Psicoanálisis (Psicologia)

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PSICOLOGÍA

Tema :
El estudio del PSICOANÁLISIS (Sigmund Freud)
Integrantes:
*Máximo Escalante
*Aldana Flores
*Amanda Montoya
*Tatiana Torres

Curso:★5to
Profesora:*Damaris
Una breve historia de la teoría psicoanalítica de Freud

Es casi seguro que has oído hablar de Sigmund Freud y del


psicoanálisis, pero si eres como la mayoría de las personas, no estás
realmente seguro de qué es realmente el psicoanálisis y la teoría
psicoanalítica.

También podría preguntarse en qué se diferencia el psicoanálisis de


otras formas de terapia de conversación, y cómo difieren las teorías
detrás del psicoanálisis y otras formas de terapia de conversación.

En esta pieza, daremos una breve pero completa descripción de la


teoría y la práctica psicoanalíticas, el impacto del psicoanálisis en
otras disciplinas y áreas, y las críticas más comunes del psicoanálisis.

Si estás listo para sumergirte y aprender sobre Freud, sus teorías sobre
el comportamiento y la personalidad humana (algunas de las cuales
pueden parecer extrañas), y su papel en la creación y popularización
de la terapia de conversación, sigue leyendo.
¿Qué es el psicoanálisis? Una definición e historia de la teoría
psicoanalítica
El psicoanálisis es un tipo de terapia que tiene como objetivo liberar
emociones y recuerdos reprimidos o reprimidos para llevar al cliente a
la catarsis o curación (McLeod, 2014). En otras palabras, el objetivo
del psicoanálisis es llevar a la conciencia lo que existe en el nivel
inconsciente o subconsciente.

Este objetivo se logra al hablar con otra persona acerca de las grandes
preguntas de la vida, las cosas que importan y sumergirse en las
complejidades que se encuentran debajo de la superficie de
apariencia simple.

El fundador del psicoanálisis: Sigmund Freud y sus conceptos


Es muy probable que haya oído hablar del influyente pero polémico
fundador del psicoanálisis: Sigmund Freud.

Freud nació en Austria y pasó la mayor parte de su infancia y vida


adulta en Viena (Biografía de Sigmund Freud, 2017). Ingresó en la
escuela de medicina y se formó para convertirse en neurólogo,
obteniendo un título de médico en 1881.

Poco después de su graduación, estableció una práctica privada y


comenzó a tratar a pacientes con trastornos psicológicos. Su atención
fue captada por la experiencia intrigante de un colega con un paciente;
el colega fue el Dr. Josef Breuer y su paciente fue la famosa «Anna O.»,
que sufrió síntomas físicos sin una causa física aparente.
La Dra. Breuer descubrió que sus síntomas disminuyeron cuando la
ayudó a recuperar recuerdos de experiencias traumáticas que ella
había reprimido u ocultado a su mente consciente.

Este caso provocó el interés de Freud en la mente inconsciente y


estimuló el desarrollo de algunas de sus ideas más influyentes.
Modelos de la mente

Quizás la idea más impactante presentada por Freud fue su modelo de


la mente humana. Su modelo divide la mente en tres capas, o
regiones:

Consciente: Aquí es donde viven nuestros pensamientos,


sentimientos y enfoque actuales;
Preconsciente (a veces llamado subconsciente): es el hogar de todo lo
que podemos recuperar o recuperar de nuestra memoria;
Inconsciente: en el nivel más profundo de nuestras mentes reside un
repositorio de los procesos que impulsan nuestro comportamiento,
incluidos los deseos primitivos e instintivos (McLeod, 2013).
Más tarde, Freud propuso un modelo más estructurado de la mente,
uno que puede coexistir con sus ideas originales sobre la conciencia y
la inconsciencia.

En este modelo, hay tres partes metafóricas en la mente:

Id: el id funciona a un nivel inconsciente y se enfoca únicamente en los


impulsos y deseos instintivos. Dos instintos biológicos conforman el
id, según Freud: eros, o el instinto de supervivencia que nos impulsa a
participar en actividades de mantenimiento de la vida, y thanatos, o el
instinto de muerte que impulsa el comportamiento destructivo,
agresivo y violento.
Ego: el ego actúa como un conducto y un control de la identificación,
trabajando para satisfacer las necesidades de la identidad de una
manera socialmente apropiada. Es lo más atado a la realidad y
comienza a desarrollarse en la infancia;
Superego: El superyó es la parte de la mente en la que residen la
moralidad y los principios superiores, alentándonos a actuar de
manera social y moralmente aceptable (McLeod, 2013).

La imagen de arriba ofrece un contexto de este modelo de «iceberg» en


el que gran parte de nuestra mente existe en el reino de los impulsos e
impulsos inconscientes.

Si alguna vez has leído el libro «El señor de las moscas» de William
Golding, entonces has disfrutado de la alegoría de la mente de Freud
como personificada por Jack como el Id, Piggy como el ego y Ralph
como el superyó.

Mecanismos de defensa
Freud creía que estas tres partes de la mente están en constante
conflicto porque cada parte tiene un objetivo principal diferente. A
veces, cuando el conflicto es demasiado para que lo maneje una
persona, su ego puede participar en uno o varios mecanismos de
defensa para proteger al individuo.

Estos mecanismos de defensa incluyen:

Represión: el ego empuja pensamientos perturbadores o


amenazadores fuera de la conciencia de uno;
Negación: el ego bloquea las experiencias perturbadoras o
abrumadoras de la conciencia, haciendo que el individuo se niegue a
reconocer o creer lo que está sucediendo;
Proyección: el ego intenta resolver el malestar atribuyendo los
pensamientos, sentimientos y motivos inaceptables del individuo a
otra persona;
Desplazamiento: el individuo satisface un impulso al actuar sobre un
objeto o persona sustituto de una manera socialmente inaceptable
(por ejemplo, liberar la frustración dirigida a su jefe por parte de su
cónyuge);
Regresión: como mecanismo de defensa, el individuo retrocede en el
desarrollo para enfrentar el estrés (por ejemplo, un adulto abrumado
que actúa como un niño);
Sublimación: similar al desplazamiento, este mecanismo de defensa
implica la satisfacción de un impulso al actuar sobre un sustituto pero
de una manera socialmente aceptable (por ejemplo, canalizar energía
hacia el trabajo o un pasatiempo constructivo) (McLeod, 2013).

Las 5 etapas psicosexuales del desarrollo.


Finalmente, uno de los conceptos más duraderos asociados con
Freud son sus etapas psicosexuales. Freud propuso que los niños se
desarrollen en cinco etapas distintas, cada una enfocada en una
fuente diferente de placer:

Primera etapa: oral: el niño busca el placer de la boca (p. Ej., Succión);
Segunda etapa: anal: el niño busca placer en el ano (p. Ej., Retener y
expulsar heces);
Tercera etapa: Fálica: el niño busca el placer del pene o el clítoris (p.
Ej., La masturbación);

Cuarta etapa: latente: el niño tiene poca o ninguna motivación sexual;


Quinta etapa: genital: el niño busca el placer del pene o la vagina (p.
Ej., Relaciones sexuales; McLeod, 2013).
Freud planteó la hipótesis de que un individuo debe completar con
éxito cada etapa para convertirse en un adulto psicológicamente sano
con un ego y un superyó completamente formados. De lo contrario, las
personas pueden quedar atrapadas o «fijadas» en una etapa
particular, causando problemas emocionales y de comportamiento en
la edad adulta (McLeod, 2013).

Experimentaciones:

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