Dance Butterfly Dance A Masked - Reese Rivers
Dance Butterfly Dance A Masked - Reese Rivers
Dance Butterfly Dance A Masked - Reese Rivers
Danza
Danza De La Mariposa
Copyright © 2022 Ríos Reese
Danza Danza De La Mariposa
Edició n de libro electró nico
Reservados todos los derechos
Esta es una obra de ficció n. Todos los personajes, nombres, incidentes, organizaciones y diá logos de esta novela son
productos de la imaginació n del autor o se utilizan de forma ficticia.
Arte de portada por:
Diseñ o de portada de gato
Este libro está dedicado a todas las mujeres que viven la
vida detrás de una máscara, sin mostrar nunca al mundo
quiénes son realmente.
Que tengas el coraje de arrancarlo, extender tus alas y volar
libre.
SALVO
“ Si lo deseas, siéntete libre de darte una ducha antes de irte. Te llamaré”, dice mientras
sale por la puerta sin apenas mirar atrá s.
Miro fijamente la puerta vacía con dolorida incredulidad y luego rá pidamente arrastro la
sá bana para cubrir mi cuerpo desnudo y tembloroso. Lá grimas calientes de humillació n me
queman los ojos. ¿Eso es todo? ¿Eso es sexo? Cierro los ojos de golpe y aprieto los pá rpados
con fuerza para contener las lá grimas. No puedo creer que haya esperado tanto.
Probablemente yo era la ú nica chica de veinte añ os en el campus que todavía era virgen.
Pero las cosas só lo empeoran. El chico del que había estado enamorada desesperadamente
durante los ú ltimos dos añ os, el que seguí por todo el campus con mis ojos y deseé que se
diera cuenta de mí, pasó apenas diez minutos... desvirgá ndome... y terminó con un "yo". Te
llamaré”.
Sé exactamente lo que eso significa. Significa que no lo hará . No me llamará y no me mirará
de nuevo ni siquiera pensará dos veces en lo que debería haber sido un gran momento en
mi vida.
Ni siquiera sé por qué pensé que sería una experiencia má gica. La vida no es como las
novelas romá nticas. Apuesto a que la mayoría de las primeras experiencias sexuales de las
chicas son horribles, dolorosas y tal vez incluso aburridas. Só lo unos pocos afortunados, y
todas las chicas de una novela de ficció n, ganan el premio mayor por primera vez. Yo se
mejor. Sé que los libros que leo no son realistas. Sé que una chica tímida e impopular como
yo no entiende al chico que todos miran en el campus y desearían que mirara en su
direcció n. Pero por unos pocos minutos creí. Sin embargo, ser realista no mejora el dolor de
esta experiencia.
Me quedé allí unos minutos ardiendo de vergü enza, humillació n y decepció n hasta que
escuché voces masculinas desde algú n lugar de la casa y eso fue suficiente para hacerme
rodar de la cama y lanzarme a buscar mi ropa. Nunca me he vestido tan rá pido en mi vida,
pero mientras me pongo las botas, me inclino y veo la mancha de sangre roja en sus
sá banas y me congelo. Lo miro fijamente mientras esas lá grimas amenazan de nuevo y un
sollozo medio ahogado cae de mis labios. Esa mancha es como un letrero de neó n
parpadeante que grita que soy un perdedor y que ya no puedo soportarlo má s.
Mis dedos se convierten en garras y arranco la sá bana de la cama, la arrugo y la meto en mi
enorme mochila. No dejaré la evidencia de lo que pasó aquí para que él o cualquier otra
persona se burle. Ya tuve suficiente de eso en mi vida. Si quiere pensar que soy una loca
que roba sá banas, entonces estoy bien con eso. Mejor que él sabiendo la verdad.
Prá cticamente salgo corriendo de la habitació n y bajo las escaleras hasta la puerta
principal, pero justo cuando mi mano agarra la manija, escucho una risa desde lo má s
profundo de la casa. Las palabras " reventó su cereza" y " muerta yacía" , seguidas de una
carcajada, mi cara palidece y mi cuerpo comienza a temblar. Contengo otro sollozo, abro la
puerta y salgo corriendo a la fresca tarde de otoñ o.
Lo retengo todo, cada emoció n dolorosa que amenaza con romperme en pedazos hasta que
cierro de golpe la puerta de mi estudio fuera del campus y caigo de rodillas. Todo surge
como un torrente furioso de autodesprecio. Es só lo el ú ltimo golpe en una larga lista de no
ser lo suficientemente bueno, no lo suficientemente bonito, no lo suficientemente popular
que he estado sintiendo toda mi vida. Se suponía que este sería mi añ o. Se suponía que todo
cambiaría este añ o para mí. Pasé el verano viendo a mi hermanastra brillar como la estrella
que es y endureciéndome contra las comparaciones y comentarios de mi madrastra.
Contaba todos los días para volver a la escuela con la promesa de que iba a cambiar… todo.
¡Tenía un plan! Iba a dejar de vivir a la sombra de Vanessa, dejar de esconderme detrá s de
la má scara que uso y realmente comenzaría a vivir para mi tercer añ o de universidad.
Finalmente iba a hablar y coquetear con Hunter en lugar de simplemente estar soñ ando
con él. Iba a cobrar mi tarjeta V y tener TODAS las O de las que hablan los libros
apasionantes que leo. Ve a fiestas, ve a juegos, habla con la gente y haz amigos. ¡ESTE FUE
MI AÑ O! Y ahora, me pongo un cá rdigan sin forma y me envuelvo con él, ahora voy a
permanecer escondido en un rincó n como lo he hecho toda mi vida y rezar para que nadie
descubra cuá n épicamente acabo de fallar.
Yo haré lo mío. Esconderme a plena vista durante el día y luego esconderme detrá s de mi
má scara por la noche y esperar que algú n día… algú n día las cosas mejoren. Quiero decir...
tiene que ser así, ¿verdad? Algú n día seré lo suficientemente valiente como para quitarme
la má scara y ser la mujer en la jaula.
TATE
Llevo la pila de libros por la biblioteca con el ceñ o fruncido. La cagué y no tengo a nadie
a quien culpar má s que a mí mismo. Demasiadas jugadas estudiadas y poca literatura me
han dejado con la posibilidad de ser enviado a la banca si no puedo mejorar mi puntuació n.
Muchas escuelas dan a sus jugadores un viaje gratis en lo que respecta a las calificaciones,
pero el entrenador Garrison no juega de esa manera. Es un jodidamente duro cuando se
trata de criticarnos por nuestras calificaciones. Me encantaría odiar al chico por eso, pero lo
entiendo. Demasiados prometedores han sido eliminados de la pelea con lesiones que
acaban con sus carreras y no tienen nada a qué recurrir para el futuro. El entrenador puede
ser un imbécil, pero es só lo porque se preocupa por nosotros, dentro y fuera del campo.
Mi papá , no tanto. Lo ú nico que le importa es dó nde eventualmente me ubicaré en el draft y
cuá ntos ceros obtendré en mi contrato. Si me quedo atrá s y me envían a la banca aunque
sea por un solo juego, se pondrá furioso. Lo ú ltimo que necesito es que vuele hasta aquí. Las
vacaciones ya son bastante malas tratando de lidiar con él y todas sus fanfarronadas de
gran hombre. Entonces, necesito poner mi trasero en marcha y dejarme atrapar.
Dejo la pila de libros en la caja, miro al cajero y vuelvo a fruncir el ceñ o. La he visto antes en
los ú ltimos añ os. Hemos tenido un par de clases juntas y ella ha trabajado aquí desde que
éramos estudiantes de primer añ o. Creo que su nombre es… ¿Sara? Ella siempre ha sido
sonriente y amigable mientras escanea mis libros en el pasado, por eso tengo el ceñ o
fruncido. Sara está mirando algo con la expresió n má s triste. En realidad parece...
devastada por algo. Sigo su línea de visió n y pongo los ojos en blanco cuando veo a ese
imbécil, Hunter, enjaulando a una risueñ a estudiante de primer añ o contra una estantería.
Ese tipo es un maldito perro.
Me doy la vuelta, lista para salir de aquí y ponerme a trabajar para recuperar las tareas
perdidas.
"Sara, ¿quieres verme?" Le pregunto, pero ella ni siquiera mira en mi direcció n.
"¡Ey! ¡Sara! Llamo un poco má s fuerte y sus ojos se deslizan en mi direcció n.
El dolor en esos grandes ojos azul bebé detrá s de sus gafas me hace contener el aliento,
pero puedo decir que ella realmente no me está viendo. Joder, ¿qué le pasó a esta chica?
“¿Está s bien, Sara?”
Ella parpadea un par de veces y es como si una má scara se deslizara sobre sus ojos para
ocultar toda la emoció n que había en ellos.
Deja escapar un suspiro y murmura: "Es Savy, no Sara", mientras toma mi pila de libros y
comienza a escanearlos.
Reprimo una mueca de dolor. "Lo siento. Soy Tate”.
Sus manos hacen una pausa en su trabajo y se vuelve a subir las gafas sobre la nariz
mientras me mira con una inclinació n de cabeza. Otro de esos suspiros tristes se escapa.
“Valor Tatum. Mariscal de campo, dios del fú tbol, estudiante de inglés y parte de tres
asignaciones grupales conmigo durante los ú ltimos dos añ os. Sí, sé tu nombre, gracias”, me
dice suavemente antes de bajar los ojos y volver a escanear.
Bueno, soy un idiota. Debería saber su nombre porque ahora sí recuerdo que habíamos
hecho esas tareas juntas. Ella siempre es tan callada y reservada que era fá cil pasarla por
alto. Busco algo que decir para tratar de salvar su mala opinió n sobre mí, pero no
encuentro nada, así que, sea lo que sea, no se puede esperar que recuerde el nombre de
cada chica. Cuando esa mirada triste cubre su rostro nuevamente y mira má s allá de mí
mientras Hunter pasa con el estudiante de primer añ o que todavía se ríe, lo sigo mirando a
Savy, compruebo la sonrisa cuando la ve mirando y la mano que levanta en un rá pido
movimiento.
“Hola, Cathy. Que bueno verte."
É l sigue caminando y cuando miro a Savy, veo que sus ojos se cierran con fuerza mientras
su cara se pone roja brillante. Pronuncia el nombre Cathy con un movimiento de cabeza y
sus nudillos se vuelven de un blanco brillante mientras agarra uno de mis libros.
“Oye, no dejes que ese tipo te afecte. Es un maldito cabró n”, le digo, tratando de aligerar el
momento de lo que sea que haya sido. Creo que la oigo susurrar "demasiado tarde", pero
respira profundamente, pega una sonrisa frá gil y levanta el libro que está estrangulando.
"¡Uno de mis favoritos! Cathy y Heathcliff, un amor tan profundo”, me dice alegremente con
só lo una pequeñ a pausa en su voz.
Solo asiento para que ella pueda escanear má s rá pido. La estudio mientras trabaja con la
cabeza gacha y las gafas deslizá ndose por su nariz nuevamente. No es alta, probablemente
me llegaría hasta la barbilla. Su cabello castañ o oscuro está recogido en un lindo moñ o
encima de su cabeza y trato de recordar si es largo o no, pero no aparece. Es difícil saber
cuá l es su forma con el cá rdigan azul marino de gran tamañ o que lleva sobre una blusa
blanca y una falda de pana. No es una chica delgada, tiene curvas pero, una vez má s, es
difícil verlas debajo de su ropa abultada.
"Aquí tienes."
Ella rompe mi evaluació n de su cuerpo al arrojarme mi tarjeta de identificació n de
estudiante con otro sonrojo manchando sus mejillas.
Lo tomo asintiendo y tomo mi pila. Le murmuro que tenga un buen día mientras me voy.
Apesta que esté triste, pero realmente no la conozco y tengo el plato lleno en este
momento, así que aparto sus devastados ojos azules de mi mente y me dirijo hacia la
puerta.
SALVO
Arqueo la espalda y hago estallar el trasero mientras me inclino y arrastro mis dedos
por mis medias de red mientras el Tempo de Lizzo retumba en el club. Mi peluca rosa neó n
se expande alrededor de las alas de mariposa en mi espalda cuando hago una pirueta
cachonda a la perfecció n gracias a diez añ os de lecciones privadas de ballet. Una pequeñ a y
reservada sonrisa se extiende por mis labios manchados de rosa bajo la media má scara que
llevo al pensar en mi madrastra gritando horrorizada si pudiera ver có mo uso todo ese
entrenamiento ahora. Mis caderas giran mientras me presiono contra los barrotes de mi
jaula y me agacho profundamente, el micro mini apenas cubre la tanga rosa intenso debajo.
Utilizo las barras para levantarme y lanzar un beso a los hombres que observan cada uno
de mis movimientos desde la mesa má s cercana y luego me echo el pelo hacia atrá s y me
alejo de ellos como si no fueran nada especial.
Canció n tras canció n, me pierdo en el ritmo y dejo que el bajo y la letra eliminen el dolor de
la ú ltima semana. Só lo aquí, segura y protegida detrá s de mi má scara y envuelta con
barrotes, puedo dejar de lado todas mis inseguridades y ser la mujer que desearía ser. Aquí,
en esta jaula, tengo la confianza para ser lo que quiera.
He estado trabajando como bailarina go-go en Masks desde mi primer semestre de primer
añ o.
Había estado caminando por el campus, sola y perdida, preguntá ndome por qué había
pensado que la universidad sería diferente a la escuela secundaria. Por alguna razó n, había
creído que todo lo que necesitaba hacer era alejarme de mi hermana perfecta, que era la
reina de todo en nuestra escuela, y tendría la oportunidad de brillar. Si seguro. Escuela
diferente, estudiantes diferentes... el mismo maldito yo.
Casi tropecé y caí cuando la mú sica estalló desde todas partes y un flash mob de bailarines
apareció como por arte de magia. Me quedé asombrado mientras las mujeres con má scaras
de disfraces se pavoneaban al ritmo de la mú sica sexy. Me hipnotizó su actitud segura y su
sexualidad sin esfuerzo. Cuando aparté los ojos de los bailarines y miré a mi alrededor para
ver a todos los estudiantes varones y muchas mujeres también, babeando por los
bailarines, quise SER ellos con cada fibra de mi ser.
Tan pronto como terminó la canció n, los bailarines se dispersaron entre la multitud
repartiendo folletos para Masks, el club para el que todos trabajaban. Al final había una
convocatoria abierta para bailarines. Apreté ese papel contra mi pecho como si fuera un
salvavidas y corrí a mi dormitorio. Me tomó seis intentos marcar el nú mero antes de que
finalmente dejara pasar la llamada y aun así, mi voz salió como un chillido cuando
respondieron y les pregunté si estaban contratando. Dos días después, usando mi leotardo
de ballet rosa, me mordí el labio inferior mientras hacía fila con otras veinte chicas
esperando que comenzaran las pruebas.
A medida que cada chica iba delante de mí, mi pecho se tensaba cada vez má s por lo
superada que estaba. Esas mujeres rezumaban sexo con cada movimiento de sus rutinas.
Me acerqué cada vez má s a la puerta hasta que finalmente no pude soportarlo má s y salí
corriendo. Entré de golpe al bañ o má s cercano y apenas llegué al bañ o antes de tirar la poca
comida que había logrado obligarme a comer ese día. Cuando finalmente terminé de
vomitar, me enjuagué la boca del grifo y levanté mis ojos derrotados hacia mi reflejo.
Observé mi moñ o perfectamente envuelto y mi impecable disfraz y solté una risa á spera.
Una vez má s... no es lo suficientemente bueno.
Cuanto má s miraba mi reflejo, má s me enojaba hasta que me agaché y abrí un enorme
agujero en mis medias. Mis dedos se rasgaron y desgarraron hasta que mi disfraz apenas
colgó de mi cuerpo y luego busqué en mi bolso, encontré una bufanda negra y la até
alrededor de mis caderas como si fuera la falda má s pequeñ a. Saqué mi cabello del bonito
moñ o y lo sacudí hasta que mis rizos castañ os oscuros se volvieron salvajes alrededor de
mi cara y hombros y luego simplemente me agarré al mostrador con los dedos de nudillos
blancos tratando de mentalizarme para volver a salir y... intentarlo. La puerta del bañ o se
abrió de golpe, lo que me hizo estremecerme y enviar una mirada de pá nico hacia allí para
encontrarme con la mirada sorprendida de uno de los otros bailarines.
La mujer era hermosa con ese estilo sencillo que grita confianza y deseaba solo una
fracció n de lo que ella tiene.
"Vaya, no lo vi venir", se ríe. “Pareces una muñ eca Barbie rota a la que han jugado duro y la
han dejado a un lado. ¡Se ve mucho mejor que con lo que viniste aquí!
Intento formar palabras para responder pero no pueden superar la bola de nervios alojada
en mi garganta. Su expresió n divertida se suaviza mientras se acerca a mí.
“¿Qué pasa con el maquillaje? ¿Usted tiene alguna?"
Sacudo la cabeza mientras mi respiració n se acelera. ¡Yo... no puedo hacer esto! Este no soy
yo. Todos se reirá n si intento ser el tipo de mujer que buscan. Estoy a un hilo de romperme
en pedazos y pasar corriendo junto a ella hacia la puerta cuando ella coloca una mano en mi
hombro y aprieta.
“Necesitas respirar. Chupa uno profundo, niñ a”.
Lo hago y luego hago otro y la bola apretada en mi pecho se deshace ligeramente.
"Bien. Ahora bien, este es el momento decisivo. Profundiza y decide. ¿Quieres esto?
¿Quieres el trabajo?
Mis manos se cierran en puñ os. Sí. Realmente, realmente lo quiero.
“S-sí. ¡Sí Sí!" Le digo y recibo un asiento y una sonrisa a cambio.
"Bien entonces. Vamos a maquillarte”.
Deja su bolso holgado sobre el mostrador y saca el maquillaje. Abre una paleta de colores y
estudia mi rostro brevemente antes de asentir nuevamente.
“Sí, te haré feroz para igualar tu habilidad. Negro puro manchado alrededor de tus ojos con
espesas pestañ as negras. ¡Esas tristezas posparto tuyas explotará n!
Ella se pone a trabajar pintá ndome como a una muñ eca y yo la dejo mientras una oleada de
gratitud fluye a través de mí.
“¿P-por qué me está s ayudando? ¿No estamos compitiendo por el mismo trabajo?
Ella arroja sus ondas rubias sobre un hombro con un resoplido.
“Cariñ o, estoy haciendo mi trabajo. Estoy haciendo el trabajo de cada mujer. Ayudá ndote a
levantarte cuando tropiezas. En lugar de competir entre nosotros, debemos empezar a
animarnos unos a otros. Así es como todos nos levantamos. Ademá s, está n buscando cuatro
chicas nuevas, no só lo una”.
Ella me gira para mirar al espejo y respiro sorprendida por lo que veo. Me veo feroz y mis
ojos azules parecen eléctricos rodeados por todo ese negro manchado.
Mis labios pintados se levantan en una sonrisa y ella me grita: “¡NO! ¡Sin sonreír! Mantienes
una mirada dura e intensa en todo momento. Quieres quemarlos con tu fuego mientras
bailas. La sonrisa llega al final y má s vale que no sea una mueca. Haz una sonrisa que
demuestre que sabes que conseguiste el trabajo y muestra algo de confianza. Ahora, ¿qué
está s bailando?
Me muerdo el labio inferior. "Uh, ¿iba a hacer una canció n de Taylor Swift?"
Ella se echa el pelo hacia atrá s con otra risa. "Si no. La bailarina que vino aquí podría haber
sido una Swifty, pero esto…” Me saluda de arriba abajo. “Esto de aquí es otra cosa. ¿Conoces
River de Briggs? Toma, dame tu teléfono. Para esto querrá s la mezcla King Kavalier”.
Le entrego mi teléfono con la aplicació n de mú sica abierta y ella toca y luego me lo
devuelve.
“Está bien, quedan tres chicas má s por audicionar, así que escú chalo unas cuantas veces y
ve al ú ltimo. Quieres pensar en el poder mientras bailas. Tu poder. Quieres lo que quieres y
lo tomará s. Muchos golpes y jorobas al ritmo. Este es el baile en el que lo tomas todo, lo das
todo y no dejas nada atrá s. Eres só lo tú y la mú sica, ¿entendido?
Me trago el resto de mis nervios y rompo el cará cter para sonreírle.
"¡Gracias! No lo habría hecho... simplemente, gracias.
Ella arroja su maquillaje nuevamente a su bolso con un guiñ o.
"Lo tienes, só lo necesitas salir de tu propia cabeza". Ella se detiene, se gira hacia mí y me
agarra de los brazos con una mirada seria. “¿Puedo darte un consejo má s? É ste es para la
pista de baile y para todos los días posteriores”. Asiento lentamente y ella endereza los
hombros.
“¿Esa vocecita cruel y cruel en tu cabeza que te grita, te dice que no eres lo suficientemente
bueno, que no eres lo suficientemente fuerte, que no puedes hacer algo? Cada vez que
escuchas esa voz resonando en tu cabeza, gritas… MÍRAME y luego hazlo porque, cariñ o,
¡esa voz es una maldita mentirosa!
Ni siquiera puedo evitar abrazar a esta hermosa e increíble mujer en un abrazo de pura
gratitud. Realmente necesitaba escuchar eso. Ella retrocede, me golpea la nariz y señ ala con
la cabeza hacia la puerta.
"Ve... ve y haz que te vigilen".
Y ahora, dos añ os después, todos me miran mientras levanto la pierna por encima de la
cabeza, me apoyo contra las barras y hago una caída controlada. A salvo detrá s de mi
má scara, puedo arder, puedo pecar y puedo vender una fantasía. No importa que fuera de
este club no sea nadie. No importa lo que Hunter tomó y se rió como si no fuera nada. No
importa que Tate ni siquiera recordara mi puto nombre después de dos añ os porque aquí,
aquí saben quién soy. ¡Aquí soy la puta Mariposa y todos ME MIRARON!
ASHER
Subo las escaleras hasta el segundo piso del club, lista para dejar que este día se me
escape. Dejo de lado a las chicas que intentan llamar mi atenció n y me dirijo a mi mesa
habitual. Una mirada oscura hace que los dos tipos que lo ocupan se aparten rá pidamente
del camino. Todo el que viene aquí sabe que esta es nuestra mesa. Le lanzo un dedo a una
camarera cercana y consigo que asienta, así que me quito la chaqueta de cuero y la arrojo
sobre una de las sillas vacías antes de deslizarme en mi asiento. Tiene la jodida vista
perfecta, perfecta. Mis labios se contraen cuando veo que ella tiene puesta la peluca rosa
fuerte esta noche. Es mi segundo favorito por los colores que usa.
Mú sculo a mú sculo, la tensió n desaparece mientras la veo moverse, la chica de mis sueñ os,
mi Mariposa. Han pasado dos añ os que la observo y todavía no puedo tener suficiente.
Intenté hablar con ella dos veces en ese tiempo, pidiéndole má s, pidiéndole su nú mero, su
nombre. En ambas ocasiones me golpeó con esos jodidos ojos suyos que nunca logro leer y
con un movimiento de su cabello, me dio la espalda para seguir bailando.
Quizá s por eso lo hace tanto por mí. El misterio de quién es ella. Con ella no hay drama ni
juegos. Con ella no tengo que ser nada má s que lo que soy. Ella baila y yo miro. Quizá s me
estoy engañ ando a mí mismo. Tal vez soy solo otro hombre con ojos lascivos en su cuerpo
como todos los demá s, pero creo que hay una conexió n entre nosotros, incluso si nunca
escuché su voz ni vi su rostro detrá s de la má scara que usa.
Lo ú nico que realmente sé es que le daría todo por una noche en mis brazos. Inclino mi
cabeza hacia atrá s y veo su dulce culo color melocotó n balanceá ndose en su pequeñ a falda
ajustada e imagino esos gruesos muslos apretando mi cabeza mientras me deleito con el
pequeñ o coñ o envuelto en satén rosa que se asoma hacia mí cuando se inclina. La mejor
manera de describir mi mariposa es… deliciosa. Tiene curvas que hacen que un hombre
quiera cavar, apretar y morder. Sus tetas deberían adornar la proa de un barco y su cintura
có nica hace que mis dedos mueran por agarrar y levantar. Podría mirarla todas las noches
de mi vida y nunca tener suficiente y si pudiera probarla, tocarla, una noche nunca sería
suficiente.
La camarera deja mi bebida y me hundo má s en la silla, abriendo las piernas para tratar de
aliviar el dolor de mis jeans presionando contra mi dura polla. El whisky arde
deliciosamente mientras bebo y observo. Ella está en su swing moviendo esas curvas
cuando Dirty Thoughts suena por los parlantes. Es esa versió n de TikTok y juro por Dios
que mi mariposa gira y me mira directamente. Ella baila para mí y solo para mí mientras se
mueve en el columpio al ritmo de la canció n, sus manos recorriendo sus dulces curvas.
Cuando llega a la parte del chico, ella se mueve má s rá pido en el columpio. Sus caderas se
levantan para encontrarse con un amante imaginario que hace todas las cosas que él canta
y luego se cae del columpio y se estrella contra las barras frente a mí justo cuando suena
esa maldita línea caliente: has sido una buena chica. Sus ojos, esos orbes azules del cielo me
atraviesan, directamente a mi polla con una mirada desafiante. Se necesita todo lo que
tengo para no lanzarme hacia las barras para enfrentar ese desafío mientras mi polla late
con necesidad y luego, con un movimiento de su cabello, un aleteo de alas, ella se va.
Un chico en la mesa de al lado se inclina y grita: "Oye, ¿esa es tu chica, hombre?"
Todo lo que puedo hacer es asentir con la cabeza. Sí, esa es mi maldita mariposa.
Jude y Beck entran y se tiran alrededor de la mesa. En apenas un minuto les ponen delante
sus bebidas preferidas. La jaula de Butterfly todavía está vacía, así que me alejo de ella y los
miro. Estos chicos son dos de mis tres mejores amigos y no estoy seguro si está n buscando
problemas o traseros, o tal vez ambos, mientras escanean las ganancias en el club.
“¿Dó nde está T?”
Jude pone los ojos en blanco con una sonrisa: su cabello rubio blanco desordenado cae
sobre una ceja para ocultar el anillo plateado.
“Ahogá ndome en tinta y pergamino, hombre. El entrenador amenazó con enviarlo a la
banca si no subía sus notas”.
Beck se burla. "Gracias a la mierda, ya no tengo que preocuparme por esa mierda".
Sus palabras son simplistas pero no me pierdo la mirada amarga en sus ojos. Su carrera
futbolística terminó con un fuerte golpe que le jodió el ligamento anterior cruzado al final
de la temporada pasada. El chico pasó la mayor parte del verano en el fondo de una botella.
Nos tomó a los tres secarlo y regresar a la escuela para el nuevo añ o. Ha estado yendo duro
al gimnasio con la esperanza de regresar, pero es dudoso.
Beck bebe lo que queda en su vaso y luego gira en su silla y llama a la camarera para que
traiga otra botella y luego arde ante un grupo de chicas no muy lejos.
"¿Dó nde está la mariposa?" Me pregunta Judas.
Me encojo de hombros a medias. "Me he ido de vacaciones, supongo".
Se ríe de mi tono desinteresado y lo ve claramente. “Entonces, ¿este finalmente será el añ o
en que lo consigas? ¿O vamos a tener que volver a ver có mo la admiras durante los
pró ximos dos semestres?
Miro su jaula con el ceñ o fruncido. Lo que sea que haya entre nosotros, se está volviendo
cada vez má s fuerte. Algo tiene que romper mi camino con esa chica. Pensé que no verla
durante las vacaciones de verano me aliviaría las cosas, pero el tatuaje de una mariposa
azul en mi pecho mezclado con la otra tinta que me hice durante una borrachera una
calurosa noche de verano me dice que eso no sucedió . Sacudo la cabeza ante la jaula vacía y
me doy la vuelta.
“Simplemente paga a alguien del personal para que obtenga su nombre, hombre. Pulsa eso
y luego déjalo. Sá cala ya de tu sistema”.
“¿No crees que lo intenté? Joder, nadie cederá . Masks se toma en serio la seguridad de sus
hijas. Van y vienen por el garaje subterrá neo de Uber. También tienen seguridad allí, así
que ni siquiera puedo vigilar la salida”. Tomo mi bebida y sirvo otra de la botella que dejó
nuestro camarero. "La ú nica manera de entrar es si Butterfly me deja".
Beckett sienta a una chica risueñ a en su regazo y sus dedos van directamente a la parte
interna de su muslo sin que ella se queje. Las amigas de la chica se agolpan alrededor de
nuestra mesa y no pasa mucho tiempo antes de que Jude tenga su propio compañ ero en la
entrepierna. Yo simplemente me siento y espero a que ella regrese del descanso para poder
ver un poco má s.
SALVO
Tiro la peluca rosa sobre el mostrador y me quito las alas antes de dejarme caer en la
silla del vestidor. Inclino la cabeza hacia atrá s y cierro los ojos, pero todavía veo esos duros
ojos verde jade enmarcados por largas pestañ as negras que observan cada uno de mis
movimientos. Dios, es intenso. Puede que me haya desmayado como un tonto por Hunter
durante los ú ltimos añ os, pero este hombre es por quien ardo. Sus ojos prometen todas las
cosas oscuras y depravadas que me haría si alguna vez cediera y le diera mi nombre.
Excepto… él no lo haría, porque la bailarina que quiere no es la mujer que soy. É l quiere la
fantasía que vendo y yo en la vida real no só lo se quedaría corta sino que lo haría aullar de
risa o mirarme con disgusto y desdén. Entonces, mantengo viva la fantasía noche tras
noche mientras bailo para él, detrá s de mi má scara.
Una peluca rojo cereza cae encima de la mía rosa mientras Stella se deja caer en su silla a
mi lado, sacudiendo sus ondas rubias. Ella me mira de reojo con una sonrisa.
“Ese fue un maldito movimiento con mi novio del bar. ¿Tirar del columpio contra las
barras? Apuesto a que casi se corre en los pantalones en ese mismo momento. Ella se ríe y
pone los ojos en blanco mientras un sonrojo oscuro calienta mis mejillas. “¡Maldita sea, Sav,
me matas! Tienes que superarte y tener piedad de ese hombre. Tírale un hueso al chico.
¿Qué es lo peor que podría pasar? Te cabalga duro, te da varias O y luego te marchas”.
Alcanzo el estuche de lentes de contacto y las toallitas desmaquillantes con un movimiento
de cabeza y murmuro: “É l no me quiere, Stel. Quiere la mariposa”.
Stella se desabrocha las botas hasta los muslos con el ceñ o fruncido. “Han pasado dos añ os
y TODAVÍA no te entiendo, niñ a. ¿Có mo... có mo puedes salir y hacer babear a los hombres
todas las noches y luego quitarte la má scara y... desaparecer en este pajarito asustado?
Podrían elegir, cariñ o. ¡Y que se joda ese tipo Hunter! Si fuera un hombre de verdad, habría
intentado presentarle todas las formas en que se supone que un hombre debe hacer arder a
una mujer. Apuesto a que tu novio del bar pasaría horas y horas adorá ndote hasta que
tuvieras que rogarle que parara.
Mi sonrojo se ha vuelto nuclear ante el cuadro que pinta, pero sé que no soy lo
suficientemente valiente como para descubrirlo, así que frunco los labios y limpio la espesa
capa rosa que los cubre sin responder. Stella resopla su molestia y comienza a quitarse el
maquillaje también.
“Bien, olvídalo. ¿Saldrá s con nosotros mañ ana por la noche? Vamos a hacer la noche de
chicas. Ningú n club. Só lo cena y bebidas en Loco's. Tienes que salir y divertirte, Savy.
Relá jate un poco."
Le envío una mirada de amor pero sacudo la cabeza. Amo a Stella desde el momento en que
me manchó los ojos de negro y me dijo que podía hacer cualquier cosa, pero simplemente
no encajo con ella y sus amigos. Desde la forma en que se visten y hablan con tanta
naturalidad sobre los hombres y el sexo hasta la confianza que desprenden. Simplemente
no encajo y termino sintiéndome aú n má s cohibido con ellos. Es mejor que me quede con
un pijama có modo, una taza de té y un buen libro que intentar encajar en un lugar al que no
pertenezco y hacer el ridículo.
Una vez que estoy en ropa de calle, le doy un beso en la cabeza y me despido con la mano,
dirigiéndome hacia la puerta. Le sonrío a Carl, nuestro guardia de salida, mientras abre la
puerta trasera de un Uber que espera en una fila de ellos. La conductora es una habitual y
me saluda por mi nombre y luego me deja para relajarme sin una pequeñ a charla. Me
recuesto sobre el cuero y flexiono mis arcos para tratar de aliviar el dolor que surge de
bailar durante horas con tacones altos mientras observo pasar los edificios a través de la
ventana con un suspiro.
No es que no quiera encajar con Stella y sus amigas, es que simplemente no sé hablar su
idioma. Por millonésima vez, desearía tener una madre mientras creciera. Ella murió al
darme a luz y eso destruyó tanto a mi papá que me envolvió en seguridad y me mantuvo
escondida donde siempre estaría a salvo. Tenía un trabajo muy exigente, así que pasé la
mayor parte de mi infancia rodeada de niñ eras, tutores y personal. Encontré amigos y
aventuras a través de los libros y me quedé en ellos en lugar de estar en el mundo real
hasta que él regresaba a casa por la noche y compartía pequeñ os pedazos de sí mismo
conmigo. É l fue todo mi mundo durante tanto tiempo hasta que se fue.
El auto me deja y cuando llego a la puerta, me giro y le agradezco con la mano,
agradeciendo que ella haya esperado hasta que entre sano y salvo. Cuando llego a mi
estudio en el tercer piso, estoy a punto de caer exhausto. Ha sido una semana increíble y
verter mis emociones en el baile esta noche me ha dejado sintiéndome cruda y agotada.
Espero con ansias los pró ximos días en los que pueda esconderme y lamerme las heridas,
intentar superar la fealdad que fue mi primera experiencia sexual y seguir adelante.
Dejo mi bolso en la silla del escritorio, me quito los zapatos, deslizo mis pies en pantuflas de
osito de peluche de gran tamañ o y camino unos pasos hasta mi pequeñ a cocina para
encender la tetera. Mientras espero que hierva, escaneo el pequeñ o espacio que llamo
hogar. No es mucho, una habitació n grande con una cama doble apretujada en una esquina,
un pequeñ o escritorio, un acogedor sofá de dos plazas y una mesa de café frente a un
mueble para televisió n, una micrococina y una mesa de bistró para dos personas. Podría
tener algo mucho má s grande y lujoso si quisiera, pero crecí frecuentando pasillos de diez
mil pies cuadrados como una niñ a perdida. El estudio tiene el tamañ o perfecto para mí. Es
acogedor y me hace sentir segura.
Mientras mi té se prepara, me desnudo y me pongo un pijama de lana mullido cubierto de
patos sonrientes y me meto en la cama, apoyado en una gran cantidad de almohadas.
Agarro mi lector electró nico, abro mi libro actual y me pierdo en un mundo diferente donde
las mujeres son valientes y feroces y los hombres quemará n el mundo por ella. Tomo un
sorbo de té y resalto mis pasajes favoritos y desearía poder canalizar a estos personajes.
Tal vez algun dia…
El fin de semana pasa demasiado rá pido y estoy guardando libros en mi carrito cuando veo
a Hunter en una mesa con otra chica que se ríe tontamente. Intento, de verdad, que no me
afecte, pero no puedo evitarlo. Soy un idiota. Me enamoré de su falso encanto e interés. Ni
siquiera le había hecho trabajar para ello, estaba tan cautivada con el hecho de que
estuviera hablando y coqueteando conmigo. Todo lo que tenía que hacer era mostrarme la
má s mínima atenció n y me desmayé por él y lo seguí de regreso a su casa como un patito
patético que se había impreso en él.
Suspiro profundamente por lo patético que soy y un estallido rompe el silencio de la
biblioteca cuando tiro el libro de mi carrito a su lugar en el estante. Hago una mueca y miro
a mi alrededor con expresió n de disculpa y mis ojos se encuentran con los divertidos ojos
color avellana de Tate Valor. Puedo sentir un rubor comenzar en mi cuello y subir a mis
mejillas para que él me mire.
Dios tuvo favoritismos con este hombre, dá ndole el cuerpo de un gladiador y un rostro para
hacer llorar a los á ngeles. Su cabello rubio oscuro está ingeniosamente desordenado y los
pocos mechones má s largos que caen sobre su frente solo se suman a la mandíbula
cuadrada y los labios carnosos con los que fue bendecido.
Parpadeo para alejar el aturdimiento de su buena apariencia y escaneo la mesa en la que
está sentado, llena de libros abiertos. Tate no suele ser un cliente habitual de la biblioteca.
Suele comprobar lo que necesita y marcharse. Su voz profunda hace que mi mirada vuelva
a la suya.
"¿Mal día?"
Mi cabeza se mueve rá pidamente, mirando detrá s de mí. ¿Está hablando conmigo? ¿Por qué
me habla?
"Solo te lo pregunto porque parecías triste la ú ltima vez que estuve aquí también".
Trago má s allá de mi confusió n y me acerco un poco má s, bajando mis ojos a los libros para
ver en qué está trabajando.
"Um, no, estoy bien".
Mira a Hunter y a su fan de la semana con una ceja levantada.
"¿Seguro? Ese tipo parece ser un detonante para ti”.
Me burlo y murmuro: "Sí, desencadena mi deseo de autoinmolació n".
É l suelta una carcajada ante eso y su sonrisa hace que mi estó mago se revuelva lentamente
ante lo condenadamente hermoso que es.
"Bueno, ya sabes lo que dicen, la forma má s fá cil de superar a alguien es... estar debajo de
otro".
Casi me ahogo con mi propia saliva ante eso y el hoyuelo que aparece ante mí. ¡Cambio de
tema! Toco uno de los libros abiertos.
“Esto fue hace cuatro asignaciones. ¿Está s detrá s? ¿Ya?"
Su sonrisa se convierte en un ceñ o fruncido y se pasa una de sus grandes manos por el
cabello con un gemido.
“Sí, la cagué. Demasiado atrapado en la mierda del equipo y lo dejé pasar. Si no consigo una
nota decente, mi entrenador me enviará a la banca”.
Me muerdo el labio inferior, desgarrado. Quiero decir, ni siquiera recordaba mi nombre
después de trabajar con él antes, pero...
“Puedo prestarte mis anotaciones si quieres. Eso... podría ayudar a acelerar esto un poco”.
Inclina la cabeza y me estudia por un momento, con una mirada cautelosa en sus ojos.
"¿Tu harías eso? ¿Por qué? ¿Qué deseas a cambio?"
Me estremezco un poco y luego sacudo la cabeza, molesta conmigo misma por volver a ser
idiota cuando se trata de hombres guapos.
"¿Sabes que? Olvídalo. Buena suerte."
Me doy la vuelta y tomo otro libro de mi carrito, pero mi mano se detiene cuando él habla
detrá s de mí.
“Savy, espera. Escucha, lo siento”.
Se detiene con un profundo suspiro y el ruido está lleno de emoció n que no entiendo, así
que, en contra de mi mejor juicio, me vuelvo hacia él y solo espero una explicació n. Se pasa
ambas manos por el cabello nuevamente en un gesto frustrado, haciendo que la camiseta
verde oscuro de manga larga que lleva se estire sobre los mú sculos abultados y luego
empuja la silla frente a él un poco fuera de debajo de la mesa.
“¿Sentarse por un minuto?”
Miro la silla que me ofrecen como si fuera a electrocutarme si me siento en ella. No me
siento en mesas con tipos de su calibre y después de lo que pasó con Hunter, soy má s que
un poco tímido con las armas. Lo miro a los ojos, buscando el truco, pero no encuentro
ninguno, así que me deslizo lentamente hacia la silla y aprieto las manos en mi regazo. Tate
mira a su alrededor como si se estuviera asegurando de que nadie esté lo suficientemente
cerca para escucharlo y luego inclina su gran cuerpo sobre la mesa.
“Me han quemado antes. Muchas mujeres quieren estar conmigo por todo lo que conlleva
ser mi novia. Quieren popularidad, prestigio y una oportunidad de ganar dinero después de
que me recluten”.
Mi boca se abre de incredulidad ante el maldito ego de este tipo. No puedo detener la risa
que fluye por mis labios mientras empiezo a sacudir la cabeza y empujo la silla hacia atrá s
para ponerme de pie.
"¡Increíble! Te ofrecí mis notas, no mi maldita virginidad.
Tan pronto como digo eso, mi cara se pone roja como una remolacha y mis ojos se dirigen
hacia donde Hunter ahora está mirando en mi direcció n con el ceñ o fruncido de confusió n.
Está demasiado lejos para haber escuchado lo que dije, pero mi risa debe haber llamado su
atenció n. Aprieto la mandíbula y me pongo de pie, pero la gran mano de Tate cruza la mesa
para agarrar mi muñ eca y me deja congelado.
"¡No! Joder, lo siento. ¡Eso no es lo que quise decir!" Su cabeza gira hacia donde estoy
mirando y una mirada oscura cubre su rostro. “¿Ese maldito tipo…”
Lo interrumpí. “¿Qué quieres de mí, Tate? Estaba tratando de ser un ser humano decente
ofreciéndote mis notas para ayudarte. Eso es todo. Sin ataduras, segundas intenciones ni
nada má s. No quiero nada de ti”.
Deja caer su mano de mi muñ eca e ignoro la forma en que mi piel arde donde la toca.
“Lo entiendo, lo siento. No estoy acostumbrado a que alguien me ofrezca ayuda só lo para
ser amable. Te agradecería mucho que me prestaras tus notas. Nuevamente lo siento”.
Me subo las gafas a la nariz y le doy un pequeñ o asiento.
"Bien. Mi pró ximo turno es el viernes por la tarde. Entonces te los traeré si quieres pasar y
agarrarlos”.
No espero su respuesta, simplemente me doy la vuelta y empujo mi carrito a una secció n
diferente de la enorme biblioteca deseando no haberme ofrecido a ayudar en primer lugar.
TATE
Es el día del partido y aunque mi cabeza está llena de jugadas y contraataques, recuerdo
pasar por la biblioteca para coger las notas que Savy dijo que me prestaría. Realmente los
necesito mucho. Hay mucha presió n sobre mí este añ o para rendir al má ximo y eso está
jodiendo mis tareas. Parece que no puedo concentrarme en el trabajo porque el fú tbol
ocupa tanto espacio en mi cabeza. Incluso encerrarme en casa y evitar la mayoría de las
fiestas no ha ayudado. Los chicos constantemente traen chicas y de alguna manera siempre
tienen un amigo con ellos que tiene un á ngulo para estar conmigo. He recurrido a
encerrarme en mi habitació n para evitar a las chicas pegajosas que quieren convertirse en
mi novia de cualquier forma posible. Es jodidamente molesto.
Anoche tuve que sacar físicamente a una pelirroja desnuda que estaba esperando en mi
cama cuando llegué a casa. No me malinterpretes, estoy buscando un dulce pedazo de
trasero para relajarme de vez en cuando, pero ahora NO es el momento y dejarte caer en mi
cama sin ser invitado NO es el lugar. La dejé balbuceando su indignació n, desnuda como el
día en que nació en el pasillo cuando le cerré la puerta en la cara y la cerré con llave. Esta
noche habrá una reunió n en casa sobre esta mierda después del partido porque ya terminé
con todo esto.
Hay dos mujeres parada en el mostrador delante de mí, así que me pongo detrá s de ellas y
miro con impaciencia mi reloj mientras espero a que terminen para poder recibir las notas
de Savy. Estoy repasando en mi cabeza las jugadas del otro equipo contra el que nos
enfrentamos hoy cuando una risa desdeñ osa de la mujer mayor frente a mí me roba la
atenció n.
“De verdad, ¿qué has estado comiendo? Sé que los quince de primer añ o son una cosa, pero
ya deberías haberlo superado, Savanna. Sinceramente, ¡ten algo de respeto por ti mismo!
Estoy segura de que a Vanessa le encantaría compartir su plan de alimentació n contigo.
Ayú danos a reducir todos esos kilos de má s que llevas”.
Frunzo el ceñ o hacia la parte posterior de la cabeza de la mujer mientras la má s joven se ríe
de manera desagradable. "Savy necesita algo má s que una dieta para solucionarlo..." Mueve
un dedo hacia arriba y hacia abajo, "todo eso".
Las putas mujeres son brutales a veces. Me inclino ligeramente hacia un lado y veo a Savy.
Tiene los ojos bajos y la línea de sus hombros está rígida por la tensió n. Cuando me ve
detrá s de ellos, su rostro se pone rojo por la completa humillació n y sus ojos se cierran de
golpe. No sé qué carajo estoy pensando pero mi boca se mueve má s rá pido que mi cerebro.
“No hay ni una maldita cosa en Savy que deba arreglarse. Ella es perfecta tal como es”.
Ambas mujeres se giran ante mis palabras y las miro por primera vez. Son prá cticamente
reflejos la una de la otra diciéndome que son madre e hija. Rubios picahielos, ambos: todos
de á ngulos agudos y delgados como un lá piz sin una pulgada de relleno. El má s joven de los
dos jadea con sorpresa y deleite mientras unos ojos hambrientos y calculadores me miran
de arriba abajo.
“¡Tatum Valor! Dios mío, soy una gran admiradora tuya”, dice efusivamente. Se acerca má s
a mí y coloca una mano sobre mi pecho mientras sonríe tontamente: “Y un caballero
también. Qué dulce de tu parte decir eso de mi hermana”. Ella agita sus ridículas pestañ as
postizas hacia mí. "Incluso si todos sabemos que eso no es del todo cierto".
Aprieto los dientes ante el nervio de esta perra y quito su mano de mí. Savy es una buena
chica que se ofreció a ayudarme. Ella no merece que la traten así. Especialmente por su
hermana y su madre. Sé algo sobre un padre imbécil. El hecho de que esta chica me pusiera
las manos encima sin ser invitada es el colmo de mi paciencia con este tipo de mujeres, así
que hago todo lo posible por despecho.
"Si piensas eso, entonces está s ciego", gruñ í entre dientes apretados y rodeé detrá s del
mostrador, yendo directamente hacia Savy.
Sus ojos son enormes detrá s de sus gafas cuando la alcanzo, la atraigo hacia mis brazos y
golpeo mis labios con los de ella. Ella está rígida como una tabla contra mí durante unos
segundos mientras empujo sus labios para abrirlos con mi lengua y luego se derrite
completamente contra mí. De repente, mis brazos se llenan con sus suaves curvas mientras
la sostengo contra mi cuerpo y no puedo evitar que mis dedos se claven en ellas. Ella
comienza a devolverme el beso de una manera vacilante y es tan jodidamente dulce e
inocente que mi polla se pone dura como una roca entre nosotros. El suave y pequeñ o
suspiro que recibo de ella contra mi boca hace que mi mano se deslice hacia abajo para
acariciar su redondo trasero a través de su falda de pana. Ese es un paso demasiado lejos
porque ella se pone tensa en mis brazos nuevamente. Me río entre dientes y deslizo mi
boca hacia su oreja.
"Sígueme el rollo. Eso callará a esas perras —le digo en un susurro.
Ella se aleja de mí y capto un leve movimiento de cabeza, así que me inclino hacia lo que
estoy vendiendo aquí. Le enderezo las gafas torcidas con un guiñ o.
“No puedo esperar a verte con mi camiseta esta noche en el partido, Savy. ¿Ven temprano?
Reú nete conmigo en la entrada de jugadores una hora antes del partido y trá eme esas cosas
de las que hablamos el otro día, ¿de acuerdo?
Ella simplemente me mira fijamente como si tuviera dos cabezas, haciéndome sonreír y
abalanzarme para darle otro beso rá pido y luego dejarla ir. Empiezo a retroceder,
manteniendo mis ojos fijos en los de ella.
"¿Estará s allí? Entrada de jugadores, una hora antes del partido, ¿verdad?
Ella traga saliva y luego mueve la cabeza una vez, así que le guiñ o un ojo y luego me voy sin
siquiera mirar a los dos gatos callejeros que me miran con sorpresa. Salgo por las puertas
de la biblioteca y acelero el paso incluso mientras mi sonrisa crece. Creo que acabo de
descubrir có mo resolver todos mis problemas. Só lo necesito convencer a Savy para que lo
acepte.
SALVO
Tengo la boca seca y me cuesta recuperar el aliento. El maldito Tate Valor acaba de
besarme… YO. No só lo me besó dos veces, sino que me defendió . Miro alrededor de la
enorme habitació n buscando el portal que debe haberme transportado a un universo
alternativo porque este tipo de mierda… ¡no… me… sucede… a mí! Pero lo ú nico que veo
son las caras de asombro de mi madrastra y mi hermanastra mirá ndome boquiabiertas.
Dos personas que no deberían estar aquí ahora mismo.
“¿Qué está n haciendo ustedes aquí? ¿Por qué no está s en la escuela, Van?
Su boca se cierra de golpe y sus ojos se calientan de ira.
"¿Que demonios fue eso? ¡Tatum Valor es un dios! ¿Qué clase de broma cruel estaba
tratando de gastarnos? ¡La Tate Valors del mundo no se dejaría sorprender con alguien
como tú ! Ella me escupe.
Mi estó mago se hace nudos de ansiedad por las crueles palabras que tan descuidadamente
me lanza. No es que esté equivocada. No sé cuá l es el juego de Tate, pero estaré en la
entrada de ese jugador má s tarde para hacerle saber que no voy a jugarlo. Mientras tanto,
me hizo un regalo al hacer eso delante de ellos que no pienso explicar. No sé porque está n
aquí pero sé que no será por mucho tiempo para que puedan pensar lo que quieran por
ahora. No me molesto en responderle, simplemente vuelvo a hacer mi pregunta.
“¿Por qué está n los dos aquí? ¿Está todo bien?"
Vanessa todavía está demasiado enojada para decírmelo, así que Celeste me informa.
“Vine a ayudar a Vanessa a instalarse. La han transferido a tu escuela. Pensamos que sería
má s adecuado para ella”.
Todo mi cuerpo se congela ante eso mientras cada fibra de mi ser grita en protesta. ¡NO!
No, no puedo tenerla en mi escuela. Aunque Vanessa está un añ o por detrá s de mí, todavía
hizo que cada añ o de secundaria fuera un infierno para mí. Esto es mío. Este es mi lugar
seguro lejos de ellos. El universo no puede ser tan cruel.
Mi hermana finalmente encuentra su voz y una sonrisa repugnantemente dulce y cargada
curva sus labios perfectos.
“Así es, Savy. Voy aquí ahora. Es triste que solo sea por tus ú ltimos dos añ os, pero no te
preocupes, prometo aprovecharlo al má ximo”.
Lo veo entonces. Veo en sus ojos cuá nto me odia y la promesa de hacer que la escuela
secundaria parezca muy fá cil en comparació n con lo que me hará pasar durante los
pró ximos dos añ os. Todo dentro de mí simplemente se marchita. Levanto todas mis
paredes y fuerzo mi expresió n a quedar en blanco. Sé có mo funciona esto. Cuanto má s
reacciono, má s ven có mo pueden hacerme dañ o y má s se alimentan de ello. Mi tono es
suave mientras inclino la cabeza.
"Fantá stico. ¿Ya tienes una identificació n de estudiante? Puedo configurarlo en el sistema
para que pueda sacar libros”.
Ella sonríe y pone los ojos en blanco. "¡Por favor! No necesito una tarjeta de la biblioteca.
Estaré demasiado ocupada con mi nueva hermandad como para preocuparme por los
libros. Só lo queríamos pasar y compartir mis buenas noticias contigo. Ilumina un poco tu
pequeñ a y triste vida”.
Asiento con la cabeza. “Genial, gracias por hacérmelo saber. Nos vemos por ahí, Vanessa.
Celeste, que bueno verte. Tengo que volver al trabajo ahora, así que si no te importa…”
Mi madrastra me mira con desprecio. Sus ojos son penetrantes y calculadores como si
estuviera tratando de descubrir mi á ngulo, pero no hay nada que pueda encontrar en mi
rostro, así que inclina ligeramente la cabeza y engancha un brazo en el de su hija.
“Ven, cariñ o. Dejemos a Savanna con su…trabajo. Te llevaré a almorzar y luego podremos
hacer algunas compras antes de irme”.
La sonrisa de Vanessa es amplia y brillante mientras deja que Celeste la lleve, pero justo
antes de llegar a las puertas, me mira por encima del hombro.
"Nos vemos muy pronto, Savy".
Mis rodillas casi fallan cuando las puertas se cierran detrá s de ellas, así que me dejo caer
contra el mostrador y coloco mi cabeza entre mis manos. ¿Que voy a hacer? ¡No puedo
estar en la misma escuela que ella! ¿Y qué diablos fue eso con Tate? Uggg, só lo puedo
ocuparme de una cosa a la vez, así que tomo mi bolso y salgo a la sala de profesores donde
tendré má s privacidad y saco mi teléfono celular. Casi rompo la pantalla, presiono el
nú mero con tanta fuerza.
Para cuando su voz llega a la línea, estoy conteniendo un grito.
"¡Hola princesa! ¿Có mo está s? No he sabido nada de ti desde que volvieron las clases”.
Su tono cá lido y afectuoso tiene algo de ese grito que se desvanece, así que puedo hablar sin
romperle los tímpanos, pero mi voz sale ahogada.
“Tío Mark, por favor dime que esto es una broma. ¡No puedo estar en la misma escuela que
ella!
Deja escapar un profundo suspiro. “Lo siento mucho, chico. Intenté convencerlos de que
cambiaran de escuela, pero no llegué a ninguna parte. No había nada que pudiera hacer”.
Cierro los ojos para mantener a raya las lá grimas calientes que brotan de ellos.
“¿Por qué quería siquiera transferirse? Lo ú nico que escuché durante todo el verano fue
que ella gobernaba su escuela. ¿Por qué dejaría eso?
“Vanessa no quería trasladarse en absoluto. Le pidieron que se fuera. Hubo acusaciones de
que había llevado demasiado lejos las novatadas durante la semana de compromiso y una
de las chicas terminó suicidá ndose. Nos vimos obligados a pagarle a la familia para que
mantuviera el secreto, pero la escuela insistió en que Vanessa se fuera”.
Mi boca se abre al escuchar eso y mi corazó n se aprieta dolorosamente ante lo que
debieron haber pasado esa pobre niñ a y su familia. He sido víctima del acoso de Vanessa
durante los ú ltimos doce añ os y sé lo malo que puede ser. Mis dedos se aprietan alrededor
del teléfono.
“No deberías haber pagado por ello. ¡Ella nunca cambiará si no tiene que afrontar las
consecuencias de sus acciones!
Lo escucho moverse al otro lado de la línea y luego se cierra una puerta antes de que vuelva
a hablar.
"Estoy completamente de acuerdo, pero no fue mi decisió n".
Frunzo el ceñ o y hablo al mismo tiempo que él.
"El tablero."
"El tablero."
“Lo siento, Savy. No querían que saliera a la luz y reflejara negativamente en la empresa. En
este caso me ganaron en votació n”.
Inclino mi cabeza hacia atrá s y dejo escapar un grito silencioso hacia el techo incluso
mientras él sigue hablando.
“Cariñ o, si pudieras dar un paso…”
Lo interrumpí. “¡Mark, ya hemos hablado de esto! Tengo dos añ os má s para graduarme y
luego el añ o sabá tico que quiero antes de estar listo para eso. Sé có mo será mi futuro y só lo
quiero estos pocos añ os para mí antes de quedar atrapado en él”.
Su suspiro se escucha alto y claro. “Haces que parezca una sentencia de prisió n. Sabes que
hay otras opciones. Podríamos vender…”
"¡No! Mi papá puso todo lo que tenía en hacer esa empresa. Nunca pude vender. Yo só lo... —
Hago una pausa para quitarme las gafas y frotarme entre los ojos.
“Está bien, princesa. Te mantienes concentrado en la escuela. Sabes que tengo todo
controlado en este lado de las cosas. Só lo intenta mantenerte fuera del punto de mira de
Vanessa lo mejor que puedas. Si las cosas se ponen muy mal, siempre puedes trasladarte a
otro lugar”.
Asiento con tristeza aunque él no puede verme. “Yo, tengo que volver al trabajo. Hablaré
contigo pronto, tío Mark, y… gracias. Gracias por todo lo que haces."
Cuelgo rá pidamente y miro ciegamente la pared donde cuelga un cartel. Tiene un lindo
gatito que cuelga de una pata de la rama de un á rbol y la leyenda es: ¡aguanta! Respiro
profundamente y asiento. O tengo que aguantar o ahorcarme. Con mi hermana aquí ahora,
no estoy seguro de cuá l ganará .
SALVO
Agarro la carpeta de notas que prometí prestarle a Tate contra mi pecho y miro
nerviosamente a mi alrededor mientras lo espero afuera de la entrada de jugadores del
estadio de fú tbol. No sé qué diablos estoy haciendo aquí. No sé qué estaba pensando Tate,
besá ndome así e insinuando que estamos juntos. En ese momento, seguí adelante, casi por
el shock. Pero ahora… ahora que Vanessa irá a esta escuela y descubrirá rá pidamente que
era mentira, estoy jodida. Ella va a atacarme muy fuerte cuando se entere. He sido testigo
de lo suficiente de su manual de intimidació n como para saber exactamente qué hará con
esa jugosa informació n. Comenzará con rumores desagradables sobre mí y rá pidamente
escalará a algo mucho peor.
Me alejo de la puerta y empiezo a alejarme. No tengo otra opció n, necesito transferirme a
otra universidad. No puedo pasar los pró ximos dos añ os bajo su mal de ojo.
“¡Sabio! ¡Ey! ¿Adó nde vas?"
Escucho sus pasos corriendo hacia mí, pero sigo hasta que me agarra del codo y me hace
retroceder. Observo la camiseta de fú tbol que cubre las enormes protecciones que usan los
jugadores y el ceñ o fruncido en su hermoso rostro y suspiro ante una cosa má s que nunca
le pasaría a una chica como yo. Le acerqué la carpeta.
“Aquí puedes quedá rtelos. No los necesitaré de vuelta”. Le digo y trato de darme la vuelta,
pero todavía me agarra del codo.
“Vaya, espera. Primero, gracias por prestá rmelos. Realmente me está s salvando el trasero.
En segundo lugar, esperaba hablar contigo sobre otro favor”.
Sacudo la cabeza e intento alejarme, pero sus dedos no van a ninguna parte.
“Lo siento, no puedo hacer nada má s por ti. Yo... me estoy transfiriendo a una escuela
diferente tan pronto como sea posible. Buena suerte con tus tareas”.
Su ceñ o se profundiza y veo un destello de frustració n cruzar su rostro antes de
desaparecer rá pidamente. "¿De qué está s hablando? No puedes transferirte a mitad de
semestre. Nadie hace eso. Dime qué está pasando."
Finalmente libero mi codo de su agarre para poder cruzar los brazos sobre el pecho. Ni
siquiera puedo mirarlo. Ya estoy bastante humillado.
"¿Por qué te importa?" murmuro.
Sus dedos se extienden y levantan mi barbilla, así que me veo obligada a mirarlo a los ojos y
ya puedo sentir el enrojecimiento subiendo por mi cuello hasta mi cara.
"Savy, pareces una buena persona y te ofreciste a ayudarme, así que cuéntame qué pasó y
tal vez pueda devolverte el favor".
Busco en sus ojos color avellana la mirada burlona que espero ver de un chico como él,
pero no la encuentro, así que dejo caer mis hombros y simplemente se lo digo.
"Es mi hermana. Acabo de enterarme de que está registrada para empezar aquí. Ella… no es
una buena persona y ella… bueno, le gusta meterse conmigo. Ella es brutal y después de lo
que hiciste en la biblioteca... Vanessa va a hacer de mi vida un infierno cuando descubra
que fue só lo una actuació n. Entonces sí, me voy. Escucho cosas buenas sobre las
universidades en Europa”.
Hay una variedad de emociones deslizá ndose por los ojos verdes y dorados de Tate
mientras procesa lo que le acabo de decir hasta que la diversió n finalmente los llena y una
sonrisa se extiende por su rostro. Mi ansiedad estalla con fuerza al ver que él encuentra
entretenida mi miseria y estoy a un segundo de darme la vuelta para salir corriendo cuando
dice lo ú ltimo que esperaba que dijera un tipo como él.
"Seré tu novio".
Me ahogo con mi propia saliva y farfullo: "Eh... qué... uh..."
Se ríe como si yo fuera el extraterrestre má s divertido que jamá s haya conocido y luego se
acerca y pasa un brazo alrededor de mis hombros.
“¡Oh, hombre, deberías ver tu cara ahora mismo! Pero en serio, lo digo en serio. Eso era
parte de lo que les iba a hablar. Necesito tu ayuda y ahora tú necesitas la mía”.
Me alejo de él todavía un poco aturdida y confundida por lo que está diciendo. Sacudo la
cabeza y lo miro. “Escú pelo, Tate. ¿Con qué necesitas exactamente mi ayuda?
Mira a su alrededor para asegurarse de que nadie pueda escucharnos antes de volver a
mirarme a los ojos con una mirada seria. "Aquí está el trato. Necesito ayuda para ponerme
al día con mis tareas. Eres muy inteligente así que serías perfecto para eso. También
necesito un respiro de todas las faná ticas superficiales del fú tbol que siguen atacá ndose.
Esa es la parte del favor que nos beneficia a ambos. Me ayudas a ponerme al día con mis
tareas y pretender ser mi novia al mismo tiempo. Es una situació n en la que todos ganan”.
Simplemente parpadeo estú pidamente por unos momentos y luego empiezo a reírme
porque, joder, me está n jugando dos imbéciles calientes en una semana. ¿Qué hice en una
vida anterior para merecer esto? ¿Qué hay de mí que grita "es divertido joder"? Todavía me
río mientras me doy vuelta para alejarme, pero a pesar de su gran tamañ o, el hombre
puede moverse rá pido y me rodea para bloquear mi camino.
“¡Savy, vamos, lo digo en serio! ¡Esto nos ayudará a los dos!
Muy lejos. Está llevando esto demasiado lejos y finalmente me enojo.
"¡Pú drete! ¿Crees que só lo porque... te ves así y puedes lanzar una pelota con cierta
habilidad te da derecho a atormentar a la gente? ¡Que te jodan, Tatum Valor!
Su boca se abre con sorpresa por un momento antes de volver a endurecerse y sus ojos se
endurecen.
“Creo que eres tú quien está jodido si no aceptas este trato. No te estoy jodiendo, Savy. Te
pido que me ayudes y te ayudes a ti mismo al mismo tiempo. Y para que conste, no ando
atormentando a nadie. Piensa en esto, como mi novia, tendrías a todo el equipo
respaldá ndote si tu hermana intenta algo en tu contra”.
Trago con dificultad ante esas palabras y siento una pequeñ a chispa de esperanza de que
realmente quiera decir lo que dice.
“Nadie va a creer que saldrías conmigo. Las citas falsas pueden funcionar en libros y
películas, pero no hay manera de que podamos lograrlo en la vida real. No soy la chica que
se queda con el mariscal de campo, Tate. Todos lo verá n”.
Esa sonrisa suya está empezando a tirar de sus labios otra vez mientras me tiende algo.
"Toma esto. Ú salo y déjame vendernos a mí. Créeme, lo tengo”.
Tomo la camiseta que me tiende y la aprieto contra mi pecho. Mi cerebro me dice que no
hay manera de que esto termine bien y, por supuesto, seré yo quien reciba el mayor
impacto de cualquier consecuencias, pero si él realmente cree que funcionará , quiero saber
má s.
“¿Có mo, có mo funcionará esto? Quiero decir, ¿cuá les son las reglas?
Ladea la cabeza hacia un lado, enviando un mechó n de cabello rubio sobre su frente y una
especie de sonrisa. "¿Qué quieres decir? ¿Nunca antes has tenido novio, Savy?
Me muerdo con fuerza el labio inferior mientras mi piel se enrojece de nuevo y sacudo
ligeramente la cabeza, haciendo que sus cejas se disparen. Antes de que pueda reírse de mí,
salgo corriendo: “Me refiero a las citas falsas. ¿Que tengo que hacer? Um, ¿qué esperas de
mí como tu... novia?
TATE
Joder , esta chica. Ella no tiene ni idea, pero de una manera linda. Ella tartamudea y se
sonroja cuando deja caer su má scara de indiferencia. Todavía estoy un poco enojado
porque ella pensó que estaba jodiendo con ella para atormentarla. Me hace preguntarme
quién se ha estado metiendo con ella para que tenga una opinió n tan baja de los hombres.
El tiempo corre y necesito volver al camerino, así que se lo explico lo má s rá pido que
puedo.
“Espero que hagas lo que hacen todas las novias. Vienes a mis partidos con mi camiseta y
me animas. Te encuentras conmigo en el pasillo después del partido y hablas efusivamente
de lo fantá stico que jugué. Luego vamos a una de las fiestas posteriores, hacemos la ronda,
bailamos, nos besamos delante de todos para cimentar los rumores y luego te llevo a casa.
Es así de simple. La gente creerá lo que yo quiero que crean”.
Su piel está sonrojada con otro rubor y sus ojos se agrandan detrá s de sus gruesas gafas
mientras chilla: "¿Besarse?"
Me hace reír de nuevo. “Sí, Savy, los novios y las novias se besan y se besan. Es una cosa,
créeme”. La examino de pies a cabeza y observo la falda de pana color canela, las gruesas
medias azul marino y el cá rdigan de gran tamañ o que cubre una blusa blanca con el ceñ o
fruncido. "Probablemente tengas tiempo para ir a casa y ponerte algo un poco má s
elegante, como jeans o mallas, si quieres, y también puedes soltarte el cabello".
Ella se mira a sí misma y luego me lanza una mirada de desaprobació n. "¡No! No puedes
decirme có mo vestirme. Ya hay suficientes señ ales de alerta en esta relació n falsa tal como
está . Este soy yo, ¡tó malo o déjalo!
Hay un tono mordaz en su tono y me gusta que ella se defienda a sí misma, así que
simplemente asiento con la cabeza.
“Bien, tengo que correr. Da tu nombre en taquilla y te dirá n có mo encontrar tu asiento.”
Empiezo a retroceder y me siento bastante bien con el trato que acabo de hacer. Puedo
mantenerme alejada de las zorras por un tiempo y tengo un tutor incorporado que me
ayuda a mejorar mis calificaciones. Esto me va a dar ases. Levanto una mano en el aire y le
guiñ o un ojo.
“Asegú rate de animarme má s fuerte, novia. ¡Te veré después del partido!
Cuando golpeo la puerta y la abro, miro hacia atrá s por ú ltima vez y veo a Savy sosteniendo
mi camiseta con los nudillos blancos. Ella lo mira fijamente y es difícil verlo desde esta
distancia, pero se ve un poco como miedo en su rostro. La puerta se cierra, cortando mi
visió n de ella, así que la empujo a ella y a ella fuera de mi mente, es hora de poner mi
cabeza en el juego.
Capto una mirada sombría del entrenador mientras me deslizo hacia el vestuario por llegar
tarde, pero lo tomo con calma y me dejo caer junto a uno de mis mejores amigos y
compañ ero de cuarto, Jude Dixon.
"¿La arreglaste?" Pregunta con una sonrisa mientras sus dedos tatuados sacan el anillo de
su ceja. Lo deja caer en el estante del casillero con el resto del metal que tiene que sacar
antes de cada juego y se pasa las manos por su ya increíblemente desordenado cabello
rubio blanco.
Ofrezco mi puñ o para un golpe. “Sí, ella aceptó el trato. Empiece a correr la voz: la Tate
Valor ya no está en el mercado”.
É l me devuelve el golpe con una carcajada. “Por supuesto que lo hizo. Las perras te
pagarían por un trabajo así. Todavía no lo entiendo, hombre, pero te respaldo si esta es la
forma en que quieres jugar”.
Asiento bruscamente con la cabeza y luego aparto de mi cabeza todos los pensamientos
sobre mi novia falsa. Tengo un juego que ganar y eso necesita toda mi concentració n ahora
mismo.
Recibo un golpe brutal en el segundo cuarto que me hace abandonar mientras la defensa
sale al campo. Estamos arriba por doce y me siento bien con có mo va el juego, así que me
tomo un minuto para mirar hacia las gradas en busca de mi nueva novia falsa. Tengo que
morderme fuerte el labio para no soltar una carcajada cuando la veo. Parece un ratoncito
rodeado de hienas que gritan. Puede que sea un rató n, pero fue lo suficientemente valiente
como para aparecer, así que por ahora es un comienzo.
Jude anotó dos touchdowns má s en la segunda mitad para llevarse la victoria, lo que la
convierte en nuestra cuarta victoria consecutiva y nos sitú a en siete a uno para la
temporada a mitad de camino. Cumplimos con nuestros requisitos de prensa, Jude má s que
yo con todos sus respaldos, y luego nos dirigimos a las duchas.
Cuando finalmente llegamos al pasillo donde esperan toda la familia y las novias, estoy listo
para dar por terminado el día y regresar a casa, pero sé que esa no es una opció n. Necesito
ir a la fiesta posterior y mostrarle a mi nueva chica un rato para que este trato funcione.
Veo a Savy apoyada contra la pared al final del pasillo, completamente sola. Paso junto a
algunas mujeres que intentan llamar mi atenció n y mantener mis ojos en ella. Veo que sus
ojos se abren como platos detrá s de sus gafas cuando me ve y le dedico una sonrisa.
“¡Sabio! ¡Ven aquí!" La llamo y ella se aleja de la pared y avanza hacia mí. Ella está
divagando incluso antes de que yo llegue a ella.
“¡Tate! ¿Está s bien? ¡Ese otro jugador te golpeó tan fuerte que pensé con seguridad que te
sacarían del campo en pedazos! ¡Estaba tan sorprendida…mpf!”
La interrumpí a mitad de la frase levantá ndola contra mí con un brazo debajo de su trasero
y golpeando mis labios con los de ella. Hay suficiente gente en esta sala para iniciar los
rumores, así que entro y devoro su boca. Ella está rígida durante medio segundo y luego
sus manos se levantan y se deslizan en mi cabello y, sorpresa, sorpresa, aprietan los puñ os
para acercarme má s. Su boca se abre y su pequeñ a y caliente lengua se encuentra con la
mía como si hubiéramos hecho esto miles de veces. Quería que las lenguas se movieran
sobre mí besá ndola, pero la multitud desaparece cuando ella gime en mi boca y mi mente
se queda en blanco cuando toda la sangre corre hacia mi polla ante el dulce sonido. La
acerco aú n má s y mi otra mano se desliza por su cadera lista para tomar un puñ ado de su
trasero cuando una voz risueñ a a nuestro lado hace que Savy se aleje de mí y presione mi
pecho para dejarla ir.
“¡Maldita sea, hombre, no me dijiste que elegiste a Amy de The Big Bang Theory! Vas a
tener que seguir besá ndola así para que alguien crea que esto es real”.
Dejé que Savy se volviera a poner de pie, pero sigo mirá ndola a la cara cuando la veo
completamente apagada ante la horrible comparació n de Jude. Ella se aleja unos pasos de
mí con la cara roja y los ojos bajos. Sacudo la cabeza para aclararla del beso, me giro y le
doy un puñ etazo en el brazo.
"Cá llate, idiota".
Me vuelvo hacia Savy y tiro de ella hacia mí para poder pasar un brazo sobre sus hombros.
“No le escuches. Su cerebro se ha filtrado por todos los agujeros que ha perforado en su
cuerpo. ¿Te gustó el juego?
Mira cautelosamente a Jude antes de parpadear con sus grandes ojos azules hacia mí a
través de sus gafas.
“Fue… extremo. Emocionante, pero no esperaba que fuera tan… violento”.
Mis cejas se fruncen. "Savy, ¿fue este tu primer partido de fú tbol?"
Ella asiente, haciéndome reír. Esta chica es como si hubiera vivido en una caja toda su vida.
Esto hará que parte de esto sea un desafío, pero tengo todas las habilidades y la reputació n
que necesito para lograr esto de la novia falsa. Jude se inclina hacia nosotros y le guiñ a un
ojo a Savy.
“¿Qué pensaste de mis movimientos? Yo fui quien anotó todos los puntos”.
Ella le lanza una mirada inexpresiva y se encoge de hombros.
“Oh, ¿tú también eres jugador? Lo siento, no te noté”.
Sus cejas se alzan con sorpresa, haciéndome reír de nuevo. El chico está acostumbrado a
que las mujeres se entusiasman con él. Esta es probablemente la primera vez que una
mujer no se postra a sus pies en adoració n y eso hace que Savy me guste aú n má s. Lo
empujo y guío a mi nueva chica hacia abajo y fuera del pasillo, sonriendo ante todas las
miradas que estamos recibiendo. Sí, los rumores circulará n rá pido y furioso después de ese
beso y es exactamente lo que esperaba. Iremos a la fiesta a continuació n y haré un
espectá culo que garantizará que todos crean que Savy y yo somos pareja. Esto me va a
funcionar perfectamente.
SALVO
Esto va a ser un desastre para mí. No puedo creer que haya aceptado esta farsa. ¡Yo se
mejor! Tal vez he leído demasiados libros falsos sobre citas que terminan con un final feliz
y es por eso que me dejé llevar por el ridículo trato de Tate. Ahora, sin embargo, de pie
junto a él en esta fiesta demasiado ruidosa a la que definitivamente no pertenezco, só lo
quiero encontrar un rincó n y esconderme.
Las miradas burlonas de desprecio que me envían la mayoría de las hermosas chicas de la
hermandad de mujeres me ponen la piel de gallina y deseo que el suelo se abra y me trague
por completo. La ironía es que pensé que esto era lo que quería para este añ o. Quería ir a
partidos de fú tbol y fiestas y tal vez terminar con un novio. Nunca esperé que fuera
completamente falso.
Froto el material de pana de mi falda entre dedos nerviosos y mantengo la vista baja. Sigo
pensando en lo que el amigo de Tate, Jude, dijo sobre mí. Amy de ese programa de
televisió n era considerada una sú per geek y a menudo se burlaban de ella. No soy
inteligente en ciencias como lo era su personaje, pero obtengo muy buenas calificaciones.
Me acerco má s el cá rdigan a mi cuerpo mientras un chico lanza un grito rebelde mientras
persigue a una chica risueñ a en bikini que pasa junto a nosotros. Jude debe haber querido
decir que me parezco a Amy, me visto como ella y… supongo que no se equivoca.
Nuestra ama de llaves, Martha, que probablemente fue lo má s parecido que tuve a una
madre, hizo toda la compra de ropa para mí mientras crecía. Nunca me importó mi aspecto
o si la ropa que ella escogía para mí era elegante. Ahora estoy empezando a ver que tal vez
me visto demasiado como una mujer de sesenta y tantos en lugar de como una chica de casi
veintiú n añ os. Tengo muchos conjuntos atrevidos en mi armario, pero no hay manera de
que pueda usarlos fuera de mi jaula sin mi má scara.
Suspiro y miro alrededor de la fiesta mientras Tate charla con algunos de sus compañ eros
sobre el juego que acaban de ganar. Se ríe de algo que dice uno de ellos, llamando mi
atenció n, y me tomo un minuto para estudiarlo mientras su atenció n está en otra parte.
Tiene tanta confianza en sí mismo y me pregunto có mo sería eso. Simplemente saber que
encajas, que perteneces.
Mi mirada cae hasta su boca y, al recordar la forma en que me besó después del juego, un
cá lido brillo llena mi estó mago. Sé que fue falso, pero Dios mío, ese beso me hizo cosas que
no esperaba. Por supuesto, solo tengo a Hunter con quien compararlo y sus besos fueron
algo descuidados y breves. Aparto mis ojos de la boca de Tate y reprimo el arrepentimiento
de haber elegido al chico equivocado para tener mi primera experiencia sexual.
Estoy perdido en mis pensamientos, así que no me doy cuenta de que Tate me está
hablando hasta que desliza una de sus grandes manos por mi espalda y me acerca a su
costado.
“Savy, ¿conociste a Beckett Hart? Es uno de mis mejores amigos y vive con Jude y conmigo”.
Me concentro en el chico frente a mí y tengo que inclinar la cabeza hacia atrá s para mirarlo
a los ojos. El hombre es increíblemente enorme, sus anchos hombros tensan las costuras de
la camisa que lleva puesta. Es incluso má s alto que Tate y me siento como un munchkin
frente a él. Otro hombre con el que Dios tenía favoritos y me pregunto si todos los amigos
de mi novio falso tienen que cumplir con los criterios de belleza para estar en su círculo.
Eso me hace mirar a mi alrededor con nerviosismo. Nunca había conocido a Jude y Beckett
antes, pero los había visto a ellos y a Tate en la mesa de mi novio en el bar del club. Me
recorren los nervios de que Asher James podría ser la pró xima persona que Tate me
presente. Cuando no lo veo entre la multitud, me concentro nuevamente en Beckett.
Tiene un hermoso tono de piel dorado que significa mucho tiempo al aire libre. Su cabello
castañ o se aleja de su rostro y tiene toques de mechas castañ as, pero son sus llamativos
ojos azules bajo sus espesas cejas los que me hipnotizan. Me recuerda a un Henry Cavill de
aspecto joven pero con la constitució n ancha del Brujo adulto.
La confusió n en esos ojos cuando los mueve entre Tate y yo y el "¿En serio?" Eso que sale
de su boca en una media risa borra cualquier admiració n por su apariencia. Este es el
segundo de sus amigos que me encuentra deficiente por mi aspecto y estoy seriamente
harto de que mi autoestima haya sido destruida por una noche, así que aparto la mirada de
él con el ceñ o fruncido.
"Sí, en serio. Beckett, te presento a Savy. Ella es mi chica." Tate nos presenta.
"Bien, lo tengo". Dice con una voz suave y profunda que tiene un toque del sur y luego
extiende una mano enorme para que la estreche.
Puede que sea socialmente inepto, pero Martha al menos se aseguró de que tuviera
modales, así que le ofrezco una sonrisa forzada y le devuelvo la mano.
"Es un placer conocerte, cariñ o".
La forma en que dice cariñ o con acento sureñ o hace que un escalofrío recorra mi espalda,
así que retiro mi mano de la suya y miro a Tate.
“Creo que voy a salir. Ha sido un largo día."
Tate sonríe y niega con la cabeza. “Todavía no, niñ a. Todavía tenemos un espectá culo que
montar”.
Puedo sentir mis mejillas calentarse por la forma casual en que me llama niñ a y cuando
recuerdo que dijo que nos besaríamos aquí delante de todos para vender la mentira. Trago
fuerte mientras mis ojos se dirigen a Beckett y Jude y veo la diversió n en sus caras.
¡Qué lindo, qué montó n de idiotas! Esto es una gran broma para ellos. Soy una broma para
ellos. Enojado conmigo mismo por meterme en esto, le espeto a Tate: "Bien, ¡terminemos
con esto de una vez!".
El brazo de Tate se aprieta alrededor de mis hombros y sus cejas se levantan ante mi tono,
pero solo se ríe. “Relá jate, Savy, te prometo que esto no te dolerá en lo má s mínimo. Incluso
podrías disfrutarlo si te lo permites”.
Resoplo y asiento bruscamente. Sí, ese podría ser el mayor problema de todo esto. Mi
cabeza puede saber que todo lo que me va a hacer es para un espectá culo, es falso, pero a
mi cuerpo no parece importarle. Dejo que me lleve hacia donde la sala está despejada para
una pista de baile y nos coloca justo en el centro para una exposició n má xima. Sus manos
aterrizan en mis caderas y me atrae hacia él y comienza a balancearnos al ritmo. No sé qué
hacer con mis manos así que termino colocá ndolas sobre su pecho y enseguida mis dedos
quieren viajar. Las duras crestas y planos que puedo sentir debajo de su camisa me hacen
preguntarme có mo se vería sin ella.
Falso, todo esto es falso y necesito recordarlo o terminaré enamorá ndome de este tipo y
haciendo el ridículo otra vez, así que retrocedo un poco.
Tate hace un ruido de frustració n, agarra mis manos y las arrastra hacia arriba y alrededor
de su cuello. Su cá lido aliento golpea mi oído mientras susurra: "Savy, tienes que hacer un
poco de esfuerzo o esto no parecerá real".
Gimo y resoplo: “No sé qué hacer. ¡No tengo exactamente experiencia en este tipo de cosas!
Se ríe contra mi cuello y se me pone la piel de gallina.
“Só lo sigue mi ejemplo. Haz lo que te parezca natural. Necesitas ayudarme a vender la
fantasía”.
Y eso es exactamente lo que necesitaba escuchar para dejarme llevar y hacer esto. Puede
que no tenga alas ni má scara, pero soy un experto en vender algo que no es real. Empujo a
Savy hacia un lado y dejo que Butterfly salga a bailar.
Me dejé fundir en él. Lentamente, arrastro mis manos hacia abajo sobre su pecho y luego
vuelvo a subir para rodear su cuello y deslizarme por todo ese espeso cabello rubio oscuro.
Uno de mis muslos se desliza entre él y mis caderas se balancean y se frotan contra él.
Mantengo los ojos bajos, fijos en su pecho, y bailo como si estuviera tras las rejas. A juzgar
por la forma en que gime, estoy haciendo justo lo que él quería.
Los dedos de una de sus manos se clavan en mi cadera mientras la otra se desliza hacia
abajo para acunar mi trasero y acercarme aú n má s. Su duro muslo está entre mis piernas y
no hay manera de evitar que mi cuerpo traidor lo presione. No importa que se me haya
subido la falda; No importa que haya demasiados ojos críticos centrados en mí. Lo ú nico
que importa es la gloriosa fricció n entre mis piernas y la forma en que hace que todo mi
cuerpo se estremezca de placer. Mi cabeza cae hacia atrá s mientras dejo escapar un gemido
de necesidad y se encuentran con la mirada sorprendida de Tate.
"¿Me gusta esto?" Pregunto en un susurro.
La mano en mi cadera sube por mi costado hasta llegar a la parte posterior de mi cuello
para mantenerme quieto. Su cabeza cae hacia abajo para que nuestras bocas estén a un
suspiro de tocarse.
“Joder, eres bueno. Es como si accionaras un interruptor y te convirtieras en otra persona.
No pares, continú a, Savy”.
Sus labios toman los míos y me voy. No podría parar aunque quisiera. Pensé que la forma
en que me besó antes era ardiente, pero esto es calor del siguiente nivel. Un infierno. No
espera a que le abra la boca, la invade y luego la conquista, besá ndome ferozmente, como si
fuera a morir de hambre sin mi boca. Siento sus labios, su lengua… dientes que muerden mi
labio inferior y hacen cosas perversas, muy perversas en mi interior. Mis bragas y medias
se sienten empapadas de calor hú medo mientras su muslo roza con fuerza mi coñ o y estoy
a segundos de venir aquí en una habitació n llena de gente mirá ndonos. Mis dedos cierran
un puñ o y tiran de su cabello y el gemido que hago es casi obsceno cuando finalmente se
retira. Parpadeo hacia él a través de lentes ligeramente empañ ados y todo el calor que
estaba sintiendo se convierte en cenizas ante la risa que veo en sus ojos.
“Eso fue perfecto. Ahora podemos salir rá pidamente de aquí y todos asumirá n que es para
irnos a la mierda. Vamos."
Todavía estoy aturdida mientras Tate me arrastra desde la pista de baile hacia la puerta
principal, pero no estoy tan perdida como para no escuchar los susurros y los chistes
insultantes de algunas de las personas con las que nos cruzamos al salir.
TATE
Mierda , para ser una cosita tímida que nunca ha tenido novio, Savy ciertamente dio
un paso al frente esta noche. Cuando le dije que vendiera la fantasía, no me decepcionó . Fue
como si se convirtiera en otra persona por un minuto y hacía algo de calor. Tacha eso, no
hace mucho calor... hacía calor. La miro en el asiento del pasajero mientras la llevo a casa.
Ha estado callada y mirando por la ventana desde que me dio indicaciones para llegar a su
casa. Es casi como si estuviera avergonzada. Estaciono frente a su edificio y me giro hacia
ella.
“Oye, ¿está s bien? Lo hiciste muy bien esta noche. Sé que está fuera de tu zona de confort,
pero realmente me apoyaste y lo vendiste, así que gracias por eso”.
Lentamente se gira hacia mí pero no dice nada por unos momentos y luego suspira.
“Escucha, no creo que esto vaya a funcionar. Realmente no encajo con tu grupo, Tate.
Incluso tus amigos pensaron que era una gran broma”. Se frota la frente con el ceñ o
fruncido. “Tienes que entender, yo… no soy nadie. La gente no me nota y eso me parece
bien, pero ¿estar ahí como tu novia? Eso me pone un gran objetivo en la espalda que
realmente no puedo manejar. Yo…yo no tengo amigos como tú . Tienes gente que te
respalda. No lo hago y eso significa que cuando todo esto se desmorone, tendré que
enfrentar la reacció n y el ridículo por mi cuenta. Lo lamento. No puedo hacer esto”.
Entiendo de dó nde viene y me siento un poquito mal por ella, pero joder, no. Tengo mucho
en juego este añ o y necesito que ella lo acepte, quiera o no.
“Te escucho pero ya es demasiado tarde. Simplemente montamos un espectá culo frente a
toda esa gente. Sé có mo funcionan esas pollas. Si dejas esto ahora, te etiquetará n como una
puta y tu hermana tendrá todo el combustible que necesita para hacerte la vida imposible.
O sigue el juego, sé mi novia falsa, ayú dame con la tutoría y aguantaremos esto hasta el final
de la temporada y tomaremos caminos separados”.
Ella me mira boquiabierta mientras sacude la cabeza. "Estoy jodido de cualquier manera,
¿no?"
Me encojo de hombros. “No, sigue el juego y me aseguraré de que nos separemos en buenos
términos. Asumiré que me dejaste y estoy desconsolado por eso. Nadie se molestará
contigo por eso”. Me acerco y tomo su mano. “Vamos, Savy, trabaja conmigo aquí. Ser mi
novia te da toda la protecció n que necesitas y realmente me ayuda. Ven a mi casa mañ ana
por la tarde y ayú dame con mis tareas. Toma, dame tu teléfono y te pondré mi nú mero. Te
dejaré un alfiler por mi casa.
Casi parece encogerse por la derrota mientras le entrega su teléfono. Introduzco mis datos
y se lo devuelvo. “Así que mañ ana a las dos en punto. Mi lugar."
Sin decir una palabra, ella asiente levemente y sale de mi auto. Dejo escapar un profundo
suspiro y golpeo mi cabeza contra el reposacabezas. Sé que debería sentirme mal por haber
atrapado bá sicamente a esta chica en mi plan. Fui yo quien la besó delante de su
hermanastra y su madrastra, allanando el camino para todo esto y ella tampoco se equivoca
al tener ahora una diana en la espalda. Las chicas que merodean por el equipo con la
esperanza de atrapar a un jugador pueden ser perras viciosas y, sinceramente, algunos de
los chicos no son mucho mejores, pero haré lo que pueda para protegerla tanto como sea
posible.
Agarro mi teléfono mientras suena… otra vez… y borro el cuarto mensaje de texto de mi
padre ordená ndome que lo llame. No me interesa repasar el partido a partido para que me
cuente todos los errores que cometí. Pongo mi cuello sobre mis hombros, dejo mi teléfono
en el portavasos y pongo el auto en marcha.
Claro, Savy parece una buena chica y todo eso, pero tendrá que aguantar y lidiar porque
necesito su ayuda con la escuela y como amortiguador de todas las perras locas que siguen
arrojá ndose sobre mí. Si termina herida por eso, bueno, tendrá que tomarlo como una
lecció n de vida.
SALVO
Di vueltas y vueltas durante la mayor parte de la noche, casi sin dormir debido a la
combinació n de ansiedad por la situació n en la que me encontraba, Vanessa estaba
demasiado cerca para estar có moda y mi cuerpo estaba agotado por estar tan cerca de la
puerta. línea de gol con Tate, só lo para quedarse colgado. Finalmente me cuidé un poco en
las primeras horas de la mañ ana só lo para obtener algo de alivio, pero fue una liberació n
silenciosa que no me dio la satisfacció n que mi cuerpo anhela.
Me levanto de la cama al amanecer y me dirijo a la cocina para hacer lo que siempre me
calma. Yo horneo. Cuando era niñ o, cuando estaba ansioso, Martha me llevaba a la enorme
cocina del chef en la casa de mi padre y me enseñ aba a hornear todo tipo de delicias para
hacerme sentir mejor.
Para cuando mi celular suena con un mensaje de texto de Tate, tengo muffins, galletas y
tartas enfriá ndose en cada superficie disponible en mi pequeñ o estudio y me siento algo
má s centrado. Agarro mi teléfono y lo unto con harina cuando abro el mensaje. Es un pin
para su casa y un recordatorio de estar allí a las dos. Eso me da dos horas para prepararme
y empacar todos los productos horneados. Esta noche llevaré algunas cajas al club para el
personal, dejaré algunas a mis vecinos y lo que quede, me lo llevaré como refrigerio para
estudiar.
Con mi cocina en orden, me voy a la ducha y luego me quedo mirando dentro de mi
armario, tratando de encontrar algo que no grite a Amy, la sú per geek. Después de
permanecer allí durante veinte minutos y quedarme en blanco, tomo uno de mis conjuntos
está ndar y digo que se joda. Una novia falsa no necesita cambiar má s que una real. Ademá s
me gusta estar có moda y los cardigans oversize son calentitos.
Considero dejarme el cabello suelto pero siempre termina en mi cara y me molesta así que
lo envuelvo en un moñ o apretado como todos los días. No necesito ser nada má s que yo y si
a Tatum Valor no le gusta, puede buscarse una nueva novia falsa. Con mis gafas firmemente
en su lugar, tomo mi bolso lleno de notas y copias de novelas de las ú ltimas tareas que Tate
tiene atrasadas. Inserto mi computadora portá til, agrego una caja de productos horneados
y pido un Uber.
El auto se detiene frente a una casa mediana no muy lejos del campus y me pregunto por
qué no vive en una de las casas de fraternidad como la mayoría de los chicos má s populares
del campus. Toco el timbre de nuevo mientras espero y pienso en enviarle un mensaje de
texto para hacerle saber que estoy aquí cuando la puerta se abre de golpe y mi alma sale
volando de mi cuerpo aterrorizada. Mi cara arde con fuerza, mi boca se abre en estado de
shock y literalmente puedo sentir mis ojos salirse de mi cabeza mientras Asher, el puto
James, también conocido como el novio del bar, me mira fijamente.
"¿Qué? ¿Qué deseas?" él ladra.
¡Palabras, palabras, di algunas malditas palabras, Savy! Pero en lugar de eso, sale un chillido
lento y agudo que hace que mi cara de tomate se ponga aú n má s roja. Gracias a todo lo
sagrado, Tate aparece detrá s de él y lo rodea para agarrar mi muñ eca. Me arrastra má s allá
de Asher como si esto no fuera una bomba que detonará y me destruirá si Asher de alguna
manera me reconoce.
“¡Oye, lo lograste! Ese es Ash, él también vive aquí”. Me dice Tate, empujá ndome hacia el
interior de la casa, pero mi cabeza todavía está girada para mirar al hombre con el que he
tenido fantasías nocturnas durante dos añ os. Ash pone los ojos en blanco y me mira
boquiabierto, lo que me hace girar la cabeza y tropezar tras Tate. Esto es tan, tan malo. No
puedo estar aquí con él. Si hubiera sabido que Asher James vivía con Tate, habría recibido
el golpe de puta y cualquier otra cosa que Vanessa pudiera arrojarme.
“¡Oye, Amy! ¡Qué bueno verte de nuevo!"
La voz de Jude me distrae de mi crisis interna y miro para ver a Jude y Beckett en el sofá
con los controles del juego siendo manipulados por pulgares voladores.
"Es Savy, no Amy", le digo y ni siquiera puedo expresar enojo en mi tono porque ahora
estoy resignada a que los chicos me llamen por el nombre equivocado, pero él me
sorprende con un guiñ o.
"Oh, lo sé, cariñ o, pero verte a ti y a Tate besá ndose anoche me abrió una perversió n geek,
así que te llamaré Amy".
Yo... no tengo palabras para eso, así que me doy la vuelta y me siento en la mesa del
comedor a la que Tate me llevó , sacando mis libros y notas. Intento ignorar que hay cuatro
hombres tremendamente atractivos en la habitació n conmigo mientras repaso lo que Tate
ha hecho hasta ahora en la tarea. Trabajamos juntos sobre hacia dó nde necesita llegar con
su ensayo y le doy algunas instrucciones para hacerlo má s só lido y luego empiezo con parte
de mi trabajo mientras él progresa. Estoy perdido en mi trabajo cuando un cuerpo grande
se inclina demasiado cerca de mí. Huele a jabó n y algú n tipo de cítrico y no puedo evitar
inhalarlo.
"¿Qué es esto? ¿Nos trajiste bocadillos, Amy?
Giro la cabeza y me acerco mucho a la cara de Jude, a só lo unos centímetros de la mía,
mientras él alcanza la caja de productos horneados que traje. Sus ojos son de un color
marró n dorado claro que combinan perfectamente con su desordenado cabello rubio
blanco hasta la barbilla. Trago fuerte y asiento lentamente. Agarra la caja de donde está
frente a mí y juro que cuando se retira, huele mi moñ o.
Tate murmura a mi lado: “Vete a la mierda, Jude. Estamos trabajando."
Vuelvo mis ojos a mi computadora, pero segundos después, Jude deja escapar un gemido
casi orgá smico que hace que mis ojos vuelvan a él.
"Fó llame, esto es increíble", gime con la boca llena de tarta de mantequilla.
Es agradable ver a alguien disfrutar de una de mis creaciones, así que le doy una pequeñ a
sonrisa, pero se desvanece cuando tira de la silla a mi lado y se deja caer en ella. Su brazo
pasa alrededor de mis hombros y acerca la parte superior de mi cuerpo al suyo para que
nuestras narices casi se toquen. No puedo evitar que mis ojos bajen a su boca cuando lame
las migajas.
"Amy, muñ eca, creo que deberías dejarme poner mi pene en tu bolsillo".
Me toma un momento procesar lo que acaba de decir y luego lo empujo lejos de mí con el
ceñ o fruncido. El pene simplemente se ríe y agarra otra tarta.
“Hombre, ¿dejará s de jugar con ella? Estamos tratando de hacer el trabajo”. Tate refunfuñ a
mientras se acerca y se roba una tarta.
Después de eso, Beckett y Ash se llevan golosinas antes de que Jude agarre la caja y se
escape con el resto para no tener que compartir. Mantengo la cabeza gacha,
concentrá ndome en el teclado. Sé que Jude só lo está bromeando y bromeando, pero no sé
có mo encajar con ese tipo de vibra. Nunca tuve amigos o hermanos con quienes aprender a
divertirme. Incluso después de que Celeste se casara con mi padre, Vanessa no estaba
interesada en ser mi amiga, así que trato de mantenerme al margen para no decir nada
incorrecto.
"¿Los haces tú misma, cariñ o?" Beckett pregunta y cuando simplemente asiento y sigo
escribiendo, tararea un ruido. “Las chicas tienen habilidades, Tate. Asegú rate de que
regrese”.
Miro de reojo a Tate y lo pillo poniendo los ojos en blanco, así que sigo escribiendo.
Trabajamos toda la tarde y hasta primeras horas de la noche. Estoy satisfecho con el
progreso que ambos hemos logrado, pero cuando aparece un grupo de chicas y comienza a
festejar con las demá s, empiezo a empacar.
"¿Adó nde vas? ¿Por qué no te quedas y tomas unas copas con nosotros? Tate pregunta pero
niego con la cabeza.
Agarra mi muñ eca para evitar que deslice mi computadora portá til en mi bolso, lo que hace
que le envíe una mirada interrogativa. Mira a las chicas que toman tragos en la isla de la
cocina y luego vuelve a mirarme a mí.
"Vamos, Savy", dice en voz baja, "realmente me vendría bien que una novia me apoye aquí".
Miro a las chicas y encuentro que la mitad de ellas miran en nuestra direcció n con ojos
calculadores y suspiro.
“Lo siento, no puedo. Tengo que ponerme a trabajar. Tengo un turno esta noche”.
Mi estó mago da un lento vuelco por los nervios, pero lo ignoro. Hice un trato con él, así que
me inclino y lo beso rá pidamente, esperando que sea suficiente para mantener a los gatos
alejados de él por esta noche. Tate no debe pensar que es suficiente porque me tira hacia
atrá s y me golpea con toda la lengua y los labios hasta que me quedo sin aliento. Apoya su
frente contra la mía con un suspiro.
“Bien, pero deberías dispararme tu agenda para saber cuá ndo estará s disponible. Sé que
trabajas en la biblioteca, pero ¿dó nde má s trabajas?
Esquivo la pregunta agarrando mi teléfono. “Necesito pedir un Uber. Un segundo."
Cubre mi teléfono con su mano. “No te preocupes por eso. Te llevaré a casa. Cualquier cosa
para salir de la línea de fuego aquí”.
Asiento, recojo el resto de mis cosas y lo sigo.
"¡Ey! ¿Adó nde vas, T? Ash lo llama.
“Me llevaré a Savy a casa. Tiene que trabajar esta noche”.
Entonces, reú nete con nosotros en Masks y no digas que tienes que hacer los deberes
escolares. Hiciste eso todo el día”.
Tate simplemente levanta una mano en el aire en señ al de reconocimiento y me guía hacia
la puerta principal de su auto. Paso la mayor parte del viaje de regreso a mi apartamento
mordiéndome el labio inferior y retorciéndome las manos en pá nico. Todos estará n en
Masks esta noche y Ash siempre se sienta cerca de mi jaula. Me aterroriza que ir a trabajar
esta noche sea una prueba angustiosa a la que tal vez no sobreviva.
ASHER
Bebo lo ú ltimo de mi bebida con un gruñ ido y alejo a la chica que no acepta un no por
respuesta. Ella sigue apoyá ndose en mí y tratando de subirse a mi regazo y yo sigo
empujá ndola. Finalmente tengo suficiente y le gruñ o.
"Vete a la mierda. Lleva tu asqueroso trasero a otra parte. No me interesa."
Hace un puchero como si le hubiera quitado su juguete favorito y se aleja furiosa. Su amiga
está apoyada en el regazo de Jude y me grita: "¿Cuá l es tu problema?"
Jude se ríe y se tapa la boca. “No pongas cebo a los animales del zooló gico, cariñ o.
Especialmente cuando no han sido alimentados por un tiempo”. É l me sonríe. "No se puede
decir felicidad sin pene y el suyo está cubierto de polvo".
Le dejo volar el saludo con un dedo y giro mi silla hacia su jaula. Algo anda mal con mi
Butterfly esta noche y me molesta no poder hablar con ella para averiguar qué. Ni siquiera
puedo señ alar qué es diferente en ella aparte de que esta noche lleva una má scara de
arlequín completa en lugar de la media má scara que normalmente usa. Odio no poder ver
sus dulces y carnosos labios rosados.
Lleva mi peluca arcoíris favorita con todos los rizos gordos cayendo para barrer
suavemente su exuberante trasero. Un culo que se muestra perfectamente con unos
pantalones de cuero rosa intenso. El corpiñ o de cuero blanco brillante apenas contiene sus
pechos llenos y se me hace la boca agua solo de pensar en poner mis labios y mi lengua en
esas tetas. Sus alas combinan con el cabello del arcoíris y revolotean con cada movimiento
que hace, pero de alguna manera se desvía. La mayoría de las noches, se siente como si casi
estuviera bailando para mí y solo para mí, pero esta noche principalmente me ha dado la
espalda. Si ella fuera mía, si estuviéramos juntos, diría que estaba enojada conmigo por algo
y me estaba ignorando.
Le hago un gesto a la camarera para que me pida otra bebida y cuando ella la pone frente a
mí, me inclino para que pueda escucharme por encima de la mú sica a todo volumen.
“¿Está todo bien con el Butterfly esta noche? Ella parece… apagada”.
Una ceja rojo cereza perfectamente esculpida se levanta y puedo ver la diversió n en toda su
cara mientras me da una palmadita en el hombro.
“Lo siento, Ash. Sabes que no puedo compartir nada personal sobre los bailarines... incluso
si eres su mayor fan. Sin embargo, le transmitiré tu preocupació n”.
Tiro un billete en su bandeja a modo de despedida, maldiciéndome a mí mismo. Sí, haz eso.
Ve y dile a Butterfly que estoy preocupado por ella. Tal vez finalmente se abra y me abra su
jaula. Observo a la camarera pelirroja dejar algunas bebidas má s y luego moverse hacia la
jaula de Butterfly y pasarle una botella de agua a través de los barrotes. Ella le hace un
gesto para que baje y le habla al oído. Mis ojos está n pegados a su reacció n, esperando una
mirada, una mirada en mi direcció n, pero todo lo que veo es que ella se encoge de hombros
y luego vuelve a bailar dá ndome la espalda.
¡Mierda! Que se joda esto y que se joda ella. Tiro mi bebida fresca, golpeo el vaso y me
pongo de pie. "¡Estoy fuera!" Llamo a los chicos e intento irme, pero Tate salta y me sigue.
Como sea, ya no me lanzo por una chica que no tiene ningú n interés en mí. ¿Qué clase de
idiota espera dos añ os por una mujer con la que ni siquiera ha hablado? Ni siquiera sé su
puto nombre, por amor de Dios. He terminado. Dejé de mirar, dejé de esperar. Que se jodan
ella y sus alas.
“Vamos, hombre, entra. Yo nos llevaré a casa. Podemos pasar mañ ana para recoger tu
bicicleta”.
Quiero decirle que se vaya a la mierda también, pero sé que tiene razó n. He tomado unas
cuantas copas de má s y eso con lo cabreado que estoy ahora mismo no es una buena
combinació n en una moto. Subo a su auto y cierro la puerta, lo que hace que Tate me lance
una mirada oscura llena de advertencia.
"Tó malo con calma. La puerta no es con quién está s enojado. ¿Qué le pasó esta noche de
todos modos? Ella apenas miró en tu direcció n.
Golpeo mi cabeza contra el asiento y digo: "No lo sé, T. No lo sé porque ella no es mi puta
chica, no quiere hablar conmigo y ahora ni siquiera lo hará ". Mírame a mí tampoco. Me
froto la cara mientras la ira comienza a desaparecer. “¿Qué carajo me pasa, T? ¿Qué estoy
haciendo? He desperdiciado los ú ltimos dos añ os esperando que un extrañ o me
reconociera de alguna manera. Me siento como un jodido tonto”.
Me mira preocupado cuando llegamos a un semá foro en rojo. “No digas eso, hombre.
Cualquiera que tenga ojos en la cabeza puede ver que ustedes tienen una conexió n. Ella
baila para ti , hermano. Eso está tan claro como el día. No sé cuá l es su trato, qué está
pasando fuera de ese club, pero sin decirse una sola palabra, ustedes dos tienen má s
relació n que la que yo he tenido con cualquier mujer”.
El semá foro se pone verde y mira hacia la carretera. Por muy enojado que estuviera, lo que
dijo es verdad. Hay algo entre mi Mariposa y yo y es algo má s grande que las palabras.
Tiene que haberlo porque si me equivoco, significa que só lo soy un perdedor acosador
jodido. Ahora me siento mal por haberla atacado así. Aunque ella no estaba frente a mí esta
noche, sé que sabía que yo estaba ahí para ella. Me deshago de mi estado de á nimo y me
concentro de nuevo en Tate.
“Entonces, ¿qué pasa contigo y el rató n de biblioteca? Ella no es exactamente del tipo
Tatum Valor”.
É l mira en mi direcció n con el ceñ o fruncido antes de regresar a la carretera. “Savy me está
ayudando. Ella aceptó ser mi novia falsa para mantener alejadas a las zorras y ayudarme a
ponerme al día con la escuela. El entrenador me está molestando con mis notas. No puedo
arriesgarme a que me envíen a la banca por el resto de la temporada. Necesito que los
cazatalentos me miren en el campo y ya sabes có mo es mi papá . El infierno no tiene furia
como la de un padre futbolista que vive indirectamente de los logros de su hijo”.
Hago un hmm de acuerdo. “Claro, lo entiendo, pero ¿qué gana ella con eso? ¿Por qué
aceptaría fingir una cita contigo?
“Ella recibe un escudo. Tiene una hermana infernal a la que le gusta intimidarla. Esa perra
no puede hacerle una mierda a Savy mientras esté bajo mi protecció n.
Asiento lentamente. “Está bien, pero ¿qué pasa cuando ella se da cuenta de que siente algo
por ti? Una chica como esa probablemente no tiene una larga lista de chicos esperando para
salir con ella, así que tenerte actuando como su novio podría… confundirla.
Tate se burla. "Si no. Savy no quería tener nada que ver con esto. En cierto modo la obligué
a hacerlo. Ella no será un problema”.
Me encojo de hombros y miro por la ventana. "Claro. Pero no digas que no te lo advertí.
Tengo que negar con la cabeza ante lo lamentable que somos los cuatro. Tate tiene una
novia falsa. Tengo una chica que ni siquiera me dice su nombre y Beckett y Jude clavan
cualquier cosa en una falda.
Estamos a menos de dos añ os de graduarnos y de entrar al mundo real y todavía no sé
có mo es eso para mí. Necesito decidir si quiero continuar obteniendo mi título de médico o
simplemente tirar los dados con una Licenciatura en Medicina Deportiva. Es un
compromiso enorme continuar otros cuatro añ os, sin mencionar el costo que implica.
Cuando varias universidades exploraron a Jude en nuestro ú ltimo añ o de secundaria, me
emocionó que mi mejor amigo tuviera un camino para salir del mundo en el que nacimos.
Ambos nos habíamos adentrado má s en el lado oscuro en el que nuestras familias habían
vivido durante generaciones y tenía miedo de que la sangre nunca nos lavara las manos si
nos quedá bamos mucho má s tiempo.
Estaba listo para animarlo y lanzarle la despedida má s grande, pero ese cabró n astuto usó
su influencia para exigir una beca para mí también si querían que firmara. Penworth U
aceptó el trato y así es como salimos juntos. Si sigo estudiando después de graduarme, no
habrá beca y eso significa una gran deuda.
Rechazo la oferta de Tate de tomar otra bebida una vez que llegamos a casa y me dirijo a mi
habitació n para darme una ducha. Por mucho que quiera callarme y no pensar en nada, en
el momento en que el agua caliente golpea mi cabeza, esos impresionantes ojos azules
pasan por mi mente. Cierro los ojos y me imagino sus curvas perfectas, su piel suave y sus
movimientos sexys mientras baila para mí. Mi polla está en mi mano sin pensarlo y todo lo
que necesito es imaginarla gimiendo mi nombre para que me corra por todos los azulejos.
Joder, mi mariposa me está matando.
SALVO
Me ajusto má s el suéter para protegerme del frío de finales del otoñ o mientras camino
por el campus. Voy a tener que quitarme la chaqueta de invierno tan pronto como el clima
se vuelva má s frío y el pronó stico indique que nevará en cualquier momento.
Por má s frío que esté el aire, no es comparable con el frío que sentí cuando Ash salió
furioso del club el fin de semana pasado. Odio haberlo hecho sentir de esa manera, pero
estaba tan nerviosa por verlo en Tate's y luego saber que todos estarían en el club
mirá ndome que simplemente no me atreví a bailar para él como lo hago normalmente.
Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando una rá faga de viento me golpea. Odio esto tanto.
Odio tener que ocultarle quién soy. Daría cualquier cosa por ser el tipo de mujer que él
querría en la vida real, pero sé que nunca seré lo suficientemente valiente para ser ella sin
má scara.
¿Por qué no puedo ser la Mariposa? Cuando pretendo ser ella, cuando bailo para él, tengo
toda la confianza del mundo. Sé que hay algo ahí, es como si hubiera una atadura entre
nosotros que nos conecta. Si pudiera ser esa mujer en la vida real, podría tener una
oportunidad de...
“¡Oh Savy, ese eres tú ! Ese lindo traje marró n tuyo simplemente se mezcla con el fondo.
Casi no te vi, pensé que eras un gran montó n de tierra grumosa allí por un minuto.
Me estremezco al escuchar su voz y las crueles palabras que salen tan fá cilmente de su boca
y luego lentamente me vuelvo hacia mi hermana. Ella está parada con otras tres chicas
rubias de la hermandad de mujeres que son tan hermosas y elegantes como ella, con sus
trajes de diseñ ador, bufandas caras y todas agarrando vasos altos de papel blanco que,
apostaría todo el dinero en mi billetera, está n llenos de algo de especia de calabaza. u otro.
“Hola Vanesa. Es bueno ver que ya has hecho amigos. ¿Está s disfrutando la nueva escuela
hasta ahora? Pregunto, en un tono tan agradable como puedo soportar.
Sus ojos azules son duros como el pedernal mientras me sonríe. “Es pasable, pero estoy
seguro de que mejorará cuanto má s me adapte y encuentre mi ritmo. Ya sabes có mo es en
una escuela nueva. Se necesita tiempo para ponerse al día con todos los chismes y
rumores”.
Su sonrisa se convierte en una sonrisa y me preparo para lo que sea que esté a punto de
golpearme.
“Hablando de eso, en realidad acabo de escuchar algunas cosas sobre ti. Aparentemente
eres toda una putita. Me sorprendió saber que te las arreglaste para follar con dos de los
chicos má s atractivos del campus y solo han pasado unos meses del añ o. Me encantaría
saber quién es tu pró ximo objetivo”.
Las otras tres mujeres se ríen mientras mi cara se pone roja. Antes de que tenga la
oportunidad de intentar defenderme, una voz profunda y retumbante viene detrá s de mí al
mismo tiempo que una chaqueta abrigada se envuelve sobre mis hombros y la canela
picante llena mi nariz.
“Hablando de putas, ¿por qué uno de ustedes tres no me cuenta quién es la nueva sú per
perra? Me gustaría poder decirle a Tate exactamente quién está jodiendo a su chica”.
Las tres mujeres con Vanessa palidecen mientras mi hermana pega una sonrisa frá gil y le
tiende la mano con la palma hacia abajo como si esperara que él la besara.
“Oh, no seas tonto. Soy Vanessa, la hermana de Savanah. Só lo está bamos bromeando. Eso es
lo que hacen las hermanas, ¿verdad Savy?
Asiento lentamente todavía tratando de superar el hecho de que Beckett simplemente me
defendió . Nadie había hecho eso antes excepto Tate esa vez. "Si seguro. Só lo bromeaba.
Muy divertido."
Eso me gana una mirada llena de promesa de retribució n, pero Beckett ya me está alejando
de ellos con una advertencia.
"Blair, Mckenna, Britney, asegú rense de que su nueva chica conozca las malditas reglas o
toda su casa responderá por ella". Me tira bajo su gran brazo y me aleja de ellos. "Vamos,
cariñ o, vamos a almorzar".
Casi tengo que correr para seguirle el ritmo a sus largas piernas y cuando él se da cuenta, se
ríe de mí y reduce el paso. La brillante luz del sol resalta los destellos rojos de su cabello y
contrasta maravillosamente con sus gélidos ojos azules.
“¿Esa cosa era realmente tu hermana?”
Asiento con la cabeza. "Hermanastra. No le agrado mucho”.
Me abre la puerta del comedor. “¿También tienes una madrastra malvada, Cenicienta?”
Solté una carcajada porque, bueno, son hechos. "Supongo que."
“Hmm, eso me parece una historia. Siéntate en esa mesa de allí, prepararé algo para
almorzar y podrá s contarme todo. ¿Tiene alguna preferencia por la comida?
Sacudo la cabeza con una sonrisa. “No, no soy quisquilloso. Lo que sea que estés comiendo
está bien conmigo, pero nada con fresas. Soy alérgico."
Señ ala la mesa nuevamente para que me siente y luego va y se pone en fila. No puedo
detener la pequeñ a y estú pida sonrisa en mi cara. No só lo nadie me ha defendido antes,
sino que en dos añ os de estar aquí, nunca he tenido a nadie con quien sentarme a almorzar.
Todavía estoy sonriendo cuando Vanessa y sus amigas entran al pasillo y juro que el diablo
viene y se posa en mi hombro porque cuando me ve sentado solo, levanto la mano y le doy
un saludo alegre. Prá cticamente puedo ver el vapor saliendo de sus oídos mientras gira en
mi direcció n, pero solo da unos pocos pasos cuando una dinamo rubia corre frente a ella.
"¡Picardias! ¡Ahí tienes!"
Casi me ahogo con un grito ahogado cuando todas las cabezas se vuelven hacia mí mientras
Jude se abalanza sobre mí y me levanta de mi asiento en un abrazo demoledor que tiene
mis pies a centímetros del suelo. Huele a aire fresco y a cítricos.
"¡Bá jame, idiota!" Farfullo, pero también intento no reírme al mismo tiempo cuando veo a
mi hermana ponerse casi morada y patear como una niñ a pequeñ a.
"Amigo, suelta a la chica y retrocede antes de que Tate te corte la cabeza por dañ ar su
propiedad", gruñ e Beckett mientras regresa con dos bandejas cargadas de comida.
Jude me ayuda a ponerme de pie y me ayuda a quitarle la chaqueta a Beckett y la cuelga en
el respaldo de mi silla con mi bolso.
"¡Bah! Ella aú n no es suya. Só lo la ha llevado a dar una vuelta de prueba. Ni siquiera han
llegado todavía a las negociaciones de precios. Todavía tengo una oportunidad con ella.
¿Verdad, Amy?
Dios mío, este tipo es un completo tonto, pero voy a volver a él. Golpeé a Beckett con mi
mirada má s oscura.
"¿Propiedad? ¿En serio te acabas de referir a mí como propiedad de Tate?
Me empuja una bandeja sobrecargada de comida. “Uh, ¿podemos volver a cuando estabas
todo sonriente? Creo que era un momento má s seguro que ahora”.
Sacudo la cabeza exasperada y me giro hacia Jude. "Deja de llamarme Amy o haré que te
arrepientas".
Sonríe con picardía y noto los anillos plateados y negros en sus manos mientras sus dedos
cubiertos de tatuajes atrapan algunas papas fritas del plato que me trajo Beckett.
"¡Eso suena divertido! Haz tu mejor tiro... A - MEE.
Me giro en mi asiento para mirarlo y me inclino un poco má s hacia él. Le entrecierro los
ojos y le susurro: "Si el cerebro fuera dinamita, ni siquiera podrías sonarte la nariz, Jude".
Sus ojos se entrecierran un poco y lentamente la sonrisa desaparece de su rostro hasta
convertirse en un puchero. Cruza los brazos sobre el pecho como un niñ o pequeñ o y mira a
Beckett.
"Ella es mala", se queja.
Le doy un codazo en el costado. “Lo siento, no te escuché allí. ¿Quién es malo?
Se queja un poco pero finalmente dice: “Savy. Savy es malo.
Asiento, bastante satisfecho conmigo mismo por poder bromear un poco con él y me giro
para mirar a la mesa nuevamente.
"¡Ella me gusta! ¿Quieres ir a casa conmigo y jugar a Clitar Hero? Tengo la puntuació n má s
alta”.
La mano que sostiene la fritura que estaba a punto de comer se congela a medio camino de
mi boca y luego me giro lentamente para mirarlo con incredulidad.
"Hay algo muy mal contigo."
Jude me mueve las cejas. "Sí, quizá s. pero creo que eso te gusta un poco. ¿No es así?
Pongo los ojos en blanco, me doy la vuelta y murmuro “Quizá s” en voz baja, lo que hace que
él lance un puñ o al aire en señ al de triunfo.
Beckett de alguna manera ha conseguido vaciar la mitad de su bandeja a estas alturas y me
señ ala una porció n de pizza enrollada. "Muy bien, hora del cuento Cenicienta".
BECKETT
El ratoncito frente a mí rompe el panecillo que agregué a su bandeja mientras dispara y
mira hacia la mesa en la que está n sentadas un grupo de chicas de la hermandad, incluida
su hermana.
Cuando Tate nos dijo por primera vez que iba a fingir una cita con una chica para mantener
a las zorras alejadas de él, pensé que estaba perdiendo la ventaja. Cuando conocí a esta
chica en la fiesta la otra noche, pensé que estaba haciendo una estafa como en esa película,
Ella es todo eso. É l iba a tomar a este don nadie y darle un cambio de imagen, convertirla en
una chica popular só lo para demostrar que podía. Salvaje, pero también algo entretenido.
Me recordó lo brutal que podía ser en nuestros días de escuela preparatoria.
Ahora no estoy muy seguro de cuá l es su juego. Savy vino este fin de semana, pasó horas
trabajando con él en sus tareas y nunca mostró ninguna señ al de estar interesado en él ni
en ninguno de nosotros. Fue extrañ o y algo refrescante. No recuerdo que alguna vez haya
habido una chica en nuestra casa con la que uno de nosotros no estuviera tirando.
Nos pidió que estuviéramos atentos a ella y que acabá ramos con cualquier charla basura
que pudiéramos escuchar sobre ella. Realmente no lo pensé mucho hasta que escuché a esa
sú per perra llamá ndola un montó n de tierra y puta. Normalmente, dejaría atrá s ese tipo de
drama femenino, pero por alguna razó n, decidí subirme al tren Savy. También podría usar
el poco poder que todavía tengo para algo bueno antes de que se acabe. Es un poco una
broma cuá nto poder ejercen los jugadores de fú tbol en esta escuela, pero no me quejaba
cuando estaba en el equipo. Ahora que estoy al margen, quién carajo sabe cuá nto durará mi
influencia.
"Vamos, cariñ o, derrama el té".
Se muerde el labio y mira de nuevo a la mesa de perras con un suspiro antes de empujar
sus grandes gafas de montura negra má s arriba de su nariz.
“Mi papá se casó con la mamá de Vanessa cuando yo tenía diez añ os. Estaba nerviosa pero
también emocionada de tener una hermana. Mi mamá murió teniéndolo, así que éramos
solo nosotros dos, mi papá y yo, durante toda mi vida. Yo... fui educado en casa, así que
nunca tuve amigos y la idea de tener una hermana era emocionante. Resultó que no tanto.
Su madre no estaba realmente interesada en tener otra hija y lo envenenó mucho antes de
que nos conociéramos. Vanessa fue una chica mala desde el principio”.
Su frente se arruga y se envuelve el suéter con má s fuerza alrededor de su cuerpo como si
estuviera tratando de darse un abrazo antes de continuar.
“Mi papá … murió … dos añ os después de casarse, dejá ndome al cuidado de alguien que
nunca me quiso en primer lugar. No... no era un gran ambiente para crecer. Creo que a
ambos probablemente les molestaba estar atrapados conmigo. Celeste me hizo ir a una
escuela secundaria real con Vanessa y digamos que ella era la abeja reina allí y me hizo las
cosas realmente incó modas. Ya no nos vemos mucho ahora que estoy en la escuela, así que
no ha sido tan malo. Pero ahora que Vanessa ha sido transferida aquí, bueno, me tiene
nuevamente en la mira”.
Miro hacia la otra mesa y veo a su hermana mirá ndonos y sonrío. No entiendo a las mujeres
y la forma en que pueden derribarse unas a otras. Desde la distancia, la hermana es el
paquete completo. Demasiados á ngulos agudos para mí, pero ella es bonita, rubia, delgada
y elegante. Sentada allí rodeada de otras chicas de su calibre, se ve bien, pero también tiene
esa fea mirada de superioridad que realmente la desanima.
Me vuelvo hacia Savy y la miro má s de cerca. Ella es todo lo contrario. Creo que puede que
sea medio linda, pero lo oculta. Su cabello oscuro está bien recogido en un moñ o, así que no
sé si es largo o mediano. No tiene ni una pizca de maquillaje y sus gafas grandes y sencillas
hacen un buen trabajo al atenuar lo que podrían ser unos ojos azules realmente bonitos.
Las tres veces que la he visto, ha estado usando ropa de gran tamañ o y sin forma que oculta
su forma, pero definitivamente no es una chica delgada. Considerá ndolo todo, su apariencia
grita "No me mires". Pero no hay nada allí que le dé a alguien una razó n para acusarla de
acoso. Savy simplemente parece ser una buena chica sin estilo y sin amigos. Es alguien que
fá cilmente se pasa por alto y se olvida.
“Hmm, entonces, ¿solo un coñ o bá sico y cotidiano? ¿No la atormentaste cuando era niñ a
para que te odiara? ¿Cortarle todas las cabezas a Barbie? ¿Robarle el novio en la
secundaria? ¿Nada?" Jude le pregunta con un brillo de picardía en los ojos.
Savy pone los ojos en blanco y niega con la cabeza. "No, y nunca he tenido novio, ni el de
ella ni el mío".
Sus ojos se agrandan y un sonrojo llena sus mejillas como si no quisiera divulgar eso.
Jude hace una mueca exagerada de asombro. "¡Qué! ¿Quieres decirme que tu primer novio
es…” susurra, “¿falso? ¿Y ni siquiera puedes bailar sin pantalones? Eso no es justo”. Se
vuelve hacia mí con una mirada conspiradora. “Beck, vamos, tenemos que dar un paso
adelante y ser los héroes aquí y ayudar a esta pequeñ a dama. Ella merece ser
recompensada por asumir todos los deberes de mierda de ser una novia. ¡Podemos darle
los premios que se merece!
Sacudo la cabeza hacia él mientras Savy se pone rojo brillante de vergü enza. Amo al chico
pero a veces desearía que tuviera un botó n de apagado. Intento quitarle algo de presió n
preguntá ndole: "¿Vas a ir al partido hoy?".
Ella hace una mueca pero asiente, picotea su comida y en realidad no come nada.
“¿No te gusta el fú tbol?”
Ella me mira y se encoge un poco. “Lo siento, ¿tú también está s en el equipo? No me
importa ver el partido, es interesante, pero no soy un gran admirador de la fiesta posterior
a la que Tate quiere que vaya”.
“¡Por supuesto que es interesante! ¿Có mo podría no ser conmigo liderando el camino hacia
cada victoria? Vas a animarme esta vez, ¿verdad, Am... uh... Savy? Pregunta Jude mientras la
golpea con ojos de cachorrito.
Entiendo lo que está haciendo, tratando de desviarlo para no tener que responderle. É l
sabe lo duro que ha sido para mí estar fuera del juego. Apilo toda mi basura y me levanto de
la mesa.
"Me tengo que ir. Los veo luego."
Savy se pone de pie de un salto e intenta pasarme mi chaqueta, pero la despido con un
gesto.
“Guá rdalo por ahora. Simplemente trá elo a casa la pró xima vez que vengas o déjalo en el
auto de Tate cuando él te recoja”.
Dejo mi bandeja al salir por la puerta y disfruto del aire frío cuando salgo. Ayuda un poco a
adormecer el dolor de saber que no jugaré con mi equipo.
TATE
La mú sica es prá cticamente ensordecedora mientras me apoyo contra la pared de la casa
de la fraternidad con Savy acurrucado entre mis piernas frente a mí. Ella tiene su espalda
contra mi pecho y yo tengo un brazo alrededor de su cintura mientras hablo con Sam y
Grayson sobre la victoria que logramos por poco. Fue una decisió n cerrada con demasiados
balones sueltos y me duele el cuerpo por haber sido capturado tres veces, pero al final
ganamos, manteniendo viva nuestra racha. Sam bebe lo que sea que haya en su vaso rojo, lo
aplasta con el puñ o y luego lo arroja por encima del hombro, donde le hace sonar a algú n
estudiante de primer añ o que no dice una mierda al respecto.
Salen en busca de má s alcohol y yo escaneo la habitació n buscando a los chicos. En cambio,
encuentro feas sonrisas y ojos llenos de juicio de demasiadas personas. Todo lo que se
necesita es una mirada oscura para que esos ojos se desvíen, pero me molesta. ¿Quiénes
carajo son ellos para juzgar con quién salgo? ¿Solo porque Savy no encaja en su molde de
có mo debería verse la novia de un mariscal de campo? Que se jodan. Soy Tate, el maldito
Valor. Haré lo que carajo quiera.
Recojo el voluminoso suéter de Savy en el dobladillo para poder deslizar mi mano debajo y
llegar a la cá lida piel de su cintura. Mientras mis dedos acarician su piel, ella se pone rígida
contra mí, así que dejo caer mi boca sobre su cuello y deslizo mis labios sobre la delicada
piel detrá s de su oreja. Mis ojos está n puestos en la multitud con una mirada de cara a cara,
pero cuando la siento temblar y fundirse nuevamente en mí, mis ojos bajan a un lado de su
cara. Arrastro ligeramente mis dientes sobre el ló bulo de su oreja y gimo cuando su trasero
empuja hacia atrá s contra mi polla en rá pido crecimiento. Dejé que mi mano recorriera su
estó mago y subiera un poco má s hasta que mi pulgar rozara la parte inferior de su pecho
cubierto de encaje. Su cabeza se inclina hacia un lado dá ndome má s acceso a su cuello y veo
sus ojos cerrados detrá s de sus grandes gafas.
Maldita sea, para ser una novia falsa, seguro que sabe có mo jugar ante la multitud. No
puedo evitar frotarme contra su trasero y tengo que recordarme a mí mismo que lo que
estamos montando aquí es un espectá culo, no el verdadero negocio. Eso se vuelve cada vez
má s difícil cuanto má s la toco y má s ella responde a ese toque.
Me encuentro pensando en esta chica mucho má s de lo que debería cuando no estamos
juntos. Quiero saber si ella realmente está tan excitada como yo cuando hacemos estas
cosas en pú blico o si simplemente es una muy buena actriz. A veces es muy difícil leer a
Savy. La siento estremecerse bajo mi toque, pero en el momento en que estamos en
privado, todas las señ ales de que me quiere desaparecen. Es un poco exasperante la forma
en que puede simplemente accionar un interruptor y volverse indiferente.
La molestia me atraviesa porque ella es capaz de apagarlo de esa manera. Ella es mi novia
falsa y hace exactamente lo que quiero que haga, pero me molesta que ella tampoco me
quiera de verdad. Agarro su barbilla y la inclino hacia mí para poder mirarla a los ojos,
tratando de descifrar a esta chica, pero una vez má s, no puedo leerla, así que la castigo
golpeando mis labios contra los de ella. Es estú pido y puramente egoísta, pero quiero que
ella sienta algo real. Mi polla palpita contra su trasero y quiero que ella sufra junto a mí, así
que profundizo el beso y enredo mi lengua con la de ella hasta que su mano sube, se
enrosca en mi cabello y tira como si me necesitara má s cerca, má s profundamente.
El celular en mi bolsillo comienza a vibrar entre nosotros y eso es todo lo que hace falta
para romper el momento. Savy se estremece y se aleja. La miro a los ojos, buscando la señ al
de que está tan desesperada por má s como yo, pero todo lo que veo es cautela y luego
parpadea y gira la cabeza. Maldiciendo con frustració n, saco el teléfono de mi bolsillo y
luego maldigo en voz alta cuando veo que es mi padre llamando. He estado esquivando sus
llamadas durante una semana y sé que si no acepto esto encontrará una razó n para venir
aquí y verme en persona.
“Tengo que aceptar esto. Quédate ahí y volveré en un momento”, le digo a Savy e ignoro el
destello de inquietud que veo en su rostro mientras lanza una mirada alrededor de la
abarrotada casa de la fraternidad. Deslizo el dedo para contestar el teléfono y lo golpeo
contra mi oreja mientras me abro camino hacia la puerta principal.
"Sí, só lo dame un minuto para llegar a un lugar tranquilo, papá ".
Lo que dice queda ahogado por el ruido de la mú sica hasta que bajé las escaleras y salí al
patio delantero. Sigo caminando, no quiero que nadie escuche esta conversació n y él debe
escuchar el silencio porque se lanza al ataque de inmediato.
"¿Qué está pasando contigo? ¡Apenas lograste esa victoria por los pelos! Me avergonzó esa
jugada del primer cuarto cuando tú …”
Le dejo analizar mis errores jugada por jugada, sabiendo que nada de lo que diga, ninguna
excusa le importará . Mis hombros se tensan má s y má s a medida que él analiza cada
aspecto de mi tiempo en el campo hasta que estoy listo para atravesar algo con mi puñ o.
"¿Dó nde está tu cabeza? Porque seguro que no estaba en ese campo esta noche. ¡Tienes que
sacar la cabeza del culo y concentrarte! Ningú n cazatalentos te dará una segunda mirada
jugando así. ¿Es eso lo que quieres? ¿Quieres ser simplemente otro jugador fracasado que
termina vendiendo autos para ganarse la vida?
Quiero gritarle: "¿Te gusta?" pero sé que me haría pagar por ello, así que solo murmuro:
"No, señ or". No se gana la vida vendiendo autos, pero fracasó como jugador, no lo
suficientemente bueno como para llegar al draft.
“¿Qué carajo es eso que escuché acerca de que ahora tienes novia? ¿Qué te dije sobre eso?
Puedes follar todo el coñ o que quieras pero deja esa mierda de corazones y flores en paz.
¡No puedes darte el lujo de que una perra tonta descarrile tu futuro! Lo siguiente que
sabrá s es que ella quedará embarazada y tú tendrá s que pagar la manutenció n de los hijos
durante los pró ximos dieciocho añ os. Joder, Tate, ¿realmente eres tan estú pido?
Reprimo una maldició n. Ni siquiera quiero saber có mo se enteró de Savy. Este maldito
bastardo tiene ojos por todas partes. Lo necesito fuera de mi espalda, así que con una
mirada rá pida a mi alrededor para asegurarme de que nadie me escuche, le cuento todo.
“¡Ella no es mi novia, es una jodida suplente! Necesitaba algo de espacio para mantener a
todas estas malditas perras cazafortunas fuera de mi espalda. Tenemos un trato. Ella finge
ser mi novia y me ha estado ayudando a mantener mis calificaciones. Eso es todo. ¡Ella no
es nada y toda mi atenció n está en el maldito juego, papá !
"Cuida tu tono conmigo, hijo", gruñ e. “¡Será mejor que recuerdes quién paga la cuenta por
tu presencia allí y muestres un puto respeto! Hasta que firmes un contrato por un acuerdo
multimillonario, soy dueñ o de tu trasero y hará s lo que te diga. Ahora deja a la maldita
chica y vuelve a meter la cabeza en el juego o tendremos esta conversació n en persona.
"Estoy..." Un vistazo rá pido a la pantalla y veo que ya ha colgado y no quiero nada má s que
tirar mi teléfono al á rbol má s cercano, rá pidamente siguió mi puñ o, pero en lugar de eso
dejé escapar un rugido de maldiciones y luego deslicé mi puñ o. teléfono de nuevo en mi
bolsillo.
¡Mierda! Abril no puede llegar lo suficientemente pronto. En el momento en que firmo un
contrato con mi nombre, termino con él y su mierda controladora. Me froto la cara con las
manos con frustració n e ira. Gano algo de dinero con patrocinios, pero no lo suficiente para
cubrirlo todo. Jude gana dinero con sus negocios. Necesito hablar con él y ver si sabe algo
má s que pueda descubrir. Cuanto antes pueda librarme del pulgar de ese imbécil, mejor.
Me giro para regresar a la fiesta y veo a Jude salir con un brazo sobre los hombros de Savy y
una sonrisa maliciosa en su rostro junto con una mancha de sangre cerca de su boca. Beck
los sigue y cuando nuestras miradas se encuentran, veo ira ardiendo en ellos. Só lo suspiro y
espero a que me alcancen para descubrir qué má s salió mal esta noche.
SALVO
Saco mi teléfono y lo uso como escudo cuando Tate me deja sola para atender su
llamada. Mi corazó n todavía está acelerado por ese ú ltimo beso y la sensació n de sus dedos
contra mi piel desnuda. Este trato falso se vuelve cada vez má s difícil para mí cada vez que
estamos juntos en pú blico. Nunca nadie me ha tocado de la forma en que Tate me toca y
siento que estoy constantemente tensa, nerviosa. El breve tiempo que estuve con Hunter
fue todo manoseos mientras él me despojaba de mi ropa como si estuviera en una carrera
hacia la línea de meta, no suya. Pero con Tate... ha sido como una sesió n de una semana de
lo que siempre pensé que serían los juegos previos. Estoy tan listo para el acto final y saber
que eso nunca sucederá lo hace aú n peor.
Una gran presencia golpea la pared a mi lado y se acerca, haciéndome levantar la cabeza de
mi teléfono. Es uno de los chicos con los que Tate había estado hablando antes. El olor
fétido a ginebra rancia me envuelve mientras él exhala en mi espacio. Intento alejarme para
poner algo de distancia entre nosotros, pero una de sus grandes manos golpea la pared al
otro lado de mí, enjaulá ndome.
“Debes tener un coñ o bañ ado en oro debajo de toda esa ropa de tía Betty para enganchar a
un tipo como Tate. ¿O es tu juego mental? ¿Chupas una buena polla, chica nerd?
Mis hombros se levantan y literalmente puedo sentir que me encojo ante sus crudas
palabras, pero antes de que pueda pedirle que me deje en paz, interviene otra voz.
“Tiene que ser esa boca. Me he follado a ese coñ o lleno de telarañ as. Seco como un desierto,
hombre. Gracias a Dios ella era virgen, así que tenía un poco de sangre para lubricar las
cosas”, dice Hunter riendo mientras se desliza desde un lado.
La humillació n me inunda mientras las lá grimas llenan mis ojos. Intento agacharme bajo el
brazo del chico, pero él me agarra y me inmoviliza con una mano grande entre mis pechos.
“¿Así es, chica nerd? ¿Tienes una boca que hace trucos? ¿Qué tal si te arrodillas y me lo
muestras? A Tate nunca antes le había importado compartir. No puedo imaginarlo
preocupá ndose por alguien como tú .
Estoy a una fracció n de segundo de gritar pidiendo ayuda cuando el tipo empapado de
ginebra frente a mí es arrancado y golpeado contra el pecho de Beckett. Jude me guiñ a un
ojo rá pidamente y luego se gira hacia él mientras veo a Hunter deslizarse lejos por el rabillo
del ojo.
"Mejor aú n, ¿qué tal si te arrodillas y me chupas la polla, Sam? ¿Veamos si tu boca sirve
para algo ademá s de sacar basura? Jude se burla de él mientras Beckett lo sujeta de los
brazos para mantenerlo en su lugar.
“¿Qué diablos, Judas? ¿Te la está s follando también? ¡Deja en paz, solo estaba jugando con
esa perra!
La mirada oscura que cruza los ojos de Jude hace que un escalofrío recorra mi espalda y mi
respiració n se acelere. Todas las tonterías divertidas que normalmente veo en él se han ido.
En su lugar hay un hombre del que deberías… huir…. Debería tener miedo de en quién se ha
convertido este tipo frente a mis ojos, pero en lugar de eso, me inclino un poco má s para
ver exactamente qué va a hacer. É l ríe con una risa sin humor.
“¿Sabes qué? Cambié de idea. No quiero que ese tú nel del herpes se acerque a mi pene, pero
aquí tienes algo má s para que chupes”.
El puñ o de Jude vuela má s rá pido de lo que puedo creer para golpear a Sam justo en la
boca. La violencia repentina debería ser impactante para mí, pero en cambio, mi nú cleo se
aprieta y se calienta. Este tipo que apenas conozco acaba de golpear a otro… para mí… y eso
le canta a algo muy profundo y oscuro en mí. Trago fuerte cuando se inclina hacia mí y
limpia un poco de la sangre que ha florecido en la boca de Sam con su pulgar y la lame.
“No la miras, no le hablas y, joder, no la tocas. Há zselo saber a los demá s. Ella está fuera de
los límites. Si tengo que tener esta conversació n otra vez... no te lameré la sangre... me la
beberé. ¿Me oyes? Jude le dice en el tono má s frío que jamá s haya escuchado y luego mueve
esos ojos fríos, planos y dorados en mi direcció n. Un parpadeo y vuelven a calentarse y él
me golpea con su sonrisa habitual.
“¿Lista para salir de aquí, muñ eca? ¡Podríamos volver a nuestra casa y fingir que somos
canadienses y golpear a los castores! Bromea, tratando de calmarme.
Todo lo que puedo hacer es asentir lentamente, tomar la mano que me ofrece y dejar que
me saque con Beckett a mi espalda.
BECKETT
Me siento en las gradas del estadio viendo lo que solía ser mi equipo realizar ejercicios
durante la prá ctica y trato de no expresar mi enojo para que todos lo escuchen. Acabo de
tener mi ú ltima reunió n con el equipo médico y obtuve la respuesta final que temía. Mi
carrera futbolística ha terminado oficialmente. Demasiado dañ o hecho y demasiada
debilidad para ser de alguna utilidad para el equipo. Dejo caer mi cabeza entre mis manos y
trato de respirar a través de la desesperanza que amenaza con consumirme al ver que me
arrebatan mi ú ltima esperanza.
¿Qué carajo se supone que debo hacer ahora? El fú tbol ha sido la ú nica constante en mi vida
desde que me puse las protecciones por primera vez. No tengo nada má s. Mi padre me
envió a un internado un mes después de la muerte de mi madre y apenas me ha reconocido
desde entonces. Cuando iba a casa de vacaciones, a menudo era a una casa vacía con solo
una mujer a la que le pagaba para que me cuidara mientras él se iba con cualquier tonta con
la que se estuviera follando en ese momento. Sé que ese bastardo me daría un trabajo
después de graduarme, pero ¿cuá l es el punto de eso? Estar solo en un trabajo que no me
interesa ni me apasiona me parece una sentencia de muerte.
Miro hacia arriba y veo a Tate lanzar una espiral perfecta hacia Jude campo abajo y dejarse
caer en el asiento. Esa es mi familia ahí abajo. ¿Có mo se supone que voy a marcharme y no
volver a estar con ellos nunca má s?
Tate y yo nos conocimos en la escuela preparatoria cuando teníamos trece añ os.
Conectamos enseguida tanto dentro como fuera del campo. Dado que ambos teníamos
padres de mierda y amá bamos el fú tbol, fue un vínculo fá cil y terminamos viviendo juntos
hasta la graduació n. No se trataba de que los dos fuéramos a la misma universidad y
tocá ramos juntos. Sabíamos que podríamos terminar en equipos diferentes después del
draft, pero teníamos un plan para hacer nuestro mejor esfuerzo para intentar ir juntos.
Conocimos a Jude y Ash cuando éramos estudiantes de primer añ o y los cuatro
simplemente hicimos clic. Ash no juega, pero participa en el equipo, realiza prá cticas y se
ofrece como voluntario para adquirir experiencia junto con la carrera de medicina
deportiva en la que está trabajando. Los ú ltimos dos añ os jugando, festejando y viviendo
juntos nos han unido a nuestro pequeñ o grupo familiar donde ahora también pasamos
juntos la mayor parte de nuestras vacaciones. Ahora todo eso llegará a su fin. Ash y yo nos
quedaremos aquí este añ o y el pró ximo para completar nuestros títulos, pero Tate y Jude
será n reclutados y se irá n cuando termine este añ o y nunca me he sentido tan jodidamente
perdido.
Ash se deja caer en el asiento junto al mío y patea sus botas de motociclista en el asiento
frente a él. No dice nada, sabe por qué estuve aquí hoy. Nos sentamos y observamos al
equipo realizar sus ejercicios y jugar en silencio hasta que termina la prá ctica y luego
bajamos las escaleras hacia el campo. Ese idiota, Sam, me ve y me señ ala con el dedo con
una sonrisa y desearía haber sido yo quien probó su sangre la otra noche.
"¿De qué trata eso?" Ash pregunta riendo.
Aprieto los puñ os pensando en lo satisfactorio que sería golpear a alguien en este
momento.
La otra noche fue tras la chica de Tate. La tenía inmovilizada contra una pared y la estaba
hablando mal. La asustó un poco y Jude le disparó .
Ash arquea una ceja. “¿El falso?” Cuando asiento, él pone los ojos en blanco. "Entonces, ¿por
qué Sam está enojado contigo?"
Sonrío. "Podría haberlo estado manteniendo en su lugar para ese disparo".
Ash niega con la cabeza. “¿Jude y tú intentando conseguir vuestras insignias de héroe boy
scout? Todo ese asunto es jodidamente extrañ o si me preguntas. Lo que no entiendo es que
si él iba a hacer algo así, ¿por qué elegiría a una ratoncita como ella?
Só lo me encojo de hombros. "No lo sé, pero una chica como ella no merece ser arrojada a
los lobos de esa manera".
Me mira de reojo. “¿Una chica como ella? ¿Lo que significa eso?"
Pongo los ojos en blanco ante lo idiota que es. “Significa que ella es agradable. Ella no es
como las perras normales que acuden a nosotros. Esa chica no quiere estar cerca de
ninguno de nosotros. Simplemente quedó atrapada en un asunto de mierda”.
É l no dice nada al respecto, pero ahora estoy pensando en unos ojos azules asustados
detrá s de unas gafas demasiado grandes.
SALVO
He sido la novia falsa de Tate durante dos semanas y poco a poco estoy empezando a
perder la cabeza. Siento que tengo un latigazo de la versió n pú blica de nosotros y de la
versió n privada. Cuando salimos a cualquier parte, él constantemente me toca, me besa y
me mira como si fuera el aire que necesita para sobrevivir. La atenció n ha mantenido mi
cuerpo en un estado casi constante de excitació n que el cuidado personal ni siquiera toca
para aliviarlo. Luego, en privado, se dedica a sus tareas escolares y apenas me mira. Me está
molestando la cabeza.
Eso ni siquiera toma en cuenta todo el asunto de Asher. El solo hecho de estar cerca de él
sin mi má scara en su casa me convierte en un imbécil con la cara roja y farfullando. No creo
que haya sido capaz de unir dos palabras para hablar con él cada vez que él ha estado cerca.
Es completamente ridículo. No sé cuá nto tiempo má s podré hacer esto.
Termino de empacar mi bolso con todo lo que necesitaré para una sesió n de estudio y los
productos horneados necesarios que Jude ahora exige para entrar a la casa y pedir mi Uber.
Al menos anoche no tuve que ir a una fiesta posterior porque el equipo estaba jugando
fuera de casa. Por mucho que intento ignorar las palabras susurradas y las miradas
desagradables que me envían, se está volviendo viejo. No quiero volver a ir a otra de esas
fiestas después de lo que pasó con Sam y Hunter. No importa lo caliente que fuera que Jude
golpeara al chico por mí.
Salgo por la puerta principal de mi edificio de apartamentos e inmediatamente siento el
duro mordisco del invierno en el aire. Me enrollo mi larga bufanda de lana alrededor de mi
cuello unas cuantas veces má s y tiro de la cremallera de mi larga chaqueta de invierno
hacia arriba para protegerme del frío. Afortunadamente, el coche se detiene poco después,
así que no tengo que quedarme mucho tiempo en el frío. Cuando nos detenemos frente a la
casa, Beckett y Asher está n en el camino de entrada descargando bolsas de comestibles de
la camioneta de Beckett para llevarlas adentro. Rá pidamente salgo y corro para agarrar
algunos y ayudar a asimilarlos. Eso me hace levantar una ceja por parte de Ash y un
"Gracias, cariñ o" por parte de Beckett.
Los sigo y, después de quitarme las botas, me uno a ellos en la cocina para agregar mis
bolsas a una pila enorme.
"Vaya, ¿dejan algo en la tienda para los demá s compradores?" Bromeo en direcció n a
Beckett, todavía incapaz de hablar directamente con Ash sin quedar en ridículo.
Tate se une a nosotros y me responde mientras comienza a descargar bolsas.
“Aprovisioná ndonos para la tormenta y los cuatro comemos mucho. ¿Trajiste esas
anotaciones?
Le doy una sonrisa tensa y asiento. Bien, no en pú blico, así que vuelve a ser un hombre de
negocios. Me acerco a la mesa del comedor para descargar mi bolso y unos segundos
después de sacar la caja de galletas de la panadería, Jude está allí robá ndola. Me guiñ a un
ojo y desaparece tan rá pido como apareció . Me acomodo en mi asiento pero puedo oírlos a
todos hablando en la cocina.
“Deberíamos invitar a algunas chicas. Si nos neva, podemos capear la tormenta siendo
montados”, oigo decir a Jude mientras come un bocado de galleta. “Fó llame, esa chica tiene
algo de magia de cocina al nivel de Harry Houdini. Tienen que probar uno de estos”.
Si bien aprecio que le guste có mo horneo, no estoy muy interesado en quedar atrapado en
esta casa durante sex-a-palooza, así que tomo mi teléfono y reviso el pronó stico del tiempo.
Se prevé una tormenta, pero se supone que no comenzará hasta algú n momento de la
noche. Saldré de aquí con tiempo suficiente para perderme el comienzo, pero necesito
comunicarme con el trabajo para ver si mantendrá n abierto el club. Si va a haber una
tormenta, necesito estar a salvo en mi cama con las mantas sobre mi cabeza para
bloquearlo todo. He progresado mucho en terapia a lo largo de los añ os, pero todavía sufro
cada vez que hay una tormenta de nieve. No, el ú ltimo lugar donde puedo estar es en
pú blico si azota una tormenta.
Tate se sienta a mi lado y enciende su computadora portá til para que podamos ponernos a
trabajar. Lo pasa para que pueda comprobar su progreso y me pierdo en ediciones y
sugerencias para reafirmar su postura sobre la tarea actual.
TATE
Aprieto la bola antiestrés una y otra vez mientras intento ignorar a mi novia falsa
sentada a mi lado. Algo que cada vez es má s difícil de hacer. De alguna manera, esta chica se
me ha metido en la piel y me cabrea. Cada vez que la toco ahora, cuando estamos montando
un espectá culo, se vuelve má s difícil retroceder. No tiene ni idea de có mo sus pequeñ os
gemidos y gemidos hacen llorar mi polla. Nunca he tocado a una mujer tan jodidamente
lista para ser atacada. No puedo creer que esté fingiendo sus reacciones cuando nos
besamos, pero tiene que actuar para poder apagarlo tan rá pido y luego alejarse, ¿no?
Savy es todo lo que quería en una novia falsa y ella cumplió su cometido perfectamente.
Ella aparece cuando y donde yo digo y luego se va para dejarme hacer lo mío sin quejarme.
Ella me ayudó a controlar el trabajo en el que me había retrasado y sus indicaciones para
que profundizara má s hicieron que mis tareas fueran incluso mejores que cualquier cosa
que hubiera podido hacer antes.
La miro y mis ojos inmediatamente bajan a su boca y trato de no gemir. Está
completamente absorta en lo que está leyendo y sin pensar muerde y chupa la punta de su
bolígrafo. Y creo que es por eso que estoy en este lío.
Ella ni siquiera intenta sacar má s de mí y eso no es algo a lo que estoy acostumbrado. Creo
que necesito follarla y sacarla de mi sistema. Só lo la quiero porque no está interesada. Eso y
no me he tirado a nadie desde el verano. Esa tiene que ser la razó n. Ella no es mi tipo, ni
siquiera es bonita con su ropa holgada de vieja. Levanto la mirada hacia su cabello castañ o
oscuro que siempre está recogido en un moñ o y me pregunto si es tan suave como parece.
Si es lo suficientemente largo como para envolver mi puñ o en él mientras yo...
"¿Tengo algo en el pelo?"
Su pregunta en voz baja me hace apartar los ojos de su moñ o y encontrarme con sus ojos
azules detrá s de sus gruesas gafas. Aprieto la bola antiestrés aú n má s fuerte para evitar
estirarme y quitarme esas gafas para poder ver mejor sus ojos. En cambio, sacudo la cabeza
con el ceñ o fruncido y vuelvo a leer. Se ha oscurecido la habitació n, así que me levanto de
un salto y me acerco para presionar el interruptor de la luz para iluminar las cosas. Cuando
voy a sentarme de nuevo, veo a Savy mirando su reloj y luego su teléfono.
"¿Qué pasa? ¿En algú n lugar necesitas estar? Le pregunto, esperando al mismo tiempo que
su respuesta sea sí y no.
Mira hacia el enorme ventanal que da al patio trasero, pero las persianas está n cerradas
bloqueando la vista y luego suspira.
“Sí, debería salir. No quiero quedar atrapado en la tormenta que se avecina”. Ella se levanta
y comienza a recoger sus cosas y yo también.
“Sin duda, eso es inteligente. Escucha, tengo eso el jueves, esa cena de refuerzo. ¿Todavía
está s de acuerdo con ir conmigo?
Sus manos se congelan cuando alcanza un libro. Es só lo por medio segundo pero lo noto.
"Ese es, um, ese es el evento formal que mencionaste, ¿verdad?"
Se me ocurre un pensamiento y maldigo en voz baja. Tiene dos trabajos, por lo que es
posible que no pueda permitirse ropa formal.
"Es. ¿Tienes un vestido que funcione? Estoy bien pagando por uno si no tienes dinero en
efectivo para ello. Esa cena está fuera de lo que acordamos, por lo que no deberías tener
que pagarla de tu bolsillo”.
Un rubor sube por su cuello hasta sus mejillas y me molesta lo jodidamente lindo que
encuentro su rubor ahora y có mo me pregunto si ese rubor se extenderá por todo su
cuerpo cuando esté excitada.
"Estoy bien. Quiero decir, tengo un vestido que funcionará . Está bien. Voy a estar allí."
"Bien grandioso. Te lo agradezco. Este tipo de cenas generan mucho dinero para el equipo,
pero son jodidamente aburridas y hay muchos pumas merodeando por ellas, así que será
bueno no tener que ir solo”.
Sus labios se juntan en una sonrisa plana mientras se cuelga el bolso al hombro y se agarra
la chaqueta hinchada y la bufanda. Abre la aplicació n del coche en su teléfono y, por alguna
razó n, no estoy lista para que se vaya.
“No te preocupes por eso. Te llevaré a casa.
Ahora que pienso en ella con dos trabajos, me doy cuenta de cuá nto probablemente gasta
en Ubers de aquí y de regreso. Joder, no sé casi nada sobre la mujer que ha sido mi novia
falsa durante dos semanas y pensé que eso era lo que quería pero ahora no estoy tan
seguro.
"Nos vemos chicos", llama a la sala de estar. “Jude, ten cuidado con esas galletas. No habrá
má s entregas hasta que pase la tormenta”, bromea, y me molesta que ella parezca tener una
relació n má s fá cil que ella con Jude y Beck, que está n tumbados en el sofá enfrascados en
algú n juego de zombies. conmigo.
“No te preocupes, muñ eca. Si esto se prolonga demasiado, contrataré un trineo y un equipo
de perros y me abriré camino hasta tu casa. Podemos acurrucarnos y tú puedes darme de
comer todos tus dulces trozos de panadería.
Ella se ríe y niega con la cabeza. "¡Hasta luego, bicho raro!"
Me pongo la chaqueta mientras Savy se pone las botas, pero cuando abre la puerta
principal para salir, se detiene en seco. Miro má s allá de ella y todo lo que puedo ver es
blanco. La tormenta llegó temprano y, por lo que parece, puede ser peor de lo que pedía el
pronó stico. La nieve ya se está acumulando y cae con fuerza.
Savy emite un leve sonido de angustia, pero es el blanco brillante de sus nudillos aferrados
al marco de la puerta lo que me dice que algo no está bien. La alejo suavemente de la puerta
y puedo sentir de inmediato que está temblando.
“Oye, oye, está bien. Te llevaré a casa”.
Cuando se gira para mirarme, veo que toda la sangre ha desaparecido de su rostro y sus
ojos está n enormes y vidriosos de terror. Su cabeza comienza a temblar de lado a lado
mientras su respiració n se acelera y no tengo idea de qué carajo está pasando con ella, pero
estoy empezando a entrar en pá nico.
Ash baja las escaleras saltando, mira en nuestra direcció n y luego continú a, solo para darse
la vuelta y regresar. É l revisa su rostro, su respiració n, la forma en que retuerce los dedos, y
luego pasa junto a ella y cierra la puerta de golpe. Savy deja escapar un extrañ o gemido de
alivio y luego deja caer la cabeza entre las manos.
"¿Qué carajo acaba de pasar?" Le pregunto, sintiéndome completamente fuera de mi
alcance.
Ash se encoge de hombros con una expresió n casi aburrida en su rostro. “Si tuviera que
adivinar, algú n tipo de respuesta al trauma. Me pareció un ataque de pá nico que se estaba
apoderando de mí”.
Lo miro como si tuviera dos cabezas. "¿Trauma? ¿A qué? Simplemente me ofrecí a llevarla a
casa”.
Me mira como si fuera un completo idiota y sacude la cabeza, se da vuelta para alejarse
mientras grita: “¿En serio? Obviamente fue el maldito apagó n, algo relacionado con la nieve
o las tormentas.
Savy deja caer las manos y parpadea un par de veces y luego se gira hacia la puerta cerrada
y respira profundamente. “Lo siento, lo siento… uh… mala experiencia en una tormenta. Lo
siento, me asusté”.
Le quito el bolso del hombro, lo dejo caer al suelo y la atraigo hacia mí para darle un abrazo
que tal vez necesite má s que ella.
"Joder, eso se intensificó rá pidamente".
Ella murmura otra disculpa en mi pecho pero solo le doy otro apretó n a través de su
chaqueta hinchada. “No te preocupes por eso. Puedes quedarte aquí y capear la tormenta
con nosotros. Vamos, salgá monos de esta y veamos qué podemos preparar juntos para la
cena.
Savy no protesta, simplemente regresa directamente a la mesa del comedor y se sienta sola
con la cabeza gacha mientras juguetea con su teléfono. Quiero preguntarle si está bien,
preguntarle qué le pasó para tener tanto miedo a una simple tormenta invernal pero creo
que está avergonzada así que la dejo en paz por ahora. Veo a Ash mirá ndola con el ceñ o
fruncido de vez en cuando mientras preparamos una sencilla cena de pasta, pero él
tampoco dice nada. Beck y Jude se unen a nosotros en la mesa cuando está lista y la miran
fijamente, pero los apago con un corte en el cuello. Coloco un recipiente frente a ella y un
vaso de agua, pero cuando ella no levanta la vista ni dice nada, coloco una mano en su
hombro y le doy un codazo.
"Tener algo para comer. Te hará sentir mejor”.
Ella asiente como un robot, toma su tenedor y le da unos cuantos bocados, así que me
siento a comer a su lado. Los chicos y yo la dejamos sola mientras charlamos sobre el
ú ltimo juego y lo que se avecina y, lentamente, veo que la tensió n comienza a abandonar
sus hombros. Cuando todos terminamos de comer, Jude no puede soportarlo má s.
“¿Savy? ¿Muñ eca inteligente?
Ella levanta lentamente la cabeza y veo que sus ojos han perdido ese brillo aturdido pero
ahora está n llenos de una tristeza que de alguna manera encuentro que es peor.
“No estés triste, muñ eca. Puedes quedarte con la ú ltima galleta”.
Una ridícula cantidad de alivio me llena cuando sus labios tiemblan en una pequeñ a sonrisa
y niega con la cabeza.
"Gracias, Jude, pero sigue adelante y tó malo".
Echa la cabeza hacia atrá s como si estuviera dando las gracias. “¡Ugg, gracias a Dios! Pensé
que realmente iba a tener que dá rtelo”.
Saca una galleta del bolsillo de su camisa y se la mete toda en la boca, lo que hace que Savy
se eche a reír.
Todos colaboramos en las tareas de limpieza y, tan pronto como se guarda el ú ltimo plato,
Jude arrastra a Savy a la sala de estar y le pone un mando de juego en las manos.
“Gracias, pero no exagero cuando digo que literalmente no tengo idea de có mo usar uno de
estos”, le dice.
"¡Eso es perfecto! El ganador será la cuchara grande esta noche en mi cama”.
Intenta devolverle el control, pero Beck se lo quita de las manos y la empuja sobre el sofá .
"Aquí, cariñ o, te mostraré có mo usarlo".
Savy suelta una carcajada. “Bien, pero no hay apuesta. ¿Dormiré en el sofá a menos que
ustedes tengan una habitació n libre que pueda prestarme?
Beck pasa un brazo alrededor de su cintura para poder sostener un lado del controlador.
"Lo hacemos, pero actualmente está lleno de equipos de gimnasio, lo siento".
Le muestran los entresijos del juego y Jude grita: "¡Dispá rales en la cabeza!".
constantemente.
Ash se deja caer en la silla a mi lado y se acerca para que los demá s no puedan oírlo.
“Sea lo que fuere, no desapareció simplemente. No la dejes dormir en el sofá esta noche.
Seguramente tendrá pesadillas. Llévala a tu habitació n. No me importa si finges follarla o
no. Simplemente no la dejes sola”.
Ash se recuesta en su silla y vemos a Savy ser asesinado una y otra vez por zombies. Para
alguien que nunca ha jugado antes, lo aprende bastante rá pido después de la primera
masacre. Después de una hora, ha subido algunos niveles y se ríe y entra en el juego, pero
cuando llega al gran jefe, se encuentra con su rival. Me recuesto y observo có mo ella se
pone de pie de un salto como si eso le diera una ventaja de alguna manera. Su frente está
arrugada por la concentració n y se muerde el labio inferior de la manera má s linda
mientras sus pulgares vuelan sobre el controlador. Ya sé que va a perder incluso con Jude y
Beck gritando consejos y movimientos, pero cuando el jefe la saca, todo su cuerpo cae y casi
parece que va a llorar.
Savy se aleja de la pantalla y susurra: "Me comió la maldita cara".
Jude aú lla de risa señ alá ndola. “¡Amy acaba de decir joder! No pensé que ni siquiera
supieras malas palabras.
Ella le arroja el control y se deja caer en el sofá .
“Conozco muchas malas palabras. Simplemente las digo mentalmente en lugar de en voz
alta”.
Beck se inclina hacia ella y le levanta la barbilla. “Apuesto a que hay muchas cosas que
mantienes encerradas en esa cabeza tuya. Deberías decirlas en voz alta, cariñ o. Sería mucho
má s divertido de esa manera”.
Los ojos de Savy caen hasta su boca y cuando su pequeñ a lengua rosada se desliza para
mojar su labio inferior, decido que la noche ha terminado.
“Esto es un resumen para nosotros. Vamos, Savy. Te conseguiré algo para dormir.
Le tiendo la mano hasta que la toma, la levanto del sofá y la llevo escaleras arriba. Cierro la
puerta de mi habitació n detrá s de nosotros y me apoyo en ella, observá ndola contemplar
mi habitació n. Cuando se gira para mirarme, empujo la puerta y voy a mi có moda para
conseguirle un par de boxers y una camiseta para dormir. Se los entrego y señ alo la puerta
al lado de mi armario.
"Puedes cambiarte allí, es un bañ o".
Ella duda como si fuera a rechazarlos, pero finalmente me los quita y va al bañ o sin decir
una palabra. Miro mi cama California King y considero si es una buena idea o no. No lo es y
lo sé, pero Ash no se equivoca al decir que probablemente no debería dormir sola esta
noche. Só lo necesito mantener mis manos quietas. Follarme a Savy só lo me complicaría
todo. Las cosas está n funcionando con nuestro trato. Lo ú ltimo que necesito es arruinarlo
todo porque una chica tímida se me ha metido bajo la piel.
Me quito la camisa y me bajo los jeans, los cambio por un par de pantalones cortos
deportivos y luego me meto en la cama. Me acuesto boca arriba con las manos detrá s de la
cabeza y espero a que salga. Cuando finalmente lo hace, se queda inmó vil al verme ya en la
cama y luego corre rá pidamente hacia la puerta.
“Gracias por la ropa. Te veré mañ ana, Tate”.
“Savy, no vas a dormir en el sofá . Esos tipos estará n despiertos durante horas y no
tendremos ningú n lugar donde estar mañ ana. Puedes dormir aqui. Es una cama grande, ni
siquiera sabré que está s en ella”.
Su mano está extendida para alcanzar el pomo de la puerta y permanece allí mientras ella
juega en todos los á ngulos de sus elecciones o la falta de ellas. Después de unos momentos,
vuelve a caer a su lado y ella se gira para mirarme. Ella estudia mi cara y lo que sea que ve
allí le decide. Su voz es tranquila cuando dice "Está bien", se mueve hacia el lado opuesto y
se sienta de espaldas a mí.
Observo có mo deja sus gafas en la mesa de noche y luego levanta la mano y comienza a
desenrollarse el cabello. Prá cticamente estoy conteniendo la respiració n hasta que toda esa
seda castañ a cae por su espalda en ondas. Cuando el olor a duraznos me golpea, tengo que
reprimir un gemido y obligarme a alejarme y apagar la luz. Esta va a ser una maldita noche
larga.
SALVO
Cuando me despierto, tengo los ojos doloridos y arenosos, lo que me indica que estaba
llorando mientras dormía otra vez. Ha pasado un añ o desde la ú ltima vez que sucedió y sé
que fue el apagó n lo que lo desencadenó . Han pasado casi nueve añ os desde el accidente,
pero a veces me siento como si fuera ayer cuando me llega un recordatorio de esos
aterradores dos días y medio que cambiaron mi vida para siempre.
Me acurruco má s profundamente en el calor que me rodea y es entonces cuando me doy
cuenta de que Tate está envuelto a mi alrededor por detrá s. Su frente está presionado
contra mi espalda, nuestras piernas está n enredadas, uno de sus brazos está debajo de mí
envuelto alrededor de mi cintura y el otro está encima de mí con su mano sosteniendo mi…
pecho.
Me quedo completamente quieta y apenas respiro mientras hago un balance de lo
jodidamente increíble que se siente estar abrazada así. La cara de Tate está enterrada en mi
cabello y puedo sentir su cá lido aliento en mi cuello haciendo que se me ponga la piel de
gallina por todo el cuerpo. Pero es la dura longitud presionada contra mi trasero lo que
hace que el calor arda entre mis piernas. Cierro los ojos y me permito sentir cada
centímetro de su piel caliente contra la mía porque sé que tan pronto como despierte, se
alejará .
No sé cuá nto tiempo estuve allí perdida en la sensació n de él contra mí, pero cuando su
gran mano se flexiona contra mi pecho, respiro un pequeñ o suspiro de placer. Presiona con
má s fuerza mi trasero y sus labios se mueven sobre la sensible piel de mi cuello mientras
empuja mi cabello hacia un lado.
La voz de Tate suena ronca por el sueñ o cuando murmura: “Esta es una buena manera de
despertar. Nunca antes había tenido una chica a dormir.
No sé qué decir, así que me quedo en silencio, mordiéndome el labio mientras sus dedos
rozan mi pezó n puntiagudo a través de la tela de la camiseta que llevo puesta.
"Eres tan cá lida, tan suave".
La mano envuelta alrededor de mi cintura se desliza debajo de la banda de los boxers que
llevo para trazar el hueso de mi cadera. Intento permanecer quieta y en silencio, temerosa
de romper su trance de sueñ o mientras sus dedos patinan sobre mi piel.
É l lanza un gruñ ido bajo contra mi cuello y luego sus labios se cierran sobre mi piel,
enviando un temblor a través de mi cuerpo y siento sus labios curvarse en una sonrisa
mientras aprieta su dura longitud contra mi trasero.
“¿Quieres empezar bien el día? Podemos librarnos el uno del otro, sin ataduras.
Cuando todavía no respondo, sus dedos se deslizan hacia abajo y se mueven en círculos
lentos contra mi bajo vientre. Está tan cerca de donde anhelo que me toque que mis
caderas se mueven un poquito para acercarme a su mano. Su risa baja llena mi oído
mientras muerde suavemente el ló bulo de mi oreja.
“Tienes que decir que sí si quieres má s, niñ a. Incluso las novias falsas necesitan dar su
consentimiento”.
Su voz baja es como un secreto en mi oído. Como si esto fuera solo entre nosotros. Un
momento fuera del trato que tenemos entre nosotros. No soy estú pido, sé que esto no
significará nada pero deseo desesperadamente tenerlo. Quiero borrar la decepció n que
tuve con Hunter con lo que sé que será un mejor recuerdo. Ademá s, me duele el coñ o y me
ruega que diga que sí, así que me rindo. Me rindo, me presiono contra él y exhalo: "Sí".
Murmura "Buena chica" mientras su mano deja mis boxers para poder bajarlos y levantar
mi camisa. Siento su polla desnuda y caliente frotá ndose contra mí y se siente como el
mejor tipo de pecado. La mano en mi pecho se desliza debajo de la camisa y es como si su
mano y sus dedos estuvieran hechos solo para mis pechos porque encajan perfectamente
en su mano. Mi respiració n se acelera cada vez má s, pero cuando sus dedos rozan mi coñ o
desnudo y gime contra mi cuello, explota en un gemido de necesidad desesperada.
No hay bromas aquí mientras sus dedos se deslizan en el calor hú medo entre mis pliegues y
me acarician firme y rá pido. Mis caderas se mueven contra su mano, queriendo má s de la
gloriosa sensació n que ha iniciado dentro de mí y Tate me iguala con un empujó n de su
polla contra mí.
“Jesú s, está s tan jodidamente mojada, cariñ o. ¿Esto es para mí? ¿Me quieres, Savy? ¿Quieres
que te folle?
Las palabras no son posibles mientras desliza uno de esos dedos gruesos hacia mi entrada e
intenta penetrarme.
"Tienes que relajarte, déjame entrar".
Tate engancha una de mis piernas con su rodilla desde atrá s y me abre má s y estoy
jadeando por lo que viene a continuació n mientras ese dedo se introduce profundamente
dentro de mí. É l gime de nuevo y me muerde el cuello con los dientes.
“Joder, está s tan jodidamente apretado. Puedo sentir que me está s tomando medidas
drá sticas. Quiero mi polla dentro de ti, Savy. Déjame follarte. Quiero sentir que te corres
por todas partes”.
Incluso en mi aturdido estado de placer, sé que es una mala idea, así que digo con voz
á spera: "No, só lo esto, Tate".
É l gruñ e y mete y saca su dedo de mi canal resbaladizo, todavía besando, chupando y
lamiendo mi cuello.
“Sí, tienes razó n, só lo esto. Entonces dame tu mano”.
Llego detrá s de mí y él guía mi mano para envolver mis dedos alrededor de su polla
hinchada. De inmediato me alegro de haber dicho que no porque ese monstruo no cabía
dentro de mí.
“Apriétalo, bebé. Desliza tu mano hacia arriba y hacia abajo y apriétame”.
Hago lo que dice y lo siento como acero caliente envuelto en seda. É l está jadeando tanto
como yo y me hace sentir tan bien como él me hace sentir a mí.
“¿Listo para otro? Puedes tomar dos. Está s tan jodidamente mojado que puedes tomar dos.
Lo que está haciendo entre mis piernas se siente tan bien que aceptaría cualquier cosa que
quisiera darme en este momento, pero siento un ligero ardor cuando me estira con dos
dedos. Todo lo que siento es... lleno... hasta que dobla esos dedos y frota contra un punto
dentro que envía una sacudida de placer a través de mí. La palma de su mano roza mi
clítoris con cada embestida de sus dedos dentro de mí y empiezo a sentirme fuera de
control mientras la ola crece y crece hasta convertirse en algo que no estoy seguro de poder
manejar. Sus caderas empujan su polla a través de mis dedos apretados al mismo tiempo
que sus golpes entre mis piernas y es lo má s caliente que jamá s haya imaginado que me
podría pasar.
“Tienes que venir por mí, Savy. Tienes que correrte sobre mi mano, niñ a.
Tan pronto como dice eso, muerde la suave piel entre mi hombro y cuello y pellizca y tira
de mi pezó n. Y ya terminé. La ola choca sobre mí, haciéndome girar en todas direcciones. El
placer pulsa a través de mi nú cleo y se extiende por todo mi cuerpo hasta que soy un
desastre tembloroso que no puede recordar su nombre.
Tate gruñ e: "¡Fó llame!" Y luego siento las cuerdas calientes de su semen cubrir la piel de mi
espalda mientras él se sacude en mi mano.
Nos quedamos allí juntos recuperando el aliento y cuando lentamente sale de mi interior,
una réplica me hace agacharme con mi mano libre y sostener la suya en su lugar para poder
aguantar los siguientes dos contra él.
“Dios, eres tan jodidamente receptivo a mi toque. Estoy listo para má s. ¿Está s seguro...
espera? Déjame conseguir algo para limpiar esto primero.
Se abstiene de preguntar si estoy seguro de que no quiero hacer má s y no sé si estoy
contento o no, porque si así es como se supone que se siente el sexo, entonces estoy má s
que lista para hacerlo. Má s de eso. Agarra una camiseta del suelo, me limpia la espalda y la
mano y luego se levanta y va al bañ o.
Rá pidamente me arreglo la ropa y me muevo para sentarme en el costado de la cama.
Agarro mis gafas y recojo mi cabello para enrollarlo en un moñ o justo cuando él sale. Tate
me frunce el ceñ o, claramente esperando que todavía esté esperando la segunda parte,
pero mi cabeza ya se ha despejado lo suficiente como para recordar lo mala que es esa idea,
sin importar cuá nto lo quiera. Sus siguientes palabras hacen que todos los corazones y
estrellas que rodean mi cabeza exploten y desaparezcan.
"Siéntete libre de darte una ducha, voy a ir al gimnasio".
Se acerca demasiado a lo que Hunter me dijo después de tener sexo con él y me recuerda
que Tate Valor es tan jugador como Hunter. Cuando me siento mirando mi regazo, lo oigo
suspirar y entrar en su armario. Vuelve con otro conjunto de ropa y la tira en la cama a mi
lado. Me siento descentrado ahora y creo que deberíamos volver al equilibrio que teníamos,
así que lo miro.
“Nosotros… no deberíamos volver a hacer eso. Quiero decir, deberíamos cumplir el trato.
No es una buena idea desdibujar las líneas de esa manera”.
Inclina la cabeza hacia mí y veo la frialdad filtrarse en su mirada.
“Puedes relajarte, Savanah. Eso no significó nada para mí. Só lo una paja entre amigos,
¿verdad? No tienes que preocuparte por las líneas borrosas. Lo veo muy claro”.
Mi boca se abre para decir... algo, pero él ya está abriendo la puerta y cerrá ndola de golpe
detrá s de él. Levanto mis manos para frotarme los ojos cansados, pero puedo olerlo en
ellos, así que los dejo caer de nuevo en mi regazo. No entiendo lo que acaba de pasar.
Quería una novia falsa pero juro que vi el dolor del rechazo en sus ojos. La mú sica heavy
metal suena desde otra habitació n y me sacude lo suficiente como para saltar de la cama,
agarrar la ropa que arrojó a mi lado y salir corriendo a la ducha.
BECKETT
Estoy apoyado en la isla tomando café cuando Savy baja las escaleras. Lleva un par de
pantalones deportivos demasiado grandes remangados hasta los tobillos y una sudadera
con capucha que claramente pertenece a Tate. Parece una niñ a pequeñ a jugando a
disfrazarse con la ropa de su padre. Es muy lindo. Cuando me ve, me ofrece una pequeñ a
sonrisa triste.
“Buenos días, cariñ o. ¿Quieres un poco de café?
Mira hacia las ventanas en la parte trasera de la casa, pero Ash había cerrado todas las
persianas por alguna razó n.
“También podrías ponerte có modo. La tormenta sigue arrasando ahí fuera. Probablemente
tuvimos un pie de nieve durante la noche y todavía está cayendo. Este añ o el invierno llegó
con fuerza”.
Sus hombros parecen tensarse y se abraza a sí misma con un suspiro.
"¿Café?" Le pregunto de nuevo y cuando ella asiente, me giro y le bajo una taza. "¿No te
gusta la nieve, cariñ o?"
Ella me quita la taza con una pequeñ a sonrisa de agradecimiento y sacude levemente la
cabeza. “Estoy bien con la nieve, pero no cuando cae con tanta fuerza. Mala experiencia
infantil”.
Me recuesto y la miro má s detenidamente, sorprendida cuando no da má s detalles sobre
eso. La mayoría de las chicas que he conocido usarían algo así para hacerse la víctima, pero
esta chica simplemente se lo come todo por dentro, así que no la empujo y solo tomo un
sorbo de café con ella hasta que Jude baja las escaleras pisando fuerte. Su cabello rubio
blanco está erizado en todas direcciones y parece enojado con el mundo. No es una persona
mañ anera y normalmente se necesitan al menos dos tazas de café o una chica chupá ndole
la polla para que vuelva a ser el mismo tonto de siempre. Me acerco para servirle su
primera taza, pero él se desliza hacia Savy y le mete la cara en el cuello con un gemido de
puchero. Sus ojos se abren có micamente mientras intenta alejarse de él.
"Sa-aaavyyy, ¿me hará s unos panqueques?"
Su primera sonrisa real desde que bajó se extiende por su rostro cuando él le quita el café
de la mano y traga lo que queda de él.
“¿Por qué debería hacerte panqueques? Soy el invitado aquí”.
Sacude su cuerpo como un niñ o pequeñ o y hace pucheros. “¿Pa-arrendamiento? Los
panqueques de Ash siempre son planos y aburridos. Todo lo que horneas es increíble. Só lo
sé que hará s los mejores panqueques y má s esponjosos. ¿Por favor? ¡Pondré mi misil de
hombre en tu cobertizo para obtener una recompensa!
Savy gime, extiende los dedos y le pone la mano en la cara para alejarlo un brazo de
distancia.
"Te haré panqueques, pero solo si le das un descanso a las horribles referencias a la vagina
por el resto del día".
É l la golpea con una sonrisa brillante. "¡Una hora!"
"¡Cinco horas!" Ella responde con una mirada severa y con los ojos entrecerrados.
"¡Seis horas y esa es mi oferta final!" El idiota dice efusivamente, haciéndola reír de nuevo.
“Bien, pero tienes que mostrarme dó nde está todo para hacerlos”.
Aplaude como si tuviera cinco añ os y señ ala vagamente los armarios de la cocina. Sacudo la
cabeza ante sus payasadas y alcanzo su taza de café vacía para volver a llenarla.
"Ven aquí, te mostraré dó nde está todo".
Ella está sirviendo el primer lote en una sartén chisporroteante cuando Tate baja y, a juzgar
por el ceñ o fruncido, no le dio unos golpecitos en el trasero anoche y no está contento con
eso. Curiosamente lo soy. Hay algo en esta chica que me atrae de una manera que nunca
antes había sentido. Me siento extrañ amente... protectora... con ella. No soy ningú n á ngel
cuando se trata de mujeres. Me gusta mojarme la polla a menudo, pero Savy no parece
encajar en la categoría de librarlos y deslizá rselos. Algo en qué pensar, ahí.
Nos reparte platos a Jude, Tate y a mí, pero cuando Ash entra, juguetea con la espá tula y
deja caer un panqueque al suelo. Jude grita: "¡Regla de los cinco segundos!" y lo toma para
agregarlo a la pila en su plato ahogado en almíbar.
Miro entre su rostro rosado y sonrojado y el ceñ o fruncido de Ash con las cejas levantadas,
preguntá ndome de qué se trata. Tate está masticando su desayuno como si tuviera una
venganza contra él mientras mira al cocinero. Puede que no se la hubiera follado, pero algo
sucedió que causó esta tensió n.
Termino mi plato y lo dejo en el fregadero, le quito la espá tula a Savy y le preparo un plato
y otro para Ash también y la empujo hacia la mesa del comedor.
“Gracias por el desayuno, cariñ o. Fue realmente bueno."
Ella me mira con una sonrisa como si nunca antes nadie le hubiera agradecido nada y
siento que acabo de ganar el trofeo Heisman por alguna razó n. Extiendo la mano y empujo
suavemente sus gafas hacia su nariz desde donde se habían deslizado.
"Comer hasta. Necesitará s tu fuerza para derrotar a ese jefe zombie má s tarde”.
Regreso a la cocina y empiezo a limpiar mientras trato de ignorar los sonidos obscenos que
Jude hace mientras hurga en su pila de panqueques y me preocupa sacar su polla y follar la
pila en cualquier momento.
“¿Qué hay en movimiento hoy?” Ash nos pregunta con una mirada a la nuca de Savy.
Tate se encoge de hombros y refunfuñ a: "Cinta del juego y má s putas puestas al día con la
escuela".
Saco mi barbilla hacia el sofá . "Probablemente Netflix".
La cabeza de Jude se levanta como un perro de la pradera y azota en direcció n a Savy. “¡Y
relá jate! ¡Voto por Chill!”
Tate lo golpea en el brazo con un puñ o. "Deja en paz a mi novia falsa, puta".
Jude se frota el brazo con una sonrisa. "Si ella no es realmente tu chica, entonces no debería
importarte si hago una pequeñ a matanza de clítoris, ¿verdad?"
La cara de Tate hierve con truenos, pero es Savy quien me hace reír cuando grita sin
siquiera girarse para mirar: “¡Jude! ¡Aú n quedan cinco horas y cuarenta minutos! No hagas
que te lastime”.
Suspira felizmente y vuelve a sus panqueques. “La adoro. Tiene una energía tan hermosa y
jodida. Es como la energía de una gran polla… ¡pero picante!”
Una vez que todos terminan de comer y la cocina está limpia, Ash se dirige al gimnasio y
Tate se sienta a la mesa para ver la cinta del juego en su computadora portá til. Jude y yo
nos dirigimos a la sala de estar para acomodarnos en los sofá s. El spaz corre reclamando
todas las almohadas de la habitació n y construye un fuerte de almohadas en el sofá de dos
plazas y se sumerge en el centro.
“¿Qué carajo hombre? Al menos dame uno”.
"No-uh, son todos míos".
Miro hacia atrá s y veo a Savy flotando entre la cocina y el comedor. Parece un poco perdida
e insegura de qué debería estar haciendo mientras mira a Tate, a nosotros y viceversa.
Decido meterme con Tate y Jude para divertirme un poco.
“Bien, quédate con las almohadas. Eso só lo significa que puedo abrazar a Savy”.
Su cabeza gira hacia mí y con una sonrisa, me acerco y la levanto debajo de su trasero con
una mano, obligá ndola a envolverme con sus piernas y agarrarme por los hombros o
caerme.
Tate me mira fijamente y Jude sale disparado de su nido de almohadas gritando: “¡No es
justo! ¡Quiero una almohada Savy!”, y la chica en mis brazos simplemente me mira con
grandes ojos azules y sus labios en una perfecta O de sorpresa. La llevo al sofá y nos
acomodo en él para que ella esté sentada entre mis piernas con nosotros estirados a lo
largo. Tiro la parte superior de su cuerpo hacia abajo hasta que su espalda descansa contra
mi pecho y luego dejo caer mi barbilla sobre su extrañ o moñ o para anclarla en su lugar. El
olor a durazno llena mi nariz y hace que mi polla se despierte. Eso es un poco sorprendente,
pero es cá lida y suave y huele bien, así que simplemente lo ignoro.
“Muy bien, golpéanos con algo de Tolkien. Los Anillos, no el Hobbit”.
Jude levanta el control remoto con un gemido pero lo enciende y ve la primera película.
Levanto la barbilla de Savy hasta que me mira al revés. “¿Te gusta El Señ or de los Anillos,
Peaches?”
Ella frunce los labios para reprimir una risa pero asiente. "Sí, pero debes saber que LOTR es
una droga de entrada al porno de hadas, así que asegú rate de querer seguir ese camino".
Mis labios se mueven pero no sale ningú n sonido mientras intento descubrir de qué está
hablando. Jude aterriza encima de ella con una almohada en su estó mago para que quede
presionada entre nosotros y coloca su barbilla sobre sus manos para mirarla embelesada.
“Oh, sabio, por favor dime, ¿qué es ese porno de hadas del que hablas? ¡No escatimes en
detalles, bella doncella, te lo ruego!
Savy comienza a reírse y levanta una mano para apartarse el cabello desordenado de la
cara y compruebo el momento en que sus ojos se suavizan ante ella. Joder, esto podría
volverse muy interesante o muy complicado. Ser el hijo mediano de siete hermanos hace
que Jude esté constantemente en busca de atenció n y cuando es genuina, lo golpea con
fuerza. Aprieto mis brazos alrededor de ella y decido que estoy listo para el viaje.
"Porno de hadas, explica".
Savy se inclina hacia atrá s para mirarme y sus mejillas está n rosadas pero sus ojos brillan
de risa. Me sorprende lo hermosa que es su mirada y la muevo ligeramente para poder ver
su rostro mejor sin que tenga que romperse el cuello.
“No es porno, porno lo que ves. Son novelas romá nticas apasionantes y picantes. Mucho
sexo ardiente y extremadamente detallado, y muchas veces se trata de un harén inverso”.
Los ojos de Jude van de lado a lado mientras resuelve eso y luego sus cejas se elevan para
desaparecer debajo de su cabello.
“¿Harem, como varias mujeres pero al revés? ¿Una mujer y muchos chicos?
Savy se ríe de nuevo pero asiente.
“¿Y lees esto? ¿Te gusta?"
Ella se encoge levemente de hombros, pero la pequeñ a sonrisa en su rostro me dice que así
es.
“¡Maldita sea, muñ eca! ¿Alguna vez está s en la casa correcta?
Su sonrisa desaparece y comienza a sacudir la cabeza rá pidamente. "Eso no es... no quise
decir..."
Jude asiente con complicidad. “Correcto, los libros no son la vida real. Absolutamente NO
deberías enviarme mensajes de texto con los enlaces a esos libros sucios, repugnantes y
asquerosos ni dó nde comprarlos exactamente”. Termina con un guiñ o enorme y luego se
acurruca en la almohada que le puso en el estó mago.
Ella me envía un '¡Ayú dame!' mira pero solo sonrío. Ella no es la primera mujer que hemos
tenido entre nosotros. Demonios, en una buena noche hay uno entre los cuatro. Si ella
quiere que él se mueva, tendrá que obligarlo.
"Uh, ¿vas a quedarte allí durante toda la película, Jude?"
É l responde agarrando su mano y colocá ndola sobre su cabeza y gruñ endo: "Mujer, juega
con el cabello, mira hobbits".
SALVO
Este ha sido el jodido día má s extrañ o de mi vida. Tacha eso, las ú ltimas dos semanas
han sido una locura. ¿Pasé de ser una don nadie invisible y virgen a esto? Tengo un novio
falso que finge besarme como si fuera la chica de sus sueñ os y simplemente me dio un
orgasmo devastador que no significó nada para él. Dos de los chicos má s populares del
campus me defendieron cuando los matones me molestaban y actualmente estoy atrapado
entre los cuerpos duros de dichos dos chicos populares. No solo eso, sino que mi cuerpo
parece estar listo para el orgasmo nú mero dos del día basá ndose en có mo mi nú cleo se
aprieta como si fuera a por el oro en el evento de poder de Kegel en las Olimpiadas de la
vagina.
Finalmente, mi vagina se calma y el calor que desprenden estos dos hombres me pone en
un estado suave y soñ ador mientras mis dedos acarician suavemente el cabello espeso y
desordenado de Jude una y otra vez. Beckett tiene un gran brazo alrededor de mi pecho,
justo debajo de mis senos, y su pulgar sigue barriendo la parte inferior de uno de ellos. No
importa que esté por encima de la sudadera con capucha que llevo porque la forma en que
se siente también podría ser el contacto piel con piel.
No soy un tonto. Sé que no significo nada para ninguno de estos hombres. Solo soy un
juguete con el que juegan mientras todos estamos atrapados en esta casa con la tormenta
afuera. Pero en este momento, a mí… no… me importa. Nunca me habían dado tanto
contacto físico y lo estoy absorbiendo como una esponja hambrienta de tacto. Incluso
cuando era niñ a, los abrazos eran pocos y espaciados por parte de Martha y menos aú n por
parte de mi padre. No, no me importa si nunca má s me tocan después de que la tormenta
amaine y tomemos caminos separados. Viviré de la sensació n, del brillo de esto, durante
añ os.
Mientras los hobbits huyen de los espectros del anillo en la pantalla, mis pá rpados se caen
por el placer del sueñ o y me muevo ligeramente para girar la cabeza y apoyar la mejilla
contra los duros planos de mú sculos que forman el pecho de Beckett. Su brazo libre que
había estado descansando a lo largo del respaldo del sofá baja y su gran mano toma el
costado de mi cabeza con sus dedos deslizá ndose por mi cabello y su pulgar barriendo mi
nuca. Inclino mi cabeza un poco hacia atrá s para parpadear adormilada y verlo mirá ndome
con una expresió n que no entiendo. Sus labios se dibujan en una pequeñ a sonrisa y sus
dedos se mueven para quitarme las gafas.
"Está bien, toma una siesta", susurra, y aunque solo he estado despierto durante unas pocas
horas, estoy tan abrigado y me siento tan atendido que dejé que mis ojos se cerraran para
quedarme dormido. Estoy en ese extrañ o estado entre el sueñ o y la vigilia en el que tus
pá rpados se sienten tan pesados pero todavía está s consciente de lo que sucede a tu
alrededor.
"¿En serio? ¿Qué carajo está n haciendo ustedes dos? Escucho a Tate preguntar, en voz baja
y á spera.
El pecho de Beckett retumba bajo mi mejilla. "Viendo una película, ¿có mo se ve?"
"Parece que está s haciendo una jugada para mi novia".
La cabeza de Jude gira bajo mi mano mientras murmura: “Novia falsa. Nuestra almohada.
Vete a la mierda."
Después de eso no escucho nada por un tiempo hasta que mi vejiga me despierta. Los elfos
y los hombres está n decidiendo quién le llevará el anillo a Mordor en la pantalla, así que sé
que me perdí la mayor parte de la película. Me quedo quieto, pero muevo los ojos por la
habitació n y entrecierro los ojos a través de la visió n borrosa sin mis gafas puestas y
aterrizo en una imagen borrosa de alguien sentado en el profundo silló n al lado del sofá .
Parpadeo un par de veces y distingo vagamente a Asher mirá ndome directamente con el
ceñ o fruncido. Mi estú pida piel clara se sonroja mientras rá pidamente aparto la mirada.
Jude gira su cabeza sobre mi estó mago haciendo que mi vejiga duela en señ al de
advertencia, así que trato de sentarme para salir de entre él y Beckett, pero él desliza sus
brazos alrededor de mis muslos para inmovilizarme en mi lugar.
“¡Nooo, no te vayas! Eres la almohada má s suave que he tenido.
Intento empujarlo. "Suéltame, tengo que orinar".
É l mueve las cejas hacia mí. "Ooh, nunca antes había hecho una lluvia dorada, pero estoy
dispuesto a probar cualquier cosa una vez".
“¡Guau! Eso es asqueroso. ¡Bajar!" Muevo mis caderas debajo de él, pero eso só lo hace que
Beckett gima detrá s de mí y Jude se ría aú n má s.
"Sí, cariñ o, mejor aú n, ¡juguemos ocho segundos!"
Ahora tengo muchas ganas de orinar, así que me giro y me doy má s fuerte, haciéndolo caer
al suelo. Todavía se ríe mientras Beckett me ayuda a sentarme, me entrega mis gafas y
salgo corriendo al medio bañ o que sale de la cocina. Cuando salgo, Asher se ha ido y Jude
está rebuscando comida en la cocina. Beckett está solo y se ha vuelto para sentarse en el
sofá . Está doblando y flexionando su rodilla derecha con una mueca, así que me acerco y me
dejo caer a su lado.
"¿Qué ocurre? ¿Te lastimé la rodilla?
Me envía una mirada divertida pero niega con la cabeza. “No, está s bien, cariñ o. El añ o
pasado recibí un duro golpe que me jodió el ligamento cruzado anterior. Simplemente se
pone rígido cuando estoy sentado demasiado tiempo, eso es todo”.
Pongo una cara comprensiva. "Debe doler jugar al fú tbol con una lesió n como esa".
Sus manos se quedan quietas desde donde se estaba frotando el costado de su pierna. “Ya
no juego. Ese fue mi ú ltimo partido”.
Me acerco y coloco mi mano encima de la suya. "Oh, Beck, lo siento mucho".
É l encoge uno de sus grandes hombros. "Es lo que es. Muchos muchachos pierden su
oportunidad en el draft debido a lesiones”.
Lo dice como si no fuera algo que cambiara su vida, pero puedo ver lo tensos que se han
puesto sus hombros al hablar de eso, así que busco algo para distraerlo.
“Tengo una amiga que confía en este bá lsamo de tigre orgá nico y homeopá tico que usa.
Puedo conseguirte un bote si quieres. No es una poció n curativa má gica ni nada por el
estilo, pero podría ayudar con el dolor cuando te molesta”.
Inclina la cabeza en mi direcció n y me estudia durante unos minutos antes de asentir. "Si
seguro. Eso sería genial. Gracias, Melocotones”.
Arrugo la nariz ante el apodo, pero asiento con la cabeza justo cuando Tate entra en la
habitació n.
"Si terminaste de coquetear con mis amigos, ¿podemos trabajar un poco?" Me pregunta en
un tono duro que me hace retirar mi mano y alejarla de la rodilla de Beckett.
Estoy renunciando a intentar entender a Tate en este momento. Está caliente, frío,
cachondo y luego helado otra vez y eso hace que mi cabeza dé vueltas. Pero sus palabras
sirven para recordarme por qué estoy aquí en primer lugar. Estos hombres no son mis
amigos, abrazos en el sofá o no, son de Tate y yo estoy aquí para ser su tutora y su novia
falsa. Necesito mantener eso fijo en mi mente o comenzaré a apegarme a ellos y eso solo
hará que me lastime cuando él ya no me necesite. Le doy a Beckett una sonrisa tensa y sigo
a Tate hasta la mesa para ir a trabajar.
Pasamos el resto de la tarde con tareas escolares. Tate apenas gruñ e en mi direcció n y
estoy tan lista para salir de esta casa y volver a la mía que me levanto de la mesa, me estiro
y luego me acerco a la ventana. Mis dedos dudan sobre las persianas, pero necesito mirar,
así que las separo lentamente. La visibilidad es terrible y ni siquiera puedo ver la cerca del
patio trasero. Cuando una rá faga de viento arroja nieve contra la ventana, me estremezco y
dejo que las persianas se cierren nuevamente mientras un flashback me atraviesa.
Lo sacudo una y otra vez mientras mi voz quebrada grita. “¡Vuelve, vuelve! No me dejes. ¡Por
favor, papá, no me dejes aquí solo!
Una mano fuerte me agarra del hombro y me aleja de la ventana cerrada. Mi visió n se aclara
del recuerdo al ver a Ash mirá ndome con esos ojos verde jade suyos.
“Déjalos cerrados. No necesitamos que te vuelvas loco aquí si eso es un detonante para ti”.
Me alejo de él y lo rodeo para alejarme de su tono y mirada críticos.
"¡Estoy bien!"
Dos añ os, dos añ os he bailado para este hombre, sintiendo una conexió n, una atracció n
hacia él cada noche. Que equivocado estaba. No hay nada allí en absoluto. Fue só lo una
respuesta física, nada má s, porque Asher James es un bastardo de primera por el que nunca
podría sentir nada. Y así, todos mis nervios por estar cerca de él desaparecen.
ASHER
¿Qué tiene este pequeñ o rató n de biblioteca que me cabrea tanto? Ella no es alguien con
quien tenga una historia y en realidad no está haciendo nada malo, pero tenerla aquí en mi
espacio se siente como clavos en una pizarra. La forma en que prá cticamente se estremece
cada vez que estoy a menos de dos pies de ella me molesta muchísimo. Entonces, ¿por qué
carajo no puedo dejar de mirarla? Verla tumbada en el sofá entre Jude y Beck hizo que mis
dedos se apretaran con ira, pero eso no me impidió sentarme y estudiar su rostro mientras
dormía. Fue la primera vez que la vi muy bien sin esos grandes lentes de montura negra y
sin ellos, en realidad es bastante bonita.
Cuando se despertó y me vio mirá ndola, esos grandes ojos azules rodeados de largas
pestañ as negras me pusieron la piel de gallina como si hubiera visto un fantasma. Es
jodidamente extrañ o y estoy listo para que ella salga de mi espacio, con tormenta o sin ella.
Saco la primera ronda de pizzas congeladas del horno y deslizo las dos siguientes mientras
reflexiono sobre ello. ¿Quién carajo le tiene miedo a una tormenta de nieve? Vamos, ¿en
serio? Probablemente sea uno de esos juegos retorcidos que practican las chicas para
parecer una víctima. Algo en lo que muchos chicos caen. Me importa una mierda si Tate dijo
que estaba llorando mientras dormía. Probablemente ella también estaba fingiendo eso
para clavarle sus garras. Juro que cada puta chica que entra a esta casa tiene algú n tipo de
á ngulo para enganchar a Tate o Jude. Se está n volviendo profesionales y con eso viene un
gran día de pago. Beck también habría ido con ellos si no se hubiera lesionado la temporada
pasada. He visto algunas cosas realmente retorcidas de las chicas que vienen aquí buscando
un posible anillo en su dedo. Algunos de ellos incluso intentan conectarse conmigo só lo
para acercarse a ellos.
Durante el primer añ o fue bastante divertido y participé con entusiasmo en el festival de
coñ os que se celebraba casi todas las noches, pero se volvió obsoleto bastante rá pido
cuando vi algunos de los extremos a los que llegaban estas mujeres. Una vez pillé a una
pelirroja desesperada rebuscando en la basura del bañ o. Entré justo cuando ella estaba
guardando un condó n usado en su bolso. Su á ngulo era tratar de embarazarse y atar a Tate
a ella de por vida con un niñ o. Maldita zorra.
Me giro y me apoyo contra el mostrador esperando que suene el cronó metro del horno y
me imagino mi Mariposa. Es la ú nica mujer en dos añ os que no ha querido nada de mí. Es
maravillosamente sencillo. Ella baila para mí y yo la adoro con mis ojos. Só lo... quiero que
ella quiera... má s. Quiero que ella quiera estar conmigo fuera de esa maldita jaula. No
quiero simplemente joderla, quiero decir, sí quiero eso, pero también quiero tomar su
mano, sostenerla en mis brazos en el sofá mientras vemos una película, despertarme y
verla dormir. rostro. Mis ojos se dirigen a la mesa del comedor donde Savy está sentada
leyendo un libro y dejo escapar un suspiro. ¡Mierda!
Suena el cronó metro y les grito a todos que la cena ha terminado mientras corto las tartas y
reparto los platos. Tomo cervezas del refrigerador y las paso, pero Jude va directamente al
mueble bar, saca una botella de Jack y cinco vasos y los lleva a la mesa.
"¡Estoy aburrido! Juguemos a beber”.
Llena los cinco vasos hasta el borde y los desliza hacia cada uno de nosotros y veo que el
rató n de biblioteca se encoge ligeramente y no puedo evitarlo.
“¿Qué te pasa, rató n? ¿Demasiado bueno para beber con nosotros?
Espero que tartamudee y se sonroje como suele hacer, pero me sorprende cuando me mira
a los ojos en un desafío, levanta el vaso y bebe la mitad sin siquiera pestañ ear.
"Gracias, siguiente".
Jude grita: “¡Está bien, está bien, está bien! ¡La muñ eca está lista para jugar! ¿Qué va a ser?
¿Reyes, Flip Cup, Beer pong?
Es Tate quien responde mientras envía una mirada oscura a Savy. "Yo nunca he... edició n
sexual".
Beck y Jude se ríen de su acuerdo, pero la rató n de biblioteca parece desconcertada
mientras le da un mordisco a su pizza.
Cuando se lo traga, dice en voz baja: "No sé có mo tocar eso".
Beck se inclina hacia adelante y vuelve a llenar su taza. "¿Nunca has jugado Yo nunca?"
Ella mira nerviosamente al resto de nosotros y luego sacude la cabeza.
“Vaya, está bien, entonces cada persona dice que nunca he hecho algo y si lo has hecho,
tomas un trago. Si no lo has hecho, no bebes. Tate lo llamó sexo, así que todos tus nevers
deben tener una inclinació n sexual hacia ellos. ¿Está s bien?
Ella se encoge de hombros, pero baja los ojos y se sonroja en sus mejillas. No puedo evitar
sonreír. Esto debe ser bueno. Judas va primero.
"Yo nunca... me he follado a un mariscal de campo".
Todos miramos a Savy pero ella no toma su vaso y nos dice que no se ha follado a Tate. Sin
embargo, sus ojos se abren como platos cuando Jude toma un buen trago y luego gira la
cabeza para mirar a Tate con sorpresa.
“¡Joder, NO! ¡No fui yo! É l farfulla, lo que hace que Jude se ría a carcajadas y explique.
"Mariscal de campo de Dirty Daisies, liga local de fú tbol de lencería".
"¡Jesú s, perro!" Beck le da una palmada en la espalda riendo y luego toma su turno. "Nunca
he... metido la cabeza en un auto en movimiento".
Todos beben excepto Savy y Jude intentan ayudar a su manera. "Muñ eca, eso también
podría significar que te azoten la lengua".
Ella levanta una ceja y aleja su vaso con un dedo. “Nunca jamá s… me hicieron eso… jamá s”.
Todos la miramos en estado de shock y lo primero que me viene a la cabeza es
preguntarme a qué sabría en mi lengua. Jude, siendo su yo exagerado, finge llorar mientras
le rodea el cuello con un brazo y la levanta de la silla.
“Dulce, dulce niñ o de verano. Esto no debe permanecer así. ¡Me presento como tributo!
¡Quítate esos pantalones y te quitaré la almeja aquí y ahora!
Ella comienza a reírse y lo empuja. "Si no. No gracias."
Soy el siguiente y estoy enojado porque lo ú nico en lo que puedo pensar ahora es en có mo
sería ser el primer chico en hacerle una mamada, así que arremeto.
"Nunca he jugado un á ngulo para follarme a jugadores de fú tbol".
Mis tres hermanos me lanzan miradas confusas, pero el rató n inclina la cabeza hacia un
lado y me mira fijamente.
“Supongo que esta noche me mantendré sobrio. Mi turno... a menos que alguno de ustedes
esté trabajando en un á ngulo para joder a sus compañ eros de equipo. No, está bien”. Se gira
para mirarme y ahora tiene dos manchas rojas brillantes en los pó mulos y fuego brillando
en sus ojos. "Nunca me he... masturbado con una chica que... ni siquiera... te... dará ... su...
nombre".
Se recuesta en su silla y cruza los brazos sobre el pecho y veo jodidamente rojo. Voy a
matar al imbécil que le haya contado sobre Butterfly. Dejo toda mi bebida de golpe y golpeo
el vaso contra la mesa mientras Jude rebota en su asiento como un niñ o pequeñ o drogado
con metanfetamina.
“¡Carnicería salvaje en el campo! ¡Muñ eco acaba de cortar... su... garganta! É l toma su mano
y la besa como diez veces. "Muñ eca, prométeme que la pró xima vez que te despiertes y
elijas la violencia, ¿podré llevar tu espada?"
Toda su cara se pone roja como si se arrepintiera de lo que dijo. Ella lanza pequeñ as
miradas nerviosas en mi direcció n y no ve el trueno en el rostro de Tate.
"¡Mi turno!" —espeta. "Nunca le he dado mi virginidad al tipo má s idiota del campus".
La sangre que estaba enrojeciendo el rostro de Savy se escurre, volviéndola completamente
blanca. Sus ojos está n llenos de dolor y se llenan de lá grimas cuando lentamente los vuelve
hacia él. Se miran fijamente durante unos segundos y veo a Tate morderse el labio como si
sintiera que fue demasiado lejos. Savy huele, traga con fuerza y luego extiende la mano, se
lleva la taza a los labios y bebe la mitad de lo que contiene. En lugar de volver a dejarlo, lo
inclina hacia Tate como si fuera a brindar por él.
"Nunca he accedido a tener una cita falsa con el segundo tipo má s idiota del campus", dice
en voz baja.
Ella tira el resto del Jack en su taza y lo coloca suavemente sobre la mesa antes de decir "Se
acabó el juego", luego se levanta y se aleja. Oigo que la puerta del bañ o al final del pasillo se
cierra suavemente y me giro hacia Tate.
"¿Quién diablos fue?"
Sus ojos está n puestos en la mesa y no levanta la vista cuando nos lo dice. “Hunter Miller.
Ha estado alardeando de haberla tocado a ella primero”.
Beck gruñ e por lo bajo. "¿Cuá ndo, hace cuá nto tiempo?"
Tate finalmente nos mira y veo la culpa nadando en sus ojos. "Un par de días antes de que
hiciéramos el trato".
Jude entrecierra los ojos, lo cual es jodidamente aterrador porque cuando Jude deja de
bromear generalmente significa que alguien va a sangrar.
"¿Me está s diciendo que ella estaba intacta, virgen, hace dos semanas?"
Tate asiente, viéndose aú n má s culpable.
“¿Y ella se lo entregó a Hunter precisamente? ¿Fue consensuado? ¿Ese saco de carne
andante...?
"¡No!" Savy dice detrá s de nosotros y todos nos volvemos para mirarla. Sus manos se
retuercen y su boca tiembla un poco pero su voz es firme. “No es que sea de tu
incumbencia, pero fue consensuado. Yo, só lo quería terminar con esto de una vez. Pronto
cumpliré veintiú n añ os y es ridículo que haya esperado tanto. Entonces sí, estuve con él. Me
dio una introducció n de aproximadamente cuatro minutos al no-éxtasis y ya está .
¿Podemos jugar un juego diferente?
Me doy la vuelta, me sirvo otro trago y lo bebo. Joder, ella realmente es inocente y odio lo
mucho que eso me hace querer ser el tipo que le muestre exactamente lo bueno que debe
ser.
TATE
La cagué. Nunca debí haber dicho eso. Ni siquiera sé por qué estaba enojado con ella. Ella
hizo bien en tratar de mantener claras las líneas de nuestro trato, pero sentí como si me
estuviera rechazando en ese momento y la he estado castigando por eso todo el día. No es
justo para ella. No busco nada má s con ella que el trato que tenemos e incluso eso podría
estar en peligro ahora gracias a mi frá gil ego.
Me levanto de la mesa, tomo su mano, la saco de la habitació n y subo las escaleras hasta mi
habitació n. Me siento en mi cama y me froto la cara con las manos mientras ella permanece
cerca de la puerta.
"Escucha, lo siento..."
"Creo que deberíamos terminar..."
Hablamos al mismo tiempo y ya sé có mo va a terminar la frase, así que me levanto y me
apresuro a tomar sus manos.
“No, no digas eso. Soy un idiota. Nunca debí haber dicho lo que hice allí abajo. Eso estuvo
jodido. Lo siento mucho, Savy. Lo que pasó esta mañ ana fue genial y yo... cuando dijiste que
no deberíamos hacer eso ni nada de nuevo... es estú pido, lo sé, pero me sentí rechazada y
Hunter ha estado alardeando de estar contigo y supongo que simplemente me enojó que tú
Estaría con él pero no conmigo”.
Cuando ella no dice nada, me inclino y coloco mi frente contra la de ella.
“Tienes razó n, soy el segundo tipo má s idiota del campus. No deberías ser tratada de esa
manera só lo porque no quieres acostarte conmigo. Prometo que no volveré a ser así. ¿Por
favor quédate, por favor sigue ayudá ndome?
Ella suspira con exasperació n y ahí mismo sé que no me abandonará .
“Bien, pero hasta que termine la temporada y dejemos la rutina de frío y calor, me está
dando un latigazo. Podemos ser... amigos... ya sabes. Quiero decir, cuando no estamos en
pú blico”.
La acerco para abrazarla y beso la parte superior de su cabeza.
"De acuerdo, y nuevamente, lo siento y gracias".
Debería dejarla ir, pero Savy se siente presionada contra mí. Recuerdo la forma en que su
coñ o apretó mis dedos cuando la hice correrse esta mañ ana y eso es todo lo que necesito
para dejarla ir. Amigos y novia falsa... eso es todo lo que esto puede ser.
"¿Quieres algo de ropa para dormir?"
Se muerde el labio inferior y asiente con la cabeza. “Um, sí, por favor, pero creo que sería
mejor si, um, durmiera en el sofá esta noche. ¿Está bien?
Mi mano se aprieta alrededor de la camiseta que estaba agarrando para ella pero me obligo
a suavizarla.
"Sí, por supuesto. Eso no es un problema. Te traeré algunas mantas y una almohada extra”.
Toma la ropa que le ofrezco y me ofrece una pequeñ a sonrisa. “La forma en que nos
comportamos en pú blico”, dice suavemente, “¿los besos y actuar como si estuviéramos
juntos? Y luego lo que pasó esta mañ ana... yo... sería muy fá cil para mí desarrollarme, um,
quiero decir..." ella me mira con ojos tristes, "No quiero salir lastimada, así que..."
Levanto la mano y paso el dorso de mis dedos por su mejilla. “Yo tampoco quiero que te
lastimes. ¿Tan amigos?"
SALVO
La casa está en completo silencio mientras me acurruco má s profundamente en los
cojines del sofá , pero mi mente no se calma lo suficiente para dormir. Me avergü enza que
ahora todos sepan lo perdedor que soy y que nunca volveré a jugar ese maldito juego,
nunca jamá s. También me siento un poco culpable por lo que le dije a Ash. Fue cruel y
aunque estaba siendo un idiota e insinuando que yo tenía algú n á ngulo para ayudar a Tate,
no debería haber dicho eso. Soy tan malo como él con toda la fantasía de Butterfly. Necesito
dejarlo y dejar de bailar para él. Es un poco retorcido la forma en que mi Mariposa y él han
estado bailando uno alrededor del otro durante tanto tiempo.
Ademá s, no estaba del todo equivocado. Si soy honesto, supongo que estoy jugando desde
mi propio punto de vista. Lo que al principio era só lo para mantenerme alejada de Vanessa,
ahora se ha convertido en algo má s, algo patético. Me gusta venir aquí. Me gusta no estar
sola todo el tiempo y me gusta que... me besen y me abracen y sí, soy un perdedor.
Me quito la manta y me levanto. La botella de la que está bamos bebiendo todavía está en el
medio de la mesa, así que desenrosco la tapa, tomo un par de tragos directamente de ella y
luego la vuelvo a colocar. No soy un gran bebedor, pero hay ocasiones en las que
automedicarse parece necesario. Me vuelvo para volver al sofá , pero mis ojos se posan en
las largas persianas que cubren la puerta del patio y, sin pensarlo, mis pies me llevan hacia
ellas. Me paro frente a las persianas cerradas y respiro profundamente unas cuantas veces.
Mi terapeuta me ha insistido en la exposició n controlada para disminuir el impacto y la
reacció n a este trauma. Todos está n dormidos, estoy seguro y abrigado aquí y sé qué
esperar, así que debería estar bien para echar un vistazo. Extiendo la mano y tiro de los
hilos para hacer que las largas persianas verticales se deslicen hacia un lado. Respiro
profundamente y lo dejo salir lentamente mientras miro la tormenta. La visibilidad ha
aumentado y ahora puedo ver casi hasta la valla trasera, pero la nieve sigue cayendo. La
tormenta ya no es una tormenta de nieve. Me obligo a quedarme allí unos minutos má s y
luego cierro las persianas y vuelvo al sofá . El Jack hace el truco y mis ojos se cierran
mientras el sueñ o me lleva.
“No, no papi, por favor, por favor no me dejes”.
“Vuelve, vuelve b-vuelve. ¡Seré una buena chica, lo prometo!
"¡Alguien ayúdeme!"
"Papá, oh, papá".
“¡Sabio! ¡Savy, despierta!
"¡No!" Jadeo cuando me despierto con una sacudida y reprimo las sú plicas que quieren salir
de mi boca. Mi pecho está agitado y mi respiració n es irregular mientras una mano cá lida
retira suavemente el cabello de mi cara. Me limpio las lá grimas de los ojos y la cara y
parpadeo rá pidamente, tratando de distinguir quién está arrodillado al lado del sofá .
“Tranquilo, se acabó . Estas bien. Deberías haberte acostado con Tate otra vez para que
pudiera cuidarte como anoche. Ash me dice sin ningú n rastro de la habitual dureza en su
tono.
Me trago la ú ltima de las lá grimas. “¿É l, él lo hizo? ¿Me estaba cuidando, quiero decir? Yo,
yo no lo sabía”.
“Después de tu ataque de ayer, pensamos que tener compañ ía te ayudaría a dormir.
Está bamos preocupados por las secuelas”.
Se inclina sobre mí y hace clic en la lá mpara de la mesa auxiliar, lo que me hace cerrar los
ojos con fuerza para adaptarme al brillo. Cuando las manchas finalmente desaparecen de
mis ojos y puedo verlo claramente, trago saliva nuevamente por una razó n diferente. No
lleva camisa y hay un pecho musculoso cubierto de tinta negra a centímetros de mi cara.
Cuando fuerzo mis ojos hacia arriba para encontrarse con los verdes rodeados de gruesas
pestañ as negras, lo pillo estudiando mi cara y mi cabello que está en una enorme nube que
me rodea. Su mano se levanta y captura un mechó n y lo frota entre sus dedos tatuados.
“Ash, gracias por despertarme y, um, por lo que dije antes… lo siento. No debería haber
dicho eso”.
Me vuelve a colocar el cabello en su lugar y no puedo leer su expresió n, pero asiento un
poco, así que miro hacia abajo y mi mirada se dirige al ú nico punto de color en el mapa de
tatuajes negros en su pecho. Respiro hondo y no puedo evitar que mis dedos se extiendan y
tracen la mariposa azul escondida bajo la hiedra negra que parece una jaula directamente
sobre su corazó n. Su cabeza cae para ver mis dedos moverse.
Ya lo sé, pero tengo que preguntar: "¿Qué... qué significa?"
Mi pregunta susurrada rompe el trance en el que parecía estar y sus ojos se endurecen. Su
mano se levanta y golpea mis dedos mientras se pone de pie.
“Significa que estaba borracho y nadie me detuvo. Intenta no despertarme otra vez”.
Aprieto mis dedos contra mi pecho como si estuvieran quemados y escucho a Ash decirle
algo a alguien má s en las sombras antes de escuchar sus pies subir las escaleras. Beckett
sale a la luz y se congela mientras él también me estudia y me doy cuenta de que ninguno
de ellos me ha visto nunca con el pelo suelto y sin gafas. Me hace sentir vulnerable y
desnuda. Se acerca a mí y se inclina para levantarme, con mantas y todo. La mujer en mí se
desmaya un poco porque no soy una chica delgada pero él ni siquiera pierde el aliento al
hacerlo.
"Vamos, Peaches, puedes dormir en mi habitació n por el resto de la noche".
Quiero protestar, pero recuerdo lo bien que me sentí al ser abrazado por él antes y sé que
esto probablemente nunca volverá a suceder, así que me quedo en silencio mientras él me
carga escaleras arriba como si pesara menos que una pluma y me desliza suavemente hacia
abajo. su cama. La canela cá lida llena mi nariz mientras su aroma me rodea y lo respiro
profundamente. Beckett se sube a la cama, me arrastra contra su costado y apoya mi cabeza
contra su duro pecho, y luego nos cubre a los dos con las mantas. Me siento tan bien cuando
su gran mano se desliza en mi cabello y comienza a frotar mi cuero cabelludo que casi
ronroneo.
“¿Me dirá s qué pasó ? ¿Por qué te asusta la nieve?
Suspiro contra su camisa y mi mano sube para suavizar las arrugas del suave material.
Aparte de la policía y mi terapeuta, nunca le conté a nadie los detalles de esos dos días. Sin
embargo, hay algo sobre este hombre y la forma en que me abraza, incluso si en realidad no
significa nada, y el constante latido de su corazó n debajo de mi oreja me hace confiar en él
lo suficiente como para compartir algo de eso.
“Hubo un accidente cuando tenía doce añ os. Mi papá , él… él murió ”.
“¿Te divertiste en la librería, princesa? ¿Conseguiste todo lo que querías?
Le sonrío a papá desde el asiento trasero con las bolsas de libros llenando el asiento a mi lado.
"¡Sí! Me encanta ir allí. Podría vivir en una librería. Aunque desearía que Nessa y Celeste
hubieran venido con nosotros”.
Lo miro a los ojos por el espejo retrovisor y todo lo que veo es amor en ellos. “Yo también,
princesa, pero está bien. Esta es nuestra tradición de cumpleaños, así que me parece bien que
seamos solo mi chica especial y yo”.
Los limpiaparabrisas golpeaban de un lado a otro para limpiar la fuerte nieve que comenzó a
caer mientras estábamos en la enorme librería a la que vamos todos los años en mi
cumpleaños. Miro por la ventana y veo un paraíso invernal perfecto. Me encanta que mi
cumpleaños sea tan cerca de Navidad porque siento que todo el mes de diciembre es especial
solo para mí.
“¿Para qué tipo de pastel crees que hizo Martha… ¡Espera, Savy! ¡Esperar!"
Todo empieza a girar en círculos hasta que hay un impacto discordante y el mundo se pone
patas arriba una y otra vez con mis libros volando por todas partes y golpeándome en la cara.
Cuando tengo que frenar bruscamente, mi cabeza se estrella contra la ventana con un crujido
y luego oscuridad.
"¡Ay! ¿Papá? ¡Papá! ¿Dónde estás?"
Blanco es todo lo que puedo ver desde cada ventana, como si el auto fuera tragado por un
banco de nieve. Lucho contra mi cinturón de seguridad y cuando lo quito mi cuerpo cae hacia
un lado contra la puerta del fondo como si el auto estuviera inclinado hacia un lado. Me
levanto usando los asientos delanteros y me inclino entre ellos.
“Papá, tuvimos un accidente. ¿Papá? Necesitas despertar”.
Extiendo la mano y lo alejo del volante sobre el que está desplomado y es entonces cuando veo
la sangre y el trozo de metal dentado clavado en su costado. Grito su nombre una y otra vez,
rogándole que se despierte, rogándole que no me deje, pero nunca abre sus ojos azules que se
parecen a los míos.
“Las puertas quedaron inmovilizadas por el vuelco que retorció el metal. Nosotros...
pasamos por encima de una barandilla hacia un barranco. No pude salir y no pude
encontrar su teléfono para pedir ayuda”.
Los dedos de Beck se deslizan desde mi cabello hasta mi cuello y frota la tensió n para
quitarlo.
“¿Cuá nto tiempo, cariñ o? ¿Cuá nto tiempo estuviste atrapada con él en ese auto?
Cierro los ojos con fuerza y susurro: “Sesenta y cuatro horas. Dos días y medio antes de que
alguien viera la barandilla rota y pensara en mirarla”.
Sus labios golpean la parte superior de mi cabeza y presionan hacia abajo antes de
preguntar lo que todos preguntaron cuando se enteraron de cuá nto tiempo estuve en ese
auto con un hombre muerto y sin calefacció n.
"¿Có mo sobreviviste tanto tiempo en el frío?"
Sacudo la cabeza contra su pecho porque eso es lo ú nico que nunca he dicho en voz alta.
Nunca podré decirle a nadie que me apreté contra el cuerpo de mi padre moribundo para
mantenerme caliente y cuando se enfrió y se endureció , luché por quitarle la chaqueta de
su cuerpo sin vida para usarla como manta. Es un peso de vergü enza que nunca
desaparece. Han pasado tantos días desde entonces que deseé haberme dejado ir y
haberme unido a él.
Beckett simplemente me abraza má s cerca y no me obliga a responderle y estoy
eternamente agradecido por eso. Estoy empezando a quedarme dormido cuando su voz
retumba debajo de mi oído.
“Mi mamá se ahorcó cuando yo tenía ocho añ os. Ella siempre me esperaba en el autobú s
cuando llegaba a casa de la escuela, pero ese día no estaba allí. La encontré en su vestidor.
Entonces no era lo suficientemente grande, pero lo intenté. Me aferré a sus piernas y traté
de sostenerla. Mi papá nos encontró allí dos horas má s tarde cuando llegó a casa del
trabajo”.
Mis dedos presionan con má s fuerza contra su pecho para apoyarlo. Para hacerle saber que
lo escucho, lo siento por él y lo entiendo a un nivel que muchos no podrían.
Su voz se vuelve aú n má s baja cuando dice: "¿Sabes có mo sobrevives a algo que intenta
eliminarte, Peaches?"
Sacudo ligeramente la cabeza y aprieto y aprieto con los dedos su camiseta en puñ os. Está
en silencio durante tanto tiempo que no creo que vaya a responder, pero luego baja la
barbilla para presionar su cara contra mi cabello y exhala las palabras.
"De cualquier forma que puedas".
SALVO
Cuando me despierto, Beckett se ha ido y la brillante luz del sol inunda la habitació n.
La tormenta ha pasado y eso significa que este extrañ o interludio que acabo de tener con
estos cuatro hombres también ha terminado. La risa femenina desde abajo demuestra que
eso es cierto de una manera que hace que me duela un poco el corazó n. Es hora de que me
vaya y vuelva a mi vida real. Me doy la vuelta y entierro mi rostro en la almohada de
Beckett y aspiro su aroma, tratando de aferrarme a ser parte de este grupo, de pertenencia,
solo por unos minutos má s, pero sé que solo estoy retrasando lo inevitable. Con un ú ltimo
olor a su almohada, me obligo a levantarme. Debería ir a buscar mi ropa a la habitació n de
Tate y cambiarme. Necesito pedir un auto y regresar a mi casa para ducharme y verificar si
las clases ya se han reanudado. Tengo un turno programado para hoy en la biblioteca, así
que aunque no quiero irme, sé que tengo que hacerlo.
Me recojo el cabello en un moñ o, recojo mis lentes de la mesa de noche donde Beck debe
haberlos dejado para mí y salgo al pasillo en direcció n a la habitació n de Tate para
cambiarme. Mientras paso por uno de los otros dormitorios, un gruñ ido me hace mirar a
través de la puerta y mis pies se detienen.
Jude está de pie junto a su cama completamente desnudo y no hay manera de que mis ojos
no estén mapeando cada hermoso bulto muscular en su pecho, memorizando cada tatuaje y
detectando la barra plateada a través de un pezó n. Sigo su torso, observando sus
ondulantes abdominales directamente hasta la parte posterior de la cabeza rubia que tiene
sus manos sujetando firmemente mientras empuja en su boca. Respiro profundamente y
por una fracció n de segundo lo odio un poco por hacer esto y, peor aú n, me odio un poco a
mí mismo por desear ser yo quien esté de rodillas frente a él.
“¡Buenos días, muñ eca! ¿Quieres entrar y unirte? No nos importa compartir esta casa”.
Mis ojos se elevan para encontrarse con los suyos dorados por un momento y luego me doy
vuelta y prá cticamente corro el resto del camino hasta la habitació n de Tate. Saco de mi
mente la imagen del cuerpo desnudo de Jude y rá pidamente me visto con mi propia ropa
por primera vez en dos días, pero en el ú ltimo minuto, pongo una de las sudaderas con
capucha de Tate sobre mi blusa en lugar de mi cá rdigan. Lo tomo como un recordatorio de
este fin de semana extrañ amente maravilloso con ellos. Guardo mi suéter en mi bolso y
bajo corriendo las escaleras. La isla de la cocina está llena de tazas de café para llevar y
bolsas de sá ndwiches de desayuno que supongo que trajeron consigo las tres chicas que
ocupaban el espacio.
Los tres está n perfectamente combinados con cabello rizado, maquillaje impecable y lindos
atuendos de jeans ajustados y suéteres ajustados que lucen cuerpos delgados y tonificados.
Me siento como una masa de arcilla a su lado y, segú n las miradas burlonas mientras me
examinan de pies a cabeza, está n de acuerdo con esa evaluació n. El que tiene el pelo largo y
rojo reluciente suelta una carcajada en mi direcció n.
"¿Que demonios estas haciendo aquí?"
Miro má s allá de ella y veo a Ash apoyado contra el mostrador má s abajo mientras bebe un
café para llevar. Tiene un montó n de pulseras de cuero negro en su muñ eca que ocultan
parte de su tinta y parte de su cabello oscuro cuelga frente a un ojo, haciendo que mis
dedos pidan cepillarlo hacia atrá s hasta que sus cejas se levantan en una mirada divertida
como si estuviera de acuerdo. con la pregunta.
“Ella es mi puta novia. Se supone que Savy está aquí. La mejor pregunta es: ¿qué carajo
está s haciendo TÚ aquí, Paisley?
Los brazos de Tate se deslizan alrededor de mí desde atrá s mientras ella hace un bonito
puchero y me dejo recostar en su apoyo por un breve momento antes de girarme para
mirarlo.
"Tengo que ir. Trabajo má s tarde hoy y tengo algunas cosas que debo hacer”.
É l mira má s allá de mí a los invitados no invitados y luego me da un beso en la cabeza.
“Yo te llevaré. ¿Tomaste un poco de café?
Sacudo la cabeza para que él pase a mi lado, agarra uno de los vasos para llevar y me lo
entrega.
“Oye, esos no son para ella. Los trajimos para…”
É l la golpea con una mirada llena de violencia y no me avergü enzo de la forma en que me
llena de satisfacció n a pesar de que sé que todo es un espectá culo que está montando. La
hace ahogar la ú ltima frase con un trago y luego pega la sonrisa má s falsa y tensa que he
visto en mi vida.
"…Todos ustedes. Sírvete tú mismo...Savanah, ¿verdad?
Asiento con cautela justo cuando Jude baja saltando las escaleras. Toma el café de mi mano,
toma un gran trago y luego me golpea la mejilla con un beso descuidado y me lo devuelve.
“Mmm, muñ eca, tu café siempre sabe mejor. ¿Me hará s bollos de canela cuando vuelvas?
Mantengo mis ojos en las tres mujeres que ahora está n tratando con todas sus fuerzas de
no dispararme dagas y asiento. “¿Glaseado de vainilla o queso crema?”
É l se ríe y nos envuelve a Tate y a mí en un abrazo de tres. "¡Y es por eso que te la estoy
robando, hermano!"
Tate gruñ e, las chicas me miran y empujo a Jude con una mano en su frente.
"No gracias. Uno de ustedes ya es demasiado”. Murmuro pero él me escucha y se ríe aú n
má s. Me vuelve a subir las gafas por la nariz con un dedo anular y luego las arrastra hasta la
punta y las golpea.
"Savy, Savy, Savy: nunca existe demasiado y recién estamos comenzando, muñ eca".
La nieve ya ha comenzado a derretirse de las carreteras haciendo que todo esté mojado y
descuidado cuando Tate me deja frente a mi edificio con planes para que vaya a recibir
tutoría al día siguiente y un recordatorio de la cena formal del jueves por la noche. Me
entrega una llave y me dice que debería entrar porque podría llegar tarde a la prá ctica. Lo
agarro con demasiada fuerza antes de colocarlo en un llavero con dijes.
Me paro bajo el agua humeante de la ducha repasando cada minuto del tiempo que pasé
con ellos y analizando en exceso cada cosa que se dijo y sucedió .
Comienza con Tate. Puede ser muy brutal cuando no finge que significo algo para él delante
de los demá s. Me encantaría permitirme creer que lo que pasó en la cama esa mañ ana
significó algo má s que una liberació n física para él, pero tengo que ser realista conmigo
misma. No significó nada para él. Só lo porque está tratando de alejar a todas las chicas de él
en este momento no significa que no se haya abierto camino en la mayor parte de la disputa
de hermandades en el pasado. Para él só lo soy un nú mero má s ademá s del trato que
tenemos.
Acepté sus disculpas por lo que dijo durante ese estú pido juego y lo duro que había sido
conmigo todo el día, pero en el fondo sé que no lo dijo en serio. Só lo quiere que acepte lo
que necesita de mí en este momento. Tengo que dejar de permitirme creer que algú n día
habrá un final feliz con este acuerdo de citas falso. Tate Valor no es el tipo de persona que
se preocupa por alguien como yo y tengo que aceptarlo por mucho que desee que él lo
haga.
Me doy la vuelta y me enjuago el champú del cabello y luego me aplico acondicionador
mientras pienso en Beckett. No supondría ningú n esfuerzo enamorarse de ese hombre. La
forma fá cil en que levanta y mueve mi cuerpo con sus grandes manos es totalmente
excitante, pero es la forma en que me sostiene, la forma en que me hace sentir especial y
cuidada, lo que me hundirá si lo dejo. El hecho de que haya compartido un trauma tan
profundo conmigo só lo me hace sentir que podríamos tener algo en un nivel má s profundo.
Mi gemido resuena en los azulejos. Soy un idiota. No hay conexió n, ni profunda ni de otro
tipo. Yo era solo un cuerpo al que abrazar mientras ellos estaban aburridos y atrapados en
esa casa.
Enjuago el acondicionador y me enjabono el cuerpo mientras pienso en Jude y no puedo
detener la sonrisa que llena mi cara. Es como un hombre-niñ o peligrosamente sexy y tengo
que admitir que la atenció n que me brinda llena un vacío en mí. Vuelvo a verlo esta
mañ ana, follá ndose la boca de una chica al azar, y mi nú cleo traidor se aprieta al ver lo sexy
que se veía al hacerlo. Lo cerré con fuerza. Puede que sea má s amable que Hunter, pero
sigue siendo un jodido chico, un perro cuando se trata de mujeres y uno de esos era má s
que suficiente para esta chica.
Cierro el agua de refrigeració n y aparto el ú ltimo de mi mente. El ú nico lugar donde alguna
vez estará Asher James es una fantasía en mi mente cuando pretendo ser algo que no soy.
Limpio el vapor del espejo y suspiro ante mi reflejo brumoso. Parece que toda mi vida finge
ser algo que no soy. Buscando algo real, tomo mi teléfono y llamo a Stella.
“¡Oye, Mariposa! Te extrañ é este fin de semana. ¿Có mo está s?" Ella responde de inmediato.
"Estoy bien. Yo también te extrañ é. ¿Hay alguna posibilidad de que estés libre hoy?
Necesito comprar un vestido y esperaba que quisieras venir conmigo o terminaría con
algú n tipo de saco de flores.
"¡Ay dios mío! Savy… ¿te está s quitando la má scara? Me pregunta emocionada.
Me muerdo el labio pero sacudo la cabeza aunque ella no puede verme.
“¿Má s bien, levantarlo un poco?”
“¡Perra! ¡Estoy dentro! ¿Donde y cuando?"
SALVO
Hacemos planes para encontrarnos en el centro en una hora y ignoro la bola de
ansiedad que me da vueltas en el estó mago durante todo el camino. Esto es lo que quería,
¿verdad? ¿No es así? ¿Para cambiar, ser alguien má s? ¿Dejar de esconderme detrá s de las
má scaras que uso en el club y fuera de él con mi ropa voluminosa y desaliñ ada? El auto me
deja frente a una boutique y mi mano tiembla un poco cuando abro la puerta. Una de las
vendedoras me examina de pies a cabeza con una ceja arqueada y demasiado depilada y ya
estoy lista para darme la vuelta y salir corriendo, pero Stella me empuja detrá s de mí con
un chillido de emoció n.
"¡Esto va a ser muy divertido! ¡He querido hacerte un cambio de imagen desde hace
muchísimo tiempo! Ella dice efusivamente mientras me empuja hacia la tienda, pasando
junto a la vendedora que ahora parece como si acabara de chupar un limó n. "Estaba
pensando en rojo para el vestido".
"¡No! Yo, no estoy lista para nada rojo, Stella. Só lo quiero algo discreto y agradable que no
sea… —Agito mi cuerpo de arriba abajo y termino sin convicció n—: Yo.
Hace un pequeñ o puchero pero me aprieta la mano. “Está bien, nenas. Pasos de bebé,
¿verdad?
Ella se da vuelta e inmediatamente comienza a sacar vestidos de diferentes estantes. La
sigo y confío en que encontrará las mejores opciones para mí. Cuando los vestidos está n tan
amontonados en su brazo que apenas puedo verle la cara, llama al empleado.
"Por favor, instá lelos en el vestuario".
Stella intenta entregarnos los vestidos, pero la mujer nos mira con desprecio.
"¿Tiene alguna idea del costo de estos vestidos, señ orita?" Pregunta en un tono
condescendiente que hace que la gata interior de Stella salga a la superficie y yo me encoja
hacia atrá s.
“Comprueba tu actitud y cuida tu tono. Esta no es Pretty Woman y si lo fuera, ella no sería
la prostituta, sería Richard Gere. Esa chica de ahí podría comprar toda esta manzana de la
ciudad y ni siquiera notar la mella en su saldo bancario. Ahora... pon esto en un camerino y
trá enos un puto champá n.
Me doy la vuelta mientras mi ansiedad aumenta con tanta fuerza que no veo la respuesta de
la mujer. Sé que Stella tiene buenas intenciones y puede ser muy protectora conmigo, pero
yo no juego esa carta... nunca. Só lo porque heredé todos los miles de millones de mi padre
no significa que sienta que son míos. Celeste y Vanessa hacen eso lo suficiente como para
que yo no quiera que nadie lo sepa y asuma que soy como ellas. Ni siquiera estoy registrado
en la escuela con el nombre de mi padre. Elegí postularme usando el apellido de soltera de
mi madre, St. James, y aprovechar mis méritos escolares, para diversió n de mi tío Mark.
Quería ser libre de ser yo cuando comencé la universidad, no la chica cuyo apellido estaba
en dos edificios del campus. No quería ese tipo de atenció n.
Stella me arrastra al siguiente estante y me lanza una mirada llena de culpa.
“Lo siento, sé que no quieres que la gente lo sepa. Simplemente me cabreó pensando que no
perteneces aquí.
Apoyo mi cabeza en su hombro brevemente y murmuro: "Te amo, de todos modos",
haciéndola sonreír y guiñ arme un ojo antes de ponerse otro vestido.
Stella es la ú nica persona que sabe quién soy o de dó nde vengo. Ella fue muy buena
conmigo cuando nos contrataron por primera vez en Masks. Ella me ayudó sin juzgarme y
con tanto apoyo, armando mi personalidad de mariposa que le confié todo. Ella realmente
es mi ú nica amiga.
Ella decide que tenemos suficientes opciones y me empuja a un vestidor con los primeros
tres vestidos para probarme mientras ella se acomoda en una elegante silla de terciopelo y
bebe la copa de cristal llena de líquido dorado que le trajo un nuevo empleado. Mientras me
pongo el primer vestido, uno sin tirantes de color morado oscuro, hablamos a través de la
cortina de terciopelo que nos separa.
“Entonces, ¿para qué es el vestido? ¿Tienes algo que ver con la empresa a la que debes
acudir?
Lucho por alcanzar la cremallera en la parte posterior del vestido, así que me rindo y
aparto la cortina. Stella hace un escaneo rá pido y niega con la cabeza. "Pró ximo."
“No, es para una cena de refuerzo a finales de esta semana. Yo... yo soy... Suspiro
profundamente y simplemente lo escupo. "Estoy saliendo falsamente con Tate Valor y
siendo su cita".
Stella se recuesta en su asiento y casi derrama su champá n con un jadeo exagerado de
sorpresa, haciéndome reír. Vuelvo al á rea de vestuario y tomo el siguiente vestido mientras
Stella exige todos los detalles de algo tan fuera de lugar para mí. Supero cuatro vestidos
rechazados má s mientras le cuento todo lo que ha sucedido desde que Tate me besó en la
biblioteca frente a mi madrastra y mi hermana.
“Entonces, ¿me está s diciendo que pasaste los ú ltimos dos días encerrado con cuatro
hombres apilados, uno de los cuales es el novio de un bar de mierda? ¿El quarterback te
saca con su mano de un milló n de dó lares y tú haces un sá ndwich Savy con dos de los
otros?
Me muerdo el labio inferior y asiento mientras me giro para mostrarle la parte de atrá s del
vestido negro que llevo puesto. Ella pasa una mano por el aire para rechazarlo también y
me niega con la cabeza.
“Ahora dime por qué, ¿por qué no eliges el vestido má s rojo y sexy de este lugar y tiras tu
má scara a la basura? ¡Muéstrales quién eres realmente, cariñ o!
Suspiro y alcanzo un vestido azul satinado de corte A que hace juego con mis ojos y me
alejo de ella.
“Porque no me quieren. No precisamente. Tate solo me está usando para lo que necesita en
este momento y los otros dos solo estaban jugando conmigo para pasar el tiempo. Todo
esto llegará a un punto crítico muy pronto y entonces Tate me dejará como si nunca antes
me hubiera conocido. Es mejor que desaparezca otra vez una vez que haya terminado
conmigo. Es má s fá cil así”.
Ella chilla con frustració n, pero me sorprende mi reflejo en el espejo. Este es el vestido. Es
hermoso, elegante y discreto. El color coincide exactamente con mis ojos. Tiene un escote
corazó n que solo deja ver una pizca de mi escote y las mangas tres cuartos son perfectas. La
cintura está equipada con un delicado y discreto bordado de hiedra plateada para que
parezca un cinturó n bajo y luego la falda de corte A fluye suavemente para complementar
mis caderas má s grandes y termina justo debajo de mis rodillas. Giro mis caderas y el
dobladillo se arremolina de una manera bonita. Estoy sonriendo cuando descorro la cortina
y el dedo de Stella se levanta para apuntarme como si fuera una pistola.
"Ahí está . Ahora quítate el pelo”.
Arrugo la nariz pero hago lo que ella dice.
“Ajá , debes usar tus lentes de contacto esa noche, Savy. Haremos rizos con alfileres para
crear esa dulce apariencia de onda retro. Un peine con joyas para levantar un lado por
encima de la oreja. Delineador alado, pestañ as postizas y labios rojo sangre”.
Ya estoy negando con la cabeza. “Me tenías hasta el momento del maquillaje, Stells. ¡No
puedes pintarme como la Mariposa! No lo saben y no quiero que lo sepan. No sé si Ash
estará allí porque no es jugador de fú tbol, pero me ha estado observando durante los
ú ltimos dos añ os. Píntame como ella y él lo sabrá de inmediato”.
Ella frunce los labios y pone los ojos en blanco. "¡Bien! Maquillaje de ojos suave y apenas
visible, pestañ as naturales con solo un toque de rímel y labios rosa bebé”. Ella mira mis
pies. “Sin embargo, no puedes decir no a los tacones. Ese vestido fue hecho para ellos. Yo
diría que plateado y con tiras.
Asiento con la cabeza y le paso mi tarjeta negra al empleado con só lo un atisbo de sonrojo.
JUDAS
Estamos en la cocina poniéndonos al día con nuestro día mientras busco en la
despensa un refrigerio. Al no encontrar exactamente nada que me atraiga, cierro la puerta
de una patada y miro alrededor del á rea con el ceñ o fruncido.
“¿Dó nde está la muñ eca? Hace unos días que no viene por aquí.
La extrañ o, lo cual es un poco extrañ o. No extrañ o a las chicas, excepto tal vez a mi mamá ,
pero pasé la mayor parte de mi vida sin su atenció n, así que tal vez tampoco a ella. Fue
divertido tener a Savy aquí en casa. Ella mezcló las cosas en el buen sentido, incluso si
rechazó cada avance sexual encantador que le envié. Aunque eso también me gusta de ella.
Tengo chicas haciendo cola para chuparme la polla con la esperanza de poder montarme
hasta el draft, pero mi muñ eca no encaja en esa alineació n.
Vi el calor en sus ojos cuando me vio pulirme el pene la otra mañ ana, pero fue el destello de
decepció n en sus ojos justo antes de huir lo que me hizo disminuir mis embestidas e hizo
que mi polla se desinflara como un alfiler del tamañ o de Savy pinchado. eso, eso se me
quedó grabado desde que ella se fue.
Nunca me ha importado una mierda lo que una chica pensara de mí, pero en algú n lugar
entre sus dedos má gicos recorriendo mi cabello mientras me acostaba boca abajo y el dolor
que vi en sus ojos cuando Tate reveló el fiasco de su tarjeta V, comencé a darme una
mierda…solo un poquito. Hmm, está bien, tal vez mucho. Me toma tres segundos decidir
que ella será mi nueva obsesió n. Nunca antes me había obsesionado con una chica, nunca
me había importado lo suficiente, pero Savy... ella simplemente golpea diferente, má s
fuerte, y sí, jodidamente la quiero.
Ash suspira profundamente molesto y se cruza de brazos mientras los ojos de Tate caen al
suelo con el ceñ o fruncido.
"¿Tú también jodes, Jude?"
Cuando le levanto una ceja y hago girar mi piercing en la ceja, Ash se burla.
“¿Qué pasa con todos ustedes y esta chica? ¿Quieres fingir que también quieres follarla?
Ladeo la cabeza hacia un lado en consideració n y Tate me lanza una mirada oscura,
haciéndome reír.
"¿Qué? Me gusta tenerla cerca. Ella es como... ¡como un lindo elfo doméstico que huele bien
y me trae golosinas!
Ash me mira con el ceñ o fruncido. “No hacemos chicas en la casa a menos que sea para
follarlas y expulsarlas. No necesitamos ese ratoncito merodeando por aquí todo el tiempo”.
Nos mira a todos antes de aterrizar en Tate. "Tu pequeñ o experimento falso está
empezando a ponerme de los nervios".
Beck se encoge de hombros. “Para ser justos, Savy no es como las faldas que solemos usar.
Ella no... se aferra ni pide nada. Es má s como tener una mascota en casa. Divertido para
abrazar y jugar. No veo el dañ o en que ella salga con nosotros. No es que vaya a ir má s lejos.
No tiene suficiente calor para eso. Dice pero sus ojos se deslizan hacia un lado diciéndome
que está lleno de mierda.
Ash se acerca y le da un empujó n a Tate. "¿Y tú ? No me digas que está s empezando a sentir
algo por el rató n de biblioteca. Tu falsificació n es bastante convincente a veces”.
Tate pone los ojos en blanco. “¡Porque soy tan bueno! Ella no es nada, hombre. Un medio
para un fin. Mis notas ya está n empezando a subir. Só lo necesito seguir jugando con esto un
poco má s y luego podré dejarlo..."
Se detiene con una expresió n de pá nico culpable en su rostro mientras mira detrá s de Ash.
Me inclino hacia un lado y mis cejas se levantan cuando veo a Savy, de rostro pá lido, parada
allí con una cacerola con algo en las manos. Cuando sus ojos brillan de ira detrá s de sus
gafas de montura negra, realmente desearía haber encontrado ese bocadillo. Las palomitas
de maíz serían increíbles en este momento para el espectá culo que está a punto de
comenzar.
Ash mira por encima del hombro y la ve. Su cara se queda en blanco, pero veo que su
garganta se mueve mientras traga con fuerza y luego ella avanza hacia nosotros. Ella rodea
la isla y me clava la sartén en el pecho con fuerza. Sus ojos son de un azul brillante y sus
hombros está n tensos por la tensió n. Nunca la había visto enojada antes. Ella es
jodidamente gloriosa.
"¡Aquí! Entrega del maldito elfo doméstico maloliente. Disfrú talo, será el ú ltimo”.
Ella se aleja de mí y mete la mano en su bolso para sacar un frasco de algo y se lo arroja a
Beck. Lo agarra en el aire justo antes de que le clave en la cara.
“Ese bá lsamo de tigre orgá nico del que te hablé para tus abuelos mayores. ¡Puedes
frotá rtelo y luego bajar al refugio a buscar un puto perro con quien abrazarte!
Tate es la siguiente en su línea de fuego mientras arranca una pila de papeles y los lanza al
aire haciendo que las hojas vuelen por todas partes.
“Tu pró ximo ensayo, con algunas ediciones y sugerencias para que puedas obtener la mejor
calificació n falsa posible. ¡Ademá s, tu novia falsa realmente está abandonando tu trasero
falso!
La boca de Tate se abre como si quisiera decirle algo, pero ella ya se está girando para
mirar a Ash.
"¡Y tú ! No creas que me olvidaría de traerte algo. ¡Lo tengo aquí mismo!
Ella mete la mano profundamente en la bolsa y hurga en ella antes de encontrarse con sus
ojos azules furiosos y lentamente saca la mano. Está vacío excepto por su dedo medio,
orgulloso y rígido.
"¡Esto es para ti!" Ella lo golpea con fuerza en su direcció n y luego lo lanza hacia cada uno
de nosotros. "No te importa compartirlo con tus hijos, ¿verdad?"
Su mano cae a su costado mientras la otra mete la mano en su bolsillo y saca la llave que
Tate debe haberle dado. Está sujeto a una mariposa rosa de plá stico que tintinea contra el
mostrador cuando ella lo arroja. Veo las lá grimas de furia que finalmente comienzan a
brotar de sus ojos mientras se da vuelta y sale corriendo de la habitació n. Tate espera un
momento y luego la persigue.
"¡Savy, espera!"
Escuchamos su voz quebrarse de dolor cuando ella grita. “¡N-no me toques!”
Y entonces la puerta principal se cierra de golpe. Tate regresa con las manos hundiéndose
en su cabello. Quito el papel de aluminio de la sartén que me empujó y meto los bollos de
canela que horneó solo para mí con una sonrisa y luego una risa. Todos miran en mi
direcció n, así que levanto una de las golosinas como si estuviera brindando con ella.
“¿Alguien má s encuentra a Savy enojado como una mierda?” Digo mientras meto la golosina
pegajosa en mi boca.
Tate simplemente me mira con ojos incrédulos mientras tira de su cabello y finalmente se
rompe y ruge "¡Mierda!" y se vuelve contra Ash, buscando culpar a alguien má s en lugar de
apropiarse de esa polla.
"Muchas gracias hombre. ¿Cuá l carajo es tu problema, Ash? ¡ La necesito ahora mismo!
¿Qué carajo te ha hecho Savy alguna vez?
Solté una carcajada que hizo que ambos me miraran furiosamente, pero simplemente les
agité un bollo pegajoso y pegajoso con desdén y les dije: "¡Continú a!". antes de subirme al
mostrador para acomodarme con mis golosinas y ver el espectá culo mientras Ash le ladra a
Tate.
"¿A mí? ¿Qué carajo hice? No estuve de acuerdo en fingir salir con ella. Bá sicamente,
tampoco dije que la iba a usar y dejarla. ¿No pensaste que eso heriría sus sentimientos en
absoluto? Lo ú nico que hice fue decir que me estaba cansando de ella en mi espacio”.
Beck niega con la cabeza. “Ambos sois unos jodidos idiotas. Ella no se merecía eso. Ella no
merece ser utilizada, punto”.
Intenta meter la mano en la sartén para coger un panecillo, así que gruñ o mi mejor
imitació n del chico de la sopa Seinfeld y le doy una palmada en los dedos.
"¡No sopa para ti! Sr. Ella no es lo suficientemente buena. ¡Malo! ¡Mal, Beck!
Abre la boca como si fuera a defender su caso, pero luego la cierra con el ceñ o fruncido
como si recién estuviera entendiendo có mo eso podría haberla hecho sentir.
Ash me sonríe. "¿Qué? ¿Crees que está s mejor?
Lamo el glaseado de mis dedos mientras observo todos estos gofres y luego los expongo.
“Dije que es como un lindo elfo doméstico que huele bien. No dije que iba a usarla y dejarla,
ni que la llamaría mascota, ni que no tenía suficiente calor, ni que me ponía de los nervios.
Ademá s, para tu informació n, mi pene se pone duro para todo el elenco adulto de esa
película, incluido el elfo, así que no es algo malo”.
Tiro la sartén sobre el mostrador y salto para enfrentarlos a todos, lista para apostar mi
bandera.
“Empecemos contigo, gran T. ¿La quieres? No usar ni abusar. ¿La quieres?
Levanta las manos en el aire. "¿Qué? ¡No! Nunca quise que ella fuera mi verdadera novia”.
Asiento con la cabeza. “Estoy bastante segura de que la muñ eca tampoco quiso que fueras
su novio. Si la memoria no me falla, la obligaste a hacerlo. PERO ahora está s teniendo un
caso de sentimientos, ¿no? Porque seguro que no haría falta mucho para empujarla a ella
también a eso y eso solo la lastimará si sigues follá ndola.
Cruza los brazos sobre el pecho y su falta de respuesta me dice que lo he logrado. Es hora
de hablarle algunos hechos a mi hermano.
“¿Han pasado cuá nto, poco má s de dos semanas desde que empezaste esta mierda con ella?
La prueba gratuita ha terminado, amigo. Si quieres conservarla, debes pagar la tarifa de
suscripció n. ¿A mí? Tengo mi tarjeta de crédito lista para dejar ese dulce trasero. Así que
sigue adelante”.
Tate se pone rojo y comienza a farfullar. “Qu… uh… joder… ¡diablos no! No puedes hacer
eso. Eso va en contra del có digo de hermanos”.
Eso me hace estallar en una carcajada. “¿Te está s escuchando a ti mismo ahora mismo? ¿No
puedo tener a tu novia falsa debido a un có digo de hermano real? Oye Tate, vete a la
mierda”.
“Jude, ¿hablas en serio? ¿De verdad quieres a Savy? ¿No só lo para joderla? Beck me
pregunta así que me giro hacia él.
“Jodidamente cierto, lo hago. ¿Vas a ser un hombre y dejar de hacer posturas? ¿Admitir que
tú también la quieres?
Mira má s allá de mí, hacia Tate y Ash y luego lentamente comienza a asentir. “Sí, hay algo
ahí. No estoy seguro de qué es exactamente, pero creo que tal vez quiera averiguarlo”.
Tate se queja ante eso, pero Ash se burla. “¿Qué diablos está pasando ahora mismo?
¿Ustedes dos son los hombres putos má s grandes que conozco y van a entregar sus cartas
de zorra... por eso...?
Ahora, hasta este punto, me ha entretenido lo ciegos que está n mis mejores amigos porque
no pueden ver el tesoro justo debajo de sus narices, pero esta mierda de aquí ya no volará .
Me acerco a la cara de Ash y le enseñ o los dientes.
“Eso, ¿qué? Te reto a que termines esa frase. Probablemente no necesites una lengua para
tratar lesiones deportivas, así que adelante, di lo que sea que haya en esa cabeza tuya
muerta de Mariposa.
É l retrocede con una expresió n herida, pero no, la llamé mía para que nadie pueda
arrinconar má s a mi muñ eca, sea mi mejor amiga o no.
Se pasa la mano por la boca y luego niega con la cabeza. "Simplemente no lo entiendo, eso
es todo".
Me recuesto, ya perdoná ndolo, y sonrío. “Mentiroso, mentiroso, pantalones en llamas. Si no
lo vieras y lo sintieras, ella no estaría bajo tu piel. Simplemente está s enojado porque
sientes algo por alguien que responde. Quizá s eres tú quien necesita salir de la jaula, Ash.
Sus ojos se apartan de los míos y ¡ding, ding, ding, eso es tres de cuatro, amigos! Vuelvo a
mis pegajosos cuadrados del cielo hechos solo para mí por la chica má s má gica del mundo y
muerdo otro mientras miro a Tate. Los tres lo estamos mirando ahora, esperando.
Tiene la cabeza gacha, pero puedo ver su lengua deslizá ndose hacia adelante y hacia atrá s
sobre su labio inferior como lo hace cuando está pensando mucho en una jugada. Mientras
espero que le llegue, me compadezco de Beck y le ofrezco la sartén. Ash se anima con una
mirada pero… perdonado, NO olvidado todavía, así que simplemente no.
"¡Mierda! Sí, sí, yo también la quiero. No sé por qué, pero lo sé”. Tate finalmente escupe.
Una enorme sonrisa se extiende por mi cara. Me encanta cuando todos estamos en la
misma pá gina. ¿En cuanto a que todos queremos la misma chica? Bueno, compartir es
cuidar en mi mundo.
“¡Muy bien, cuntasaurios, que siga el juego! Que gane el mejor."
SALVO
Estoy sentado en mi clase de economía avanzada y tratando de absorber la conferencia
de mi profesor, pero nada de lo que dice se mantiene. Lo ú nico que puedo oír son las cosas
de mierda que Tate y los demá s habían dicho sobre mí. Da vueltas y vueltas en mi cerebro
como un carrusel loco del que no puedo salir. Só lo yo tengo la culpa de este dolor. ¡Lo sabía,
lo sabía mejor! Sabía que nada de eso era real, pero escucharlos decirlo en voz alta de esa
manera, tan desdeñ osamente, tan descuidadamente, me dolió mucho má s de lo que pensé.
No importa de todos modos. Es mejor que termine ahora que dentro de otro mes, cuando
realmente me habría encariñ ado con todos ellos. Necesito sacarlos de mi mente y
concentrarme en desaparecer de nuevo en mi pequeñ a vida. Intenta disfrutar el tiempo que
me queda en la escuela hasta que me haga cargo...
La puerta del aula se abre de golpe, resonando en la sala de conferencias con un estruendo
que me hace saltar en mi asiento. Todas las cabezas se vuelven hacia él y sofoco un gemido
cuando Jude entra pavoneá ndose, interrumpiendo la conferencia. Se detiene, envía un
alegre saludo al profesor y luego examina las gradas hasta encontrarme. El idiota lleva
gafas grandes que se parecen un poco a las mías. Lleva una enorme bolsa de peluche en un
hombro y una libreta y un bolígrafo en el otro y una amplia sonrisa en su rostro mientras se
dirige a las escaleras que lo llevará n hasta donde estoy sentado.
"Señ or. ¡Dixó n! ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? El profesor grita con la voz cargada de
molestia.
Jude simplemente agita una mano detrá s de su espalda y sigue viniendo hacia mí. “¡No,
gracias señ or! Só lo estoy aquí para auditar tu clase”.
Mi profesor parece furioso y me sorprende cuando no le ordena a Jude que salga sino que
simplemente continú a con su conferencia. Me hundo má s profundamente en mi asiento
mientras todos los estudiantes siguen su progreso hasta que él se hunde en el asiento a mi
lado, dejando un rastro de desastre a su paso. La enorme bolsa que lleva al hombro derriba
portá tiles y libros de al menos tres escritorios mientras intenta moverse por el pasillo para
llegar hasta mí.
"¿Qué está s haciendo aquí?" Le siseo, manteniendo mis ojos enfocados al frente.
“Perdó n por llegar tarde. Me tomó una eternidad encontrarte. Tuve que pagarle a un
empleado de la oficina de registro para conseguir tu horario. No sabía que estabas haciendo
una doble especializació n. Eso es como el poder cerebral del siguiente nivel, muñ eca”.
Me niego a mirarlo y me esfuerzo por ignorar su movimiento a mi lado, pero es difícil
ignorar una manta peluda que te cubre. Bajé la tela y finalmente lo miré para darle mi
mejor mirada.
"¿Qué es esto?" Escupo entre dientes apretados.
Acaricia la manta rosa como si fuera una mascota. “¡Es un Snuggly! Es mitad manta, mitad
sudadera con capucha”, me dice con una sonrisa emocionada. "Sé lo mucho que te gusta
estar abrigada, así que te pedí una, pero muñ eca, es lo suficientemente grande como para
compartirla".
Empujo el... acurrucado... hacia mis pies. “Tienes que irte, Judas. Está s interrumpiendo la
clase y vas a hacer que me echen”.
“Hmm, no puedo hacerlo, muñ eca. Tengo que humillarme mucho. De todos modos, siempre
me traes bocadillos, así que quería devolverte el favor”.
Intento no volver a mirarlo, pero luego estoy haciendo malabarismos con mi computadora
portá til mientras él intenta deslizarla para dejar espacio para… ¿un cubo de pollo frito? Y
luego una caja de pizza seguida rá pidamente por un cartó n de helado que se derrite y se
filtra bajo la tapa.
"No estaba seguro de lo que te gustaba, así que simplemente conseguí..."
¡Señ orita St. James!
Simplemente me pongo de pie con la cara enrojecida y grito: “¡Adelante! ¡Lo siento, señ or!"
y empezar a meter mis cosas en mi bolso.
Jude se levanta de un salto, le pasa el helado derretido a otro estudiante desconcertado,
recoge la manta, la caja de pizza y el cubo de pollo y me sigue mientras prá cticamente corro
escaleras arriba hasta la salida.
Grita en voz alta "¡Gracias por la auditoría!" mientras la puerta se cierra detrá s de nosotros
con otro boom.
Camino con fuerza hasta el final del pasillo y luego me doy la vuelta para dejarlo tenerlo,
pero ahogo mi furia cuando veo la expresió n nerviosa en su rostro. Nunca antes había visto
a Jude nervioso y eso es suficiente para dejarme sin aliento.
“No te enojes, Savy, ¿por favor? Sabía que no me hablarías a menos que te tendiera una
emboscada. Quería llevarte a almorzar e intentar explicarte, pero tenía miedo de que no
aceptaras ir conmigo, así que te traje el almuerzo”.
Me quito las gafas y me froto los ojos cansados, víctima de no haber dormido lo suficiente y
haber llorado demasiado la noche anterior. Cuando me los vuelvo a poner, enrollo los
labios y sacudo la cabeza hacia él.
"Ven entonces. Hay un rincó n justo aquí abajo.
Veo sus ojos dorados iluminarse detrá s de sus gafas falsas haciéndome fruncirle el ceñ o y
se oscurecen de nuevo cuando se los arrebato de la cara, pero él me sigue hasta el rincó n
con un banco debajo de una gran vidriera. Tomamos asiento pero niego con la cabeza
cuando intenta pasarme el cubo de pollo.
“Só lo dime lo que quieres decir, Jude. Sin gallinas, sin bromas y sin ofertas sexuales locas.
Estoy cansado y herido. No quiero volver a andar contigo ni con los demá s.
É l asiente lentamente con la cabeza gacha mientras hace girar algunos de sus anillos
nerviosamente. Esto es tan extrañ o. Jude no se pone nervioso y ciertamente nunca parece
inseguro como lo hace ahora. Me preocupa un poco lo que está a punto de decir.
“Bebé…Savy…”
Cuando vuelve a callarse incapaz de encontrar palabras, mi estó mago se revuelve de
preocupació n. Esto no es propio de él en absoluto, así que tomo su mano y la aprieto.
“Judas, ¿qué pasó ? ¿Dime lo que pasó ?"
Pasa su pulgar por mis nudillos y levanta la vista para encontrarse con mi mirada.
"Tú . Sucediste, muñ eca”.
Toda la preocupació n que sentí me abandona y trato de retirar mi mano, harta de que
jueguen con ella, pero él la sostiene con má s fuerza y luego se la lleva a la boca para deslizar
sus labios calientes sobre donde acababa de estar su pulgar.
“Lo digo en serio, muñ eca. Te extrañ o. Me gustó tenerte en casa y no só lo porque horneas
para mí. Y sí, quiero desnudarte y hacerle todo tipo de males a ese cuerpo con curvas que
mantienes oculto, pero también es má s que eso”.
Se pasa un dedo por la boca, arrastrando mis ojos hacia ella y haciéndome preguntarme
qué tipo de mal haría con ella. Aprieto mis muslos para tratar de detener el dolor que surge
ante el pensamiento.
"Quiero pasar tiempo contigo. Quiero conocerte. Realmente no sé mucho sobre ti, pero
quiero saberlo. ¿Por qué está s haciendo una doble especializació n en Negocios e Inglés?
¿Qué quieres hacer después de graduarte? ¿De dó nde eres?"
Lleva mi mano a su pecho y la aplasta sobre su corazó n. “Quiero acurrucarme en el sofá con
tus manos en mi cabello mientras vemos películas. Quiero leer libros porno de hadas
contigo y luego representar tus escenas sucias favoritas. Savy, quiero estar contigo”.
Las mariposas vuelan en mi estó mago ante palabras que nunca pensé que alguien me diría,
pero el realista que hay en mí también advierte que esas mariposas podrían ser mi
intuició n que me dice que corra. Aparto mi mano de él y me trago el “Yo también” que
quiere salir de mi boca.
"Eso suena bien, Jude, pero no me gusta mucho ver a otras chicas mamarte a diario".
Gime y se golpea un lado de la cabeza dos veces. “¡Estú pido, estú pido, carajo! ¡Lo lamento!
Ni siquiera sé por qué la dejé entrar a mi habitació n. Todo lo que tengo es... ¿há bito? Tan
pronto como saliste de mi puerta, mi polla se hundió como las tetas de una anciana y se
acurrucó para llorar. No quiere jugar con nadie má s que contigo, muñ eca”.
Hay una imagen que no necesitaba en mi cabeza. Las buenas palabras y todo menos la
confianza se ganan, no se dicen.
“Claro, Jude, lo que tú digas. ¿Qué pasa con los demá s? ¿tate? ¿Có mo se sentirá él si
persigues a su ex novia falsa?
Una sonrisa aparece en sus labios y hace un sonido de 'tsk'. “Que se jodan niñ os, muñ eca.
Pueden humillarse ellos mismos”.
Dejo escapar un profundo suspiro y luego me pongo de pie. “Necesito pensar en ello, Jude.
No quiero que jueguen conmigo. Só lo necesito pensar”.
Se pone de pie de un salto y me empuja el cubo de pollo. “Está bien, lo entiendo, pero aquí,
come. Una muñ eca hambrienta no piensa con claridad. Ademá s… umm… ¿crees que todavía
podrías venir a la cena de refuerzo mañ ana por la noche? Podrías ser mi cita. ¡Que se joda
Tate, vístete para mí, muñ eca!
Entrecierro los ojos hacia él. “Como dije, necesito pensar. Si estoy allí, estoy allí”.
TATE
Me detengo frente a la biblioteca donde trabaja Savy y vuelvo a repasarlo mentalmente.
Necesito convencerla de que esta vez no estoy fingiendo. Lo ú ltimo que quería era una
novia y, sin embargo, aquí estoy tratando de encontrar las palabras para convencerla de
que intente lo real, no lo falso. Me paso una mano por el pelo con frustració n.
Maldito Judas. ¿Quién hubiera visto venir eso? É l habla muy en serio acerca de quererla
para sí y es como el conejito energizante cuando se fija en algo. No hay manera de que se
rinda hasta conseguir lo que quiere. No puedo sentarme y verla estar con él. Me volverá
jodidamente loco pensar que él sea quien la haga gemir como lo hizo con mis dedos.
¿Qué demonios es esto? No me pongo celoso. Nunca me involucro en las mujeres. No me
distraen con ellos y, sin embargo, aquí estamos. El objetivo de que Savy fuera mi novia falsa
era evitar toda esta mierda. Ahora no puedo soportar la idea de que ella esté con nadie má s
que conmigo de verdad. A la mierda, tendré que improvisar y esperar poder convencerla
para que me dé otra oportunidad.
La encuentro en las estanterías de libros. Lleva otra de esas faldas desaliñ adas que no
favorecen su forma y un suéter color canela voluminoso y me dan ganas de desnudarla aquí
mismo para ver las curvas que pude tocar la ú nica vez que estuvo en mi cama. Como si
pudiera sentir a un depredador, su cabeza se sobresalta y sus ojos se mueven alrededor.
Cuando aterrizan sobre mí, sus bonitos labios rosados se aplanan y sus ojos se vuelven fríos
y me mata que la haga sentir así.
"Vete... vete... Tate".
"Vamos, Savy, tenemos que hablar de esto".
Ella lo mira y empuja su carrito má s abajo en la fila. “No hay nada de qué hablar. El trato
está cancelado. Simplemente está s molesto porque lo terminé antes de que tuvieras la
oportunidad de… ¿có mo lo dijiste? Ah, claro, déjame.
La sigo mientras guarda los libros de su carrito. “Estaba siendo un idiota, Savy. No quería
creer que lo que estaba pasando entre nosotros fuera real. Por favor, déjame demostrar que
lo es”.
Savy suelta una risita amarga cuando salimos del pasillo hacia la secció n principal del á rea
de estudio. La mitad de las mesas está n llenas de estudiantes trabajando y capto la pequeñ a
y malvada sonrisa en el rostro de Savy mientras gira la cabeza para mirarme.
"No fue real y ya terminé de montar un espectá culo para ti, pero aquí tienes un bis gratis".
Se gira y alza la voz en el espacio silencioso, garantizando que todos los estudiantes aquí la
escuchará n.
"¡Atenció n! Tatum Valor es un completo idiota y acabo de dejarlo así que ahora es agente
libre. Cualquiera de ustedes, señ oras, que quiera dispararle… ¡disparen!
Gimo de frustració n por lo que acaba de hacer cuando nada menos que tres mujeres
comienzan a levantarse y Savy empuja su carrito rá pidamente hacia la caja. Necesito
demostrarle que hablo en serio, así que hago lo ú nico que, con suerte, le hará creer. Grito
mi propio anuncio en voz alta.
“¡Ella me dejó y me lo merecía! ¡Pero no soy un agente libre porque esa chica de ahí es mi
dueñ a y voy a hacer lo que sea necesario para que ella me acepte de regreso!
Y luego la persigo. Todos nuestros gritos han llamado la atenció n de la bibliotecaria que nos
espera en el escritorio con mirada severa y brazos cruzados sobre un pecho
impresionantemente grande.
"Savanah, este no es el lugar para ventilar tu drama de citas". Señ ala hacia una puerta con
un dedo afilado. “Tó mate un descanso y resuelve esto. ¡No permitiré que mi biblioteca se
convierta en un reality show mal escrito!
Los hombros de Savy se desploman. “Sí, señ ora Vanier. Pido disculpas por el estallido. No
volverá a suceder”.
La mujer gruñ e como si estuviéramos en la Inglaterra victoriana mientras Savy me agarra
de la muñ eca y me arrastra hacia la puerta que resulta ser una pequeñ a sala de profesores.
Tan pronto como se cierra detrá s de nosotros, ella me clava un dedo en el pecho.
“¿Cuá l fue el punto de eso? Ya no voy a aceptar má s eso de las citas falsas. ¿Por qué no te
retiraste y terminaste con esto?
Agarro su dedo punzante e intento acercarla má s a mí, pero ella da un paso atrá s.
“Quise decir lo que dije por ahí. Quiero estar contigo de verdad. Quiero que seas mi chica en
pú blico y en privado. Savy, lamento lo que dije el otro día. ¡No fue mi intenció n!
Simplemente no quería afrontar lo que realmente siento”.
No hay ni una pizca de cesió n en esta chica mientras niega con la cabeza. “Tus disculpas son
simplemente bonitas mentiras envueltas en seda para que puedas conseguir lo que quieres.
Me enamoré del ú ltimo pero este no significa nada para mí. Maldita sea, Tate, te dije que no
quería salir lastimado y lo permití de todos modos. Déjalo pasar antes de que sea peor para
mí”.
Joder, debería. Debería simplemente dejarla ir, pero el indicio de lá grimas en sus ojos me
retuerce de una manera que no puedo explicar, así que la aprieto contra una pared y la
sostengo en su lugar con mis caderas para que no pueda escapar y luego Apoyé mi frente
contra la de ella. Esas gafas suyas se deslizaron por su nariz, dá ndome una mirada de cerca
a sus hermosos ojos azul cielo y lamento tanto no haber podido mirarlos cuando mis manos
estaban sobre su cuerpo el otro día.
“Niñ a, lo siento. Siento haberte hecho dañ o. Dame otra oportunidad y te prometo que no
volveré a lastimarte”.
Se muerde el labio inferior y tengo tantas ganas de besarla ahora mismo, mostrarle lo
mucho que me llega.
Su voz es suave y vacilante cuando dice: “A veces, conoces a alguien y sabes desde el primer
momento que quieres pasar toda tu vida… sin esa persona. Ese eres tú , Tate. Sabía que
debería haber corrido en direcció n contraria tan pronto como me diste un beso falso por
primera vez.
Gruñ í al escuchar eso y mi mano se elevó para rodear su garganta con la presió n suficiente
para evitar que dijera má s mentiras.
"No es así como me sentí cuando tu coñ o me apretaba los dedos, niñ a. Sí, la cagué, pero no
te mientas. Ambos sabemos que hay algo má s entre nosotros y, Savy... en este momento, no
es un espectá culo porque nadie está mirando".
Y luego tomo su boca con la mía. La beso tan fuerte y tan profundo que sus piernas se
debilitan y tengo que sostenerla contra mí. Mi lengua libra una guerra contra la de ella
hasta que ella gime en mi boca y sus dedos se aferran a mi camisa. Ella responde tan
malditamente a mi toque que quiero arrodillarme ahora mismo y probar có mo la hago
sentir. Una vez que el pensamiento está en mi cabeza, mi cuerpo toma el control y deslizo
una mano por su muslo, debajo de su falda, y le bajo las medias lo suficiente como para
meterlas debajo. Ella se arquea ante mi tacto cuando ahueco su montículo y cuando gime,
mi polla palpita. Aparto mi boca de la de ella e inclino su cabeza para llegar a su cuello.
"Haz eso de nuevo, niñ a, pero esta vez, gime mi nombre", le ordeno y meto dos dedos
profundamente dentro de su coñ o empapado.
"Joder... ¡Ta-te!"
Su cabeza cae hacia atrá s contra la pared mientras aprieta su coñ o mojado contra la palma
de mi mano, recibiendo cada golpe que le doy con pequeñ os jadeos entrecortados y cuando
muerdo su tierna piel ella pulsa a mi alrededor como un tornillo de banco, empapando mi
mano. . Es la cosa má s caliente que he sentido en mi vida y estoy a segundos de inclinarla
sobre una mesa y follarla fuerte y rá pido cuando hay un golpe abrupto en la puerta y el
hacha de batalla grita: "¡Cinco minutos, Savanah!"
Así, un interruptor se activa en ella, Savy empuja mi mano entre sus piernas y se lanza
hacia un lado y alrededor de mí. Ella está jadeando con los ojos muy abiertos, así que le
muestro lo real que es esto al acercar los dos dedos que estaban dentro de ella a mi boca y
chuparlos hasta dejarlos limpios, sin romper nunca el contacto visual. Su mano se mueve
hacia arriba para presionar su boca como si estuviera tratando de evitar que se libere otro
gemido y lamo lo ú ltimo de su dulce sabor de mis labios.
“No luches contra esto, niñ a. Es algo que ambos queremos. Ven a cenar conmigo mañ ana
por la noche. Sé mi chica todo el tiempo y te daré todo lo que quieras y mucho má s”.
SALVO
Miro mi reflejo en el espejo de cuerpo entero y aliso el satén azul claro de la falda del
vestido. Es tan hermoso como cuando me lo probé en la tienda, tal vez incluso má s con los
accesorios a juego y mi peinado y maquillaje arreglados. Desearía que Stella hubiera estado
aquí para ayudarme a prepararme, pero tenía un drama en el bar que tenía que cubrir en el
club ahora que es la manager.
Probablemente lo mejor. Ella habría insistido en un look má s intenso que el maquillaje que
le apliqué. Es muy sutil con solo una ligera capa de sombra azul plateada, delineador claro y
pestañ as. Aun así, es má s maquillaje del que uso fuera del club y sin mis gafas me siento
muy expuesta. Los rizos con horquillas en los que tenía el pelo recogido resultaron bien,
especialmente teniendo en cuenta que el estilo puede resultar impredecible.
Afortunadamente, las ondas de mi cabello castañ o oscuro se ven preciosas y seguí la
sugerencia de Stella de sujetar un lado hacia arriba y hacia afuera con un peine con joyas
encima de mi oreja.
Tengo que recordarme a mí misma que no debo morderme el labio y arruinar el lá piz labial
rosa pá lido mientras los nervios recorren mi cuerpo. Creo que me veo bonita, pero el
problema es que no me parezco a mí y ni siquiera sé si quiero ir a esta estú pida cena. Estoy
tan en conflicto mental por lo que pasó con Tate y Jude y no me avergü enza admitir que
estoy un poco asustado. Tengo miedo de que no quieran decir lo que dijeron y simplemente
me estén tomando por tonto, pero también tengo miedo de que estén diciendo la verdad.
La forma en que Tate hace que mi cuerpo cobre vida es embriagadora, pero podría
ignorarlo como una respuesta física. Mi cuerpo ha estado privado de contacto de tantas
maneras que estoy obligado a responder demasiado a lo que me ha hecho... dos veces
ahora. Mis mejillas se sonrojan en el espejo solo de pensar en la forma en que lamió mi
excitació n de sus dedos y todo dentro de mí quiere má s de eso, má s de él. Pero a veces
también puede ser un idiota. No puedo evitar mantener un muro ahí arriba para cuando
resulte que él realmente só lo está diciendo y haciendo esas cosas para poder usarme para
su estú pido negocio.
Luego está Judas. Es escandalosamente encantador a su manera tonta y adorable. Es difícil
negar lo que vi en sus ojos cuando me pidió que fuera suyo. Había una cruda vulnerabilidad
allí que me hace pensar que gran parte de la locura que proyecta es una má scara para
cubrir algo má s profundo y si alguien puede entender esconderse bajo una má scara, soy yo.
Sé que también hay un empate físico con él. Apenas tengo que cerrar los ojos para imaginar
su cuerpo desnudo mientras esa chica se arrodillaba frente a él. Es increíblemente
corpulento, pero no tiene mú sculos voluminosos como los demá s. Es má s elegante, como
algú n tipo de gato exó tico. Potente, rá pido, peligroso y todos sus piercings y tinta
simplemente se suman a eso.
Me alejo del espejo y transfiero las cosas importantes de mi mochila al bolso de mano a
juego del vestido y suspiro. Supongo que estoy haciendo esto, así que me coloco la capa a
juego sobre mis hombros y pido un coche.
Me uno a la corriente de invitados vestidos formalmente que suben nerviosamente las
amplias escaleras y pego una frá gil sonrisa mientras doy mi nombre para que lo tachen de
la lista de invitados y estoy casi un poco sorprendido de que Tate o Jude me hayan
agregado como uno má s. . Reviso mi capa con el asistente y luego me obligo a levantar la
barbilla y enderezar los hombros mientras cruzo las puertas dobles abiertas hacia el
comedor del evento y me detengo para observar a la multitud. Mis ojos se abren cuando se
posan en alguien que no esperaba ver y rá pidamente camino por la pista de baile de
má rmol, casi vacía, para ir hacia él.
“Tío… um… ¿Mark? ¿Qué está s haciendo aquí?"
Se gira hacia mí y casi se congela por un momento, pero luego la calidez habitual inunda sus
ojos.
“Podría pedirte lo mismo, princesa. Pensé que estarías bien abrigado con un buen libro en
una noche fría como ésta. ¿Por qué no está s en casa? Me dijiste que no querías que te
asociaran con el nombre de Sevan, así que yo me encargo de estos eventos por nosotros”.
Me da una sonrisa tensa y me examina de pies a cabeza. “Sin embargo, te ves
increíblemente hermosa. Este es un gran cambio de estilo para ti. Me encanta. ¿Qué te trae
por aquí esta noche?
Aprieto mis labios y me aliso la falda. “Yo, só lo le estoy haciendo un favor a un… amigo.
¿Estamos donando al equipo?
Se ríe ligeramente y pasa una mano por mi brazo. “Sería extrañ o si no lo hiciéramos, cariñ o.
Nuestro nombre está en dos de los edificios deportivos má s grandes del campus. Tu padre
era un gran defensor de los departamentos de atletismo de su alma mater. Se habría
sentido muy orgulloso de saber que usted eligió asistir aquí y continuar con su legado
familiar”.
Le ofrezco una pequeñ a sonrisa y asiento, nerviosa ahora que tal vez no debería ser vista
hablando con él por mucho tiempo en caso de que alguien descubra quién soy junto con
uno de los mayores donantes de la escuela. Como si pudiera leer mi mente, Mark me
aprieta suavemente el codo.
“Continú a entonces, cariñ o. Ve a buscar a tu amigo. Te llamaré pronto para contarte los
planes para las vacaciones”.
La gratitud y el amor me inundan por có mo mi padrino siempre está ahí para mí, así que
me inclino, le doy un pequeñ o beso en la mejilla y le susurro: “Gracias, tío Mark. Te amo."
Sus ojos se vuelven tristes ante mis palabras y creo que debe extrañ ar a mi papá , quien era
su mejor amigo, pero asiente y suelta mi brazo.
“Que tengas buenas noches, princesa. Diviértete."
Me doy la vuelta y acepto una copa de champá n de un camarero que pasa y cuando levanto
la vista de mi sorbo de cerveza dorada, casi me ahogo. Los cuatro está n parados en el suelo
mirá ndome y son demasiado hermosos para describir con palabras sus trajes hechos a
medida. Inclino mi vaso hacia atrá s y bebo el resto de la bebida gaseosa. Creo que podría
necesitar muchos má s para pasar esta noche.
TATE
Y así, Savy me deja sin aliento. ¿Quién sabía que escondía una diosa debajo de su ropa
holgada y sus grandes gafas? La mujer que camina hacia mí es absolutamente
deslumbrante y la mirada fría en sus ojos me dice que necesito subir de nivel mucho si
quiero conquistarla, para merecerla. También quiero saber quién es el hombre al que acaba
de besar. ¿Quién es él para ella para ser tan atrevida con él? Me estremezco al darme cuenta
de que no sé casi nada sobre la mujer a la que estoy tratando de convencer para que sea
mía y prometo cambiar eso. Se detiene frente a nosotros y nos mira a cada uno de nosotros
con una mirada plana y suave antes de aterrizar sobre mí.
“Bueno, estoy aquí. ¿Ahora que?"
"Bebé..." Me detengo cuando ella entrecierra los ojos ante el cariñ o y lo intento de nuevo.
“Savy, te ves increíble. Eres la mujer má s hermosa aquí”. Su ceñ o se frunce levemente ante
el cumplido y mira hacia otro lado. Me doy cuenta de que ella no me cree, así que tomo su
mano. "¿Bailarias conmigo?"
Sus ojos se deslizan hacia los demá s, deteniéndose un poco má s en Jude, y luego me da un
leve asentimiento, así que la acompañ o a la pista de baile y la tomo en mis brazos. Odio lo
rígida que está y có mo mantiene sus ojos fijos sobre mi hombro, pero eso me da la
oportunidad de estudiarla. Sus ojos son del color de un perfecto cielo de verano y
contrastan maravillosamente con todo ese cabello oscuro y sedoso que ondula por su
espalda. Quiero mis manos en ese cabello, mi cara hundida en él otra vez. Dejo que la mano
que sostiene su cintura suba por su espalda y la veo tragar con fuerza, pero no muestra otra
reacció n. Me está volviendo loco que ella no le dé a esto una oportunidad así que, por
supuesto, digo algo increíblemente estú pido.
“Relá jate, Savy. Deja de ser tan rígido, la gente está mirando. Está s como si lo estuvieras
llamando ahora mismo”.
Tan pronto como las palabras salen de mi boca, sé que fue lo peor que pude decir.
Sus ojos se fijan en los míos y, en todo caso, se pone aú n má s rígida en mis brazos.
“NO voy a avisar, Tate. Me niego a aceptar la llamada en absoluto”. Ella sacude la cabeza
hacia mí con ojos enojados. “Bonitas mentiras envueltas en seda para que tengas tu
espectá culo tal como dije. Bueno, hazme un favor, Tate Valor, cuando te vayas esta noche,
asegú rate de mirar a ambos lados antes de irte a la mierda. Porque seguro que no lo seré.
Ella se suelta de mis brazos mientras maldigo mi estú pida boca, mi estú pido cerebro y mi
ego sobreinflado. Savy se dirige directamente a las puertas, pero Jude la detiene y no sé
có mo solucionar esto... otra vez. Vuelvo con Asher y Beckett, quienes parecen no poder
quitar los ojos de la chica que quizá s acabo de perder permanentemente.
JUDAS
mismo piensa que fue un error venir aquí. Maldito valor. Casi llega a las puertas
cuando me interpongo en su camino con una expresió n llena de vergü enza tratando de
demostrarle que lo entiendo. Puedo ver que está sobre todos nosotros cuando me golpea
con una mirada gélida. Levanto las manos como si estuviera tratando de protegerme de los
misiles cará mbano que está disparando en mi direcció n.
“¡Vaya! ¡Muñ equita, vengo en paz! Una sonrisa comienza a formarse en mi rostro mientras
me inclino má s cerca de ella y deslizo un brazo alrededor de su cintura. “¿Quieres olvidar
esto e ir a jugar? Puedes ser la paz”.
Le toma unos cuantos latidos entenderlo, pero luego sus ojos se cierran con fuerza y su
boca lucha contra la sonrisa que está tratando de evitar y luego pierde. Ahi esta mi chica.
“No sé qué dijo mal tan rá pido, pero que se joda. Quédate aquí conmigo, muñ eca. Eres la
gema má s brillante en un mar de rocas y necesito estar bajo tu luz durante al menos unas
horas antes de que huyas de mí.
No puedo evitar que mi mano se enrolle alrededor de su nuca y recorra la delicada piel con
mi pulgar. Ella es tan jodidamente hermosa. Siento su pulso acelerarse bajo mis dedos y un
pequeñ o temblor la recorre.
“Savy, al verte así esta noche, tengo que pedírtelo. ¿Por qué ocultas esto al mundo? ¿De qué
te escondes, á ngel?
Sus dulces labios rosados se enrollan y luego pasa su lengua por el inferior para mojarlo.
"Jude Dixon, muéstrame el tuyo y yo te mostraré el mío".
Lo dice en voz baja, como si fuera una promesa y un pequeñ o gruñ ido de necesidad
posesiva se me escapa mientras la acerco aú n má s. Este de aquí es el indicado. Ella me ve.
Má s allá de las bromas, má s allá de las locuras, Savy me ve. Me acerco lenta y suavemente,
para no asustarla, y paso mis labios suavemente por los de ella. Esto no es algo que se
pueda joder y apresurar. Esta chica necesita que la acaricien, la cuiden. Necesito dejar que
mi muñ eca florezca a su manera, a su propio tiempo, y luego, cuando esté lista, le mostraré
el animal dentro de mí y apuesto mi bono por firmar en el draft de la NFL a que me
permitirá conocer el suyo.
Cuando me alejo, puedo ver en sus ojos que ella está aquí, conmigo, así que suavemente la
giro y la guío de regreso a donde está n los demá s.
“Ven a sentarte a nuestra mesa, muñ eca. Comeremos pollo suave, escucharemos discursos
aburridos y veremos si podemos adivinar cuá ntas de las esposas de los grandes impulsores
se han sometido a cirugía plá stica. Cuando eso se vuelva aburrido, podemos intentarlo por
cada uno de esos pumas de plá stico que le dan a Tate la llave de su habitació n”.
Savy me lanza una mirada penetrante y asiento. “Sí, también conseguiré algunos. Por
alguna razó n, creen que tienen derecho a joder a los jugadores porque su esposo escribe un
cheque. De alguna manera, se lo debemos a ellos”.
Sus mejillas se vuelven de mi color rosa favorito mientras pregunta nerviosamente:
"¿Alguna vez... alguna vez..."
Nos detengo a unos metros de los demá s y paso el dorso de mis dedos tatuados por su
mejilla sobre ese rosa. "Nada, nada importa BBD, á ngel".
Ella inclina la cabeza hacia un lado confundida. "¿BBD?"
Me inclino y beso esos suaves labios nuevamente con suavidad. “Sí, BBD, antes de baby doll.
Lo ú nico que importa ahora eres tú ”.
ASHER
"Jesú s , ¿ese es Savy?" Beck pregunta con un poco de asombro en su tono.
Miro a nuestro alrededor tratando de verla, deslizá ndome sobre la bomba con curvas del
vestido azul que cruza la pista de baile y luego la miro dos veces con la boca abierta. De
ninguna... maldita... manera. Ese no puede ser el rató n de biblioteca. Mira todo ese cabello
oscuro y ondulado. Al diablo con el pelo, mira ese puto culo. No hay manera de que sea ella.
¿Có mo pudo haber escondido todo… eso… bajo su estilo de anciana?
"¿Quién diablos es ese tipo que la toca?" Tate refunfuñ a a mi lado mientras se inclina y le da
un beso en la mejilla al chico.
No me importa quién sea el chico, quiero saber quién carajo es ella. Siento que me han
engañ ado. El ratoncito no es quien ella se retrató y, por alguna razó n, me está cabreando
seriamente. Miro a Jude y parece deslumbrado. Como si Savy se hubiera convertido en nova
y estuviera cegado por su brillo. Pongo los ojos en blanco pero, como un imá n, regresan
directamente a ella mientras cruza la pista hacia nosotros. Cuanto má s se acerca, má s se me
contrae el estó mago. Hay algo, algo en la forma en que se balancean sus caderas, la forma
en que se mueve con ese vestido y tacones que me está carcomiendo la parte posterior de
la cabeza. Algo… que no puedo ubicar del todo.
Se detiene frente a nosotros, nos mira con expresió n plana y dice: “Bueno, ya estoy aquí.
¿Ahora que?"
Tate le dice algo que no puedo oír y luego la lleva a la pista de baile, pero en cuestió n de
minutos, ella se aleja de él con una expresió n enojada y se dirige hacia la puerta. Mis dedos
se aprietan, molesto porque ella ya se está yendo cuando apenas he tenido la oportunidad
de ver esta versió n de ella o incluso ofrecerle la pobre disculpa que sé que se merece.
Jude la detiene y luego ella está en sus brazos y quiero golpear algo, alguien. Joder, ¿por qué
me importa? Ella no es mi chica. Mi niñ a viene envuelta en barrotes sin importar lo que dijo
Jude el otro día. Sus labios se encuentran con los de ella y me doy la vuelta para no tener
que mirarlo.
"¡Mira eso! Apuesto a que se los está follando a todos. ¡Puta!"
El tono vicioso y las palabras me llaman la atenció n por su dureza y lo fuera de lugar que
parecen en una habitació n llena de elegancia y diviso a una rubia helada con un vestido
rojo del brazo de Hunter Miller. No me sorprende verlo aquí. Su familia es adinerada y son
grandes donantes de la escuela.
“No sé por qué iban a joder eso. Ella no tiene ningú n juego de dormitorio. Ella yacía debajo
de mí como un pez muerto. Pensé que follar con una virgen sería má s emocionante, pero
probablemente tenga má s que ver con que ella sea una perdedora lo que lo hizo tan malo”.
Ahí está alguien a quien puedo golpear. Este cabró n baboso...
"Eso es iró nico viniendo del tipo por el que ella bajó sus está ndares", dice Beck,
moviéndose para bloquear mi vista y pará ndose frente a Hunter. “¿Qué fue lo que dijo? Oh,
sí, lo recuerdo, ella só lo quería terminar con esto así que te eligió entre la multitud y le diste
una introducció n de cuatro minutos en... sin éxtasis. Probablemente no sea algo de lo que
quieras alardear, Miller.
Hunter se sonroja y escupe: “¿Qué está s haciendo aquí, Hart? Lo ú ltimo que comprobé es
que ya no está s en el equipo. No eres má s que un deportista acabado y tonto que dice, oh,
así es... a ninguna parte. Deberías intentar permanecer en tu carril”.
Tate me empuja a un lado y arrastra a Beck hacia atrá s justo cuando levanta el brazo para
golpear al tipo con un murmuro: “No es el lugar, hombre. Apá rtate."
Un grupo de jugadores y sus citas se han apiñ ado como una manada de hienas listas para
descender sobre los restos si estalla una pelea y una de las chicas suelta una risa aguda que
me hace querer usar un taladro eléctrico en mi oído para sacarle el sonido. Dios, odio a esta
maldita gente.
“¿Realmente se la está n cogiendo todos? Ella es un don nadie desesperado. Quiero decir,
¿has visto có mo se viste?
Quiero intervenir y callar a esta perra mientras la furia se arremolina en mi estó mago, pero
Tate se me adelanta.
“¿En qué te convierte eso, Paisley? Estoy bastante seguro de que nos chupaste todas las
pollas el añ o pasado. Si la memoria no me falla, asumiste la mitad de la línea defensiva en
esa fiesta de fraternidad durante las vacaciones de primavera, ¿no? ¿No había algú n vídeo
circulando? Quiero decir, era difícil saber si eras tú o no con tanta esperma cubriendo tu
cara, así que podría estar equivocado".
La niñ a palidece y retrocede entre la multitud que se forma para salir de su línea de fuego.
Es el primer vistazo que he tenido este añ o del bastardo salvaje que puede ser Tate y no me
gusta en este momento. No soy alguien que se avergü ence de ser una puta, pero si vas a
repartirla, será mejor que estés preparado para recibirla a cambio.
Los tres nos volvemos uno cuando escuchamos a Jude reír detrá s de nosotros. Tiene a Savy
en su brazo, quien vuelve a tener esa mirada vacía mientras nos observa a los tres y luego a
la multitud detrá s de nosotros. Cuando ve a Hunter y su cita, sus dedos se aprietan en el
brazo de Jude y él le susurra algo que la hace relajarse un poco. No puedo dejar de mirar
sus ojos azul cielo, mucho má s brillantes por no estar ocultos por sus gruesos lentes. Me
aclaro la garganta y me acerco a ellos.
"Oye, yo, um, lamento lo del otro día", le digo. “Estaba siendo un idiota. Estaba de mal
humor y bueno, lo siento”. Ella sostiene mi mirada pero no responde y me molesta no
poder leerla. "Te ves increíble esta noche, Savy".
Esa tristeza posparto se aleja de mí como si ella no me creyera y Beck se acerca para
intentarlo.
"Cariñ o, me dejas sin aliento con ese vestido".
Eso finalmente provoca una reacció n de ella, pero no la que creo que él esperaba. Una
pequeñ a sonrisa falsa se dibuja en sus labios mientras inclina la cabeza hacia él.
“Hmm, bueno, entonces supongo que volví a errar el blanco. Estaba buscando lo
suficientemente caliente”.
É l intenta disculparse, pero ella se aleja un poco de nosotros cuando un camarero la
interrumpe.
"¿Champá n, señ orita?"
Mientras toma un vaso lleno de burbujas rosadas, golpea al camarero con una sonrisa real
que me deja sin aliento al ver lo verdaderamente hermosa que es.
“¡Dios, sí! Gracias."
Ella coloca una mano sobre su brazo para mantenerlo en su lugar mientras inclina el vaso y
lo bebe todo de un trago largo, lo vuelve a colocar en su bandeja con otra sonrisa y toma
uno nuevo, asintiendo con la cabeza para indicarle que puede irse. El hecho de que necesite
beber alcohol para pasar la noche es un testimonio de lo idiotas que somos.
“Deberíamos encontrar nuestra mesa, muñ eca. ¡El pollo gomoso te espera! Jude bromea
pero la sonrisa se le escapa de la cara. "¡Ey! ¿Está s bien?" É l le pregunta con un dejo de
preocupació n haciendo que mis ojos vuelvan a fijarse en su rostro.
Hay una variedad de emociones recorriéndolo mientras comienza a parpadear má s rá pido
y luego respira entrecortadamente. Sus ojos comienzan a abrirse mientras el miedo se
apodera de ellos y ya estoy alcanzando su brazo cuando la copa de champá n rosado se
desliza entre sus dedos y se hace añ icos en el suelo. Su mano sube a su garganta mientras el
pá nico llena su rostro y comienza a jadear por aire. Su otra mano se aferra a mi brazo que
la alcanzó . Sus ojos se fijan en los míos cuando comienza a balancearse y sé que se está
cayendo, así que me acerco y la atrapo, bajá ndola suavemente al suelo.
Jude se arrodilla a nuestro lado mientras Tate y Beck comienzan a gritar, pero no escucho a
ninguno de ellos. Estoy atrapado en sus ojos azul cielo llenos de terror y pá nico mientras
ella se agarra la garganta y hace los pequeñ os jadeos má s horribles mientras intenta
aspirar aire.
"Alérgico a…"
"Llama al 911…"
"Maldita sea, rompe tu cuello si..."
“No hice nada…”
"Su bolso…"
“EpiPen…”
En algú n lugar del fondo de mi mente, absorbo las palabras que gritan a nuestro alrededor,
pero no puedo romper el contacto visual con esta chica a la que descarté como si nada. No
puedo romper el contacto visual porque ahora sé lo contrario y estoy a punto de perderla.
Porque lo veo. Veo el momento en que ella se da por vencida, deja de luchar. El terror y el
pá nico retroceden y en su lugar viene la resignació n y luego el arrepentimiento. Su mano
suelta su agarre mortal sobre mi brazo y temblorosamente se levanta hacia mi cara para
rozar suavemente mis labios con sus dedos fríos y luego caer cuando lo ú ltimo de su fuerza
la abandona. Sus labios está n teñ idos de azul por la falta de oxígeno y estoy a punto de
inclinarme para tratar de forzar mi respiració n a sus pulmones hambrientos cuando mi
vista se ve bloqueada por el satén azul y la crinolina mientras Jude se levanta la falda y
golpea brutalmente con un EpiPen. su muslo.
Vuelvo a bajar las faldas para revelar su rostro, pero ya no está . Sus ojos se han puesto en
blanco y yace inerte en mis brazos y todo lo que puedo hacer es suplicar, pero suena má s
como una oració n.
“Respira, Savy, por favor. Respirar."
Bajo mi cabeza má s cerca de sus labios. No da un grito ahogado dramá tico como en las
películas pero lo escucho, escucho esa primera pequeñ a inhalació n de aire y luego otra y
otra y me dan ganas de llorar de alivio. Su respiració n se acelera y me alejo para escanear
su rostro. Tiene los ojos abiertos, pero no me ve ni nada en este momento, así que la acerco
má s, deslizo su cabeza en la curva de mi cuello y la sostengo hasta que los paramédicos la
alejan de mí.
JUDAS
Quiero rasgar, destrozar, apuñ alar y pintar toda esta maldita habitació n de rojo
mientras los paramédicos sacan mi muñ eca. Solo dejaron que uno de nosotros fuera con
ella en la ambulancia y Tate se adelantó diciendo que era su novio. Está bien, está bien. Los
seguiremos al hospital tan pronto como tenga algunas malditas respuestas porque alguien
en esta sala va a pagar.
Sucedió tan jodidamente rá pido. En un momento ella está disparando champá n como una
campeona y al siguiente se está arañ ando la garganta mientras Ash la sostiene con fuerza.
Escuchar a ese idiota tó xico reír y decir que mi muñ eca parecía un ará ndano gordo
mientras su cara se ponía azul me hizo casi cometer un asesinato en traje. Mejor no lo hice,
las manchas de sangre son difíciles de quitar de la tela fina, lo he intentado con bastante
frecuencia. La mano que envolví alrededor de su garganta estuvo a centímetros de
romperla cuando Beck me alejó de ella y me gritó que buscara el bolso de Savy. Se
perdieron preciosos segundos porque un curioso lo había pateado debajo de una mesa
después de que ella lo dejó caer mientras intentaban ver mejor el trauma de mi niñ a.
Giro la cabeza para escanear la multitud y luego el suelo donde casi la pierdo, observando
el charco de líquido teñ ido de rosa y los cristales rotos. Ash todavía está arrodillado allí y
veo el temblor en su mano mientras toma un trozo de ese vaso para mirarlo. Eso no sirve,
los chicos de Winter Hill no se arrodillan y no muestran debilidad ante los tiburones que
dan vueltas en círculos, así que chasqueo los dedos hacia Beck para llamar su atenció n y él
me ayuda a poner a Asher en pie. Mi compañ ero de infancia se sacude y sus ojos se aclaran
cuando se posan en mí. Me gruñ e y capto un indicio del antiguo vecindario que só lo sale a la
luz cuando está extremadamente enojado.
“¿Qué carajo acaba de pasar?”
“No lo entiendo. Es alérgica a las fresas pero no la vi comer nada. ¿Acaso tú ?" Beck pregunta
mientras se pasa ambas manos por el cabello.
Extiendo la mano y tomo el trozo de vidrio roto que tiene Ash y lo llevo a mi nariz para
olerlo, pero no obtengo nada. Miro hacia la mesa má s cercana y veo muchos vasos llenos de
champá n dorado, pero ninguno tiene color rosa. Cierro los dedos alrededor del fragmento
de vidrio hasta que la sangre corre a través de ellos y gotea sobre el suelo de má rmol.
"Fue el champá n y no fue un maldito accidente".
Los ojos de Ash se entrecierran en el charco, pero Beck atrapa a un camarero que pasa y lo
obliga a detenerse.
“¿Quién de ustedes estaba sirviendo champá n rosado?”
El camarero intenta retroceder, pero Beck le pone dolorosamente una gran mano en el
hombro y le enseñ a los dientes. “Responde la pregunta. ¿Quién servía el champá n rosado?
El chico niega con la cabeza mientras sus ojos se mueven de un lado a otro buscando ayuda,
pero nada podrá ayudarlo si no nos da las respuestas que necesitamos.
“¡N-nadie! Só lo servimos la mierda barata. El champá n rosado es demasiado caro para
servirlo en una funció n como ésta”.
Beck gruñ e y aprieta su agarre. "Bien, ¿có mo se puede volver rosada la mierda barata con
fresas?"
El tipo hace cara de que estamos locos pero responde de todos modos. “No lo sé, supongo
que probablemente podrías infundirlo con fresas. Escucha, lo ú nico que hago es cargar una
bandeja que ya está llena de vasos. No estoy a cargo de servirlos”.
Beck suelta al tipo y comienza a escanear lo que queda de la multitud. Después de que
llamaron a los paramédicos, el evento terminó bastante rá pido.
“Tenía que ser la hermana. ¿Quién má s sabría sobre su alergia? Debe haberle pagado a
alguien para que le sirviera esa bandeja a Savy, ¿verdad? Beck echa humo.
Ash lo mira boquiabierto con incredulidad. “¿Crees que su hermana intentó matarla? ¿En
realidad?"
Tiro el vaso cubierto de sangre y saco mi pañ uelo del bolsillo para envolverlo alrededor de
mi mano.
“No, lo hizo para humillarla. Sabía que Savy lleva un EpiPen. Ella fue quien dijo que revisara
su bolso cuando amenacé con romperle el cuello”. Con una ú ltima mirada alrededor de la
habitació n, veo que el entrenador se dirige hacia nosotros, así que señ alo las puertas con la
barbilla. "Vamos. El entrenador quiere hablar con nosotros y no estoy de humor para tratar
con él”.
Como uno, nos damos vuelta y nos vamos. Me pica la piel por estar con mi muñ eca, para
asegurarme de que está bien.
TATE
“ Estará aturdido, fatigado y es posible que sienta algo de mareo durante los pró ximos
días. No se la debe dejar sola hasta que se recupere. La mantendremos aquí en observació n
hasta mañ ana, pero debería recuperarse por completo. Asegú rate de pasar por la farmacia
y reemplazarle la pluma. Ya le envié la receta”.
La tranquilidad del médico ayuda y un gran peso se levanta de mis hombros. Ella va a estar
bien. Levanto su mano inerte hacia mi boca y presiono mis labios contra ella antes de
dejarla suavemente en la cama junto a ella y sacar mi teléfono. Su vestido azul y sus tacones
está n metidos en una bolsa de plá stico que cuelga del costado de la cama y se ve tan
pequeñ a con la bata de hospital que le pusieron. Les comunico una actualizació n a los niñ os
y les pido que pasen por la casa para agarrar algunos de mis suéteres para que se los ponga
por la mañ ana cuando la llevemos a casa.
Paso mis manos por mi cabello y estudio su rostro dormido. Todavía me parece demasiado
pá lida y su cara está ligeramente hinchada ya sea por la reacció n alérgica o por el
medicamento que le dieron, pero todavía es hermosa para mí. ¿Có mo es que lo arruiné
tanto?
No tenía idea de lo que estaba pasando y al principio pensé que Ash la estaba atacando
cuando la tiró al suelo. Me quedé allí congelada como un idiota mientras Beck gritaba sobre
su alergia a las fresas y llamaba al 911. Jude estaba amenazando con violencia hasta que
obtuvo la informació n sobre su bolso y el bolígrafo que le salvó la vida dentro. Ash
simplemente la abrazó como si fuera la pieza de cristal má s frá gil.
Se supone que soy su novio, falso o no. ¿Có mo saben má s sobre ella que yo? ¿Por qué la
cuidaron mejor que yo? ¿Qué carajo me pasa?
“¿T-Tate? ¿Dó nde…”
Mis ojos se fijan en los suyos confusos y nebulosos y tomo su mano nuevamente mientras
me levanto y me inclino para quitarle el cabello de la cara.
“Está bien, niñ a. Estoy aquí. Está s bien, ahora está s a salvo”.
Ella intenta tragar y hace una mueca, así que tomo el vaso de agua al lado de la cama y
coloco la pajita entre sus labios. Una vez que ha tomado unos sorbos, frunce el ceñ o.
“¿Q-qué pasó ? Ash, Ash era…” Sus ojos azules se abren cuando comienza a volver a ella.
“Ash… ¿estaba asustado? ¿Para mí?"
Dejo escapar un suspiro y beso su frente. “Todos lo está bamos, pequeñ a. Nos asustaste
muchísimo. Pero ahora está s bien. Todo está bien."
Sus ojos confusos se fijan en los míos por unos momentos má s y susurra: "Jude, ¿dó nde está
Jude?" en una voz arrastrada antes de que comiencen a caer y finalmente se cierren. Me
recuesto en mi asiento y dejo caer mi cabeza entre mis manos. Mierda.
Savy no se despierta de nuevo antes de que aparezcan los chicos. Cuando entran, Jude ni
siquiera me mira. É l va directamente a la cama, deja caer la barandilla lateral y se sube a
ella, recostá ndose de costado para atraerla hacia él. Los pá rpados de Savy se agitan pero no
se abren mientras se acurruca contra él y aprieta su camisa como si estuviera hecha para
encajar exactamente allí. A una punzada de envidia le siguen rá pidamente las afiladas
garras de los celos que no tengo derecho a sentir. De todos nosotros, Jude es el ú nico que
aceptó a Savy desde el principio y nunca dijo ni hizo nada que la hiciera sentir menos. É l fue
el primero en lanzarse por ella, así que ella está exactamente donde debería estar ahora.
Só lo puedo esperar que ella me deje intentar ser el hombre que ella también se merece.
SALVO
" Quiero ir a casa. Por favor, ¿me llevará s a casa? Le pregunto a Jude una vez que me ayudó
a ponerme la ropa que me trajeron.
Mi pobre y hermosa bata que solo pude usar durante unas horas es un desastre arrugado
metido en una bolsa de plá stico de cuando el personal del hospital me la quitó para
tratarme.
“Sí, muñ eca. En cualquier momento llegará n con tus papeles de alta y te llevaremos de
regreso a nuestra casa”.
Sacudo la cabeza pero gimo mientras el mundo se inclina y gira. Jude me vuelve a tumbar
en la cama, pero mantiene su brazo alrededor de mí cuando me balanceo hacia la izquierda.
“No quiero ir a tu casa. Quiero mi cama, mi hogar”.
Se sienta a mi lado y besa un lado de mi cabeza. “No puedes estar sola por unos días,
muñ eca. Alguien necesita vigilarte hasta que estés má s firme sobre tus tallos”.
Hago un puchero y sé que estoy siendo infantil, pero quiero tener mi pequeñ o estudio
donde me sienta seguro. “Tengo un amigo que puede venir a quedarse conmigo. Stella me
observará . Por favor, Jude, só lo quiero irme a casa”.
Siento que grandes lá grimas comienzan a deslizarse por mi rostro y las odio, pero parece
que tampoco puedo detenerlas. Siempre soy un desastre después de tener una reacció n,
pero ésta parecía mucho peor que cualquier otra que hubiera tenido antes. Só lo me ha
sucedido dos veces antes y el médico me dijo que cada vez que tengo una reacció n puede
volverse cada vez má s grave, pero esta sucedió muy rá pido y estoy realmente
conmocionado.
Jude me seca las lá grimas con el ceñ o fruncido y me besa ambas mejillas. “Está bien, á ngel.
Te llevaremos a casa, pero só lo si me dejas quedarme. Por favor, Savy, tienes que dejarme
cuidar de ti. Casi pierdo la cabeza cuando caíste. Necesito retenerte al menos unos días
má s”.
Estoy demasiado cansada para discutir así que dejo caer mi cabeza contra su pecho
mientras el mundo gira a mi alrededor otra vez y se vuelve negro.
“¿Qué diablos pasó aquí? Toda la calle está bloqueada”.
El tono molesto de Tate me hace abrir los ojos en el asiento trasero de su auto. Levanto la
mano para enderezarme las gafas para poder ver lo que está pasando y casi me saco el ojo
cuando encuentro que no las tengo en la cara.
“Tranquilo, cariñ o. Los tengo aquí para ti”.
Parpadeo hacia Beck contra quien estoy presionado y suspiro. Parece que no puedo
alejarme de estos chicos. Me pone las gafas, pero otra oleada de mareo me hace cerrar los
ojos de nuevo para detener el giro.
“¿Savy, niñ a? Despierta por un segundo. Necesito que me digas cuá l es el nú mero de tu
apartamento para que pueda entrar corriendo y hacerte la maleta.
Resoplé un gemido. “No, Jude dijo que puedo irme a casa. Por favor llevame a casa."
La mano de Jude toma mi cara y sé que es la suya a pesar de que mis ojos todavía está n
cerrados debido a los cá lidos anillos que rozan mi piel.
“Lo sé, cariñ o, pero anoche hubo una fuga de gas en tu edificio que destruyó un par de
pisos. Acabo de hablar con la policía. Todo está bloqueado y só lo dejan entrar a la gente
para coger algunas pertenencias. Dime el nú mero de tu apartamento, muñ eca.
Creo que murmuro el nú mero porque la puerta de un auto se cierra de golpe. Beckett me
envuelve en su calidez canela y creo que estoy enojada con él, pero de todos modos me
acurruco má s contra su calidez porque me siento muy bien, muy seguro allí.
"Lo sé, Peaches, y deberías estar enojada conmigo, pero voy a compensarte", me dice, así
que supongo que lo dije en voz alta.
La puerta del auto se cierra de nuevo, lo que me sacude, pero luego el motor arranca y el
zumbido de los neumá ticos en el pavimento me hace volver a dormir.
Abro mis pesados pá rpados e intento concentrarme, pero no estoy usando mis lentes otra
vez, así que todo está borroso. Mi mente se siente má s clara mientras busco en mis
recuerdos y lo ú ltimo que recuerdo es esperar a salir del hospital. Jude dijo que me llevaría
a casa pero estas no son mis sá banas sobre las que estoy acostado. Me doy la vuelta,
entrecierro los ojos y veo una mancha que parece un par de anteojos, así que extiendo la
mano, los agarro y me los pongo. A juzgar por mi entorno, estoy en la habitació n de Jude.
Definitivamente NO en casa.
Me siento y siento un dolor increíble y veo un vaso de agua con dos pastillas al lado en la
mesa de noche. Reconozco las pastillas de antihistamínico y sé que debo tomarlas. Este no
es mi primer rodeo, só lo el má s severo. Dreno el agua después de tragar las pastillas y llega
a mi estó mago vacío con un gorgoteo. La hora del reloj no significa nada para mí hasta que
miro por la ventana y veo oscuridad. Vale, entonces las siete de la noche pero ¿qué día es?
Só lo hay una manera de averiguarlo, así que me levanto y tomo los calzoncillos y la
sudadera con capucha que llevo, pero tengo que apoyar una mano en la cama mientras la
habitació n se mueve ligeramente. Alguien me cambió de ropa y me gustaría decir que me
importa, pero no. Mi cabello cae sobre mi cara cuando miro la ropa, así que lo enrollo en un
moñ o y luego me dirijo hacia la puerta.
Puedo escuchar la televisió n en el piso de abajo, así que me dirijo hacia allí, agarrá ndome a
la barandilla cuando un pequeñ o mareo me llama. Debo hacer un ruido porque Ash aparece
al pie de las escaleras con una expresió n preocupada.
"¡Ey! No deberías estar de pie todavía. El médico dijo que no deberías subir escaleras por tu
cuenta al menos durante unos días”.
Lo ignoro por completo porque es un imbécil, cierto, y me deslizo hacia el siguiente paso.
"¡Maldita sea, Savy!"
Y luego sube las escaleras pisando fuerte y me levanta, lo que no ayuda en absoluto con el
leve mareo.
“Podrías haberte caído y romperte el cuello. Deberías haber llamado a uno de nosotros”.
Pongo los ojos en blanco en su direcció n y le lanzo una mirada por encima de mis gafas.
"Bueno, eso habría resuelto tu problema de 'ella está en mi espacio'", murmuro
sarcá sticamente.
Suspira profundamente y despeina parte del cabello que no llegó a mi moñ o descuidado.
Ash se gira hacia el sofá pero sacudo la cabeza y gimo: "No. Comida por favor. Demasiados
químicos en ayunas. Me vuelve loco”.
Cambia de direcció n y me sienta en uno de los taburetes altos del mostrador. Sus cá lidas
manos aterrizan en mis muslos desnudos y luego frotan un poco mientras me mira a los
ojos con preocupació n. Mi piel se calienta bajo sus manos y tengo esos pequeñ os destellos
de sus ojos asustados mirá ndome cuando no puedo respirar y no puedo evitarlo, tengo que
preguntar.
“¿Por qué te importaba? Recuerdo. Parecías tan asustada. ¿Por qué? No te gusto, Ash,
entonces ¿por qué?
Sus manos todavía está n en mis piernas y sus ojos esmeralda se vuelven intensos por un
momento pero luego se aleja.
“¿Qué tal unas tostadas y huevos? Mantenlo simple hasta que sepamos que tu estó mago
puede soportarlo”.
Giro el taburete para mirar hacia la isla y apoyo la barbilla en la mano, todavía demasiado
cansada para permanecer sentada erguida por mucho tiempo. Nunca voy a entender a este
hombre, así que me limito a verlo preparar unos huevos revueltos y untarme unas tostadas
con mantequilla. Espero hasta que desliza un plato frente a mí y me entrega un tenedor
antes de hablar.
"¿Por qué estoy aquí? Recuerdo que Jude dijo que me llevaría a casa”. Miro detrá s de mí
hacia la sala de estar con el ceñ o fruncido. "¿Dó nde está ? ¿Dó nde está n todos los demá s?
Ash me da la espalda para lavar la sartén que acaba de usar. “Tuvieron un juego esta noche.
Eso no es algo que puedan pasar por alto, ni siquiera tú , Savy.
Frunzo el ceñ o mientras muerdo una esquina de una tostada. “Nunca les pedí que se
perdieran nada por mí, pero eso no responde a mi primera pregunta. ¿Por qué estoy aquí?
¿Por qué no me llevaste a casa?
Suspira de nuevo, deja la sartén a un lado y se gira hacia mí con una mirada que no puedo
descifrar. "Nosotros tratamos. Hubo un problema con tu apartamento y no pudimos
llevarte allí”.
Trago un bocado de huevos con el ceñ o fruncido. "¿Qué tipo de problema?"
Se pasa un dedo por la boca con el ceñ o fruncido. “Hubo una fuga de gas en su edificio. Eso...
causó una explosió n y destruyó un par de pisos... incluido el tuyo. Lo siento, Savy, no queda
nada de tu casa.
Todo lo que puedo hacer es parpadear estú pidamente ante él. Ni siquiera puedo entender
lo que eso significa en mi aturdido cerebro, así que trato de procesarlo preguntando: “¿Mi
estudio? ¿Se ha ido? ¿Todas mis... cosas se han ido?
É l asiente lentamente así que me miro usando la ropa de otra persona porque ya no tengo
nada propio. Me digo a mí mismo que son só lo cosas, só lo un lugar en el que me he estado
quedando y que puedo reemplazarlo todo fá cilmente, pero... lá grimas calientes llenan mis
ojos y caen sobre mis huevos. Ese estudio fue el primer lugar en el que me sentí como en
casa desde que murió mi padre. Era mío. Allí no tuve que lidiar con Celeste y Vanessa.
Podría ser yo mismo con mis cosas a mi alrededor. Estaba... a salvo allí y ahora ya no está .
“Amigo, el entrenador va a tener el trasero de Jude. Me envió mensajes de texto como
cuatro veces en la primera mitad del juego... Beck entra a la habitació n desde el só tano y
tartamudea hasta detenerse cuando me ve. Vuelvo a mirar mi plato pero puedo sentir sus
ojos ardiendo en un lado de mi cara y luego se mueve.
“Ah, mierda. ¿Le dijiste?"
Se acerca a mí, gira el taburete hacia él y luego levanta mi barbilla para obligarme a mirarlo.
Hay tanta compasió n y… lá stima en sus ojos plateados que un pequeñ o sollozo sale de mí.
“No, no, no, no llores, Peaches. Está bien, todo estará bien”. Me dice y me acerca a él para
que mi cara quede contra su pecho. Beck habla con Ash por encima de mi cabeza.
“Deberías haber esperado para decírselo. Ella no necesita ese tipo de estrés en este
momento”.
"¿Que se suponía que debía hacer? Ella preguntó . Quería saber por qué no la llevamos a
casa”. Ash responde.
Me alejo de Beck y vuelvo a mi comida, pero ya no tenía apetito. Aparto el plato y me limpio
las lá grimas de la cara con la manga.
“Gracias por cocinar para mí. Creo que necesito acostarme un rato”.
“Oye, vamos, apenas comiste nada. Intenta terminar al menos la tostada. Te hará sentir
mejor”. Ordenes de Ash.
No tengo la fuerza para estar en desacuerdo, así que me trago la mitad de una rebanada,
pero ahora mi estó mago está mareado, así que sacudo la cabeza y me deslizo del taburete.
Beckett está ahí con una mano en mi espalda para estabilizarme. “Has estado durmiendo
todo el día. ¿Por qué no vienes a tumbarte un rato en el sofá ? Intenta permanecer despierto
por un tiempo o estará s despierto toda la noche”.
Dejo que me guíe hasta el sofá y me acomode, pero tiemblo cuando mis piernas desnudas
aterrizan en el cuero frío. Segundos después, me envuelve con una manta y luego se sienta
a mi lado y alcanza el control remoto.
“¿Quieres ver a Jude y Tate recibir una paliza?”
Hace la pregunta con una sonrisa, pero estoy perdido en pensamientos de no tener hogar.
Bueno, al menos, personas sin hogar localmente. Voy a necesitar encontrar otro lugar lo
antes posible. No puedo creer que mi casa haya explotado. Ese pensamiento me hace
respirar con preocupació n y agarrar con fuerza el brazo de Beck.
“Espera, ¿hubo una explosió n? ¿Un incendio? ¿Alguien fue herido? ¡Ash dijo que dos pisos
fueron destruidos! ¿Alguien fue herido?"
Hace una mueca y me dice todo lo que necesito saber, pero le pregunto de todos modos.
"¿Alguien... murió ?"
“Lo siento, cariñ o, dos personas en el piso debajo de tu casa murieron. Hubo algunas otras
lesiones pero no conozco todos los detalles. Tuviste mucha suerte de no estar allí, Sav”.
Aparto mi mano y lucho contra má s lá grimas por esa pobre gente cuando Ash grita una
maldició n.
Mis ojos vuelan hacia él y luego hacia la televisió n que está mirando mientras un montó n de
jugadores de fú tbol se desenredan para revelar a Jude al final de la pila. La cá mara se acerca
y, aunque lleva un casco, puedo ver la ira enloquecida en sus ojos.
“É l está preocupado por ti, Peaches. Su cabeza no está en el juego”, explica Beck.
Bajo los ojos hacia el marcador en la esquina de la pantalla y hago una mueca al ver lo mal
que está perdiendo nuestro equipo. Quizá s no pueda ayudar a las pobres víctimas de mi
edificio, pero quizá s pueda ayudar un poco a Jude. El tiempo corre hasta el entretiempo y lo
veo tirar su casco, lo que le valió un rugido del cuerpo técnico.
“¿Dijiste que te ha estado enviando mensajes de texto? ¿Durante el juego?"
Beck sacude la cabeza con una mueca. "Sí, eso le valdrá una suspensió n si lo atrapan".
Dejo caer la cabeza contra el sofá mientras el cansancio me invade. "¿Puedo usar tu
teléfono, por favor?"
Una pequeñ a sonrisa aparece en sus labios mientras lo abre y se lo entrega. Abro su
aplicació n de mensajería y levanto el teléfono para tomarme una selfie. Fuerzo mis ojos
caídos a abrirse má s y levanto una ceja en una mirada un poco severa a pesar de que
parezco un desastre y luego lo subtitulo.
Hola raro
Estoy viendo tu juego en la televisión.
Si vas a jugar para el otro equipo
¿No deberías cambiarte la camiseta?
Presiono enviar, le devuelvo el teléfono a Beck y vuelvo mis ojos hacia la televisió n. Uno de
los entrenadores agarra la camiseta de Jude y lo saca de la fila de jugadores que se dirigen
al vestuario. Lo hace acurrucarse sobre algo y luego Jude gira con su sonrisa familiar y
busca por el campo hasta que encuentra una cá mara apuntando en su direcció n. Hace un
movimiento de disparo con la mano, se agarra dramá ticamente el corazó n y luego me guiñ a
un ojo. Un cá lido resplandor me inunda mientras lo veo salir corriendo del campo.
A excepció n de mi papá , nadie se ha preocupado lo suficiente por mí como para que eso les
afecte de esa manera. Me acurruco má s profundamente en la manta y termino
deslizá ndome contra el cuero hasta que estoy apoyada contra Beck. Intento retroceder
pero él levanta el brazo y me aprieta contra él.
“Lamento lo que dije ese día, Savy. Fue una mierda decirlo y, sinceramente, no lo dije en
serio. A veces, es má s fá cil ser un idiota que admitir algo que te hace sentir... vulnerable.
Algo que pueda abrirte a que te lastimen”.
La forma en que me inclino contra él me hace mirar hacia otro lado, frente a Asher, que está
sentado en el silló n. Su mirada se desliza del comercial de televisió n para encontrarse con
la mía. Entiendo lo que dice Beck a mi propio nivel. Es má s fá cil sacudirme el pelo y
esconderme detrá s de la má scara. Negarme a mostrarle a Asher mi verdadero yo porque
también tengo miedo de abrirme y ser lastimada. Es má s o menos lo mismo.
La mirada de Ash todavía está fija en la mía, así que veo la pequeñ a inclinació n de su cabeza
y lo interpreto como que está de acuerdo con lo que Beck acaba de decir y tal vez,
posiblemente, sienta lo mismo.
Mi cerebro todavía está demasiado cansado y confuso para procesarlo todo ahora, así que
simplemente asiento y apoyo mi cabeza contra su pecho. Mete detrá s de la oreja un mechó n
de mi cabello que me falta y luego se sienta conmigo, sosteniendo mi mano hasta que el
juego comienza de nuevo.
La segunda parte es mejor que la primera y nuestro equipo logra la victoria por tres puntos.
Estoy lista para volver a la cama y me encantaría darme una ducha, pero eso me recuerda
que no tengo… nada. Ni artículos de tocador, ni ropa, ni nada. Beck me vuelve a prestar su
teléfono porque no tengo idea de dó nde podría estar el mío y recurro al envío de Amazon al
día siguiente para obtener lo bá sico que me ayudará a pasar los pró ximos días. Lo
entregaré aquí, pero necesito buscar un hotel cerca del campus para mudarme hasta que
encuentre otro apartamento.
Sé que Stella insistiría en que me quedara con ella, pero está demasiado lejos de la escuela
por el trá fico. Ademá s el hotel estará só lo por unos días. Una semana como mucho. Beck
mira hacia abajo y me ve buscando hoteles cerca del campus y me quita el teléfono de los
dedos. Me da un suave beso en el pelo y murmura:
“No te preocupes por eso ahora. Lo arreglaremos todo mañ ana.
JUDAS
Nunca había sentido esta... picazó n... antes. Una picazó n por estar con alguien, una
mujer. De alguna manera, mi muñ eca se metió debajo de la piel y le prendió fuego,
inundando mi mente hasta que los pensamientos sobre ella me consumen. Es jodidamente
extrañ o. Las chicas son divertidas, me gusta jugar con ellas y follarlas, pero una vez hecho
esto, estoy feliz de que sigan su camino.
Hay algo en Savy que se me ha pegado. Ella es autó noma. Hay una sala entera llena de
gente, pero ella está sola en medio y deja que todo fluya a su alrededor. No intenta
aferrarse a la multitud ni insertarse en ella. Savy tiene este escudo a su alrededor detrá s del
cual permanece mientras observa y parece estar totalmente de acuerdo con estar sola. Ella
es como una isla en sí misma. Es algo que me llama. Quiero ser una isla con ella.
He estado rodeado toda mi vida de gente. Viniendo de una familia tan numerosa con siete
hermanos, innumerables tías, tíos y primos, siempre sentí que tenía que luchar por
cualquier migaja de atenció n o afecto que alguien me arrojara. Luego aquí está esta chica
que me mira, se concentra en mí y realmente me ve. Creo que ella ve má s allá de la fachada
que pongo ante tantos, la lucha que vivo, por atenció n y afecto, y ve debajo de ella. No sé
por qué, pero quiero que siga mirando, que vea má s profundamente en mí.
Estoy agradecido de que el viaje a casa haya sido corto y no de una noche como lo son
algunos de nuestros partidos fuera de casa. Odiaba dejarla tan pronto después de que salió
del hospital. Saber que ella me estará esperando en mi cama, toda cá lida y suave, ha tenido
mi polla dura durante todo el vuelo y el viaje a casa. Sé que no está lista para eso, incluso si
no estuviera enferma, pero eso no cambia lo mucho que quiero quitarle esa ropa desaliñ ada
para llegar a las curvas jugosas que sé que se esconde debajo de ellas.
Apenas reconozco las buenas noches de Tate mientras subo las escaleras corriendo para
llegar a ella. Me detengo justo dentro de la puerta de mi habitació n y escucho su suave
respiració n con una sonrisa y luego me quito la ropa. Mis pulgares se enganchan en mis
boxers pero me detengo y los dejo puestos. No tiene sentido asustar a mi muñ eca... todavía.
Ese juego de beber que se descarriló me hizo saber lo inocente que es y habrá mucho
tiempo para ensuciar a mi chica cuando se recupere y se sienta má s có moda conmigo.
Me deslizo entre las sá banas frías y me acerco a su cá lida espalda, entrelazo mis piernas
con las de ella y acaricio con la nariz su espeso cabello que huele levemente a duraznos.
Savy se mueve contra mí mientras mi piel fría se encuentra con su calidez y su murmullo se
vuelve espeso por el sueñ o.
“¿Judas? ¿Está s de vuelta?"
“Te extrañ é, muñ eca. ¿Có mo te sientes?
Ella se estira contra mí frotando ese culo redondo que quiero desesperadamente morder
contra mi dura polla y se queda quieta cuando lo siente. Paso mis dedos por debajo de su
camiseta y froto pequeñ os círculos contra su estó mago.
“B-mejor. La comida me ayudó a aclarar un poco la cabeza”.
Puedo escuchar los nervios en su voz cuando la toco y me muerdo el labio para mantener la
sonrisa. Sé que pasó la noche en la cama de Tate y Beck, pero estoy casi seguro de que no
pasó nada o, si algo pasó , fue algo pequeñ o. No creo que me importe compartir mi muñ eca
con los demá s si se suman, pero quiero ser yo quien le dé todas las novedades que se ha
estado perdiendo.
Gimo en su cuello pensando en todas las cosas que voy a enseñ arle, a mostrarle, y eso me
hace querer que esté aú n má s cerca, así que la giro y la coloco encima de mí con sus piernas
entre las mías. Su largo cabello cae como una cortina para cubrirme y sin sus lentes, puedo
ver sus ojos, grandes y muy abiertos. Froto su nariz con la mía.
"Como tenerte en mi cama cuando llego a casa, cariñ o".
Una de sus manos se levanta y tentativamente me alisa el cabello hacia atrá s y su voz es
apenas un susurro.
"Me gusta estar en tu cama cuando llegas a casa".
Gimo por lo jodidamente perfecta que es esta chica mientras mis manos recorren su
espalda debajo de su camiseta. Su piel se siente como seda cá lida y me hace preguntarme
por qué nunca me he tomado el tiempo para tocarla así. El sexo siempre ha sido algo
rá pido, duro, impulsado por la lujuria. Nunca quise simplemente mover mis manos
lentamente, sentir todos los huecos y curvas de una mujer como lo hago con mi muñ eca.
Mis labios rozan los de ella en un baile lento y dulce mientras siento el temblor recorrerla
desde mis manos en su espalda. Quiero acariciarla, acariciarla, aumentar su excitació n
hasta que jadee de necesidad por mí. Y luego quiero arruinarla por cualquier otro hombre
que no sea yo.
Mis manos bajan hasta el hueco de su espalda y se deslizan debajo de los boxers que lleva
para acariciar su trasero y luego presionar su montículo contra mí para que mi polla dura
como una roca pueda penetrarla. Savy respira con un pequeñ o jadeo estremecido y lo
aprovecho para deslizar mi lengua entre sus labios y rozar los suyos. Ella es tan
jodidamente dulce que tengo que esforzarme para no voltearla de espaldas y chocar contra
ella. Sigo acariciá ndola con mis manos y mi lengua hasta que hace pequeñ os ruidos de
gatito que hacen que mi cabeza dé vueltas por la necesidad animal, así que la deslizo fuera
de mí y la acomodo contra mi costado.
“Necesitas descansar, cariñ o. No está s completamente recuperado. Duerme, muñ eca”.
"Estoy bien. No tenemos que parar”, me dice con un ligero tono quejoso, haciéndome
sonreír antes de darle un suave beso en el cabello.
“No, te quiero con plena salud antes de hacerte gritar mi nombre. Vete a dormir, muñ eca.
Estaré aquí cuando te despiertes”.
Su respiració n no tarda mucho en estabilizarse, lo que me dice que realmente necesita
descansar. Tumbada aquí con ella durmiendo en mis brazos, tan suave, tan dulce, algo que
nunca antes había conocido hace que un cá lido brillo comience en mi pecho. Es una
necesidad feroz de conservarla, protegerla, poseerla, y só lo me lleva unos momentos
aceptarlo y abrazarlo. Ella es jodidamente mía. Me la quedo.
Tumbada aquí en la oscuridad y escuchando a Savy respirar, empiezo a pensar en quién
pudo haberle hecho esto a mi chica y có mo voy a joderle el coñ o a esa hermana suya que se
atrevió a lastimar lo que es mío.
TATE
Cuando el sol me despierta, gimo mientras estiro mis mú sculos rígidos. Me duele todo
por la paliza que recibí en el campo durante el partido de ayer. Esa primera mitad fue
brutal y me recuerda por qué no necesito mujeres que me jodan la cabeza. Cuando Jude me
mostró el mensaje de texto de Savy en el entretiempo, fue como si se activara un
interruptor en mí y pude hacer mi maldito trabajo en el campo nuevamente. Por mucho
que odio a ese bastardo, mi padre tenía razó n sobre la distracció n.
Me doy la vuelta y saco mi teléfono del cargador y aprieto los dientes al ver cuá ntas
notificaciones hay de él. Ya puedo escuchar la mierda que me va a tirar por lo mal que
jugué. Los borro a todos, no estoy de humor para lidiar con él hasta que me despierte y
tome un poco de café y haga ejercicio.
Encuentro a Jude en la cocina cantando 'Wannabe' de las Spice Girls en un falsete chirriante
mientras llena dos platos para el desayuno. Cuando intento rodearlo para llegar al café,
sube el volumen e intenta secar mi cadera, lo que me hace apartarlo, pero eso quita algunas
de las nubes oscuras sobre mi cabeza.
"Vete a la mierda o te doblaré sobre el mostrador y te haré tocar esas notas
correctamente".
Vuelve a sus platos con una amplia sonrisa y un guiñ o. “Te gustaría poder tener mi trasero,
perro T. Lá stima que Savy sea el dueñ o ahora”.
Eso hace que la oscuridad vuelva a entrar y golpeo una taza contra el mostrador y sirvo
café en ella. ¡Mierda! Necesito sacarla de mi cabeza, pero saber que Jude ha reclamado lo
que era mío, falso o no, me hace querer golpear su cara sonriente. Distracció n o no, necesito
saber có mo está .
"¿Como es ella? Ash dijo que anoche todavía estaba inestable cuando bajó .
Se da vuelta y se apoya contra el mostrador con una mirada soñ adora en su rostro. "Como
mantequilla tibia y sedosa bajo mis dedos, así es".
Mi mandíbula se aprieta y él lo ve y se ríe.
“Ajá , entonces sabes có mo se siente. Sé que no te la follaste, entonces, ¿qué hiciste con ella
cuando la tuviste en tu cama?
Quiero borrar esa sonrisa de satisfacció n de su cara, así que sonrío y se lo digo. "Digamos
que ella hará que tu polla llore cuando ese apretado coñ o apriete tus dedos mientras se
corre".
Mis palabras tienen el efecto opuesto al que quería cuando su sonrisa se hace má s grande.
"¡Está bien! Supongo que sabré qué esperar cuando ella haga eso en mi lengua”.
Dejo mi café en el fregadero con un gruñ ido y paso a su lado de regreso a las escaleras, su
risa siguiéndome. Necesito hacer pesas y limpiar mi cabeza de cada parte de la chica que ya
no es mía. Voy directamente a la habitació n de invitados donde tenemos nuestro gimnasio
y maldigo cuando descubro que lo han vaciado por completo. ¡Mierda! Joder, olvidé que
iban a trasladarlo todo al só tano.
Cuando fuimos a buscarle una bolsa a Savy de su apartamento y descubrimos que ya no
estaba, todos estuvieron de acuerdo en que dependía de nosotros cuidarla y que ella
vendría a quedarse con nosotros hasta que pudiera encontrar otro lugar. Incluso Ash
rá pidamente estuvo de acuerdo en ponerla en la habitació n de invitados después de lo que
había pasado. Ahora, lo ú nico en lo que puedo pensar es en lo jodido que será para mí
tenerla aquí constantemente y que me haga girar desde la habitació n vacía para marchar
hacia lo de Jude. No puedo tener una chica jugando con mi cabeza. Necesito concentrarme.
Necesito…
Su cabello, esa sedosa masa de chocolate en la que nunca llegué a tocar, está extendido
sobre la almohada de Jude. Hay un suave color rosa en su piel mientras duerme y me hace
recordar lo pá lida que estaba acostada en la cama del hospital. Sin permiso, mis pies cruzan
la habitació n mientras todos los pensamientos de sacarla de mi cabeza desaparecen, hasta
que estoy al lado de la cama y mi mano alcanza para apartar parte de su cabello de su cara.
Esos suaves labios rosados se separan mientras suspira en sueñ os y me muevo para
sentarme a su lado en el borde de la cama mientras sus pestañ as se abren y se revelan sus
somnolientos ojos azul cielo.
Tengo que forzar mis manos para no alcanzarla, levantarla y llevarla a mi cama, donde
pertenece, mientras parpadea hacia mí. En lugar de eso, paso mis nudillos por su mejilla.
“Buenos días, niñ a. ¿Có mo te sientes?" Pregunto, mi voz baja y suave como si tuviera miedo
de asustarla.
Se estira y mis ojos se posan en la forma en que la camiseta que lleva puesta se estira sobre
su pecho haciendo que se me seque la boca.
“Mejor, má s yo mismo. ¿Dó nde está Judas? —Pregunta y retiro mi mano de su cara,
recordando que no es mía para tocarla así.
“É l te está preparando el desayuno. Volverá en un minuto”.
Ella mantiene sus ojos en mí y veo la mirada cautelosa en ellos. La ú ltima vez que hablamos
fue antes de que ella tuviera la reacció n alérgica y yo la arruinara otra vez.
“Lo siento, Savy. Lamento que te lastimaran en la fiesta y lamento haberte lastimado con
mis tonterías. Parece que sigo jodiendo todo contigo. Ya no quiero hacer eso”.
Sus ojos se suavizan y toma mi mano, dá ndole un pequeñ o apretó n. "No quiero pelear
contigo, Tate, pero tampoco quiero volver a montar un espectá culo".
Levanto su mano, desenrosco sus dedos para depositar un beso en su palma. “Yo tampoco
quiero eso. No es justo para ti. Lamento haberte puesto en esa posició n. Entiendo que ahora
está s con Jude. Yo solo deseo…"
Su ceñ o se frunce y sus ojos se apartan de los míos. "No sé…"
“¡Oye, compañ ero de cuarto! ¡Te traje el desayuno a la cama! Jude grita cuando entra con
dos platos llenos de comida. Savy retira su mano de la mía y se desliza en la cama para
apoyarse en las almohadas y luego comienza a mirar a su alrededor como si estuviera
tratando de encontrar algo con el ceñ o fruncido.
Agarro sus gafas de la mesa de noche y se las entrego. Tan pronto como se deslizan para
oscurecer sus hermosos ojos, sus manos suben para recoger todo ese cabello y comienza a
enrollarlo en el moñ o que siempre usa. Mientras la veo hacerlo, me doy cuenta de que es su
escudo. Se esconde detrá s de sus gafas y su moñ o como si eso la protegiera del mundo. Ella
me lanza otra mirada cautelosa antes de volver su atenció n a Jude con una pequeñ a sonrisa.
“Gracias, no tenías que hacer eso. Estaré lejos de ti tan pronto como lleguen mis paquetes y
tenga algo de ropa para ponerme. Hay un hotel decente cerca del campus al que planeo
mudarme hasta que pueda encontrar otro apartamento”.
Jude deja caer los platos en su mesa de noche y salta sobre la cama para dejarse medio
sentado en su regazo.
“¡No, no está sucediendo! Te quedará s aquí con nosotros”.
Savy se pone tenso y me lanza una mirada. “Um, eso es increíblemente generoso de tu parte
pero… yo, uh, todos necesitamos nuestro propio espacio, Jude. Un hotel es la mejor opció n.”
No parece importar que hace apenas unos minutos la quería fuera y lejos de mí mientras
las palabras brotan.
"Hemos limpiado la habitació n libre para ti", le digo.
"Ya te pedí una cama para ello", interviene Jude, "aunque me gustas justo donde está s, por
lo que es posible que no se use mucho".
Ella todavía niega con la cabeza. “De verdad, gracias, pero Ash no me quiere aquí tal como
está . Quedarse aquí a tiempo completo no es justo para él. Esta es su casa. No debería
haber…”
Jude la interrumpe. “¿Quién crees que arrastró la mayoría de las pesas al só tano? É l y Beck
lo limpiaron mientras Tate y yo está bamos en el juego”. É l trepa por su cuerpo y se acerca
nariz a nariz con ella y yo me levanto, sintiéndome como un intruso. “Quédate conmigo,
nosotros, muñ eca. No te arrepentirá s”.
Empiezo a retroceder hacia la puerta. “Honestamente, Savy, queremos que te quedes. Para
eso está n los amigos. Te-te veré má s tarde”.
Salgo de allí mientras Jude comienza a besar cualquier objeció n y me dirijo al só tano para
castigar mi cuerpo. Es lo ú nico que se me ocurre hacer ahora mismo para intentar sacarla
de mi cabeza otra vez.
SALVO
“¿ Has visto mi teléfono? Estaba en mi bolso durante la cena. Le pregunto a Jude una vez
que terminamos de comer una extrañ a combinació n de desayuno con tostadas, tocino y
sobras de fideos tailandeses.
Se levanta de la cama para tomar mi plato y luego cruza la habitació n hacia su armario y
regresa con el pequeñ o bolso azul que había estado usando esa noche.
“Espero que no te importe. Tu celular estaba explotando cuando estabas loco. Tu amiga
Stella se había enterado de lo del apartamento en las noticias y estaba asustada, así que le
envié un mensaje de texto desde tu teléfono. Simplemente le hice saber que estabas bien y
le conté lo que había sucedido. Dijo que te dijera que no te preocuparas por tus turnos de
esta semana, que buscaría a otra persona para reemplazarlo.
Mi mano se congela mientras busco mi bolso cuando escucho eso, pero él no nota mi
vacilació n y sigue divagando.
"Sé que trabajas en la biblioteca, pero ¿cuá l es tu otro trabajo, muñ eca?"
Esquivo su pregunta con un gemido. "¡Oh, no! Voy a tener que reemplazar todo para la
escuela, así como todas mis otras cosas. Necesito enviar un correo electró nico a mis
profesores para informarles que parte de mi trabajo se entregará tarde. Al menos la mayor
parte está en la nube, por lo que no tengo que empezar de cero. Esto es un desastre”.
La culpa me inunda por mentirle aunque sea por omisió n sobre trabajar en el club. Todo
esto es demasiado nuevo, sea lo que sea con él y todavía no estoy lista para compartir mi
otra vida como mariposa. Jude apoya su cabeza en mi regazo mientras reviso mi teléfono y
veo todo lo que me perdí en los ú ltimos dos días mientras estuve fuera de servicio.
"Estoy seguro de que el seguro del edificio lo cubrirá , pero puede que tarde un poco en
llegar. Puedo comprar lo que necesites por ahora, muñ eca".
Mi teléfono cae a un lado para poder ver su rostro y simplemente miro a este dulce, dulce
hombre.
"Tienes que moverte para que pueda besarte", le digo en voz baja.
Sus cejas se levantan mientras una sonrisa destella y luego me levantan de las almohadas
para quedarme acostada y él se acomoda sobre mí. Dios, sus ojos dorados lo hacen por mí.
Rozo mis labios suavemente sobre los suyos.
“No tienes que comprarme nada, Jude. Tengo mi propio dinero pero gracias. Es muy amable
de tu parte ofrecerme y gracias por dejarme quedarme aquí también”.
Lo beso de nuevo, y luego otra vez, esta vez má s profundamente, hasta que siento que se
espesa contra mi pierna. Mi estó mago comienza a revolotear y un dolor leve comienza a
florecer entre mis piernas, así que lo beso aú n má s profundamente y dejo que nuestras
lenguas se enreden. Cuando Jude se aleja, rompiendo el beso, un hombre diferente me mira.
Es intenso y todo tonto, la dulzura ha desaparecido de su expresió n.
Sus dedos muerden mi cintura. "Quiero saborearte, muñ eca. Estoy desesperado por verte
desnuda, extendida ante mis ojos, mi boca. Quiero saber có mo se siente cada parte de ti en
mi lengua. Quiero tu sabor en mis labios. Te quiero sin sentido y agitá ndote debajo de mí
hasta que me ruegues que pare. Muñ eca Savy, entrégate a mí”.
Prá cticamente estoy jadeando por sus eró ticas palabras y sé que los boxers que llevo
puestos se está n humedeciendo. Trago fuerte, miro hacia la puerta y cuando veo que Tate la
cerró al salir, me vuelvo hacia Jude y golpeo mis labios contra los suyos, dá ndole permiso
para tomar el control. Agarra mis gafas y las tira al otro lado de la cama y luego muerde,
chupa y lame mi boca mientras sus manos recorren mi cuerpo de arriba a abajo. Las
sensaciones de contacto me inundan y quiero má s, necesito má s… Agarro el dobladillo de
mi camisa y la levanto por encima de mi cabeza, desnudá ndome ante él, pidiéndole que me
toque sin palabras. No tengo idea de dó nde está mi sostén, así que él lo ve todo y no me
importa. Cualquier pensamiento de timidez que pudiera haber tenido se desvanece por la
expresió n de deseo en su rostro mientras sus ojos ardientes se enfocan en mis senos y el
gemido casi animal que deja escapar.
"Joder, eres perfecto".
Luego mis ojos se ponen en blanco mientras su lengua recorre uno de mis pezones
apretados y sus labios se agarran y tiran de él suavemente. Sus manos agarran mis pechos y
los aprietan mientras arrastra su boca por mi pecho para provocar el otro capullo apretado.
Gimo y jadeo ante las sensaciones que me inundan. Esto es algo nuevo, algo que nunca
antes me habían hecho. Hunter y Tate apenas tocaron mis pechos, así que no sabía cuá n
sensibles serían cuando Jude los comiera. Todo comienza a apretarse en mi centro y mis
uñ as se clavan en sus hombros. Arqueo la espalda, lo que hace que succione mi pezó n aú n
má s fuerte, para meterlo má s profundamente en su boca mientras una ola de placer que no
vi venir se estrella sobre mí. Mis muslos se aprietan contra su pierna mientras un pulso tras
otro me recorre y Jude gime y suaviza sus labios contra mí.
"Fó llame, acabo de hacerte venir, ¿no?" Pregunta, pero no puedo formar palabras para
responder. Todo lo que puedo hacer es tomar aire para que él se aleje y se siente entre mis
piernas. "¡Maldito calor! Apellido Ever, nombre Greatest”.
Todavía estoy mareada por el orgasmo mientras él mira cada centímetro de mi pecho
desnudo. Se lame los labios y sacude la cabeza con una expresió n hambrienta en el rostro.
“Maldita sea, muñ eca. Se suponía que el primer orgasmo que te di sería en mi lengua.
É l toca mis muslos desnudos y los recorre lentamente por mis piernas hasta que agarra el
dobladillo de los boxers y su voz se vuelve espesa y ronca.
"Voy a necesitar probar ese semen, así que tendrá s que hacerlo de nuevo".
Arranca los boxers por mis piernas y los arroja a un lado y luego separa mis rodillas,
exponiéndome por completo. Algunos de los conjuntos que uso en el club cortan muy cerca
de la línea del bikini, por lo que me hago depilació n lá ser dejá ndome completamente limpia
de vello. Estoy nerviosa por ser tan abierta con él y una parte de mí quiere cerrar las
piernas, pero la forma en que se muerde el labio y la mirada de adoració n que veo me hace
lo suficientemente valiente como para no luchar para cerrarlas.
Sus dedos se deslizan por la parte interna de mi muslo hasta que roza la parte posterior de
ellos sobre mi montículo desnudo, haciéndome temblar.
"Ese es el coñ o rosado má s bonito que he visto en mi vida, cariñ o. No puedo esperar para
follarlo crudo y rojo".
Mis piernas se tensan bajo sus manos, lo que hace que mire hacia arriba y sus ojos se
suavicen.
“No, cariñ o, aú n no hemos llegado a ese punto. Necesito subirte de nivel primero. No te
preocupes, conozco todos los có digos de trucos”.
Se deja caer y pasa su lengua por mis pliegues hú medos provocando una sacudida de
lujuria tan fuerte que me sacude que mi espalda se levanta de la cama en un arco. Su lengua
hace cosas, me hace sentir cosas que nunca creí posibles. Me convierte en un animal cuando
me golpeo contra su boca, queriendo má s. Mis dedos se deslizan en su cabello rubio blanco
y tiran, y los gemidos de aprobació n que hace simplemente me alientan. Su lengua es como
un arma de destrucció n masiva que va desde rodear mi clítoris hasta penetrarme y me folla
superficialmente, sus manos debajo de mi trasero levantá ndome e incliná ndome para
poder llegar lo má s profundo posible.
Se retira pero luego sus dedos pasan por mi humedad antes de sumergirse profundamente
en mi interior.
"Qué jodidamente apretado, muñ eca. Tan caliente y hú medo. Tu coñ o va a estrangular mi
polla, cariñ o. Pero qué maldita manera de irse, ahogado y ahogado en miel.
Me folla con su dedo y luego agrega otro y siento el ardor del estiramiento, pero su boca
vuelve a caer sobre mi carne sensible y luego todo lo que puedo sentir es éxtasis. Esta vez
es como una tortura exquisita, puedo sentir la ola creciendo, prepará ndose para estrellarse.
Se construye y se construye y le clavo las uñ as en los hombros mientras gimo su nombre.
“¡Judas, Judas, JUDAS!”
Y luego es solo un ruido que sale de mi boca mientras mi visió n se llena de colores y
estallidos de estrellas. Me balanceo y muevo contra su boca tratando de prolongarla hasta
que llega el ú ltimo pulso y mi cuerpo se disuelve nuevamente en las sá banas.
Jude sube besando mi cuerpo hasta quedar entre mis piernas. Puedo sentir su dureza
acurrucada contra mi coñ o y eso provoca que una réplica me sacuda.
“Savy, eres jodidamente perfecta. No puedo esperar para volver a hacerlo. Tenemos que
compensar todo lo que te has perdido. Al diablo con la brecha salarial, tenemos que
solucionar la brecha de orgasmos con la que has estado lidiando”.
Solté una risa y entierro mi cara en su cuello. Huele a mí y a ese aroma cítrico de Jude que
me encanta. Paso mis labios por su piel caliente y, sintiéndome valiente, deslizo mi lengua
para lamer el hueco de su garganta. Sus dedos muerden mi cadera y se aleja de mí.
"No puedo soportar mucho má s de tu dulce boca conmigo, muñ eca".
Lo miro con el ceñ o fruncido. “¿Qué… qué hay de… tú ? ¿No quieres…?
Pasa su pulgar por mi labio inferior y luego se inclina para mordisquearlo.
“Tengo todo lo que necesito aquí, cariñ o. No necesito nada má s por ahora”.
Me acerca y mete mi cabeza contra su pecho y no puedo detener la sonrisa. Creo que estoy
en problemas aquí, pero... creo que estoy bien con eso.
SALVO
Pasamos buena parte del día en su cama. Jude hace algunos deberes y escribo
correos electró nicos a todos mis profesores para informarles de mi situació n. Me pongo al
día con Stella por mensaje de texto y hacemos un plan para ir al centro comercial mañ ana
para reponer la mayor cantidad posible de lo que perdí. Hay mensajes de Mark llenos de
preocupació n y disculpas por abandonar el evento justo antes de mi reacció n. Le respondo
un mensaje de texto asegurá ndole que estoy bien y que los médicos me dieron el alta.
Mi entrega de Amazon llega al mismo tiempo que lo hace el colchó n que pidieron para mi
habitació n, mientras lo suben, me ducho y me limpio con los artículos de tocador que
vinieron. Pedí lo bá sico de la ropa para que me durara unos días, limitá ndome a un par de
calzas, suéteres gruesos y có modos, ropa de dormir y calcetines, y algo de ropa interior. Los
pantalones y las faldas tendrá n que esperar ya que tengo que probá rmelos para
asegurarme de que se ajustan bien a mis caderas má s grandes. Las botas, la chaqueta de
invierno y el bolso bandolera que pedí no son mis favoritos, pero servirá n por ahora.
Cuando Jude regresa a la habitació n, estoy limpia y vestida con mi ropa nueva y enrollando
mi cabello hú medo encima de mi cabeza. Hace pucheros y se tira sobre la cama.
"¡No es justo! Me gustas con MI ropa, muñ eca. ¡Desnú date y ven aquí!
Sacudo la cabeza con una sonrisa y me reú no con él en la cama, pero me dejo la ropa
puesta.
“Bueno, es bastante bá sico en este momento, pero ya tienes un dormitorio. La buena noticia
para mí es que no hay sá banas, mantas ni almohadas, así que tendrá s que quedarte aquí
conmigo otra vez”.
Me coloca entre sus piernas, me pone boca abajo para que mi barbilla descanse sobre su
pecho y suavemente me quita las gafas.
“Necesito ver esa tristeza posparto, muñ eca. Seré tu ojo visual, Jude, y simplemente te
guiaré.
Parece que no puedo dejar de tocar a este hombre, así que trazo sus labios con la punta de
mi dedo y lo paso por su barbilla y por su mandíbula.
"¿Dime algo sobre ti? Lo ú nico que sé es que eres una especie de maravilla del fú tbol que
anota todos los puntos”.
É l sonríe ante eso. "Sí lo hago. ¿Realmente no sabes nada de fú tbol?
"No. Muy poco. He asistido a dos partidos y antes nunca había visto uno en la televisió n.
Tate dijo algo sobre un draft pero no sé qué significa eso realmente. Pero quiero saber de ti
el hombre, no el futbolista”.
Una mirada pensativa cruza sus ojos dorados y me aprieta má s fuerte con una mano
agarrando mi trasero.
“Sabes, creo que eres la primera chica que me pregunta eso desde que estoy aquí. Creo que
puede que te pase algo, muñ eca.
Le pongo los ojos en blanco. “Vamos, deja de dar vueltas. Há blame de ti, Judas. Tengo
muchas ganas de saber."
"Está bien, está bien, deja de molestar, mujer". Tararea un ruido y luego se lanza a un
rá pido resumen de sus antecedentes. “Crecí en un barrio de mierda en Boston. Tengo seis
hermanos, cuatro que todavía está n vivos, dos que no está n en prisió n. Mi papá ha estado
entrando y saliendo de la cá rcel toda mi vida y mi mamá es una maldita santa al tratar con
todos nosotros. Ash ha sido mi mejor amigo desde que teníamos seis añ os y usé mis
habilidades futbolísticas para sacarnos a ambos de ese lugar. Mi historia no es agradable,
muñ eca, pero estoy tratando de darle una segunda mitad mejor”.
Mi ceñ o se arruga cuando me doy cuenta de que eso es todo lo que me va a decir. Quiero
pedir má s, pero me doy cuenta de lo injusto que es de mi parte cuando quiero mantener en
secreto gran parte de mi propia historia. Entonces, en lugar de pedir má s, trato de
transmitir mi comprensió n, mi compasió n, con mis ojos y empujo hacia arriba para deslizar
mis labios suavemente sobre los suyos.
“Estoy empezando a creer que podemos tener la vida que queramos si somos lo
suficientemente valientes para alcanzarla. Creo en ti, Judas. Creo que puedes tener lo que
quieras”.
Sus dedos se flexionan sobre mis caderas y sus ojos se vuelven oscuros e intensos. "Estoy
empezando a creer que estoy buscando la vida que quiero".
Mi corazó n da un lento vuelco en mi pecho, sabiendo que se refiere a mí por la mirada en
sus ojos, así que asiento lentamente con la cabeza porque, sí, creo que eso es lo que yo
también quiero.
Nos quedamos juntos en la cama el resto del día. Me cuenta có mo funciona el borrador y
me sorprenden los posibles niveles financieros que pueden alcanzar y los respaldos
actuales que tiene. Le hablo de la doble especializació n en la que estoy trabajando y de que
quiero tomarme un añ o sabá tico después de graduarme para viajar antes de ir a trabajar.
Lo mantengo vago, sin explicar nunca que la carrera de negocios es para el puesto que
asumiré en la empresa de mi padre... pronto la mía, y que la especializació n en inglés es
solo para mí debido a mi amor por ella. Me cuenta las preocupaciones que lo atormentan
por estar separado de Ash, Tate y Beck una vez que se vaya para convertirse en profesional
y empiezo a comprender cuá n profundo es su vínculo.
Cuando la luz del día se va y la habitació n se oscurece, finalmente salimos de la cama en
busca de comida. Jude me envía delante de él para que pueda usar el bañ o y cuando salgo al
pasillo, Beckett también sale de su habitació n. Respiro con admiració n por su apariencia.
Lleva un elegante traje negro que complementa sus anchos hombros con una camisa de
vestir gris oscuro debajo y una corbata negra. Su cabello está peinado hacia atrá s con un
producto que hace que su mandíbula cuadrada parezca aú n má s afilada. Se ve oscuro, tal
vez un poco peligroso y tan jodidamente sexy que no puedo no lamerme los labios.
Sus gélidos ojos azules se fijan en mí ante el ruido que hice inconscientemente y arrastran
por mi cuerpo, observando las mallas, el suéter largo y los calcetines gruesos que llevo
puestos. Casi jadeo de nuevo cuando esos ojos se calientan de deseo.
"Te ves... muy bien, Beck".
Entrecierra los ojos y camina hacia mí, apoyá ndome contra la pared del pasillo,
enjaulá ndome con sus gruesos brazos a cada lado de mi cabeza.
“No hagas eso. Te he visto hacer eso antes y no me gusta”.
Trago con fuerza ante la sensació n de que los nervios de repente me llenan mientras un
latido caliente palpita entre mis piernas por lo cerca que está de mí y me obliga a hablar.
“¿Ha-hacer qué?” —chillo.
“Te censuras a ti mismo. No dices lo que realmente piensas. Ve a lo seguro, Peaches. Tu
escondes."
Tiene toda la razó n, pero nadie lo había visto antes y me lo había dicho. No sé si lo que pasó
entre Jude, Tate y yo me ayuda a darme coraje o no, pero con su boca tan cerca de la mía y
su aroma cá lido y especiado envolviéndome, digo exactamente lo que pensé al verlo. se
parece a esto.
"Creo que, con ese aspecto, podrías dejarme embarazada... con solo la punta".
Sus ojos azules se vuelven eléctricos de lujuria y un gruñ ido de necesidad cae de sus labios
carnosos mientras se inclina aú n má s cerca de mí. Una de sus grandes manos cae de la
pared para agarrar el dobladillo de mi suéter, lo levanta y presiona una palma ardiente
contra mi estó mago y aprieta ligeramente. Su voz sale en un gruñ ido profundo.
“No só lo la propina, todo yo. En lo má s profundo de ti, Peaches, para poder inundarte con
mi semen.
Deja caer la cabeza y pasa la nariz por el costado de mi cara, inhalá ndome y el calor
hú medo llena mi coñ o mientras mis ojos se cierran.
"Te llenaría una y otra vez y cuando mi semen comenzara a salir de ti... lo empujaría hacia
adentro... con mi lengua".
Mi nú cleo late y mi clítoris palpita ante sus sucias palabras. Mi cara debe ser del color de un
tomate por lo fuerte que me estoy sonrojando y gracias a Dios por la pared en la que estoy
apoyado o ahora mismo estaría en el suelo.
Beck se aleja de mí con una leve sonrisa y pasa un dedo por mi labio inferior, siguiéndolo
con sus ojos. “Deja de esconderte, Peaches y obtendrá s todo lo que puedas desear y mucho
má s. Qué tengas buenas noches."
Me deja allí, un desastre tembloroso contra la pared, sin mirar atrá s. Casi salgo de mi piel
cuando el hombro de Jude golpea la pared a mi lado. La culpa aparece rá pida y fuertemente
porque estoy deseando descaradamente a su amigo. Jude levanta mi barbilla y debe leer la
culpa en mis ojos porque sonríe y se muerde el labio inferior.
“¿Recuerdas lo que le hice a tu cuerpo esta mañ ana, muñ eca? ¿Qué tan bien te hice sentir?
Trago fuerte y asiento, pensando que me está recordando que soy suya.
“Ahora imagina có mo se habría sentido… con dos bocas encima. O tal vez incluso má s…”
Mi boca se abre en estado de shock cuando él levanta una ceja y me mira como si me
estuviera desafiando a responder. Sin embargo, es só lo un momento y aú n no he
comenzado a procesar esa bomba antes de que él me aleje de la pared.
"Comamos. ¡Estoy hambriento!"
Tropiezo tras él tratando de entender el hecho de que Jude acaba de decirme que podía
tener a todos sus amigos. Mierda.
SALVO
“Por mucho que lamento que lo hayan perdido todo en el incendio, tienen que mirar el
lado positivo, nenas”, me dice Stella mientras sostiene un par de jeans ajustados.
La miro de reojo y espero el remate que sé que se avecina. "Oh sí, ¿y qué es eso?"
Ella me golpea con un guiñ o. "Toda esa maldita pana debe haberse quemado caliente y
rá pido".
Suspiro profundamente, lamentando todas mis faldas y pantalones de pana que constituían
una buena parte de mi guardarropa y brevemente me pregunto si puedo conseguir que
Martha me envíe un paquete de ayuda. Ni siquiera sé en qué tiendas compró para
encontrarlo todo. Me muerdo el labio mientras Stella añ ade los jeans ajustados al montó n
de ropa que quiere que me pruebe. Creo que nunca antes había tenido un par de jeans, y
mucho menos un par ajustado. Martha no creía que los jeans fueran elegantes para una
dama. Eso me recuerda mi extrema falta de comportamiento femenino ú ltimamente y
siento mariposas en el estó mago. Como si pudiera decir dó nde estaba mi mente, Stella nos
regresa a todo lo que le dije que había sucedido ú ltimamente.
“¿Te asusta? Estar con má s de uno de ellos, quiero decir. Has pasado de cero a cien casi
instantá neamente. Primero el mariscal de campo, luego su compañ ero de equipo y ahora
tal vez su otro compañ ero de cuarto”.
Hago una mueca por có mo eso me hace sonar como una puta y luego me detengo a
considerar si tal vez lo soy. No he tenido relaciones sexuales con ninguno de ellos...
todavía... pero he estado con Jude y Tate de otras maneras. Ahora no puedo sacarme de la
cabeza las palabras de Beckett ni la fá cil aceptació n de Jude. Quizá s ahora soy una puta.
Vivo en una casa con tres... cuatro... hombres que me atraen y que todos me toquen, me
follen, no me disgusta. Me excita má s de lo que pensé que podría ser. Me quejo en voz baja,
¡el maldito porno de hadas me ha arruinado por completo!
“¡Vaya, vaya, Savy! No te estaba avergonzando, cariñ o. Só lo estaba comprobando si te
sientes có modo con todo esto”.
Cuando no la miro a los ojos, tira a un lado la blusa que estaba mirando y me agarra por los
hombros para mirarla.
“Escucha, me he acostado con tantos payasos que deberían salir globos y algodó n de azú car
de mi va-jay-jay cuando abro las piernas. En serio, tengo un recuento de cadá veres chapado
en oro y no me avergü enzo de ello. No hay absolutamente nada de malo en querer o estar
con má s de un chico. ¡Mientras todos estén de acuerdo y sean buenos contigo, entonces ve a
buscarlos, niñ a!
Ruedo mis labios y asiento lentamente. “No sé sobre Tate. Había algo allí, algo se estaba
construyendo entre nosotros, pero ya no confío en él. En cuanto a Ash, bueno, él no está
interesado en mí, al menos no en esta versió n de mí, así que nunca pasará nada allí. Pero
Jude, oh Dios mío, Stella, él, él… ¡sí!” Ella se ríe mientras mi cara se pone roja brillante. “En
cuanto a Beckett, las cosas que dijo, ¿qué quería hacerme? Bueno, creo que entre todos
ellos, si los dejo, me arruinarían por completo”.
Ella arquea una ceja y se abanica preguntando: "¿De la mejor manera posible?"
La miro a los ojos y asiento. "De la mejor manera posible."
Otros compradores se acercan, así que pasamos a otra secció n de la tienda y recogemos
algunos artículos má s antes de dirigirnos al vestuario. Clasifico la pila y pongo los ojos en
blanco hacia Stella mientras levanto una falda de colegiala a cuadros rosa y blanca que
apenas me cubriría las nalgas.
"¿Qué? ¡Es para la Mariposa! Sé que tienes algunos conjuntos en tu casillero del trabajo,
pero necesitará s má s para reemplazar los que perdiste en el incendio. A menos que…"
"A menos que, ¿qué?"
Ella se encoge de hombros. “A menos que estés listo para quitarte la má scara y fusionar
ambas identidades. Está bien si quieren dejar de bailar, nenas”.
Mantengo mis ojos en la falda mientras frunzo el ceñ o. ¿Es eso lo que quiero? Cada día que
paso con ellos, cada caricia, cada beso, me da má s confianza y hace que la má scara que uso
se resbale un poco má s. Sé que eventualmente tendré que contarles todo, pero no estoy
seguro de si confío en ellos lo suficiente como para hacerlo todavía. Tuve suerte con Stella.
A ella nunca le importó ni me juzgó por mi apellido o el saldo de mi cuenta bancaria y
nunca apoyó que yo fuera la Mariposa. Pero tengo conocimiento de primera mano de có mo
la gente me mirará de manera diferente cuando descubran quién soy.
Unos ojos verdes llenos de deseo pasan por mi cabeza. Sé que nunca tendré a Ash, pero
durante dos añ os él me buscó y me miró como si fuera deseable, como si valiera algo
cuando sentía que nadie má s me veía. Sus ojos puestos en mí son una adicció n que no estoy
lista para dejar de lado. No, todavía no estoy listo para renunciar al Butterfly.
“¿Puedes llevarme todos los conjuntos de Butterfly al club y ponerlos en mi casillero? Yo,
no creo que deba tenerlos en la casa donde podrían encontrarlos”.
Me quita la falda con un suspiro. "¿Está seguro? Sabes que tengo un montó n de solicitantes
esperando para llenar tu jaula. Está bien que te quites la má scara, Sav”.
Le dedico una sonrisa tensa y alcanzo la pila de ropa para llevarla al vestuario. "Tal vez
pronto, só lo que... todavía no".
La parte trasera del SUV que alquilé para ese día está cargada con una enorme cantidad de
bolsas de compras cuando el conductor se detiene en mi tienda favorita y una gran sonrisa
llena mi rostro mientras Stella gime.
“Lo juro, usted es el ú nico multimillonario que compra en Target. ¡Eres un bicho raro!
Le golpeo con el codo las costillas en broma. "¡Idioma! Sabes que no me gusta cuando usas
la palabra B. ¿Y qué le pasa a Target? Siempre era un placer cuando Martha me llevaba a
uno mientras crecía. Hay tantas... cosas... que encontrar en ellos”.
Stella me pone los ojos en blanco. "Te refieres a tanta lana".
Le lanzo una mirada asesina mientras las puertas se abren para nosotros. "¡Demá ndame!
Me gusta la ropa có moda y borrosa y esta tienda tiene las mejores cosas. También necesito
conseguir algunos moldes para hornear y suministros. Jude prometió hacerme cosas malas
si empiezo a hornear para él otra vez”.
Ella suelta una carcajada ante eso. "Bueno, supongo que será mejor que consigamos dos
carros si hay promesas sexuales perversas en juego".
Estoy completamente de acuerdo y por una vez, ni siquiera me importa el profundo sonrojo
que se extiende por mi cara.
Dejo a Stella en su casa de camino a casa con sus bolsos y mi ropa de trabajo. No estoy lista
para que ella conozca a los nuevos hombres en mi vida a pesar de que los conoce desde los
dos añ os que llevan en el club. Cuando el conductor llega a la casa, me alivia ver que todos
los autos se han ido del camino de entrada. Es lunes así que todos deberían estar en clase o
en la prá ctica. Me salté mis clases hoy y alguien cubrió mi turno de biblioteca de la tarde
para poder hacer el enorme taller de reemplazo. Cuando el conductor abre la escotilla
trasera, mis nervios se tensan por la cantidad de cosas que compré. Sé que me dieron una
habitació n para quedarme, pero este recorrido se parece mucho a una mudanza oficial y
puedo imaginarme la ira en el rostro de Asher si pensara que estaba trabajando para
quedarme aquí permanentemente.
Sacudo la cabeza y agarro un montó n de bolsas, sacando la llave que Tate me devolvió esta
mañ ana. No es permanente. Só lo necesito un par de semanas para encontrar un nuevo
lugar y luego todo esto se irá conmigo. Una vez que el conductor y yo cargamos todo y lo
dejamos en mi habitació n vacía, le doy una buena propina y le agradezco toda su ayuda. Ha
sido un largo día de compras, pero de todos modos me lanzo de inmediato, con ganas de
estar instalado en mi propio espacio para poder volver a mi rutina normal de clases y
trabajo mañ ana.
Rompo los juegos de cama que compré y arranco las etiquetas de las toallas y luego las
llevo junto con la mayoría de los utensilios de cocina que bajé para guardarlas y comenzar a
lavar la ropa antes de subir corriendo para comenzar a desempacar todo lo demá s. Unas
horas má s tarde, mi cama está hecha con sá banas limpias y una pila de almohadas y la
mayor parte de mi ropa ha sido colgada o guardada en los armarios de plá stico que compré.
Estoy sentado en el suelo con un par de pantalones de dormir nuevos, recién lavados y
peludos, cubiertos de perezosos de dibujos animados dormitando, murmurando un
montó n de maldiciones extremas, rodeado de listones de madera, soportes de metal y una
multitud de tornillos y tapones extrañ os. mientras trato de repasar las instrucciones sobre
có mo montar el escritorio econó mico para estudiantes que compré en Target. Uno pensaría
que es un modelo de planta de energía nuclear hecho por un ingeniero sá dico por lo
complicadas que han sido las instrucciones. La imagen de la mujer feliz en la caja parada al
lado de un escritorio terminado se burla de mí, afirmando que puedo armar esto sin
ninguna herramienta excepto la llave Allen proporcionada, pero creo que una sierra y un
martillo neumá tico son necesarios cuando un profundo Su voz prá cticamente me hace
saltar de mi piel.
"¿Qué demonios está s haciendo?"
ASHER
Tan pronto como entro por la puerta después de clases, sé que ella está aquí. La casa ya
huele diferente. Puedo oler vainilla con un matiz de melocotó n. Me paro en la entrada y lo
respiro por unos momentos y luego frunzo el ceñ o cuando me doy cuenta de lo que estoy
haciendo. Mira eso, no sé qué carajo estoy haciendo en absoluto. Esta chica se ha abierto
camino bajo mi piel hasta el punto de que fue lo primero en lo que pensé cuando abrí los
ojos esta mañ ana.
No puedo dejar de ver su cara, sus ojos cuando dejó de luchar esa noche después de sufrir
un shock anafilá ctico. El arrepentimiento que vi en ellos cuando ella rozó mis labios con sus
dedos fríos me ha perseguido desde entonces. Quiero saber de qué se arrepiente y por qué
siente que se trata de mí. No la conozco y ella no me conoce, entonces, ¿de qué podría
arrepentirse? Joder, no necesito esta mierda.
Golpeo mi bolso contra el mostrador de la cocina y veo el escurridor lleno de moldes para
hornear, lo que hace que mi ceñ o se profundice. Ni siquiera puedo quejarme. Estaba
totalmente de acuerdo con que ella se quedara con nosotros cuando descubrimos que su
apartamento había explotado. ¿Pero qué se suponía que debía hacer? La chica casi muere
por el amor de Dios y estaba prá cticamente inconsciente en el asiento trasero cuando nos
enteramos. No es que hubiera podido decir que no y dejarla en un hotel. Me paso la mano
por el pelo y tiro de los mechones negros con sañ a.
Necesito ir a Má scaras y entregarme a la Mariposa por unas horas. Só lo hay una chica que
vive sin pagar alquiler en mi cabeza y no es el rató n de biblioteca de arriba en mi casa. Ni
siquiera pude verla este fin de semana porque Beck y yo está bamos cuidando niñ os
mientras Tate y Jude estaban en un partido fuera de casa.
"¡Maldito pedazo de mierda!"
Es débil, pero capto la maldició n incoherente en su dulce… joder… su voz, desde arriba.
Unas cuantas malas palabras má s flotan hacia mí y no puedo luchar contra la estú pida
sonrisa que se forma en mi cara. Savy generalmente está tan contenida, casi cautelosa, así
que escucharla soltarse y maldecir con una racha azul como esa me hace dirigirme a las
escaleras para ver qué pudo haberla alterado tanto. Frunzo el ceñ o mientras subo las
escaleras. Las primeras veces que estuvo aquí, fui yo quien la molestó , pero luego, la noche
de la tormenta de nieve, algo había cambiado con ella y dejó de tener miedo o intimidació n
por mí y pude ver sus garras salir un poco. Esta chica tiene tantas jodidas capas y me
enfurece muchísimo que quiero quitar cada capa para ver qué esconde debajo.
Cuando llego a su puerta abierta, apoyo un hombro contra el marco de la puerta y la veo
pelear y discutir con una enorme hoja de instrucciones. Tengo que morderse el labio para
detener la risa cuando ella voltea el disquete boca abajo y luego de lado, murmurando algo
sobre un martillo neumá tico para chupar pollas.
Mientras ella lucha con las instrucciones, echo un vistazo a lo que solía ser el maldito
gimnasio de mi casa. La cama tamañ o queen que Tate insistió en encargarle ya no es solo
un colchó n desnudo. Está todo hecho con un edredó n grueso e hinchado del suave color
azul de sus ojos y suficientes almohadas elegantes como para perderse en él. Tiene dos de
esos tocadores de plá stico y puedo verlos llenos de ropa y una silla barata de oficina de
estudiante en el esquina. Hay una Macbook abierta en uno de ellos con un lector electró nico
al lado y en el otro tocador hay una vela en frasco que desprende el aroma de vainilla que
olí. Todavía no se ha mudado completamente a la habitació n, pero está cerca y hace que mi
piel se sienta tirante al ver sus cosas en mi espacio. Finalmente me apiado de ella, pero mis
palabras resultan má s ladradas que ú tiles.
"¿Qué demonios está s haciendo?"
Ella se estremece hacia un lado y gira su cabeza para mirarme, haciendo ese extrañ o moñ o
que siempre tiene su largo y sedoso cabello oscuro recogido rebotando y balanceá ndose.
Entro a la habitació n y le arrebato el papel de instrucciones de la mano, doblá ndolo a un
tamañ o manejable. Ella deja escapar un gemido frustrado y se deja caer dramá ticamente
hacia atrá s sobre la alfombra. Ignoro la forma en que la camisa que lleva se estira
perfectamente sobre sus pechos mientras rebotan.
“¿Tus padres son camioneros o trabajadores portuarios?”
Ella abre un ojo y me lanza una mirada de qué carajo.
"Porque dices palabrotas como tal", le digo con una sonrisa mientras su rostro se contrae
en una mirada de aspecto demoníaco. "¿Qué? ¿Qué significa esa mirada? Le pregunto,
divertida por lo mucho que intenta mirarme y suelta otro gemido frustrado.
"No te gustan mis malas palabras, así que en lugar de eso te estoy mirando a ti como un hijo
de puta".
Levanto las instrucciones para ocultar la sonrisa que trae. No quiero admitirlo, pero me
gusta má s esta versió n de rató n de biblioteca que el tartamudo y de cara sonrojada que
conocí por primera vez.
“Vamos, te ayudaré a armar esto. Consejo profesional: ayuda leer la versió n en inglés”.
Savy se sube las gafas hasta la nariz con el dedo medio mientras se sienta, sin romper
nunca el contacto visual y esta vez no puedo evitar reírme a carcajadas. Nos ponemos
manos a la obra armando el escritorio. Ella sostiene las tablas en su lugar mientras yo
coloco los soportes.
"Entonces, parece que lograste reemplazar la mayoría de tus cosas hoy".
Sus gafas se han deslizado por su nariz nuevamente y esos ojos azules suyos se elevan hacia
los míos con una mirada cautelosa y defensiva.
“Tranquilo, Ash. No me quedo. Só lo necesito un par de semanas para encontrar un nuevo
lugar y luego todas estas cosas en tu espacio desaparecerá n. Sin embargo, aprecio que
todos me hayan permitido quedarme aquí temporalmente”.
Aprieto un tornillo y me obligo a no decirle que puede quedarse todo el tiempo que
necesite cuando pasa a mi lado para otra parte y siento un olor a duraznos. Su aroma
mezclado con la vela de vainilla encendida me hace la boca agua por el sabor de los
melocotones y la crema y mi polla se revuelve. Joder, no está pasando.
“¿Tú y Judas? ¿Eres una cosa ahora? ¿Qué pasa con Tate?
Su ceñ o se frunce mientras alinea la siguiente pieza para que yo la coloque. “Honestamente,
no tengo idea en este momento. Simplemente lo estoy tomando día a día y viendo có mo van
las cosas con Jude. En cuanto a Tate, nunca fuimos má s que un espectá culo. Todo fue falso”.
Arqueo una ceja mientras me inclino hacia ella para atornillar el siguiente soporte. "¿Estas
seguro de eso? Parece que había algo de calor entre ustedes. Sujétalo con má s fuerza para
que no quede torcido. Entonces, primero Tate, ahora Jude, ¿vas a pasar a Beck a
continuació n? ¿Ir por el triplete?
Nuestros rostros está n tan cerca trabajando en el escritorio y eso me da la vista perfecta del
rubor rosado que sube por su cuello para llenar sus mejillas junto con la ira aguda que pasa
por sus ojos antes de que sus escudos vuelvan a su lugar.
“No estoy saltando ni jodiendo, como eso es lo que está s insinuando, con nadie en esta casa.
Pero me aseguraré de avisarte si eso cambia, ya que está s tan preocupado”. Ella resopla con
fastidio. "Te pregunté antes pero no respondiste otra vez, Ash, ¿por qué te importa?"
"No." Le ladro en respuesta. “Que se joda quien quieras. Simplemente no quiero que se
involucren y se lastimen. Hay una historia…” digo antes de que ella me interrumpa.
“Soy consciente de có mo otras mujeres han intentado utilizarlos para su estatus. No me
importa nada de eso, créeme. El dinero, la fama, nada de eso influirá jamá s en lo que siento
por alguien. ¿En cuanto a invertir, lastimarse? Estoy bastante seguro de que soy el que má s
se preocupa por eso. Sé có mo ustedes queman a las mujeres como si no significaran nada
má s que un buen momento temporal”.
Una mirada desafiante aparece en sus ojos que me sorprende, pero ni siquiera cerca de la
forma en que lo hacen sus siguientes palabras. “Tal vez eso es todo lo que quiero también,
pasar un buen rato. Tal vez tenga sexo con todos ellos si me quieren. ¿Có mo es eso peor que
lo que todos ustedes hacen con la població n femenina en el campus?
Mi boca se abre para discutir eso, pero luego se cierra de nuevo. Rompo el contacto visual y
vuelvo a trabajar en el escritorio, lista para alejarme de ella y de esta conversació n porque,
joder, ella no se equivoca. Los cuatro hemos hecho de echar un polvo un deporte en sí
mismo. No tanto yo el añ o pasado, pero hubo muchas noches en las que todos está bamos
juntos con la misma chica. Soy un idiota pero me niego a ser un hipó crita. Si Savy decide
follá rselos a todos, eso no la hace peor que el resto de nosotros, y jó deme, la idea de tenerla
entre todos me pone dura como una roca. Aprieto el ú ltimo tornillo y me levanto mientras
ella se aparta del camino y luego pongo el escritorio ensamblado en posició n vertical.
“Ahí tienes. ¿Dó nde lo quieres?"
Señ ala un á rea debajo de la ventana para que la posicione y mueva la silla frente a ella,
indicá ndole que se siente en ella. Ella pasa a mi lado y toma asiento, así que apoyo mis
manos sobre sus hombros y la empujo a ella y a la silla hacia el escritorio. Mi pulgar recorre
la delicada piel del costado de su cuello y siento un ligero temblor recorrerla.
"Ahí, un ajuste perfecto".
Y luego me doy vuelta y prá cticamente salgo corriendo de su habitació n.
SALVO
Tarareo una canció n que se me queda grabada en la cabeza mientras guardo los
libros en mi carrito. Ya han pasado unos días desde que instalé mi habitació n en la casa y
todo ha ido bastante bien. Jude ha estado escabulléndose en mi cama para recibir abrazos
que se convierten en intensas sesiones de besos durante las ú ltimas dos noches. É l enrolla
mi cuerpo y me deja justo en el borde antes de retroceder para abrazarme y luego se
escabulle mientras me quedo dormido. Si esto es lo que quiere decir con subirme de nivel,
entonces estoy listo para la batalla contra el jefe que nos llevará al siguiente nivel. Muy
preparado.
Beck se ha alejado desde que tuvimos ese momento en el pasillo. Ha estado de un humor
extrañ o desde entonces. Algo oscuro y triste. Algo le pesa pero no lo conozco lo suficiente
como para adivinar qué es.
Ash también se ha mantenido alejado de mí, pero hubo un momento esta mañ ana entre
nosotros que me confundió aú n má s acerca de dó nde está su cabeza.
Acababa de terminar de ducharme en el bañ o que ahora comparto con ellos. Estaba
completamente cubierta de pies a cabeza con mi bata de bañ o rosa borrosa, con unicornios
haciendo cabriolas y una toalla envuelta alrededor de mi cabeza cuando caminé
directamente hacia su pecho duro… desnudo…. Si hubiera estado usando mis anteojos, se
habrían empañ ado instantá neamente por el calor que desprendía todo ese mú sculo
cubierto de tatuajes. Sus manos fueron directamente a mi cintura y me mantuvieron en su
lugar contra él durante unos segundos de má s. Cuando esos dedos se apretaron demasiado
fuerte, tuve que contener un gemido entrecortado. Asher James es demasiado hermoso en
ese primer plano y me llenó la cabeza con todas las noches que me miró en mi jaula como si
quisiera devorar cada parte de mí. Cuando finalmente pude apartar los ojos de su pecho
para mirar hacia arriba, tuve que morderme el labio ante la pura lujuria que vi en sus ojos...
por mí... no por la Mariposa, por mí.
Desapareció rá pidamente y luego me hizo a un lado con un "Buenos días" murmurado y
cerró la puerta en mi cara, dejando mi cabeza dando vueltas y preguntá ndome si realmente
había visto eso o si mi impulso sexual recién despertado lo había conjurado. como un
deseo.
Desterro los pensamientos sobre Ash mientras empujo mi carrito má s profundamente
entre las estanterías y pienso en el cuarto hombre con el que vivo. Tate acaba de… haberse
ido… desde que me mudé. Estoy empezando a preocuparme de que mi presencia allí lo
haya expulsado y odio pensar que he hecho eso. No es justo para él si se mantiene alejado
de su casa só lo para evitarme. Como si mis pensamientos lo hubieran convocado, Tate llega
al final de la fila en la que estoy. Hay una sonrisa como nunca antes había visto en él,
extendiéndose por su rostro cuando me ve.
“Savy, ahí está s. Te estuve buscando."
“Bueno, aquí estoy. Me encontraste”, le devuelvo la sonrisa. Se acerca a mí y extiende su
teléfono.
"¡Mira esto!"
Hay tanto orgullo y entusiasmo en su tono que mi sonrisa se ensancha cuando tomo el
teléfono y veo por qué está feliz. Mis cejas se disparan cuando veo su ú ltima nota de
asignació n. No he estado ayudá ndolo ni dá ndole clases particulares desde la explosió n en la
cocina, así que es su propio trabajo el que lo logró . Mis ojos se agrandan y se llenan de
emoció n por él.
“¡Dios mío, Tate! Esto es increíble. ¡Estoy tan orgulloso de ti!"
Me muevo para abrazarlo pero él me levanta contra su pecho y luego su boca choca contra
la mía. Un dolor feroz y necesitado me recorre instantá neamente. No importa cuá n falsas
fueran las cosas entre nosotros, nunca hubo ninguna duda sobre la química entre nosotros.
Su lengua caliente se enreda con la mía y mis manos se deslizan en su cabello rubio oscuro
para acercarlo má s, má s profundamente. É l gime contra mis labios y se retira para
descansar su frente contra la mía y puedo ver la sinceridad en esos ojos color avellana.
“Joder, te extrañ o mucho, niñ a. Extrañ o esta boca, extrañ o tu sabor”. Me vuelve a poner de
pie para que mi pecho se deslice contra el suyo, haciendo que mis pezones se nacaren y
duelan al ser tocados. “Pero má s que eso, extrañ o sentarme y trabajar contigo en la mesa.
Extrañ o la forma en que me empujabas a ser mejor y a profundizar má s. Extrañ o tenerte en
mis juegos, extrañ o tomar tu mano”.
Intento dar un paso atrá s como para alejarme de los sentimientos encontrados que me
provocan sus palabras, pero él simplemente me sigue hasta que quedo atrapada entre él y
la estantería.
“¿Puedes decirme que no te lo pierdes también? Dime que todavía no crees que só lo quiero
usarte. Joder, Savy, dime que me quieres tanto como yo te quiero a ti.
Intento apartar la mirada de su intensidad, pero las motas verdes y doradas en sus ojos me
tienen hipnotizada. Su mano se desliza por mi cuello hasta acariciar mi mejilla. "Dime que
tú tampoco sientes esto, cariñ o, y daré marcha atrá s".
Me las arreglo para decir: "¿J-Jude?" Mientras mi cuerpo se vuelve loco con la necesidad de
tener sus manos sobre mí, de sentirlo tocarme nuevamente como lo ha hecho dos veces
antes.
"Jude estaría jodidamente emocionado si estuviéramos juntos de nuevo".
Lo empujo lejos de mí mientras un dolor agudo me atraviesa. Me alejo, necesito espacio
para ordenar mis pensamientos. “¿Crees que no le importo? ¿Todos ustedes só lo quieren
pasarme como si fuera una especie de... juguete?
Su mano se extiende y tira de mí contra él nuevamente, con una mano envolviéndose
holgadamente alrededor de mi nuca. “¡Joder, no! Eso no es lo que quise decir en absoluto. É l
se preocupa por ti, cariñ o, pero yo también y creo que Beck también.
Suspira frustrado como si estuviera tratando de encontrar las palabras para explicar mejor
lo que quiere decir. Me suelta y se pasa una mano por el pelo.
“Jude, joder, todos nosotros somos estrechos. Se podría decir que somos una familia entre
nosotros cuando nuestras propias familias nos han decepcionado. Tener a una mujer,
tenerte a ti, como parte de eso simplemente lo agregaría, lo completaría. Cariñ o, nos
encantaría compartirte. Todos ustedes."
Me alejo de él de nuevo porque… ¡vaya! Eso es mucho para asimilar. Le doy la espalda y me
ocupo de los libros en mi carrito para darle a mis manos temblorosas algo que hacer. Me he
sentido bien con la idea de tener sexo con Jude y posiblemente con Beck. Estar con Tate de
esa manera no es tan difícil si voy a lanzarme a esto del movimiento del amor libre. Pero de
lo que está hablando es de algo completamente distinto. Está hablando de una relació n a
cuatro bandas. Mis ojos se cierran de golpe mientras lucho contra el anhelo instantá neo de
mi corazó n. ¿Ser parte de una… familia… así, tener no solo una sino tres personas que se
preocupan por mí de esa manera? Mi corazó n se aprieta con lo mucho que lo deseo. He
estado sola durante tanto tiempo y, aunque estoy acostumbrada, siempre he... deseado...
Tate se acerca detrá s de mí y se presiona contra mi espalda.
“Lo sé, es mucho para asimilar. Solo, ¿piensa en ello? ¿Bueno? Sales en unos veinte minutos,
¿verdad?
Asiento con la cabeza pero no me doy la vuelta, porque no quiero que vea el deseo desnudo
en mi cara por lo que me está ofreciendo. Besa el costado de mi cabeza y aprieta mi cadera.
“Te voy a esperar afuera en mi auto. Te llevaré a casa, ¿vale?
Asiento de nuevo y mantengo la cabeza gacha mientras él se aleja. Cuando lo veo salir de la
fila, dejo escapar una profunda bocanada de aire y presiono una mano contra mi boca y
luego me enderezo y empujo a un lado todos mis problemas de niñ a necesitada que quiere
ser amada. Doy un paso atrá s de las emociones y los aspectos físicos de todo esto y lo
coloco en mi mente. Por mucho que me gusten, estos hombres son peligrosos. Todos ellos
han sido descuidados y desconsiderados conmigo en el pasado.
No son tipos de relaciones. Si aceptara algo así, algo má s que una simple relació n física, me
conozco lo suficiente como para saber que me enamoraría perdidamente de todos ellos. ¿A
dó nde me llevará eso cuando uno o todos se cansen de mí? En este momento, soy una chica
rara fuera de lo normal que los mantiene a distancia y no les exige. Probablemente eso sea
parte de su atracció n hacia mí. Cuando tienes muchas mujeres arrojá ndose a tus pies, la
que te diga que te vayas a la mierda va a parecer un desafío, en cierto modo una fruta
prohibida. Una vez que me atrapen, a todo yo, ¿có mo puedo estar seguro de que el brillo no
se borrará y seguirá n adelante?
Termino de vaciar mi carrito, perdida en mis pensamientos. ¿Puedo confiar en ellos?
¿Debería confiar en ellos? ¿Vale la pena el dolor de lo que sucederá cuando terminen
conmigo por querer y cuidar un poco de tiempo? ¡Maldita sea! Ni siquiera es só lo eso. Si me
comprometo a tener una relació n con ellos, tendría que decirles quién soy realmente. Mi
apellido viene con mucho peso y equipaje. ¿Podría confiarles eso? Simplemente no lo sé.
Coloco el ú ltimo libro en un estante y justo cuando empiezo a empujar mi carrito de
regreso a la recepció n los escucho.
"Puta."
"Puta."
"Asqueroso ho".
Giro la cabeza lentamente y veo a Vanessa y dos de sus amigas en una de las mesas de
estudio. Sus ojos está n puestos en mí con desagradables sonrisas en sus caras. Hago caso
omiso de los otros dos y me concentro en Vanessa, nuestros ojos chocan y se sostienen. La
miro fijamente sin decir una palabra. En el pasado, siempre me encorvaba para protegerme
de sus palabras viciosas y desagradables, pero esta vez algo en mí cambia.
Han pasado má s de diez añ os desde que se convirtió en mi hermana. Todo lo que siempre
quise en todo ese tiempo fue ser aceptado y amado por ella y su madre. Les he dado mucho
poder a lo largo de los añ os. Poder para lastimarme, menospreciarme, apuñ alar mi frá gil y
solitario corazó n. Jude me dijo que cree que fue ella quien puso fresas en el champá n lo que
provocó mi alergia, pero lo descarté, incapaz de creer que ella haría algo tan peligroso, sin
importar cuá nto le desagrade.
Cuanto má s dura la mirada entre nosotros, má s comienza a levantarse el peso que llevo. Y
cuando es ella la que baja los ojos primero, el peso me abandona por completo. Todo el
dolor, el dolor y el anhelo de que ella y su madre sean una verdadera familia para mí
desaparece. Ella no es nada, ellos no son nada y finalmente soy libre. Quizá s Tate tenga
razó n. Tal vez tengamos que formar nuestra propia familia cuando la que nacemos falla.
Me doy la vuelta y empujo mi carrito de regreso al escritorio sin pensar má s en Vanessa. Mi
hombre... hombres... me está n esperando.
Recojo mi bolso, me pongo la chaqueta y le hago señ as a mi compañ ero de trabajo para que
me vaya y abandone el edificio. Busco el auto de Tate en el enorme estacionamiento, pero
me distraigo cuando escucho el débil sonido de alguien gritando de manera abusiva. Me
encojo dentro de mi chaqueta, moviendo nerviosamente la cabeza tratando de localizar a
quien sea.
"Jodidamente inú til... pérdida de mi maldito tiempo y dinero... nunca va a llegar a nada... un
puto coñ o... haz lo que te digo..."
El ligero viento solo me trae fragmentos de lo que se dice, pero es suficiente para hacer que
apriete mis manos en puñ os dentro de mis guantes con ira. ¡Có mo se atreve alguien a
hablarle a otro de esa manera! Nadie merece ese tipo de abuso. Finalmente veo el brillo
rojo de las luces de freno de Tate y me muevo en esa direcció n, lista para pedirle que salga
y busque a la pobre persona que está siendo abusada verbalmente, pero tan pronto como
mi mano toca la manija de la puerta, me doy cuenta de que es él quien habla por teléfono.
en su coche.
"Alguien está aquí, tengo que irme, papá ".
Miro en estado de shock a través de la ventana a Tate mientras presiona el botó n en su
tablero para finalizar la llamada que proviene de los parlantes del auto. ¿Papá ? ¿Era su
padre quien decía esas cosas? Abro la puerta y casi me sumerjo en el asiento del pasajero.
“Tate…”
"¡No! Savy, por favor, simplemente no lo hagas. Yo... no es asunto tuyo. No quiero hablar de
ello."
Me obligo a tragarme las palabras de enojo que quieren salir de mí y, en cambio, me quito el
guante y tomo su mano con una sonrisa frá gil.
"Vamos a casa. Es mi turno de preparar la cena”.
El alivio que se apodera de su vergü enza me hace querer llorar por él, pero me quedo en
silencio mientras él asiente y comienza a conducir. Nos sentamos en silencio con la radio
encendida a bajo volumen mientras conduce hasta que pasa la curva hacia nuestra casa.
"¿A dó nde vamos?"
Me lanza una mirada pero su expresió n sigue siendo ilegible.
“Te llevaré a una cita. Una cita real, no para lucirse”.
Paso mis manos sobre mi falda lisa con nerviosismo. No sé por qué después de que este
hombre ha metido sus manos en mi zona má s privada, tener una cita real con él me inunda
de nervios.
“En realidad no estoy vestida para ese tipo de cosas. Si nos llevas a casa, podría…”
Sus ojos se dirigen hacia mí de nuevo, pero esta vez veo el ceñ o fruncido en su rostro. “No,
eres perfecta tal como eres. Te ves hermosa para mí, cariñ o”.
Un grito ahogado de asombro y ligeramente divertido sale disparado de mí. Bonitas
palabras, pero estas vienen del hombre que me dijo que me cambiara y usara un traje
similar la primera vez que quería que fuera a su juego. Su mano se extiende y pasa un
pulgar por mi mejilla.
“Sé que no me crees, Savy. Pero lo digo en serio y haré todo lo posible para demostrarte que
soy sincero contigo”.
Giro la cabeza y miro por la ventana, deseando con cada parte de mí que esté diciendo la
verdad.
SALVO
Me lleva a un bonito restaurante italiano y me pide un reservado al fondo, donde la
iluminació n es tenue y las mesas a su alrededor está n vacías. Cuando intento sentarme
frente a él, me sigue, lo que hace que me mueva para hacerle espacio. La camarera me lanza
una pequeñ a sonrisa con una mirada de complicidad que hace que mi sonrojo suba por mis
mejillas, así que agacho la cabeza para estudiar el menú que me entrega.
Una vez que hemos pedido y ella nos entrega las bebidas y una cesta de pan, él pasa su
brazo por mis hombros y me acerca hasta que estamos cadera con cadera. No sé por qué
estoy nervioso. Hemos estado juntos en pú blico tantas veces que no debería estarlo, pero
esto se siente... diferente. Todavía siento el peso de lo que escuché antes entre nosotros, así
que trato de cambiar eso a algo positivo.
“Estoy orgulloso de ti, Tate. Esa tarea era toda tuya. Has mejorado mucho en tu escritura”.
É l toma mi mano y pasa su pulgar por mis nudillos con una suave sonrisa.
“Eso fue por tu culpa. Me obligaste a dejar de hacer lo mínimo y profundizar má s. Gracias
por toda la ayuda que me brindaste. No creo haber dicho eso antes y lo siento”.
Aparto sus palabras con una sonrisa, pero eso no detiene el cá lido brillo en mi estó mago al
escuchar que me aprecia.
“¿Puedo preguntarte por qué elegiste inglés como especialidad?”
Se encoge de hombros, arranca un trozo de pan de la cesta y lo unta con mantequilla antes
de entregá rmelo.
“Está claro que no era realmente una de mis pasiones. Só lo necesitaba declarar algo en ese
momento y pensé que si el fú tbol no funcionaba, si me lesionaba, al menos podría hacer
algo con ese grado. Tal vez siga adelante y sea profesor o algo así. Podría entrenar el equipo
de fú tbol de cualquier escuela en la que terminara”.
Tarareo mi comprensió n y me trago el bocado de pan en la boca. “¿Entonces el fú tbol es tu
pasió n?”
Hace una mueca y se encoge de hombros nuevamente. “No sé si pasió n es la palabra
correcta. Es algo en lo que soy bueno. Desde el momento en que mi padre me puso un par
de toallas sanitarias cuando tenía ocho añ os, mi rumbo estuvo decidido”.
Sé que no quiere hablar de su padre y de lo que escuché accidentalmente, así que me alejo
de eso.
“Jude me habló de esto del draft y de lo importante que es para ustedes. Dijo que esperas
jugar en el mismo equipo. ¿Có mo es eso posible con la forma en que funciona el borrador?
É l suelta una risa llana. “En realidad no lo es. Tenemos representantes trabajando detrá s de
escena con algunos equipos profesionales tratando de llegar a algunos acuerdos. Es una
danza complicada de posibles intercambios e intercambios. No sabremos si funcionará
hasta el final del draft”.
Pienso en lo cercanos que son todos y en lo difícil que les sería ir a diferentes partes del
país. “¿Qué hará s si no puedes conseguir lo que quieres?”
“Eso implica un juego de gallina muy peligroso si ambos nos negamos a firmar, jugar
nuestro ú ltimo añ o aquí y esperar tener otra oportunidad en el draft del añ o siguiente. O
tomamos nuestros acuerdos y simplemente vamos a diferentes equipos”.
Me siento y tomo un sorbo de agua. Sería muy difícil decir que no a la cantidad de dinero de
la que me hablaba Jude.
“¿Realmente harías eso? ¿Rechazar todo ese dinero só lo para seguir jugando con Jude?
Unta con mantequilla otro trozo de pan e intenta dá rmelo, pero sacudo la cabeza y lo deja
en su plato. Sus dedos en mi brazo rozan hacia arriba y hacia abajo en suaves movimientos
que envían escalofríos por mi espalda.
“Me gustaría decir que lo haría, pero... hay fuerzas externas, complicaciones y
consecuencias que debo tener en cuenta en mi decisió n. Jude también tendrá sus propios
motivos si acaba firmando con quien le elija. Só lo tenemos que esperar que nuestros
representantes puedan llegar a acuerdos”.
La camarera trae nuestra comida, termina la conversació n, y el aroma de la salsa arrabbiata
picante en mi penne flota hasta hacerme cosquillas en la nariz. Comemos en có modo
silencio durante un rato y eso me da la oportunidad de pensar en lo que significaría para mí
que Jude y Tate fueran a equipos diferentes si me permitiera entablar una relació n con
todos ellos. En menos de un añ o desaparecerá n y todo lo que hayamos empezado habrá
terminado.
Voy a tener que tener mucho cuidado de no permitir que nada entre nosotros se vuelva
demasiado profundo ahora que lo sé. No creo que mi pequeñ o y triste corazó n pueda
soportar que má s personas me dejen. Juego má s con mi comida que como, ya que acepto
que, después de todo, no seré parte de su familia. Apesta, pero me las he arreglado solo
durante todos estos añ os, así que... sí.
“Oye, ¿qué tienes en mente? ¿En qué está s pensando que te hace ver tan triste? Tate
pregunta, sacá ndome de mis pensamientos bajos. Sacudo la cabeza y pego una sonrisa.
“No es nada triste. Estaba pensando en los exá menes finales y luego en las vacaciones. ¿Vas
a casa durante las vacaciones? ¿Dó nde está tu hogar?
Tate aparta su plato vacío y deja caer una mano en mi muslo debajo de la mesa, trazando
pequeñ os círculos sobre mis medias.
“Mi familia vive en Virginia y, en el mejor de los casos, regresaré a casa por unos días. Todo
depende de dó nde nos situemos en la clasificació n y del juego de bolos que jugaremos. ¿Y
tú ? ¿De dó nde eres?
No voy a decirle que papá y yo dividimos nuestro tiempo entre la casa de piedra rojiza en
Nueva York y la finca en Connecticut, así que simplemente digo "Greenwich" y lo dejo así.
No quiero hablar de la patética y solitaria vida que tengo durante las vacaciones escolares y
las vacaciones. No necesita oír que los ú nicos regalos que recibo debajo del á rbol son un
tesoro tejido de Martha y, por lo general, algú n tipo de libro de primera edició n del tío
Mark. Pongo los ojos en blanco ante mi fiesta de lá stima de la pobre niñ a rica y me recuerdo
a mí misma que estoy agradecida de que durante los ú ltimos cinco añ os Celeste y Vanessa
se hayan ido a algú n lugar exó tico.
“¿Puedo ofrecerle algo má s, señ or, señ ora?” La camarera pregunta cuando recoge nuestros
platos.
Sacudo la cabeza y Tate pide la cuenta. En lo que respecta a las primeras citas, no estuvo
tan mal, pero ambos nos estamos reprimiendo tanto que parece que falta algo.
Gira su gran cuerpo hacia el mío y desliza un brazo por mi espalda para agarrar sin apretar
la nuca. El otro se desliza má s arriba de mi muslo debajo de mi falda. É l me está enjaulando
y debería sentirme abarrotada, pero la intensa mirada en sus ojos mientras me mira me
hace sentir segura y codiciada.
“Bebé, lo siento. Te di por sentado y fui descuidado contigo. Cuando te besé ese día para
callar a tu madre y a tu hermana, no tenía idea de que terminaría sintiendo lo mismo por
ti”.
Su mano alrededor de mi cuello se desliza para inclinar mi cabeza hacia arriba, así que
tengo que mirar sus ojos color avellana mientras habla.
“¿Sabes que no recuerdo la ú ltima vez que alguien dijo que estaba orgulloso de mí? ¿La
ú ltima vez que alguien me llamó la atenció n por ser un idiota? Y nunca una mujer había
llenado tantos de mis pensamientos de vigilia”.
La mano debajo de mi falda aprieta mi muslo, haciendo que mi nú cleo se contraiga.
“Joder, niñ a. Eres lo primero en lo que pienso cuando me despierto y en las noches... en las
noches, me acuesto en mi cama y pienso en tener mis manos en tu cuerpo otra vez, hacerte
gemir, hacerte suplicar, gritar mi nombre mientras te corres. por toda mi polla. Savy, eres
como una droga de la que no me canso y estoy muy agradecida de que me estés dando otra
oportunidad de demostrar lo real que quiero estar contigo”.
Su boca desciende sobre la mía, suavemente y con un puñ etazo de sentimientos que
aprietan mi corazó n. Me besa como si se preocupara por mí, no como si só lo quisiera tener
sexo conmigo y mi cabeza nada con todos los sentimientos de los que sé que debo
protegerme. Cuando se retira, apoya su frente contra la mía.
“Quiero saber má s sobre ti, cariñ o. Odiaba que los demá s supieran cosas sobre ti que yo no.
Estoy tan jodidamente celoso de haberte encontrado primero pero ellos vieron lo que tenía
delante de mis narices y te robaron. Quiero que tu cabello se extienda sobre mi almohada
mientras perdemos un día entero abrazá ndonos y pasando el rato. Quiero saber cuá l es tu
color favorito, tu comida favorita. Quiero saber qué flores te gustan para poder traértelas y
verte sonreír solo para mí. Quiero tomar tu mano mientras caminamos por el campus para
que todos esos cabrones puedan ver lo jodidamente afortunado que soy de que me hayas
elegido. Savy… quiero todo contigo. Dame la oportunidad de mostrarte eso. Dame la
oportunidad de ser sincero contigo, niñ a”.
Mis ojos se cierran, incapaz de soportar el deseo en sus ojos que refleja mis sentimientos.
Dios, sería jodidamente fá cil enamorarse de él ahora mismo. No me atrevo a enumerar
todas las razones por las que esto es una mala idea cuando él está siendo tan sincero
conmigo y por mucho que yo mismo las sepa, quiero todo lo que me ofrece tan intensa y
profundamente que tiro mi lista y simplemente exhale, "Sí".
Sus labios se deslizan contra los míos de nuevo antes de alejarse y extenderse una mano
hacia mí.
"Bebé, te lo prometo, no te arrepentirá s".
Cuando salimos del restaurante, el aire frío es como una bofetada. Aclara el romance del
momento que acabamos de tener y me ayuda a reconstruir un poco el muro que acabo de
derribar. Mientras nos lleva a casa, me dejo caer en mi asiento y observo pasar el paisaje
cubierto de nieve.
Hay demasiado equipaje para que cualquiera de nosotros tenga una relació n real. Todos
nos estamos conteniendo, quizá s yo má s que todos. Con menos de un añ o hasta que todos
tomen caminos separados, necesito encerrar mi corazó n y mantener las cosas ligeras con
ellos. Puedo hacer sexo. Puedo hacer todo el sexo, creo, pero hay que proteger los
sentimientos o terminaré peor que antes de que todo esto empezara, solo y destrozado.
Tate me acompañ a a mi habitació n cuando llegamos a casa, pero me hace girar antes de que
pueda entrar y me atrae contra él. Una de sus manos cubre la parte posterior de mi cabeza
y la otra el costado de mi cara mientras sus labios caen sobre los míos. Es un beso suave y
lento que hace que mi cabeza dé vueltas tanto como los apasionados que hemos
compartido porque es un beso lleno de esos sentimientos que juré que guardaría… otra vez.
Cuando se retira, sus ojos son suaves y llenos de cosas que aprietan mi corazó n y es como
un puñ etazo en el estó mago, así que cruzo la puerta y entro a mi habitació n.
"Gracias por la cena. Noche." —digo con voz á spera y luego cierro la puerta y dejo caer mi
frente contra ella.
"Eso estuvo jodidamente sexy, muñ eca".
JUDAS
S avy se da vuelta con un sobresalto ante mis palabras. Ella es toda bonita y rosada con la
piel sonrojada por el beso de Tate. Hay sorpresa y precaució n en sus ojos mientras saltan
de mí a Beck cuando se da cuenta de que él está sentado en la silla de su oficina y con un
parpadeo, su rostro se vuelve suave y en blanco, pero no antes de que capte la forma en que
me folló el pecho desnudo todo el tiempo. Aunque hasta mis pantalones de chá ndal grises.
A mi muñ eca le gusta esconderse detrá s de una má scara indiferente pero no se da cuenta
de lo mucho que me gusta cuando puedo hacerla romper.
"¿Qué está n haciendo ustedes en mi habitació n?" Pregunta con calma mientras se acerca y
deja caer su bolso sobre su escritorio.
“Huele mejor aquí y me gustan má s todas tus almohadas que la mía. ¿Por qué no vienes
aquí y me saludas como es debido?
Esos fríos ojos azules suyos se deslizan hacia Beck y la veo tragar antes de darse vuelta y
venir a sentarse a mi lado en su cama. La atrapo antes de que pueda y la coloco en mi
regazo, acariciando su cuello con algunos besos calientes.
“¿La pasaste bien con Tate? Dijo que te invitaría a cenar.
Ella inclina la cabeza para poder verme. “¿No te importa? ¿No está s molesto?
Le muerdo el ló bulo de la oreja. “Sabes que no lo soy. Ya te dije que má s es mejor, ¿no?
Ella suspira y se permite relajarse contra mí, así que la recompenso con una mano
deslizá ndose por su muslo, sobre sus medias de seda para jugar con el dobladillo de su
falda y ella se concentra en Beck.
"¿Có mo está s? Pareces… fuera de lugar… desde que te vi la otra noche con tu traje. ¿Adó nde
ibas esa noche, bien vestida?
Beck se recuesta en la silla de su oficina, cruza los brazos sobre el pecho y abre las piernas.
Es su postura defensiva y me pregunto si él se lo dirá , se abrirá a ella. Mientras él decide,
recoloco mi muñ eca en mi regazo para que su espalda quede contra mi pecho y sus piernas
sobre mis rodillas, separá ndolas. Tengo planes de jugar con ella esta noche y quiero que
entre en calor. Le levanto el suéter y la obligo a levantar los brazos para poder deslizarlo
sobre su cabeza, dejá ndola solo con una fina blusa blanca. Me encanta có mo me deja
moverla como si realmente fuera una muñ eca.
“Vamos, Beck, cuéntale a nuestra chica qué te tiene tan nervioso. Podría hacerte sentir
mejor”.
Sacude la cabeza con una risa amarga, pero sus ojos está n fijos en mis dedos que suben por
los muslos de Savy nuevamente.
“No tienes que decírmelo, está bien. No quise entrometerme”, le dice con su dulce voz.
Subo un poco má s por su pierna y empiezo a trazar círculos en la parte interna del muslo
debajo de la falda. Ella se mueve contra mí y sé que puede sentir mi dura polla contra su
trasero, pero mantiene sus ojos en Beck y él finalmente se rompe.
“Quedé con mi padre para cenar. Estaba en la ciudad por reuniones y quería hablar
conmigo sobre mi futuro ahora que, segú n él, mi obsesió n infantil por el fú tbol ha
terminado. É l lo tiene todo planeado para mí ahora. Después de graduarme iré a trabajar
para su empresa y seré una pequeñ a abeja trabajadora ocupada. Me uniré a su club de
campo, buscaré una esposa apropiada y beberé mi miseria hasta retirarme y luego morir.
En resumen, estoy jodido”.
Prá cticamente puedo sentir la compasió n y empatía de Savy por él mientras descansa en
mis brazos. Mi muñ eca tiene un corazó n dulce y planeo usarlo esta noche para guiarla hacia
donde quiero que vayamos. Deslizo mis dedos má s arriba para rozar su montículo cubierto
y quiero destrozar estas malditas medias que lleva puestas para entrar en calor.
“¡Judas! ¿Es ahora realmente el momento? Ella dice con voz á spera, haciéndome reír y
frotar un poco má s fuerte.
“Bebé, ahora es el momento perfecto. Beck está triste. ¿No quieres hacerlo sentir mejor?
El hombre en cuestió n no parece muy triste mientras sigue lo que mi mano está haciendo
debajo de su falda y desliza el dorso de su pulgar sobre su labio inferior. No, no parece
triste, parece jodidamente hambriento. Engancho mis dedos en sus medias y tiro hasta que
se rompen. Savy gime y deslizo mis dedos debajo del trozo de seda que todavía la cubre y
arrastro mis dedos entre sus pliegues. Ella ya está caliente y mojada para mí y cuando
encuentro su clítoris y empiezo a rodearlo, su cabeza cae hacia atrá s contra mí.
Paso mi lengua alrededor del caparazó n de su oreja y susurro: “¿No quieres hacerlo sentir
mejor? ¿Distraerlo de sus problemas?
Sus caderas se levantan ligeramente, tratando de ejercer má s presió n contra donde má s lo
desea, pero deslizo mis dedos hacia abajo para rodear su entrada hasta que ella me da lo
que quiero.
“Parece que se muere de hambre por ti, muñ eca. ¿Vas a darle... a nosotros... lo que
queremos para que podamos darte lo que quieres?
Un gemido bajo de necesidad la abandona y su cabeza se sacude en señ al de acuerdo, pero
necesito oírla decirlo. Me deslizo profundamente en sus nudillos y hago pequeñ os y suaves
empujones y su cuerpo pide má s a medida que sus piernas se abren má s.
“¿Alguna vez tuviste una polla en la boca, á ngel? ¿Alguna vez has puesto de rodillas a un
hombre só lo con tu lengua y tus labios?
Veo su pequeñ a lengua salir para deslizarse por su labio inferior mientras niega con la
cabeza.
“¿Quieres aprender a hacer eso mientras te hago venir? Necesito que me lo digas”.
Su voz es un gemido entrecortado mientras responde. "Sí. Lo quiero. Quiero correrme con
una polla en la boca”.
Asiento hacia Beck y le quito las gafas, arrojá ndolas al otro lado de la cama. Se pone de pie y
camina lentamente hacia nosotros, sus ojos ardientes e intensos mientras la mira. Con una
mano, pasa la mano por encima del hombro para sacarse el Henley azul que lleva encima y
lo arroja a un lado. Cuando se para entre nuestras piernas, agarra una de las manos de Savy
y la coloca entre sus picotazos y luego la desliza lentamente hacia abajo sobre sus
abdominales ondulados hasta la cintura de sus jeans de talle bajo.
É l se inclina y agarra su barbilla para levantarla y besarla. Suavemente al principio y luego
má s profundamente mientras agrego un segundo dedo para acariciar su centro caliente y
goteante. Está jodidamente lista para llevarnos, pero voy a hacerla esperar. Ese cabró n,
Hunter, robó lo que debería haber sido una experiencia increíble para ella, así que nadie se
va a follar a mi muñ eca hasta que le hayamos dado toda la diversió n que se perdió y esté
tan desesperada por que la follen que esté suplicando por ello.
Mi boca recorre su cuello hasta llegar a su clavícula y luego arrastro mis dientes sobre ella
mientras empiezo a desabotonar su blusa con mi mano libre.
“Quítale los pantalones, muñ eca. Mira lo que le haces”. Le ordeno.
Sus pequeñ os dedos abren el botó n de sus jeans y bajan la cremallera y mis labios se
curvan contra su piel mientras su coñ o palpita alrededor de mis dedos cuando ve que él no
lleva ropa interior debajo.
La gruesa polla de Beck salta hacia adelante y él toma su mano y la envuelve alrededor de
su dura longitud, obligá ndola a acariciarlo lentamente de arriba a abajo. Ella está goteando
alrededor de mis dedos que la acaricio, pero no quiero que se corra demasiado pronto, así
que se los saco y se los sostengo a Beck.
"¿Quieres ver có mo sabe, hermano?"
É l gruñ e por lo bajo y envuelve una mano alrededor de mi muñ eca para llevar mis dedos
brillantes a su boca. É l les chupa su esencia y gime por el sabor de su miel.
"Joder, Peaches, sabes tan jodidamente bien". É l le dice y Savy nos sorprende a ambos
cuando ella hace un movimiento por su cuenta.
Su cabeza se agacha y su lengua sale disparada para lamer la gota de líquido preseminal de
la cabeza de su polla, el movimiento hace que su culo empuje contra mi polla palpitante.
Tanto Beck como yo respiramos con dureza ante lo jodidamente sexy que es nuestra chica
cuando prueba má s de él. Le saco la blusa de la falda y se la quito de los hombros antes de
desabrocharle el sujetador y quitá rselo también. No hay resistencia cuando la inclino hacia
atrá s para que sus perfectas y desnudas tetas queden a la vista de Beck. La cá lida piel de su
espalda al ras de mi pecho se siente gloriosa y asiento hacia Beck.
"Quítale las medias y las bragas, deja la falda".
Se arrodilla entre nuestras piernas y mete la mano debajo de su falda para quitarle las
medias azul marino y luego también su ropa interior de satén rosa. Sus grandes manos
descansan sobre sus muslos abiertos y mis manos se deslizan hacia arriba para masajear
sus senos y provocar suavemente sus pezones endurecidos.
“Adelante, prueba otra cosa”, le digo.
Sus ojos se fijan en los de ella, pero su cabeza está apoyada en mi hombro mientras se
retuerce contra mi polla. Sus caderas se mueven en pequeñ os círculos y pequeñ os jadeos
salen de entre sus labios. No puedo esperar a que esos jadeos se conviertan en gritos.
“Quieres que Beck te pruebe, ¿no, cariñ o? ¿Quieres sentir su lengua sumergirse en tu coñ o
mojado? ¿Darte lo que necesitas?
Ella alcanza su cuello y lo acerca má s, hacia donde má s lo necesita. Ese es todo el permiso
que necesita para agacharse, levantarle la falda y deslizar su lengua entre los labios de su
coñ o. Le hago girar los pezones, tirando y tirando de ellos mientras ella levanta sus caderas
para encontrarse con su boca y los pequeñ os jadeos que salen de su boca se convierten en
gemidos urgentes. Dejé que Beck lamiera y chupara su coñ o durante unos minutos y luego
deslicé mis dedos en su cabello y le alejé la cabeza de ella. Los ojos de mi hermano se abren
de par en par por la lujuria mientras lame los jugos de sus labios.
"Es suficiente por ahora. La muñ eca quiere chupá rtelo. Ella prometió hacerte sentir mejor.
¿No es así, muñ eca?
Los brazos de Savy está n levantados, alrededor de mi cuello detrá s de ella, pero tan pronto
como Beck se pone de pie, ella los deja caer para alcanzarlo. Me adelanto y agarro su
pesada polla en mi mano. Me encanta la forma en que mis dedos cubiertos de tinta lucen
alrededor de él. Lo tiro por su polla para acercarlo y me inclino hacia adelante con Savy
para que la palpitante cabeza roja de su polla esté justo frente a nuestras caras.
“Mira, muñ eca. Voy a mostrarte có mo chuparle la polla a un hombre.
Ella jadea ante mis palabras y luego gime de nuevo mientras deslizo mi mano libre hacia su
coñ o y rasgueo su clítoris. Mi lengua se arremolina alrededor de la cabeza hinchada de Beck
y luego tomo su longitud completamente en mi boca y chupo con mi lengua barriendo
contra él. Gime salvajemente, susurra "Joder, Jude" y alcanza las tetas de Savy para
apretarlas y masajearlas. Ella no ha quitado sus ojos llenos de deseo de lo que mi boca le
está haciendo y cuando empuja su trasero con má s fuerza contra mi polla, lo saco de mi
boca.
“Abre la boca, muñ eca. Saca la lengua”. Le digo, mi tono lo convierte má s en una orden que
en una petició n.
Ella hace lo que le digo inmediatamente y mi polla late contra su trasero por lo bien que lo
está haciendo y lo mucho que quiero su boca sobre mí también. Las manos de Beck dejan
sus pechos y van hacia su cabello, desenrollando toda esa seda hasta que nos cubre. É l pasa
sus dedos a través de él y luego agarra suavemente ambos lados de su cabeza y se mete en
su boca. É l es suave con ella al principio y me encanta verlo follarle la boca lentamente. Ella
hace pequeñ os tarareos de disfrute. A mi bebé le gusta chupar pollas y eso me complace
aú n má s. Su siguiente empujó n es má s profundo y ella se atraganta ligeramente y se tensa
en mis brazos.
“Shh, está bien. Necesitas abrirle la garganta. Cuando sientas esa arcada, traga contra él”.
Beck lo mantiene superficial y deja que ella se acostumbre a su grosor y luego vuelve a
profundizar. Mi chica lo toma como un maldito sueñ o y él dice ahogadamente: "¡Sí!".
cuando ella se lo traga sin tener arcadas. Lamo la lá grima que cae por el rabillo del ojo y
sabe tan jodidamente dulce. Mis dedos se sumergen dentro de su coñ o agitado y se curvan
mientras la acaricio fuerte y rá pido.
“Mírate, bebé. Eres nuestra buena chica tomando tan bien su polla. Te va a follar la boquita
sucia hasta que no puedas sentir tu garganta y haré que te corras sobre mis dedos. Golpeo
má s fuerte contra ella y ella aú lla de placer alrededor de la polla de Beck. “Así es, á ngel,
joder, ven por mí. ¡Aprieta mis dedos, dame tu crema, nena!
Ella detona a mi alrededor mientras Beck empuja con fuerza en su boca. Sus paredes se
aprietan y palpitan, me chupan los dedos y hace tanto calor que no puedo evitar morderle
el cuello y luego lamer el aguijó n, marcá ndola como mía para que el mundo la vea. Beck se
retira de su boca con un gruñ ido, aprieta su polla y la acaricia con fuerza, corriéndose por
todo su pecho y sus tetas. Sus manos van a su rostro y lo levantan para poder golpear sus
labios contra los de ella en un beso contundente.
Suavemente saco mis dedos de su interior y muevo mis manos por su cuerpo y luego
masajeo su semen en su piel para que él también la marque. Esta mujer es nuestra, cien por
ciento nuestra y ahora que la tenemos, apenas estamos comenzando.
SALVO
Mi pecho está agitado por el orgasmo que Jude me acaba de dar. Estoy tratando de
recuperar el aliento por la falta de aire que tenía con la gruesa longitud de Beck empujando
mi garganta. Fue mi primera mamada y me sorprende lo mucho que me gustó . No tenía
idea de que él y Jude estuvieran juntos de esa manera, pero ver la polla de Beck en su boca
me hizo sentir un poco salvaje por ambos.
Al ver cambiar las expresiones de Beck, el deseo y la necesidad sin filtrar en su rostro con lo
que le hice con mi boca me dio una poderosa emoció n. Quiero hacerlo otra vez. Aunque
recién estoy bajando de la euforia que me dio Jude, no me parece suficiente. Quiero má s.
Aparto a Beck, me levanto y me giro para mirar a Jude y lo empujo sobre su espalda.
Alcanzo la cintura de su sudadera pero él captura mis manos entre sus dedos tatuados para
detenerlas.
“¿Te sientes codiciosa, muñ eca?” Me pregunta con un brillo en sus ojos y una sonrisa
arrogante en su rostro.
"Má s. Quiero má s, Judas. Yo también quiero probarte”. Le digo y su mirada se vuelve
ardiente e intensa mientras la sonrisa en sus dulces labios se vuelve feroz. Deja caer mi
muñ eca y empuja su gran cuerpo má s arriba en la cama y luego me arrastra hacia arriba
entre sus piernas.
“Has sido una buena chica, así que sí, puedes tener un poco má s. Ponte sobre manos y
rodillas, cariñ o. Puedes chuparme, pero Beck se comerá ese dulce coñ o tuyo mientras lo
haces".
Todo dentro de mí se vuelve líquido y suelto y en un instante estoy sobre mis manos y
rodillas con mi trasero en el aire. Miro por encima del hombro a Beck y él se mueve hacia la
cama detrá s de mí, levantá ndome la falda y palmeá ndome el trasero con un gemido.
"Fó llame, este culo. Melocotones, me voy a comer cada pedazo jugoso de ti, cariñ o”.
Su boca aterriza en una de mis mejillas y muerde suavemente, enviando una llamarada de
calor a mi clítoris y haciéndolo desear atenció n. Jude desliza una mano en mi cabello y tira
hasta que lo miro. Utiliza su otra mano para bajarse la sudadera y yo contengo un grito de
sorpresa cuando veo la hilera de piercings de metal en su duro eje. Me muerdo el labio,
medio emocionada y medio aterrorizada de có mo se sentiría eso dentro de mí. Como si
pudiera leer mis pensamientos, se ríe.
“Como el cielo. Un día pronto, cuando te folle el coñ o fuerte y profundamente con mi polla,
pensará s que has muerto y te has ido al cielo, muñ eca. Tira de mi cabeza con mi cabello y
roza la punta contra mis labios. "Hasta entonces, cuida los dientes, cariñ o".
Estiro mi lengua y lo lamo sobre cada uno de esos piercings, sorprendido de có mo está n
ligeramente fríos contra su eje caliente. Justo cuando lo llevo completamente a mi boca,
Beck mete su lengua profundamente dentro de mí desde atrá s, haciéndome gritar
alrededor del eje de Jude. Juntos encuentran un ritmo que me convierte en un desastre
tembloroso, la lengua de Beck presionando mi coñ o alternando con las embestidas de Jude
para follarme la boca. Se siente jodidamente increíble y trato de imaginar có mo se sentiría
si la polla de Beck estuviera profundamente dentro de mí. Se retira para pasar un dedo por
mi humedad y luego lo desliza entre mis nalgas, lo que me hace sacudirme y gemir por algo
má s.
"Haz eso de nuevo, a ella le encantó ", le dice Jude y así lo hace, pero esta vez rodea mi
agujero con la punta de su dedo mojado y aplica un poco de presió n.
"Dios, tengo tantas ganas de follarte, cariñ o", gruñ e Beck y luego vuelve a follarme con la
lengua. Agrega su otra mano a la mezcla para sacudir mi clítoris hinchado y casi me ahogo
con la polla de Jude cuando otro orgasmo cae sobre mí. Las manos de Jude cierran puñ os en
mi cabello y sus embestidas se vuelven má s fuertes y má s rá pidas. Su polla se adentra má s
profundamente en mi boca hasta que siento la garganta en carne viva y me humedece má s
que me utilicen de esta manera.
Lo siento espesarse aú n má s en mi boca y Jude está casi sin aliento cuando dice con voz
á spera: "Voy a correrme en tu boca. Traga, cariñ o. Bebe cada gota de mí en esa pequeñ a y
apretada garganta tuya.
Siento el espesor salado y caliente llenando mi boca y deslizá ndose por mi lengua mientras
trago una y otra vez y mi nú cleo sufre espasmos cuando me acerco a la boca de Beck.
Me dejo caer junto a Jude en la cama, tratando de recuperar el aliento nuevamente. Se gira
para mirarme mientras Beck se acerca y presiona mi espalda. Su gran mano recorre mi
costado arriba y abajo, sobre mi cadera y espalda como para calmarme y Jude besa las
lá grimas de mi cara.
“Eres una diosa, muñ eca. Lo hiciste muy bien. Creo que fuiste hecho para nosotros, cariñ o”.
Me trago el sabor de la liberació n de Jude y pregunto: "Ustedes dos... ¿está n juntos, juntos?"
Beck se ríe detrá s de mí, pero es Jude quien me responde con una sonrisa arrogante.
“No es exactamente lo que está s pensando. No vamos a portería solos los dos, pero tenemos
la suficiente fluidez para disfrutar de la asistencia cuando hay una mujer entre nosotros.
Eso... amplifica las cosas, ¿no crees?
Asiento y le cepillo el pelo hacia atrá s, extendiendo la mano detrá s de mí para deslizar mi
mano libre por el cuello de Beck y por su pelo para acercarlo a mi espalda.
Entierra su rostro en mi cabello y susurra: "Qué jodidamente perfecto, Peaches. Qué
hermoso, gracias por ser nuestro”.
Esas palabras hacen que lo ú ltimo de la neblina del orgasmo se aclare lo suficiente como
para recordarme que no lo estoy. No soy de ellos, no como desearía serlo. Esto es solo sexo,
eso es todo lo que puede ser y necesito recordar eso porque cuanto má s me acarician, má s
me susurran cosas dulces, má s se hincha mi corazó n y así es exactamente como terminará
destrozá ndose cuando todo esto termine. encima.
+++++++++
Me apoyo en la encimera de la cocina esperando que hierva la tetera para tomar una taza
de té que necesito desesperadamente y una bolsa de agua caliente esperando a que la
llenen. Ha sido una semana ocupada desde mi cita con Tate y mi reunió n con Jude y Beck.
Me siento cansada y agotada y esta mañ ana me desperté con mi período, así que sufro de
calambres y mal humor. La casa está en silencio con todos en la cama y mis hormonas me
está n jugando.
Anoche apenas dormí después de llegar a casa del club. Me di vueltas y vueltas mientras me
perseguían visiones de los agudos ojos verdes de Ash mirá ndome mientras bailaba para él
durante todo el turno. Odio que no sepa que soy yo bailando para él. Odio que lo que quiera
sea una mujer de fantasía y que me odie si alguna vez descubre la verdad.
Todos han estado ocupados esta semana con los exá menes finales y siento que los dos que
escribí hoy me patearon el trasero. Después de la noche que estuve con Jude y Beck,
parecieron retroceder un poco, como si quisieran que yo tuviera el espacio y el tiempo para
asegurarse de que estaba bien con lo que hicimos juntos. Es dulce, pero ahora que me han
mostrado có mo pueden hacer que mi cuerpo cante y baile con sus cuidados, quiero má s.
Totalmente quiero sexo y estar en mi período no ayuda en absoluto.
"¿Vas a apagar eso o asegurarte de que esté realmente hervido, rató n de biblioteca?"
Las molestas palabras de Ash me sacan de mi depresió n y me apresuro a apagar la estufa y
mover la tetera, murmurando una disculpa. Sintiéndome un poco enojado, agrego: "No me
llames así".
É l se ríe, “Muy bien, oruga, entonces. Siempre llevas todas estas cosas peludas para que te
queden mejor de todos modos”.
Me alejo de la estufa y me pongo de puntillas hasta el armario superior para intentar
alcanzar la lata de té. Justo cuando lo toco, siento que me bajan los pantalones hacia un
lado, lo que me hace chillar de sorpresa y el recipiente se empuja má s hacia atrá s en el
armario.
"Vaya, nunca te consideré una chica tatuadora, oruga". reflexiona Ash, demasiado cerca de
mí mientras sus cá lidos dedos se deslizan sobre la pequeñ a mariposa violeta y azul que
tengo en la parte superior de mi cadera derecha.
Trago fuerte y me doy cuenta de que mi estiramiento debe haber dejado al descubierto
parte de ello. Me alejo de él y me pongo los pantalones de dormir de lana de ese lado
mientras él sonríe y alcanza el recipiente para mí.
"Una chica como tú marcando su piel de esa manera, debe significar algo, ¿verdad?"
Quiero devolverle sus palabras. Dile que significa que una noche estaba demasiado
borracho y nadie me detuvo, pero mis hormonas está n fuera de control, así que en lugar de
eso digo peligrosamente la verdadera razó n.
“Se… se suponía que debía recordarme que podía ser algo… algo que no soy. Se suponía que
significaba que si era lo suficientemente valiente... podría volar”.
Lá grimas calientes llenan mis ojos y me alejo de él y lucho con la tapa del bote hasta que se
abre y saco una bolsita de té.
“Oye, oye, no llores, Savy. ¿Por qué está s llorando?"
Los huelo y mantengo la cabeza gacha. “No lo soy, no es nada. Estú pidas hormonas”.
Susurro la ú ltima parte pero él me escucha de todos modos.
"Ah... ¿calambres?"
Mi cara se sonroja de vergü enza, pero le eché la culpa al vapor mientras vierto agua
hirviendo en mi taza. Ash toma la tetera, toma la botella de agua flexible del mostrador, la
llena y luego la deja al lado de mi taza.
“Lamento que no te sientas bien. ¿Ven aquí y déjame ayudarte?
Lanzo una mirada cautelosa en su direcció n, sin entender por qué o có mo me ayudaría con
algo como esto.
“Tengo dos hermanas que me han entrenado en las formas secretas de lidiar con el
síndrome premenstrual para que pueda sobrevivir durante una semana en la que ambos
actú an en conjunto. ¿Confía en mí? ¿Déjame ayudar?"
Me encojo de hombros, todavía sin poder mirarlo a los ojos, así que me gira suavemente
hasta que estoy de espaldas a él y levanta mi voluminosa sudadera de lana. Respiro hondo
cuando sus cá lidas manos van a mi espalda baja y comienzan a frotarme. Utiliza sus fuertes
pulgares para profundizar con la presió n exacta. Mi estú pido ú tero late y me rompo. Los
sollozos salen de mí y no tengo ningú n control mientras las lá grimas calientes caen por mi
rostro.
Las manos de Ash dejan mi espalda con un brazo envolviendo mi pecho justo encima de
mis senos para atraerme hacia él y el otro se desliza debajo de mi camisa y se desliza
debajo de mis pantalones para extenderse y cubrir mi bajo vientre.
“Oye, oye, shh, está bien. Só lo está s montando la ola roja, cariñ o. Eres inteligente y hermosa
y puedes ser lo que quieras ser. Son só lo las hormonas las que te está n molestando. Puedes
hacer cualquier cosa, Sav. Eres valiente. Piénsalo, está s viviendo en una casa con cuatro
tipos elevados. Simplemente extiende esas alas tuyas y vuela”.
No tiene idea de có mo sus palabras son un arma de doble filo para mí y simplemente hacen
que mis lá grimas caigan má s rá pido. Ash se aferra a mí, flexionando suavemente sus dedos
sobre mi estó mago como si pudiera masajear los calambres hasta que finalmente lo
succiono todo y me golpeo la cara. Cuando me suelta, no hay forma de que pueda mirarlo,
aterrorizada de que vea la mentira que le he estado ocultando durante tanto tiempo.
“Vamos, sube a la cama. Llevaré tu botella de té y agua. Te prometo que dormirá s bien por
la noche y mañ ana te sentirá s mejor”.
Hago lo que me dice, sin poder hablar por miedo a que todos los secretos atrapados en mi
garganta se escapen, y subo las escaleras con él siguiéndome. Me deslizo en la cama
mientras él deja mi té en el taburete que estoy usando como mesita de noche y luego mete
la bolsa de agua caliente debajo de las sá banas contra mi estó mago. Este es un lado de Ash
muy diferente a cualquiera que haya visto antes y me hace desear todas las cosas que no
puedo tener con él. Cuando me aparta el pelo de la cara y me quita las gafas para dejarlas
en el taburete, le agarro la muñ eca.
"A-Ash... yo... lo siento mucho".
Su ceñ o se frunce y niega un poco con la cabeza. "¿Para qué?"
Me obligo a tragarme la verdad que quiero soltar y en lugar de eso digo:
“Por estar aquí. Por estar en tu espacio. Lo lamento."
Su mano alcanza mi mejilla pero en el ú ltimo segundo la retira y un lado de su boca se
levanta en una media sonrisa.
“No lo estés. Resulta que, después de todo, no es tan malo tenerte aquí. Vete a dormir,
oruga”.
BECKETT
Estoy sentado en el suelo de mi habitació n con la espalda apoyada en la cama lanzando
una pelota de goma a la pared. Los exá menes finales ya terminaron y necesito decidir si voy
a aceptar la oferta de un vuelo a casa para las vacaciones que llegó a mi bandeja de entrada
esta mañ ana de parte de mi padre. Ni siquiera sé por qué me enviaría eso. Han pasado añ os
desde que pasamos una Navidad juntos. Tiene que tener algo que ver con lo que me dijo
durante la cena cuando estaba en la ciudad.
Lanzo la pelota con má s fuerza, la atrapo en el rebote y luego lo hago de nuevo. Quiere
prepararme para que lo reemplace algú n día y la idea de ser enterrado bajo el peso de un
futuro sin sentido en las empresas estadounidenses me fulmina el alma. Aprieto la pelota
con má s fuerza al pensar en Jude y Tate pasando a ser profesionales y Ash siguiéndolos
para ser entrenador (sin mí) y solo viéndolos por televisió n en lugar de a diario. Son mi
verdadera familia y no puedo creer que en unos pocos meses todo esto terminará y estaré
sola.
Desde que murió mi mamá , me sentí sola hasta que Tate, Jude y Ash se conectaron
conmigo. Mi padre siempre había estado ausente incluso antes de que ella me dejara. É l
siempre estaba demasiado ocupado con el trabajo para aparecer en mis eventos escolares y
partidos de fú tbol, pero mamá lo compensaba estando siempre ahí, siempre animá ndome.
Y luego ella se fue y una pequeñ a parte de mí siempre se ha preguntado si se fue por mi
culpa. ¿Fui demasiado? ¿No fui suficiente?
La parte má s difícil es que nunca sabré exactamente por qué eligió la muerte en lugar de
quedarse con su ú nico hijo. Me dejó con un hombre que apenas estaba en mi vida antes de
su muerte y que no tenía ningú n deseo de lidiar con las complejidades de un niñ o en duelo
y sus problemas de abandono.
Cuando me envió a un internado, lo odié. Conocí a Tate, que también tenía problemas con
su padre, y él se deslizó en el enorme vacío de mi vida y juntos construimos un sistema de
apoyo mutuo. Má s tarde, cuando Ash y Jude entraron en escena, todos encajamos y
construimos nuestra familia aú n má s. ¿Có mo carajo se supone que voy a alejarme de ellos
ahora? ¿Có mo se supone que voy a vivir una vida que sé que odiaré y ni siquiera la tendré
en mi vida diaria? ¡Mierda! ¿Cuá l es el puto punto de eso?
Savy pasa por la puerta mientras lanzo la pelota nuevamente con el ceñ o fruncido y luego
retrocede para mirarme con el ceñ o fruncido. Ella ladea la cabeza y entra a mi habitació n.
"¿Mal día?" Pregunta en voz baja mientras se acerca y se sienta en la cama encima de mí.
Dejé que la pelota se alejara y deslicé una mano por su pierna, recordá ndome có mo se
sintió su piel bajo mis manos esa noche. Es un consuelo cuando apoyo mi cabeza contra su
pierna y sus pequeñ os y cá lidos dedos se deslizan por mi cabello para masajear mi cabeza.
Savy y yo recién estamos comenzando con lo que se está desarrollando entre nosotros,
pero ella es solo una cosa má s a la que tendré que renunciar cuando todos tomemos
caminos separados. Dejo ese pensamiento a un lado sin respuesta a la vista.
"Mejor, ahora que está s aquí, cariñ o", suspiro y giro la cabeza para frotar mi cara contra su
pantorrilla y luego decido que no es suficiente. La necesito en mis brazos, presionada
contra mí para ahogar todos los pensamientos oscuros que me abruman. La saco de la cama
y la coloco a horcajadas sobre mí.
Una de mis cosas favoritas de Savy es có mo nos deja mover su cuerpo para que quepa
donde queremos sin protestar. Me hace sentir como si fuera mía en un nivel totalmente
diferente.
Deslizo mis manos por sus muslos para descansar sobre sus caderas y tiro de su centro
para ajustarlo contra el creciente bulto de mis jeans. Sus ojos detrá s de sus gafas
permanecen tranquilos y fijos en mí mientras levanta una mano para recorrer mi
mandíbula y luego mis labios. Ella es tan... firme, tan presente conmigo. Ella me mira
fijamente a los ojos como si nada má s importara excepto yo en este momento. No hablamos
una palabra pero se siente como si mantuviéramos una conversació n entera con só lo
mirarnos. Algo apretado se despliega en mi pecho y tengo una feroz necesidad de tenerla
presionada má s cerca de mí. No por sexo sino por tener algo má s, algo má s profundo con
ella.
Como si pudiera leer mi mente, fluye hacia mí, me rodea la cintura con los brazos, presiona
su cara contra mi cuello y se queda allí. Cuanto má s la sostengo así, má s conectado me
siento con ella y má s quiero no dejarla ir nunca. Por un momento, todo encaja en su lugar y
me siento... en casa.
JUDAS
Estoy esperando entrar a Má scaras con Tate y Beck, pero hay un grupo de estudiantes
de primer añ o borrachos mezclá ndose en la entrada principal mientras los porteros
intentan sacarlos. Ni siquiera quiero estar aquí. Las finales finalmente terminaron y
tenemos una noche libre antes de volver a cerrar para el pró ximo juego. Quiero estar
celebrando con mi muñ eca pero ella tiene un turno en el trabajo y me molesta que todavía
no sé dó nde es. Si lo hiciera, podría darle algunas golosinas y hacerle compañ ía hasta que
se corra y luego… entonces podría excitarla… con mi boca o mis dedos o ambos. Ella es
como una jodida adicció n y estoy muy cerca de decir que se joda y arar su dulce y apretado
coñ o con mi dolorida polla. Me agacho y me ajusto a medida que me pongo duro con só lo
pensar en ello.
"¡Quiero hablar con el gerente!" Una chica grita y se quita el vestido empapado de bebida
del cuerpo.
Uno de los porteros se lleva un micró fono a la boca y grita por encima de la pelea y la
mú sica.
"Hola Stella, te necesitamos en la entrada principal".
Mi ceñ o se frunce cuando frunzo el ceñ o al escuchar eso, pero...
“¿Alguno de ustedes sabe qué le pasó a Savy esta semana?” Tate pregunta, distrayéndome
del drama que tenemos delante. "Parecía un poco de mal humor".
"¿Intentaste comerle el coñ o?" Pregunto.
Beck suelta una carcajada y me choca los cinco, pero Tate só lo frunce el ceñ o.
"Vete a la mierda, no se trata solo de sexo, ¿sabes?", escupe, haciéndome reír.
“Tienes que saber cuá ndo retenerlos y cuá ndo retirarlos. Así que dobla sus piernas hasta
los hombros y ponla de mejor humor”.
Beck no puede dejar de reír y Tate nos mira a ambos. “¿Eso es todo esto para ustedes? ¿Solo
quieres joder con ella? Porque quiero algo má s que eso”.
Eso borra la sonrisa de mi rostro y me acerco a él muy cerca. “Cuida tu maldito tono, hijo.
Esa es mi chica de la que está s hablando. El final de Savy para mí, así que no vuelvas a
ponerle dudas tontas en la cabeza como lo hiciste la ú ltima vez. ¿Realmente la quieres?
Entonces haz tu maldita jugada. Ya les dije a todos que estoy de acuerdo con ella. Con o sin
el resto de ustedes”.
Tate levanta las manos para hacerme retroceder, pero antes de que pueda defender su
caso, los porteros sacan a los luchadores a nuestro lado, despejando el camino para que
finalmente entremos al club. Subimos las escaleras hasta el segundo nivel y vemos a Ash en
nuestra mesa. Su mirada está fijada con lá ser en la Mariposa como siempre. Tan pronto
como nos sentamos, la habitual bandada de barbies del bar nos acosa y no puedo evitar
sonreír cuando cada uno de mis hermanos los ignora y los envía a todos a su camino. Joder,
quise decir lo que dije sobre Savy. Puede que solo hayan pasado dos meses desde que la
conocí y menos de eso hemos estado juntos, pero ella es una maldita ladrona astuta. Mi
muñ eca me arrancó el corazó n del pecho. Algú n día la convertiré en la señ ora Jude.
Me dejan las bebidas y miro alrededor del club con desinterés, deseando estar en casa, en la
habitació n con olor a melocotones y crema de Savy. He estado escondiendo su Kindle y
leyendo algunos de sus libros picantes y me muero por representar algunas de esas
escenas con ella. Diez minutos después y ya aburrido, me dirijo a Tate y Beck, pero está n
repasando las jugadas contra nuestro pró ximo equipo, así que me dirijo a Ash.
"¡Ey! ¿Có mo estuvo tu final de hoy? Ese fue el ú ltimo, ¿verdad? Llamo en voz alta a través de
la mesa para que me escuchen por encima de la mú sica.
El cabró n ni siquiera me pestañ ea, está tan obsesionado con su chica que giro mi silla para
verla. El Butterfly se ve muy bien esta noche. Lleva esta pequeñ a falda de colegiala a
cuadros rosa y blanco que apenas le cubre el trasero mientras baila y una blusa blanca
corta que muestra el sostén rosa brillante debajo. Medias blancas hasta los muslos con
lazos rosas en los muslos bajan hasta tacones altos rosas Mary Jane que completan el look
de colegiala cachonda. Su larga peluca rosa neó n vuela sobre sus alas de mariposa mientras
gira al ritmo.
Cuando se inclina de espaldas a nosotros y arrastra las manos por su pierna, tengo un
destello de culo delicioso y un pico de satén blanco entre sus piernas y mi polla se levanta.
Me sacudo en mi silla y miro mi regazo con horror. ¿Qué carajo en realidad? Ahora só lo me
pongo duro con mi muñ eca, ese es el trato. Sí, Butterfly es sexy al siguiente nivel, pero
también lo son muchas chicas que no son mi muñ eca y no tengo ningú n interés en ellas.
La miro con el ceñ o fruncido y casualmente la pillo mirando hacia atrá s. Ojos azul eléctrico
rodeados de sombra negra y pestañ as me capturan y todo mi cuerpo se congela en su lugar
mientras mis ojos se abren. La mirada seductora en sus ojos que siempre tiene se
transforma en shock y luego el miedo se desliza en ellos justo antes de darse la vuelta para
darnos la espalda. Me levanto de la silla mientras mis ojos reescanean cada centímetro de la
Mariposa porque ahora que la he visto, no puedo dejar de verla y ¡SANTO… MIERDA…
MIERDA… ESTO… ES… É PICO!
Mis manos se disparan hacia el aire como si estuviera anunciando un gol y grito: "¡MODO
GANGSTER ACTIVADO!"
Y luego inclino la cabeza hacia atrá s y aú llo de risa. Esto es jodidamente perfecto. La chica
que mi mejor amiga ha estado amando y deseando durante los ú ltimos dos añ os es la
misma chica por la que ha estado trabajando tan duro para resistirse. Me dejo caer en mi
asiento, ignorando las miradas y preguntas que recibo de los chicos e inclino mi cabeza
hacia Savy Butterfly. La miro bailar sabiendo que no podrá resistirse a mirar hacia atrá s y
cuando finalmente me mira a los ojos, deslizo discretamente un dedo sobre mi boca en un
gesto de silencio y le guiñ o un ojo. Parte de la tensió n en sus hombros se afloja, pero ya no
baila tan suavemente como antes.
Miro a Ash y veo el ligero ceñ o que tiene ahora mientras la mira y me vuelvo a reír. Está tan
jodidamente en sintonía con esa chica que se dio cuenta de que algo la molestó . É l mira
hacia mí, frunciéndome el ceñ o mientras me río, pero solo le lanzo un beso y sonrío má s
fuerte. No digo una mierda de nada. Esto es demasiado delicioso para hablar de ello. Quiero
saber todo esto de mi muñ eca.
Me recuesto en mi silla y giro la cabeza para mirarla y acariciar mi polla como el buen chico
que es, feliz de haber tomado la decisió n correcta después de todo. No estoy tan
sorprendida como ahora que todo se ha instalado. Savy esconde gran parte de sí misma del
mundo. Que se esconda detrá s de esa má scara, escondida de forma segura tras las rejas, no
es tan difícil. Me siento y veo bailar a mi muñ eca Mariposa y sé que muy, muy pronto, todos
la ayudaremos a dejar de esconderse y salir de su jaula para siempre.
SALVO
Me saco la segunda lente de contacto del ojo, la dejo caer en el estuche de la solució n y
luego dejo caer la cabeza entre las manos y trato de no hiperventilar. ¡Joder, joder, joder!
Esto es un desastre. Gimo de miseria por lo estú pido que soy. Debería habérselo dicho yo
mismo. Debería haber sido sincero. Esto me va a estallar en la cara, lo sé.
“¡Chicas! ¿Qué pasó ? ¿Está s bien? ¿Te acosó algú n cabró n por ahí?
Stella corre y se deja caer en el asiento a mi lado, gira la silla hacia mí y agarra mi cabeza
para levantarla. Está vestida de calle en lugar de un disfraz. Stella ya no baila muy a
menudo ahora que la ascendieron a gerencia. Dejo escapar un aliento empapado de miseria
y sacudo la cabeza hacia ella, con lá grimas en los ojos.
“Mucho, muchísimo peor, Stell. Jude… ¡Jude me reconoció ! ¡É l sabe que soy la Mariposa!
Su hermoso rostro se transforma a través de una variedad de emociones antes de decidirse
por una consideració n cautelosa. "Bueno... ¿se asustó ?"
Enojada, me limpio una lá grima que gotea y sacudo la cabeza. “¿N-no realmente? Gritó algo
y luego se rió antes de guiñ arme un ojo”.
Sus cejas se alzan y una pequeñ a sonrisa curva sus labios. “Entonces, ¿no parecía enojado?
¿Qué pasa con los demá s? ¿Có mo se lo tomaron?
Me dejo caer en el tocador y encojo ligeramente los labios. “No creo… les dijo. En realidad,
sé que no lo hizo porque Ash habría estado furioso contra mi jaula si lo hubiera hecho.
Probablemente esté esperando hasta que lleguen a casa”. Alcanzo mis gafas y me las pongo
con otro gemido. "¡Joder, no quiero volver a casa y enfrentar eso!" Mi corazó n da una
punzada ante esa palabra, hogar. Me he alojado en su casa durante algunas semanas y ya
me siento como en casa. Soy tan jodidamente patético.
“Creo que esto podría ser algo bueno, cariñ o. Siempre supiste que tendrías que sincerarte
con ellos si las cosas se ponían má s serias. Sé que has tenido miedo de mostrarles, de
decirles quién eres realmente, pero descubrirlo Jude podría ser el catalizador que necesitas
para exponerlo todo. Ya puedo decir que sientes algo por estos chicos, así que decírselo
ahora y ver có mo reaccionan podría ser lo mejor. Si no sale bien, entonces no te dolerá
tanto como si te enamoraras por completo de ellos, ¿verdad?
Me trago la idea de que realmente podría dejarme enamorar de todos ellos.
“Yo… necesito decírselo, pero Stella, no hay futuro con ellos. No me voy a dejar enamorar
porque todos tomará n caminos separados a finales de este añ o. Es probable que Tate y Jude
se conviertan en profesionales en diferentes equipos y Ash y Beck todavía tendrá n otro añ o
de escuela para graduarse. Iniciar una relació n, algo real y significativo con todos ellos
simplemente no es posible. Tener eso por primera vez en mi vida y luego perderlo tan
pronto me aplastaría por completo. Yo... no puedo. Esto tiene que seguir siendo lo que es,
sexo y tal vez también amistad. El amor no puede ser parte de esto”.
Las manos de Stella aterrizan sobre mis hombros y aprietan. "Oh, Savy, cariñ o… creo que
puede que sea demasiado tarde para eso".
Mi mano tiembla de ansiedad mientras intento colocar la llave en la cerradura de la puerta
principal cuando llego a casa. Fuerzo el acero en mi columna con una respiració n profunda
y giro la perilla hacia... una casa oscura y silenciosa. Parte de la adrenalina que inunda mi
cuerpo disminuye dejá ndome aú n má s temblorosa mientras cuelgo mi chaqueta y guardo
mis botas en el armario. Me quedo al pie de las escaleras por un minuto y escucho. Está en
silencio, pero escucho el débil sonido de la mú sica antes de comenzar a subir lentamente
las escaleras hasta el segundo piso.
Cuando llego a la puerta cerrada de mi habitació n, puedo ver una tenue franja de luz debajo
y sé que él está allí esperá ndome. Me lleva una cantidad ridícula de tiempo reunir el coraje
para abrir la puerta y entrar. La cierro detrá s de mí, dejo que mi bolso se deslice de mi
hombro hasta el suelo y me apoyo contra la puerta mientras me encuentro con sus ojos
dorados. El cabello rubio blanco de Jude es un desastre sexy y desordenado mientras se
sienta casualmente contra mi montañ a de almohadas. Después de mantener nuestra
mirada fija durante unos segundos, él arquea una ceja y un susurro sale de mí.
"Yo... yo... puedo explicarlo".
Con una sonrisa en su rostro, levanta una mano y me señ ala con un dedo en un movimiento
de ven aquí. Arrastro mis pies por la habitació n para pararme junto a la cama junto a él y
con un movimiento fluido, me agarra de las caderas y me arrastra hacia su regazo para que
no tenga má s remedio que sentarme a horcajadas sobre él y apoyar mis manos sobre sus
hombros.
"Dime", dice mientras recorre mis labios con un dedo tatuado y cubierto de un anillo.
É l no dice nada má s, solo me mira y me abraza mientras espera que hable, así que trato de
dejar de temblar y tragar fuerte.
“Toda mi vida me sentí... invisible. Siempre estaba sola, esperando que alguien me viera,
esperando que mi papá volviera a casa y me viera. Eso empeoró aú n má s cuando mi papá
se casó con la mamá de Vanessa. Mi nueva hermana era perfecta en todos los sentidos.
Bonita, popular y elegante... ella era todo lo que yo no era y su sombra sobre mí se hizo má s
grande a medida que crecimos. Cuando llegué a la Universidad Penworth, pensé que eso
cambiaría. Pensé que esta sería mi oportunidad de brillar finalmente, de ser vista. Pero…
eso no sucedió . Era un lugar nuevo, pero yo seguía siendo la misma niñ a pequeñ a y
solitaria”.
Respiro entrecortadamente y me obligo a seguir mirando sus alentadores ojos.
“Tomé muchas lecciones de baile privadas cuando era má s joven y cuando un día vi un flash
mob de Masks en el campus me quedé asombrado. Los bailarines repartían folletos
anunciando audiciones para nuevos bailarines. Yo… me permití ser valiente por primera
vez en mi vida y hice la audició n. Finalmente pude ser vista como la mujer que siempre
quise ser, pero aú n mejor, aú n podía esconderme detrá s de una má scara para no
lastimarme”. Mis dedos tiemblan mientras ahueco su rostro. “Lamento mucho no haberte
dicho, Jude. Era…"
"Estabas asustado". Termina por mí y asiento. “¿Y Ash?” Pregunta, lo que me hace cerrar los
ojos y gemir antes de intentar explicar.
“É l… nadie me había mirado así antes. Tate podría haber sido mi primer novio, falso o no,
pero Ash… fue el primer hombre que me vio, que me quiso de esa manera y fue como una
droga. É l nunca sabrá lo que me dio al mirarme así noche tras noche. Luego los conocí a
todos en la vida real y estaba aterrorizado de que me odiara. Jude…” Mi voz se ahoga, “Fue
la primera vez en mi vida que me sentí… digno”.
“Ah, joder, muñ eca. No digas eso. Eres mucho má s de lo que crees, cariñ o. Eres jodidamente
perfecta en todos los sentidos y ahora que veo lo que has estado tratando de ocultarnos...
eres aú n mejor.
É l baja mi cabeza para que nuestras frentes se encuentren y le susurro: "¿No está s enojado
conmigo?"
Sus labios se deslizan sobre los míos como una promesa. “Nunca podría enojarme contigo.
Eres mi muñ eca. Te adoro. Muerde mi labio inferior y luego sonríe. “Pero voy a tener que
castigarte, muñ eca. Todo este tiempo, yo también podría haberte deseado en esa jaula.
Tendrá s que compensarme. Bebé, vas a tomar mi polla tan profundamente y con tanta
fuerza en tu dulce, dulce coñ o que cada cresta y vena quedará n marcadas dentro de tu
coñ o.
Mi nú cleo arde con calor y puedo sentir la resbaladiza instantá nea entre mis piernas. Sería
muy fá cil dejarlo ahí, dejar que se lleve la culpa de lo que le he ocultado a él, a ellos, pero
ahora que le he abierto la puerta, es justo que le cuente el resto. Empujo contra su pecho
para darme algo de espacio de esos peligrosos labios suyos.
“Jude, espera… hay má s. Hay má s cosas que no sabes sobre mí”.
Sus dedos se clavan en mis caderas y se enrolla para moler la dureza de su polla contra mi
centro, haciendo que mis pestañ as aleteen de placer.
"No bebé. Escú chame. Quiero leer cada capítulo, cada pá gina de tu historia a medida que se
desarrolla de forma natural. No quiero que te obliguen a decírmelo por algú n sentimiento
de culpa fuera de lugar. No me debes a mí ni a ninguno de nosotros respuestas sobre ti a
menos que quieras compartirlas con nosotros. No quiero elegir una pá gina de tu historia
aquí y allá . Quiero leer todo tu maldito libro, muñ eca. Dime cuando estés listo y yo haré lo
mismo, ¿vale? Y tampoco te preocupes por los demá s. Depende de usted cuá ndo comparte
usted mismo y su historia con ellos”.
Y así, todos mis muros, todos mis escudos se derrumban y me enamoro completamente de
Jude Dixon, así que le muestro la ú nica forma en que soy lo suficientemente valiente para
hacerlo. Lo beso como si fuera el aire que necesito para respirar. Tiro y tiro de su camiseta
hasta que se la rasga por la cabeza mientras yo me muevo contra su dureza. É l lo siente,
siente la urgencia, la necesidad en mí, y me pone boca arriba, quitá ndome la ropa del
cuerpo. Sus pantalones deportivos caen al suelo y me mira con ojos ardientes e intensos
mientras golpea esa hermosa, gruesa y perforada polla suya. Lo quiero en mi boca otra vez,
pero lo quiero dentro de mí aú n má s, así que lo alcanzo y lo tiro hacia abajo hasta que está
de rodillas entre mis piernas abiertas. Me agacho y paso dos dedos por mi resbaladiza y
luego se los ofrezco, brillando con mi necesidad, a su boca. Los chupa con un gemido animal
y luego agarra mis rodillas y separa mis piernas aú n má s.
"Te voy a joder, bebé. Necesito sentir cada maldito centímetro de este bonito coñ o rosado.
Pasa su cabeza hinchada a través de mis pliegues y levanto mis caderas, tan lista para
tenerlo dentro de mí. “Vas a mirar, cariñ o. Vas a ver lo bien que tu coñ o me va a coger la
polla. Có mo lo aspira y lo agarra”.
Espero que me empuje con fuerza, pero me sorprende y se burla de mí centímetro a
centímetro. Meciéndose lentamente dentro de mí, volviéndome jodidamente loca mientras
me estira. Cada uno de sus piercings se arrastra contra mis tiernas paredes, provocando
sensaciones que me hacen arquear la espalda y gemir por má s hasta que finalmente está
profundamente dentro de mí. Mis ojos se abren cuando él todavía está dentro de mí y
cuando mis ojos se encuentran con los suyos, puedo ver cuá nto de la bestia está reteniendo.
Me enseñ a los dientes.
"Mío... este coñ o es mío... estas tetas son mías... cada parte de ti, todo lo que eres, es
jodidamente mío y será mejor que no lo olvides".
Y luego me destruye. Se retira, no del todo, y luego me empala con un poderoso empujó n.
Una y otra vez, cada vez má s rá pido hasta que es un ritmo constante y ambos tenemos un
brillo de sudor cubriendo nuestros cuerpos. Mis caderas se mueven para recibir cada
embestida y cuando desliza sus manos desde mis caderas hasta debajo de mi trasero y me
levanta, su polla y esos piercings golpean un lugar má gico dentro de mí que me hace llorar
por él.
“¡J-Judas! ¡Má s fuerte, má s fuerte, no pares!”
Me folla como si fuera a partirme en dos y yo só lo le pido má s mientras mi canal pulsa y
aprieta su espesor.
“Dilo, muñ eca. ¡Joder, dime a quién perteneces!
Mi voz sale cruda y quebrada cuando el orgasmo me golpea. "¡Tuyo! ¡Soy tuyo!"
No deja de follarme a través de las olas y sigue y sigue hasta que apenas puedo respirar. Soy
un charco en la cama cuando él desliza su polla fuera de mí.
"Necesito probar tu semen, bebé. Necesito tu crema de miel en mi lengua”. Dice mientras
baja para lamer y chupar mi clítoris palpitante, enviá ndome de nuevo.
Apenas estoy consciente cuando él se retira, mis jugos cubren sus labios y barbilla. Me
voltea como a la muñ eca, me llama y me ordena: “¡Arriba! Manos en la cabecera”.
Obligo a mis temblorosas extremidades a moverse hasta que estoy agarrando la cabecera
de espaldas a él y mi trasero en el aire. Giro la cabeza para mirar por encima del hombro su
cuerpo reluciente mientras sus mú sculos se ondulan y su polla llora antes de correrse. Sus
dedos anillados se deslizan por mi espalda, su mirada los sigue hasta que llega a mi trasero
y luego… ¡jodidamente me azota! Mi nú cleo se inunda con má s calor hú medo cuando se
aprieta con fuerza y me sorprende que quiera que lo haga de nuevo. Empujo hacia atrá s la
mano que está calmando el escozor y él me recompensa azotá ndome la otra mejilla. Gimo
por la agonía de lo jodidamente bueno que es ese poco de dolor con el placer que recorre
mi cuerpo.
"Ese es mi maldito trasero, muñ eca, y un día pronto me voy a follar ese estrecho agujero
tuyo mientras uno de mis hermanos te folla el coñ o y nos rogará s que nunca nos
detengamos".
Su pecho golpea mi espalda, sus rodillas separan las mías má s y enrolla mi cabello
alrededor de su puñ o y tira de mi cabeza hacia atrá s para llegar a mi boca.
"¿Puedes saborear cuá nto quieres esta polla en mis labios, bebé?"
Su boca choca contra la mía y mi sabor simplemente amplifica todo cuando se alinea y
golpea de nuevo contra mí. Con una mano en mi pelo y la otra envuelta firmemente
alrededor de mi nuca, Jude usa mi cuerpo, mi coñ o, como un animal. Se mete dentro de mí
con fuerza y tan jodidamente profundo que lo siento en mi ú tero. Todo en mí se tensa, se
aprieta, palpita mientras mi humedad resbala por mis muslos.
“Así es, cariñ o, ven a mi polla, mó jame con tu placer. Sé mi muñ equita sucia y ordeñ a mi
semen”, gruñ e en mis oídos y me muerde el cuello.
El dolor mezclado con el placer me hace explotar y gritar su nombre mientras empujo mis
caderas hacia atrá s con fuerza para llevarlo aú n má s profundo, deseando que cada
centímetro de él sienta có mo me ha arruinado. Con un ú ltimo golpe fuerte, se sacude y se
espesa dentro de mí y ruge: "¡MÍO!" como él viene.
Mi cabeza está presionada contra la cabecera mientras lucho por forzar el aire a través de
mi garganta en carne viva, pero él tira de mi cabello hacia atrá s hasta que me veo obligada a
mirarlo a los ojos. Lo que veo allí me roba el poco aire que logré tomar y él susurra de
nuevo pero esta vez con el corazó n: "Mío".
TATE
Cierro los grifos cuando las burbujas de la bañ era profunda amenazan con
desbordarse sobre el suelo de mi bañ o. Examino la habitació n y asiento con la cabeza hacia
las velas encendidas y la taza de té humeante que se encuentran en la pequeñ a mesa al lado
de la bañ era. Todo es perfecto, ya só lo falta que Savy venga a disfrutarlo.
Estuvo ausente la mayor parte de la semana. Las finales son difíciles para todos nosotros,
pero ahora que terminaron, quería hacer algo especial para ella. Es importante para mí
seguir mostrá ndole que quise decir lo que dije acerca de que somos auténticos. Veo lo que
está construyendo con Jude y ahora Beck y yo también queremos eso con ella. He estado
devaná ndome los sesos pensando en lo que podría hacer por ella para hacerle ver que lo
estoy intentando y se me ocurrió el regalo perfecto. Le pedí un juego completo de todos sus
libros clá sicos favoritos que perdió en el incendio y no puedo esperar a que lleguen aquí.
Pero también quería hacer algo má s íntimo, así que lo ú nico que se me ocurrió fue un bañ o
de burbujas.
Salgo de mi habitació n y cruzo hacia la de ella. La puerta está abierta y me paro y la observo
mientras escribe en su computadora portá til durante unos minutos en su escritorio antes
de aclararme la garganta. Ella mira por encima del hombro y me lanza la sonrisa má s dulce.
"¿Hola! Qué tal?"
Mis pies me llevan a través de la habitació n y giro su silla para que ella me mire y tome su
rostro entre mis manos.
"¿Có mo te sientes? Parecías un poco fuera de lugar la semana pasada”.
Un rubor rosado mancha sus mejillas mientras sus ojos se apartan de los míos y se muerde
el labio. “Sí, algo así como ser mujer. Lo siento."
Le cepillo el pó mulo con el pulgar y me siento como una idiota. Ni siquiera pensé en que
ella tuviera su período. Algo para recordar en el futuro. No sé mucho sobre lo que pasan las
mujeres durante esa semana sin hermanas, pero creo que escuché que el chocolate es una
necesidad, así que recordaré abastecerle algunas de las cosas buenas el pró ximo mes.
"¿Ya... terminaste, uh, terminaste..."
Ella se ríe suavemente y me mira. "Sí, la costa está despejada".
“Genial, ¿tienes algo de tiempo libre ahora mismo? Yo…um, quería…te hice…joder, ¿por qué
es esto tan difícil?
Savy se pone de pie con una pequeñ a sonrisa y toma mi mano. “Estoy libre ahora mismo.
¿Qué es lo que quieres hacer?"
La tiro de la mano y la saco de su habitació n a la mía, cierro la puerta y la conduzco a mi
bañ o. Sus cejas se levantan sorprendidas mientras toma el bañ o completo con todas las
burbujas espumosas y las velas.
“¿Tú … me hiciste un bañ o?”
Me encojo de hombros. "Bueno, solo pensé, tienes dos trabajos y con exá menes finales y
todo, um, tengo esta bañ era grande, así que pensé que tal vez te gustaría relajarte un poco".
Savy se mueve hacia mí, se pone de puntillas y me besa suavemente. Sus ojos son suaves y
está n llenos de algo que hace que mi pecho se apriete.
“Tate, esto es lo má s lindo que alguien haya hecho por mí. Gracias."
Exhalo aliviado y dejo caer mi frente sobre la de ella. "Bien, genial, yo, solo quería
mostrá rtelo, quiero decir..." Sacudo la cabeza ante có mo me he convertido en un
adolescente torpe y retrocedo hacia la puerta. “Solo quería hacer algo bueno por ti. Disfruta
tu bañ o, pequeñ a”.
Apenas llego a la mitad de mi habitació n cuando Savy me llama. Me doy vuelta y corro hacia
atrá s para ver qué necesita y la encuentro pasando los dedos por las burbujas.
Su voz es baja y vacilante cuando pregunta: "¿Tú ... podrías... quedarte?"
Todo dentro de mí sale disparado como un fuego artificial. Ladeo la cabeza hacia un lado y
trato de no sonreír.
"¿Sí? ¿Quieres que me quede?"
Ella me mira por encima del hombro y arquea una ceja. "Bueno, es una bañ era muy grande
y no soy el mejor nadador así que... ¿por razones de seguridad?"
No puedo luchar má s contra mi sonrisa ante sus dulces burlas, así que llevo la mano detrá s
de mi cabeza y arrastro mi camisa hacia arriba y la tiro al suelo.
"Por la seguridad."
Sus mejillas se vuelven de un bonito color rosado cuando observa mi pecho desnudo, pero
gira su dedo. "Tienes que darte la vuelta mientras yo subo primero, por favor".
Asiento seriamente y le doy la espalda. Creo que es jodidamente adorable que ella se sienta
cohibida porque la veo desvestirse cuando estamos a punto de estar desnudos juntos en
una bañ era. Siento que acabo de anotar el touchdown de la victoria en el campeonato
nacional. Só lo quería hacer algo bueno por ella, así que esta es una gran jodida victoria para
mí y para nosotros.
"Está bien, puedes darte la vuelta ahora".
Me muevo lentamente y me muerdo el labio con fuerza ante la visió n frente a mí. Mi niñ a
está toda rosada y sonrojada por el agua humeante con burbujas que apenas cubren sus
pechos perfectos. Mi polla ya se está poniendo dura con solo imaginar có mo se sentirá su
suave y cá lida piel contra la mía. Una sonrisa aparece en mis labios y giro mi dedo tal como
lo hizo ella.
"Tienes que girar la cabeza mientras entro. ¡No mires!"
Se le escapa una risita mientras se da vuelta y es el jodido sonido má s dulce que he
escuchado hoy. Mis jeans y boxers caen al suelo y me meto en el agua caliente en el extremo
opuesto de la bañ era y me deslizo con un gemido de placer.
Savy Side me mira con una pequeñ a sonrisa, así que me meto bajo el agua, agarro sus
pantorrillas y empiezo a acariciarlas. Presiono sus pies contra mis abdominales y me hundo
má s profundamente para que mis piernas queden a cada lado de ella. Ella deja escapar un
profundo suspiro de satisfacció n.
“Esto es realmente lindo, Tate. No sabía lo tensa que estaba. Ya me siento má s relajado.
Gracias."
Paso mis manos sobre sus pies, tomo una con ambas manos y comienzo a frotar su arco. Su
cabeza se inclina hacia atrá s y un suave gemido se desliza entre sus perfectos labios
rosados.
"Creo que podrías estar má s relajado que esto".
Ella abre un ojo y arrastra su pie libre hacia abajo sobre mi estó mago hasta que mi dura
polla lo roza.
“Tal vez, pero ¿y tú ? Pareces... tenso.
Veo el brillo en sus ojos y me encanta que esté coqueteando conmigo en este momento.
Levanto mis caderas lo suficiente para frotarme contra el costado de su pie y coquetear de
vuelta.
“Hmm, parece que hay partes de mí que está n un poco tensas. Tal vez yo también necesite
que me froten”.
No puede detener la sonrisa mientras gira su cabeza lejos de mí en el borde de la bañ era.
"No lo sé, pensé que se suponía que esto era para relajarme".
Pongo su pie en el suelo y paso mis manos por sus piernas y luego vuelvo a bajar. En mi
siguiente pase, dejé que mis dedos subieran má s sobre sus muslos.
"Si eso es verdad. Probablemente debería seguir frotá ndote entonces. Aunque no puedo
llegar a todos ustedes. Deberías acercarte un poco má s”.
Ella me mira a través de sus pestañ as bajas durante unos segundos y luego levanta una
mano fuera del agua hacia mí. Tiro de ella para que pueda deslizarse má s cerca sin caer
bajo el agua. La levanto hasta que sus piernas está n sobre las mías y rodeo mi cintura. Su
montículo desnudo descansa al ras de la base de mi polla y no puedo evitar el gemido que
se escapa cuando mis ojos se cierran brevemente. Joder, ella es tan jodidamente suave y
cá lida contra mí mientras nuestra piel hú meda y resbaladiza se presiona. Quiero
desesperadamente estar dentro de ella, pero hay mucho tiempo para eso, así que paso mis
manos por la parte exterior de sus muslos y alrededor para acariciar su trasero.
Nuestros rostros está n muy juntos y me encanta poder mirar sus hermosos ojos sin la
obstrucció n de sus anteojos. Me encanta sentir su trasero en mis manos pero quiero seguir
explorando. Las dos veces que tuve mis manos sobre su cuerpo fueron rá pidas y
apasionadas. Quiero tocar y saborear cada momento de esto. Quiero aprender cada
centímetro de ella. Qué la hace gemir, qué hace que se le atrape el aliento en la garganta.
Quiero mapear cada parte de ella, cada reacció n que tiene ante mi tacto para que quede
encerrada en mi cerebro para siempre.
Paso mis manos por su espalda, bajo sus brazos y de regreso a sus caderas mientras
mantengo contacto visual. Esto se siente mucho má s profundo que cualquier cosa que haya
tenido con ella, pero quiero aú n má s, así que me inclino ese ú ltimo centímetro y la beso
lentamente. Me tomo mi tiempo mientras mis manos regresan a su trasero y la aprietan un
poco má s contra mí. Exploro su boca con mi lengua y mordisqueo su labio inferior. Lo
mantengo lento y suave, esperando que ella me muestre lo que quiere y necesita. Cuando
presiona su montículo con má s fuerza contra mi polla con un pequeñ o gemido, se lo doy.
Abrí sus piernas un poco má s, lo suficiente como para que mi eje se introduzca en sus
pliegues hú medos y luego levanto suavemente mis caderas hacia arriba y hacia abajo.
Lentamente, mi eje roza su clítoris con cada pasada, dá ndole la fricció n que desea y ella
clava sus dedos en mis hombros. Inclino su cabeza hacia un lado y beso un camino caliente
por su cuello, arrastrando mis dientes sobre su clavícula hasta su pecho. Mantengo una
mano en su trasero para anclarla contra mis caderas en movimiento y uso la otra para
llevar el peso de su pecho hasta mi boca.
Dios, he soñ ado durante tanto tiempo con tener mis labios en estas tetas. Me tomo mi
tiempo y saboreo cada centímetro de ellos. Chupo alrededor de la parte exterior de su teta,
lamiendo y besando, sin moverme nunca hacia su pezó n duro de color frambuesa que
simplemente me ruega que chupe. Savy deja escapar un gemido gutural que hace que mi
polla se contraiga y no puedo esperar má s, así que me meto su pezó n en la boca y lo chupo
con fuerza. Ella arquea la espalda, aprieta mi polla y gime.
"¡Joder, Tate, por favor, por favor!"
Le golpeo el pezó n con la lengua y luego me muevo hacia el otro seno.
“Me encanta la forma en que dices mi nombre así. Dios, Savy, quiero mucho má s de ti. Los
quiero a todos, niñ a”.
Arrastro mis dientes sobre la parte superior de su pecho mientras el calor abrasador contra
mi polla me vuelve loco. Ella va a hacer que me corra y eso no va a pasar hasta que la tenga
gritando, así que agarro sus caderas y la levanto de mi polla y la saco del agua.
“Agá rrate a la pared, cariñ o. Pon tu rodilla en la cornisa. Me muero de hambre por ti.
Necesito tu dulzura en mi lengua, llenando mi boca. Necesito que vengas por toda mi
lengua para poder lamerla toda.
"¡Oh Dios! ¡Tate!
Ella llora mientras chupo sus labios en mi boca y luego paso mi lengua a través de su calor.
Su coñ o es lo mejor que he probado en mi vida y só lo quiero má s mientras ella mueve sus
caderas contra mi cara. Deslizo mi mano por su muslo mojado y deslizo un dedo en su canal
y está tan jodidamente apretada como la recuerdo. La follo lenta y constantemente con mi
dedo, agregando un segundo mientras mi lengua trabaja en su clítoris. Chupá ndolo,
lamiéndolo y dá ndole vueltas hasta que casi llora de alivio. No me canso de su sabor, de sus
llantos y tengo que apretar la base de mi polla para no salir disparado bajo el agua.
Las paredes de Savy comienzan a temblar y revolotear alrededor de mis dedos y sé que está
cerca, pero antes de que pueda llevarla al límite, darle el placer que se merece, se aleja de
mí y vuelve a caer al agua.
Ella agarra mi polla y la alinea, empalá ndose en ella hasta que estoy tan profundo que grito:
"¡Joder, sí!"
Ella arquea la espalda con la cabeza echada hacia atrá s y gira las caderas con fuerza y
rapidez dos veces y luego su coñ o aprieta mi polla y aprieta tan jodidamente fuerte que
soplo. Ella me ordeñ a el orgasmo y todo lo que puedo hacer es agarrarme fuerte de sus
caderas y aguantar con ella. Cuando ella echa la cabeza hacia atrá s, la agarro por la nuca y
golpeo nuestras frentes. Sus pupilas se dilatan mientras mira las mías.
"Niñ a, te ves tan jodidamente hermosa viniendo sobre mi polla".
Ella lanza otro gemido. “¿P-podemos hacer eso de nuevo? Só lo que, ¿hagá moslo en la cama?
Con un chorrito de agua, nos levanto y salgo de la bañ era porque, sí, mi bebé puede tener lo
que quiera.
SALVO
Recojo las pá ginas de la impresora y las apilo ordenadamente y espero que no piense
que me estoy excediendo. Una vez superada mi ú ltima final, tuve un poco de tiempo para
investigar un poco. Odio lo deprimido que ha estado Beckett ú ltimamente con la idea de ir a
trabajar para su padre después de graduarse. El fú tbol era una parte muy importante de su
vida y es lo que quería para su futuro. Con su lesió n, su oportunidad de convertirse en
profesional se acabó , pero eso no significa necesariamente que deba terminar con el
deporte. Pensar en que Tate y Jude jugarían en las grandes ligas y que Ash se uniría a ellos
como médico deportivo me hizo empezar a pensar en qué otras vías podría tomar Beckett
para ser parte de esto, para mantenerlo involucrado.
De ahí la investigació n. Ya tiene muchos de los créditos del curso que necesitaría para hacer
un cambio fá cil a una carrera basada en los deportes. Miro los papeles y me muerdo el
labio. En ú ltima instancia, dependerá de Beck decidir qué direcció n tomar. Só lo quería
mostrarle algunas opciones que quizá s no haya considerado.
Agarro mi bolso y lo lleno con lo que necesito. Tengo un turno en la biblioteca en una hora y
luego mi ú ltimo turno en el club esta noche y luego me voy de vacaciones. Normalmente
voy a cualquier casa en la que Celeste y Vanessa no estén, pero como los cuatro muchachos
se quedan aquí o viajan para los juegos de Bowl, pensé que podría quedarme también, tal
vez viajar a donde jugará n para ver su juego. Sería mucho mejor que deambular por una
casa vacía con solo el personal haciéndome compañ ía.
Salgo de mi habitació n y me acerco a la puerta abierta de Beck, pero su habitació n está
vacía. Puedo escuchar la ducha corriendo en el bañ o principal, así que asumo que debe
estar allí. No quiero llegar tarde al trabajo, así que entro y dejo la pila de papeles en su
cama donde no pueda extrañ arlos y luego salgo de su habitació n. En mi camino hacia las
escaleras, cojo algo que me hace hervir la sangre en un instante.
"Maldito perdedor... disgustado de que lleves mi nombre... mejor, jodidamente, actuar...
dinero en juego en ese juego..."
Eso no me concierne. No tengo derecho a interferir, pero mi temperamento poco utilizado
se vuelve nuclear al escuchar semejante abuso y estoy abriendo la puerta del dormitorio de
Tate antes de darme cuenta. Está sentado en el borde de su cama inclinado con la cabeza
entre las manos. Su teléfono celular está junto a él en la cama con el altavoz y su padre
arroja insultos desde él. Me acerco antes de que se dé cuenta de que he entrado y lo agarro,
giro y salgo de la habitació n hacia la mía y cierro la puerta, girando la cerradura justo
cuando Tate comienza a gritar.
“¡Sabio! ¡Mierda! ¡Sabio! ¿Qué está s haciendo?"
Cruzo corriendo la habitació n, entro en mi armario y cierro la puerta detrá s de mí con la
esperanza de que lo que tengo que decirle a este hombre sea lo suficientemente
amortiguado como para que Tate no pueda oírlo.
"Señ or. ¡Valor!" —espeto, interrumpiendo al hombre al otro extremo de la línea a mitad de
la perorata. “Mi nombre es Savanah Sevan, quizá s reconozcas mi apellido. Es el nombre en
el costado del estadio en el que tu hijo juega al fú tbol. Esta es la segunda vez que te escucho
abusar verbalmente de tu hijo y esto termina ahora o usaré mi considerable riqueza y
recursos para terminar con tu vida como la conoces. . Forzaré a su pequeñ a y lamentable
empresa a derrumbarse y la compraré por una miseria y luego la venderé al mejor postor
pieza por pieza y luego haré todo lo que esté en mi poder para arruinarlo personalmente.
Te soltaré a mis perros y destruiré cada parte de tu reputació n hasta que seas un paria y un
paria. La gente se burlará de ti, se reirá y te rechazará . ¿Crees que el nombre y la fortuna de
Sevan son capaces de hacer todo lo que acabo de describir?
Cuando lo ú nico que escucho es un pesado silencio en la línea, asiento como si pudiera
verme.
"¿Sin respuesta? Bien. Eso significa que me está s tomando en serio. Ahora déjame ser claro
para que no haya malentendidos entre nosotros. NO volverá s a llamar a tu hijo hasta
después del día del draft. É l está bajo una tremenda cantidad de estrés y presió n que su
versió n de una "charla de á nimo" só lo exacerba. No eres bienvenido en mi estadio y me
aseguraré de agregar tu nombre a la lista de seguridad para que también se te prohíba
asistir a cualquier partido fuera de casa. Cuando cuelgue este teléfono, no llamará s a Tate y
no compartirá s esta conversació n con él o habrá repercusiones. Redactará s un mensaje de
texto disculpá ndote por tu comportamiento, dile lo orgulloso que está s de él y de todo el
arduo trabajo que ha hecho para llegar hasta aquí y que crees que tendrá un futuro
increíble. Sr. Valor, necesito que me diga que comprende y acepta mis términos o
comenzaré a hacer la primera de muchas llamadas telefó nicas sobre su futuro no tan
sorprendente”.
Mis dedos muerden dolorosamente los costados del teléfono de Tate mientras espero a ver
si su padre acepta mi farol. Odio tener que decir mi apellido real, eso es algo que siempre
me he negado a cambiar, pero Tate no merece ninguno de los abusos de este imbécil.
Cuando finalmente habla, contengo la respiració n para que no la escuche salir de mí con
alivio.
"EM. Sevan, acepto tus términos. Yo... me disculpo por lo que escuchaste. Estoy bajo mi
propia responsabilidad..."
“Eso será todo, señ or Valor. Ninguna excusa es vá lida por lo que le has hecho a tu hijo.
Discú lpate con él… ¡no conmigo!”
Apuñ alo el botó n rojo con tanta fuerza que el teléfono se me cae de la mano y aterriza boca
arriba en la alfombra, mostrá ndome que la llamada se ha desconectado. El aliento que he
estado conteniendo sale a borbotones mientras dejo caer mis manos sobre mis rodillas y
jadeo por aire. Todo mi cuerpo tiembla de adrenalina. Nunca había hablado así con nadie y
mi estó mago se revuelve de ná useas cuando bajo una mano temblorosa para levantar el
teléfono de Tate. Nunca antes había amenazado a nadie. Puede que haya estado mintiendo,
pero sé que si me presionan lo suficiente, podría hacer realidad todas esas amenazas para
proteger a alguien que amo... y que me importa.
Unas cuantas respiraciones má s profundas y me siento lo suficientemente estable como
para abrir el armario y cruzar hacia la puerta de mi dormitorio. Sacudo mis brazos,
enderezo los hombros, levanto la cabeza y luego desbloqueo y abro la puerta. Tate está ahí
con los brazos apoyados contra el marco y con una expresió n enferma de preocupació n.
Sus hermosos ojos color avellana tienen una pizca de miedo mientras mira el teléfono que
tengo en la mano. Me acerco a él y levanto la barbilla para poder rozar mis labios contra los
suyos.
“Eres una jodida estrella, Tate Valor. Estoy muy orgulloso de todo lo que eres”.
Sus cejas caen y deja caer una mano para envolver mi nuca.
"Bebé, ¿qué hiciste?" Pregunta en tono derrotado justo cuando su teléfono suena en mi
mano.
Doy un paso atrá s, miro la vista previa de la pantalla el tiempo suficiente para ver que su
padre realmente hizo lo que le dije y luego se lo ofrezco.
“Toma, es para ti. Tengo que ir. Llego tarde al trabajo”.
Deslizo el teléfono en su mano, le doy un suave beso en la mejilla y paso corriendo
escaleras abajo. Habrá preguntas má s adelante pero creo que finalmente estoy listo para
contarles todo.
ASHER
Subo las escaleras de madera hasta el piso principal, me limpio el sudor de la cara y me
coloco la toalla alrededor del cuello. Es agradable estar libre de clases durante las
vacaciones para poder hacer un entrenamiento má s largo de lo normal. Todo lo que tengo
que hacer hoy es terminar mi pedido de Amazon para enviarles a mis hermanas sus regalos
de Navidad y luego relajarme hasta que pueda ir a ver mi Mariposa esta noche. Es la ú ltima
oportunidad que tendré de verla hasta el añ o nuevo. Masks está dirigido principalmente al
pú blico universitario, por lo que cuando la escuela cierra, también lo hace el club.
Pienso en la pulsera con dijes de la que cuelgan delicadas mariposas doradas que está
arriba en mi có moda. Tuve la idea de deslizarlo en su jaula esta noche con la esperanza de
que pudiera abrir una puerta entre nosotros. El problema es que la segunda pulsera que
compré es idéntica excepto que los dijes son pequeñ os libros dorados. Ni siquiera sé por
qué carajo se lo compré a Caterpillar. Cuando lo vi al lado del de mariposa, lo ú nico en lo
que podía pensar era en Savy, cá lida y suave en mis brazos mientras lloraba y en la forma
en que seguía disculpá ndose conmigo.
Sacudo la cabeza sabiendo que no le daré los regalos a ninguna de las mujeres frustrantes
de mi vida y me dirijo a la cocina para preparar un batido de proteínas. Encuentro a Jude
allí, inclinado sobre el mostrador y hurgando en una bandeja de barras de postre de coco
que Savy preparó para él. Con cada bocado, gime como si estuviera a punto de correrse.
"¿Realmente hombre? Ten algo de dignidad”. Me río, pero eso só lo le hace coger la sartén
entre sus brazos curvados y fingir gruñ irme.
"¡Mi precioso!"
Se mete otro bocado en la boca, gime de nuevo y murmura alrededor de la comida. “Es casi
tan buena como la crema de la vagina. Ven aquí, pequeñ a zorra sucia. Voy a comerte todo el
día hasta que mi muñ eca regrese y pueda tener la muñ eca real”.
Podría golpear el gran recipiente de proteína en polvo un poco má s fuerte de lo necesario
contra el mostrador al escuchar eso. No creo que nadie en esta casa haya dormido mientras
ella gritaba de placer la otra noche por lo que sea que le hizo en su habitació n. Me quedé
dormido como una roca y me desperté de la misma maldita manera.
Saco la licuadora y empiezo a echar frutas y verduras mientras Tate y Beck bajan las
escaleras para unirse a nosotros. Tate tiene una expresió n de shock en su rostro y Beck está
agarrando un montó n de papeles, mirá ndolos como si fuera un mapa del puto Santo Grial.
Saco la cabeza hacia Tate mientras vierto cucharadas de proteína en polvo en la licuadora.
"¿Qué pasa con usted? Parece que has visto un fantasma”.
Simplemente niega con la cabeza, abre su teléfono y me lo entrega al otro lado de la isla.
"Lea eso."
Dejo caer la pala nuevamente en el recipiente y se la tomo, mis cejas se levantan con
sorpresa. “¿Esto es de tu papá ? ¿Qué demonios? ¿Le arrebataron el cuerpo o algo así?
Le paso el teléfono a Jude para que lo lea mientras Tate explica. “Lo tenía en altavoz con el
teléfono en la cama. Me estaba dando su habitual perorata previa al juego sobre lo
perdedor que soy cuando Savy irrumpe en mi habitació n. Ella desliza mi teléfono, sale
pisando fuerte y se encierra en su habitació n con él. Creo que incluso ella también se
escondió en su armario porque tenía el oído pegado a la puerta y no podía oír ni una
palabra de lo que decía. Unos minutos má s tarde, vuelve a abrir la puerta, me dice que soy
una jodida estrella y que está orgullosa de mí. Luego llega ese mensaje de texto, así que me
entrega el teléfono, me da un beso de despedida y me dice que tiene que irse porque llega
tarde al trabajo”.
Todos compartimos una mirada desconcertada mientras Beck toma el teléfono para leer el
mensaje también y Jude se echa a reír.
"¡Cowabunga, maldita chica gangsta!"
"¿Pero qué carajo le dijo ella para este tipo de cambio?" Pregunto y Tate levanta las manos,
tan despistado como el resto de nosotros.
Beck comienza a negar con la cabeza mientras una sonrisa se dibuja en su rostro. Muestra
los papeles que había estado estudiando.
"¿Sabes lo que es esto? Estos son tres caminos diferentes hacia una carrera en gestió n
deportiva. Todo lo que se necesitaría son algunos ajustes en la clase y algunas prá cticas en
una agencia y podría abrirme camino hasta convertirme en agente. No tendría que ir a
trabajar para mi papá . Podría intentar quedarme con ustedes. ¡No como jugador sino como
entrenador!”
Jude gruñ e ante otro bocado de postre. “Bien, puedes ser mía. Mi agente es una maldita
comadreja. No soporto el pinchazo”.
Tate agarra el hombro de Beck y lo aprieta. “Eso es jodidamente increíble, hombre. Me
alegra que lo hayas descubierto”.
Beck nos lanza a cada uno de nosotros una mirada con los ojos muy abiertos. "Excepto que
no me di cuenta... Savy sí". Levanta los papeles y los sacude. "Encontré estos papeles en mi
cama junto con esta nota".
Levanta la primera pá gina y comienza a leerla.
“Espero no excederme. Por favor, no te enojes. Odio verte tan deprimido y abatido por tu
futuro. Sé lo mucho que significa el fútbol para ti y sólo quería ayudarte a ver que aún podría
ser tu vida si así lo quisieras”.
“Esta chica… ella es nuestro maldito unicornio. Creo que quiero casarme con ella”.
Pongo los ojos en blanco y me burlo de eso. ¿Lo suficientemente dramá tico?
“¡Bandera en la obra!” —grita Judas. "¡Demasiado tarde! Ya pedí que ella fuera la señ ora
Jude Dixon”.
Ya tuve suficiente de esta mierda. “¿Qué carajo te pasa? Apenas conoces a esta chica desde
hace unos meses y está s caminando con corazones y pajaritos flotando alrededor de tu
psicó pata. Esto es demasiado incluso para ti, Jude.
Tira el tenedor al fregadero con tanta fuerza que rebota y casi me apuñ ala. Sus ojos está n
un poco salvajes cuando me ladra.
“No, ¿qué carajo te pasa, Ash? Déjame preguntarte, ¿te encanta la Mariposa?
Retrocedo y sacudo la cabeza. "¡Ni siquiera he hablado con ella!"
“Muy bien, digamos que lo hiciste, habla con ella, quiero decir. Di que tienes que saber
quién es ella y todo está bien. ¿Qué tan difícil sería llegar a amarla después de haber estado
obsesionado con ella durante los ú ltimos dos añ os?
"¿Qué tiene eso que ver con que todos querá is casaros con el rató n de biblioteca?"
“Solo responde la maldita pregunta. ¿Te enamorarías de ella rá pidamente?
Me paso una mano por la boca e intento imaginá rmela, pero lo ú nico que me viene a la
mente son grandes ojos azules, no detrá s de una má scara sino detrá s de gafas gruesas.
¡Joder, joder!
Jude tararea un ruido de satisfacció n. “No puedes verlo. Algo má s se interpone en el
camino. ¿O es alguien má s? Hola Ash, tal vez si miras con atenció n y ves con suficiente
claridad, obtendrá s todo lo que deseas”.
Gruñ o: "¡Jó dete!" pero él simplemente se ríe de mí y se vuelve hacia los demá s.
“Olvidé preguntarle. ¿Alguien sabe si se quedará aquí durante las vacaciones o se irá a casa
de sus padres?
La expresió n de Beck baja. "Ella no tiene padres".
Eso nos tiene a todos boquiabiertos. Se pasa la mano por la boca sombría antes de
continuar.
“Ella me lo contó la noche en que la tormenta la molestó . Hablamos un rato cuando me
quedé con ella después de la pesadilla. Su madre murió al darla a luz y luego su padre
murió en un accidente automovilístico en su duodécimo cumpleañ os. Por eso la tormenta
de nieve la excitó tanto. Ella estuvo atrapada en el auto con su cuerpo durante má s de dos
días en una tormenta. Lo ú nico que tiene es una madrastra de mierda y esa hermanastra
perra.
Tate se pasa una mano por el pelo con el corazó n en toda la cara. “Joder, tenemos que
convencerla de que se quede aquí con nosotros. No puede pasar las vacaciones sola o, peor
aú n, con ellos”.
Jude comienza a rebotar en el lugar. “¡Está bien, está bien, está bien! Necesitamos ser los
papá s de Papá Noel de las muñ ecas. Necesitamos un á rbol y toda la mierda que conlleva. Ya
tengo su regalo de Navidad en mi có moda”. Su rostro se vuelve serio mientras nos mira a
cada uno de nosotros. “Ella es mía hasta el final, pero somos una familia, así que estoy bien
con que ella sea toda tuya también. ¿Está usted en?"
Beck es el primero en intervenir: "La quiero má s de lo que jamá s he deseado a cualquier
mujer, así que sí, me apunto".
Tate comienza a asentir. "Todo lo que he hecho es arruinar las cosas con ella, pero he
estado haciendo progresos para arreglarlo todo, así que si ella me acepta, yo también me
apunto".
Todos se giran para mirarme expectantes así que hago lo ú nico que puedo hacer en este
momento. Agarro la licuadora y la tiro al fregadero antes de alejarme.
Me encierro en mi habitació n por el resto del día y la noche, demasiado enojado para tratar
con cualquiera de mis hermanos. Los dos brazaletes está n colocados uno al lado del otro en
mi cama y he estado caminando de un lado a otro tratando de ordenar mi desordenada
cabeza. Esas dos malditas mujeres me tienen encadenado.
Sé todo lo que necesito saber sobre mi Mariposa. Sé cuando está teniendo un mal día, sé
cuando está triste y enojada. Puedo leer cada línea de su cuerpo mientras se mueve hacia
mí y ella puede leerme igual de bien. Ella sabe cuá ndo he tenido un día de mierda porque
pasa má s tiempo concentrá ndose en mí. Su cuerpo se mueve hacia mí con la promesa de
que todo estará bien. Pero anhelo mucho má s de ella. Quiero que ella se entregue a mí y me
entregue toda de ella sin barreras entre nosotros.
Y luego está Savy. Ella me molesta muchísimo, pero só lo porque me siento atraído por ella.
Sé que ella usa un tipo diferente de má scara. Ella oculta quién es por dentro y solo nos
permite ver destellos detrá s de la má scara de vez en cuando. Y cada maldita cosa que he
logrado ver hasta ahora me acerca má s a ella. Ella es tan jodidamente…pura. Ella no juega
juegos que yo sepa. Ella es tan real como puede serlo con todos nosotros y quiero
arrancarle la má scara para verla por completo tanto como quiero verla detrá s de la
má scara de Butterfly.
Miro mi despertador y gruñ o. He perdido todo el maldito día en este tiovivo trastornado de
eenie meenie miney mo. Me voy a la ducha, me pongo unos vaqueros y un Henley azul
oscuro, me pongo el cuero en la muñ eca y me giro hacia la cama para mirar las pulseras con
dijes.
Se acabó el tiempo, hijo de puta... elige.
Mi mano se desliza para agarrar mi elecció n y la guardo en mi bolsillo delantero. Mierda.
El club está muy ocupado ya que es la ú ltima noche antes de que la mayoría de estos
cabrones vuelen a casa para pasar las vacaciones. Estoy enojado porque Tate, Beck y Jude
se negaron a venir conmigo, así que tomo un trago tras otro de whisky en mi mesa vacía y
miro a mi Mariposa con ojos tristes. Saco la pulsera de mi bolsillo y la hago girar en
círculos, haciendo volar pequeñ os dijes que brillan bajo las luces intermitentes. Estoy aquí
para solidificar la decisió n que he tomado.
Esta noche viste de rojo. Alas rojas, cabello rojo, tacones rojos, un minifalda de cuero negro
con tanga roja y una camisa roja transparente corta con un sujetador negro que cubre sus
hermosas tetas debajo. Creo que ella sabe que algo anda mal conmigo porque sigue
girá ndose hacia mí. ¿Sabe lo que decidí? ¿Sabe ella lo difícil que es esto para mí? ¿Cuá nto
deseo algo real, algo má s?
Alguien me impide verla, pero en lugar de pasar, una mujer se sube a mi regazo y se sienta
a horcajadas sobre mí. Antes de que pueda dejarla caer de culo, me agarra por la cabeza y
se mueve contra mí hasta que sus labios está n contra mi oreja. Ahora puedo ver má s allá de
ella y ver a Butterfly congelada en cuclillas con los dedos agarrando los barrotes. Sus ojos
azul eléctrico está n fijos en los míos, llenos de dolor, y sus labios perfectos se abren. ¡No!
No puedo dejar que piense eso. No puedo lastimarla de esa manera, así que me hundo en
las caderas de la mujer para empujarla fuera de mi regazo, pero antes de que pueda, me
susurra al oído.
“Mi hermana les ha estado mintiendo a todos. Ella ha estado jugando y convirtiéndolos a
todos en tontos”.
Escucho sus palabras, pero estoy tan concentrado en mi Mariposa que tiro a la hermana de
Savy al suelo y me muevo para pasar por encima de ella para poder llegar a la jaula de mi
niñ a, dejando el brazalete lleno de amuletos de libros sobre la mesa. .
Butterfly golpea una mano contra sus barrotes y me da la espalda justo cuando un hijo de
puta borracho se mete entre sus barrotes y la agarra por la falda y tira.
Dos zancadas son todo lo que necesito para llegar a la jaula y le golpeo la cara con el puñ o
por atreverme a tocar lo que aú n es mío por unas horas má s. Mi cabeza se vuelve hacia ella,
pero ella está mirando por encima del hombro hacia su falda, así que mis ojos siguen los de
ella y es entonces cuando cada puta cosa explota dentro de mí con rabia mientras me
concentro en la mariposa rosa y azul que vi por ú ltima vez en el puto culo de Savy. cadera.
SALVO
anda mal con Ash. No me sorprende verlo aquí la ú ltima noche que el club estuvo
abierto, pero sí me sorprende que esté aquí solo y lanzando tiro tras tiro. Parece...triste.
Casi como si estuviera resignado por algo, pero sus ojos nunca dejan de mirarme, así que
hago lo que siempre hago cuando él entra aquí de mal humor. Bailo para él y solo para él.
Con cada movimiento, giro y empuje de mi cuerpo, le digo que lo veo y que no está solo.
Una chica rubia se interpone entre nosotros pero luego cae en su regazo y sus brazos la
rodean y sus labios caen hacia los de él. El dolor es feroz e instantá neo, como si me
hubieran arrancado un pedazo de mí. Todo mi cuerpo se queda quieto mientras miro la
traició n. Nunca ha tomado a una chica en su regazo como lo hacían los demá s en todo el
tiempo que ha venido a mirarme. Ver que es ella, mi hermana, la que má s me odia, la que
me ha hecho pasar por tantas cosas, me devasta.
Golpeo mi mano contra las barras y luego me giro y agarro mis brazos alrededor de mi
cintura como si pudiera contener el dañ o que ha hecho. Me muevo para salir de la jaula, de
este lugar, pero un imbécil atraviesa los barrotes y agarra el dobladillo de mi falda,
empujá ndome hacia atrá s. La tela baja exponiendo una buena parte de mi trasero de ese
lado y me giro a medias para gruñ ir, pero el sonido se atasca en mi garganta cuando veo a
Ash lanzarse hacia mi jaula y golpear al tipo justo en la cara. Miro hacia abajo para ver si mi
falda está rota, pero me encuentro con su mirada sorprendida, mirando directamente a mi
trasero.
Me giro má s para ver qué está mirando y veo mi tatuaje de mariposa en plena exhibició n.
Los recuerdos de esa noche en la cocina me invaden de golpe. La noche que puso por
primera vez sus dedos calientes y á speros en mi piel mientras trazaba el tatuaje y se me
escapa un gemido ahogado de desesperació n. Vuelvo a levantarme la falda pero ya es
demasiado tarde. El dañ o ya esta hecho. Se estrella contra los barrotes a só lo unos
centímetros de mí. La furia y la rabia que veo en sus ojos de jade hacen que se forme una
dura bola de malestar en mi vientre. La mandíbula de Ash está dura como una roca
mientras gruñ e entre dientes apretados.
“La oruga fue en realidad la mariposa todo el tiempo. Quítate la má scara y muéstrame tus
alas, cariñ o, porque te las voy a arrancar….
Lo miro boquiabierto, incapaz de formar palabras, y luego hago lo ú nico que puede hacer
una mariposa cuando el peligro está cerca: giro y me alejo volando. Corro por la pasarela lo
má s rá pido que puedo con mis tacones de aguja de camino al camerino. No puedo evitar
mirar hacia atrá s una vez y lo que veo me hace detenerme bruscamente mientras me
agarro a la barandilla de seguridad. Ash está levantando a mi hermana y luego la arrastra
hacia las escaleras hacia la salida.
¡No no no no! Ya es bastante malo que se haya enterado de esta manera sobre la Mariposa,
no puedo permitir que todos descubran mi mayor secreto de Vanessa. Necesito ser yo.
¡Tengo que ser yo quien se lo diga! Entro de golpe al camerino, me arranco la má scara y las
alas y las tiro al mostrador de maquillaje. No hay tiempo para cambiar, necesito llegar antes
que ellos antes de que ella comience a hacer su masacre por toda mi vida. Saco mi chaqueta
y mi bolso de mi casillero, dejo todo lo demá s, corro hacia la salida trasera, golpeo la puerta
del estacionamiento y me detengo tambaleante.
No hay ninguna cola de Ubers esperá ndome. ¡Por supuesto que no lo hay! Todavía faltan
dos horas para el cierre. No hay ninguna razó n para que los autos estén aquí todavía. Grito
mi frustració n y eso resuena en mí mientras busco mi teléfono y pido un auto. El má s
cercano está a ocho minutos. Considero correr hacia el frente del club donde sé que habrá
una fila de taxis esperando, pero cuando lo hago, el Uber má s cercano ya casi estará aquí,
así que solo lo ordeno y camino. Mis tacones resuenan contra el concreto y el eco parece
amplificado mientras lentamente pierdo la cabeza por la ansiedad y el miedo.
¡Iba a decírselo! Ya había decidido que iba a hacerlo mañ ana antes de que los muchachos se
fueran a jugar. Intento meter mi mano en mi cabello, pero los mechones sintéticos se pegan
a mis dedos, así que me quito la peluca, la tiro hacia abajo y luego saco todas las horquillas
de mi cabello para soltarla. Siento que voy a vomitar porque el estrés me consume todo. En
cambio, grito: "¡Joder!" y rebota hacia mí burlonamente.
Se suponía que esto no iba a suceder. Se suponía que no debía preocuparme tanto por ellos.
Paredes. ¡Tenía malditas paredes por una razó n!
Fue entonces cuando me di cuenta de que vivía detrá s de mis má scaras todos los malditos
días, dentro y fuera del club. No só lo porque tenía miedo de ser la mujer que pensaba que
quería ser, sino también porque tenía miedo de que alguien me viera. Miedo de que alguien
me ame y luego me lo arrebaten. Cada persona que alguna vez me amó me ha dejado. Me
aseguré de estar solo, destrozado, asustado de vivir la vida para que nunca vuelva a
suceder. Y ahora va a volver a suceder. Me van a odiar por mentirles, por todos los secretos
que he mantenido ocultos y me van a dejar también.
Cuando llega el coche, estoy hecho un desastre pero también resignado. Esta es mi vida. No
sé por qué alguna vez pensé que podría ser diferente. Ignoro los intentos del conductor de
charlar conmigo hasta que se da por vencido y solo me concentro en la nieve que comienza
a caer cuando giramos hacia mi… su calle. Le pido al conductor que espere, sabiendo que no
me querrá n aquí por mucho tiempo.
La puerta principal está abierta de par en par, casi como si Ash no pudiera esperar a llegar
a los demá s para decirles lo jodidamente mentiroso que soy. Camino directamente de
regreso a la cocina, sin molestarme en quitarme la chaqueta o los tacones de aguja. Está n
todos allí alineados con los brazos cruzados mientras mi hermana me cuenta todos mis
secretos de espaldas a mí.
“…podría comprar y vender a cada uno de ustedes. ¡Su nombre está literalmente en el
estadio en el que juegas al fú tbol! ¡Ella ha estado burlá ndose de todos ustedes todo este
tiempo!
Jude me ve primero y deja caer los brazos mientras inclina la cabeza hacia mí. Hay una leve
mirada de dolor en sus ojos, pero no es la furia que veo aú n en los de Ash, así que tal vez no
todo esté perdido. Ese pensamiento se desvanece como los copos de nieve que caen afuera
cuando Vanessa se da vuelta y me ve. Ella observa mi atuendo con los ojos muy abiertos y
comienza a reírse maliciosamente.
“¡Ahí está s, hermana! Só lo estaba dejando que tus jodidos muchachos se involucraran en tu
pequeñ a estafa. Pensé que era justo decirles que eres heredera de miles de millones y que
has estado jugando con ellos todo el tiempo”.
Intento sacudir la cabeza mientras mi boca se abre para negarlo, pero ella se vuelve hacia
ellos y continú a con sus mentiras.
“¡Ella no es quien pretende ser! Para ella todo es un juego. Savy actú a como este pequeñ o
nerd solitario que atrae a los chicos para poder jugar sus retorcidos juegos enfermizos con
ellos. Ella ha hecho esto antes con otros chicos. ¡Incluso logró convencer a Hunter de que
era virgen! Es una puta cachonda que se folla a cualquiera para satisfacer su mente
enferma”.
"¡No! Yo nunca…"
“Ella es una vergü enza para nuestra familia. Tiene problemas mentales. Por eso le hacemos
usar el apellido de soltera de su madre. ¡Incluso hubo rumores de que ella tuvo algo que ver
con el accidente de su padre!
Respiro sorprendida de que ella haya caído tan bajo, que me odie tanto por decir una
mentira tan horrible.
“No, no, no, nada de eso…” susurro.
“¡Ella es una jodida farsante! ¡Todo en mi hermana es falso y todos ustedes son unos tontos
por caer en ello! Vanessa chilla sobre mí y eso rompe el control de Ash. É l ruge y da un paso
amenazador hacia mí.
"¡Sí, ella es! Eres un puto farsante. ¡Dos putos añ os me has estado estafando! Todo lo que
sale de tu boca es mentira”.
Sacudo la cabeza violentamente y aparto la mirada de la suya para mirar a Tate, pero él
simplemente sacude la cabeza con una mirada de disgusto. Beck me devuelve la mirada con
ojos inexpresivos como si me estuviera desafiando a intentar negar lo que ella está
diciendo, pero es Jude quien arranca lo que queda de mi corazó n de mi pecho.
Entrecierra los ojos hacia mí con una mirada peligrosa, ladea la cabeza y dice: "¿Has estado
jugando conmigo, muñ eca?"
Y con su pérdida de fe en mí, se activa un interruptor y me quedo en blanco. El dolor
desaparece, los temblores desaparecen y todos los sentimientos, el amor que sentía por
ellos, porque lo hice… lo admito ahora… los amaba, desaparece. Mis manos que estaba
sosteniendo en alto, como si pudiera detener esto de alguna manera, caen a mis costados, y
con una ú ltima mirada a cada una de ellas, me doy vuelta y camino hacia la puerta. Vanessa
se ríe a carcajadas y luego me lanza su ú ltimo disparo a la espalda.
"Oh, Savanah, casi lo olvido... ¡Feliz cumpleañ os!"
Eso casi me rompe. Este día... este maldito día. Este día que me niego a reconocer. Este día
que intento ignorar todos los añ os. Este es el día en que murió mi madre. Este es el día en
que mi padre murió mientras yo acurrucaba mi pequeñ o cuerpo junto a él en el frío.
Tropiezo con mis talones, pero presiono una mano contra la pared para mantenerme
erguido, deslizá ndome contra ella el resto del camino hasta que logro salir por la puerta
principal. Los gritos y peleas detrá s de mí se atenú an incluso cuando escucho a Jude gritar
mi nombre, pero sigo caminando hacia el auto que me espera. Los copos de nieve caen
sobre mi rostro pá lido y se derriten, goteando por mis mejillas como las lá grimas que me
niego a dejar caer.
No es hasta que el auto me deja en el estacionamiento subterrá neo del club que finalmente
me rompo. Me arrodillo sobre el implacable cemento mientras la tormenta de dolor,
angustia y traició n gira a mi alrededor, golpeá ndome, rompiéndome en pedazos. Cuando no
puedo aguantar ni un segundo má s, me abro a todo, lo aspiro y dejo que me reforme.
Las piezas rotas encajan como algo má s, algo nuevo, y cuando abro los ojos... soy la
tormenta. ¿Quieren creerle a Vanessa? ¿Creer que soy un farsante, que los estafé, que soy
un jugador? ¿Quiere jugar conmigo, joderme?
Me enderezo, cuadro los hombros y huelo las lá grimas. Está bien, puedo hacer eso, puedo
jugar. He estado bailando con su melodía durante bastante tiempo. Ahora les toca bailar,
arder, al mío. Usaré una má scara nueva para el mundo y esta vez nadie me la arrancará
jamá s.
Abro mi teléfono y toco para conectar la llamada.
“¿Tío Marcos? Estoy listo... listo para firmar los papeles. Hoy cumplo veintiú n añ os y lo he
pospuesto bastante. Envía el avió n, por favor. Iré a Nueva York”.
Continuará en Burn Butterfly Burn
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para revisarla, ¡significaría mucho! Gracias, reese
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Descomponerme
Hay noventa y dos dólares y cincuenta y siete centavos escondidos en una bolsa Ziploc en el
forro del sofá junto con una doble pila de fotografías polaroid que podrían ganarme algo de
tiempo. Cada persona que ha conocido a mi marido piensa que es el hombre más encantador y
nunca creería lo que me hace detrás de estas cuatro paredes. Y ahora veo el brazo de mi hija
de cinco años enyesado. Algo que prometo no permitir que vuelva a suceder.
Noventa y dos dólares con cincuenta y siete centavos. No es suficiente, pero tendrá que serlo.
Este romance contemporáneo, dulce y apasionante, tiene referencias al abuso
doméstico que pueden causar desencadenantes. La heroína principal encuentra el
amor en los tres hombres mientras se curan entre sí y se convierten en una familia.
Huyendo, viviendo en su coche mientras llega el invierno, Avery hará lo que sea necesario
para esconderse de un monstruo y mantener a su hija a salvo. Una buena acció n en una
noche de nieve lo cambia todo.
Tres exmilitares y un pastor alemá n con sus propios dañ os acogen a la madre y a la hija. Se
enamoran perdidamente de Avery y Chloe y quemará n el mundo para mantenerlos a salvo.
Easton: carga con la culpa del fracaso al perder la mitad de su unidad en su ú ltimo
enfrentamiento. Ve demasiados paralelos con su propio trauma infantil con
Avery y Chloe. Su honor exige que los cuide y los proteja. Lucha contra su
atracció n por Avery con voluntad de hierro.
Zack: El encantador playboy vio su autoestima destrozada por las cicatrices que lleva su
cuerpo y la pérdida de su pierna. Una niñ a pequeñ a le hace cambiar su
perspectiva sobre sus heridas. Avery ve al hombre, no la herida, y el agujero
dentro de él lentamente comienza a llenarse con un amor que nunca pensó que
volvería a tener.
Ryker: Su gran tamañ o y corpulencia intimidan y mantienen una distancia segura entre él y
los demá s. Hombre de pocas palabras, sus principales formas de comunicació n
son gruñ idos y gruñ idos prolongados. El diminuto pedacito de una niñ a rompe
toda su armadura con su dulzura y su madre se siente como un pedazo perdido
de su alma cuando está en sus brazos. Cuando encuentre al hombre que les hizo
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