleva a Béjar a la conclusión de que si en verdad
la música incaica fue pentatónica, entonces fue música decadente respecto de la
música nasca, como fue la música griega post clásica con la pérdida del género
enarmónico. stevenson continúa su escrito proporcionando la notación musical
34
Los estudios realizados en las antaras nasca
de los sonidos que producen un grupo de veinte y cuatro lautas de pan nasca
que examina. No menciona la metodología que empleó para anotar los sonidos;
solo indica en una nota posterior que utilizó un ainador cromático Honner P3
(a-440) como standard y sus anotaciones no tienen la precisión del orden de los
cents. De similar manera que sas, coloca el signo (+) si el sonido anotado en el
pentagrama es más alto, o el signo (-) si es más bajo que el convencional occiden-
tal de la escala temperada. anota también que los sonidos hallados en las lautas
de pan nasca examinadas raramente pertenecen a las series pentatónicas, y con-
irma así sus dudas sobre la pentafonía andina enarbolada por los D’Harcourt. El
investigador, entre otras observaciones más, indica que los constructores nasca de
las antaras hacían distinciones microtonales mientras carecían de intervalos ma-
yores comunes en Occidente. compara esto con las diferencias entre los idiomas
occidentales y los idiomas nativos y señala que los indios aymara no distinguen
la e de la i, o la o de la u, pero sí distinguen otros sonidos que no distinguen los
lenguajes romances (la t de la tt, la c de la cc). señala también que, aunque nunca
podremos escuchar la música que hicieron los nasca, puesto que hay suicientes
lautas de pan de esta cultura en los diversos museos del mundo, es tiempo de
quebrar (breaking) su código musical.
En 1977, el presbítero alberto Rossel castro publica su importante libro para la
arqueología peruana de 372 páginas, Arqueología sur peruana, donde en el capí-
tulo Xi (páginas 231-256) trata sobre la música nasquense. El libro contiene una
variada e importante información sobre la cultura nasca. Y es particularmente
interesante el capítulo iV, donde Rossel hace un recuento de la arqueología de la
costa sur del Perú, con el que incluye las expediciones realizadas por diferentes
arqueólogos peruanos y extranjeros y entrevista a los principales huaqueros que
desde inicios del siglo XX, saquearon las tumbas de esta cultura y son responsa-
bles de la diseminación de restos arqueológicos en los diversos museos del mun-
do. así, cuenta que el huaquero Pompeyo maldonado le informó en 1942 que
él mismo inició sus excavaciones en los cementerios de Paredones y cantayo en
1905; y recuerda que extrajo de una tumba de cantayo una cantidad de platos
de oro, un ídolo y múltiples objetos de cerámica. El ídolo era la igura escul-
tórica de 10 cm, de oro, correspondiente a un músico que tocaba una antara.
Descubrió también en los cementerios de majuelos una tumba que contenía un
cadáver humano casi desecho acompañado de treinta y dos antaras de cerámica.
La más grande medía 1.20 m de altura. Respecto al capitulo Xi sobre la música
nasca, Rossel no va más allá de los autores precedentes reseñados anteriormente
35
La música nasca
36
Los estudios realizados en las antaras nasca
37
La música nasca
38
capítulo iii
aire dentro del tubo. además, esta onda estacionaria ocasiona en el extremo o
extremos del tubo, una onda sonora esférica y viajera, de iguales características
acústicas que la originaria. Esta misma onda viajera es la que llega al oído que re-
cibe de este modo, de manera indirecta, la resonancia del tubo cuando es soplado
por el instrumentista.
La acústica de los tubos (cavidades) resonantes trata especíicamente del estudio
de las ondas estacionarias de sonido dentro de los tubos o cavidades. Estos tubos
pueden ser: cerrados, cuando ambos extremos del tubo son cerrados; abiertos,
cuando los extremos del tubo son abiertos; y abiertos y cerrados, cuando el tubo
es cerrado en un extremo y abierto en el otro.
El análisis de los fenómenos oscilantes en general, es más o menos complejo
según los grados de libertad que se considere en el sistema estudiado. Los grados
de libertad representan la cantidad de variables que se consideran en un fenóme-
no dado. Para el efecto del análisis de los fenómenos acústicos, la acústica como
toda ciencia, utiliza modelos matemáticos, los cuales generalmente se expresan
en ecuaciones diferenciales de diversa complejidad. El mundo físico real tiene
ininitos grados de libertad y es imposible conocer a plenitud un fenómeno; sin
embargo, a medida que se consideren mayor número de grados de libertad (va-
riables) en los modelos matemáticos mencionados, podremos conocer cada vez
mejor el fenómeno real.
Las variables independientes utilizadas en los fenómenos acústicos son, princi-
palmente: el tiempo (t) y el espacio de una, dos o tres dimensiones (x, y, z). De
estas variables independientes dependen otras variables (dependientes) que en el
caso de la acústica son la presión acústica, la velocidad, la intensidad acústica, la
frecuencia, etc.
40
Teoría y procedimientos matemáticos utilizados
Figura 3-1
con estos parámetros y variables, haciendo uso del análisis diferencial, y supo-
niendo que la velocidad del aire es despreciable y la temperatura uniforme, se
llega a la siguiente ecuación diferencial (ecuación de onda unidimensional), que
resume el fenómeno acústico en la columna:
(3.1)
(3.2)
41
La música nasca
(3-3)
(3-4)
42
Teoría y procedimientos matemáticos utilizados
43
La música nasca
bargo, soplando en forma especial (más enérgica) se puede conseguir que los
tubos resuenen a partir del tercer armónico. Ojo que los tubos abiertos en un
extremo y cerrados en su extremo distal solo proporcionan armónicos impares.
Las lautas de pan de gran tamaño como algunas encontradas en cahuachi y las
pertenecientes a los chunchos de Huanta, son más factibles de hacerlas resonar
en frecuencias armónicas distintas de la fundamental.
Tenemos, entonces, para el primer armónico en la ecuación (3-4):
(3-4a)
(3-4b)
(3-4c)
(3-5)
(3-5b)
(3-5c)
44
Teoría y procedimientos matemáticos utilizados
(3-6a)
(3-6b)
(3-7a)
(3-7b)
(3-8)
(3-9)
45
La música nasca
(3-10)
Reemplazando (3-8):
De donde:
O sea:
Pero:
(3-11)
(3-11a)
Esta ecuación liga la frecuencia o altura de la fundamental del sonido emitido por
46
Teoría y procedimientos matemáticos utilizados
(3-12)
F en Hertz; L y d en mm.
47
La música nasca
(3-13)
48
Teoría y procedimientos matemáticos utilizados
Figura 3-5
(3-14a)
(3-14b)
c1 c2 c3 c4 c5 c6 c7 c8
32.703 65.406 130.812 261.625 523.251 1046.502 2093.004 4186.008
1
En todo el libro nombraremos a las notas musicales con la nomenclatura inglesa: a (la), B (si),
c (do), D (re), E (mi), F (fa), G (sol) debido a que las diferentes tablas, diagramas y gráicos don-
de aparecen las notas musicales fueron confeccionadas para la tesis original redactada en inglés.
49
La música nasca
1 2 3 4 5 6 7 8
c 32.703 65.406 130.812 261.625 523.251 1046.502 2093.004 4186.008
c# 34.648 69.295 138.590 277.182 554.365 1108.730 2217.460 4434.921
D 36.708 73.416 146.832 293.664 587.329 1174.659 2349.318 4698.635
D# 38.891 77.781 155.563 311.126 622.254 1244.508 2489.015 4978.030
E 41.203 82.406 164.813 329.627 659.255 1318.510 2637.020 5274.040
F 43.653 87.307 174.613 349.227 698.456 1396.913 2793.825 5587.650
F# 46.249 92.498 184.996 369.994 739.989 1479.977 2959.955 5919.909
G 48.999 97.998 195.997 391.995 783.991 1567.981 3135.963 6271.925
G# 51.913 103.826 207.651 415.304 830.609 1661.218 3322.437 6644.874
a 55.000 109.999 219.999 439.999 880.000 1760.000 3519.999 7039.998
a# 58.270 116.540 233.080 466.163 932.327 1864.655 3729.309 7458.618
B 61.735 123.470 246.940 493.882 987.766 1975.533 3951.065 7902.131
1 2 3 4 5 6 7 8
G# 51.913 103.826 207.651 415.304 830.609 1661.218 3322.437 6644.874
a! 54.211 108.422 216.845 433.691 867.383 1734.767 3469.534 6939.067
a#! 56.511 113.223 226.445 452.892 905.786 1811.571 3623.143 7246.286
a#¡ 59.118 118.235 236.471 472.943 945.888 1891.777 3783.553 7567.106
B 61.735 123.470 246.940 493.882 987.766 1975.533 3951.065 7902.131
c! 64.468 128.937 257.873 515.748 1031.499 2062.997 4125.994 8251.988
c#! 67.323 134.645 269.290 538.582 1077.167 2154.334 4308.667 8617.335
c#¡ 70.303 140.606 281.213 562.427 1124.857 2249.714 4499.428 8998.857
D 73.416 146.832 293.663 587.328 1174.659 2349.318 4698.635 9397.270
D#! 76.666 153.332 306.665 623.332 1226.665 2453.331 4906.661 9813.323
D#¡ 80.060 160.121 320.242 640.486 1280.974 2561.949 5123.898 10247.796
E¡ 83.605 167.210 334.420 668.843 1337.688 2675.376 5350.752 10701.505
F 87.307 174.613 349.226 698.455 1396.913 2793.825 5578.650 11175.301
F#! 91.172 182.344 364.688 729.378 1458.759 2917.518 5835.037 11670.073
F#¡ 95.208 190.417 380.834 761.671 1523.344 3046.688 6093.376 12186.752
G¡ 99.424 198.847 397.695 795.393 1590.788 3181.576 6363.153 12726.305
50
Teoría y procedimientos matemáticos utilizados
(3-14c)
(3-14d)
con m= 1200
(3-14e)
51
La música nasca
(3-15)
2
incluso las lautas de pan hechas de cerámica necesitan moldes de tubos de caña de dimensio-
nes apropiadas.
52
Teoría y procedimientos matemáticos utilizados
Figura 3-6. supericies melódicas. (Figura extraída de Valencia chacón 1989b: 49)
pan. Esto nos ha llevado a pensar que los sonidos utilizados en los conjuntos de
lautas de pan andinas son sonidos aleatorios en el espectro de frecuencias en vez
de constituir sonidos determinados. Las líneas melódicas interpretadas aparecen
borrosas, transformándose en realidad en supericies melódicas. anteriormente
indiqué (Valencia chacón 1982a 1989a 1989b, entre otros) que un área es-
tocástica aparece alrededor de la escala sustentadora del instrumento, como se
indica en la Figura 3-6. Lo cual determina el estilo denso, inconfundible, de las
orquestas de lauta de pan andinas pasadas y presentes. Vemos, pues, que para
un estudio correcto de la ainación de las escalas empleadas en estas tradiciones
es necesario entrar al campo de las probabilidades y de la estadística antes que a
las precisiones.
Estadística y probabilidades
De acuerdo a lo indicado en la sección anterior, la principal característica del
estilo de la música interpretada por los conjuntos músico-coreográicos de lau-
ta de pan es el uso de supericies melódicas integradas por sonidos estocásticos.
Las supericies melódicas se evidencian en este estudio mediante un parámetro
que denominamos índice de ainación de los sonidos (d/i). d/i es la fracción
53
La música nasca
que resulta de la desviación (d) en cents que tiene un sonido del área estocástica
con respecto del sonido de la escala sustentadora, dividido por el intervalo (i)
especiico que forma el sonido de la escala sustentadora con el sonido siguiente
de la escala, en el mismo sentido de la desviación. así, la supericie melódica está
compuesta por cuatro capas alrededor de la escala sustentadora, que correspon-
den estadísticamente a los intervalos de clase que se forman en base a los índices
de ainación d/i, tal como se indica en el siguiente cuadro. Los intervalos de
clase y sus caliicaciones han sido determinados sobre la base de la experiencia
del autor en las ainaciones de los actuales conjuntos de sikus altiplánicos:
TOTAL
En el caso de las tradiciones actuales del siku altiplánico las supericies melódicas
indicadas se sustentan en escalas diatónicas; por lo cual las melodías están confor-
madas por sonidos distantes unos de otros por segundas mayores (200 cents) y
menores (100 cents). En el caso de instrumentos con escalas diatónicas, el pará-
54
Teoría y procedimientos matemáticos utilizados
55
capítulo iV
58
La escala hiperbólica de trece tonos
59
La música nasca
Tabla 4-1
de su artículo (ibid: 64). En la columna del medio están las correspondientes lon-
gitudes que deben tener los tubos para la obtención de las frecuencias requeridas.
Las longitudes han sido calculadas mediante la ecuación (3-11a), considerando
los diámetros respectivos proporcionados por Haeberli en su TaBLE 1 (ibid:
58). Y en la columna de la derecha de la Tabla 4-1 están las proporciones de los
tubos con relación al tubo mayor. Observando cuidadosamente los resultados
de la Tabla 4-1 concluimos que para obtener las frecuencias con un incremento
constante de 43 hz –frecuencias de la escala aritmética que postula Haeberli– los
antiguos nasca habrían tenido que manejar unas proporciones de los largos de los
tubos respecto al tubo mayor por demás arbitrarias y difíciles de obtener. si los
nasca manejaron estos largos para construir sus antaras, nos preguntamos ¿cómo
lograron determinar las proporciones indicadas si no contaban con un sistema
de notación numérico, ni matemáticas tan avanzadas para lograrlas? además, los
sonidos de una escala aritmética, tal como la concibe el investigador norteame-
ricano, desde el punto de vista sonoro, no tienen nada en particular que pueda
ser distintivo o que pueda llamar la atención. ¿cuál sería, entonces, la razón para
que los antiguos nasca se dieran el trabajo de adoptar un sistema de sonidos que
son difíciles de obtener en la práctica?
60
La escala hiperbólica de trece tonos
La Hipótesis
En el principio fue la disonancia
El sistema musical de Nasca, como no podía ser de otra manera, se basa en las
relaciones dimensionales de los tubos de sus lautas de pan que algún músico
teórico de esa cultura estableció. Pero estas relaciones tuvieron un elemento inicial
61
La música nasca
62
La escala hiperbólica de trece tonos
Reconocimiento de la octava
El sistema musical de Nasca se basa también en el reconocimiento y uso del in-
tervalo de una octava aproximada que es más baja que la octava justa del sistema
occidental, obtenida mediante dos tubos resonantes (cerrados en su extremo dis-
tal) que tienen una relación de longitudes de 1 a 2, sin considerar la relación de
sus diámetros. siendo una sucesión de octavas una escala logarítmica, el uso de la
octava indicada permitió a los nasca utilizar escalas hiperbólicas (que emiten los
tubos que decrecen uniformemente una longitud constante) en combinación
con una escala logarítmica, como veremos.
63
AQUÍ PÁGINAS: 64-187
188
Desarrollo de las escalas repartidas y estructuras orquestales de los conjuntos de lautas de pan
189
La música nasca
190
Desarrollo de las escalas repartidas y estructuras orquestales de los conjuntos de lautas de pan
191
capítulo X
conclusiones
En este libro hemos demostrado que los antiguos nasca poseían un sistema mu-
sical basado en una escala hiperbólica de trece tonos por octava. Que esta escala
musical está conformada por una secuencia de sonidos producidos por trece tu-
bos, cuyos largos decrecen uniformemente de acuerdo con una función no lineal
de relación inversa. Hemos demostrado también que esta escala hiperbólica tiene
una gran similitud con una escala cromática temperada de dieciséis tonos; y que
el sistema musical nasca fue logrado gradualmente desde tiempos inmemoriales
a partir de la sétima andina, intervalo musical que apareció con los silbatos paleo-
líticos de agujero único central.
En términos probabilísticos, los resultados obtenidos en los cuatro conjuntos de
antaras que se analiza en el libro son los siguientes: las seis antaras de la tumba s-
iii-cQT-5 del mNaaH tienen la probabilidad de 0.96 de que su escala corres-
ponda a una escala hiperbólica de trece tonos por octava; las tres antaras del mai,
de 0.74; las cinco antaras del mBcRP, de 1; y las veintiséis antaras del maN, de
0.77. Es decir, la probabilidad promedio de que los cuatro conjuntos analizados
en el libro posean la escala hiperbólica nasca es de (0.96+ 0.74+1+0.77)/4= 0.87.
Este estudio descubre, también, que el uso por los antiguos peruanos de escalas
repartidas en varios instrumentos complementarios data de tiempos muy anti-
guos, anteriores a moche y Nasca. se remonta a la cultura paracas.
contrariamente a la actual idea de que las antaras nasca eran mayoritariamente
lautas de pan simples, de técnica individual, los cuatro conjuntos de antaras nas-
ca analizados están constituidos por instrumentos de técnica complementaria,
y prueban que las lautas de pan bipolares fueron extensamente utilizadas en la
La música nasca
cultura nasca. Entre estos instrumentos duales, destacan las trece lautas de pan
bipolares conformantes del conjunto ceremonial de cahuachi que mantienen
una distribución de sus escalas repartidas y organización orquestal similar a la de
los actuales sikus bipolares altiplánicos. Todo indica que hubo en Nasca una rica
variedad de lautas de pan bipolares con múltiples distribuciones y rangos de sus
escalas repartidas, y no hemos agotado su estudio.
En nuestro libro anterior La música moche (Valencia chacón 2015) demostra-
mos que la escala hiperbólica de trece tonos era también conocida en la cultura
moche. así, moche compartió los conceptos teóricos y el sistema musical con
Nasca. Lo cual nos permite deducir que el sistema musical en base a una escala
hiperbólica de trece tonos fue también conocido en otras culturas del intermedio
Temprano y en las culturas posteriores. además, la cultura moche compartió con
la cultura nasca las técnicas de interpretación dual de las lautas de pan. La lauta
de pan bipolar fue utilizada por ambas culturas aunque, al parecer, su connota-
ción ligada al culto a las divinidades duales estuvo más desarrollada en la cultura
moche. Las escalas repartidas entre dos o más lautas de pan complementarias
fueron de uso predominante tanto en moche como en Nasca.
El estudio revela que la escala musical prehispánica de trece tonos tuvo un rol
muy similar a la actual escala cromática temperada occidental pero, desde lue-
go, con otra base teórica. Los antiguos peruanos la concibieron como la escala
completa que abarcaba el universo de tonos posible, a partir de la cual derivaban
diversas escalas mediante selecciones de esos tonos. así lograron trifonías, tetra-
fonías, pentafonías, hexafonías, heptafonías, octofonías y cromatismos para sus
diferentes músicas, géneros musicales y composiciones particulares.
Esta selección de tonos se hacía efectiva en la construcción de las antaras en par-
ticular. así, las antaras son instrumentos que guardan información acerca de la
música y de los géneros musicales que practicaban los nasca. De manera que po-
drían considerarse como una suerte de «partituras» de composiciones particula-
res en las que solo están indicadas las alturas de los sonidos (mas no, obviamente,
las duraciones).
El descubrimiento del sistema musical andino basado en una escala hiperbóli-
ca de trece tonos deja de lado deinitivamente el concepto aún predominante:
que la música andina fue y es esencialmente pentafónica. Desde que José castro
([1898]1938) y Leandro alviña ([1909]1929) propusieran la teoría pentafónica
andina, la tesis fue ampliamente aceptada a lo largo del siglo XX; sobre todo,
194
Conclusiones
con el gran estudio que en 1925 realizaron los franceses Raoul y marguerite
D’Harcourt.
Los D’Harcourt (1925 1990) postularon y defendieron a ultranza la pentafonía
andina, pero, como ya hemos señalado, diversos investigadores la cuestionaron
(Vega 1932, Valcárcel 1932, Béjar Pacheco 1935, sas 1939 y stevenson 1959),
y algunos como alternativa propusieron la existencia de sistemas de diversos nú-
meros de tonos en la antigua y en la actual música tradicional andina (caballero
Farfán 1946, y Holzmann 1968, entre otros). El sistema hiperbólico de trece to-
nos descubierto conirma y explica esta diversidad de escalas en la música andina.
La escala hiperbólica de trece tonos como base del sistema musical nasca descarta
también la hipótesis de Joerg Haeberli (1979), es decir, la de una escala aritmética
que tiene como fundamento la disposición de los tonos en el espectro sonoro a
intervalos iguales de frecuencia.
El sistema musical nasca hallado constituye el sistema más soisticado jamás al-
canzado antes y después por las antiguas culturas prehispánicas andinas. Lo que
prueba el gran avance musical que llegaron a tener los antiguos peruanos. El
sistema musical en Nasca y moche perteneció a las clases altas de estas sociedades
y fue utilizada en los instrumentos destinados a los diferentes ritos en los templos
y centros ceremoniales como en cahuachi y sipán. sin embargo, lamentable-
mente, muchos de los componentes de la cultura musical que engendró este
sistema musical desaparecieron con la extinción de la gran cultura nasca. Luego,
durante el Horizonte medio y en el intermedio Tardío, el sistema musical y la
teoría musical derivada fueron paulatinamente perdiéndose y solo quedaron al-
gunos conocimientos dislocados que permanecieron ocultos hasta el tiempo de
los incas y la invasión hispana. con la incorporación de las escalas modales y los
conceptos tonales europeos durante la colonia, el sistema permaneció confundi-
do en algunas tradiciones e instrumentos actuales.
con respecto a esto último, cito lo que en anterior oportunidad indiqué:
cuando arribaron los españoles a américa, la música renacentista que trajeron era
de un alto grado de complejidad. si se deine lo complejo por el mayor número de
elementos y el mayor número de interconexiones entre estos elementos, esta com-
plejidad en la música se traducía en aspectos tales como el uso de escalas de mayor
numero de tonos que la pentafónica, la notación musical, el desarrollo de una teoría
musical, la polifonía contrapuntística y la gran perfección en la construcción de sus
instrumentos. De modo que al momento del contacto entre la música occidental y la
andina, esta última no había alcanzado un nivel similar a la occidental. sin embargo,
195
La música nasca
196
Conclusiones
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La música nasca
202
Referencias
203
La música nasca
204
Hace más de cincuenta años, el musicólogo norteamericano
Robert Stevenson (1959) indicó que, habiendo abundantes
antaras de la cultura nasca en diversos museos del mundo,
era tiempo de "quebrar" el código musical que encierran
estos instrumentos; es decir, de descubrir el sistema musical
de los nasca. Los lectores del presente libro se enterarán de
que su autor_ha logrado cumglir con el objetivo científico
que planteó Stevenson, descrrbriendo que el sistema
musical de la cultura nasca se basa en una escala
hiperbólica de trece tonos por octava. Este hallazgo deja de
lado definitivamente la tesis de los investigadores franceses
Raoul y Marguerite D'Harcourt (1925), que sostiene que la
base de la música andina es pentafónica. El libro constituve,
sin dud*, üna novedad y es un importante aporte al
conocimiento de la música prehispánica andina.