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    2.2 Influencia de Las Virtudes en La Salud

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    2.2 INFLUENCIA DE LAS VIRTUDES EN LA SALUD

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    INFLUENCIA DE LAS VIRTUDES EN LA SALUD

    El tema de las virtudes lo trata Santa Hildegarda en tres visiones del Scivias.
    Las virtudes son representadas simbólicamente por figuras femeninas, esto no
    sólo se debe a que Hildegarda fue mujer, sino a las cualidades positivas que
    están escondidas, pero se desarrollan más intensamente en el sexo femenino.

    Los vicios, por su parte, son también representados antropomórficamente en


    figuras masculinas que tienen alguna parte de su cuerpo transformada en una
    bestia o monstruo. Esto se debe a que, si el ser humano se deja llevar por los
    vicios, en lugar de elevarse hacia la plenitud a la que ha sido llamado, va
    decreciendo, asemejándose más a las bestias.

    Toda vida humana está ordenada por la disposición de Dios y las situaciones
    históricas y ambientales en las que se desenvuelve. A esto hay que sumarle el
    hecho de que cada persona es libre y puede, por tanto, experimentar las 35
    situaciones de virtud-vicio que indica santa Hildegarda.

    La mayoría de enfermedades, dice ella, son la respuesta del cuerpo a la falta


    de buenos hábitos o virtudes. Ellas actúan en el hombre pero por medio de la
    voluntad de éste, que debe ponerlas en práctica:
    “Por voluntad de Dios, estas virtudes obran en el hombre, inmerso en
    el ámbito de los cuatro elementos (...) pero no obran por sí solas en el
    hombre, sino que el hombre obra con ellas, y ellas con el hombre, como
    tampoco actúan solos los cinco sentidos. Ninguna de ellas es una
    forma viva en sí, sino sólo una brillante esfera que, merced al Señor,
    resplandece en las acciones humanas. El hombre se perfecciona
    mediante las virtudes, pues ellas son la obra del hombre que obra en
    Dios” (Scivias, III, 3, iii, 166-169)

    Las virtudes muestran todo un camino para acercarse a la voluntad de Dios.


    Para alcanzar la plenitud se requieren elecciones y acciones virtuosas que
    hagan presente lo divino dentro del mundo. Por eso las virtudes no son causa
    de opresión ni algo arduo y pesado para el alma, sino que “le infunden
    tiernamente la dulzura del reino celeste” (Scivias, III, 3, iv, 212-215)
    La imagen anterior muestra al hombre en el centro de la creación. En él los
    vicios y virtudes se localizan de acuerdo a los puntos cardinales y las distintas
    zonas del cuerpo. De acuerdo a esta visión, los grupos de virtudes y vicios se
    dividen de la siguiente manera:

    Localización Vicio Virtud

    Amor saeculi Amor coelestis


    Amor a las cosas Amor a lo celestial
    mundanas

    Petulantia Disciplina
    Arrogancia Buenas costumbres
    Joculatrix Verecundia
    Gusto por los placeres Moderación

    Obduratio Misericordia
    Dureza de corazón Misericordia
    Cabeza
    Ignavia Divina Victoria
    Apatía Victoria divina

    Ira Patientia
    Ira Paciencia

    Inepta laetitia Gemitus ad Deum


    Alegría que proviene Aspiración a Dios
    del mal

    Ingluvies ventri Abstinentia


    Glotonería Abstinencia

    Acerbitas Vera largitas


    Egoismo Generosidad

    Impietas Pietas
    Impiedad Piedad
    Hombros a cadera
    Fallacia Veritas
    Deslealtad/mentira Verdad

    Contentio Pax
    Discordia Paz

    Infelicitas Beatitudo
    Infelicidad Bienaventuranza

    Immoderatio Discretio
    Desmesura Discreción/moderación

    Perditio animarum Salvatio animarum


    Ateísmo Salvación

    Superbia Humilitas
    Orgullo Humildad

    Invidia Charitas
    Envidia Caridad
    Inanis gloria Timor Domini
    Caderas a rodillas Sed de gloria Temor de Dios

    Inobedientia Obedientia
    Desobediencia Obediencia

    Infidelitas Fides
    Falta de fe Fe

    Desperatio Spes
    Desesperación Esperanza

    Luxuria Castitas
    Lujuria Castidad

    Injustitia Justitia
    Injusticia Justicia

    Torpor Fortitudo
    Comodidad Fortaleza
    Rodillas a pantorrillas
    Oblivio Sanctitas
    Olvido de Dios Santidad

    Inconstantia Constantia
    Inconstancia Constancia

    Cura terrenorum Coeleste desiderium


    Aspiración a lo Aspiración a lo divino
    mundano

    Obstinatio Compuntio cordis


    Corazón obstinado Contrición

    Cupiditas Contemptus mundi


    Codicia Desprecio del mundo

    Discordia Concordia
    Discordia Concordia

    Scurrilitas Reverentia
    Grosería Respeto

    Pantorrillas a pies Vagatio Stabilitas


    Divagación Estabilidad

    Maleficium Verus cultus Deus


    Ocultismo, magia Verdadero culto a Dios

    Avaritia Pura sufficientia


    Avaricia Austeridad/conformida
    d con lo que se tiene

    Tristitia saecoli Coeleste gaudium


    Tristeza mundana Alegría celestial

    El orden de las virtudes o vicios no depende de su importancia. Más bien están


    catalogados así dependiendo de la parte del cuerpo con la que estén
    asociados. Esto quiere decir que determinado vicio o virtud, puede influir
    negativa o positivamente en una parte específica del organismo.

    Por lo general, Dios no ayuda a la persona liberándola de golpe de la


    enfermedad, sino que quiere ayudar al hombre en la medida en que él mismo
    se transforma, se convierte, sana su alma y se libera del estilo de vida que lo
    mantenía enfermo, es por esto que es de gran importancia el trabajar las
    virtudes para cambiar hábitos y comportamientos negativos y comenzar así,
    con ayuda de la gracia, el camino de perfección en el amor que lleva a la
    santidad a la que hemos sido llamados.

    Para leer las descripciones dadas por Santa Hildegarda acerca de los vicios y
    virtudes, se puede acceder al libro digital “Libro de los méritos de la vida”, a
    través del siguiente link:
    http://hildegardiana.es/5pdf/libro_meritos_de_la_vida.pdf

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