1 y 6 Gestion Empresarial
1 y 6 Gestion Empresarial
1 y 6 Gestion Empresarial
EXAMEN PARCIAL
1. LA RELEVANCIA DE LA PRODUCTIVIDAD PARA EL CRECIMIENTO SOSTENIDO
1.1 INTRODUCCIÓN
E. Prescott (1997), Premio Nobel de Economía en el
2004, hace énfasis en la importancia de la productividad como fuente de crecimiento, destaca que su estudio
es insuficiente. Según Reyes (2010), el comportamiento de esta variable explica el 80% del crecimiento
económico en los países desarrollados y cerca del 40%
en los del Tercer Mundo.
Paul Krugman (1997), uno de los académicos más destacados de la teoría económica internacional y Premio
Nobel de economía en el 2008, señala que para lograr competitividad en los mercados internacionales se
requiere fortalecer las economías domésticas y, por tanto, tener en cuenta la productividad sujeta tanto al
capital humano como a los recursos tecnológicos de que se disponga. Coincidiendo con lo anterior, Michael
Porter afirma que “la productividad es, a largo plazo, el determinante primordial del nivel de vida de un país y
del ingreso nacional por habitante” (1990). Así mismo, Romo y Andel (2005) asocian la productividad y la
competitividad a “la capacidad de crear un entorno que favorezca el crecimiento sostenido de la productividad
y que se refleje en niveles de vida más elevados de la población. Esto incorpora niveles macro, meso y
microeconómicos en un marco de integración de la economía global” (2005).
En las últimas tres décadas, la competitividad y la productividad de la pequeña empresa han merecido
importantes esfuerzos de promoción, fomento y asistencia técnica del gobierno, la empresa y la cooperación
técnica. En las economías en vías de desarrollo de la región Asia Pacífico estos esfuerzos se sustentan en el
entendido de que la pequeña empresa aporta decisivamente a la creación de empleo, la dinámica económica
local, la eficiencia colectiva del tejido empresarial y el crecimiento económico. El grueso de intervenciones ha
sido canalizado a través de políticas públicas con un en-foque de construcción de capacidades. No obstante,
estudios preliminares en los principales empresariales en el Perú sugieren que las iniciativas de fomento
concentradas en el accionar gubernamental no han tenido un efecto sostenido en la competitividad ni la
productividad. La evidencia sugiere que los servicios de desarrollo empresarial tienen incidencia limitada
porque dependen solo de intervenciones externas, a diferencia de los emprendimientos exitosos, que se
explican mejor por capacidades endógenas. Este artículo introduce un framework de promoción de la
productividad y la competitividad sostenida en la pequeña empresa, con énfasis en las capacidades
endógenas y una combinación eficiente de intervenciones externas.
1.2 PRODUCTIVIDAD
Para comenzar, los postulados clásicos de Smith (a mediados del siglo XVIII) y de Ricardo (comienzos
del siglo XIX) asociaron la productividad con los beneficios obtenidos de los intercambios comerciales
entre países. Al plantear la teoría del valor destacaron cualitativamente la importancia del factor trabajo
en la especialización y la división internacional del trabajo. Entonces, en la medida que esta corriente de
pensamiento explica que las relaciones de cambio entre los países están determinadas por los costos de
producción y que estos se establecen por la cantidad relativa de trabajo contenida en las mercancías, se
constituye una teoría de la productividad social del trabajo.
A pesar de que posteriores corrientes cuestionaron y desecharon el factor trabajo como determinante del
origen del valor, un indicador tradicionalmente utilizado para medir la productividad es la relación entre
producción y mano de obra, también denominada “productividad aparente del trabajo”, “productividad
relativa del trabajo” o “productividad marginal del trabajo”. De acuerdo con la teoría neoclásica –
marginalista, el producto social es generado por la aplicación de los factores de producción: tierra, capital
y trabajo; la retribución a estos factores en las diversas industrias está determinada por la productividad
marginal. Esta misma teoría establece una relación entre los salarios y la productividad marginal del
trabajo que se rige por la Ley de los rendimientos decrecientes, según la cual, si uno de los factores de
producción se incrementa mientras los otros permanecen constantes, su productividad tiende a crecer
hasta un punto en el que empieza a decrecer. También señala que ésta determina el salario máximo que
el empresario aceptará pagar a sus trabajadores.
Robert Solow (1956), citado por Reyes, a partir de una producción de características neoclásicas, explica
que el crecimiento del producto en el largo plazo, más allá de la participación del capital o del trabajo,
depende fundamentalmente del “Residuo de Solow” , sinónimo de la utilización eficiente de los factores
productivos convertida en productividad (Mendoza, 2006). La eficiencia depende, por un lado, de la
calidad de los factores (el trabajo depende de la educación, la experiencia y los atributos innatos de las
personas); y por otro, del uso del conocimiento humano en el proceso productivo. La incorporación de
nuevos métodos o de nuevos medios de producción permite aumentar la productividad del trabajo, el
capital o la tierra (Villamil, 2003).
Autores como Nishimizu y Robinson (1986) plantean varios aspectos sobre lo anterior: a) la Productividad
Total de los Factores (P.T.F.) es un mecanismo de estímulo respuesta; así, por ejemplo, el rendimiento
de los esfuerzos empresariales aumenta en la medida en que la producción se someta más a la
competencia extranjera. Lo anterior es un mejoramiento en la eficiencia mediante programas de
liberalización comercial y promoción de las exportaciones que podrían estimular la eficiencia interna y la
rebaja de costos. b) En los países en desarrollo, los bienes intermedios y de capital importados no son
fácilmente sustituibles por la producción nacional a corto y quizás mediano plazo, esto, dadas las
características técnicas de la base productiva de dichos países. En este sentido, el proteccionismo o
restricción a las importaciones se traducirá en un desempeño menos eficiente que el derivado de
políticas que propicien la disponibilidad de insumos, capital y material importado (Garay, 2000)
En la teoría económica, la denominada “Ley de Verdoorn” establece una estrecha relación entre el
crecimiento de la productividad del trabajo y del producto y propone que en una economía abierta, el
crecimiento de las exportaciones genera en los sectores transables rendimientos crecientes. La relación
de crecimiento entre las exportaciones y la economía es explicada bajo el supuesto de que las
productividades marginales (de los factores de producción utilizados para obtener bienes exportables)
son mayores que las obtenidas en los demás sectores. Esta mayor productividad de sectores exportables
está inducida también por una mejor coordinación de los procesos de producción, una mayor utilización
de la capacidad instalada y, principalmente, por el desarrollo de factores dinámicos originados en la
aplicación de nuevas tecnologías; a lo que se añade una cualidad cada capacidad gerencial para
enfrentar la competencia dada en los mercados externos.
En esencia, entonces, la “Ley de Verdoorn” postula que un incremento en la tasa de crecimiento de las
exportaciones conduce a un aumento de la productividad del trabajo en el mismo sector. Ello se debe al
proceso de aprendizaje que implica la división internacional del trabajo y a una mayor especialización
asociadas a la ampliación de mercados y a las economías dinámicas de escala provenientes del
progreso técnico y de la mecanización de las actividades productivas. (Gaviria y Sierra, 2005).
Hoy en día, se insiste en destacar el papel que desempeña el cambio e innovación tecnológica en el uso
de los factores productivos y, desde luego, en la dinámica de la productividad. Al respecto vale la pena
recordar el aporte del gran economista J. A. Schumpeter quien a mediados del siglo XX, señaló la
necesidad de entender los efectos de la tecnología y la innovación en la economía para así comprender
el crecimiento de la riqueza de los países y sus dinámicas económicas. Así mismo, este economista
reivindicó el decisivo papel que ejercen los denominados por él “factores inmateriales” o “fuerzas del
desenvolvimiento económico o evolución económica”: cambios tecnológicos y sociales y ambiente socio-
cultural, en el aumento de la producción y desarrollo económico de los países, a diferencia de las
posturas neoclásicas que le otorgan únicamente a los factores materiales de producción: tierra, capital y
trabajo, el motor del desarrollo.
También, desde la óptica neoclásica, académicos como Kendrick (1961), Griliches y Jorgenson (1967)
por medio de sus estudios explican la productividad como medida de la e(ciencia de los factores
productivos.
El economista Santiago Levy (2004) insiste que el conocimiento y sus diversas expresiones son
elementos indispensables para elevar los niveles de productividad y competitividad y ampliar los sectores
productivos de un país, de ahí la importancia de realizar inversión en ciencia y tecnología
El crecimiento sostenible de la productividad agrícola es esencial para atender los desafíos que enfrentan los
sistemas de alimentación y agricultura de todo el mundo.
La productividad agrícola ha sido foco de intenso escrutinio desde los tiempos de Adam Smith. Incluso hasta hoy en
día, la mayoría de los economistas asume que el crecimiento de la productividad agrícola es inferior al de la industria
manufacturera. No obstante, esta observación ha sido desafiada una y otra vez. Martin y Mitra (2001) encuentran que
la productividad agrícola creció más rápido en un amplio conjunto de países en vías de desarrollo y desarrollados
durante parte importante de la segunda mitad del siglo XX.
La literatura que investiga la productividad agrícola encuentra amplia evidencia que ésta es un factor determinante
para la productividad agregada y por ende para el crecimiento económico.
2.1 LA PRODUCTIVIDAD
La definición de productividad utilizada es la denominada productividad total de factores o productividad media (PTF).
La PTF es la parte de la producción no explicada por el uso de insumos. La relación entre la producción y el uso de
insumos se plantea a través de una función de producción ya mencionada anteriormente. 21 Loayza (2016) menciona
que la productividad comprende cuatro componentes principales, los enumera de la siguiente manera: (1) la
innovación, que consiste en la creación de nuevas tecnologías, productos y procesos; (2) la educación, que disemina
la innovación y desarrolla conocimientos y habilidades; (3) la eficiencia, que procura el uso y distribución eficaz de los
recursos productivos; y (4) la infraestructura física e institucional, que otorga bienes y servicios públicos en apoyo a la
economía.
Alene y Manyong (2006) mencionan que para el caso de la agricultura se ha desarrollado una gran cantidad de
trabajo empírico sobre educación y productividad agrícola por ser este el principal componente, por ejemplo, Moock
1981; Jamison y Moock 1984; Appleton y Balihuta 1996 los cuales plantearon como hipótesis de que la educación (ya
sea, formal y no formal) juega un papel clave papel en el proceso de desarrollo a través de su efecto sobre la
productividad agrícola (Welch, 1970).
Nguyen & Cheng (1997) destacan que durante mucho tiempo ha habido un interés considerable en el efecto
económico de la educación formal de los agricultores porque la agricultura es, por tamaño, un sector muy importante
en la mayoría de los países en desarrollo. Mencionan que existe un acuerdo general de que un gran aumento en la
productividad agrícola requiere un entorno modernizador (con tecnología más compleja), en el que la educación de
los agricultores se vuelve más importante debido a las mayores ventajas que los agricultores más educados tienen
sobre los menos educados, por lo cual se requiere de un sistema educativo que garantice la calidad de la enseñanza.
Nguyen & Cheng (1997) mencionan que el desarrollo agrícola es tan significativo como la industrialización en
cualquier estrategia de desarrollo y que la clave para el desarrollo agrícola es un cambio rápido a un entorno
modernizador, en el que se pone especial énfasis en variedades de semillas de alto rendimiento, nuevos insumos
como como fertilizantes químicos y pesticidas, y agua de riego. En base a esto muchos economistas arguyen que a
la educación de los agricultores le correspondería desempeñar un papel más importante en la agricultura moderna
que en la agricultura tradicional.
Por ejemplo, Schultz (1975) planteó la hipótesis de que la educación es más efectiva en un ambiente modernizado,
mientras que Mellor (1976) consideró que la educación de los agricultores en las zonas rurales es un ingrediente
central en una estrategia para mejorar la productividad agrícola. Los criterios para identificar un entorno como
tecnología primitiva ineludible no moderna, prácticas agrícolas tradicionales y cultivos y poca innovación reportada o
exposición a nuevos métodos. Los criterios para identificar un ambiente como moderno, 23 por el contrario, incluyen
la disponibilidad de nuevas variedades de cultivos, métodos de siembra innovadores, control de la erosión y la
disponibilidad de insumos de capital como insecticidas, fertilizantes y tractores o máquinas. Algunos otros indicadores
de un entorno moderno son la producción orientada al mercado y la exposición a los Servicios de extensión
(Lockheed, Jamison, & Lau, 1980).
Nguyen & Cheng (1997) enfatizan que la eficiencia de la granja depende principalmente de la educación del jefe del
hogar, que toma casi todas las decisiones de la granja, en lugar de la educación promedio de los otros miembros del
hogar que trabajan. Para tomar buenas decisiones, incluso en el caso de semillas mejoradas en un entorno
modernizado.
Schultz (1953) señala que para el caso de EE. UU. en el período 1910-1950 la producción agrícola aumentó en
aproximadamente un 75 por ciento debido a un cambio en los insumos y en la tecnología. El cambio en los insumos
fue instigado por el cambio de precios, con el trabajo cada vez más caro y, por lo tanto, reemplazado por máquinas.
Manifiesta que la importancia de los insumos se mide por sus factores de cambio: “La tierra y el trabajo son muy
importantes en la agricultura, con el trabajo representando 46 por ciento y la tierra agrícola el 24 por ciento de todos
los insumos utilizados en agricultura en 1910-1914”.
López (2013, p. 12) nos menciona que la productividad llega a ser un modo bastante eficiente para generar
recursos.
Asimismo, la FAO (2017, párr. 3) menciona que la producción agrícola se puede expresar como producción
por unidad de superficie o rendimiento.
Por otro lado, Riquelme (2013), menciona que actualmente no se tiene una idea concisa de lo que es
productividad, en cuando a la diferencia entre eficacia y eficiencia, se mantienen diversos parámetros con los
cuales se puede plantear un concepto respectivamente.
Por último, Felsinger (2002) comenta que, de manera constante se suele confundir los términos eficacia y
eficiencia, sin embargo, entre ambas hay una gran diferencia, como en el caso de eficiencia se conoce como
la razón entre que existe entre la producción real obtenida y la producción estándar esperada, dado que se
considera efectividad como el tiempo en que puedan realizar los objetivos. Por otro lado, la eficiencia hace
referencia al uso correcto de los recursos; por lo que productividad se conoce como la mezcla de ambos
conceptos.
Indicadores de productividad agrícola Rendimiento agrícola es la relación de la producción total de un cierto cultivo
cosechado por hectárea de terreno utilizada. Se mide usualmente en toneladas métricas por hectárea (T.M. /ha.).
Según la organización internacional del trabajo (OIT, 2008) los productos son fabricados como resultados de la
integración de cuatro elementos principales: tierra, capital, trabajo y organización. La relación de estos elementos es
una medida de la productividad.
Louge (2015, s.p.) en su teoría de la productividad, se basa en la teoría ya realizada por Keyness y Gessel años
atrás, en la cual se explica la razón del interés, sosteniendo que el medio de producción apoya a la producción. Pero
esta teoría fue refutada por Louge, generando una teoría propia, en la cual nos explica lo siguiente, resulta que el
aumento de los productos ha de beneficiar también el aumento natural y lógicamente al poseedor de los medios de
producción. Lo cual no es cierto, ya que el trabajo y los medios de producción no pueden separarse, y que nadie
sabrá indicar que parte del producto corresponde a los medios de producción y qué otra al trabajo. El trabajo y los
medios de producción son en absoluto inseparables, y la distribución del producto entre el poseedor de los medios de
producción y el obrero ha de determinarse por diversos factores.
2.5 FACTORES QUE INCIDEN EN LA PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA
Según el Instituto interamericano de cooperación para la agricultura (2015) uno de los factores que tradicionalmente
por su relevancia se considera y que tiene enorme impacto en la productividad de un país o específicamente en un
sector, es el capital humano, debido intervención en el uso de los recursos habituales, como son el trabajo, la tierra y
la tecnología, mediante en la capacidad que tiene un país para innovar, desarrollar propias tecnologías o adaptarse a
estas, lo que resulta en un mayor retorno social. El capital humano engloba el conjunto de conocimientos,
competencias, habilidades y atributos que tienen las personas y que facilita la construcción de bienestar personal,
económico y social.
El Instituto interamericano de cooperación para la agricultura (2015), asegura específicamente para el sector agrícola
la formación del capital humano tiene impactos positivos en la productividad, esto debido a que una mejor educación
les concede a los productores “mejores capacidades para la toma de decisiones, aumenta la capacidad de innovar y
contribuye a tomar mejores decisiones en la compra de insumos”. Además, este instituto menciona que se tiene que
tomar en cuenta que una mejor educación desarrolla en los agricultores una mejor capacidad de negociación, debido
a que puede contar con una mayor información lo que posibilita que se reduzca la asimetría entre el productor y otros
agentes con los que tiene que relacionarse a lo largo de la cadena de valor, favorece la adopción de tecnología y
mejora la capacidad de los productores para enfrentar el riesgo.
El mismo instituto menciona que “el productor agrícola debe aplicar en forma combinada conocimientos técnicos
específicos del sector agrícola (agronómicos, climáticos, tecnológicos y de mercados), para decidir qué producir, en
qué secuencia hacerlo y cómo organizar los procesos” en la unidad productora, pero no son los únicos conocimientos
que debe aplicar, también se encuentra la gerenciales y de negocios para garantizar la viabilidad económica de las
inversiones que puedan realizar.
(Instituto interamericano de cooperación para la agricultura, 2015) menciona que si bien una mejor educación trae
consigo una mayor productividad, un análisis más exhaustivo pone en evidencia que “en el sector agrícola existen
casos en que la educación no tiene los efectos positivos esperados”. Esgrimen que una de las posibles explicaciones
de este efecto contrario de la educación en la agricultura es el hecho de que esta actividad es considerada como un
sector de empleo de “último recurso”, debido a lo cual las personas con mejor educación emigran de ella hacia
sectores más atractivos, dejando al recurso menos educado en la agricultura. Otra razón para explicar el impacto
aparentemente bajo de la educación en la productividad de la agricultura en algunos países, “es la baja calidad de los
sistemas de educación, en especial en las zonas rurales, la cual impide generar cambios significativos en las
capacidades del productor”, ya que las capacidades desarrolladas mediante dichos sistemas son muy generales y no
necesariamente están orientadas a mejorar las condiciones productivas, ecológicas o sociales de los productores.
También resaltan la importante de reconocer que la educación
para la agricultura tiene que ser vista con una óptica más
amplia que vaya más allá de la visión tradicional de la
producción primaria, con el fin de formal, en educación
técnica, así como en la creación de habilidades y
capacidades en los operarios, productores y extensionistas.
Incluir temas como el valor agregado, la sustentabilidad,
el desarrollo empresarial, la logística, la comercialización,
la calidad e inocuidad, la gestión social, el enfoque de
género, la equidad y el liderazgo, solo por mencionar
algunos.
Dentro de lo punto relevantes que se manifiestan en la agricultura con respecto al capital humano está en primer
lugar el empleo infantil, esta actividad al desarrollarse en las zonas rural trae consigo que los hijos de las familias
tengan que ayudar por largas horas al día en la actividad agrícola, el segundo punto son los jóvenes en la agricultura,
la falta de inserción de las nuevas generaciones provoca que esta actividad no exista una innovación en esta
actividad, el tercer punto es la relevancia a tenido en los último años el papel de las mujeres en la agricultura,
pasando de ser acompañantes en el proceso productivo a convertirse en las líderes de muchas unidades
productoras, sin embargo aún falta mucho camino por recorrer para que puedan tener las misma oportunidades, por
ultimo está la edad de los productores, los cuales según el Instituto interamericano de cooperación para la agricultura
(2015) tienen en promedio 50 años, según este instituto las unidades agrícolas menos pobres son liderada por jefes
de familias jóvenes, esto muestra que existiría una relación negativa entre los edad de los productores y la
productividad.
El crecimiento de la productividad en la agricultura peruana parece fuerte en comparación con el de otros países de
Latinoamérica. Desde 1990, el crecimiento de la productividad total de los factores (PTF) en el sector agrícola se ha
duplicado en relación con las décadas pasadas y ha aumentado de una tasa promedio anual de 2% a una de 3%
(Ludena, 2010; Trindade & Fulginiti, 2015; USDA, 2016). Si bien el desempeño de Perú tiene una posición alta dentro
de la región, la frontera tecnológica para la agricultura se establece en los países industrializados y, en comparación
con estos, el Perú y otros países latinoamericanos siguen atrasados (Fulginiti & Perrin, 1993, 1997, 1998 y 1999;
Arnade, 1998; Bravo-Ortega & Lederman, 2005; Coelli & Rao, 2005).
A pesar del sólido crecimiento de la productividad registrado en los últimos años, este no ha sido uniforme a lo largo
del país. Si bien los datos de nivel macro sugieren que la productividad agrícola ha estado creciendo, aún persisten
diferencias importantes entre las regiones y entre categorías de productores. La agricultura en el Perú comprende
muchas realidades que contrastan profundamente. Una realidad visible a lo largo de una gran parte de la costa, así
como en algunas áreas de la selva, ubicadas ventajosamente y mejor equipadas, es la de sistemas agrícolas
dinámicos, altamente productivos y comercialmente exitosos, que se encuentran bien integrados en las cadenas de
valor nacionales y/o internacionales, y que brindan medios de subsistencia aceptables para aquellos que participan
de ellos. La otra realidad, mucho más común a lo largo de grandes áreas de la sierra y la selva, muestra sistemas
agrícolas estáticos, improductivos, orientados a la subsistencia, mal integrados en el mercado y que proveen medios
de subsistencia inaceptables para los participantes. De acuerdo con el censo de 2012, el 80% de las unidades
agrícolas tienen menos de cinco hectáreas, y un gran número de estas unidades agropecuarias de pequeños
agricultores desarrollan una agricultura de bajos insumos/baja producción, que puede incluir semillas de variedades
modernas, fertilizantes químicos para cultivos, alguna maquinaria y algún nivel de irrigación. Al no tener
oportunidades alternativas de empleo, muchos habitantes rurales continúan trabajando en la unidad agropecuaria
familiar, a pesar de que sus ingresos sean extremadamente bajos.
La productividad agrícola ha venido creciendo rápidamente en la región de la costa, mientras que fundamentalmente
se ha estancado en las regiones de la sierra y la selva. En consecuencia, la brecha de productividad se ha ido
ampliando en el tiempo; en particular, las fuentes del crecimiento de la productividad han variado por región. En la
costa, la producción ha crecido impulsada principalmente por el crecimiento de la PTF, cuyo sólido incremento ha
resultado probablemente de la expansión del área plantada con cultivos de valor alto, entre los que se incluyen los de
exportación, tanto a través del aumento del área total cultivada como de la sustitución de cultivos de bajo valor por
otros de alto valor. En la sierra, ha crecido impulsada principalmente por un mayor uso de mano de obra, tanto
familiar como contratada, hecho que puede reflejar la falta de oportunidades fuera del sector agrícola en la región,
donde los miembros de hogares rurales no tienen otra opción más que seguir trabajando en sus propias unidades
agropecuarias u ofrecer sus servicios laborales para trabajar otras tierras. El hecho de que el tamaño de la unidad
agropecuaria promedio en la sierra sea tan pequeño significa que las oportunidades de los trabajadores agrícolas
para escapar de la pobreza son limitadas. En la selva, ha crecido impulsada, en parte, por el aumento de la PTF y, en
parte, por el aumento de los insumos. El aumento relativamente bajo de la PTF en esta región podría deberse a la
baja productividad de tierras hace poco deforestadas, normalmente de baja.
El crecimiento de la productividad agrícola mide el aumento de producción agrícola con cierta cantidad de
factores – o la reducción de factores en relación con el volumen de producción. Es decir, mide la eficiencia de
las actividades/materiales que se usan para obtener productos agrícolas.
El crecimiento de la productividad agrícola, medido por la productividad total de los factores (PTF) que
constituye la medida más integral de crecimiento de la productividad, significa producir más (o la misma
cantidad) de alimentos, fibras y otros productos agrícolas con menos actividades/materiales, incluso menos
tierra, agua, mano de obra, capital y todos los materiales que se usan para la producción. La PTF no es una
medida de producción debido al aumento de factores (más mano de obra, capital y otros factores por
hectárea) o debido a la expansión de la tierra.
El crecimiento de la productividad agrícola es un motor potente que aumenta la producción de alimentos sin
utilizar más recursos. Es también un potente motor para reducir los recursos utilizados para la producción de
la misma cantidad de alimentos. El crecimiento de la productividad no es lo mismo que el aumento de
productos es más bien el aumento en la eficiencia de los recursos.
Es decir, cada terreno tiene sus propias características —así como cada negocio tiene sus particularidades— y todo
eso hay que tenerlo en cuenta. Por eso, el enfoque apunta a utilizar tecnologías para analizar los datos de cada finca
y, así, desarrollar las mejores estrategias. Pero ¿cómo funciona la agricultura de precisión?
Pues con procesos que involucran la toma de datos, la planificación agrícola —desde una perspectiva administrativa
y también productiva—, así como la aplicación y control de insumos en el campo.
Rotar Cultivos
No es que la rotación de cultivos sea nueva, pero siempre debe usarse para mejorar la eficiencia de sus cultivos. Es
la rotación de diferentes cultivos de plantas en la misma área de cosecha, durante un período determinado del año.
El objetivo es tanto aumentar los ingresos del negocio, como recuperar el suelo, evitando el desarrollo de plagas. Con
la rotación de cultivos, el agricultor evita el desarrollo de un monocultivo, que es capaz de degradar el área
sembrada, tanto física como química y biológicamente. De esta manera, el agricultor puede mejorar la productividad
agrícola, ya que evita la propagación de malas hierbas y plagas.
Vale la pena mencionar: la rotación de cultivos no es algo precisamente simple de aplicar. Es necesario un estudio
profundo del área de plantación, así como una comprensión de su aptitud agrícola. Con esto, es posible diseñar
estrategias de rotación que reduzcan el agotamiento del suelo. Esto sucede por varias razones, pero especialmente
por la variación en los fertilizantes y nutrientes aplicados a la tierra. Todo esto enriquece el área de siembra, haciendo
que la tierra sea más resistente y productiva.
Por supuesto, sabemos que el factor “precio” influye demasiado en el caso de los micro y pequeños agricultores. Es
por eso que recomendamos mirar la rentabilidad del equipo que necesita comprar.
Además, recuerda que la productividad agrícola también dependerá de la agricultura de precisión. Esto significa que
no vale la pena invertir solo en tecnologías para el campo, sino también en sistemas de gestión que ayuden a
centralizar los datos recopilados por sensores y drones de monitoreo.
Una buena noticia para los pequeños productores es que existen empresas que ofrecen soluciones adecuadas para
los negocios más pequeños, lo que no los restringe en el mercado y no los convierte en “presa fácil” de los grandes
de la agroindustria.
Te recomendamos realizar un estudio de cada cultivo y conocer en profundidad las necesidades nutricionales
necesarias, para que puedas utilizar los fertilizantes en la cantidad adecuada. La buena noticia es que estos estudios
se pueden realizar en poco tiempo, lo que ayuda con su programa de siembra.
Otro punto que tu finca puede incentivar es la capacitación, ya que cada día que pasa se implementan nuevas
técnicas y tecnologías en el campo, y tu negocio necesita adaptarse a esto para seguir siendo competitivo y
productivo.
3. ¿QUÉ ES LA PRODUCCIÓN AGROPECUARIA?
El sector agropecuario de América Latina y el Caribe (ALC) juega un papel fundamental en la producción de
alimentos y servicios ecosistémicos que benefician no solo a la región sino a todo el planeta.
La producción agropecuaria es el proceso de cultivar plantas y criar animales con el propósito de obtener alimentos,
productos agrícolas y ganado. Es una parte fundamental de la agricultura y juega un papel crucial en la seguridad
alimentaria y el suministro de productos básicos.
La producción agrícola implica el cultivo de diferentes tipos de cultivos, como cereales (trigo, arroz, maíz), frutas,
verduras y hortalizas. Se utiliza una combinación de métodos tradicionales y modernos, como el riego, el uso de
fertilizantes y pesticidas, la mecanización y técnicas de cultivo sustentables.
En cuanto a la producción pecuaria, se refiere a la cría y crianza de animales para obtener productos como carne,
leche, huevos, lana y cuero. Esto incluye la ganadería, avicultura, porcicultura, ovino cultura y piscicultura, entre
otros.
La producción agropecuaria puede ser a pequeña escala en granjas familiares o a gran escala en grandes
explotaciones agroindustriales. La tecnología y la investigación continúan desempeñando un papel importante en la
mejora de las prácticas agrícolas y ganaderas, con el objetivo de aumentar la productividad, reducir los impactos
ambientales y mejorar la calidad de los productos.
Es importante destacar que la producción agropecuaria está sujeta a varios factores, como el clima, la disponibilidad
de tierra y agua, la calidad del suelo, los precios de mercado y las políticas gubernamentales relacionadas.
Se considera como productor agropecuario a la persona natural o jurídica que toma las decisiones principales sobre
el uso de recursos y ejerce el control de la administración de las operaciones de la unidad agropecuaria, lo que
involucra las responsabilidades técnicas, económicas que pueden asumirlas directamente o a través de un
administrador/a.
Pesca y acuicultura: La pesca se enfoca en la captura de peces y mariscos en su hábitat natural, mientras
que la acuicultura se basa en la cría y producción de organismos acuáticos en ambientes controlados.
Produce alimentos: La producción agropecuaria es esencial para abastecer a la población con alimentos
básicos necesarios para su subsistencia. Los productos agrícolas y pecuarios son fuentes de nutrientes,
vitaminas y proteínas, y juegan un papel vital en la dieta humana.
Contribuye a la economía: La producción agropecuaria es una importante fuente de empleo y contribuye
significativamente a la economía de muchos países. Genera ingresos a través del comercio nacional e
internacional de productos agrícolas y pecuarios, así como de servicios relacionados como la maquinaria
agrícola, la investigación y la asesoría técnica.
Seguridad alimentaria: La producción agropecuaria es fundamental para garantizar la seguridad
alimentaria, especialmente en países en desarrollo donde el acceso a alimentos es limitado. Un buen sistema
de producción agropecuaria puede asegurar un suministro constante y estable de alimentos.
Sostenibilidad ambiental: La producción agropecuaria sostenible busca minimizar los impactos negativos
en el medio ambiente y hacer un uso eficiente de los recursos naturales. Esto implica la adopción de
prácticas agrícolas y ganaderas que conserven los suelos, promuevan la biodiversidad, y minimicen el uso de
agroquímicos y la contaminación del agua y el aire.
Tecnología e innovación: La producción agropecuaria ha experimentado avances significativos gracias a la
tecnología y la investigación científica. La mejora genética de plantas y animales, el uso de drones y satélites
para el monitoreo de cultivos, y el desarrollo de técnicas de manejo integrado de plagas son solo algunos
ejemplos de cómo la innovación ha contribuido a aumentar la productividad y eficiencia en el sector
agropecuario.
Desafíos actuales: A pesar de los avances, la producción agropecuaria aún enfrenta desafíos como el
cambio climático, la pérdida de suelos fértiles, la escasez de agua, la degradación ambiental y el acceso a
mercados justos para los agricultores. Estos desafíos requieren la implementación de estrategias y políticas
adecuadas para abordarlos y garantizar la sostenibilidad de la producción agropecuaria a largo plazo.
En los últimos años, se han intensificado las consecuencias en el medio ambiente de la producción agropecuaria,
motivo por el cual se ha buscado implementar las medidas ecológicas necesarias en la producción.
El sistema de producción agraria ecológica consiste en la producción de alimentos de máxima calidad, respetando el
medio ambiente. Dicho sistema requiere que se elimine el uso de insecticidas y fertilizantes minerales en las
producciones, ya que traen consigo repercusiones en la salud de los seres humanos y han contribuido a la regresión
de algunas especies animales.
La producción ecológica lo que pretende es conservar la fertilidad de la tierra mediante la utilización eficaz de los
recursos naturales, para así poder respetar el medio ambiente.
Pues de esta forma, estarían ayudando a dichas comunidades, generando trabajos y aportando al área económica
del país. Para poder llevar esto a cabo debes saber muy bien que es producción agropecuaria.
3.6 EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCION AGROPECUARIA
Tecnologías emergentes: La producción agropecuaria está experimentando una rápida evolución con la
adopción de tecnologías emergentes. La agricultura de precisión, por ejemplo, utiliza sensores, drones y
sistemas de información geográfica para gestionar de manera más eficiente los recursos agrícolas,
optimizando el riego, aplicando fertilizantes de manera precisa y detectando enfermedades en las plantas.
Además, la genética y la biotecnología han permitido mejorar la calidad y rendimiento de los cultivos y la cría
de animales.
Agricultura orgánica: En respuesta a la demanda de alimentos más saludables y respetuosos con el medio
ambiente, la agricultura orgánica ha ganado relevancia. Este enfoque se basa en el uso de métodos de
producción sostenibles, como el compostaje, el control biológico de plagas y el uso de abonos naturales. La
agricultura orgánica busca evitar los productos químicos sintéticos y promover la biodiversidad en los
cultivos.
Políticas agrícolas y mercados: Las políticas agrícolas y los sistemas de mercado influyen en gran medida
en la producción agropecuaria. Las políticas gubernamentales pueden incluir subsidios, regulaciones y apoyo
técnico para impulsar la inversión en agricultura y mejorar la competitividad de los agricultores. Los sistemas
de mercado, por su parte, influyen en los precios de los productos y pueden afectar la rentabilidad de los
agricultores y la demanda de alimentos.
La producción agropecuaria está en constante evolución para enfrentar los desafíos actuales y promover prácticas
sostenibles. Estos enfoques y tecnologías tienen como objetivo garantizar la producción de alimentos de manera
eficiente, reduciendo los impactos ambientales y brindando alimentos seguros y de calidad.
4. PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA – EJEMPLOS
6.1 INTRODUCCIÓN
La actividad agrícola también se puede analizar y medir tomando como referencia los tres principios de la
producción -maximizar la producción y minimizar los costos, la máxima eficacia económica y la máxima
ganancia- recurriendo a indicadores que midan la productividad, la rentabilidad y la eficiencia entre otros.
El estudio de la producción agrícola y sus factores productivos no es un tema nuevo ya que se han
realizado innumerables investigaciones de todo tipo, sin embargo, el principal aporte de este trabajo
consiste en conocer y describir el nivel de importancia que los agricultores del sur de León Guanajuato
atribuyen a los factores productivos y que podrían ser comparados con los que tienen organizaciones
gubernamentales, educativas, de investigación y otras con el fin de analizar si los objetivos de todas las
organizaciones involucradas están alineados en los objetivos de corto, mediano y largo plazo respecto a
la actividad agrícola.
Es indudable que el sector agrícola enfrenta un panorama complejo pues además de cubrir la condición
de la autosuficiencia alimentaria con márgenes atractivos de rentabilidad, productividad y eficiencia,
deben afrontar los retos de un mundo globalizado y libre comercio que obliga aún más a las
organizaciones agrícolas para reinventarse en un nuevo tipo de agricultura-social-ecológica-tecnológica,
agregando de una manera más intensa y dinámica el factor tecnológico y el factor conocimiento a los
tradicionales factores productivos tierra, trabajo y capital. Se podría asumir a priori que el sector agrícola
requiere urgentemente de cambios sustanciales para revertir su estado actual, en donde dichos cambios
podrían generarse con el factor tecnológico relacionado con el uso de sistemas fotovoltaicos de bombeo
de agua para el riego agrícola.
En el proceso de la producción agrícola, con especial énfasis en la que está bajo riego, varios factores
afectan su rendimiento, entre los cuales se pueden mencionar tres grupos que impactan la producción y
los rendimientos de los cultivos. El primer grupo lo constituyen los factores meteorológicos, como las
heladas, lluvias torrenciales, cambios en las temperaturas, ciclones, etcétera; sin embargo, es muy difícil
controlarlos y en la mayoría de los casos no es posible hacerlo; no obstante, se puede medir su efecto y
estimar las posibles afectaciones, así como llevar a cabo algunas acciones para aminorar su impacto
negativo. Las estaciones meteorológicas automáticas son dispositivos con sensores que tienen la
capacidad de registrar y recolectar datos de las variables ambientales, miden los principales factores que
afectan la productividad de los cultivos, también incluyen un software para realizar cálculos automáticos
que procesan la información y la vuelven disponible para el productor agrícola. Entre la información que
proporcionan son de mucho interés las temperaturas máximas y mínimas, la precipitación y la
evapotranspiración de referencia a nivel diario. En el Distrito de Riego Río Mayo se tiene una parte de la
Red de Estaciones Meteorológicas Automáticas de Sonora (REMAS). Un par de estaciones situadas en
el centroide del distrito de riego utilizan datos diarios como base de medición del efecto climático. Se
pueden estimar los efectos térmicos en los cultivos y la demanda evapotranspirativa que afecta procesos
como la fotosíntesis, base de la vida en el planeta. El segundo grupo son los factores relacionados con el
manejo de los cultivos y del suelo, que también son de importancia para la obtención de buenos
rendimientos. Un buen agricultor sabe cómo y cuándo llevar a cabo las actividades que le permitan lograr
buenos rendimientos, sobre todo si dispone de los medios económicos y mecánicos para realizarlas. No
obstante, es posible que mejore la productividad del agua y el suelo si puede monitorear sus cultivos
usando tecnologías relativamente nuevas, como el uso de sensores remotos, que es una herramienta
eficiente para la detección de diferencias espaciales y temporales de los factores que impactan la
productividad de los cultivos y, de ser posible, su corrección. También los sensores remotos mediante el
uso de satélites son una herramienta de gran importancia para medir la variabilidad espacial del suelo en
el desarrollo de los cultivos, con objeto de efectuar las correcciones necesarias para aminorar esta
variación y sus efectos perniciosos.
La agricultura es una de las actividades más importantes en la economía mundial y en la alimentación de
la población. Sin embargo, para que esta actividad pueda prosperar y ser sostenible a largo plazo, es
necesario entender los factores determinantes que la afectan. En este artículo, exploraremos los
principales factores que influyen en la agricultura y cómo estos pueden afectar la producción de
alimentos.
Desde la calidad del suelo hasta la disponibilidad de agua y las condiciones climáticas, existen múltiples
factores que influyen en la agricultura. Por lo tanto, conocer estos factores es crucial para los
agricultores, los científicos y los responsables políticos a fin de tomar medidas y decisiones informadas
que permitan una producción agrícola efectiva y sostenible. Acompáñanos en este viaje a través de los
factores determinantes de la agricultura y descubre cómo influyen en nuestra vida cotidiana.