La Antifilosofia y La Transmision Del Sa
La Antifilosofia y La Transmision Del Sa
La Antifilosofia y La Transmision Del Sa
Alemán y Badiou
Carlos Gómez
* * *
Es así que no queremos hacer una historia del concepto “antifilosofía” sino mostrar la
productividad que ha tenido esta noción en otros lugares, específicamente en el
pensamiento del psicoanalista Jorge Alemán y de la filosofía de Alain Badiou.
1
Lacan, Jacques. “Peut‐être à Vincennes, Proposition de Lacan” (Enero 1975) in Ornicar? 1, 1975.
Después publicado en Lacan, Jacques. Autres écrits. Ed. Seuil, París, 2001.
En aquél tiempo el antifilósofo era aquel que se oponía a la filosofía de las luces
afirmando una verdad revelada e intocable justamente en un ambiente donde se creía
que era la razón lo que podía emancipar al humano. Uno de los lugares estratégicos de
la antifilosofía fue luchar contra el derecho de pensar, lo que se tradujo jurídicamente
en Francia como “delito de opinión” lo cual llevó al encierro a Diderot y a Rousseau2.
Lo que nos parece importante señalar aquí son las operaciones que realiza el
psicoanálisis sobre la filosofía para tomar lo que es suyo de otro campo. Según Alemán
las cuatro operaciones o torsiones (aquí el lenguaje es topológico) son: localización de
la razón fronteriza (como gozne entre sentido y pulsión), el atravesamiento de la
filosofía, vaciado de sentido y, por último, distribución entre el goce y el sentido.
2
Para un interesante recuento del origen del término “antifilosofía” y el uso que le da Lacan véase Soler,
Colette “Lacan antifilósofo” en ¿Qué se espera del psicoanálisis y del psicoanalista? Trad. Gabriel
Lombardi, Ed. Letra Viva, Buenos Aires, 2007.
3
Alemán, Jorge. “Introducción a la antifilosofía” en Jacques Lacan y el debate posmoderno. Ed.
Filigrama, Buenos Aires, 2000.
Es por eso que para Lacan los posfreudianos eran más filosófos que
psicoanalistas y por supuesto que no nombran nunca a la filosofía sino que están
sumidos en la metafísica que denunció Heidegger junto con su error que fue el olvido
de la pregunta que interroga por el ser. La afirmación de la primacía del yo, de un yo
autónomo, es únicamente el principio de esta metafísica. Para Heidegger la filosofía es
más que aquello que nombra explícitamente, más que especular con conceptos sino
que es el movimiento de una estructura de ocultación y desocultación (es justamente
lo que señala el término aletheia en Heidegger).
Alain Badiou toma el término de Lacan, está influido por su enseñanza, no podría
pensarse la antifilosofía de Badiou sin su maestro del puro torcido. Sin embargo, no lo
usa en el sentido del psicoanálisis y el concepto se acerca más a aquél del siglo XVIII
pero no sin las trazas de la reflexión lacaniana.
Badiou dedicó cuatro años4 a aquellos que reconoce como los más grandes
antifilósofos (Pablo, Nietzsche, Wittgesntein y Lacan), para así poder identificar sus
protocolos discursivos. En su búsqueda compara a estos grandes antifilósofos con los
filósofos de su época y también con otros antifilósofos de otras épocas como son
Rousseau, Pascal, Kierkegaard, Althusser o Rancière. ¿Qué es entonces lo que agrupa a
filósofos tan diversos bajo el rótulo de antifilosofía? y, en todo caso, ¿cómo delimitarla
de la filosofía?
4
Nietzsche (1992‐1993), Wittgenstein (1993‐1994), Lacan (1994‐1995) y Pablo (1995‐1996). Nos parece
importante mencionar ya que es posible encontrar en varias partes del mundo publicaciones de Badiou
de esta misma época donde el tema central es la antifilosofía (Nuevas reflexiones sobre nuestro tiempo
es una compilación de conferencias en Brasil, Infinite Thought compila varias conferencias en Australia y
finalmente el libro que está por publicarse editado por Bosteels titulado What is Antiphilosophy?). Por
otro lado, también es posible encontrar las trazas de alumnos que asistieron a sus seminarios en sus
publicaciones, el caso paradigmático es la renovada lectura lacaniana‐badiouana que hace Alenka
Zupancic sobre Nietzsche (The Shortest Shadow: Nietzsche’s Philosophy of the Two, Ed. Verso, 2003) o el
texto que está por publicarse por Bosteels en donde se registran las trazas antifilosóficas de Borges
(After Borges: Literature and Antiphilosophy). Todo lo anterior significa que todavía es posible llevar más
lejos las reflexiones de Badiou sobre este punto.
1. La destitución de la filosofía en su pretensión teórica, esto es, refuta la tarea de
la filosofía y la desacredita. La principal operación es la indiferencia a la
categoría de verdad.
2. La actualización de la verdadera naturaleza de la operación filosófica. La
antifilosofía se presentará a sí misma como más radical y actual que la filosofía.
3. La oposición al acto filosófico por un acto de un nuevo tipo, es decir, la
sustitución del acto filosófico (pensar) por un nuevo acto radical que no es
pensable.
Son tres los términos anudados a estos rasgos formales: verdad, pensamiento y acto.
La manera de relacionarlos y el lugar de cada uno es diferente en la filosofía que en la
antifilosofía. Ninguno de estos tres rasgos existe por sí solo, sino que están
encadenados. Si se destituye a la filosofía es porque se le siente caduca y sin fuerza
radical, por lo que acto de pensamiento filosófico es sustituido por un acto que el
antifilósofo afirma con mayor radicalidad. Vayamos más despacio en estos tres puntos.
El antifilósofo no tiene, como Lenin, un texto titulado ¿Qué hacer? dado que no
es posible demostrar un acto. Esta es la radicalidad del acto antifilosófico. No hay nada
en el orden de lo simbólico que señale qué paso dar para producir un acto analítico, no
es posible demostrarle a un incrédulo que es mejor creer puesto que se trata de una
apuesta, no hay forma de explicar un acto estético (de lo que no es posible hablar
mejor es callarse). Esto implica que el acto antifilósofico tiene una dimensión temporal
muy extraña: “lo que hay de especial en el acto es que es algo así como la esencia no
temporal del tiempo”6. La antifilosofía propone un acto como corte atemporal (el
contrato social, el acto analítico, la apuesta, el salto de fe).
6
Badiou, Alain. Nuevas reflexiones sobre nuestro tiempo. Ed. Ediciones del cifrado, Buenos Aires, 2000,
p. 65.
7
Lacan, Jacques. L’Étourdit en Scilicet 4, Ed. du Seuil, Paris, 1973. Existen traducciones al español en
línea.
Todo antifilósofo es una respuesta a un filósofo contemporáneo: para Pablo es
la filosofía griega, Descartes es el filósofo de Pascal, Heráclito es el antifilósofo de
Parménides, Rousseau se opone tanto a Voltaire como a Hume, Wittgenstein a Russell
y Kierkegaard a Hegel. Y si Badiou se dice filósofo ¿quién es su antifilósofo? Bruno
Bosteels señala al esloveno Slavoj Zizek como su antifilósofo8.
De todas formas, el caldero donde cuece lo que será una obra de arte y de
pensamiento está lleno hasta el borde de impurezas innombrables; ahí entran
obsesiones, creencias, laberintos infantiles, perversiones diversas, recuerdos
incomunicables, lecturas de acá y de allá, bastantes asnadas y quimeras. Entrar en esta
química no sirve para mucho.
10
http://www.lacan.com/symptom9_articles/badiou19.html visitado el día 23 de septiembre de 2009.
11
Badiou, Alain. El balcón del presente. Confererencias y entrevistas. Trad. Susana Bercovich y Françoise
Ben, Ed. Siglo XXI, México, 2008, p. 24.
12
Badiou, Alain. San Pablo. La fundación del universalismo. Trad. Danielle Reggiori, Ed. Anthropos,
Barcelona, 1999, p. 2.
En así que, contrariamente al filósofo, para el antifilósofo esta singularidad
existencial está ligada a la subjetividad y a la impotencia de la razón. Lo que importa es
el cambio subjetivo que puede producir una idea, lo que nunca puede ser producto de
una formulación racional, lógica, filosófica o conceptual. Es aquello que se está más
allá del lenguaje, lo que se resiste a la simbolización, lo cual apunta a una dimensión de
lo Real más que a la realidad: únicamente puede decirse a través de la autobiografía y
la escritura fragmentaria.
El texto no podría ser más claro. Esta línea de pensamiento es muy interesante dado
que los grandes filósofos también ejercen una fuerza enorme sobre el lenguaje para
crear una nueva escritura. ¿Es esta fuerza sobre el lenguaje lo que hace a una escritura
“antifilosófica”? Es posible pensar en el montaje estilo “MTV” o videoclip (visual,
fragmentado, vertiginoso, cambios constantes, movimientos de posición) de la
escritura de Zizek, en los “alephs” o escolios de Giorgio Agamben o en los cambios del
tamaño de la tipografía en algunos textos de Roberto Esposito. El mismo Badiou afirma
que su Teoría del sujeto contiene “repliegues mallarmeanos14” o que todos los
filósofos franceses de posguerra (de Sartre a Badiou) quisieron ser escritores. En la
escritura se juegan dimensiones estilísticas que no pueden no pueden expresarse por
13
Baidou, Alain. El balcón del presente, p. 20.
14
Badiou, Alain. Teoría del sujeto. Trad. Raúl Cerdeiras, Ed. Prometeo, Buenos Aires, 2009, p. 12. Ver
también la relación de su escritura en Teoría del sujeto con Mallarmé y Lacan en El balcón del presente,
p. 15.
el contenido, por lo que la enunciación (desplegada por la escritura) muestra una
mayor potencia que el enunciado.15. Más aún, el mismo Badiou reconoce que16:
…en un artículo muy ingenioso, Quentin Meillassoux demostró que en ciertos motivos
de mi novela Calme bloc ici‐bas, aparentemente contradictorios a mi ontología formal,
más bien eran lo real “escondido”, es decir lo que no podía decirse en el orden de la
filosofía pura, pero que debía decirse de otra manera. Lo cual en el fondo viene a
discernir en mi actividad de novelista los datos antifilosóficos que el estilo filosófico
expulsa.
Surgen aquí, sin embargo, algunas preguntas: ¿es necesario que el antifilósofo escriba
fragmentariamente para que pueda enunciar su acto?, ¿todo filósofo tiene una
vertiente “antifilosófica” que puede (o debe) explorar por otras vías que atraviesan por
la escritura fragmentaria y el recurso a la estética?
15
Badiou, Alain “Panorama de la filosofía francesa contemporánea” en Abensour, Miguel (ed.) Voces de
la filosofía francesa contemporánea. Ed. Colihue, Buenos Aires, 2005.
16
Badiou, Alain. El balcón del presente, p. 24. Es interesante que la único escrito donde Badiou
reflexiona filosóficamente sobre sus obras literarias sea “Amhed: la diagonal del cuadrado de la escena”
en Badiou, Alain. Imágenes y palabras. Escritos sobre cine y teatro. Trad. María del Carmen Rodríguez,
Ed. Manantial, Buenos Aires, 2005.
17
Lacan citado por Badiou en Reflexiones sobre nuestro tiempo, p. 46.
Simbólico retorna en la antifilosofía como Real. ¿Y qué es lo que se forcluye? La mujer,
misma que es desplazada en el antifilósofo (la fe, la angustia, la vida, el silencio, el
goce…). La antifilosofía trata con lo Real de la excepción, lo cual se identifica con la
lógica del no‐todo18:
El antifilósofo agita el espectro de lo femenino justo frente a los ojos del filósofo quien,
lealmente, forcluye de sus operaciones de pensamiento este espectro, educado en
este punto por la ciencia.
Llegados a este punto es claro que hay una nueva propuesta por parte de
Badiou para la (re)definición de la filosofía. Nuestro filósofo se apropia de una idea
lacaniana para poder leer toda la filosofía. Pero, ¿para qué serviría leer la historia de la
filosofía en términos de esta distinción filósofo‐antifilósofo? Para acercarse lo más
posible al antifilósofo sin perderse en sus protocolos. Porque el antifilósofo despierta
al filósofo de su sueño dogmático, le señala las trampas del sentido, la ruptura con la
religión y la forma de laicizar la verdad. El filósofo debe estar cerca del antifilósofo ya
que él, y únicamente él, le enuncia el nuevo deber de la filosofía o la nueva posibilidad
en la figura de un nuevo deber. Todo ello se debe a la radicalidad del antifilósofo. “La
filosofía es siempre heredera de la antifilosofía” dice Badiou19. Ambos luchan codo a
codo contra la metafísica (el tiempo, Dios, el uno, el universo, la presencia, el yo).
Pero el filósofo debe crear su propio espacio dado que el antifilósofo se mueve
hacia la muerte o al silencio: la locura de Nietzsche, el laberinto de Wittgenstein o el
mutismo final de Lacan. Pero no sólo eso, para Badiou el antifilósofo confunde la
fidelidad al acontecimiento con su anuncio. El antifilósofo está extasiado con la
radicalidad de su acto que lo anuncia por todos lados pero no lo lleva a cabo. Es aquí
donde “acto antifilosófico” toma toda su dimensión: un actuar histriónico. En términos
de la teoría de los cuatro discursos (que Badiou toma de Lacan con algunas
modificaciones en su libro San Pablo) el discurso del antifilósofo es el del histérico que
18
Badiou, Alain. L’Antiphilosophie de Wittgenstein, p. 23.
19
Badiou, Alain. Reflexiones sobre nuestro tiempo, p. 76.
está barrado por el acontecimiento y el del filósofo es el del amo que ocupa el lugar
del significante amo para llevar este acontecimiento hasta sus últimas consecuencias.
Aquí, nos dice Bosteeels, se desprende la característica antipolítica del antifilósofo ya
que incurriría en lo que él llama “izquierda especulativa” anunciando la novedad sin
construirla20.
La formalización matemática es nuestra meta, nuestro ideal. ¿Por qué? porque sólo
ella es matema, es decir, transmisible íntegramente.
20
Bosteels, Bruno. “Radical antiphilosophy”, p. 181. Una característica que también Jean‐Claude Milner
vincula con la antifilosofía de Lacan: “Antipolítica, podría decirse, paralela a la antifilosofía” La obra
clara. Lacan, la ciencia, la filosofía. Trad. Diana Rabinovich, Ed. Manantial, Buenos Aires, 1996, p. 158.
21
Lacan, Jacques “redondeles de cuerda” en El Seminario XX. Aún. Ed. Paidós, Buenos Aires, 2003, p.
144.
3. El triunfo de la religión es porque otorga sentido, queda por investigarse el
fracaso de la enseñanza (y si este fracaso triunfa por otro lado).
4. Los saberes formalizantes son estratégicos para pensar la posición del
psicoanálisis en relación a la ciencia, la religión y la filosofía.
5. La formalización matematizante es crucial para pensar la transmisión del
psicoanálisis. Queda por pensar el problema del saber y la verdad (así como el
acto analítico).
* * *