FARMACEUTICA
FARMACEUTICA
FARMACEUTICA
metabolismo y excreción. Para producir sus efectos, un fármaco debe tener la concentración
apropiada en los sitios de acción. Dicha concentración está en función de la dosis administrada
del fármaco activo (libre). La fracción libre (no unida a proteínas) también depende del grado
de absorción, distribución que refleja la unión relativa a proteínas plasmáticas y tisulares,
metabolismo (biotransformación) y excreción.
Absorción. Para entrar al torrente sanguíneo, un fármaco debe ser absorbido de su sitio de
administración, a menos que haya sido inyectado directamente al torrente sanguíneo. El índice
y eficacia de la absorción dependen de la vía de administración. Entre las más comunes se
encuentran la oral, orogingival, sublingual, rectal, intramuscular, subcutánea, inhalación,
tópica, transdérmica, intravenosa y epidural.
Distribución. La distribución del fármaco en diversos tejidos depende del tamaño del órgano,
su circulación sanguínea, solubilidad y fijación a macromoléculas sanguíneas o a un
compartimiento tisular.
Unión a proteínas plasmáticas. La mayoría de los fármacos se unen a las proteínas plasmáticas,
principalmente a la albúmina para fármacos ácidos y a la α1 glucoproteína ácida para fármacos
bases; la unión a otras proteínas generalmente es menor y reversible. En tales condiciones la
fracción libre es la fracción farmacológicamente activa. La fracción de fármaco unido a
proteínas está determinado por sus concentraciones, afinidad, el número de sitios de unión,
constante de disociación y limita su biotransformación y filtración glomerular. Esta unión
también está afectada por factores relacionados con la enfermedad (hipoalbuminemia
relacionada con síndrome nefrótico). La unión a proteínas no es selectiva de un fármaco, por lo
que fármacos con características físico-químicas similares pueden competir con otros o con
sustancias endógenas (el desplazamiento de bilirrubina no conjugada por las sulfonamidas
aumentan el riesgo de encefalopatía por bilirrubina en el neonato). La fracción del fármaco
unido a proteínas está en función con la fracción libre de éste; puesto que la secreción tubular
y biotransformación disminuyen ...
Introduccion: En el avance del conocimiento científico desde que las personas comenzaron a
utilizar sustancias exógenas para modificar funciones orgánicas —cabe mencionar el opio
como analgésico o el curare para la cacería y herramienta de guerra. En el transcurso del
tiempo se han postulado aportaciones entre las que es factible mencionar las siguientes:
En 1841 James Blake declara que los medicamentos son eficaces sólo cuando alcanzan un
tejido sensible.
En 1878 John Langley acuñó el término “sustancia receptora” y en 1909 Paul Ehrlich concibió el
concepto de “receptor”, ambos aludiendo al componente al cual se une un fármaco para llevar
a cabo su efecto.
Más recientemente, en el año 2005, Limbird impulsó los “principios de la farmacología de los
receptores”.
En último lugar, os recordamos que los medicamentos genéricos tienen el mismo perfil
farmacodinámico que sus referentes de marca, ya que producen exactamente el mismo efecto
que estos en nuestro organismo y son intercambiables desde el punto de vista de la calidad,
seguridad y eficacia.
Afinidad o grado de atracción entre fármaco y receptor para crear una relación estable.
Evidentemente, cuanto mayor afinidad, más posibilidades existen de que el medicamento
provoque el efecto deseado en la persona.
Selectividad o la capacidad de un fármaco de incidir en una parte concreta del cuerpo; por
ejemplo, medicamentos para el riñón, los huesos o el corazón. A veces es vital que la
incidencia no afecte a todo el organismo, sino que se centre en una parte de este. ¿Cómo se
consigue? Pues utilizando su capacidad de unirse a ciertos receptores.
Eficacia. Es el máximo nivel de respuesta que puede tener un fármaco y sirve de medida para
saber hasta dónde puede llegar o actuar en el organismo.
Las dos tienen en común que son parte de las ciencias farmacéuticas, que se denomina
farmacología. Esta disciplina analiza cómo los productos químicos pueden alterar los
mecanismos fisiológicos y bioquímicos del cuerpo. Asimismo, dichos fármacos se utilizan para
la curación, el tratamiento o la prevención de las enfermedades.
A la hora de prevenir o tratar las patologías es necesario que conozcas dichas etapas. Eso sí,
siempre teniendo en cuenta que cada cuerpo tiene su propia manera de asimilar los principios
activos de las medicinas.
Liberación
Absorción
El principio activo se libera dentro del cuerpo y es cuando empieza la etapa de absorción. La
primera transformación, denominada metabolismo de primer paso, se realiza en el hígado
para, después, pasar a la sangre.
Distribución
La segunda “parada” del principio activo es el corazón. De ahí pasa a todos los tejidos, y este
puede ir transportado por libre o unido a proteínas presentes en el plasma. Aquí entra en
juego el porcentaje de biodisponibilidad de dicho medicamento. Esto hace referencia a la
parte del medicamento que llega a la sangre, la mayor se consigue cuando se administra vía
intravenosa.
Metabolismo
Engloba los cambios químicos que produce el medicamento dentro del cuerpo y que pueden
ser de varios tipos y con distintos efectos.
Excreción
La excreción renal y el metabolismo hepático son las principales vías de eliminación de los
residuos del medicamento que no ha sido administrado.
• Investigar dichas señales y si es preciso poner en marcha estudios para cuantificar el riesgo/s
asociado/s al medicamento
• Adoptar las medidas necesarias e informar a profesionales sanitarios y a pacientes sobre los
posibles riesgos.
[9:36 a. m., 24/10/2023] María Padron: La farmacovigilancia busca asegurar que la relación
beneficio-riesgo se mantenga favorable a largo de todo el ciclo de vida del medicamento, es
decir, desde que se autoriza hasta que se retira del mercado o se interrumpe su producción. La
farmacovigilancia comprende diversas actividades de salud pública de análisis y gestión del
riesgo que contribuyen al uso racional de los medicamentos. Así, la identificación,
cuantificación y evaluación de los riesgos asociados con el uso de los medicamentos pueden
evitar o minimizar el daño a los pacientes y adoptar las medidas necesarias, poniendo en
marcha, si fuese preciso, medidas reguladoras.