Airnr CN 5046 2000

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CORPORACION AUTONAMA REGIONAL DEL CENTRO DE

ANTIOQUIA – CORANTIOQUIA –

PUESTA EN MARCHA DE COMPROMISOS CON EXTRACTORES


DE FLORA Y FAUNA SILVESTRE EN LOS TERRITORIOS DE LAS
OFICINAS TERRITORIALES CARTAMA Y CITARÁ. Contrato 5046

INFORME
Contratista
Hector F. Restrepo C.
Elaborada por:
Hector F. Restrepo C.
Biólogo.
Octavio Betancur G.
Biólogo

Medellín 2005.
TABLA DE CONTENIDO

AREA DE ESTUDIO................................................................................................................................6
I. SABER TRADICIONAL......................................................................................................................6
SABER TRADICIONAL SOBRE CICLOS DE VIDA, USOS DE HABITAT, FACTORES
DEMOGRAFICOS Y REPRODUCTIVOS DE LA FAUNA CINEGETICA..................................... 6
Metodología...................................................................................................................................... 6
Resultados Y Análisis....................................................................................................................... 7
Sistema clasificatorio...................................................................................................................... 34
Análisis de resultados......................................................................................................................35
Categoría de amenaza a nivel nacional e internacional de las especies presentes en la zona de
estudio............................................................................................................................................. 38
II PRESION DE CAZA.......................................................................................................................39
Metodología........................................................................................................................................ 39
Resultados....................................................................................................................................... 40
Operatividad de las Faenas de Cacería............................................................................................41
Presión De Caza.................................................................................................................................. 45
Descripción, Duración Y Costos De La Faena De Cacería. ..........................................................49
Análisis de resultados......................................................................................................................52
III. ALTERNATIVAS DE USO......................................................................................................... 58
Practicas de Conservación Empíricas............................................................................................. 58
IV. CAPACITACION......................................................................................................................... 59
Actividades de Señalización .......................................................................................................... 59
V INICIATIVAS COMO ALTERNATIVAS A LA CACERIA....................................................... 60
Metodología.................................................................................................................................... 60
Comunicación e Intercambio con Autoridades de Control y Autoridades Civiles en los
Municipios.......................................................................................................................................60
Actividades de Comunicación, Educación y Sensibilización a la Población.................................61
Análisis de resultados......................................................................................................................63
Iniciativas de Conservación: Áreas Protegidas de Carácter Público y Privado.............................. 67
Aproximación al estado de las poblaciones de animales cinegéticos en el área de estudio............68
Resultados....................................................................................................................................... 69
Análisis de resultados.....................................................................................................................74
Estrategias de conservación, aspectos biológicos y vulnerabilidad de algunos animales
cinegéticos cazados de la zona de estudio.......................................................................................78
Aproximación la formulación de algunos indicadores de oferta ambiental para fauna silvestre...88
Conclusiones recomendaciones.......................................................................................................93
BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................................................... 95

2
AGRADECIMIENTOS.
AGRADECIMIENTOS.

Agradecemos ala Corporación del Centro de Antioquia y en particular la Subdirección de


Recursos Naturales por dar un paso adelante en el entendimiento de la problemática de la
extracción de los recursos naturales y su relación con los actores de esta actividad, en depositar
su confianza en esta propuesta que busca llegar no solo a la comprensión técnica de una
actividad sino acercarse un poco a entender las motivaciones de los actores de la cacería,
buscando con ellos caminos mas acordes con las tendencias actuales del manejo tanto de las
relaciones de los humanos con el medio, como en el manejo de los conflictos por usos surgidos en
el ejercicio de la autoridad ambiental. Por ultimo agradecemos a todos los cazadores que de una
u otra forma se vincularon durante este proceso a las actividades desarrolladas, permitiéndonos
la cercanía a su cotidianidad para entender esta dinámica del predador–presa en el marco de las
relaciones de los seres humanos con los otros seres.

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INTRODUCCIÓN

La tendencia actual en el Neotrópico es la continua destrucción de los bosques debida, principalmente,


a la deforestación, la contaminación y la sobreexplotación de los recursos biológicos; como resultado
de estos procesos, la estructura de las comunidades de animales silvestres se ve afectada en forma
negativa (Mares y Ojeda, 1984; Mares, 1986; Whitmore),
En al menos 62 países la caza contribuye aproximadamente con un 20% de la proteína animal de la
dieta de las personas (Stearman y Redford, 1995), por ejemplo en la Amazonía los indígenas satisfacen
el 100% de su demanda proteínica a través de la cacería (Redford y Robinson, 1991); Así mismo en la
Amazonía ecuatoriana la cacería es la fuente principal de proteínas para los indígenas y contribuye a
mejorar la calidad de la dieta de muchos colonos (Vickers, 1991).

En Colombia el consumo de la carne de animales silvestres resulta ser el uso más importante en
cualquiera de las regiones del país aun en la región andina y caribe donde paradójicamente existe la
más alta oferta de ganado vacuno (Polanco, 2000; citado por Bapside-Ballera et al., 2002).
Últimamente se ha evidenciado la necesidad de estudiar el uso de la fauna silvestre en otros grupos
humanos diferentes a los pobladores que viven cerca o en las regiones selváticas que coexisten en
mayor o menor grado con los recursos naturales (Polanco et al, 2003), siendo escasos los estudios
acerca de la práctica de la cacería de subsistencia por parte de la población campesina en las zonas
andinas, asumiéndose por ello que la cacería no es una actividad importante para esta población y se
desconoce en gran medida su impacto sobre la fauna silvestre (Moure, 2003).

Algunos estudios (Gonzáles, 1989; Castellanos, 1999; Patiño, 2002; citados por Moure, 2003),
sugieren que la cacería podría ser una presión importante sobre la fauna silvestre motivada tanto por
razones de subsistencia como recreativas; es decir que no solo se debe tener en cuenta la caza de
subsistencia sino también otros modalidades que de igual o mayor manera están ejerciendo presión
sobre nuestros recursos naturales ya que al ser una actividad extractiva la cacería no aporta entradas
que restituyan o reintegren al sistema el recurso extraído. Por lo tanto, la continua extracción puede
ocasionar el agotamiento del recurso (IGAC, 1997; Citado por Moure, 2001).

Tanto la conservación como el manejo de fauna son respuestas a la acción destructiva del hombre
sobre la naturaleza (Ojasti, 2000). La región del Suroeste Antioqueño no escapa a la presión de caza,
en el trabajo realizado por (Restrepo, 2002) se logra un primer acercamiento con algunos cazadores de
esta región, específicamente en los municipios de Andes, Betánia, Ciudad Bolívar, Jardín, Jericó y
Támesis, en el mencionado trabajo los cazadores reconocen que como consecuencia de sus actividades
causan un impacto negativo en la fauna cinegética y se llega a algunos acuerdos para minimizar dichos
impactos. Es así como viendo la necesidad de darle continuidad a este proceso de acercamiento,
búsqueda y solución del conflicto, se desarrolla el presente trabajo, que adelanto gran parte de los
compromisos asumidos ante los cazadores por parte de la Corporación.

Como lo afirman Robinsón y Bolen (1989), la conservación y el manejo adecuado de especies silvestres
no es posible si se carece de información básica sobre la distribución, abundancia y biología de sus
poblaciones. Además la presión ejercida históricamente por la población humana contribuye también a

4
configurar la abundancia y composición de la oferta potencial de la fauna (Moure, 2001). Por eso en el
presente estudio se tuvo en cuenta esta temática tratando de realizar mediante una labor participativa
involucrando a la Corporación (CORANTIOQUIA), los investigadores, los cazadores, y algunas otras
personas e instituciones de la región; la búsqueda de información, compromisos y soluciones a la
problemática de extracción de fauna silvestre, relacionando la abundancia actual de los animales
cinegéticos, con lo explotación que estos han sufrido en años anteriores y en la época actual.

AREA DE ESTUDIO

El presente estudio se realizó con énfasis en el área rural y algunas actividades se desarrollaron en los
cascos urbanos de los municipios de Andes, Betánia, Ciudad Bolívar, Jardín, Jericó y Támesis,
ubicados en la región del Suroeste de Antioquia en la parte oriental de la Cordillera Occidental
limitando con los departamentos de Chocó, Caldas y Risaralda.

La zona de estudio se encuentra en las zonas de vida Bosque muy húmedo montano bajo (bmh-MB), y
Bosque pluvial montano (bp-M), incluyendo algunas zonas de reservas naturales como la zona de
influencia de la Parque Regional Farallones de Citara en inmediaciones de los municipios de Bolívar
Andes y Betania, ubicada en el Suroeste Antioqueño en límites con los departamentos de Risaralda y
Choco, con una extensión aproximada de 19.032 ha, delimitada a partir de los 2200 msnm,
comprendiendo entre otras las veredas La Mesenia, Macanas . Adicionalmente se incluyo el área de la
Cuchilla Jardín-Támesis, ubicadas en los Municipio con iguales nombres, comprende parte de las
veredas La Herrera y San Antonio, El Tacón y Río Frío.

I. SABER TRADICIONAL

SABER TRADICIONAL SOBRE CICLOS DE VIDA, USOS DE HABITAT, FACTORES


DEMOGRAFICOS Y REPRODUCTIVOS DE LA FAUNA CINEGETICA.

Metodología

Para registrar el saber tradicional que poseen los cazadores acerca de los diferentes aspectos biológicos
tales como, reproducción, demografía, alimentación, comportamiento, ecología, etc., de las especies
extraídas, se realizaron entrevistas informales, la mayoría de ellas en forma personalizada y otras en
forma grupal aprovechando espacios de reunión en las actividades programadas durante la elaboración
de el presente trabajo, durante algunas jornadas de cacería, y en reuniones esporádicas los fines de
semana en los cascos urbanos de los municipios.

Durante el tiempo de reunión se trato de entablar una conversación referente a una o varias especies, en
la conversación se realizaron preguntas sobre la información que se requería; de modo que surgía un
dialogo espontáneo en el cual los cazadores hacían comentarios que luego se transcribieron.

Una vez registrados los datos se recopilaron en una libreta de apuntes, con el nombre del (os) cazador
(es), de modo que durante el tiempo de ejecución del presente proyecto, y con un lapso de una semana
como mínimo, se indago varias veces (mínimo dos veces) por la misma información suministrada; si la

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información coincidía, se tomaba en cuenta para el registro definitivo de no ser así, la información fue
descartada.

Durante 11 meses (Enero a diciembre de 2004), se realizaron entrevistas informales semi


estructuradas (n = 41) y observaciones con participación directa de las actividades de cacería. Un total
de 51 cazadores activos de la región fueron entrevistados en los seis municipios varias veces al mes
para determinar las especies que habían sido cazadas desde la última incursión. Las entrevistas fueron
realizadas a los cazadores activos, y algunos ancianos que son reconocidos como cazadores expertos, y
que continúan en comunicación con los primeros. Las entrevistas consistieron en preguntas
relacionadas con las especies de animales cazados, métodos de caza, tiempo de duración de las
actividades de cacería, lapsos entre una incursión y otra, destino final del animal cazado y usos de
fauna con otro fin que no sea la alimentación.

Los usos que los cazadores dan a la fauna fueron identificados mediante observaciones directas y con
preguntas a los cazadores.

La mayor parte de los datos obtenidos en los seis municipios se analizaron en conjunto ya que en
términos generales no se detectó entre ellos diferencias relevantes en cuanto al aspecto social y
cultural, los territorios de caza son adyacentes, traslapándose con frecuencia y los métodos de cacería
utilizados no difieren entre ellos.

Finalmente, con la información recopilada se elaboró un listado de las especies usadas por los
cazadores, el uso y se describe el saber tradicional que de cada especie tienen; al final de las
descripciones anteriores se presentan dos tablas, en la primera se resumen los sitios para cada
municipio en los cuales pueden ser ubicadas las especies, y la segunda tabla contiene información
sobre la presión de caza y la abundancia relativa de la especie según la apreciación de los cazadores
entrevistados.

Resultados Y Análisis

Se tuvo en cuenta la información de un total de 51 cazadores entrevistados, todos ellos mayores de 25


años, y con una amplia tradición en las faenas de extracción de fauna. La información referente a cada
especie se elabora mediante una corta presentación comenzando con el nombre científico, los nombres
comunes como se conocen en la zona de estudio, la información sobre el conocimiento empírico que
de la especie tienen los cazadores, una tabla con los diferentes sitios en los cuales se observa la
especie en los seis municipios, el uso que se le da al animal, y por ultimo, una tabla en la cual se
registra la presión de caza y la abundancia relativa para cada municipio. A continuación se realiza la
descripción para cada especie.

Guagua, guagua venada, guagua castellana, guagua rallada, guagua roja (Cuniculus paca =
Agouti paca)

Aunque los cazadores se refieren a esta especie como guagua rallada, existen algunas confusiones con
este nombre, debido a que también es utilizado por algunas personas para designar a la guagua
serranera (Agouti taczanowskii) y a la guagua loba (Dinomys branickii). El nombre de guagua también
puede generar alguna confusión debido a que en ocasiones es utilizado indistintamente para referirse a
las tres especies mencionadas.

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Esta especie, junto con la guagua loba y la guagua serranera, son las únicas tres especies de guaguas
que existen en la región, aun así los cazadores comentan sobre muchas “clases” (tipos) de guaguas, las
cuales varían de coloración, largo del pelaje y tipos de hábitats. Algunos cazadores creen que las tres
especies conocidas comúnmente como guaguas se cruzan y que por eso se da la variación en el aspecto
físico. En Santa Rita Municipio de Andes, los cazadores no reconocen tantos tipos de guagua como en
el municipio de Jardín.

Algunos cazadores reconocen dos tipos bien definidos de guagua castellana, la “cuencuda”, que tiene
la cabeza ancha y el pelaje oscuro con tonalidad negra, y la venada, que tiene la cabeza más pulida y
alargada, el pelaje más claro y rojizo. Un cazador de 80 años del municipio de Betánia dice reconocer
5 especies de guagua pero que son 7 las que existen; los cazadores reconocen que a veces los machos
de ambas variedades pueden ser más cabezones que las hembras pero afirman que aun así la forma de
la cabeza de la guagua venada sigue conservando proporciones pulidas; dicen que la guagua venada se
encuentra en los lados de Tapartó, El Columpio, y Betania. Algunos cazadores jóvenes no conocían la
guagua colorada, a pesar de estar cazando hace más de diez años; la conocieron en el mes de marzo de
2004 cuando observaron un ejemplar cautivo en una de las actividades de educación y divulgación del
presente trabajo.

Según el saber tradicional, la guagua roja prefiere los sitios que tengan corrientes grandes de agua en
donde el animal se pueda meter; “la Guagua no es de entrar a los cafetales mientras que el guatín si lo
es”; en las partes altas de Jardín las guaguas “consumen raíces y tubérculos, ya que las frutas son muy
escasas, cuando hay cosecha de higuerón las guaguas van a comer allí”. Los cazadores de los
diferentes municipios han observado que el número de estos animales es inferior en tierra fría
comparado con la tierra caliente. Lo cual responde a una posible distribución altitudinal entre estas
especies como estrategia de ocupación de nichos y explotación de recursos disponibles en cada uno de
ellos; “en Morro Gacho había mucha guagua de castilla pero los cazadores la acabaron” comenta un
cazador de Jardín. Muy seguramente como consecuencia clara del patrón de asentamientos y de la
expansión de la frontera agrícola se genere la desaparición de especies o su disminución siendo más
evidente en los zonas de vida del premontano y el montano bajo.

Uno de los cazadores de Santa Rita comenta como las guaguas se les escapa cuando se mete a los
charcos profundos del río Santa Rita, y en los socavones de las minas de oro abandonadas; lo cual no
deja de ser un dato curioso que resalta una capacidad pulmonar poco reportada, en La Mesa hay de las
tres guaguas comentan algunos cazadores de Jardín. Las guaguas con un tiempo prolongado de
cautiverio, presentan las uñas muy largas comparándolas con las uñas de un macho capturado en
épocas más recientes, esto indica según los cazadores, que las guaguas en su medio natural desgastan
las uñas posiblemente cavando madrigueras, es decir, no solo hay un control de crecimiento de los
incisivos en vida silvestre.

La guagua es la presa más apetecida y perseguida por los cazadores en los seis municipios, y es
también la más escasa, en muchos lugares se ha llevado a la extinción local. Se ha criado en
cautiverio como mascota y para engorde, pero no se ha logrado reproducir. En el desarrollo del
proyecto se estableció en una cochera acondicionada un lugar para posible cría de la especie, mas con
fines educativos que con propósitos de zoocria, allí se establecieron parejas de ambas especies, las
cuales fueron observadas realizando seguimiento de algunos parámetros como establecimiento de
letrinas, periodicidad de de defecación, socialización etc.

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Tabla 1. Sitios en los cuales puede ser observada Agouti paca en la zona de estudio.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes San Pedro Abajo, Medialuna, Guaymaral, El Tolima, El Columpio,
El Plateado, El Chaquiro, La Reyna.
Betania Guarico, Taparto, parte alta del río Pedral y Quebrada La Bramadora,
La Rochela.
Ciudad Sector de Colecaballo.
Bolívar
Jardín La Venada, Bocas, Chusparota, El Tacón, La Churria, La Mesenia,
Ventanas, Quebrada Bonita, La Mesa, Las Flores.
Jericó Alto de La Venada.
Támesis Corregimiento de San Pablo vereda Cedeño Alto.

Tabla 2. Presión de caza y abundancia relativa de Agouti paca Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Alta Baja.
Betania Alta Baja.
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Alta Baja.
Jardín Alta Muy baja..
Jericó Alta Muy baja.
Támesis Alta Baja.

Guagua serranera, guagua serrana. (Cuniculus taczanowskii = Agouti taczanowskii).

Los cazadores experimentados dicen que los caminaderos de esta guagua se diferencian de los
caminaderos de la guagua roja, porque los de la guagua serranera son más limpios, también comentan
que a diferencia de la guagua roja, la serranera no se aleja mucho de la madriguera y no busca las
fuentes de agua para escapar de sus posibles captores como si lo hace la guagua venada o guagua roja;
dicen que a diferencia de la guagua roja, la guagua serranera habita en sitios en donde las corrientes de
agua son muy pequeñas. Uno de los cazadores vinculado al proyecto comenta que la guagua serranera
se amaña mucho donde “el potrero termina y comienza el monte”.

Esta especie es más abundante en el municipio de Jardín que la guagua roja; los cazadores comentan
que la guagua serranera es más fácil de ubicar y que se encuentra hasta en los rastrojos, algunos han
observado que come cogollos de pasto quicuyo; en Andes, Betania, Ciudad Bolívar y Támesis, este
animal es visto en las partes altas donde también es más abundante que la guagua venada. Cuenta un
cazador avezado, de 86 años de edad, que en Jardín anteriormente la guagua serranera era muy
abundante, tanto que en las salidas de caza se cogían hasta tres en una sola cueva, un adulto, un pichón
muy levantado y otro menos levantado, cuando atrapaban pichones de cualquier animal eran liberados,
siempre y cuando pudieran defenderse solos.

Aunque no es la especie más apetecida, se le caza con mucha frecuencia, ya que es más abundante que
Agouti paca. Según los cazadores, su cacería es más fácil que esta última; un cazador de Betania, dice
que la carne de este animal se descompone más rápido que la carne de la guagua venada; en general los
cazadores dicen que la guagua serranera tiene un sabor similar a la guagua criolla, y por esto es

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también muy apetecida. Algunos cazadores en Jardín atrapan estos animales vivos, con el fin de
suministrarles alimentos caseros, lo cual mejora el sabor de su carne según ellos.

Tabla 3. Sitios en los cuales puede ser observada Agouti taczanowskii

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes La Reina.
Betánia Guarico, Taparto, parte alta del río Pedral y la Quebrada La
Bramadora, La Rochela.
Ciudad Colecaballo, Monte Blanco.
Bolívar
Jardín La Venada, Bocas, Chusparota, El Tacón, San Rafael, La
Selva, La Salada, La Linda, La Mesa.
Jericó Río Frío, Alto de la Venada.
Támesis Corregimiento de San Pablo.

Tabla 4. Presión de caza y abundancia relativa de Agouti taczanowskii Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza. Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Alta. Media.
Betania Alta. Media.
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Alta Media.
Jardín. Alta. Media.
Jericó. Alta. Media.
Támesis. Alta. Media.

Guagua loba, guagua colona (Dinomys branickii).

El nombre con el que más se le conoce en la región es el de guagua loba, y algunas veces se refieren a
este animal como loba simplemente; “este animal habita más que todo en las partes boscosas altas, y se
puede encontrar en zonas pedregosas y empinadas en los filos, aunque a veces se encuentran abajo”,
“los terrenos empinados y pedregosos solo son habitados por las guaguas lobas”; “le gusta comer
cogollos y raíces de palmas”. Su presencia puede ser advertida por la marca que dejan sus grandes
dientes incisivos, por la presencia de excretas, que son de tamaño mucho más grande y más abundante
que las excretas de las otras guaguas, y por la presencia de pelos, los cuales son más largos y de
diferente color.

“En La Selva en una cañadita detrás del Cerro Jaramillo la loba es muy abundante”, comenta un
cazador del municipio de Jardín. Según algunos cazadores, la guagua loba daña los troncos de las
plataneras para tumbar los racimos de plátano y luego comerlos, ellos también dicen que la guagua
loba abunda mucho pero casi no la cazan. Han encontrado hasta tres de estos animales en una cueva,
dos adultas y un infante, información coincidente con los comentarios de los cazadores de otros
municipios quienes dicen haber encontrado en ocasiones pequeñas manadas de estos animales.
“Generalmente se encuentran solas pero a veces se encuentran de a dos pequeñas”. Las personas que
la han tenido en cautiverio coinciden en decir que estos animales son muy dañinos y que trepan mucho.

Algunos cazadores diferencian dos clases de guagua loba, una negra que presenta las líneas blancas
laterales en puntos y otra que es más amarilla.

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Este animal no gusta mucho para ser cazado, debido a que su carne es muy poco apetecida porque
“sabe a rastrojo”, “solo algunas veces se le caza sobre todo para sacarle la piel”. “Uno solo mata las
guaguas lobas cuando los perros las hieren”. “El cuero de la guagua loba es muy duro y le da mucha
lidia al perro atraparla”. Las personas lugareñas dicen que la piel de este animal era usada para hacer
zamarros, debido a lo dura que es. En Santa Rita, Andes, esta especie es más apreciada, con su piel
elaboran estuches para armas blancas y armas de fuego, y otro tipo de artículos como bolsos u
ornamentos. La carne de este animal es muy fibrosa y se desperdicia mucho en las viseras, debido a
que estas son de gran tamaño. La carne de esta guagua se descompone muy rápido según las
observaciones de uno de los cazadores de Betania, dice que la guagua loba amarilla es “pura tripa” y
que casi no tiene carne. El gran tamaño de las viseras de esta especie se debe a que el aparato digestivo
esta adaptado a una dieta herbívora.

Tabla 5. Sitios en los cuales puede ser observada Dinomys branickii.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes
Betania Guarico, Taparto, parte alta del río Pedral y Quebrada La
Bramadora, La Rochela, en cultivos de café cerca al área urbana.
Ciudad Colecaballo, Rastrojos cerca del corregimiento Farallones.
Bolívar
Jardín La Linda, La Selva, La Salada, Alto del Indio, Alto de la Raya,
San Rafael, Dojurgo, La Mesenia, Macanas, La Mesa
Jericó
Támesis Corregimiento de San Pablo

Tabla 6. Presión de caza y abundancia relativa de Dinomys branickii Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Alta. Abundante.
Betania Alta. Abundante.
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Baja. Abundante.
Jardín Media. Abundante.
Jericó Río Frío, Alto Media.
de la Venada.
Támesis Alta. Abundante

Guatín, patecera, conejo negro, conejo de monte. (Dasyprocta punctata).

Según los cazadores lugareños, el guatín es un animal que se encuentra en todo tipo de hábitat
incluyendo áreas de cultivo, menos en las partes altas de las cordilleras, dicen los cazadores que los
machos adultos son más difíciles de cazar porque son más astutos y mas “correlones”, mientras que las
hembras preñadas y los conejos heridos, son más fáciles de cazar porque se encuevan más rápido, “la
cacería de conejo es de malicia, es cuestión de saber los “correderos” por los cuales huyen. Hace uno o
dos años los guatines eran abundantes en los cafetales y rastrojos cerca al corregimiento de Santa Rita,
e incluso se veían en la carretera pero los acabaron de tanto cazarlos “a veces cazaban varios en un solo
día, y continuaban cazando en el mismo sitio hasta por una semana seguida”, comenta un habitante de
dicho corregimiento. En cuanto a la época reproductiva solo se obtuvo un registro de una hembra que
se cazó con dos embriones en semana santa de 2004 en el corregimiento de santa Rita municipio de
Andes.

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Dice un cazador de Jardín que este animal no es muy apetecido para ser cazado porque tiene muy poca
carne para repartirse entre varias personas; uno de los cazadores del Corregimiento de Farallones en
Ciudad Bolívar, manifiesta que no le gusta cazar a este animal porque un día vio cuando un individuo
consumía la carroña de una res muerta.

Después de la guagua, el armadillo blanco, y las pavas, El guatín es de los animales más apetecidos.
Se encuentra en los rastrojos más o menos desarrollados, en algunos sitios donde hay yucales se
vuelven plagas, pues atacan desenterrando los tuberculos y dañando las matas. En algunas zonas de
cultivo son abundantes, pero en algunos lugares se ha extinguido debido a la sobrecaza, ya que este
animal junto con el armadillo son los que más se atrapan.

En ocasiones es capturado vivo y se lleva a sitios donde se ha acabado con fines de repoblamiento, al
parecer han logrado abundar en dichos sitios, hasta que a algunos cazadores “les da por acabar con
ellos”, ya que cazan todos los días. Un cazador de Santa Rita, lo ha tratado de cruzar con conejo
domestico, lo que resalta una asociación de agrupación relacionada en términos de la clasificación
popular con el parentesco de este roedor con los lagomorfos por parte del cazador, tal vez debido al
aspecto físico, esta apreciación también la tuvieron algunos taxónomos hasta la década de 1960, y aún
se puede apreciar en algunos diccionarios la agrupación de los lagomorfos en el grupo de los roedores.

Tabla 7. Sitios en los cuales puede ser observada Dasyprocta punctata.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes La Soledad, El Silencio, rastrojos y zonas de cultivo
Betania Altamente distribuido en rastrojos y zonas de cultivo
Ciudad Zonas de cultivo
Bolívar
Jardín Cerro de la Cruz, Alto del Indio, Serranias, Alto del Indio, La
Mesa, El Capote
Jericó Zonas de rastrojo, zonas de cultivo.
Támesis Corregimiento de San Pablo, Zonas de cultivo

Tabla 8. Presión de caza y abundancia relativa de Dasyprocta punctata Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Alta Media
Betania Alta Alta
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Alta Media
Jardín Alta Media
Jericó Alta. Media.
Támesis Alta Alta

Oso perezoso, perico ligero (géneros Choloepus y Bradypus)

Estos animales son muy poco conocidos por los habitantes de los seis municipios, y los cazadores es
poco lo que conocen de ellos debido a que no son tenidos como parte del botín de cacería. Los
cazadores y algunos habitantes de Jardín cuentan que se ven con mucha frecuencia en el cerro de la
cruz y sus alrededores, así como en la parte baja de la vereda La Salada. Las personas no diferencian
entre las dos especies que habitan la zona. Algunas fotografías y las pieles observadas durante el

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desarrollo del presente estudio pertenecen al género Choloepus. En la UMATA de Jardín existe un
registro fotográfico de uno de estos animales, procedente de la vereda La Salada.

Estos animales no son muy apetecidos por los cazadores, ya que asocian el mal aspecto del animal por
su pelaje lleno de algas y lo insípido de su carne “a los osos perezosos no los matamos porque su piel
es muy fea, llena de musgo, y la carne es muy dura y sin sabor. No son usados con ningún fin según
lo manifestado por parte de los cazadores de jardín, sin embargo en una ocasión se pudo observar una
piel fresca de un ejemplar de Choloepus hoffmanii que era usada como decoración en una casa de la
vereda La Selva, y algunos cazadores de otros municipios manifiestan que son muy pocos los
cazadores que lo consumen, y en ocasiones se venden como mascotas pero esto ocurre rara vez.

La presencia de perezosos es detectada por algunos cazadores mediante los sonidos que estos animales
emiten por la noche, y por la observación en el piso de cogollos comidos de bromelias, ya que al
parecer estos animales consumen la zona meristemática de las bromelias.

Tabla 9. Sitios en los cuales puede ser observada Choloepus hoffmanii.

Municipio Vereda o paraje donde se observa.


Andes La Reyna, El Chaquiro.
Betania Guarico, Agua Linda, Las Picas.
Ciudad Colecaballo, Alto de los Jaramillos.
Bolívar
Jardín La Churria, Alto de la cruz, La Salada, La Mesenia, Do Jurgo,
Macanas.
Jericó Zonas boscosas.
Támesis Crgto de San Pablo.

Tabla 10. Presión de caza y abundancia relativa de Choloepus hoffmanii Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Baja. Media.
Betania Baja. Media.
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Baja. Media.
Jardín Baja. Media.
Jericó Baja. Media.
Támesis Baja. Media.

Cusumbo, cusumbo solo (Nasua sp.).

Realmente se trata de la misma especie, pero el saber tradicional diferencia dos especies de cusumbos,”
el que anda en manadas y el que anda solo o en parejas, que es de mayor tamaño”. Esta apreciación se
puede deber a que los machos adultos de este género (los cuales son de mayor tamaño que las
hembras), abandonan la manada, uniéndose al grupo solo durante la época de apareamiento. Los
primeros taxónomos en clasificar este género también describieron al cusumbo de manada y al
cusumbo solino como dos especies diferentes, basándose precisamente en estas apreciaciones de
comportamiento.

Los cusumbos son animales más bien abundantes, según los cazadores de la región; su caza muchas
veces trae como consecuencia que los perros salgan heridos o en el peor de los casos muertos, debido a

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que los cusumbos se defienden ferozmente, “cuando un cusumbo cae, lo hace patas arriba, y cuando el
perro se acerca el animal lo hiere con los dientes ayudado de sus garras”, existen perros “cusumberos”,
los cuales se especializan en esquivar la defensa del cusumbo y darle muerte. Un cazador del
municipio de Jardín, comenta que ha visto cusumbos hasta con cinco pichones, pero no recuerda el
mes en que los observó.

Este animal es usado para sacarle la piel, y también para el consumo. En una ocasión se vio a una
señora que utilizaba la piel como instrumento para persuadir a las gallinas para que no se acercaran a la
huerta; dice una señora del municipio de Jardín que hace muchos años se usaba la piel para hacer
zamarros para proteger la ropa del rocío y del agua del invierno.

El pene del cusumbo es usado como afrodisíaco, y también “se lo dan a la mujer para que se caliente”
comenta un antiguo cazador de Betania, se prepara con cola granulada y “otras cosas”, se debe raspar
desde la punta (el glande) hacia abajo sino no sirve. En ocasiones las personas compran el pene del
cusumbo para dárselo a los caballos con fines de potencializador sexual. Un pene de cusumbo vale
entre treinta mil y cuarenta mil pesos si es del legítimo solino pero “es muy escasa la gente que lo
compra”.

Tabla 11. Sitios en los cuales puede ser observada Nasua sp.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Cgto Sta Rita. La Reyna, El Chaquito, El Columpio, El Plateado.
Betania. Agua Linda.
Ciudad Bolívar. Colecaballo, Alto de los jaramillos.
Jardín. La Churria, Alto de la Raya.
Jericó. Zonas boscosas.
Támesis. Cgto de San Pablo.

Tabla 12. Presión de caza y abundancia relativa de Nasua sp Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita. Media. Baja.
Betania. Media. Baja.
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Media. Media.
Jardín. Alta. Baja.
Jericó Media. Baja.
Támesis. Media. Media.

Cusa cusa, cusa, cusumbo terrero, cusumbo capotero, mocoso (Nasuella olivacea).

Es un animal más pequeño que los otros cusumbos; en Santa Rita ningún cazador consultado tiene
información sobre este animal. “Hace perder el tiempo a los perros y al cazador”, ya que lo siguen
hasta la parte donde este animal se esconden entre la tierra o entre el capote y los perros se quedan allí
buscando, haciendo pensar al cazador que se trata de un animal cinegético. Por lo general no es usado
con ningún fin. Muchos cazadores comentan que una vez que este animal es desenterrado por los
cazadores, entonces se le mata para que en otra cacería no haga perder el tiempo.

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Son muy pocas las personas que le dan algún uso, el pene es usado como afrodisíaco pero no es tan
apetecido como lo es el pene del cusumbo solino, “el pene del mocoso no se vende porque es muy
pequeño”.

Tabla 13. Sitios en los cuales puede ser observada Nasuella olivacea.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes
Betania Parte alta del río Pedral y quebrada la Bramadora.
Ciudad Bolívar Cole Caballo.
Jardín Do Jurgo, La Raya, La Mesenia, Quebrada Bonita.
Jericó Sin reportes.
Támesis Cgto de San Pablo.

Tabla 14. Presión de caza y abundancia relativa de Nasuella olivacea Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Baja. Poco común
Betania Baja. Poco común
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Baja. Poco común
Jardín Baja. Poco común
Jericó Sin reportes.
Támesis Baja Desconocido

Perro de monte (Potos flavus).

Es un animal conocido por los cazadores, pero no tienen mucho conocimiento de sus hábitos y
costumbres, muchos lo han cazado por la noche esperando a que salga a “pepiar” para luego
alumbrarlo cuando se escucha el ruido que hace al desplazarse por las ramas de los árboles de los
cuales consume sus frutos, y luego cuando lo localizan, le disparan. “Algunas veces cuando se va a
perriar caen micos” porque se confunden con los perritos de monte; una vez que estaban “perriando”
unos cazadores le dispararon a un animal porque les pareció muy raro; según comentan los cazadores
los perritos de monte son muy fáciles de ubicar por las noches en los yarumos, higuerones y otros
árboles que tengan frutos. Los “micos” a los que se refiere el cazador son primates del género Aotus,
y el animal “raro”, al parecer es un marsupial del género Caluromys, el cazador que lo mató lo
consumió y dice que presenta buen sabor.

Los perritos de monte se asocian mucho con la presencia de higuerones y los yarumos fructificados.
Uno de los cazadores de Betánia, dice que el perrito de monte consume los exudados de los árboles de
roble de tierra fría.

Del perrito de monte se utiliza la piel y algunos cazadores también consumen su carne. Las personas
que lo consumen dicen que su carne es de buen sabor, de este animal extraen la piel ya que les parece
muy atractiva, es común encontrar estas pieles en los hogares de los cazadores, así como en casas de
personas no cazadoras. Algunas veces este animal es usado como mascota.

Tabla 15. Sitios en los cuales puede ser observada Potos flavus.

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Municipio Vereda o paraje donde se observa
Andes Altamente distribuido, cafetales, rastrojos, montes.
Betania Parte alta del río Pedral y quebrada La Bramadora,
Guarico.
Ciudad Bolívar Altamente distribuido.
Jardín Altamente distribuido.
Jerico Altamente distribuido.
Támesis Altamente distribuido.

Tabla 16. Presión de caza y abundancia relativa de Potos flavus Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Media. Media
Betania Alta. Media
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Media. Media
Jardín Media. Media
Jericó Media. Media.
Támesis Media. Media

Venado, Venada cauquera, Venado de tierra fría (estos últimos dos nombres, de acuerdo a la
información de un cazador octogenario del municipio de Betania). (Mazama americana).

Era una especie relativamente abundante en épocas pasadas, pero en la actualidad muchos cazadores
nunca han visto un venado, pero saben de su presencia por las huellas que dejan; se comenta que este
animal ya es poco lo que se caza debido a que ya no hay perros “venaderos”; otros cazadores dicen que
la cacería de este animal es muy difícil, cansa mucho a los perros y en varias ocasiones se han perdido
perros que van tras de un venado. En Jardín últimamente se han observado en los potreros por los
lados de Macanas, también se han venido observando por La Antioqueña, Quebrada Bonita y El
Rosario; algunos cazadores también han visto huellas de adultos e infantes en estos sitios. Esto podría
indicar una recuperación incipiente de las poblaciones de estos animales, en jardín. “Algunos
cazadores salen a cazar venado por los lados de Dojurgo, ya le han hecho varios viajes y no lo han
logrado cazar”. En Santa Rita son muy pocos los cazadores que lo han visto. Se tuvo evidencias (por
huellas de pisadas y excretas) de un venado en el sector de la Reina, hace algunos años atrás.

En Santa Inés dicen que se ve con frecuencia y que se comen las cosechas de fríjol seco, lo cual se ve
refrendado por la observación que hace un cazador de Betania quien señala que “al venado le gusta la
calleja del fríjol, o sea cuando el fríjol comienza a envainar”. Cuenta otro de los cazadores de la zona
que en San Antonio y Las Flores, Corregimiento de Santa Inés, un señor hace unos dos años cazó cinco
venados en medio año, después de esto no volvió a verse venados en ese sitio.

“El Alto de la Venada se llama así porque anteriormente allí abundaba mucho el venado y también se
iba a cazar mucho a este animal”, comenta un cazador del municipio de Jardín. Un cazador joven de
Jardín dice que en la venada todavía hay venados, igualmente dice que en la vereda Gibraltar hay dos
pero que no los van a cazar para que logren reproducirse.

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“Los venados son muy difíciles de cazar debido a que embolatan a los perros y se pierde mucho
tiempo, en una ocasión le gastaron 600 jornales a un venado sin poderlo cazar” este es uno de los
comentarios mas populares dentro del grupov de cazadores. En Jardín, en el sector de Ventanas este
año salieron a perseguir un venado, y en el transcurso de la faena, uno de los perros se envolató
quedándose perdido. Recientemente en el municipio de Jardín los venados se están viendo en los
potreros de las partes altas, potreros enmalezados sin mucho cuidado o que están en desuso.

Su carne es muy apetecida, y la piel es usada con fines decorativos. En el hogar de un cazador de la
vereda La Arboleda en El Municipio de Jardín, fue posible ver una cabeza disecada, el ejemplar fue
cazado hace unos ocho años en El Rosario, departamento de Caldas.

Tabla 17. Sitios en los cuales puede ser observada Mazama americana.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Santa Inés
Betania Extinto, se veía en la parte alta del río Pedral y quebrada La
Bramadora
Ciudad Sin reportes.
Bolívar
Jardín San Rafael, Macanas, Dojurgo, La Mesenia, La Salada, Ventanas,
Caño de las Flores, Arroyo hondo, La Mesa.
Jericó Sin reportes.
Támesis La Leonera.

Tabla 18. Presión de caza y abundancia relativa de Mazama americana Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Nula Desconocido
Betania Nula Desconocido
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Nula Desconocido
Jardín Media Baja
Jericó Baja Baja
Támesis Baja Baja

Tatabra (Pecari tajacu).

Un habitante del corregimiento de Santa Rita, quien habita en el corregimiento por más de cincuenta
años y fue cazador, no ha visto tatabras en la región. Un antiguo cazador de Betania dice que antes
había tatabras por el río Pedral, por la quebrada Bramadora arriba, también por Tapartó. Él antes
cazaba tatabras por la Rochela; algunas personas comentan que por los lados de quitasol en el
municipio de Jardín, se veían tatabras hasta hace unos diez años. “En Las Flores hace mucho tiempo
mataron una tatabra; en la vereda Santa Bárbara, en La Borraja, municipio de Andes comentan los
cazadores que se han observado tatabras.

Tabla 19. Sitios en los cuales puede ser observada Pecari tajacu.

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Municipio Vereda o paraje donde se observa
Andes Santa Bárbara, Santa Inés, La Borraja
Betania Extinto partes altas del río Pedral y quebrada la Bramadora, La
Rochela.
Ciudad Sin Reporte.
Bolívar
Jardín El Rosario Caldas, Caño de Las Flores.
Jericó Sin reporte.
Támesis Sin reporte.

Tabla 20. Presión de caza y abundancia relativa de Pecari tajacu Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de Abundancia relativa


caza
Andes cgto de Santa Nula Extinto Presentes por los lados del
Rita Rosario Departamento de Caldas.
Betania Nula Extinto
Ciudad Bolívar cgto Nula Extinto.
de Farallones
Jardín Nula El animal es desconocido.
Jericó Nula El animal es desconocido.
Támesis Nula El animal es desconocido.

Conejo sabanero (Sylvilagus brasiliensis).

Abunda mucho en los rastrojos cerca de los pastizales, le gusta comer pasto quicuyo y pastos tiernos.
Es un animal relativamente abundante, aun así en los sitios donde se caza mucho han sido agotados.
Algunos cazadores dicen que este animal se caza poco ya que no justifica el precio del tiro. Los
cazadores aprecian este animal, en especial aquellos que entrenan perros para la cacería, quienes lo
admiran y tratan de conservarlo. Los perros que los cazan, terminan comiéndoselos.

Los cazadores Ven al lobo (Cerdocyon thous) como un animal indeseable precisamente porque se
come los conejos sabaneros; “en el alto de Cristo Rey había veces de perseguir sabaneros hasta tres
veces por día, luego empezaron a aumentar los lobos y escasearon los conejos, hasta el punto de no
cogerse ninguno en un día. Luego los habitantes de la zona llevaron perros a sus casa, estos derrotaron
a los lobitos y volvieron a aumentar los conejos”.

Los cazadores que cazan estos animales con fines de consumo, son calificados como cazadores
dañinos, de poca monta o rastrojeros. “Este animalito se utiliza para uno divertirse viendo como
cazan los perros”; fue posible observar que en algunas ocasiones estos animales son cazados con el
único fin de entrenar perros “guagueros” que apenas se inician en la actividad de caza.

Tabla 21. Sitios en los cuales puede ser observada Sylvilagus brasiliensis.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes
Betania Guarico.
Ciudad Zonas enrastrojadas.
Bolívar

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Jardín Cerros de la Cruz y de Cristo Rey, La Selva, Serranías, La
Linda, La Salada.
Jericó Zonas enrastrojadas.
Támesis Zonas enrastrojadas, Cedeño Alto, Cedeño Bajo.

Tabla 22. Presión de caza y abundancia relativa de Sylvilagus brasiliensis Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Baja Media
Betania Baja Media
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Baja Media
Jardín Media Media
Jericó Media Media
Támesis Baja Media

Armadillo coletrapo (Cabassous centralis)

Son de hábitos nocturnos, se les puede ver al amanecer o al oscurecer. Abunda mucho en las partes
altas, pero también se ve en los potreros en las partes bajas. Estos animales no ocupan la misma cueva
como lo hace el armadillo blanco, sino que “duermen donde los coja el día”. Dice un cazador de
Ciudad Bolívar, que estos animales no se amañan en las playas como el otro gurre, si no que se amaña
más en el monte.

Algunos cazadores comentan que hay un armadillo coletrapo de mayor tamaño y de color negro esta
variedad habita en las mismas partes que el armadillo coletrapo normal; “hay dos especies de armadillo
coletrapo, el come hormiga o cucaracho que es negrusco y más pequeño que el coletrapo común; este
no es bueno para comer, y el coletrapo común que si es bueno para comer”.

En general este animal no es muy consumido debido a el desagradable olor que emana, a veces a falta
de armadillo blanco, su sangre es usada para curar el asma. Las pocas personas que lo consumen
deben aliñar su carne por largos periodos de tiempo con el fin de contrarrestar el mal olor y sabor.

Tabla 23. Sitios en los cuales puede ser observada Cabassous centralis.

Municipio Vereda, paraje donde se observa


Andes
Betánia Parte alta del Guadualejo, Guarico, Quebrada Linda, en los
cafetales.
Ciudad La Mina, Alto de los Jaramillos.
Bolívar
Jardín La Churria, Serranías, Do Jurgo, La Mesenia, Do Jurgo, partes
altas de las veredas La Salada, La Linda, La Selva.
Jericó Río Frío.
Támesis Partes altas.

Tabla 24. Presión de caza y abundancia relativa de Cabassous centralis Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Baja Media
Betania Baja Media

18
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Baja Baja
Jardín Baja Alta
Jericó Baja. Media.
Támesis Baja Baja

Armadillo blanco, gurre blanco, gurre colecañabrava, gurre, armadillo


(Dasypus novemcinctus).

Animal muy apetecido por los cazadores, después de la guagua es el animal más apreciado para la caza
debido al sabor de su carne. Es abundante en los lados de Tapartó, Hispanía y Betánia; los cazadores
dicen que este animal no es abundante en tierras frías pero si lo es en tierra caliente, en Betania es
posible cazar varios en una sola salida mientras que en jardín escasamente se coge uno, en el municipio
de Jardín ha sido muy presionado y los cazadores comentan que en algunos sitios incluso se ha
exterminado; es frecuente observar hozaderos de estos animales en los cafetales. Los cazadores dicen
que probablemente haya dos especies de estos armadillos, ya que hay uno más negro.

Para cazarlo se hace necesario tener perros “gurreros”. Encontrar el animal puede demorar poco
tiempo (unos 30 minutos), en Santa Rita son pocos los cazadores que cazan esta especie debido al
esfuerzo que demanda excavar para sacarlo de las cuevas.

El armadillo es un animal muy delicado para tenerlo en cautiverio, sobre todo para transportarlo, hay
que estarles echando agua, y se mueren muy fácil. Algunos cazadores comentan que han tratado de
repoblar zonas con armadillos cazados en otros sitios, pero que apenas alguien se da cuenta “ahí
mismo le sueltan los perros y el animalito pierde”, muy similar ha pasado con el conejo sabanero, el
guatín y la guagua; comenta uno de los cazadores de Jardín.

La mayoría de los cazadores creen que el armadillo solo se alimenta de pequeños animales,
desconociendo su dieta omnívora, dicen que se alimenta de lombrices, hormigas y otros animalitos
pequeños; algunas personas desconocen la dieta de este animalito. No es un animal muy apetecido por
los cazadores deportivos, debido a que los perros terminan encuevándolos muy rápido y a que la mayor
actividad que hay que desarrollar para atraparlos, es la de escarbar hasta encontrarlos, labor que se
puede llevar todo un día sin obtener el animal, otros cazadores sin embargo prefieren cazarlo, porque
dicen que es una cacería en donde “se va más a la segura”.

En cuanto a las observaciones sobre su reproducción, por el mes febrero se vio a una hembra con
infantes en la vereda La Arboleda municipio de Jardín, también se vio un gurre con cuatro crías en
diciembre de 2003 en el Tolima, municipio de Andes.

La carne de este animal es muy apreciada, siendo muy apetecido por los cazadores, después de la
guagua este animal es el más apreciado para la caza debido al sabor de su carne; su sangre es usada
para curar el asma; la punta de su cola se usa para curar el dolor de oídos, “con la punta de la cola se
echan góticas de agua caliente entre el oído y esto cura el dolor”; la grasa de este animal es usada como
remedio para la asfixia; la caparazón es usada en diferentes formas con fines decorativos, y raspada es
usada con fines medicinales “un pedazo de concha tostada se muele y se hecha en chocolate caliente,
esto se le da a una mujer en embarazo y con eso botan los fastidios”.

Tabla 25. Sitios en los cuales puede ser observada Dasypus novemcinctus.

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Municipi Vereda o paraje donde se observa
o
Andes El Tolima, Taparto, Santa Inés, San Pedro Abajo, Media Luna y
Guaimaral.
Betania Las Picas, Cafetales, rastrojos, Municipio de Hispania
Ciudad Alto de los Jaramillo, Colecaballo, La Mina, El Empuje, Cafetales,
Bolívar Rastrojos ribereños.
Jardín Alto del Indio, Serranías, La Tribuna, Alto de las Flores San
Rafael, La Mesa, La Raya, El Cuchillón, Ventanas, Do Jurgo, Río
Claro, El Capote.
Jericó Río Frío, zonas de rastrojo.
Támesis Cedeño Alto y Bajo, y zonas de cultivo y rastrojos.

Tabla 26. Presión de caza y abundancia relativa de Dasypus novemcinctus Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes (cgto de Santa Rita) Alta Media
Betania Alta Alta
Ciudad Bolívar (cgto de Farallones) Alta Media
Jardín Alta Baja
Jericó Alta Media
Támesis (Cgto San Pedro) Alta Alta

Zorro (a), zorro (a) collarejo (a), zorro negro (Eira barbara).

En algunas ocasiones se han observado pequeños grupos de estos animales; un cazador comenta que es
el macho quien presenta collar amarillo (sin embargo tanto machos como hembras pueden o no
presentar collar de pelos claros); a veces se ceba a comer plátano o banano, y otras veces gallinas, pero
“generalmente no es muy tenido en cuenta”.

Este animal no tiene uso cinegético en la región, solo un cazador en Betania dice haberlo consumido.

Tabla 27. Sitios en los cuales puede ser observada Eira barbara.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Santa Rita, sitios de cultivo y rastrojo.
Betania Parte alta del Guadualejo.
Ciudad Bolívar Colecaballo.
Jardín Serranias, La Mesenenia, Do Jurgo, Macanas.
Jericó Río Frío
Támesis Corregimiento de San Pablo.

Tabla 28. Presión de caza y abundancia relativa de Eira barbara Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Nula Baja
Betania Nula Media
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Nula Alta
Jardín Nula Media
Jericó Nula. Media.

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Támesis Nula Media

Tigre lanchero, tigrillo, tigre gallinero (Género Leopardus).

Es poco lo que se comenta de este animal, por lo general se asocia con el robo de gallinas, existen
algunos mitos sobre la agresividad de este felino, algunas personas creen que les mata el ganado y que
puede llegar a ser peligroso para el hombre.

En una finca en la vereda Serranías, Municipio de Jardín, tienen un cuero de un ejemplar cazado hace
unos cinco años por los lados de El Rosario, las medidas de la longitud cabeza cuerpo del cuero es de
103 centímetros, por lo que muy seguramente sea un ejemplar de la especie Leopardus pardalis; al
animal cazado se le encontró en sus estomago, trozos de carne de guagua partes de viseras (hígado,
corazón) pero no le encontraron huesos de este animal; varios de los cazadores que estuvieron en esta
cacería, dicen que el tigre lanchero “como que esperaba a la guagua cerca de un frutiadero de
higuerón”, porque cuando lo mataron estaba muy cerca al higuerón fructificado, “tal vez estaba
reposando la presa que aun no había terminado de digerir”.

Una señora en Santa Rita, en diciembre de 2003, observó un par de tigrillos cerca al cementerio, en la
cascajera, contiguo al área urbana del corregimiento de Santa Rita “eran del tamaño de un gato
grande”. Por la diferencia de tamaños y el comportamiento según la descripción que realizó la señora,
podría ser una madre y su cachorro. A ella le llamó mucho la atención la cola desproporcionadamente
larga de ambos animales, lo que induce a pensar que tal vez se trate de Leopardus wiedii.

Son muy pocos los cazadores que han visto tigrillos, en Betania sin embargo lo han visto en varias
oportunidades en la zona del río Pedral y la quebrada La Bramadora, y por el Rosario Departamento de
Caldas; hace unos 10 años varios cazadores de Jardín vieron un tigrillo en el Río Pedral por la finca La
Guitarra.

Durante el transcurso del año 2004 fueron abatidos 4 de estos animales, tres de ellos en Betánia y el
otro en el municipio de Hispania, los cuatro casos, según las versiones de la comunidad, se debieron a
cacería de control, ya que estaban consumiendo gallinas.

Este animal es cazado con fines de control o prevención, en algunos hogares de cazadores se
encuentran pieles como trofeos o con fines decorativos, las pieles además son comercializadas aunque
la demanda es poca.

Tabla 29. Sitios en los cuales puede ser observado el Género Leopardus.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Santa Rita, La Plancha
Betania Barlovento, Guaimaral, La Fe, Agua Linda
Ciudad Bolívar Colecaballo, Alto de los Jaramillos
Jardín Alto de la Raya, Chusparota, Caramanta, El Rosario
Jericó Río Frío.
Támesis Cgto de San Pablo.

Tabla 30. Presión de caza y abundancia relativa del Género Leopardos Según los cazadores entrevistados.

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Municipio Presión de caza Abundancia relativa
Andes cgto de Santa Rita Baja Muy baja
Betania Baja Muy baja
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Baja Muy baja
Jardín Baja Muy baja
Jericó Baja Muy baja
Támesis Baja Muy baja

Lobo, lobito, zorro perro (Cerdocyon thous).

Al parecer es un animal muy común, y solo se caza cuando se come las aves de corral, “es muy fácil de
matar y por eso no vale la pena cazarlo”. Otros cazadores comentan que su cacería es muy dificultosa
debido a que pueden andar durante todo el día sin cansarse. Es bien conocido por los cazadores, que
este animal se come a los conejos sabaneros, y “también consume guaguas”, por este motivo algunas
personas no lo quieren en la región.

Algunos cazadores comentan que un lobito es capaz de atacar y matar un ternero, una cabra o un
carnero, sin embargo esta idea no esta muy difundida. Un hijo de un cazador, cuenta que en una
excursión de cacería de conejo sabanero, se dio muerte a un zorro, cuando los perros lo perseguían;
dice que decidieron matarlo porque el animal se come a los conejos sabaneros.

Es frecuente escuchar historias de persecuciones accidentales de zorros por parte de perros inexpertos,
según los cazadores, una vez se detecta que es un lobo, se decide terminar la cacería.

Comenta un cazador de Andes, que el lobo es un animal común, es difícil de cazar debido a que es
muy parecido a un perro, y pueden escapar debido al comportamiento tan similar de ambas especies,
“debido a esto uno puede quedarse todo un día persiguiendo un lobito sin llegar a atraparlo”. No se
conoce ningún uso que se le de a este animal.

Tabla 31. Sitios en los cuales puede ser observado Cerdocyon thous.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Corregimiento de Santa Rita.
Betania Guarico.
Ciudad Bolívar Los Farallones.
Jardín La Selva, Alto del Indio.
Jericó Zonas de cultivo y rastrojo.
Támesis Corregimiento de San Pablo.

Tabla 32. Presión de caza y abundancia relativa de Cerdocyon thous Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Baja Baja.
Betania Baja Media.
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Baja Baja.
Jardín Baja Media.
Jericó Baja. Media.
Támesis Baja Media.

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Oso negro, oso de anteojos, oso, oso congo (Tremarctos ornatus).

La mayoría de los cazadores no han visto al oso sin embargo reconocen sus rastros (excretas,
comederos y arañazos), a pesar de habitar en zonas boscosa relativamente cercanas a los poblados, es
un animal muy poco conocido, muchos cazadores sólo saben de él por los rastros que dejan,
generalmente la presencia del oso de anteojos es asociado con las cosechas de maíz.

Las personas le temen ya que creen que es agresivo con los humanos, no se conoce de casos en los
cuales haya atacado al ganado. Un ex-cazador de 86 años del municipio de Jardín, comenta que en una
ocasión un oso ataco a un cazador, ya que este último se acercó demasiado al oso, el oso lo abrazó
fuertemente y le mordió la cara, cuando el oso sintió que se acercaban otros cazadores, entonces se
alejó rápidamente. El mismo cazador también cuenta que años atrás, los finqueros contrataba a los
cazadores para que mataran a los osos ya que estos animales eran muy temidos, el dice que si alguien
quiere escapar del fuerte abrazo que da el oso, hay que deslizar el cuerpo hacia abajo para así zafarse,
de lo contrario nunca podría escapar de la gran fuerza de este animal.

Hace unos dos años unos cazadores en Andes (en el Corregimiento de Santa Rita) mataron un oso y la
policía y la fiscalía estuvo investigando, con este referente, los cazadores temen que alguien se de
cuenta que se le haya dado caza a uno de estos animales, ya que temen que se les judicialice.

En Río Sucio hace dos años mataron un oso que estaba subido en un higuerón, en La Churria fue
avistado un oso subido en un higuerón a comienzos de marzo de 2004, por estos mismos días un
animal fue muerto por parte de cazadores en el la parte alta del río Pedral municipio de Betania; un
habitante de la Mesenia, compraba y cargaba racimos de bananos y otros alimentos a un oso que
habitaba en Dojurgo, éste señor sostuvo varios enfrentamientos verbales con algunos cazadores que
teniendo conocimiento de que el oso estaba en esa zona, estaban intentando matarlo.

Muchos de los avistamientos de osos por parte de los cazadores y otras personas han sido en
higuerones y en cercanía a palmiches. En Chuspa Rota municipio de Jardín en septiembre de 2003 fue
observado un oso subido en un higuerón en compañía de dos cusumbos, en agosto de 2004 fue
avistado un oso en El Ventiadero, municipio de Andes, a comienzos de noviembre de 2004 fueron
avistados dos osos en la vereda La Mesenia Municipio de Jardín. En esta misma zona se observaron
huellas recientes y se escuchó al oso de anteojos, en mitad de diciembre de 2004. Igualmente en le
municipio de Tamesis en zona boscosa del corregimiento de San pablo se hacen reportes periódicos de
avistamientos, esta información proveniente de distintos parajes y fuentes resalta la actividad de una
pequeña población que aun persiste en los cada ves mas reducidos bosques de estos municipios,
señalando además los limites espaciales de su areal local, los seis municipios incluidos en este trabajo
y adicionalmente sectores altos de Betulia y Salgar.

Esta especie se caza por su piel y por su carne, la grasa es usada con fines medicinales. Algunas
personas tienen la creencia que al comer carne de oso la fuerza del animal se les queda impregnada
especialmente en el acto sexual. Son pocas las personas que le dan cacería principalmente porque
dañan las cosechas de maíz. También es cazado porque existe un excesivo temor infundado, se cree
que ataca a la gente y que es peligroso para los niños porque se los puede comer. Su cacería responde
a un patrón reactivo más que de búsqueda intencional como pieza de caza, pues el temor aunado a los
ataques a rosas de maíz ocasiona la respuesta del cazador.

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Tabla 33. Sitios en los cuales puede ser observado Tremarctos ornatos.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Santa Ines, El Ventiadero.
Betania Agualinda, Itaca.
Ciudad Bolívar Colecaballo, Monte Blanco, El
Farallón.
Jardín La Mesenia, Dojurgo, La Churria, La
Salada, Ventanas, La Tribuna, Juntas,
La Raya, Tetas de Doña Cliteria (alto
los mellizos)

Jericó La Venada.
Támesis Cedeño alto, La Tabanera (Cgto San
Pablo)

Tabla 34. Presión de caza y abundancia relativa de Tremarctos ornatos Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Baja Baja
Betania Alta Media
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Baja Media
Jardín Media Media
Jericó Baja Baja
Támesis Nula Media

Mapache Zorra patona, pate’pelao (Procion cancrivorus).

Pocos de los cazadores consultados conocen esta especie, un individuo fue cazado la primer semana de
mayo de 2004 en un rastrojo cerca ala finca La Mancha, Corregimiento de Santa Rita, municipio de
Andes; los cazadores desconocían la existencia de este animal, y decían que era lobo cruzado con
cusumbo, y otros que era cusumbo cruzado con guagua; algunos cazadores de Betania y Jardín,
cuentan que este animal ataca a las gallinas. En Betania, un cazador ha visto y cazado estos animales,
hace un año vio mapache en la quebrada La Sucia.

Por ser un animal poco conocido son también pocas las personas que lo consumen, dicen que tiene
buen sabor.

Tabla 35. Sitios en los cuales puede ser observado Proción Cancrivorus.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Corregiento de Santa Rita.
Betania Río Guiadualejo parte media y alta.
Ciudad Bolívar Corregimiento de Farallones.
Jardín Sin reportes.
Jericó Sin reportes.
Támesis Sin reportes.

Tabla 36. Presión de caza y abundancia relativa de Proción Cancrivorus Según los cazadores entrevistados.

24
Municipio Presión de caza Abundancia relativa
Andes cgto de Santa Rita Baja Baja
Betania Baja Baja
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Baja Baja
Jardín Baja Desconocida
Jericó Desconocido. Desconocida.
Támesis Baja Desconocida

León (Puma concolor)

En el Chaquiro, Corregimiento de Santa Rita, municipio de Andes, han encontrado erizos muertos y se
los atribuyen a este animal. Un cazador manifestó que por la bramadora en el municipio de Betania,
se han estado viendo rastros de león, dice que antes el león en ese sitio comía gurres, guaguas y
gallinetas; este cazador ha visto excretas de león pero nunca ha visto a un león. En Támesis algunos de
los cazadores lo asocian con la disminución de guaguas en áreas donde no ha cazado desde hace
mucho tiempo y donde se encuentran huellas de ambos animales, aunque no reportan avistamientos
directos ni ataques a animales de finca.

Tabla 37. Presión de caza y abundancia relativa de Puma concolor Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de Abundancia relativa


caza
Andes cgto de Santa Rita Nula Extinto Presentes por los lados del
rosario
Betania Nula Extinto
Ciudad Bolívar cgto de Nula Extinto
Farallones
Jardín Nula Extinto Presentes por los lados del
rosario.
Jericó Baja Muy baja
Támesis La Selva Muy baja

Nutria (Lontra longicaudis).

En general los reportes de esta especie y su abundancia hacen regencia a épocas ya muy anteriores al
presente. Un antiguo habitante de Jardín, de 86 años de edad, dice que en la quebrada La Salada en el
municipio de Jardín, en antaño había mucha nutria. En general son poco los cazadores que
manifestaron haber observado a este animal, los demás saben de el por los comentarios que han
escuchado.

En los meses de noviembre y diciembre de 2004 se han observado nutrias en la parte media baja del
Río Santa Rita, a unos 10 minutos del corregimiento; los habitantes asocian este hecho con un
supuesto aumento de la población de sabaletas, y temen que la nutria reduzca estas poblaciones.

En Jardín y en general en los otros municipios este animal no es cazado, la carne de este animal no
gusta mucho porque sabe y huele a pescado; el control del comercio de la piel hace que no sea
vendible, además es muy difícil de cazar. En otrora se comercializaba la piel, ahora no es cazada con
este fin; anteriormente se hacían guarnieles de nutria y de perro de monte. Muchos de los cazadores
experimentados consultados no conocen este animal.

25
Tabla 38. Sitios en los cuales puede ser observada Lontra longicaudis

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Río Santa Rita, Río San Agustin, Río San Juan.
Betania Río Guadualejo parte media, Puerto Boy, Río Pedral parte
media-alta.
Ciudad Río Farallones.
Bolívar
Jardín Río Claro, Quebrada la salada parte media-baja.
Jericó Río Frío.
Támesis No ha sido vista.

Tala 39. Presión de caza y abundancia relativa de Lontra longicaudis Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de Abundancia relativa


caza
Andes cgto de Santa Baja. Muy baja.
Rita
Betania Baja. Muy baja.
Ciudad Bolívar cgto de Baja. Muy baja.
Farallones
Jardín Baja. Muy baja.
Jericó Baja.
Támesis Nula. Muy baja.

Gato montuno, gato de monte (posiblemente Herpailurus yaguarondi).

El grupo de cazadores de Betania relata que hace 10-12 años mataron uno de estos animales en el
municipio por Barlovento, hace poco mataron otro en el Alto de las Flores. En este mismo municipio
lo han consumido y dicen que tiene buen sabor.

Tabla 40. Presión de caza y abundancia relativa de Herpailurus yaguarondi Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Nula. Desconocido.
Betania Muy baja. Poco conocido.
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Nula. Desconocido.
Jardín Nula. Desconocido.
Jericó Nula. Poco conocido.
Támesis Nula. Poco conocido.

Chucha Didelphys marsupialis y Didelphys albiventris

Un cazador en Santa Rita comenta que Didelphys marsupialis se observa en las zonas pobladas y de
cultivos, mientras que Didelphys albiventris se observan más en las montañas, aunque algunas veces
también se encuentran en zonas pobladas (este comentario coincide con reportes de literatura, que
dicen que la especie no es tan propensa a habitar en zonas antropicas como si lo es Didelphys
marsupialis). Las chuchas son muy abundantes, se observan en todas partes incluyendo las viviendas
humanas en la zona urbana; comen frutas, insectos, animales (incluyendo pequeños animales

26
domésticos), carroña, huevos, lombrices. Cuando este animalito tiene mucho que comer, no come
gallinas, comenta un cazador de Jardín.

Este animal le es desagradable a la mayoría de cazadores, sin embargo los que la han consumido dicen
que la carne de este animal es de muy buen sabor. Algunas personas usan la sangre de este animal para
curar el asma.

Tabla 41. Presión de caza y abundancia relativa del género Didelphys Según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia


relativa
Andes cgto de Santa Rita Se mata como control. Abundante
Betania Se mata como control. Abundante
Ciudad Bolívar cgto de Se mata como control. Abundante
Farallones
Jardín Se mata como control. Abundante
Jericó Se mata como control.
Támesis Se mata como control. Abundante

Pava (Chamaepetes guodotii).

Es frecuente ver pavas en la cordillera de la vereda La Selva, La linda y La Salada, en el municipio de


Jardín; el macho es “cabecimorado”. A veces se ven en manaditas y otras veces solas. A estos
animales les gusta mucho comer higuerón, también comen moras. “Las pavas salen a la orilla del
camino a comer berro y grillos; cuando son descubiertas hacen un silbidito suave.”; en Santa Rita se
ven mas en las orillas de los ríos y de arroyos y quebradas, en tierras altas y bajas, les gusta mucho el
fruto del yarumo y del higuerón. Mientras que algunos cazadores la apetecen mucho, otros no les
prestan mayor importancia.

La caza de esta especie en la vereda La Mesenia Municipio de Andes y Jardín, al parecer a aumentado
en los últimos meses, según un habitante del municipio de Jardín, quien ha observado que de un
tiempo para acá ha tenido menos encuentros con la especie y también ha observado faenas de caza de
la especie, en el lugar. “La Pava es muy sabrosa pero mínimo cuesta los tres mil pesos del tiro”,
comentan algunos cazadores.

Es un animal muy apetecido por el sabor de su carne y porque ser una de las aves de mayor tamaño.

Tabla 42. Sitios en los cuales pueden ser observadas las pavas.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes La Reyna, El Chaquiro
Betania Parte alta del Río Pedral y quebrada la bramadora
Ciudad Bolívar Colecaballo
Jardín La Selva, La Churria, Alto de la Raya
Jericó Partes altas de la cordillera.
Támesis Cedeño Alto y Cedeño Bajo

Tala 43. Presión de caza y abundancia relativa de las pavas Según los cazadores entrevistados.

27
Municipio Presión de caza Abundancia relativa
Andes cgto de Santa Rita Alta Baja
Betania Alta Baja
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Alta Baja
Jardín Alta Baja
Jericó Media Media
Támesis Alta Baja

Guacharaca. Ortalis sp.

Don Rafael un adulto mayor excazador dice que la guacharaca se ve más por Caramanta, en Jardín
cuando se veían no se ubicaban en las montañas sino más bien en las quebradas por las partes planas.
Actualmente se ha observado en Betánia y en la vereda Serranías, La Herrera y Macanas en el
municipio de Jardín; un cazador en Santa Rita dice que las guacharacas aparecen en época de verano,
otras personas han notado que en unas épocas son muy abundantes y en otras escasea.

La caza de este animal es llevada a cabo por cazadores considerados de poca monta por los cazadores
más experimentados. En algunas ocasiones fue posible observar este animal como mascota ya fuera
encerrado en una jaula o amansado y suelto.

Tabla 44. Sitios en los cuales pueden ser observadas las guacharacas.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Bosques y rastrojos en general.
Betania Bosque y rastrojos en general.
Ciudad Bolívar Cgto Farallones.
Jardín Alto del Pomo.
Jericó Bosque y rastrojos en general.
Támesis Cafetales y rastrojos.

Tabla 45. Presión de caza y abundancia relativa de las guacharacas según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Media. Media.
Betania Media. Media.
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Media. Media.
Jardín Media. Baja.
Jericó Media. Media.
Támesis Baja. Media.

Gallineta (Tinamidae). Thamnophilus Sp.

Andan solas y hacen mucha bulla. Son agrisados y tienen penachitos, hacen mucho escándalo cuando
salen volando; son muy escasas y se les ve en las partes bajas yendo para Andes. Don Rafael (de 86
años de edad) dice que anteriormente había mucha gallineta por La Libertad por Hueco Oscuro, por
Chorro Blanco, por detrás del Alto Senón, en el municipio de Jardín. Se ven en tierras bajas por la
Leonera. Por Chuspa Rota, La Mesenia, y Dojurgo, hay gallinetas (Gustavo Suárez, comunicación
personal). Los cazadores no las cazan, algunos lo hacen ocasionalmente. En Santa Rita no se obtuvo
información sobre esta especie.

28
Tabla 46. Sitios en los cuales pueden ser observadas las gallinetas.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Sin Reportes.
Betania Sin Reportes.
Ciudad Bolívar Sin Reportes.
Jardín Do Jurgo, La Mesenia, Chuspa rota
Jericó Sin Reportes.
Támesis La Leonera

Tabla 47. Presión de caza y abundancia relativa de las gallinetas según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Muy baja Baja
Betania Muy baja Baja
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Muy baja Baja
Jardín Muy baja Baja
Jericó Desconocida. Desconocida.
Támesis Muy baja Baja

Gurría (Aburria aburri).

Comenta uno de los cazadores de mas edad retirado de la actividad, que hace mucho tiempo que la
gurría se veía por Andes por la parte más caliente en Buenos Aires, por Jardín se veían pero iban era de
paso. Los cazadores de Jardín han escuchado sobre la gurría pero nunca la han visto en la región,
Henry un excazador, habitante del municipio de Betania de unos 50 años, comenta que cuando era niño
su padre le hablaba de las gurrías que se veían en los cafetales de ese municipio pero el nunca las
conoció. Ocasionalmente se avista una que otra en las partes altas cercana a limites con el Chami y Río
sucio, por la lejanía y la duda de encontrarlas los cazadores ya no la incluyen dentro de sus objetivos.

Tabla 48. Presión de caza y abundancia relativa de las murrias según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Nula Desconocida.
Betania Nula Extinta.
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Nula Desconocida.
Jardín Nula Extinta.
Jericó Nula. Desconocida.
Támesis Nula Desconocida.

Loro orejiamarillo, loro (Ognorhyncus icterotis).

A pesar de las campañas que se vienen adelantando sobre la protección de esta especie, es muy poco lo
que los cazadores locales saben de ella, solo comentan que ahora se están viendo más que antes, que
además de los frutos de palma comen frutos de drago. Algunos pobladores de las veredas comentan
que este loro consume también maíz, pero que lo hace en pequeñas cantidades y por eso no se
consideran plagas, en Santa Rita los cazadores dijeron no haber observado este loro, pero si otro de
color verde y un poco mas pequeño. No se conoce ningún uso que se les de a estos animales.

29
Tabla 49. Sitios en los cuales pueden ser observada Ognorhyncus icterotis.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Sin reportes.
Betania Sin reportes.
Ciudad Bolívar Sin reportes.
Jardín Chusparrota, Alto de la Raya, Do Jurgo,
La Mesenia
Jericó Alto de la Venada.
Támesis Alto de la Raya.

Tabla 50. Presión de caza y abundancia relativa de Ognorhyncus icterotis según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Nula Desconocido.
Betania Nula Desconocido.
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Nula Desconocido.
Jardín Nula Abundante.
Jericó Nula. Baja.
Támesis Nula Desconocido.

Gallito de roca, gallina de monte (Rupícola peruviana).

Existen reportes de este animal en el sector de Chusparrota y por las cuevas del Esplendor en la Vereda
La Linda; también se observó a una hembra de esta especie en una huerta en la finca de don Gildardo
Zapata (Chocuano), en la parte baja de la margen izquierda de la Quebrada Bonita Municipio de
Jardín; se observó un macho de esta especie en el municipio de Betánia en la parte media alta del Río
Pedral.

Los cazadores de Jardín dicen no cazar estas aves, pero comentan que otras personas lo matan
solamente porque es “muy bonito”, son pocas las personas que lo consumen.

Tabla 51. Sitios en los cuales puede ser observada Rupícola peruviana.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes El Chaquiro.
Betania Parte alta de La bramadora.
Ciudad Bolívar Colecaballo.
Jardín Cueva del resplandor.
Jericó Sin reportes.
Támesis Sin reportes.

Tabla 52. Presión de caza y abundancia relativa de Rupícola peruviana según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Baja Baja
Betania Baja Baja
Ciudad Bolívar cgto de Farallones Baja Baja
Jardín Baja Baja

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Jericó Nula. Sin reportes.
Támesis Baja Baja

Turpial, toche (Icterus sp.).


Se observa con mucha frecuencia en los cafetales con presencia de árboles y plataneras, en los
municipios de Jardín, Andes, y Betánia, los pobladores de estos municipios asocian a esta ave con las
plataneras especialmente en lo relacionada con los sitios de nidificación.

Es usado como mascotas en las casas de las zonas rurales y urbanas, los pajareros de otros pueblos lo
atrapan para comercializarlos. Con mucha frecuencia se ve enjaulada a esta ave en las casas en el
campo y en los poblados. Es atrapada debido a que su canto es muy apreciado.

Según los pobladores, el comercio de estas aves es realizado por personas foráneas que se llevan
cantidades de estos pájaros, la mayoría de las veces capturan más de cinco animales en un día de
trampeo. Para atrapar a los animales usan jaulas tramperas utilizando como atrayente animales vivos o
muertos. Un turpial puede ser vendido hasta en 140.000 pesos.

Tabla 53. Sitios en los cuales se puede observar Icterus sp.

Municipio Vereda o paraje donde se observa


Andes Sitios de cultivo
Betánia Sitios de cultivo
Ciudad Bolívar Sitios de cultivo
Jardín La Arboleda, sitios de cultivo.
Jericó Sitios de cultivo.
Támesis Sitios de cultivo.

Tabla 54. Presión de caza y abundancia relativa de Icterus sp según los cazadores entrevistados.

Municipio Presión de caza Abundancia relativa


Andes cgto de Santa Rita Baja. Media.
Betania Baja. Baja.
Ciudad Bolívar cgto de Baja. Baja.
Farallones
Jardín Alta. Media.
Jericó Media. Baja.
Támesis Media. Media.

Tórtolas y torcazas (Columba fascista, Leptotila verreauxi).

Los cazadores de los seis municipios reconocen varias especies de tórtolas y torcazas, y dicen que
todas ellas son abundantes. Se mantienen en las huertas, zonas abiertas y en las rozas de maíz.

Con cierta frecuencia se ve en las casas de los cazadores enjauladas a diferentes especies de tórtolas, al
preguntarle los motivos por los cuales se pone en cautividad a estas aves las personas responden que
por bonitas. En algunas ocasiones se ha reportado cacería de estas especies

Tucanes, Dios te dé, tucaneta. (Aulacorhynchus prasinus, Andigena nigrirostris)

31
Los pobladores reconocen por lo menos tres especies, y manifiestan que mientras algunos son
solitarios, otros andan en grupos; estos animales se alimentan de frutos como higuerón, yarumo y
otros.

Solo se detecto un caso de cautividad de esta ave, en el corregimiento de Santa Rita. Sin embargo, las
personas comentan que el uso como mascotas que se les da a estos animales es muy generalizado, y
que también es cazado para el consumo de la carne y por lo atractivo de su pico y plumaje.

En la tabla 55 se presenta un resumen de los animales aprovechados cinegéticamente, los diferentes


usos que se les da y el grado de predilección que los cazadores tienen por estos animales según las
personas encuestadas. El grado de predilección va de una escala de 1 a 5, siendo los animales
catalogados con el número 1 aquellos que presentan la mayor predilección y los catalogados con el
número 5 los menos predilectos. El grado de predilección según los cazadores esta asociado con el
gusto de la carne y el grado de dificultad que tiene la presa para ser atrapada, pero el tamaño y valores
agregados como los trofeos de caza, también pueden influenciar las preferencias hacia ciertos
animales.

Tabla 55 Animales cazados, diferentes usos que se les da, y grado de predilección según los cazadores
encuestados.

Taxa Uso Grado de predilección


MAMIFEROS
ARTIODACTYLA
Mazama americana P, C, D 1
Pecari tajacu C 1
CARNIVORA
Nasua sp. A, C, P 3
Leopardus pardalis P 4
Leopardus sp. P 4
Potos flavus C, P, M 3
Procion cancrivorus C, P 5
Tremarctos ornatus A, C, Md, P, S 1
EDENTATA
Choloepus hoffmani M, P, C 5
Bradypus variegatus M 5
Cabasous centralis C 5
Dasypus novencintus C, D, Md 2
LAGOMORFA
Sylvilagus brasiliensis C, E 3
RODENTIA
Cuniculus paca C 1
Cuniculus taczanowskii C 2
Dasyprocta punctata C 2
Dynomis branickii C, P 3
Sciurus granatensis C, M 4
AVES
Icterus sp. M 1
Mimus gilvus M 1
Turdus sp. M 3
Tucanes C, D, M 3

32
Pava C, M 2
Guacharaca C, M 3
Gallineta C 3
Tortolas C, M 4

A = Afrodisíaco C = Carne, E = Entrenamiento de perros, M = Mascota, Md = Medicinal, P = Piel, D =


Decoraciones.

Sistema clasificatorio.

Los cazadores se refieren a la fauna silvestre como “animales de monte” indistintamente del hábitat
que cada animal ocupa (cultivos, rastrojo, bosque); acostumbran referirse a ciertos grupos de animales
teniendo en cuenta el saber tradicional acumulado según la interacción que el humano ha tenido con el
animal principalmente en lo referente al gusto de consumo y las perdidas económicas debido a la
predación de animales domésticos o de cultivos, pero también teniendo en cuenta algunos hábitos de
comportamiento y caracteres corporales por ellos observado. Es así como la fauna silvestre de acuerdo
a esto se puede dividir en algunos grupos, como se ve a continuación.

La clasificación de los animales por parte de los cazadores puede darse según lo que comen, aquellos
que comen carne o carroña se clasifican como desaseados o poco apetecibles, otros animales que
forman parte de este grupo son los pericos ligeros debido al aspecto que presenta su piel por tener
simbiosis con algas, y animales que presentan olores o aspecto desagradables; Otro grupo lo
conforman aquellos animales que basan su dieta en los vegetales, y alcanzan un tamaño generalmente
mayor al kilogramo de peso, estos animales son los apetecidos para la caza; un tercer grupo lo
conforma aquellos animales que de una forma u otra afectan negativamente al hombre “plagas” (ver
tabla 56); por último un cuarto grupo lo constituyen aquellos animales que por poseer un tamaño
pequeño no son tenidos en cuenta menospreciándose cualquier papel que jueguen en la naturaleza, y
cayendo en el olvido debido a la falta de algún tipo de referente. Esto último explica el porque la
mayoría de marsupiales, algunos roedores, los primates del género Aotus, y los quirópteros presentes
en la región son muy poco conocidos por los cazadores.

Algunos animales pueden traslaparse en varios de estos grupos de clasificación por cumplir con las
características de cada agrupación, o por que se realiza alguna observación que se desconocía, como
fue el caso de un guatín observado comiendo carroña de una res, por un cazador en el corregimiento de
Farallones; Para el cazador, este roedor entro a formar parte de los animales no apetecibles.

Los cazadores también se refieren a los mamíferos cazados como “animales de pelo”, mientras que las
aves se denominan “animales de pluma”. Entre los animales de pelo, generalmente aquellos que son
asociados fisonómicamente con perros, gatos o con animales desaseados, no son muy apetecidos por la
mayoría de los cazadores. Los animales también se agrupan según sus hábitos de desplazamiento, en
animales trepadores, animales terrestres, o animales de agua.

Tabla 56. Animales no deseados por los cazadores, efectos que hacen que sean catalogados como “animales
plaga”, y la posible causa que conduce a dichos efectos.

TAXA EFECTO POSIBLE CAUSA


CARNIVORA

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Eira barbara Predación de Eliminación de presa,
aves de corral. predadores y competidores.
Leopardus Predación de Perdida de hábitat,
aves de corral. eliminación de presas.
Cerdocyon thous Predación de Eliminación de presa,
aves de corral, predadores y competidores.
interferencia en
la cacería.
Lontra longicaudis Predación de Agotamiento de presa por
peces en zonas de malos hábitos de pesca y
acuicultura, y contaminación de fuentes de
fuentes de agua agua, pérdida de hábitat
naturales. (fuentes de agua y bosques),
aumento de la oferta
alimenticia de forma
localizada mediante peceras.
Mustela frenata Predación de Aumento de presas
aves de corral. potenciales, agotamiento de
presas naturales.
Nasuella olivacea Interferencia en Mecanismo de evasión
la cacería. subterráneo a la persecución
de los perros de caza.
Tremarctos ornatus Consumo de maíz Perdida de hábitat, rozas en
zonas altas cerca de las zonas
boscosas.
DIDELFIMORPHIA
Didelphys marsupialis Predación de Perdida de predadores y
D. albiventris aves de corral, competidores,
consumo de acondicionamiento de estas
frutos, invasión especias a las zonas
de viviendas antropicas.
humanas.
RODENTIA
Dasyprocta punctata Consumo de Perdida de competidores y
yuca, victoria y predadores, pérdida de hábitat.
cidra.
Sciurus granatensis Consumo de Perdida de predadores,
frutos y aumento de oferta alimenticia
plántulas. en agro cultivos.

Análisis de resultados

En términos generales es relativamente poco el conocimiento que de los animales presa tienen los
cazadores, este desconocimiento podría estar asociado con la disminución o por desaparición de
animales a nivel local, y perdida del conocimiento tradicional que sobre la fauna y su entorno tenían
antiguos cazadores. La mayor parte del conocimiento de los cazadores se basa en los sitios donde se
encuentra el animal, y el comportamiento de huida y defensa que presentan, no prestando mucha

34
atención a lo referente a la época reproductiva, exigencia de habitas, número de crías por parto etc.
Esta observación coincide con Ojasti (2000) quien comenta que el conocimiento de la asociación entre
determinados hábitats y los animales era vital para nuestros antepasados cazadores y lo sigue siendo
para nuestras etnias contemporáneas.

Con respecto a la dieta de los animales presa y los predadores, los cazadores se interesan por conocer
que come el animal principalmente por dos razones, porque asocian lo que consume el animal con la
preferencia de consumo humano (los animales que se alimentan de carne o carroña no son apetecidos
porque se consideran “desaseados”), y para usar cebaderos naturales o artificiales; mientras que ven a
los predadores medianos como competidores inmediatos.

Además de la caza para consumo en la región también se da en menor caso la cacería de control de
especies que causan daño a los animales domésticos (felinos, cánidos, didelfidos y mustélidos), o que
causan daño a las cosechas (osos, ardillas, aves y guatines), otra variación de caza es la de dar muerte a
animales que compiten con el hombre por las piezas cazadas (perro lobo, zorro negro y tigrillos), o que
entorpecen la cacería (Nasuella olivacea y Cerdocyon thous). Un caso aislado es el de la nutria, que es
muerta esporádicamente por personas que no son cazadores pero que tienen algún interés por la pesca,
y asocian a este animal como un competidor voraz.

Algunos cazadores comentan que en algunas épocas del año se observan con mayor o menor frecuencia
la presencia de algunos animales (osos, guaguas, guacharacas, tórtolas), y asocian esto con la escasez o
abundancia de alimentos, y la prolongación de la sequía; es así como por ejemplo, dicen que animales
como el oso de anteojos y la guagua atraviesan la cordillera hacia o desde el Chocó, dependiendo de la
oferta alimenticia que según ellos puede ser diferente en ambos flancos de la Cordillera Occidental.

En la literatura el término migración se aplica usualmente a los movimientos periódicos y direccionales


de individuos o poblaciones entre dos lugares o regiones, las migraciones diarias o estaciónales a nivel
local o regional convergen sin un límite discreto con el nomadismo o una utilización diferencial del
área de vivienda según la época del año. Haciendo la anotación de que los cazadores no han
identificado épocas exactas o aproximadas de dichas migraciones, pero si han observado periodos de
aumento y disminución de algunos animales, especialmente frugívoros, es muy probable que estas
observaciones de fluctuaciones poblacionales que han estado observando los cazadores estén
relacionadas con las épocas estacionales de lluvia y verano o con variaciones en los manifestaciones
temporales climáticas y/o fonológicas que se podrían estar presentando en el área de estudio, no
obstante esta apreciación es especulativa, y deben realizarse estudios que confirmen este tipo de
fluctuaciones poblacionales relacionándolas con los periodos de fructificación de las especies
vegetales y con las expresiones climáticas.

Teniendo en cuenta que otros desplazamientos estacionales en respuesta a la disponibilidad de frutos han
sido documentados para diferentes frugívoros tropicales (eg. Perez, 1994, para tres especies de primates;
Painter, 1998, para Tauyassu pecari y Tapirus terrestris); que en la mayoría de las comunidades de
mamíferos de los bosques tropicales los frugívoros son el grupo trófico dominante en términos de
biomasa (Emmons et al., 1983; Terborgh, 1983), y que los frugívoros especialistas están considerados
como amenazados por las alteraciones en el hábitat (Johns y Skorupa, 1987; White, 1994), la colección
de datos fenológicos a nivel regional debe ser una prioridad de manejo para iniciativas ecológicas
sostenibles (Wallace et al., 2000), y un primer paso para el desarrollo de una estrategia de manejo de
fauna en los bosques seria la identificación de las plantas que son usadas por los animales y su

35
valoración relativa como recurso según su disponibilidad estacional (Wallace et al., 2000), además las
especies vegetales que tiene una alternancia en su fructificación y una distribución en un gradiente
altitudinal, garantizando una oferta en gran parte del año como puede ser el caso del genero Ficus spp, o
cuyos frutos se conservan por mucho tiempo (palmas) se imponen como especies clave para la
comunidad de vertebrados frugívoros y merecen una atención especial en el análisis de su háitat
(Terborgh, 1986; Gautier-Hion et al., 1985).

Pasando a otro aspecto, los animales en peligro de extinción como el oso de anteojos, la nutria y el loro
orejiamarillo, no son de mucha apetencia para los cazadores, siendo cazados la nutria y el oso muy
esporádicamente, sin embargo esto también puede afectar gravemente sus poblaciones dado el estado
delicado de conservación en el cual se encuentran y al bajo número de densidad poblacional que
presentan de forma natural. Para estos animales, los cazadores estuvieron dispuestos a ayudar en su
conservación, pero alegan que ellos han tomado la iniciativa espontáneamente, aunque reconocen que
después de haber escuchado por diferentes medios de comunicación, los problemas a los que se
enfrentan estas especies han puesto mas cuidado en la defensa de estas especies en particular el oso, se
quejan además de las entidades encargadas para la protección de estos, pues dicen que nunca los han
abordado ni han traído propuestas concretas. Lo cual se constituye en un llamado para adelantar
programas de conservación concebidos como procesos integrales que involucren a las comunidades,
restauración de ecosistemas comunicaciones, educación ambiental, alternativas para el uso del bosque,
entre otras estrategias.

Con respecto a especies como la guagua loba, la guagua serranera, y el loro orejiamarillo, se debe
realizar una mayor labor informativa, debido a la concepción que tienen los cazadores sobre éstas, pues
no comprenden como animales que para ellos son relativamente comunes, están catalogados en riesgo
de extinción, mientras que animales más escasos como la guagua venada no lo están.

Es así como la guagua serranera y la guagua loba, las cuales se encuentran en riesgo de extinción, no
son vistas así por los cazadores. Sobre la guagua serranera se ejerce una alta presión de caza debido a
la similitud del sabor de la carne de este animal, con el de la guagua venada; la guagua loba por el
contrario no es tan apreciada sin embargo algunos cazadores la persiguen con tesón. El cusumbo
capotero (Nasuella ollivacea), otra especie en riesgo de extinción, no es cazado con fines de consumo,
pero si se le da muerte por entorpecer la actividad de caza.

En general la variedad de especies cazadas en los seis municipios corresponden a las usadas por los
campesinos de los andes y valles interandinos, los cuales se reducen a especies pequeñas o medianas
capaces de hacer uso de las áreas transformadas, tales como roedores, armadillos y venados, y de
manera particular a las de mejor sabor (Castellanos, 1999; Rodríguez, 1996; Citados por Moure, 2001).
Con respecto a esto último, es importante anotar que del total de especies cazadas, algunas como
Choloepus hoffmany, Didelphis marsupialis y Cabassous centralis sufren una extracción muy baja, a
pesar de que son relativamente abundantes, lo que demuestra que no es realmente la necesidad de
consumo sino el gusto el móvil principal de la caza en la región.

En el transcurso del presente estudio las excursiones de caza se dieron en zonas enrastrojadas en
distintos estado sucecionales, cultivos de café, y en menor frecuencia en zonas de bosque, teniendo en
cuenta que especies presa como el armadillo, el guatín, la guagua loba, las guacharacas, el conejo
sabanero entre otros, pueden observarse en rastrojos y en áreas de cultivos incluyendo cafetales, y el
armadillo coletrapo, y el venado son vistos en potreros; y que la presencia de un organismo en un

36
ambiente dado sugiere que este satisface sus requerimientos básicos y forma parte de su hábitat
efectivo, entonces este tipo de sitios pueden formar parte de su hábitat potencial, quizás muchas veces
favoreciendo el aumento de sus poblaciones debido a la abundancia de recurso alimenticio, y a la no
presencia o al bajo número de predadores o competidores naturales.

El anterior comentario contrasta con lo expresado por Emmons y Feer (1990) quienes dicen que el
hecho de que un animal silvestre pueda observarse en zonas antropizadas no necesariamente quiere
decir que sea menos vulnerable a la fragmentación, sino que esto puede deberse a una fuerte presión
ejercida sobre su hábitat lo que los obliga quizás a adoptar nuevos comportamientos. No obstante en la
zona de estudio este comentario puede aplicarse para otras especies como el oso de anteojos, el gallito
de roca y el loro orejiamarillo. Que da la pregunta en términos de la variabilidad genética de estas
poblaciones en proceso de pauperización, que se esta favoreciendo y que se esta perdiendo en términos
de adaptación a las consecuencias de un potencial cambio climático, es decir como esta operando la
selección natural dirigida de alguna manera por la actividad humana

Son muy pocos los cazadores que recuerdan especies ya extintas como la gurría y la tatabra, estos
animales solo son recordados por algunos cazadores mayores de 50 años, muchos de ellos por historias
que les contaron personas mayores que ellos, los cazadores más jóvenes no tienen ningún referente de
estos animales, ni que decir de las nuevas generaciones cuya fauna no dejara de ser pokemon y sus
amigos en caso de que no nos demos la tarea de recuperar el patrimonio e identidad ambiental. Tanto
jóvenes como viejos no manejan muy bien el concepto de extinción de una especie, pero si relacionan
este concepto con las extinciones y disminución de los animales cazados atañendo esto a “algunos
cazadores inescrupulosos que no saben cazar y hasta que no terminan con todo no quedan contentos”.

Categoría de amenaza a nivel nacional e internacional de las especies presentes en la zona de


estudio.

Algunos de los animales silvestres presentes en la región de estudio se encuentran en alguno de las
categorías de grado de amenaza establecidas por la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (IUCN), en la lista de mamíferos colombianos con algún riesgo de extinción elaborada por
Rodríguez (1998), la clasificación de la IUCN corresponde a la evaluación de cada especie a nivel
mundial, y la clasificación de Rodríguez (1998) corresponde a la evaluación realizada por este autor
para los mamíferos de Colombia; y en alguno de los apéndices del Libro Rojo de la Convención Sobre
el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), Que controla
el comercio internacional de algunas especies.

Tabla 57. Animales de la región en alguna categoría de riesgo. Morales y colaboradores (2004).

37
Especie Nombre común IUCN (2003) Rodríguez CITES
(1998) (Apéndic
en el
cual
aparece)
Caluromys derbiadus Desconocido. VU LRlc --
Chloepus hoffmanii Perico ligero. DD LRnt III
Cabassous centralis Gurre coletrapo. DD DD III
Tamandua mexicana Oso hormiguero. LRlc NE III
Aotus lemurinus Mico, marteja. VU/LRlc VU/DD II
Cerdocyon thous Lobito. LRlc NE II
Herpailurus Gato de monte. LRlc NE I
yaguarondi
Leopardus tigrinus Tigrillo. LR nt VU I
Leopardus pardalis Tigrillo. LRlc VU I
Leopardus wiedii Tigrillo. LRlc VU I
Lontra longicaudis Nutria.. DD VU I
Eira barbara Zorro negro. LRlc NE III
Mustela frenata Comadreja. LRlc NE II
Bassaricyon gabii Perrito de monte. LRlc NE III
Nasuella olivacea Cusumbo capotero. DD DD --
Nasua sp. Cusumbo. LRlc NE III
Potus flavus Perrito de monte. LRlc NE III
Tremarctos ornatus Oso. VU EN I
Mazama americana Venado. DD LRnt II
Dinomys branickii Gugua loba. En VU --
Dasyprocta punctata Guatin, conejo LRlc LRlc
negro. III
Cuniculus Guagua serranera. LRnt NE --
taczanowskii
Cuniculus paca LRlc LRnt III
Ognorhyncus icterotis Loro orejiamarillo. * CR B2ab
(ii,iv,v); C1 -- I
+ 2ª (i)
* Según el libro rojo de aves de Colombia

II PRESION DE CAZA

Metodología

Con el fin de establecer la presión de caza en los municipios, los métodos utilizados por los cazadores,
los costos y las necesidades de consumo, y la preferencia de especies cazadas; fue utilizada la siguiente
metodología.

Salidas de excursiones de caza. Este tipo de salidas permitió establecer confianza de los cazadores
hacia los investigadores; durante estas excursiones se tomaron datos de la duración de la faena, costos,
modo de caza, especies buscadas, presas cobradas. Durante estas salidas los cazadores acostumbran

38
referir hechos de excursiones anteriores, estos comentarios también se tuvieron en cuenta para el
registro de información.

Indagación personal y grupal durante las diferentes reuniones, conversaciones personales, visitas a los
lugares de residencia de los cazadores, indagaciones a los habitantes de los municipios, incluyendo
aquellos que habitan cerca de los lugares de caza.

La información obtenida fue contrastada con observaciones de campo, con la información entre los
distintos grupos de cazadores, entre personas de diferentes municipios, observación de indicios (pieles,
estado físico, destreza, de los perros, presencia de rastros de cacería en los lugares); constantemente y
durante todo el tiempo que duro la ejecución del proyecto. Esto permitió filtrar la información falseada
y confirmar los datos suministrados, lo cual permitió una mayor confiabilidad.

Resultados

Los resultados de las entrevistas y las observaciones de campo indican que los cazadores actualmente
utilizan perros, machetes y ocasionalmente armas de fuego durante la cacería, las incursiones duran
generalmente de 4 a 12 horas, repitiéndose varias veces al mes, y aunque anteriormente se realizaban
excursiones de varios días, esta modalidad ya no se da debido a los problemas de orden público,
además, como la mayoría tiene ocupaciones laborales, las excursiones generalmente se dan uno o dos
días a la semana prefiriendo los fines de semana. El promedio de edad de los cazadores es de 42-45
años, durante el estudio no se estableció el porcentaje de personas que se dedican a esta actividad, sin
embargo el número de núcleos familiares con personas cazadoras podría no ser muy elevado
comparado con las familias que no presentan cazadores. La mayoría de cazadores son padres de
familia y sus hijos mayores, siendo acompañados en ocasiones por sus hijos menores de edad o por
cualquier otra persona menor que le guste la actividad y que se interese en aprenderla.

Las piezas cazadas se destinan principalmente como alimento de las personas que participan de la
faena, la familia del cazador y en ocasiones se regala a los vecinos (Ver figura 1). El consumo de
carne de monte no tiene mucha trascendencia en el núcleo familiar y generalmente es preparada por los
hombres, y consumida solo por algunos de los participantes de la faena; aunque algunas veces las
mujeres pueden participar en la preparación de las piezas de caza, es común que no consuman la carne
de monte, puesto que no es muy apetecida debido a que la ven desagradable.

Cuando el animal cazado es una guagua (Cuniculus paca) la carne es mas del agrado de los
potenciales consumidores. No obstante las anteriores generalidades, entre los cazadores puede
observarse gustos individuales por la carne de ciertos animales en particular, es si como a algunos les
gusta más consumir gurres, a otros les gusta más el guatín etc. Lo que si es notable es la predilección
en cuanto a palatibidad que tienen casi todos los consumidores de carne de monte por la carneguagua
roja.

39
0%
5%
La vende.
La consume.
La regala.
95%

Figura 1. Destino final de la carne de monte según las respuestas de los entrevistados.

Operatividad de las Faenas de Cacería.

Las observaciones y vivencias de los cazadores en una faena de cacería, son contadas cuando estos se
reúnen en la zona urbana los fines de semana, o mientras se reúnen a cazar, la información también es
trasmitida en los hogares por las noches pasando de padres a hijos o de unos familiares a otros, es así
como se puede escuchar la misma versión de un suceso por varias personas, desde niños hasta
ancianos.

Es de resaltar, como sucede con la tradición oral, de la cual la actividad de la cacería hace parte, que
sus practicantes tienden a exagerar los comentarios, incluso entre ellos mismos, es así como en sus
relatos aumentan o disminuyen a conveniencia la frecuencia de salidas de caza, y las piezas cobradas,
las situaciones acaecidas, con el fin de conservar en secreto sitios promisorios de caza, ganar prestigio
o de obtener información de estos mismos sitios; sumado a esto fue común que los cazadores falsearan
la información suministrada a los investigadores, esto debido a la prevención mostrada a causa de el
temor a posibles represalias o sanciones.

En general se pudo establecer que lo que más gusta de la cacería a la mayor parte de cazadores
experimentados según ellos, es que la pieza cazada tenga alguna dificultad para ser obtenida, aun
cuando la pieza se escape o los perros no logran rastrearla, los cazadores se divierten y quedan
satisfechos con la jornada, lo cual dice de la importancia que a nivel simbólico cobra esta actividad,
bien sea como actividad recreativa o como practica de prestigio social y no se sabe hasta donde
rememora y refuerza un papel de socializador de los hombres en una comunidad campesina, máxime
cuando se tiene en cuenta que la actividad se hace en grupos pequeños donde se tejen relaciones
interpersonales .

Caza con perros.

El modo de caza más generalizado es el del rastreo con ayuda de perros, los cuales presentan distintos
linajes y cruces hasta perros supuestamente cazadores para la consecución del perro, los cazadores
buscan en varios municipios, incluso en otros departamentos, ejemplares descendientes de perros con
renombre por haber sido cazadores, o que tengan las características de los cazadores, un perro
acreditado como buen cazador es altamente apreciado valorándose hasta por encima de los dos
millones de pesos; los perros de caza no tienen que ser de una raza definida, aunque si son más
frecuentes los de orejas largas, fenotipo que culturalmente define a esta raza. Una característica
diagnostica de un perro cazador es que tenga las uñas de las patas delanteras romas, y que se observe

40
con el hocico sucio con tierra (lo que indica la inclinación del animal por el rastreo y la búsqueda),
según lo que comentan los cazadores. Los perros tradicionales, preferidos tienen un fenotipo similar al
de los beagle, orejones y de ojos grandes con parpados caídos, de complexión gruesa y pueden ser
grandes o medianos

En esta modalidad de caza los cazadores salen con los perros, estos buscan los rastros de los animales,
el cazador ubica los perros por los ladridos y sabe hacia que dirección va huyendo la presa, entonces se
dirige hacia donde van los perros. El cazador sabe el tipo de presa que va persiguiendo el perro según
la forma de ladrar y la velocidad a la que se mueve éste, también sabe cuando la presa se encuentra
atrapada en una madriguera o en algún otro sitio según la intensidad del ladrido, por ejemplo:

“Si se persigue a una guagua el perro va lento, luego rápido, luego otra ves lento, y así sucesivamente”
en un procesos de recuperación perdida y recuperación del rastro. “cuando levantan el rastro de un
venado van a toda hora rápido” “si se trata de un cusumbo lo persiguen hasta que el cusumbo se sube a
un árbol o termina enfrentando los perros”, situación en la que se plantan a ladrar insistentemente y de
manera aguda. El perro cuando encueva una presa ladra con mayor frecuencia e intensidad, que
cuando lo va persiguiendo o esta próximo a él.

Es de conocimiento de la mayoría de cazadores que “todos los animales utilizan los mismos caminos
para huir, tarde que temprano cogen los caminos y uno los espera allí”. Algunos cazadores se pueden
ubicar como “puestiadores”, lo que consiste en la ubicación por parte del cazador en los posibles sitios
de escape del animal (caminos, arroyos, callejones), y esperan allí con sus escopetas preparadas hasta
que el animal pase para dispararle. “Muchas veces cuando el animal pasa se pega un grito, entonces
cuando el animal se detiene a mirar,… uno le dispara”. Con este método se caza la guagua, el ñeque y
el venado.

Otra variación en esta modalidad consiste en llevar palines y recatones (barretones), cuando el animal
perseguido por el perro se encueva (acto conocido por la jerga de cazadores como “encuevar”), se
excava hasta encontrarlo para luego matarlo con la escopeta, o el machete; algunas veces el animal se
atrapa vivo por medio de costales o sujetándolos con las manos, con esta técnica se atrapan guaguas y
armadillos.

En ocasiones en los caminaderos o sitios donde se amañan los animales, se les pone sal, plátanos o
bananos, para que el animal se cebe, situación que se efectúa previo a la jornada de cacería, con el
objeto de conservar el rastro fresco y acostumbrarlo a un lugar para cuando se lleven los perros.

Cuando una guagua es inducida a meterse al río como defensa, y no se encuentra después de varias
horas de búsqueda, la cacería se da por terminada ya que los perros “sienten que ya hicieron su trabajo
y ya es muy difícil que sigan rastreando”.

Caza al acecho

La caza de espera, o al acecho, consiste en que el cazador se ubica en un lugar frecuentado por los
animales a la espera de que ellos lleguen para luego dispararles, esta modalidad se evidencio en la
cacería de pavas (en horas crepusculares el cazador se ubica cerca a árboles fructificados), y de perro
de monte (en horas de la noche), en el cual el cazador cuando se detecta al alumbrar con una linterna,

41
apenas se detecta su presencia por los ruidos que realiza al desplazarse; aunque para cazar guagua
también es usado este método, son muy pocos los cazadores que lo utilizan para cazar esta especie.

Paviar.

Termino usado cuando se sale con una escopeta a la orilla de los montes o entre ellos, en busca de
pavas o de guacharacas, cuando estas especies son detectadas, se le dispara. Es usual que se localicen
árboles fructificados, especialmente higuerones con el fin de encontrar allí a las pavas; “Las pavas
salen a comer en las primeras horas de la mañana y al atardecer”. Es decir hay un reconocimiento
relacionado con eventos fonológicos y su relación con los animales, lo cual es de importancia no solo
para la práctica de la cacería sino en los aspectos relacionados con el manejo tanto de esta como de la
restauración de ecosistemas o de hábitat específicos.

Salidas nocturnas.

Por las noches se sale con una escopeta alumbrando los árboles fructificados en busca de perrito de
monte, a esta actividad se le denomina “perriar” (ver caza al acecho). quienes la acostumbran hacen
salidas nocturnas las cuales se prefieren en noches de luna nueva; “algunas veces caen micos, una vez
se le disparó a un animal, porque nunca lo habíamos visto, tenia una piel muy bonita” comenta uno de
los cazadores, por las descripción que se da de dicho animal, podría tratarse de un espécimen del
genero Caluromys. El ejemplar muerto finalmente fue consumido.

En el municipio de Ciudad Bolívar salen a cazar armadillos por las noches, los cazadores ubican los
armadillos por el ruido que estos animales hacen al caminar y luego los alumbran y les disparan, o
también los rastrean con perros.

Esta práctica nocturna ha disminuido por causa del conflicto armado, sin embargo podría volverse a
implementar en momentos en los cuales la tensión del orden público disminuya. Un ejemplo de esto
es el comentario que hizo uno de los cazadores acerca de la prohibición y posterior reactivación de la
cacería nocturna en una de las localidades, debido a las normas impuestas por uno de los grupos
armados establecidos.

Trampas tipo cajón.

De las antiguas trampas de nudos, “palitos” y otros artimañas, la que aun se conserva es esta. Se
utilizan para atrapar chuchas (Didelphys spp.) cuando se ceban a comer gallinas o frutas, o para
atrapar ratones de agua (posiblemente Chironectes minimus) que se ceban a comer en las trucheras.

Solo un cazador del corregimiento de Santa Rita manifestó utilizar este tipo de trampas para cazar
animales cinegéticos como el guatín, sin embargo esta modalidad es poco utilizada.

Trampas con armas de fuego

Esta modalidad esta en desuso debido al control de grupos al margen de la ley, a la policía y a el
ejército, y al temor del uso de las armas de fuego.

42
La modalidad consiste en colocar armas de fuego, la mayoría de las veces de fabricación rustica,
casera, con un dispositivo que al accionarse por la pisada de un animal hace que estas se disparen. Las
trampas son colocadas en los caminaderos de los animales, o en las cuevas que abandona el cazador
una vez que no es capas de sacar el animal, de este modo cuando el cazador se retire y el animal salga
el arma se disparará matando el animal, y el cazador que esta pendiente de los resultados volverá el
día siguiente a recogerlo. Esta practica muy favorecida en tiempos de calma, ha cobrado victimas
ajenas que no conocen los sitios donde se ha abandonado estos dispositivos, los cuales son activados al
paso del desprevenido caminante propinándole en el peor de los casos una incomoda herida.

El trampeo de ingenio que hacia caso a las particularidades de la presa y procuraba capturar vivo el
animal, es poco utilizado; igual situación ha sucedido con las salidas nocturnas o excursiones de varios
días, que añadían todo un ritual de convivencia y contacto mas prolongado con la naturaleza agreste de
las zonas selváticas de estos lugares, las razones están ligadas a los temores relacionados con el orden
público y las posibles consecuencias o represalias provenientes en unos casos del actor armado y en
otras muy ocasionalmente de la autoridad civil.

La utilización de armas de fuego no es igual en todos los municipios ni entre los cazadores de la zona
urbana y la zona rural, por ejemplo no se evidencio la caza con escopeta por parte de los cazadores del
casco urbano de Jardín y en general son pocos los cazadores que usan este tipo de arma en dicho
municipio, esto como consecuencia del control que ejercen las autoridades, por el alto valor económico
de la escopeta y según algunos cazadores, porque con este método no es tan excitante la caza.
Mientras que fue más frecuente observar usando escopetas a los cazadores de los municipios de
Betánia y Andes.

La tabla 58 muestra los métodos de caza utilizados en cada municipio, y en la figura 3 se puede
observar el número de respuestas que los cazadores entrevistados dieron a la pregunta ¿Qué métodos
de caza utiliza?

Tabla 58. Métodos de caza utilizados en cada uno de los municipios.

Municipio Métodos de caza


Andes (cgto de Santa Rita) Perro y escopeta, paviar, perriar
Betania Perro y escopeta, cebada, perriar, paviar
Ciudad Bolívar cgto de Perro y escopeta, paviar, Cebada, perriar, paviar
Farallones
Jardín Perro, Perro y escopeta, perriar, paviar
Jericó Perro, escopeta, cebada.
Támesis Perro y escopeta, paviar

43
Número de respuestas
25
20
15
10
5
0

Paviar

Perriar

Ceba
escopeta
machete
Perro y

Perro y
Figura 2. Número de respuestas de modalidad de caza utilizada según los cazadores indagados (n =
41).

Presión De Caza.

Los cazadores de la zona de estudio cazan en predios privados, reservas naturales tanto municipales
como de CORANTIOQUIA y zonas comunitarias, en la tabla 59 se citan algunos de los sitios que son
frecuentados por los cazadores. La intensidad de la caza depende principalmente de las épocas de
cosecha y otras faenas agrícolas, debido a que en las épocas de mayor labor agrícola la mayoría de
cazadores permanecen ocupados o terminan cansados de modo que no tienen tiempo o ánimos de salir
a cazar. Es decir que en las épocas de mayor labor agropecuaria se ve disminuida notablemente la
actividad de caza teniendo en cuenta que las principales actividades de los cazadores encuestados en
los seis municipios son la comercialización agrícola conexa con la economía del café y la ganadería a
pequeña escala, estas actividades son complementadas por algunos por el jornaleo (ver figura 3).
Teniendo en cuenta que en las observaciones de campo, evidentemente se observó esta tendencia de
disminución de caza, esta observación podría extrapolarse a los demás cazadores.

Tabla 59. Sitios de caza utilizados por los cazadores.

Municipio Vereda o paraje


Andes Media Luna, Guaimaral, San Pedro Abajo, El Tolíma, San Antonio.
La Borraja, Zonas enrastrojadas y de cultivos
Betania Guarico, parte alta del río Pedral y quebrada La Bramadora, Las
Picas, La Rochela, Parte alta del río Guadualejo, Zonas
enrastrojadas y de cultivos, Itaca
Ciudad Alto de Los Jaramillos, Colecaballo, Monte Blanco, La Arboleda,
Bolivar Minas, Zonas enrastrojadas y de cultivos
Jardín Alto del Indio, Cerro Caramanta, La Salada, Chusparrota, La
Venada, La Raya, La Mesenia, Ventanas, Bocas (Río Claro), Do
Jurgo, La Mesa, Macanas, Morrogacho, Juntas, El Capote, El
Tacón, La Tribuna, Caño de Las Flores, Arrollo Hondo, San Rafael,
Quebrada Bonita, Zonas enrastrojadas y de cultivos
Jericó La Venada, Río Frío
Támesis La Raya, La Leonera, Cedeño Alto, la tabanera, zonas enrastrojadas

44
Negocio.
Jornaleo.

Agricultura/ Agricultura
pequeña
ganaderia.

Figura 3. Actividad económica de los cazadores encuestados en los seis municipios (n = 41).

Otros motivos por los cuales no se sale a cazar son, alteración del orden público; las lluvias en las
partes altas debido a que estas sumado a las bajas temperaturas que allí se dan causan calambres y el

frío y la dificultad de caminar con la ropa mojada dificultan la movilidad, en las partes bajas porque los
ríos alcanzan corrientes muy fuertes y además se corre el riesgo de crecientes sorpresivas, muchos
cazadores tampoco salen a cazar en época lluviosa, especialmente cuando la noche anterior ha llovido,
debido a que a los perros se les hace más difícil seguir los rastros.

Un último motivo un poco menos generalizado por los cuales no se sale a cazar, no se sale solo, o no
se va a ciertos sitios, es la presencia del duende, un personaje mítico que envolata a los perros o a las
personas. El método que algunos cazadores utilizan para que el duende no los envolate, consiste en
fabricar un aro con bejuco y luego meter el cuerpo en él de una manera especial, luego se saca el aro
del cuerpo y se expulsa sin mirar para atrás “así, cuando el duende pase, se queda enredado”.

Se pudo constatar que los días en los cuales se presenta mayor actividad de caza son los fines de
semana (sábado y domingo), y los días miércoles; estos días concuerdan con los de menor actividad
laboral en la zona y con los días tradicionales de descanso. Un cazador de Santa Rita comenta que los
días sábados sale a cazar porque se aburre de no hacer nada y que si no encuentra algo que valga la
pena, “le da a lo que sea”, de este tipo de comentarios así como los días en que se da mayor actividad
de caza podría inferirse que la faena de cacería en realidad entra a hacer parte de una actividad de
dispersión del tiempo libre, actividad en la cual los cazadores incluso están dispuestos a invertir parte
de sus honorarios (ver tabla 62).

Aunque los grupos numerosos de cazadores no salen todas las semanas a cazar, existen grupos
pequeños que pueden estar conformados por los mismos integrantes de los grupos grandes. Se observó
que en Jardín se sale a cazar semanalmente y aunque son pocas las ocasiones, también se puede dar el
cazo de varias excursiones de caza por semana. No fue posible cuantificar con números exactos las
excursiones semanales del total de cazadores, pero si hay certeza que son más de dos excursiones por
semana, lo cual contrasta con lo comentado por los cazadores indagados (ver figura 3). En la tabla 60

45
se aprecia una marcada diferencia entre el número de cazadores en los diferentes municipios, sin
embargo estos números solo indican el número mínimo certero de cazadores que hay en cada uno de
los municipios, tanto en el área urbana como en el área rural, y no pueden tomarse en cuenta para
realizar comparaciones ya que los sesgos anteriormente explicados en la metodología, no permiten
llegar hasta dichas conjeturas. Se debe tener en cuenta que el número real de cazadores puede ser
mucho mayor y no presentarse en la proporción que aparece en la tabla 60.

Los cazadores de un municipio se trasladan a cazar en otros municipios, incluso han llegado a traspasar
los límites departamentales, no solo con los departamentos limítrofes con el Suroeste Antioqueño
(Caldas, Chocó y Risaralda) sino también en partes mucho más lejanas como la Costa Norte y los
Llanos Orientales. Los municipios mas visitados por los cazadores son, Betania, Andes, La parte
limítrofe entre los municipios de Jardín, Andes y Jericó (que es un área de protección ambiental) y en
forma más ocasional el municipio de Ciudad Bolívar especialmente en la parte limítrofe con Betánia.

El motivo por el cual los cazadores de Jardín se desplazan a otros municipios (según los cazadores
indagados) es porque en las cordilleras de jardín tienen menos éxito de captura, y el terreno en esas
cordilleras según ellos es mucho más duro de recorrer. Paradójicamente estas cordilleras son áreas de
bosque relativamente mejor conservadas si se compara con otras zonas de caza que algunas veces
utilizan los cazadores, pues estas últimas constituyen zonas enrastrojadas y de cultivo o riveras de ríos
y quebradas algunas veces con dominancia vegetal de cañabrava.

Comenta uno de los cazadores que “en Jardín cuando un cazador se da cuenta que en un sitio hay
guagua, armadillo o venado, sale a cazar persistentemente a dicha zona, hasta que se tiene noticia que
ya se ha atrapado el animal, entonces dejan la zona tranquila, hasta que se tiene noticias de que ya
volvió a aparecer la especie cinegética”, este caso anecdótico pudo constatarse en el Corregimiento de
Santa Rita, en donde se hizo correr el rumor de que se había atrapado un gurre en una finca cafetera
que estaba siendo frecuentada por un cazador varias veces a la semana, cuando el cazador se enteró de
la noticia no volvió a cazar en aquel sitio.

Tabla 60. Número de cazadores detectados por municipio.

Municipio Numero de cazadores detectados


Andes (Cgto de Santa Rita) 16
Betania 12
Ciudad Bolívar (Cgtos de Farallones y 8
Alto de Los Jaramillos)
Jardín (distintas veredas) 40
Jericó 12
Támesis 8
Total 96

46
3 mese o más

1 a 2 meses
cada 15 días

Figura 4. Frecuencia con la que se sale a cazar, según los cazadores indagados.

Aunque según los cazadores la mayoría de excursiones de caza son fallidas, a veces, cuentan ellos,
que han cazado hasta dos guaguas en una jornada, otros cuentan que han cazado hasta cinco y siete
armadillos por jornada. En las jornadas en que se logra cobrar alguna presa, por lo general se atrapa un
solo animal, y su carne y subproductos son repartidos entre los participantes de la actividad. Se
constató que durante el primer semestre del 2004 en la zona de estudio se cazaron 39 animales
pertenecientes a 10 especies (ver tabla 61), entre las cuales algunas presentan algún riesgo de extinción
(ver tabla 55); debe aclararse que esta cifra es solo una fracción desconocida del número real de
animales cazados; dicha fracción concuerda con las proporciones de taxa utilizada en los seis
municipios (ver figura 5), y se aproxima a las cifras de animales más cazados según los cazadores (ver
figura 6). Durante este periodo de tiempo también se supo que fueron cazados algunos conejos
sabaneros, pero no se logró obtener la cantidad.

De todos los animales cazados los cazadores prefieren a la guagua criolla (ver figura 7) según dicen
ellos debido al buen sabor que presenta la carne de este animal, y de forma indirecta el tamaño y una
mayor dificultad para ser cazada parece que también influyen en dicha predilección.

Tabla 61. Animales cazados en el periodo de enero a julio de 2004.

Cazador o grupo # de animales cazados de Especies cazadas


de cazadores enero a julio de 2004
Santa Rita 4 Guatín, armadillo, guagua loba.
Santa Rita 2 Mapache, armadillo.
Betánia 8 Armadillo (3), guagua serranera, guagua
loba, perrito de monte (2), oso de
anteojos.
Ciudad Bolívar 6 Pava (2), guagua criolla, armadillo (3).
Jardín 16 Armadillo (5), guagua serranera (3),
guagua criolla (2), guatín (1), perezoso
de dos uñas (1).
Támesis 3 Guagua loba, guatín (2).
Total 39 10 especies

47
Reptiles y
otros 0%
Aves.29%

Mamíferos.
71%

Figura 5. Porcentaje de taxa utilizada actualmente en los 6 municipios.

Figura 6. Frecuencia de respuestas a la pregunta ¿Cuál es el animal que más caza?

Venado.; 1

Guagua.; 40

Figura 7. Frecuencia de respuestas a la pregunta ¿Cuál animal preferiría cazar?

Descripción, Duración Y Costos De La Faena De Cacería.

48
Las faenas de caza, ya sean en forma grupal o individual, implican unos costos para el cazador, que
incluye gastos en dinero efectivo como gastos en pasajes, munición y ocasionalmente comida; también
se pueden presentar gastos inesperados como los ocasionados por la pérdida de los perros (que incluye
tiempo de búsqueda, pasajes y recompensa). Otro tipo de gastos, los cuales son aportados por cada
cazador, se deben al tiempo empleado para la faena, la medida de este costo se da en “jornales” que
equivale al sueldo de un día laborado y se multiplica por el número de cazadores que participan en la
faena. La suma total de costos de inversión puede tener dos efectos contrarios, el primero hace que un
sitio específico sea abandonado debido a que sale demasiado costoso sin que se obtengan buenos
resultados (un buen resultado podría ser solamente la persecución de la presa, sin importar que escape);
o por el contrario que siga siendo frecuentado debido al estímulo que implica la labor fallida, que a
veces se vuelve un reto personal o grupal, máxime cuando se sabe que en el sitio esta presente el
animal presa.

La duración de la jornada de cacería depende de la afición del cazador por lo general no sobrepasa las
12 horas, “Las jornadas de cacería lo máximo que dura es de cinco de la mañana a seis de la tarde,
debido a que es muy riesgoso amanecer en el monte sobretodo por los problemas de orden público”,
comenta uno de los cazadores.

Los preparativos para una jornada de caza comienzan con la comunicación entre los miembros del
grupo de caza, generalmente se lleva a cabo los fines de semana en el área urbana que es cuando las
personas del campo salen a los pueblos o zonas de reunión, la persona que tenga perros cazadores
juega un papel clave, pues de no haber perro, no se realiza la jornada, es así como generalmente en los
centros urbanos se da el inicio a los preparativos, finiquitando los detalles de la salida como fecha,
hora de encuentro, integrantes, costos compartidos, etc.

Los cazadores eligen para la actividad aquellos sitios en donde saben o es muy probable que se
encuentran los animales de su interés, los cazadores tienen varias maneras de acceder a esa
información, porque el grupo o uno de sus integrantes ya ha estado en los sitios, porque obtuvieron la
información de otros cazadores, o porque quieren explorar nuevos sitios que ven promisorios.

El desplazamiento de las personas hacia los sitios de cacería comienza entre las cuatro y por más tardar
a las cinco de la mañana. En el lugar de encuentro van llegando los integrantes del grupo, la mayoría
de ellos con perros de caza, perros viejos reconocidos por ser experimentados cazadores, adultos, y
cachorros aprendices, que han sido tanteados previamente en compañía de los perros más mayores,
mientras cazaban o perseguían conejos sabaneros y guatines en zonas enrastrojadas o de cultivo. “Si
uno no saca a los perros a ejercitarse y no los esta entrenando frecuentemente, entonces terminan
dañándose”, comentan los cazadores, justificando las persecuciones de especies menos apreciables
como el conejo sabanero y los guatines.

Una vez reunidos, en el lugar de reunión y durante el desplazamiento, se habla de las faenas anteriores,
de los comentarios sobre los desaciertos y aciertos en las capturas realizadas por ellos y por los demás
colegas, de momentos jocosos vividos en estas faenas, del estado de los perros, del clima, de las
cosechas, de la familia, en fin, de cacería y muchas otras cosas que terminan afianzando la amistad
grupal e individual.

La llegada al sitio previamente elegido se da más o menos a las seis de la mañana. Una vez reunidos
comienzan a planificar las zonas por las que se va a movilizar cada uno y el papel que irá a

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desempeñar, la hora y el sitio de encuentro para el retorno a sus hogares, que generalmente se da unas
tres horas o más antes de que oscurezca “de esta forma hay tiempo de buscar o esperar a las personas
que de pronto se envolatan o si se les envolatan los perros, haya tiempo suficiente de buscarlos”, una
vez comienza la cacería los perros mas expertos acompañados de sus dueños(o alguien muy
familiarizado con ellos y de la entera confianza del dueño, para así garantizar el buen uso que se le da y
que el perro no se “dañe”) van adelante iniciando la búsqueda de los rastros, una vez el perro “planta”
(encuentra el rastro”, lo cual es detectado por la forma del ladrido y el comportamiento del perro; el
cazador debe tener el oído bien aguzado para lograr detectar según el ladrido del perro, la situación en
la que esta el animal perseguido, los cazadores empiezan a repartirse en la zona especulando el
movimiento que va a seguir la presa y respetando la labor que se había acordado que seguirían o
cambiando improvisadamente su labor si así se amerita (del buen entendimiento que haya depende si
vuelven a ser tenidos en cuenta por el grupo o si por el contrario no vuelven a ser invitados).

Si la presa es capturada el grupo decide que hacer con ella, si se deja viva para ser traslocada, o si es
soltada nuevamente al bosque; si se mata (siendo destripada allí mismo) en este último caso la carne es
repartida entre aquellos que quieran llevar a sus hogares.

La jornada puede terminar después del medio día (12 del día en adelante) generalmente al oscurecer,
siendo pocas las veces en las cuales se termina una faena antes del medio día. “Es muy riesgoso poner
a rastrear a los perros después del medio día porque ellos se van metiendo monte adentro y cuando
empieza a oscurecer es muy difícil volverlos a reunir o la gente se entusiasma y cuando menos piensa
les coge la noche en el monte”. Durante el retorno a sus hogares se comentan los logros y los errores
cometidos, si el lugar valió o no la pena, y se especula sobre la fecha y el lugar de la próxima faena,
pero casi siempre es en el área urbana durante los días de descanso, en los cuales se planean estas
salidas.

La anterior descripción desde el inicio hasta el final de una faena de caza es una aproximación la
actividad cuando se da en forma grupal, pero existen algunas variables, como por ejemplo cuando los
integrantes del grupo viven cerca unos de otros o pertenecen a un mismo núcleo familiar y tienen una
comunicación más constante, o cuando por alguna circunstancia los integrantes del grupo tienen
encuentros casuales (reuniones de JAC, entrega de calificaciones de los hijos etc.).

Según lo que se pudo observar en las jornadas asistidas por el investigador y en charlas informales con
las familias de los cazadores, las mujeres y los niños, al parecer no tienen mayor trascendencia en la
cacería, pues algunas amas de caza solo se limitan a preparar la carne de monte (labor que
generalmente es realizada por los cazadores), y escasamente la consumen. Los miembros de la familia
del cazador (incluidos mujeres y niños) se convierten en espectadores pasivos durante las charlas y
comentarios de y entre cazadores, y muchas veces tienen contacto visual con las presas ya sea vivas o
muertas, de esta forma parte del saber del cazador, así como también el interés por la caza se va
prolongando hacia otras personas.

La mayoría de las jornadas de caza no captura ninguna presa, y de ser capturada, el tiempo empleado
puede ser de media hora a 12 horas; “Un guatín puede envolatar la cacería todo un día”, la
“desencuevada” de un gurre puede tener la misma duración a veces sin que se cobre la presa.

En el municipio de Betánia, en una jornada de cacería salieron 6 cazadores en una excursión que duro
desde la madrugada hasta el atardecer, sin que lograran atrapar un solo animal. En el corregimiento de

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Santa Rita Municipio de Andes, fue posible observar a un grupo de más de 4 cazadores que gastó un
día persiguiendo a un guatín, por los rastrojos cercanos al corregimiento, al atardecer el animal se
metió en una cueva cerca al río, los cazadores al no poder sacarlo taparon la cueva con piedras; por
tres días consecutivos los cazadores iban al lugar a escarbar y volvían a tapar (ellos sabían que el
guatín estaba allí porque le dejaban comida y la encontraban roída), hasta que finalmente llegaron al
fondo de la cueva y no lograron encontrar al animal.

“Una salida a cazar implica como mínimo 10.000$ de pasajes, o a veces toca ir muy lejos, y si es que
se caza algo toca repartirlo con los compañeros, entonces no es negocio, la caza es una diversión y
ayuda a disipar los problemas y es más sano que quedarse tomando licor” (ver tabla 62). A estos
gastos se puede sumar el valor de las armas de fuego y de la munición usada, escopetas calibre 12, 16,
20 y 28, que son las usadas en la región, tienen un costo que va desde los 60.000, hasta unos 300.000 $
o más; con cartuchos que se consiguen desde los 3000$ hasta recalces que pueden llegar a los 2000$
cada uno.

Tabla 62. Costos de algunas excursiones de caza realizadas durante la ejecución del presente estudio.

Procedencia de Sitio de # de Duración Animales Costo total


cazadores caza Cazadore ( horas) cazados $ (Jornal,
s transporte,
cartucho)
Jardín Betánia 9 8 0 212.500
Jardín Betánia 7 7 0 187.500
Jardín Betánia 8 10 3 200.000
Jardín Jardín 4 5 0 50.000
Jardín Jardín 3 12 1 37.500
Jardín Jardín 3 5 0 37.500
Andes Andes 3 6 0 37.500
Andes Andes 2 8 1 28.000
Andes Andes 1 10 1 15.500
Andes Andes 2 10 0 25.000
Betánia Betánia 3 6 1 40.500
Támesis Támesis 4 10 2 35.000

Análisis de resultados

La mayor parte de la información obtenida en este aparte proviene de las encuestas realizadas a los
cazadores, según Filion (1980) los resultados de las entrevistas y encuestas realizadas a cazadores
deportivos posterior a la temporada de caza, pueden estar sesgadas por los que no responden, por falta
de veracidad en la respuesta (por ocultamientos o exageraciones), o por la memoria, debido a que con
el tiempo se olvidan los detalles; aunque estos sesgos no son evitables en su totalidad, se trato de
disminuirlos al máximo aprovechando que la duración del tiempo de contacto con los cazadores fue
relativamente largo.

Los mecanismos de socialización del conocimiento con los cuales se transmite las experiencias de las
faenas de caza se basan en la oralidad, de esta manera el registro del conocimiento se da en los relatos
que van fusionando las experiencias antiguas de los abuelos, con las que se van viviendo actualmente,

51
se mezcla pasado y presente constituyendo una intemporalidad de la experiencia que le va dando el
carácter de verdad particular. Estas experiencias atraviesan con frecuencia los límites departamentales,
como en el caso de algunos cazadores que se atreven a territorios de Ríosucio, Caldas o al Chamí en
Risaralda, o las incursiones que hacen algunos cazadores de Bolívar a las inmediaciones del Carmen
del Atrato en el Choco; los hay también que organizan salidas a los llanos orientales por ejemplo, en
temporadas de vacaciones de fin de año o en la temporada seca de mitad de año, enriqueciendo el
conocimiento y la cultura tradicional de la caza, pero también con un aspecto negativo debido a que los
cazadores de esta forma adquieren “mañas” para evadir los controles de las autoridades, adquiriendo
conocimiento de métodos más efectivos, y ubicando zonas donde irán a cazar en un futuro.

En cuanto a los métodos de caza Martins (1992) citado por Ojasti (2000), demostró que en la caza de
excursión, caza con perros, caza de espera, y caza con trampas, se capturan presas distintas, de tal
forma que son análogas a cuatro depredadores con poco solapamiento de dieta. Como la mayor parte
de los cazadores en el presente estudio utilizan la modalidad de caza con perros, entonces teniendo en
cuenta únicamente el método de caza, se espera que se este ejerciendo una alta presión sobre un grupo
particular de animales lo cual implica una alta selectividad siendo más alto el riesgo de extinción del
grupo seleccionado.

La caza de excursión en la cual el cazador recorre sigilosamente el terreno tratando de detectar pavas u
otros animales es una practica oportunista y depende del número de encuentros entre el cazador y la
presa, estos aumentan con la distancia recorrida, área cubierta, abundancia y detectabilidad de las
presas; así como de la habilidad del cazador (Ojasti, 2000); la versión nocturna de esta modalidad, que
consiste en detectar a la presa alumbrando con una linterna no se detecto en el presente estudio. En el
área de estudio, esta modalidad de caza se practica siempre con arma de fuego, y es utilizada en la
cacería de pavas y guacharacas, siendo muy pocas las ocasiones en las que se dan encuentros con otros
animales, por este motivo esta practica podría catalogarse también como altamente selectiva y en
algunas localidades esta disminuyendo drásticamente las poblaciones de pavas (Comunicación
personal de funcionarios de la Fundación PROAVES).

Además de la extracción de fauna por cacería propiamente dicha, también se da la modalidad de


pajareo en distintas versiones, que consiste en capturar aves canoras y/o aves llamativas por su
colorido con fines ornamentales o de para mascotas, en esta modalidad se ubican como los mayores
extractores a los “pajareros”, que generalmente son personas foráneas provenientes de la ciudad, ellos
extraen gran cantidad de animales por cada excursión, que generalmente no dura más de un día.
Durante la realización del presente estudio se detectó la oposición por parte de algunos pobladores
rurales a esta modalidad extractiva, también se pudo evidenciar el control por parte de la Policía
Nacional del transporte de aves silvestres, lo que puede ser un indicador de que se está creando
conciencia con respecto a lo que concierne al cuidado de este tipo de fauna, y es un buen inicio para
que las autoridades encargadas del cuidado de los recursos naturales no bajen la guardia sino que por el
contrario afiancen aun más las campañas de prevención para tratar de erradicar por completo esta
modalidad extractiva que ha estado causando una fuerte disminución de aves especialmente los
géneros Icterus, Turdus, y Mimus que son las más apetecidas y comunes como mascotas en los hogares
urbanos y rurales.

Durante el presente estudio no se evidencio dependencia de la caza para suplir las necesidades básicas de
consumo de proteína animal, estas necesidades son suplidas en cambio con el consumo de animales
domésticos, peces o enlatados. Los productos de la cacería son básicamente para el autoconsumo; su

52
aporte a la dieta es muy bajo, debido a que las presas suelen ser muy escasas, y culturalmente no son
muy apetecidas para ser consumidas, por el resto del núcleo familiar.

Aun así, como lo manifiestan Redford y Robinsón (1987), el consumo de carne de animales silvestres
no solo esta motivado por las necesidades alimenticias, sino también por razones culturales que
determinan su persistencia en el tiempo; siendo importante considerar la existencia de hábitos
alimenticios relacionados con la preferencia o el rechazo a la “carne de monte” o a ciertas especies en
particular.

Polanco y colaboradores (2003) encontraron que al comparar la composición, número de especies


cazadas y cantidad de biomasa cosechada entre una comunidad negra y otra indígena, la composición
de la cacería en la comunidad negra reflejó un detrimento de las poblaciones de animales grandes,
pues aunque son apetecidos no se encuentran regularmente, por este motivo los cazadores de la
comunidad negra se ven obligados a cazar especies que presentan mayores densidades, más pequeñas,
y que son más regulares en su captura, mientras que la población rural indígena es más selectiva en la
composición de las capturas. El grupo más importante de animales cazados por estas comunidades en
términos de número de individuos y peso es el de los mamíferos (68 % de las capturas anuales), siendo
los roedores grandes y medianos y los ungulados las presas más cazadas. Entre las especies que
aportan más carne en los bosques tropicales están los venados del género Mazama ocupando el cuarto
lugar para los campesinos; Los roedores como la guagua y el guatín, son importantes tanto para
indígenas como para campesinos. En cuanto a las aves existe una preferencia por las especies de
mayor tamaño como los crácidos (Redford y Robinson. 1987; Ojasti, 1993).

Redford y Robinsón (1987) y Ojasti (1993) manifiestan que los roedores grandes y medianos y los
ungulados son las presas más cazadas; Bapside-Ballera et al., (2002) ubican a los roedores como
algunas de las especies de mayor importancia alimentaria y económica en Colombia. Los resultados
del presente estudio coinciden con lo anotado por estos autores, siendo el motivo de preferencia hacia
estos animales principalmente debido a razones culturales de asociarlos con una dieta alimenticia más
limpia y una mejor apariencia fisonómica.

Evidencias actuales e históricas demuestran que los mamíferos silvestres son el grupo preferido de los
cazadores de subsistencia (Redford y Robinson, 1987; Vickers, 1991), este grupo también constituye el
mayor número de presas cobradas y la mayor cantidad de biomasa en los seis municipios del presente
estudio (ver figura 5); el bajo número de aves utilizadas con fines cinegéticos, se debe a que son muy
pocas las especies que alcanzan un tamaño corporal considerable. La no inclusión de otros taxa como
anfibios y reptiles también tiene que ver con el tamaño corporal pequeño y porque culturalmente no
son aceptados como presas consumibles. Se evidencio la preferencia hacia ciertos animales más por el
sabor de la carne, el tamaño y en parte por la dificultad de captura, aunque esto implique una menor
cantidad de animales cobrados, y una mayor inversión en tiempo y dinero.

En general se evidencia que los animales cinegéticos en el área de estudio están incluidas entre las
especies de animales más utilizadas en mayor número de comunidades humanas de América Latina de
los cuales se destacan los armadillos (Dasypus novemcinctus), el Venado (Mazama americana), la
guagua (Agouti paca), los agutis (Dasyprocta spp), los crácidos y los tucanes.

Se obtuvo un total de 39 animales cazados en un periodo de seis meses en toda el área de estudio (Ver
tabla 61), este registro se estima que es solo una pequeña fracción del total de fauna cinegética

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extraída. De los animales extraídos con diferentes fines, los mamíferos son los que mayor cuota
aportan (71%) seguido por las aves (21%), los cazadores no utilizan reptiles ni otro tipo de animal (ver
figura 5). Considerando que para este registro se tuvo en cuenta las aves usadas como mascotas,
entonces podría aumentar aun más la proporción de los mamíferos con respecto al total de animales
cazados.

En total en los seis municipios se detectaron 96 cazadores activos, sin embargo el número de
cazadores puede ser mucho más elevado, teniendo en cuenta que no se trabajo en toda el área de los
municipios. La diferencia de número de cazadores por municipio no refleja de manera precisa la
realidad en cuanto a la presión de cacería por municipio, pero si ofrece un panorama confiable de la
situación de presión sobre la fauna, una de las razones que sesgan los resultados es el desplazamiento
de los cazadores de un municipio a otro, otra razón puede estar relacionada en el cubrimiento que fue
mayor en unos municipio que en otros debido a facilidades de transporte, situaciones de orden publico
en lagunas veredas apartadas, otro aspecto que es la actitud hostil de algunos cazadores contrastando
con la acogida que los investigadores tuvieron en lagunas comunidades y grupos de cazadores que no
solo facilitaron información sino que permitieron la participación directa en sus actividades y
acogieron el desarrollo de parte de los acuerdos como uno de los objetivos que tenia este proyecto.

Los resultados relacionados con la frecuencia con la que se sale a cazar refleja parte de la situación
anteriormente referida, que permite tener una mejor apreciación de la dimensión de la problemática;
esta información se construyo con la información suministrada por los cazadores encuestados, la cual
fue ampliada y corroborada con métodos indirectos, se pudo cuantificar excursiones semanales, las
cuales no son realizadas por los mismos grupos de personas, ya que hay una alternancia en la
composición de las personas, también se pudo observar que en algunos casos particulares, coincidentes
con baja actividad productiva y temporada seca se pueden efectuar hasta dos salidas por semana, por
parte de algunos cazadores. En algunos de los sectores donde se trabajo también se encontró
interrupción de salidas por temporadas largas relacionadas con las temporadas de lluvias y la cosecha
de café, la información permite establecer una regularidad en la realización de estas faenas en el
territorio cubierto por el proyecto. En un fin de semana con condiciones climáticas aptas para la salida,
verano consolidado lluvias esporádicas, y baja actividad laboral, en los seis municipios, cubiertos en el
proyecto, pueden estar saliendo aproximadamente cuatro grupos de cazadores a distintos lugares tanto
en el propio municipio como a los municipios vecinos.

Según los cazadores indagados el animal preferido para ser cazado es la guagua (97.6 % de las
respuestas), seguido por el venado (2.4 %) (Ver figura 7) sin embargo, estas especies no hacen parte de
los animales más cazados , lo que indica un mayor grado de dificultad de consecución del animal, y
podría estar indicando también un estado poblacional bajo generalizado en los seis municipios. El
gurre y el guatín son los animales que presentan mayor extracción de caza (ver figura 6), esto puede ser
explicado en términos de una mayor oferta de estas especies que presentan un menor tiempo en el ciclo
reproductivo y una menor exigencia de hábitat comparándolos con las demás especies cinegéticas de la
región. Entre los animales más cazados se encuentran también la guagua serranera y la guagua loba,
dos especies que a nivel nacional e internacional, se encuentran en riesgo de extinción, ameritando una
campaña para evitar que sus poblaciones sigan disminuyendo.

No es casual que la guagua sea la especie más asediada y preferida por los cazadores, en otros estudios
realizados en diferentes regiones, la guagua también es catalogada como el animal con mayor presión de

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caza (Guerra y Naranjo, 2003; García y Bodner, 1995; Posada, 1987; Ospina, 1981; Duque y Giraldo,
2000), y en todo el rango de su distribución, es la pieza de caza más apetecida (Ulloa et al., 1999).

En general teniendo en cuenta los comentarios anteriores se puede decir que la cacería en la zona de
estudio merece toda la atención que sea posible, por el grado de presión, por el agotamiento del recurso y
por las especies que son cazadas, no podemos olvidar que la cacería es una de las causas principales de
las extinciones locales de poblaciones de mamíferos silvestres (Zapata, 2001).

Los métodos de cacería que no implica la utilización de perro (“Perriar”, “paviar”) no son muy usados,
debido a que las presas obtenidas no hacen parte de las más apetecidas, y en parte también porque la
faena como tal tampoco es atractiva, sin embargo la eficacia con estos métodos parece ser mayor, y los
volúmenes de extracción de pavas y perros de monte al parecer son muy elevados. Las excursiones
nocturnas que implican precebada, en general son muy poco frecuentes y no es muy bien acogida por
la mayoría de los cazadores, debido a que el grado de dificultad de captura es menor, a los problemas
de orden público, y a que no es posible realizarse de forma grupal.

Con respecto a los dos métodos de cacería más utilizados, el perro se constituye en una herramienta
indispensable para el cazador, herramienta sin la cual no seria posible cobrar la presa. Esto también
implica un costo extra en la adquisición y la manutención del perro, un perro cazador se cotiza de
40.000 hasta unos 150.000 pesos si se trata de un cachorro, y en 300.000 hasta 2,000000 de pesos si es
un buen cazador; la utilización y los costos de la tenencia y el entrenamiento del perro de caza también
implica que no todos los cazadores tengan dicha herramienta o que unos tengan mejores perros que
otros, lo que obliga a formar grupos de cacería.

Según los resultados del presente estudio, se puede ubicar a la actividad extractiva de fauna de los seis
municipios en la caza deportiva, la cual tiene una sólida tradición en América Latina (Ojasti, 2000). El
cazador deportivo latinoamericano es principalmente de clase media urbana, que caza porque le gusta,
invierte en su afición por encima del valor de sus productos y aprecia ante todo el valor recreativo de
la caza. Básicamente es un cazador de fin de semana y suele viajar largas distancias por lo cual es
susceptible a la fiscalización en la carretera; y acostumbra cazar acompañado. En términos generales,
la mayoría de los cazadores en los seis municipios salvo algunas variantes, se acomodan a esta
descripción, con las salvedades siguientes, muchos de ellos son propietarios del predio en que viven y
explotan, estos predios pueden tener entre 1 y 8 hectáreas algunos poseen casa en la cabecera del
municipio o del corregimiento en donde viven con su familia y pueden dedicarse a otras actividades
distintas al agro como el comercio.

Se puede definir la caza deportiva como aquella que se practica como recreación y ejercicio, sin otra
finalidad que su realización en sí misma (Ojasti, 2000). Sin embargo se debe tener en cuenta que las
categorías caza deportiva, caza de subsistencia, caza comercial, y caza de control se pueden solapar.
Es así como el cazador deportivo, también aprecia el material de la presa cazada, y un cazador de
subsistencia, puede disfrutar igual que el anterior la actividad de la caza; además, también hay usos
que no se ajustan bien a ninguno de los dos casos planteados como por ejemplo, la captura de animales
para mascotas que tiene que ver más con el valor recreativo que estos animales tienen (Ojasti, 2000).

Existen marcadas diferencias entre la caza deportiva y la caza de subsistencia, la caza de subsistencia
en poblaciones campesinas se da en áreas intervenidas, ecosistemas transformados, en donde se ubica
la mayoría de población campesina y se sustenta en animales menores persistentes y compatibles con

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áreas cultivadas y mosaicos de pastizales, barbechos, matorrales, bosques secundarios o relictos de
bosque nativo; en donde aun quedan generalistas tales como marsupiales (Didelphis spp); armadillo de
nueve bandas, aguties, conejos, guacharacas (Ortalis), diversas palomas entre otros (Smith, 1974;
Parra-Lara 1978; Sick, 1988, Hiraoka, 1995); en general se puede decir que el cazador de subsistencia
utiliza una amplia gama de especies (Ojasti, 2000), mientras que el cazador deportivo solo usa una
pequeña fracción de la fauna potencialmente consumible.

Se pudo observar caza comercial de animales vivos en aves, especialmente canoras y de plumaje
colorido, también para la medicina popular (oso de anteojos) y uso afrodisíaco (cusumbo), el armadillo
aunque es usado en medicina tradicional no es comercializado sino ofrecido como obsequio a quienes
lo requieren. Las aves comercializadas son capturadas por personas, no necesariamente cazadores, otro
animal que es utilizado como mascota para la tenencia propia o para el comercio ocasional son las
ardillas (Sciurus granatensis), aunque esta extracción no podría disminuir drásticamente las
poblaciones de estos animales, debido a las altas poblaciones de esta especie y a la baja extracción,
fomenta la tenencia y comercio de fauna silvestre, lo cual son actividades ilegales.

La caza comercial se cita invariablemente como el modo de aprovechamiento más destructivo (Ojasti,
2000). Ver (Smith, 1974; Medem 1981; Domming, 1982; Melguist, 1984; Redford, 1992; TCA,
1995). Cuando el consumo excede la producción la fauna se agota gradualmente; es así como en esta
modalidad la cacería persiste siempre y cuando haya demanda y los ingresos excedan los gastos, al
escasear la presa aumentan los gastos hasta que la actividad se paraliza. La caza comercial hace que
se trate de maximizar el producto por unidad de esfuerzo, y esto puede destruir el recurso en el que se
sustenta y muchos la condenan como éticamente inaceptable (Ojasti, 2000).

En el presente estudio se encontró que la mayoría (95 %) de los cazadores encuestados, consumen la
carne de monte extraída, mientras que el resto la regala, ninguno manifestó venderla (ver figura 1), sin
embargo en el municipio de Betánia dos cazadores manifestaron en antaño vender carne de monte
para sostener sus familias. Ninguno de los cazadores manifestó depender económicamente de la fauna
silvestre, solo un cazador (del municipio de Betánia), manifestó que en ocasiones cuando no tiene
empleo, los animales cazados eran la única opción en la inclusión de proteína animal en la dieta de él
y de su grupo familiar; precisamente esta es una de las razones por las cuales se debe conservar la
fauna silvestre ya que en un futuro potencialmente pueden convertirse en un recurso extra de fuente
alimenticia, pero para que los animales no se acaben la cacería debe ser controlada.

Jogerson (1996) observó que dentro de cada grupo cultural pueden existir fuentes de variación debido
a las diferencias de edad y tradición de cacería en la familia y preferencias individuales de los
cazadores; los cazadores de los seis municipios en el presente estudio se pueden catalogar bajo la
categoría de cazadores campesinos o de origen campesino, la mayoría de ellos mayores de 35 años con
un promedio de edad de 45 años, aunque entre grupos de cazadores de una misma vereda se pudo
observar diferencias en cuanto a preferencias por algunos animales y métodos de caza, no obstante es
posible enmarcara los cazadores como campesinos andinos.

Almeida et al., (1985), y Gonzales-Muñoz (1986) encontraron que las edades que predominan en los
cazadores son las mayores a los 40 a 55 años entre los cazadores deportivos legales. De esta
observación junto con el promedio de edad de los cazadores en el presente estudio se podría inferir que
la población más joven tiende a no participar en la actividad y que la extracción como tal esta en
decadencia, sin embargo se debe ser muy cuidadoso en estas conjeturas debido a que existen muchas

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causas de sesgos, como el que los cazadores más jóvenes no son muy conocidos y entonces el
investigador no los aborda o los aborda en menor proporción que a los cazadores más reconocidos, o a
que sean más prevenidos evitando el contacto con el investigador, por otra parte la disminución del
número de cazadores no garantiza la disminución de la presión de caza, ya que los cazadores restantes
podrían tener mayor actividad, adquirir técnicas más eficaces o cobrar un mayor número de presas.

III. ALTERNATIVAS DE USO

Practicas de Conservación Empíricas

En los diferentes municipios fue posible observar algunas prácticas de conservación, con iniciativas
espontáneas que vale la pena estimular, a continuación se citan y se describen:

Traslocación. Consiste en la trasladar individuos vivos, hacia otros sitios cambiando así la mentalidad
de matar el animal presa; las especies traslocadas son animales de interés cinegético, con la finalidad
de repoblar sitios en los cuales se ha menguado o se han extinguido localmente dichos animales. Las
especies que son objeto de esta práctica son generalmente, guagua venada, gurres, guatines y conejo
sabanero. Algunos cazadores, incluso compran los animales a otros cazadores, con este mismo fin. En
una ocasión, los cazadores de Jardín, traslocaron 7 armadillos, cuatro hembras y tres machos;
capturados en Hispania y liberados en Jardín.

Otra modalidad detectada consiste en el enriquecimiento de hábitat sembrando sidra, victoria, y fríjol
petaco, así como especies vegetales que sirven de alimento a la fauna, esto último con una menor
frecuencia o menos detectado por el investigador. Otra variable de esta modalidad consiste en atraer
fauna llevando cebos al monte o dejando algunos frutos sin cosechar, solo con el propósito de atraer o
aumentar la fauna con el fin de embellecer los lugares, reacuérdese el caso del oso y la ceba con
banano, descrita párrafos arriba.

También se ha detectado la protección de pequeños parches boscosos, esta protección es llevada acabo
por pequeños propietarios amantes de la fauna, la mayoría personas enemigas también de la caza, pero
se ha observado esta práctica también en algunos cazadores.

Es frecuente observar en la zona de estudio, a personas que colocan cebaderos a las aves, con el único
fin de disfrutar de su belleza de su plumaje y la melodía de sus cantos. En los municipios de Betánia y
Ciudad Bolívar algunos de los habitantes han enfrentado o denunciado ante las autoridades, en forma
mancomunada o solitaria, a las personas que van a extraer los pájaros cantores, esta modalidad se ha
estado generalizando y esta haciendo parte de la temática de las reuniones de las Juntas de Acción
Comunal.

Adicionalmente el impulso que han tomado las iniciativas de conservación privada en particular las
reservas de la sociedad civil, que aunque no han dejado de ser muy focal, es pertinente propiciar su
desarrollo y estimularlas con exenciones tributarias, asistencia técnica alternativa u otro tipo de
estímulos. Dentro de las actividades desarrolladas con los cazadores en distintos momentos se les
presento esta iniciativa y los horizontes que podría abrir tanto en términos de manejo de la fauna, como
de los beneficios tanto en ingresos como en los mencionados estímulos. Como resultado de estas

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acciones de sensibilización se logro la adopción de una pequeña cuenca en el municipio de Jardín para
lo cual se logro la formulación de un pequeño proyecto para su reforestación con fines de protección y
siembra de árboles fuente de alimento para la fauna

IV. CAPACITACION.

Otras actividades realizadas relacionadas en el marco de este proyecto, en las áreas de cacería, escuelas
de los lugares donde frecuentan los cazadores y lugares por ellos visitados son las que seguidamente
se presentan

Actividades de Señalización

Con el fin de difundir la campaña informativa sobre la ilegalidad de la actividad de la cacería, y


recordar las áreas de veda temporal, se colocaron letreros en las zonas periféricas a las zonas urbanas,
especialmente en las entradas principales a los cascos urbanos, esto con el fin de que la comunidad en
general así como los turistas se enteren de de la infracción y así advertir a los cazadores regionales y
prevenir a potenciales cazadores sobre la ilegalidad de esta actividad. También se pusieron vallas en
las vías obligadas para los cazadores desplazarse a los sitios de caza, y en las zonas de reserva natural
de los municipios.

Tabla 63. Ubicación y número de vallas en los seis municipios.

Municipio y vereda o paraje # de vallas


Andes (cgto de Santa Rita)
El Chaquiro 2
La Reyna 2
Casco urbano 3
La Mesenia 6
Betánia
Guarico 2
Agualinda 4
Sitios de acceso a cazadores 6
Propiedad privada 6
Entregadas a la UMATA 8
Ciudad Bolívar
Alto de los Jaramillos 2
Colecaballo 2
El Empuje 1
La Mina 1
Propiedad privada 4
Reservas naturales 2
Área urbana del corregimiento 1
Entregadas a la UMATA 8
Jardín
Serranías 2
Reserva acueducto multiveredal 1
Área de acceso a cazadores 8

58
Casco urbano 4
La Arboleda 2
Entregadas a la UMATA 8
Támesis
San pablo-Tabanera- 4
Jericó 2
Total 86

V INICIATIVAS COMO ALTERNATIVAS A LA CACERIA.

Metodología

Se dictaron talleres teórico prácticos sobre agricultura orgánica y ordenamiento territorial, estos talleres
tuvieron la colaboración de las UMATAS, y aunque fueron dirigidos hacia los cazadores y propietarios
pertenecientes o interesados a pertenecer a la Red de Reservas de la Sociedad Civil, también asistieron
a ellos diferentes personas quienes mostraron gran interés por participar de forma activa en la
protección de los recursos naturales.

Tabla 64. Talleres teórico-prácticos de actividades productivas.

Fecha Municipio Actividad


26 de Jardín Taller teórico practico sobre agricultura orgánica
junio
31 de Jardín Taller teórico práctico sobre ordenamiento predial
julio
24 de Betánia Taller teórico practico sobre agricultura orgánica
Julio
Betánia Taller teórico práctico sobre ordenamiento predial
Ciudad Bolívar Taller teórico practico sobre agricultura orgánica

Comunicación e Intercambio con Autoridades de Control y Autoridades Civiles en los


Municipios.

Se realizaron reuniones en las Juntas de Acción Comunal de las veredas La Mesenia en el municipio
de Andes y La Florida en el municipio de Betánia, exponiendo la problemática de la caza en el
municipio y en la región, la legislación vigente que protegen los recursos naturales así como la
importancia de conservarlos. Además se habló sobre el mismo tema con miembros de las Juntas de
Acción Comunal de las veredas de Serranías, La Arboleda y Alto del Indio en el municipio de Jardín,
Egipto y La Soledad en el Municipio de Andes, y La Mina en el Municipio de Bolívar; solicitándoles
que expusieran el caso en las próximas reuniones citadas por las Juntas.

Se puntualizo en estas charlas, celebradas tanto con las JAC como con funcionarios de las UMATAS
aspectos concernientes a los delitos contra la fauna y la flora silvestre contemplados en la ley 599 de
200, en cada uno de estos espacios se presentaron las distintas especies en peligro de extinción, en esta
información que estaba acompañada de textos escritos se fijo en sitios públicos como edificios

59
administrativos municipales y estaciones de policía de los municipios de Andes, Jardín, Betánia,
Ciudad Bolívar y Támesis; también fueron ubicados en los Corregimientos de Farallones y Santa Rita
en los municipios de Ciudad Bolívar y Andes respectivamente.

Asimismo se realizaron charlas sobre fauna silvestre en comandos de policía de algunos municipios, en
el marco de apoyar los esfuerzos de institucionalización del CIFFA en el SW. Durante las charlas se
generó un ambiente interactivo en el cual se ofreció información sobre la problemática de la tenencia,
transporte y usufructo de la fauna silvestre, los procedimientos de control y las leyes que cobijan este
tipo de fauna, y se discutió acerca de las causas que impiden en el momento la ejecución de las
normas establecidas, así como las posibles soluciones a estas causas.

Tabla 65. Fechas y lugares de las charlas sobre fauna silvestre dirigidas a los comandos de policía.

Fecha Municipio
Octubre 06 Jardín
Octubre 06 Andes
Octubre 13 Betánia
Octubre13 Ciudad Bolívar
Octubre 20 Concordia
Octubre 20 Betúlia

Actividades de Comunicación, Educación y Sensibilización a la Población

Charla dirigida a los niños y jóvenes escolares

Esta charla se llevó a cabo mediante el empleo de proyección de diapositivas y charla magistral
ajustada al nivel de los participantes. Los contenidos de estas charlas estuvieron apoyados en material
fotográfico, diapositivas, que hacen alusión a los ecosistemas andinos y la importancia de conservarlos
como protectores del recurso hídrico, la clasificación de los animales como especie domesticas,
exótica, amansada y silvestre y la protección que cada uno de estos grupos tienen por parte de la
legislación colombiana. También se presentaron con este mismo medio las diferentes especies que
existen o que han existido en la región, y los diferentes conflictos que presentan con los humanos
haciendo énfasis en la problemática local. Las especies presentadas se dividieron de la siguiente
forma: animales que se han extinguido, animales en riesgo de extinción, animales presentes en la zona
pero que son poco conocidos, animales cazados y animales que presentan conflictos con el hombre por
predación de especies domesticas menores o por daño en los cultivos.

De cada animal se dio una pequeña reseña de su historia natural y de las características que lo hacen
vulnerable ante la situación de caza.

La charla estuvo acompañada de una retro alimentación consistente en mostrar a los participantes,
algunas de las diapositivas presentadas inicialmente, solicitándoles que comentaran algo que
recordaran de lo expuesto sobre cada diapositiva y en algunos planteles educativos que tenían
condiciones de tiempo y numero de estudiantes se aprovecho para desarrollar actividades de juego.

60
Charla dirigida a las Juntas de Acción Comunal

En estas charlas que por lo general no exceden los 30 minutos de duración, se socializa el proyecto, se
expone la problemática existente con la fauna cazada y las leyes que los protegen.

Talleres desarrollados con los cazadores

Realmente son dos tipos de talleres, en el primero se expone la problemática de la fauna en la región
por pérdida de hábitat, fragmentación y cacería, se exponen los beneficios de cuidar los recursos
naturales; se socializa el proyecto, sus avances dificultades presentadas y posible construcción de
compromisos los acuerdos y avances que se han tenido durante el transcurso de éste y se planean
actividades que conduzcan a la protección de la fauna y el medio ambiente en general, en cada uno de
los sitios, veredas, donde se esta desarrollando la actividad. El segundo tipo de charla consiste en
evaluar conjuntamente el estado en que se encuentran las especies cazadas en los sitios de caza, y
establecer mecanismos para que la especie no se extinga. Estos talleres van acompañados de
diapositivas de las especies cazados y se expone los diferentes factores que los hacen vulnerables y que
los ponen en riesgo de desaparecer en un futuro. Finalmente, la charla culmina formando pequeños
grupos, a cada grupo se le da una lámina o fotografía de un animal y se le pide que según la charla
realizada, elaboren una estrategia de conservación, de acuerdo a lo discutido y al conocimiento que
ellos tienen, la cual es evaluada al final por todos los asistentes. Estas actividades están reforzadas y
retroalimentadas con la asistencia a las faenas de cacería, aprovechándolas para la toma de datos e
información pertinente.

Tabla 66. Relación de algunos de los talleres realizados durante el periodo de estudio (2004).

Municipio y Escuela u Fecha Asistentes


vereda organización social
Andes
Cgto Sta Rita Cazadores Febrero Cazadores.
Cgto Sta Rita Cazadores Mayo Cazadores.
Cgto Sta Rita Colegio Sta Rita Mayo Alumnos grado 7 y
8.
Cgto Sta Rita Cazadores Mayo Cazadores.
La Mesenia JAC La Mesenia Junio Integrantes JAC La
Mesenia.
Betánia
Cazadores. Abril.
La Florida JAC La Florida Julio Integrantes JAC La
Florida.
Barlovento Escuela Barlovento Septiembre Alumnos de todos
los cursos.
La Fe Escuela La Fe Agosto Alumnos de todos
los cursos.
Ciudad
Bolívar
Cgto Colegio Farallones Mayo Alumnos de 7
Farallones grado.
Jardín

61
La Salada Escuela La Salada Marzo Alumnos de todos
los cursos.
La Linda Centro educativo rural Marzo 63 Alumnos de
Diego Orozco todos los cursos.
Cristiania Colegio Cristiania Junio Alumnos de 8
grado.
Cristiania Personas mayores Junio 12 indígenas
mayores de edad.
Cazadores Mayo
Cazadores Febrero Cazadores.
Cazadores Diciembre
Támesis Cazadores Noviembre Cazadores.
Colegio San pablo Noviembre Alumnos 9-10.
Jericó casa de la cultura Octubre Cazadores.

Análisis de resultados

Los cazadores con los cuales se trabajo perciben el concepto de extinción de especies, como la
desaparición de los animales de algunos lugares en donde son cazados por humanos o por otros
animales. Es así como ellos han identificado sitios en los cuales se han extinguido o están a punto de
extinguirse animales como armadillos, guaguas, o venados; son muy pocos los cazadores que tienen el
referente de animales ya extintos en la zona como es el caso de la gurría y las tatabras.

La disminución de la fauna en la región no es asociada por parte de los cazadores con su importancia
económica o con factores relacionados con su dieta y nutrición, esto se vio expresado cuando se
discutió la posibilidad de disminuir la presión de caza a condición de desarrollar algunas actividades
productivas como la cría de especies menores, que se traduzcan en nuevos ingresos o que garanticen
seguridad alimentaria supliendo necesidades alimenticias; es en esta discusión donde aflora la
verdadera intencionalidad de la cacería en este sector del departamento, pues sus argumentos giran en
torno a evaluar su actividad como cazadores como una forma de disipación sicológica, de
entretenimiento, incluso considerada por muchos como una actividad deportiva. Los cazadores
también recuerdan como en años anteriores los niveles económicos eran más altos y por lo tanto más
asequible la proteína animal, y sin embargo la presión de caza según ellos era mayor.

No obstante los cazadores mostraron especial interés por establecer estrategias de conservación que los
vincule a ellos directamente como participantes activos, y se muestran dispuestos a colaborar en la
búsqueda de estrategias que permitan proteger aquellas especies que se encuentran en peligro, como es
el caso de las vedas completas para dichas especies y la restricción de algunas zonas de caza.
Manifiestan también que si se pudieran generar empleos directos o indirectos que los involucre a ellos
o a personas de las localidades, estarían dispuestos a participar, ya que podrían ejercer en parte la
actividad que tanto les gusta (salir al monte, sacar los perros, caminar) y estarían también aportando en
la protección de las especies cazadas.

La comunidad en general incluyendo a los cazadores manifiestan que los más interesados sino los
únicos en que la fauna no se extinga son los cazadores, pues ellos son los que dependen y hacen uso de
la fauna. Pareciera que a las personas no cazadoras no les importara la disminución o la extinción de la
fauna local ya que no la ven como un recurso propio, sino por el contrario algo ajeno; no obstante la

62
observación de algunas personas que prohíben la actividad de cazadores en sus predios y que estimulan
la permanencia de la fauna ya sea cebándola o protegiendo su hábitat; la censura hacia la actividad por
parte de algunas personas en las que se incluyen algunos personajes públicos; y las sanciones verbales
y de hecho realizadas hacia algunos extractores ejecutadas por algunos grupos de vecinos o Juntas de
Acción Comunal, son un indicativo de que muchas personas quieren actuar por iniciativa propia en la
protección de la fauna y la naturaleza en general

La observación de practicas de conservación empíricas, y la disposición que mostraron muchos de los


cazadores para ser participes en las decisiones que se fueron tomando en el transcurso del tiempo, para
conservar la fauna, pone en evidencia que es posible llegar a una concertación participativa con ellos,
otros trabajos han intentado realizar este tipo de acciones y obtenido buenos resultados, por ejemplo,
Bodmer et al (1990) buscaron concertar las vedas de algunas especies con la población local, mientras
que San Vicente (1996) concertó la restricción de zonas de caza.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, podría llegarse a acuerdos con las Juntas de Acción Comunal
para que estas sirvan como entes reguladores recuperando su labor en el control social y en la
recuperación de los sistemas regulatorios propios de las comunidades, por su conducto se puede hacer
tramite a procesos de concertación del conflicto por uso; convirtiéndose en una de las estrategias con
mayor viabilidad para buscar soluciones a la actividad de caza. Es muy importante tener en cuenta que
la continuidad permite que tanto los aspectos de investigación como las acciones de conservación y
manejo de los recursos, con participación local, se puedan dar de manera gradual y a largo plazo
(Rubio et al., 2000).

Durante las charlas realizadas con los cazadores y con las juntas de acción comunal se explico que para
que una actividad sea sostenible, debe serlo en términos ecológicos, económicos, y sociales, y que por
ello, la verdadera sostenibilidad se presenta cuando los niveles de costo biofísico y/o socioeconómico
no traspasan la capacidad de autorregulación y regeneración del sistema, del paisaje y de la sociedad
en los cuales se lleva a cabo (Etter et al., 1996;), sin dejar de olvidar que la cacería es una actividad
extractiva, es decir, que no aporta entradas que restituyan o reintegren al sistema el recurso extraído.
Por lo tanto, la continua extracción puede ocasionar el agotamiento del recurso (IGAC, 1997; Citado
por Moure, 2001).

Una estrategia de manejo en la práctica cinegética en la zona, sería factible para especies como el
armadillo, el guatín y el conejo sabanero, y posiblemente para los cusumbos, dado que estas especies
son menos exigentes de hábitat, presentan alta tasa de reproducción, y en algunas partes son
abundantes. Pero no seria viable para especies como la guagua, el venado y las pavas debido a las
bajas densidades en que se presentan, por razonas tanto intrínsecas como extrínsecas a estas dos
especies.

El aprovechamiento del recurso fáunico en la región no es ecológicamente sostenible debido a que se


vienen extinguiendo y disminuyendo a las presas cinegéticas sin que se tome ninguna o muy pocas
medidas por parte de los cazadores para evitarlo, más bien tienen una visión individualista de como
aprovechar al máximo el recurso sin importar que se acabe, antes que otros no lo hagan. De hecho el
primer paso de las aproximaciones para abordar a los cazadores y el interés inicial por ellos mostrado,
se basó en la preocupación que ellos tienen porque se están quedando sin que cazar.

63
Una de las opciones abordadas por los cazadores durante las reuniones realizadas, fue la de recibir un
estimulo a la conservación de la fauna mediante la generación de empleo como guías de “safaris
turísticos”, esta opción seria valida en un futuro, pero por razones de orden público, no seria aplicable
en un plazo inmediato o se presentaría de forma muy esporádica, sin embargo, además del ecoturismo
existen diversas modalidades de excursionismo y recreación en áreas naturales que son de gran valor
social y educativo, los componentes ecológicos para estudiantes y otras modalidades de esparcimiento
y aprendizaje en el campo, aunque no generan ingresos juegan un papel importante en la
concientización ambiental (Ojasti, 2000), estas modalidades se observaron en los municipios de Andes,
Betánia, Ciudad Bolívar y Jardín.

El caso de la presión de caza que se ejerce sobre la guagua en el área de estudio es de sumo cuidado,
debido a que es la pieza de caza más apreciada y a la que mayor esfuerzo económico y de tiempo le
dedica la mayoría de los cazadores, sumado a esto, esta especie es una de las menos abundantes.
Aunque animales como el venado y el oso de anteojos son menos abundantes que la guagua, la presión
de caza sobre ellos no es tan grande, debido a factores relacionados con la dificultad de caza, con la
menor apetencia de la carne, al temor de la pérdida de los perros, debido a que estos animales
presentan un mayor desplazamiento en la huida; y por la carencia de perros que se especialicen en estos
animales.

Algunos cazadores proponen la zoocría como una estrategia para repoblar y no dejar agotar el recurso
pero la zoocría requiere de grandes inversiones monetarias y de tiempo de investigación, lo que hace
que el nivel de éxito esté relacionado con las expectativas científicas, productivas, comerciales y de
subsistencia (Ulloa et al., 1996). Para la guagua se estima que un criadero de 10 jaulas cada una con
un macho y cinco hembras debe producir a partir del quinto año, 100 guaguas de 6kg, por año. Para
esto se debe iniciar con individuos mansos provenientes de otros criaderos que permita alcanzar una
plena producción en menor tiempo, este modelo representa un gran avance técnico, pero no garantiza
aún la rentabilidad del criadero (Ojasti, 2000), lo que para nuestro caso quiere decir que no sería viable
la implementación de zoocriaderos con fines de conservación o producción para esta especie.

En la zona de estudio se han propuesto y declarado como estrategia de conservación de la diversidad,


entre otras la creación de áreas protegidas y en menor medida la puesta enmarca de operativos de
control y vigilancia de extracción y comercio de flora y fauna silvestre, sin embargo haciendo
referencia a la cacería, exceptuando el presente trabajo y el realizado por Restrepo (2002), con respecto
ha llevar a cabo dicha estrategia no se ha contado con la participación y opinión de los cazadores
locales, lo cual ha generado comportamientos de rechazo, al reconocimiento de dichas reservas como
áreas vedadas para ejercicio de la cacería. Como argumento que soporta lo anterior vale mencionar la
destrucción de algunas de las vayas alusivas a la prohibición de la caza efectuada, presumiblemente por
elementos de un sector de cazadores no afectos a este tipo de medidas.

Los cazadores, con los que se adelantaron muchas de las actividades aquí descritas manifestaron
respetar y comprender la importancia de las zonas declaradas como reservas, así mismo dicen que
están dispuestos a concertar un plan de manejo de la fauna cazada comentando que anterior mente ya
habían dado muestras de esto en el trabajo realizado por Restrepo (2002), pero precisan que al no haber
continuidad en este tipo de proyectos, los compromisos son olvidados o se hace caso omiso; de modo
que el espacio dejado por ellos es abordado por otros cazadores y en ocasiones ellos mismos al ver la
falta de acompañamiento se ven tentados a persistir en las actividades de caza lesivas. Algunos grupos
de cazadores y líderes comunitarios han tratado de abordar la problemática de explotación irracional de

64
la caza, pero el común denominador es la falta de acompañamiento por parte de las autoridades
pertinentes.

Con respecto a lo anterior se debe tener en cuenta la actitud mostrada por las Juntas de Acción
Comunal y por algunos pobladores que actúan individualmente, Quienes en ciertos sectores han hecho
llamadas de atención, amonestaciones y expresado su rechazo a aquellas personas que cazan o extraen
aves (pajareros). Muestra de esto se vio en el corregimiento de Santa Rita, municipio de andes; en el
municipio de Betánia; en el municipio de Jardín, y en el corregimiento de Farallones, municipio de
Ciudad Bolívar.

En las charlas dirigidas a la población infantil se evidencio un gran desconocimiento de la fauna


autóctona por parte de ellos (a pesar de ser niños que habitan en el campo), se destaca la gran
influencia de la tv en el conocimiento que tienen de otras faunas y otros ecosistemas de países lejanos,
observados a partir de canales divulgativos como Discovery Chanel y otros, pero cabe destacar el gran
interés y atención prestada, tanto por la temática tratada, como por las ayudas usadas, sumado a esto se
evidencio una censura generalizada hacia la actividad de la cacería, no obstante varios de los asistentes
fueron señalados como niños que mataban pájaros con caucheras y otros quienes eran integrantes de
las familias de los cazadores se mostraron intimidados en un principio por temor a represalias; sin
embargo, este último grupo de niños se convirtieron en participantes activos de la charla, comentando
a sus compañeros las vivencias con respecto a la fauna local y aceptando que estaba mal la caza de los
animales si esto conducía a la extinción de las especies o a daños en el medio ambiente. Este
segmento de la población requiere una especial atención es algo sabido por todos los adultos y las
instituciones locales y departamentales, decirlo aquí suena lugar común, pero se observa una gran
ausencia de proyectos, programas y actividades que se ocupen de aspectos puntuales de la relación del
niño y el joven con su entorno; situaciones que abran horizontes desde una dinámica menos acartonada
y vacía que lo ofrecido por la escuela, con el escenario de su lugar de habitación como aula viva.

En las diferentes charlas e interacciones con las autoridades civiles se pudo observar que hace falta un
mayor esfuerzo por parte de las instituciones involucradas en la protección de la fauna y la flora
(Integrantes del CIFFA a nivel local y departamental) y un mayor cumplimiento en los compromisos
adquiridos (tratar en lo posible de no trasladar de jurisdicción a los policías ambientales, según
acuerdos celebrados entre la policía y la corporación, y de ser así, que sigan cumpliendo esta función
en sus nuevos puestos de trabajo; dar acompañamiento y asesoría a la policía ambiental, dotar de
material didáctico a la policía ambiental), debido a que el incumplimiento esta generando un ambiente
de incredulidad por parte y parte; se destaca el interés individual mostrado por muchos integrantes de
la policía, por inspectores de policía, por funcionarios de las UMATAS, por otros funcionarios de las
administraciones municipales y ciudadanos, pero se debe reiterar que el trabajo mancomunado aun
presenta muchas falencias, algo grave si se tiene en cuenta que la única forma de ejercer un control
efectivo en la extracción de los recursos naturales es precisamente mediante la coordinación
interinstitucional.
Las principales falencias que expusieron las autoridades civiles, como inspectores de policía y
funcionarios de las UMATAS están basadas en el desconocimiento de la parte operacional,
especialmente en lo que se refiere la determinación de cuales especies (vegetales y animales) son o no
decomisables (o incautables), poca claridad en la validez de los salvoconductos otorgados por las
autoridades ambientales; y en la ausencia de coordinación con las demás autoridades competentes. Lo
anterior sumado al incumplimiento de algunos compromisos adquiridos, ha creado un ambiente de
malestar e incredulidad.

65
Sin desconocer los esfuerzos que CORANTIOQUIA y demás instituciones involucradas en el cuidado
del medio ambiente (POLICIA, inspectores de policía, organizaciones ambientales, entre otros), han
venido desarrollando, y que se ven reflejados en la ejecución de aspectos como la elaboración de este
tipo de proyectos, control de explotación, transporte y tenencia ilegal de recursos naturales y la
creación del CIFFA regional; se debe reiterar que aún hace falta mucho por hacer y que la persistencia
y la continuidad son las mejores herramientas para obtener resultados más satisfactorios.

Es una constante que los problemas de cooperación interinstitucional, los cambios de personal, de
presupuesto, y de políticas torpedean los planes de protección y conservación incluso aquellos que
aparecen impecables sobre el papel (Clark et al., 1994 Jiménez, 1996; Snyder et al., 1996), es por esto
que se debe trazar un lineamiento de forma tal que garantice la continuidad de las estrategias y el
cumplimiento de los acuerdos.

Iniciativas de Conservación: Áreas Protegidas de Carácter Público y Privado.

Las áreas destinadas con fines de conservación en los seis municipios, son las que se presentan por
encima de la cota de los 2400 metros sobre el nivel del mar, y aquellas con fines de conservación de
fuentes de agua que surten algunos acueductos (ver tabla 67).

En resumen los parches boscosos por encima de los 2300 msnm ya sea que pertenezcan o no a áreas de
protección, son frecuentadas indistintamente por los cazadores. La zona de protección conocida como
Cuchilla Támesis Jardín, es frecuentada por cazadores de los municipios de Jardín, Jericó y Támesis,
además de sufrir la entresaca de madera y otros materiales vegetales por parte de habitantes de estos tres
municipios; situación que se presenta por desconocimiento o poca claridad por parte de los cazadores
de la existencia de estos predios como áreas de reserva y sus limites precisos, adicionalmente la ausencia
de una divulgación, señalización y apropiación adecuada por parte no solo de los cazadores si no del
resto de la población lugareña, y en algunos casos como se pudo constatar, hasta por parte de miembros
de la misma administración municipal, que no saben cuales son esos predios definidos. Esta situación lo
que devela es un desconocimiento, y ausencia de interés efectivo de parte de los funcionarios e
instituciones responsables del tema de la conservación de la biodiversidad en sus distintas expresiones
(ecosistemas, paisajes, comunidades, poblaciones, especies). Lo anterior no implica desconocimiento de
los esfuerzos realizados pero si es un llamado a la coherencia y la permanencia de una mirada integral en
las actuaciones.
En los bosques del municipio de Betánia, además de cazadores de este municipio, también son
frecuentados por cazadores de Jardín, Andes y Ciudad Bolívar; mientras que los bosques del
corregimiento de Santa Rita, en el municipio de Andes, y del corregimiento de Farallones en el
municipio de Ciudad Bolívar, específicamente en el sector de Colecaballo, Farallón y Monte Blanco; y el
sector de la vereda Cedeño Alto del corregimiento San Pablo en el municipio de Támesis, son
frecuentados esporádicamente solo por cazadores que viven cerca a estos sitios.

La diferencia en las excursiones de los cazadores en los relictos boscosos se da por dos razones, la
distancia y el temor a los grupos armados, la primera no es tan fundamental como la segunda. Debido a
un orden público más calmado en años anteriores se daba un mayor número de excursiones de caza, se
realizaban incursiones de varios días, el uso de armas de fuego era mayor, y era frecuente que llegaran
grupos de cazadores de otros sitios incluyendo ciudades como Medellín.

66
Tabla 67. Áreas de Reservas en la zona de estudio.

Zona de reserva Área (ha) Ubicación en la división


política
Reserva Regional (Zona Aproximadamente Andes, Betánia, Ciudad
de Protección) 17.390 a partir de los Bolívar; departamentos
Farallones del Citará. 2400 msnm. de Chocó y Risaralda.
Zona protectora de Desde la cota de los Límites con los
aguas al nororiente del 2000 msnm. municipios de Pueblo
municipio de Andes. Rico y Jericó.
Cuchilla Támesis Jardín 19.032 ha a partir de Jardín, Jericó, Támesis;
(Zona de Protección los 2400 msnm. Con Departamento de
Natural). posibilidad de conexión Caldas.
con Reserva Regional
Farallones del Citará.
Nacimiento de los ríos 659 ha Municipio de Támesis.
Conde, Cartaza, Río aproximadamente, a
Claro y San Antonio. partir de la cota de los
2900 msnm.
Nacimientos de las En alturas desde los Municipio de Támesis,
quebradas La Mica, L 1600 a los 2400 msnm. casi la totalidad de la
Yarumala y La Virgen vereda la juventud,
partes altas de las
veredas La Virgen y San
Nicolás y un pequeño
sector de la vereda La
Oculta y Río Frío.
Las Nubes, La Selva Municipio de Jericó.

Aproximación al estado de las poblaciones de animales cinegéticos en el área de estudio.

Con el fin de establecer el estado de las poblaciones de especies cinegéticas en algunos sitios que
hacen parte de las áreas de conservación en los seis municipios se implementó la siguiente
metodología:

Métodos de registro en transectos. Este método sirve para establecer abundancias relativas y así poder
comparar el número de indicios o animales observados hallados en cada sitio de estudio.

Se establecieron cinco transectos de 100 metros de largo por 20 metros de ancho (para un área de 1
hectárea en total) en cada lugar de estudio, estos transectos se recorrieron por lo menos una vez
buscando cualquier indicio que indicara la presencia de algún animal cinegético, anotando la fecha, el
sitio de muestreo y el número de transecto, cada vez que fue detectado un indicio se anotó la especie
que dejó el indicio y el tipo de indicio. Cuando se observaron animales se anotó, la hora, la especie y
el número de individuos.

Métodos de captura y trampas de huellas

67
En los sitios de estudio fueron ubicadas cuatro trampas TOMAHAWKR cebadas con sardina, banano y
yuca. También se ubicaron varias trampas de huellas de 1 metro cuadrado de superficie. Estas trampas
consistieron en la remoción del material vegetal, y colocación de tierra desmenuzada y/o humedecida
con agua de modo que cuando un animal pasara por ella deje impresión de huellas de sus patas; para
atraer los animales a estas huellas se usó el mismo tipo de cebo utilizado en las trampas
TOMAHAWKR.

Encuestas a los cazadores lugareños.

Se realizaron encuestas semi-estructuradas a los cazadores con el fin de detectar la abundancia relativa
de los animales cazados en cada sitio de estudio elegido, para esto se citaba la especie y solicitaba al
cazador que respondiera si la especie era abundante, escasa o no estaba presente en el sitio.

Resultados.

Recorrido por el Alto de la Raya

Durante los recorridos se pudo observar excavaciones hechas por cusumbos (con este tipo de
observación no es posible determinar el género al que pertenece el animal), se observaron pavas, se
encontraron rastros (pelos, ramoneo y material roído) dejados por guagua loba. También se
encontraron en una casa abandonada, varios pedazos de madera roídos por diferentes roedores, y fue
posible observar rastros (comederos y arañazos) de oso de anteojos, rastros (comederos y llamados) de
oso perezoso.

Por los potreros cerca de los parches boscosos de las zonas altas, se observa con mucha frecuencia los
rastros dejados por el armadillo coletrapo (Cabassous centralis) y cusumbos (Nasua sp, y Nasuella
olivacea).

En esta zona ha sido avistado el oso de anteojos en varias ocasiones, una de ellas en el mes de enero
del 2004 y otra a mediados del 2003

Se instalan 10 trampas de huellas de un metro cuadrado cada una, cebadas con banano y esencia de
banano y sal (6 de ellas), y con sardina (cuatro de ellas). Se dejaron por dos días y dos noches sin
obtener ninguna impresión de huellas, ni indicios de consumo del cebo.

Se instalaron dos trampas de huella en dos madrigueras, sin resultados ya que la lluvia daño las
trampas. Se observaron hozaderos de cusumbo y armadillo coletrapo. Por los indicios encontrados,
estos animales al parecer son muy abundantes en la zona.

Se observaron dos individuos de cusumbo, se encontró un esqueleto de armadillo coletrapo, se


observaron pavas, se escucho oso perezoso. Se obtuvo información de avistamiento de oso de anteojos
en la última semana de febrero. Se ha observado palmas comidas por el oso en la región seis meses a
tras. Se obtuvo información de que a mediados de febrero se cazó un juvenil de Agouti paca en la
zona. Se encontraron excretas de guagua loba, así como raíces roídas por esta especie.

Entrevista con habitantes de la parte alta de la vereda La Linda.

68
La vereda esta habitada en la parte alta solo por tres familias de agregados, ninguno de sus miembros
son cazadores “no entendemos de eso y de lunes a sábado trabajamos, los domingos salimos al pueblo”
comenta un señor de unos 60 años.

Las señoras y los hijos menores de edad manifiestan no conocer los animales del monte solo ardillas y
el lobo, un niño de 9 años comenta como una vez mato un armadillo coletrapo creyendo que era una
chucha, solo supo que no lo era cuando su tío le dijo cuando vio el cadáver del armadillo. El mismo
niño en compañía de su tío avisto un oso de anteojos, cuando estaban buscaban ganado en un parche
de bosque cerca de un potrero.

Tabla 68. Resultados de la metodología de estimación poblacional de fauna en la parte alta de la


quebrada La Linda.

Cuchilla Támesis Jardín (Alto de la raya y La Churria)


Especie # de Tipo de Número # de Abundancia
transectos indicio de trampas según
con capturas con encuesta
indicio huellas
Guagua 0 No 0 0 Escasa
venada
Guagua 0 No 0 0 Escasa
serranera
Guagua loba 1 Excreta 0 0 Abundante
Gurre 3 Ozaderos 0 0 Escaso
huellas
Gurre 2 ozaderos 0 0 Abundante
coletrapo
Cusumbo 2 Ozaderos 0 0 Abundante
Oso de 1 Comedero 0 0 Escaso
anteojos
Venado 0 No 0 0 Ausente
Pava 3 Observación 0 0 Abundante
directa,
plumas,
sonido

Recorrido por La Reina (Municipio de Andes)

En general, en este sitio se vieron pocas huellas de animales. Se escucho una pava, se vieron hozaderos
de armadillos y de cusumbos, se vieron comederos de guagua loba en la parte alta y media de la
microcuenca, al parecer apenas comienzan a fructificar los vegetales, y esto podría estar influyendo en
la baja presencia de fauna. Dice un cazador habitante del corregimiento de Santa Rita, que en La Reina
no ha sido común la guagua pero sí las pavas.

Los cazadores dicen que es frecuente ver el armadillo blanco Dasypus novemcinctus, en esa región.
“Este sector de la Reina había tenido actividad de caza hasta que se declaro reserva natural, desde
entonces casi no se caza allí”, no obstante este comentario el sector presenta excursiones esporádicas

69
de cacería. Se reporta oso de anteojos de manera esporádica y se encuentran señales relativamente
recientes de su paso por este paraje.

Tabla 69. Resultados de la metodología de estimación poblacional de fauna en el paraje La Reina.

La Reyna
Especie # de Tipo de Número # de Abundancia
transectos indicio de trampas según
con capturas con encuesta
indicio huellas
Guagua venada 0 No 0 0 Escasa
Guagua 0 No 0 0 Abundante
serranera
Guagua loba 1 Comedero 0 0 Abundante
Gurre 2 Osaderos 0 0 Escasa
Gurre 1 Osadero 0 0 Escasa
coletrapo
Cusumbo 2 Osadero 0 0 Escasa
Oso de 1 Comedero 0 0 Escasa
anteojos
Venado 0 No 0 0 Ausente
Pava 1 Sonido 0 0 Escasa

Recorrido por El Chaquiro (Municipio de Andes)

Comenta uno de los cazadores que por el columpio se observaron dos guaguas predadas por un animal.
Otro cazador también comenta que a inicios del 2004 observó dos erizos predados en el Chaquiro.
Hace algunos años se veía venado por acá, ahora se puede ver guagua loba, comenta uno de los
cazadores de Santa Rita.

Durante el recorrido se observaron pavas, gallito de roca, y hozaderos de animales no determinados,


huellas de Eira barbara y comederos de guagua loba. El sitio ha sido usado como zona de caza,
extracción de madera, extracción minera, sitio turístico. Al parecer debido al orden publico, hace
algunos meses no transitan personas por ese lugar.

El Columpio y el Plateado son áreas que han sido muy frecuentadas por los cazadores, al parecer según
los comentarios de avistamientos recientes por parte de los cazadores, esta zona aun sigue siendo usada
con este fin.

Los cazadores de monte adentro al parecer se están acabando, comenta uno de los habitantes del sector,
solo quedan tres personas en la región que se sabe se dedican ha estas correrías. “Los cazadores de
ahora son de rastrojo y solo son aficionados” comenta un habitante de Santa Rita.

Tabla 70. Resultados de la metodología de estimación poblacional de fauna en el paraje El Chaquiro.

70
El Chaquiro
Especie # de Tipo de Número # de Abundancia
transectos indicio de trampas según
con capturas con encuesta
indicio huellas
Guagua 0 No 0 0 Escasa
venada
Guagua 0 No 0 0 Escasa
serranera
Guagua loba 0 No 0 0 Abundante
Gurre 2 hozadero 0 0 Escaso
Gurre 4 hozadero, 0 0 Escaso
coletrapo madrigueras
Cusumbo 1 hozadero 0 0 Escaso
Oso de 0 No 0 0 Escaso
anteojos
Venado 0 No 0 0 Ausente
Pava 1 Cadáver 0 0 Abundante
predado

Recorrido por Cedeño Alto Corregimiento de San Pablo (Municipio de Támesis)

Se pudo observar rastros (comederos, arañazos, excretas, pelos) de oso de anteojos, huellas
(hozaderos) de cusumbo y armadillo; y pavas.

Tabla 71. Resultados de la metodología de estimación poblacional de fauna en Cedeño Alto.

Cedeño Alto
Especie # de Tipo de Número # de Abundancia
transectos indicio de trampas según
con capturas con encuesta
indicio huellas
Guagua 0 No 0 0 Escasa
venada
Guagua 0 No 0 0 Escasa
serranera
Guagua loba 0 No 0 0 Escasa
Gurre 2 hozaderos 0 0 Escasa
Gurre 0 hozaderos, 0 0 Ausente
coletrapo madrigueras
Cusumbo 2 hozaderos 0 0 Escaso
Oso de 4 Excretas, 0 0 Escaso
anteojos pelos,
arañazos
Venado 0 No 0 0 Escaso
Pava 3 Avistamiento 0 0 Escaso

Recorrido por la parte alta del río Pedral y la quebrada La Bramadora (Municipio de Betánia)

71
En los recorridos por este lugar fue posible apreciar la presencia de gallito de roca y pavas, también se
observó la presencia de hozaderos de cusumbo y armadillo, comederos y rastros de guagua, comederos
de guagua loba, y hozaderos de armadillo coletrapo.

Los cazadores comentan que del sitio han extraído guagua roja, perrito de monte, pavas, armadillo, oso
de anteojos. Con respecto a este último animal fue muerto un ejemplar a comienzos del 2004 y fue
avistado otro día después.

Tabla 72. Resultados de la metodología de estimación poblacional de fauna en la parte alta del Río
Pedral y la quebrada La Bramadora.

Parte alta de Río Pedral y Quebrada la Bramadora


Especie # de Tipo de Número # de Abundancia
transectos indicio de trampas según
con capturas con encuesta
indicio huellas
Guagua 2 Huellas, 0 0 Escasa
venada comederos*
Guagua 0 No 0 0 Escasa
serranera
Guagua loba 0 No hozadero 0 0 Abundante
Gurre 4 , madrigueras 0 0 Escaso
Gurre 0 0 0 0 Escaso
coletrapo
Cusumbo 3 hozaderos 0 0 Escaso
Oso de 2 avistamientos 0 0 Escaso
anteojos
Venado 0 0 0 0 Ausente
Pava 1 Avistamiento 0 0 Escaso

Recorrido por Colecaballo y Monte Blanco (Municipio de Ciudad Bolívar)

En los recorridos se pudo observar gallito de roca, pavas, y se observaron rastros (comederos) de erizo,
guagua, oso perezoso; hozaderos de cusumbos y armadillos, y rastros (comederos y huellas) de oso de
anteojos.

Los cazadores y personas lugareñas dicen que en el sector de Colecaballo es muy común observar el
zorro (Eira barbara) en el sitio, pero este animal no ha sido cazado. En varias ocasiones se ha
observado al oso de anteojos (tres veces en el año 2004, y dos veces en el 2003, se ha cazado la guagua
serranera y la loba, también el armadillo blanco.

Tabla 73. Resultados de la metodología de estimación poblacional de fauna en el sector de Colecaballo


y Monte Blanco.

Sector Colecaballo
Especie # de Tipo de Número # de Abundancia
transectos indicio de trampas según
con capturas con encuesta
indicio huellas

72
Guagua 0 No 0 0 Escasa
venada
Guagua 0 No 0 0 0
serranera
Guagua loba 0 No 0 0 0
Gurre 1 hozadero 0 0 Escasa
Gurre 2 hozadero, 0 0 Escasa
coletrapo madriguera
Cusumbo 1 hozadero 0 0 Escasa
Oso de 3 avistamientos 0 0 Escasa
anteojos
Venado 0 No 0 0 Ausente
Pava 1 Avistamiento 0 0 Abundante
en tiempos

Tabla 74. Zonas protegidas y actividad de caza.

Municipio Vereda Paraje Área Presión


de caza
Andes La Mesenia, La La Reyna, El Chaquiro X
Soledad
Betánia Parte alta del Río XXX
Guadualejo, El Pedral y la
Quebrada La Bramadora.
Ciudad Farallones, Monte Blanco, X
Bolívar Colecaballo
Jardín La Selva, La Área conocida como la XXX
Linda, Quebrada Cuchilla de Jardín Támesis
Bonita
Támesis Cedeño Alto, La Leonera XX
Jericó Río Frío, La Venada XXX
X = excursiones esporádicas (una vez al mes o menos), XX = excursiones de mediana frecuencia
(más de una vez al mes, pero pocos cazadores), XXX= Excursiones muy frecuentes (varias veces al mes,
con varios grupos de cazadores).

Análisis de resultados

Teniendo en cuenta que la recolección de datos para hallar índices relativos en un esfuerzo de
búsqueda simula la excursión de un cazador y que los índices aproximan de hecho la probabilidad de
encuentros entre un cazador y diversas especies presa por unidad de recorrido (Ojasti, 2000), entonces
según los resultados hallados en las excursiones por las áreas de reserva, la fauna disponible para los
cazadores es mas bien baja, siendo las pavas y los cusumbos las especies con una mayor probabilidad
de observación. Sin embargo, la mayoría de excursiones de caza la realizan los cazadores
acompañados de perros, lo cual facilita la ubicación de los animales presa. Durante las diferentes
excursiones se observo que las pavas frecuentan los mismos lugares, y son relativamente conspicuos
por su tamaño y por los ruidos que emite y hace al volar entre la vegetación; lo que hace que estos
animales puedan ser fácilmente cazados.

73
El método de trampeo al igual que los métodos de observación directa, tampoco fue muy eficiente por
lo que se sugiere la cuantificación de abundancia poblaciones utilizando índices indirectos; estos
estipulan que la cantidad de rastros de una especie en un área en un momento dado depende del
balance entre la tasa de incremento de los rastros (proporcional al número de animales presentes, su
actividad y el tipo de sustrato), y la de su desaparición.

Como en las trampas de huellas utilizadas durante el presente estudio, no se presentaron rastros que
indicaran la presencia del animal, se sugiere que estas sean utilizadas en mayor cantidad y por un

mayor tiempo, esto debido a que las huellas que dejan los animales al desplazarse por el suelo son las
huellas más frecuentes, y huellas identificables se producen en sustratos muy específicos (Ojasti,
2000), como los utilizados en las trampas de huellas.

Las huellas que se encontraron con mayor frecuencia en los distintos sitios muestreados fueron las de
las dos especies de armadillos, las de cusumbo y las del oso de anteojos, lo que podría sugerir que
estos animales son los más abundantes pero no necesariamente refleja la realidad, debido a que las
huellas que dejan estos animales son mas conspicuas por razones comporta- mentales, alimenticios y
de tamaño.

Se supone que los animales cinegéticos más abundantes serán también los más frecuentemente
cazados, sin embargo la dificultad para hallarlos o atraparlos juega un papel muy importante en el éxito
de captura. Se debe tener en cuenta también que en la zona de estudio el número y las especies
cobradas varían de acuerdo al piso altitudinal y al tipo de hábitat, como se pudo constatar con los
cazadores, quienes dicen cazar un mayor número de armadillos, guatines y conejos sabaneros en los
pisos altitudinales bajos, así mismo, especies como la guagua serranera y la guagua loba, son propias
de alturas mayores a los 1700 msnm, y se encuentran en mayor cantidad en las zonas más altas y
escarpadas que en aquellas partes en donde se acostumbra hallar a la guagua venada.

Los únicos parches boscosos que aún quedan en la zona de estudio, se limitan a las partes altas, por
encima de los 2000 msnm, aunque la mayor parte de esta área esta cobijada por los planes de
conservación de los municipios, aun se sigue extendiendo la frontera agrícola y ganadera, y
actualmente son sitios de visita constante por parte de los cazadores, así como lo fueron en otrora. Es
una constante que los cazadores digan que la fauna cinegética ha disminuido mucho en esas partes
siendo cada vez mayor el número de jornadas para poder atrapar un animal, lo cual es una señal de
alerta, porque es un indicador espontáneo de la disminución de las poblaciones de estos animales. Otra
amenaza a la que actualmente se ven enfrentados los bosques remanentes es la extracción de material
vegetal de forma ilegal.

Diversos autores como Johns (1986), Ojasti (1993), Bodner et al., (1997), comentan que las
empresas madereras emplean cazadores para abastecer de carne al personal a su cargo, aunque los
cazadores comentan que esta modalidad no se da en la región, pero es posible que los aserradores al
estar en contacto cercano con la fauna cinegética, no pierdan la oportunidad de cazar uno que otro
animal.

74
Es claro que no solo la extracción de animales cinegéticos es la causa de la disminución y extinción
de especies, la mayoría de especies con importancia para la cacería de subsistencia en el neotrópico
son especies estrictamente silvícolas, o propias de hábitat mixtos o secundarios (Ojasti, 1993), es decir
que dependen en mayor o menor grado de la existencia de cobertura en el paisaje en relación con los
demás tipos de cobertura pueden ser indicadores del tipo de especies disponibles para usos de
subsistencia y su abundancia relativa en una zona dada (Moure, 2001). Por otra parte la disponibilidad
de hábitat de calidad en cantidad suficiente, no es garantía de presencia de fauna silvestre. Las
presiones directas sobre la fauna, ya sea por razones de subsistencia, comerciales o recreativas, pueden
contribuir a reducir o a extinguir localmente poblaciones de especies en zonas en donde existen
grandes extensiones de hábitat en buen estado (Moure, 2001).

Esta situación corresponde con lo conocido en la literatura como bosques defaunados en donde por
múltiples variables, la caza, la presencia y cercanía permanente de humanos, actividades extractivas
como la tala, ocasionan la huida y desplazamiento de la fauna de estos hábitat, que pueden ser en
estructura y composición apropiados para mantener poblaciones saludable de algunos grupos de la
fauna silvestre. La defaunación de estas áreas tiene no solo consecuencias en la extinción local y
regional de especies sino la transformación de la estructura, incluso la composición del bosque se ve
afectada seriamente, como lo han reportado distintos estudios realizados en la Isla de Barro Colorado,
Panamá, entre otros. Recuerdese solo un aspecto como la dispersión de semillas, la afectación que
tiene la desaparición del dispersor sobre las poblaciones de alguna especie de flora que depende de un
dispersión efectiva para mantener poblaciones sanas y viables.

Wallace y colaboradores (2000) comentan que la conversión de bosques para agricultura y ganadería,
claramente tienen efectos devastadores sobre las poblaciones de fauna, y la mayoría de dichas áreas,
pierden su valor para la conservación cuando son deforestadas.

Observando los anteriores comentarios queda claro que las alteraciones del hábitat ejercen un
importante efecto cinegético con la caza (Ojasti, 2000); e igualmente sucede en sentido inverso, una
afectación de parámetros de flora afectados por la desaparición de distintos elementos de la fauna –
mamíferos, aves, reptiles anfibios- por lo que la problemática de disminución de animales silvestres no
recae solamente en los cazadores sino también en aserradores, agricultores, ganaderos y extractores de
flora (macanas, anturios, orquídeas, capote etc.).

Las poblaciones animales están limitadas principalmente por la disponibilidad de alimento, aunque el
agua, las enfermedades y la predación también son importantes (Dumbar, 1987), los sitios de ubicación
de árboles como los higuerones (Familia Moraceae, especialmente el género Ficus) son reconocidos por
los cazadores como de gran afluencia de aves y mamíferos, otros árboles como los yarumos, yolombos y
algunas palmas también hacen parte de estas observaciones. Algunos autores afirman que un tema
fundamental para la conservación de la fauna es la identificación de especies de plantas que producen
frutos consumidos por frugívoros (Wallace et al ., 2000), esto es cierto si se tiene en cuenta que la
mayoría de las comunidades de mamíferos de los bosques tropicales, los frugívoros, son el grupo trófico
dominante en términos de biomasa (Emmons et al., 1983; Terborgh, 1983). Y los frugívoros
especialistas están considerados como amenazados por las alteraciones en el hábitat (Johns y Skorupa,
1987; White, 1994). Además, estudios intensivos demostraron que ciertos hábitats pueden considerarse
críticos o claves desde la perspectiva de los frugívoros (Painter, 1998; Wallace, 1998).

75
La observación de indicios (Excretas, Pisadas, comederos, pelos, rugidos) que indican la presencia de
oso de anteojos en el área durante todo el periodo de estudio, la observación de la presencia de otros
animales en riesgo de extinción como el gallito de roca, la guagua loba, la guagua serranera, el loro
orejiamarillo, el cusumbo capotero, el venado, tigrillos y la nutria, hace que amerite la protección de los
remanentes boscosos y la restauración de ecosistemas que permitan ampliación de áreas y conectividad
entre fragmentos, que se adelante una campaña de difusión para que las personas conozcan y ayuden a la
protección de estas especies y sus hábitat.

La protección de la fauna y la flora no son el único motivo importante para la protección de estos
remanentes boscosos, el recurso hídrico que allí se genera es de vital importancia para el abastecimiento
de agua en los hogares, así como para la agricultura y la ganadería, y las observaciones de un
decrecimiento en los caudales de las quebradas en los últimos años (Comentario personal de
funcionarios de las UMATAS y campesinos), ya se empieza a tornar preocupante.

Con el restablecimiento del orden público en un furo, es muy probable que la actividad de caza aumente,
y se empiece a incursionar en sitios en los cuales en la actualidad han dejado de ser visitados por los
cazadores. Por esto, no hay que bajar la guardia y por el contrario se deben realizar campañas que
permitan contrarrestar este fenómeno.

Los reductos boscosos de las partes altas de los municipios constituyen el único sitio por el cual muchas
especies de animales (incluyendo algunas aves, anfibios y reptiles) pueden desplazarse constituyéndose
en un verdadero corredor biológico.

Un corredor biológico no es solamente un sitio que dada sus características de cobertura, protección u
otras, permiten solamente el transito del animal de un lugar a otro si no que además como lo dice
Forman (1998), puede tener diferentes funciones en el paisaje: como ruta de migración, como hábitat,
como barrera etc. Según Meyer y colaboradores (2002), para saber si un lugar presenta las funciones de
corredor biológico, debe cumplir con dos aspectos básicos, el primero, que el ecosistema tenga valores
como hábitat; segundo, exista una riqueza fáunica de importancia en mamíferos que transita y habita el
corredor, y existen obstáculos para el movimiento de los animales.

La cobertura vegetal en las partes bajas de los seis municipios, se limita a cultivos, especialmente café
y a pequeñas áreas en rastrojadas, la mayoría de ellas de rastrojo bajo, los márgenes de las quebradas,
que serian la única conexión entre las zonas altas y las zonas bajas se muestran desprotegidos por lo
cual no garantizan el flujo de algunas especies de uno a otro sitio; la capacidad de movilización
de los animales entre parches esta determinada por aspectos fisiológicos y de comportamiento, para la
mayoría de las especies, la movilidad esta correlacionada positivamente con los requerimientos de
área, que a su vez son función del tamaño corporal y nivel trófico (Robinson y Redford, 1986).

Animales como el gurre, el guatín y el conejo sabanero se adaptan a las zonas de cultivos y a los
rastrojos, pero son cazados en forma vehemente.
Algunos carnívoros como los tigrillos, el zorro negro y el lobito, logran desplazarse por las zonas de
cultivo y al ver reducida la oferta alimenticia se convierten en predadores de animales domésticos
pequeños, y de algunos frutos. Otros animales acostumbrados a convivir con el hombre en las áreas
antropizadas, como las chuchas, las ardillas y los ratones domésticos, y ocasionalmente los guatines, se
convierten en verdaderas plagas debido a la ruptura de las cadenas tróficas, ya que sus predadores
(incluyendo las aves) y competidores son exterminados de forma selectiva.

76
Estrategias de conservación, aspectos biológicos y vulnerabilidad de algunos animales
cinegéticos cazados de la zona de estudio.

Las especies cinegéticas pueden protegerse para aminorar los riesgos de extinción a los cuales son
sometidas. Para esto se deben implementar estrategias que sean afines a la realidad de la problemática,
en esta sección se presentan algunos elementos que se pueden tener en cuenta para conservar las
poblaciones de la fauna cinegética.

Una estrategia de conservación solamente es viable desde el punto de vista biológico si una vez
establecida, las poblaciones de los animales empiezan a aumentar. Cada población animal posee
características propias tales como densidad, razón de sexo, clases de edad, tasas de natalidad, tasas de
inmigración, tasas de mortalidad, tasas de emigración, distribución y distancia de dispersión; el
conocimiento de estas características son fundamentales en el momento de establecer la estrategia de
conservación.

Criterios de vulnerabilidad (Factores intrínsecos)

La vulnerabilidad es la probabilidad que tiene una especie de disminuir sus poblaciones o de


extinguirse (Ulloa et al., 1996). Teniendo en cuenta las apreciaciones de Primack, 1993), adaptándolas
a la fauna de la zona de estudio, las especies más vulnerables son aquellas que tienen una o varias de
las siguientes características:

Tamaños poblacionales pequeños

Estas especies tienen mayor posibilidad de extinguiesen por las variaciones demográficas y
ambientales y la pérdida de variabilidad genética. Entre estas especies se distinguen los grandes
predadores y las especies extremadamente especialistas y especies con densidades poblacionales bajas.

Área vital grande

Son animales que requieren de un gran territorio para desarrollar sus actividades vitales (solo pueden
haber unos pocos en un área muy extensa). Por lo general son animales de gran tamaño, que requieren
altas cantidades de alimento, que están al tope de la cadena trófica o que tienen migraciones a larga
distancia en busca de alimento o para buscar pareja.

Baja tasa de incremento en la población

Especies con una baja tasa reproductiva debido a un largo intervalo entre nacimientos, pocas crías por
parto. Viven en hábitat estables, por lo general son especialistas y su madurez sexual se da a largo
tiempo. Para medir la tasa de reproducción debe conocerse el número de crías, el intervalo de tiempo
entre dos nacimientos consecutivos y cuantas hembras hay por cada macho.

Tamaño corporal grande,

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Los animales con un tamaño corporal grande tienen un área vital extensa, bajas tasas de incremento
poblacional y generalmente son las presas más apetecidas en la cacería.

Poca variabilidad genética,

Se puede presentar en especies con poblaciones pequeñas, siendo propensas a la endogamia,


disminuyendo la variabilidad genética, lo que hace que se pierda capacidad de adaptabilidad a los
cambios del ambiente.

Especialización en hábitat o alimentos

Las especies que se especializan en ciertos alimentos o que requieren de hábitat específicos se tornan
vulnerables cuando disminuyen las fuentes alimenticias o se afecta su hábitat, pues al ser especialistas
no tienen la capacidad de cambio.

Animales que están al tope de la cadena trófica (carnívoros)

Por lo general estas especies requieren una extensa área vital, los de gran tamaño generalmente
presentan poblaciones pequeñas y baja tasa de reproducción.

Existen otros aspectos que ayudan a indicar la vulnerabilidad de una especie como son el estado
actual de las poblaciones y la disponibilidad del área mínima para que una población sea viable.

Criterios de amenaza (Factores extrínsecos)

Aquellos animales que presentan los factores intrínsecos anteriormente mencionados y que además
sean preferidos por los cazadores presentan una mayor vulnerabilidad a la extinción, sin embargo,
cuando la presión de caza es muy alta cualquier especie puede ser vulnerable, Cualquier especie esta
en peligro si sus poblaciones son impactadas a un grado que no pueda recuperarse. Como ejemplo se
tiene el caso de Cuniculus paca, un roedor común cuya población esta diezmada en algunas zonas
debido a la intensidad de caza a la que es sometida.

Presión antrópica y la cacería.

Entre los animales con mayor grado de amenaza se encuentran aquellos cuya carne es aceptada debido
a su buen gusto, o que sean utilizados para usos culturales como medicina tradicional, como mascota, o
en prácticas de superstición.

Otro tipo de presión antrópica que amenaza la estabilidad de las poblaciones animales es la perdida o
deterioro de hábitats, debida a la tala y quema de bosques y rastrojos, además de la contaminación de
las fuentes de agua y la sobrepesca que afectan en particular la población de nutria.

No solo la actividad del hombre amenaza las poblaciones animales, si no que también desastres
naturales como incendios, deslizamientos, inundaciones, fuertes cambios climáticos (sequías,
intensidad de lluvias) también pueden diezmar las poblaciones animales.

Estrategias de protección.

78
Para establecer una estrategia debe partirse de que esta tenga viabilidad, (en este aparte solo vamos a
referirnos a los aspectos biológicos de las especies aclarando que también deben tenerse en cuenta los
aspectos socioculturales de la región para que la estrategia sea viable en el tiempo), para esto deben
tenerse en cuenta aspectos de cada una de las especies, como demografía, tasa promedio de
crecimiento, tasa de migración e inmigración, tasa promedio de natalidad y mortalidad, y expectativa
de vida promedio individual.

A continuación se definen algunos parámetros que presentan las poblaciones animales y que se deben
tener en cuenta para establecer las estrategias de conservación que generalmente son recomendadas
para disminuir el impacto causado por la extracción cinegética.

Estructura social

Son las relaciones que se establecen entre los individuos de una misma especie, entre ellas están si son
monógamos o polígamos; si son solitarios, si forman parejas estables, si forman grupos. Pueden existir
diferentes tipos de grupo, grupos de hembras con un macho, un macho y una hembra dominante con un
grupo, machos dominantes que se juntan con grupos de hembras en la época reproductiva, o uniones
tipo fusión fisión, que consiste en parejas que se reúnen en grupos en ciertas épocas.

Competencia

Puede presentarse en individuos de una misma especie (intraespecífica), así como con especies
diferentes (interespécifica), los animales compiten por recursos como alimento y espacio, y por pareja
entre otros. Los cambios en el número de competidores afectan gravemente las poblaciones,
disparando o disminuyendo los tamaños poblacionales.

Predación

Los predadores naturales generalmente se mantienen en una proporción que no disminuye gravemente
las poblaciones de sus presas, caso contrario sucede cuando el hombre entra a competir por las presas
con los predadores. También puede pasar que al crear una alteración, como por ejemplo la eliminación
de un competidor, se dispara la población de predadores disminuyendo las presas drásticamente. Se
puede presentar el caso contrario si se eliminan los predadores, de modo que al no tener quien se las
coma, las poblaciones presas crecen en forma desproporcionada. Muy raras veces se da la predación
entre individuos de la misma especie.

Dimorfismo sexual

Algunas especies presentan características físicas visibles a simple vista que diferencian a machos y
hembras. Se puede presentar diferencias de coloración (gallito de roca), Presencia de cuernos
(venados), tamaño (oso de anteojos, cusumbo).

Edad de reproducción

La edad de reproducción comienza cuando el animal alcanza la madurez sexual. Esta varia según el
tamaño de la especie (animales de gran tamaño se demoran mas en adquirir la madurez sexual), el

79
grado de especialización y el cuidado que requieren las crías (algunas crías nacen con pelo, con ojos
abiertos y caminan y consumen alimento sólido en un tiempo corto, mientras que otras nacen más
desprotegidas).

Época reproductiva

La reproducción no solo comprende la cópula, sino también lo que sucede antes y después de esta
como el cortejo, la duración de la gestación, el nacimiento y el cuidado de la cría. La duración y la
época del año en que se presenta época reproductiva presentan mucha variación entre las especies, y
puede cambiar dependiendo de las condiciones del ambiente. Es importante saber la época
reproductiva y las pautas de comportamiento reproductivo para así establecer las épocas del año en los
cuales la especie se reproduce, y la duración que tiene desde la época de cortejo hasta la independencia
de la cría.

Diferencias físicas por clases de edad

Es posible diferenciar un juvenil o un adulto por el tamaño corporal, por la coloración (venados), por
comportamiento, como por ejemplo en los cusumbos que el macho adulto es solitario, mientras que los
juveniles y los infantes permanecen con la manada, por emitir sonidos infantiles (guaguas).

Requerimientos alimenticios y Hábitos alimenticios.

Los requerimientos alimenticios varían de una especie a otra, una forma generalizada de clasificarlos
es agrupándolos en herbívoros, carnívoros, y omnívoros, pero entre los herbívoros pueden haber
algunos que se especialicen en comer frutas o semillas, algunos carnívoros se especializaran en
consumir presas de mediano y gran tamaño, otros consumirán insectos; entre los omnívoros pueden
haber animales de gran tamaño que comen mucho y otros más pequeños que ingieren menor cantidad.
Debe tenerse en cuenta no solo el tipo de alimento sino también la proporción.

En cuanto a los hábitos las especies animales se alimentan a diferentes horas (al amanecer, al atardecer,
durante el día, en la noche), y de diferente forma (por ejemplo, mientras unos consumen frutos directa
mente del árbol, otros consumen estos mismos frutos del suelo.

En algunos lugares como zonas con especies vegetales fructificadas (pepiaderos), salados, y fuentes de
agua, se presentan congregaciones de animales, ya sea de la misma especie o de diferentes especies.

Calidad de hábitat.

Las especies no solo requieren un área en donde vivir, sino también que esa área cumpla con ciertos
requisitos para llevar a cabo actividades como reproducción, alimentación, descanso y protección. La
calidad del hábitat puede determinarse a través de la disponibilidad de estos recursos, y puede inferirse
a través de su grado de conservación y/o por las densidades poblacionales de las especies de interés.

Estrategias

Una ves tenidos en cuenta los anteriores conceptos, se puede entrar a evaluar cuales de las siguientes
estrategias podrían emplearse para conservar las poblaciones animales.

80
Cacería selectiva o vedas

En la adopción de esta estrategia se decide cazar por determinado tiempo únicamente cierto tipo de
animales ya sea de la misma especie o de diferentes especies.
Veda por época de cría

Durante la época reproductiva se deja de cazar las especies. Este tipo de estrategia solo funciona con
aquellas especies que tienen épocas definidas de reproducción.

Veda por sexo

Se dejan de matar las hembras o los machos de una especie, generalmente son las hembras las que se
dejan de cazar, ya que son las que aportan mediante la reproducción, nuevos integrantes que harán
crecer el tamaño poblacional. Para adoptar esta estrategia se debe tener en cuenta que la especie
presente un marcado dimorfismo sexual (que sea fácil diferenciar entre machos y hembras a simple
vista), y que la especie no sea monógama.

Veda por edad

Con esta estrategia se dejan de cazar animales jóvenes dándoles el tiempo necesario para que adquieran
su madurez sexual y puedan reproducirse. Sólo es eficiente cuando se distingue fácilmente la edad
reproductiva del animal.
Veda completa

Se deja de cazar la especie por algún tiempo mientras sus poblaciones se recuperan. Este último tipo
de estrategia se debe utilizar para especies vulnerables o que estén en peligro de extinción.

Se debe definir la vulnerabilidad de las especies para establecer el tipo de veda, generalmente las
especies con alta vulnerabilidad y amenaza, se aconseja una veda completa a largo tiempo.

Cotos de caza

Son lugares en los cuales bajo cierto tipo de regulaciones, se permite la actividad de caza. Los Cotos
de Caza se definen también como áreas destinadas al mantenimiento, fomento y aprovechamiento de
especies de fauna silvestre para caza deportiva.

Refugios

Son porciones de hábitat en la cual se decide dejar de cazar durante un periodo de tiempo, que puede
ser permanente, el objetivo es que las poblaciones de animales allí presentes aumenten sirviendo como
sitios fuente, los cuales surten de fauna manera natural a otras zonas. Esta estrategia es viable para
especies vulnerables y en algún riesgo de extinción, Para proponer un refugio debe tenerse en cuenta el
área mínima para mantener una población, y que el área tenga los recursos requeridos por las especies
(calidad de hábitat).

Otros Recursos.

81
Es una alternativa que implica la adopción de otros recursos diferentes a la caza de modo que
disminuya la presión sobre los animales cazados.

Cría de especies menores, como sustitución de fuentes de proteína animal. Según las observaciones
realizadas durante el presente trabajo, esta estratégica no sería viable debido a que en la región el fin
último de la caza no es la suplencia de proteína.

Zoocría. Se trata de criar y reproducir en cautiverio los animales silvestres cazados, puede ser con
fines alimenticios o de comercio. Aunque en diferentes ocasiones los cazadores plantearon la zoocría
con fines de redoblamiento, esta alternativa no sería viable en la región debido a que genera altos
costos y pocos ejemplares en un largo periodo de tiempo, además de otros inconvenientes económicos,
sociales y de salud animal entre otros (ver Misterio del Medio Ambiente, 2000).

Cacería fotográfica, ecoturismo. El ecoturismo está planteado como una forma sostenible de la fauna
silvestre con un gran potencial económico (Instituto de Investigaciones de Recursos Biológicos
Alexander Von Humboldt, 1998). La implementación de este tipo de estrategia es bien acogido por los
cazadores quienes están dispuestos a tomar el papel de guías turísticos y de esta forma, motivados por
la generación de empleo estarían dispuestos a reducir la presión de caza. En la zona de estudio se
hallan parajes de singular belleza y con fauna llamativa como, el gallito de las rocas, tucanes, pavas,
guacharacas y otras aves que son relativamente conspicuas, además de contar con la presencia de
mamíferos carismáticos como el oso de anteojos, y los venados que a su paso deja gran cantidad de
rastros que pueden potencializarse como un atractivo para los turistas. Entre los inconvenientes que
presenta este tipo de estrategias están los dos siguientes: escasez de turistas debido a la alteración del
orden público, y el que las frecuentes excursiones de los turistas pueden ahuyentar la fauna o cuasar
deterioro al medio ambiente.

La ley 99/93 define algunas competencias para las Corporaciones Autónomas Regionales en lo tocante
con el tema de caza que puede ser el sustento jurídico para algunos de los aspectos tratados en el
manejo de la actividad de la cacería en la región; es así como la citada ley autoriza a las
Corporaciones para el establecimiento de vedas de caza. L99/93. Expedir los debidos permisos de
caza para adelantar actividades comerciales, deportivas, científicas, de fomento y de control, salvo las
actividades de caza para subsistencia. L99/93. Art.31.

Las siguientes tablas (Tablas 75, 76 y 77) muestran algunos aspectos biológicos que deben tenerse en
cuenta para la elaboración de estrategias de conservación que se ajusten a cada especie en la zona de
estudio.

Tabla 75. Algunas características propias de especies de uso cinegético en la zona de estudio.

Especie Área de Desidad Población Área


vivienda Núm/km2 mínima necesaria
(ha) viable para PMV
(PMV) (rango km2)
D A
Dasypus novencintus 9,85 21.85 2000-60000 200-6000 B
B

82
Cuniculus paca 45,57C 27.51 A 1000-40000 200-6000 B
B

Cuniculus taczanowskii 16,85 D 1000-40000 200-6000 B


B

Dasyprocta spp. 10,01 D, 19.66 A 2000-60000 200-6000 B


2-3 A B

Dinomys branickii
Sylvilagus brasiliensis 2,76 D 2.000-60000 200-6000 B
B

Mazama americana 75,50 D 10.47 A 800-20000 400-8000 B


B

Fuentes: A Robinson y Redford (1997); B y D Moure (2001); C


Rodríguez (2000); E,F
Edelca (1968),
Kauffman (1964), citados por Campos et al., (1996);

Tabla 76. Algunas características de aspecto reproductivo de especies


de uso cinegético en la zona de estudio.
Especie Gestació Madure # de Número de
n z crías partos por
sexual por parto año
Meses meses
Dasypus novencintus 5 aprox. 12 4 2
Cuniculus paca 5 12 1A 2
Dasyprocta punctata 3.5 8 2 2
Dinomys branickii 2.5 9 4 2
Sylvilagus 1.6A 3 4-5 A 3A
brasiliensis
Nasua sp. 3.5E 24-36 E 3-7E 1
Tremarctos ornatus 5-8.5 A 48 A 1-2 1
rara vez 3 A
Mazama americana 7-8 C 13D 1C 1
A
Tirira (1999); B Emons y Feer; C Rubio et al., 1998.

Tabla 77. Animales cazados, y algunas estrategias de conservación


aplicables para cada especie.

Taxa
MAMIFEROS
ARTIODACTYLA
Mazama americana Veda por sexo, veda
por edad, refugio.

83
Pecari tajacu Veda completa.
CARNIVORA
Nasua sp. Veda por sexo,
refugio
Leopardus pardalis Veda completa,
refugio.
Leopardus sp. Veda completa,
refugio.
Potos flavus Veda por tiempo,
refugio.
Procion cancrivorus Veda total, refugio.
Tremarctos ornatus Veda total, refugio.
EDENTATA
Choloepus hoffmani Refugio
Bradypus variegatus Refugio
Dasypus novencintus Veda por edad,
refugio, veda
completa
LAGOMORFA
Sylvilagus brasiliensis Refugio, veda
completa
RODENTIA
Cuniculus paca Refugio, veda
completa.
Cuniculus taczanowskii Refugio, veda
completa.
Dasyprocta punctata Refugio, veda
completa.
Dynomis branickii Refugio, veda
completa.
AVES
Icterus sp. Veda completa
Mimus gilvus Veda completa
Turdus sp. Veda completa
Tucanes Refugio, veda
completa.
Pava Refugio, veda
completa.
Guacharaca Refugio, veda
completa.
Gallineta Refugio, veda
completa.

Algunas características del venado de cornamenta o venado de cola blanca (Odocoileus virginianus).

En eL Municipio de Jericó se viene implementando un programa de reintroducción de venados de


cornamenta (Odocoileus virginianus), el total de cazadores contactados en el presente trabajo, no recuerdan
haber visto o haber escuchado hablar sobre la presencia de la especie en el área de estudio, y muchos de los
cazadores en la zona de estudio no conocen esta especie, mientras que unos pocos la han observado en otros
lugares como los Llanos Orientales de Colombia, la Costa Atlántica, y en El Chamy. Durante el presente

84
trabajo, mediante un programa radial y las reuniones con los cazadores, se socializó este programa de
reintroducción con el fin de alertar a los cazadores y la comunidad en general para que protejan los animales
reintroducidos. A continuación se dan algunos datos sobre la especie, obtenidos de la investigación
bibliográfica para que se tenga un mejor conocimiento de esta.

El venado de cola blanca se encuentra ampliamente distribuido en el continente americano (Eisenberg,


1989; Hall, 1981), siendo uno de los venados más abundantes en este continente, habita desde las
zonas frías de Alaska y Canadá hasta las pampas de Argentina (Ramírez, 1998); presenta un amplio
rango de tolerancia ambiental (Halls, 1984;Moen 1973; citados por Mandujano y Gallina 1995),
pudiendo adaptarse a variedad de condiciones climáticas y de hábitat, desde un bosque de pino encino
hasta la vegetación semidesértica (Ramírez, 1998); en Suramérica esta especie puede tener dos o tres
subespecies (Cárdenas y Cristancho, 2003).

Su distribución en Colombia va desde el Nudo de los Pastos hasta los páramos de la Sierra Nevada del
Cocuy; esta especie habita en un rango altitudinal que va desde el piso térmico cálido, donde ocupa
sabanas naturales, hasta el piso térmico frío en áreas de páramo por encima de los 3500 msnm, desde la
sabana de la Orinoquía hasta los páramos (Cárdenas y Cristancho, 2003).

Esta especie se adapta a una amplia gama de condiciones alimenticias con predominancia hacia el
ramoneo de hojas y arbustos, tallos, yemas y frutos; Selecciona dietas con altos contenidos de arbustos,
las hierbas son poco consumidas y muy seleccionadas, los zacates (pastos) son poco consumidos y
poco seleccionados (Ramírez, 1998); consume además brotes tiernos, flores y frutos (Hernández et al.,
2001). Hernández (1990) publicó una lista de 157 especies consumidas por estos animales, agrupadas
en 73 árboles, 31 arbustos, 19 lianas, 12 hierbas, 12 gramíneas y 10 cultivos agrícolas. El venado de
cola blanca cohabita con los bovinos y aparentemente sin que se presente competencia por las especies
palatables (Ramírez, 1998).

Aunque estos venados presentan gran plasticidad en el uso de lugares en su rango de distribución,
presenta requerimientos básicos en la calidad del alimento y de cobertura de protección (Marchinton y
Hirth, 1984; Mc Cullough et al., 1989), también necesitan abundante agua en su alimentación
(Cárdenas y Cristancho, 2003; Lautier et al., 1988; Hervert y Krausman, 1986), por esta razón
permanecen cerca de las fuentes de agua, y puede considerarse como un indicador de estas (Cardenas y
Cristancho, 2003).

El venado de cola blanca tiene un rango de acción de 150 a 170 hectáreas, reduciéndose si el pastizal
en el que habitan presenta grandes poblaciones de arbustos (Ramírez, 1998); lo cual esta de acuerdo
con Marchintong y Hirth (1984) quienes observaron que el tamaño del área de actividad de esta
especie se correlaciona negativamente con la densidad y cobertura vegetal. Loft y colaboradores
(1984), y Verme (1973) dicen que el tamaño del área de actividad de esta especie se relaciona
positivamente con la diversidad de los hábitats.

Estos venados tienen gran fidelidad a su área de actividad y a su centro de actividad a lo largo del
tiempo (Beier y Mc Cullough, 1990; Zultowsky, 1992), no son territoriales pero pueden defender sus
hechaderos y recursos limitantes como el alimento (Gavin et al., 1984; Ozoga, 1972), los machos
generalmente defiendan a las hembras en estro (Smith, 1991).

85
Debido al control de caza total o parcial, vedando la caza de los venados que no mostraran cuernos, las
poblaciones de Odocoileus virginianus texanus alcanzaron densidades poblacionales muy altas en la
región fronteriza del noreste mexicano haciéndose necesario la cacería incluyendo a las hembras con el
fin de disminuir estas poblaciones.

De conocerse los patrones de actividad de esta especie se puede saber cual es la mejor hora para
realizar conteos directos, los cuales deberían coincidir con los periodos de mayor actividad de ambos
sexos, lo cual permite obtener estimaciones de densidad poblacional menos sesgadas (Gallina et al.,
1998).

Los individuos de esta especie pueden diferenciarse por presentar divergencias en el crecimiento de la
cornamenta, color del pelaje, y tamaño aproximado (Cárdenas y Cristancho, 2003). Únicamente los
machos presentan cuernos, el ciclo de crecimiento de estos comienza cerca de los nueve meses
apareciendo un par de botones sobre los huesos frontales para luego desarrollarse rápidamente sobre
los pedículos, después de casi 18 meses los cuernos emergen desde el pedículo, siendo su crecimiento
generalmente rápido (Cárdenas y Cristancho, 2003); La cornamenta se muda anualmente.

Dado que los cazadores lugareños (algunos de ellos mayores de 60 años) no recuerdan haber visto
venado de cola blanca en la zona, entonces se puede calificar el hecho de introducir animales de esta
especie allí, como una verdadera reintroducción y no como un reforzamiento poblacional, Según el
grupo especialista en reintroducción de la IUCN (1995), la principal meta de cualquier reintroducción
debería ser la de establecer una población viable requiriendo de un mínimo manejo a largo plazo. Los
mismos autores comentan que las reintroducciones no deben ser llevadas a cabo meramente porque
existen poblaciones en cautiverio, ni solo como un medio de disponer de excedentes en las poblaciones
existentes.

Las ventajas que puede generar esta reintroducción serían:

Le da un mejor bienestar a los individuos puestos en libertad (lo cual no compromete a la especie).

Se reestablecerá la especie en el área, lo que aumenta su área efectiva de distribución.

Debido a que la especie es un animal carismático, a que estos animales se relacionan con las fuentes de
agua y a que es una especie de interés para los cazadores, generará estimulo de conservación por parte
de los habitantes locales (incluidos los cazadores), de manera que el proyecto no solo estaría destinado
a conservar a Odocoileus virginianus, sino también a las demás especies.

Dado las características de flexibilidad en cuento al hábitat, los animales liberados podrían adaptarse
muy bien a las condiciones actuales que le ofrece la zona de reintroducción.

Entre las desventajas que podría enfrentar la reintroducción de esta especie estarían las siguientes:

Bajo número de la población fundadora, lo que traería como consecuencia problemas de índole
genético como los generados por la depresión por endogamia, que podrían manifestarse en diferentes
formas como, reducción de la fecundidad, reducción del tamaño de las crías, reducción en el
crecimiento y la supervivencia, aparición de deformidades físicas, y cambios en la edad de madurez

86
sexual; estos pueden disminuir la capacidad de colonización de los individuos liberados (Falcomer,
1981; Jiménez, 1996).

Aunque la principal consecuencia para que este venado se haya extinguido en la zona de estudio pude
haber sido la caza, esto aun no es muy claro, y podrían haber actuado otras causas en forma conjunta;
la desventaja radica en que todavía dichas causas pueden estar actuando o comenzar a actuar una vez
los venados estén reestablecidos. Seria bueno plantearse la hipótesis de porque no se han vuelto a ver
estos animales en la zona.

Posible presencia en la zona de Puma concolor, uno de sus predadores naturales; que sumado al bajo
número poblacional de estos venados podría terminar rápidamente con los individuos reintroducidos.

Alto contacto con ungulados domésticos, que podrían contagiarle enfermedades infecciosas o de otra
índole a los venados, lo cual seria fatal para estos. El bajo tamaño poblacional y posible pérdida de
resistencia en un futuro debida a la deriva genética o endogamia hace que estos animales sean más
susceptibles a las enfermedades (Snyder et al., 1996).

El venado de cola blanca podría entrar en franca competencia por recursos con Mazama americana, sin
embargo en otros sitios estas especies se presentan en simpatría repartiéndose los recursos. Algo a
tener en cuenta es que ya se tienen precedentes de que individuos de esta especie que fueron
traslocados o expandidos de forma natural, han contagiado del gusano de las meninges a poblaciones
de alces y caribúes, no permitiendo el restablecimiento de estas dos especies en las áreas colonizadas
por este venado (Anderson, 1972; Jiménez, 1996).

La zona de reintroducción es visitada por cazadores de los municipios de Támesis y Jericó, quienes
podrían dar caza a este animal.

Aproximación la formulación de algunos indicadores de oferta ambiental para fauna silvestre.

Este aparte no pretende entrar en los detalles que implica la definición y desarrollo de unos
indicadores para el análisis de oferta potencial de fauna silvestre con fines de subsistencia, solo quiere
dejar abierta la importancia de su establecimiento en áreas donde la cacería cualquiera que asuman sus
características, tiene para la conservación y manejo de especies cinegéticas en particular y por su
puesto de las distintas especies que hacen parte de la diversidad de los ecosistemas naturales en la
jurisdicción de la Corporación. Se presentan aquí avances de un estudio, que no hace parte de los
compromisos del presente proyecto, que busca definir la sostenibilidad de la actividad de cacería y las
posibilidades de establecer poblaciones viables de algunas de las especies bajo presión.

La extensión y la configuración que asumen las coberturas vegetales y en particular las arbóreas tienen
una relación con la calidad y cantidad de hábitat disponible para las especies de la fauna cazada,
adicional a esto esta la ocurrencia de la explotación histórica del recurso.

Valorar estos indicadores debe tenerse en cuenta que las especies bajo presión de cacería se pueden
agrupara como generalistas, las cuales son capaces de usar la matriz transformada, tiene una alta

87
movilidad y lagunas poseen rangos de acción reducidos que las faculta para permanecer y explotar
parches de bosque relativamente pequeños, otro grupo lo conformarían especies con exigencias
mayores en hábitat como rangos de acción amplios, uso exclusivo de áreas boscosas con poca o nula
intervención.

Siguiendo a Mauren (2001) las variables que requieren ser evaluadas están relacionadas con:
Extensión y configuración de las coberturas boscosas, se incluye aquí una lectura desde la ecología del
paisaje que considere tamaño de parches y fragmentos distancia entre ellos y la conectividad.
Explotación Histórica de la Fauna cinegética, variable que esta relacionada con el tiempo de presencia
humana en el área de estudio. Estos dos aspectos están relacionados con la oferta potencial. Ahora la
demanda se puede considerar desde el establecimiento de variables que permitan evaluar la Necesidad
de Consumo de fauna cinegética, el Habito de consumo y la Accesibilidad alas áreas de caza. Estas
cinco variables, los indicadores, la unidad de medida y los calificadores que se establezcan para su
medición permiten evaluar los factores que inciden en la sostenibilidad de la actividad extractiva.

Una aproximación en el tema para el área de estudio permitió establecer en un ejercicio preliminar un
acercamiento a la extensión de la cobertura vegetal natural, la cual fue clasificada en categorías
pastos cultivos rastrojos y bosque intervenido y bosque sin intervención. Este análisis se hizo a partir
de la definición de las coberturas vegetales para el SW Antioqueño apoyado en el análisis preliminar
digital de la imagen Landsat TM 2002 del área de estudio, por medio de la clasificación no supervisada
de la cobertura se establecieron las categorías mencionadas. La selección de las coberturas se hizo a
partir de la cota 1850 msnm, por considerar que es más o menos a partir de esta cota en donde se
concentra gran parte de la actividad de cacería, y es a partir de allí donde se encuentra la mayor
cantidad de vegetación natural, en alturas menores se desarrollan la mayor parte de las actividades
agrícolas de la zona como es la caficultora y sus cultivos asociados; aunque como se vio en lo
expuesto algunas presas son cobradas en alturas menores.

El análisis se hizo para un total de 18 municipios en donde se incluyen tanto del SW como de los
denominados del occidente cercano Abriaqui, Andes, Anza, Betania, Betulia, Caicedo, Caramanta,
Ciudad Bolívar, Concordia, Frontino, Giraldo, Jardín, Jericó, Salgar, Santa Fe De Antioquia, Támesis,
Urrao, Valparaíso. Por razones del estudio se presentan lo correspondiente a estos 6 municipios. No
obstante la tabla 78 muestra las categorías definidas en número de fragmentos y la cantidad en cada
cobertura que se presentan en la región de análisis, es decir en el total de los 18 municipios.

Tabla 78. Totales para coberturas de vegetación en 18 municipios del SW de Antioquia

COBERTURA CANTIDAD HECTARES


Bosque 1578 113399,528
Bosque2 818 82261,199
Cultivos 562 16879,853
no_clasif 592 88506,899
Páramo 34 2919,060
Pastos 770 101423,181
rastrojo 1488 100476,601

88
La tabla 79 agrupa tres coberturas naturales escogidas, con importancia para el desarrollo del ciclo de
vida de las especies objeto de cacería, se seleccionan rangos de tamaño pequeño mediano y los
fragmentos de mayor tamaño; no se incluyen los hábitat transformados, como cultivos, pastos o
plantaciones, por considerarlos competitivamente menos frecuentados por las especies aunque algunas
de ellas pueden usar estos ambientes, de manera ocasional. La disponibilidad de coberturas naturales,
su extensión permite evaluar la cantidad y el área de hábitat disponibles para las especies.

Tabla 79. Rangos de áreas en tres categorías de coberturas naturales, para los municipios de interés.
Rango- Número de fragmentos / Área total (ha.)
Cobertura
Hectáreas. Andes Betania Bolívar Jardín Jericó Támesis
14/105. 12/113. 22/157.
0.29-10.89 23/156.9 3/12.9 7/54.2 Bosques
6 9 2
6/55,9 5/33.1 6/44.9 6/55.9 2/19.3 3/22.2 Bosque II
13/110.
4/37.1 1/9.1 10/88.1 x 8/64.3 Rastrojo
9
16/255. 29/436. 26/390.
10.90-20.88 28/445.5 1/14.9 6/99.8 Bosques
6 3 2
11/163.
17/254.7 3/41.1 7/95.4 x 1/13.9 Bosques II
7
16/247.
10/157.5 2/34.9 9/126.9 1/12 17/241.9 Rastrojo
6
20.90-30.87 14/341.7 9/215.6 4/102.4 9/245.6 x 6/142.3 Bosques
5/122.2 2/47.7 7/188.7 5/130.4 1/27.6 Bosques II
10/259.
3/75.6 2/50.4 7/172.9 2/50.3 10/233.3 Rastrojo
1
30.90-40.95 12/421 1/40,3 7/252 9/314,6 2/68.6 x Bosques
7/248.7 x 3/106.5 3/115.2 x x Bosques II
3/104.1 3/106.5 5/137.2 5/170.2 x 1/40.5 Rastrojos
41.10-50.40 2/91.4 2/88.3 2/89.7 2/85.4 1/46.3 Bosques
2/84.2 x 1/43.8 2/86.9 x x Bosques II
2/90.2 1/47.7 3/133.9 7/314.2 x x Rastrojos
50.09-60.3 2/104.2 1/51.2 7/387.3 2/115.2 1/53.6 1/55.1 Bosques
x x x 1/51 x x Bosques II
1/58.7 1/52.5 5/223.7 1/57.1 1/58.1 x Rastrojos
60.7-70.2 2/137.7 x 3/198.6 1/64.9 x x Bosque
1/63.7 x x x x x Bosque II
2/135.2 x x 2/137.6 x x Rastrojo
70.3-80.7 2/147.4 x x 4/299.1 1/70.4 x Bosque
1/79.1 1/74.7 x 1/72.1 x x Bosque II
1/73.8 1/74.1 3/150.3 1/77.7 2/153.2 Rastrojo
80.6-90.0 1/86.1 1/90.1 x 1/89.2 x x Bosque
x 1/87.1 x x x 1/81.1 Bosque II
1/85.4 1/84.5 x x 2/171.4 Rastrojo
90.45-101.7 x 1/96.1 1/93.7 x x x Bosque
2/192.3 x x 1/92.6 x x Bosque II
x 1/96.2 x 1/98.7 x 2/189.3 Rastrojos
101.7-120.6 4/456.4 1/107.3 x x x x Bosques
1/116.6 x 1/104.6 x x x Bosques II
x 1/103 3/339 x x 1/109.1 Rastrojos
12/4160. 4/1330. 7/1996.
123.8-993.7 2/447.7 x 372.7 Bosques
3 2 2

89
4/1231.
3/462.9 1/153 1/294.5 2/1122.6 Bosques II
2
3/1618. 7/2506.
5/1097.5 12/3683 1/143.5 4/1011.4 Rastrojos
7 5
1/1365. 1/1505.
993.3-1976.6 x 1/1690.3 Bosque
3 6
1/1973.
x x x x x Bosque II
2
1/1091. 1/1756.
x x x x Rastrojo
3 3
1976.6- >> x x x x x 1/2440.2 Bosque
1/11589. 1/4392. 1/4182. 2/4298.
x x Bosque II
8 9 8 3

Una primera observación de la tabla permite afirmar que gran parte de las coberturas existentes en
los seis municipios esta conformada por fragmentos no mayores a 20 hectáreas de bosques con
distintos grados de intervención siendo los mejor conservados los de las partes mas altas de las
cuchillas, cerca de las zonas de cultivos, la frontera de expansión se pueden encontrar fragmentos que
han venido en aumento, de rastrojos en distintos estados sucesionales; otra característica es la
perforación de la matriz de bosque, de forma intrusita, desde su interior que caracteriza la apertura de
claros por extracción de maderas, la cual junto con la fragmentación regresiva que avanza desde un
frente hacia delante, termina por encontrarse con las intrusivas generando grandes boquetes que
afectan área y perímetro de los fragmentos mayores.

Las áreas naturales favorecen la presencia de especies que usan de manera preferencial y en algunos
casos en forma exclusiva áreas no transformadas o con baja intervención; como conclusión se tendría
entonces que áreas con poca cobertura significan baja o nula presencia de de las especies cinegéticas.
Esto sumado al tamaño reducido de los fragmentos, que no permiten el mantenimiento de poblaciones
grandes propiciando la disminución y extinción local d estas especies. Lo anterior explica en parte, las
posibles razones del desplazamiento de cazadores de Támesis y Jericó a los bosques vecinos de Jardín
y de Andes, o incluso los desplazamientos que algunos cazadores de Jardín efectúan a Betania y a las
partes boscosas de Andes.

Estos tamaños reducidos en los parches permiten el mantenimiento de pocas poblaciones de especies
cazadas como son armadillos y conejos, de hecho son las dos especies más reportadas en las faenas de
cacería, especies capaces de explotar estos tamaños de fragmentos, lo cual se ve reforzado por la
conectividad media entre ellos, la cual en algunas áreas es de 100-150 metros en promedio. Esta
configuración del paisaje con un buen numero de fragmentos pequeños y con relativa cercania entre
ellos permite conservar poblaciones de especies generalistas.

La información pertinente para esta definición de los factores que afectan la sostenibilidad de la cacería
se considera el hábitat y sus categorías señaladas; el comportamiento en términos de periodos de
actividad, -diurno nocturno- hábitat, -arborícola terrestre- , habito social –social o grupal-; peso
corporal, gremio trofico y área de vivienda, o sea aquella donde satisface sus requerimientos diarios, se
hace de acuerdo con el modelo de Harestad y Bunnell(1979). Igualmente se considera la población
mínima viable como aquella que garantiza la supervivencia de una población con una probabilidad
del 95% durante 100 años. Belovsky (1987) estos parámetros no incluyen la calidad del hábitat.

90
Las categorías de hábitat y su calificación se consideran de la siguiente forma Especies que usan solo
Hábitat boscosos 1.
Áreas boscosas y abiertas naturales 2.
Bosques, áreas naturales y áreas transformadas 3.

Tabla 80. Características de las especies de algunos de los mamíferos cazados en el SW.

Taxa Distribución Hábitatc Categoríad Comportamiento


altitudinala, b
Dasypus 0-3100 Bosques bajos,, secos a humedos 2 Nocturno Terrestre
novencintu maduros o secundarios Solitario
s
Cuniculus 0-2000 Bosques humedos, bajos y de montaña, 2 Nocturno,
paca maduros a secundarios. Matorrales terrestre, solitario
secundarios Cultivos cerca de zonas
boscosas Cerca del agua
Dasyproct 0-1600 Bosques humedos bajos y de montaña 2 Diurno crepuscular
a punctata maduros y secunadarios cerca el agua, terrestre Solitario
Cultivos cerca de zonas boscosas
Dinomys 300-3600 Bosques húmedos Cerca del agua 2 Terrestre
branickii nocturnos solitario
Sylvilagus 0-3800 Bosques húmedos bajos y de montaña 2 nocturno
brasiliensi crepuscular
s terrestre solitario o
pequeños grupos
Nasua sp. 0-3500 Bosques humedos y secos, Bosques 2 Diurnos terrestres/
madurios e intervenidos rastrojos arborícolas
ocasionales, en
grupo
Tremarcto 300-4200 Bosques húmedos de montaña, maduros 1 Diurnos terrestre
s ornatus y secundarios solitario
Mazama 0-4000 Bosques bajos y de montaña, humedos, 2 Diurno terrestre
americana maduros y secundarios sabanas cerca de solitario
bosques Cultivos
ab
Alberico et al (2000), Cuartas et al (2003).
c
Cuartas et al (2003), Eisenberg (1989), Ojasti(1993), Emons y Feer (1993) Rodríguez D (1993).
d
Moure (2001) 1 exclusivos de interior d el bosque. 2 Usan bosque y áreas abiertas. 3 Usan bosques áreas abiertas
naturales; áreas transformadas.

Esta primera lectura, que hace parte de trabajo preliminar relacionado con la problemática de la
sostenibilidad de la cacería, se hace solo para las especies de mayor reporte en las faenas, otras
especies que no se listan acá, pero son objeto de caza, están en proceso de análisis. La tabla anterior
señala para la mayoría de las especies en ellas registrada una capacidad de aprovechamiento de hábitats
boscosos montanos, hábitats naturales con mínimas perturbaciones y rastrojos, es decir de las 7
especies tomadas en la tabla, 6 presentan condiciones de hábitat que pueden ser satisfechas por el
arreglo de ecosistemas presentes en el área de estudio no así para el osos andino con mayores
exigencias en tamaño y estado de conservación de su hábitat indispensable.

91
Otro aspecto a analizar es el relacionado con la conectividad, ya se anoto en párrafo anterior la
cercanía relativa entre ellos que favorecen la posibilidad de desplazamiento para acceder a recursos
necesarios e incluso favorecer la recolonización de parches donde se ha presentado la extinción de
alguna de estas especies. Situación que se resalta más en cotas superiores a los 2200 msnm. En las
cotas inferiores el contacto de las áreas boscosas que aun persisten, con las coberturas transformadas
por agricultura o ganadería es muy alto, mayor aun 69%, ofreciendo una menor calidad de hábitat para
especies del bosque, con amplios rangos de acción y susceptibles a la movilidad entre parches por el
bajo índice de ocultamiento a potenciales presas.

Otra variable a analizar es la presencia humana en el área de trabajo, la cual tiene relación directa con
al duración temporal y la presión de cacería para las especies mas apetecidas. ya se anotaba desde el
pre-diagnostico Restrepo (2002), como la region inicio su mas reciente proceso de poblamiento desde
mediados de el siglo XIX; lo cual habla de cerca de los 150 años de presión sobre estas especies, lo
que ha dado como resultado que presas de mayor corpulencia como los Tajassu, Tapirus, Mazama
hayan desaparecido del territorio, con la salvedad de que aun persiste uno que otro individuo de venado
seguramente por la cercanía con los bosques húmedos de la vertiente occidental de la cordillera, la
desaparición y transformación de los bosques acompaño la perdida de los primates existentes en el
área y la disminución de la población de osos andino que aun persiste en lo alto de la cordillera.

Al contrastar esta situación con la persistencia de una “buena área boscosa” aunque con alta
fragmentación y degradación en su composición y estructura, queda solo reseñar la tendencia de
muchos de nuestros bosques a convertirse en selvas vacías, bosques defaunados, con las ya estudiadas
y reseñadas consecuencias que esto tiene para el mantenimiento de la diversidad en composición
estructura y función de los ecosistemas en donde esta situación se presenta.

Las distancias entre asentamientos y los bosques, la topografía y la tenencia de la tierra son variables
permiten construir un factor de incidencia en la sostenibilidad de la actividad y en la conservación de
las especies, como es el de la accesibilidad. La necesidad de consumo y demanda puede ser descrita en
su afectación a la problemática del manejo de la cacería cuando se abordan variables como incide, la
densidad de habitantes, las fuentes y disponibilidad de proteínas convencionales, las características del
sistema de producción, densidad de cazadores.

Continuando con las variables que deben ser estudiadas, las características biológicas y ecológicas de
las especies bajo presión, estos son algunos parámetros que hacen parte de esos indicadores, entre ellas
está el peso corporal, dieta, área de vivienda, población mínima viable y área requerida apara una
PMV que permiten construir esta variable.

La idea es tener al final de la aplicación de los indicadores, la evaluación de la cacería y estado de


sostenibilidad potencial de la misma, de manera que sobre bases mas objetivas se direccione el manejo
de la problemática de la cacería

Conclusiones recomendaciones

Los cazadores y sus núcleos familiares son los que mejor conocen la fauna presente en la región,
constituyéndose a veces en las únicas fuentes de consulta inicial para obtener información de la

92
presencia, usos que se les da, y aspectos biológicos de los animales silvestres. Estos personajes
también han aportado de forma indirecta a la difusión de este tipo de conocimiento, empezando por los
núcleos familiares y extendiéndose luego hacia los diferentes núcleos de concentración (escuelas,
festejos, encuentros dominicales en el área urbana). De modo que auque son vistos como los
principales saqueadores del recurso fáunico (también se presentan otras formas de extracción como el
pajareo), paradójicamente en muchas ocasiones son las únicas personas a nivel regional que tienen una
idea tácita de la magnitud de la desaparición o disminución de especies.

El conocimiento empírico registrado en el presente estudio es una herramienta de gran importancia, ya


que permite establecer las zonas (hábitat y ubicación geográfica) en donde se pueden hallar las
especies, abundancia relativa, usos y predilecciones hacia ciertas especies por parte de los cazadores,
siendo la información sobre los aspectos reproductivos la de menos documentación.

La cacería en los seis municipios se concentra en especies de mediano tamaño; siendo las especies
más cazadas: Dasypus novemcinctus, Dasyprocta punctata, Agouti taczanowskii, Dinomys branickii,
pavas, Nasua nasua, Potos flavus, Mazama americana, Sylvilagus brasiliensis, y Agouti paca.

Las especies capturadas más importantes, tomando en cuenta el tamaño corporal fueron: Tremarctos
ornatus, y Mazama americana, estas especies además hacen parte de las menos cazadas y están en
grave peligro de extinción a nivel local.

Las especies cazadas se utilizan principalmente como alimento; sin embargo, algunas de éstas
(Mazama americana, Dinomys branickii, Potos flavus, Dasypus novemcinctus, Tremarctos ornatus)
son apreciadas también por sus pieles, utilizadas con fines decorativos o como trofeos de caza.

La cacería en estos seis municipios del Suroeste Antioqueño, se puede generalizar como cacería
deportiva, presentándose otras modalidades en casos aislados; no puede considerarse como cacería de
subsistencia; para muchas especies cazadas, la actividad no es sostenible debido al bajo potencial
reproductivo, mientras que otras especies que presentan alta tasa reproductiva y poca exigencia de
hábitat han sido diezmadas sus poblaciones lo que indica una sobreexplotación del recurso. Por lo
tanto, los datos sugieren fuertemente que la cacería estaría generando un impacto negativo sobre las
poblaciones animales en la zona de estudio.

Las especies Dasyprocta punctata, Silvilagus brasiliensis, y Dasypus novemcinctus presentan


características biológicas que las hacen candidatos potenciales para realizar extracción lo que sugiere
que la caza de estas especies es sustentable siempre y cuando se haga una planificación de manejo. En
las especies restantes, la extracción supera la las expectativas de reproducción y el tamaño poblacional
por esto son vulnerables a extinguirse localmente.

Se deben fortalecer y dar continuidad a las relaciones entre CORANTIOQUIA y las autoridades
civiles, en lo posible se debe exigir el cumplimiento de los compromisos adquiridos, y estar en
continua comunicación a nivel regional y local con dichas autoridades. Se recomienda realizar
campañas de capacitación más constantes y efectivas.

Se debe tener en cuenta que de superar el conflicto extractivo no es garantía suficiente para la
conservación de la fauna, pues la pérdida o afectación de hábitat (por crecimiento de la frontera
agrícola y pecuaria, contaminación, y extracción de recurso vegetal) se convierte en el primer problema

93
de disminución poblacional y extinción de especies, por esto la temática de conservación y protección
de fauna debe aunar los esfuerzos necesarios para contrarrestar estos problemas.

Debe garantizarse un monitoreo permanente a mediano plazo en la liberación de los individuos de


venado de cola blanca, se debe prestar mucha atención a las causas de muerte de esta y otras especies
de animales una vez liberados los venados.

Las actividad de reforestación y/o restauración que es adelantada por parte de las Umatas municipales
o de la Corporación deben estimular la siembra de especies usadas por la fauna silvestre como el
higeron y las distintas especies de Ficus que se encuentran en la región, el registro de datos fenológicos
a nivel regional debe ser una prioridad de manejo para iniciativas ecológicas sostenibles (Wallace et
al., 2000), y un primer paso para el desarrollo de una estrategia de manejo de fauna en los bosques
seria la identificación de las plantas que son usadas por los animales y su valoración relativa como
recurso según su disponibilidad estacional (Wallace et al., 2000), además las especies vegetales que
tiene una alternancia en su fructificación y una distribución en un gradiente altitudinal, garantizando
una oferta en gran parte del año como puede ser el caso del genero Ficus spp, o cuyos frutos se
conservan por mucho tiempo (palmas) se imponen como especies clave para la comunidad de
vertebrados frugívoros y merecen una atención especial en el análisis de su hábitat (Terborgh, 1986;
Gautier-Hion et al., 1985).

Entre los animales más cazados se encuentran también la guagua serranera y la guagua loba, dos
especies que a nivel nacional e internacional, se encuentran en riesgo de extinción, ameritando una
campaña para evitar que sus poblaciones sigan disminuyendo.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, podría llegarse a acuerdos con las Juntas de Acción Comunal
para que estas sirvan como entes reguladores fortaleciendo su labor en el control social y en la
recuperación de los sistemas regulatorios propios de las comunidades, por su conducto se puede hacer
tramite a procesos de concertación del conflicto por uso; convirtiéndose en una de las estrategias con
mayor viabilidad para buscar soluciones a la actividad de caza. Es muy importante tener en cuenta que
la continuidad permite que tanto los aspectos de investigación como las acciones de conservación y
manejo de los recursos, con participación local, se puedan dar de manera gradual y a largo plazo
Recomendaciones presencia permanente con programas para los de los canales de tv y radio
comunitario

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