13 ÉL Vive
13 ÉL Vive
13 ÉL Vive
”
Propósito General: Doctrinal.
Propósito Específico: Invitarte a creer más que en la resurrección, en el Resucitado.
Palabra clave: Tumba vacía.
Proposición: ¡ÉL VIVE!
Texto: Salmo 16:1-11 (inicio), 1ª Corintios 15:1-58 (todos), Varios (Mensaje Semanal)
INTRODUCCIÓN
Resurrección (del latín resurrectĭo, -ōnis).
1. Acción de resucitar.
2. Por antonomasia resurrección de Jesucristo.
Resucitar (del latín resuscitāre; de re y suscitāre, despertar).
1. Volver la vida a un muerto.
2. Dicho de una persona: Volver a la vida.
A lo largo de la historia ha habido muchos detractores de la resurrección, que han dicho que
Jesucristo no murió en la cruz, y sólo estaba moribundo, parecieran ignorar, que los romanos
llevaban tres siglos practicándola; la crucifixión fue utilizada por los romanos como un medio de
intimidar a los pueblos conquistados, una pena capital, diseñada para producir un castigo lento,
con sufrimiento excesivo; los médicos que han descrito la crucifixión de Jesucristo, mencionan
que la muerte incluye muchos factores, tanto emocionales, como físicos, y nosotros tomamos en
cuenta, los espirituales.
Las piernas se clavaban lateralmente, una sobre la otra, con un clavo de aproximadamente 18
centímetros, que penetraba entre la tibia y el tendón de Aquiles, para así hacer mucho más difícil
el poder sostenerse, aumentando el dolor de los reos, cuando trataban de erguirse para poder
respirar, en los brazos el clavo se introducía en las muñecas (ya que las manos no podían soportar
el peso del cuerpo), cabe hacer notar, que, para los judíos y romanos, la mano incluía el antebrazo;
el clavo de las manos media aproximadamente 13 centímetros y se clavaba entre el radio y los
metacarpianos para afectar el nervio sensorial motor, lo cual también producía un dolor muy
intenso, al tratar de levantar su cuerpo para respirar, ya que con el peso del cuerpo, y los hombros
extendidos, se complicaba la respiración.
Esta posición mantenía al crucificado en un estado de inhalación, y así la exhalación le era
demasiado dificultosa, por lo que se estaba ahogando constantemente; al tratar de respirar,
levantaba su cuerpo, lo que desgarraba los tobillos o las manos, además del constante dolor de la
espalda latigueada, raspando contra la cruz.
Médicamente, la muerte de Jesucristo se debió a un shock hipovolémico, que es una afección de
emergencia en la cual la pérdida grave de sangre o de otro líquido hace que el corazón sea incapaz
de bombear suficiente sangre al cuerpo, debido a la incapacidad del corazón para suministrar
suficiente sangre al cuerpo, aunado a la poca oxigenación suministrada por la mala respiración, y
el desangramiento; se producen calambres en todo el cuerpo, asfixia por agotamiento, y
probablemente, un agudo paro cardiaco.
Para rematar a los condenados, se les rompían las piernas a golpes, acelerando así, la asfixia, pues
al no poder sostenerse para respirar, morían ahogados con su propio peso, en un terrible dolor;
pero cuando llegaron con Jesucristo ya estaba muerto, por eso no se las rompieron (Salmo 34.20).
Después de romperles las piernas, era común dar un golpe de gracia a los condenados, con una
lanza en el corazón, pero como Jesucristo ya estaba muerto, y sólo para asegurarse de su muerte,
DESARROLLO
1) Una tumba sin cadáver.
Lucas 24:1–3 (NTV) El domingo, muy temprano por la mañana, las mujeres fueron a la tumba,
llevando las especias que habían preparado. Encontraron que la piedra de la entrada estaba
corrida a un costado. Entonces entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús.
ὄρθρου βαθέως (orthru bathéos). Muy de mañana.
La mención de varias mujeres contrasta con la visita de María Magdalena, quien conforme a Juan
20:1–10, fue sola a la tumba; las mujeres tuvieron que esperar hasta que pasara el shabbath para
visitar la tumba, sino lo hubieran hecho así, habrían quebrantado las tradiciones del sábado que
prohíben el trabajo. Seguramente, las mujeres, que observaron cómo murió Jesús, siguieron a José
de Arimatea, y pusieron atención a la tumba en que puso el cuerpo, se apresuraron a preparar
especias y perfumes, a fin de embalsamar el cadáver, ungirle la cabeza, el rostro, las heridas de las
manos y los pies, y esparcir las especias aromáticas por el cuerpo del Señor, después de que el
sábado ya hubiera pasado.
El domingo, el primer día de la semana, los Cristianos celebramos la resurrección de Cristo, porque
el cuerpo de Cristo, no pudo ser retenido en la tumba; irónicamente, Barrabás parece haber sido
culpable del mismo crimen por el cual Jesús fue acusado.
Barrabás había estado involucrado en un levantamiento contra el gobierno en el que los hombres
habían sido asesinados; cuando los líderes judíos eligieron a Barrabás el insurrecto, mostraron
dónde estaban sus verdaderas simpatías, revelando la hipocresía de sus cargos contra Jesús.
Se ha sugerido que las mujeres fueron a una tumba equivocada, pero es increíble que tanto ellas
como los visitantes posteriores pudieran haber errado al respecto.
¡La tumba está vacía, porque ÉL vive!
2) Resucitó y vive.
Lucas 24:4-7 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, se pararon junto a ellas dos varones
con vestiduras resplandecientes; y como tuvieron temor y bajaron el rostro a tierra, les dijeron:
¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos
de lo que os habló cuando aún estaba en Galilea, diciendo: “Es necesario que el Hijo del hombre
sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día”.
ἀπορέω (aporéo). Estar confundido, estar desconcertado, estar perplejo.
Bajar el rostro a tierra, era una señal de respeto y reverencia, así lo da a entender el participio de
presente en el idioma original, Griego Koiné, que indica una acción continua.
CONCLUSIÓN
¿Locura o maravilla?
Lucas 24:11-12 Pero a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creyeron. Pedro,
sin embargo, levantándose, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro vio sólo los lienzos, y se fue
a casa maravillándose de lo que había sucedido.
λῆρος (líros). Pura tontería, palabrería vana.
ἀπιστέω (apistéo). No creer que algo sea verdad; no confiar, no contar con.
θαυμάζω (thaumázo). Estar asombrado, estar maravillado, estar admirado, estar sorprendido.
En Juan 20.6-10, se menciona además de los lienzos, el sudario.
ὀθόνιον (othónion). Vendas de lino, lienzo.
σουδάριον (sudárion). Trozo de tela, utilizado como sudario sobre el rostro, toalla o pañuelo.
Juan y Pedro vieron el sudario y los lienzos, pero no pasó por su mente el guardarlos, ¿para qué
guardarían unos pedazos de tela que de haberlos tocado les hubieran hecho inmundos?; conforme
a Juan, en ese momento fue que entendieron que Las Escrituras hablaban de la resurrección.
No importa cuántas pruebas presenten del “santo sudario de Turín”, con sólo saber un poco de la
cultura judía del primer siglo te puedo decir que es una falsificación, hecha por hombres o por
demonios, la cual conduce a idolatría y no a la Regeneración, ese cambio radical que el Espíritu
Santo realiza en el hombre, cuando, habiendo oído y creído la palabra de Dios, reconoce a
Jesucristo como Salvador.
¡ÉL VIVE!
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