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Universidad de la Sierra, A.C.

Facultad de psicología

Compendio de técnicas terapéuticas

Trabajo del segundo parcial

Presenta

Omar Arenas Morgado

Huauchinango, Puebla.

17/04/2023
Terapia sistémica

1. Preguntas circulares. Son preguntas que se le realizan a varios miembros del

sistema para intentar recabar información de todos los puntos de vista. El

objetivo es que el paciente se ponga en el lugar de otro.

2. Preguntas milagro. Se les pregunta a los distintos miembros qué ocurriría si

un milagro hiciera que todos los problemas que tienen desaparecieran.

3. Excepciones. Investigar como una problemática se presenta en los distintos

sistemas en que se desenvuelve el individuo, buscando uno donde esta

problemática no existe, encontrando los motivos de esto e intentando

replicarlo en los demás sistemas.

4. Preguntas escala. Un tipo de pregunta que en ocasiones es útil, es pedirle a

la familia que valoren, del 1 al 10, en qué punto está su problema. Desde

aquí se puede indagar qué haría falta para subir un punto en la escala o, si la

puntuación es baja, qué han hecho para conseguir que no baje más.

5. Tarea paradójica. También utilizada desde el enfoque estratégico y

estructural de Haley y por la escuela de Palo Alto. Se prescribe a la familia

que sigan con el problema, haciendo “más de lo mismo”, con la intención de

que esto genere un cambio. Suele ser una intervención arriesgada y se la

llama paradójica porque si la cumplen están cumpliendo con la tarea del

terapeuta y, si no la cumplen, están cambiando y por lo tanto se consigue el

cambio.

6. Técnica de la confusión. De Shazer desarrolló una en la que el terapeuta

admite abiertamente su confusión ante la confusión de los pacientes. El

objetivo es frustrarles en construir un significado en la situación terapéutica y,


por lo tanto, resulte imprescindible el planteamiento de una meta, que es lo

que da sentido a aquella situación.

7. Redefinición positiva del síntoma. Este tipo de reformulación intenta

proporcionar una lectura relacional distinta de los hechos, que ponga en duda

las estructuras del sistema. Se trata de desafiar las definiciones dadas en la

familia, entre las que se incluye el rol del paciente identificado, cuestionando

así su visión de la realidad.

8. Ilusión de alternativas. Se debe construir la apariencia de dos opciones para

devolverle el «poder» al paciente o familiar tomando una decisión.

9. Terapia transgeneracional. Examina las interacciones entre los miembros de

una familia a través de múltiples generaciones para identificar los problemas

nucleares familiares. Esta terapia suele ser usada en conjunto con otras

terapias.

10. Connotación positiva del síntoma. Consiste en atribuir un significado positivo

a la conducta problema o síntoma del contexto relacional donde adquiere su

funcionalidad, especificando la contribución de cada uno de sus miembros a

la pauta circular.

Terapia gestalt

1. La silla vacía. El objetivo de la “silla vacía” generar un diálogo emocional con

algún aspecto de nosotros mismos o de una persona importante (imaginando

que se encuentra sentada en la otra silla). Hacer esto permite que la persona

pueda trabajar con sus conflictos personales internos e incluso

interpersonales. Y es que, por medio de este diálogo emocional, permite que

el cliente pueda ver la situación desde una perspectiva distinta y por lo tanto

comprenderse mejor a él mismo. También puede ayudarle a comprender


mejor a otra persona, ya que facilita el ponerse en el lugar del otro y poder

ver las cosas bajo su propia perspectiva. Por lo tanto, no solo va a lograr

comprender mejor sus propios sentimientos y los de los demás, sino que, al

hacerlo, le será más sencillo adoptar otros comportamientos.

a. Instrucciones

i. Se escoge un tema que sea de relevancia para el cliente en

donde pueda trabajar con sus polaridades (su parte activa y la

pasiva, el opresor y el oprimido, la alegría y la tristeza, etc).

ii. Se le indica al cliente que se siente justo enfrente de una silla

vacía.

iii. En seguida, se le pide que se imagine que, en la otra silla, está

sentada una persona con la que está experimentando un

conflicto o que se visualicé a él mismo.

iv. En ese momento, comenzará a hablar con la persona

(imaginaria) que está sentada en la silla vacía, explicándole lo

que piensa y siente con respecto a la situación en cuestión.

v. Después de que haya expresado todo lo que sentía

(exponiendo su percepción de las cosas), se levantará de su

silla y se colocará en la silla que tiene enfrente (que está vacía).

vi. Estando en la otra silla, expondrá lo que tiene que decir, pero

de acuerdo a la percepción de la otra persona. Es decir, si antes

hablaba la persona activa, ahora hablará la parte pasiva. Y en

este caso, la parte pasiva va a responder a la parte activa sobre

todo aquello que se le acaba de decir y argumentar, asumiendo


su papel. Es necesario que el cliente se levante y se coloque en

varias ocasiones en ambas sillas para continuar con el diálogo.

vii. La función del terapeuta será el de orientar a la persona por

medio de la exploración de esa conversación con preguntas e

ideas que pueden ayudarle a reflexionar mejor.

viii. La aplicación de esta técnica finaliza cuando la persona logra

integrar esas dos polaridades suyas y las reincorpora en su

personalidad sin proyectarlas ni alienarlas.

2. Asuntos pendientes. Esta técnica tiene el objetivo de trabajar con los asuntos

que aún no han sido resueltos por el cliente y que, de una u otra manera le

limitan en una o más áreas de su vida. Puede ser que la persona no haya

tenido, ni tenga la oportunidad de expresar lo que sentía a otra, o que se trate

de una persona que ya ha fallecido. Y es que, un rasgo muy frecuente de

gran parte de los pacientes, es el padecimiento de “asuntos pendientes” con

otras personas, que continúan afectándoles. Por esta razón, muchas

personas permanecen (incluso por años), enganchadas a una determinada

persona o situación que no han sido capaces de superar o resolver.

3. Haciéndome responsable. Se trata de una técnica que tiene la finalidad de

que el cliente se responsabilice de sus propias acciones, detecte las causas y

se dé cuenta de sus necesidades. Muchas personas tienden a

responsabilizar siempre a los demás (o a cuestiones externas) de aquello que

les pasa: “todos tienen la culpa de lo que me sucede, menos yo”. Lo cual, no

les permite darse cuenta de que lo que le ocurre es el resultado de lo que “se

hace” o “se deja de hacer”, es decir, de sus propias acciones u omisiones.

Cuando asumimos la responsabilidad de lo que nos ocurre, tomamos un


papel más activo en la vida y esto nos facilita realizar los cambios necesarios

para asumir el control.

a. Instrucciones.

i. Se le explica al cliente la importancia de responsabilizarse de

sus propios actos y saberse en control sobre ellos.

ii. Después de le pide que cada que exprese algo que le está

sucediendo al final añada frases como: “Me hago cargo de ello”,

“Me di cuenta de que elegí reaccionar así ya que era difícil para

mí hacerlo de otra manera”, “Me doy cuenta de que estoy

nervioso y me hago cargo de ello”. Y cualquiera frase que lo

haga tomar la responsabilidad que le corresponde en cada una

de las situaciones que expresa.

4. Juego de proyecciones. Ocurre muy a menudo que, ciertas percepciones que

tenemos acerca de una persona (generalmente sus aspectos negativos), son

realmente proyecciones de uno mismo. El objetivo de esta técnica es que la

persona logre identificar si aquella percepción acerca de alguien se trata de

una realidad o una mera proyección de ella misma. El ser consciente de que

se trata de una proyección es de gran ayuda para hacerse consciente de

partes de ella misma con las que podría trabajar para lidiar mejor con ello.

a. Instrucciones.

i. De las técnicas de terapia Gestalt, esta es una de las más

recomendables cuando el cliente mantiene su atención en otra

persona y la juzga constantemente por sus actos. Así que

cuando el cliente haga un juicio de valor hacia otra persona se

puede hacer lo siguiente:


ii. Suponiendo que el paciente le dice al terapeuta: “no puedo

confiar en usted, no me da confianza”. Se le pide que

represente a una persona que no sea digna de confianza, lo

cual es útil para descubrir de dónde proviene ese conflicto

interno que presenta.

iii. Después se le pregunta si pudo verse reflejada en alguno de

esos rasgos que describió de la persona que ha imitado y se

hace una reflexión acerca de ello.

5. Juego de roles. El objetivo de este juego es comenzar a desarrollar en el

cliente su polaridad inhibida y que comience a liberar la energía que está

conteniendo en ella para ampliar sus recursos. Y es que, muchas personas

no han tomado contacto con ese aspecto de ellos mismos con el que cuentan

y lo han tenido reprimido por mucho tiempo.

a. Instrucciones

i. Se le pide al cliente que juegue el papel de la polaridad inhibida

que presenta. Por ejemplo, si se trata de una persona

sumamente tímida, se le pide que juegue el papel de una

persona muy extrovertida. En caso de que sea una persona que

nunca ha hecho valer sus derechos, se le pide que interprete el

papel de una persona egoísta.

ii. Este juego se puede llevar a cabo en sesiones de terapia

individual y grupal. Aunque es recomendable hacerlo de manera

grupal ya que el efecto positivo que produce en la persona

suele ser mucho mayor.


iii. Finalmente, después de llevar a cabo el juego en varias

ocasiones, la persona logra desbloquear esa energía que tenía

latente de su otra polaridad y tener un equilibrio.

6. Exageración. Otra de las técnicas de terapia Gestalt que tiene la finalidad de

facilitar a la persona la apertura de sentimientos y emociones que se

manifiestan de forma inconsciente. Estos sentimientos y emociones pueden

encontrarse ocultos detrás de gestos y movimientos involuntarios o dentro de

la misma conversación del cliente.

a. Instrucciones

i. Explicar a la persona la importancia de identificar aquellos

gestos o ademanes involuntarios que realiza con frecuencia ya

que pueden tener un significado inconsciente.

ii. Después de haber explicado al cliente con detalle la teoría

acerca de esta técnica, se le pide que realice ese movimiento y

que lo exagere. Es decir, si se trata de algún ademán, que lo

repita y que trate de exagerarlo con la finalidad de poner de

manifiesto el significado que hay detrás de él.

iii. Lo mismo ocurre también con el lenguaje verbal. Cuando se

sorprenda al cliente diciendo algo que consideramos importante

y él lo pase desapercibido, se le pide que lo repita varias veces.

Puede ser por ejemplo alguna frase, la cual también se le pedirá

que la repita con un tono de voz más alto para que se haga

totalmente consciente de eso que está diciendo.

iv. Es entonces cuando la persona comienza realmente a

escucharse a sí misma y no solo a emitir simplemente frases.


7. Proyección-identificación. Es una de las técnicas de terapia gestalt que más

se utiliza para trabajar los sueños, y que tiene la finalidad de interiorizar las

propias emociones y el punto de vista del otro. Y es que, según la terapia

Gestatl, todo lo que soñamos tiene alguna representación que tiene que ver

con nuestro mundo interno (aspiraciones, preocupaciones, miedos, etc.).

a. Instrucciones.

i. Se le pide al cliente, después de que ha contado su sueño, que

identifique a alguien que aparezca en su sueño. Tiene que ser

un personaje que haya sido significativo para él (ella) en el

sueño.

ii. Después de haberlo identificado se le pregunta: “¿cómo te

comportarías si tú fueras ese personaje?”. En ese momento la

persona tiene que ponerse realmente en los zapatos de ese

personaje y expresar lo que estaría sintiendo y los motivos por

los cuales estaría actuando de esa manera.

iii. Rápidamente la persona puede lograr identificar sentimientos y

emociones propias que está viviendo a través de ese personaje

o comprender mejor el sentir y actuar de otra persona.

iv. Esta técnica es sumamente recomendada para llevar a cabo

con niños ya que se les facilita expresar lo que sienten sin

temor. Disminuyendo su ansiedad al saber que se trata de un

juego.

8. Técnica del “yo - tú”. Aunque la incluimos como parte de las técnicas de

terapia Gestalt, más que ser una técnica en sí, se trata de un principio que se

aplica como ejercicio a nivel grupal. Está recomendado para personas que,
cuando hablan con otra persona cara a cara, actúan como si estuvieran

mirando al vacío y no mantienen la mirada en el otro. Lo cual provoca que la

comunicación se vea empobrecida y evita que el cliente pueda tener una

relación más estrecha, cálida o empática con las personas que le rodean. Es

importante que el cliente identifique de dónde proviene esa incomodidad,

tome contacto con ella y se haga responsable de lo que siente y evite cuando

mira al otro a los ojos.

a. Instrucciones.

i. Se le pide a una de las personas que suelen evitar mantener el

contacto ocular con el otro cuando tienen una conversación,

que intente mantener la mirada con alguien cuando le está

comunicando algo.

ii. En ese momento se le pide que tome consciencia de lo que

está experimentando: “¿cómo es su propia voz?”, “¿qué siente

cuándo mantiene la mirada con la otra persona?”.

iii. También se le pueden hacer preguntas como las siguientes:

“¿Crees que tu tono de voz está en sintonía con lo que quieres

comunicarle al otro?”, “¿crees que lo que le estás diciendo lo

está comprendiendo realmente?”, “¿qué sientes cuando hablas

con alguien sin evitar la mirada?”.

iv. Entre muchas preguntas más relacionadas con aquello que está

experimentando cuando deja de evitar el contacto ocular con el

otro mientras le está comunicando algo.

9. Lenguaje: Personal e impersonal. La finalidad de esta técnica es hacer

consciente a la persona de cómo se dirige a ella misma y volverse un agente


activo y no pasivo haciéndose responsable de lo que le ocurre. Muchas veces

solemos utilizar un “lenguaje impersonal” con nosotros mismos y nos

referimos a nosotros mismos y a lo que hacemos “como si no fuera algo

nuestro”. Por ejemplo, solemos decir: “tengo un temblor” en lugar de decir:

“estoy temblando” o podemos decir: “siento que lo que tengo es tristeza” en

lugar de decir: “estoy triste”.

a. Instrucciones.

i. Explicar este principio al cliente y darle a conocer la importancia

de ser un agente activo en su vida haciéndose consciente y

responsable de lo que siente.

ii. Así que, se le pide que cada vez que identifique que se esté

hablando a él mismo con un lenguaje impersonal, cambie ese

mensaje por otro en lenguaje personal.

iii. Incluso se puede añadir algo más como, por ejemplo: “yo me

hago temblar”, “yo me provoco la tristeza”, etc.

iv. También puede utilizarse en frases más simples como por

ejemplo en lugar de decir: “se cree que…”, podemos decir: “yo

creo que”.

10. Haciendo la ronda. Este tipo de técnica se lleva a cabo en la terapia grupal y

tiene la finalidad de que la persona se haga consciente de lo que siente y que

lo experimente de forma más variada. Lo cual también evita que tienda a

generalizar lo que está sintiendo y que identifique con qué situaciones en

concreto o que personas le estimulan para experimentar esa emoción.

a. Instrucciones.
i. Cuando alguna persona haya expresado una emoción que al

terapeuta le resulte significativo para ella, se lo va a indicar y le

pedirá que la repita frente a las demás personas del grupo. Por

ejemplo, si el cliente expresó que está harto del grupo, se le

pedirá a todos que hagan una ronda y esta persona le repetirá

esa frase a cada uno de ellos.

ii. En cuanto esté haciendo esto se le va a pedir que añada

además algún sentimiento o emoción que vaya experimentando

ante cada miembro del grupo. A la vez tomará consciencia si

aquello que está sintiendo es auténtico o no, si solo lo siente

con algunas personas, entre otras cosas.

iii. Más que una técnica en sí, se trata de un juego que resulta ser

bastante flexible ya que no solamente se pueden decir frases

sino también se pueden incluir otras conductas. Por ejemplo,

gestos, ademanes, abrazar a la otra persona, acercarse,

alejarse, etc.

Terapia cognitivo conductual.

1. Técnicas de exposición. Este tipo de técnicas son empleadas especialmente

en los casos de fobias y trastornos de ansiedad y control de los impulsos. Se

basan en confrontar al paciente al estímulo temido o generador de ansiedad

hasta que ésta se reduzca, de manera que pueda aprender a gestionar su

conducta ante él a la vez que a nivel cognitivo reestructura los procesos de

pensamiento que le hacen sentir malestar ante dicho estímulo o situación. En

general, se procede a hacer entre paciente y terapeuta una jerarquía de

estímulos temidos, de manera que este pueda ir poco a poco acercándose y


exponiéndose a ellos paulatinamente. La velocidad de aproximación puede

variar enormemente según el paciente se sienta más o menos capaz de

hacer frente a lo temido.

2. Desensibilización sistemática. Si bien el procedimiento aplicado en la

desensibilización sistemática es semejante al de la exposición, ya que en él

se establece también una jerarquía de estímulos ansiógenos a los que el

paciente va a exponerse, se diferencia de las técnicas anteriores en el hecho

de que previamente se ha entrenado al paciente en la realización de

respuestas incompatibles con la ansiedad. Así, se busca reducir la ansiedad

y la evitación de situaciones y estímulos mediante la realización de conductas

que eviten que esta aparezca, y con el tiempo provocar un

contracondicionamiento que se termine generalizando.

3. Técnica de la flecha ascendente. Esta técnica resulta básica en el tratamiento

de la mayor parte de trastornos psíquicos, formando parte de casi todas las

técnicas cognitivo-conductuales. Se basa en la modificación de los esquemas

de pensamiento del paciente a través de diversos métodos, identificando los

propios patrones de pensamiento y su influencia sobre la vida del paciente y

generando junto al paciente alternativas cognitivas más adaptativas y

funcionales. Esto se consigue acerca de una serie de preguntas que buscan

explorar el porqué de cada respuesta que se da ante temas que resultan

importantes o significativos para la persona, y que tienen que ver con su

motivo de consulta. Así, se va preguntando por el significado de esas ideas y

pensamientos, hasta que se llega a un punto en el que la persona se enfrenta

a dudas como: "¿por qué he dado por supuesto que soy así?", "¿Por qué

motivo me he estado comportando de esta manera?", "¿Por qué le doy tanta


importancia a aquella vivencia?". Se trata de una técnica que se utiliza en el

marco de la reestructuración cognitiva, un método muy usado para modificar

patrones de pensamiento, y que tiene como objetivo permitir que los

pacientes se desprendan de creencias irracionales y limitantes, para adoptar

otras más adaptativas. Así pues, se modifican creencias, actitudes y puntos

de vista, todo ello con el objetivo de hacer que la persona pase a interpretar

las cosas de otro modo, por un lado, y se plantee diferentes objetivos y

expectativas, por el otro.

4. Técnicas de modelado. El modelado es un tipo de técnica en la que un

individuo realiza una conducta o interactúa en una situación con el objetivo de

que el paciente observe y aprenda una manera de actuar concreta de manera

que sea capaz de imitarlo. Se busca que el observador modifique su

conducta y/o pensamiento y dotarle de herramientas para afrontar

determinadas situaciones. Existen diferentes variantes según el observador

deba o no replicar la conducta, el modelo domine desde el inicio de realizar la

conducta deseada o tenga recursos semejantes al paciente de modo que se

vaya haciendo una aproximación al objetivo, el número de personas que

actúan como modelo o si el modelado se realiza en vivo o a través de otros

medios como la imaginación o la tecnología.

5. Inoculación de estrés. Esta técnica se basa en la preparación del sujeto de

cara a hacer frente a posibles situaciones de estrés. En ella se pretende en

primer lugar ayudar al paciente a entender cómo le puede afectar el estrés y

cómo puede hacerle frente, para posteriormente enseñarle diferentes

técnicas cognitivas y conductuales como las otras aquí reflejadas y

finalmente hacer que las practique en situaciones controladas que permitan


su generalización a la vida cotidiana. El objetivo es que la persona se

acostumbre a afrontar las situaciones estresantes de manera racional, sin

quedar bloqueada por sus emociones. Así, la inoculación de estrés es una

especia de entrenamiento psicológico que modifica nuestras predisposiciones

de reacción ante las situaciones estresantes, permitiendo que adoptemos un

patrón de comportamiento más adecuado y que no nos haga caer en la

profecía autocumplida (en este caso, al estrés por la previsión del estrés).

6. Entrenamiento en autoinstrucciones. Creado por Meichenbaum, el

entrenamiento en autoinstrucciones se basa en el papel de éstas sobre la

conducta. Se trata de las instrucciones que con las que guiamos nuestra

propia conducta indicando qué y cómo vamos a hacer algo, las cuales están

teñidas por las expectativas hacia los resultados a obtener o a la propia

eficacia. Determinadas problemáticas tales como una baja autoestima o

percepción de autoeficacia pueden producir que la conducta se vea

perjudicada y no pueda realizarse con éxito e incluso evitarse. Con esta

técnica se pretende ayudar al individuo a que sea capaz de generar

autoverbalizaciones internas correctas, realistas y que le permitan llevar a

cabo las acciones que desea realizar. Esta técnica puede emplearse por sí

misma, si bien es frecuente que se incorpore como parte de otras terapias

dedicadas al tratamiento de diferentes trastornos como la depresión o la

ansiedad.

7. Entrenamiento en resolución de problemas. El entrenamiento en resolución

de problemas es un tipo de tratamiento cognitivo-conductual a través del cual

se pretende ayudar a los sujetos a hacer frente a determinadas situaciones

que por sí mismos no son capaces de solucionar.En este tipo de técnica se


trabajan aspectos como la orientación hacia el problema en cuestión, la

formulación del problema, la generación de posibles alternativas para

solucionarlo, la toma de una decisión respecto a la más apropiada y la

verificación de sus resultados. En resumidas cuentas, se trata de saber

enfocar las situaciones complicadas del modo más constructivo posible, sin

dejarse llevar por los miedos y la ansiedad.

8. Técnicas operantes para la modificación de conductas. Si bien de origen

conductista, este tipo de técnicas forman parte también del repertorio

cognitivo-conductual. A través de este tipo de técnicas se trata

fundamentalmente de provocar una modificación en la conducta a través de

la estimulación. Permiten tanto motivar y contribuir a aprender nuevas

conductas como a reducirlas o modificarlas mediante la aplicación de

refuerzos o castigos. Dentro de las técnicas operantes podemos encontrar el

moldeamiento y el encadenamiento para potenciar conductas adaptativas, el

reforzamiento diferencial para reducir conductas o cambiarlas por otras y la

saciación, el tiempo fuera o la sobrecorrección como manera de modificar o

extinguir las conductas.

9. Técnicas de autocontrol. La habilidad de autogestión es un elemento

fundamental que nos permite ser autónomos y adaptarnos al medio que nos

rodea, mantener nuestra conducta y pensamientos estables a pesar de las

circunstancias y/o ser capaz de modificarlas cuando es necesario. Sin

embargo muchas personas tienen dificultades en adecuar su conducta,

expectativas o forma de pensar a la realidad de una forma adaptativa, con lo

que pueden producirse diferentes trastornos. Así pues, las técnicas de

autocontrol son utilizadas para facilitar el aprendizaje de patrones de


conducta en las que la impulsividad se vea aplacada por la consideración de

las consecuencias futuras que ciertas acciones pueden acarrear.

10. Técnicas de relajación y de respiración. La activación física y psíquica es un

elemento de gran importancia a la hora de explicar problemas tales como la

ansiedad y el estrés. El sufrimiento que provoca la presencia de problemas y

dificultades puede en parte ser reducido por técnicas de relajación,

aprendiendo a partir de ellas a gestionar las sensaciones corporales de

manera que también pueda ayudarse a gestionar la mente.

Terapia humanista.

1. Diálogo socrático. Los diálogos socráticos consisten en desafiar las

interpretaciones que hace el cliente de distintos sucesos, es decir, su sistema

de creencias, a través de preguntas basadas en la lógica.

2. Derreflexión. Algunas personas prestan demasiada atención a sus metas o a

sus problemas, lo cual genera ansiedad e interfiere con la vida. Consiste en

dirigir esta atención de un modo adecuado y funcional.

3. Confrontación. La confrontación es una técnica básica de la psicoterapia

general. Se trata de hacer ver al cliente las incongruencias y la inadecuación

de determinadas conductas y actitudes de modo que pueda ser consciente

de ellas e identificarlas.

4. Intención paradójica. Representa una actitud alternativa frente a la evitación y

la lucha, conllevando a una renuncia y aceptación. Por ejemplo, si se tiene

problemas de sueño, se hacen actividades que eviten el dormir, para así

adquirir el sueño.
5. Escucha activa. El terapeuta se dedica a escuchar activamente al cliente en

lugar de buscar información para otro propósito, como un problema o

síntoma.

6. Reflejo de sentimiento. Incluyen un reconocimiento de los pensamientos y

sentimientos del cliente a través de la repetición verbal e intentos de llamar la

atención y de hablar de él por parte de otras personas.

7. Reflejo de actitud. Rogers lo llama reflejo de elucidación y lo define como la

situación en la cual se ponen de manifiesto actitudes que derivan de manera

directa de las palabras y posturas corporales del individuo y que puede

deducirse razonablemente su significado por medio de la comunicación y de

la actitud.

8. Reflejo de pensamiento. Ayuda a los participantes del grupo a percibir mejor,

no solo sus sentimientos y actitudes, si no también a conocer y analizar sus

propios pensamientos y expresarlos como parte de sí mismos.

9. Reflejo de la experiencia. Se trata de una técnica utilizada para ayudar al

individuo a descubrir y a utilizar de manera directa la energía que consumió

en las proyecciones de su posición, movimiento y voz.

10. Biblioterapia. Recomendar lecturas sobre las problemáticas compartidas en

terapia.

Terapia psicoanalítica.

1. Asociación libre. Esta técnica consiste en dejar hablar al paciente de todo

aquello que le viene a la mente sin reprimirlo.

2. Interpretación de sueños. Para Freud, los sueños son “el camino real hacia el

inconsciente” y es que cuando soñamos nuestra mente consciente se

encuentra menos vigilante ya que estamos dormidos. Por lo tanto, según el


psicoanálisis, cuando soñamos tenemos la posibilidad de que salgan a la

superficie todos aquellos recuerdos e ideas que teníamos reprimidas. Es por

esto que, durante las sesiones, también se trabaja con los sueños e incluso

se le recomienda al paciente llevar un registro de estos. A partir de estos

registros, el terapeuta puede explorar aún más áreas de la vida del paciente

ayudándolo a hacer consciente e interpretar sus propios sueños para

conocerse mejor.

3. Transferencia. La transferencia se refiere a la repetición que ocurre de

manera inconsciente en el aquí y ahora de conflictos del pasado por medio

de la interacción entre terapeuta y paciente. El análisis de estas emociones,

creencias y/o sentimientos vinculados a personas importantes para el

paciente, es de gran ayuda para llevar a cabo su proceso de cambio. Cuando

esto ocurre, el terapeuta se lo hace saber al paciente para que pueda

comprenderlo y que a partir de ahí también logre mejorar la relación que tiene

con estas personas.

4. Resistencia. En muchos pacientes suelen producirse bloqueos que no le

permiten hacer frente a sus pensamientos o están en contra del proceso de

análisis, al analista mismo y la parte razonable del paciente como persona, a

esto se le llama resistencia. Es trabajo de este profesional encontrar la fuente

y el porqué de estas resistencias y deshacerse de esto

5. Abstinencia. En casos de abstinencia puede pasar que la persona que se

está tratando no encuentra satisfacciones que puedan sustituir los síntomas

que presenta. El profesional busca preguntarle acerca de su percepción y el

porqué de sus necesidades.


6. Persuasión. Entre la lista de cuáles son las técnicas del psicoanálisis este es

muy usado. La persuasión se lleva a cabo cuando el profesional logra

entender ciertos aspectos referentes al paciente y busca transmitirlos al

mismo o lograr que este pueda también entenderlos y asimilarlos.

7. Clarificación. En la clarificación se busca comprobar que el paciente ha

entendido de forma correcta lo que los demás participantes de la terapia han

expresado por medio de alguna pregunta que realiza el terapeuta

directamente. Esta suele ser usada tanto en terapias grupales como las

familiares o de pareja y también en las individuales.

8. Identificación de mecanismos de defensa. Consta de detectar los métodos

del inconsciente para defenderse de su realidad, y trabajarlos.

9. Terapia de juego (terapia infantil). Es la forma que se tiene para llegar al

inconsciente de los niños, sin depender directamente del habla.

10. Relaciones. Decir palabras clave sobre un tema de interés en la terapia, y

que el usuario las relacione con otra.

Referencias

Castillero, O., Torres, A., Figueroba, A., Corbin, J. A., Ortega, A., Ruz, S., &

Bacaicoa, N. (2017, February 20). Las 10 técnicas cognitivo-conductuales más

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