Tarea 1

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 7

Introducción

El síndrome alcohólico fetal, la exposición a rayos X durante el embarazo y diversas enfermedades maternas
representan desafíos significativos para la salud materna y fetal en la actualidad. Estas condiciones pueden tener un
impacto devastador en el desarrollo del feto y pueden causar efectos irreversibles en su salud física y mental a lo
largo de su vida. Es fundamental comprender las causas, los riesgos y las posibles soluciones asociadas con estas
situaciones para garantizar un embarazo saludable y reducir el riesgo de complicaciones para la madre y el bebé. En
esta introducción, exploraremos cada una de estas condiciones, sus implicaciones y las medidas preventivas que se
pueden tomar para abordarlas de manera efectiva.

EL SÍNDROME ALCOHÓLICO FETAL

El síndrome alcohólico fetal es una afección del niño que se deriva de la exposición al alcohol durante el embarazo
de la madre. El síndrome alcohólico

fetal provoca daño cerebral y problemas de crecimiento. Los problemas causados por el síndrome alcohólico fetal
varían según el niño, pero los defectos provocados por este síndrome son irreversibles, No hay cantidad de alcohol
que considere segura para consumir durante el embarazo. Si bebes durante el embarazo, colocas a tu bebé en riesgo
de sufrir síndrome alcohólico fetal.

Si sospechas que tu hijo tiene síndrome alcohólico fetal, habla con tu médico lo antes posible. El diagnóstico
temprano puede ayudar a reducir algunos

problemas, por ejemplo, dificultades de aprendizaje y problemas de conducta.

Sus Síntomas

La gravedad de los síntomas del síndrome alcohólico fetal varía, ya que algunos niños los padecen en un grado
mucho mayor que otros. Los signos y

síntomas del síndrome alcohólico fetal pueden comprender cualquier mezcla de defectos físicos, discapacidades
intelectuales o cognitivas y problemas para desempeñarse y afrontar la vida diaria.

Defectos físicos

Los defectos físicos pueden consistir en: Rasgos faciales característicos, entre ellos, ojos pequeños, el labio superior
excepcionalmente delgado, nariz corta y hacia arriba, y superficie de la piel lisa entre la nariz y el labio superior

Deformidades de las articulaciones, extremidades y dedos.


Crecimiento físico lento, antes y después del nacimiento.

Dificultades de la visión o problemas de audición.

Perímetro de la cabeza y tamaño del cerebro pequeño.

Defectos cardíacos y problemas con los riñones y los huesos.

Problemas cerebrales y del sistema nervioso central

Los problemas con el cerebro y el sistema nervioso central pueden comprender:

Coordinación o equilibrio deficientes

Discapacidad intelectual, trastornos del aprendizaje y retraso en el desarrollo

Mala memoria

Problema de atención y para procesar la información

Si estás embarazada y no puedes dejar de beber, pídele ayuda al obstetra, al

médico de atención primaria o a otro profesional de salud.

Debido a que el diagnóstico temprano puede ayudar a reducir el riesgo de

problemas a largo plazo en niños con síndrome alcohólico fetal, hazle saber al

médico de tu hijo si tomaste alcohol cuando estabas embarazada. No esperes a que surjan problemas para pedir
ayuda.

Si adoptaste un niño o estás brindando un hogar de acogida, es posible que no

sepas si la madre biológica bebió alcohol mientras estaba embarazada y puede

que, al principio, no pienses en la posibilidad de que tu hijo tenga el síndrome

alcohólico fetal. Sin embargo, si tu hijo tiene problemas de aprendizaje y de

comportamiento, habla con su médico para que pueda identificar la causa de

fondo.

Causas

Cuando estás embarazada y bebes alcohol:

El alcohol ingresa a tu torrente sanguíneo, cruza la placenta y llega al feto en

desarrollo

El alcohol se concentra en la sangre del bebé en desarrollo en cantidades

mayores que en tu cuerpo porque el feto metaboliza el alcohol más lento que el

adulto.
El alcohol interfiere en el suministro de oxígeno y la nutrición óptima del feto en

desarrollo

La exposición al alcohol antes del nacimiento puede afectar el desarrollo de

tejidos y órganos, así como provocar daño cerebral permanente en el bebé

Cuanto más alcohol tomes mientras estás embarazada, mayor será el riesgo

para el feto. Sin embargo, cualquier cantidad de alcohol es riesgosa para el

bebé. El cerebro, el corazón y los vasos sanguíneos de tu bebé comienzan a

desarrollarse en las primeras semanas de embarazo, antes de que sepas que

estás embarazada.

Como resultado de la ingesta de alcohol durante el primer trimestre, se puede

producir el deterioro de los rasgos faciales, el corazón y otros órganos, como

los huesos y el sistema nervioso central. Es en ese momento cuando estas

partes del feto están en las etapas claves de desarrollo. Sin embargo, el riesgo está presente en cualquier momento
durante el embarazo.

EXPOSICIÓN RAYOS X

Los Rayos X, conocidos comúnmente como radiografías, son radiaciones electromagnéticas de alta frecuencia que
producen imágenes de las estructuras del interior del cuerpo, por lo que constituyen una herramienta diagnóstica
muy útil, en especial para detectar fracturas y patologías de los huesos.

También sirven para detectar tumores, caries dentales, presencia de cuerpos

extraños o anormalidades en el funcionamiento de distintos órganos, por lo que su uso está muy extendido.

Su funcionamiento es el siguiente: cuando los Rayos X pasan a través del cuerpo son absorbidos en diferente
cantidad según sea la densidad del material que atraviesan. Esto provoca que los materiales más densos, como los
huesos, se visualicen de color blanco en las placas reveladas, mientras que el

aire de los pulmones, al ser menos denso, se vea negro y la grasa y los

músculos adquieran un color gris. Esta variedad de colores y tonalidades

ofrece una información de gran valor a la hora de realizar diversos

diagnósticos.

Aunque el riesgo para el feto durante una exposición a Rayos X diagnósticos sea muy bajo, siempre que te vayan a
realizar una radiografía o tengas que pasar por un control de Rayos X, debes advertir que estás embarazada o tienes
sospechas de que puedas estarlo, la exposición a una dosis alta de radiación de dos a ocho semanas después de la
concepción puede aumentar el riesgo de restricción de crecimiento o defectos de nacimiento en el feto. La
exposición entre las semanas 8 y 16 puede aumentar el riesgo de una

discapacidad de aprendizaje o intelectual.


Es una cuestión de extremar las medidas de prevención y de preservar al máximo la seguridad del bebé, puesto que
igual que ocurre con los medicamentos, el alcohol o algunos medicamentos,

éste es sensible a los efectos de las radiaciones.

Se considera que a partir de la semana 20 de embarazo el bebé ya está

completamente desarrollado y, por lo tanto, es más resistente a los efectos de la radiaciones. Por lo tanto, la etapa
que puede considerarse más crítica en lo

que a la exposición a Rayos X se refiere, son las primeras semanas, qué es

cuando existe un mayor riesgo de abortos o de retrasos en el desarrollo.

La exposición a una dosis alta de radiación de dos a ocho semanas después

de la concepción puede aumentar el riesgo de restricción de crecimiento o defectos de nacimiento en el feto. La


exposición entre las semanas 8 y 16 puede aumentar el riesgo de una discapacidad de aprendizaje o intelectual.

ENFERMEDADES MATERNAS

Hoy en día, son muchas las mujeres que tienen que lidiar día a día con alguna enfermedad crónica, es decir,
patologías que se prolongan en el tiempo y que

no tienen cura a largo plazo. Por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades
respiratorias crónicas y la diabetes son los tipos de patologías crónicas más comunes.

Estas enfermedades no son un impedimento a la hora de tener hijos. No obstante, el embarazo pasa a considerase
de riesgo en la mayoría de casos, ya que puede suponer un empeoramiento en la salud de estas mujeres y del futuro
bebé.

Las enfermedades cardiovasculares son aquellas relacionadas con problemas en el corazón y los vasos sanguíneos y,
actualmente, son la principal causa de

muerte en todo el mundo.

Durante el embarazo, el sistema cardiovascular debe adaptarse para

proporcionar el suficiente flujo sanguíneo hacia la placenta. Esto implica que aumente el volumen plasmático, el
gasto cardiaco hasta en un 40% y que se produzca un estado de hipercoagulabilidad (mayor tendencia a formar

coágulos).

Hipertensión arterial: en embarazadas con tensión arterial elevada previa a la gestación, el mayor riesgo es el de
desarrollar una preeclampsia, que se presenta hasta en el 10-25% de estas pacientes.

También los síndromes varicosos van a empeorar durante la gestación debido a la relajación de las paredes venosas,
el aumento del flujo a las piernas y la compresión del útero sobre la vena cava. Esto hace a las embarazadas más
vulnerables a sufrir varices y en los casos más graves a la formación de

trombos en los vasos sanguíneos (enfermedad trombo embolica venosa).

Anemia: consiste en la reducción del número de glóbulos rojos. La mujer puede sentirse cansada y sufrir mareos
entre otros síntomas Burnout del cuidador o puericultor.

Se conoce como Síndrome del cuidador quemado o burnout del cuidador el


estado de agotamiento físico, emocional y mental que puede ir acompañado de

un cambio en la actitud, pasando de mostrarte una persona positiva y

afectuosa a una persona negativa e indiferente, persona cuidadora cambia

radicalmente a consecuencia de la demanda requerida. Esta demanda/responsabilidad produce un gran cambio en


su forma y calidad de vida. El Burnout es un síndrome producido por el estrés crónico continuado que se da en el
día a día al enfrentarse a la enfermedad de la persona cuidada y que implica tareas monótonas y repetitivas,
produciendo en el/la cuidador/a una sensación de falta de control, y pudiendo agotar las reservas psicofísicas de la
persona.

Es más habitual en los cuidadores informales, es decir, en los/as familiares

cuidadores/as, ya que, entre otros factores influyentes, cuentan con menos formación sobre cómo realizar los
cuidados, sobre la enfermedad, etc.

Dicho agotamiento puedo ocurrir cuando se intenta hacer más de lo que se puede, ya sea física, emocional e incluso
económicamente. De hecho, muchos

cuidadores/as que están agotados o ya directamente “quemados”, pueden experimentar fatiga, estrés, ansiedad y
depresión. Incluso puede que se sientan culpables cuando invierten tiempo en consigo mismos en vez de estar con la
persona que cuidan.

¿Cómo saber si tengo el síndrome del cuidador?

He perdido las ganas de quedar con gente, amigas/os, familia para hacer actividades
Mi salud se está empeorando, tanto física como psicológica
Me cuesta comprometerme y he dejado de hacer cosas importantes
No tengo tiempo para hacer las cosas que me gustan
Tengo sentimientos negativos hacia la persona a la que cuido
Me siento con agotamiento, ansiedad y estoy irritable
Creo que ninguna persona puede cuidar mejor que yo cuido

Conclusión

El síndrome alcohólico fetal, la exposición a rayos X durante el embarazo y las enfermedades maternas representan
desafíos significativos para la salud materna y fetal en la actualidad. Estas condiciones pueden tener efectos
adversos graves y duraderos en el desarrollo del feto, lo que subraya la importancia de la prevención y la detección
temprana. Es fundamental que las mujeres embarazadas reciban información adecuada sobre los riesgos asociados
con el consumo de alcohol, la exposición a radiaciones y el manejo de enfermedades crónicas durante el embarazo.
Además, es crucial que los profesionales de la salud estén capacitados para identificar y abordar estas situaciones de
manera proactiva, brindando el apoyo necesario para garantizar un embarazo saludable y seguro. En última
instancia, la conciencia, la educación y el acceso a la atención médica adecuada son fundamentales para proteger la
salud y el bienestar tanto de la madre como del bebé durante el embarazo.

También podría gustarte