Eclesiología Fundamental I - J. Ma. Castillo
Eclesiología Fundamental I - J. Ma. Castillo
Eclesiología Fundamental I - J. Ma. Castillo
(26/Agosto/98)
LA IGLESIA DE LOS TRES PRIMEROS SIGLOS
Iglesia como misterio
ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA (¿Cómo funcionaba la Iglesia?)
La idea predominante es Iglesia como misterio. Era Iglesia minoritaria, contra paganos.
Con características de sectas; había mucha cohesión; de aquí el sentido comunitario tan fuerte.
Consistía en pequeñas comunidades que se reunían en las casas para la Eucaristía. Era
institución doméstica (domus, latín, casa). Ni templos ni parroquias (lo cual era motivo de
persecusión, pues los consideraban por eso ateos, aunque había tolerancia religiosa; tenían la
concepción de que la divinidad habitaba en el templo, y como no tenían, ni sacerdotes, ni cultos
o liturgias, y para colmo, creían en un crucificado... además, no aceptaban cosas del imperio de
Roma). En toda la teología del N.T., el templo es la comunidad, lo sagrado no era el templo, era
la comunidad, las personas. El centro eran las personas, la comunidad. El ingreso era libre,
pero de adultos (el bautismo se daba normalmente a adultos). La pertenencia era resultado de
la conversión, y no de haber nacido en un lugar geográfico cristiano. Había el
catecumenado, en serio. Confirmación y bautismo se separaron en el siglo V. Existían dos
grandes instituciones:
La penitencia pública: No había penitencia privada, y se recibía penitencia sólo una vez en la
vida. Esto porque la comunidad, eclesiológicamente debía ser sana; no se toleraban
comportamientos públicos dentro de la comunidad.
Ofrenda de los fieles: En la Eucaristía, para poner en común los bienes. Además de recordar la
Pascua del Señor. Eucaristía sólo los domingos. Diariamente se celebró en la Iglesia de Roma,
hasta el siglo IV. No era obligatoria ni siquiera los domingos.
(28/Agosto/98)
En el siglo III se dio la tradición de Hipólito, al poner por alto a los sacerdotes se va en
detrimento de los demás ministerios (profetas, evangelizadores...) Aquí se comienza el ordo.
Hubo una profunda transformación en la Iglesia: se afianza el episcopado monárquico (cada
Iglesia local tenía un solo obispo). Obispo es una palabra no-religiosa (episcopio: inspectores).
La didaskalia (primer documento católico canónico) de los Apóstoles: Escrito en Siria,
pero se tradujo al latín: Primer sacerdote y levita es el Obispo; mediador, reina en lugar de Dios,
venerado como dios (Cap. 26, No. 4). Estimarlo como la boca de Dios (No. 29); amarlo como
Padre, honrarlo como Dios y temerlo como Rey (Cap. 34, No. 5). Se da la divinización, lo cual
corresponde a lo que es la blasfemia.
En la primera mitad del siglo III hubo un ingreso masivo de paganos, porque el imperio
romano se metió en una crisis en sus instituciones (política, religión, familia, economía), lo que
provocaba inseguridad. Las comunidades cristianas, por cohesión entre ellas, ofrecían la
seguridad y acogida que no encontraban fuera. Cuando un producto se masifica, pierde calidad.
Al obispo lo designaba la comunidad, por consentimiento de todos (Hipólito, Cap. II). En el año
250 hubo la persecusión de Decio, emperador (de las más fuertes), en la que los obispos de
León, Astorga y Mérida disimularon su fe, dieron mal ejemplo. Las comunidades quitaron a los
obispos. Esta fue la penúltima persecusión.
(2/Septiembre/98)
Basílides, uno de los que disimularon su fe, acudió al obispo de Roma, Esteban, Papa;
con argumentación para que lo repusiera; pero la comunidad reaccionó en descuerdo. El pueblo
fue a San Cipriano, obispo de Cartago, quien convocó a un Concilio en Cartago, y sacaron un
decreto, un acta conciliar: Carta 67 de San Cipriano, firmada por 37 obispos, y decía entre otras
cosas:
1. El pueblo tiene poder por derecho divino para elegir ministros.
2. También tiene poder para quitarlos cuando sean indignos.
3. El recurso a roma, “a nuestro colega Esteban”, no debe cambiar la situación porque el
recurso no se basa en la verdad.
(4/Septiembre/98)
(11/Septiembre/98)
idénticos política y geográficamente) Hubo fusión y confusión. La Iglesia asumió los templos
paganos, dándoles un nuevo destino. Crearon espacios sagrados al margen de los lugares
profanos (en el espacio sagrado la persona se debe portar sagradamente... y no así en el espacio
profano; mentalidad que viene desde este tiempo), y allí se harían los cultos cristianos. Ya no
era ceremonia familias, humana; pasó a ser celebración sagrada, al margen de la vida. Se
generaliza el bautismo.
Si no tienes las ideas claras; ¿qué haces y qué le dices a la gente en tu pastoral?
Adorar en Espíritu y Verdad es hacerlo en todo momento, y esto se perdió con tales espacios.
Los obispos pasaron a Senadores, supremos funcionarios del estado; asumieron los
títulos, insignias y privilegios de los más notables del imperio. El papa alcanzó rango imperial,
mientras que el emperador rango igual en la Iglesia.
El mundo (el orden, lo juríco, la sociedad...) progresivamente coincidió con la Iglesia; y
se desaparecieron los límites entre Iglesia e Imperio (Hagan lo que dicen, no lo que hacen).
Algunas consecuencias teológicas: La tensión escatológica se redujo y se sustituyó por
la idea de que el Reino de dios ya había venido al mundo, y que coincidía con la Iglesia
(perversión total). Eusebio de Cesarea (256-339), teólogo de cabecera de Constantino, le metió
esta idea al emperador. Y era historiador!!!, por tanto el pueblo de dios peregrinante se convirtió
en el pueblo reinante. Ya el pueblo de Dios no es concepto teológico, sino una realidad social y
política. En este sentido, el bautismo ya no era acontecimiento fundamentalmente religioso
(conversión); era más sociológico, un ritual.
La cruz, instrumento de tormento y fracaso, de entrega total de Jesús, se convirtió en
símbolo de exaltación y de triunfalismo. El enemigo de la Iglesia es el enemigo del imperio, por
los límites geográficos y políticos del imperio.
(16/Septiembre/98)
(18/Septiembre/98)
(23/Septiembre/98)
San Gregorio Magno (+604 - último de los santos padres en occidente, primer papa
medieval, autor más leido en la edad media. San Juan Damasceno fue en oriente el último padre
de la edad media), tuvo dos ideas fundamentales: Primera, la Iglesia como Iglesia universal,
por tanto abarca desde Abel hasta el último de los elegidos cuando el mundo se acabe, el
conjunto de seres humanos buenos que han vivido, viven y vivirán. Segunda, la Iglesia de los
elegidos; de aquellos que son dignos de la salvación por su caridad y humildad. La preside el
heredero del príncipe de los apóstoles.
DE LOS SIGLOS IX AL X
Tiempo del imperio carolingio (imperio de Carlo Magno), con sede al sur de Alemania,
Akisgrán. Tiempo de constante intromisión por parte del emperador en los asuntos de la Iglesia.
Tanto Carlo Magno como sus suscesores se hacían llamar Rector de la Iglesia. Y el emperador
aseguraba por medios temporales (el ejército) no sólo los medios humanos, sino incluso los
estríctamente religiosos para la salvación de las almas (como en la Iglesia no podía haber nada
malo porque se había identificado a ésta con el Reino de Dios, el emperados “sacaba” a aquello
que se desviaba, y en muchísimas ocasiones a la fuerza).
En estos siglos la eclesiología es pobre. Aportan poco los papas; pero reafirman su
identidad: Por ejemplo, San Gregorio IV (+833); Nicolás I (+867) y Juan VIII (+882), son los
primeros papas en llamarse Vicarios de Cristo (antes, todos los obispos eran llamados vicarios,
hasta la alta edad media). Según Juan VIII, Roma es la cabeza a la que los miembros deben
seguir si quieren vivir. Nicolás I, asumió la autoridad sobre los concilios y sínodos locales; de
manera que no merecen ni el nombre de sínodos si el papa no se los daba o autorizaba. Aquí
comienza la líonea de pensamiento que desembocará tiempo más tarde en la idea de la
superioridad del papa sobre los concilios.
(25/Septiembre/98)
Cuanto más se conoce la historia, más se cae en la cuenta de los porqués, y mejor solución se
puede dar a los actuales cuestionamientos
PARÉNTESIS
Pseudo decretales: Pseudo (falsos). Documentos inventados que atribuyen a los papas de
primeros siglos, y en donde se supone que se expone que Jesús le dejó a Pedro el don de “llevar”
o gobernar (supremacía) la iglesia; y éste a su vez se lo dejó a sus suscesores.
(29/Septiembre/98)
También utiliza la cita de Mt 16,19: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra... para decir que
Cristo instituyó el poder monárquico (principio -de poder-, significa arjé; y mon, uno) en Pedro
y sus suscesores. Lo sometió todo al papa. La fe es entonces obedecer al papa; y por tanto, se
aparta uno de la fe tanto en cuanto desobedezco al papa.
Gregorio IV redactó el dictatus papae. 27 proposiciones que eran como el ideal que
debería inspirar el papado. Todo poder -en todo el mundo- deriva del papa. Él debía ser el
único legislador, la fuente y norma de todo derecho; juez supremo y universal que nadie puede
juzgarlo. Tiene una potestad de tipo episcopal, pero superior a la de los demás obispos. Su
convicción de fondo: La iglesia entera es una inmensa diócesis; y el papa instituye vicarios
suyos (obispos) que participan sin poseer del todo la jurisdicción papal. Lo ejercen tanto cuanto
quiera el papa.
(30/Septiembre/98)
Se separó la Iglesia de oriente porque mucha gente no estaba de acuerdo con esto. Los
laicos entre otros. Se le hechó en cara la innovación, por ir en contra de la vivencia
eclesiológica del primer milenio.
Liemar de Breme, teólogo, decía que Gregorio VII trata a los obispos como un
propietario trata a los granjeros. La iglesia romana no es toda la iglesia, decía también;
Gregorio concentró todo en la iglesia romana.
El anónimo Normando (por ser de Normandía - escribió un manuscrito que se perdó por
esconderlo demasiado; lo descubrieron en el siglo XVI), citó contra los teógos de Gregoro VII
un rechazo a la Iglesia centrada en el clero, y designa a la iglesia como el populus cristianus,
llamada también la congregación de los fieles cristianos renunidos en una fe, esperanza y
caridad. Afirma que sólo Cristo es la cabeza. Llega incluso a estudiar el tema de la colegialidad
episcopal; y más, pues según él, en los orígenes era un régimen de la comunidad.
(2/Octubre/98)
La expresión “plenitudo potestatis” proviene de San Leó (I) Magno), del siglo V;
entendida como el poder que tiene el papa en relación a los enviados pontificios (legados).
Había la curia pontificia, en donde entró en el vocabulario. Inocencio III entiende al papa como
vicario de Cristo, sacerdote y rey, con lo cual introduce con más fuerza la expresión.
Vicario se aplicaba hasta entonces a los obispos y algunos curas. El único vicario pasó a
ser Inocencio III; pero utilizó lo de vicario en el sentido jurídico (de plenitud del poder), en
cuanto que el poder de Cristo pasa al papa.
En 1181 muere Alejandro III, y él destaca que la iglesia romana es la cabeza y maestra de
todas las iglesias. Y Gregorio IX reservó al papa el derecho de canonizar a las personas.
Celestino III, que murió en 1198, le preparó el terreno a Inocencio diciendo que Mt 16,
“atar y desatar” (poder pontificio), se debe entender sobre los cuerpos y almas; poder total.
En 1198 entre Inocencio III (hasta 1216). La iglesia universal conjunto a todas las
iglesias locales, y la todalidad de los fieles. Todo lo distribuyó y agrupó en provincias
temporales.
Lo que hay de fonde es la concepción de la sociedad como cristiandad. Cristianismo no
es igual que cristiandad. Cristiandad no sólo los individuos, sino que todo, las costumbres,
leyes, principios... es cristiano. Había una represión de parte de la cristiandad. Hay en A.L.
fuertes restos de cristiandad. En esa situación, los hombres de religión son verdaderos
“personajes”.
La iglesia englobaba sacerdocio y reinado. Se hizo una lectura del AT, en donde el
sacerdocio instituyó a la realeza, por tanto, el sacerdocio es anterior y superior a ella. En el NT,
Cristo es a la vez, sacerdote y rey (según el orden de Melquisedec). Por eso, el vicario es el
representante a la vez de Cristo como sacerdote y rey. Por eso perteneció a él la tierra.
Megamanomía absoluta.
(6/Octubre/98)
En el siglo XII y XIV se alcanzó el nivel más alto por parte de los papas y canonistas.
Gregorio IX (1232): Puesto que tenemos una cabeza, sólo en Cristo; sería un mounstro que
ahora tenga dos cabezas. El emperador no puede ser cabeza junto al papa. El canonista
Bernardo de Parma (1241): El emperador tiene la espada dada por el papa porque el cuerpo de
la iglesia es uno, y por tanto debe tener una sola cabeza. Se afirmaba la monarquía papal
incluso en el dominio de lo temporal. Hicieron del poder del papa un poder quasi-divino.
Gregorio IX e Inocencio IV llegaron más lejos. El primero instituyó la inquisición. Por su parte
Inocencio IV permitió la tortura para sacar confesiones a los herejes; y se denominó vicario de
Cristo en cuanto que Cristo, hijo de Dios, posee eternamente el poder sobre los reyes.
Bonifacio IX (1294-1303) llegó a la cumbre de la exaltación papal. Publicó la Bula
UNAM SANCTAM. Esta bula termina más o menos así: Proclamanmos y definimos que la
sumisión al romano pontífice es de necesidad para la salvación.
PARÉNTESIS
En el siglo XII nace la teología como ciencia. Pero curiósamente la eclesiología no nació
como una parte de la teología. Escribían en ese tiemo sobre la iglesia los juristas y canonistas.
Eclesiología pues, se trató teológicamente hasta el siglo XIX. En el Vaticano II se trató de todo
lo de la iglesia; y allí se incluyó ya una reflexión eclesiológica más pura, antes nunca se había
dado. Se había dado como tratado sobre la potestad eclesiástica o papal y real.
(7/Octubre/98)
Lo más grande que ha hecho la iglesia es conservar el Evangelio como fuente de vida
La edad media va del siglo VI al siglo XV. Desde el siglo VI al XI es la alta, y del XI al
XV es la baja. Veremos por ahora la alta edad media.
El autor más influyente es San Isidoro de Sevilla (+636). su obra principal: Las
Etimologías (orígenes de las palabras latinas utilizadas por la teología de aquel tiempo). Allí se
encuentra la palabra eclesía entendida como convocación, llamada... al pueblo; por tanto no es
sólo la jerarquía. La iglesia seguía siendo el NOSOTROS de los cristianos. Isidoro usa la
palabra “nosotros” intercambiándola incluso con “eclesia”.
Otra fuente de información es la liturgia del tiempo. Del siglo IV al siglo VII se fijan las
oraciones que rezamos los domingos (formaciones litúrgicas, que respondían al problema de la
gracia -tratado por San Agustín contra Pelagio-). El vocabulario litúrgico es expresivo: eclesia
tua, por ejemplo, se utilizaba para decirle a Dios: tu iglesia, tu pueblo, tu familia... En este
sentido son las personas las que componen la iglesia. También se comienza a usar iglesia para el
templo. Pero la liturgia da el sentido de cuerpo sacerdotal a la iglesia (toda la comunidad).
San Beda el venerable (+735). Para él la iglesia es el conjunto de los fieles. Sin
embargo, a partir de los siglos VII y XIX se producen cambios sustanciales: En este momento la
gente no entendía latín, y la liturgia toda siguió en latín hasta el siglo XX. El canon de la misa
se comienza a recitar en voz baja (plegaria eucarística). Ya aquí el cura comienza a celebrar a
espaldas al pueblo (como insinuando “la subida” del hombre a Dios). Los fieles ya no llevaban
las ofrendas al altar. Se multiplican las misas solitarias (como se acabó con la penitencia única
en la vida, se comienza la penitencia tarifal, y con las misas compradas lograban quitarse la
penitencia -conmutación y/o sustitución de penitencia; incluso hubo quien le pagó a los
indigentes para que pagen por ellos las penitencias).
La palabra eclesia, su contenido, se vio afectado porque ya se le fue identificando más
con el clero. Ejemplo: Floro de Lyon: la iglesia que consiste principalmente en los sacerdotes.
(9/Octubre/98)
Por una parte en la edad media se acentúa el poder papal, llegando al punto de la
“plenitudo potestatis”. Pero también se dio una eclesiología de comunión. Lo primero es propio
de papas y la iglesia romana; la segunda, de teólogos e iglesias orientales. Se fue imponiendo la
primera tendencia, con divorcio a las tendencias populares.
LA CONTESTACIÓN ECLESIAL
Contestar en castellano tiene dos sentidos: responder y protestar. El movimientod e
contestación es movimiento de protesta. No todo fue aceptación o sometimiento a la jerarquía
papal. Sin tener en cuenta los movimientos que buscaban espacios de libertad frente a las
pretenciones de poder de la jerarquía no se comprende la eclesiología.
La vida eclesial no está toda en la jerarquía y en la institución: la vida del pueblo, la
comunidad de creyentes y también, aunque sea por “fregar”, el Espíritu Santo.
El monacato
(Monacus - monjes) A partir de Constantino, la iglesia se instala en el imperio.
Comenzó pues, el fenómeno de cristianos que se retiraban al desierto para vivir un martitrio
incruento (cruel: sangre; no sangriento) por medio de la ascesis más rigurosa. La mística ya no
era el mismo tipo de martirio. Pasaron de la conversión a la praxis. Conversión personal que
no convierte a la sociedad. Aquí surge la Vida Religiosa, la que ha sido y sigue siendo un gran
movimiento de inspiración carismática, y demuestra que el Espiritu Santo se comunica no por
camino institucional (sacramentos, por ejemplo), sino que el Espiritu actúa al margen de la
jerarquía. En este sentido, el monacato es contestación.
Pero esta contestación como tal se realizó en los primeros siglos, fue de orientación
ascética (contra el estoicismo) más que anti-imperial-eclesiástica. Para encontrar la teología
monástica diversas de la papal/romana hay que esperar hasta el siglo XII.
Después de la muerte de Gregorio VII, surge Honorius Augustodurensis, monje que vivió
en Canterbury (Inglaterra) y Ratisbona (Alemania), y escribió la Summa (compendio-sumario)
Gloriae de Apostólico el Augusto (1125). Honorius no es Teócrata (en sentido de teocracia
papal). El poder real viene de Dios, no del papa. Además afirma que cada autoridad tiene poder
en su orden: el papa “in divinis”, el emperador “in secularibus”. Honorius defiende, no
obstante, la tesis de la superioridad del sacerdocio sobre el poder imperial (ni modo... no se le
puede pedir todo a la vida).
Gerboth de Reigensberg (+1169). Apasionado por la pureza de la vida de la iglesia,
defiende, por eso, que los clérigos no deben meterse en asuntos seculares; y dice que los
sacramentos que imparten los clérigos simoníacos (los que venden los sacramentos) quedan
inválidos. Se mostró contento con lo que hizo Gregorio VII, pero también dice que con este
papa comienza el declive del papado. Se pronunció contra la ambición de la curia papal. No
aceptaba el dominio papal en lo secular.
(13/Octubre/98)
(14/Octubre/98)
Otros factores que salen de hechos históricos: el llamamiento de Gregorio VII a los
laicos contra los curas simoníacos y concubinas. También los movimientos laicales que
promovieron los obispos en la segunda mitad del siglo XI. También por las cruzadas.
A finales del siglo XI y comienzos del XII se produce una inquietud profunda entre los
laicos en el sentido de pobreza voluntaria, austeridad de vida, de vida eremítica. A veces
buscaban vida vagabunda. Deseo de seguir litgeralmente el evangelio, de predicar lo que vivían;
y todo lo idealizaban por las cruzadas y su objetivo, y por las novelas de caballerías; lo que les
llevaba a la violencia.
Los más importantes: Pedro de Bruys (monje francés), en los restos geográficos y
culturales del imperio carolingio. Predicó en lo que hoy es Francia (1105-1112); y proclama un
evangelio que excluye el bautizo de niños, la eucaristía y el rezo por los difuntos, así como el
uso del templo. Lo quemaron en 1126. El monje Enrique, discípulo de de Bruys, predicó en el
mismo lugar; condena el que los clérigos tengan bienes, los templos; rehaza ritos para bautismo
y matrimonio; niega que el cura pueda perdonar pecados. Arnaldo de Breria (+1155); protestó
contra el uso de los medios temporales por parte de la iglesia; rechaza la “donatio constantinae”
(leyenda según la cual constantino regaló su impero a la iglesia), como fábula herética: que el
papa vuelva a la condición de los apóstoles y le obedeceremos. Hugo Speroni, discípulo de
Arnaldo; predica de 1177 a 1185; se opone a los curas y profesa una religión como pura e íntima
en cada uno; rechaza el bautismo de niños y la presencia real de Jesús en la Eucaristía.
Los cátaros (puros; de aquí viene la catarsis, purificarse) venían del movimiento de los
Bogonilos en Bulgaria. Parte de las ideas o principios del maniqueísmo. Condenaban la materia
y en consecuencia rechazaban la encarnación, y no aceptaban los sacramentos. Rechazan la
iglesia poderosa, y le llaman al papa Silvestre el Anticristo.
Los valdenses. Es del único grupo que queda. su fundador, Valdez, comerciante de
Lyón, que en 1173 se convirtió al ideal del evangelismo. Pasó a un literalismo evangélico
exagerado. Se hizo fundamentalista y sacaba lo que a su parecer no es del evangelio.
Finalmente entre los herejes de este tiempo está Amaudy de Bene (+1205); crea un
espíritu simplista e insensato (decía que todo es Dios - panteísmo). Decía que somos miembros
del cuerpo de Cristo ontológica y físicamente; rechazaba todos los sacramentos, y que estamos
en el tiempo del Espíritu Santo (el AT era el tiempo del Padre; el NT del Hijo). En todos estos
movimientos participaron muy activamente las mujeres. Ya en el siglo XII se le llamaba “siglo
de mulieres”.
Juicio global de conjunto. Se oponían a una iglesia clerical y mundanizada. No al
derecho canónico, sacerdocio, sacramentos, construcción de iglesias y templos. Ieas de base: la
iglesia es sólo “congregatio fidelius”. Sociológicamente eran movimientos sectarios. Se decía
que era la iglesia de Constantino.
(16/Octubre/98)
reprimir las herejías. Estas situaciones (la inquisición) se “perfeccionaron” por el acuerdo entre
Federico Barbarosa y Lucio III, firmado en Verona en 1184. Sólo hasta el siglo XIX la
inquisición se suprimió.
Muchos quemados sólo querían vivir el evangelio al pie de la letra; y con sobradas
razones acusaban a la iglesia, pues los clérigos, en buena parte, eran hombres que querían vivir
sin trabajar. El gravísimo error de estos movimientos nfue que no les bastó generosidad, buena
voluntad, entrega y heroísmo hasta dar la vida; sino que se bloquearon en sí mismos, y se
constituyeron en iglesias paralelas (sectas), por tanto, rompieron la comunión con la Iglesia.
Otro error fue atacar los dogmas fundamentales en lo que a los sacramentos se refieren.
El conciliarismo
A finales del siglo XIV e inicios del XV, la iglesia se encontró con tres papas. Se
produjo por diversos asuntos históricos. Antes esta situación se plantearon tres respuestas: la
primer era que cedieran dos de ellos, antes lo cual ninguno cedió; la segunda era que la iglesia
toda no les rindiera obediencia, pero como cada uno tenía simpatizantes, tampoco se dio esta
salida; y la tercera fue un concilio que los quitara y pusiera otro. El problema, entonces, ya no
sería que hubieran tres papas, sino que queda en discusión si el papa tiene autoridad sobre el
concilio (los obispos) o el concilio tiene autoridad sobre el papa. De fondo se presentaba un
problema teológico: la relación ente el papado y el episcopado. La solución práctica se dio en el
Concilio de Constanza, ratificado por el Concilio de Basilea. Aquí se dio el decreto de la
supremacía del episcopado sobre el papa; y se colocó a un papa; pero éste, en cuanto entró,
derogó el decreto, colocando nuevamente la supremacía del papa sobre el episcopado, con lo
cual se abría nuevamente el problema teológico. Este problema no fue resuelto en ningún
concilio posterior. Cuando se llegó al Vaticano I, en el momento de tratar este tipo de asuntos se
vino la guerra y se tuvo que cerrar el concilio. El Vaticano II dio un paso al declarar la
sacramentalidad del episcopado. Pero quedó el problema de ¿cómo realizar la sacramentalidad
del episcopado en concreto, si todavía, por ejemplo, cualquier documento que las conferencias
episcopales escriban debe ser ratificado por Roma?
(20/Octubre/98)
LA REFORMA PROTESTANTE
Y LA CONTRARREFORMA CATÓLICA
LA REFORMA PROTESTANTE
Cinco puntos definen la contestación de Lutero:
Ÿ Esta actitud papal va unida a la forma de pensar escolástica, y todo era extraño a la
Palabra y al retorno a ella.
Ÿ Lutero quería que la relación religiosa de cada uno con Dios no estuviera determianda
por la fuerza humana, sino por la fe, por la gracia.
Ÿ Lo que une a los cristianos es el cristianismo; y no el cuerpo viviente de la Iglesia. Ante
esto, necesitamos una organización, pero no como la existente (en aquel momento, y ¿por qué no
la actual también?)
Ÿ Lo que impide la verdadera afirmación del cristianismo auténtico es la afirmación de la
potestad clerical, y sobre todo la papal. En la Iglesia sólo hay una potestad, la Palabra.
La Iglesia no se define por un orden exterior, unas leyes ni un papa, sino que es la santa
congregación de los fieles. He aquí que lo que irritó a la jerarquía fue contraponer el pueblo al
papa en materia de definición de la Iglesia. Esta Iglesia es también algo visible (Lutero). Hay fe
allí donde la Palabra es anunciada con pureza, y donde los sacramentos se administren bien. Y
allí hay verdadera Iglesia. De todo esto salía una eclesiología de la institución jerárquica y
sacramental, y por tanto no una eclesiología cristiana (decía en otras palabras Lutero).
LA CONTRARREFORMA
Comienzan a salir los catecismos (tanto por protestantes como por católicos, y estaban a
la misma altura, pero diferenciaban en los contenidos). Pero poco a poco los catecismos adoptan
forma más militar, de más dogmas, de más apología.
(21/Octubre/98)
En este tiempo se plantea ¿dónde está la verdadera iglesia? Y así nació el tratado sobre
las Notas de la Iglesia, que son cuatro características ya conocidas: Iglesia: una, santa, católica
y apostólica, de las cuales la última es la más importante. Estanislao Hozius sistematizó estas
notas. Pero no estaba fijado el número de las notas, por ejemplo: Belarmino dice que eran 15
notas; Bozio recogió 100 notas... El esquema de las cuatro notas quedó fijado en el siglo XVIII.
Lo imporatne era que estas notas también venían a formar parte del cuerpo apologético de la
Iglesia contra la reforma.
Entre otros asuntos que interesaron tenemos: El devate sobre el episcopado, en cuanto a
la toma de residencia de los obispos, pues muchos obispos nunca fueron o conocieron su
diócesis. Se hablo de la jurisdicción de los obispos, sobre su origen (divina o papal). Unos
decían que era de origen divino (dado en la ordenación), y otros del papa. La primera tendencia
era defendida por españoles y franceses. Los italianos, y con ellos el P. Lainez, defendía que el
poder viene del papa. Los primeros decían que uno podía estar ordenado y no tener jurisdicción
(se basaban en la jurisdicción). La consagración se distinguía de la consesión de la jurisdicción.
El problema teológico era la teología del sacramento del orden que se elaboró en los
siglos XII-XIII, en función del poder de consagrar la Eucaristía. Curas y obispos se distinguían
en la jurisdicción del papa.
(23/Octubre/98)
El problema eclesiológico citado originaba otra pregunta: La Iglesia, ¿la instituyó Cristo
a partir del papa (jurisdiccional) o a partir del colegio episcopal (comunión sacramental)?
Como el conciliarismo (tendencia al poder de los obispos) estaba reciente, se tuvo miedo
de plantearse. Pero hubo teólogos que no participaban de la idea monárquica. Sobre todo
Francisco de Vitoria (considerado el creador del Derecho Internacional), y por su influencia se
admitía la infalibilidad del concilio, por supuesto que con el papa incluído. Lo que significaría
que los obispos son autoridad suprema, y no el papa.
Eclesiología de la contrarreforma
Citamos a Ignacio de Loyola, con su insistencia a la obediencia al papa. Su gran
innovación: cambió conventos por la misión, para los religiosos. Hubieron varios jesuitas que
se pronunciaron en cuanto a la eclesiología de la contrarreforma: San Pedro Canisio, aleman,
insiste en la obediencia al papa. Tomás Stapleton, “a Dios sólo se le oye en la Iglesia y por la
Iglesia”. De este tiempo es aquello que versa: Iglesia docente y disciente. Tomás dijo también:
“en doctrina de la fe, importa quien lo dice, y no lo que se dice”.
San roberto Belarmino presenta su obra Controversias Generales. Su empeño era
determinar donde estaba la verdadera Iglesia. La nota determinante es lo visible y lo externo
para este cardenal de la Iglesia. Piensa en una Iglesia como institución visible. Incluso los
herejes y sacramentos inválidos (simoníacos), si eran dados dentro de la Iglesia, entonces sí
había verdadera Iglesia en ellos. Le bastaba la profesión externa de la fe para ser Iglesia. Y esta
es la idea de Iglesia que ha habido hasta el Concilio Vaticano II. Pero también decía que el
papa no tiene autoridad sobre los reyes y monarcas. Se opuso a la condena de Galileo (tanto
Belarmino como Francisco de Vitoria), y por sus ideas (sobre todo en la relación rey-papa), los
mandaron a los dos a los libros prohibidos.
EL CONCILIO VATICANO I
Siglo XIX, comenzó bajo crisis para la Iglesia porque al final del siglo XVIII se da la
Ilustración (en las ideas, en la política y en la prácitca: la revolución francesa, acabaron las
monarquías...). Y también porque todavía existía en la Iglesia la idea de monarquía absoluta
para llevar bien el gobierno.
Pío XI: Cuando quiero que se haga algo rápidamente, encargo a uno específicamente; mientras
que cuando quiero que se haga con tiempo, encargo una comisión. La tentación de la eficacia,
vrs. la expresividad del amor.
Todo representaba la negación del esfuerzo de todos los papas que querían una Iglesia
organizada según el modelo de la monarquía absoluta. A Partir de esto, la autoridad religiosa
llevó un proceso de autoafirmación que culminó con el dogma de la infalibilidad del papa. Se
vieron amenazados no en lo de ideal evangélico, sino en la tenencia del poder.
La autoridad estaba desacreditada; y en este momento aparece un monje camaldulense,
Mauro Capellari, que llegó a ser el papa Gregorio XVI (+1846), publicó antes de ser papa, El
triunfo de la santa sede y de la Iglesia. Tuvo éxito por su idea: identifica a la Iglesia con la
estructura jerárquica de gobierno. Afirma que la Iglesia es infalible porque el papa es también
infalible. Esta afirmación era la respuesta de los conservadores de la Iglesia, a la ilustración y
revolución francesa.
Surgen muchos seglares aristocráticos (de la alta burguesía) que escribieron sobre la
Iglesia y la autoridad. Entre otros, Luis de Bonald, Joseph de Maistre (el más importante), F. la
Mennais (franceses todos estos).
El lema de estos seglares lo formuló Maistre: A la autoridad de la evidencia hay que
sustituirla por la evidencia de la autoridad (lo que se impone por evidente - el papa). Tiene que
ser absolutamente evidente la autoridad, como lo es el papa. Se trata de restaurar la autoridad
papal. Esta preocupación domina la apologética del siglo XIX. El esquema lo formuló La
Menais: No hay moral púbica, ni carácter racional sin religión; ni religión sin cristianismo; ni
cristianismo sin catolicismo; ni catolicismo sin papa; ni papa sin autoridad.
(28/Octubre/98)
Gregori XVI y Pío IX. El primero murió en 1848, y luego llegó Pío IX, quien duró más
de 30 años, por tanto con influencias tremendas en lo eclesiológico. Estos inauguran un nuevo
ejercicio del magisterio ordinario papal: las encíclicas: Ensañanzas que van más allá de
asuntos de fe, y que desarrollan las razones y consecuencias con la doctrina.
Estos papas se alzaron contra las pretenciones de los estados europeos que intentaban
realzarse contra la Iglesia (revolución francesa...) Condenaban todo lo que decía a progreso,
libertad, democracia y modernidad (“nuevo” o “moderno” eran palabras “heréticas”). Por
ejemplo: Gregorio XVI condenó las vacunas porque decían que iban contra la naturaleza;
declaró como “pecado mortal” encender luces en los estados pontificios, por ir contra la Palabra
de Dios (el sol se hizo para alumbrar de día, y la luna para la noche); prohibió los trenes; dio
títulos de nobleza a gente de plata... Pretendían defender la línea de Gregorio VIII, concibiendo
a la Iglesia como algo aparte, una sociedad perfecta, sobrenatural. En el fondo estaba la
obsesión: autoritas eclesiae. Se pretendía un orden hierocrático (poder-sagrado), en donde el
papa era la cúspide. Estando así las cosas, Pío IX convocó al Concilio Vaticano I.
El Concilio comenzó con la constitución Pastor Aeternus. Comenzó por arriba, hablando
del papa, y cuando iban a hablar sobre los obispos, se tuvo que cesar por la guerra que se desató.
De todo este Concilio se sacan dos afirmaciónes:
Pastor Aeternus, Cap. III, Párrafo II, No. 3060: Sobre la razón de ser del primado
papal. Y Cap IV: El papa, cuando define EX CÁTEDRA, tiene la infalibilidad de la Iglesia.