La Adopción
La Adopción
La Adopción
LA ADOPCIÓN
1. CONCEPTO
La adopción como instituto jurídico era propio del Derecho de Familia, ahora lo es
del Derecho de la niñez y adolescencia. Es producto de una ficción de la ley por la
que se establecen relaciones civiles de maternidad o paternidad y filiación entre la
o el adoptante y el adoptado, creando vínculos similares al que deviene de la
filiación biológica; es una institución jurídica creada para proteger a la minoridad y
dotarles de padres y un hogar; de ese modo, encuentra su justificación en los
estados de desprotección o de abandono en que se encuentran los menores.
En Bolivia, el Código Civil Santa Cruz de 1831, en su Art. 179, señalaba que la
adopción es el acto por el cual se recibe como hijo al que lo es de otro
naturalmente».
El Código abrogado que regulaba los derechos de los menores de edad
denominado «Código del Niño, Niña y Adolescente, promulgado mediante la Ley
No. 2026 de 27 de octubre de 1999», en su Art. 57, tenía el siguiente concepto:
«La adopción es una institución jurídica mediante la cual se atribuye calidad de
hijo del adoptante al que lo es naturalmente de otras personas», y complementa
diciendo: «Esta institución se establece en función del interés superior del
adoptado y es irrevocable».
El Art. 215 del Código de Familia abrogado de 1972, en forma similar subrayaba
que: «La adopción es un acto de la autoridad judicial que atribuye la calidad de
hijo del adoptante al que lo es originariamente de otras personas».
La nueva legislación de los derechos de las personas en desarrollo, denominado
como «Código Niña, Niño y Adolescente» promulgado mediante la Ley No. 548 de
17 de julio de 2014, en su Art. 80 define con precisión, cuando señala que: «La
adopción, es una institución jurídica, mediante la cual la niña, niño o
adolescente, en situación de adaptabilidad, adquiere la calidad de hija o hijo
de la o el adoptante, en forma estable, permanente y definitiva. Podrá ser
nacional o internacional. Aclara que esta institución se establece en función
del interés superior de la adoptada o adoptado.
Para algunos autores, la adopción es una institución filantrópica desde el punto de
vista de los adoptantes y de beneficencia desde la óptica de los adoptados, por la
cual los matrimonios que carecen de descendencia, debido a determinados
factores de tipo biológicos, fisiológicos y hasta psicológicos no estando en la
posibilidad de procrear descendencia, tienen la oportunidad de suplir ese vacío
llenando de felicidad y dicha el hogar, adoptando hijos, dando el verdadero sentido
a la vida, objetivizándolo de ilusiones y esperanzas, fortaleciendo el amor
conyugal, la armonía y los lazos naturales del matrimonio, a más de otorgar todo
el afecto, cariño y el caudal espiritual propio de toda actividad de resguardo
integral y formativo en favor del menor. De ese modo, denotó una doble finalidad:
por una parte, la de dar hijos a quien no los tiene por naturaleza; por otra, la de dar
padres a quien no los tiene, bien porque los ha perdido u otra situación análoga,
para lo que se crea un vínculo legal con quienes realmente se ocupan de su
cuidado.
La notable autora en nuestro medio, Dra. Sandra Pacheco de Kolle en su obra el
nuevo Derecho de la niñez y adolescencia, pág. 269, señala que en los últimos
tiempos la adopción ha experimentado transformaciones importantes, debido a los
avances de la psicología, las investigaciones realizadas sobre familias adoptivas y
el progreso y los cambios de mentalidad en nuestras sociedades, ... Hasta tal
punto ha cambiado su estructura y finalidad, que a las parejas estériles que
quieren adoptar, se suman hoy en día parejas que ya tienen hijos, personas
solteras, parejas en uniones libres o de hecho, etc. Luego complementa que con la
antigua legislación contemplaba la adopción como acto jurídico en que unos
adultos asumían la patria potestad de un niño y la decisión sólo atañía a su vida
privada, en la que nadie tenía derecho a inmiscuirse. El deseo de éstos de tener
un hijo, garantizaba peí se el bienestar del niño. Al igual que en la paternidad
biológica, los padres podían decidir por sí mismos la adopción de un niño y en
ningún momento contemplaba la intervención de algún organismo protector de
menores. Todos los aspectos psicosociales de la adopción se ignoraban, incluso
se ocultaba el entorno y el hecho adoptivo. Aclara que hoy en día se ha perdido
aquel procedimiento que contemplaba la adopción exclusivamente como un
beneficio para los padre,, sin tener en cuenta para nada el interés del niño.
Trae a colación la opinión de Francisco Pilotly, quien refiere que en su evolución
pueden distinguirse dos grandes etapas: 1) la adopción clásica, institución
destinada a solucionar la crisis de un matrimonio sin hijos, situación que
representaba una seria amenaza para la continuidad del ciclo familiar,
especialmente en sociedades donde el i olio .nuestra! y la herencia constituían una
preocupación fundamental; 2) La adopción moderna, en la que el énfasis está en
solucionar la crisis del niño sin familia. Por eso se dice que el fundamento de esta
institución pasó a ser un niño para una familia y una familia para un niño.
1.1. Oportunidad de valoración del interés superior
Reiteramos por la importancia que reviste el fenómeno jurídico de la adopción
para la persona adoptada, la autoridad jurisdiccional deberá en todos los casos,
valorar el interés superior de la niña, niño y adolescente que será objeto de la
adopción nacional o internacional, según lo previsto en el inc. a) del Art. 12 de la
legislación pertinente a los derechos de la minoridad. La Valoración judicial del
interés superior con fines de adopción, se constituye en el eje fundamental del
instituto; pues, la finalidad primordial de la adopción consiste en la satisfacción de
las necesidades fundamentales de la persona adoptada, mediante un ambiente
familiar adecuado que le ofrezcan condiciones para emprender un desarrollo
armónico e integral evolutivo, y proteger su bienestar tanto físico como emocional.
Desde hace tiempo, la adopción, en cuanto a su finalidad, ha experimentado
profundos cambios en el sentido del interés prevaleciente, donde el menor os el
verdadero protagonista, privilegiando su conveniencia. En principio se encontraba
atendido al interés de los adoptantes, respondiendo al natural deseo de ellos de
tener un hijo, por eso se ha sostenido la idea de que lo biológicamente les está
vedado a los adoptantes, les está permitido por la cultura. De este modo, la
adopción ha sufrido, desde el punto de vista de su finalidad, un cambio sustancial
a través del tiempo, adquiriendo en la actualidad, papel preponderante el interés
del adoptado. La anterior finalidad de dar un hijo al que no lo tiene ha sido
sustituida por dar una familia a quien carece de ella.
El principio del interés superior a los fines de la adopción, se encuentra
consagrado, como principio rector, en la Convención de sobre los Derechos del
Niño, que ahora forma parte de nuestro sistema jurídico positivo vigente en su
máxima jerarquía normativa.
1.2. Definición
En su etimología, la palabra adopción proviene de las palabras latinas ad y
optione, que significa acción de adoptar o prohijar. Estos vocablos derivan del
verbo adoptar que significa prohijar.
Los romanos siendo grandes juristas, nos proporcionan conceptos sobre todas las
materias, entre ellos Modestino, Siglo III de nuestra era, quien refiriéndose al
tema, expresaba: «la adopción es una institución del Derecho civil cuyo efecto es
establecer entre dos personas relaciones análogas a los que se crean las justas
nupcias ente el hijo y el padre de familia».
En la presente época, autores contemporáneos como el tratadista italiano F.
Messineo define el instituto como «aquél cuya finalidad es dar una vida familiar a
quien carece de ella, dándole hijos que no le ha dado la naturaleza». Por su parte,
Fernando José Sanjuro, opina con mucho criterio que «la adopción es un acto
jurídico, cuya realización importa la creación de un vínculo familiar con el único
propósito de hacer el bien a un extraño y sin perseguir propósito de lucro».
Para los hermanos Mazzeaud, la adopción es el acto voluntario y libre que crea,
fuera de los vínculos de sangre, un vínculo de filiación entre dos personas. En
cambio Guillermo Borda, de acuerdo con la legislación que rige en su país de
origen, manifiesta que es «una institución de Derecho privado, fundada en un acto
de voluntad del adoptante y nacida de la decisión del juez, en virtud de la cual se
establece entre dos personas una relación análoga a la filiación legítima».
Colin y Capitant la definen manifestando que: «Es un acto jurídico en cuya virtud
se producen relaciones puramente ficticias de parentesco y filiación entre
adoptante y adoptado».
En base de tales opiniones autorizadas, amalgamando conceptos, nos permitimos
definir del siguiente modo: «la adopción es el acto jurídico destinado a la
protección del menor en estado de abandono u otra situación análoga, por la cual
se recibe como hijo al que tiene otro origen de familia, creando los lazos de
familiaridad entre la o el adoptante y la o el adoptado, como producto de la ficción
de la ley, con los consiguientes efectos jurídico-familiares de filiación
inextinguibles».
2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
La adopción reconoce antecedentes muy antiguos, ya que fue practicada por los
babilonios, hebreos, asirios, egipcios, griegos y romanos, sus motivaciones fueron
distintas de las que ahora se conocen. Entre esos antecedentes, se sabe que el
Código Hammurabi, por los años de 2283 a 2241 a. C, regulaba la adopción en
Babilonia; los hebreos la practicaron efectivamente, se sabe que Efraín y
Manseés, hijos de José, fueron adoptados por Jacob; Moisés por Térmula, hija del
Faraón.
El «Levirato» que se menciona en los textos bíblicos obligaba a los hermanos del
esposo muerto, sin descendencia, a casarse con su cuñada para darle sucesión,
llevando el primogénito el nombre del muerto y considerándoselo como hijo de él.
El levirato y otras instituciones parecidas que rigieron las costumbres de las
civilizaciones antiguas, se basaban en la finalidad de otorgar descendencia a
quienes no la tenían o había fallecido sin dejar hijos, con el objeto de asegurar la
subsistencia de la familia, con la consiguiente transmisión del nombre, el
patrimonio y la religión. Entonces podemos advertir que en esos tiempos en nada
interesaba el interés del adoptado; en cuanto al adoptante, no era su objeto colmar
sus ansias paternales sino uno de carácter religioso, el de asegurar la
continuación del culto familiar, que se habría interrumpido a falta de descendencia.
Para conseguir se recurría a la ficción de considerar al menor procreado por el
hermano u otro pariente como verdadero hijo de quien no había engendrado.
En Roma, la adopción era una institución de Derecho civil por la cual y en su
virtud, la autoridad absoluta del jefe de familia hacía ingresar en calidad de hijo a
un extraño que podía desde entonces formar parte de la familia civil de su padre
adoptivo. Esa institución tenía suma importancia política y religiosa (sacra privata)
en una sociedad eminentemente aristocrática donde la extinción de un apellido o
de una sacra hubiese acarreado la deshonra. Por la adopción el pater familias se
aseguraba de un descendiente civil en caso de no tenerlo natural y aun en caso de
tenerlo, cuando sus descendientes fuesen mujeres.
Este instituto adquirió real importancia en los primeros tiempos en los cuales los
hijos varones constituían la principal preocupación de las familias nobles; se cita el
hecho de que por intereses políticos hicieron adoptar a Tiberio de parte de
Augusto, para que siguiera su programa político.
En Roma se conocían dos clases de adopción: a) la adrogación (adrogatio), o
entrada en la familia de una persona suiiuris, que era la forma más antigua de
adopción y se remonta a los orígenes de Roma, implicaba la incorporación en la
familia del adoptante, tanto del adoptado como de las personas sometidas a su
potestad, así como la transferencia de su patrimonio al del adoptante, y; b) la
adopción (adoptio) o entrada en familia de un alieni iuris, que salía así de su
familia de sangre y de la potestad de su paterfamilias para ingresar en la del
adoptante; se caracterizaba por ser un acto sin solemnidades o no eran
necesarias las solemnidades previstas para la adrogatio.
Por la importancia que reconocían los romanos, tuvo amplísima difusión con el
ejemplo de los emperadores que recurrieron a ella para asegurarse sucesores de
su afecto y confianza; sus fundamentos radicaban en continuar el culto doméstico,
la perpetuación del nombre, la obtención de beneficios en razón de lo concebido
por el número de hijos que se tenían y, legitimar a los hijos ilegítimos.
Durante la época de Justiniano, se reconocía también la división en plena
(adoptio plena) y menos plena (adoptio minus plena), según que el adoptante
fuese ascendiente o extraño. La adopción plena era la realizada por un
ascendiente, que ocasionaba la sumisión del adoptado a la patria potestad del
adoptante; la menos plena, la realizada por un extraño, en la que el adoptado
conservaba su situación familiar anterior sin quedar sujeto a la patria potestad del
adoptante, y cuyo efecto esencial era darle derecho sucesorio ab intestato en la
sucesión de éste. Este sistema fue el que se conservó y transmitió a las
posteriores generaciones jurídicas, lo cual puede observarse en la presenta poca
con cierta semejanza en las diferentes legislaciones que tienen su fuente de
inspiración en el Derecho romano.
En la Edad Media desaparece por influencia de la Iglesia que sólo reconocía la
filiación matrimonial; en la Edad Moderna, fue incluida en el Código civil francés de
1804, por instigación de Napoleón, y sólo admitió la adopción para mayores de
edad, aspecto que lúe transmitido a nuestro Código civil Santa Cruz de 1831,
razón que se dice no tuvo aplicación en nuestro medio.
3. CLASES DE ADOPCIÓN
La doctrina y las legislaciones contemporáneas reconocen tres clases de
adopciones: la adopción ordinaria o de derecho común, la remuneratoria o
privilegiada y la testamentaria.
3.1. La ordinaria o de derecho común
Es la acogida por la institución de la adopción de hijos, e impera en las
legislaciones contemporáneas, sistema adoptivo que a su vez si divide en simple o
plena (arrogación).
3.2. La remuneratoria o privilegiada
Es la que tiene su fundamento en la gratitud del adoptante a una actitud heroica y
de nobleza del adoptado, por haberle salvado la vida en alguna tragedia,
accidente, incendio u otra situación análoga.
3.3. La testamentaria
Es aquella que se realiza mediante testamento como disposición de última
voluntad, observando los requisitos de fondo y no de forma.
3.4. Por causa de matrimonio
Acontece cuando existe preferencia para la adopción la hija o hijo nacida o nacido
de unión libre o matrimonio anterior de cualquiera de los cónyuges, podrá ser
adoptada o adoptado excepcionalmente por la o el otro cónyuge; este sistema
acoge la legislación nacional.
4. CARACTERES
La adopción se trata de un acto jurídico que tiene una enorme trascendencia de
tipo familiar y jurídico, generador de derechos, deberes y obligaciones análogas a
las relaciones familiares unidas por vínculos de parentesco de consanguinidad,
sus ahí que reconoce las siguientes características:
4.1. De orden público.
Porque era la ley la que se encarga de proteger a los menores que no tienen
padres o han sido abandonados.
4.2. Acto voluntario y bilateral.
Era voluntaria, por cuanto depende de la voluntad expresa de los adoptantes y,
aun de los adaptados.
4.3. Irrevocable.
Es esencialmente irrevocable, porque no es revisable ni está permitido a los
adoptantes retractarse o arrepentirse del acto jurídico adoptivo.
4.4. Rompe vínculos parentales.
Tiene el efecto de romper definitivamente el vínculo jurídico-familiar con la familia
de origen del adoptado.
4.5. Acto judicial.
El acto jurídico de la adopción se la concede únicamente mediante resolución
judicial emitida por la autoridad jurisdiccional competente. Al respecto, el Art 86 del
Código de la Niñez y adolescencia enuncia: La adopción solamente será
concedida mediante sentencia judicial ejecutoriada, atendiendo al interés superior
de la niña, niño o adolescente, comprobada la idoneidad de las y/o los solicitantes
de la adopción y la opinión, cuando corresponda, de la niña, niño o adolescente.
4.6. Trámite reservado.
El trámite judicial es eminentemente reservado, atendiendo al derecho de
privacidad de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.
5. EFECTOS JURÍDICOS
Este nuevo sistema jurídico de la adopción, tiene, decíamos, la virtud de crear
lazos profundos de parentesco ficticio entre los sujetos de la «institución de la
minoridad»; entre cuyos efectos de carácter jurídicos enumeramos los siguientes:
a) La adopción crea el estado de hijo nacido de la unión matrimonial de los
adoptantes, con los derechos y deberes que reconoce la ley para los
parientes consanguíneos en línea directa ascendente y descendente.
b) Los vínculos jurídico-familiares de origen del adoptado quedan extinguidos;
con excepción para los casos de impedimentos matrimoniales por razón de
consanguinidad.
c) La muerte de los adoptantes no restablece los vínculos ni la autoridad de
los progenitores biológicos, la extinción de la relación familiares definitiva.
d) La adopción tiene los caracteres de irrevocabilidad, que no puede ser
revisada a demanda de los sujetos del vínculo jurídico. Sin embargo, no se
descarta su nulidad cuando en su constitución se hubiesen omitido cumplir
con los requisitos y condiciones establecidas en la ley.
e) Por la naturaleza de la relación familiar creada, los adoptantes y el
adoptado tienen el derecho de la sucesión patrimonial mortis causa en
forma recíproca, al igual que en la relación parental consanguínea, en todos
sus grados.
6. REQUISITOS O CONDICIONES GENERALES PARA LA O EL SOLICITANTE
DE LA ADOPCIÓN
Al tenor de lo que establece el Art. 84 del Código Niña, Niño y Adolescente, para
la adopción para las o los solicitantes deben observarse la existencia de las
siguientes condiciones o los siguientes requisitos generales:
- Tener un mínimo de 25 años de edad y ser por lo menos 18 años mayor
que la niña, niño o adolescente adoptado;
- En caso de parejas casadas o en unión libre, por lo menos uno debe tener
menos de cincuenta y cinco (55) años de edad; salvo si existiera
convivencia pre-adoptiva por espacio de un año, sin perjuicio de que a
través de informes bio-psicosociales se recomiende la adopción, en un
menor plazo;
- Certificado de matrimonio, para parejas casadas;
- En caso de uniones libres, la relación deberá ser probada de acuerdo a
normativa vigente;
- Gozar de buena salud física y mental, acreditada mediante certificado
médico y evaluación psicológica;
- Informe social;
- Certificado domiciliario expedido por autoridad competente;
- Certificado de no tener antecedentes penales por delitos dolosos,
expedidos por la instancia que corresponda;
- Certificado de preparación para madres o padres adoptivos;
- Certificado de idoneidad;
- Informe post adoptivo favorable para nuevos trámites de adopción.
Las personas solteras podrán ser solicitantes para adopciones nacionales o
internacionales, cumpliendo los requisitos anteriores en todo lo que corresponda.
7. REQUISITOS PARA LA NIÑA, NIÑO O ADOLESCENTE ADOPTADO
Los requisitos para la niña, niño o adolescente a ser adoptada o adoptado son:
- Tener nacionalidad boliviana y residir en el país;
- Tener menos de 18 años a la fecha de la demanda de adopción salvo si ya
estuviera bajo la guarda de las o los adoptantes;
- Resolución Judicial sobre la extinción de la autoridad de las madres o
padres o sobre la Filiación Judicial;
- Tener la preparación e información correspondiente sobre los efectos de la
adopción por parte de la Instancia Técnica Departamental de Política
Social, según su etapa de desarrollo.
- La adopción se otorga exclusivamente mediante sentencia judicial
ejecutoriada, atendiendo al interés superior de la niña, niño o adolescente,
comprobada la idoneidad de las personas solicitantes de la adopción y la
opinión, cuando corresponda, de la niña, niño o adolescente
8. BENEFICIOS PARA LOS ADOPTANTES
La nueva tendencia del instituto jurídico de la adopción, va dirigida a estimular y
fomentar la adopción de las niñas, niños y adolescentes que se encuentran en
estado de abandono, quienes al encontrarse en situación de guarda en los centros
de acogimiento, sueñan con la esperanza de contar con un hogar y una familia
donde pudieran recibir una atención permanente, ser prodigados con la calidez y
afecto de una madre y un padre, elemento subjetivo y psicológico tan importante
para la formación integral de la personalidad. En esa intencionalidad, la segunda
parte del Art. 86 del Código de la Niñez y Adolescencia, establece que los padres
adoptantes pueden verse gratificados con los beneficios de estabilidad laboral, al
cumplimiento de una condición esencial consistente en el establecimiento de la
filiación adoptiva de las niñas, niños o adolescentes, de este modo señala
taxativamente: II. La inscripción de la adoptada o adoptado en el Servicio de
Registro Cívico, concederá a la madre, el padre o ambos adoptantes:
- Inamovilidad laboral por un año;
- Licencia laboral por maternidad o paternidad adoptiva por el periodo de dos
meses de manera alterna para la adaptación integral de la adoptada o
adoptado al núcleo familiar;
- Esta licencia no procede cuando preexista un vínculo de convivencia entre
los adoptantes y adoptados.