Poblamiento Roman en El Rio Alberche
Poblamiento Roman en El Rio Alberche
Poblamiento Roman en El Rio Alberche
DIONISIO URBINA
Doctor Historia Antigua, c/ Llano, 25. Sta. Cruz Zarza.
ABSTRACT: Here we present the Alberche low valley left bank prospection
results.The hard access to the fertile lowlands advise us to take the help of the aerial
pothograph. 6 roman settlements has been found in the 8 km. stretch. In the regional
context of Talavera de la Reina Land, these finds support the existence of a rural set-
tlement pattern already intense in the High Roman Empire, and flourishing as far as the
V century a.D.
AGRADECIMIENTOS
Queremos expresar nuestra gratitud a todos los que participaron en esta pros-
pección: Catalina Urquijo, Domingo Pórtela, Óscar García y José Luis Seguí.También
a quienes nos prestaron ayuda de uno y otro modo, varios vecinos del pueblo de
Cazalegas, y especialmente a la Confederación Hidrográfica del Tajo deTalavera de la
Reina, que nos facilitó la cartografía y fotografía aérea del Pantano.
1 INTRODUCCIÓN
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Figura 1. Pantano de Cazalegas. Fotografía aérea, S.G.E. Vuelo 1956, esc. aprox 1:33000. 1.-
Presa y necrópolis. 2.- La Fuente. 3·-Viveros. 4.-Alameda de las Ánimas (Los Villares). 5.- Caza-
legas, núcleo urbano. 6.-Vado de San Román. 7.- Corralejo. 8.- Carril de las CarretasTalavera de
la Reina-Escalona.
pueblo de Cazalegas, aseguraban haber hallado restos "de tiestos y tinajas" en las tie-
rras de labor contiguas a las tumbas hasta el cauce del río que corría 400 m. más al
norte que el actual borde del pantano.
En frente de la necrópolis, el antiguo cauce del Alberche se dividía en dos bra-
zos formando en el centro una isla que daba nombre a este paraje. Las alteraciones
que supuso la construcción del pantano impiden comprobar los límites de la necró-
polis hacia el antiguo cauce de las aguas, así como su relación de continuidad o rup-
tura con el poblado de la otra margen: La Fuente. La similitud de los restos de las
estructuras cuadrangulares en ambas orillas, invita a pensar en la existencia de un
gran núcleo de población que debió incluso extenderse a la isla.
© Ediciones Universidad de Salamanca Stvd.hist.,H a antig. 17,1999,pp. 371-394
DIONISIO URBINA 375
INTRODUCCIÓN AL POBLAMIENTO ROMANO EN EL VALLE BAJO DEL RÍO ALBERCHE.TOLEDO
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En el resto de esta comarca del Horcajo apenas existen más trabajos arqueoló-
gicos. Algunos indicios aporta J. de Gregorio (1993) quien menciona el despoblado
de origen árabe de Brugel.
Ya en la Vega del Tajo es donde se ubican los hallazgos más importantes. Desde la
propia ciudad deTalavera, con numerosos restos tardorromanos y visigodos (URBINA et
al. 1994). A oriente están La Órbiga y Las Vegas de Santa María, en Pueblanueva, con
un importante mausoleo y sarcófago paleocristianos (HAUSCHILD, 1979). Otros hallaz-
gos relevantes existen en LasTamujas,Malpica de Tajo (PALOMEQUE,A., 1955 y 1963), y
los conjuntos visigodos de especial interés de Mesegar y El Carpió de Tajo (MERGELINA,
1948-9), junto a las iglesias de Melque y La Mata.Al lado deTalavera se encuentra la
villa de Saucedo (RAMOS y DURAN, 1988, RAMOS y CASTELO, 1992) y la necrópolis deTorre-
jón, junto al Casar deTalavera, excavada hace años (MAURA, 1931-2).
I-Alameda de las Animas. Cazalegas. 2-La Marquesita. Cazalegas. 3-E1 Romo. Castillo de Bayuela.
4-Campillo. Hinojosa de S.Vicente. 5-Valdelazada. Castillo de Bayuela. 6-La Orbiga.Talavera de
la Reina. 7-Las Vegas de Sta. María. Pueblanueva. 8-Los Morillos. Cebolla. 9-Cebolla. 10-Corralejo.
Malpica de Tajo. 11-LasTamujas.Malpica de Tajo. 12-E1 Carpió de Tajo. 13-Rielves. 14-E1 Riscal de
Velasco.Villarejo de Montalbán. 15-Macarro Alto. San Martín de Pusa. 16-Macarro Bajo. San Mar-
tín de Pusa. 17-Villarejo de Montalbán. 18-Cementerio de los Moros. Retamoso. 19-E1 Prado de
las Monedas. Villarejo de Montalbán. 20-La Pontezuela. Los Navalmorales. 21-E1 Palomar. Los
Navalmorales. 22-E1 Robledillo. Los Navalmorales. 23-Las Callejas. Los Navalmorales. 24-Navalu-
cillos. 25-Hoyo del Encinar. Navalucillos. 26-Herrén del Tío Ciríaco. Navalucillos. 27-Malamo-
neda. 28-Cerro de los Moros.Torrecilla de la Jara. 29-LosVillarejos.Torrecilla de la Jara. 30-Espi-
noso del Rey. 31-Los Villarej os. 32-La Nava de Ricomalillo. 33-Raña Jaeña. Aldeanueva de
Barbarroya. 34-E1 Vinazo. Belvís de la Jara. 35-E1 Castillazo. Belvís de la Jara. 36-Eras de Juncare-
jos. Belvís de la Jara. 37-Los Perales. Belvís de la Jara. 38-Arroyo Tamujoso. Belvís de la Jara.
39-Los Villarejos. Alcaudete de la Jara. 40-Aguilera. Belvís de la Jara. 4l-Canturias. Belvís de la
Jara. 42-La ermita. Aldeanueva de Barbarroya. 43-Vascos. Navalmoralejo. 44-Cerro del Lomo.
Aldeanueva de Barbarroya. 45-Cerro de las Sepulturas.Azután. 46-Castrejón.Aldeanueva de San
Bartolomé. 47-Mohedas de la Jara. 48-Puerto de San Vicente. 49-Caleruela. 50-E1 Bercial.Alcolea
de Tajo. 5I-Laguna de las Limas. Calzada de Oropesa. 52-Oropesa. 53-Cobisa. Calera y Chozas.
54- Saucedo.Talavera de la Reina. 55-Corrochana.Velada. 56-Huerto del Cura.Velada. 57-Fuente
de la Plata. Oropesa. 58-Casilla del Bonal. Mejorada. 59-Ríolobos. Velada. 60-Casa del Toril.
Velada. 6l-Casillas.Velada. 62-Fuente de Calderuela.Velada. 63-Villabuena. Velada. 64-Torrejón.
Talavera de la Reina. 65-E1 Rondal. Oropesa.
que está presente desde los primeros niveles de asentamiento de la ciudad, hasta la
época visigoda1. La importancia de la comunicaciones se deduce de los dos frag-
mentos de miliarios descubiertos en el propio casco urbano, uno de Constantino I
(URBINA, 1993) y el otro de Juliano (PACHECO-MORALEDA, 1994).
Se ha supuesto un pequeño tamaño para la ciudad romana de Talavera de la
Reina (MANGAS y CARROBLES, 1992), lo cual planteaba el problema de la comercializa-
ción de una supuesta gran producción agrícola de la vega, especialmente hortícola
en los terrenos de aluvión, que exigen un consumo relativamente rápido y un gran
número de consumidores cercanos. Por lo tanto estos autores plantean la existencia
de una población dispersa basada en la existencia de grandes villas de origen antiguo
que explotan la llanura aluvial de la vega, con una gran población en conjunto, que
explicaría la fundación de Talavera por razones administrativas. El excedente de ali-
mentos permitiría a su vez la existencia de una serie de poblados mineros, como por
ejemplo en los Montes de Toledo, dedicados a la explotación de minerales como el
oro, cobre y estaño.
En la ciudad de Talavera, a la luz de los datos que se pueden extraer de las exca-
vaciones realizadas en esta década de los 90 (todas sin publicar), los niveles más anti-
guos no se detectan con claridad en todo el Primer Recinto Amurallado, mientras que
existen extramuros, hacia el Oeste, al otro lado del arroyo de la Portiña. A partir del
siglo II los hallazgos se generalizan. Destaca la riqueza de los niveles tardorromanos,
de los siglos III al V d.C. presentes en prácticamente todas las intervenciones y con
abundancia de materiales de muy diversa procedencia. La llegada y permanencia de
los visigodos apenas si puede detectarse en los registros estratigráficos, lo cual indica
unas fuertes pervivencias. En la Ronda del Canillo 16 y Patio del Ayuntamiento se pro-
duce un cambio en la orientación general del urbanismo hacia fines del siglo III o
comienzos del IV Una transformación igual o quizá más radical se vuelve a producir
hacia el siglo VIII, con edificios ya islámicos. En todo el período del siglo III al VIII se
utilizan las mismas estructuras (Urbina, 1994 y 1998).
La superficie de la ciudad sería de unas 15 Has. (Urbina, 1994), suponiendo que
el poblamiento se ciñera exclusivamente al recinto murado (Primer Recinto Amura-
llado), pero existen evidencias de un habitat más extenso en los alrededores del
núcleo urbano, con importantes sectores industriales, como el alfar de terra sigi-
llata, al Oeste (JuanTovar et al. 1983). Como en muchos lugares, las murallas se levan-
tan en época tardía, probablemente a mediados del siglo IV, y recortan un espacio
menor que el existente con anterioridad, algo que se comprobó en alguna excava-
ción de Talavera junto al río Tajo, donde la base de la muralla se alzaba sobre el tra-
zado de viviendas anteriores. Por tanto las 15 Has. corresponden a un recinto tardío,
de extensión menor que el anterior, pero nada despreciable.
1. Informes de las excavaciones de Ronda del Canillo 16, D. Urbina, 1990-91, Ronda Sur y Patio del
Ayuntamiento, D. Pórtela y D. Urbina, 1993-94. San Clemente Entretorres, C. Pacheco, A. Moraleda, varias
intervenciones desde 1995 a 1997. Consejería de Educación y Cultura.Toledo.
5 CONCLUSIÓN
Los hallazgos de la margen izquierda del valle Bajo del río Alberche ponen de
manifiesto la necesidad de realizar prospecciones sistemáticas en una comarca
donde los hallazgos romanos son muchos y de gran valor. La densidad del pobla-
miento romano en torno a las fértiles llanuras de aluvión es muy alta, quizá una de las
mayores de la Península.
Este poblamiento no tiene parangón en el mundo indígena, sin duda orientado a
la agricultura cerealística de secano, y al pastoreo intensivo con el aprovechamiento
de las hierbas de las vegas. Los romanos instalarán sus villas, aldeas y casas de campo
orientadas a una agricultura intensiva, hortícola y frutícula: olivos vides, etc., en época
temprana. Pero los datos que tenemos al presente, no permiten suponer una antigüe-
dad mayor para estos asentamientos dispersos, que la de la fundación de la ciudad
romana deTalavera de la Reina. Por ello, pensamos que no es la existencia de los asen-
tamientos rurales la que propicia el nacimiento de la ciudad, sino al contrario, la crea-
ción de la ciudad la que determina el florecimiento de estos asentamientos.
Entre los núcleos rurales dispersos existen varias categorías que la falta de estu-
dios sistemáticos no permite establecer por el momento. De un lado las casas de
campo o lujosas residencias de los adinerados ciudadanos, de otro las numerosas
alquerías opagi dedicados casi exclusivamente a la producción de alimentos, los vici
o aldeas con una funcionalidad más compleja, y las grandes villas, que son por ahora
las mejor documentadas gracias a la magnitud de sus restos.
La riqueza de los restos tardíos tanto en el ámbito rural como los de la propia
ciudad de Talavera, parecen evidenciar una cierta prosperidad, al menos hasta muy
avanzado el siglo Γν A partir de este momento, aumentan los habitats en forma de
pequeños asentamientos en laderas e incluso en cerros, con la construcción de sis-
temas de mejoras agrícolas como las pequeñas presas en ríos y arroyos (CABALLERO y
SÁNCHEZ-PALENCIA, 1982). Este podría ser un síntoma de deterioro del anterior sistema
socioeconómico. Tal deterioro no tendría porqué estar ligado necesariamente a la
irrupción de los visigodos, por más que existieran algunos conflictos, la impresión
general es más de continuidad que de ruptura. Así se aprecia también en el solar de
Talavera, cuya orientación urbanística no sufre alteraciones generales hasta la llegada
de los musulmanes.
En los últimos años, son numerosos los trabajos que interpretan el deterioro del
final del Mundo Antiguo, como un efecto de la degradación ambiental, influida por
variaciones climáticas, que propiciaron la aparición de enfermedades epidémicas
como la malaria. Efectos conjugados con la falta de un poder que coordine los esfuer-
zos económicos a gran escala, y el aumento del grado de inseguridad inherente a esa
descentralización. Los visigodos, con menores conocimientos agrícolas, acentuarían
estos procesos, y no menos, el triunfo de la ideología cristiana.
Pero sería extremadamente interesante constatar el momento preciso de la desa-
parición de los asentamientos en las tierras de aluvión, porque el aprovechamiento
de las terrazas y cabeceras de los arroyos, significa en bruto una ocupación más
intensa del territorio. En este momento se documenta la colonización de espacios
que antes nunca se habían ocupado y que no volverán a habitarse después.
Pero desconocemos si esta tendencia está relacionada con la ampliación de los
aprovechamientos agrarios, por más que coincida después con el colapso de la agri-
La Passio de Vicente Sabina y Cristeta no hace más que añadir confusión entre
las ciudades de Évora,Talavera y Ávila. Se trata de una Passio tardía sin elementos de
contrastación histórica, basada en la de Santa Leocadia (GARCÍA RODRÍGUEZ, 1966,
p.281 y ss). Los santos proceden de Elbora, (Talavera para el editor de los Bolandos)
y sufren martirio en Abela, usualmente tomada por Ávila.
Del texto del Concilio se pueden extraer dos datos. Uno que Aquis se ubicó en
el territorio de Mérida. Si hemos de entender que las demarcaciones episcopales visi-
godas se basaron sobre las administrativas romanas,Talavera y su territorium serían
efectivamente sufragáneas del obispo emeritense (GÓMEZ, 1965). El otro, que Aquis
era un lugar pequeño: villulae, por más que el lugar donde se enterrara al confesor
Pimenio actuaría fácilmente como un foco de atracción para los fieles, dando lugar a
un núcleo urbano mayor con su cementerio asociado, práctica habitual en esta época
(CERRILLO, E. 1989). Debe tener, además, una clara vinculación con el agua, a juzgar por
su nombre.
Basílicas cristianas surgidas en lujosas villas tardo-imperiales no faltan en la
región: Saucedo,Tamujas, (CASTELO, et al. 1997, PALOMEQUE, 1955 y 1959, RAMOS y CAS-
TELO, 1992), sea por la conversión al cristianismo de sus possesores, sea por la exis-
tencia de buenas "canteras" de materiales y estructuras de habitación utilizables con
las que hacer la iglesia (FERNÁNDEZ, 1982), en todo caso perpetuando el poblamiento,
la cultura material y, al parecer, la cultura ritual y simbólica, —raíz de las dificultades
que existen para diferenciar los asentamientos visigodos de los romanos—.Estas igle-
sias son a menudo privadas y no pagan canon al obispo, se ponen bajo la protección
de un santo local o mejor un mártir, fundamentando la base de la proliferación de las
passios y del culto a las reliquias.
Entre las noticias históricas sobre Cazalegas, nada aprovechable se menciona en
las Relaciones de Felipe II, donde sí aparece la iglesia del despoblado de Brugel, con
una capilla que se dice romana (Na Sa de la Romana citará Lorenzana), así como la
imagen de Santa Brígida, traída de una dehesa cerca del Alberche donde había edifi-
cios antiguos, o al Sur del pueblo, en la Dehesa de Corralejos, con edificios antiguos
y cimientos de piedras (VIÑAS y PAZ, 1963). Relaciones más tardías como las de Loren-
zana (PORRES DE MATEO et al. 1987), o el Catastro de la Ensenada y las Relaciones de
Tomás López QIMÉNEZ, 1993) recogen ya tradiciones de los falsos cronicones, con
nombres corrompidos como el de Vivaqua. Jiménez de Gregorio (1993) recoge una
cita de González Palencia donde se mencionan las aldeas de Alameda y Brugel (s.XII).
Esta Alameda debe corresponder a la Alameda de las Ánimas, cerca de Brugel.
Existe, sin embargo, una vieja grafía del nombre Cazalegas que podría llevarnos
al Aquis visigodo. En el siglo XVIII se dice Caçalaguas (LARRUGA, 1789) o Caz ad
Aguas, (caz o acequia de las Aguas). Admitiendo alguna relación en la identidad del
nombre, no se trataría del núcleo actual de Cazalegas, sino de uno próximo. Por las
características cronológicas de su habitat, podría corresponder a la Alameda de las
Ánimas, uno de los pocos lugares poblados al tiempo del Concilio.
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Figura 10. Distribución de los asentamientos romanos en el valle bajo del río Alberche I.
Asentamiento romano VIVEROS I. CEFTA, 1 NOV 1990.
Figura 11. Distribución de los asentamientos romanos en el valle bajo del río Alberche II.
Asentamiento romano VIVEROS II. CEFTA, 1 NOV 1990.
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Figura 12. Distribución de los asentamientos romanos en el valle bajo del río Alberche III.
Asentamiento romano de la Marquesita I y II. CEFTA, 1 NOV 1990.
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