Desde La Grecia Clásica
Desde La Grecia Clásica
Desde La Grecia Clásica
Eso nos dijo Platón en su obra el Banquete. Pero, ojo, lo que él entendía por belleza no
es igual a lo que entendemos hoy.
“Aquello que da placer a la vista, al tacto, al oído, al gusto, al olfato. En una palabra, a
los sentidos”.
Los sofistas estarían totalmente de acuerdo con la idea anterior, pues entendían la
belleza igual que nosotros, un gusto para los sentidos; mero placer sensual.
Sin embargo, para el gran maestro, esa sería apenas una parte de la belleza.
Para Platón lo más hermoso que un ser humano puede contemplar es la sabiduría.
Por tanto la belleza iba más allá de los valores estéticos; incluía también los morales y
cognoscitivos, al igual que el bien. Y es que, para nuestro filósofo, bien y belleza eran
sinónimos. Pero, ¿y la verdad?
Pero la exigencia de Platón nos permite, a modo de juego, poner a prueba nuestro grado
de sabiduría.
Todos estamos igual. Nadie está seguro de casi nada. Y la confusión nos envuelve. Pero
tenemos que salir de ella. Necesitamos volvernos subversivos. Sí, eso que ya no se dice.
Ser subversivo hoy es darle una patada en el culo a lo políticamente correcto, que de
correcto sólo tiene la falsa urbanidad de ser amable con quien no lo merece.
Se me ocurren un par a modo de ejemplo, sin pretender otorgarles prioridad ante otras
que cada uno pueda plantearse. Las elijo por una sola razón: ser espinosas.
¿Hay bien, verdad y belleza en una sociedad que preconiza que el sexo es una
construcción social y que cada uno puede ser hombre, mujer, niño o niña,
independientemente de su edad, y cambiarse a su antojo las veces que lo crea
oportuno?
¿Hay bien, verdad y belleza en una sociedad que considera al hombre y a la mujer, por el
mero hecho de serlo, enemigos históricos en vez de compañeros de viaje
complementarios?
Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com
https://www.youtube.com/watch?v=xJBtFfIcBU0&list=RDfOh1nWPmL2Q&index=16