Activación Conductual

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ACTIVACIÓN CONDUCTUAL

La depresión y ansiedad: categorías existenciales antes que clínicas

Cualquier problema psicológico implica siempre en algún momento depresión o ansiedad. La


depresión o ansiedad son experiencias que revelan que algo está mal en nuestra vida.

2- noción de situación: un modelo contextual para la depresión

La depresión no es algo dentro de uno, si no más bien uno está dentro de una situación (situación
depresiva). La depresión no es tampoco una reacción a una circunstancia o situación acaecida. La
situación se constituye por l configuración de circunstancias dadas y modos de responder a ellas.
Las circunstancias pueden ser maso menos fáciles de identificar según se trate de acontecimientos
recientes (pérdida de algo valioso), o de cambios vitales paulatinos (deterioro de algo que era
valioso). Los modelos de respuesta de tratan tanto de lo que uno hace (rumia) como al lo que deja
de hacer (ej. Dejar de relacionarse). Se entiende que lo que uno hace o deja de hacer son pautas
aprendidas que constituyen un modo típico de responder ante ciertas vicisitudes de la vida.

Situación límite

Se refiere al desmoronamiento del sistema de seguridad al que uno estaba anclado y


acostumbrado. Las situaciones límite pueden revelar la propia capacidad de la persona.

La situación se refiere a un peculiar modo de vivir la relación con el propio mundo. Se trata de la
co-constucción mutua de ese mundo.

Un estilo de personalidad se refiere a las maneras aprendidas a lo largo del desarrollo, derivadas
de constelaciones maternales, pautas de apego, historias de reforzamiento y demás condiciones
descritas en la psicología, que conforman modos de ser.

Atmosfera emocional

No solamente estamos en el mundo, si no que siempre estamos de algún modo, bien o mal. El
estado de ánimo puede estar marcado por una emoción polarizada en la relación con algún objeto
o construir una determinada sintonía con el mundo general.

El sentimiento existencial en la depresión se caracteriza por una particular disminución del mundo
como un lugar de posibilidades. Un mundo que ya no se ofrece cercano puede que resulte
indiferente si no es que amenazante.

La noción de situación: cuando los intentos de solución son el problema


La situación se define a partir de las relaciones de condicionalidad entre acontecimientos
potenciales y/o efectivos que están vinculados con el comportamiento.

La situación no se define por el mero conjunto de objetos, acontecimientos y personas en el


entorno de uno, si no por las relaciones contingenciales que se establecen con ellos y ellos entre sí.
El modelo contextual de la depresión menciona que la depresión resulta de una historia de
aprendizaje en la que las acciones de los individuos no dan lugar a reforzadores positivos del
ambiente y, a menudo y a la vez, las acciones de escape o evitación de condiciones aversivas
resultan reforzadas negativamente. La conducta de escape resulta fortalecida por lo que evita, no
por lo que consigue.

a) El encerramiento en sí mismo, si esperanza que algo positivo pueda ocurrir.


b) La disminución de conductas adaptativas. Cada vez uno hace menos cosas que pudieran
cambiar algo, hace más cosas que sumergen a la persona en la depresión, evitando,
escapando y rumiando.

El modelo contextual de la depresión y la terapia gira sobre:

1) Qué condiciones ocasionan la conducta depresiva.


2) Cuales son las consecuencias de esta conducta para la propia persona. La AC se interesa
en:
a. Los eventos que ocurren en la vida de la persona
b. En sus respuestas a tales eventos por parte de la persona
Eventos y respuestas constituyen la situación depresiva, dando lugar a estructuras contingenciales.
Buena parte de la conducta de las personas viene a funcionar como evitación conductual de
importantes ámbitos de la vida.

La actitud de las personas hacia los eventos y hacia su propia experiencia es decisiva, tanto para
mantener la situación depresiva como para salir de ella. Mientras una actitud de evitación tiende a
instaurar y mantener una situación depresiva, una actitud de activación puede ser la solución.

La situación depresiva se concibe en términos de bajo nivel de reforzamiento positivo, y/o alto de
control aversivo.

La evitación conductual toma una gran variedad de formas desde “retirarse de las actividades
habituales” hasta los “pensamientos rumiativos”. Algunos ejemplos de evitación son:

 Retirada social (como no responder el teléfono y dejar de ir a ciertos sitios).


 Evitación no social (no asumir tareas difíciles, quedarse sentado en casa y pasar excesivo
tiempo en la cama).
 Evitación cognitiva (no pensar en los problemas con miras a hacer algo, no tomar
decisiones, no aprovechar las oportunidades, rumiar tratando de explicar el pasado y de
resolver problemas insolubles).
 Evitación por distracción (ver programas basura en la tv, jugar a juegos de ordenador y
comer y hacer ejercicio en exceso).
 Evitación emocional (uso de alcohol y otras sustancias).
El problema psicológico está en como uno responde a esas experiencias y eventos privados y a los
acontecimientos y circunstancias de la vida.

Modelo presentado al cliente

El terapeuta puede mostrar con los propios datos del cliente que lo que le pasa se entiende de
acuerdo con el modelo y, lo que es más importante, que ello indica lo que hay que hacer y no
hacer.
1) Lo que sucedió que pudo dar lugar a la situación actual
2) Se sitúa el efecto de lo que pasó
3) Se sitúa el estado de ánimo y como se siente. Lo que se hace y se deja de hacer en relación
con lo que se siente
4) Reacciones, esfuerzos e intentos por salir de esa situación y solucionar el problema. Estos
esfuerzos por más lógicos y razonables que son, no parecen que sean eficaces y, parece
que están contribuyendo a la propia situación depresiva.
5) Resultado de lo que uno hace- resultado del patrón evitativo.

3-la activación conductual en el contexto de las terapias de la depresión

De acuerdo con Ferster, la depresión resulta de una historia de aprendizaje en el que las acciones
de los individuos no dan lugar a reforzadores positivos del ambiente y las acciones de escape o
evitación de condiciones aversivas resultan reforzadas negativamente.

Cuando los esfuerzos no resultan recompensados, la gente se centra más en responder a su propia
privación que en operar sobre las posibles fuentes de reforzamiento ambienta, dando lugar al
encerramiento en si mismo, desesperanza. El repertorio de conductas adaptativas del individuo se
reduce, haciendo menos cosas que puedan cambiar algo y hacen más cosas que lo sumergen en la
depresión, evitando, escapando y rumiando. Se gastan más esfuerzos en evitar o escapar de
consecuencias aversivas anticipadas.

Es muy importante que el reforzamiento sea contingente a la conducta, especificando: el numero


de eventos potencialmente reforzantes para el individuo, la disponibilidad de reforzamiento en el
ambiente y la conducta instrumental para obtener reforzadores.

4- evaluación y análisis funcional en la activación conductual

La AC no ve a a depresión como una enfermedad, si no como una situación, resultado de


determinadas circunstancias ambientales, mantenidas durante un tiempo, y retroalimentadas por
las propias acciones del sujeto.

1) El terapeuta tratará de determinar y convenir con el cliente cuáles son sus objetivos.
2) El primer contacto es a través de la entrevista. Se orientará sobre el tipo de intervención y
el proceso que se seguirá.
3) Si el proceso esta en disposición al final de la primera sesión, se le propondrá el registro de
su actividad y su estado de ánimo, que continuará durante el tiempo de la intervención.
4) Se le pide que rellene algunos cuestionarios.
5) Se recabará información relativa a los objetivos y metas personales, incluyendo los valores
que se tienen en las distintas áreas vitales.
6) Se realiza un análisis funcional que expondrá el cliente y constataá con él.
7) Se propondrá el plan de intervención.
La entrevista clínica

 Se recoge información detallada de los componentes ambientales de la historia del cliente,


y de su impacto emocional.
 Se recaban datos de una forma no crítica. La depresión tiene sentido en el contexto vital y
no debe de interpretarse como producto de los fallos de algún supuesto mecanismo
mental o cerebral de la persona.
 Reunir datos sobre las reacciones de personas alrededor de las conductas depresivas,
especialmente de familiares y amigos, pues sus actitudes y comportamientos pueden
haber influido en el origen de la situación o mantenerla.
 Es clave tener información sobre las aspiraciones abandonadas sobre el sentido de la
propia vida del cliente (valores personales) y sobre elementos que podrían facilitar la
recuperación de estos aspectos de su existencia.
 Cuantos factores están siendo en la actualidad positivos (por los que se sigue consiguiendo
refuerzo) y cuales negativos.
 Indagar que rutinas se detuvieron y cuales siguen presentándose.
 Esperanzar al cliente.

Registro de actividades y monitorización del estado de ánimo

La AC establece una relación directa entre las actividades que se desarrollan y el estado anímico.
Desde el inicio se le explica al cliente que es conveniente disponer de un registro de sus actividades
que incluya como se encuentra cuando las lleva a cabo.

El registro de actividades y el estado de ánimo asociado posee cuatro importantes funciones:

1) Proporciona una línea base con la que podrá valorarse la positiva evolución del caso.
2) Ofrece información funcional sobre las actividades que deben ser promovidas o
extinguidas.
3) Permite aprender de forma aplicada la lógica del tratamiento.
4) Puede servir como estrategia a reactivar tras la finalización de la terapia si se produce una
recaída.

Cuando el terapeuta pide al cliente que complete los registros es necesario que tenga en cuenta:

1) El registro debe completarse diariamente lo más próximo posible a la ejecución de la


actividad.
2) En las casillas debe especificarse la actividad llevada a cabo en una descripción sintética, a
no ser que determinados detalles resulten importantes para comprender la situación.
3) Debe reflejarse el estado anímico que se tenía durante la ejecución de la actividad.
4) Alternativamente al estado anímico, en el registro se puede especificar la emoción que se
tenía al realizarla, así como la intensidad de la emoción.
5) Se valoran las actividades en su grado de dominio y el placer que proporcionan al llevarlas
a cabo.
6) En cada actividad el cliente debe dejar apuntado el nivel de disfrute que le ocasionó y el
grado de importancia que tiene en su vida.
7) Cualquier actividad debe formar parte de este registro, aunque sean pasivas o
aparentemente no actividades. Se deben registrar las supuestas obligaciones.
8) Se pueden agrupar las casillas si la actividad abarca varias horas.
9) Es útil comentar en algunos casos con quién se estaba, como era el ambiente, que se
esperaba.
10) Resulta fundamental motivar al cliente y hacerle ver que, aunque no apunte todo lo que
hace, o si solo consigue completar el registro algunos días, facilitará una información muy
importante para ayudar a mejorar su situación.
11) El terapeuta puede concebir el registro como una tarea de activación misma.
12) La actitud del terapeuta aprovechando y valorando la información del registro, resulta una
estrategia importante para que el cliente se implique a la hora de completarlo.

Para motivar el cumplimiento, los terapeutas explican a los clientes que al completarlo ganarán
una visión mucho más exacta de lo que pasa fuera de las sesiones de consulta, e indican al cliente
que debe actuar como un “científico” en el sentido de no dar las cosas por supuestas, si no recabar
con detalle la información, sin fiarse de la memoria, de forma que se revele el autentico peso de
ciertas conductas sobre el estado de ánimo. Completar con el cliente varias casillas de las horas
previas a la consulta es una buena manera de ilustrar su correcto cumplimiento y demostrar que es
sencillo y factible.

Tras su entrega en la siguiente consulta, la revisión junto con el cliente del registro y la importancia
que el terapeuta le confiera, son otros elementos que influyen en la motivación para seguir
completándolo.

Registro de valores personales

Es importante recolectar información relativa a los valores del cliente. Con la determinación de los
valores, el terapeuta contará con datos útiles para comprender que conductas son las que, al estar
inhibidas o bloqueadas, pueden estar influyendo negativamente en el estado de ánimo del sujeto.

No solo se deben disminuir los síntomas de la depresión, si no que se deben activar conductas
significativas y dejar de repetir acciones que solo llevan al agotamiento o a un alivio a corto plazo.

Análisis funcional

Se restringe a los posibles desencadenantes de la situación depresiva, la respuesta a esos


desencadenantes y las conductas que pueden estar manteniéndola.
El análisis funcional revelará que la depresión se mantiene porque el cliente evita fuentes
potenciales de reforzamiento debido a que el contacto con estas es demasiado desafiante,
amenazante, doloroso o incomodo en ese momento de su vida. Esa evitación lleva a un alivio
inmediato, pero a la larga mantiene la depresión, tanto porque no se experimentan gratificaciones
enjundiosas y porque los estresores empeoran con el paso del tiempo.

Las conductas que tratarán de potenciarse son aquellas que más probablemente conducirán a un
contacto con el reforzamiento del entorno, a resolver problemas y a mejorar la calidad de vida en
general; las conductas que han de disminuirse son aquellas que hacen la vida del cliente más difícil
o suponen interferencia en el manejo de las propias necesidades.
Si no se percibe atentamente el mundo y los cambios contingentes originados por las propias
acciones; difícilmente la persona será capaz de emitir conductas potencialmente reforzantes
durante suficiente tiempo.

Cada vez que se produzca un comportamiento deben preguntarse si se aproxima o aleja del
reforzamiento positivo y no suponerlo a partir de su topografía.

Antecedentes: se deben buscar los déficits en el control de estímulos del sujeto.

Conducta: se buscan los déficits de repertorios (las situaciones que el sujeto sabe que debe de
llevar a cabo, pero no es capaz de llevarlas a la práctica).

Consecuente: consecuencias ambientales y consecuencias privadas o personales.

5-habilidades clínicas en la activación conductual.

Algunas habilidades clínicas importantes son la empatía, la autenticidad, la aceptación


incondicional, la validación, la directividad medida, la capacidad para motivar.

Actitudes generales para la práctica con pacientes deprimidos

El paciente debe ser comprendido, motivado y se tienen que solventar las dificultades que surgirán
a lo largo de la terapia.

 Destrezas básicas de la relación terapéutica: empatía, aceptación, autenticidad,


cordialidad.
 Habilidades de escucha: clarificación, paráfrasis, reflejo, síntesis.
 Habilidades de acción verbal: saber preguntar, confrontar, ofrecer información o aportar
análisis o interpretaciones.
 Habilidades del conocimiento sobre el modelo específico con el que se trabaja.
 Competencias técnicas concretas.

También son importantes:

1. Aceptación, empatía y autenticidad.


2. Confianza básica o cuidado del rapport.
3. Establecimiento de la colaboración terapéutica.

Un clínico eficaz también debe tener las siguientes cualidades:

1. Saber hacer resúmenes de lo tratado.


2. Saber hacer preguntas adecuadas para la intervención.
3. Servirse del humor con delicadeza.
4. Aprender el punto de vista del paciente.

Es importante evaluar el tipo de ideas, planes, intentos previos frustrados, o la preparación actual
de materiales para acometer el suicidio.

Habilidades del terapeuta de la AC


Las destrezas más importantes son: capacidad para validar los sentimientos del paciente, la actitud
colaborativa, la ausencia de prejuicios, el desarrollo de calidez y autenticidad, el ser capaz de
reforzar durante la sesión explicaciones o ejemplos de conductas adaptativas que ofrece el cliente.

Validación
Consiste en demostrar a los clientes comprensión de sus experiencias y de los sentimientos
derivados de esas experiencias. Se puede utilizar la clarificación, la paráfrasis y el reflejo.

Con sus propias palabras el terapeuta debe de hacer notar al cliente triste o afectado por algo que
se hace cargo del dolor, y que es capaz de contextualizarlo en la historia personal del cliente y en
las circunstancias que actualmente vive.

“la conducta depresiva que en este momento compromete su existencia es probablemente el


mejor modo que usted ha encontrado para enfrentarse a las desbordantes circunstancias vitales
que sufre”, “dicha manera de sentir y actuar tiene todo el sentido”.
Actitud colaborativa

El terapeuta actuará como un entrenador. Cuando el terapeuta proponga explicaciones para la


conducta del cliente, le preguntará “¿Qué le parece lo que acabo de mencionarle? ¿Cómo le
suena?”.

Ausencia de prejuicios

Es fundamental privarse de prejuicios y adoptar una actitud pragmática, basada en los hechos que
hay por delante, libre de hostilidad o críticas hacia los clientes.

Desarrollo de calidez y autenticidad

Es necesario mostrar una actitud cálida. La capacidad para reconfortar debe surgir de una
preocupación genuina por el cliente, debe trabajarse la expresividad. Un ambiente terapéutico
acogedor estimulará que el cliente siga asistiendo a terapia a pesar de encontrarse muy mal en
determinados momentos o, aunque si progreso no sea tan bueno como esperaba.

Capacidad para reforzar en sesión explicaciones o ejemplos de conductas adaptativas

El terapeuta debe buscar la ocasión durante la consulta para reforzar las conductas de activación
que se puedan dar en ese mismo momento. Se debe estar siempre atento a lo que sucede incluso
dentro de la sesión.

DESTREZAS PARA TRATAR LOS PROBLEMAS CARACTERÍSTICOS DE LA SITUACÓN DEPRESIVA

Directividad medida

Es la capacidad del terapeuta de equilibrar de forma dinámica a lo largo del proceso su


colaboración con el paciente y las directrices u orientaciones respecto a la monitorización o la
programación de actividades que son necesarias al objeto de lograr la mejoría.

Comunicación ajustada a la situación depresiva

El terapeuta debe de intensificar su capacidad comunicativa. Se debe de brindar una comunicación


directa, clara y precisa, que genere una confianza especial y una completa libertad a la hora de
hablar.

Capacidad de motivación
El terapeuta debe de saber como motivar, tanto al inicio como a lo largo de todo el proceso de
intervención. Debe de mostrarse siempre positivo y esperanzado ante cualquier cambio que está
por venir.

“aprendemos más de nuestros fracasos que de nuestros éxitos, reconocer que algo no está
funcionando aporta información para reconocer que debemos de cambiar de estrategia”.

6- técnicas de intervención en la activación conductual

Programación y estructuración de las actividades

La programación de actividades es el método más efectivo y eficiente por su sencilla


implementación y bajo costo.

Cuando alguien se siente deprimido le resulta difícil apreciar las sutiles mudanzas de humor que
puede darse, como consecuencia de los cambios en las circunstancias de alrededor y en las
acciones que uno lleva a cabo. Observar estos cambios, aunque sean pequeños, repasando junto
con el terapeuta las actividades del registro, es la manera de preparar al cliente para la fase de
intervención.

Enfatizar la importancia del hacer

Es importante actuar de afuera a adentro, y no de acuerdo con lo que uno siente, hay que llevar a
cabo las acciones para alterar como uno se siente.

No creer que se está siendo un timador. Planificar las actividades de acuerdo con un plan y con un
estado de ánimo

Hay que animar al sujeto a que lleve a cabo la actividad independientemente de que antes de
empezar se sienta triste, apagado, sin energía, sin verle sentido, culpable, hundido, o con deseo de
desaparecer.

Empezar poco a poco y graduar las actividades extensas de acuerdo con los pasos en que se puede
dividir

Algunos clientes querrán comprometerse con actividades muy extensas temporalmente, vigorosas
o que impliquen un notable esfuerzo. El terapeuta debe de transmitir que tal actitud puede tener
una contrapartida, ya que, si no se logra al 100, la frustración posterior podría empeorar el ánimo.
Empezar de poco a poco, resulta más prudente y es lo que el terapeuta debe de recomendar.

Las actividades que son extensas o poseen muchos pasos deben programarse descomponiéndolas
en tareas más específicas que son más sencillas de abordar.
Concretar la frecuencia, duración, intensidad, los días y horas en que se llevarán a cabo las
actividades, y otros detalles si es necesario

Es recomendable que cuando el cliente salga de sesión tenga claro cuantas veces llevará a cabo la
actividad y que días y horas son dispuestas para ello. Para facilitar el cumplimiento, se apuntará en
la hoja de registro o en una agenda o calendario (de la forma que sea más conveniente para el
cliente). Contar a otras personas es recomendable ya que genera compromiso.

Iniciar la programación por actividades que pueden tener un reforzamiento más cercano, aunque
también se planifiquen los que la tendrán a la larga

Se deben orientar hacia metas específicas y pequeñas o breves en el tiempo, lo que aumenta la
probabilidad de cumplimiento con independencia del estado anímico, dando una sensación de
avance o logro, crucial para contrarrestar la situación depresiva.

Es recomendable incluir alguna actividad como arreglarse, cortarse el pelo, pasear al perro,
hacerse la propia comida, dar un paseo de 20 min, comprar algo sencillo, ya que es fácil que
generen pronto una sensación positiva.

Además, se incorporan actividades que, progresivamente impliquen más tiempo y esfuerzo y cuyo
reforzador llegue después de un intervalo de tiempo mayor.

Plantear la actividad en forma de continuo y no de “todo o nada”


El incumplimiento de las tareas programada provoca una gran frustración en los clientes y facilita la
perpetuación o incluso el agravamiento de la depresión. Es importante descomponer en pasos más
pequeños y fáciles la actividad que no se pudo realizar.

Apostar por las actividades que tendrán reforzamiento natural, aquellas asociadas a los valores del
sujeto

Son las actividades asociadas a aspectos importantes de la vida del sujeto las que deben incluirse
mayormente en la programación de actividades. El terapeuta debe recordarle al cliente el fin
ultimo de la actividad. Las tareas que más pronto tienen un reforzador natural son siempre las más
recomendables para empezar la activación.

Se le pregunta a la persona que solía hacer o gustar cuando no estaba deprimida, esto ayuda a
detectar actividades cuyo reforzador natural se alcanza más directamente.

Elegir actividades variadas, de un amplio abanico

A la hora de elegir actividades es preferible cubrir distintas áreas vitales y tener en cuenta un
amplio abanico de dificultad y tiempo.
Facilitar el trabajo a través de registros ya preparados con las actividades

Se deben trasladar las tareas de activación programadas a un registro que resulte claro, fácil de
comprender y versátil, se pueden añadir avisos que motiven u orienten.

El terapeuta puede añadir claves, avisos, recordatorios o pistas con el objetivo de no olvidar las
tareas programadas en la consulta. Una felicitación genuina del terapeuta es algo motivante.

EXTINCIÓN DE CONDUCTAS DE EVITACIÓN

Conviene diferenciar entre problemas primarios que desencadenaron la depresión, y otros


secundarios que se derivan patrones de evitación.

Las conductas de evitación se definen por su función y no por su tipografía, lo más característico es
ve la evitación de forma pasiva (aislarse, quedarse en cama viendo la tv, usar el celular, beber o
fumar en exceso), en ocasiones se pueden llevar a cabo actividades muy variadas (hacer deporte,
quedarse en el trabajo muchas horas) donde se evitan tareas necesarias. Todas las formas de
evitación son formas de enfrentarse a la depresión y a los propios problemas.

Primero, el terapeuta formulará operativamente la conducta de evitación, luego junto con el


cliente, tratará de plantear soluciones alternativas, finalmente se concretará el plan de acción para
llevarlo a la práctica.

Las personas en un estado depresivo tienen más dificultades para planificar, buscar alternativas o
tomar decisiones, por lo que, en un primer momento, el terapeuta al actuar de forma directiva
sugiriendo esta estrategia, y el cliente al dejar por escrito sus alternativas, adoptan una medida
adecuada.

REFORZAMIENTO POSITIVO DE LAS CONDUCTAS ANTIDEPRESIVAS


El reforzamiento natural que el sujeto va a obtener con la realización de las tareas programadas
puede tardar algún tiempo en llegar, una forma de mantener la motivación por las actividades
consiste en proporcionar un refuerzo positivo directo por el hecho de haberlas realizado.

Los reforzadores directos que se propongan no deben suponer nunca un apoyo de las conductas
depresivas. Se pueden utilizar contratos conductuales clásicos que ayuden a conseguir los
objetivos mientras comienza a actuar el reforzamiento natural.

MANEJO DE PENSAMIENTOS RUMNIANTES: LA ATENCIÓN A LA EXPEIENCIA

La AC considera que los pensamientos rumiantes deben abordarse directamente en algunos casos.
Puede tratase de conductas problema al ser formas de evitación. Se tratan los pensamientos
porque su presencia puede interferir en el tratamiento l hacer menos accesible y visible los efectos
reforzantes de algunas actividades.
El terapeuta no cuestiona la irrealidad o distorsión del contenido, ni busca evidencias en su contra,
si no que se centra en el proceso mismo de rumiar y en el contexto en que se da.

La regla de los 2 minutos para el reconocimiento de la rumia:

Cuando el terapeuta vea que el cliente pueda estar perpetuando su estado depresivo por la rumia,
debe seguir una estrategia para ayudarle a cortarla. Se le ayuda a analizar las consecuencias a
medio plazo de la rumia, adoptar una actitud de solución de problemas, atender a la experiencia,
volver a enfocarse en la tarea que tenía entre manos y aprovechar una actividad distractora
durante un rato.

El entrenamiento en habilidades necesarias para la obtención de reforzadores

El terapeuta de la AC debe detectar los posibles déficits de habilidades que vuelven complicado el
acceso a ciertos reforzadores que pueden ser importantes para el cliente. Si para alcanzarlos son
necesarios otros entrenamientos, se deberán incorporar en la intervención. El terapeuta debe
centrarse en aquellos déficits que resultan clave para las metas del cliente.

La colaboración con otras personas puede ser importante en muchas intervenciones,


especialmente en el inicio de la terapia.

7- el proceso de intervención en la activación conductual

Líneas generales de la intervención con la AC


1. La clave para cambiar como se sienten las personas estriba en ayudarles a cambiar lo que
hacen.
2. Distintos cambios vitales pueden llevar a la depresión, y las estrategias inmediatas que se
emplean para afrontarlos pueden bloquear indefinidamente a las personas.
3. Para averiguar que será antidepresivo para algún cliente radica en saber que precede y que
sigue a las conductas importantes.
4. Estructura y programa actividades de acuerdo con un plan y no con un estado de ánimo.
5. El cambio resultará más fácil si se empieza de poco a poco.
6. Prioriza las actividades que tendrán un reforzamiento natural
7. Actúa como un entrenador.
8. Insiste en mantener una aproximación empírica de solución de problemas y reconocer que
cualquier resultado será útil.
9. ¡No hables, actúa!
10. Trabaja para solucionar las barreras actuales a la activación o las que posiblemente
aparecerán.

La estructura de las sesiones

Durante los contactos de evaluación además de recabar información que servirá para la
intervención, se explicará el modelo de intervención, el modo de trabajar y se responde a
cualquier duda del cliente.

Conviene que en cada encuentro el cliente y el terapeuta elaboren juntos durante los primeros 5-
10 minutos la agenda de la sesión. La agenda consiste en seleccionar 3, 4º 5 aspectos que deben
formar parte de la sesión ese día.

Tras la instauración de la agenda pueden recogerse las puntuaciones generales del estado anímico
durante la semana o cada quince días. Las tareas que deben revisarse son:

 El registro de actividades y de monitorización del estado de ánimo


 Las actividades sencillas o graduadas que se programaron
 Los ejercicios de atención a la experiencia (si se recomendaron por la rumia)
 Otras técnicas que se han considerado incluir para ayudar al cliente a resolver sus
problemas

El plan de intervención: incorporación de los procedimientos de la AC

1. Fase de evaluación
a. Se aporta una información clara y precisa sobre la depresión y la dinámica general
de este tratamiento.
b. En cada sesión y durante toda la terapia, el cliente y terapeuta organizan el tiempo
de su encuentro a partir de la agenda.
c. El terapeuta indica la necesidad de que el cliente se monitorice por medio del
registro diario de actividades y estado de ánimo.
d. El terapeuta puede solicitar que se complete el BDI-II, EROS, RPI, BADS.
e. Se elabora un modelo explicativo a través del análisis funcional, que justifique el
trabajo a lo largo del resto de la terapia.

2. Fase de establecimiento de objetivos


a. Una vez reunida la información, se establecen los objetivos junto al cliente.
b. Se procura crear un entorno saludable, en el que familiares y amigos sean
informados de no centrarse en los síntomas depresivos si no en la activación.
c. El cliente debe entender y compartir la racionalidad del tratamiento.

d. El cliente se debe comprometer, aunque algunos días se siente desmotivado, triste


o cansado y no le vea sentido a la terapia, debe asistir a terapia.
e. Se delimitarán los objetivos de intervención.
f. Se deben decidir las distintas áreas en las que hay que incidir y los valores a seguir.
Posterior se determinan las conductas concretas que se van a dirigirán esos
objetivos y se programa la realización para los siguientes días.
3. Fase de intervención: incorporación de las técnicas de la AC
a. Se debe contar con un entorno estructurado, adecuadamente directivo y capaz de
dar un apoyo conveniente al cliente. Se refuerza socialmente el cumplimiento de
las prescripciones y la consecución de metas.
b. Una vez aclarada y compartida la necesidad de llevar a cabo las tareas
seleccionadas, el terapeuta apunta en hojas de registro las actividades que deben
llevarse a cabo antes de la siguiente sesión.

La incorporación de actividades debe jerarquizarse, de meno a mayor dificultad,


hay que decidir cuales y cuantas actividades se incorporan cada semana. Entre 1 y
3 es buen número, las primeras semanas es recomendable 1 o 2.

Se recomienda que las actividades cumplan un amplio rango. En las primeras


semanas se programan tareas fáciles cuyo reforzamiento es rápido y seguro, que al
momento o poco después de realizarlas generen una sensación grata. O
actividades que supongan una movilización corporal.

c. Al tiempo que se incorporan en cada consulta nuevas actividades en el registro, las


de semanas anteriores siguen haciéndose y se integran como rutinas de forma que
progresivamente habrá un conjunto mayor de actividades que proporcionan
reforzamiento natural. Como las primeras actividades ya proporcionan refuerzo, se
pueden añadir otras cuyo refuerzo tarde en llegar.
d. En la hoja de registro la cliente rellena si se cumplieron o no las tareas
programadas en el día. Llevar el control de las actividades que se realizaron y del
estado de ánimo asociado es una buena forma de identificar factores contextuales
y el papel de la propia actividad en la depresión
e. Las tareas que no se realicen o se hagan solo parcialmente , el terapeuta adoptará
una actitud de solución de problemas y se orientará hacia la corrección de esa
circunstancia. El terapeuta apreciara y reforzará todo lo que suponga un
incremento por encima de la línea base.
f. Se refuerzan positivamente las conductas antidepresivas. Si los registros revelan
que se han cumplido las actividades programadas en una semana, durante el
tiempo suficiente, el cliente podrá otorgarse un reforzador previamente
establecido.
g. Se pueden establecer contratos conductuales para que el reforzamiento lo
otorguen familiares o amigos.
h. El terapeuta se mantendrá atento al efecto de la incorporación de actividades. El
terapeuta animará al cliente a perseverar y comenzará un proceso de indagación y
resolución de problemas para descubrir qué factores impiden el progreso.
i. Se debe realizar la extinción de las conductas de evitación, si estas se identifican. El
terapeuta debe plantear una eliminación o disminución progresiva de las
conductas de evitación y no sustituirlas por otras.
j. Aunque se decidan al principio actividades concretas, es posible que, al avanzar el
tratamiento, se descubra que algunas de ellas no son las más adecuadas. Según se
progresa el cliente puede cambiar de opinión. En las distintas sesiones el terapeuta
debe preguntar si piensa que las actividades elegidas siguen siendo las mejores y si
continúan respondiendo a sus valores.
k. Si el cliente no obtiene los beneficios esperables, hoy a pesar de llevarse a cabo las
actividades durante un tiempo suficiente, hoy ha extendido conductas de evitación
e incluido conductas que correspondan con sus valores, es necesario que el
terapeuta investigue si la falta de resultados es fruto de la interferencia de
pensamientos repetitivos y autocríticos.
l. Hoy otras circunstancias que pueden constituir trabas son: hoy la carencia en
habilidades sociales, ansiedad, reacciones emocionales muy intensificadas. El
terapeuta tratará de trabajar estos obstáculos empleando las técnicas pertinentes.
m. Una vez que tanto indicadores subjetivos como objetivos demuestran la
recuperación y estabilidad anímica, el terapeuta hola propondrá sesiones
dedicadas al cierre de la terapia y a la prevención de recaídas.

Actívate: hoy un acrónimo para sintetizar la puesta en práctica de toda la terapia

 Assess (evaluar): una buena y atenta evaluación es la clave para que el resto de la terapia
transcurra sin problemas. Con el análisis de los antecedentes y consecuentes de las
conductas problemáticas, el clínico poseerá las claves para saber con qué actividades
iniciarán tratamiento.
 Counter (contrarrestar): contrarrestar la evitación con la activación estructurada y una
solución efectiva de los problemas. Con la AC ayuda a contrarrestar los patrones evitativos
por medio de la restructuración de actividades y la solución de problemas, se aprenden a
identificar los patrones de evitación y a poner en práctica acciones alternativas.
 Take time to get specific (tomarse tiempo para lograr ser específico): se anima a los
clientes a ser concretos respecto a las conductas a incrementar o disminuir.
 Include monitoring (incluir monitorización): gracias al registro y la monitorización resulta
más claro donde es más probable que se dé la conducta problemática y qué consecuencias
tiene.
 Validate (validar): validar al cliente es una actividad fundamental.
 Assign Activities (asignar actividades): hoy la programación de actividades y su
estructuración es la técnica de intervención básica de la AC.
 Trouble Shoot (solucionar problemas): hoy a lo largo de la intervención aparecerá la
frustración y los problemas el terapeuta debe enfrentarlos.
 Encourage (alienta): hoy los clientes necesitarán palabras de ánimo, de esperanza y
aliento.

Dificultades comunes en la puesta en práctica de la activación conductual

se tiene que estar preparado para que el cliente diga que no ha cumplido nada de lo programado o
peor aún que mienta por vergüenza y diga que sí lo ha cumplido, que piense tirar la toalla. Hoy la
labor del terapeuta es llevar a cabo una evaluación conductual que ayude a identificar porque han
surgido las dificultades o se ha intensificado el malestar del cliente, una vez detectados estos
factores, se enfrentará la situación como una tarea por resolver, en vez de culpar a los pacientes se
adoptará un enfoque de resolución de problemas.

Estrategias generales de la AC ante la aparición de dificultades

Algunas claves para el afrontamiento son:

1. Comprender la racionalidad del tratamiento, por ejemplo, el enfermo que necesita un


fármaco tiene que administrarlo varias veces durante bastantes horas o varios días antes
de que aprecie su efecto beneficioso.
2. Mantener las sesiones con estructura, centradas en la resolución de problemas y enfocada
hacia la activación.
3. Validar siempre los sentimientos y comportamientos del cliente.
4. Recordar el principio de que todo puede valer, hola saber que fallar es importante para
preparar un plan mejor: “vaya, parece que esto no ha funcionado como esperábamos,
vamos a ver dónde ha podido estar el problema y trataremos de corregirlo para la próxima
semana”.
5. Mantener el optimismo y la persistencia, hoy se debe trabajar con una mentalidad abierta
y buscar las claves que controlan la conducta.
6. Es conveniente mantener una actitud previsora, que anticipe los problemas que en
determinados momentos pueden surgir.

Dudas específicas del cliente con el acercamiento terapéutico a la AC

1. ¿La depresión no está causada por un desequilibrio químico del cerebro?


a. Hoy nuestra biología está relacionada con la depresión, pero sabemos que el
cambio de nuestra conducta afecta la química de nuestro cuerpo.
2. ¿No es el enfoque demasiado simple?
a. Los postulados de este enfoque son sencillos, pero ponerlos en práctica resulta
difícil.
3. Esto de la activación me parece imposible. Yo apenas puedo levantarme de la cama
¿después de esto ayudarme realmente?
a. Cuando se está deprimido es comprensible que esto parezca imposible y uno se
pregunta si algo así puede funcionar. Hoy mucha gente tiene esta misma duda,
pero también muchas personas encuentran que, lo que parecía imposible en un
primer momento, comienza a ser más fácil a medida que se está más y más activo.
Este enfoque es muy práctico, hoy y mi trabajo es ayudarle a encontrar la manera
de que se haga factible, daremos las circunstancias para comenzar una activación
para usted considerando dónde se encuentra en este momento. Este enfoque ha
funcionado con muchos sujetos deprimidos. Dicho todo esto no sería honrado
afirmar que se puede garantizar el éxito al 100% pero sí me puedo comprometer a
trabajar junto a usted y empezar desde donde usted está ahora y avanzar. Tengo el
convencimiento que a medida que progresemos todo resultará más posible. Si
usted está dispuesto a podemos comenzar con pequeños pasos y observar el
resultado y luego seguir avanzando más.
4. ¿No es una impostura actuar como si no estuviera deprimido cuando realmente lo estoy?
a. Esta es una inquietud de muchas personas, pero no es una impostura o falsedad
elegir comportarse de una manera más comprometida con unos objetivos, aunque
uno se sienta triste. Al comportarse como si no estuviera deprimido, usted actúa
de forma que le ayudará a sentirse mejor.
5. ¿Cómo me ayudará un tratamiento en el que no se eliminan los pensamientos negativos
que tengo?
a. En este modelo se considera más eficaz tratar de modificar las circunstancias que
generan estos pensamientos y analizar al servicio de qué fines se están.
6. ¿No es posible llevar a cabo la terapia sin completar los registros?
a. Los registros son importantes pues ofrecen información que de otro modo no sería
posible recabar.

Soluciones ante dificultades comunes en la aplicación de AC

es difícil que una terapia para la depresión transcurra sin ningún contratiempo. El terapeuta debe
saber reaccionar ante los problemas y contar con estrategias claras.

Problemas por falta de comprensión de la actividad programada

si algo no se completa o efectúa se debe comprobar el grado de recuerdo y comprensión de la


tarea. Explicar con claridad las actividades es fundamental y preguntar al cliente si se han
entendido los detalles o pedirle que cuente cómo lo va a llevar a cabo es importante. Es
conveniente dejar instrucciones por escrito.

Problemas derivados de déficit de habilidades

determinadas acciones suponen prerrequisitos o conductas básicas previas. La carencia de ciertas


habilidades explica que se mantenga una depresión o impide que se goce de una vida gratificante.
Se debe hacer consciente este hecho y comenzar un programa de entrenamiento en tales
habilidades o programar actividades cuyo éxito no esté determinado por estas carencias.

Planificar de nuevo las tareas dividiéndolas en los pasos previos y ensayándolas para hacerlos más
asumibles contrarrestará algunas dificultades. También se pueden facilitar las actividades
simplificándolas o sustituyéndolas por otras que también lleven el mismo reforzamiento.

Problemas a la hora de graduar las tareas

Cuando surgen problemas con el cumplimiento, es importante revisar si este escalonamiento fue
demasiado optimista por lo que es necesario subdividir lo más.

La persona que sufre depresión se siente incapaz de acometer actividades que para otras personas
y para él mismo en otros momentos de su vida resultaban sencillas. Es recomendable no pensar en
todo lo que está por delante, sino dirigir la atención y las fuerzas exclusivamente al paso que en
ese momento se da.

Problemas a la hora de trabajar con los valores del cliente

si las conductas aumentan el nivel de actividad del cliente, pero no otorgan sentido a su vida es
muy probable que la terapia acabe sin éxito. Para prevenir esto es necesario fundamentar la
selección de las actividades en los valores o intereses reales del cliente.

Problemas por la ausencia del registro de la actividad, estar incompleto o sin datos del humor o la
emoción

La ausencia de un número significativo de registros pone en riesgo la intervención. El terapeuta


debe asumir una actitud colaboradora, reforzar cualquier intento de cumplimiento y abordar las
limitaciones recordando el sentido de esta actividad. Negarse a completar el registro puede
entenderse como una conducta de evitación.

Aunque los cambios de humor sean sutiles o muy leves, es importante reflejarlos, pues esas
variaciones aportan información crucial.

Problemas por la ausencia de señales de aviso


hoy es importante dejar preparadas claves o señales en el entorno que ayudan a recordar el
compromiso. Hoy la presencia y visibilidad de la misma hoja de registro es importante.

Problemas con el manejo de las contingencias

es importante analizar con detenimiento antecedentes y consecuentes de las conductas


problemáticas y actuar con coherencia con ese análisis.

Problemas con las conductas condicionadas clásicamente

Tras sucesos traumáticos es posible que determinadas personas o situaciones queden


condicionadas clásicamente y provoquen emociones difíciles de rebajar que interfieran con la
asignación de tareas.

Problemas con otras reacciones emocionales y pensamientos que interfieren con la activación

No solo el bajo estado de ánimo puede llevar al cliente a no cumplir el plan de activación, también
pueden ser emociones como el enfado, la vergüenza, el asco, o emociones positivas como estar
alegre y despreocupado. Aquí es importante la idea de actuar de acuerdo con un plan y no por una
emoción.

Problemas con el hecho de programar actividades y sentirse controlado

Es importante recalcar el aspecto colaborativo de la terapia.

Dudas respecto a la veracidad del registro

Lo primero que se debe hacer es verificar si las dudas están justificadas y en caso de que así sea,
tratar de enfocar el caso, desde una actitud colaborativa y de solución de problemas. Hoy con
respeto y tacto se indagará en las razones de esta falta de sinceridad, y se aprovecharán estas
razones para conocer más a fondo los problemas del cliente y mejorar el tratamiento. Se intentará
reenfocar la prescripción de los registros lo que abrirá medidas para que en el futuro se garantice
su veracidad.

El listado de conductas antidepresivas

con el repaso de las hojas de registro y de las actividades programadas se facilita establecer un
vínculo entre las acciones y estados de ánimo positivos. Una vez descubierta esta asociación es útil
componer apuntes que incluyan pistas para ayudar a auto animarse y encontrarse mejor
rápidamente.
1. ¿Qué contextos o situaciones incrementan mi vulnerabilidad a caer deprimido?
2. ¿Qué comportamientos contribuyen a mantenerme en un ciclo depresivo?
3. ¿Qué conductas antidepresivas necesito mantener o incrementar?
4. ¿Qué puedo hacer para incrementar las posibilidades de que siga adelante con mis
conductas antidepresivas?

Identificar y prepararse para las situaciones de alto riesgo

Durante las últimas consultas se puede entrenar como poner en marcha la estrategia de solución
de problemas ante la aparición de situaciones de riesgo concretas. Estos planes deben
estructurarse y detallarse de la forma más completa posible, de manera que no existan dudas en
su realización. Es bueno que se compongan de pasos concretos como:

1. Durante un mes voy a volver a registrar mi estado de ánimo y mis actividades durante la
semana
2. Voy a hacer un listado de actividades que debo incorporar de nuevo
3. Voy al programar cuando las voy a hacer y cómo
4. Voy a premiarme si lo logro cada semana
5. Voy a apuntar mi estado de ánimo cada semana y trasladarlo a una gráfica
6. Voy a involucrar a mis familiares de esta manera…

Sesiones de refuerzo

El objetivo de estas sesiones es recuperar al cliente lo más rápidamente posible. Se recuerdan los
objetivos que se plantearon y las claves de organización de las conductas antidepresivas y sanas
que manejaron o que se programan ahora por primera vez. Hoy el terapeuta debe invitar al cliente
a tomar un papel activo, hoy recordarle brevemente las claves de la intervención y permitir que el
cliente siga estructurando por sí solo su vida.

La práctica de mindfulness

La atención a la experiencia previene la rumia que envuelve a la persona y le dificulta la activación.


En las sesiones de refuerzo y seguimiento el terapeuta preguntará al cliente cómo nota ese
contacto con las actividades y si su pensamiento vuelve a crear interferencias para que en este
caso, se le indique cómo contrarrestar el pensamiento automático y rumiante.

Variantes en la aplicación de la activación conductual

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