PDF Unidad 1 Procesos de Aprendizaje Tema 1
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Funcionalidad cerebral
Al ver el cerebro como herramienta disponible y fundamental de la educación, se obliga a pensar en cómo este
funciona y cómo desde una fisiología cerebral básica se van haciendo visibles sus vínculos con los procesos de
aprendizaje, el perfeccionamiento del pensamiento y la memoria y el desarrollo de las capacidades para
aprender de cualquier persona.
Desde la fisiología humana, el cerebro se conforma por una base principal, la cual es denominada el tallo
encefálico, que se encarga de manejar funciones vitales como el ritmo cardiaco, la respiración, la digestión y la
presión arterial. A su vez, el sistema límbico maneja y controla las emociones a través de la amígdala y la corteza
cerebral, que está conformada por una capa delgada y externa,
dividida en cuatro lóbulos: frontal, temporal, occipital y
parietal, como se observa en la ilustración 1.
El conjunto de lóbulos conforman la corteza cerebral, que es la capa que cubre los dos hemisferios: izquierdo y
derecho, los cuales se conectan a través del tejido nervioso, y además les permite intercambiar información. El
asunto diferenciador en los hemisferios está dado por la manera en que cada uno procesa información.
Jensen (1998) establece que el hemisferio izquierdo procesa las cosas más en partes y de modo secuencial, y
que mientras el derecho reconoce rápidamente las emociones negativas, el izquierdo lo hace con las positivas.
Estos son asuntos importantes que impactan el proceso de aprendizaje y que han de estudiarse con mayor
profundidad. Por ahora se revisará el sistema nervioso de manera que se puedan comprender desde la
fisiología los estímulos que se generan a partir de allí.
Siendo el cerebro un organismo compuesto por células del tejido nervioso y diversas tanto en forma como en
tamaño, conocidas como neuronas, las cuales activan los pensamientos y envían impulsos eléctricos, es
necesario entender la estructura y el funcionamiento de las precitadas. Las neuronas, como estructura principal
que soporta el sistema nervioso, están conformadas por el cuerpo celular y por prolongaciones, tal como se
puede observar en la ilustración 2.
Del cuerpo de la neurona (soma) emergen prolongaciones conocidas como dendritas y axones (fibras
nerviosas). Las dendritas son prolongaciones que captan estímulos o información de las otras neuronas y de
células sensoriales y las llevan hasta el axón, que es el
que da salida a esos impulsos desde el cuerpo
neuronal y los transmite a otras neuronas o células
musculares. Esa transmisión de impulsos nerviosos se
da en el sistema nervioso humano: el sistema
nervioso central y el sistema nervioso periférico.
En el sistema nervioso periférico (ilustración 4) también hay cuerpos neuronales, los cuales se conocen como
ganglios nerviosos y están encargados de conectar el sistema nervioso central con las partes del cuerpo a través
de nervios craneales, raquídeos (cervicales, dorsales, lumbares, sacros y coccígeos). En la tabla 1 puede
observarse una resumida y tentativa descripción y clasificación del sistema nervioso periférico.
Una vez revisadas las generalidades del sistema nervioso humano puede colegirse de una manera sencilla cómo
esas redes y ramificaciones de nervios permiten la comunicación y la interacción o conexión entre neuronas —
dada a partir de señales químicas y eléctricas—. Este es en sí un proceso fundamental en el funcionamiento del
cerebro que se perpetra en un espacio conocido como sinapsis, y que permite la realización de todas las acciones
no sólo musculares sino también emocionales e intelectuales.
La sinapsis es, entonces, el espacio que permite la comunicación entre neuronas; cuando estas lo logran, se
inician nuevas señales dadas por impulsos eléctricos. Cada neurona procesa su propia información y luego se
engancha con otras para recibir y enviar mensajes, eso puede dar cuenta de la complejidad cerebral que este
proceso de conexión neuronal implica, creación de ideas y pensamientos nuevos que pueden llevar a nuevos
aprendizajes o a la modificación de los ya existentes.
Con el estudio de esta relación básica neuronal se puede concluir que el cerebro no es estático. Él se forma y se
reforma de manera permanente, y es modelado por las circunstancias que se encuentran en el medio ambiente,
en el mundo exterior que lo va cambiando y reconstruyendo. El cerebro controla todos los aspectos de la vida
humana y cada día la ciencia va abriendo nuevas perspectivas que permiten ir revelando sus potencialidades. El
asunto ahora es pensar como pedagogos en la forma de favorecer la construcción de “eficaces relaciones
neuronales” que optimicen el aprendizaje, al entenderlo como una función importante de las neuronas.
A continuación se presenta el aprendizaje como oportunidad de hacer evidente que el cerebro y sus múltiples
relaciones potencien las clases basadas en desempeños competentes, significativos y en contexto.
El aprendizaje
Actualmente se han desarrollado —en mayor proporción— investigaciones sobre la relación cerebro y
aprendizaje. Una de ellas, quizás de las más contemporáneas en tratar de entender el efecto del
comportamiento del cerebro en la educación —por supuesto sin desconocer la importancia de las demás
investigaciones— fue la realizada en el 2005 por Blakemore y Frith.
Blakemore y Frith (2005) afirman, como posibilidad teórica y práctica, que el mayor efecto de la neurociencia
hacia la educación es comprender los diferentes procesos neuronales que se activan en la educación y que hacen
posible entender; que a pesar de los resultados de la variedad de estudios de la efectividad de los aprendizajes
en la primera infancia, no es posible desconocer que un cerebro adulto que se use es capaz de aprender y ser
modificado. ¡Fabuloso para los adultos, que gustan de aprender toda la vida!
Precisamente esas modificaciones cerebrales tienen que ver con un aspecto que se conoce como la plasticidad
del cerebro (flexibilidad cognitiva), que se recrea en la capacidad que tiene este para ir reacomodándose a
nuevas situaciones o comportamientos. Según Castroviejo (s. f.), existen diferentes tipos de plasticidad cerebral
que se establecen desde la edad de los pacientes, la enfermedad y los sistemas afectados, tal como se muestra
en la tabla 2.
En esta unidad es importante referirnos a la plasticidad del cerebro en el aprendizaje, y durante este, la cual
reconoce la capacidad de cambio estructural-funcional que tiene el sistema nervioso por influencia tanto interna
como externa, y que puede darse en cualquier momento de la vida, siempre y cuando el aprendiz tenga la
voluntad necesaria; esto lleva, a su vez, a pensar en otra esfera: la del comportamiento. Aquí desempeña un
papel importante la psicología cognitiva como parte de este andamiaje cerebral que busca interpretar el
comportamiento biológico de lo cognitivo.
Ha de reconocerse que la psicología cognitiva estudia, entre otros, los procesos de pensamiento (representación,
percepción y cognición). El desarrollo del proceso cognitivo busca respuesta a cómo cambia el pensamiento y los
factores que contribuyen a esos cambios; los modelos, los procesos y la estructura de la memoria; cómo esta se
conserva o se recupera, sin dejar de lado el estudio de las estructuras y los procesos del cerebro que sustentan
los procesos de cognición.
El paradigma cognitivo se ha venido desarrollando desde las posturas del conductismo (estimulo respuesta) y el
neoconductismo (interpretación del comportamiento humano) hasta llegar las del enfoque histórico cultural de
Vigotsky, quien propone que el desarrollo psíquico y de personalidad de una persona tiene que ver con las
condiciones de vida y educación, espacios desde donde se obtiene toda la información y el conocimiento
necesario para adaptarse al medio y actuar en el mundo. En general, las teorías más representativas de esta
corriente han sido la del desarrollo cognitivo y la del procesamiento humano (PHI).
La teoría del procesamiento humano tiene como eje central ver la actividad mental como un “procesador” que
manipula, procesa y organiza conceptos y les da significado. López (2005) afirma que desde ese proceso existe la
posibilidad de obtener nuevos significados, pues es factible la inducción de determinados símbolos en la mente,
en otras palabras es una manipulación de los conceptos que permite hallar nuevos significados; el humano
procesa información simbólica. Es mediante la continua actividad de acomodación y asimilación del
conocimiento nuevo con el previo que se da un desarrollo intelectual, pues hay un mayor entendimiento desde
la tesis del desarrollo cognitivo.
Por otra parte, la teoría del desarrollo cognitivo se centra en la naturaleza y el desarrollo de la inteligencia
humana, en el cómo las personas adquieren, utilizan y construyen el conocimiento desde una realidad que, como
lo decía Piaget, implica transformaciones y estadios. Las transformaciones desde la hipótesis piagetiana se
entienden como los cambios que pueden ocurrir en una persona o cosa y los estadios relacionados con las etapas
de desarrollo humano por él propuestas: sensomotora, operaciones concretas y operaciones formales.
Ahora bien, si el aprendizaje se entiende como un proceso individual que vincula al sujeto con el objeto de
conocimiento y en el que confluyen muchos factores —lo social, lo cultural, el ambiente, la experiencia, la
motivación, lo afectivo, entre otros más—, se puede entender cómo es transformado conocimiento.
De alguna manera esa posición lleva a pensar en los grandes aportes constructivistas que han venido emergiendo
de pensadores que han buscado establecer relaciones entre conocimiento e inteligencia a partir de posturas de
origen sicológico, antropológico, lingüista, neurológico, etcétera. Estas posturas permiten que el educador centre
su accionar en diseñar actividades que favorezcan la construcción de conocimiento y permita la vinculación de la
incertidumbre y la multiplicidad de soluciones a un problema o caso específicamente planteado en el aula de
clase.
Para Piaget, uno de los grandes constructivistas, el conocimiento se construye de una manera progresiva, y los
cambios de orden cognitivo son construidos a partir de las experiencias de cada individuo. Battro (s. f.) plantea
que la teoría epigenética y constructivista de Piaget explica mejor una rehabilitación cognitiva que lo que hace la
del cognitivismo genético e innato de Chomsky. Sin embargo, a pesar de sus limitadas competencias científicas
en el campo de la neurología, reconoce lo prodigioso del
cerebro en los caminos cognitivos.
En esta unidad conviene dejar en claro que cuando se habla de las teorías del aprendizaje hay diversidad en sus
clasificaciones, por ejemplo, y por citar una de estas, Arias (2011) ha establecido que estas se agrupan en: teorías
del desarrollo, teorías del aprendizaje y teorías contextuales.
Teorías de desarrollo
También conocidas como de las etapas, se clasifican en:
El desarrollo cognoscitivo de Jean Piaget. Vincula —en el adelanto cognitivo— los factores como la
maduración biológica (etapa sensoriomotriz, preoperacional, de operaciones concretas y de operaciones
formales), la actividad, la experiencia social y el equilibrio. Ese proceso de equilibrio se da según Piaget a
partir de tres aspectos fundamentales, que son la asimilación, la acomodación y la adaptación.
Para Piaget, el aprendizaje se da a través de la interacción con el entorno en el cual se está dando
permanentemente nueva información que puede ser adaptada por el individuo o rechazada. Cuando
Piaget habla de la adaptación en procesos de aprendizaje integra la actividad intelectual y la biológica que
se derivan en conceptos cognoscitivos como la acomodación y la asimilación, entre otros, que cambian o
son modificados permanentemente. En el proceso de asimilación se integra un nuevo conocimiento al
esquema mental ya existente, y en la medida en que este se adapta al esquema de aprendizaje se da el
proceso de acomodación o ajuste, que permite crear un nuevo esquema o modificar el ya existente.
Por otra parte, este enfoque cognoscitivo tiene en cuenta al constructivismo del cual forman parte Piaget
y Vigotsky, el primero con el constructivismo psicológico y el segundo con el social (el situado). Según el
enfoque constructivista, se percibe el aprendizaje como una actividad que se da en contextos
significativos, reales y funcionales.
En el caso de Vigotsky, ese aprendizaje está condicionado por lo social y lo colectivo, pero dependen del
individuo sus construcciones mentales; quizás de aquí se deriva una de las principales diferencias entre
estos dos pensadores: Piaget, con su perspectiva psicogenética del aprendizaje, y Vigotsky, con la
histórica-cultural, en la que hay una construcción en comunidad.
A este nivel se valida el diseño universal del aprendizaje (DUA), como escenario de investigación que se
apoya de la neurociencia moderna y de la ciencia del aprendizaje cognitivo, pero también alimentado de
los trabajos fundamentales de Lev Vygotsky, ya referido en este apartado.
El desarrollo psicosexual de Sigmund Freud. Tiene en cuenta fases como: la oral, la anal, la fálica, la de
latencia y la genital. Esta teoría es un pilar de la teoría psicoanalítica a partir de la cual se ha establecido
que los seres humanos son impulsados por instintos primarios y que estas primeras experiencias son
fundamentales en el desarrollo de la personalidad. La teoría de Freud hace aportes a la educación en los
procesos de conducta y personalidad, en los que han de tenerse en cuenta aspectos conscientes e
inconscientes como: lo psicoafectivo, las medias represivas, las técnicas educativas, el diálogo y la
autoridad; sin embargo, han de ir de la mano con estudios de otras disciplinas que fortalezcan procesos
de enseñanza-aprendizaje.
La teoría psicosocial de Eric Erickson. Según esta teoría, se establecen diferentes etapas de desarrollo
psicosocial:
- Confianza-desconfianza (infante)
Universidad Cooperativa de Colombia 7
Fundamentación del Aprendizaje desde la Neurociencia| Unidad 1
Los psicólogos cognitivos consideran que las representaciones que tiene una persona (imágenes, ideas, etcétera)
en el cerebro-mente pueden ser modificadas por los educadores. Ahora el asunto es revisar esas “afectaciones”
dentro del proceso enseñanza aprendizaje; una buena herramienta es comenzar con los aportes de la
neurociencia de manera que se pueda considerar una práctica educativa innovadora a las próximas
generaciones.
Resumen 1:
El aprendizaje tiene dos actores principales: los grupos de neuronas y los estímulos que recibe
el aprendiz de su medio ambiente; se reafirma que aprender modifica al cerebro debido a que
se dan nuevos estímulos, experiencias y conductas. El conocimiento del cerebro y sus intrincadas relaciones
es importante para el desarrollo propio y el de otros; la educación es el espacio privilegiado, sólo hay que
repensarlo, llenarse de ideas de cómo un educador puede maximizar y facilitar los procesos de aprendizaje en
los estudiantes.
Resumen 2:
Cerebro y aprendizaje tienen no solo una relación estrecha, sino que a su vez su estudio merece
un lugar especial por parte de los educadores. Los abordajes del cerebro se han realizado desde
diversos puntos de vista, pero quizás es de hora que los agentes educativos participen en la
creación de estrategias didácticas que potencien y faciliten el aprendizaje para toda la vida y el contexto. Por
ello se trabajaron dos escenarios principales en esta unidad: la funcionalidad cerebral y el aprendizaje visto
desde las diferentes teorías y enfoques.
“Nuestro cerebro es un órgano hecho para modificarse en respuesta a las experiencias” (Davidson, 2010).
Resumen 3:
El cerebro no es estático. Él se forma y se reforma de manera permanente, y es modelado por
las circunstancias que se encuentran en el medio ambiente, en el mundo exterior que lo va
cambiando y reconstruyendo. A partir de la educación han de crearse espacios que permitan
esas reconstrucciones permanentes de conocimiento que anidan en el cerebro de los individuos.