Derecho Administrativo
Derecho Administrativo
Derecho Administrativo
Esto ha llevado a un reconocimiento explícito, por la doctrina y por el Derecho, de que los
actos administrativos pueden ser impugnados de diversas formas y en distintos ámbitos y
momentos; es ahí donde surgen las vías recursivas, para que los interesados tengan la
oportunidad de atacar formalmente las decisiones de las autoridades públicas, cuando estas
no sean conforme a los principios y las normas que rigen su actuación, y en procura de
garantizar seguridad jurídica.
En este tenor, los actos administrativos pueden ser desafiados a lo interno de la propia
administración, a través de los denominados recursos administrativos o por ante la
jurisdicción contencioso-administrativa. El objeto del presente escrito está limitado a la
primera vía, es decir, a los recursos administrativos.
Esta vía de recurso tiene su explicación histórica en el concepto conocido como justicia
retenida, que propicia la condición de juez y parte de la Administración Pública, al otorgarle
facultad para conocer y decidir sobre los recursos que impugnan decisiones que ella misma
ha tomado; esto le ha valido muchas críticas por una parte de la doctrina, que cuestiona
incluso su funcionalidad en la actualidad.
En cuanto a las potestades del órgano que conoce el recurso administrativo, el artículo 52
dispone que este puede confirmar, modificar o revocar el acto impugnado, así como ordenar
la reposición en caso de vicios de procedimiento, sin perjuicio de la facultad que tiene la
Administración para convalidar los actos anulables; se agrega que en ningún caso la
Administración puede, al decidir el recurso administrativo, agravar la condición jurídica del
interesado.
En cuanto a los plazos para interponer los recursos administrativos, los interesados deben
hacerlo en los treinta (30) días que siguen a la notificación del acto que se impugna, debiendo
ser resuelto por el órgano competente en un plazo también de treinta (30) días. Si se trata de
un recurso de reconsideración, y este no fuere resuelto dentro de este plazo, el interesado
podrá asumirlo como denegado tácitamente, bajo el criterio jurídico del silencio
administrativo negativo, por lo que puede interponer, si lo desea, el recurso jerárquico, si
procede, o acudir a la jurisdicción contencioso-administrativa. Cabe advertir que contra los
actos dictados por órganos que están sujetos al control jerárquico de otros superiores podrá
interponerse recurso jerárquico, sin necesidad de que se haya interpuesto previamente el
recurso de reconsideración.
Pese a las críticas, válidas algunas, es nuestro criterio que los recursos en sede administrativa
tienen su importancia y justificación, pues cristalizan el derecho de los administrados de
solicitar la revisión de los actos administrativos, sin necesidad de acudir a la jurisdicción
contencioso-administrativa, y constituyen a la vez una oportunidad para que la
Administración regrese sobre sus propias decisiones y enmiende cualquier error que haya
podido cometer.