Resumen Auditivo

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Auditivo

SINTOMATOLOGÍA DE LOS PROCESOS ÓTICOS


Los procesos óticos se manifiestan por uno o varios síntomas integrantes de los síndromes
dolorosos; secretorio (otorrea, otorragia); funcional (auditivo, vestibular) y neural (parálisis
del nervio facial).

otalgia
El dolor de oído u otalgia puede ser de origen ótico, reflejo (otalgia refleja) y nervioso. El
primero se origina en las lesiones del oído externo (forunculosis, otitis externa difusa, zona,
cerumen, cuerpos extraños, micosis, etc.) y medio (otitis agudas catarrales, supuradas, etc.)
y falta en las del oído interno. Es más o menos intenso, paroxístico, y se irradia al hemicráneo
y cuello.
En las otitis externas, es dolorosa la tracción del pabellón hacia arriba y atrás y la presión
tragal.
En la otalgia refleja (el conducto auditivo externo y tímpano son normales) la causa radica
muchas veces en el maxilar inferior (cordales o muelas careadas, puentes mal ajustados),
articulación temporomaxilar (haciendo avanzar el punto de mordida, se consigue un alivio
de la presión del cóndilo sobre la parte movible cartilaginosa del meato externo, y el dolor
llega a desaparecer),
En la otalgia nerviosa o histérica no hay lesión del oído ni de los órganos vecinos. El dolor
es superficial, extenso, impreciso, variable. Ocurre la mayoría de las veces en mujeres
psicópata No aumenta con la presión sobre las zonas dolorosas. Suele irradiarse a la apofisis
mastoides (mastoidalgia histérica). A veces se asocia a crisis de jaqueca.

Otorrea
Es la salida de flujo no hemorrágico por el meato auditivo externo; puede ser, según su
aspecto, mucosa, serosa, fibrinosa, purulenta, y según su cantidad, escasa o abundante.
La motivada por afecciones del oído externo (eccema del conducto, furúnculo, cuerpos
extraños) es escasa, espesa, cremosa, no fétida; si es fétida, se trata de una otitis externa
difusa (Pseudomonas aeruginosa). Si es mucosa, corresponde a otitis media con perforación
timpánica y manifestaciones patológicas evidentes en la trompa de Eustaquio y rinofaringe.

Otorragia
Es la salida de sangre por el oído. Puede presentarse en ocasión de otitis externa o media
agudas en fase inicial de la otorrea, así como en el curso de una otitis media supurada crónica
poliposa u osteofungosa.
Trastornos auditivos
Son modificaciones cuantitativas o cualitativas de la audición. Comprenden la hipoacusia y
sordera, las paracusias y los zumbidos.

Hipoacusia y sordera
Representan la baja del umbral de sensibilidad para la captación sonora; cuando ésta es
compatible con el lenguaje, se la llama «hipoacusia, y si incompatible se denomina
«sordera». La causa puede radicar en los elementos de captación, acomodación y transmisión,
o en el órgano periférico sensonal o en las vias y centros.

Paracusias
Representan una distorsión en los elementos cualitativos que intervienen en la correcta
integración de la recepción sonora.
Si el sujeto nota resonancia de su propia voz, se denomina «autofonía», típica en algunas
hipoacusias de conducción (otitis serosa); si los sonidos de cierta intensidad son percibidos
con molestias, «hiperacusia dolorosa».
La percepción en dos tonalidades distintas se llama «diploacusia», a la vez que la falta de
orientación en la determinación de la fuente sonora recibe la denominación de «paracusia de
lugar».
Cuando la percepción sonora es mejor en ambiente ruidoso que en silencioso, constituye la
llamada «paracusia de Willis», que se presenta en las personas con otosclerosis.
Asimismo, se denomina recruitment, el fenómeno que se da en ciertos oídos en los que el
campo auditivo queda restringido, al necesitar una intensidad umbral mayor, y tener, en
cambio, un umbral dolor descendido.

Zumbidos
Llamados también «acufenos o tinnitus aurium, son sensaciones auditivas sin que exista
estímulo exterior.
Estos ruidos pueden clasificarse en:
• Intrínsecos. Son los producidos por causas endógenas, así, vibratorios (vasculares,
contracturas musculares, nasofaríngeos, roces y chasquidos de la articulación
temporomaxilar); psicógenos; endógenos propiamente dichos (metabólicos,
hormonales, carenciales, alérgicos, vasculares, discrasia hemática, esenciales).
• Extrinsecos. Son los producidos por causas exógenas (traumatismos, explosiones,
trauma sonoro, tóxicos, infecciones).
A su vez, pueden ser de distinta tipología:
• Ruidos reales. Son sonidos que existen y son percibidos en sí mismos. Dentro de los
ruidos reales, deben considerarse los producidos por aneurismas de la carótida
interna; por contracturas de los maseteros y peristafilinos.
• Ruidos virtuales. Son producto de una anormal excitación del aparato auditivo que
puede radicar en cualquiera de las estructuras que lo integran, desde el oído externo
hasta los centros, y que da lugar a una percepción específica, virtual, de estos centros
al existir dicha estimulación patológica.

Vértigo
Representa una sensación errónea postural, motivada por una alteración del tono laberíntico,
debida a una disritmia orgánica o funcional a nivel del órgano periférico, en el trayecto neural
intracraneano o en las áreas y núcleos vestibulares del sistema nervioso central. Forma parte
del síndrome vestibular.
El vértigo puede aparecer en procesos inflama- torios del oído y en sus complicaciones.

Parálisis facial
Si la causa es de origen otorrinolaringológico, la parálisis facial es de tipo periférico. Las
etiologías más frecuentes son la parálisis facial idiopática o de Bell (suele ser aguda); herpes
zoster ótico (parálisis facial, otalgia, vesículas herpéticas en el conducto auditivo externo,
presencia o ausencia de clínica cocleovestibular); otitis media con tendencia a la cronicidad;
tumores del oído medio o del ángulo pontocerebeloso; fracturas del peñasco del temporal;
otitis aguda (complicación poco frecuente).

INSPECCIÓN. PALPACIÓN
La inspección del oído comienza por su porción más externa y, dentro de ella, en su parte
más visible, o sea, en el pabellón auricular u oreja; siguen las regiones periauriculares, para
terminar en el conducto auditivo externo y membrana del tímpano, situada en su fondo. El
paciente y el examinador están situados de frente y en un mismo plano, con iluminación
apropiada. Para llevar el haz luminoso a través del conducto auditivo externo se emplea el
espejo frontal (el cual refleja la luz que le proyecta el foco luminoso de forma que dicho haz
corresponde a la visual del observador) o, mejor, el otoscopio eléctrico con dispositivo
amplificador. Actualmente, las exploraciones de precisión se realizan con
microscopio o endoscopio.

PABELLÓN AURICULAR
En lo que se refiere al pabellón auricular u oreja, los hombres están más predispuestos a sus
trastornos de desarrollo y lesiones en la piel y cartílago, quizá por estar más expuestas al sol,
aire y traumatismos. Consideraremos:
• Coloración. Pálida (anemia), roja fugaz o persistente (policitemia), azulada (cianosis,
alcaptonuria, otohematomas).
• Aspecto de la piel. Puede traducir posibles afecciones dérmicas (eccema seca o
húmeda, erisipela, vesículas [en la zona ótico]), úlceras (sífilis, tuberculosis,
neoplásica), etc.
• Nódulos. Los debidos a condrodermatitis nodular son dolorosos al menor contacto
(compresión por la almohada); aparecen de preferencia en la oreja derecha
• Úlceras. A veces necróticas y con pérdida de sustancia (congelaciones, arteritis,
crioglobulinemia, etc.).
• Trayectos fistulosos (fístula auris). Congénitos o adquiridos.

Anomalías morfológicas:
• Adquiridas. Otohematoma traumático (orejas en coliflor), pericondritis, a veces con
simultánea afectación de otros cartílagos, como los nasales, esternocostales (en la
policondritis) e incluso escleritis recurrente (en la poliartritis crónica primaria), etc.
• Congénitas. Con valor antropológico, estético (causa de complejos deprimentes), e
indicador de otras anomalías ocultas (espina bífida).
las orejas de Darwin, con una eminencia en el borde del hélix (tubérculo de Darwin),
considerada por algunos como reliquia simiesca atávica; los de Wildermuth (o de azteca) con
el antehélix muy manifiesto; las prominentes «en asa» (se les recuerda constantemente su
aspecto con apodos tan injustos como «orejas de burro» o «Dumbo»); las «orejas de
murciélago» u «orejas de gacha», en las cuales la principal deformidad es el subdesarrollo
del pliegue del antehélix; y las orejas en «concha» (orejas en taza), por falta de desarrollo
longitudinal del hélix. La oreja «maquiavélica» representa una distorsión total de la anatomía
auricular y muestra una falta de definición del borde del hélix, desdoblamiento de las ramas
y del cuerpo del antehélix.

Calcificaciones en el pabellón auricular.


Las no asociadas a desórdenes del metabolismo cálcico han sido señaladas en la enfermedad
de Addison, sobre todo tratada con acetato de desoxicorticosterona; acronosis; acromegalia;
diabetes mellitus; hipertiroidismo; hipersensibilidad congénita y familiar al frío, por necrosis
y subsiguiente calcificación; enfermedad de Meyenburg (brotes inflamatorios recidivantes
del cartílago auricular, nariz en silla de montar, artritis, queratitis o iritis, fiebre,
astenia) y sarcoidosis.

REGIÓN PERIAURICULAR
La inspección de la región correspondiente, en la mastoiditis y en la otitis externa, aparece
abultada y empastada, con el pabellón auricular desplazado según la localización del absceso
subperióstico de la mastoiditis; afuera y adelante si es periaetral; adelante y afuera, en su
posición inferior hacia el cuello, si es de la punta; adelante, afuera y abajo, si es cigomático;
afuera, abajo y algo hacia delante (incluso con edema del párpado), si es de la zona temporal.
Es clásico decir que en la mastoiditis aguda desaparece el surco retroauricular y que persiste
en la tumefacción de la región mastoidea debida a un forúnculo del conducto auditivo
externo. Esta afirmación no es exacta, pues la furunculosis puede hacer desaparecer este
surco, lo que no desaparece nunca en este caso, y es valorable para el diagnóstico diferencial.
• La palpación muestra la existencia de puntos dolorosos, variables según la
edad y afección.

INSPECCIÓN DEL CONDUCTO AUDITIVO EXTERNO


Puede revelar la presencia de cerumen, dermopatías, malformaciones (exostosis, atresias),
etc. Según el tamaño del meato auditivo, se elige el del espéculo; para la exploración, se tira
con los dedos pulgar e índice del pabellón hacia arriba y atrás, al mismo tiempo que con el
pulgar de la otra mano se aplasta y empuja el trago hacia delante. Es conveniente introducir
el espéculo mirando a su través para evitar lesiones del conducto auditivo externo.
El examen se lleva a cabo primero de forma directa, y luego, con el empleo de los espéculos
de oído o con el otoscopio eléctrico.
Asimismo, para su examen, el tímpano se considera dividido en cuatro cuadrantes, limita-
dos por dos líneas ideales; una de ellas sería la prolongación del mango del martillo y la otra,
perpendicular a ella, pasaría por su extremo delimitando, por tanto, dos cuadrantes anteriores
y posteriores, cada uno de los cuales queda dividido en otros superiores e inferiores.

OTOSCOPΙΑ
La exploración otoscópica puede demostrar la existencia de trastornos en la coloración y
modificaciones de la posición timpánica, relacionados ya sea con los cambios de presión, ya
con procesos inflamatorios que producen el cierre de la trompa de Eustaquio en ciertos casos;
dentro de las citadas circunstancias se produce una trasudación o exudación en la caja, y es
visible un nivel a través de la membrana timpánica.
• La otitis colesteatomatosa se caracteriza por la aposición de descamaciones epiteliales
formando un núcleo dentro de su matriz. Puede ser observada, total o parcialmente, a
través de la perforación.

EXPLORACIÓN DE LA TROMPA AUDITIVA


La interrupción o deficiencia en la ventilación del oído medio a través de la trompa se puede
comprobar por diversas maniobras.

Prueba de Toynbee
La deglución del aire, teniendo cerrada la abertura anterior de las fosas nasales, origina el
enrarecimiento del contenido aéreo de la caja del tímpano con hundimiento o retracción de
la membrana, visible por otoscopia; cuando existe obstrucción al paso de esta corriente de
aire, no se producen dichos cambios.

Prueba de Valsalva
La espiración forzada produce, con el cierre hermético de la boca y de las fosas nasales, un
paso del aire a presión a través de la trompa. Incluso se puede oír el chasquido.

Maniobra de Politzer
Consiste en insuflar aire a presión mediante una pera de goma, la cual posee un tubo en cuyo
extremo se puede adaptar una oliva, de cristal o ebonita, que se aplica a un orificio de las
fosas nasales, mientras el otro queda cerrado herméticamente por la compresión de los dedos
de la mano del examinador. El aire así administrado, durante la pronunciación de una palabra
que permite el cierre del paladar, como cuarenta y cuatro, sólo tiene como orificio de
emergencia el de las trompas. Otra variante es adaptar al tubo de la pera de goma una «sonda
metálica de Itard, apoyada en el orificio faringeo de la trompa.

Impedanciometría
Mide el valor de la resistencia que ofrece el paso del aire por la caja timpánica, de la cadena
osicular, y permeabilidad tubárica.

EXPLORACIÓN AUDITIVA
En la audición, deben considerarse el estímulo sonoro, el sistema auditivo, el mecanismo
intelectivo y la respuesta psicomotriz.
• Estímulo sonoro: El estímulo sonoro es representado raramente por un simple tono.
Mejor lo está por un complejo sonoro formado por la asociación de varios tonos, en
que intervienen los caracteres fundamentales del sonido más las interferencias,
sumaciones, efecto estereofónico, etc.
• Sistema auditivo: El sistema auditivo comprende un órgano periférico, unas vías y,
finalmente, los centros. En el órgano periférico, se lleva a cabo la captación de las
ondas sonoras mediante el pabellón auricular que las refracta y refleja para dirigirlas
hacia el conducto auditivo externo. De aquí se transmite el sonido a través de la
cadena de huesecillos, o por medio de la pared ósea que forma el peñasco,
al oído interno.
• Mecanismo intelectivo: El mecanismo intelectivo motiva la captación de estas
vivencias y su aprehensión, ordenación e interpretación para originar el proceso de
elaboración mental que comporta la acción efectora adecuada, desde actos intuitivos
a manifestaciones razonadas. Aquí intervienen la atención, la memoria, la ideación,
el raciocinio y, sobre todo, la abstracción, matizados por los rasgos caracterológicos
y las tendencias temperamentales.

Respuesta psicomotriz
La acción efectora psicomotriz responderá a este mecanismo afectivo, por lo cual, en un
comienzo, serán mecanismos un tanto elementales, como los movimientos reflejos que
valoran la audición en el niño pequeño, para luego dar lugar a respuestas ordenadas y
dirigidas en concordancia con la capacidad psíquica del sujeto.
Una correcta audición exige un estado de integridad orgánica y eurritmia funcional ótica, a
la vez que la necesidad de un desarrollo intelectivo adecuado y un mínimo de condiciones
motrices necesarias para exteriorizar la respuesta a que da lugar la captación y percepción
sonora.
La exploración auditiva va encaminada a de- terminar la integridad funcional y orgánica del
sistema, pero necesita un determinado grado de desarrollo mental según la complejidad de la
prueba, a la vez que una cierta capacidad motriz para exteriorizar la respuesta
ante el estímulo.
es necesario considerar los conceptos «qué se oye» o «cuánto se oye», que representan la
agudeza auditiva, y cómo se oye», significativo de la eficiencia o conducta auditiva.
Con estos dos conceptos, pretendemos conocer y determinar al explorarlos:
• La capacidad auditiva, representada por la determinación del umbral y la extensión
del campo tonal audible.
• La eficiencia o conducta funcional, dentro de la normalidad o estado deficitario de la
capacidad auditiva.
• La localización topográfica de la noxa patológica.
• Determinación de la causa productora de la alteración auditiva.

AGUDEZA AUDITIVA
La medición de la capacidad de audición se ha llevado a cabo mediante las acumetrías fónica
e instrumental.
La acumetría fónica utiliza la palabra emitida por el examinador como estímulo sonoro, y
mide la audición en función de la distancia.
La acumetría instrumental utiliza diversos medios, unos encaminados a determinar un umbral
de captación sonora, también en virtud de la distancia (los silbatos de Galton, Edelmann,
acúmetro de Politzer) y otros dirigidos a delimitar el campo tonal.

AUDIOMETRÍA
La radioelectricidad ha permitido, de una parte, la producción de tonos puros emitidos en la
misma intensidad o en forma ascendente durante el tiempo que se precisa, a la vez que el
hallazgo de una unidad (decibelio) permite la comparación de los resultados de los diferentes
exámenes efectuados al mismo sujeto o a otros distintos. En cada frecuencia se emite un
estímulo sonoro a baja intensidad, que va in crescendo hasta conseguir el mínimo valor
necesario para que sea percibido.

Audiometría evocada
Los potenciales evocados corticales, tronculares y cocleares son obtenidos en forma de
registros gráficos, en los cuales cada inflexión tiene características propias. Son de gran
interés en la exploración auditiva de los niños, en los peritajes y en la mayoría de sorderas
neurosensoriales. En el momento actual, la exploración de los potenciales evocados del
tronco es la más utilizada a efectos diagnósticos.
EFICIENCIA O CONDUCTA AUDITIVA
Comporta el estudio de la conducción ósea y del llamado recruitment.

Conducción ósea
Desde el siglo XVI se conoce la existencia de la conducción ósea, descubierta por Ingrasia,
pero es a partir del siglo XIX cuando se ha fijado su estudio y valoración a través de tres
pruebas, adaptadas también a la técnica radioeléctrica. Éstas son las de Schwabach, Weber y
Rinne:
• Prueba de Schwabach. Estudia la duración de la conducción ósea, en segundos,
comparándola con la de un oído normal. Esta prueba nos da los resultados de igual
duración, conducción ósea alargada (si están en función predominante), y conducción
ósea acortada (si su actividad se encuentra minimizada). Se verifica la prueba
colocando un diapasón vibrante sobre la apófisis mastoides y comprobando el tiempo
que perdura en segundos.
• Prueba de Weber. Colocando un diapasón vibrante en el vértex, se oye por un igual
en ambos oídos. Si existe un oído en que predomina, o está disminuida la función
conductiva ósea, se producirá una lateralización hacia el lado en que esta transmisión
sea superior y, por tanto, se oirá mejor y más intenso el sonido del diapasón en este
oído.
• Prueba de Rinne. Se obtiene comparando la duración de la percepción sonora por las
vías ósea y aerotimpánica. Normalmente, predomina la aérea, denominándose
positivo. Si, por el contrario, la conducción ósea es más duradera que la
aerotimpánica, se considera negativo.
Los medios por que se estudia y explora dicho factor son la distorsión de la intensidad;
distorsión de los umbrales diferenciales; distorsión de enmascaramiento; distorsión de fatiga
y adaptación; distorsión de las pruebas audioverbales, etc.:
• Distorsión de la intensidad. Cuando entre los dos oídos existe una diferencia de 25
dB o superior, en una frecuencia para conseguir sensaciones paralelas más intensas,
es necesario aumentar por un igual los umbrales de ambos oídos. Pero en los casos
de oído con recruitment no ocurre así, puesto que es necesaria menos intensidad por
parte del oído afecto para conseguir esta nivelación de sensaciones, y aun en
ocasiones, si seguimos aumentando la potencia del sonido, se percibe mejor por el
oido enfermo.
• Distorsión de los umbrales diferenciales. Son apreciadas en valores más finos que
los percibidos en condiciones normales.
Esta circunstancia se explora por medio de varias pruebas:
• Umbral liminar automático. Se obtiene el umbral mínimo de modo continuado,
mediante el audiómetro automático, que se maneja por pulsión de una palanca, que
se deja libre al oír el sonido, para volverla a pulsar al dejar de oírlo.
• Umbral de modulación y discriminación de frecuencias. En lugar de estimular con
un sonido continuado, se hace con un sonido modulado a razón de tres modulaciones
por segundo, con una amplitud inicial de 6 dB, que se va disminuyendo hasta que se
percibe continuada. Una percepción de modulaciones por debajo de una amplitud de
0,7 dB es considerada como recruitment.
• Discriminación de intensidades. La prueba del SISI (Slow Increment Sensitivity
Index) consiste en emitir las frecuencias (en especial, las medias y agudas) en forma
sostenida a una intensidad de 20 dB por encima del umbral correspondiente,
presentándose pequeños incrementos de la intensidad cada 5 s, primero de 5 dB para
comprensión de la prueba y posteriormente de 1 dB. Se valora el número de veces
que son percibidos por la persona estos pequeños incrementos.
• Distorsión de las modificaciones de umbral perestimulatorias y postestimulatorias.
Estas modificaciones comprenden las pruebas de enmascaramiento, fatiga y
adaptación: - Distorsión de enmascaramiento: Consiste en obtener un perfil
auditivo durante la estimulación sonora, ya sea en un tono puro más bajo que el que
se examina, ya con sonidos complejos, como el ruido de sierra, ruido blanco o la
banda estrecha de una frecuencia. - Reflejo estapedial: La presencia de un reflejo
estapedial en pacientes con hipoacusia neurosensorial severa (> 60 dB) indica la
presencia de recruitment (patología endococlear). - Prueba de fatiga: Consiste en
la obtención de una modificación del umbral auditivo para una determinada
frecuencia después de la actuación de un estímulo sonoro durante un cierto tiempo.
El efecto se produce media octava por encima del tono puro, banda estrecha del
tono estimulante o tono fundamental del sonido complejo que actúa de fatigante. -
La adaptación es considerada como un ajuste o acomodación a la situación
creada por la actuación de un estímulo sonoro durante su actuación o después
de ella. Por tanto, ésta puede ser perestimulatoria, o sea que el volumen sonoro que
actúa sobre un oído al cabo de unos minutos es recibido a una intensidad menor
regulada por la llamada «prueba de balanceo», es decir, la intensidad que precisa el
otro oído para nivelar la sensación sonora.

Distorsión de las pruebas audioverbales (inteligibilidad).


El audiómetro verbal representa una gráfica en forma de «S» itálica, pero hay casos en que
no se alcanza el ciento por ciento y se establece una meseta, e incluso un descenso, en el
porcentaje de palabras comprendidas en los casos con recruitment.
La discriminación simbólica y tonal representa una acción central; por tanto, para
determinar su normalidad o disritmia funcional, es necesario el examen mediante las
pruebas que se exponen a continuación:
• Del lenguaje interrumpido. Si se efectúan interrupciones en número de 8-12/s, se
alcanza en el sujeto normal un 90-100% de comprensión.
• Del lenguaje acelerado. Las modificaciones en la captación del lenguaje,
aumentando la amplitud de las palabras, invirtiendo las frases, se consideran como
manifestaciones capaces de ex- poner el estado funcional central auditivo.
METODOLOGÍA DE EXAMEN
Dos motivos fundamentales llevan a la realización de los exámenes auditivos; de una parte,
los exámenes masivos para descubrir, de entre las colectividades, las sorderas ignoradas, y
de otra, los pacientes sordos que buscan su recuperación. Es decir, tenemos dos tipos de
pruebas, una para grupos y otra para casos individuales.

Pruebas colectivas
Se llevan a efecto simultáneamente en 20-30 personas, en forma de tonos puros que son
recibidos por los oídos motivo de examen, a intensidades situadas a niveles umbrales
normales; no cabe ninguna posibilidad de engaño o simulación, puesto que la emisión es
controlada mediante una serie de impulsos sonoros intercalados con fases de insonoridad
según diferentes planos de pruebas establecidas y normalizadas
Estas pruebas separan dos grupos, uno con valores normales, que es despreciado, y otro de
respuestas anormales.

Pruebas individuales
En los lactantes y niños de corta edad, se obtienen los reflejos cefalógiros, oculógiros y
auriculopalpebral, que señalan la existencia de la audición o la falta de ella; utilizando la
gama de resonadores de tonos agudos, medios y graves, es posible hacer una
discriminación espectral de la capacidad tonal auditiva. Si la emisión se hace por un
potenciómetro con altavoces, se podrá incluso, de una forma grosera, determinar un campo
auditivo.
En la prueba psicogalvánica se establece, simultáneamente al impacto sonoro estimulante,
una descarga de corriente galvánica que provoca la contracción; luego, una vez se ha
conseguido crear un reflejo condicionado, se suprime la descarga galvánica y, al iniciarse la
percepción sonora, se produce la contractura.
Otra prueba es el peep show, en el que se asocia el sonido a la visión de un diorama y a la
pulsación de un botón por el examinando. El examinador, que lo enciende sincrónicamente
con la descarga sonora, una vez establecido el reflejo por parte del niño, suprime este
encendido del diorama y espera que éste se produzca por la pulsación del botón que efectúa
el niño cuándo oye.
Ambas pruebas pretenden obtener los umbrales de diferentes tonos, que pueden provenir de
un audiómetro corriente.
La prueba de las órdenes concretas (Azoy) es una variante del audiograma verbal. En lugar
de frases, se hacen al niño preguntas simples, se le ordenan movimientos y luego se le dan
órdenes de tocar o modificar la posición de juguetes. Se valora la intensidad de la emisión
para que ejecute y cumpla la orden.
La audioelectroencefalografía tiene como misión demostrar la existencia de una capacidad
de conducción del influjo nervioso desde el órgano de Corti a los centros, sin que permita
de una forma exacta determinar un umbral de percepción. A la vez, suministra datos sobre
el estado normal o patológico en la maduración de elementos neurales centrales o sobre la
existencia de modificaciones en las corrientes de acción que demuestren ser atribuibles (o
puedan serlo) a procesos cicatrizales cerebrales.
Actualmente, las pruebas objetivas que dan más información sobre una posible sordera en
un elactante son los potenciales evocados auditivos.

VALORACIÓN DE LAS PRUEBAS


La agudeza auditiva demuestra, mediante el audiograma, la existencia de una audición
normal, que alcanza hasta una pérdida de 20 dB; de hipoacusia, que representa las pérdidas
que permiten la compatibilidad con la palabra, y de sordera, con bajas cuya intensidad es tal
que la hacen por completo incompatible con el lenguaje articulado.
A su vez, las pérdidas pueden ser tonales, que afectan a una sola frecuencia; zonales, que
alcanzan un área del espectro tonal, sea éste agudo, grave, semiagudo, semigrave; y
globales, cuando afectan todo el perfil.
Finalmente, pueden existir acortamientos de los límites, sea el superior, o de tonos agudos,
o el inferior, es decir, de graves o de ambos a la vez. La fracción de campo espectral
restante se llama resto auditivo o islote.
Las pruebas de conducción ósea dan valores correctos en los sujetos normales, pero, en los
casos en que la captación y, sobre todo, la conducción y acomodación se modifican, es
decir, en las lesiones del oído externo y medio, se produce un predominio en la conducción
ósea. Por tanto, se tendrá que el Schwabach, o sea, prueba de duración, está alargado; el
Weber, prueba de lateralización, predominará hacia el lado afecto, puesto que es aquí donde
se restringe la vía aerotimpánica; el Rinne es negativo, es decir, la audición por vía ósea
supera la que se realiza por vía aérea, por estar ésta afectada.
Por ello, tenemos que el Schwabach está acortado, el Weber se lateraliza y se oye mejor la
vibración en el oído sano, por deficiente función del lado enfermo, y el Rinne será positivo
falsamente, es decir, se oye mejor por vía aérea que ósea, porque, aunque disminuye toda la
audición, se afecta más la vía ósea.
En conjunto, con la exploración de la agudeza auditiva y de la conducción ósea, se puede
establecer una clasificación un tanto amplia, pero de gran valor clínico, y que nos viene desde
el siglo XIX, en que ya se conseguían dichas fórmulas acumétricas con los diapasones. Éstas
son:

Sordera de conducción y acomodación transmisiva (oído externo y medio):


• Hipoacusia de tonos graves.
• Tendencia al acortamiento del límite inferior.
• Schwabach alargado.
• Weber lateralizado al lado enfermo.
• Rinne negativo.

Sordera de recepción y percepción neurosensorial (oído interno y vías


centrales):
• Hipoacusia de tonos agudos.
• Tendencia al acortamiento del límite superior.
• Schwabach acortado.
• Weber lateralizado al lado sano.
• Rinne falsamente positivo.

EXPLORACIÓN RADIOLÓGICA
RADIOLOGÍA SIMPLE
Las posiciones clásicamente utilizadas son tres, la de Schüller, que ofrece la visión de la cara
quirúrgica del temporal; la de Stenvers, que permite la visión de la punta del peñasco y del
oído interno, y la de Mayer, que exhibe el laberinto, antro y ático.
La cirugía funcional de las otorreas exige el mayor conocimiento posible de las lesiones, en
especial el estado del antro, ático, caja timpánica y cadena osicular. Las proyecciones de
Guillen y Chausse III cumplen bien estos requisitos, especialmente si se efectúan ambas a la
vez, puesto que la primera representa la visión de los elementos citados a través de una
incidencia que sigue la pared interna de la caja timpánica, y la pared extema la segunda. Por
este motivo, forman parte obligada de la exploración radiológica del oído.
La proyección de Schüller II permite la visualización del conducto auditivo interno, de gran
interés para el diagnóstico del neurinoma del acústico.

Posición de Schüller
El rayo central sigue una dirección parietotimpánica, es decir, entra por el parietal opuesto y
sale del cráneo por el tímpano del oído que se quiere radiografiar. Expone la cara quirúrgica
del temporal.
La situación y orientación de la placa es facilitada por la articulación temporomaxilar que
queda en la parte anterior de la articulación. La línea más posterior corresponde a las celdas
peri y retrosinusales, y puede ser muy acentuado el contomo del seno lateral en los casos de
otitis crónica. La línea de limitación superior corresponde al regmen timpani, y el ángulo que
forman esta línea y la del seno lateral corresponde al llamado ángulo petroso posterior, de
Citalli. El ángulo inferior corresponde a la punta de la apófisis mastoides.

Posición de Stenvers (occipitocigomática)


La penetración del rayo es posteroanterior. Se efectúa nivel de dos través de la entrada a un
de dedo por fuera y debajo de la apófisis occipital externa del otro lado y sale por la mitad,
aproximadamente, de la arcada cigomática del lado homónimo. La incidencia es
perpendicular al eje longitudinal del peñasco. Muestra esta radiografía, de fuera adentro, el
contorno de la pared externa del cráneo y la punta y neumatización mastoidea.

Posición de Mayer
Es la llamada incidencia frontotimpánica, en la que el rayo central penetra unos 8 mm por
encima del borde orbitario externo del lado contrario y sale a nivel de la apófisis mastoidea
del lado que se examina; es decir, la imagen obtenida es una representación del peñasco a lo
largo de su eje longitudinal.
La persona se coloca en decúbito dorsal, la cabeza en rotación de 45° en relación con la mesa,
y el rayo penetra en la dirección citada formando un ángulo de 45° con la horizontal
cefálica radiográfica.

Proyección transorbitaria de Guillen


El rayo central penetra a 8 mm por encima de la comisura palpebral inferior y se dirige al
punto atical del mismo lado (situado a 25 mm dentro del conducto auditivo externo en el eje
biauricular) siguiendo la dirección de la pared interna de la caja timpánica. Las estructuras
óticas son visibles en el cuadrante superointerno del círculo que forma la imagen de la órbita.
La apófisis mastoides y el cóndilo del maxilar se visualizan en el centro. De dentro afuera,
se aprecian el vesíbulo con los conductos semicirculares vertical y horizontal, ventana
oval y promontorio.

Proyección de Chausse III


El rayo central penetra por encima y fuera del ángulo superoexterno de la órbita dirigiéndose
al punto atical del mismo lado, siguiendo la dirección de la pared externa de la caja timpánica.
Las estructuras que interesan están enmarcadas entre el ala mayor del esfenoides en una
situación superior, inferiormente por el ala menor y por dentro por la apófisis orbitaria
interna. Permite apreciar el vestíbulo con los conductos semicirculares horizontal y vertical,
ventana oval y promontorio, el antro, aditus y recesus hipotimpánico.
Las proyecciones de Guillén y Chausse III, así como la proyección de Schüller II
(transorbitaria bilateral), son las utilizadas para la detección de posibles neurinomas del
acústico en fase todavía otológica.
TOMOGRAFÍA DE ALTA RESOLUCIÓN
Ha sustituido a las tomografías del peñasco y prácticamente a la radiografía simple. Permite
comprobar, con detalle, el estado de neumatización mastoidea, que el contenido de la caja
timpánica sea aéreo o patológico, cadena osicular, cóclea, laberinto posterior y conducto
auditivo interno.

RESONANCIA MAGNÉTICA
Es la prueba diagnóstica de elección ante la sospecha de patología retrococlear, ya que
permite una excelente visualización del ángulo pontocerebeloso. Es la prueba ideal para
diagnosticar el neurinoma del VIII par craneal.

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