Clases de Oraciones
Clases de Oraciones
Clases de Oraciones
Grado: 8°4.
2 de mayo de 2022.
Ovejas-Sucre.
En lingüística, las oraciones simples son aquellas que poseen un único verbo
conjugado, y que por ende poseen una estructura generalmente llana y directa: un
sujeto, dotado o no de complementos, y un predicado, cuyo verbo a su vez puede
tener o no complementos. Se distinguen de las oraciones compuestas, dotadas de
más de un verbo conjugado y poseedoras de estructuras más complicadas.
Las oraciones personales son aquellas en que la oración tiene sujeto explícito o este
es recuperable por las desinencias verbales (sujeto omitido). Ejemplos: El perro no
paró de la ladrar durante toda la noche. He visto cuadros increíbles en este museo
(sujeto omitido: yo).
Por ejemplo:
Los niños trabajan con su madre.
Caminan por el pasto mis caballos.
Tiene hambre la niña.
Una oración simple es un conjunto de palabras que se organizan en torno a un
predicado. La palabra predicado tiene dos significados diferentes que tenemos que
conocer:
Desde el punto de vista sintáctico, el predicado es el conjunto que forman el
verbo y sus complementos, y que establece una relación con el sujeto.
Pepita come un bocadillo de atún.
Desde el punto de vista léxico, el predicado es una unidad léxica que señala
un estado, una acción o un proceso; es decir, es lo que se predica, lo que se
afirma de algo o de alguien (el argumento).
Pepita llegó cansada. (Señala una acción).
Pepita está cansada. (Señala un estado).
Estas se pueden clasificar en:
Predicativas: son oraciones predicativas las que tienen predicado verbal, que es el
que se construye con verbos no copulativos.
Por ejemplo:
Ramiro lee el diario todas las mañanas.
Los regalos fueron envueltos por Leandro.
Finalmente, esta mañana llegaron los libros.
Las oraciones predicativas pueden llevar cualquier tipo de complemento verbal.
Transitivos. El verbo proyecta su acción sobre el objeto directo o sobre un
complemento, al cual modifica, altera o afecta. Por ejemplo: Damián escribe
poemas.
Intransitivos. La acción no se proyecta por fuera del verbo. Por ejemplo: Damián
escribe.
Las oraciones reflexivas: son aquellas oraciones simples, predicativas, activas,
transitivas formadas por un verbo reflexivo en las que el sujeto realiza y recibe la
acción simultáneamente. El núcleo del predicado es un verbo transitivo que va
acompañado por un complemento directo.
Por ejemplo:
Se me cayó un diente de leche.
Estás mejor si te confiesas.
Ellos se enfermaron.
Las oraciones recíprocas son aquellas que contienen un verbo recíproco, es decir,
una acción mutua que se realiza y recibe por un sujeto plural.
Por ejemplo:
Mi hermana y el novio se extrañan mucho.
Los compañeros se abrazaron luego de la discusión.
Mi padre y su jefe se desearon felices fiestas por teléfono.
Teniendo en cuenta las actitudes más usuales que puede adoptar un hablante,
podemos hacer una clasificación de los tipos de oraciones que solemos utilizar.
Hay seis tipos: enunciativas, interrogativas, exclamativas, imperativas, desiderativas
y dubitativas.
Las oraciones enunciativas son aquellas que expresan, manifiestan o comunican
ideas, conceptos, sucesos... Puede hacerse de manera positiva o negativa.
Por ejemplo:
No entiendo cómo puedes salir con él.
Me opongo plenamente a ese proyecto de ley.
La suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la
hipotenusa.
Las oraciones interrogativas son aquellas que, de modo general, sirven para pedir
alguna información específica al interlocutor. Para preguntar, recurrimos a un tipo
particular de enunciado: los enunciados interrogativos. Por ejemplo: ¿Qué hora es?
o ¿Cuántos hermanos dijiste que tenías?
Además, este tipo de oraciones se pueden usar para hacer alguna sugerencia o
darle algún consejo al receptor. Por ejemplo: ¿No deberías tratar mejor a tu mamá?
o ¿No te parece que deberías estudiar más antes de rendir el examen?
Por último, a veces se recurre a las oraciones interrogativas para pronunciar algún
mandato. Por ejemplo:
¿Por qué no vas a ayudar a tu madre? o ¿Por qué no dejas de gritar?
Por ejemplo:
¿Cuánto cuesta el kilo de tomates?
¿Quieres ir al cine conmigo?
¿Dónde queda el Museo de Bellas Artes?
Las oraciones exclamativas se utilizan para expresar determinados sentimientos del
emisor, tales como la sorpresa, la alegría, la tristeza o el enojo, entre otros. Por
ejemplo: ¡Qué lástima que terminaron así!
La palabra exclamar quiere decir “expresar algo con vehemencia para transmitir
emoción u otorgar vigor y eficacia a lo que se dice”. De este modo, las oraciones
exclamativas suelen destacarse por sobre las demás y son fácilmente distinguibles.
En el caso de la oralidad, se pueden reconocer por la entonación enfática, y en la
escritura, por la utilización de los signos de exclamación o admiración. En español,
estos son signos dobles, es decir que se colocan tanto en el inicio como en el cierre
de la oración, donde el signo reemplaza al punto. Por ejemplo: ¡Feliz cumpleaños!
Asimismo, algunas expresiones exclamativas conforman oraciones del tipo
unimembre, puesto que simplemente marcan una reacción repentina o un
sentimiento. Es por eso también que muchas interjecciones suelen escribirse entre
signos de exclamación. Por ejemplo: ¡Oh! ¡Qué sorpresa!
Cabe mencionar que cuando una oración expone su carácter exclamatorio, este
suele preponderar sobre su carácter enunciativo, aun cuando no deje de enunciar
algo. Por ejemplo, si escucháramos a alguien exclamar: ¡Se terminó la guerra!,
seguramente percibiríamos que el emisor está celebrando ese hecho, y no
solamente comunicándolo.
Las oraciones exclamativas pueden expresar, entre muchos otros afectos humanos:
Alegría. Por ejemplo: ¡Saqué un diez en el examen de Anatomía!
Sorpresa. Por ejemplo: ¡Miren, ese hombre es un actor!
Enojo. Por ejemplo: ¡Ya cállense de una vez!
Tristeza. Por ejemplo: ¡Qué pena que perdieron el partido!
Miedo. Por ejemplo: ¡Corran!
Las oraciones exclamativas se diferencian así de las oraciones interrogativas, que
son aquellas que se emplean cuando se quiere preguntar algo. Estas suelen estar
enmarcadas entre signos de pregunta o interrogación, que también son signos
dobles. Por ejemplo: ¿Cómo hago para llegar al museo de arte?
En determinados contextos, cuando se quieren combinar ambos tonos, se pueden
colocar los dos signos en una misma oración. Además, los signos de admiración
pueden repetirse para aportar más énfasis. Por ejemplo: ¡¡¡No!!! ¡¿Recién ahora
aterriza el avión?!
Por ejemplo:
¡Qué calor hace en esta ciudad!
¡Escucha, esa es la canción que me gusta!
¡Está entrando agua por la ventanilla de atrás!
Las oraciones imperativas son aquellas que tienen como función exhortar, incitar o
mandar a otra persona a realizar algo. Estas oraciones recurren en la mayoría de
los casos al modo imperativo de los verbos. Por ejemplo: Apague su celular.
En cambio, cuando una oración imperativa está expresada por la negatividad, el
modo verbal que se utiliza es el subjuntivo. Por ejemplo: No comas tan rápido.