Resp Afectiva

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

DIVISIÓN DE ESTUDIOS PROFESIONALES

REPRESENTACIÓN SOCIAL DEL CONCEPTO DE


RESPONSABILIDAD AFECTIVA EN UNA MUESTRA DE
ESTUDIANTES DE LICENCIATURA

TESIS

QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE

LICENCIADO EN PSICOLOGÍA

PRESENTA:

GUSTAVO ALEXIS VICTORIA JIMÉNEZ

DIRECTORA:

DRA. ALEJANDRA VALENCIA CRUZ


REVISORA:
DRA. CLAUDIA IVETTE NAVARRO CORONA

SINODALES:
DRA. GEORGINA GARCÍA RODRÍGUEZ
MTRO. CLAUDIO ARTURO TZOMPANTZI MIGUEL

LIC. LIGIA COLMENARES VÁZQUEZ

CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX. DICIEMBRE, 2023


UNAM – Dirección General de Bibliotecas
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro,
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el
respectivo titular de los Derechos de Autor.
II

Dedicatoria

A mi mamá y papá, por darme en la vida lo mejor siempre, incluso aquellas cosas
que ustedes nunca pudieron tener. Espero lograr regresarles algún día todo.

A mi mamá, Rosa Jiménez, por motivarme siempre a alcanzar lo que me propongo,


por estar siempre a mi lado sin importar las circunstancias y preocuparte en cada
etapa de lo que me pasa. Gracias por ser la mejor mamá del universo. Que quede
claro que este primer logro es tuyo, porque sin ti no habría podido alcanzarlo.

A mi papá, Rogelio Victoria, por ser el otro motor importante durante toda mi vida.
Por procurar que siempre tengamos una vida tranquila y apoyar cada paso que he
decidido dar. Esto también es para ti, porque junto con mi mamá hemos hecho el
mejor equipo durante 24 años. Gracias por ser el mejor papá del mundo.

A mi hermana, Jessica J., por ser un ejemplo para mí, tanto de lo bueno que puedo
hacer y lo malo que debo evitar, y ser siempre transparente con tu opinión hacia lo
que hago. Aunque hubo unos años donde casi no estuvimos juntos, agradezco a la
vida que seas tú mi hermana, porque siempre has demostrado ser fuerte y así será.

A mi sobrina, Jocelyn; y mi sobrino, Dylan; por recordarme lo rápido que pasa el


tiempo y lo importante que es la compañía durante la vida. Son y seguirán siendo
esa alegría del hogar, espero lograr ser un ejemplo para cada quien y apoyarles
siempre que pueda.

A mis abuelos, materno y paterno; pero sobre todo a mis abuelas, materna y paterna
porque, aunque no alcanzaron a ver este logro, siempre las recordaré con mucho
cariño. Un abrazo hasta donde ahora descansan.

A la “Chiqui” y “Nicki”, porque en cualquier día difícil, con su energía al recibirme en


casa recuerdo las pequeñas cosas importantes.
III

Agradecimientos

Agradezco al universo por la presencia en mi vida de todas las personas


mencionadas a continuación. Saben que las y los quiero mucho:

A mi familia, por todo su apoyo a lo largo de mi vida. Sin lo que cada quien me
aporta no lograría ser quien ahora soy. Gracias por todo.

A mis “Alevalenciers”: Danis, Bruno y Noelia, porque su compañía durante la carrera


fue lo mejor que le pudo pasar a mi vida. A Danis, por siempre poner su sentido del
humor tan propio y dejarnos frases tan memorables; a Bruno, por esa conexión
natural con los chistes que siempre hemos tenido, por las anécdotas, historias y
hasta partidos que hemos visto (y a los que no alcanzamos a llegar por el tráfico,
jaja); a Noelia, por su calidez humana, el liderazgo que siempre tuvo y el ejemplo
de seguir adelante ante todo; también por alegrarnos el día con su risa.

A mis “Coordis”: Dani Peralta, Sharon, Karla, Liz y Jacqui. A Dani, por ser un ejemplo
para muchas/os, incluyéndome, de que ser joven no está peleado con ser brillante;
además gracias por tan buenos chistes y anécdotas y tu compañía. A Sharon, por
la confianza desde que nos conocimos y haber sido una gran acompañante (a
distancia) durante la pandemia. A Karla, por todas las vivencias durante los
semestres que compartimos el espacio en la docencia, por las risas, bromas, tus
reels y las historias construidas. A Liz, por las horas de compañía y plática en ese
último semestre, por ser una gran confidente y por poder hablar contigo de fútbol. A
Jacqui, la más reciente coordi, por ser un buen ejemplo de que no hay límites con
lo que se quiere lograr y que siempre hay tiempo para hacer aquello que vale la
pena. En especial a las cinco, gracias por tanto, son unas grandes psicólogas.

A Jess Villegas, por ser una gran amiga y transmitir siempre una confianza y
presencia incondicional, por reír de mis bromas malas desde el primer momento y
permitirme conocer más a fondo la gran persona que eres. A Jime Ortiz, por mostrar
siempre la alegría que te caracteriza y permitirte compartirla al mundo, siempre es
un gusto ponernos al día. A Caro Jurado, por recordarme que se puede hacer más
IV

de una cosa en la vida y ser genial en todo al mismo tiempo; el mundo es corto para
todo el arte que tú haces y eres.

A mi compa de la Prepa 9, Odette, por ser una confidente desde casi el 2016 que
nos conocimos, por las horas de plática en las clases matutinas para evitar el sueño
y por ser un vivo retrato de la perseverancia y resiliencia hecha persona.

A mis amixes Ana Karen, Monse y Alberto, por haber sido ese primer grupo cercano
y de amistad en la secundaria y seguir en mi vida aún, por muchas historias en cada
salida y las incontables risas que hemos detonado hasta el cansancio. Agradezco
haberles conocido en esa etapa de la vida, hicieron todo más ligero y más feliz.

A las dos mejores docentes en la vida: Victoria Álvarez y Alejandra Valencia. A


Vicky, por ser mi “madre académica”, adoptarme y guiarme en mis primeros años
en el camino de la docencia; con tu compañía confirmé que ser profesor/a es una
vocación noble y espero algún día ser como tú. A Ale Valencia, por ser mi segunda
guía docente, brindándome además su apoyo incondicional; cuando más lo
necesitaba usted confió en mí y, como ya lo he dicho, siempre le estaré agradecido.

A mi querido equipo de la DDSIRMCE, porque desde el inicio me recibieron de la


mejor manera y con una gran calidad humana. Siempre trato de aprender de cada
una/o. Mención especial a Bere y Yukiko, por preocuparse por el avance de este
trabajo, y sobre todo a Vero, por alentarme a que todo fluyera más rápido.

Al sínodo de esta tesis: Dra. Alejandra Valencia, Dra. Claudia Navarro, Dra. Gina
García, Mtro. Claudio Tzompantzi y Lic. Ligia Colmenares, por aportar sus saberes
y experiencias para mejorar este trabajo hasta el último momento. Son grandes
docentes y espero que quienes sean sus alumnas/os sepan valorar todo ese
conocimiento.

A mis alumnxs de ayer, hoy y del futuro; y a todas las personas que son especiales
para mí y no alcancé a mencionar. Gracias.

Agradecimiento especial a las y los participantes en este trabajo, quienes mediante


su experiencia enriquecieron los resultados y ahora conocemos más del tema.
V

Índice

1. Resumen ............................................................................................................................ 1
2. Introducción ........................................................................................................................ 2
3. Marco referencial ................................................................................................................ 4
3.1. Desarrollo y vínculos afectivos .................................................................................... 4
3.2. Los vínculos y sus cuidados ........................................................................................ 6
3.3. El amor y los vínculos .................................................................................................. 7
3.4. Responsabilidad afectiva, ámbitos de aplicación y otros fenómenos asociados ..... 12
3.4.1. Vínculos en que se desarrolla la responsabilidad afectiva ................................ 16
3.5. Formas de violencia que pueden resultar de la falta de responsabilidad afectiva en
las personas ...................................................................................................................... 19
3.5.1. Ghosting .............................................................................................................. 20
3.5.2. Orbiting ................................................................................................................ 21
3.5.3. Gaslighting .......................................................................................................... 22
3.5.4. Breadcrumbing .................................................................................................... 22
3.5.5. Benching ............................................................................................................. 22
3.5.6. “Slow fade” .......................................................................................................... 23
3.6. Las representaciones sociales como modalidad de investigación ........................... 24
4. Método de investigación................................................................................................... 27
4.1. Justificación ............................................................................................................... 27
4.2. Pregunta de investigación ......................................................................................... 27
4.3. Objetivo ...................................................................................................................... 27
4.4. Diseño de investigación ............................................................................................. 27
4.5. Muestra ...................................................................................................................... 28
4.6. Procedimiento ............................................................................................................ 30
4.7. Instrumentos .............................................................................................................. 31
4.8. Consideraciones éticas ............................................................................................. 34
4.9 Alcances de la investigación ...................................................................................... 34
5. Resultados ........................................................................................................................ 35
5.1. Temas derivados del análisis de los grupos focales ................................................ 36
5.1.1. Formas de conocer la responsabilidad afectiva ................................................. 36
5.1.2. Consideraciones en torno al concepto de responsabilidad afectiva .................. 37
VI

5.1.3. Vínculos donde interviene la responsabilidad afectiva ...................................... 39


5.1.4. Indicadores de responsabilidad afectiva ............................................................ 40
5.1.5. Consecuencias positivas de la responsabilidad afectiva y negativas de no
ponerla en práctica ........................................................................................................ 41
5.1.6. Adquisición de la responsabilidad afectiva ......................................................... 44
5.1.7. Constructos asociados a la responsabilidad afectiva ........................................ 45
5.2. Propuesta de definición y abordaje de responsabilidad afectiva ............................. 47
5.3. Propuesta de escala de medición de la responsabilidad afectiva ............................ 49
6. Conclusiones .................................................................................................................... 51
7. Recomendaciones ............................................................................................................ 55
Referencias ........................................................................................................................... 56
Apéndices ............................................................................................................................. 61
Apéndice A. Ejemplo de correo de invitación a participar en un grupo focal. ................. 61
Apéndice B. Carta de consentimiento informado enviada a las y los participantes. ....... 62
Apéndice C. Nodos de categorías temáticas del grupo focal 1, derivados del análisis en
Atlas.ti................................................................................................................................ 63
Apéndice C.1. Categoría temática 1 “Formas de conocer la responsabilidad afectiva”
(grupo focal 1). .............................................................................................................. 63
Apéndice C.2. Categoría temática 2 “Consideraciones en torno a la definición de
responsabilidad afectiva” (grupo focal 1). ..................................................................... 64
Apéndice C.3. Categoría temática 3 “Ámbitos de intervención de la responsabilidad
afectiva” (grupo focal 1). ............................................................................................... 65
Apéndice C.4. Categoría temática 4 “Indicadores de responsabilidad afectiva” (grupo
focal 1). .......................................................................................................................... 66
Apéndice C.5. Categoría temática 5 “Consecuencias positivas de la responsabilidad
afectiva” (grupo focal 1). ............................................................................................... 67
Apéndice C.6. Categoría temática 6 “Consecuencias de la falta de responsabilidad
afectiva” (grupo focal 1). ............................................................................................... 68
Apéndice C.7. Categoría temática 7 “Adquisición de la responsabilidad afectiva
(grupo focal 1). .............................................................................................................. 69
Apéndice C.8. Categoría temática 8 “Constructos asociados con la responsabilidad
afectiva” (grupo focal 1). ............................................................................................... 70
Apéndice D. Nodos de categorías temáticas del grupo focal 2, derivados del análisis en
Atlas.ti................................................................................................................................ 71
Apéndice D.1. Categoría temática 1 “Formas de conocer la responsabilidad afectiva”
(grupo focal 2). .............................................................................................................. 71
VII

Apéndice D.2. Categoría temática 2 “Consideraciones en torno a la responsabilidad


afectiva” (grupo focal 2). ............................................................................................... 72
Apéndice D.3. Categoría temática 3 “Vínculos donde interviene la responsabilidad
afectiva” (grupo focal 2). ............................................................................................... 73
Apéndice D.4. Categoría temática 4 “Indicadores de responsabilidad afectiva” (grupo
focal 2). .......................................................................................................................... 74
Apéndice D.5. Categoría temática 5 “Consecuencias de la falta de responsabilidad
afectiva” (grupo focal 2). ............................................................................................... 75
Apéndice D.6. Categoría temática 6 “Constructos asociados a responsabilidad
afectiva” (grupo focal 2). ............................................................................................... 76
Apéndice E. Nodos de categorías temáticas del grupo focal 3, derivados del análisis en
Atlas.ti................................................................................................................................ 77
Apéndice E.1. Categoría temática 1 “Aproximaciones a la responsabilidad afectiva”
(grupo focal 3). .............................................................................................................. 77
Apéndice E.2. Categoría temática 2 “Constructo de responsabilidad afectiva” (grupo
focal 3). .......................................................................................................................... 78
Apéndice E.3. Categoría temática 3 “Vínculos donde interviene la responsabilidad
afectiva” (grupo focal 3). ............................................................................................... 79
Apéndice E.4. Categoría temática 4 “Indicadores de responsabilidad afectiva” (grupo
focal 3). .......................................................................................................................... 80
Apéndice E.5. Categoría temática 5 “Sentires asociados a la responsabilidad afectiva”
(grupo focal 3). .............................................................................................................. 81
Apéndice E.6. Categoría temática 6 “Consecuencias de falta de responsabilidad
afectiva” (grupo focal 3). ............................................................................................... 82
Apéndice E.7. Categoría temática 7 “Adquisición de la responsabilidad afectiva”
(grupo focal 3). .............................................................................................................. 83
Apéndice E.8. Categoría temática 8 “Constructos asociados a la responsabilidad
afectiva” (grupo focal 3). ............................................................................................... 84
Apéndice F. Tabla de especificaciones de la Escala de Medición de la Responsabilidad
Afectiva (EMRA). .............................................................................................................. 85
Apéndice G. Escala de Medición de la Responsabilidad Afectiva (EMRA). ................... 88
1

1. Resumen

El presente trabajo tiene por objetivo desarrollar la definición del concepto de


responsabilidad afectiva, así como conocer las conductas que dan cuenta de ella y
los vínculos en los cuales se expresa, y proponer una escala de medición de este
constructo.

La responsabilidad afectiva como tema relevante en el ámbito de las relaciones


interpersonales formó su camino recientemente, principalmente mediante las redes
sociales. Al respecto, si bien no se detectan investigaciones académicas previas en
torno a este tema, se puede hacer una aproximación al mismo a través de
publicaciones en blogs de internet, o bien, mediante las mismas publicaciones que
se realizan en redes como Instagram, Facebook, entre otras. Igualmente, el
acercamiento se tuvo mediante los temas de vínculos afectivos, ética del cuidado,
amor, empatía y emociones.

Así, la investigación se encaminó consultando directamente con la muestra,


indagando respecto a las consideraciones y experiencias personales que han vivido
en torno a responsabilidad afectiva. Se realizaron tres grupos focales, con 20
participantes en total distribuidos entre dichos grupos, todas y todos siendo
estudiantes de licenciatura al momento de la sesión. Derivado de ello, se analizó la
información, una vez transcrita, mediante el programa Atlas.ti, de donde se
obtuvieron categorías temáticas las cuales dieron paso a siete temas en torno a los
que en el discurso se contemplaba la presencia de la responsabilidad afectiva.

Como resultado de los análisis se elaboró una propuesta de definición y abordaje


para el concepto de responsabilidad afectiva, lo que desembocó en el planteamiento
de una propuesta de instrumento, la Escala de Medición de la Responsabilidad
Afectiva (EMRA), la cual mide dicho constructo en las dimensiones familiar,
amorosa, de amistad, laboral y escolar, y está compuesta por 60 reactivos totales.

A pesar de ser un constructo en constante formación, es importante para las


personas irlo adquiriendo, ya que trae un beneficio individual y también hacia las
personas con quienes se vinculan en los ya mencionados ámbitos.
2

2. Introducción

Durante el transcurso de la existencia de la humanidad ha sido inevitable el


relacionarse entre personas, pues la vinculación es fundamental para la
sobrevivencia y el pleno desarrollo del ser humano. Las relaciones que se
establecen ya sean familiares, de amistad, de pareja e incluso laborales, se
desarrollan y modifican en función de las necesidades propias de los sujetos, pero
también teniendo al mismo tiempo cierta influencia del contexto en que se
desenvuelven.

Una parte importante para conocer sobre cómo se desarrollan los vínculos
interpersonales gira en torno al nivel de involucramiento que cada persona implicada
tiene hacia el resto de las y los integrantes del vínculo, al igual que cómo asume los
compromisos derivados de establecer una relación con más personas. Esto es
doblemente relevante porque no sólo tiene implicaciones a la luz de un vínculo o
relación establecida, sino que además individualmente se genera un impacto hacia
cada una de las partes según resulten las características de las interacciones.

A partir de lo anterior se deriva el presente trabajo, el cual tiene por objeto


construir desde la Psicología la definición del concepto Responsabilidad afectiva,
en tanto que esta se ha identificado en los diversos vínculos interpersonales que las
personas construyen, lo cual además guía las formas de interacción que se tienen
para que el resultado de dicho vínculo sea benéfico para todas las partes.

Una limitante al respecto de este tema, es la escasa información que se


puede encontrar en fuentes especializadas, ya que desde la academia no se ha
indagado el tema en cuestión, presuntamente porque este emergió recientemente
y mediante las redes sociales alcanzó su auge. Debido a ello, parte de la
información obtenida fue mediante entradas en internet de algunos dominios que se
enfocan en realizar publicaciones en torno a diversos temas de psicología, así como
algunos otros sitios que resumen ponencias sobre el tema a tratar. Tampoco se deja
de lado la información que circula propiamente en redes sociales, aunque de esta
última sólo se hará referencia someramente.
3

Parte del interés en decidir tomar este tema es justamente, en primer lugar,
la escasa información al respecto derivada desde el ámbito académico, y de la mano
con esto es intentar homogeneizar una definición en torno al constructo, ya que en
las diversas fuentes consultadas pueden encontrarse puntos diferentes al respecto,
y más aún al consultar directamente a las personas sobre su percepción del tema.

Retomando la estructura del trabajo, se mostrarán los análisis realizados a


los tres grupos focales que se llevaron a cabo. A raíz de estos resultados es que
derivará la definición de responsabilidad afectiva a construirse, y con esto podrá
darse pie a la elaboración de una propuesta de escala de medición de la
responsabilidad afectiva en las distintas esferas de convivencia que se tienen
predominantemente: familia, grupo de amigas/amigos, vínculos afectivos
(amorosos, sexoafectivos, etc.), entre otros identificados, sin llegar a validarla. Sin
embargo, este es un primer paso importante.
4

3. Marco referencial

3.1. Desarrollo y vínculos afectivos

Desde que se realiza investigación enfocada en los seres humanos, se han


identificado algunas esferas donde se pueden verificar con claridad los criterios que
determinan que efectivamente se ha alcanzado un hito esperado en el desarrollo.
Generalmente se enfoca la investigación en el desarrollo cognitivo, intelectual,
físico, psicosocial, entre otras condiciones, pero rara vez se voltea a ver el ámbito
del desarrollo afectivo de las personas.

La razón de que el desarrollo afectivo deba tener mayor atención es porque


con él “se construye el desarrollo cognitivo y desde este se construye el social”
(Martínez, 2008), lo que nos indica que, si no se le pone un énfasis suficiente a este
desarrollo afectivo, podría tenerse información insuficiente acerca del desarrollo
integral de las personas. Incluso, podría ser el caso de que el mismo desarrollo se
viera mermado.

Derivado de esta parte del desarrollo afectivo de las personas se desprende


el establecimiento de vínculos afectivos que se van consolidando desde el inicio de
la vida y hasta el final de la misma. Al respecto se sabe que los vínculos afectivos
toman un papel central en la formación de la identidad personal (Martínez, 2008),
esto viene dado, de acuerdo con Vázquez (2010), a partir de los significados
compartidos con las demás personas que permiten percibir, sentir y actuar en el
mundo como seres culturales, aunado a las necesidades de reconocimiento,
aceptación, pertenencia, comunicación y sentimientos de cercanía con otros que se
tienen como seres sociales.

Teniendo en cuenta la importancia que recae sobre la formación de vínculos


afectivos para las personas, se puede dar seguimiento y otorgarle la debida
relevancia desde los primeros meses de la vida a esta situación. Al respecto, se han
identificado tipologías de vínculo afectivo (apego) que desde temprana edad –
cuando las personas son bebés– pueden ser factores determinantes respecto a
cómo la persona se va a desenvolver en su interacción con otros algunos años
5

después. Martínez (2008) describe estas tipologías y los efectos que tienen para los
vínculos afectivos a desarrollarse:

1. Vínculo seguro: su función es dar seguridad a los integrantes del vínculo


(cuidador e infante) para desarrollarse plenamente, generar autonomía
manteniendo la seguridad de la presencia del otro y la pertenencia al vínculo.
2. Vínculos inseguros o ansiosos: son los que no proporcionan seguridad a sus
integrantes (cuidador e infante), haciendo que su desarrollo dependa de la
búsqueda de esa seguridad. Estos vínculos son el evitativo, ambivalente y el
desorganizado.

Dichas tipologías, como se mencionó, de acuerdo con Martínez (2008)


resultan ser un factor determinante para la salud mental y la vida emocional futura
de las personas debido a que el vínculo establecido con más personas en la edad
adulta se ve condicionado, aunque no determinado, por las primeras experiencias
de vida.

Habida cuenta de lo anterior, durante la vida se establecen vínculos de todo


tipo: con personas por medio de la unión del parentesco y por medio de la unión de
la consanguinidad. Asimismo, la cohabitación con alguien, el intercambio sexual, la
crianza y los compromisos a largo plazo pueden ser parte de los vínculos
establecidos dependiendo de las necesidades, circunstancias y posibilidades de las
personas involucradas (PARESS, s.f.).

Considerando que en un vínculo interactúa más de una persona, se adquiere


entre las partes una responsabilidad emocional en la cual, de acuerdo con Padilla
(2022), se trata se ejercer las relaciones con libertad cuidando de uno mismo y de
la otra persona. Asimismo, abonando a esta situación en un sentido contrario,
Herrera (2019) afirma que las personas en la actualidad han normalizado los malos
tratos de tal manera que no se es capaz de distinguir la crueldad; asimismo, no se
sabe del todo bien cómo gestionar las emociones fuertes ni cómo manejar los
sentimientos para expresar las propias necesidades sin dañar a nadie, lo cual retrata
el porqué de las dificultades para que algunos vínculos afectivos salgan adelante.
6

3.2. Los vínculos y sus cuidados

A pesar de que en un vínculo establecido entre personas puede haber múltiples


factores que orillen a un estancamiento o distanciamiento del mismo, también es
cierto que se puede procurar llevar a cabo acciones e intenciones para que dicho
vínculo se fortalezca y perdure en el tiempo. Entre estas mencionadas intenciones
resalta una de ellas, la ética del cuidado que, aunque tenga su complejidad
teóricamente hablando, también es cierto que al poner en práctica lo que propone
se clarifica a lo que refiere.

Siguiendo lo anterior, Busquets (2019) plantea a la ética del cuidado con


algunas características principales: es una ética de la responsabilidad, donde lo
esencial es el reconocimiento del otro y la responsabilidad individual respecto a los
demás (Urban Walquer, 2007; Busquets, 2017; en Busquets, 2019); y es una ética
de la justicia porque va más allá de la relación diática entre dos personas y se
plantea como ética social y política que permite reorganizar la sociedad de acuerdo
a sus necesidades (Alonso y Fombuena, 2006; Barnes, 2012; Tronto, 2013; en
Busquets, 2019). Camps (2005; en Busquets, 2019) agrega que en la ética del
cuidado se presentan valores como la reciprocidad, la solidaridad, la confianza y la
responsabilidad hacia uno mismo y hacia los demás, con el fin de llevar una buena
vida no solo individualmente, sino en comunidad. Asimismo, al actuar con ética del
cuidado formando parte de un vínculo, también se puede considerar el hecho de
saber cuándo es el momento preciso para retirarse del vínculo, al igual que cómo
salir a tiempo cuando este ya no funciona independientemente de los motivos detrás
de ello (Herrera, 2018).

Dicho concepto de ética del cuidado, de igual forma, se sustenta a partir de


la propuesta feminista que considera a las personas como seres relacionales que
durante el transcurso de su vida requieren el cuidado de los demás, al mismo tiempo
que cuidan de otras personas (Barnes, 2022). Esto es importante en el marco de
los vínculos interpersonales puesto que no se puede pretender simplemente estar
presentes e interactuar con otras personas sin tener de por medio un cuidado mutuo
que le dé certidumbre a la persona respecto a que estará segura con esa compañía.
7

Asimismo, y desdoblando más el concepto, la ética del cuidado, de acuerdo


con Barnes (2022), comprende la provisión de cuidado seguro, competente y
compasivo, al igual que basado en valores.

En relación con lo anteriormente enunciado respecto al cuidado al interior de


los vínculos, Gilligan (1993; en PARESS, s.f.) menciona que los seres humanos por
naturaleza adoptan diversas formas de vinculación al mismo tiempo que se tiene la
necesidad de dar y recibir afecto y cuidado. Asimismo, el cuidar a alguien implica
asumir aquellas responsabilidades en los vínculos al prestar atención a la forma en
la que se atienden las necesidades emocionales de las personas con las que se
tiene un vínculo. Parte del éxito al interior de los vínculos se tendría entonces si se
logra una reciprocidad con respecto a ofrecerle y recibir el cuidado de las otras
personas vinculadas.

Aunado a la cuestión de cuidarse al interior de los vínculos, no debe pasarse


por alto que el cuidado debe ser de la misma manera como es hacia otras personas,
dirigido hacia una o uno mismo, esto es, lograr un autocuidado. En ese sentido,
como menciona Herrera (2018) el autocuidado implica el saber poner límites a las
demás personas, al igual que no apropiarse de los problemas que tienen los demás.

Ahora bien, la relevancia de cuidar y mantener los vínculos adquiridos viene


dada por el papel decisivo que estos tienen en los entornos escolares, familiares,
laborales y comunitarios. Desde el momento en que se nace se va formando parte
de redes interpersonales afectivas, lo cual da pie a generar sentimientos e
interdependencia hacia las otras personas, lo que implica expresar y desarrollar
capacidades propiamente humanas (Vázquez, 2010).

3.3. El amor y los vínculos

Una vez que se ha mencionado la importancia del establecimiento de los vínculos,


al igual que algunas pautas importantes de estos, es preciso mencionar el concepto
del amor y su relación con los vínculos. Si bien al leer juntas las palabras “vínculo”
y “amor” se podría remitir inmediatamente a imaginar relaciones amorosas entre
8

parejas, lo cierto es que el amor se puede dar en cualquier vínculo tal como el
familiar o los de amistad y no exclusivamente en pareja.

Abonando a esta aclaración, Rodríguez y Rodríguez (2016) mencionan que


el amor se ve igualmente expresado por personas con quienes se mantienen
relaciones sociales recurrentes al igual que esporádicas, profundas también o
superficiales, entre las que se encuentran los parentescos, la amistad, de trabajo,
convivencia, entre otras. Esto ayuda a remarcar que el amor no es exclusivo entre
un solo vínculo ni en un ámbito solamente y, de igual manera, que el amor puede
cambiar entre los vínculos al surgir uno nuevo o terminarse otro igualmente.

Una vez establecida la aclaración anterior que no se debe perder de vista en


el presente trabajo, es interesante enfocarse en los vínculos de pareja (en adelante
“vínculos amorosos”) debido a la carga sociocultural que traen consigo y que en
muchos casos es dicha carga la que guía el comportamiento de las personas
involucradas en estos vínculos. Así pues, Ortega (2012) hace una diferenciación
entre el vínculo amoroso y una relación, mencionando que el primero implica lazos
afectivos importantes entre las personas, una historia en común, al igual que un
espacio para comunicarse y comprometerse, mientras que el segundo carece de
esto al centrarse únicamente en la cercanía y contacto entre personas.

Tomando en consideración esto, y como ya se mencionaba, los vínculos


amorosos son susceptibles de ser influenciados por el contexto social, histórico y
cultural en que surgen, y quizás el caso más estudiado y presente aun en la
actualidad es el representado por medio del amor romántico. Este concepto se
asienta en un modelo ideológico heteropatriarcal donde no hay reciprocidad entre
hombres y mujeres, por ejemplo, respecto a la carga amorosa, donde las mujeres
asumen la mayor parte de esta (Saiz, 2013; en Muenala, 2018).

Siguiendo esta línea, el amor romántico da pie a varios mitos que se van
perpetuando socialmente de tal forma que se arraigan al interior de los vínculos
amorosos, algunos de los cuales se describen a continuación según lo enuncian
Ferrer, Bosch y Navarro (2010):
9

I. Mito de la “media naranja”: creencia de que se elige a la pareja que de algún


modo se “tiene” predestinada y que, por lo mismo, es la única elección
posible;
II. Mito de la exclusividad: refiere a creer que una persona sólo puede
enamorarse de su pareja y que no será posible sentir atracción por otra
persona;
III. Mito de los celos: la creencia de que los celos son un signo de amor y el
requisito indispensable de un verdadero amor;
IV. Mito/creencia en la omnipotencia del amor: funciona como ejemplo del sesgo
que desde sociedad, cultura e historia se ha adquirido respecto al amor. De
este sesgo Herrera (2018) menciona que hace creer a las personas que no
importa si una persona del vínculo amoroso no trata bien a la otra; mientras
esta persiste en su empeño, paciencia, bondad y sumisión por la otra
persona, esta terminará por darse cuenta de lo mucho que vale y los
sentimientos que transmite. Al mismo tiempo, agregan Easton y Hardy (2009)
que desde la creencia en la omnipotencia del amor se piensa que “si
realmente te has enamorado de alguien, nunca más necesitarás discutir,
discrepar, comunicarte, negociar o hacer cualquier otro esfuerzo”;
V. Mito del matrimonio o de la convivencia: basado en la idea de que el amor
romántico-pasional debe conducir a la unión estable de la pareja, al ser el
camino “apropiado” y socialmente esperado en la sociedad (Ferrer, Bosch y
Navarro, 2010).

Como se aprecia en estos mitos derivados del amor romántico, son más los
daños que pueden ocasionar que los beneficios ya que, si alguien se guía
completamente en estas maneras de actuar, podría terminar no sólo afectando la
integridad emocional de la otra persona que forme parte de su vínculo amoroso,
sino que además el daño puede extenderse a la propia persona que actúa bajo
alguna de estas creencias.

Afortunadamente, como Herrera (2016) enuncia, se puede aplicar el


feminismo en este terreno de los vínculos amorosos, sexuales, afectivos y
10

sentimentales. Asimismo, Morales (2022) se anima a afirmar que hoy en día la


mayor parte de las relaciones van más allá de estas ideologías de amor romántico
mencionadas, y que las personas ya buscan consolidar un vínculo en torno al
respeto, equilibrio emocional y cuidado mutuo que refuerce el vínculo mismo.

Como ejemplo de esto, Coral Herrera (2016) describe un modelo de amor


que en los años recientes ha tratado de tener más trascendencia y consolidarse en
la práctica común, el cual es el amor compañero. Este se nos define como una forma
de quererse basada en la solidaridad, la empatía, el respeto, la ternura y los
cuidados. Asimismo, este amor al llevarlo a las relaciones amorosas consiste en la
unión de dos o más personas que se juntan en libertad para compartir el amor por
el tiempo que tenga que durar. Finalmente, Herrera menciona que este amor se
construye desde la voluntad y libertad, contrario al amor romántico que lo hace
desde el interés o la necesidad.

En otro orden de las cosas, y pasando al lado positivo del amor, es bien
sabido cómo al interior de los vínculos amorosos se llevan a cabo interacciones
particulares dependiendo de las características, objetivos y formas de pensar de
cada persona que se relaciona. Así, en los diferentes vínculos existentes, sean
estos amorosos, familiares, de amistad, etc., hay una serie de lenguajes de amor
que tienen como objetivo transmitir a las demás personas que forman parte de esa
relación respecto a los sentimientos y emociones, principalmente, que se han
desarrollado durante el tiempo de interacción. Entre más sentimientos y emociones
positivas se generen mediante el vínculo, mayores expresiones de amor por medio
de estos lenguajes se obtendrán.

Gary Chapman ha identificado cinco diferentes lenguajes de amor que las


personas expresan en sus vínculos, aunque antes de enlistarlos es importante
señalar que no son mutuamente excluyentes uno de otro; es más, el autor considera
que cada persona tiene una parte de cada lenguaje de amor y los expresa en cierta
medida, al igual que cada uno tiene diferente importancia para toda persona tanto
en cómo lo expresa y cómo le gusta recibir este amor. Teniendo esta introducción
a los lenguajes de amor, Chapman (1996) los enlista y describe como sigue:
11

A. Palabras de afirmación: los cumplidos verbales o las palabras de aprecio son


poderosos comunicadores de amor siempre y cuando se utilicen palabras
que edifiquen a la persona que las recibe. Chapman identifica tres “dialectos”
de cómo utilizar este lenguaje de amor.
i. Palabras de ánimo: la expresión “dar ánimo” alude a “inspirar
valor”. Esto implica impulsar a que la o las otras personas
inicien o continúen aquellas cosas positivas que les gustaría
hacer, pero de las que se sienten inseguras o inseguros.
ii. Palabras amables: si se va a comunicar amor, se deben utilizar
palabras bondadosas, ya que una misma frase puede tener dos
significados diferentes dependiendo de cómo se diga.
iii. Palabras humildes: este se utiliza en el momento de pedir algo,
ya que en el amor se hacen peticiones, no demandas.
B. Tiempo de calidad: este lenguaje de amor alude a una atención completa y
dedicada hacia la otra u otras personas del vínculo. Igualmente se identifican
dos dialectos de este mismo lenguaje.
i. Unión: se refiere a emplear el tiempo juntas las personas
integrantes del vínculo en un propósito común, ya que esto da
indicios de que se preocupa una persona por el resto, al igual
que se disfruta la presencia con los demás y que les gusta
hacer cosas juntos.
ii. Conversación de calidad: se refiere a un diálogo comprensivo
donde las personas del vínculo comuniquen sus experiencias,
pensamientos, sentimientos y deseos en un contexto amistoso
e ininterrumpido.
C. Recibir regalos: se considera al regalo como un símbolo del pensamiento que
una persona tiene por la o las demás. Asimismo, los símbolos visuales
(físicos) de amor algunas personas los consideran más importantes que
otras.
12

D. Actos de servicio: se refiere a hacer cosas que una persona sabe que a las
demás les gusta que hagan. Se busca agradar sirviendo a la o las otras
personas para expresar así el amor.
E. Contacto físico: este lenguaje es un poderoso vehículo para comunicar en
particular el amor marital. Ejemplos de él son el tomarse de las manos,
besarse, abrazarse, tener relaciones sexuales, etc., todos ellos son medios
por los cuales se comunica el amor a la o las otras personas.

Teniendo esto en cuenta, se puede apreciar cuán diversas son las formas en
que el amor puede ser demostrado por las personas al interior de un vínculo.
Asimismo, es importante remarcar que para que sea más efectivo el uso de cada
lenguaje, debe haber una comunicación constante entre las partes para no asumir
en lugar de preguntar sobre las preferencias de cada persona.

3.4. Responsabilidad afectiva, ámbitos de aplicación y otros fenómenos


asociados

En Psicología, cuando se habla de responsabilidad, de acuerdo con Tobón (2018)


se pueden diferenciar dos tradiciones; la tradición de la moral, primordialmente
social; y la tradición existencial, principalmente personal. Al respecto, la primera
enfatiza que la responsabilidad emerge del fenómeno moral, con lo que socialmente
se expone al individuo a una situación normativa, proponiendo expectativas sociales
y demandando conductas aceptables. La segunda tradición pone de relieve la
conciencia individual para tomar el control de su vida y actuar libremente, por lo que
las personas desarrollan una serie de valores propios con los cuales regirse al
encontrarse con otros. Como ocurre con este y otros conceptos en la disciplina
psicológica, la popularización de ciertos conceptos tiende a desdibujar a cada uno
por los usos ampliados y superficiales que se tienen (Tobón, 2018), por lo que
resulta conveniente definir lo más posible cada concepto que se estudie.

Considerando propiamente el tema de la responsabilidad afectiva, es notorio


resaltar que no se encuentra suficiente información en publicaciones de corte
científico como lo son artículos de revistas, libros e incluso tesis. La mayor parte de
13

la información que se puede obtener proviene de publicaciones en blogs en línea y


también a través de las redes sociales, debido a lo cual estas últimas deben ser
incluidas en el presente trabajo. Aun así, algo que se conoce incluso intuitivamente,
es el hecho de que la responsabilidad afectiva tiene un origen desde perspectivas
feministas, por lo que algunos acercamientos provienen de allí.

Al respecto, primero se referirá la información obtenida de otros medios


diferentes a las redes sociales, para posteriormente hacer mención de la que se ha
encontrado en las propias redes.

En ese sentido, Padilla (2022) menciona que la responsabilidad afectiva


implica crear vínculos sanos, los cuales son aquellos que permiten, por una parte,
experimentar seguridad a partir del afecto, y por otra, autonomía personal
percibiendo y sintiendo interdependencia entre las personas involucradas en los
vínculos. De esta manera, Easton y Hardy (2009) también sugieren que en la
comunicación entre las personas pertenecientes al vínculo se brinden explicaciones
tan claras como sea posible, asegurándose de incluir información sobre las
emociones que se están sintiendo como sobre los hechos mismos que las provocan.

Sumando a este concepto, como un objetivo principal de la responsabilidad


afectiva se pretende proteger a las otras personas involucradas en el vínculo para
evitar sufrimiento innecesario (Morales, 2022). Asimismo, los beneficios que se
obtienen de poner en práctica esta responsabilidad se dirigen hacia promover la
prudencia y la reflexión sobre cómo relacionarse mejor de manera íntima con otras
personas, haciéndose cargo de los propios actos y sentimientos, así como del
impacto en las demás personas (Morales, 2022).

En cuanto a cómo poder practicar la responsabilidad afectiva en la vida,


Padilla (2022) incluye las siguientes sugerencias:

I. Identificar lo que a cada persona individualmente le gusta y lo que no le gusta.


II. Comprender que las otras personas tienen también sentimientos y
necesidades.
III. Tomar conciencia de ser escuchados.
14

IV. Mejorar la propia comunicación asertiva y actuar con empatía.


V. Establecer límites y acuerdos desde el amor propio.
VI. Aprender cuál es la propia responsabilidad, cuál no y cuáles les pertenecen
a otras personas.

Considerando la guía anterior, si bien podría resultar útil a algunas personas,


para otras podría traer sus dificultades al, quizás, no haber realizado estas acciones
antes y apenas intentar incorporar la responsabilidad afectiva en sus vínculos.

Por parte de la información que se obtiene mediante redes sociales, en una


búsqueda somera en tres de ellas, Instagram, Facebook y TikTok, utilizadas
considerablemente en la actualidad, se pueden encontrar distintas definiciones y
explicaciones respecto a lo que implica la responsabilidad afectiva. Para este caso,
a manera de ejemplo, se extrajeron algunas de ellas que se presentan en la
siguiente tabla para poder vislumbrar con lo que todas las personas pueden
encontrarse al ingresar a las mencionadas redes sociales.

Tabla 1

Definiciones de responsabilidad afectiva en redes sociales (Instagram, Facebook y


TikTok).

Definición Fuente
Implica ser conscientes del impacto que tienen nuestras (Conociendo
acciones en las demás personas. Mentes, 2023)
Es saber que el crear vínculos con otras personas requiere (Studently, 2023)
cuidados. Igualmente, tomar en cuenta las emociones del
otro aun y cuando sean diferentes a los tuyos.
Es una manera de entender cómo nos relacionamos con el (Qallariy
otro y cómo nuestras acciones y manifestaciones pueden Psicólogos, 2023)
generar impacto en el vínculo con los demás. Además, al
formar un vínculo con otra persona lo ideal sería establecer
de manera clara las intenciones y las expectativas de la
relación.
15

Se refiere a la conciencia que tenemos acerca de nuestras (Clínica Meraki,


decisiones y cómo estas impactan con quienes nos 2023)
relacionamos.
Implica saber que los vínculos que construimos con otras (Occimorons,
personas implican cuidados. Asimismo, es tener en cuenta el 2021)
mundo emocional de la otra persona sabiendo que puede ser
muy diferente al tuyo. Igualmente, el establecer límites o
acuerdos y dejar claras las intenciones o expectativas
esperadas. Finalmente, asumir las consecuencias de las
propias acciones.
Es hacerse cargo de nuestros pensamientos, emociones, (Metamorfé –
sentimientos y entender cómo los mismos influyen en los Consultorio
otros, mostrando igualdad y empatía. Psicológico, 2023)
Es entender que nuestras acciones tienen consecuencias en (Psicología y Luz,
el otro. Hablar con respeto sobre aquellas cosas que nos 2023)
molestan. Y decir la verdad.
Es ser honestos, respetuosos y claros con nuestras (García, 2021)
intenciones. Tener límites claros entre ambos para
respetarse. Es el cuidado mutuo. Ser empáticos con lo que
siente la otra persona. Asimismo, ser consciente del impacto
emocional que tus palabras y acciones generan en el otro.
Ser coherentes con nuestras intenciones y sentimientos.
Finalmente, es tener comunicación asertiva y buscar respetar
a la otra persona.
Fuente: elaboración propia.

Como puede observarse, la mayor parte de las definiciones mostradas


aluden a los vínculos principalmente de pareja, dejando de lado la mayoría a los
vínculos de tipo familiar y amistoso e incluso a aquellos vínculos amorosos que se
integran por más de dos personas en la relación. Asimismo, la información más
reiterada en dichas definiciones gira en torno a responsabilizarse de las
16

consecuencias que las propias acciones provocan en los demás; igualmente, el que
los vínculos creados implican cuidados entre las personas involucradas, y que se
sugiere dejar en claro las intenciones que se tengan cuando inicia un vínculo.

3.4.1. Vínculos en que se desarrolla la responsabilidad afectiva

Al contemplar aquellos vínculos en los que la responsabilidad afectiva toma lugar,


como ya se ha esbozado, resaltan de inmediato los de tipo amoroso; sin embargo,
como apunta Padilla (2022) esta responsabilidad afectiva no sólo es un término
utilizado en las relaciones amorosas, sino que también está relacionado a cualquier
vínculo sentimental como relaciones familiares, amistosas o incluso laborales.

Para el caso de las relaciones amorosas se considera adecuado describirlas


debido a los diferentes tipos de vínculos que existen y, sobre todo, por la diferente
carga emocional que en ellos va incluida. De esta manera, PARESS (s.f.) nombra a
los diferentes tipos de vínculos amorosos como “diversidad relacional”, lo cual
“alude a la existencia de modelos relacionales distintos a la monogamia, como son
la poligamia, el poliamor, la relación abierta, la anarquía relacional, entre otras”, y
en algunas fuentes literarias se pueden identificar distintas caracterizaciones al
respecto.

Para el presente caso, se retoma la caracterización de Teijeiro (2019) donde


describe seis tipos de diversidades relacionales y algunas de sus características.
Para simplificar la vista, se resumen en la siguiente lista:

A. No-monogamia consensuada: se emplea para describir “todas las relaciones


románticas que se negocian entre más de dos personas y, por lo tanto, no
son exclusivas, ya sea sexual, emocionalmente o en combinación” (Grunt-
Majer y Campbell, 2016; en Teijeiro, 2019). En esta clasificación se describen
tres tipos de relaciones no-monógamas consensuadas: relaciones abiertas,
swinging y poliamor.
a. Relaciones abiertas: consiste en que una pareja de dos cónyuges
acuerda tener vínculos sexuales con otras personas, es decir, “no se
limitan a compartir flirteo, sexo o conexión con una sola persona”
17

(Taormino, 2015; en Teijeiro, 2019). Asimismo, el acuerdo principal es


que los miembros de la relación “principal” no conozcan el resto de las
parejas sexuales de la otra persona.
b. Swinging: conocido también como intercambio de parejas, consiste en
tener múltiples parejas sexuales fuera de la relación romántica
preexistente, a menudo llevada a cabo por parejas como actividad
organizada y teniendo la idea de que el foco de esas relaciones es
sexual más que romántico o emocional (Veaux y Rickert, 2019; en
Teijeiro, 2019). Su acuerdo principal recae en que ambas personas de
la relación principal intercambian de manera conjunta su deseo sexual
con otras personas.
c. Poliamor: se usa para describir una amplia diversidad de estilos que
emergen de entender que el amor tiende a expandirse y a menudo
crece para incluir a un gran número de personas (Anapol, 2010; en
Teijeiro, 2019). Asimismo, refiere a tener múltiples relaciones
románticas a largo plazo, simultáneamente, por mutuo acuerdo entre
quienes se vinculan. Su principal acuerdo se basa en que todos los
miembros que componen la relación se conozcan entre sí.
B. Agamia: implica el abandono del elemento principal de las relaciones
actuales: el gamos; es un modelo diferente y opuesto al sistema monógamo
heteronormativo que rechaza el modelo de finalidad reproductiva. En
resumen, las personas ágamas no establecen parejas, rechazan el amor y el
enamoramiento y consideran al apego y afecto como el fundamento para
establecer sus vínculos.
C. Anarquismo relacional: estos vínculos no hacen exclusivas las relaciones
románticas ni el sexo. Para estas personas las relaciones no se reducen a
las categorías de “pareja romántica”, “sexual” o “romántico-sexual”, sino que
su objetivo consiste en cambiar radicalmente la noción que se tiene de amor
y quitar a la “pareja” del pedestal relacional, valorando en igual medida el
resto de las vinculaciones por lo que son en sí mismas.
18

De esta manera, puesto que en esta diversidad relacional en algunos casos


se contempla la honestidad y el intercambio afectivo entre las personas
involucradas, se resalta el hecho de que también se da un intercambio de la
responsabilidad afectiva entre las partes puesto que los acuerdos o los fundamentos
principales deben ser seguidos por cada integrante que se vincule. Sin embargo,
pese a que estos vínculos abren nuevos horizontes para el concepto, se debe tener
cuidado y no asumir que casi de forma automática la responsabilidad afectiva está
presente entre las personas, ya que los vínculos que van cobrando novedad no
necesariamente se ven desligados de lo que los más tradicionales asumen entre
sus consideraciones, por lo que la recencia de una relación no dicta que
automáticamente sus principios se actualizarán. Al fin de cuentas, son personas
quienes interactúan y eso implica en sí las creencias y valores de lo que una relación
debería ser, incluyendo algunas situaciones donde no hay responsabilidad afectiva.

En otro orden de las cosas, por las características que han sido enunciadas
respecto a lo que distingue a la responsabilidad afectiva se podría suponer que es
equivalente o no se puede distinguir de constructos como, principalmente, la
empatía. Respecto a esta, Damasio (1994; en Bravo y Sandoval, 2015) ha
mencionado que está conceptualizada como la capacidad de reconocimiento de las
emociones en el otro, es decir, la capacidad de saber lo que el otro siente y piensa
ante determinada situación. Asimismo, Garaigordobil y Maganto (2011) plantean
que la empatía implica respuestas emocionales y vicarias; es decir, las respuestas
emocionales otorgan la capacidad de diferenciar entre los estados afectivos de las
demás personas, mientras que las respuestas vicarias otorgan la habilidad para
tomar una perspectiva cognitiva y afectiva en torno a las otras personas, sus
emociones y cómo actuar en consecuencia según los antecedentes de situaciones
similares (Bravo y Sandoval, 2015).

Teniendo en perspectiva lo apuntado en el párrafo previo, la empatía se


distingue de la responsabilidad afectiva en tanto que la primera tiene como base al
contagio emocional y la imitación de ciertas conductas, esto derivado de
investigaciones sobre neuronas espejo y la percepción automática de las
19

emociones de los demás al interactuar constantemente (Chauvie, 2015); mientras


que la responsabilidad afectiva implica otros componentes además de la propia
empatía en la interacción con vínculos cercanos. Pese a esta distinción, no se
descarta el vínculo existente entre responsabilidad afectiva y empatía, incluso
podría considerarse que una puede abarcar a la otra como un metaconstructo.

3.5. Formas de violencia que pueden resultar de la falta de responsabilidad


afectiva en las personas

Si bien se han enunciado algunas definiciones rescatadas de fuentes de información


como artículos y las redes sociales, las cuales incluyen aspectos positivos que
posibilitan vínculos más duraderos y armónicos, también es cierto que no todo
dentro de este constructo se ve reflejado como situaciones positivas. Puntualmente,
quienes no suelen poner en práctica la responsabilidad afectiva generan efectos
adversos en las personas con quienes se relacionan al haber una falta de
transparencia. Por ejemplo, Padilla (2022) señala que esto se ilustra creando
promesas que no se cumplirán, dando falsas esperanzas, así como dañando con
actos o palabras e invalidando a aquellos con quienes se vinculan.

Este tipo de actos ante la ausencia de responsabilidad afectiva, pueden


constituir violencia hacia la otra u otras personas implicadas. En particular, puesto
que el presente tema se dirige hacia lo emocional, el tipo de violencia
correspondiente es la violencia psicológica, la cual se define como “cualquier acto
u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en: negligencia,
abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación,
marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo,
restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a
la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso al suicidio”
(Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, 2023).
Resulta por ello relevante comprender la importancia de la implementación de la
responsabilidad afectiva en los vínculos, así como el respeto hacia las demás
personas con quienes se establezcan los mismos.
20

Habida cuenta de ello, distintos autores han identificado y descrito algunos


fenómenos que se llegan a presentar en los diferentes vínculos y que dan cuenta
de la falta de responsabilidad afectiva de parte del interlocutor que lleva a cabo tales
acciones. Cada uno de estos fenómenos será desarrollado brevemente a
continuación, no sin antes poner sobre la mesa el aspecto de que todas estas
situaciones han recibido un nombre en un idioma ajeno al español, atribuido por una
característica del tipo de interacción, lo cual es llamativo y puede dar pie a una
invitación, además de para continuar estudiando estos fenómenos, a proponer en
los espacios adecuados un renombre acorde con el contexto en que la realidad nos
sitúa. Al final de cuentas no se debe olvidar que, si todas las personas pueden ser
susceptibles a vivenciar estas situaciones, lo justo también es tener al alcance la
posibilidad de nombrar lo que se siente y lo que se vive en el propio idioma.

3.5.1. Ghosting

Este término ha sido definido en distintas fuentes durante los últimos años, algunas
de las cuales se recuperan en este espacio. Una de las definiciones que se ha
provisto plantea que el ghosting “es el cese unilateral de toda comunicación
(temporal o permanente) con alguien con quien se mantiene algún tipo de relación
sentimental” (Navarro, Larrañaga, Yubero y Villora, 2020). Por su parte, Marroquín
(2020) lo define como la práctica de cortar intencionadamente todo contacto con la
otra persona de manera súbita. Asimismo, agrega que el ghosting no se da
exclusivamente en las relaciones de pareja, sino que puede darse también en las
de amistad.

Por su parte, entre algunas de las razones del porqué las personas recurren
al ghosting, Marroquín afirma que algunas personas lo hacen como una manera de
evitar conflictos, por miedo a afrontar incomodidades emocionales o por falta de
conexión con las otras personas (2020). Ahora bien, Lean (2016; en Pinzón, 2019)
considera que el ghosting se divide en dos tipos, según cómo se lleva a cabo su
realización:
21

a. Minighosting: donde las conversaciones se enlazan de forma tardía y casi


siempre inician por el mismo integrante de la relación que se abandona (o
sea, el “receptor”).
b. Ghosting pasivo: que es sutil, pero activo. En este, los encuentros planeados
empiezan a cancelarse con anticipación por el emisor.

Ahora bien, como se mencionaba que este es un ejemplo de falta de


responsabilidad afectiva, es natural que existan consecuencias hacia la persona
víctima de ghosting. Una de ellas es que se crea un escenario de ambigüedad en el
que la persona víctima no sabe cómo reaccionar porque no hay una respuesta clara
que justifique la desaparición repentina por la otra persona. Esto puede ser
devastador en especial para quienes lidian con problemas de baja autoestima o
ansiedad (Marroquín, 2020).

Por otra parte, entre ghosting y un término recientemente acuñado como lo


es el orbiting se puede pensar que son idénticos, pero este último se caracteriza por
una dinámica adicional después de la ruptura (Phillips, 2019; en Pancani, Mazzoni,
Aureli y Riva, 2021). Este término se describe más puntualmente en breve.

3.5.2. Orbiting

Este fenómeno “es idéntico al ghosting, pero el desenganchador aún sigue


visiblemente a la expareja en las redes sociales” (Pancani et. al, 2021).

Describiendo más este concepto de reciente aparición, se puede decir que


se traduce como “orbitar” y mantiene la lógica del ghosting. De acuerdo con Alegre
(2019) ocurre que unilateralmente uno de los implicados decide desaparecerse de
la vida de la otra u otras personas, sea de forma progresiva o radical, sin dar
explicaciones. Sin embargo, lo llamativo es que la persona continúa haciéndose
presente en el mundo digital del otro por medio de las interacciones en sus
publicaciones, como los “likes”, comentarios y viendo las historias en redes sociales
como Instagram o Facebook.
22

3.5.3. Gaslighting

Jacobson y Gottman (1998; en Galán y Figueroa, 2017) plantean al gaslight como


una técnica que niega la realidad de manera sistemática, incluso donde se refutan
acciones que el mismo ejecutor del gaslighting haya cometido, argumentando que
no corresponden o no son congruentes con su personalidad y formas de actuar y
que es la víctima quien se está imaginando lo sucedido.

Aunado a lo previo, Galán y Figueroa (2017) agregan que este fenómeno se


caracteriza también por la negación del daño ocasionado, la elaboración de
mentiras, presentar falsa información a la víctima, descalificar sus sentimientos y
percepciones. Igualmente, lo anterior puede verse acrecentado si existe una
posición de autoridad de victimario a víctima.

3.5.4. Breadcrumbing

Este fenómeno alude a una “eterna espera”. Consiste en mantener a la otra persona
con la expectativa constante de que algo va a pasar, por medio de mensajes y
haciéndose presente en las redes sociales del otro, pero ese interés jamás se
concreta realmente (Alegre, 2019). El nombre proviene figurativamente de dejarle a
la otra persona “migas de pan” y se realiza, de acuerdo con Navarro et. al (2020)
con el fin, a veces, de atraer a una pareja sexual sin gastar mucho esfuerzo o
igualmente cuando a algunas personas les gusta recibir la atención de otras, pero
sin comprometerse.

Este fenómeno puede presentarse de igual forma cuando ha habido una


ruptura, pero quien inicia la separación no quiere dejar ir a la otra persona. También
ocurre cuando una persona no siente interés por la otra, pero quiere seguir siendo
relevante o atractivo para esta última (Navarro et. al, 2020).

3.5.5. Benching

Marajofsky (2016) lo describe como “mandar a alguien al banco de suplentes”. Esto


implica mantener la conducta de hablar con la otra persona o interactuar mediante
23

redes sociales, con el objetivo de no descartar a la otra persona del todo como
prospecto, pero tampoco avanzar de ninguna manera.

En resumen, no finaliza la relación en ningún momento, pero tampoco se


tiene algún progreso ni siquiera para tener encuentros ocasionales o una relación
informal (Marajofsky, 2016).

3.5.6. “Slow fade”

Se le conoce de esta manera, según Alegre (2019), al acto de ir “esfumándose” de


la vida digital de la otra persona poco a poco, contestando cada vez menos a los
mensajes, o de forma más cortante con monosílabos, mostrando con esa actitud
que algo cambió en la relación, pero se niega ese hecho.

De este modo, de acuerdo con Alegre (2019) las personas expertas coinciden
en que este fenómeno genera ansiedad y frustración en los destinatarios, porque
desconocen los motivos por los que la otra persona se está distanciando cada vez
más, ya que quien ejecuta el “slow fade” no explica los motivos de su
comportamiento.

Una vez revisadas las características de estos seis fenómenos contrarios a


la responsabilidad afectiva, es importante no perder de vista que algunos son más
sutiles que otros en cuanto a la forma de llevarlos a cabo, aunque sea sin intención
alguna, razón por la cual es recomendable hacer una introspección en el caso de
los vínculos establecidos para evitar caer en comportamientos violentos hacia otras
personas.

Asimismo, Ailts (2016; en Pinzón, 2019) expone que las personas se están
acostumbrando a escoger nuevas parejas mientras se deshacen de otras, por lo
que propone que se analice cuál podría ser el efecto de esto hacia las formas de
relación humanas.

Un aspecto a destacar es que la ausencia o falta de responsabilidad afectiva


en las personas no es automáticamente sinónimo del ejercicio de la violencia.
Dentro de la complejidad de las personas, la formación de la personalidad y la
24

adquisición de experiencias, se enfrentan a situaciones donde no siempre se actúa


de manera positiva desde una mirada externa; sin embargo, es importante recordar
que también de los conflictos y experiencias adversas se puede obtener claridad
respecto a lo que se quiere de forma individual y en la interacción con otras y otros.
Asimismo, la responsabilidad afectiva no es un aspecto únicamente individual, sino
que al interior de cada vínculo se va construyendo con el aporte que cada persona
tenga respecto a esta situación en función de los alcances percibidos hacia la
relación.

Debido a aspectos como la falta de consideración hacia las otras personas,


la falta de comunicación en los vínculos, así como el “utilizar” a los demás, es decir
una falta de responsabilidad afectiva, es que se necesita una definición clara al igual
que la posibilidad de considerar este constructo como una variable en los vínculos
de estudio. Asimismo, una buena definición, medición y la claridad que tiene la
responsabilidad afectiva en la formación de los vínculos, no solamente desde el
sentido común sino desde herramientas de la psicología, puede permitir que se
desarrollen estrategias para promover a la misma, y no sólo intervenciones para
mitigar el problema en los vínculos cuando no se es responsable afectivamente.
Incluso, si hubiera una posibilidad, una forma de alcanzarla se vería facilitada por la
promoción de esta desde el ámbito escolar, remarcando la importancia del porqué
llevarla a cabo y cuáles puede ser las ventajas de implementarla a la vida cotidiana.

3.6. Las representaciones sociales como modalidad de investigación

Considerando que lo que interesa en el presente trabajo es lo que las personas han
nombrado como responsabilidad afectiva, al igual que cómo construyen ese
concepto a través de su experiencia colectiva, una aproximación que resulta útil es
la de las Representaciones Sociales. Habida cuenta de ello, es importante
comprender su definición para que, partiendo de ahí, se establezca la manera de
aproximarse al estudio de la responsabilidad afectiva.

Por representación social, Serge Moscovici (1979; en Mora, 2002) explica


que es una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración
25

de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Asimismo, agrega


que la representación es un corpus organizado de conocimientos y una de las
actividades psíquicas mediante las cuales las personas hacen entendible la realidad
física y social, se integran en un grupo o bien, en una relación cotidiana de
intercambios.

En términos más simples, Mora (2002) interpreta la definición de Moscovici


como el conocimiento de sentido común que tiene como objetivos comunicar, estar
al día y sentirse dentro del ambiente social, el cual se origina en el intercambio
comunicativo del grupo social. Asimismo, añade que es una forma de conocimiento
a través de la cual, quien conoce se coloca dentro de lo que conoce. En otras
palabras, las propias personas se ven inmersas dentro del conocimiento adquirido,
por ejemplo, mediante el conocimiento empírico de un fenómeno.

Por otra parte, la construcción de una representación social, de acuerdo con


Sáenz, Maldonado y Figueroa (2015), se ve mediada por distintos factores que
confluyen en un mismo espacio, el cual está a su vez conformado por estructuras
geográficas, sociales, políticas, económicas y culturales, sin dejar de lado los
aspectos cognitivos, afectivos y de valores de cada persona que interviene. Por lo
anterior, Moscovici (1961), Abric (2001), Araya (2002) y Jodelet (1986) reconocen
como dimensiones parte de la representación social a la información y el
conocimiento; las creencias y opiniones; actitudes y valores y las prácticas sociales
(Sáenz et al., 2015).

Siguiendo esta línea, respecto a algunas características conceptuales de las


representaciones sociales se encuentra que:

• Resultan de una actividad constructora de la realidad (simbolización) y


también de una actividad expresiva (interpretación) (Arbesú et al., 2008; en
Sáenz et al., 2015);
• Funcionan como un sistema de interpretación de la realidad que rige las
relaciones entre actores sociales tanto en su ambiente físico como en el
social (Abric, 1994; en Sáenz, et al., 2015);
26

• La experiencia forma parte esencial de la construcción de la representación


en tanto que induce la relación con el medio (Flores, 2001; en Sáenz at al.,
2015).

Con las características enunciadas, puede apreciarse claramente la


importancia que tienen las personas desde su interacción cotidiana en el
entendimiento de su realidad, dotando de sentido a los sucesos, expresiones y
comportamientos.

Respecto a técnicas para obtener información sobre representaciones


sociales, se encuentran, primeramente, una clasificación de códigos
comunicacionales: lingüístico-verbal, lingüístico-conversacional-discursivo,
lingüístico-textual, iconográfico y comportamental. Destaca el segundo tipo de
código mencionado debido a que la característica de los instrumentos utilizados
para tal fin es que son interactivos. Al respecto, a mayor detalle, las técnicas
puntualmente identificadas son la entrevista en profundidad, estudios de casos,
narraciones y debates producidos en grupos focales (Lynch, 2020).

Es por lo anterior descrito que las representaciones sociales conforman una


oportunidad para investigar temas que no han sido desarrollados previamente, pero
que al mismo tiempo tienen ya una presencia considerable entre las interacciones
cotidianas y que eso resulte importante de estudiarse para conocer más a fondo
cómo surge entre las personas, qué sentidos se interpretan de ello y la manera en
que se puede suponer su presencia en una interacción.
27

4. Método de investigación

4.1. Justificación

La decisión de indagar el tema de responsabilidad afectiva bajo las


representaciones sociales responde a la diversidad de perspectivas que se pueden
obtener de la muestra seleccionada debido a las experiencias que cada quien ha
vivido y, en consecuencia, de los significados atribuidos a cada una. En ese sentido,
cada opinión o comentario vertido en la investigación se considera como relevante
al realizar el análisis de la información. Al mismo tiempo, al no existir suficiente
información de carácter científico en la actualidad, se considera como la principal
fuente de ella a la muestra en tanto que han vivenciado el constructo –o han visto
la necesidad de incorporarlo en su vida–, por lo que toda la construcción personal
que tengan fundamentada sobre responsabilidad afectiva se considera valiosa.

Teniendo esto como antecedente, se planteó el método a seguir en la


investigación, que a continuación se describe.

4.2. Pregunta de investigación

¿Cómo se define el concepto de responsabilidad afectiva, sus ámbitos de aplicación


y las conductas que muestran poseer esta característica, desde la experiencia de
una muestra de estudiantes de licenciatura?

4.3. Objetivo

Construir la definición de responsabilidad afectiva integrando las conductas que dan


cuenta de ser o no responsable afectivamente, al igual que los vínculos en que se
expresa, mediante las experiencias de una muestra de estudiantes de licenciatura,
para su posterior utilidad guiando la elaboración de una escala de medición de dicho
constructo.

4.4. Diseño de investigación

Para este trabajo se adoptó un análisis temático cualitativo con el objetivo de


organizar en categorías las opiniones vertidas durante la investigación por la
28

muestra consultada y, de esta forma, simplificar la tarea de analizar todos los temas
mencionados.

Asimismo, el enfoque con que se trabajó específicamente fue un análisis


fenomenológico interpretativo (AFI). Dicho análisis “tiene como razón de ser
comprender cómo las personas le otorgan significado a sus experiencias” (Smith et
al., 2009; en Duque y Aristizábal Díaz-Granados, 2019). Por su parte, Howit y
Cramer (2011; en Duque y Aristizábal Díaz-Granados, 2019) mencionan que el AFI
pretende generar una descripción minuciosa y en profundidad de las experiencias
de cada persona tal como son vividas y entendidas individualmente. Su objetivo,
finalmente, es estudiar un acontecimiento, aunque desde la perspectiva de quien lo
vive, ya que parte del supuesto de que las personas tratan de elaborar significados
sobre sus experiencias.

De esta manera, fue que mediante el diseño de investigación es factible


alcanzar lo que se plantea con el título del trabajo respecto a las representaciones
sociales y lo que implica cada una de estas para las personas.

4.5. Muestra

La muestra contó, en total, con 20 estudiantes de licenciatura procedentes de seis


planteles de la UNAM, aunque es importante señalar que se realizaron tres grupos
focales (uno con mujeres, uno con hombres y uno mixto) y entre ellos se encontraba
dividida la cantidad total. El rango de edad iba de los 18 a 24 años. La decisión de
realizar tres grupos con una distribución de participantes de la forma mencionada
fue con la intención de observar si cambiaban, de manera general, las opiniones
que emitían considerando la manera diferente en que el contexto social suele incidir
en las acciones y actitudes de las personas en función de su género, considerando
además si encontrarse por separado influía en la emisión de sus comentarios.

La selección de las personas participantes correspondió a un muestreo


intencional, puesto que este facilita la elección de participantes de acuerdo con las
condiciones que mejor se ajusten con la investigación. En este caso, como se
mencionó, una característica que debían cumplir era ser estudiantes de licenciatura
29

al momento de ser invitadas e invitados. En la siguiente tabla se resumen


características de la muestra que fueron respondidas por ellas y ellos mismos previo
al inicio de los grupos focales.

Tabla 2

Edad, Género, Orientación sexual y Facultad de procedencia de la muestra de


participantes por cada grupo focal.

Variable Respuestas Grupo focal 1 Grupo focal 2 Grupo focal 3


registradas (mujeres) (hombres) (mixto)
18 años 2 0 0
19 años 0 1 1
20 años 2 0 0
Edad (en años
21 años 2 0 0
cumplidos)
22 años 0 5 4
23 años 2 0 0
24 años 0 1 0
Mujer 8 0 4
Género
Hombre 0 7 1
Bisexual 3 1 2
Orientación
Heterosexual 5 6 2
sexual
Homosexual 0 0 1
Facultad de 1 1 0
Artes y Diseño,
UNAM
Facultad de 1 0 0
Derecho, UNAM
Facultad de 0 1 0
Facultad de
Medicina, UNAM
procedencia
Facultad de 4 5 5
Psicología,
UNAM
Facultad de 1 0 0
Filosofía y
Letras, UNAM
30

Facultad de 1 0 0
Estudios
Superiores,
Zaragoza
Fuente: elaboración propia.

Como se observa, se logró alcanzar cierta variedad de participantes dentro


del mencionado rango de edad de 18 a 24 años. En cuanto a la Facultad de
procedencia, no se alcanzó una cobertura que incluyera más diversidad de
planteles.

4.6. Procedimiento

Inicialmente, se realizó la planeación para los tres grupos focales espaciados por
dos semanas entre uno y otro. Las características de cada uno serían según las y
los participantes: para el primero, realizarlo con participantes mujeres; el segundo,
únicamente para participantes hombres, mientras que el tercero se contempló que
fuera de modalidad mixta. Una vez planeado esto, se elaboró un cuestionario de
datos que se aplicaría previo a cada grupo focal, así como el guion del grupo focal
mismo.

Una vez que se tuvo lo anterior, se comenzó con la elaboración de un listado


de posibles participantes, recordando que el muestreo fue intencional. Definido esto,
se envió, vía correo electrónico, la invitación personalizada a las y los participantes
junto con la fecha en que se solicitaba su asistencia virtual –vía Zoom– dependiendo
de cuál de los tres grupos focales correspondiera (ver Apéndice A).

Al momento en que cada grupo focal alcanzó la cantidad de cuando menos


cinco participantes, se confirmó la realización del mismo y, al inicio de la actividad,
se les solicitó que respondieran el cuestionario de datos personales. Logrado lo
anterior, se inició con la sesión apegándose lo más posible al guion elaborado con
anticipación.

Después de realizar los grupos focales se procedió con la extracción del


audio, considerando que fueron grabadas las sesiones previo consentimiento de
31

cada participante, y posteriormente se realizaron las transcripciones


correspondientes para continuar con los análisis mediante el programa Atlas.ti.

Derivado del procedimiento anterior, las actividades se encaminan a exponer


los resultados en el presente trabajo.

4.7. Instrumentos

Primeramente, es importante precisar por qué se determinó como mejor opción la


realización de grupos focales como técnica de recolección de los datos. En este
sentido, son definidos como la técnica “mediante una entrevista grupal
semiestructurada, la cual gira alrededor de una temática propuesta por el
investigador” (Escobar y Bonilla-Jiménez, 2011). Del mismo modo los autores
mencionan que el propósito principal de estos grupos es hacer que surjan actitudes,
sentimientos, creencias, experiencias y reacciones en los participantes. Así, se
consideró la técnica más apropiada en tanto que el trabajo se enmarca en las
representaciones sociales y se indaga mediante enfoques cualitativos.

Respecto al cuestionario de datos personales que fue solicitado que las y los
participantes respondieran previo al inicio de cada grupo focal, este se compuso por
15 preguntas, siendo nueve de ellas abiertas y las otras seis contenían opciones
para contestar. Las respuestas se recopilaron vía Google Forms para agilizar la
aplicación y que el tiempo del grupo focal se mantuviera íntegro lo más que fuera
posible.

Estas preguntas se decidieron aplicar para tomar nota de las características


de la muestra de participantes, mientras que las preguntas de las secciones 2 y 3
fueron más para que las y los participantes fueran entrando al tema de los vínculos
afectivos que tienen en su vida cotidiana. En la siguiente tabla se incluyen las
preguntas que integraron el cuestionario de datos y sus respectivas opciones de
respuesta si corresponde.
32

Tabla 3

Preguntas que integran el cuestionario de datos personales.

Sección Pregunta Opciones de respuesta


1. Nombre completo ---------
2. Edad ---------
3. Género (si prefieres no decirla, deja ---------
el espacio en blanco)
Datos generales
4. Orientación sexual (si prefieres no ---------
decirla, deja el espacio en blanco)
5. Facultad o escuela y carrera en que ---------
estudias/estudiaste
6. Actualmente, ¿con quién o quiénes A) Madre, B) Padre,
vives? C) Hermanas/os,
D) Otros
7. ¿Cómo consideras que es tu relación A) Mala, B) Regular,
con tus familiares? C) Buena, D) Muy buena
8. Actualmente, ¿trabajas? (Si tu A) Sí, B) No
Vínculos
respuesta es “No”, pasa a la
familiares,
pregunta 10)
laborales y de
9. ¿Cuánto tiempo llevas trabajando en ---------
amistad
el lugar actual? (Exprésalo en años y
meses)
10. ¿Cuántas/os amigas/os tienes ---------
actualmente?
11. ¿Cómo consideras que es tu A) Mala, B) Regular,
relación con tus amigas/os? C) Buena, D) Muy buena
12. Actualmente, ¿tienes una relación de A) Sí, B) No
pareja? (Si tu respuesta es “No”,
pasa a la pregunta 14)
13. ¿Cuál es la duración hasta el ---------
Vínculos de pareja
momento de dicha relación?
(Exprésalo en años y meses)
14. En el presente año y el anterior, A) Sí, B) No
¿tuviste una relación de pareja?
33

15. ¿Cuál fue la duración de dicha ---------


relación? (Exprésalo en años y
meses)
Fuente: elaboración propia.

Por otra parte, respecto al guion del grupo focal con las preguntas preparadas
para el mismo, éste se integró por 11 de ellas debido a que se calculó una duración
aproximada de 2 horas para cada sesión. Así, las preguntas ahondan en torno a
tres ejes: 1) la representación social del concepto de responsabilidad afectiva; 2) la
forma que toma la responsabilidad afectiva y su ausencia en las conductas
cotidianas; y 3) aspectos necesarios para fomentarla en los diferentes vínculos. En
la siguiente tabla se muestran las preguntas que integraron el guion de los grupos
focales.

Tabla 4

Preguntas que integran el guion de grupo focal sobre responsabilidad afectiva.

Preguntas realizadas en los grupos focales


1. Anteriormente, ¿cómo han sido tus experiencias interactuando con otras personas? Tanto
en un ámbito afectivo (amoroso), como familiar o entre pares.
2. Para ti, ¿qué es responsabilidad afectiva y cómo descubriste este concepto?
3. ¿Qué opinan de la responsabilidad afectiva?
4. ¿En qué relaciones interpersonales consideras que se da la responsabilidad afectiva?
5. ¿Con qué acciones te das cuenta de que alguien tiene responsabilidad afectiva?
6. ¿Por qué crees que sea importante tener responsabilidad afectiva?
7. ¿Cuáles son las posibles consecuencias de no tener responsabilidad afectiva? (tanto para
quienes no la tienen como para quienes interactúan con estas personas)
8. ¿Cómo has experimentado y vivido la responsabilidad afectiva?
9. ¿Cómo puede una persona ser más responsable afectivamente? (en el sentido de mejorar
esta condición)
10. ¿Qué tendría que pasar en el mundo para que la responsabilidad afectiva fuera algo
común?
11. ¿Algún otro comentario que te gustaría agregar?
Fuente: elaboración propia.
34

De esta forma, como se mencionó, se tenía preparada la estructura de


preguntas a realizar, aunque sin descartar la posibilidad de agregar alguna otra
pregunta que surgiera durante el transcurso de cada sesión con la idea de ganar
más argumentos u opiniones en torno a la responsabilidad afectiva.

4.8. Consideraciones éticas

Al momento de contactar e invitar a las y los participantes, se les envió desde el


inicio un consentimiento informado (Ver Apéndice B) donde se señalaron los
alcances de la investigación, el tratamiento de los datos personales respecto a la
confidencialidad, así como el hecho de que la sesión se grabaría con los fines de
transcripción y posterior análisis de la información únicamente.

Con todo y ello, previo a comenzar cada grupo focal se le preguntó


nuevamente a cada participante si daban su consentimiento expreso de comenzar
a grabar, por lo que no hubo inconveniente al respecto. Al final de las sesiones, de
igual forma, se reiteró la confidencialidad en la investigación.

4.9 Alcances de la investigación

Además de comprender la definición del concepto responsabilidad afectiva al


analizar la información obtenida, así como de los vínculos en que interactúa y las
acciones que son indicativas de su presencia o ausencia, el destino final de este
trabajo es el planteamiento de una escala de medición del constructo, cuyas
características sean definidas en función de los hallazgos. Dicha propuesta de
escala será incluida en las secciones posteriores.
35

5. Resultados

Para obtener los resultados de la presente investigación, se siguieron las fases para
el análisis temático de Braun y Clarke (2006), las cuales son cinco: 1.
Familiarización de los datos, que consiste en la transcripción del material, una
lectura y anotación de ideas; 2. Generación de códigos iniciales, donde se codifican
los aspectos más relevantes de los datos; 3. Búsqueda de temas, de la cual se
elabora un mapa temático del análisis; 4. Definición y denominación de temas,
donde se generan definiciones y nombres para cada tema; y 5. Preparación del
informe, donde se seleccionan los fragmentos del texto para representar el
contenido y su posterior redacción de informe de resultados.

Siguiendo estas fases, y después de transcribir el audio de los grupos focales


y cargarlo en Atlas.ti, se obtuvieron inicialmente códigos libres a partir del discurso
de las y los participantes. La cantidad de códigos por cada grupo focal fueron los
siguientes: 124 códigos en el grupo focal de mujeres; 299 en el de hombres y 305
en el que contó con mujeres y un hombre. Posteriormente, dichos códigos se
agruparon en función del contenido que trataban, lo que dio paso a categorías
temáticas (Ver Apéndices C, D y E). De ello, considerando en conjunto las
categorías resultantes de los tres grupos focales, se agruparon y obtuvieron siete
temas totales. La agrupación de categorías que dieron paso a cada tema se muestra
en la siguiente tabla.

Tabla 5

Agrupación de categorías que conforman cada tema

Categorías, grupo Categorías, grupo Categorías, grupo Tema derivado de la


focal 1 (mujeres) focal 2 (hombres) focal 3 (mixto) agrupación
Formas de conocer la Formas de conocer la Aproximaciones a la Formas de conocer la
responsabilidad responsabilidad responsabilidad responsabilidad
afectiva afectiva afectiva afectiva
Constructo de
Consideraciones en Consideraciones en Consideraciones en
responsabilidad
torno a la definición torno a la torno al concepto de
afectiva
36

de responsabilidad responsabilidad responsabilidad


afectiva afectiva afectiva
Ámbitos de Vínculos donde Vínculos donde Vínculos donde
intervención de la interviene la interviene la interviene la
responsabilidad responsabilidad responsabilidad responsabilidad
afectiva afectiva afectiva afectiva
Indicadores de Indicadores de Indicadores de Indicadores de
responsabilidad responsabilidad responsabilidad responsabilidad
afectiva afectiva afectiva afectiva
Consecuencias
Sentires asociados a
positivas de la Consecuencias
------- la responsabilidad
responsabilidad positivas de la
afectiva
afectiva responsabilidad
Consecuencias de la Consecuencias de la Consecuencias de afectiva y negativas
falta de falta de falta de de no ponerla en
responsabilidad responsabilidad responsabilidad práctica
afectiva afectiva afectiva
Adquisición de la Adquisición de la Adquisición de la
responsabilidad ------- responsabilidad responsabilidad
afectiva afectiva afectiva
Constructos Constructos Constructos Constructos
asociados con la asociados a asociados a asociados a la
responsabilidad responsabilidad responsabilidad responsabilidad
afectiva afectiva afectiva afectiva
Fuente: elaboración propia.

A continuación, se describen los alcances de cada tema en función de las


categorías que les dieron paso y los componentes de cada una de ellas.

5.1. Temas derivados del análisis de los grupos focales

5.1.1. Formas de conocer la responsabilidad afectiva

En torno a este tema, en general las y los participantes de los grupos focales
relataron las vías mediante las cuales tuvieron acercamientos iniciales hacia el
concepto de la responsabilidad afectiva. Igualmente, aquí se obtuvieron distintos
37

comentarios refiriendo a las vivencias con el tema y la interpretación posterior que


atribuyeron a estas experiencias.

Asimismo, es importante señalar que mencionaron tanto vías a través del


acercamiento con otras personas, pero también respecto a medios digitales como
las redes sociales. Se incluyen citas de comentarios en torno a esto:

• "Yo, la verdad, conocí el término en la facultad, o sea, en alguna materia


recuerdo que lo mencionaron y ahí fue como empecé a conocerlo"
(participante 6, grupo focal 1);
• "Realmente el concepto cuando yo lo conocí fue por medio de una persona
que fue como mi jefe en un trabajo" (participante 3, grupo focal 1);
• "Fue durante la pandemia cuando vi demasiados posts en redes y ya se
empezó a hablar como al respecto" (participante 3, grupo focal 2);
• "La primera vez que supe o me encontré con esta, este término, fue en un
mural feminista" (participante 4, grupo focal 2);
• "Lo recuperé con una de mis amigas, que ella está en terapia" (participante
3, grupo focal 3);
• "La vida te lo va enseñando, creo, la vida y la experiencia te lo van
enseñando" (participante 2, grupo focal 3).

De esta manera, puede vislumbrarse cómo el interactuar en diferentes


espacios y, por ende, con una mayor cantidad de personas, ofrece más
oportunidades para tener acercamientos con este concepto de responsabilidad
afectiva e incluso otros que van emergiendo por la misma interacción social, así
como también se facilita la popularización en redes sociales de estos temas. Algo a
destacar es la situación que aludieron de investigar en torno al concepto; si no es
algo tan arraigado entre las personas y en los vínculos, una buena forma de tener
más presente este tema es acercándose de forma voluntaria a ello.

5.1.2. Consideraciones en torno al concepto de responsabilidad afectiva

En cuanto al concepto propio de responsabilidad afectiva, en los tres grupos focales


se abordaron diferentes cuestiones como las relativas a la definición, la
38

caracterización y algunas reflexiones. En torno a la definición, en la iniciativa de


construir la propia, se mencionó lo siguiente:

• "La definiría más como esta capacidad que tenemos para hacer, actuar y
decir de manera consciente, considerando a la otra persona siempre"
(participante 8, grupo focal 1).

Con respecto a ello, también las y los participantes ofrecieron su descripción


de algunas características que desde su opinión debe conllevar la responsabilidad
afectiva. Entre estas, se mencionaron las siguientes:

• (La responsabilidad afectiva) "hace que nos sintamos parte de algo y que nos
sintamos importantes. Y, sobre todo, podemos hacer que la otra persona
también se sienta importante." (participante 6, grupo focal 2);
• "Siento que es como una de las bases, ¿no?, para un vínculo, ¿no?, como
para poder tener una relación interpersonal con cualquier persona"
(participante 5, grupo focal 3).

Por otra parte, si bien indagaron en torno a sus saberes respecto al tema,
también mostraron la preocupación que tienen acerca del constante desarrollo de
este tema que, desde su punto de vista, aún sigue en construcción por las personas:

• "Yo pienso que hay 2 extremos, ¿no? Lo que debería de ser (…) y lo que en
realidad tenemos, pues está claro que la responsabilidad debería estar en
todos los contextos sociales" (participante 6, grupo focal 1);
• "Como que el término y el concepto de responsabilidad afectiva, no está muy,
muy como consolidado" (participante 5, grupo focal 3);
• (La responsabilidad afectiva) "como que se debería de hablar más y
difundirse más como que ya a niveles más masivos" (participante 5, grupo
focal 3).

En suma, parte de estas inquietudes que mencionaron pueden explicarse


debido a que, como ya se dijo, es un término que comenzó a tener su auge en los
años recientes y por esa misma situación, más las diversas interpretaciones
39

existentes, al día de hoy continúa actualizándose. Así también, se dejó constancia


de las dificultades que puede tener un tema como este debido a las diferentes
definiciones e interpretaciones que se le atribuyen. Algo más a destacar es la
certeza que tienen de aquellas situaciones que pueden obstaculizar la aparición de
la responsabilidad afectiva, lo cual puede ayudar como primer paso para
contrarrestarlas.

5.1.3. Vínculos donde interviene la responsabilidad afectiva

Respecto a las esferas o vínculos donde se ve implicada la responsabilidad afectiva,


las y los participantes mencionaron tres diferentes tipos: aquellos vínculos más
próximos, algunos otros complementarios y una propuesta adicional. Los vínculos
más próximos, de acuerdo con sus opiniones, se representan en las siguientes citas:

• "Contigo mismo, principalmente para, si tú estás bien contigo mismo, puedes


llevar a cabo las demás relaciones" (participante 2, grupo focal 1);
• "Pareja, familia, amigos, igual con tus profesores" (participante 2, grupo focal
1);
• "Para mí aplica en todas las relaciones en general" (participante 5, grupo
focal 2).

Por su parte, en el caso de los vínculos de interacción complementarios en


la vida, se reportaron principalmente derivados de dos vías de espacios comunes:

• "En este aspecto del ámbito laboral, pues yo creo que también se aplicaría"
(participante 5, grupo focal 1);
• "Creo que hasta en el ámbito escolar debería de ser muy importante tenerlo
en cuenta" (participante 1, grupo focal 3).

Los anteriores vínculos, sin embargo, no se vieron limitados en las opiniones


hasta ahí, sino que se recibió una participación más relativa a otro vínculo
establecido que comúnmente no se vislumbra mucho en este tema de la
responsabilidad afectiva:
40

• "El poder más o menos entender desde estas habilidades que podemos tener
dentro de la responsabilidad afectiva, también lo podemos aplicar con
nuestros (…) compañeros animales" (participante 3, grupo focal 3).

El constante cambio y movimiento que van teniendo los diferentes vínculos


que se establecen, es lo que va generando la consideración de un mayor abanico
de formas de relacionarse, sea entre personas o, como se nota en la última cita,
también hacia otros seres vivos, lo cual dota al tema de responsabilidad afectiva de
dimensiones adicionales a las que tradicionalmente se tienen contempladas. Algo
importante por recalcar es que se demostró la atención que han tenido las y los
participantes con este tema, ya que reflexionaron acerca de la constante centralidad
que la información disponible de la responsabilidad afectiva les da a los vínculos
amorosos y es casi nula la que se presenta hacia otras esferas.

5.1.4. Indicadores de responsabilidad afectiva

Por otra parte, se indagó en torno a las conductas, actitudes o señales que, desde
el punto de vista de las personas participantes, se puede interpretar que las demás
personas con quienes interactúan, o incluso ellas y ellos mismos, ponen en práctica
su responsabilidad afectiva. Al respecto, ofrecieron ejemplos de estas situaciones
en distintas esferas, desde la de los vínculos amorosos, hasta no definir alguna en
específico:

• "La no repetición cuando ya hablaste con esa persona; que no vuelva a hacer
lo que tú ya le dijiste que no te gusta" (participante 5, grupo focal 1);
• "También yo creo que se vería con esta parte de los límites que se establecen
en las relaciones. Cuando también dices tus necesidades y se establecen
acuerdos" (participante 8, grupo focal 1);
• "Al final de cuentas es crear una especie de consenso en el que ambos
podamos lograr la satisfacción de nuestras necesidades afectivas, amorosas,
sexuales, de todo tipo, pero siempre preguntando, no dando por hecho, no
imponiendo" (participante 3, grupo focal 1);
41

• "Creo que la honestidad y sobre todo el darse el tiempo de hablarlo, ayuda


muchísimo" (participante 6, grupo focal 2);
• "El poder reconocer que realmente te equivocaste al decir algo, que
realmente lastimaste a otra persona..." (participante 3, grupo focal 3);
• "Cuando te pones en esa postura neutra, (…), puedes ver todas las vertientes
de la situación, ¿no?, y posicionarte, y poder entender, eh, la complejidad de
la situación o de la problemática" (participante 3, grupo focal 3);
• "Se debería de entrenar de que (sic) la empatía, que la comunicación, que la
escucha, tener conciencia de los actos…" (participante 4, grupo focal 3).

Aunado a los ejemplos ilustrados, es importante reconocer que, nuevamente,


ante la falta de un criterio único respecto a lo que constructos como responsabilidad
afectiva ofrecen hacia las personas, cada quien puede tener sus propias
consideraciones respecto a lo que indica o no poner en práctica esta
responsabilidad, por lo que hacer una lista de las mismas puede ser un trabajo
amplio.

Destaca entre lo mencionado aquellas opiniones que consideran como


acciones importantes que reflejan la responsabilidad afectiva a la comunicación
efectiva y asertiva, el cuidado mutuo, la puesta en marcha de límites en el accionar,
la atención, la empatía, la confianza, el respeto y la iniciativa que se tenga respecto
a cambiar ciertas condiciones del propio comportamiento. Así, categorizar estos
aspectos no fue tarea sencilla debido a la diversidad de opiniones, pero al mismo
tiempo es una situación que enriquece el trabajo por las múltiples pistas que otorga
para un mejor entendimiento de la responsabilidad afectiva.

5.1.5. Consecuencias positivas de la responsabilidad afectiva y negativas de


no ponerla en práctica

En cuanto al efecto que puede traer consigo la incorporación de la responsabilidad


afectiva a la vida cotidiana o las consecuencias de no hacerlo, se recibieron
comentarios respecto a la esfera personal, aunque también en consideración con
las otras personas que se interactúan y cómo se ve reflejada esta situación en los
42

vínculos mismos, así como acerca de los sentires cuando hay y cuando no hay
responsabilidad entre las personas. Respecto a la práctica de la responsabilidad
afectiva y sus efectos se comentó, como ejemplos, lo siguiente:

• "Siento que, al ejercer esta parte de la responsabilidad afectiva, tanto de mi


lado como de las otras personas, pues me ha traído como más tranquilidad"
(participante 4, grupo focal 1);
• "Otra cosa que siento cuando soy y son responsables afectivamente
conmigo, sería la seguridad porque se crea como (…) yo lo llamo como un
refugio" (participante 8, grupo focal 1);
• "Cuando son responsables conmigo, pues genuinamente me siento amada,
me siento respetada" (participante 1, grupo focal 3);
• "Se siente muy satisfactorio" (participante 5, grupo focal 3);
• "Es muy reconfortante esa parte" (participante 3, grupo focal 3).

Por otra parte, considerando los efectos negativos de una nula práctica de la
responsabilidad afectiva en los vínculos, es importante señalar que se mencionaron
más ejemplos en contraste con los efectos positivos, por lo cual se ofrecen más
citas para ilustrar las que, en consideración de las y los participantes, pueden ser
consecuencias para las personas cuando alguien no es responsable afectivamente:

• "Las consecuencias serían situaciones, sentimientos y emociones


displacenteras en las personas" (participante 8, grupo focal 1);
• "Yo creo que principalmente afecta lo que es la autoestima, tanto (…) de uno
mismo, o también puede afectar la autoestima de la otra persona si nosotros
somos los que no aplicamos la responsabilidad afectiva" (participante 2,
grupo focal 1);
• "Se pueden generar personas muy desconfiadas y muy cerradas
emocionalmente porque se vuelve como un mecanismo de defensa"
(participante 5, grupo focal 1);
43

• "Lo único que terminan haciendo es (…) dañarse a sí mismas y alejar a esos
vínculos o a esas personas que aún tenían acompañándoles" (participante 3,
grupo focal 3);
• "Puede ir desde dañar tu imagen, puede ir desde dañar tus relaciones con
tus seres queridos, con las personas con las que normalmente tratas, con
desconocidos, y puede trascender a conflictos mucho mayores" (participante
5, grupo focal 2);
• "Si no ejerces una buena responsabilidad afectiva en donde sea que te
desenvuelves, va a influir, y va a influir en la persona, va a influir en su salud"
(participante 2, grupo focal 3);
• "Esta falta de responsabilidad, esta falta de empatía puede llevar a la
comisión de delitos" (participante 5, grupo focal 2);
• "Obviamente se siente mal porque nos sentimos lastimadas, porque no nos
tomaron en cuenta" (participante 4, grupo focal 3);
• (Cuando no hay responsabilidad afectiva, debemos…) "aprender a vivir con
ello y no ir a un extremo que a lo mejor ya no me corresponde por arreglar
algo" (participante 1, grupo focal 3).

Al vislumbrar estas y las demás consecuencias potenciales de no ejercer una


responsabilidad afectiva, resalta la importancia que debe tener en los vínculos la
iniciativa para acercarse a este constructo con el fin de evitar lo descrito en las citas
previas. Al mismo tiempo, al ser vínculos en donde se desenvuelven las personas,
es imprescindible no olvidar que no sólo una persona debe ser quien se esfuerce
por conseguir incorporar la responsabilidad afectiva, sino que debe ser una tarea
conjunta entre quienes estén vinculadas y vinculados con el fin de fortalecer su
interacción.

Por lo anterior, el reconocer las necesidades de las personas en los vínculos


es fundamental puesto que permite comprender la postura que se tenga sobre el
vínculo. Asimismo, aquí se toma nota de cómo se modifican los sentimientos de las
personas según haya o no responsabilidad afectiva de por medio en sus distintas
44

relaciones, así como potenciales consecuencias principalmente de la falta de este


constructo.

5.1.6. Adquisición de la responsabilidad afectiva

En cuanto a las modalidades en que la responsabilidad afectiva puede comenzar a


incorporarse, o bien, reforzarse en quienes ya la han practicado antes, se señalaron
principalmente tres vías: la difusión que se haga del concepto, las experiencias
propias y el mantenerse en constante actualización. Respecto a las modalidades de
difusión para la responsabilidad afectiva, se mencionó lo siguiente:

• "Creo que… si se quiere ir desde la raíz tendría que ser en la educación que
dan los padres, la familia, quien eduque a los niños" (participante 8, grupo
focal 1);
• "Yo creo que el primer paso sería informarnos. Informarte constantemente
sobre qué es y cómo se pone en práctica" (participante 8, grupo focal 1);
• "También creo que sería importante como abrir espacios donde las personas
puedan hablar de cómo se sienten, qué están haciendo, cómo lo están
llevando, ¿no?, que exista un acompañamiento porque, más que soltarles
pues la información, es acompañar a las personas para que actúen de una
manera adecuada" (participante 6, grupo focal 1).

Respecto a la segunda modalidad de adquisición de la responsabilidad


afectiva, se hizo alusión a las vivencias personales al interactuar en los vínculos
incorporando este concepto a la práctica. Así, se ejemplifica la opinión de quienes
mencionaron este elemento:

• "Vivenciarlo, sea positiva o negativamente, que lo des o que lo recibas"


(participante 3, grupo focal 3);
• "Yo creo que es más que nada hacer una introspección de uno mismo, de
ver qué es lo que te gusta, qué es lo que te disgusta, cómo quieres que te
traten o cómo exiges que te traten" (participante 2, grupo focal 1);
• "Irlo trabajando poco a poco y saber que es algo en construcción"
(participante 1, grupo focal 3).
45

Finalmente, una paticipación hizo mención del hecho de mantenerse con una
“mente abierta” al momento de establecer vínculos nuevos, esto para evitar
expectativas y fortalecer la responsabilidad afectiva desde el trato directo:

• "Mantener la mente abierta, voy a encontrar todo tipo de personalidades, todo


tipo de personas, entonces, pues no quedarme con la primera impresión.
Darle ahora sí que tiempo al tiempo." (participante 2, grupo focal 3).

Contemplando estos elementos para ser responsables afectivamente, es


relevante remarcar que debe ser desde la actualización constante respecto al tema,
más un seguimiento al propio actuar, que este proceso puede resultar de mejor
manera. Asimismo, va a influir la propia dinámica de los vínculos respecto a cuántas
interacciones nuevas se suman a la vida de las personas y cómo estas se van
desenvolviendo en las distintas esferas de interacción que se tienen.

Un aspecto llamativo que se esbozó fue la relevancia que podría tener la


enseñanza de temas como este por medio de la educación brindada desde la
infancia; sin embargo, al tiempo, también se señaló la dificultad de que esto se lleve
a cabo iniciando por los propios procesos que eso debiera conllevar como, por
ejemplo, la capacitación al personal docente para poder impartir estos contenidos.

5.1.7. Constructos asociados a la responsabilidad afectiva

Finalmente, durante el discurso de quienes participaron en los grupos focales se


hizo mención de algunos otros constructos que pueden ubicarse en estrecha
cercanía a lo que para ellas y ellos representa la responsabilidad afectiva. A saber,
en las citas a continuación enunciadas se mencionan expresa o implícitamente
algunos de ellos:

• "Desde mi perspectiva, sería la escucha activa, que la persona cuando le


comentes cualquier cosa o incluso más que nada cuando son temas
importantes (…) que verdaderamente te esté escuchando lo que dices y pues
tú también" (participante 5, grupo focal 1);
• "Creo que va un poquito de la mano como con la inteligencia emocional,
porque si no eres consciente de lo que te afecta a ti y del cómo estás, no
46

puedes ser consciente de cómo afecta a la, a la otra persona" (participante


6, grupo focal 2);
• "Buscando siempre no sólo nuestro propio bienestar, sino también el del otro"
(participante 6, grupo focal 1);
• "Tiene mucho que ver con la comunicación, saber comunicarse" (participante
5, grupo focal 2)
• "Implica, cuando menos, por ejemplo, el respeto a otra persona" (participante
1, grupo focal 2);
• "Esta cuestión como de la reciprocidad, de no solamente recibas, sino
también da" (participante 6, grupo focal 2);
• "Al hecho de, de ser empático con eso que piensan y sienten" (participante
5, grupo focal 2);
• "Entender el lenguaje del amor del otro y llegar a acuerdos es sano"
(participante 1, grupo focal 3);
• "Decir la verdad muchas veces y hablar con transparencia, honestidad"
(participante 4, grupo focal 3);
• "Tengo que tener cuidado en cómo digo las cosas" (participante 4, grupo
focal 3).

Considerando estos constructos adicionales mencionados, se puede intuir, a


través de los ejemplos brindados, la constante y mutua interacción que hay entre
responsabilidad afectiva y dichos otros constructos, haciendo ver que puede ser una
construcción e implementación de cada una de estas habilidades de forma
colaborativa, de forma que si se tiene alguna puede alcanzarse la práctica de la
otra. Así también, parte de lo mencionado puede vincularse con lo señalado
previamente respecto a indicadores de la presencia de responsabilidad afectiva, ya
que las y los participantes asocian los constructos con el cómo implementarlos en
los vínculos, y es en el actuar de las personas que se identifica una intersección
entre estas categorías.

En síntesis, estos mencionados conceptos resultaron de interés para la


presente investigación por el potencial rol, ya esbozado, y respecto a los aportes
47

que pueden tener hacia el desarrollo afectivo de las personas que ponen esto en
práctica. Teniendo este panorama a la vista, es destacable mencionar que la
definición de la responsabilidad afectiva tiene muchos elementos que señalar, lo
cual lejos de ser algo negativo dota al análisis de las relaciones interpersonales de
oportunidades para apreciar estos elementos llevados a la práctica.

5.2. Propuesta de definición y abordaje de responsabilidad afectiva

Una vez mostrados los temas que resultaron del análisis de la información vertida
en los tres grupos focales, y al contemplar aquella información compartida en las
opiniones de quienes participaron, es factible proponer una definición respecto a
cómo abordar el concepto de responsabilidad afectiva, sin dejar de lado que esta
podría seguir construyéndose; es decir, no es limitativa.

En este sentido, es relevante mencionar que la percepción en torno a la


responsabilidad afectiva, luego de analizar la opinión de las y los participantes, se
da como un metaconstructo, esto es, que con este concepto se retoman y ponen en
práctica algunos otros adicionales que tienen relación con las relaciones
interpersonales en distintas esferas. Es así que no se visualiza a la responsabilidad
afectiva como sinónimo de estos, sino que los incluye y, hasta cierto punto, los
agrupa en el marco de las relaciones establecidas.

Así, responsabilidad afectiva se propone definirla como la capacidad de


establecer vínculos positivos con otras personas donde se da un intercambio de
expectativas, valores y acuerdos que giren en torno a las relaciones y se valore la
opinión de una y otra persona involucrada, por lo que es una construcción que parte
desde la disposición individual y se puede alcanzar al incursionar con otras
personas. Asimismo, conlleva que, al implementar las personas esta
responsabilidad en sus vínculos familiares, amorosos, de amistad, laborales y
escolares, se tenga la capacidad de respetar a las y los otros, ejerciendo
honestidad, asertividad, empatía, además de buscar el bienestar mutuo y mediando
las interacciones con inteligencia emocional para que les permita guiar su actuar.
Igualmente, la responsabilidad afectiva implica establecer una comunicación sólida
48

entre las personas del vínculo, lo que conlleva un compromiso hacia la escucha de
las necesidades de las y los otros. Aunado a ello, al establecerse afectos en los
vínculos, implica el cuidar los sentires ajenos al igual que los propios, alcanzando
aspectos como las expresiones o lenguajes de amor y el cómo establecer cada uno
mediante acercamientos constantes.

Respecto a los diferentes vínculos de interacción en que la responsabilidad


afectiva se ve inmersa, como ya se vislumbró, destacan, por la cercanía, la familia,
los vínculos amorosos (contemplando la diversidad relacional), al igual que los
grupos de amigas y amigos. Asimismo, en relaciones no tan cercanas, esta
responsabilidad puede verse implicada también en los equipos de trabajo más
próximos, así como en los espacios escolares en que se interactúe.

La responsabilidad afectiva, por otra parte, es una habilidad que permite que
los vínculos que se establezcan puedan ser conducidos con miras a un desarrollo
de todas las personas implicadas, así como que las relaciones formadas sean sanas
y se vean fortalecidas. Igualmente, que los sentires derivados de la interacción sean
agradables, lo cual dé pie a una valoración positiva de uno/a mismo/a y de las
demás personas. En cuanto a las actitudes, acciones o rasgos que den cuenta de
que la responsabilidad afectiva se está ejerciendo, se pueden considerar aquellas
que directamente denoten que los constructos mencionados como respeto,
honestidad, empatía, asertividad, etc., se están llevando a cabo. Asimismo, entre
las personas que conformen el vínculo se debe procurar transitar hacia una mejora
en todo aspecto, desde lo personal y hasta en conjunto.

Por su parte, si en los vínculos o incluso en alguna sola persona hay ausencia
de responsabilidad afectiva, los efectos negativos pueden sentirse no solamente en
quienes no son responsables, por ejemplo, con la pérdida de otras personas que
les rodean; sino también se afecta a las personas con quienes se interactúa, ya que
pueden omitirse sus sentires y pensares al respecto del vínculo, así como no tomar
en cuenta sus emociones, afectos u opiniones, lo que desemboca en una
desvaloración personal.
49

Habida cuenta de lo anterior, es prioritaria la adquisición o fortalecimiento de


la práctica de la responsabilidad afectiva en los distintos vínculos que se tengan.
Esto, si bien puede no ser tarea fácil al comienzo, puede ser suficiente con ir
teniendo acercamientos progresivos por distintos medios como las redes sociales,
conversaciones con otras personas, informarse en distintas fuentes de información,
hasta el hecho de comenzar a incorporar esta responsabilidad y, mediante la
vivencia, irla moldeando en función de las necesidades que se tengan en los
distintos vínculos, por lo cual se requiere una constante introspección.

5.3. Propuesta de escala de medición de la responsabilidad afectiva

Una vez construida la definición de responsabilidad afectiva a raíz de la información


de los grupos focales, se elaboró una propuesta de instrumento de medición de este
constructo. Dicho instrumento, si bien aún tiene pendiente el proceso de validación,
tiene como fin mostrar la concreción de la información obtenida y que esta se vea
representada mediante una escala para valorar su presencia o ausencia en los
vínculos de quienes la respondan.

Al respecto, esta escala se integra por cinco dimensiones, las cuales


corresponden con los diferentes vínculos mencionados en la definición presentada,
y de cada una se indagan aspectos que representan la incorporación de la
responsabilidad afectiva a las relaciones establecidas.

Aunado a ello, la escala se conforma por 60 reactivos totales, 12 para cada


dimensión. Por su parte, respecto a la escala de respuesta, debido a la estructura
de los enunciados como afirmaciones en sentido positivo y negativo, se eligió el tipo
de respuesta Likert de cuatro opciones: 1. Completamente en desacuerdo, 2. En
desacuerdo, 3. De acuerdo, 4. Completamente de acuerdo.

De los 60 reactivos que conforman la escala, 20 de ellos se encuentran


enunciados como afirmaciones en sentido negativo, por lo que en un eventual
análisis deberían recodificarse sus valores obtenidos en las respuestas en función
de la escala Likert mencionada previamente. Hecho esto, un puntaje alto (máximo
240) obtenido en la escala, indicaría la presencia de la responsabilidad afectiva en
50

los vínculos de la persona. Por su parte, a medida que el puntaje disminuya, sería
indicativo de la falta de responsabilidad afectiva en algunas de las esferas.

La tabla de especificaciones de la escala, nombrada “Escala de Medición de


la Responsabilidad Afectiva (EMRA)”, aunada a las definiciones de cada dimensión
y la fracción asignada a cada una en función del instrumento completo pueden
observarse en la sección de apéndices (Ver Apéndice F). Asimismo, en la misma
sección puede consultarse la propuesta de la escala de medición con todos los
reactivos que la conforman (Ver Apéndice G).

En síntesis, una vez observada la concreción del análisis de resultados y su


derivación en la escala propuesta, pueden resaltarse las diferentes etapas de
revisión respecto a la información obtenida; yendo desde la transcripción misma, la
codificación inicial, la categorización por temas y la obtención de los siete temas
finales, para posteriormente elaborar una definición del constructo. Con esto, se
obtiene un acercamiento al tema que se vio potenciado por las múltiples opiniones
de quienes han vivenciado o han visto la falta de la responsabilidad afectiva en sus
diferentes vínculos.
51

6. Conclusiones

Toda vez que se concluyó con el proceso de investigación, se puede dar cuenta de
que el concepto de responsabilidad afectiva se encuentra en camino hacia
afianzarse por parte de las personas que van conociéndolo, lo cual hace necesario
que la Psicología le ponga atención para buscar atender este fenómeno real que
está ocurriendo en los vínculos de la sociedad, al igual que se sistematice su uso
para incorporarlo como una descripción que las personas puedan comprender, al
igual que tomar decisiones en torno a sus vínculos. En el caso particular de esta
investigación, al seleccionar una muestra cuyas edades se pueden ubicar en la
adultez temprana, es de esperarse que algunos de sus vínculos todavía estén en
movimiento, lo cual implica el final de unos y el inicio de otros. De esta manera, la
práctica de la responsabilidad afectiva tiene la posibilidad de incorporarse cada que
se va estableciendo un vínculo diferente, sea del tipo que se mencionó en esta
investigación: familiares, amorosos, de amistad, laborales y escolares.

Retomando los resultados de cada grupo focal realizado, se obtuvieron


similares, aunque con elementos que destacaron más en un grupo que en otro. Por
ejemplo, en el grupo focal conformado únicamente por participantes mujeres
hicieron énfasis en los elementos que conforman a la responsabilidad afectiva, así
como las formas de identificarla en los vínculos, al igual que su ausencia. En el
grupo focal conformado por participantes hombres, reflexionaron en torno al papel
que socialmente se ha atribuido a ellos y cómo esto impacta en el manejo de las
emociones y afectos, al igual que desde su experiencia cómo ven que esto ha
permeado sus propios vínculos. Esta diferencia, más allá de deberse sólo a las
múltiples experiencias vividas, pudiera explicarse desde una visión de género a
través de la historia de mujeres y hombres y cómo se ha esperado que actúen de
determinada forma ante situaciones similares.

Respecto a la responsabilidad afectiva en sí, como se propuso en la


definición del constructo, implica que se lleve a cabo el respeto, honestidad,
comunicación, asertividad, compromiso, etc., sin que esto limite a que sólo estos
elementos deben formar parte, sino que conforme los vínculos se fortalecen y
52

perduran con el tiempo, puede ser necesario tener en consideración más de esos
elementos, por lo cual recobra fuerza la disposición a una mejora constante de parte
de quienes conforman cada vínculo, así como tomando en consideración sus
necesidades y las de la otra u otras personas. En general, los valores y conceptos
mencionados en la definición propuesta se comparten con las definiciones
plasmadas en el marco teórico de este trabajo, con la distinción de que en las
mencionadas no se englobaba en una sola toda la carga de conceptos, así como
todos los vínculos que aquí se delimitaron con el apoyo de las y los participantes.
Asimismo, el considerar, en este trabajo, como un metaconstructo a la
responsabilidad afectiva le da el matiz con respecto a las definiciones extraídas de
redes sociales y otras fuentes, ya que ahí se optaba por un solo camino al haber
una multiplicidad de factores incidentes con esta responsabilidad, permitiendo que
en esta propuesta no sea necesario excluir ningún aspecto importante. Un elemento
más, favorable en comparación con las definiciones identificadas y plasmadas en el
inicio de este escrito, es el que las múltiples opiniones recibidas incluían ciertas
acciones que dan cuenta de que alguien es responsable afectivamente o al
contrario, que no lo es, por lo que la operacionalización de este constructo, aunado
a los diferentes vínculos identificados, llega a ser más preciso y amplio que en las
definiciones breves recuperadas para el marco teórico.

Siguiendo la línea, es importante recordar que no debe suponerse que la


ausencia o falta de responsabilidad afectiva es sinónimo del ejercicio de la violencia.
En algunos casos puede serlo, pero si se generaliza se pierde la sensibilidad y
oportunidad de cambio en las personas al actuar de forma que no es vista como
positiva. Es preciso considerar que hay una construcción constante respecto a la
manera en que la responsabilidad afectiva se presentará en los vínculos, que
depende de todas las personas implicadas. Al final, no sólo lo que ocurra en el
vínculo determina qué es la responsabilidad afectiva, sino también lo hacen
acciones como el equivocarse, ofrecer disculpas e incluso decir adiós y saber
desprenderse de las otras personas si así lo determinan.
53

En cuanto a la propuesta de escala de medición, su establecimiento en las


cinco dimensiones elegidas se dio debido a que dichos vínculos: familiar, amoroso,
de amistad, laboral y escolar, fueron los mayormente mencionados durante los tres
grupos focales, dejando ver la relevancia tanto de la presencia de la responsabilidad
afectiva en estos entornos, como también la importancia que implica hacia cada
quien el hecho de relacionarse con las personas de estas esferas. En ese sentido,
de alcanzarse puntajes altos en la respuesta a la escala no debe considerarse que
ya no hay trabajo por hacer; sino al contrario, se debe procurar mantener esta
conducta en la medida de lo posible y acrecentarla si es el caso.

Para quienes al responder la escala o al hacer introspección consideraran no


poseer responsabilidad afectiva, no debe ser motivo de desilusión, sino más bien
esto puede representar una oportunidad de mejora para que la propia persona y con
quienes se relacione se encuentren en bienestar y en plenitud respecto al vínculo
establecido. Asimismo, además de la escala poder funcionar como autodiagnóstico
o búsqueda de introspección, podría servir para identificar cómo individualmente se
recibe la responsabilidad afectiva por parte de otras personas con quienes se tienen
vínculos establecidos. Lo anterior, además, podría resultar de importancia para
poder detectar, si fuera el caso, algunas situaciones de violencia ejercidas dentro
de los vínculos de interacción.

Por su parte, así como las redes sociales tuvieron ese foco para comenzar
con el esparcimiento de la información relativa a la responsabilidad afectiva, se
esperaría que nuevas vías de difusión se empiecen a incorporar, tal como las y los
participantes lo mencionaron; por ejemplo, abrir espacios para dialogar y construir
en torno a la responsabilidad afectiva, que se considere en la educación desde
temprana edad de las personas y, lo más importante, que se normalice la necesidad
de su presencia en todo vínculo establecido, pero fundamentalmente en aquellos
donde se involucran los afectos y emociones de cada quien.

Finalmente, y a título personal, es necesario mencionar que durante este


trabajo hubo momentos de aparente complicación por los pequeños obstáculos que
surgían, comenzando por el hecho de que no hay suficiente información de fuentes
54

especializadas respecto al tema, por lo cual la elaboración del marco teórico no


siguió una línea convencional de retomar investigaciones y conceptualizaciones
previas con el fin de contrastarlas con la presente. Lo anterior, sin embargo, a la
postre sirvió como un motivo adicional para continuar indagando respecto al tema
y, de cierta manera, intentar acercar este conocimiento generado hacia la mayor
cantidad posible de personas que se interesen por la responsabilidad afectiva, así
como teorizar desde la Psicología e incorporar estos elementos de reciente uso
cotidiano, para entenderlo y utilizarlo en las intervenciones disciplinares.
55

7. Recomendaciones

Es importante reiterar que esta investigación se realizó considerando en la muestra


únicamente a estudiantes de licenciatura; sin embargo, en caso de retomarse la
presente, se recomienda indagar en estudiantes de otros niveles educativos para
conocer si dista o no la consideración en torno a la responsabilidad afectiva según
los años transcurridos en la educación. Así también, otro enfoque interesante del
concepto podría darse en personas no estudiantes, con el fin de contrastar si el
curso actual de la educación tiene incidencia o no en el conocimiento e
incorporación de este concepto al ejercicio cotidiano.

Por otra parte, en una segunda recomendación, se sugiere que se consideren


a diferentes generaciones de personas, tomando en cuenta los grupos de edades
existentes, esto para hacer un contraste respecto a si el conocimiento, la práctica y
la aceptación de la responsabilidad afectiva se ve determinada en función de las
edades y contextos propios de las personas. Asimismo, se recomienda continuar
investigando con diversidad en las personas de la muestra seleccionada respecto a
género, orientación sexual, identidad de género, más la diversidad relacional.

Acerca de la escala de medición propuesta, en caso de tener el interés de


precisar el concepto en cada vínculo, se pueden elaborar escalas de
responsabilidad afectiva para cada uno de ellos, lo que puede visibilizar con mayor
detalle cómo se da esta responsabilidad con cada una de las personas que
conforman cada vínculo.

Finalmente, toda sugerencia proveniente desde las experiencias personales


de quienes participen en torno a la definición de responsabilidad afectiva, sus
entornos de intervención, indicadores de presencia, constructos con que se
relaciona, etc., debe ser tomada en cuenta y sumamente valorada ya que, como
pudo notarse en esta investigación, es precisamente de todas esas opiniones
recibidas que logró establecerse una definición del constructo e incluso la
construcción de un instrumento de medición, por lo que ningún comentario debe
dejarse de lado.
56

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61

Apéndices

Apéndice A. Ejemplo de correo de invitación a participar en un grupo focal.


62

Apéndice B. Carta de consentimiento informado enviada a las y los


participantes.
63

Apéndice C. Nodos de categorías temáticas del grupo focal 1, derivados del


análisis en Atlas.ti
Apéndice C.1. Categoría temática 1 “Formas de conocer la responsabilidad
afectiva” (grupo focal 1).
64

Apéndice C.2. Categoría temática 2 “Consideraciones en torno a la definición


de responsabilidad afectiva” (grupo focal 1).
65

Apéndice C.3. Categoría temática 3 “Ámbitos de intervención de la


responsabilidad afectiva” (grupo focal 1).
66

Apéndice C.4. Categoría temática 4 “Indicadores de responsabilidad afectiva”


(grupo focal 1).
67

Apéndice C.5. Categoría temática 5 “Consecuencias positivas de la


responsabilidad afectiva” (grupo focal 1).
68

Apéndice C.6. Categoría temática 6 “Consecuencias de la falta de


responsabilidad afectiva” (grupo focal 1).
69

Apéndice C.7. Categoría temática 7 “Adquisición de la responsabilidad


afectiva (grupo focal 1).
70

Apéndice C.8. Categoría temática 8 “Constructos asociados con la


responsabilidad afectiva” (grupo focal 1).
71

Apéndice D. Nodos de categorías temáticas del grupo focal 2, derivados del


análisis en Atlas.ti
Apéndice D.1. Categoría temática 1 “Formas de conocer la responsabilidad
afectiva” (grupo focal 2).
72

Apéndice D.2. Categoría temática 2 “Consideraciones en torno a la


responsabilidad afectiva” (grupo focal 2).
73

Apéndice D.3. Categoría temática 3 “Vínculos donde interviene la


responsabilidad afectiva” (grupo focal 2).
74

Apéndice D.4. Categoría temática 4 “Indicadores de responsabilidad afectiva”


(grupo focal 2).
75

Apéndice D.5. Categoría temática 5 “Consecuencias de la falta de


responsabilidad afectiva” (grupo focal 2).
76

Apéndice D.6. Categoría temática 6 “Constructos asociados a responsabilidad


afectiva” (grupo focal 2).
77

Apéndice E. Nodos de categorías temáticas del grupo focal 3, derivados del


análisis en Atlas.ti
Apéndice E.1. Categoría temática 1 “Aproximaciones a la responsabilidad
afectiva” (grupo focal 3).
78

Apéndice E.2. Categoría temática 2 “Constructo de responsabilidad afectiva”


(grupo focal 3).
79

Apéndice E.3. Categoría temática 3 “Vínculos donde interviene la


responsabilidad afectiva” (grupo focal 3).
80

Apéndice E.4. Categoría temática 4 “Indicadores de responsabilidad afectiva”


(grupo focal 3).
81

Apéndice E.5. Categoría temática 5 “Sentires asociados a la responsabilidad


afectiva” (grupo focal 3).
82

Apéndice E.6. Categoría temática 6 “Consecuencias de falta de


responsabilidad afectiva” (grupo focal 3).
83

Apéndice E.7. Categoría temática 7 “Adquisición de la responsabilidad


afectiva” (grupo focal 3).
84

Apéndice E.8. Categoría temática 8 “Constructos asociados a la


responsabilidad afectiva” (grupo focal 3).
85

Apéndice F. Tabla de especificaciones de la Escala de Medición de la


Responsabilidad Afectiva (EMRA).

Constructo a evaluar: Responsabilidad afectiva (RA)


Instrumento:
Escala de Medición de la Responsabilidad Afectiva (EMRA)
Objetivo general de medición:
Conocer la forma en que se relacionan las personas en sus diferentes círculos sociales, como son los vínculos familiares,
de amistad, amorosos, de trabajo y escolares.
Definición de responsabilidad afectiva:
Capacidad de establecer vínculos positivos con otras personas donde se da un intercambio de expectativas, valores y
acuerdos que giren en torno a las relaciones y se valore la opinión de una y otra persona involucrada, por lo que es una
construcción que parte desde la disposición individual y se puede alcanzar al incursionar con otras personas. Asimismo,
conlleva que, al implementar las personas esta responsabilidad en sus vínculos familiares, amorosos, de amistad,
laborales y escolares, se tenga la capacidad de respetar a las y los otros, ejerciendo honestidad, asertividad, empatía,
además de buscar el bienestar mutuo y mediando las interacciones con inteligencia emocional para que les permita guiar
su actuar. Igualmente, la responsabilidad afectiva implica establecer una comunicación sólida entre las personas del
vínculo, lo que conlleva un compromiso hacia la escucha de las necesidades de las y los otros. Aunado a ello, al
establecerse afectos en los vínculos, implica el cuidar los sentires ajenos al igual que los propios, alcanzando aspectos
como las expresiones o lenguajes de amor y el cómo establecer cada uno mediante acercamientos constantes.
Cantidad Porcentaje que
Definición conceptual de la dimensión de representa de
reactivos la escala

Dimensión 1: responsabilidad afectiva en vínculos familiares

Capacidad de establecer vínculos positivos con otras personas donde se da un


intercambio de expectativas, valores y acuerdos que giren en torno a las relaciones y
se valore la opinión de una y otra persona involucrada, por lo que es una construcción
que parte desde la disposición individual y se puede alcanzar al incursionar con otras
personas. Asimismo, conlleva que, al implementar las personas esta responsabilidad
en sus vínculos familiares, se tenga la capacidad de respetar a las y los otros,
ejerciendo honestidad, asertividad, empatía, además de buscar el bienestar mutuo y
12 20%
mediando las interacciones con inteligencia emocional para que les permita guiar su
actuar. Igualmente, la responsabilidad afectiva implica establecer una comunicación
sólida entre las personas del vínculo, lo que conlleva un compromiso hacia la escucha
de las necesidades de las y los otros. Aunado a ello, al establecerse afectos en los
vínculos, implica el cuidar los sentires ajenos al igual que los propios, alcanzando
aspectos como las expresiones o lenguajes de amor y el cómo establecer cada uno
mediante acercamientos constantes.
86

Dimensión 2: responsabilidad afectiva en vínculos amorosos

Capacidad de establecer vínculos positivos con otras personas donde se da un


intercambio de expectativas, valores y acuerdos que giren en torno a las relaciones y
se valore la opinión de una y otra persona involucrada, por lo que es una construcción
que parte desde la disposición individual y se puede alcanzar al incursionar con otras
personas. Asimismo, conlleva que, al implementar las personas esta responsabilidad
en sus vínculos amorosos, se tenga la capacidad de respetar a las y los otros,
ejerciendo honestidad, asertividad, empatía, además de buscar el bienestar mutuo y
12 20%
mediando las interacciones con inteligencia emocional para que les permita guiar su
actuar. Igualmente, la responsabilidad afectiva implica establecer una comunicación
sólida entre las personas del vínculo, lo que conlleva un compromiso hacia la escucha
de las necesidades de las y los otros. Aunado a ello, al establecerse afectos en los
vínculos, implica el cuidar los sentires ajenos al igual que los propios, alcanzando
aspectos como las expresiones o lenguajes de amor y el cómo establecer cada uno
mediante acercamientos constantes.

Dimensión 3: responsabilidad afectiva en grupos de amigas y amigos

Capacidad de establecer vínculos positivos con otras personas donde se da un


intercambio de expectativas, valores y acuerdos que giren en torno a las relaciones y
se valore la opinión de una y otra persona involucrada, por lo que es una construcción
que parte desde la disposición individual y se puede alcanzar al incursionar con otras
personas. Asimismo, conlleva que, al implementar las personas esta responsabilidad
en sus vínculos de amistad, se tenga la capacidad de respetar a las y los otros,
ejerciendo honestidad, asertividad, empatía, además de buscar el bienestar mutuo y
12 20%
mediando las interacciones con inteligencia emocional para que les permita guiar su
actuar. Igualmente, la responsabilidad afectiva implica establecer una comunicación
sólida entre las personas del vínculo, lo que conlleva un compromiso hacia la escucha
de las necesidades de las y los otros. Aunado a ello, al establecerse afectos en los
vínculos, implica el cuidar los sentires ajenos al igual que los propios, alcanzando
aspectos como las expresiones o lenguajes de amor y el cómo establecer cada uno
mediante acercamientos constantes.

Dimensión 4: responsabilidad afectiva en equipos de trabajo

Capacidad de establecer vínculos positivos con otras personas donde se da un


intercambio de expectativas, valores y acuerdos que giren en torno a las relaciones y
se valore la opinión de una y otra persona involucrada, por lo que es una construcción
que parte desde la disposición individual y se puede alcanzar al incursionar con otras 12 20%
personas. Asimismo, conlleva que, al implementar las personas esta responsabilidad
en sus vínculos laborales, se tenga la capacidad de respetar a las y los otros,
ejerciendo honestidad, asertividad, empatía, además de buscar el bienestar mutuo y
87

mediando las interacciones con inteligencia emocional para que les permita guiar su
actuar. Igualmente, la responsabilidad afectiva implica establecer una comunicación
sólida entre las personas del vínculo, lo que conlleva un compromiso hacia la escucha
de las necesidades de las y los otros. Aunado a ello, al establecerse afectos en los
vínculos, implica el cuidar los sentires ajenos al igual que los propios, alcanzando
aspectos como las expresiones o lenguajes de amor y el cómo establecer cada uno
mediante acercamientos constantes.

Dimensión 5: responsabilidad afectiva en el espacio escolar

Capacidad de establecer vínculos positivos con otras personas donde se da un


intercambio de expectativas, valores y acuerdos que giren en torno a las relaciones y
se valore la opinión de una y otra persona involucrada, por lo que es una construcción
que parte desde la disposición individual y se puede alcanzar al incursionar con otras
personas. Asimismo, conlleva que, al implementar las personas esta responsabilidad
en sus vínculos escolares, se tenga la capacidad de respetar a las y los otros,
ejerciendo honestidad, asertividad, empatía, además de buscar el bienestar mutuo y
12 20%
mediando las interacciones con inteligencia emocional para que les permita guiar su
actuar. Igualmente, la responsabilidad afectiva implica establecer una comunicación
sólida entre las personas del vínculo, lo que conlleva un compromiso hacia la escucha
de las necesidades de las y los otros. Aunado a ello, al establecerse afectos en los
vínculos, implica el cuidar los sentires ajenos al igual que los propios, alcanzando
aspectos como las expresiones o lenguajes de amor y el cómo establecer cada uno
mediante acercamientos constantes.
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Apéndice G. Escala de Medición de la Responsabilidad Afectiva (EMRA).

Escala de Medición de la Responsabilidad Afectiva (EMRA)


Objetivo: La presente escala tiene por objetivo conocer la forma en que se relacionan las personas en sus
diferentes círculos sociales, como son los vínculos familiares, amorosos, de amistad, laborales y escolares. La
escala se integra por afirmaciones, las cuales, se pretende, sean respondidas mediante alguna de las opciones
ofrecidas con base en la forma en que regularmente se actúa en dichos vínculos.

La escala de respuestas considerada es:


1. Completamente en desacuerdo
2. En desacuerdo
3. De acuerdo
4. Completamente de acuerdo

Responde con honestidad a cada afirmación según la escala presentada señalando con una “x” en la casilla
correspondiente. Las respuestas son confidenciales para cada caso y con un fin meramente de investigación.

Reactivos 1 2 3 4

Responsabilidad afectiva en vínculos familiares

1. Cuando convivo con integrantes de mi familia lo hago respetándoles.

2. Soy honesta/o cuando les cuento algo a mis familiares.

3. Cuando mi mamá o papá me cuenta una situación, le tomo poca


importancia a lo que me dicen.

4. Digo lo que opino a mi familia de manera respetuosa.

5. Busco que mis familiares y yo nos sintamos en bienestar.

6. Si surge una discusión familiar, digo las cosas sin pensarlo.

7. Escucho atentamente las necesidades de las/os integrantes de mi


familia.

8. Expreso mis opiniones de manera clara con mi familia.

9. Recibo las muestras de afecto de mis familiares.

10. Mis familiares se sienten queridas/os por mí a partir de mis acciones.

11. Si mis familiares me comentan algo que les molesta sobre mi


persona, me disgusto y les dejo de hablar por un tiempo.
89

12. Me importa saber cómo se siente emocionalmente cada integrante de


mi familia.

Responsabilidad afectiva en vínculos amorosos

1. Respeto a la/s persona/s con quien/es tengo algún vínculo amoroso,


aunque no esté/n presente/s conmigo.
2. Cuando le cuento algo a mi/s vínculo/s amoroso/s, omito algunos
detalles sobre mi comportamiento.

3. Muestro empatía hacia lo que le ocurre a mi/s vínculo/s amoroso/s.

4. Me parece importante llegar a acuerdos con mi/s vínculo/s amoroso/s.

5. Me cuesta trabajo que mi/s vínculo/s amoroso/s y yo estemos en


bienestar luego de algún desacuerdo.
6. Cuando estoy molesta/o, desquito mi sentir con mi/s vínculo/s
amoroso/s.
7. Escucho con atención lo que mi/s vínculo/s amoroso/s tienen que
decirme.
8. Intento ser lo más clara/o posible cuando expreso mis opiniones a mi/s
vínculo/s amoroso/s.

9. Soy abierta/o a recibir los afectos de mi/s vínculo/s amoroso/s.

10. Tengo certeza de que mi/s vínculo/s amoroso/s se siente/n querido/s


por mí a partir de mis acciones.
11. Cuando un acuerdo no es cumplido por mi/s vínculo/s amoroso/s, me
molesto y no hago nada por aclarar la situación.

12. Me importa conocer el sentir emocional de mi/s vínculo/s amoroso/s.

Responsabilidad afectiva en grupos de amigas y amigos

1. Hablo respetuosamente de mis amistades, aunque no estén presentes


en ese momento.

2. Soy hiriente en las opiniones que digo hacia mis amistades.

3. Cuando mis amistades me cuentan de un suceso difícil, lo tomo a la


ligera.
4. Me cuesta trabajo ser honesta/o cuando tengo algún desacuerdo con
mis amistades.

5. Considero importante que mis amistades y yo estemos en bienestar.

6. Cuando convivo con mis amistades trato de mostrarles si me siento


tranquila/o.
90

7. Escucho atentamente cuando mis amistades me cuentan sus sentires y


pensares.
8. Intento que se comprenda fácilmente lo que tengo que decir a mis
amistades.

9. Muestro apertura a recibir muestras de afecto de mis amistades.

10. Tengo dudas de que mis amistades se sienten queridas/os por lo que
hago por ellas/os.
11. Cuando hay algún conflicto con mis amistades, las/os ignoro por unas
horas.

12. Le pregunto a mis amistades acerca de su estado emocional.

Responsabilidad afectiva en equipos de trabajo

1. Me expreso respetuosamente acerca del desempeño de las personas


de mi equipo de trabajo.
2. Soy honesta/o cuando opino respecto al actuar de alguien de mi equipo
de trabajo.
3. Me cuesta ser empática/o cuando alguien de mi equipo de trabajo
atraviesa por el fallecimiento de un ser querido.
4. Soy constructivo con mis comentarios acerca del producto de alguien
de mi equipo de trabajo.
5. Considero que es prioritario que las personas de mi equipo de trabajo
nos encontremos en bienestar.
6. Si algún producto en mi trabajo no sale como se esperaba, busco a
quien culpar antes que asumir mi responsabilidad.
7. Cuando alguien de mi trabajo me cuenta una situación personal,
escucho sin estar muy atenta/o.
8. Cuando debo hacer comentarios en mi trabajo, hago lo posible por
expresarme con claridad.
9. Me muestro abierta/o a que se establezca un ambiente afectivo entre
las personas de mi equipo de trabajo.
10. Considero que las personas de mi equipo de trabajo se sienten
apreciadas por mí.
11. Me cuesta que mi comportamiento con las personas de mi trabajo sea
pacífico.
12. Indago respecto a cómo se sienten emocionalmente las personas de
mi equipo de trabajo.
91

Responsabilidad afectiva en el espacio escolar

1. Muestro respeto cuando opino acerca del desempeño de mis


compañeras/os.
2. Soy honesta/o al evaluar el desempeño de mis compañeras/os de
equipo.
3. Me muestro cerrada/o cuando algún/a compañero/a me cuenta un
problema que le impide colaborar en equipo.
4. Opino constructivamente cuando se me pide retroalimentar el
desempeño en la exposición de alguien.
5. Creo importante que las/os compañeros y yo nos sintamos en
bienestar conviviendo unas/os con otras/os.
6. Si algún proyecto en equipo no sale como se esperaba, culpo
únicamente a las/os demás.
7. Escucho con poco interés las opiniones que mis compañeras/os
mencionan respecto a mi desempeño.
8. Trato de que mis opiniones al trabajar en equipo se entiendan sin
dificultades.
9. Tengo disposición a generar un ambiente afectuoso entre mis
compañeras/os.
10. Pienso que mis compañeras/os perciben el aprecio que siento por
ellas/os.
11. Pretendo que mi comportamiento con mis compañeras/os sea pacífico
en todo momento.
12. Tengo desinterés por saber cómo se sienten emocionalmente mis
compañeras/os.

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