Anarquia de Los Años 20

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 7

PONTIFICIA

UNIVERSIDAD
CATÓLICA ARGENTINA
“SANTA
MARÍA DE LOS BUENOS
AIRES”

FACULTAD “TERESA DE
ÁVILA”
SEDE PARANÁ

LICENCIATURA EN
RELACIONES
INTERNACIONALES Y
CIENCIAS
POLÍTICAS.

2 DO AÑO. 2023

HISTORIA ARGENTINA I

MACARENA ZUIANI
ABRIL.

PROF. YUNKER WALTER


PROF. CENTURION
ERIKA

PARANÁ, ENTRE RIOS,


ARGENTINA, 24 DE
ABRIL DE
2023.
La anarquía del año 20 fue un periodo argentino, comenzado en el año 1820 luego de la
Batalla de Cepeda que desestabilizó por completo el modelo gubernamental existente
hasta ese momento, el Directorio de Buenos Aires, que con su caída provocó que todas
las provincias se volvieran autónomas, disolviendo totalmente las “Provincias Unidas del
Rio de la Plata”. Este periodo fue destacado por la total ausencia de una autoridad
nacional, donde cada provincia se regía de manera autónoma bajo las ordenes de sus
propios caudillos, lideres provinciales destacados por no ser militares sino importantes
vecinos, el constante estado de un ambiente de desconfianza, pelea y el desate de
continuas guerras y guerrilas civiles e interprovinciales a mano de los federales y unitarios
por la instauración de una constitución y un modelo de gobierno que favoreciera a unos
y otros.
Un año antes, en 1819 se realizaba en Buenos Aires el congreso constituyente con Juan
Martin de Pueyrredón como director supremo. Se encontraron reunidos los representantes
de cada provincia, aunque eran los diputados porteños los que sobresalían en número a
los del interior. Desde ese mismo año ya las Provincias Unidas se encontraban divididas
en 2 ideologías diferentes respecto al establecimiento del poder territorial.
Por un lado, se encontraban los federales, quienes poseían una firme ideología de
establecer una constitución que mantuviera la idea de un poder descentralizado con
representación de cada región y que las provincias mantuvieran su propia autonomía, es
decir tener su propio gobierno que no dependa de la autoridad de Buenos Aires, que se le
permita tomar sus propias decisiones políticas y comerciales. Delegando únicamente
asuntos de Estado general o del tipo “relaciones exteriores” al gobierno de Buenos Aires.
Se encontraba fuertemente ligada a los pueblos del interior, pero eran las provincias del
litoral, Santa Fe y Entre Ríos, y la Banda Oriental con su protector José Gervasio Artigas
quien era el mayor promotor del federalismo y opositor del gobierno centralista
bonaerense.
Mientras que de manera opuesta se encontraba el unitarismo o centralismo. Una ideología
que promovía un gobierno central y el que el poder político se encontrara absoluto en
Buenos Aires por sobre el resto de provincias, estas mismas no poseerían autonomía
gubernamental ni económica, sino que dependerían exclusivamente del gobierno del
Estado central y las tomas de decisiones que este realizaría sobre ellas. Esta ideología
estaba presente mayoritariamente en Buenos Aires y en los diputados porteños, así como
en la figura del director supremo Pueyrredón.
A modo de frenar el constante avance y crecimiento del partido federal de Artigas, a quien
se le consideraba uno de los principales opositores y problemas para el gobierno. Buenos
Aires realizaba constantes invasiones al sur de Santa Fe, fomentando las disputas y
disidencias internas dentro de Entre Ríos y corrientes, buscando a su vez que la unión de
estas no se concretara, más todas estas acciones solo lograron consolidar más firmemente
el sentimiento federal, el repudio hacia el gobierno de Buenos Aires y establecer a los
representantes del artiguismo dentro del Litoral.

La constitución sancionada en ese año se abstuvo totalmente de la elección de una forma


de gobierno, sumado a que por su carácter centralista dejaba en manos del poder ejecutivo
nacional la elección de los gobernadores de cada provincia. Esta constitución fue
rotundamente rechazada por el litoral y por el sector federal.

1
Subsecuentemente Pueyrredón tuvo que renunciar al puesto de director supremo y fue
remplazado por el brigadier general José Rondeau, quien recurrió a comunicarse con el
único ejercito organizado con el cual se contaba, el Ejercito de los Andes, para frenar a
las fuerzas de Santa Fe, encabezado por Estanislao López, y Entre Ríos con Francisco
Ramírez. Pero terminó recibiendo una negativa del general San Martin quien negaba a
dar sus milias para combatir contra sus propios hombres. Lo mismo sucedió con la parte
del ejercito norteño manejada por el general Juan Bautista Bustos, quien denegó el apoyar
al directorio y quien cuando fue elegido como gobernador de Córdoba convocó un
congreso interprovincial “desafiando y desobedeciendo explícitamente al Directorio y al
Congreso que habían dictado la constitución en 1819” (Nueva Historia Argentina,
Marcela Pelayo)

“En este escenario, la autoridad del gobierno central era prácticamente nula. Estanislao
López y Francisco Ramírez descendieron avanzar sobre Buenos Aires con sus fuerzas
militares y el general Rondeau salió a la campaña a enfrentarlos” Historia de la
Argentina, 1806-1852, Marcela Ternavasio)

El 1 de febrero de 1820 se llevó a cabo la batalla de cepeda, donde se enfrentaron las


fuerzas del litoral, Santa Fe y Entre Ríos contra el poder Central de Buenos Aires. Cuando
la ex capital virreinal fue derrotada por los caudillos en Cepeda Rondeau debió de delegar
la firma de la paz con el cabildo de Buenos Aires, al igual que debió de renunciar a su
puesto de director supremo, el cual igualmente y por la presión de los caudillos del litoral
fue obligado a disolverse junto con el congreso. “El orden político del que Buenos Aires
era la cabeza acababa de disolverse” (Historia de la Argentina, 1806-1852, Marcela
Ternavasio)

Al no existir dicha autoridad nacional, las provincias ya no se encontraban sujetas a “la


jurisdicción asignada por la ordenanza de intendentes”, ahora estaban en una situación de
autonomía política y económica, aunque seguían dependiendo de buenos aires en aspectos
comerciales, puesto que dependían de su puerto para la exportación e importación de
mercaderías.
Buenos Aires dejó de ser la capital nacional para convertirse en una provincia más, pero
que aun así continuaba sobresaliendo de entre las demás por una amplia variedad de
razones, como su puerto y aduana que le generaban una enorme cantidad de ingresos, las
infraestructuras que su ciudad poseía y el sistema educativo que poseían entre mas
factores que lo volvían una provincia sobresaliente.

Con la autonomía provincial y la disolución de las Provincias Unidas se dio inicio al


periodo llamado “Anarquía de los años 20”. El nombre puesto al periodo, anarquía, sirve
de perfecta manera para expresar lo que se vivía políticamente dentro del país.

Si bien la terminología de anarquía busca referirse a la ausencia total de autoridad, el ex


virreinato pasaba por lo que se le podría considerar una situación cerca de ella.
Por un lado, estaba la existencia de un “vacío de poder” en el puesto de autoridad máxima,
es decir, no existía un director supremo, junta o ente que indicara orden o tuviera un
verdadero poder. Sin ese puesto ocupado no existía un orden concreto en la toma de
decisiones. Esto se inicio cuando los vencedores de cepeda ordenaron primeramente la
2
disolución del Directorio y la creación de una nueva forma de gobierno legitima que
garantizara una negociación favorable para ellos, los federales, pero que termino siendo
una serie de acontecimientos desafortunados que condujeron a una profunda crisis de
gobierno, expresada principalmente en la cantidad de autoridades que fueron designadas
en el corto lapso de 8 meses, entre ellas a más de 9 gobernadores, los cuales llegaban a
durar poco más de unos días en el cargo y en varias ocasiones sucediendo que era el
cabildo de Buenos Aires quien obtenía nuevamente el poder hasta volver a perderlo.

Algunos de estas autoridades designadas fueron Manuel de Sarratea, elegido el 16 de


febrero gobernador por la Junta de Representantes, cuya estancia fue provisoria, pero fue
quien se encargó de restablecer la paz con el litoral el 23 de febrero, después de la derrota
de Cepeda, al firmar el Tratado del Pilar. Un pacto entre Buenos Aires, Santa Fe y Entre
Ríos, donde se prometía establecer la búsqueda futura de una organización nacional, una
nueva reunión entre los representantes provinciales en San Lorenzo y el retiro de las
tropas litoraleñas de la capital, entre otras partes acordadas.
Este acuerdo no fue bien recibido por parte de la población bonaerense quienes la vieron
más bien como un golpe al honor de la ex capital. Tampoco fue aceptado por el Artigas,
quien al enterarse de que dentro del mismo no se encontraba el apoyo militar a la Banda
Oriental frente a las invasiones portuguesas como había pedido se discutiera y pactara se
sintió traicionado por sus antiguos aliados, López y Ramírez. Y quien luego de ser
nuevamente derrotado por los portugueses y los litoraleños en futuros enfrentamientos se
apartó de la vida política exiliándose a sí mismo en Paraguay.

Otro actor importante elegido durante este proceso fue Manuel Dorrego como
gobernador, quien durante su periodo tuvo una campaña dividida puesto que algunos
grupos buscaban establecer nuevamente al general Soler y otros nombraban a Carlos
María de Alvear. Dorrego fue quien terminó quedando en el poder, más seria por un
periodo corto de tiempo al ser derrotado luego de querer enfrentar a Estanislao López en
Pavón el 2 de septiembre.

Se realizaron múltiples asambleas, cabildos abiertos, juntas de representantes que elegían


mediante elecciones directas o indirectas. Este parámetro solo expresaba más en claro la
total desorganización que se viva, pues, aunque hubiera alguien sentado en el cargo de
gobernador su poder era prácticamente nulo.

La inexistencia de una autoridad nacional general que ordenara las relaciones


interprovinciales y mantuviera una unión concreta entre las provincias del ex virreinato
en forma de un país, permitió que, como se nombró anteriormente, cada provincia se
volvió su propia autoridad, en un inicio de hecho pero que terminó por volverse de
derecho, su propio cuerpo político el cual se regía ahora por la autoridad de sus caudillos
y los nuevos reglamentos, constituciones o leyes fundamentales que ahora los nuevos
gobiernos provinciales dictaban.
Estos gobiernos fueron paulatinamente agarrando una forma republicana de gobierno,
estableciendo dentro de las autoridades provinciales una gran variedad de cargos
representativos de base electoral muy amplia. Estos cambios de poderes dieron paso a la
formación de “republica provinciales” que se organizaron bajo los principios del

3
constitucionalismo liberal. Bajo este parámetro la autoridad central de Buenos Aires no
tenía posibilidad de recomponerse.

El 26 de septiembre el general Martin Rodríguez fue elegido gobernador por la Junta


Representante quien junto con el apoyo del estanciero Juan Manuel de Rosas, quien tenía
milicias a su cargo, lograron un ordenamiento y fortalecimiento militar. El 24 de
noviembre de 1820, Rodríguez y López firman el tratado de Benegas, donde se establecía
la paz entre Buenos Aires y Santa Fe, quien había sido por muchos años una de las
provincias más maltratadas por la capital en sus intentos de frenar la expansión del
federalismo, y se buscaba con dicho tratado una compensación por dichos años, siendo
Rosas quien ofrecía dinero y cabezas de ganado para que se acepte el acuerdo. Pero
quedando totalmente excluida de este el entrerriano Francisco Ramírez, quien tomó dicha
acción de López como una ofensa, rompiendo relaciones entre las provincias litoraleñas.

Buenos Aires, por más que había perdido la Batalla de Cepeda, terminó por ser la
provincia que mayor beneficio sacó de esta, y la vencedora en términos no militares,
puesto que mediante los tratados del Pilar y Benegas logró deshacerse de los que eran sus
mayores opositores, tanto de Artigas como de la unión de Estanislao López y Ramírez
con el culmine de la muerte del entrerriano a manos del santafecino. A la vez la provincia
descubría los beneficios que obtendría de no tener que ser el epicentro del país y tener
que estar atendiendo y ayudando económicamente al resto de provincias. Por lo que todo
aquel dinero obtenido de las ganancias aduaneras quedaba solamente en la provincia,
destinándolos al avance y progreso provincial.

“De la humillación de la derrota, la ex capital pasó a gozar del provecho de la


autonomía” Historia de la Argentina, 1806-1852, Marcela Ternabasio”

Casos diferentes fueron el del resto de las provincias rioplatenses, quienes eran
gobernadas por sus propios caudillos. Lideres no militares que se destacaban por ser
vecinos importantes originarios de dichas provincias, siendo la mayoría estancieros o
dueños de tierras que sabían manejarse en sus terrenos y poseían milicias a su cargo, que
utilizaban para enfrentarse entre provincias.

En Santa Fe se encontraba Estanislao López, quien se hizo llamar a si mismo caudillo en


el reglamento provincia y gobernó durante 20 años usando a su favor los reglamentos y
normas sancionadas. Fue uno de los que inicio el ataque a buenos aires en cepeda y ordenó
la disolución del directorio en favor de la creación de una constitución federal. Firmó el
tratado del Pilar y Benegas con buenos aires, lo que le costaría la unión con el líder
entrerriano, a quien combatió el 10 de julio de 1821 y terminaría matando. Consolidando
así su autoridad en la región.

En Entre Ríos estaba Francisco Ramírez, compañero del caudillo santafesino y quien de
igual manera se enfrentó a buenos aires en cepeda. Tenía ideales federales y era de los
que más comunicación mantenía en su momento con Artigas, con la salida del marco
político del oriental pretendió heredar el monopolio del poder del litoral, lo que lo llevó
a tener disputas con López. Con la firma del tratado de Benegas, el entrerriano se sintió

4
traicionado por el santafecino y rompió la relación y unión que había entre ambos lideres,
muriendo en batalla contra Santa Fe el 10 de julio de 1821.
Con su muerte en entre ríos o se volvió a tener un caudillo fuerte y fijo, sino una serie de
caudillos menores que asumían el cargo por un periodo corto de tiempo y eran
remplazados. Entre ellos Lucio Mansilla y Ricardo López Jordán quien sufrió revueltas y
anulaciones en su gobierno. Este periodo fue llamado como “anarquía entrerriana”

En Córdoba se mantuvieron con peso la mayoría de los miembros de la gestión política,


pero el caudillo destacado fue Juan Bautista Bustos, quien logró dominar durante la
década de 1820 las disputas facciosas desplegadas luego del 1810. Luego de su mandato
fue sucedió por José María Paz, un militar unitario que invadió la provincia para derrocar
a Bustos y enfrentó a las milicias cuyana en la batalla de tablada.

La sección del Cuyo fue uno de los casos que más cambios sufrió pues esta estaba
integrada por La Rioja, Mendoza, San Juan y San Luis. En ellas gobernó el caudillo Juan
Facundo Quiroga, un político y militar de bando federal quien comenzó a acrecentar su
poder en 1823 y gobernó la región, coexistiendo con los poderes legales de la provincia
y volviéndose uno de los caudillos con mayor influencia en la región cuyana hasta su
derrota. Quiroga fue quien fue en la ayuda del caudillo Bustos cuando este fue atacado
por las fuerzas de Paz y derrotado por las mismas.

Cuando Mendoza se declara provincia autónoma y dejó de ser capital del cuyo no volvió
a tener un caudillo predominante, sino que tuvo de gobernador a Gutiérrez, que le
significo de fuertes enfrentamientos entre facciones locales ya que pretendía tener
facultades extraordinarias. San Juan luego de su separación tampoco tuvo un caudillo
predominante, sino caudillos de otras provincias que influían políticamente dentro de
esta, pero su personaje más destacado fue Salvador María del Carril, quien dicto la Carta
de Mayo donde se establecía la libertad religiosa.

Bernabé Araoz fue un federal y el creador de la republica de Tucumán y se instauro como


su presidente, y en el cual se incluían también a Catamarca y Santiago del Estero, por lo
que fue también su gobernador y caudillo durante esos años. Este basó su poder en la
fuerza militar que le llevo a enfrentarse a múltiples disputas con las elites tucumanas hasta
su fusilamiento en 1824.
Con la muerte de Aros, Santiago del Estero se separó de la provincia de la Republica de
Tucumán y formó su propia autonomía. Su caudillo principal fue el comandante Felipe
Ibarra quien se mantuvo en el poder durante 2 décadas.

Salta su principal caudillo y figura mas recordada fue Martin Miguel de Güemes, quien
gobernó a provincia durante 6 años. Fue un militar, político y gaucho que participo tanto
en la guerra de independencia defendiendo las tierras salteñas y rioplatenses de las
invasiones realistas, como de las guerras civiles que se disputaban interprovincialmente
entre los caudillos. Murió por una herida de arma de fuego en batalla contra un ejercito
realista y a su muerte las familias mas poderosas de salta fueron quienes retomaron el
poder provincial, poniendo en dos oportunidades a José Ignacio Gorriti.

5
Recapitulando todo lo anteriormente mencionado, se puede concluir que este periodo
argentino fue uno de total desorganización provincial y gubernamental, una situación de
difícil retorno a un orden político en el cual se pudieran poner de acuerdo los unos y los
otros, tanto entre los mismo caudillos como en los hombre de poder que conformaban el
sector político de Buenos Aires, puesto que entre ellos los ideales y búsqueda de objetivos
eran totalmente opuestos y se veían interferidos con la existencia de los otros.
Fue también una época de peligro constante y donde múltiples vida inocentes fueron
arrebatadas, iniciando la anarquía con una guerra y terminando con la muerte del
gobernador de Buenos Aires, Manuel Dorrego por orden del militar Lavalle.
Bibliografía utilizada:

FLORIA, CARLOS A. y GARCIA BELSUNCE, C. Historia de los argentinos. Editorial


El Ateneo.

COLECCIÓN NUEVA HISTORIA ARGENTINA. Tomo III, Revolución, Republica,


Confederación (1806-1852), Sudamericana.

VILAR, JUAN ANTONIO. Revolución y lucha por la organización. Primera y segunda


décadas de la revolución 1810 – 1829. Eduner

FELIPE PIGNA, Ver la Historia. Capitulo 2, La Era de los Caudillos 1820-1854.


Miniserie de tipo documental emitida por Televisión Publica en canal Encuentro. (2015)

HISTORIA DE LA ARGENTINA. 1806-1852, Marcela Ternavasio · Siglo Xxi Editores


Argentina

También podría gustarte