Revolucion Cubana
Revolucion Cubana
Revolucion Cubana
Antes de la Revolución
A principios del siglo XX, la economía cubana estaba en auge, aunque era muy dependiente de Estados
Unidos, a quien exportaba azúcar. A partir de 1920 aparecieron algunos problemas financieros y casos de
corrupción, que sembraron el descontento en la población.
En 1952, Batista se presentó como candidato a las elecciones presidenciales. Sin embargo, ante la
perspectiva de que iba a ser derrotado, dio un golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Prío
Socarrás, se proclamó presidente, cerró el Congreso y convocó a nuevas elecciones para 1954.
Batista fue elegido presidente en unas elecciones en las que no hubo oposición, y comenzó su mandato
constitucional en 1955.
A raíz del golpe de Estado de Batista en 1952, surgió una oposición radical al gobierno. En 1953, el joven
abogado Fidel Castro lideró un grupo dentro del Partido del Pueblo Cubano (o Partido Ortodoxo), que
se autodenominó la “Generación del Centenario” (en referencia al centenario del nacimiento del
independentista cubano José Martí en 1853).
Estos jóvenes se armaron y, el 26 de julio de 1953, trataron de tomar por la fuerza el Cuartel Moncada. El
asalto fracasó e implicó el encarcelamiento de muchos de los insurgentes, incluido Castro, hasta 1955,
cuando la dictadura de Batista les concedió la amnistía.
Se exiliaron en México y organizaron en 1955 el Movimiento 26 de Julio (M-26-7). Este grupo
estabaguiado por el pensamiento antiimperialistade José Martí y tenía como objetivo el derrocamiento de la
dictadura de Batista.
Causa Estado que encabezó Fulgencio Batista en 1952, el descontento de gran parte de la población con la
corrupción y los privilegios concedidos a una pequeña élite durante la dictadura de Batista, y el rechazo
popular a las intervenciones directas e indirectas de Estados Unidos en Cuba, que se incrementó debido a las
políticas proestadounidenses de Batista.
En el ámbito político y cultural internacional, la revolución dividió en su momento a los intelectuales y otras
personalidades del mundo: algunos adhirieron al régimen cubano y otros lo criticaron ya sea por su modelo
económico comunista o por sus características políticas autoritarias.
Desde 1937, el gobierno de Nicaragua estuvo controlado por las diferentes generaciones de la familia
Somoza. Durante este periodo,se consolidó el poder de la oligarquía a través de una administración
económica estatal que beneficiaba al círculo de poder y perjudicaba a la mayoría de la población. Para
mantenerse en el poder, el gobierno perseguía a la oposición y censuraba a los medios de comunicación.
Durante la década de 1970, tomó fuerza la actividad guerrillera del FSLN como principal órgano de la
oposición. Las diferentes acciones de corrupción del gobierno de Anastasio Somoza Debayle generaron que
creciera el apoyo de las clases medias y bajas al FSLN.
En 1979, la insurrección generalizada llevó a que el presidente Somoza Debayle escapara del país yse
instalara la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, integrada por miembros del FSLN y otros
independientes.
El contexto histórico de la Revolución Sandinista
Desde la década de 1930,Nicaragua estaba gobernada por una dictadura apoyada por Estados Unidos.
En 1937, Anastacio Somoza García (líder de la Guardia Nacional) organizó un golpe contra el presidente
Juan Bautista Sacasa y tomó el gobierno. Su familia se mantuvo en el poder por 42 años.
La dictadura de la familia estaba apoyada por la Guardia Nacional y por Estados Unidos, que celebraba el
ferviente anticomunismo del gobierno de los Somoza.
Durante más de cuarenta años, las políticas económicas nacionales estuvieron orientadas a beneficiar a
los dueños de las grandes plantaciones y a los negocios de la élite leal a la familia Somoza. La mayoría de
la población nicaragüense vivía de la agricultura tradicional, cuya producción fue descuidada por las
políticas gubernamentales.
Entre 1976 y 1978, el FSLN se dividió en tres líneas de acción distintas, diferenciadas por su tendencia
ideológica (maoísta, marxista-leninista y “tercerista”). Los terceristas buscaban aliados de todas las clases
sociales y de cualquier ideología con el objetivo de derrocar al gobierno. Su discurso se centraba en contra de
la injusticia social y recibieron un gran apoyo del movimiento de la Teología de la Liberación (una rama de
la iglesia cristiana latinoamericana que defendía los derechos de los pobres). Uno de los principales
terceristas fue Daniel Ortega (que luego logró consolidar su poder como líder del FSLN).
Más allá de esta separación, las tres líneas de acción del FSLN llevaron a cabo diferentes ofensivas contra el
gobierno.Entre 1976 y 1979, los éxitos sandinistas se multiplicaron.
Asesinato de un líder desde entonces, la revolución sandinista se convirtió en una rebelión de masas. Las
tres líneas de acción del FSLN se reunificaron y los ataques contra el gobierno a lo largo del país
comenzaron a estar coordinados. Para finales de 1978, Cuba, Venezuela, Panamá y Costa Rica apoyaban
militar y económicamente al FSLN. A su vez, el resto de los países latinoamericanos empezaron a
mostrar su simpatía con el sandinismo.
Finalmente, el gobierno no pudo contener la insurrección general y el 17 de julio de 1979 el presidente
Anastasio Somoza Debayle escapó hacia Estados Unidos. La Guardia Nacional se desorganizó y sus
líderes se escondieron o se exiliaron.
El gobierno de la Revolución Sandinista
Con la toma del poder el 19 de julio de 1979, los sandinistas establecieron la Junta de Gobierno de
Reconstrucción Nacional. Estaba integrada por cinco miembros: tres sandinistas (Daniel Ortega como
presidente)
Si bien la ideología del FSLN era de izquierda, los sandinistas comprendieron la importancia de mantener a
los diferentes grupos de la oposición somocista dentro del nuevo régimen, incluso a los empresarios
conservadores. Entendían que no iban a poder llevar a cabo un buen gobierno sin la asistencia de las
diferentes partes de la población. Con eso en mente, declararon que el nuevo régimen se mantendría dentro
de los mercados capitalistas y pagaría la deuda externa acumulada por los sucesivos gobiernos somocistas.
Por otro lado, las primeras medidas del gobierno estuvieron orientadas a la reestructuración de la
economía y a la mejora de la calidad de vida de la población. Respecto a la economía, el gobierno
sandinista promovió la creación de una economía mixta con una fuerte presencia del Estado. El objetivo era
que la producción industrial y la producción agrícola fueran compartidas entre el Estado, los pequeños
productores y el sector empresarial capitalista.
Los derechos humanos y las condiciones sociales mejoraron exponencialmente con el gobierno
revolucionario.
Sin embargo, desde 1981, bajo la presidencia de Ronald Reagan, el gobierno de Estados Unidos comenzó a
financiar el movimiento contrarrevolucionario. Comandos paramilitares antisandinistas se asentaron en
algunas zonas rurales y organizaron el movimiento conocido como “los contras”. Esto llevó a que el
gobierno sandinista mantuviera acciones de violencia y represión.
Por otro lado, Estados Unidos comenzó una serie de sanciones económicas y buscó aislar a Nicaragua del
mercado internacional. En respuesta, el gobierno sandinista buscó el apoyo de Cuba y firmó con la Unión
Soviética un tratado de cooperación económica.
Las consecuencias de la Revolución Sandinista
En 1984, se celebraron elecciones libres en Nicaragua por primera vez desde 1930. En ellas, Daniel
Ortega obtuvo el 67 % de los votos y el FSLN se convirtió además, en el partido político mayoritario dentro
del Parlamento. Sin embargo, en las elecciones generales de 1990 el FSLN perdió ante una nueva agrupación
política liderada por Violeta Barrios de Chamorro (viuda del asesinado Pedro Joaquín Chamorro y miembro
de la primera Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional). Se suele identificar este momento como el fin
de la Revolución Sandinista.
La Revolución Sandinista llevó a la desintegración de la oligarquía y de la estructura política y
económica que la mantenía en el poder. Desde entonces, la calidad de vida, la participación política y la
economía de la población nicaragüense mejoraron de manera extraordinaria. Crecieron los niveles de
educación y se estableció un gobierno democrático en el que los sucesivos gobiernos pasan el poder de
forma pacífica.
Durante la década de 1990, los gobiernos posrevolucionarios de ideología liberal reorientaron la economía
nicaragüense y se alejaron de los ideales de izquierda de la Revolución Sandinista. Sin embargo, la profunda
reestructuración de la economía nicaragüense durante el gobierno revolucionario generó una serie de
cambios que se mantienen en el tiempo. Una gran parte de la población campesina obtuvo tierras para
trabajar y diferentes sectores de la economía siguen manejados con un sistema productivo mixto con fuerte
intervención estatal.