Negatividad. ¿Pero de Qué Negatividad Se Trata? Esta Es Una Pregunta Que
Negatividad. ¿Pero de Qué Negatividad Se Trata? Esta Es Una Pregunta Que
Negatividad. ¿Pero de Qué Negatividad Se Trata? Esta Es Una Pregunta Que
Nacido en 1959 en Corea del Sur, donde las duras exigencias de un capitalismo
especialmente vinculado al desarrollo tecnológico ubican al país entre aquellos
con las tasas de suicidio más altas del mundo, las sospechas de Byung-Chul
Han ante internet no son un producto del oportunismo ni del azar.
Como filósofo, Han procede casi como un aforista. Es decir, alguien que apela a
ideas simples que, al explicarse por escrito, se presentan en frases concisas en
libros que, además, no superan las 150 páginas. La primera paradoja de Byung-
Chul Han, por lo tanto, es también uno de sus méritos. Al abordar un presente
que casi no tolera formas de tiempo que nos permitan "la experiencia de la
duración" y una web que privilegia entornos que nos atrapan en "el infierno de
lo igual", como denuncia en su obra, Han se las ha ingeniado para capturar con
originalidad el interés en peligro constante de dispersión de miles de lectores.
A su modo, con esta interrogante Byung-Chul Han repite bajo la lógica digital
del siglo XXI lo que el gran filósofo alemán G. W. F. Hegel afirmó en el siglo
XIX: es absoluto el espíritu que reconoce la negatividad del otro. "Donde reina lo
puramente positivo, el exceso de positividad, no hay ningún espíritu", escribe
Han en La agonía del Eros. Por lo tanto, donde no puede haber un espíritu,
donde lo positivo no puede contrastarse con lo negativo, no hay oportunidad para
el entendimiento. Con este eje como centro de su obra, entonces, lo que Han
lleva adelante en cada uno de sus libros es la tarea de discutir desde la sospecha
filosófica de qué manera la ausencia e incluso la estigmatización de la
negatividad —a la que el discurso de la corrección política nos ayuda a percibir
como inoportuna, agresiva, cínica y hasta violenta— hunde nuestras vidas en un
sistema de aspiraciones y rendimientos dentro del cual terminamos incapacitados
para entender a los otros y para entendernos a nosotros mismos. "La depresión es
la enfermedad de una sociedad que sufre bajo el exceso de positividad", escribe
Han en La sociedad del cansancio.
Lo que Han nos dice en esos términos es que "el exceso de positividad", esto es,
nuestra incapacidad técnica para tratar con la negatividad tal como la
experimentamos en las redes, conlleva una sutil violencia que es "inmanente al
sistema". Y condicionada por la lógica de esos mismos entornos digitales, esa
inmanencia ejerce sobre nosotros una "violencia neuronal" —que puede
desembocar en la depresión— generada por la imposibilidad de enfrentarnos a
quienes no son —es decir, quienes no opinan, no piensan, ni viven— como
nosotros. En consecuencia, dice Han, "el colapso del yo" es el inevitable
desenlace de una "sobreabundancia de lo idéntico".
Lo que en este punto le interesa destacar a Han es que, tal como afirmó el
filósofo alemán Martin Heidegger en el siglo XX, si "la ciencia no puede
pensar" —porque su tarea es satisfacer un régimen de rendimiento que no
prioriza la pregunta por su sentido—, entonces el vínculo entre las personas y la
web se ha alineado alrededor de un sistema que borra las contradicciones entre el
proletariado y la burguesía —como las entendía Karl Marx— y transforma al
trabajador en empresario. "El neoliberalismo, y no la revolución comunista,
elimina la clase trabajadora sometida a la explotación ajena. Hoy cada uno es un
trabajador que se explota a sí mismo en su propia empresa. Cada uno es amo y
esclavo en una persona. También la lucha de clases se transforma en una lucha
interna consigo mismo".