Guerra Mundial

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UNIVERSIDAD REGIONAL DE GUATEMALA

NOMRE:

DUNIA WESTLEYK
APELLIDOS:

GOMEZ XITUMUL
MATERIA:

ECONOMIA
TEMA:

ECONIMIA MUNDIAL POST SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

CARRERA:

ADMINISTRACION DE EMPRESAS

FECHA:

20/08/2023

SEDE
SALAMA B.V.
Comentario

Desde una perspectiva geopolítica y socioeconómica, el final de la Segunda Guerra Mundial


marcó el inicio de una nueva era en la que la comunidad internacional del bloque capitalista
mostró una gran resolución a la hora de trabajar codo con codo para recuperar la economía
internacional de mercado.

Esto quedó patente mediante las instituciones internacionales que fueron desarrollándose
durante el periodo de 1944 a 1947, con objetivos claros de reconstruir Europa, eliminar las
barreras al comercio y garantizar una cierta estabilidad en materia de tipos de cambio de
divisas.

Estas iniciativas tuvieron diversos grados de éxito, pero todas ellas fueron eficaces a la hora
de consolidar una cierta confianza en el sistema de mercado, frente al incipiente
expansionismo comunista oriental.

Ya durante la Segunda Guerra Mundial se habían celebrado negociaciones entre Gran


Bretaña y EE. UU. en materia económica. El resultado más inmediato fue la firma del Mutual
Aid Agreement (Acuerdo de Asistencia Mutua) de 1941, que se centró en acuerdos de
préstamos financieros y en el intercambio de ideas sobre
Economía Mundial Post Segunda Guerrera Mundial

La guerra fue acompañada de la debacle económica. A consecuencia de los combates


terrestre y aéreos, Europa quedo devastada. Los masivos bombardeos, ejecutados, tanto por
las potencias del Eje (durante la primera fase del conflicto), como por los aliados (en la
segunda) agravaron el problema: ciudades, industrias, nudos ferroviarios y carretas quedaron
seriamente dañados. Millones de toneladas da barcos fueron enviados al fondo del mar. Se
calcula que Europa perdió aproximadamente el 50% de su potencial industrial. Otro tanto
sucedió a Japón. El sector agrícola también se vio afectado; se perdieron cosechas enteras, y
el hambre, erradicada en Europa desde el siglo XVIII, apareció el nuevo. En china millones
de personas perecieron por ese motivo.

La industria bélica se fortaleció en detrimento de los bienes de consumo. El sector servicios


se resintió igualmente. Una vez concluido el conflicto resulto una difícil tarea la reconversión
de la industria pesada, destinada a producir equipamiento militar, en otra encaminada a
producir bienes y servicios. En Estados Unidos y, sobre todo en la URSS, la industria militar
siguió jugando un papel crucial, debido al hecho de la “Guerra Fría”, situación que no se
alteraría hasta la década de los 90.

Al termino del conflicto las viejas potencias europeas, reino unido Francia y Alemania,
habían perdido definitivamente el liderazgo económico que ya habían comenzado a ceder a
estados unidos tras la primera gran guerra.

Por el contrario, la economía estadounidense salió reforzada y experimento un espectacular


auge, especialmente en su sector industrial, con un crecimiento del producto interno bruto en
torno al 10% anual. El país americano se había convertido en el mayor proveedor de
productos manufacturados a los aliados, a quienes habían concedido importantes sumas de
dinero en forma de créditos. En 1945 era acreedor de la mayoría de los estados y controlados
dos tercios del total de las reservas mundiales de oro. Su hegemonía como potencia industrial,
financiera y agraria se impuso sin discusión, superando a la de su principal oponente, la
URSS.
La segunda guerra mundial potencializo la balanza comercio gracias al aumento de las
exportaciones de productos estratégicos como: caucho natural, balsa, arroz y chinchona, cuya
demanda se incremento notablemente para satisfacer las necesidades de las naciones
beligerantes.

Que destruyo por completo a Europa y Japón, dejando a estados unidos como la única
economía intacta. Su enorme producción había alimentado el esfuerzo bélico aliado y al final
de la guerra representada la mitad de toda la producción mundial. El plan Marshall de ayuda
financiera de estados la década de 1970 con mercados libre regulados. Un factor fue la
propagación del contenedor de carga en la década de 1960. Al eliminar la carga y descarga
lenta y laboriosa, los contenedores hicieron que el envío fuera mucho más barato y rápido.
Hoy en día, los barcos pueden descargar cientos de contenedores en horas.

Sin embargo, a principios de la década de 1970, Estados Unidos enfrento problemas con los
déficits comerciales resultantes de una mayor competencia de las importaciones extranjeras,
los costos de la guerra de Vietnam y más dólares en el extranjero que el oro para apoyarlos.
En respuesta, en 1971 Nixon fijo un arancel de 10%, recorto el dólar del oro y dejo flotar el
tipo de cambio.

Posteriormente, a mediados y finales de la década de 1970 se produjo un gran aumento en


los precios del petróleo. El primer incremento se produjo durante y después de la guerra
árabe-israelí de 1973, cuando los países árabes llevaron a cabo un embargo petróleo contra
estados unidos y otros aliados israelíes. Los precios del petróleo se cuadruplicaron, bajaron
gradualmente y luego volvieron a subir después de la Revolución Islámica de 1979 en Irán,
lo que redujo aún la escasez de gasolina, las líneas de una milla de largo en las estaciones de
servicios y los mayores costos de combustibles dieron como resultados precios mas altos y
una economía mas lenta, o estanflación. Los países pobres fueron aún más golpeados. Los
altos precios del petróleo los obligaron a pedir prestadas grandes sumas de Banco Mundial y
al FMI.

En respuesta, europea y a Japón redujeron su dependencia petrolea a través de la


conservación y la energía solar. Estados Unidos conservo y se centró en las energías
renovables durante algunos años hasta que Reagan llegó al cargo en 1980 y desechó las
políticas de Carter para la independencia energética.
En tanto, de 1977-81, el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos aumento
abruptamente las tasas de interés para reducir la inflación. Esto incremento el precio del
dólar, incrementando tanto el precio de los bienes estadounidenses en el exterior como el
déficit comercial, al tiempo que provoco una profunda recesión en el país. Además, los
recortes fiscales de Reagan para los ricos provocaron déficits presupuestarios record, triplicar
la deuda nacional y aumentar la desigualdad. Sus ataques a los sindicatos y el aumento de la
competencia internacional aplastaron los salarios. Durante la década de 1980, el aumento del
déficit comercial y presupuestario y la disminución de la productividad, el crecimiento, el
comercio y la investigación y el desarrollo en comparación con otros países erosionaron el
estatus de Estados Unidos como la potencia económica mundial con el auge de otros países,
habían llegado una economía mundial multilateral.

El siguiente gran evento fue la ruptura de la URSS en 1991. Después de la ruptura, Rusia
siguió el consejo de economista neoliberales estadounidenses de participar en la llamada
terapia de choque de privatización instantánea para superar el estancamiento de su economía
de propiedad gubernamental y planeada centralmente. A pesar de las predicciones de un auge
económico, el resultado real fue que las economías de la URSS y sus satélites de Europa del
Este colapsaron, ya que algunos funcionarios y empresarios bien conectados utilizaron
préstamos bancarios del gobierno para comprar enormes cantidades de propiedades estatal y
recursos naturales por centavos sobre el dólar. Rusia incumplió sus deudas, el rublo quedo
sin valor, la producción disminuyo 40%, la mayor parte de la población se empobreció y el
crimen organizado creció muy poderoso. Algunos países de la ex unión soviética (incluida la
Rusia dependiente del petróleo y el gas) son pobres y corruptos.

En Asia en las décadas de 1970 y 80, Japón habían servido como un exitoso modelo
mercantilista/proteccionista de industrialización apoyada y guiada por el gobierno,
exportaciones subsidiadas y protección de las industrias locales con aranceles de
importación. Para 1980, Taiwán, corea del sur, Hong Kong y Singapur estaban en auge con
estas políticas. Desde entonces, China, India, Indonesia, Malasia, México, Turquía, Vietnam
y otros también comenzaron a hacer crecer sus economías utilizando modelos similares. No
obstante, muchas de las economías de América Central y del sur y de África, Oriente Medio
y el Sudoeste de Asia se están quedando atrás.
En la década de 1990, las políticas económicas de Clinton de aumentar los impuestos a los
ricos y dar exenciones fiscales a las familias trabajadoras pobres estimularon la economía,
cambiaron los déficits presupuestarios de Estados Unidos a excedentes, redujeron el
desempleo, mantuvieron una inflación baja y agregaron 17 millones de nuevo empleos. Sin
embargo, Clinton también apoyo las políticas de libre comercio, lo que llevo a la aprobación
del estatus de nación más favorecida para china (lo que significo aranceles bajos a las
importaciones chinas), la aprobación del acuerdo de libre comercio del TLCAN de Bush 1
con Canadá y México, y la formación de la Organización Mundial del comercio. Estos
acuerdos si incrementaron el comercio y mantuvieron bajos precios. Pero estos también
significo más importaciones extranjeras, mientras que los empleos de Estados Unidos fueron
países como China y México con salarios muchos más bajos.

La influencia estadounidense en el Banco Mundial, el FMI y el G7, el tamaño y la estabilidad


del mercado estadounidense y la credibilidad del dólar reforzaron el poder económico
estadounidense. Sim embargo, el libre comercio y las altas importaciones de petróleo
significaron que el déficit comercial de Estados Unidos se mantuvo alto, mientras que la
competencia de países de bajos salarios deprimió el pago de los empleos estadounidenses.

Después de 2001, los recortes de impuestos de Bush 2 para los ricos condujeron nuevamente
a déficit presupuestarios récord, y permitir que china ingresara a la OMC ayudó a aumentar
los déficits comerciales a un 10% record del PIB total. Un resultado de todo esto fue una
disminución del 40% del dólar frente al euro y otras monedas. Un tercio de los empleos de
manufactura en Estados Unidos se fueron al extranjero en solo ocho años.

El dólar más bajo hizo que las exportaciones estadounidenses fueran más baratas y
competitivas, pero incremento aún más el déficit comercial porque se necesitaron más dólares
ahora menos valiosos para comprar importaciones. Desde entonces, el dólar ha subido debido
a las debilidades comparativas de otras economías, pero Estados Unidos sigue comprando
más a otros países de lo que vende.

El desplome financiero de 2008, resultado de la especulación en el mercado inmobiliario


estadounidense y en Wall Street, destruyó la credibilidad del modelo estadounidense de
finanzas desreguladas y libre comercio al provocar enormes pérdidas de inversionistas y una
recesión mundial. China y otros países dicen que este desastre demostró que sus sistemas de
capitalismo de Estado y el modelo mercantilista de intervención gubernamental y comercio
gestionado eran métodos superiores para el desarrollo económico.

La guerra constituyo un esfuerzo económico centralizado, repitiendo las pautas de la primera,


pero a una escala mucho mayor. Los grandes contendientes, entre los que no estaba Francia,
que fue ocupada fulminantemente por las tropas alemanas. Alemania, el Reino Unidos, Italia
y la URSS, más Estados Unidos y Japón fuera de Europa, trataron de centralizar férreamente
todas sus operaciones y destinaron al esfuerzo bélico una proporción de los recursos
nacionales netamente superior a la que habían dedicado durante la primera gran guerra. La
fuerte movilización militar y económica tenso al máximo las capacidades productivas de
todos los países implicados. De hecho, el paro, que aun coleaba como una herencia de la gran
depresión desapareció por completo por efecto de la movilización bélica. El PIB no aumento
en el conjunto de Europa, aunque si en los países beligerantes que no sufrieron la ocupación
militar. El caso más extremo es el de Estados Unidos. En cambio, la ocupación nazi implicaba
una desviación del esfuerzo productivo hacia finalidades, usualmente militares, definidas por
el alto mando alemán.

Las potencias del Eje habían realizado el grueso de su preparación para la guerra antes de la
misma. Alemania se esforzó al máximo para aumentar su PIB, pero sus resultados fueron
muy discretos. Peores fueron los japoneses, y aún más decepcionante los italianos, aunque
en ese último caso hay que tener en cuenta que Italia paso a ser un país ocupado a partir del
verano de 1943. El esfuerzo bélico nazi debe ser apreciado juntamente a dos otros elementos:
el de sus aliados filofascista el de los países ocupados. Los más próximos a Alemania, como
Australia, lo consiguieron a lo largo de la guerra y solo se hundieron el ultimo año, con la
ocupación aliada. Bulgaria y Hungría lograron resistir la caída del PIB mucho mejor que los
países ocupados.

Al culminar la segunda guerra mundial se agudizo la crisis económica n muchos de los países
combatientes Europa se encontraba casi totalmente destruida en su totalidad las materias
primas y los alimentos se escaseaban el sistema complementario habían prácticamente
colapsado para hacer frente a la situación y ayudar al país de Europa se aplicó el plan
Marshall por medio de este programa Estados Unidos aporto mas de 20 mil millones de
dólares 1947 y 1951 para alimentos combustibles y materias primas.
Lo que caracteriza a esta crisis es que se da al mismo tiempo una elevación de los precios y
del paro con un crecimiento estático de la producción, esto se conoce con el nombre de
estanflación. Inestabilidad económica. Tras los acuerdos de Bretón Woods, para acordar un
sistema de estabilización de los pagos internacionales, los americanos se ven obligados poner
más dólares en circulación debido a un alto numero de los gastos públicos y de las inversiones
internacionales. La libertad de comercio y el desigual desarrollo económico. Tras los
acuerdos del GATT se llega a un acuerdo para bajar el precio de las aduanas que antes se
encontraba en un 40% y paso a un 5%. Al mismo tiempo se sigue elaborando un mercado
que cada vez se va ampliando más, la Unión Europea.

Tras la Segunda Guerra Mundial y a medida que los países iban recuperándose de la
devastación generalizada, despunta una etapa de crecimiento económico que, asentada sobre
el nuevo orden internacional que surgió de los acuerdos de Bretton Woods, se extendieron
hasta la crisis económica internacional de la década de 1970.

Este crecimiento global que se entre 1950 y 1973, resulto tan intenso que no en vano recibió
la designación de “Edad dorada del capitalismo”, si bien se desarrollo en pleno contexto de
Guerra Fría. A esa expansión contribuyo ampliamente el avance del comercio mundial que
impulso el GATT (Acuerdo general de Aranceles del comercio), que promovió la rebaja de
los aranceles mundiales y con ello el crecimiento de los intercambios.

Esta es también una etapa en la que se gesta el deseo de integración económica por parte de
diversos países en distintos continentes, mediante la creación de espacios de libertad
comercial, que son los propios procesos de integración. Es el caso de variadas experiencias
de integración en Latinoamérica o África, y como no de la Comunidad Económica Europea.

1945-1959: Una Europa pacifica: los albores de la cooperación

La Unión Europea nació con el anhelo de acabar con los frecuentes y cruentos conflictos
entre vecinos que habían culminado en la segunda guerra mundial. En los años 50, la
comunidad europea del carbón y del Acero es el primer paso de una unión económica y
política de los países europeos para lograr una paz duradera. Sus seis fundadores son
Alemania, Bélgica, Francia Italia, Luxemburgo y los países bajos. Ese periodo se caracteriza
por la guerra fría entre el este y el oeste. Las protestas contra el régimen comunista en Hungría
son aplastadas por los tanques soviéticos en1956. En 1957 se firma el tratado de roma, por el
que se constituye la comunidad económica europea (CEE) o “mercado común”.

1960-1969: Una etapa de crecimiento económico

La década de los 60 es un buen momento para la economía, favorecido, entre otras cosas,
porque los países de la UE dejan de percibir derecho de aduana por las transacciones
comerciales entre sí. También acuerdan ejercer un control conjunto de la producción
alimentaria para que, de este modo, todo el mundo tenga suficiente para comer. Esto da
pronto lugar a un excedente de producción agrícola. Mayo de 1968 es recordado por la
revuelta estudiantil en parís, y muchos cambios en la sociedad y los hábitos de vida se
relacionan con la llamada “generación del 68”.

1970-1979: Una comunidad creciente: la primera ampliación

El 1 de enero de 1973, Dinamarca, Irlanda y el reino unido entran en la unión europea, con
lo que los uros de estados miembros aumentan nueve.

La segunda guerra mundial fue mucho más destructiva que la primera. El armamento más
moderno utilizado segó muchas vidas (unos 16 millones de militares). Pero además el
enconamiento entre los adversarios fue mucho más profundo lo que puso en marcha políticas
de aniquilación sistemáticas.

La guerra construyó un esfuerzo económico centralizado, repitiendo las pautas de la primera,


pero a una escala mucho mayor. Los grandes contendientes entre los que no estaba Francia,
que fue ocupada fulminantemente por las tropas alemanas: Alemania, el reino unido, Italia y
la URSS, más Estados Unidos y Japón fuera de Europa, trataron de centralizar férreamente
todas sus operaciones y destinaron al esfuerzo bélico una proporción de los recursos
nacionales (del PIB) netamente superior a la que habían dedicado durante la primera gran
guerra. La fuerte movilización militar y económica tensó al máximo las capacidades
productivas de todos los países implicados. De hecho, el paro, que aún coleaba como una
herencia de la gran depresión, desapareció por completo por efecto de la movilización bélica.
El PIB no aumentó en el conjunto de Europa, aunque sí en los países beligerantes que no
sufrieron la ocupación militar. El caso más extremo es el de Estados Unidos. En cambio, la
ocupación nazi implicaba una desviación del esfuerzo productivo hacia finalidades,
usualmente militares, definidas por el alto mando alemán. El cuadro siguiente pone de
manifiesto la diversidad de las trayectorias de los países contendientes. Las potencias del Eje
habían realizado el grueso de su preparación para la guerra antes de la misma. Alemania se
esforzó al máximo para aumentar su PIB, pero sus resultados fueron muy discretos. Peores
fueron los japoneses, y aún más decepcionantes los italianos, aunque en este último caso hay
que tener en cuenta que Italia pasó a ser un país ocupado a partir del verano de 1943. El
esfuerzo bélico nazi debe ser apreciado juntamente a dos otros elementos: el de sus aliados
filo fascistas y el de los países ocupados. Los países aliados del Eje mantuvieron, a trancas y
barrancas, el nivel del PIB de preguerra. Los más próximos a Alemania, como Austria (que
no era realmente un aliado, sino que fue anexionada por Alemania), lo consiguieron a lo largo
de la guerra y sólo se hundieron el último año, con la ocupación aliada. Bulgaria y Hungría,
dos ejemplos de aliados tardíos, lograron resistir la caída del PIB mucho mejor que los países
ocupados. Éstos, la evolución de cuyo PIB está descrita en la parte intermedia del cuadro,
tuvieron una trayectoria desastrosa. Los que llegaron a un mejor modus vivendi con el
invasor, como Noruega, se limitaron a caídas máximas del PIB del 17 por 100. Dinamarca,
Holanda y Bélgica sufrieron caídas superiores al veinte por 100. Dinamarca, que llegó a caer
un 22,5 por 100 en 1941 se fue recuperando después en la medida que no resulto conflictiva
para Hitler. Holanda y Bélgica empeoraron su trayectoria cada año. En 1943 ya estaban un
veinticinco por 100 por debajo de su PIB de 1939. Mientras Bélgica, liberada y administrada
por los aliados tempranamente, remontó en 1944, Holanda sufrió duramente la guerra en
1944 y llegó a hundirse a la mitad de su PIB prebélico. Francia sufrió, año tras año, más que
los anteriores; la ocupación y la guerra sumieron en el caos y la destrucción el noroeste de su
territorio. Como en los demás países, la ocupación significó desorganización, sabotajes y
desvío de recursos productivos (material de transporte, maquinaria, materias primas,
trabajadores) hacia Alemania, de modo que el aumento del PIB alemán se obtuvo, en buena
medida, vía explotación de países ocupados. El esfuerzo bélico consumía enormes recursos,
y esquilmaba una extensión creciente de territorio, y con una intensidad cada vez mayor. En
algunos países —los escasos datos de Grecia lo muestran— la explotación y el caos fueron
profundos, llevándose por delante dos tercios del PIB.

Los países beligerantes aliados comenzaron con mal pie. La Unión Soviética, pese a haberse
preparado intensamente para la guerra entre 1938 y 1940, resistió mal los primeros embates
de la ofensiva alemana. Perdió grandes cantidades de territorio y su PIB se redujo en un
cuarto entre 1940 y 1942. El gran éxito soviético y de Stalin fue su capacidad para
reorganizarse y para preparar una movilización total de sus recursos productivos. El esfuerzo
supremo para resistir se concretó en una espectacular recuperación del PIB —y de la
capacidad militar soviética— del 45 por 100 en 1943. Es una tasa increíble, que sólo puede
entenderse en circunstancias excepcionales y temporalmente limitadas. De hecho, una vez la
guerra se fue ganando, ya en 1945, la tensión decayó. Por su parte, y tras unos primeros meses
de desconcierto, Gran Bretaña logró dinamizar su economía mejor que lo hiciera la alemana
y sin pesar sobre territorios ocupados. Gran Bretaña se apoyó mucho en sus recursos
imperiales (no tan cuantiosos como los disponibles en 1914, que ya habían sido consumidos
parcialmente a lo largo de la primera guerra mundial) y en los prestados por Estados Unidos.
El PIB británico logró su máximo en 1943; después cedió —reflejo de que la guerra llegaba
a su propio territorio (son los años de los bombardeos sistemáticos del sur de Inglaterra por
parte de la aviación alemana)—, y hubiera tenido problemas de no ser por la ayuda
estadounidense. Ahí radica el «milagro» aliado de la segunda guerra mundial. El éxito
productivo de Estados Unidos fue espectacular. Con la contienda lejos de su territorio, y un
enorme potencial productivo subutilizado desde la crisis de 1929-1933, la nación
norteamericana logró prácticamente duplicar su PIB de 1939 en sólo cinco años. Aún hoy se
siguen estudiando los factores de tal éxito. Residen en la total utilización del trabajo y el
capital, con un particular énfasis en la cantidad y calidad del trabajo. Los norteamericanos
trabajaron mucho más de lo que habían trabajado antes y de lo que estarían dispuestos a
trabajar después y, además, trabajaron con más atención, entusiasmo y compromiso.

Los países neutrales europeos fueron pocos y pequeños: Portugal, Suecia y Suiza. Finlandia
y España fueron no beligerantes, que es una manera delicada de señalar que tenían su corazón
en un lado pero que no podían entrar en la contienda por diversos motivos. Finlandia, porque
había perdido una guerra relámpago contra la URSS, en la que había cedido territorio a
cambio de mantener su independencia y su neutralidad. España, porque acababa de salir de
su guerra civil. Aunque debía grandes favores a Hitler y Mussolini, Franco se mantuvo
básicamente no beligerante (pero permitió el envío de algunas tropas de voluntarios al frente
ruso para apoyar a los alemanes): el país estaba demasiado débil como para arriesgarse a
entrar en guerra. La misma posición hegemónica de Franco hubiera sufrido en caso de
hacerlo. Los verdaderos neutrales aprovecharon la guerra, pero de modos diversos. Portugal,
bajo una dictadura corporativista pero comprometida con Inglaterra por una alianza
plurisecular, supo nadar y guardar la ropa. Los años de la guerra fueron de bonanza
económica. Suecia sufrió la desorganización inicial de toda la economía europea, pero supo
adaptarse como proveedora neutral del bloque del Eje y mejoró netamente su PIB de 1941 a
1945. Suiza quedó al margen de la guerra, impedida de ejercer un papel verdaderamente
neutral al estar básicamente rodeada por las tropas alemanas o por sus aliados. Jugó un papel
importante en el «blanqueo» de dinero entre los dos bloques contendientes y aguantó como
pudo la situación entre 1939 y 1944, sin ganancias ni pérdidas. El momento mágico sobrevino
en 1945 cuando la neutralidad suiza atrajo a muchos nazis en su huida. Con ellos llegaron
oro y divisas en grandes cantidades.

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