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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD

8/2015
PROMOVENTE: COMISIÓN NACIONAL
DE DERECHOS HUMANOS

VISTO BUENO
SR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
COTEJÓ
SECRETARIO: MIGUEL ANTONIO NÚÑEZ VALADEZ

Ciudad de México. El Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, en sesión correspondiente al doce de marzo de dos mil diecinueve,
emite la siguiente:

SENTENCIA

Mediante la cual se resuelve la acción de inconstitucionalidad 8/2015,


promovida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos en contra de
diversas disposiciones del Código de Justicia Especializada para
Adolescentes del Estado de Michoacán de Ocampo.

I. ANTECEDENTES Y TRÁMITE DE LA DEMANDA

1. Presentación de la demanda. El veintiséis de enero de dos mil quince,


mediante escrito presentado en la Oficina de Certificación Judicial y
Correspondencia de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, el
representante de la aludida comisión promovió una acción de
inconstitucionalidad en contra de los artículos 8, fracción XIV, 11, fracciones
XIX y XX, 23, fracciones VI y VII, 24, 28, 33, último párrafo, 42, último párrafo,
50, 56, 85, 113, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121, 122, 123 y 124, todos
del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de
Michoacán de Ocampo, publicados a través del Decreto número 472 el
veintiséis de diciembre de dos mil catorce en el Periódico Oficial del Gobierno
Constitucional del Estado de Michoacán de Ocampo.

2. En estas disposiciones, por una parte, se regula la definición de víctima para


efectos de la ley (artículo 8), se establece la medida disciplinaria de
aislamiento en caso que sea estrictamente necesario para evitar o resolver
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actos de violencia grave y se reconoce el derecho del adolescente aislado a


que se resuelva, de forma breve, la duración de esta medida (artículo 11,
fracciones XIX y XX) y, por otra parte, se prevén las atribuciones y deberes
de los agentes de policía que, en ejercicio de sus funciones, tengan contacto
con niños, niñas y adolescentes (artículos 23, fracciones VI y VII, y 24); la
obligación de poner en libertad a la persona a la que se le imputa la comisión
de un delito en caso de que, en el transcurso del proceso, se compruebe que
ésta es menor de doce años de edad (artículo 33, segundo párrafo); y la
posibilidad de detener en caso de flagrancia y la retención del adolescente
por doce horas en caso de delitos que requieran querella (artículo 42).
Asimismo, se prevén como medidas de sanción diversos grados de
internamiento, definidos como “la privación del derecho a la libertad de
tránsito de adolescentes y adultos jóvenes” y la prestación de servicios a la
comunidad (artículos 28, 56, 85, 113, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121,
122, 123 y 124), así como la regulación del procedimiento frente al Juez de
Audiencia Especializado para Adolescentes (artículo 50).

3. Al respecto, se señalaron como preceptos transgredidos los artículos 1°, 11,


14, 16, 18, 19 y 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos (de ahora en adelante la “Constitución General”); 3, 9, 10, 11, 12
y 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; 5, 7, 8 y 11 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; 9, 10, 14 y 17 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y 3, 7, 8, 9, 16, 19, 27, 37 y 40
de la Convención sobre Derechos del Niño.

4. Conceptos de invalidez. En dicha demanda, la comisión accionante explicó


los antecedentes de la ley reclamada, hizo referencia a la oportunidad y
legitimación y al marco jurídico nacional e internacional aplicable en la materia
y, después, expuso sus argumentos de inconstitucionalidad en un apartado
que denominó de “introducción” y en cuatro conceptos de invalidez al tenor
que sigue:

a) Introducción. Como un punto general, la comisión promovente


advierte que existe una falta de claridad en los sujetos a los que va
destinado ese ordenamiento reclamado, ya que al utilizarse

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recurrentemente los términos “niños”, “niñas” o “adultos jóvenes” se


prevén como destinatarios a personas menores de doce años y a
mayores de dieciocho años, cuando en realidad la normatividad se
encuentra destinada únicamente a regular un sistema de naturaleza
especial para los adolecentes (personas entre doce y dieciocho años).
Los menores de doce años (niños o niñas) están exentos de la
responsabilidad penal y las personas que se encuentran entre
dieciocho y veinticinco años (adultos jóvenes) se encuentran más bien
sujetos al sistema penal para adultos. Estos argumentos los relaciona
con lo que va a exponer en su tercer concepto de invalidez.
b) En esta misma sección de la demanda, se hace un resumen sobre qué
artículos y principios constitucionales se vieron transgredidos por los
preceptos cuestionados, razonamientos en los que se abunda en los
siguientes cuatro conceptos de invalidez.
c) PRIMERO. En este apartado se argumenta que el artículo 8, fracción
XIV, del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del
Estado de Michoacán es violatorio de los artículos 1° y 20, apartado C,
fracciones I a VII, de la Constitución General, dado que establece una
definición vaga e imprecisa del concepto de “víctima”. Lo anterior en
razón de que carece de diversos elementos conceptuales que se
establecen sobre dicho concepto en el artículo 4º de la Ley General de
Víctimas (referencia a víctimas directas, indirectas y potenciales).
d) Para la comisión, el código impugnado no regula los supuestos de
víctimas indirectas o potenciales y ni siquiera prevé una definición
completa de lo que debe entenderse como víctima directa,
desprotegiendo a las víctimas indirectas, potenciales y a los grupos,
comunidades u organizaciones sociales que hubieran sido afectadas
en sus derechos, intereses o bienes jurídicos colectivos.
e) Para la promovente, si la Ley General de Víctimas emitida por el
Congreso de la Unión ya definió el concepto de “víctima”, los
Congresos Estatales deben atender a dicha conceptualización e,
incluso, a los aspectos que se regulan en la propia ley. Por ello, a juicio
de la comisión, el hecho de no considerar como víctimas a las regidas
por la legislación general conlleva una privación a esas personas de los
derechos mencionados en la normatividad general y, a su vez, a los

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establecidos para las víctimas en el artículo 20, apartado C, fracciones


I a VII, de la Constitución General, con lo cual no se está garantizando
ni protegiendo los derechos humanos de las víctimas de conformidad
con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad.
f) SEGUNDO. El artículo 11, fracciones XIX y XX, del Código Local
resulta violatorio de los artículos 1° y 18 constitucionales, 5° de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, 3° de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, 10.1 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y 37 de la Convención sobre los Derechos
del Niño.
g) Ello es así, ya que autoriza como medida disciplinaria la aplicación del
aislamiento cuando sea “estrictamente necesario para evitar o resolver
actos de violencia grave, generalizada o amotinamiento en los que el
adolescente o adulto joven esté directamente involucrado”. Desde el
punto de vista de la promovente, tal aislamiento es violatorio de la
dignidad humana, del derecho de integridad personal, física y mental,
de los principios de reintegración social y familiar, de la protección
integral de las personas, del interés superior de los adolescentes, así
como de la prohibición de los tratos crueles e inhumanos.
h) Para apoyar tal postura, la comisión accionante destaca que el artículo
18 constitucional prevé la formación de un sistema integral de justicia
para adolescentes, donde se instituye el derecho de los adolescentes
en internamiento a ser tratados con dignidad, otorgándoseles los
mismos derechos fundamentales que la Constitución General prevé
para los mayores de dieciocho años, así como aquéllos reconocidos a
los menores de edad por su especial condición de personas en
desarrollo.
i) De igual manera enfatiza que diversos tratados internacionales
reconocen y protegen el derecho a la integridad personal y el derecho
a que toda persona privada de su libertad sea tratada humanamente y
con el respeto debido a la dignidad inherente a la persona; lo que se ve
reflejado en la tesis LXIV/2010, del Pleno de esta Suprema Corte, de
rubro: “DERECHOS A LA INTEGRIDAD PERSONAL Y AL TRATO
DIGNO DE LOS DETENIDOS. ESTÁN TUTELADOS

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CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONALMENTE Y SON EXIGIBLES


INDEPENDIENTEMENTE DE LAS CAUSAS QUE HAYAN
MOTIVADO LA PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD”.
j) Bajo esas premisas, se argumenta que la medida de aislamiento,
impuesta como una medida de corrección disciplinaria que implica
apartar a una persona de otras, privándola del acceso a contacto
humano (que se consuma de modo irreparable), ha sido clasificada por
la comunidad internacional como tratos crueles, inhumanos o
degradantes, pues aunque pueda perseguir una finalidad que la
justifique, por sus condiciones, duración y efectos pone, en una
situación de vulnerabilidad a la persona sobre la que se aplica.
k) El aislamiento puede resultar perjudicial para la salud psicológica de
los detenidos y en nada favorece a la reintegración social y familiar,
principios que rigen el sistema integral de justicia para adolescentes.
Además, tal medida no se puede justificar por las necesidades de
seguridad ni por cualquier otro motivo, dado que se opone a la
protección integral e interés superior del adolescente como persona en
desarrollo.
l) Al respecto, se destaca que la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha concluido sobre la práctica de aislamiento que por sí
misma constituye una forma de tratamiento cruel e inhumano, lesiva de
libertad psíquica y moral de la persona. En particular, se transcribe lo
resuelto en el caso Cantoral Benavides vs Perú. Criterios que, a decir
de la promovente, debe ser observado obligatoriamente por todas las
autoridades en los tres órdenes de gobierno del Estado Mexicano. Cita
para su exacta observancia la jurisprudencia P./J. 21/2014 (10a.) de
rubro: “JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. ES VINCULANTE
PARA LOS JUECES MEXICANOS SIEMPRE QUE SEA MÁS
FAVORABLE A LA PERSONA”.
m) Aunado a lo anterior, se aduce que diversos organismos
internacionales, como la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas, el Comité contra la Tortura, el Subcomité para la
Prevención de la Tortura y el Comité de los Derechos del Niño, también
han declarado que el aislamiento solitario debe ser estrictamente

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prohibido al constituir un trato cruel, inhumano y degradante


(razonamientos que también se ve reflejado en las Reglas de las
Naciones Unidas para la Protección de los Menores Privados de
Libertad en sus párrafos 66 y 67). En ese aspecto, se añade que con
la reforma constitucional de diez de junio de dos mil once se estableció
un nuevo bloque de constitucionalidad, así como el principio pro
persona como rector de la interpretación y aplicación de normas
jurídicas; consecuentemente, las autoridades del país deben ejercer ex
officio el control de convencionalidad para aplicar, en sus respectivos
ámbitos competenciales, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y los tratados internacionales en materia de derechos
humanos.
n) TERCERO. Los artículos 23, fracciones VI y VII, 24, 33, último párrafo,
42, último párrafo, y 50 impugnados del Código Local configuran una
violación al principio pro persona, de presunción de inocencia,
presunción de minoridad, así como los derechos de seguridad jurídica
y la libertad personal contenidos en los artículos 1º, 14, 16, 18, 19 y 20
de la Constitución General; 3, 9, 10, 11, 12 y 13 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos; 5, 7, 8 y 11 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos; 9, 14 y 17 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y 40 de la Convención
sobre los Derechos del Niño. Este concepto se divide en tres sub-
apartados.
o) Primer sub-apartado. La promovente alega que los artículos 23,
fracciones VI y VII, 24 y 33, último párrafo, del Código Local permiten
implícitamente la detención de niños e incluso, su retención y
sometimiento a proceso, violando los principios de presunción de
inocencia y de minoridad. De manera preliminar se recalca que el
principio pro persona, previsto en el artículo 1° constitucional, tiene dos
fuentes primigenias: los derechos fundamentales reconocidos en la
misma Constitución y aquéllos establecidos en tratados internacionales
de los que el Estado mexicano es parte. Así, las premisas contenidas
en el artículo 18 constitucional para el sistema integral para
adolescentes se complementan con los derechos contenidos en la
Convención de los Derechos del Niño, reconocidos internacionalmente.

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p) Asimismo, se explica que las normas convencionales (en particular, lo


previsto en la Convención sobre los Derechos del Niño) disponen, por
una parte, que a todo niño del que se alegue que ha infringido o se ha
acusado de infringir las leyes penales se le debe garantizar la
presunción de inocencia y, por otra parte, estipulan la obligación de
establecer una edad mínima antes de la cual se presumirá que los
niños no tienen capacidad para delinquir; en este último supuesto,
tratándose de menores por debajo de la mínima, se dice que hay un
deber de adoptar medidas para tratarlos sin recurrir a procedimientos
judiciales. Al respecto, se detalla que la Constitución General, al
disponer la implementación del sistema integral de justicia para
adolescentes, generó diversas categorías de niños y adolescentes. En
tal categoría de adolescentes, divide en grupos de edad: i) entre doce
y menores de catorce años y ii) de catorce años a menores de
dieciocho. En cambio, las personas menores de doce años quedan
exentas de responsabilidad penal y no pueden ser sujetos del sistema
integral de justicia para adolescentes, sino que únicamente pueden ser
sujetos de asistencia y de habilitación.
q) Con fundamento en lo anterior, la comisión accionante señala que los
artículos impugnados del Código Local permiten –de manera
inconstitucional– la detención de niños y niñas. El artículo 3, en su
fracción IX, define niño o niña como “toda persona menor de doce años
de edad”. Consecuentemente, los artículos 23, fracciones VI y VII, y 24
impugnados convierten a los niños en sujetos del sistema de justicia
para adolescentes. Se insiste, los niños y niñas no pueden estar
contemplados en el código en análisis y menos cuando lo hacen para
disponer que los agentes de policía, en ejercicio de sus funciones,
podrán detener niños alegando un supuesto de flagrancia (artículo 23,
fracción VI); podrán mantenerlos bajo su custodia, en tanto sean
puestos a disposición del Ministerio Público Federal para Adolescentes
(artículo 23, fracción VIII); o podrán obtener grabaciones, filmaciones,
imágenes o cualquier otra información relacionada con niñas o niños
siempre y cuando no lo divulguen (artículo 24).
r) Por su parte, se alega que el artículo 33, último párrafo, impugnado
atenta contra la presunción de minoridad, ya que permite que una

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persona de la que no se tenga certeza sobre su edad sea sometida a


proceso hasta que se compruebe su minoría de edad, poniéndose
hasta entonces en inmediata libertad para que sea devuelta la custodia
de quien legalmente la ejerza o, en su caso, se notifique a las
instituciones dedicadas a la atención de la infancia.
s) Segundo sub-apartado. El artículo 42, último párrafo, reclamado del
Código Local, al prever que cuando se detenga a una persona por un
hecho que requiera querella de parte ofendida será informado
inmediatamente a quien pueda presentarla y, si éste no lo hace en el
término de doce horas siguientes a la detención, el adolescente será
puedo en libertad sin menoscabo que el ministerio público pueda
otorgar la libertad bajo caución, configura una violación al principio pro
persona, de presunción de inocencia, legalidad, así como a las
formalidades esenciales del procedimiento, los derechos a la seguridad
jurídica y a la libertad personal.
t) Partiendo de interpretación de los distintos supuestos constitucionales
de restricción de la libertad personal y de las diferencias entre denuncia
y querella, la comisión concluye que el precepto cuestionado permite
de manera irregular que una persona, entre doce y dieciocho años, sea
detenida y privada de su libertad sin que sean satisfechos los requisitos
de procedibilidad; lo cual implica, a su juicio, que incluso en casos
donde el delito sea perseguible por querella, puede retenerse al
adolescente por doce horas, tiempo en el que se intentará localizar al
afectado para determinar si desea o no prestar formal querella en
contra del presunto adolescente infractor. De igual manera, alude que
el derecho del adolescente a ser informado sin demora y
personalmente sobre las razones por las que se le detiene también es
vulnerado por el artículo impugnado, dado que no se puede informar
de lo que se le acusa porque no existe acusación por quien tiene la
facultad de hacerlo.
u) Asimismo, para la promovente, el artículo impugnado auspicia que la
figura de flagrancia sea aplicable a los delitos perseguibles por querella,
aun cuando técnicamente es admisible sólo para otros delitos. A su vez,
el precepto impugnado decreta arbitrariamente la detención de
adolescentes hasta por doce horas, sin que exista causa justificada,

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priva de la libertad a los adolescentes sin mediar orden de aprehensión


y provoca entonces una detención arbitraria al no requerirse requisito
alguno para llevar a cabo la respectiva detención, atentando contra la
presunción de inocencia.
v) Tercer sub-apartado. Por último, se afirma que el artículo 50
cuestionado del Código Local, en su tercer párrafo, en la parte que
señala que en un plazo máximo de setenta y dos horas se determinará
la libertad o sujeción a proceso del adolescente y que, tal plazo, podrá
prorrogarse hasta por un tiempo igual, resulta violatorio de los artículos
14 y 19 de la Constitución General en tanto que, por un lado, omite
clarificar que esa prórroga sólo podrá ser solicitada por el adolescente
como garantía constitucional y, por otro lado, permite entonces que la
autoridad jurisdiccional de la entidad federativa prorrogue la detención
del adolescente a petición de cualquiera de las partes intervinientes en
el proceso (ministerio público, víctima o juez de oficio), incidiendo en
las formalidades esenciales del procedimiento.
w) CUARTO. Los artículos 28, 56, 85, 113, 114, 115, 116, 117, 118, 119,
120, 121, 122, 123 y 124 del Código Local violentan los principios del
sistema integral de justicia para adolescentes previstos en los artículos
18 constitucional y 40 de la Convención sobre los Derechos del Niño,
ya que otorgan el carácter de pena privativa y no de medidas de
orientación, protección y tratamiento a las medidas de internamiento y
a la sanción consistente en la prestación de servicios a la comunidad.
A decir de la promovente, las normas constitucionales y
convencionales citadas establecen que a los adolescentes sólo pueden
aplicarse medidas de orientación, protección y tratamiento. No
obstante, al señalarse normativamente en Michoacán que la finalidad
de la medida de internamiento es privar de la libertad de tránsito al
adolescente, se provoca un alejamiento con el fin constitucionalmente
legítimo que contempló el constituyente para el sistema integral de
justicia para adolescentes: imponer la medida más benigna posible
entre todas las medidas que reúna la característica de idoneidad.
x) Dicho de otra manera, se sostiene que concebir el internamiento como
una medida restrictiva de la libertad de tránsito de adolescentes y
adultos jóvenes atenta contra las finalidades constitucionales de dicho

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sistema, al tener un fin más punitivo que orientador para el adolescente.


En ese contexto, se destaca que el Tribunal Pleno ha señalado que el
sistema integral de justicia para adolescentes se rige por el principio de
mínima intervención que tiene tres vertientes: i) alternatividad (tratar de
resolverse el menor número de conflictos a nivel judicial en términos
del artículo 40, apartado 3, inciso b), de la Convención sobre los
Derechos del Niño); ii) internación como medida más grave (sólo para
los delitos más graves) y iii) breve término de la medida de
internamiento (tiempo máximo de la medida de internamiento que debe
entenderse como el tiempo necesario e indispensable para lograr el fin
de rehabilitación del adolescente). Criterio que se ve reflejado en la
tesis de rubro: “SISTEMA INTEGRAL DE JUSTICIA PARA
ADOLESCENTES. ALCANCE DEL PRINCIPIO DE MÍNIMA
INTERVENCIÓN, CONFORME AL ARTÍCULO 18 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS”. Para la comisión accionante, estos lineamientos fueron
desatendidos por los preceptos reclamados que prevén la medida de
internamiento.
y) De la misma forma sucede respecto al artículo 85 cuestionado, el cual
prevé la prestación de servicios a la comunidad sin que se fijen los
rangos de edad mínimos, pues de acuerdo con el artículo 5° en relación
con el artículo 123, apartado A, ambos de la Constitución General, no
puede ser aplicado a los menores entre doce y menos de catorce años
cumplidos por no tener la edad laboral constitucionalmente permitida,
además de que dicha prestación de servicios tampoco encuadra dentro
de las medidas de orientación, protección y tratamiento.
z) Para la comisión promovente, las medidas aplicables a los
adolescentes que infringen la ley penal devienen de la incorporación al
sistema jurídico de la Convención de los Derechos del Niño y de otros
instrumentos internacionales como las Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores
(“Reglas de Beijing”; en particular, se destacan las reglas 13, 19 y 26),
las Reglas Mínimas sobre Medidas no Privativas de la Libertad (“Reglas
de Tokio”; en particular, se destaca las reglas 13 y 19) y las Reglas de
las Naciones Unidas para la Protección de los Menores Privados de la

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Libertad (“Reglas de La Habana”; en particular, se destacan las reglas


12, 17, 32 y 38).
aa) De acuerdo a este conjunto de reglas, las finalidades primordiales de
las medidas de internamientos son la capacitación y el tratamiento de
menores teniendo por objeto garantizar su cuidado, protección, la
satisfacción de su educación, formación y su bienestar en la mayor
medida posible. Así, se reitera que en el ordenamiento impugnado no
se reflejan los lineamientos referidos para la aplicación de medidas
privativas de la libertad para los adolecentes y, por el contrario, el
internamiento se contempla como una medida sinónimo de sanción y
pena, transgrediendo el interés superior del menor y apartándose de su
finalidad constitucional, dado que la aplicación de estas medidas debe
sujetarse estrictamente al carácter de proporcional a la conducta
realizada con el fin de lograr la reintegración social, familiar y el pleno
desarrollo de la persona y sus capacidades, y debe utilizarse como
medida extrema por el tiempo más breve que proceda y únicamente
para mayores de catorce años y por conductas calificadas como
graves.

5. Admisión y trámite. Recibida la acción de inconstitucionalidad, mediante


acuerdo de veintisiete de enero de dos mil quince, el Presidente de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación tuvo por interpuesta la demanda y la
registró bajo el número de expediente 8/2015, designando como instructor al
Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.

6. Hecho lo anterior, el Ministro Instructor admitió la demanda y dio vista a los


Poderes Legislativo y Ejecutivo del Estado de Michoacán de Ocampo para
que rindieran su informe dentro del plazo de quince días hábiles contados a
partir del día siguiente al en que surtiera efectos la notificación del citado
acuerdo. De igual forma, requirió al Congreso del Estado enviar a esta
Suprema Corte copia certificada de todos los antecedentes legislativos de las
normas impugnadas y, al Poder Ejecutivo de la misma entidad, el envío de
un ejemplar del Periódico Oficial del Estado correspondiente al veintiséis de
diciembre de dos mil catorce en el que se publicó el Decreto número 472 por
el que se expidió el Código de Justicia Especializada para Adolescentes.

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7. Informe del Poder Legislativo. Como consecuencia de lo anterior, el


veinticuatro de febrero de dos mil quince, el Presidente de la Mesa Directiva
del Congreso del Estado de Michoacán de Ocampo rindió un escrito de
informe en representación de ese poder, en el que argumentó, tras exponer
consideraciones en cuanto a los antecedentes y la oportunidad, lo que se
detalla en seguida:

a) Primero, se destaca la materia de análisis en una acción de


inconstitucionalidad y se señala que no se está ante el caso de una ley
privativa. Segundo, se afirma que la reforma impugnada cumple con lo
previsto en el artículo 16 constitucional al estar debidamente fundada y
motivada, ya que para su aprobación se observaron las formalidades
esenciales del procedimiento legislativo previstas en la Constitución del
Estado Libre y Soberano de Michoacán de Ocampo y la Ley Orgánica y
de Procedimientos del Congreso del Estado. Así, se fundó y motivó el
Decreto que contiene los preceptos combatidos.
b) Posteriormente, se afirma que el Código de Justicia Especializada para
Adolescentes del Estado de Michoacán de ninguna manera contraviene
los preceptos constitucionales, los derechos humanos, ni los numerales
de los instrumentos jurídicos internacionales que se refieren la
accionante en la demanda; en particular, no se transgreden los principios
de igualdad, presunción de inocencia, presunción de minoría, los
derechos a la seguridad jurídica y libertad personal, así como los
principios que derivan del sistema integral de justicia para adolescentes.
Ello, toda vez que la normatividad salvaguarda el principio pro persona,
y los principios de posición preferente de los derechos humanos, mayor
protección y fuerza expansiva de los mismos.
c) Además, por lo que hace al primer concepto de invalidez formulado por
la promovente en torno a la concepción de la medida de internamiento
como privativa, sostiene que en términos del último párrafo de la fracción
XIX del artículo 11 (que señala “en ningún caso el aislamiento implicará
incomunicación”), esta medida no configura una violación de preceptos
constitucionales ni de aquellos contenidos en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles

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y Políticos y en la Convención sobre los Derechos del Niño. La medida


no es de aislamiento absoluto, no implica incomunicación y es de última
ratio.
d) En relación con los demás preceptos reclamados no se hace
argumentación específica para defender su regularidad constitucional.

8. Informe del Ejecutivo. El seis de marzo de dos mil quince, el Director de


Asuntos Constitucionales y Legales de la Consejería Jurídica del Ejecutivo
del Estado de Michoacán de Ocampo, en representación del Gobernador,
rindió informe en el que expuso, en síntesis, lo siguiente:

a) Respecto al primer concepto de invalidez esgrimido por la promovente


en el sentido de que el Código Local prevé un concepto de víctima
distinto al definido en la Ley general, se afirma que no debe pasarse por
alto que la normatividad reclamada tiene como objetivo regular
únicamente al sistema de justicia para adolescentes y no a la
generalidad de víctimas que contempla la ley general, por lo que no se
priva a ninguna persona de derechos contenidos en ese ordenamiento.
Además, se menciona que el código en pugna contempla una definición
amplia del concepto de víctima al definirla como cualquier persona o
grupo de personas que resienten directamente la conducta tipificada
como delito.
b) En torno al segundo concepto de invalidez, contrario a las pretensiones
de la comisión actora, se argumenta que el aislamiento es contemplado
para el efecto de que, tomando en cuenta la peligrosidad del interno, se
establezcan las bases para el tratamiento individualizado de éste,
buscando la reincorporación social del sujeto, sus características
personales y la seguridad del propio centro de reclusión y del resto de
los internos.
c) Así, se estima que los razonamientos de la comisión deben declararse
inoperantes, toda vez que pasan por alto que la regulación de
aislamiento en ningún caso implica incomunicación y sólo es aplicable
en situaciones en las que sea estrictamente necesario, teniendo como
finalidad evitar o resolver actos de violencia grave, generalizada o
amotinamiento en los que el adolescente esté directamente involucrado.

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Lo que implica que el adolescente jamás recibirá medidas disciplinarias


colectivas ni castigos corporales o de cualquier otro tipo que pueda
ponerlo en peligro o viole sus derechos ni que se le prohíben las visitas
necesarias. Además, esta medida está sujeta a revisión por parte de la
Unidad Especializada y atiende a los estudios y exámenes practicados
mediante los que se determine la peligrosidad y avance readaptatorio de
los internos en la sociedad.
d) Respecto al tercer concepto de invalidez de la demanda, se considera
que los preceptos reclamados no violan el principio de presunción de
inocencia. A su juicio, ninguna porción normativa de los artículos 23,
fracciones VI y VII, 24 y 33, último párrafo, del Código Local contempla
a los menores de doce años como sujetos de aplicación del sistema para
adolescentes (más bien les asegura sus derechos al imponer ciertas
obligaciones a las autoridades para resolver su situación jurídica en caso
de que se advierta dicha edad, tal como ponerlo en inmediata libertad)
ni tampoco permite exhibir o exponer públicamente a los niños y
adolescentes o divulgar grabaciones, filmaciones, imágenes o cualquier
otra información sobre los mismos.
e) En relación con el razonamiento de que el artículo 42, último párrafo,
cuestionado viola los principios pro persona, presunción de inocencia y
las formalidades esenciales del procedimiento, así como la seguridad
jurídica y libertad personal, se argumenta que dicho precepto no prevé
supuestos diferenciados de actualización de la flagrancia; por el
contrario, respeta las causales constitucionales de detención y dispone
que cuando se detenga a una persona cometiendo delito en flagrancia,
los agentes policiacos deben remitirlo a la autoridad competente, en este
caso, el Ministerio Público para Adolescentes. Lo anterior para que este
investigue todo lo relacionado con la conducta infractora.
f) En relación con el argumento de la promovente en el sentido de sostener
que en el artículo 50, tercer párrafo, se omite especificar que la prórroga
de la detención del adolescente ante autoridad judicial podrá autorizarse
a petición del adulto joven o adolescente, se afirma que debe declararse
infundado, toda vez que a partir de una interpretación textual de dicha
norma se advierte que el facultado para solicitar la ampliación es el

14
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

indiciado al ser a éste a quien le interesa aportar pruebas que le


favorezcan para que se resuelva su situación.
g) Por lo que hace al cuarto concepto de invalidez, se señala que las
consideraciones de la comisión accionante deben calificarse como
inoperantes. La medida cautelar de internamiento no se valora como una
mera privación de la libertad, sino como una medida de carácter
excepcional, sólo por un plazo máximo de tres meses, ante la
insuficiencia de otras medidas cautelares, ante conductas graves
previamente especificadas y teniendo como finalidad garantizar la
presencia del adolescente o adulto joven en el procedimiento que se le
instruya.
h) Por último, en relación con la medida de prestación de servicios a favor
de la comunidad, regulada en el artículo 85 reclamado, se destaca que
la Constitución Federal, en sus artículos 21, cuarto párrafo, y 123,
apartado A, permite la prestación de estos servicios como medidas para
la rehabilitación del infractor y contempla a menores de catorce años
como una edad laboralmente permitida. Adicionalmente, se argumenta
que de una lectura sistemática de ese precepto impugnado con el resto
de la legislación local; en particular, el artículo 2, se deriva que la medida
de prestación de servicios se aplicará a las personas de entre doce y
dieciocho años a la que va destinada la propia ley (por lo que sí se
regulan los rangos de edad de su aplicabilidad) y que no puede
equipararse esta medida a un servicio público que deba ser retribuido
(consecuencia de una infracción administrativa), ya que el ordenamiento
cuestionado permite que los servicios a la comunidad se efectúen en
sábados, domingos o días inhábiles, siempre y cuando sea compatible
con la actividad educativo o laboral que realice el adolescente.

9. Pedimento. La Procuradora General de la República formuló pedimento el


primero de abril de dos mil quince, en el que después de desarrollar los temas
correspondientes a los antecedentes de la acción y lo referente a la
oportunidad, señaló lo siguiente en relación con los conceptos de invalidez:

a) Respecto al concepto de invalidez referente a que el artículo 8, fracción


XIV viola los artículos 1° y 20, apartado C, fracciones I a VII de la

15
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Constitución, señala que debe calificarse como infundado. Ello dado que
si bien el precepto impugnado no establece una definición de víctima
acorde a la establecida por el artículo 4 de la Ley general, ello no motiva
su invalidez sino que –en atención al principio de especialidad– la norma
especial debe prevalecer sobre la ley general.
b) Así, la Ley de Atención a Víctimas para el Estado de Michoacán de
Ocampo, complementaria a la Ley General de Víctimas, son las que
deben aplicarse en la protección y garantía de los derechos de las
víctimas del delito y de las violaciones de derechos humanos.
c) En segundo lugar, argumenta que no está de acuerdo con lo sostenido
por la promovente en el sentido de que el aislamiento equivale a tratos
crueles, inhumanos o degradantes ya que por sus condiciones, duración
y efectos, pone en una situación de vulnerabilidad a la persona sobre la
que se aplica y se opone a la protección integral e interés superior del
adolescente como persona en desarrollo son infundados.
d) Ello, dado que la medida establecida en el artículo 11, fracciones XIX y
XX, del Código permite el aislamiento de adolescentes como medida
disciplinaria, pero siendo esta constitucionalmente razonable. Lo
anterior, en razón de que se establece como último recurso para los
casos en que sea estrictamente necesario con fines determinados.
Además, que en ningún caso implica incomunicación por lo que no se
somete al menor a torturas ni otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes como lo sostiene la promovente.
e) En este sentido, señala que bajo un test de proporcionalidad, la norma
persigue una finalidad válida como lo es evitar o resolver actos de
violencia grave, generalizada o amotinamiento. Además, es una medida
idónea y necesaria para conseguir el fin perseguido puesto que el
aislamiento es la única medida que puede evitar que una situación de
violencia grave o amotinamiento escale y tenga como consecuencia el
daño a la vida o integridad de otras personas. Finalmente, es una medida
razonable ya que pondera adecuadamente los bienes y derechos en
juego en tanto que permite la restricción temporal al derecho de un
menor en aras de proteger los derechos de la colectividad del centro.
f) Contrario a lo que aduce la promovente, sostiene que de la transcripción
de los artículos 23, fracciones VI y VII, 24 y 33, último párrafo, del Código

16
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

impugnado se desprende que las conductas descritas por la ley como


delito pueden ser realizadas por menores de dieciocho años; sin
embargo, se presume que los menores de doce no tienen capacidad
para infringir las leyes penales por lo que serán sujetos de rehabilitación
y asistencia social. Así, el sistema integral de justicia para adolescentes
solo es aplicable a aquellos individuos que tengan entre doce y menos
de dieciocho años de edad y se les atribuya la comisión de un delito. Así,
la normatividad es clara en establecer los rangos de edad que se
incluyen dentro del sistema de justicia.
g) Añade que de los artículos 6 y 7 del Código impugnado se desprende
que es necesario tener acreditada la edad del menor para saber a qué
categoría se adscribe –ya sea menor, adolescente o adulto joven– para
determinar si el menor queda comprendido dentro del ámbito de
aplicación del Código impugnado. También señala que existen
presunciones de minoridad de edad en la ley mencionada.
h) Agrega que el artículo 23, fracción VI, prevé el caso en que un agente
de policía carece de algún documento que acredite la edad del menor
detenido en flagrancia, o tiene duda sobre su edad. En este supuesto, el
agente debe presumir que se trata de un niño y excluirlo del ámbito de
aplicación del Código. Por su parte, el artículo 33, segundo párrafo,
establece que en casos de que se instaure proceso penal a menores
pero que en el transcurso se compruebe que es menor de 12 años, se
deberá archivar las actuaciones y se pondrá en libertad al menor.
i) Bajo el contexto anterior, señala que los preceptos afirman el principio
de presunción de minoridad en beneficio de los menores al tratarse de
normas que protegen a aquellas personas cuya edad no puede ser
determinada con certeza y existe la duda si deberá ser tratado como
menor. Por lo tanto, si el sistema normativo impugnado ordena que los
menores de edad sean excluidos de la imposición de medidas, los
conceptos de invalidez planteados por la promovente son infundados.
j) Establece que el concepto de invalidez referente a la violación del
principio de presunción es infundado. Señala que la hipótesis legal
contenida en el artículo 42, último párrafo, no prevé una detención
arbitraria respecto de la cual no media orden de aprehensión. Lo
anterior, dado que si el sujeto activo es detenido en flagrancia, entonces

17
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

se actualiza la excepción prevista en el artículo 16 constitucional.


Además, la norma impugnada no establece que la persona detenida esté
privada de su libertad por un tiempo indefinido sino que prevé un plazo
–12 horas– para que la víctima u ofendido cumpla con el requisito de
procedibilidad y se formule, en su caso, la querella.
k) En relación con la impugnación del artículo 50 en cuanto a que omite
señalar que la prórroga de la detención ante autoridad judicial para
resolver la situación jurídica sólo podrá autorizarse a petición del
adolescente, señala que de la lectura de los párrafos tercero y cuarto del
propio precepto se infiere que ésta debe ser precisamente solicitada por
el adolescente o su defensor.
l) Menciona que el concepto de invalidez de la promovente -en el que
sostiene que los artículos 28, 56, 85 y del 113 al 124 del Código
establecen el internamiento como sanción o pena, lo que se aparta de
los principios que rigen el sistema integral de justicia– es también
infundado. Una vez analizado el contenido de los artículos, sostiene que
estos se apegan a los principios del sistema integral de justicia
establecido en el artículo 18 constitucional y en los tratados
internacionales.
m) Agrega que el Código prevé que las medidas de internamiento
únicamente podrán decretarse tratándose de adolescentes mayores de
catorce años, como último recurso, respecto a conductas calificadas
como graves y por el tiempo más breve que proceda conforme a los
principios de excepcionalidad de la medida de internamiento, duración,
tipo de delitos y edad de los sujetos a quienes les aplica. Incluso, que el
legislador de Michoacán previó la aplicación de procedimientos
alternativos como la conciliación, mediación y suspensión condicionada
del proceso a prueba, las cuales son de aplicación prioritaria.
n) De igual forma, contrario a lo que adujo la promovente, establece que la
medida de prestación de servicios a favor de la comunidad cuenta con
la aceptación internacional como medida alternativa a la de privación de
la libertad. Además que a pesar de que el artículo impugnado no excluye
expresamente la imposición de esta medida a menores de dieciséis
años, sostiene que la decisión del juzgador que la determine debe
guiarse por las directrices proporcionadas por el legislador estatal tales

18
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

como la edad del menor, condiciones personales, fisiológicas y


psíquicas a fin de no afectar derechos de menores.

10. Cierre de la instrucción. Tras el trámite legal correspondiente y la


presentación de alegatos, por acuerdo de ocho de abril de dos mil quince, se
declaró cerrada la instrucción del asunto y se envió el expediente al Ministro
Instructor para la elaboración del proyecto de resolución.

II. COMPETENCIA

11. Este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para resolver la presente acción de inconstitucionalidad, de
conformidad con lo dispuesto por los artículos 105, fracción II, inciso g), de la
Constitución General y 10, fracción I, de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación, toda vez que la Comisión Nacional de Derechos Humanos
planteó la posible contradicción entre varias disposiciones del Código de
Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán de
Ocampo y la Constitución General, así como diversos tratados
internacionales.

III. PRECISIÓN DE LAS NORMAS RECLAMADAS

12. De un análisis integral de la demanda, se estima que la Comisión Nacional


de Derechos Humanos cuestionó la validez de los artículos 8, fracción XIV;
11, fracciones XIX y XX; 23, fracciones VI y VII; 24; 28 (en cierta porción
normativa); 33, último párrafo; 42, último párrafo; 50, tercer párrafo; 56, 85,
113, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121, 122, 123 y 124, todos del Código
de Justicia Especializada para Adolescentes, expedidos a través del Decreto
número 472 que se publicó el veintiséis de diciembre de dos mil catorce en el
Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Michoacán de Ocampo.

13. Así las cosas, esta Suprema Corte tiene a esas disposiciones como
efectivamente impugnadas y susceptibles de ser analizadas a partir de este
medio de control de constitucionalidad. Primero, porque todas esas
disposiciones son normas generales y, segundo, porque fueron emitidas a

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

partir de un decreto que expidió la totalidad de la legislación (cuya


oportunidad de impugnación se revisará en el próximo apartado) y que abrogó
la Ley de Justicia Integral para Adolescentes del Estado de Michoacán,
publicada el dieciséis de enero de dos mil siete, según el segundo artículo
transitorio del decreto correspondiente1; por lo tanto, se actualiza un nuevo
acto legislativo para todos los efectos procesales y materiales2.

14. Al respecto, de acuerdo con los precedentes de esta Suprema Corte (siendo
los últimos las acciones de inconstitucionalidad 11/2015 y 28/2015, falladas
el veintiséis de enero del dos mil dieciséis, y la acción de inconstitucionalidad
96/2014 y su acumulada 97/2014, fallada el once de agosto de dos mil
dieciséis), se considera que la emisión de una legislación en su integridad
debe categorizarse como un diverso acto legislativo que da pie a la
presentación de una acción de inconstitucionalidad, al haber sido intención
del Congreso Local la emisión de toda una nueva normatividad en la materia

1 Decreto por el que se expide el Código De Justicia Especializada Para Adolescentes del
Estado De Michoacán (transitorios):
“PRIMERO. El presente Decreto entrará en vigor en la misma fecha que señale la Declaratoria para
el nuevo sistema de justicia penal publicado en el Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del
Estado de Michoacán.
SEGUNDO. Se abroga la Ley de Justicia Integral para Adolescentes del Estado de Michoacán al
momento de entrar en vigor el presente Decreto, publicada en el Periódico Oficial del Gobierno
Constitucional del Estado de Michoacán, mediante Decreto 88 publicado el 16 de enero del 2007, en
el tomo CXL, núm. 54. [...]”.
2 En relación con esta delimitación de la litis, es importante resaltar que lo previsto en los artículos
reclamados 8 (incorporación del concepto de víctima), 11, fracciones XIX y XX (precisión de cuándo
es aplicable la medida de aislamiento y los derechos de los adolescentes y adultos jóvenes sujetos
a medidas); 23, fracciones VI y VII (detención de menor en caso de flagrancia y presunción de
minoridad, así como los deberes de las autoridades en contacto con menores); 24 (prohibición de
exposición pública de menores); 28 (delimitación de supuestos en los que aplica la detención
provisional e internamiento); 42 (incorporación de casos de flagrancia y detención de persona por
hecho que requiera querella de parte ofendida); y 50 del mencionado Código (incorporación del
procedimiento bajo los principios del nuevo sistema penal) no tienen contenido asimilable en la
legislación abrogada. Por su parte, si bien la Ley abrogada contenía normativa relacionada a lo
previsto en los actuales artículos 56, 85, 113, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121, 122, 123, 124
re II, 212, 213 y 214 (en éstos se precisan conceptos, duración y finalidad de las medidas), se reitera
que no por ello se vuelve inviable la acción de inconstitucionalidad. Como se mencionó, al ser una
abrogación de toda la legislación anterior, todos los contenidos normativos impugnados responden
a la existencia de un nuevo acto legislativo. Además, dado que al haberse incluido en el nuevo código
una diferente precisión sobre los requisitos para la aplicabilidad y los supuestos en los que se impone
internamiento preventivo (artículo 56); regulación distinta sobre el servicio a favor de la comunidad
(artículo 85); precisión del concepto de medida de internamiento, supuestos en los que aplica y
finalidad (artículo 113); precisión de la aplicación de las medidas de internamiento, a excepción del
domiciliario, en centros de internamientos (artículo 114); supuesto en que la autoridad se percate
que el adolescente o adulto joven tiene alguna enfermedad o discapacidad mental (artículo 115);
internamiento domiciliario(artículos 116 y 117); internamiento en tiempo libre (artículos 118, 119 y
120) e internamiento permanente (121, 122, 123 y 124), se considera que los artículos impugnados
se tratan materialmente de normas con ámbitos de aplicación, contenido y regulación diferenciada
que sus predecesoras.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

que abrogaba a la anterior conforme a los requisitos procedimentales y


formales para su aprobación3.

15. Como se desprende de la exposición de motivos y tal como lo reconoció el


Poder Legislativo en su informe, la expedición del Código de Justicia
Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán de Ocampo tuvo
como objetivo dar cumplimiento de los tratados internacionales, adecuar la
justicia de menores a los fundamentos del estado de derecho (apegándose
al sistema de garantías que han de regir para toda persona involucrada en la
comisión de delitos) y proponer la instauración de una nueva jurisdicción
propia de adolescentes, ordenándose entonces la abrogación de la
normatividad para adolescentes anterior.

IV. OPORTUNIDAD

16. El párrafo primero del artículo 60 de la Ley Reglamentaria de las Fracciones


I y II del Artículo 105 de la Constitución Federal 4 (de ahora en adelante “Ley
Reglamentaria de la materia”) dispone que el plazo para promover la acción
de inconstitucionalidad es de treinta días naturales y su cómputo debe
iniciarse a partir del día siguiente a la fecha en que la norma general sea
publicada en el correspondiente medio oficial, precisando que si el último día
del plazo fuere inhábil, la demanda podrá presentarse el primer día hábil
siguiente.

3 Guarda aplicación el criterio derivado de la acción de inconstitucionalidad 5/2004 y su acumulada


7/2004, aprobada por unanimidad de diez votos el dieciséis de marzo de dos mil cuatro, que se
refleja en la tesis P./J. 27/2004, emitida por el Tribunal Pleno, publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XIX, mayo de 2004, página 1155, de rubro y texto:
“ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. LA REFORMA O ADICIÓN A UNA NORMA GENERAL
AUTORIZA SU IMPUGNACIÓN A TRAVÉS DE ESTE MEDIO DE CONTROL CONSTITUCIONAL,
AUN CUANDO SE REPRODUZCA ÍNTEGRAMENTE LA DISPOSICIÓN ANTERIOR, YA QUE SE
TRATA DE UN NUEVO ACTO LEGISLATIVO. El artículo 105, fracción II, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, señala que la acción de inconstitucionalidad es el medio de control
a través del cual podrá plantearse la no conformidad de una ley o tratado internacional con la
Constitución Federal. Asimismo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sustentado el criterio
de que en términos del principio de autoridad formal de la ley o de congelación de rango, la reforma
o adición a una disposición general constituye un acto legislativo en el que se observa el mismo
procedimiento e idénticas formalidades a las que le dieron nacimiento a aquélla. En consecuencia,
el nuevo texto de la norma general, al ser un acto legislativo distinto al anterior, formal y
materialmente, puede ser impugnado a través de la acción de inconstitucionalidad, sin que sea
obstáculo que reproduzca íntegramente lo dispuesto con anterioridad”.
4 “Artículo 60.- El plazo para ejercitar la acción de inconstitucionalidad será de treinta días naturales
contados a partir del día siguiente a la fecha en que la ley o tratado internacional impugnado sean
publicados en el correspondiente medio oficial. Si el último día del plazo fuese inhábil, la demanda
podrá presentarse el primer día hábil siguiente. En materia electoral, para el cómputo de los plazos,
todos los días son hábiles”.

21
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

17. En el caso, como se adelantó en párrafos precedentes, los artículos 8,


fracción XIV; 11, fracciones XIX y XX; 23, fracciones VI y VII; 24; 28; 33, último
párrafo; 42, último párrafo; 50, tercer párrafo; 56, 85, 113, 114, 115, 116, 117,
118, 119, 120, 121, 122, 123 y 124 del Código de Justicia Especializada para
Adolescentes fueron publicados en el Periódico Oficial de dicha entidad
federativa el veintiséis de diciembre de dos mil catorce a través del Decreto
número 472; por lo que tomando en cuenta que se trata de normas emitidas
a partir de un nuevo acto legislativo, el plazo para impugnarlas corrió del
sábado veintisiete de diciembre de dos mil catorce al domingo veinticinco de
enero de dos mil quince, siendo este último un día inhábil de acuerdo al
artículo 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

18. Por ende, si la demanda de la Comisión Nacional de Derechos Humanos se


presentó en la Oficina de Certificación y Correspondencia el día lunes
veintiséis de enero de dos mil quince, resulta indiscutible que se interpuso de
manera oportuna, ya que se promovió al siguiente día hábil en que finalizó el
plazo de treinta días naturales en términos del citado artículo 60 de la Ley
Reglamentaria de la materia, por lo que se satisface el requisito procesal que
nos ocupa.

V. LEGITIMACIÓN

19. El artículo 105, fracción II, inciso g), de la Constitución Federal dispone que
la Comisión Nacional de Derechos Humanos está facultada para interponer
acciones de inconstitucionalidad en contra de leyes de carácter federal,
estatal y del Distrito Federal que vulneren los derechos humanos
consagrados en esa Constitución y en los tratados internacionales de los que
México sea parte 5.

5 “Artículo 105.- La Suprema Corte de Justicia de la Nación conocerá, en los términos que señale la
ley reglamentaria, de los asuntos siguientes: […]
II.- De las acciones de inconstitucionalidad que tengan por objeto plantear la posible contradicción
entre una norma de carácter general y esta Constitución. […]
g) La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en contra de leyes de carácter federal o de las
entidades federativas, así como de tratados internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y
aprobados por el Senado de la República, que vulneren los derechos humanos consagrados en esta
Constitución y en los tratados internacionales de los que México sea parte. Asimismo, los organismos
de protección de los derechos humanos equivalentes en las entidades federativas, en contra de leyes
expedidas por las Legislaturas; […]”.

22
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

20. En el caso concreto, la Comisión Nacional impugnó varios preceptos del


Código de Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de
Michoacán, legislación de carácter estatal que se alega transgrede una serie
de derechos humanos con reconocimiento constitucional y convencional.
Asimismo, se advierte que la persona que compareció a nombre de la
comisión tienen las facultades correspondientes en la legislación que rige sus
competencias.

21. La demanda fue signada por Luis Raúl González Pérez, en su carácter de
Presidente en ese momento. Este cargo se acreditó con la copia certificada
de la constancia firmada por el Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara
de Senadores, en la que se comunica que la citada cámara lo eligió como
Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por un lapso
de cinco años, el cual comprende del dieciséis de noviembre de dos mil
catorce al quince de noviembre del dos mil diecinueve. Al respecto, se tiene
que los artículos 15, fracciones I y XI, de la Ley de la Comisión Nacional de
los Derechos Humanos6 y 18 de su reglamento Interno 7 establecen que la
representación de la mencionada institución corresponde justamente a su
Presidente.

22. En consecuencia, este Tribunal Pleno considera que la demanda fue


promovida por órgano legitimado constitucionalmente y presentada por su
debido representante.

VI. CAUSAS DE IMPROCEDENCIA Y SOBRESEIMIENTO

23. En este asunto no se hicieron valer causas de improcedencia o motivo de


sobreseimiento ni esta Suprema Corte advierte que se actualice algún
impedimento procesal para el análisis de la acción, por lo que debe

6 “Artículo 15. El Presidente de la Comisión Nacional tendrá las siguientes facultades y obligaciones:
I. Ejercer la representación legal de la Comisión Nacional; […] XI.- Promover las acciones de
inconstitucionalidad, en contra de leyes de carácter federal, estatal y del Distrito Federal, así como
de tratados internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y aprobados por el Senado de la
República, que vulneren los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados
internacionales de los que México sea parte, y […]”.
7 “Artículo 18. (Órgano ejecutivo). La Presidencia es el órgano ejecutivo de la Comisión Nacional.
Está a cargo de un presidente, al cual le corresponde ejercer, de acuerdo con lo establecido en la
Ley, las funciones directivas de la Comisión Nacional y su representación legal”.

23
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

procederse al estudio de los conceptos de invalidez hechos valer por la


comisión accionante.

24. Sin embargo, es necesario hacer una aclaración previa de gran relevancia
respecto a que no se actualiza ninguna causal de sobreseimiento, para
efectos del análisis de los conceptos de invalidez. El Código Local impugnado
fue emitido el veintiséis de diciembre de dos mil catorce, ordenándose que
entrara en vigor al mismo tiempo que la Declaratoria de Incorporación al
nuevo Sistema de Justicia Penal en el Estado de Michoacán, en términos de
su primer artículo transitorio8. Dicha declaratoria se publicó el mismo día
veintiséis de diciembre de dos mil catorce, estableciéndose el inicio del
sistema penal de manera gradual y progresivamente a partir de distritos
judiciales (empezando el siete de marzo de dos mil quince)9.

8 Transitorio del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán
“PRIMERO. El presente Decreto entrará en vigor en la misma fecha que señale la Declaratoria para
el nuevo sistema de justicia penal publicado en el Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del
Estado de Michoacán”.
9 “Gobernador del Estado Libre y Soberano de Michoacán de Ocampo, a todos sus habitantes hace
saber: El H. Congreso del Estado, se ha servido dirigirme el siguiente:
DECRETO EL CONGRESO DE MICHOACÁN DE OCAMPO DECRETA:
NÚMERO 463
ARTÍCULO UNICO. Se aprueba la Declaratoria de incorporación del Sistema Penal Acusatorio y de
inicio de vigencia del Código Nacional de Procedimientos Penales en el Estado de Michoacán, para
quedar en los siguientes términos:
DECLARATORIA
Artículo Primero. En cumplimiento a lo disppuesto por el Artículo Segundo Transitorio, párrafo
tercero, del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, se declara que el Sistema Procesal Penal Acusatorio,
previsto en los artículos 16, párrafos segundo y decimotercero, 17, párrafos tercero, cuarto y sexto,
19, 20 y 21, párrafos tercero y séptimo, de la Constitución de la República, ha quedado incorporado
en la Constitución Política del Estado de Michoacán de Ocampo y en la legislación secundaria
aplicable en la materia. En consecuencia, las garantías consagradas en los artículos antes indicados,
regulan la forma y términos en que se substanciarán los procedimientos penales, a partir de la
entrada en vigor del sistema penal acusatorio, en las diferentes regiones judiciales del Estado, de
forma gradual, en las fechas siguientes:
I. El 7 de marzo de 2015, en la región de Morelia, que comprende los distritos de Morelia, Pátzcuaro
y Zinapécuaro; y, en la región de Zitácuaro, que comprende los distritos de Hidalgo, Huetamo,
Maravatío y Zitácuaro.
II. El 3 de agosto de 2015, en la región de Zamora, que comprende los distritos de Jiquilpan, La
Piedad, Los Reyes, Puruándiro, Sahuayo, Tanhuato, Zacapu y Zamora; y, en la región de Uruapan,
que comprende los distritos de Ario, Tacámbaro y Uruapan; y,
III. El 9 de mayo de 2016, en la región de Lázaro Cárdenas, que comprende los distritos de Arteaga,
Coahuayana y Lázaro Cárdenas; y, en la región de Apatzingán, que comprende los distritos de
Apatzingán y Coalcomán.
Artículo Segundo. En cumplimiento a lo previsto en el artículo Segundo Transitorio del Código
Nacional de Procedimientos Penales, publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 5 de
marzo de 2014, se declaran los términos de la entrada en vigor del Código Nacional de
Procedimientos Penales en la Entidad, de forma gradual y regional, en las fechas siguientes:
I. El 7 de marzo de 2015, en la región de Morelia, que comprende los distritos de Morelia, Pátzcuaro
y Zinapécuaro; y, en la región de Zitácuaro, que comprende los distritos de Hidalgo, Huetamo,
Maravatío y Zitácuaro;
II. El 3 de agosto de 2015, en la región de Zamora, que comprende los distritos de Jiquilpan, La
Piedad, Los Reyes, Puruándiro, Sahuayo, Tanhuato, Zacapu y Zamora; y, en la región de Uruapan,
que comprende los distritos de Ario, Tacámbaro y Uruapan; y,

24
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

25. Empero, debe destacarse que posterior a la expedición del decreto


impugnado, es un hecho notorio que la Constitución General sufrió una
modificación el dos de julio de dos mil quince; en particular, en su artículo 73,
fracción XXI, inciso c), por medio de la cual se federalizó la normatividad de
justicia penal para adolescentes y las entidades federativas perdieron su
competencia para regular tal ámbito (se instauró la facultad al Congreso de
la Unión para expedir la legislación única en materia de justicia penal para
adolescentes10). En los artículos primero, segundo y tercero transitorios de
ese decreto de reforma constitucional11 se estableció el plazo para la

III. El 9 de mayo de 2016, en la región de Lázaro Cárdenas, que comprende los distritos de Arteaga,
Coahuayana y Lázaro Cárdenas; y, en la región de Apatzingán, que comprende los distritos de
Apatzingán y Coalcomán.
Artículo Tercero. Se abroga el Código de Procedimientos Penales del Estado de Michoacán
publicado el 31 de agosto de 1998 en el Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del Estado de
Michoacán de Ocampo, rigiendo únicamente para los asuntos o causas iniciados con anterioridad a
la entrada en vigor del Código Nacional de Procedimientos Penales, conforme a la gradualidad
establecida en el Artículo Segundo de este Decreto.
Artículo Cuarto. Se abroga el Código de Procedimientos Penales del Estado de Michoacán de
Ocampo, publicado el 13 de enero del 2012 en el Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del
Estado de Michoacán de Ocampo, y sus reformas de 19 de febrero de 2013 y 31 de enero de 2014.
Este Código seguirá rigiendo en lo relativo a la facultad de no inicio de la investigación, archivo
temporal y aplicación de los criterios de oportunidad en el ejercicio de la acción penal; acuerdos
reparatorios y suspensión del proceso a prueba; procedimiento abreviado; y, recurso de revisión;
únicamente para los asuntos iniciados durante su vigencia y con anterioridad a la entrada en vigor
del Código Nacional de Procedimientos Penales, conforme a la gradualidad establecida en el Artículo
Segundo de este Decreto.
TRANSITORIOS
PRIMERO. El presente Decreto entrará en vigor el día siguiente de su publicación en el Periódico
Oficial del Gobierno Constitucional del Estado de Michoacán de Ocampo.
SEGUNDO. Las disposiciones del Código Nacional de Procedimientos Penales regirán la
sustanciación de los procedimientos penales relacionados con los hechos que ocurran a partir de la
entrada en vigor del Sistema Procesal Penal Acusatorio. No procederá la acumulación de procesos
sobre hechos previstos en la ley como delitos, cuando alguno de ellos esté sometido al Código
Nacional de Procedimientos Penales y otro al del Código de Procedimientos Penales del Estado de
Michoacán publicado el 31 de agosto de 1998 en el Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del
Estado de Michoacán de Ocampo.
TERCERO. Las diligencias o actos procedimentales que se realicen en algún lugar del Estado, en
que conforme a la gradualidad establecida en este Decreto aún no opere el Sistema Procesal Penal
Acusatorio, deberán desahogarse conforme a las disposiciones del mismo, si derivan de un
procedimiento donde ya se aplique éste.
CUARTO. Cuando un asunto se inicie en una región y se hubiesen realizado diligencias o actos
procedimentales en ésta, se seguirá conforme al ordenamiento que se aplicó, independientemente
que por razón de competencia corresponda a otra región cuyo sistema procesal penal sea diferente.
[…]”.
10 Conteido del respectivo precepto constitucional a raíz de dicha reforma de dos de julio de dos mil
quince (este inciso sufrió una modificación posterior que no incide en el supuesto normativo aquí
analizado):
“Art. 73.- El Congreso tiene facultad:
[…]
XXI.- Para expedir:
[…]
(REFORMADO, D.O.F. DOS DE JULIO DE DOS MIL QUINCE)
c) La legislación única en materia procedimental penal, de mecanismos alternativos de
solución de controversias, de ejecución de penas y de justicia penal para adolescentes, que
regirá en la República en el orden federal y en el fuero común. […]”.
11 Transitorios de la reforma constitucional de dos de julio de dos mil quince:

25
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

expedición de la legislación nacional y se abrogó tanto la Ley Federal de


Justicia para Adolescentes como la Ley para el Tratamiento de Menores
Infractores para el Distrito Federal en materia de Fuero Común y para Toda
la República en materia de Fuero Federal, detallándose que la legislación
vigente en materia de justicia para adolescentes de las legislaturas de los
Estados continuaría en vigor hasta la entrada en vigencia de la legislación
nacional.

26. Consecuentemente, el dieciséis de junio de dos mil dieciséis, se emitió la Ley


Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, cuyo
primer y segundo artículos transitorios previeron que tal legislación general
entraría en vigor al dieciocho de junio siguiente y que se abrogaban tanto la
citada legislación federal en materia de tratamiento de menores infractores
como todas las leyes estatales respectivas12, pero sólo para efectos de su

“PRIMERO. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial
de la Federación.
SEGUNDO. El Congreso de la Unión dentro de los 180 días naturales siguientes a la publicación de
este Decreto en el Diario Oficial de la Federación, deberá expedir la legislación nacional en materia
de justicia para adolescentes, previendo las disposiciones transitorias necesarias para diferenciar el
inicio de su vigencia, en función de la etapa del proceso de implementación del Sistema Procesal
Penal Acusatorio en que se encuentren. En razón de lo anterior, se abroga la Ley Federal de Justicia
para Adolescentes, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 27 de diciembre de 2012.
La Ley para el Tratamiento de Menores Infractores para el Distrito Federal en materia de Fuero
Común y para toda la República en materia de Fuero Federal, así como la legislación vigente en
materia de justicia para adolescentes expedida por las Legislaturas de los Estados y la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, continuarán en vigor hasta que inicie la vigencia de la legislación
nacional que expida el Congreso de la Unión conforme al presente Decreto.
TERCERO. Los procedimientos de justicia para adolescentes y la ejecución de las medidas
sancionadoras, iniciados con anterioridad a la entrada en vigor de la legislación nacional que
establece el presente Decreto, serán concluidos conforme a las disposiciones vigentes al momento
de iniciarse dichos procedimientos y ejecución de medidas sancionadoras”.
12 Transitorios de la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes:
“Artículo Primero. Vigencia
Para los efectos señalados en el párrafo tercero del artículo segundo transitorio del Decreto por el
que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008, se declara que la
presente legislación incorpora el Sistema Procesal Penal Acusatorio y entrará en vigor el 18 de junio
de 2016.
Los requerimientos necesarios para la plena operación del Sistema Integral de Justicia Penal para
Adolescentes deberán estar incorporados en un plazo no mayor a tres años a partir de la fecha de
entrada en vigor del presente Decreto”.
“Artículo Segundo. Abrogación
Se abroga la Ley para el Tratamiento de Menores Infractores para el Distrito Federal en Materia
Común y para toda la República en Materia Federal, publicada en el Diario Oficial de la Federación
el 24 de diciembre de 1991 y sus posteriores reformas.
Se abrogan también las leyes respectivas de las entidades federativas vigentes a la entrada en vigor
del presente Decreto, para efectos de su aplicación en los procedimientos penales para adolescentes
iniciados por hechos que ocurran a partir de la entrada en vigor de la presente Ley”.
“Artículo Tercero. Carga cero
Los procedimientos penales para adolescentes que a la entrada en vigor del presente ordenamiento
se encuentren en trámite, continuarán su sustanciación de conformidad con la legislación aplicable
en el momento del inicio de los mismos”.
“Artículo Cuarto. Mecanismos de la revisión de las medidas de privación de libertad

26
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

aplicación en los procedimientos penales para adolescentes iniciados


por hechos que ocurrieran a partir de la entrada en vigor de esa ley.

27. Por su parte, en los siguientes artículos tercero y cuarto transitorios de la Ley
Nacional se mandató que todos los procedimientos penales para
adolescentes que estuvieren en trámite se seguirían substanciado conforme
a la legislación aplicable en el momento de inicio de los mismos y que, todas
las medidas de privación de la libertad de adolescentes decretaras por
mandamiento judicial en los procedimientos iniciados con anterioridad a la
emisión de la ley nacional, podían ser revisadas conforme a las disposiciones
del nuevo sistema de justicia para adolescentes, aplicando siempre las
disposiciones que más beneficien.

28. Así las cosas, es evidente que la legislación reclamada se emitió previamente
a la modificación constitucional que federalizó la normatividad en materia de
justicia para adolescentes y, si bien, con la expedición de la respectiva ley
nacional se abrogaron implícitamente las legislaciones locales en la materia,
se dispuso expresamente que esa normatividad local seguiría teniendo
efectos para los hechos ocurridos durante su vigencia y que los
procedimientos penales en trámite concluirían conforme a esa legislación
aplicada.

29. Por ende, esta Suprema Corte entiende que si bien se federalizó la materia
de justicia para adolescentes con posterioridad a la emisión de la legislación
cuestionada (no concurre pues un problema de invasión de competencias13),

Tratándose de aquellas medidas de privación de la libertad de personas adolescentes que hubieren


sido decretadas por mandamiento de autoridad judicial durante los procedimientos iniciados con
anterioridad a la entrada en vigor del presente Decreto; la persona adolescente sentenciada, su
defensa o la persona que lo represente, podrá solicitar al Órgano Jurisdiccional competente la
revisión de dicha medida conforme a las disposiciones del nuevo Sistema de Justicia para
Adolescentes, aplicando siempre las disposiciones que más le beneficien, para efecto de que
habiéndose dado vista a las partes y efectuada la audiencia correspondiente, el Órgano
Jurisdiccional resuelva conforme el interés superior de la niñez sobre la imposición, revisión,
modificación o cese, en términos de las disposiciones aplicables”.
13 Sin que sea obstáculo que, para esa fecha, ya existía la reforma constitucional que ordenaba la
implementación de un sistema acusatorio oral penal y que ya se había emitido el Código Nacional
de Procedimientos Penales, pues esos lineamientos constitucionales y la respectiva normatividad
nacional regía para los procesos penales de los adultos regulados en los artículos 16 y 20
constitucionales (no así para el sistema de justicia penal de adolescentes previsto principalmente en
el artículo 18 constitucional) y, se insiste, para ese momento, aún no se había reformado la
Constitución para federalizar el sistema de justicia para adolescentes. Además, si bien en el propio
Código de Justicia para Adolescentes de Michoacán se considera aplicable (directamente para
ciertos aspectos y supletoriamente para otros) el referido Código Nacional de Procedimientos
Penales, ello no actualiza un vicio competencial, sino que fue decisión del propio legislador

27
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

lo que sí sucedió es que con esa legislación nacional se derogó


implícitamente hacia futuro el Código de Justicia Especializada para
Adolescentes del Estado de Michoacán. No obstante, se estima que tal
derogación no actualiza una cesación de efectos que haga improcedente
la presente acción de inconstitucionalidad.

30. Primero, porque en términos de los artículos 105, penúltimo párrafo, de la


Constitución General y 45, segundo párrafo, de la Ley Reglamentaria de la
materia, a contrario sensu, las sentencias de una acción de
inconstitucionalidad podrán tener efectos retroactivos en materia penal14. En
relación justo con este aspecto, aunque varias de las normas reclamadas son
de índole adjetiva o establecen reglas y principios para la aplicación de
servicios a la comunidad o de medidas de internamiento en su modalidad de
sanción o como medidas cautelares, esta Suprema Corte no conoce cuál fue
el impacto de aplicación de tales normas ni sus consecuencias dentro del
ordenamiento jurídico michoacano o dentro de procesos penales en
específico. Asimismo, no es posible conocer si van o no ser aplicadas para
procedimientos en el futuro que deban ser resueltos conforme a esa
normatividad en términos de su citado ámbito temporal de validez.

31. Se insiste, dados los referidos transitorios de la Ley Nacional del Sistema
Integral de Justicia para Adolescentes, las legislaciones locales continúan
rigiendo para los hechos surgidos con anterioridad a la emisión de esa ley
nacional; es decir, conforme al artículo segundo transitorio de tal ley general
del sistema para adolescentes, la abrogación de las leyes locales sólo es para
“efectos de su aplicación en los procedimientos penales para adolescentes
iniciados por hechos que ocurran a partir de la entrada en vigor de la presente
Ley”; por tanto, las normas reclamadas siguen teniendo efectos para

michoacano incorporar las reglas de ese Código Nacional para regular ciertos aspectos procesales
de ese sistema de justicia especializada.
14 Recientemente, en cuanto al tema de cesación de efectos, en un asunto que involucró también
regulación de los derechos de niños, niñas y adolescentes, en la acción de inconstitucionalidad
39/2015, fallada el siete de junio de dos mil dieciocho, este Tribunal Pleno decidió que no se
actualizaba la cesación de efectos del artículo 86, fracción XIV, impugnado de la Ley de los Derechos
de las Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Aguascalientes (que establecía que los niñas,
niños y adolescentes no serían expuestos a los medios de comunicación sin que mediara el
consentimiento que establezca la ley correspondiente), a pesar de haber sido reformado con
posterioridad a la presentación de la demanda. Lo anterior es así, toda vez que esa norma estuvo
vigente y, consecuentemente, la declaratoria de inconstitucionalidad podía tener efectos retroactivos
al ser materia penal (en particular, la declaratoria de invalidez podía generar efectos en los
respectivos procesos penales).

28
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

procesos en trámite o pueden seguir teniendo efectos para hechos ocurridos


durante su vigencia que no hayan prescrito.

32. Misma situación ocurre para las normas reclamadas que prevén definiciones
o principios generales de la legislación (pues esas disposiciones rigen para
la aplicabilidad de toda la ley en procesos iniciados o futuros) o para los
preceptos reclamados que imponen reglas relativas a las detenciones en
flagrancia, toda vez que no se conocen los efectos concretos de tales normas
que puedan verse incididos por la posible declaratoria de inconstitucionalidad.

33. Consiguientemente, dado que en materia penal existen efectos retroactivos y


se estima que, ante la insuficiencia de información para tener certeza
absoluta de que las posibles declaratorias de inconstitucionalidad de los
preceptos impugnados no tendrán incidencia alguna en el ordenamiento
jurídico michoacano, se llega a la convicción de que no hay una cesación de
efectos y debe pasarse al estudio de fondo de las normas reclamadas.
Guarda aplicación el criterio de este Tribunal Pleno que se refleja en la
siguiente tesis de jurisprudencia P. IV/2014 (10a.)15:

ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. NO SE ACTUALIZA LA


CAUSA DE IMPROCEDENCIA POR CESACIÓN DE EFECTOS,
CUANDO SE IMPUGNA UNA NORMA DE NATURALEZA PENAL
QUE POSTERIORMENTE SE REFORMA, MODIFICA, DEROGA O
ABROGA. Conforme al criterio del Tribunal Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, contenido en las tesis de jurisprudencia P./J.
8/2004 y P./J. 24/2005, la acción de inconstitucionalidad es
improcedente cuando hayan cesado los efectos de la norma
impugnada, supuesto que se actualiza cuando ésta se reforma,
modifica, deroga o abroga y que provoca la causa de improcedencia
prevista en el artículo 19, fracción V, en relación con el 65, ambos de la
Ley Reglamentaria de las Fracciones I y II del Artículo 105 de la

15 Véase, lo resuelto en la acción de inconstitucionalidad 54/2012. Procuradora General de la


República. 31 de octubre de 2013. Mayoría de siete de votos de los Ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena, Margarita Beatriz Luna Ramos, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Luis María Aguilar Morales,
Sergio A. Valls Hernández, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Juan N. Silva Meza; votaron
en contra José Ramón Cossío Díaz, José Fernando Franco González Salas y Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea. Ausente: Alberto Pérez Dayán. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Laura
Patricia Rojas Zamudio y Raúl Manuel Mejía Garza. El Tribunal Pleno, el veintisiete de febrero en
curso, aprobó con el número IV/2014 (10a.), la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal,
a veintisiete de febrero de dos mil catorce. Nota: Las tesis de jurisprudencia P./J. 8/2004 y P./J.
24/2005 citadas, aparecen publicadas en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XIX, marzo de 2004, página 958 y Tomo XXI, mayo de 2005, página 782, con
los rubros: "ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. SUPUESTO EN EL QUE SE ACTUALIZA LA
CAUSAL DE IMPROCEDENCIA POR CESACIÓN DE EFECTOS DE LA NORMA GENERAL
IMPUGNADA" y "ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. ES IMPROCEDENTE POR CESACIÓN
DE EFECTOS DE LA NORMA GENERAL IMPUGNADA CUANDO ÉSTA HA SIDO REFORMADA
O SUSTITUIDA POR OTRA".

29
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Dicho criterio


es inaplicable cuando la norma impugnada es de naturaleza penal, ya
que, acorde con los artículos 105, párrafo penúltimo, de la Constitución
Federal y 45 de la ley citada, la Suprema Corte de Justicia de la Nación
puede dar efectos retroactivos a la declaración de invalidez que emita
en relación con la impugnación de normas legales de esa naturaleza,
los cuales tendrán eficacia desde la entrada en vigor de la legislación
declarada inconstitucional y bajo la estricta condición de que la
expulsión de la norma tienda a beneficiar, y nunca a perjudicar, a todos
los individuos directamente implicados en los procesos penales
respectivos. Además, debe tenerse presente que uno de los principios
que rigen en la materia penal obliga a aplicar la ley vigente al momento
en que se cometió el delito, lo que implica que aun cuando una norma
impugnada se haya reformado, modificado, derogado o abrogado, sigue
surtiendo efectos respecto de los casos en los que el delito se hubiera
cometido bajo su vigencia. Por ello, cuando en una acción de
inconstitucionalidad se impugne una norma penal que posteriormente
se modifica, reforma, abroga o deroga, este Alto Tribunal deberá
analizarla en sus términos y bajo los conceptos de invalidez hechos
valer, ya que una potencial declaratoria de inconstitucionalidad puede
llegar a tener impacto en los procesos en los que dicha norma haya sido
aplicada durante su vigencia16.

34. Cabe resaltar que este caso difiere de lo resuelto por esta Suprema Corte el
trece de agosto de dos mil quince en la acción de inconstitucionalidad
41/2013. En ese asunto, se decidió sobreseer la acción por lo que hace al
artículo 243 del Código Penal del Estado de Tlaxcala, que establecía una
modalidad del delito de aborto 17.

35. Para la mayoría de integrantes del Pleno, cesaban los efectos de ese
precepto a pesar de tratarse de una disposición relacionada con la materia
penal. Lo anterior es así, porque ese tipo penal sufrió una reforma posterior
a la presentación de la demanda (para incluir nuevamente la causa de
excluyente de responsabilidad que motivó la presentación de la acción) y,
conforme a los principios generales del derecho, esa nueva disposición era
la más favorable para las personas, por lo que al haberse eliminado el
supuesto de punibilidad que se cuestionaba debía entonces estimarse que la

16 Tesis aislada P. IV/2014 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época,
Libro 4, Marzo de 2014, Tomo I, Página 227.
17 Así lo resolvió el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por mayoría de ocho votos
de los señores Ministros Gutiérrez Ortiz Mena apartándose de algunas consideraciones, Cossío Díaz
apartándose de algunas consideraciones, Franco González Salas, Zaldívar Lelo de Larrea
apartándose del tema de los informes, Pardo Rebolledo, Silva Meza, Medina Mora I. y Pérez Dayán.
El señor Ministro Presidente Aguilar Morales votó en contra. Los señores Ministros Gutiérrez Ortiz
Mena, Cossío Díaz y Zaldívar Lelo de Larrea anunciaron sendos votos concurrentes. Las señoras
Ministras Margarita Beatriz Luna Ramos y Olga Sánchez Cordero de García Villegas no asistieron a
la sesión de trece de agosto de dos mil quince, la primera por desempeñar una comisión de carácter
oficial y la segunda previo aviso a la Presidencia.

30
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

norma ya no producía efectos jurídicos. Ello aunado a que el ministerio


público y las autoridades judiciales habían informado que no existía
antecedente de averiguación previa en trámite o resuelta ni proceso penal
que involucrara dicho artículo 243 del código penal.

36. Sin embargo, en el presente asunto no se trata de normas que establezcan


tipos penales, sino de normas que regulan sustantiva y procesalmente al
sistema de justicia penal de los adolescente en el Estado de Michoacán. Por
tal situación, no es replicable la solución que se dio en el aludido precedente
en atención al principio general del derecho de aplicación de la ley más
favorable. Además, en el caso, para efectos de poder decidir cuál es la
medida cautelar o privativa de libertad que más beneficia a una persona (si la
de la legislación impugnada o la de la ley nacional para la aplicabilidad de
principios generales en la materia como lo alude el transitorio de esa
legislación general), es imprescindible la opinión de esta Suprema Corte
sobre la validez o invalidez de las diferentes normas reclamadas.
Adicionalmente, no se cuenta en el presente expediente con informes del
ministerio público o de las autoridades judiciales sobre la aplicación de los
preceptos impugnados.

37. En suma, se considera que no nos encontramos ante los mismos supuestos
fácticos y normativos de la acción de inconstitucionalidad 41/2013, por lo que
no existe criterio vinculante sobre la cesación de efectos. Por ende, como se
adelantó, se pasa al estudio de los conceptos de invalidez.

VII. PRECISIÓN METODOLÓGICA DEL ESTUDIO DE FONDO

38. En los apartados subsecuentes de la presente sentencia se analizaran los


argumentos de inconstitucionalidad en forma distinta a como fueron
presentados por el órgano autónomo protector de derechos humanos. El fallo
se dividirá en varios apartados y sub-apartados, lo cual se refleja en el
siguiente cuadro.

31
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

SUB-APARTADOS Y/O NORMAS


APARTADOS Y TEMÁTICA RECLAMADAS DEL CÓDIGO DE
JUSTICIA ESPECIALIZADA
VIII.1. Análisis de los artículos 23,
VIII. Intervención policiaca y reglas fracciones VI y VII y 24
de detención y remisión al
Ministerio Público VIII.2. Análisis del artículo 42, último
párrafo
IX. Presunción de minoridad Artículo 33, último párrafo
durante el proceso
X. Prórroga del plazo constitucional Artículo 50, tercer párrafo
para el dictado de libertad o de
sujeción a proceso
XI. Medida cautelar de Artículos 28 y 56
internamiento
XII.1. Análisis de los artículos 28,
113, 114 y 115
XII.2. Análisis de los artículos 116 y
XII. El internamiento como medida 117
tras el juicio XII.3. Análisis de los artículos 118,
119 y 120
XII.4. Análisis de los artículos 121 a
124
XIII. Medida de prestación de Artículo 85
servicios a favor de la comunidad
XIV. El aislamiento como medida Artículo 11, fracciones XIX y XX
disciplinaria
XV. Definición legal del concepto de Artículo 8, fracción XIV
víctima

39. La razón para estudiar de esta forma los conceptos de invalidez consiste en
dotar a la sentencia de una coherencia en cuanto a los temas que se van a
analizar, empezando por aquéllos que tienen una incidencia desde el inicio
del procedimiento penal (como las detenciones, reglas de minoridad y plazos
para la sujeción al proceso); para posteriormente estudiar la regularidad
constitucional de todas aquellas medidas que se le pueden aplicar a los
sujetos de la ley (cautelares, definitivas o disciplinarias) y, finalizar, con un
tema más genérico como la definición de víctima en la legislación local en el
sistema de justicia penal para adolescentes. Con estas aclaraciones, se pasa
entonces al estudio de fondo.

32
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

VIII. INTERVENCIÓN POLICIACA Y REGLAS DE DETENCIÓN Y


REMISIÓN AL MINISTERIO PÚBLICO

40. En el primer y segundo sub-apartados de su tercer concepto de invalidez, la


Comisión Nacional de Derechos Humanos cuestionó la validez de los
artículos 23, fracciones VI y VII, 24 y 42, último párrafo, del Código de Justicia
Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán por contradecir
los principios pro persona, presunción de inocencia y minoridad, así como los
derechos de seguridad jurídica y libertad personal.

41. Para la Comisión de Derechos Humanos se actualiza una violación


constitucional, toda vez que en ciertas porciones de las disposiciones
cuestionadas se dice que los agentes de policía, en ejercicio de sus
funciones, podrán detener niños o niñas alegando flagrancia (artículo 23,
fracción VI); podrán mantenerlos bajo su custodia en tanto sean puestos a
disposición del Ministerio Público Federal para Adolescentes (artículo 23,
fracción VIII), y podrán obtener grabaciones, filmaciones, imágenes o
cualquier otra información relacionada con niñas o niños siempre y cuando
no lo divulguen (artículo 24).

42. Para la accionante, el problema es que en atención a los artículos 1º y 18 de


la Constitución General, los niños y niñas (que son personas menores de
doce años) quedan exentos de responsabilidad penal y no pueden ser sujetos
al sistema de justicia penal para adolescentes, sino sólo a aspectos de
asistencia y rehabilitación. Por lo tanto, a su juicio, los recién referidos
preceptos reclamados deben declararse inconstitucionales, pues justamente
permiten la detención de niños por supuesta flagrancia, autorizan que se
ponga a niños y niñas bajo la custodia de la policía en tanto sean entregados
al Ministerio Público Especializado y también consienten que se obtengan
grabaciones, filmaciones, imágenes o cualquier otra información relacionada
con los niños y niñas, siempre y cuando no la divulguen.

43. Por otro lado, se argumenta que el último párrafo del artículo 42 incurre en
las siguientes deficiencias constitucionales:

33
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

a) Establece que la figura de la flagrancia será aplicable a los delitos


perseguibles por querella, aun cuando técnicamente es admisible sólo
en algunos delitos.
b) Decreta la detención de adolescentes hasta por doce horas, sin que
exista causa que lo justifique, afectando la libertad personal y de tránsito
de las personas.
c) Permite la detención arbitraria al no requerir requisito alguno para su
detención, incidiendo en la presunción de inocencia.
d) Consiente la privación de la libertad a los adolescentes sin mediar orden
de aprehensión.
e) Con la posibilidad de retener al adolescente ante casos de querella, se
afecta su derecho a ser informado sin demora y personalmente sobre
las razones por las que se le detiene, pues no se le puede informar de
lo que se le acusa porque no exista acusación formal.

44. Para dar respuesta a estos planteamientos, el presente apartado se


subdividirá a su vez en dos sub-apartados: en el primero (VIII.1.) se estudiará
la regularidad constitucional de los preceptos impugnados relacionados con
las obligaciones de los agentes de la policía cuando están en contacto con
niños, niñas, adolescentes y/o adultos jóvenes y, en el segundo (VIII.2.), se
analizará el precepto reclamado que reglamenta la forma de proceder del
Ministerio Público cuando se detiene a una persona en flagrancia.

VIII.1.
Análisis de los artículos 23, fracciones VI y VII, y 24 del Código Local

45. El texto de estas disposiciones legales es el que sigue (se transcribe la


totalidad de los artículos y se destaca en negritas la porción de alguno de
ellos que prevé el contenido relevante para los conceptos de invalidez):

Artículo 23. Los agentes de las policías que en el ejercicio de sus


funciones tengan contacto con niños, niñas, adolescentes o adultos
jóvenes presuntamente involucrados en conductas tipificadas como
delito en las leyes, deberán ejercer sus funciones conforme a los
siguientes deberes y atribuciones:
I. Apegarse a los principios, derechos y garantías previstos en esta Ley,
en la Constitución Federal, en la Constitución del Estado, en la
legislación de derechos para niñas, niños y adolescentes y en los
instrumentos y convenios internacionales aplicables en la materia;

34
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

II. Registrar la detención del adolescente o adulto joven en los términos


del Código Nacional de Procedimientos Penales, en su calidad de
adolescentes;
III. Poner al adolescente o adulto joven, inmediatamente y sin demora a
disposición del Ministerio Público para Adolescentes;
IV. Informar al adolescente o adulto joven al momento de tener contacto
con él, sobre los derechos que le garantizan los ordenamientos
aplicables;
V. Auxiliar, de modo prioritario, a las personas menores de dieciocho
años de edad que se encuentren amenazadas por algún peligro o que
hayan sido víctimas de algún delito, así como brindar protección a sus
bienes y derechos;
VI. En los casos de duda acerca de la edad de la persona detenida
en flagrancia, presumir que se trata de adolescentes, o niños, según
sea el caso; y,
VII. Salvaguardar la vida, la dignidad e integridad física de niños,
niñas, adolescentes o adultos jóvenes que estén bajo su custodia, en
tanto sean puestos a disposición del Ministerio Público Federal
para Adolescentes.

Artículo 24. Los agentes de las policías por ningún motivo podrán exhibir
o exponer públicamente a las niñas, niños y adolescentes, así como
publicar o divulgar toda grabación, filmación, imagen o cualquier otra
información relacionada con los mismos.

46. Los artículos que ahora se analizan se encuentran insertos en el Capítulo II


del Título Segundo del Código Local, relativo a la policía como autoridad
especializada en materia del sistema de justicia penal para adolescentes. El
artículo 23 está destinado a regular los deberes y atribuciones que tienen los
policías que, en el ejercicio de sus funciones, tengan contacto con niños,
niñas, adolescentes o adultos jóvenes (en específico, en las fracciones VI y
VII se ordena que ante la duda acerca de la edad de la persona detenida en
flagrancia se presuma, según sea el caso, que se trata de adolescentes o
niños y que se salvaguarde la vida, dignidad e integridad física de niños,
niñas, adolescentes o adultos jóvenes que estén bajo custodia policial en
tanto sean puestos a disposición de la autoridad ministerial), mientras que el
artículo 24 prevé una serie de prohibiciones para estos mismos agentes
policiacos a fin de no exhibir o exponer públicamente a los niños, niñas y
adolescentes cuando sean objeto de su custodia ni publicar o divulgar
grabaciones, filmaciones, imágenes o cualquier otra información relacionada
con los mismos.

47. Los conceptos de invalidez en contra de estas disposiciones están orientados


a demostrar que, si se validara su regularidad constitucional, se permitiría a

35
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

la autoridad policial detener a niños y niñas por supuesta flagrancia, así como
retenerlos, custodiarlos y ponerlos a disposición del Ministerio Público
Especializado.

48. Este Tribunal Pleno considera estos razonamientos como parcialmente


fundados, por una parte, e infundados, por la otra, en atención a las
consideraciones que siguen, en donde primero se expondrá el parámetro de
regularidad aplicable (el cual servirá de guía para el análisis de todos los
preceptos reclamadas en esta acción de inconstitucionalidad) y, después, se
efectuará el análisis de cada una las normas reclamadas.

Parámetro de regularidad: el sistema de justicia para adolescentes

49. El presente estudio debe partir de la premisa de que los niños, niñas y
adolescentes gozan de una especial protección en nuestro ordenamiento
constitucional. Esta protección deriva tanto del contenido formal de la propia
Constitución General y de los tratados internacionales como de la
interpretación que han tomado diversos órganos regionales e internacionales
sobre las reglas y principios constitucionales y convencionales que rigen los
derechos humanos de este grupo de personas.

50. En relación con todo este marco jurídico, es importante resaltar que no es la
primera ocasión en que este Tribunal Pleno se enfrenta a un problema que
involucra la interpretación del sistema de justicia penal para adolescentes.
Por lo menos en dos acciones de inconstitucionalidad, hemos sentado
importantes premisas sobre el alcance de los derechos que le corresponden
a los niños, niñas y adolescentes que son objeto del ius puniendi estatal en
materia penal y la regularidad constitucional de diversas medidas que les
afectan durante la investigación penal y/o durante el proceso judicial.

51. Si bien el primer precedente aplicable (la acción de inconstitucionalidad


37/2006) se falló previo a importantes reformas a los artículos 18 y 73,
fracción XXI, inciso c), de la Constitución General de dieciocho de junio de
dos mil ocho y diez de julio de dos mil quince, respectivamente, lo cierto es
que varias consideraciones expuestas en dicho fallo siguen teniendo

36
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

vinculatoriedad, pues se refieren a la premisas generales del sistema de


justicia juvenil que datan desde la modificación constitucional de doce de
diciembre de dos mil cinco y que no fueron modificadas con las reformas
constitucionales posteriores.

52. Así las cosas, lo primero que debe resaltarse es que las notas que distinguen
esencialmente al actual sistema de justicia para adolescentes derivan, en
principio, del artículo 18, párrafos cuarto, quinto y sexto, de la Constitución
General a partir de la recién citada modificación de doce de diciembre de dos
mil cinco. Previo a esa reforma, se establecía que la Federación y los Estados
establecerían instituciones especiales para el tratamiento de menores
infractores. Con la modificación, el Poder Constituyente implementó un
sistema integral especializado de justicia juvenil, el cual rige hasta nuestros
días con ciertos cambios en cuanto a los derechos de los adolescentes y
alcances del propio sistema que se introdujeron en reformas posteriores. El
texto constitucional vigente es el que a continuación se transcribe 18:

Artículo 18.- Sólo por delito que merezca pena privativa de libertad
habrá lugar a prisión preventiva. El sitio de ésta será distinto del que se
destinare para la extinción de las penas y estarán completamente
separados.
El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los
derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la
educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción
del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir,
observando los beneficios que para él prevé la ley. Las mujeres
compurgarán sus penas en lugares separados de los destinados a los
hombres para tal efecto.
La Federación y las entidades federativas podrán celebrar convenios
para que los sentenciados por delitos del ámbito de su competencia
extingan las penas en establecimientos penitenciarios dependientes de
una jurisdicción diversa.
La Federación y las entidades federativas establecerán, en el
ámbito de sus respectivas competencias, un sistema integral de
justicia para los adolescentes, que será aplicable a quienes se
atribuya la comisión o participación en un hecho que la ley señale
como delito y tengan entre doce años cumplidos y menos de
dieciocho años de edad. Este sistema garantizará los derechos

18 Posterior a la modificación constitucional de dos mil cinco, por lo que hace al ámbito regulatorio
del sistema de justicia penal para adolescentes (párrafos cuarto y sexto del artículo 18
constitucional), se han dado dos reformas: el dos de julio de dos mil quince y el veintinueve de enero
de dos mil dieciséis. Se hace el estudio de constitucionalidad con el texto vigente del artículo 18 de
la Constitución General, pues su contenido es el que debe regir hacia futuro y, aun cuando este texto
no hubiere sido el que se encontraba en vigor al momento de expedirse el Código de Justicia
Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán (veintiséis de diciembre de dos mil
catorce), se insiste, los elementos esenciales que rigen nuestra decisión se encuentran presentes
desde el dos mil cinco, además de que el contenido actual es el que más beneficia a las personas.

37
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

humanos que reconoce la Constitución para toda persona, así


como aquellos derechos específicos que por su condición de
personas en desarrollo les han sido reconocidos a los
adolescentes. Las personas menores de doce años a quienes se
atribuya que han cometido o participado en un hecho que la ley
señale como delito, sólo podrán ser sujetos de asistencia social.
La operación del sistema en cada orden de gobierno estará a cargo
de instituciones, tribunales y autoridades especializados en la
procuración e impartición de justicia para adolescentes. Se podrán
aplicar las medidas de orientación, protección y tratamiento que
amerite cada caso, atendiendo a la protección integral y el interés
superior del adolescente.
Las formas alternativas de justicia deberán observarse en la
aplicación de este sistema, siempre que resulte procedente. El
proceso en materia de justicia para adolescentes será acusatorio y
oral, en el que se observará la garantía del debido proceso legal, así
como la independencia de las autoridades que efectúen la remisión
y las que impongan las medidas. Éstas deberán ser proporcionales
al hecho realizado y tendrán como fin la reinserción y la
reintegración social y familiar del adolescente, así como el pleno
desarrollo de su persona y capacidades. El internamiento se
utilizará sólo como medida extrema y por el tiempo más breve que
proceda, y podrá aplicarse únicamente a los adolescentes mayores
de catorce años de edad, por la comisión o participación en un
hecho que la ley señale como delito.
Los sentenciados de nacionalidad mexicana que se encuentren
compurgando penas en países extranjeros, podrán ser trasladados a la
República para que cumplan sus condenas con base en los sistemas de
reinserción social previstos en este artículo, y los sentenciados de
nacionalidad extranjera por delitos del orden federal o del fuero común,
podrán ser trasladados al país de su origen o residencia, sujetándose a
los Tratados Internacionales que se hayan celebrado para ese efecto. El
traslado de los reclusos sólo podrá efectuarse con su consentimiento
expreso.
Los sentenciados, en los casos y condiciones que establezca la ley,
podrán compurgar sus penas en los centros penitenciarios más cercanos
a su domicilio, a fin de propiciar su reintegración a la comunidad como
forma de reinserción social. Esta disposición no aplicará en caso de
delincuencia organizada y respecto de otros internos que requieran
medidas especiales de seguridad.
Para la reclusión preventiva y la ejecución de sentencias en materia de
delincuencia organizada se destinarán centros especiales. Las
autoridades competentes podrán restringir las comunicaciones de los
inculpados y sentenciados por delincuencia organizada con terceros,
salvo el acceso a su defensor, e imponer medidas de vigilancia especial
a quienes se encuentren internos en estos establecimientos. Lo anterior
podrá aplicarse a otros internos que requieran medidas especiales de
seguridad, en términos de la ley.

53. Este precepto se complementa con el contenido de los derechos humanos de


todas las personas y con los derechos que les corresponden a los niños,
niñas y adolescentes como personas en desarrollo, así como con el resto de
normas en la materia que tienen fundamento internacional; en particular, con
lo previsto en los artículos 19 de la Convención Americana sobre Derechos

38
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Humanos, VII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del


Hombre y 37 y 40 de la Convención de los Derechos del Niños, tratados
internacionales de los que forma parte el Estado mexicano, que son del tenor
siguiente:

Convención Americana sobre Derechos Humanos

Artículo 19. Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su
condición de menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y el
Estado.

Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre

Artículo VII. Toda mujer en estado de gravidez o en época de lactancia,


así como todo niño, tienen derecho a protección, cuidados y ayuda
especiales.

Convención de los Derechos del Niños

Artículo 37
Los Estados Partes velarán por que:
a) Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes. No se impondrá la pena capital ni la de prisión
perpetua sin posibilidad de excarcelación por delitos cometidos por
menores de 18 años de edad;
b) Ningún niño sea privado de su libertad ilegal o arbitrariamente. La
detención, el encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo de
conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último
recurso y durante el período más breve que proceda;
c) Todo niño privado de libertad sea tratado con la humanidad y el respeto
que merece la dignidad inherente a la persona humana, y de manera que
se tengan en cuenta las necesidades de las personas de su edad. En
particular, todo niño privado de libertad estará separado de los adultos, a
menos que ello se considere contrario al interés superior del niño, y tendrá
derecho a mantener contacto con su familia por medio de correspondencia
y de visitas, salvo en circunstancias excepcionales;
d) Todo niño privado de su libertad tendrá derecho a un pronto acceso a
la asistencia jurídica y otra asistencia adecuada, así como derecho a
impugnar la legalidad de la privación de su libertad ante un tribunal u otra
autoridad competente, independiente e imparcial y a una pronta decisión
sobre dicha acción.

Artículo 40
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño de quien se
alegue que ha infringido las leyes penales o a quien se acuse o declare
culpable de haber infringido esas leyes a ser tratado de manera acorde
con el fomento de su sentido de la dignidad y el valor, que fortalezca el
respeto del niño por los derechos humanos y las libertades fundamentales
de terceros y en la que se tengan en cuenta la edad del niño y la
importancia de promover la reintegración del niño y de que éste asuma
una función constructiva en la sociedad.
2. Con este fin, y habida cuenta de las disposiciones pertinentes de los
instrumentos internacionales, los Estados Partes garantizarán, en
particular:

39
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

a) Que no se alegue que ningún niño ha infringido las leyes penales, ni se


acuse o declare culpable a ningún niño de haber infringido esas leyes, por
actos u omisiones que no estaban prohibidos por las leyes nacionales o
internacionales en el momento en que se cometieron;
b) Que a todo niño del que se alegue que ha infringido las leyes penales
o a quien se acuse de haber infringido esas leyes se le garantice, por lo
menos, lo siguiente:
i) Que se lo presumirá inocente mientras no se pruebe su culpabilidad
conforme a la ley;
ii) Que será informado sin demora y directamente o, cuando sea
procedente, por intermedio de sus padres o sus representantes legales,
de los cargos que pesan contra él y que dispondrá de asistencia jurídica
u otra asistencia apropiada en la preparación y presentación de su
defensa;
iii) Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano
judicial competente, independiente e imparcial en una audiencia equitativa
conforme a la ley, en presencia de un asesor jurídico u otro tipo de asesor
adecuado y, a menos que se considerare que ello fuere contrario al interés
superior del niño, teniendo en cuenta en particular su edad o situación y a
sus padres o representantes legales;
iv) Que no será obligado a prestar testimonio o a declararse culpable, que
podrá interrogar o hacer que se interrogue a testigos de cargo y obtener
la participación y el interrogatorio de testigos de descargo en condiciones
de igualdad;
v) Si se considerare que ha infringido, en efecto, las leyes penales, que
esta decisión y toda medida impuesta a consecuencia de ella, serán
sometidas a una autoridad u órgano judicial superior competente,
independiente e imparcial, conforme a la ley;
vi) Que el niño contará con la asistencia gratuita de un intérprete si no
comprende o no habla el idioma utilizado;
vii) Que se respetará plenamente su vida privada en todas las fases del
procedimiento.
3. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para
promover el establecimiento de leyes, procedimientos, autoridades e
instituciones específicos para los niños de quienes se alegue que han
infringido las leyes penales o a quienes se acuse o declare culpables de
haber infringido esas leyes, y en particular:
a) El establecimiento de una edad mínima antes de la cual se presumirá
que los niños no tienen capacidad para infringir las leyes penales;
b) Siempre que sea apropiado y deseable, la adopción de medidas para
tratar a esos niños sin recurrir a procedimientos judiciales, en el
entendimiento de que se respetarán plenamente los derechos humanos y
las garantías legales.
4. Se dispondrá de diversas medidas, tales como el cuidado, las órdenes
de orientación y supervisión, el asesoramiento, la libertad vigilada, la
colocación en hogares de guarda, los programas de enseñanza y
formación profesional, así como otras posibilidades alternativas a la
internación en instituciones, para asegurar que los niños sean tratados de
manera apropiada para su bienestar y que guarde proporción tanto con
sus circunstancias como con la infracción.

54. Normas que, a su vez, deben valorarse en conjunto con otras disposiciones
y resoluciones de carácter internacional que forman parte de lo que es
conocido en el derecho internacional como corpus juris en materia de niñez.

40
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Aunque no son propiamente tratados internacionales, son normas y


resoluciones que forman parte del derecho internacional y que han sido
utilizadas como parte del marco jurídico de protección de los derechos
humanos de los niños, niñas y adolescentes a fin de interpretar las citadas
disposiciones convencionales.

55. Este corpus juris se integra, entre otras, por las Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas para la Administración de Justicia de Menores (en adelante
“Reglas de Beijing”)19, las Reglas sobre Mínimas de las Naciones Unidas
sobre las Medidas No Privativas de la Libertad (en adelante “Reglas de
Tokio”)20, las Reglas para la protección de menores privados de la libertad
(en adelante “Reglas de La Habana”)21 y las Directrices de las Naciones
Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (en adelante
“Directrices de Riad”)22. Adicionalmente, este marco incluye las decisiones
adoptadas por el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas
(en adelante “Comité de los Derechos del Niño”) en cumplimiento de su
mandato, como la Observación General No. 10 sobre los derechos del niño
en la justicia de menores.

56. Ahora bien, tomando en cuenta todo este contexto normativo, este Tribunal
Pleno sostuvo en la referida acción de inconstitucionalidad 37/2006,
fallada el veintidós de noviembre de dos mil siete (cuyas consideraciones
fueron reiteradas en la acción de inconstitucionalidad 60/2016, fallada el
nueve de mayo de dos mil diecisiete)23, que las notas esenciales del sistema
aplicable a quienes tengan entre doce años cumplidos y menos de dieciocho
años de edad son las siguientes:

19 Adoptadas por la Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución 40/33, de 29 de


noviembre de 1985
20 Adoptadas por la Asamblea General en su resolución 45/110, de 14 de diciembre de 1990.
21 Adoptadas por la Asamblea General en su resolución 45/113, de 14 de diciembre de 1990.
22 Adoptadas por la Asamblea General en su resolución 45/112, de 14 de diciembre de 1990.
23 La primera acción citada fue resuelta con fundamento en el artículo 18 constitucional reformado
en dos mil cinco y la segunda con la norma actualmente vigente; sin embargo, en esta última
resolución, como se adelantó, se dijo que las modificaciones constitucionales posteriores al dos mil
cinco no incidieron en los fundamentos esenciales del sistema de justicia juvenil. Se señaló que:
“Cabe destacar que la reforma al artículo 18 constitucional publicada en el Diario Oficial de la
Federación el dos de julio de dos mil quince, refuerza las notas esenciales contenidas en la
jurisprudencia, y adecua los conceptos para armonizar su texto con el actual régimen constitucional
de protección de los derechos humanos y con el sistema de justicia penal acusatorio y oral. La
modificación más reciente fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el veintinueve de enero
de dos mil dieciséis, y tuvo por objeto adecuar el enunciado normativo al nuevo régimen de la Ciudad
de México como entidad federativa”.

41
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

a) Se basa en una concepción del adolescente como sujeto de


responsabilidad.
b) El adolescente goza a plenitud de derechos y garantías que le asisten,
al estar sujeto a proceso por conductas delictuosas (el sistema es
garantista).
c) El sistema es de naturaleza penal, aunque especial o modalizada, en
razón del sujeto activo de las conductas ilícitas; y,
d) En lo que atañe al aspecto jurisdiccional procedimental, es de corte
preponderantemente acusatorio.

57. Se explicó que el sistema especializado de justicia para adolescentes


encuentra sustento precisamente en los numerales 4º y 18 constitucionales,
pues el primero de ellos prevé los postulados de protección integral de
derechos fundamentales, mientras que el segundo establece, propiamente,
las bases del sistema de justicia para adolescentes, a nivel federal, estatal y
del Distrito Federal. Además, el indicado modelo también se sustenta en la
doctrina de la protección integral de la infancia, postulada por la Organización
de las Naciones Unidas y formalmente acogida por México con la ratificación
de la Convención sobre los Derechos del Niño.

58. Respecto a cada una de las notas distintivas del sistema, se transcriben a
continuación las consideraciones relevantes de la citada ejecutoria de la
acción de inconstitucionalidad 37/2006, de las que se advierte el alcance de
cada una de ellas.

a) El adolescente como sujeto de responsabilidad:

“Al abandonarse la noción de tutela y protección del menor, basada en


la concepción del menor como sujeto incapaz necesitado de protección,
se adopta ahora el concepto, generalmente aceptado por la comunidad
internacional, bajo el cual el menor es un sujeto pleno, con derechos y
responsabilidades. No se trata de concebirlo simplemente como un
adulto, sino como un sujeto diferente considerado en su peculiar
condición social de sujeto en desarrollo y dotado de autonomía jurídica
y social en permanente evolución. Si bien no puede ser tratado como
adulto, sí cabe exigirle una responsabilidad especial, adecuada a estas

42
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

peculiaridades. Esto es, precisamente, lo trascendente del


reconocimiento del adolescente como un sujeto de derecho pleno”.

b) Sistema garantista:

“Por otro lado, aunque muy de la mano de lo anterior, el sistema de


responsabilidad en el que se inscribe la reforma constitucional tiene
como nota esencial, distintiva del mismo, la de tratarse de un modelo
garantista, conforme al cual, al adolescente que delinque se le reconoce
un cúmulo de garantías en el procedimiento caracterizadas por el solo
hecho de ser persona en desarrollo. Hay un marco de garantías que lo
arropa en doble partida, pues le asisten las propias de toda persona
(adulto) que es sometida a proceso por violentar leyes penales, así como
todos los demás derechos que han sido reconocidos -en instrumentos
internacionales y leyes nacionales- por su especial condición
biopsicológica de ser adolescente”.

c) Naturaleza penal especial o modalizada

“Esta concepción del adolescente como sujeto responsable, tiene


consecuencias de importancia y trascendencia en la conceptualización
que se haga, a su vez, del nuevo modelo de justicia al que la reforma
constitucional transita, pues permite superar añejos eufemismos acerca
de la naturaleza de la justicia juvenil.
En efecto, bajo la concepción del menor como incapaz, se utilizaron
denominaciones como “menores infractores”, “consejos tutelares”,
“medidas” y otras tantas, bajo las cuales los calificativos de “penal”
quedaban totalmente proscritos, aunque paradójicamente -según quedó
explicado en el considerando que antecede- llevaron a un régimen más
represor y violento contra el propio menor. Ahora que se ha superado tal
concepción y se entiende al menor como un sujeto responsable, se ha
podido entrar a un terreno en el cual admitir la naturaleza penal de la
justicia juvenil no sólo es posible, sino necesario.
Los instrumentos internacionales que inspiraron la reforma
expresamente hablan -sin reticencias- de la justicia juvenil como un
segmento de la justicia penal. La iniciativa de reforma en la materia, así
se refería en su texto a este sistema de justicia (“justicia penal para
adolescentes”), aunque el término “penal” fue suprimido cuando fue
revisada la propuesta por la Cámara de Senadores (Revisora), dejándolo
simplemente como justicia para adolescentes, supresión que obedeció,
según se dijo, “para evitar cualquier confusión con las instituciones y
procedimientos relativos a la justicia para adultos”.
El carácter penal de este nuevo sistema queda definido también
constitucionalmente, en cuanto a que las únicas conductas que son
objeto del mismo son -exclusivamente- aquellas que en las leyes están
tipificadas como delitos. Ya no entran en el sistema de menores los
llamados “estados de peligro”, la “situación irregular” o la comisión de
infracciones de orden administrativo, como antaño sucedía bajo el

43
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

modelo tutelar. Dice la Constitución: “(…) un sistema integral de justicia


que será aplicable a quienes se atribuya la realización de una conducta
tipificada como delito por las leyes penales (...)”.
Admitir esta naturaleza respecto de la justicia de menores, ha sido
considerado como un avance importante, pues, lejos de resultar lesivo
para ellos, da lugar a que se les reconozcan, en el proceso al que sean
sujetos, todas aquellas garantías que asisten a un acusado. Téngase
presente que el proceso que, incluso, contiene más regulación de orden
directamente constitucional es, justamente, el derecho procesal penal.
Sin embargo, esta conceptualización de la justicia juvenil como de
naturaleza penal, resulta modalizada por el solo hecho de que el sujeto
activo de que se trata es, precisamente, un adolescente. Esta
circunstancia da lugar a que, como se dijo párrafos atrás, los derechos
que se les reconocen en su calidad de inculpados, procesados y
sentenciados, sean ampliados para también considerar que les asisten
otros adicionales, en razón de esa precisa condición, de manera que
deba hablarse de una naturaleza penal especial.
Uno de los más importantes matices que corroboran esta especialidad
de la justicia juvenil dentro de la justicia penal, según se ha venido
refiriendo, es el relativo a las finalidades que se persiguen con las
sanciones establecidas. Así, el derecho penal de adolescentes se
distingue del de los adultos, en cuanto a que, en aquél, la finalidad de
las sanciones da origen a un derecho penal educativo o, en términos de
la exposición de motivos, de “naturaleza sancionadora educativa”,
ingredientes que si bien están presentes también en el derecho penal en
general, lo están en proporciones distintas.
Este principio característico del sistema de justicia para adolescentes, el
educativo sancionador, no es sino consecuencia de los principios de
interés superior y de protección integral de la infancia que, dicho sea de
paso, no sólo impacta en la naturaleza que se adscriba a la sanción, sino
en otros tantos aspectos, como el de la preferencia de las sanciones no
privativas de libertad y la preponderancia de la educación en la
determinación y ejecución de las medidas, entre otras.
En el fondo, la diferencia entre el sistema de justicia penal para
adolescentes y el de adultos, radica en una cuestión de intensidad que
se ve reflejada en el contenido garantista de cada uno (en el primero,
hay un especial añadido en este rubro), como también en el aspecto
rehabilitador o educativo versus el punitivo de las sanciones que están
presentes en proporciones distintas en cada uno”.

d) Procedimiento acusatorio:

“Estrechamente vinculado con lo anterior y también como distintivo del


régimen mismo, se tiene que el sistema integral de justicia para
adolescentes, impone un procedimiento similar al penal y, enfática o
preponderantemente, de corte acusatorio (en oposición a inquisitorio).
Los instrumentos internacionales que motivaron la reforma, si bien no se
han expresado con esta terminología, hacen especial énfasis en la
independencia y separación entre las funciones de policía, de Ministerio

44
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Fiscal y -en el extremo contrario- del órgano encargado de emitir su juicio


acerca de la conducta presuntamente realizada, dibujando una función
más concisa del juzgador, de auténticamente decir el derecho en función
de la acusación que se le presenta.
La propia Convención Internacional de los Derechos del Niño establece,
de manera clara, que la causa incoada en contra del menor deberá ser
dirimida por un órgano independiente e imparcial; así lo reitera el artículo
18 reformado, cuando establece: “En todos los procedimientos seguidos
a los adolescentes se observará la garantía del debido proceso legal, así
como la independencia entre las autoridades que efectúen la remisión y
las que impongan las medidas.”.

59. De esta transcripción se puede apreciar que en el referido precedente, este


Tribunal Pleno reconoció reiteradamente que el sistema penal para
adolescentes es garantista, lo que implica que los adolescentes gozan de una
doble protección ya que les son propios los derechos y garantías que le
asisten a toda persona (adulta) que es sometida a proceso por violentar leyes
penales, así como todos los demás derechos que han sido reconocidos tanto
en instrumentos internacionales como en leyes nacionales por su especial
condición de desarrollo. De igual manera, se establece con claridad que el
sistema concibe al adolescente como un sujeto responsable que debe ser
juzgado en un sistema de tipo penal especial o modalizado de acuerdo con
su grado de desarrollo, en el que se observen las reglas del procedimiento
acusatorio.

60. Aunado a estas notas distintivas del sistema, en ese precedente también se
hizo una explicación exhaustiva de los diferentes alcances y particularidades
normativas del artículo 18 constitucional en correlación con las demás
disposiciones que componen el corpus juris de la niñez, mismas que, como
se adelantó, siguen teniendo vigencia hasta nuestros días.

61. En primer lugar, se adujo que la justicia para adolescentes es un sistema de


carácter integral dirigido a las personas entre doce años cumplidos y menos
de dieciocho años de edad. Con la caracterización como sistema se quiso
implicar que es un conjunto de cosas independientes pero vinculadas que, en
suma, tienen el mismo objeto: el adolescente 24. Y por “integral” se aludió a

24 En este orden de ideas, en la sentencia se resaltó que debía a su vez hacerse hincapié en lo
previsto sobre esta aspecto en las Reglas de Beijing y las Directrices de las Naciones Unidas para
la Prevención de la Delincuencia Juvenil, pues, en ambos instrumentos se hace referencia a diversas

45
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

que comprendía, a su vez, todos estos aspectos del sistema, pero también
un reconocimiento a una dimensión no lineal del mismo 25.

62. El cambio de un sistema tutelar a uno de protección integral de derechos,


originó la creación del sistema de justicia que, según se puede advertir de lo
dicho en el considerando quinto anterior del citado fallo, quedó sustentado
constitucionalmente en los numerales 4º y 18 constitucionales. El primero de
ellos recoge, precisamente, los postulados de protección integral de derechos
fundamentales, pues establece que los niños, niñas y adolescentes tienen
necesidades básicas de alimentación, de salud, de educación y de sano
esparcimiento, en un marco de pleno desarrollo integral, respetando,
fundamentalmente, su dignidad y, además, el pleno ejercicio de sus derechos
humanos, en tanto el segundo establece, propiamente, las bases del sistema
de justicia para adolescentes, a nivel federal, estatal y del Distrito Federal.

63. En segundo lugar, en el precedente también se aludió a la necesaria y


efectiva operatividad del sistema, lo cual se aseguraba a partir de los
siguientes elementos26: la independencia entre las autoridades que efectúen
la remisión y las que impongan las medidas y la especialización de las
instituciones, tribunales y autoridades encargados de la procuración e
impartición de justicia para adolescentes.

facetas del problema de la delincuencia juvenil que, se estima, quedan comprendidas en el aspecto
sistémico a que alude la reforma constitucional que se analiza. Las Reglas de Beijing estructuran su
contenido de manera tal que procuran abarcar diversos aspectos de la delincuencia juvenil,
considerándolos como parte de un mismo fenómeno y de la respuesta estatal que debe procurarse.
Por otro lado, las citadas Directrices tienen un objeto aun más específico: proponer directrices a
seguir, como su nombre lo dice, en el aspecto preventivo de la delincuencia juvenil. Con base en lo
anterior, se afirmó que el carácter sistémico de la justicia juvenil deriva de la comprensión de diversas
facetas del problema de la delincuencia juvenil, que comprenden tanto aspectos de política social
como de política judicial, criminal y de control de gestión, que pueden ser identificados como: (1)
prevención, (2) procuración de justicia, (3) impartición de justicia, (4) tratamiento o ejecución de la
medida e (5) investigación, planificación, formulación y evaluación de las políticas que incidan en la
materia.
25 Se dijo que a integralidad tiene también otras vertientes que caracterizan al sistema mismo: (1)
por un lado, que la justicia de menores es una materia multidisclipinaria que requiere atención de
varias disciplinas o ramas del conocimiento humano y (2) que el objeto del propio sistema está
dirigido no sólo a atender la dimensión jurídico-penal o garantista de la delincuencia juvenil, sino a
atender y cuidar también la dimensión humana (psicológica, afectiva, médica) del adolescente.
26 En ese momento, en la sentencia se argumentó que la operatividad del sistema no incumbía a un
solo orden de gobierno, sino tanto a la Federación como a las entidades federativas. Este aspecto,
por lo menos en la vertiente procesal, cambió con la citada reforma constitucional al artículo 73,
fracción XXI, inciso c), de la Constitución Federal de dos de julio de dos mil quince, en la que se
impuso una legislación única en materia procedimental de justicia penal para adolescentes.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

64. En tercer lugar, se delinearon los principios constitucionales rectores del


sistema integral de justicia para adolecentes, bajo la premisa de que el
adolescente cuenta con derechos fundamentales comunes a todo ser
humano, pero también con derechos específicos que atienden a su
característica de persona en desarrollo. Los principios son los que siguen:

a) El principio de legalidad en materia penal, en su vertiente general y en


la destinada a los niños, niñas y adolescentes.
b) El debido proceso (incluyendo las garantías relativas a las formalidades
esenciales del procedimiento –principio de contradicción, duración del
proceso, doble instancia, derecho al recurso, non bis in ídem, cosa
juzgada–), la presunción de inocencia y el derecho a una defensa
adecuada.
c) El principio de proporcionalidad (en la punibilidad de las conductas, en
la determinación de la medida y en la ejecución).
d) El interés superior de la infancia.
e) El principio de mínima intervención (alternatividad, internación como
medida más grave, breve término, excepcionalidad, entre otros
aspectos).

65. Estos principios cuentan con reglamentación específica en varios tratados o


reglas que componen el citado corpus juris de la niñez. Por ejemplo, el interés
superior de la infancia goza de un amplio desarrollo tanto en el artículo 4º
constitucional como en el artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del
Niño, así como en las distintas interpretaciones de tales disposiciones27.

27 A saber, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que el interés superior del
niño es el punto de referencia para asegurar la efectiva realización de todos los derechos
contemplados en la convención, cuya observancia permitirá al niño el más amplio desenvolvimiento
de sus potencialidades, y que “la prevalencia del interés superior del niño debe ser entendida como
la necesidad de satisfacción de todos los derechos de la infancia y la adolescencia, que obliga al
Estado e irradia efectos en la interpretación de todos los demás derechos de la Convención
[Americana] cuando el caso se refiera a menores de edad” [Corte IDH. Caso de las Niñas Yean y
Bosico Vs. República Dominicana. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 8 de septiembre de 2005. Serie C No. 130, párr. 134]. Por su parte, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos ha considerado que el interés superior del niño debe ser
entonces el criterio interpretativo rector que concilie dos realidades al regular el sistema de justicia
juvenil: por un lado, el reconocimiento de su capacidad racional y de su autonomía, dejando de ser
un mero objeto de tutela, y, por otro, el reconocimiento de su vulnerabilidad dada la imposibilidad
material de satisfacer plenamente sus necesidades básicas, con mayor razón cuando éstos
pertenecen a sectores sociales desaventajados o a grupos discriminados como el de las mujeres.
[Véase, Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría sobre los Derechos de la
Niñez, Justicia Juvenil y derechos humanos en las Américas, OEA/Ser. L/V/II, documento 78, 13 de
julio de 2011, página 8].

47
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

66. Por otro lado, en el otro precedente citado que es más reciente (la diversa
acción de inconstitucional 60/2016), como se adelantó, se reiteraron las
consideraciones expuestas en párrafos previos sobre los ejes del sistema de
justicia penal para adolescentes y se sostuvo, entre otras muchas cuestiones,
que tratándose de niños y niñas, cualquier limitación, restricción o privación
a su libertad personal debía encontrar un fundamento constitucional que
fuera acorde a los principios pro persona, interés superior del menor, mínima
intervención y proporcionalidad.

67. Sobre este aspecto, debe resaltarse que es criterio de Suprema Corte
entiende que la libertad es un derecho humano de reconocimiento y
protección evolutiva que se reconoce formalmente tanto a nivel interno como
internacional y que admite diferentes manifestaciones como la libertad
personal, que en su ámbito más básico es entendida como la capacidad de
una persona de llevar a cabo sin intromisiones injustificadas sus propios
actos, incluyendo la libertad de movimiento o libertad deambulatoria.

68. En el ordenamiento constitucional mexicano, el derecho a la libertad personal,


como derecho de todas las personas, se reconoce a partir de muy diversas
normas como los artículos 1°, 14 y 16 de la Constitución Federal 28; 2, 4 y 9
de la Declaración Universal de Derechos Humanos 29; 9 del Pacto

28 “Artículo 1o.- En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá
restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece. […]”.
“Artículo 14.- A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.
Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho. […]”.
“Artículo 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal
del procedimiento”.
29 “Artículo 2
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del
país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente,
como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra
limitación de soberanía”.
“Artículo 4
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están
prohibidas en todas sus formas”.
“Artículo 9

48
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Internacional de Derechos Civiles y Políticos 30; I y XXV de la Declaración


Americana de los Derechos y Deberes del Hombre31, y 7 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos32.

69. Como se advierte de las transcripciones de estos artículos, el derecho a la


libertad personal es reconocido como de primer rango y sólo puede ser
limitado bajo determinados supuestos de excepcionalidad33, de manera que

Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado”.


30 “Artículo 9
1. Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie podrá ser sometido
a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas
por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta.
2. Toda persona detenida será informada, en el momento de su detención, de las razones de la
misma, y notificada, sin demora, de la acusación formulada contra ella.
3. Toda persona detenida o presa a causa de una infracción penal será llevada sin demora ante un
juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales, y tendrá derecho a ser
juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad. La prisión preventiva de las
personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla general, pero su libertad podrá estar
subordinada a garantías que aseguren la comparecencia del acusado en el acto del juicio, o en
cualquier momento de las diligencias procesales y, en su caso, para la ejecución del fallo.
4. Toda persona que sea privada de libertad en virtud de detención o prisión tendrá derecho a recurrir
ante un tribunal, a fin de que éste decida a la brevedad posible sobre la legalidad de su prisión y
ordene su libertad si la prisión fuera ilegal.
5. Toda persona que haya sido ilegalmente detenida o presa, tendrá el derecho efectivo a obtener
reparación”.
31 “Derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad e integridad de la persona
Artículo I: Todo ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.
“Derecho de protección contra la detención arbitraria
Artículo XXV: Nadie puede ser privado de su libertad sino en los casos y según las formas
establecidas por leyes preexistentes.
Nadie puede ser detenido por incumplimiento de obligaciones de carácter netamente civil.
Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho a que el juez verifique sin demora
la legalidad de la medida y a ser juzgado sin dilación injustificada, o, de lo contrario, a ser puesto en
libertad. Tiene derecho también a un tratamiento humano durante la privación de su libertad”.
32 “Artículo 7. Derecho a la Libertad Personal
1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales.
2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de
antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme
a ellas.
3. Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios.
4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada de las razones de su detención y notificada,
sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella.
5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un juez u otro funcionario
autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un
plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su libertad podrá
estar condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en el juicio.
6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin
de que éste decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto o detención y ordene su libertad si
el arresto o la detención fueran ilegales. En los Estados Partes cuyas leyes prevén que toda persona
que se viera amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal
competente a fin de que éste decida sobre la legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser
restringido ni abolido. Los recursos podrán interponerse por sí o por otra persona.
7. Nadie será detenido por deudas. Este principio no limita los mandatos de autoridad judicial
competente dictados por incumplimientos de deberes alimentarios”.
33 Tiene aplicación la tesis 1a. CXCIX/2014 (10a.), emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 6.
Mayo de 2014, tomo I, página 547, de rubro y texto: “LIBERTAD PERSONAL. LA AFECTACIÓN A
ESE DERECHO HUMANO ÚNICAMENTE PUEDE EFECTUARSE BAJO LAS DELIMITACIONES
EXCEPCIONALES DEL MARCO CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONAL. La libertad personal se
reconoce y protege como derecho humano de primer rango tanto en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos (artículos 1o., 14 y 16), como en el Pacto Internacional de Derechos

49
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

se salvaguarde su reconocimiento y protección de la manera más amplia en


atención al principio pro persona.

70. Este derecho, al expresarse en distintas facetas como la penal, converge con
diversos principios fundamentales como es la legalidad y la seguridad jurídica
conforme a los artículos 14, segundo párrafo, y 16, primer párrafo, de la
Constitución Federal, así como con otros derechos humanos dada su
inminente interrelación e interdependencia, tales como el derecho de
propiedad o el derecho a la libre circulación previsto en el artículo 11
constitucional34, que si bien se refiere en términos generales a la posibilidad
de entrar y trasladarse en el interior del territorio nacional, una afectación o
privación a la libertad personal en su expresión de libertad de movimiento
podría incidir indirectamente en el goce de dicha libre circulación.

71. Por lo tanto, se tiene que constitucionalmente para que proceda la restricción
de la libertad de una persona (sin ser una medida tomada como consecuencia
de una responsabilidad penal tras un juicio) deben de concurrir una serie de
requisitos como la emisión de una orden de aprehensión, un caso de urgencia
acreditable por el Ministerio Público o la actualización de un supuesto de
flagrancia delictiva. Es decir, sólo se ha aceptado limitar el goce de la libertad
personal por los supuestos expresamente establecidos en el texto
constitucional (orden de aprehensión, las detenciones en flagrancia 35 y caso

Civiles y Políticos (artículo 9) y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 7);
de ahí que su tutela debe ser la más amplia posible, conforme a la fuente jurídica que mejor la
garantice y sólo puede limitarse bajo determinados supuestos de excepcionalidad, en concordancia
con los sistemas constitucional y convencional, es decir, a partir del estricto cumplimiento de
requisitos y garantías de forma mínima a favor de la persona; de lo contrario, se estará ante una
detención o privación de la libertad personal prohibida tanto a nivel nacional como internacional”.
34 “Artículo 11.- Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su
territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u
otros requisitos semejantes. El ejercicio de este derecho estará subordinado a las facultades de la
autoridad judicial, en los casos de responsabilidad criminal o civil, y a las de la autoridad
administrativa, por lo que toca a las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración,
inmigración y salubridad general de la República, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el
país”.
35 Tal como se expuso por la Primera Sala en el amparo directo en revisión 1596/2014, resuelto el
tres de septiembre de dos mil catorce: “Lo flagrante es aquello que brilla a todas luces, que es
evidente e inconfundible. Por ende, la concurrencia de un conducta delictiva flagrante es una
condición que se configura antes de la detención, lo que implica que la autoridad no tiene facultades
para detener a una persona ante la sola sospecha de que pudiera estar cometiendo un delito o de
que estuviera por cometerlo o porque presuma que esté involucrado en la comisión de un delito
objeto de investigación si no cuenta con una orden de detención del órgano ministerial, ni tampoco
se puede detener con la intención de investigar.
Si la persona no es sorprendida al momento de estar cometiendo el delito o inmediatamente después
de ello, no es admisible que la autoridad aprehensora detenga al inculpado y después intente
justificar esa acción bajo el argumento de que la persona fue detenida mientras cometía el delito”.

50
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

urgente) y conforme a cierto tipo de formalidades, lo que se apuntala con el


artículo 7.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que
dispone que nadie puede ser privado de la libertad salvo por las causas y
condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas o las leyes
dictadas conforme a ellas. Asimismo, la Constitución General ordena como
parte de esa protección a la libertad personal que tras una detención, la
persona en cuestión deberá ser puesta a disposición de manera inmediata a
la autoridad más cercana, al Ministerio Público o al juez, según corresponda,
a fin de respetar y proteger el resto de derechos dentro de una investigación
o un proceso penal.

72. No obstante, este derecho a la libertad personal no se ve afectado o


disminuido en el caso de los menores de edad; por el contrario, se vuelve
más robusto, pues para proteger la libertad personal de las personas menores
de dieciocho años, existen una serie de derechos que están asignados
específicamente a éstos por ser personas en desarrollo.

73. Acotándonos únicamente al supuesto de detención en flagrancia, la


normativa tanto nacional como internacional acepta que los menores de
dieciocho años sujetos al sistema penal puedan ser detenidos, pero sólo bajo
circunstancias excepcionales y de mínima intervención. Por un lado, se tiene
que el artículo 16 constitucional, en su quinto párrafo, establece que
“[c]ualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté
cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido,
poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad más cercana y ésta con
la misma prontitud, a la del Ministerio Público”. La detención en flagrancia,
como concepto de rango constitucional, implica que cualquier persona o la
autoridad está facultada para restringir la libertad ante la concurrencia
flagrante de un hecho delictivo; lo cual presupone tanto la posibilidad de que
la respectiva persona sea sujeta de un procedimiento penal (al utilizarse el
término “indiciado”) como la necesaria y obligatoria remisión del detenido ante
el Ministerio Público.

74. Siendo imprescindible resaltar que esta figura constitucional y sus


consecuencias no puede confundirse con otros niveles de contacto que

51
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

puede llegar a tener la autoridad al relacionarse con las personas. Es decir,


existen otro tipo de incidencias y/o afectaciones momentáneas a la libertad
de una persona que no actualizan lo que constitucionalmente se califica como
detención en flagrancia. Por ejemplo, la aproximación de un agente policiaco
con una persona para hacerle unas preguntas tras la actualización de ciertos
hechos que se reputan como delictivos no configura las características de una
detención en flagrancia. Tampoco puede reputarse como detención en
flagrancia la restricción estrictamente provisional que se hace de la libertad
deambulatoria de un individuo con el objetivo de ejercer un control preventivo
provisional o las medidas momentáneas que se pueden tomar para proteger
la seguridad de una o varias personas con motivo de la consumación de un
hecho delictivo36.

75. Por su parte, lo dispuesto en el referido precepto constitucional debe


complementarse con el artículo 18, cuarto párrafo, de la Constitución General,
que señala los ejes del sistema de justicia penal para adolescentes, entre el
que se encuentra la edad que regirá la aplicabilidad de responsabilidad penal.
A saber, en esta disposición constitucional se afirma que a las personas entre
doce y dieciocho años se les deberá garantizar los derechos fundamentales
que se reconocen para todo individuo, así como aquellos derechos
específicos que por su condición de personas en desarrollo les han sido
reconocidos a través de un sistema de justicia penal; mandatándose, por un
lado, que las medidas impuestas a los adolescentes deberán ser
proporcionales al hecho realizado y que el internamiento sólo se utilizará
como medida extrema y por el tiempo más breve que proceda y, por el otro,
que los menores de doce años a quienes se les atribuya que han cometido o
participado en un hecho que la ley señale como delito sólo podrán ser sujetos
de asistencia social.

76. Por su parte, el artículo 37, inciso b), de la Convención de los Derechos del
Niño establece que ningún menor de edad podrá ser privado ilegal o
arbitrariamente de su libertad, explicitándose que su detención,

36Para mayor argumentos, véase lo explicado por este Tribunal Pleno sobre detención en flagrancia
y control preventivo provisional, así como sus diferencias y estándar de regularidad constitucional,
en la acción de inconstitucionalidad 10/2014 y su acumulada 11/2014.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

encarcelamiento o prisión se llevará a cabo de conformidad con la ley y se


utilizará sólo de manera excepcional y por el menor tiempo posible.

Artículo 37
Los Estados Partes velarán por que:
[…]
b) Ningún niño sea privado de su libertad ilegal o arbitrariamente. La
detención, el encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo de
conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último
recurso y durante el período más breve que proceda; […].

77. Lo que da pauta para concluir que, tratándose de la libertad personal de un


niño o niña sujeta al sistema de justicia penal, concurre una permisión
formalmente convencional para que se pueda restringir su libertad
ambulatoria en el supuesto de una detención de flagrancia, pero sólo de
manera provisional y excepcional.

78. Respecto al principio de excepcionalidad, es criterio del sistema


interamericano que este principio aplica tanto en la privación de la libertad de
forma preventiva o como sanción (ya sea detención, encarcelamiento, prisión
o cualquier otra medida), como en la excepcionalidad de la aplicación del
propio sistema de justicia juvenil o judicialización37. Ello, pues tal como lo ha
expresado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “las
consecuencias, muchas veces adversas, de someter a una persona a la
justicia por infringir las leyes penales, especialmente cuando ello implica su
privación de libertad, se acentúan cuando se trata de niñas, niños y
adolescentes por tratarse de personas en desarrollo. Por ello, es necesario
limitar el uso del sistema de justicia juvenil respecto a niñas, niños y
adolescentes, disminuyendo en la mayor medida posible la intervención
punitiva del Estado, sobre todo la privación de la libertad”38.

79. En suma, valoradas en su conjunto todas estas normas constitucionales y


convencionales, esta Suprema Corte llega a la convicción que existe un
fundamento constitucional para restringir la libertad personal de un
adolescente en caso de flagrancia, pero solo en los mismos supuestos

37 Véase, Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría sobre los Derechos de la


Niñez, Justicia Juvenil y derechos humanos en las Américas, op. cit., párrs. 75 y 76.
38 Véase, Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría sobre los Derechos de la
Niñez, Justicia Juvenil y derechos humanos en las Américas, op. cit., párr. 76.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

previstos constitucionalmente y atendiendo a los principios que rigen el


sistema de justicia penal para adolescentes.

80. Así, sólo puede ocurrir de manera excepcional y justamente de personas que
pueden ser sujetas al sistema de justicia penal (doce a dieciocho años) y por
delitos previamente identificados en ley que se aprecien de manera flagrante.
Los menores de doce años, al no podérseles asignar responsabilidad penal
por tales conductas según el propio texto constitucional, sería una
incongruencia que se permitiera su detención en flagrancia y retención de
manera provisional y su presentación ante el Ministerio Público cuando no
son sujetos de ese sistema de justicia penal.

81. Dicho de otra manera, sólo es posible detener excepcionalmente y remitir al


Ministerio Público a las personas entre doce y dieciocho años de edad. Por
lo que hace a las personas menores de doce años de edad, la autoridad
policiaca, lejos de poder detenerlas ante la concurrencia flagrante de un
hecho que las leyes consideran como delito y ponerlas a disposición del
agente ministerial (actos de autoridad que implican una restricción a la
libertad personal que puede aparejar severas afectaciones al desarrollo
personal de esos niños y niñas), deberá ejercer otro tipo de medidas con las
que, en su caso, dará cuenta al Ministerio Público para que éste lleve a cabo
la indagatoria correspondiente de los aducidos hechos que se estiman como
delictivos39. A saber, en vez de detener para remitir al Ministerio Público, la

39 Este lineamiento constitucional se hace patente en lo previsto en la Ley General de los Derechos
de Niñas, Niños y Adolescentes, la cual en su artículo 85 prevé que las “niñas o niños [menores de
doce años], en ningún caso podrán ser detenidos, retenidos o privados de su libertad por la supuesta
comisión o participación en un hecho que la ley señale como delito”, definiéndose a las niñas y niños
como los menores de doce años.
Esta legislación general no se cita como parámetro de regularidad, sino como un ejemplo de cómo
un órgano legislativo ha interpretado e incorporado los lineamientos constitucionales en cuanto a los
derechos de los menores de doce años. El texto de las normas relevantes es el que sigue (negritas
añadidas):
“Artículo 5. Son niñas y niños los menores de doce años, y adolescentes las personas de entre doce
años cumplidos y menos de dieciocho años de edad.
Cuando exista la duda de si se trata de una persona mayor de dieciocho años de edad, se presumirá
que es adolescente. Cuando exista la duda de si se trata de una persona mayor o menor de doce
años, se presumirá que es niña o niño.
“Artículo 85. En aquellos casos en que el Ministerio Público o cualquier otra autoridad, tenga
conocimiento de la presunta comisión o participación de una niña o niño en un hecho que la ley
señale como delito, de manera inmediata dará aviso a la Procuraduría de Protección competente.
Niñas o niños, en ningún caso podrán ser detenidos, retenidos o privados de su libertad por
la supuesta comisión o participación en un hecho que la ley señale como delito.
La Procuraduría de Protección, en el marco de sus atribuciones, deberá, en su caso, solicitar a la
autoridad competente de manera inmediata las medidas necesarias para la protección integral, de

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

autoridad policiaca podrá recopilar los datos de identificación de esos


menores de doce años y de sus padres o de los que ejercen la patria potestad
para hacérselos saber a la autoridad ministerial, quien será la que lleve a cabo
la indagatoria correspondiente de los hechos.

82. Sin que lo anterior signifique que la autoridad no podrá llevar a cabo otro tipo
de actuaciones a fin de cumplir las diferentes obligaciones que la Constitución
y leyes imponen en materia de seguridad pública (a pesar de que puedan
incidir de alguna manera en la esfera jurídica de los menores). Por ejemplo,
la autoridad puede ejecutar los actos necesarios y proporcionales para evitar
la consumación de los hechos que la ley señala como delito aun en el
supuesto de que el sujeto activo sea un menor de doce años; también puede
restringir provisionalmente la libertad deambulatoria de menores de doce
años con posterioridad a la actualización de hechos que la ley señale como
delito con el objetivo de salvaguardar tanto su seguridad como la del resto de
la población; asimismo, puede darse de manera momentánea una afectación
a la libertad deambulatoria de esas personas menores de doce años,
precisamente con la finalidad de investigar sus datos de identificación y los
de las personas que ejercen la patria potestad, entre otras actuaciones40.

83. Ahora bien, aceptando como premisa argumentativa que sólo las personas
mayores de doce y menores de dieciocho años pueden ser objeto de una
detención propiamente dicha de manera excepcional, lo peculiar de esta
situación es que al ser personas en desarrollo, se originan obligaciones
adicionales de que el menor detenido sea puesto inmediatamente en
presencia de la autoridad competente, así como que se les notifique en el
tiempo más breve posible a sus padres o responsables y que tenga contacto
con su familia y defensor.

asistencia social y en su caso, restitución de sus derechos y garantizar que niñas y niños no sean
objeto de discriminación.
Toda medida que se adopte será susceptible de revisión por órgano judicial competente en un
proceso contradictorio en el que se garantice, por lo menos, el derecho a ser oído y la asistencia de
un abogado especializado”.
40 Sin que nos pronunciemos anticipadamente sobre la regularidad constitucional de todos los
distintos escenarios donde puedan darse este tipo de medidas de respeto, protección y salvaguarda
de la seguridad pública o de las diferentes restricciones provisionales de la libertad. Ello, pues incluso
al ejecutar estas acciones, las autoridades están sujetas al cumplimiento de los principios que
componen el corpus juris de las personas menores de doce años.

55
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

84. Estos derechos se desprenden del referido corpus juris de la niñez. En


particular, el artículo 40, numeral 2, incisos ii) y iii) de la Convención de los
Derechos del Niño establece que el menor de edad “será informado sin
demora y directamente o, cuando sea procedente, por intermedio de sus
padres o sus representantes legales, de los cargos que pesan contra él y que
dispondrá de asistencia jurídica u otra asistencia apropiada en la preparación
y presentación de su defensa” y que “la causa será dirimida sin demora por
una autoridad u órgano judicial competente, independiente e imparcial en
una audiencia equitativa conforme a la ley, en presencia de un asesor jurídico
u otro tipo de asesor adecuado”.

85. Por otro lado, respecto al derecho al debido proceso específico de los niños
y niñas, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que
“[l]as garantías consagradas en los artículos 8 y 25 de la Convención se
reconocen a todas las personas por igual, y deben correlacionarse con los
derechos específicos que estatuye, además, el artículo 19, en forma que se
reflejen en cualesquiera procesos administrativos o judiciales en los que se
discuta algún derecho de un niño”41.

86. Adicionalmente, la Corte Interamericana ha expresado que los menores de


edad deben disfrutar determinadas garantías específicas “en cualquier
proceso en el cual esté en juego su libertad o cualquier otro derecho. Esto
incluye cualquier procedimiento administrativo”42, así como que dichas
garantías deben ser observadas, en especial, cuando el procedimiento
signifique la posibilidad de aplicar una medida privativa de libertad, lo que
incluye las llamadas medidas de “internación” o “medidas de “protección” 43.

87. Bajo esa lógica, la Corte Interamericana ha llegado a la conclusión de que el


derecho al debido proceso abarca las siguientes garantías: “las reglas
correspondientes a juez natural competente, independiente e imparcial, doble
instancia, presunción de inocencia, contradicción y audiencia y defensa,
atendiendo las particularidades que se derivan de la situación específica en

41 Corte IDH. Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño. Opinión Consultiva OC‐17/02 del
28 de agosto de 2002. Serie A No. 17, párr. 95.
42 Ibídem, página 22.
43 Idem.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

que se encuentran los niños y que se proyectan razonablemente, entre otras


materias, sobre la intervención personal de dichos procedimientos y las
medidas de protección que sea indispensable adoptar en el desarrollo de
éstos”44.

Aplicación al caso concreto

88. Este Tribunal Pleno estima que examinando los preceptos reclamados a la
luz del parámetro de regularidad descrito en los párrafos previos, se llega a
la conclusión de que, por un lado, resultan inconstitucionales las porciones
normativas que dicen “de la persona detenida en flagrancia”, de la fracción
VI, y “niños, niñas,” y “Federal” de la fracción VII, ambas del artículo 23
reclamado; no obstante, por otro lado, se reconoce la validez del artículo 24
del Código de Justicia Especializada del Estado de Michoacán de Ocampo.

89. De la transcripción efectuada, se advierte que el artículo 23 del Código Local


instituye los deberes y atribuciones con los que cuentan los agentes de policía
en el ejercicio de sus funciones y el numeral 24 impone prohibiciones a los
agentes de la policía. Como se ha venido señalando, la Comisión Nacional
impugna el artículo 24 y únicamente las dos últimas fracciones del artículo
23: la fracción VI, mediante la cual se establece que, ante los casos de duda
acerca de la edad, los agentes de policía presumirán que las personas que
se encuentran detenidas en flagrancia se trata de adolescentes o niños,
según sea el caso, y la fracción VII, que impone el deber de salvaguardar la
vida, dignidad e integridad física de los niños, niñas, adolescentes o adultos
jóvenes que estén bajo la custodia policial, previo a que sean puestos a
disposición del Ministerio Público Federal para Adolescentes.

90. En su informe, el Poder Ejecutivo sostiene que estos preceptos son acordes
al texto constitucional, toda vez que no provoca que los menores de doce
años sean sujetos a la aplicación del sistema para adolescentes. A su juicio,

44Ibídem, punto resolutivo no. 10. Todas estas reglas del debido proceso se hallan establecidas no
sólo en los artículos 8 y 25 de la Convención Americana, sino también en los artículos 37 y 40 de la
Convención sobre los Derechos del Niño. Adicionalmente, las Reglas de Beijing, las Reglas de La
Habana, las Reglas de Tokio y las Directrices de Riad se refieren de manera específica a la
obligación de garantizar los derechos de los niños sometidos a diferentes actuaciones por parte del
Estado.

57
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

las fracciones cuestionadas son la forma de asegurar los derechos de los


niños y niñas, imponiendo una presunción a su favor y prohibiendo que se les
exhiba o exponga públicamente. En la misma tónica, el Procurador General
de la República respalda la constitucionalidad de tales disposiciones, porque
parten de la premisa de que sólo los adolescentes pueden ser responsables
penalmente; es decir, desde su punto de vista, ante la duda sobre la edad,
con fundamento en las fracciones reclamadas, los agentes de policía deberán
presumir que la persona detenida en flagrancia se trata de un niño o niña y
excluirlo del ámbito de aplicación del Código.

91. Ahora, respecto a las fracciones VI y VII del artículo 23 45, esta Suprema
Corte estima que, aunque las autoridades demandadas plantean argumentos
de peso para respaldar la validez de los preceptos reclamados, tales razones
no son suficientes para que se supere el análisis estricto de regularidad
constitucional de las medidas legislativas impuestas en esos preceptos, ya
que indirectamente inciden en el derecho a la libertad personal de los niños y
niñas. El error en que caen las autoridades demandadas y el Procurador es
que, si bien de una interpretación sistemática puede desprenderse que los
agentes de policía están facultados en ley sólo para detener y poner a
disposición a los adolescentes y adultos jóvenes, la literalidad del texto de las
fracciones reclamadas puede poner en duda dicha potestad, en desatención
del principio de legalidad y del derecho de libertad personal de los niños y
niñas.

92. A mayor abundamiento, por lo que hace a la fracción VI, es importante hacer
una valoración puntual de su texto. Es cierto que impone una regla para que
los agentes de policía, en caso de duda acerca de la edad de una persona,
presuma su pertenencia a cierto grupo de edad (adolescentes o niños). Sin
embargo, es importante aclarar que utiliza la expresión “persona detenida en

45Se transcribe nuevamente su texto:


“Artículo 23. Los agentes de las policías que en el ejercicio de sus funciones tengan contacto con
niños, niñas, adolescentes o adultos jóvenes presuntamente involucrados en conductas tipificadas
como delito en las leyes, deberán ejercer sus funciones conforme a los siguientes deberes y
atribuciones: […]
VI. En los casos de duda acerca de la edad de la persona detenida en flagrancia, presumir que
se trata de adolescentes, o niños, según sea el caso; y,
VII. Salvaguardar la vida, la dignidad e integridad física de niños, niñas, adolescentes o adultos
jóvenes que estén bajo su custodia, en tanto sean puestos a disposición del Ministerio Público
Federal para Adolescentes”.

58
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

flagrancia”. Para este Tribunal Pleno, el uso de tal locución sólo puede
implicar que la hipótesis normativa sobre la regla presuncional cobra
aplicación únicamente cuando una persona se encuentra detenida en
flagrancia.

93. Como se expuso al inicio de este sub-apartado, la detención en flagrancia es


una acción que pueden llevar a cabo todas las autoridades e, incluso,
cualquier persona, para detener a otra persona ante la concurrencia de un
hecho delictivo flagrante. Sin embargo, como se evidenció, lo relevante de la
regulación constitucional sobre este aspecto es que los únicos que pueden
ser responsables penalmente por su comisión o participación en hechos
delictivos son los adultos y los menores de edad que se encuentren en un
rango de doce a menos de dieciocho años. Los adultos frente al sistema penal
ordinario y los denominados adolescentes en un sistema penal de justicia
especializado para la infancia. Un menor de doce años no debe ni puede ser
sometido a una restricción provisional de su libertad como la detención, aun
cuando a juicio de la autoridad policial se le sorprenda ante una conducta
flagrante que actualice un supuesto que la ley considera como delito (pues
sólo pueden ser sujetos a asistencia social). En consecuencia, dada la
conjugación que se realiza en la citada fracción VI del verbo “detener”, al
utilizarse la locución “persona detenida en flagrancia”, el legislador local da
pie a la posibilidad de interpretar que un niño o niña ya está sujeto a esa
condición constitucional de privación de la libertad, lo cual se encuentra
vedado por la Constitución Federal.

94. Es verdad que los agentes policiacos son, en la mayoría de los casos,
quienes tienen contacto en primera instancia con las personas involucradas
en hechos delictivos y no en todas las ocasiones pueden tener certeza sobre
la edad de la o las personas que se alega cometieron o participaron en tales
hechos. Ante ese escenario, la legislación implementa un lineamiento básico:
debe operar la regla general establecida en el citado artículo 7 del Código
Local que mandata que “[c]uando exista la duda de si se trata de una persona
mayor o menor de dieciocho años de edad, se presumirá que es adolescente.
Cuando exista la duda de si se trata de una persona mayor o menor de doce
años, se presumirá niña o niño”. Así, la diferencia entre ese artículo 7 y la

59
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

fracción VI del artículo 23, es que en esta última disposición se impone como
condición de aplicación de las reglas presuncionales que exista duda
acerca de la edad de una “persona detenida en flagrancia”. Un menor de
doce años no puede, ni siquiera excepcionalmente, estar sujeto a una
detención en flagrancia, por lo que ninguna norma pueda dar pie a dicha
interpretación.

95. En su caso, si un agente policiaco que presencia un hecho delictivo en


flagrancia no tiene certeza si la persona involucrada cuenta con más de doce
años de edad, lo que deberá realizar no es detener bajo el supuesto de
flagrancia a tal niño o niña para que sea el Ministerio Público quien adopte la
decisión que corresponda. Por el contrario, deberá llevar a cabo otras
medidas que busquen tanto respetar y proteger los derechos de estos
infantes menores de doce años como proteger la seguridad pública del
resto de las personas y evitar que queden impunes conductas
delictivas.

96. Siendo importante resaltar, como se apuntó en párrafos anteriores, que no


puede confundirse el concepto jurídico de detención en flagrancia con
otros actos de la autoridad que pueden llegar a incidir, de alguna manera,
en la esfera jurídica de los menores de doce años; en particular, de su
libertad. Al margen de las facultades de detención, las autoridades están
obligadas a cumplir ciertos deberes en materia de seguridad pública. Por
ende, no puede considerarse como una detención en flagrancia, por ejemplo,
ciertos actos llevados a cabo por las autoridades para impedir la consumación
de un hecho que la ley considere como un delito cuando el sujeto activo sea
un menor de doce años. Más bien esto es el cumplimiento de un diverso deber
constitucional. De igual manera, existen ciertas restricciones provisionales a
la libertad ambulatoria de una persona que no pueden asimilarse a una
detención en flagrancia: por ejemplo, la restricción provisional de la libertad
deambulatoria de los menores de doce años (con posterioridad a la
actualización de hechos que la ley señale como delito) cuando dicho actuar
por parte de la autoridad se hace para salvaguardar momentáneamente la
seguridad del menor como del resto de la población; asimismo, la posible
afectación momentánea a la libertad deambulatoria que puede surgir cuando

60
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

la autoridad investiga los datos de identificación de los menores de edad


involucrados y de las personas que ejercen la patria potestad tras la ejecución
inmediata de los hechos que la ley valora como delitos, entre otros ejemplos.

97. Adoptar una postura contraria y reconocer la constitucionalidad de la norma


implicaría aceptar que atendiendo estrictamente al texto de la fracción, ante
la duda acerca de su rango de edad, el agente de policía puede detener al
menor de edad, haciendo válida la presunción de que es un niño 46 e
informarlo a la autoridad ministerial al momento de ponerlo a su disposición,
y que sea el Ministerio Público quien verifique si, de facto, podía ser sometido
a esa detención en flagrancia al encuadrar en el rango de adolescente. No
obstante, tal postura pasaría de alto que los menores de doce años no
responden a una imputación de carácter penal, por lo que permitir
preliminarmente que se les someta a una detención temporal por actualizarse
una flagrancia de hechos que la ley señale como delitos (incluso para que el
Ministerio Público sea quien tome la decisión correspondiente), iría en contra
del derecho a la libertad personal de este grupo de niños y niñas y
desatendería gravemente las premisas básicas que rigen el sistema de
justicia penal para adolescentes implementado en el artículo 18
constitucional.

98. No hay que omitir que por más provisional que sea, la detención de un menor
de doce años y su puesta a disposición puede ocasionar consecuencias
irreparables para su adecuado desarrollo. Es por eso que la Constitución ni
siquiera los somete a una imputación penal. Por ello, se recalca, en caso de
que un agente de policía advierta que una persona formó parte de hechos
que pudieran actualizar un ilícito, pero al mismo tiempo conoce o tiene
elementos para presumir que se trata de una persona menor de doce años,
en lugar de detenerlo y ponerlo a disposición, deberá llevar a cabo otras
medidas que busquen tanto respetar y proteger los derechos de estos
infantes como proteger la seguridad pública del resto de las personas y
evitar que queden impunes conductas delictivas (a saber, podrá recabar
los elementos de identificación del menor y de quienes ejercen su patria

Se insiste, según la fracción IX del artículo 8 del Código Local, los niños y niñas son las personas
46
menores de doce años de edad.

61
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

potestad para hacérselos saber al agente ministerial que llevará, en su caso,


a cabo la indagatoria correspondiente de esos hechos).

99. Sobre esta conclusión, es cierto que, por una parte, el acápite del artículo 23
señala que lo regulado en todo ese precepto tiene que ver con los distintos
niveles de contacto que tienen los agentes de la policía con los menores de
edad o los adultos jóvenes y que la fracción I de ese precepto señala que
estos agentes deberán apegarse a los principios, derechos y garantías que
prevé la propia ley, la Constitución Federal, la Constitución Local, la
legislación de derechos para niñas, niños y adolescentes y los tratados
internacionales aplicables en la materia; asimismo, por otra parte, en las
fracciones II, III y IV de ese artículo 23 se detalla claramente que es una
obligación de los agentes de policía registrar la detención del adolescente o
adulto joven, poner a ese adolescente o adulto joven a disposición del
Ministerio Público para adolescentes de manera inmediata y sin demora, e
informar al adolescente o adulto joven al momento de tener contacto con él.
Con estas normas podría argumentarse que la legislación únicamente
autoriza detener y poner a disposición a los adolescentes y adultos jóvenes.

100. Empero, se insiste, de dejar incólume el texto de la fracción reclamada podría


valorarse que es la fracción VI la que podría servir de fundamento para
detener en flagrancia a niños o niñas. Una interpretación sistemática no sería
suficiente para solventar esta deficiencia por la connotación precisa que tiene
la locución “persona detenida en flagrancia”. Detención no es sinónimo de
cuidado, supervisión o mero aproximamiento entre persona y agente policial,
sino de restricción provisional de la libertad que configura un arresto por
flagrancia. Consecuentemente, para remediar esta violación al derecho a la
libertad personal y a la legalidad, debe decretarse la invalidez de la porción
normativa de esa fracción que dice “de la persona detenida en flagrancia”.
Esta declaratoria no afecta el sentido de la norma ni las facultades de
detención que tiene la policía de las personas que si pueden ser sometidas a
dicha restricción de la libertad.

101. Por su parte, a la misma conclusión se llega respecto a la fracción VII


reclamada del artículo 23 del Código Local. Aunque la obligación de los

62
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

agentes de la policía de salvaguardar la vida, la dignidad e integridad de las


personas es un deber que busca respetar y proteger los derechos de los
niños, niñas y adolescentes, el texto de la propia fracción impone como
condición de aplicabilidad que esas personas “estén bajo su custodia, en
tanto sean puestos a disposición del Ministerio Público Federal para
Adolescentes”. La referencia a la custodia en este caso no se refiere al
cuidado que pueden hacer los agentes policías de un menor de doce años
por alguna circunstancia contingente, sino a la custodia que resulta tras una
detención. Véase como se utiliza el concepto de custodia, condicionado a que
esa persona va a ser puesta a disposición del agente ministerial.

102. Es decir, en concatenación con lo que se aducía en la fracción anterior, la


única forma en que una persona esté bajo custodia de la policía y que ésta
vaya a ponerlos a disposición de la autoridad ministerial es que se
encuentren sujetos a una detención de carácter provisional. No obstante, se
reitera, las personas menores de doce años no pueden ser sujetas a una
detención47. No hay que olvidar que ante la duda de si la edad de la persona
involucrada en hechos delictivos flagrantes es menor a doce años, se debió
presuponer que se trata de un niño o niña, por lo que no se le debió haber
sometido a ninguna especie de detención provisional. Así, debe declararse la
invalidez de las porciones normativas de esta fracción que dicen “niños,
niñas,” y “Federal” (esta última por regularse incorrectamente al Ministerio
Público Federal, cuando sólo puede reglamentarse los Ministerios Públicos
del ámbito local).

103. Cabe destacar que no es posible realizar una interpretación conforme de las
fracciones reclamadas: primero, porque nos encontramos ante normas que
regulan conductas cuyos destinatarios finales son personas menores de
edad, por lo que debe reinar el principio de exacta aplicación legal; segundo,
se trata a su vez de normas de carácter penal, en donde esta Suprema Corte
ha sido renuente en varios casos a solventar la regularidad constitucional de
las normas reclamadas a través de ese método interpretativo precisamente

47 La custodia por parte de la autoridad policial y su posterior puesta a disposición de manera


inmediata también se puede dar por la cumplimentación de órdenes judiciales de detención. Sin
embargo, no se trata del caso de esta disposición, pues un juzgador jamás podría decretar la
aprehensión de una persona menor de doce años al no estar sujeta al sistema de justicia penal
juvenil.

63
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

para salvaguardar los principios de legalidad y seguridad jurídica y, tercero,


porque en el caso no es posible ya que los textos de las normas reclamadas
son claros al respecto al implicar como una de sus condiciones de aplicación
que las personas estuvieren “detenidas en flagrancia” o “bajo custodia, en
tanto sean puestos a disposición” por parte de los agentes de seguridad
pública.

104. En suma, se debe declarar la inconstitucionalidad de las indicadas


porciones normativas de las fracciones VI y VII del artículo 23, para que sus
textos queden de la siguiente forma:

Artículo 23. Los agentes de las policías que en el ejercicio de sus


funciones tengan contacto con niños, niñas, adolescentes o adultos
jóvenes presuntamente involucrados en conductas tipificadas como
delito en las leyes, deberán ejercer sus funciones conforme a los
siguientes deberes y atribuciones:
[…].
VI. En los casos de duda acerca de la edad, presumir que se trata de
adolescentes, o niños, según sea el caso; y,
VII. Salvaguardar la vida, la dignidad e integridad física de adolescentes
o adultos jóvenes que estén bajo su custodia, en tanto sean puestos a
disposición del Ministerio Público para Adolescentes.

105. Las normas resultantes son acordes al texto constitucional, toda vez que con
la eliminación de contenido de la fracción VI se permite la aplicabilidad del
principio presuncional de minoridad de rango constitucional en su doble
aspecto, sin ningún tipo de condicionante (que fue justo la intención del poder
legislativo tal como se aprecia en los informes) y, con la eliminación del
contenido de la fracción VII, se prescinde de la posible duda interpretativa en
cuanto a que los niños o niñas puedan estar bajo custodia de los agentes de
policía para ser puestos a disposición del Ministerio Público. Con esta
invalidez no se genera una indebida externalidad a los niños y niñas, ya que
la obligación de salvaguardar su vida e integridad física por parte de los
agentes de seguridad pública ya no depende de que se encuentren bajo su
custodia, sino que se refiere a la obligación general que se tiene frente a todas
las personas y, en especial, los niños y niñas, en términos del artículo 21
constitucional.

64
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

106. Ahora bien, por otro lado, este Tribunal Pleno estima que el artículo 2448
impugnado supera un análisis estricto de regularidad constitucional. A
diferencia de las normas anteriores, este precepto no alude a que las
personas se encuentren detenidas y/o sujetas al procedimiento de puesta a
disposición del Ministerio Público. La disposición prevé una obligación
irrestricta para que todos los policías se abstengan de exhibir o exponer
públicamente a las niñas, niños y adolescentes o a publicar o divulgar toda
grabación, filmación, imagen o cualquier otra información relacionada con los
mismos.

107. Es verdad que, en cierta medida, para exponer públicamente a una persona,
una de las opciones lógicas es que se encuentre en custodia policial; sin
embargo, la forma en que está estructurada la prohibición no se agota en
dicho ámbito de aplicabilidad. Un agente de policía puede usar o divulgar una
imagen o filmación de un niño o niña en el ejercicio de sus atribuciones, por
ejemplo, de investigación, sin que forzosamente la haya obtenido a partir de
tenerlo detenido o retenido. Además, debe tomarse en cuenta que con la
invalidez de las fracciones VI y VII del artículo 23 no queda lugar a dudas de
que los agentes policiacos no pueden detener a personas menores de doce
años.

108. Dicho de otra manera, la aplicabilidad de la prohibición impuesta en el


precepto reclamado opera de manera transversal en las funciones de los
agentes de la policía y no únicamente bajo el supuesto de que los niños o
niñas se encuentran detenidos en flagrancia o bajo la custodia de la autoridad
policial tras su detención. Adicionalmente, si se eliminara las porciones
normativas referentes a los niños y niñas de este artículo, no existiría una
prohibición expresa en toda la ley para que los agentes de policía se
abstengan de publicar o divulgar grabaciones, filmaciones, imágenes o
información que se relacione con los niños y niñas (solo quedaría esa
prohibición para los adolescentes), con lo cual se podría generar una
afectación a sus derechos.

48 Se transcribe nuevamente su texto:


“Artículo 24. Los agentes de las policías por ningún motivo podrán exhibir o exponer públicamente
a las niñas, niños y adolescentes, así como publicar o divulgar toda grabación, filmación, imagen o
cualquier otra información relacionada con los mismos”.

65
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

109. Es cierto que la ley va dirigida únicamente a reglamentar el sistema penal de


justicia para adolescentes; sin embargo, esa cuestión no evita que el
legislador local pretenda incorporar una prohibición que beneficie no sólo a
los adolescentes o a ciertos adultos mayores, sino tangencialmente a los
niños y niñas que puedan verse afectados por alguna actuación policial.

110. A partir de esta clarificación normativa, se hace evidente el porqué se supera


el examen estricto de regularidad. Primero, porque la disposición cuenta con
un fin constitucionalmente imperioso que es proteger la libertad, seguridad e
intimidad personal tanto de los niños y niñas como de los adolescentes.
Segundo, porque la medida impuesta legislativamente, que es una
prohibición de carácter absoluta de exponer o de publicar o divulgar
información relacionada con los niños y niñas, es razonable con ese fin
buscado, idónea para alcanzar tal objetivo y proporcional en estricto sentido.
Se insiste, la prohibición no admite salvedades y acopla cualquier ámbito de
exposición pública o cualquier información relacionada con los niños o niñas,
sin que dependa que la persona esté o no detenida por flagrancia. Por estas
razones, debe declararse la validez del artículo 24 del Código de Justicia
Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán.

VIII.2.
Análisis del artículo 42, último párrafo, del Código Local

111. En el segundo apartado del tercer concepto de invalidez, el problema que


plantea la Comisión de Derechos Humanos es que el último párrafo del
artículo 42 permite detenciones en casos de querella sin que se cumplan los
requisitos constitucionales correspondientes y ocasiona que el detenido no
conozca de qué se le acusa al no existir entonces la querella, transgrediendo
los principios pro persona, de presunción de inocencia, de legalidad, las
formalidades esenciales del procedimiento, así como los derechos a la
seguridad jurídica y a la libertad personal.

112. El texto reclamado es el que sigue (se transcribe la totalidad del artículo y se
destaca en negritas el párrafo cuestionado):

66
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Artículo 42. Sólo en los casos de flagrancia, podrá retenerse


provisionalmente al adolescente sin orden judicial, hasta por treinta y
seis horas. Se entiende que hay flagrancia cuando:
I. El adolescente es sorprendido en el momento de estar realizando una
conducta tipificada como delito;
II. Inmediatamente después de haberlo cometido, es perseguido material
e ininterrumpidamente; y,
III. Inmediatamente después de realizarlo, la persona es señalada por la
víctima, algún testigo presencial de los hechos o quien hubiere
intervenido con ella en la realización de la conducta que se le atribuye, y
se le encuentren objetos o indicios que hagan presumir fundadamente
que en efecto, acaba de realizar una conducta tipificada como delito.
Cuando se detenga a una persona por un hecho que requiera
querella de parte ofendida, será informado inmediatamente quien
pueda presentarla, y si éste no lo hace al término de doce horas
siguientes a la detención, el adolescente será puesto en libertad de
inmediato, sin menoscabo de que el Ministerio Público para
Adolescentes pueda otorgar la libertad bajo caución conforme a las
disposiciones aplicables.

113. Este Tribunal Pleno considera el razonamiento en contra de esta disposición


como infundado, por lo que debe reconocerse la validez del precepto
reclamado en atención a las consideraciones que siguen, en donde se
expondrá el parámetro de regularidad y su aplicación al caso concreto.

Parámetro de regularidad

114. En un apartado previo de esta sentencia, ya se realizaron explicaciones


puntuales sobre el contenido de la integridad y libertad personal y algunos
derechos particulares que les corresponden a los niños y niñas por ser
personas en desarrollo.

115. Sobre la libertad personal, debe destacarse que la Constitución General no


establece únicamente las aludidas reglas para la forma de llevar a cabo una
restricción provisional de esa libertad, sino impone a las autoridades
requisitos y actos que deben llevarse a cabo tras esa detención. El artículo
16 explícitamente señala que, en caso de que se trate de una detención en
flagrancia, tras la puesta a disposición de la persona detenida ante el
Ministerio Público, “ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio
Público por más de cuarenta y ocho horas, plazo en que deberá ordenarse
su libertad o ponérsele a disposición de la autoridad judicial; este plazo podrá

67
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como delincuencia


organizada”.

116. Por su parte, el artículo 19 constitucional prevé que si se puso a disposición


del juez a la persona detenida, “ninguna detención ante autoridad judicial
podrá exceder del plazo de setenta y dos horas, a partir de que el indiciado
sea puesto a su disposición, sin que se justifique con un auto de vinculación
a proceso” y que dicho “plazo para dictar el auto de vinculación a proceso
podrá prorrogarse únicamente a petición del indiciado, en la forma que señale
la ley. La prolongación de la detención en su perjuicio será sancionada por la
ley penal”.

Aplicación al caso concreto

117. Ahora bien, atendiendo a este parámetro de regularidad constitucional, esta


Suprema Corte considera infundada la petición de invalidez de la Comisión
Nacional de Derechos Humanos. A nuestro parecer, el último párrafo del
artículo 42 del código local no prevé un ámbito de excepcionalidad en el
cumplimiento de las reglas para que proceda una detención en flagrancia; por
el contrario, es una norma que establece una regla más benéfica para los
adolescentes tratándose de detenciones en flagrancia. Lo anterior, con
fundamento en las consideraciones que siguen.

118. En principio, debe destacarse que de una mera interpretación textual del
primer párrafo del artículo 42 y de sus tres facciones subsecuentes, es posible
advertir que lo único que se está regulando en estas disposiciones son los
supuestos de una detención en flagrancia, estableciéndose la facultad del
Ministerio Público para retener a un adolescente detenido en flagrancia, sin
orden judicial, sólo hasta por treinta y seis horas.

119. En ese sentido, lo primero que debe mencionarse para efectos del examen
de regularidad constitucional del último párrafo del artículo 42, que es el
reclamado, es que éste sigue la misma lógica que el texto que le precede.
Aunque no se explicite que se trata de los supuestos de detención en
flagrancia, lo que se mandata en este párrafo es que cuando se detenga en

68
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

flagrancia a una persona por un delito que no es perseguible de oficio o por


denuncia, sino únicamente por querella (petición de parte ofendida), una vez
que es puesto a disposición ante el Ministerio Público, el adolescente que fue
detenido sólo podrá ser retenido por la autoridad ministerial por un plazo
máximo de doce horas. Si en esas doce horas no se recibe la querella, deberá
ser puesto en libertad (sin perjuicio de que sea condicionada).

120. Es decir, a pesar de que en este último párrafo del artículo 42 únicamente
utiliza la expresión “cuando se detenga”, de una valoración sistemática con el
resto del precepto y los artículos subsecuentes, se entiende que el párrafo
reclamado sólo está aludiendo a las detenciones en flagrancia. En el acápite
de ese artículo 42 se habla de detención en flagrancia. Lo mismo en el
siguiente artículo 43 donde se dice que los “agentes policiacos que detengan
a un adolescente en flagrancia, están obligados a remitirlo inmediatamente al
Ministerio Público para adolescentes”, ámbito regulado que se repite en el
artículo 44 en donde se indica que “el Ministerio Público para Adolescentes
deberá resolver sobre la procedencia o no de la remisión en flagrancia”49. Por
ello, no debe confundirse lo previsto en este párrafo con otras detenciones
reguladas en el código, tales como las detenciones provisionales realizadas
por el Ministerio Público en casos de urgencia o detenciones por orden judicial
detención, las cuales tienen sus propias condiciones de aplicación.

121. Ahora bien, como se adelantó, a partir de este contexto normativo y a


diferencia de la opinión de la comisión accionante, este Tribunal Pleno
considera que el contenido reclamado no contradice los supuestos previstos
en la Constitución Federal para poder incidir en la libertad de las y los
adolescentes. Primero, porque su contenido presume la definición
constitucional de detención en flagrancia y, segundo, porque es una medida

49“Artículo 43. Los agentes policiacos que detengan a un adolescente en flagrancia, están obligados
a remitirlo inmediatamente al Ministerio Público para Adolescentes.
Cuando la detención la realice cualquier otra persona, ésta debe entregarlo a la autoridad más
próxima, la que procederá en la forma señalada en el párrafo anterior.
Si el adolescente detenido muestra señales de maltrato físico o psicológico, el Ministerio Público
para Adolescentes, de oficio o a solicitud del adolescente dispondrá su traslado a un establecimiento
de salud y abrirá la investigación para determinar la causa y tipo de las lesiones y sus responsables”.
“Artículo 44. El Ministerio Público para Adolescentes deberá resolver sobre la procedencia o no de
la remisión en flagrancia. Si resulta procedente la remisión, el adolescente será inmediatamente
puesto a disposición del Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes. En caso contrario,
podrá continuarse con la investigación u ordenarse su archivo provisional o definitivo y el adolescente
será inmediatamente puesto en libertad”.

69
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

legislativa que, aunque restrictiva, es menos severa que la prevista


constitucionalmente para que el Ministerio Público resuelva la situación de
una persona detenida que fue puesta a su disposición.

122. El artículo 16 constitucional señala como plazo para retener a una persona
por parte del Ministerio Público el de cuarenta y ocho horas, sin hacer
mayores distinciones; sin embargo, se recalca, tratándose del sistema penal
para adolescentes, se estima que ese requisito debe interpretarse como un
plazo máximo, por lo que el legislador estatal se encuentra posibilitado para
modularlo en beneficio de los menores sujetos al sistema especializado50.
Ello, pues justo para respetar nuevamente el principio de excepcionalidad que
rige la situación de los niños y niñas al tratarse de personas en desarrollo y
el principio de interés superior del menor, lo más óptimo para esas personas
es que la afectación a su libertad personal sea por el menor tiempo posible.

123. Consecuentemente, las doce horas de límite para la presentación de la


querella y, consecuentemente, de limite para la resolución de la situación
particular del adolescente detenido en flagrancia, es un plazo acorde al
corpus juris de la niñez: se encuentra dentro del margen que prevé el artículo
16 constitucional (cuarenta y ocho horas) y cumple con los márgenes que ha
ideado al respecto el intérprete autorizado de la Convención de los Derechos
del Niño51. En su Observación General 10, el Comité de los Derechos del
Niño ha establecido que “todo menor detenido y privado de libertad deberá
ser puesto a disposición de una autoridad competente [se refiere a la judicial]

50 Aunque se trató de un caso donde se verificaba una norma que regula el sistema penal para
adultos, esta Suprema Corte ya consintió la posibilidad constitucional de que el legislador secundario
establezca un plazo menor al de cuarenta y ocho horas previsto en el artículo 16 de la Constitución
Federal para que una persona pueda ser sujeta a una detención por parte del Ministerio Público,
ante la supuesta actualización de delitos que requieran querella. En la acción de
inconstitucionalidad 10/2014 y su acumulada 11/2014, fallada el veintidós de marzo de dos mil
dieciocho, este Tribunal Pleno declaró la validez del artículo 148 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, que establece que “cuando se detenga a una persona por un hecho que
pudiera constituir un delito que requiera querella de la parte ofendida, será informado
inmediatamente quien pueda presentarla. Se le concederá para tal efecto un plazo razonable, de
acuerdo con las circunstancias del caso, que en ningún supuesto podrá ser mayor de doce horas,
contadas a partir de que la víctima u ofendido fue notificado o de veinticuatro horas a partir de su
detención en caso de que no fuera posible su localización. Si transcurridos estos plazos no se
presenta la querella, el detenido será puesto en libertad de inmediato”.
51 Situación distinta es la regularidad constitucional de la regla general en cuanto al plazo que un
adolescente puede estar detenido (sea porque se presentó la querella o se trata de delitos que
pueden ser perseguidos sin petición de parte ofendida) sin que se resuelva su disposición ante
autoridad judicial; en particular, lo previsto en el primer párrafo del artículo 42, que permite una
retención por parte de la autoridad ministerial hasta por treinta y seis horas. Empero, tal regla general
no forma parte de la litis del presente asunto, ya que sólo se cuestionó la regla especial del último
párrafo del artículo 42 reclamado.

70
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

en un plazo de 24 horas para que se examine la legalidad de su privación de


libertad o de la continuación de ésta”.

124. Además, lo previsto en este párrafo reclamado de ninguna manera evita que
a la persona detenida se le de a conocer la razón por la cual fue detenida o
se le priven de otros derechos. La norma presupone el cumplimiento del resto
de las disposiciones de la ley, incluyendo los supuestos en que se puede dar
una detención y el respeto y protección de los derechos de los detenidos. Al
respecto, el artículo 9, fracción IX, inciso a), del propio Código Local es claro
al mandatar que, sin demora, los adolescentes serán informados, en un
lenguaje claro y accesible, sobre las razones por las que se les detiene, juzga
o impone una medida.

125. Por todas las razones anteriores, se reconoce la validez del último párrafo
del artículo 42 del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del
Estado de Michoacán de Ocampo.

IX. PRESUNCIÓN DE MINORIDAD DURANTE EL PROCESO

126. En el primer sub-apartado de su tercer concepto de invalidez, la Comisión


Nacional de Derechos Humanos alega que el artículo 33, último párrafo, del
Código de Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de
Michoacán violenta el principio constitucional de minoridad previsto en el
artículo 18 de la Constitución General y en diversos tratados internacionales,
así como el derecho a la libertad personal. El texto de la norma cuestionada
es el siguiente:

Artículo 33. Si en el transcurso del proceso se comprueba que la


persona a quien se imputa la realización de la conducta tipificada como
delito era mayor de dieciocho años de edad al momento de realizarla, si
aún se encuentra en la fase de indagatoria, el Ministerio Público para
Adolescentes deberá remitir de inmediato las actuaciones y a la persona
detenida ante el Ministerio Público correspondiente. En el caso de que
ya se hubiese realizado la remisión ante el Juez de Audiencia
Especializado para Adolescentes, éste se declarará incompetente y
remitirá los autos y en su caso, a la persona que hubiere sido puesta a
su disposición, a la autoridad competente.
Si en el transcurso del proceso se comprueba que la persona a
quien se le imputa la realización de la conducta era menor de doce
años de edad al momento de realizarla, se archivarán las
actuaciones y se pondrá en inmediata libertad a la persona y se

71
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

devolverá la custodia a quien legalmente la ejerza o, en su caso, se


notificará a las instituciones dedicadas a la atención de la infancia.

127. Desde el punto de vista de la comisión accionante, el precepto atenta contra


la presunción de minoridad y el derecho de libertad personal de los menores
de doce años, pues atendiendo a su literalidad permite que una persona de
la que no se tiene certeza sobre su edad sea sometida a un proceso penal
hasta que se compruebe su edad, con lo cual se atenta contra las premisas
básicas de dicho sistema de justicia penal para adolescentes.

128. No se comparte este razonamiento. Para esta Suprema Corte, resulta


desacertada la posición interpretativa consistente en que la porción normativa
reclamada del artículo 33 violenta el principio de minoridad que rige al sistema
de justicia penal para adolescentes, permitiendo que personas menores de
doce años sean sometidas a dicho sistema mientras se acredite su edad y
que, con ello, se afecte su libertad personal. El Código Local parte de la
premisa de que sólo regula a las conductas realizadas por personas mayores
de doce y menores de dieciocho años de edad y que, ante la duda de la edad,
se presumirá en todo caso que se trata de niños o niñas.

129. Por lo tanto, la regla cuestionada sólo funciona en casos estrictamente


excepcionales en los que a pesar de la debida diligencia del Ministerio Público
o el Juez Especializado, se haya dado pie al proceso y sea durante su
substanciación que se compruebe que la persona en cuestión es o era menor
de doce años al momento de cometer la conducta ilícita. Lo que más bien
busca la norma reclamada es remediar la vulneración de los derechos
de las niñas y niños y salvaguardar la efectividad del principio de
minoridad en todas las etapas del proceso penal.

130. Para explicar lo anterior, en los párrafos que siguen, se explicará el contenido
del precepto reclamado bajo una interpretación textual y sistemática y
después se efectuará el examen de regularidad constitucional.

Parámetro de regularidad e interpretación del precepto

72
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

131. En primer lugar, como se destacó en el apartado anterior, el sistema de


justicia penal que rige a los adolescentes se fundamenta en ciertas premisas
y principios básicos, uno de ellos el de minoridad. El artículo 18 de la
Constitución General, en concatenación con el corpus juris de la niñez (en
especial, el artículo 1 de la Convención de los Derechos del Niño) reconoce
los derechos que le corresponden a las personas en desarrollo (los niños y
niñas, incluyendo a los adolescentes) y considera que el conjunto de
personas que se encuentren entre doce años cumplidos y menos de
dieciocho, si son objeto de una alegada responsabilidad por conductas
tipificadas como delitos, pero que deben afrontar el proceso a través de un
sistema integral de justicia especializado con derechos específicos para este
grupo de personas. Aclarándose que los menores de doce años que hayan
realizado una conducta prevista como delito en ley sólo serán sujetos a
rehabilitación y asistencia social. El principio de minoridad y la segmentación
de los menores por grupos de edad es pues la columna vertebral del sistema
penal de justicia especializada.

132. Al respecto, el Código de Justicia Especializada para Adolescentes del


Estado de Michoacán recoge estos principios de manera explícita a lo largo
de la normatividad que contempla obligaciones y facultades de las
autoridades y derechos de los adolescentes. El artículo 2 del código señala
que son sujetos de la ley únicamente los adolescentes (definidos como
personas de entre doce años cumplidos y menos de dieciocho años de edad
a quienes se les atribuye o compruebe la realización de una conducta
tipificada como delito) y los adultos jóvenes (que son las personas que
cometieron las conductas tipificadas como delitos cuando eran
adolescentes)52. Por su parte, el artículo 6 dispone que “[p]ara todos los
efectos de esta Ley, la edad a considerar será la que tenía la persona al
momento de realizar la conducta tipificada como delito, la que se acreditará
mediante el acta de nacimiento expedida por la autoridad competente, o bien,
tratándose de extranjeros, por documento apostillado o legalizado. Cuando

52 “Artículo 2. Son sujetos de esta Ley:


I. Adolescentes: Personas de entre doce años cumplidos y menos de dieciocho años de edad a
quienes se les atribuya o compruebe la realización de una o varias conductas tipificadas como delito;
II. Adultos jóvenes: Personas de entre dieciocho años cumplidos y menos de veinticinco años de
edad, a quienes se les atribuya o compruebe la realización de una conducta tipificada como delito
cometida cuando eran adolescentes; y,
III. Las víctimas u ofendidos por las conductas referidas en las fracciones anteriores”.

73
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

esto no sea posible, la comprobación de la edad se hará mediante dictamen


rendido por los peritos que para tal efecto designe la autoridad
correspondiente”.

133. Asimismo, el artículo 13 prevé que sólo “los adolescentes podrán ser
responsables por infringir la legislación que contemple delitos que sean de
competencia estatal” y que “la niña o niño menor de doce años de edad a
quien se le atribuya una conducta tipificada como delito quedará exento de
toda responsabilidad”. Y en atención a ello, el artículo 15 mandata que “[l]a
responsabilidad del adolescente o adulto joven se fincará sobre la base del
respeto irrestricto al principio de culpabilidad disminuida por el acto y no
admitirá, bajo ninguna circunstancia, consideraciones acerca de la
personalidad, vulnerabilidad biológica, peligrosidad, ni de cualquier otra que
se funde en circunstancias personales del autor del hecho imputado”.

134. Bajo esa tónica, el artículo 7 señala que cuando exista la duda de si la
persona en cuestión se trata de un individuo mayor o menor de dieciocho
años, se presumirá que es adolescente y, cuando exista duda si es una
persona mayor o menor de doce años, se presumirá niño o niña,
explicitándose que en ningún caso se podrá decretar el internamiento para
efectos de comprobación de su edad 53.

135. De estas normas se desprende una serie de postulados sobre la minoridad


que rigen el sistema de justicia penal para adolescentes en el Estado de
Michoacán, en donde se clasifica a los niños y niñas por grupos de edad a fin
de identificar quiénes pueden ser sujetos de responsabilidad penal y quiénes
sólo podrán ser sujetos a rehabilitación y asistencia social. Ello,
complementado por dos reglas presuncionales: una de minoridad de edad y
otra de niñez.

136. Ahora bien, el párrafo impugnado se encuentra inserto en el Capitulo I del


Título Tercero del Código Local que detalla las disposiciones generales del

53 “Artículo 7. Cuando exista la duda de si se trata de una persona mayor o menor de dieciocho años
de edad, se presumirá que es adolescente. Cuando exista la duda de si se trata de una persona
mayor o menor de doce años, se presumirá niña o niño. En ningún caso se podrá decretar el
internamiento para efectos de comprobación de su edad”.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

proceso que se sigue en contra de las personas sujetas a la ley. Un proceso


es un conjunto de actos que tienden a un fin. Según el artículo 27 del propio
código reclamado, el “proceso [penal] para adolescentes tiene como objetivo
establecer la existencia jurídica de una conducta tipificada como delito,
determinar quién es su autor o partícipe, el grado de responsabilidad y, en su
caso, determinar la aplicación de las medidas que correspondan conforme a
esta Ley”.

137. Este proceso se encuentra integrado por diversas etapas o procedimientos


que tienden a la investigación, persecución y sanción de los delitos, los cuales
corresponden a diversas autoridades. A saber, por un lado, la fase de
investigación e imputación está asignada al Agente del Ministerio Público
Especializado para Adolescentes, que en términos de la propia ley se
encuentra adscrito a la Procuraduría General de Justicia del Estado de
Michoacán (artículos 17, 37 y 39) 54.

138. En particular, el Ministerio Público Especializado, entre otras cuestiones, es


quien investiga los delitos y acoge en primera instancia a los adolescentes
detenidos en flagrancia o solicita a la autoridad judicial las ordenes de
presentación o aprehensión cuando existe una investigación previa de
conductas tipificadas; además, es la autoridad encargada de calificar

54 “Artículo 17. Los agentes del Ministerio Público para Adolescentes se encuentran adscritos a la
Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán. Sus atribuciones y funciones serán
reguladas por su Ley Orgánica.
Los criterios de organización y formación especializada serán definidos por esa institución en los
términos de su Reglamento”.
“Artículo 37. La investigación de las conductas tipificadas como delito por las leyes atribuidas a
adolescentes corresponde al Ministerio Público para Adolescentes, quien la iniciará de oficio o a
petición de parte, a partir de la denuncia o querella que de manera verbal o escrita se le formule.
En los casos de conductas tipificadas como delito que se persiguen sólo por querella, el Ministerio
Público para Adolescentes estará obligado a promover el acuerdo conciliatorio, en los términos de
esta Ley”.
“Artículo 39. Durante la fase de investigación, el Ministerio Público para Adolescentes deberá
realizar todas las actividades necesarias para allegarse los datos y elementos de convicción
indispensables, que acrediten la conducta prevista como delito y la probable responsabilidad del
adolescente o adulto joven, como base del ejercicio de la acción de remisión.
En caso de resultar procedente, el Ministerio Público para Adolescentes formulará la remisión del
caso al Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes. En caso contrario, ordenará el archivo
provisional o definitivo de la investigación.
La probable responsabilidad del adolescente se tendrá por acreditada cuando de los medios
probatorios existentes, se deduzca su participación en la conducta considerada como delito, el grado
de ejecución del hecho y no exista acreditada a favor del adolescente, alguna causa de licitud o
alguna excluyente de culpabilidad. La estimación del probable hecho descrito en la Ley y la probable
responsabilidad, se realizará por cualquier medio probatorio que autorice la misma”.

75
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

primigeniamente la legalidad de la detención en flagrancia (artículo 44)55 y


tiene la atribución de remisión del adolescente ante la autoridad judicial; es
decir, es quien ejerce la acción penal en contra de los mismos ante el juez
especializado competente (artículos 38, 39 y 45) 56 o quien decide no ejercer
la acción penal y archivar provisional o definitivamente la investigación
(artículos 46, 47 y 48)57.

139. Por su parte, el Juez o Jueza de Audiencia Especializado para Adolescentes


es la autoridad judicial encargada de emitir las ordenes de presentación o
detención de los adolescentes o adultos jóvenes o, en su caso, tras la
remisión de la acción penal por parte del Ministerio Público, de dictar la
sujeción a proceso de estas personas y de declarar la procedencia de las
medidas cautelares solicitadas. Además, entre otras muchas cuestiones, es
la autoridad judicial encargada de calificar la legalidad tanto de la detención
en flagrancia de los adolescentes o adulto jóvenes al momento de recibir el
escrito de remisión por el Ministerio Público y la detención de estas personas
con motivo de las órdenes de presentación o detención (artículo 50) 58. De

55 “Artículo 44. El Ministerio Público para Adolescentes deberá resolver sobre la procedencia o no
de la remisión en flagrancia. Si resulta procedente la remisión, el adolescente será inmediatamente
puesto a disposición del Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes. En caso contrario,
podrá continuarse con la investigación u ordenarse su archivo provisional o definitivo y el adolescente
será inmediatamente puesto en libertad”.
56 “Artículo 38. La acción de remisión corresponde al Ministerio Público para Adolescentes.
Para los efectos de esta Ley, se entiende por remisión el ejercicio de la facultad que tiene conferido
el Ministerio Público prevista en el artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos”.
“Artículo 45. El Ministerio Público para Adolescentes formulará la remisión, a través de un escrito
que deberá hacer constar lo siguiente:
I. Datos de la víctima u ofendido en su caso;
II. Datos del adolescente probable responsable;
III. Calificación fundada y motivada de la conducta imputada al adolescente;
IV. Descripción de los hechos, estableciendo circunstancias de lugar, tiempo y modo que hagan
probable la responsabilidad del adolescente en la realización del hecho;
V. Relación de los datos y elementos de convicción obtenidos hasta ese momento; y,
VI. Determinación del Ministerio Público para Adolescentes para ejercer la acción de remisión, así
como los razonamientos que llevaron a esa decisión.
57 “Artículo 46. El Ministerio Público para Adolescentes archivará definitivamente el expediente
cuando los hechos relatados en la denuncia o querella no fueren constitutivos de conductas
tipificadas como delito, se trate de una causa excluyente de incriminación o cuando se encuentre
extinguida la responsabilidad del adolescente”.
“Artículo 47. El Ministerio Público para Adolescentes podrá archivar provisionalmente aquellas
investigaciones en las que no existan elementos suficientes para proceder o no se puedan practicar
otras diligencias, sin perjuicio de ordenar la reapertura de las diligencias, si aparecieren nuevos
elementos de convicción que así lo justifiquen, siempre que no haya surtido efectos la prescripción”.
“Artículo 48. La víctima o el ofendido podrán solicitar al Ministerio Público para Adolescentes la
reapertura de expediente y la realización de actividades de investigación, y de ser negada esta
petición, podrán solicitarla ante el superior del agente especializado”.
58 “Artículo 50. A partir del momento en que el escrito de remisión es recibido por el Juez de
Audiencia Especializado para Adolescentes, éste deberá determinar si existen bases para el
libramiento de la orden de presentación o detención o, en su caso, para la sujeción a proceso y la
procedencia de medidas cautelares si el Ministerio Público para Adolescentes lo solicitare.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

igual manera, es la autoridad encargada de regir y desahogar todas las


etapas del juicio penal oral y de dictar la resolución que corresponda (artículo
57, 59 a 63)59, en la que, en su caso, se aplicarán las sanciones previstas en
la ley.

En el supuesto de que el adolescente o el adulto joven estuviere detenido al momento de recibir el


escrito de remisión o cumplimentada la orden de presentación o detención, se celebrará de inmediato
una audiencia en la que el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes deberá, en su caso,
examinar la legalidad de la detención. Si ésta resultare improcedente, la audiencia se suspenderá y
se decretará la inmediata libertad del adolescente o adulto joven. De ratificarse la detención, la
audiencia continuará su curso.
En esta audiencia, si el adolescente o adulto joven desea hacerlo, se recibirá su declaración inicial,
se le hará saber que en un plazo máximo de setenta y dos horas se determinará su libertad o sujeción
a proceso, el cual podrá prorrogarse hasta por un plazo igual, con la finalidad de aportar y desahogar
elementos de prueba para que el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes resuelva su
situación. La prolongación de la detención en su perjuicio será sancionada por la ley penal federal”.
Si la audiencia se suspende a petición del adolescente o su defensor, el Juez de Audiencia
Especializado para Adolescentes, a solicitud del Ministerio Público para Adolescentes, podrá
imponer alguna de las medidas cautelares de las previstas en esta Ley hasta que la audiencia se
reanude.
A esta audiencia deberán concurrir el Ministerio Público para Adolescentes, el adolescente o adulto
joven probable responsable, su defensor y, en su caso, podrán asistir padres, tutores o quienes
ejerzan la patria potestad o la custodia del adolescente. La ausencia de estos últimos no suspenderá
la audiencia”.
59 “Artículo 57. El juicio se desahogará de manera oral, privilegiando en todo momento la
inmediación, inmediatez y celeridad procesal del juzgador en las actuaciones, atendiendo a la
supletoriedad del Código Nacional de Procedimientos Penales. De todo lo actuado se dejará registro
electrónico y por escrito”.
“Artículo 59. Concluido el juicio, el Juez de Audiencia Especializado resolverá sobre la
responsabilidad del adolescente o adulto joven, atendiendo a lo establecido en esta Ley.
El Juez de Audiencia Especializado apreciará la prueba, conforme a las reglas de la lógica, los
conocimientos científicos y las máximas de la experiencia; sólo podrán valorarse y someterse a la
crítica racional, los medios de prueba obtenidos por un proceso permitido e incorporados al juicio
conforme a las disposiciones de esta Ley.
En caso de duda, el Juez de Audiencia Especializado deberá resolver tomando en cuenta lo que
más favorezca al adolescente o adulto joven.
“Artículo 60. La resolución que se dicte será siempre proporcional no sólo a las circunstancias y la
gravedad de la conducta tipificada como delito, sino también a las circunstancias y características
personales del adolescente o adulto joven, al interés público y al daño causado”.
“Artículo 61. La imposición e individualización de medidas a cargo del Juez de Audiencia
Especializado para Adolescentes deberá sujetarse a las siguientes disposiciones:
I. Sólo podrán imponerse las medidas consideradas en esta Ley;
II. El Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes deberá valorar:
a. La gravedad de la conducta; su forma de intervención; el dolo o la culpa; el grado de ejecución de
que se trate; las circunstancias de tiempo, modo, lugar u ocasión; la posibilidad que tuvo el agente
de haber ajustado su conducta a las exigencias de la norma; los medios comisivos empleados; el
comportamiento del sujeto activo después del hecho y el comportamiento de la víctima en el hecho;
b. La edad; el nivel de educación; las condiciones sociales, económicas y culturales; los motivos que
lo impulsaron o determinaron a desarrollar su comportamiento; las condiciones personales,
fisiológicas y psíquicas específicas en que se encontraba el sujeto activo en el momento de la
comisión de la conducta; si el agente perteneciera a un grupo étnico o pueblo indígena, se tomarán
en cuenta, además, sus usos y costumbres; y,
c. Las necesidades particulares del adolescente o adulto joven, así como las posibilidades reales de
ser cumplida la medida;
III. El Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes atenderá a las reglas de concurso de
conductas típicas;
IV. La medida de internamiento se impondrá de manera excepcional y en ningún caso a adolescentes
menores de catorce años de edad; y,
V. En cada resolución, el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes podrá imponer
amonestación y hasta un máximo de dos medidas más, compatibles entre sí, de modo que su
ejecución pueda ser simultánea y en ningún caso, sucesiva”.
“Artículo 62. La resolución deberá estar debidamente fundada y motivada, escrita en un lenguaje
accesible al adolescente o adulto joven y deberá contener los siguientes elementos:
I. Lugar, fecha y hora en que es emitida;
II. Datos personales del adolescente;

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

140. Todas estas facultades se encuentran regidas por los distintos principios que
prevé el Código Local, tales como el referido principio de minoridad (que
incluye su doble vertiente de presunción de minoridad y de niñez) y los
principios de interés superior del adolescente, inocencia, certeza jurídica,
mínima intervención, subsidiariedad, especialización, inmediatez, celeridad
procesal, inmediación y proporcionalidad (previstos en el artículo 4 que los
contempla como principios rectores de la totalidad del sistema).

141. Lo cual implica, para esta Corte, que cuando cada autoridad hace uso de sus
facultades, debe tomar en cuenta los principios aplicables y, ante cualquier
duda sobre la edad de la persona sujeta a su competencia, siguiendo a las
reglas de la ley, debe presumirse que se trata de un adolescente o de un niño
o niña, según corresponda, en atención al principio de interés superior del
menor. El transcrito artículo 7 no diferencia cuándo cobra aplicación la
presunción de minoridad; por el contrario, se toma como un presupuesto de
la ley.

Aplicación al caso concreto

142. Ahora, a partir de lo recién expuesto, como se adelantó, este Tribunal Pleno
llega a la convicción de que la norma reclamada no permite sujetar al proceso
penal a una persona para efectos de comprobar su edad y, por ende, no
detenta el vicio de invalidez planteado por la comisión accionante. Para

III. Relación de los hechos, pruebas, alegatos y conclusiones;


IV. Motivos y fundamentos legales que la sustentan;
V. Argumentos a partir de los cuales se decide si quedó acreditada o no la existencia de la conducta;
VI. Argumentos a partir de los cuales se decide si quedó o no acreditada la responsabilidad del
adolescente o adulto joven;
VII. La medida que en su caso llegue a imponerse, su duración y lugar de aplicación y ejecución, así
como la medida de mayor gravedad que se impondría en el caso de incumplimiento;
VIII. Las medidas de menor gravedad por las que, en los términos de esta Ley, puede sustituirse la
medida impuesta, así como el orden en que deben ser consideradas por la Unidad Especializada; y,
IX. El monto de la reparación del daño a la víctima u ofendido, en su caso.
La simple relación de las pruebas, la mención de los requerimientos, argumentos o pretensiones de
las partes, afirmaciones dogmáticas, fórmulas genéricas, o rituales no constituyen en caso alguno
fundamentación ni motivación”.
“Artículo 63. Una vez firme la medida, el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes
establecerá las condiciones y la forma en que el adolescente o adulto joven debe cumplirla,
quedando a cargo de la Unidad Especializada la elaboración de un Programa Individualizado de
Ejecución.
El adolescente, sus padres, tutores o quienes ejerzan la patria potestad o la custodia o, en su caso,
el adulto joven, y su defensor, podrán solicitar ante el Juez de Audiencia Especializado para
Adolescentes la revisión del Programa Individualizado de Ejecución dentro del plazo de cinco días
siguientes a aquél en que se le haya informado al adolescente o adulto joven su contenido”.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

evidenciar de una mejor manera esta conclusión, se delimitará el alcance de


la norma y se detallarán las razones por las cuales se supera el examen de
regularidad constitucional.

143. El primer párrafo del artículo 33 prevé las reglas sobre qué sucede cuando se
comprueba que una persona sujeta al sistema de justicia penal para
adolescentes era mayor de edad al momento de cometer la conducta ilícita,
tanto durante la etapa de investigación como en la substanciación del juicio
tras la remisión de la acción penal. Para esta Corte, tales hipótesis normativas
derivan justamente de la aplicabilidad del principio de minoridad en todas las
etapas del proceso y de la salvaguarda de este principio por parte del
Ministerio Público y/o el Juzgador. Es decir, lo regulado cobra sentido,
precisamente porque en alguna etapa del proceso la respectiva autoridad
tuvo a su alcance pruebas que hacían suponer que la persona en cuestión es
o fue un adolescente al momento de que aconteció la conducta ilícita o que,
en su defecto, se tuvo por presumida la minoridad de edad.

144. En esa lógica, el segundo párrafo del artículo 33 (que es efectivamente el


reclamado) sigue la misma lógica que su predecesor; a saber, tiene su misma
operatividad y busca funcionar tanto en la etapa de investigación competencia
del Ministerio Público como en la etapa de inicio, substanciación y desahogo
del procedimiento judicial (el proceso en su integridad). Consecuentemente,
no es una excusa para que las autoridades ministeriales o judiciales sujeten
al proceso a personas menores de doce años y sea durante su tramitación
que se compruebe efectivamente su edad, sino que es una medida
emergente que se da durante el proceso penal para respetar y proteger los
derechos de los niños y niñas que equivocadamente están siendo sujetos al
proceso penal, toda vez que el deber que se impone cuando se comprueba
que esa persona era o fue menor de doce años es archivar las actuaciones y
poner en inmediata libertad a la persona.

145. Dicho de otra manera, de una interpretación textual y sistemática, se entiende


que la finalidad del párrafo reclamado es implementar una regla genérica de
inmediata libertad y de archivo de las actuaciones cuando en cualquier etapa
del proceso se compruebe que la persona sujeta al mismo era menor de doce

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

años al momento de que acontecieron los hechos delictivos. No es una regla


procesal que permita iniciar y substanciar el proceso para verificar la edad del
imputado, más bien es una disposición legal que presupone que el proceso
ya dio inicio (pues dice “si en el transcurso del proceso”) y que obliga a las
autoridades a llevar a cabo ciertos actos cuando ulteriormente se compruebe
la niñez de la persona sujeta a proceso.

146. El resto de las disposiciones legales que regulan el inicio y substanciación del
proceso penal respaldan esta delimitación del contenido normativo, pues para
que se de inicio a un proceso se parte de la premisa de que la autoridad
atestiguó que la persona en cuestión es o fue un adolescente al momento de
actualizarse el hecho ilícito. El referido artículo 37 del Código Local señala
que el Ministerio Público Especializado tendrá la facultad de investigar las
conductas tipificadas como delitos, pero sólo las atribuidas a los
adolescentes, lo cual conlleva que sólo se pueda investigar o pedir órdenes
de presentación o detención a personas mayores de doce años y, por ende,
que la autoridad ministerial deba tener certeza de esa edad.

147. Por su parte, en el caso de una detención en flagrancia, la primer conducta


que debe realizar el Ministerio Público cuando se pone a su disposición a la
persona arrestada es calificar la legalidad de la detención en términos del
artículo 44 del propio código. Lo que también implica que la autoridad
ministerial debe asegurarse de la edad de la persona detenida y, ante la duda,
concluir que se trata de un niño para efectos de no sujetarlo al proceso penal
para adolescentes.

148. El citado artículo 7 del propio Código Local es explícito en detallar cómo aplica
el principio de presunción de minoridad (y sus presunciones a favor de la
minoridad) y dice que “en ningún caso se podrá decretar el internamiento
[cautelar] para efectos de comprobación de su edad”. Por ende, es un
presupuesto fundamental de la ley que las autoridades al momento de ejercer
sus facultades deben tener certeza de que la persona que se va a sujetar a
proceso penal para adolescentes cuenta o contaba al menos con doce años
de edad al momento de los hechos delictivos.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

149. Se recalca, la propia norma utiliza en su parte inicial la locución “si en el


transcurso del proceso se comprueba”, por lo que ello quiere decir que el
proceso penal (entendido en todas sus etapas) inició o se encuentra en
substanciación, lo que involucra que ya se tuvo a una persona como sujeto
del sistema de justicia penal para adolescentes (pues se tuvo certeza sobre
su edad) y que es, ulteriormente, cuando se comprueba que esa respectiva
persona cuenta o contaba con al menos de doce años en el momento de los
hechos delictivos.

150. En síntesis, para este Tribunal Pleno, la norma impugnada se trata más bien
de una disposición legal que busca solucionar casos excepcionales a fin de
evitar que niños o niñas continúen sujetos a un proceso penal para
adolescentes a pesar de no tener la edad mínima para ello.

151. Estos casos pueden ocurrir, pues es un hecho notorio que no siempre pueden
tenerse documentos oficiales para atestiguar la edad de una persona. Puede
acontecer, a saber, que la respectiva persona detenida en flagrancia no
cuente con un acta de nacimiento o cualquier otro documento oficial sobre la
fecha en que nació (al no haberse registrado su nacimiento ante ninguna
autoridad mexicana) o ser una persona extranjera que tampoco cuenta con
registro en su país de origen o que los documentos con los que se pretende
acreditar la edad no cumplan con los requisitos correspondientes de
legalización del derecho internacional.

152. Situación que se hace evidente con lo prescrito en el citado artículo 6 del
propio Código Local, el cual contempla que la edad de una persona será
acreditada con acta de nacimiento emitida por autoridades mexicanas o
extranjeras (debidamente apostillado o legalizado), pero que a su vez
reconoce que ante la falta de esos elementos probatorios, la comprobación
de la edad se deberá hacer mediante dictamen rendido por peritos
designados para ese efecto.

153. En ese tenor, es lógicamente posible que una persona pueda ser sujeta a
proceso penal especializado para adolescentes a partir de la valoración por
parte de la autoridad de ciertas pruebas que acreditaban que era mayor de

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

doce años y que, con tales pruebas, la autoridad haya apreciado su edad
sin haber tenido dudas sobre la misma, pero que, tal como lo dice la norma
reclamada, “en el transcurso del proceso” (en cualquiera de sus etapas)
surjan o se aporten otros medios de convicción o se certifique lo inválido o
erróneo de los utilizados anteriormente que evidencien que esa persona
cuenta o contaba con menos de doce años al momento en que ocurrieron los
hechos delictivos.

154. Ahora bien, dicho lo anterior y delimitado el sentido de la norma, se


estima que el párrafo reclamado supera un análisis estricto de
constitucionalidad al no contravenir el artículo 18 de la Constitución General
y demás corpus juris de la niñez60. Primero, porque cumple con un fin
constitucionalmente imperioso que es salvaguardar en todas las etapas del
proceso el principio de minoridad y los requisitos para que una persona pueda
ser sujeto de responsabilidad penal.

155. Segundo, porque la medida legislativa (consistente en que las autoridades


tengan la facultad obligatoria de archivar las actuaciones y poner en
inmediata libertad al niño o niña que equivocadamente se haya sujeto a
proceso, devolviendo la custodia a sus padres o tutores o, en su caso,
notificando a las instituciones dedicadas a la atención de la infancia), se
encuentra íntimamente relacionada con el fin pretendido. Asimismo, esa
medida es estrictamente necesaria y no existe ninguna opción alternativa ya
que es la actuación más efectiva para respetar y proteger el principio de
minoridad que rige el artículo 18 constitucional y el derecho a la libertad
personal.

156. Ello, pues lo que se busca con el deber de archivar las actuaciones y ordenar
la inmediata libertad del niño o niña (devolviendo la custodia del menor a
quién legalmente la ejerza o, en su caso, notificando a las instituciones
dedicadas a la atención de la infancia), es corregir la violación no advertida
respecto a la edad de la persona sujeta a proceso, asegurándole los derechos

60Se analiza a través de un estándar de razonabilidad, pues aunque es una medida legislativa que,
en principio, beneficia a los niños o niñas, en suplencia de la queja, se debe verificar que las medidas
tomadas por el legislador para ese fin benéfico sean las más idóneas, necesarias y proporcionales
para asegurar los derechos de las personas menores de doce años.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

que le corresponden constitucionalmente como niño o niña menor de doce


años. Como se dijo, es una medida que parte de la premisa de que, aun
cuando las autoridades ejercieron sus competencias tomando en cuenta en
todo momento que debía existir certeza sobra la edad del imputado para
sujetarlo a un proceso penal (y que, en caso de duda, debió considerársele
como niño o niña), es viable lógicamente que a pesar de haber actuado
diligentemente existan casos en los que con otras pruebas o la posterior
inviabilidad de las mismas se compruebe posteriormente que la apreciación
de la autoridad fue incorrecta y que la persona es o fue menor de doce años 61
cuando ocurrieron los hechos delictivos. La norma tiende a satisfacer estos
supuestos de excepción.

157. Es cierto que el párrafo reclamado no alude en su texto a ser una hipótesis
normativa excepcional; sin embargo, como se ha venido explicando, la
operatividad de este párrafo parte de una regulación estricta sobre las
diferentes actuaciones de las autoridades que participan en el proceso penal,
mismas que atienden como un principio indisponible la presunción de
minoridad y la presunción de niñez para todos los efectos procesales.

158. Además, como se adelantó, no existe otra medida más eficiente para
restablecer el régimen constitucional que exigir el archivo de las actuaciones
y la inmediata libertad a la persona que formaba parte del proceso penal (ya
sea porque se encontraba en detención provisional, sujeto a proceso bajo
ciertas medidas cautelares no privativas de la libertad o en internamiento
preventivo), pues con ello se declara y reconoce de manera automática que
esas personas no pueden ser objeto de responsabilidad de índole penal, tal
como lo exige el artículo 18 de la Constitución General.

159. En suma, por las razones antes expuestas, se declaran infundados los
razonamientos de la entidad promovente y se reconoce la
constitucionalidad del artículo 33, último párrafo, del Código de Justicia
Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán de Ocampo.

61Por ejemplo, puede ocurrir que ante la imposibilidad absoluta de contar con un elemento oficial
sobre la edad de la persona, el dictamen pericial haya indicado fehacientemente que se trataba de
una persona con al menos doce años de edad, pero que posteriormente surja un documento idóneo
para certificar la correcta edad de la persona.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

X. PRÓRROGA DEL PLAZO CONSTITUCIONAL PARA EL DICTADO DE


LIBERTAD O DE SUJECIÓN A PROCESO

160. En el tercer sub-apartado del tercer concepto de invalidez se afirma que el


artículo 50 del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del
Estado de Michoacán es contrario al artículo 19 constitucional y a los
derechos a la seguridad jurídica y al debido proceso, porque omite clarificar
que la prórroga para determinar la libertad o sujeción a proceso de un
adolescente o adulto joven sólo podrá ser solicitada por él mismo como parte
de sus garantías constitucionales y, por otro lado, auspicia entonces que la
autoridad jurisdiccional de la entidad federativa pueda prorrogar la detención
del adolescente a petición de cualquiera de las partes intervinientes en el
proceso (ministerio público, víctima o juez de oficio).

161. El texto del precepto cuestionado es el siguiente (se transcribe su totalidad y


se resalta en negritas la porción normativa relevante):

Artículo 50. A partir del momento en que el escrito de remisión es


recibido por el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes, éste
deberá determinar si existen bases para el libramiento de la orden de
presentación o detención o, en su caso, para la sujeción a proceso y la
procedencia de medidas cautelares si el Ministerio Público para
Adolescentes lo solicitare.
En el supuesto de que el adolescente o el adulto joven estuviere detenido
al momento de recibir el escrito de remisión o cumplimentada la orden
de presentación o detención, se celebrará de inmediato una audiencia
en la que el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes deberá,
en su caso, examinar la legalidad de la detención. Si ésta resultare
improcedente, la audiencia se suspenderá y se decretará la inmediata
libertad del adolescente o adulto joven. De ratificarse la detención, la
audiencia continuará su curso.
En esta audiencia, si el adolescente o adulto joven desea hacerlo, se
recibirá su declaración inicial, se le hará saber que en un plazo máximo
de setenta y dos horas se determinará su libertad o sujeción a proceso,
el cual podrá prorrogarse hasta por un plazo igual, con la finalidad
de aportar y desahogar elementos de prueba para que el Juez de
Audiencia Especializado para Adolescentes resuelva su situación.
La prolongación de la detención en su perjuicio será sancionada
por la ley penal federal.
Si la audiencia se suspende a petición del adolescente o su defensor, el
Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes, a solicitud del
Ministerio Público para Adolescentes, podrá imponer alguna de las
medidas cautelares de las previstas en esta Ley hasta que la audiencia
se reanude.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

A esta audiencia deberán concurrir el Ministerio Público para


Adolescentes, el adolescente o adulto joven probable responsable, su
defensor y, en su caso, podrán asistir padres, tutores o quienes ejerzan
la patria potestad o la custodia del adolescente. La ausencia de estos
últimos no suspenderá la audiencia.

162. Esta Suprema Corte considera como infundado el planteamiento de


invalidez. En principio, como se adelantó en el apartado de fijación de la litis,
debe destacarse que el concepto de invalidez que ahora se analiza va
destinado a reclamar lo previsto en el tercer párrafo del artículo 50, en el que
se prevé la regla relativa a la prolongación del plazo constitucional para dejar
en libertad o para sujetar a proceso a una persona. Hecha esta acotación,
desde nuestra perspectiva, se estima que la posición de la comisión
accionante vuelve a partir de un incorrecto entendimiento de la norma.

163. Los párrafos del artículo 50 regulan distintas etapas del procedimiento en
contra de un adolescente en la etapa judicial. En el primer párrafo se señala
que tras el ejercicio de la acción penal en contra del adolescente (remisión de
la indagatoria) que no está detenido, el Juez Especializado deberá valorar si
procede dictar orden de presentación o detención o sujetar al proceso al
menor y dictar las medidas cautelares en caso de ser solicitadas por el
Ministerio Público. Según el artículo 51 del código, la orden de presentación
podrá ser dictada, a solicitud del Ministerio Público, cuando la conducta del
adolescente o adulto joven no amerita internamiento conforme al código,
mientras que la orden de detención e internamiento preventivo se da a su vez
a solicitud del Ministerio Público cuando la conducta que se investiga amerita
esa medida de internamiento y existe una presunción razonable y casuística
de que el adolescente o adulto joven podría no someterse al proceso u
obstaculizar la averiguación de la verdad o pueda cometer alguna otra
conducta tipificada como delito contra la víctima, los testigos, los servidores
públicos que intervienen en el proceso o contra algún tercero 62.

62 “Artículo 51. Para la celebración de la audiencia de sujeción a proceso, si el adolescente o adulto


joven no se encontrara detenido, el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes podrá dictar,
a solicitud del Ministerio Público para Adolescentes:
I. Orden de presentación en los casos en los que la conducta que se investiga no merezca medida
de internamiento. En caso de que el adolescente o adulto joven no comparezca voluntariamente, el
Juez podrá hacerlo comparecer con el auxilio de la fuerza pública; y,
II. Orden de detención e internamiento preventivo, cuando la conducta que se investiga merezca
medida de internamiento y exista una presunción razonable, por apreciación de las circunstancias
del caso particular, de que el adolescente o adulto joven podría no someterse al proceso u
obstaculizaría la averiguación de la verdad, o se estime que el adolescente o adulto joven puede
cometer alguna otra conducta tipificada como delito contra la propia víctima, alguno de los testigos

85
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

164. El segundo párrafo del artículo 50 regula los casos en que el adolescente o
adulto joven es puesto a disposición del Juez de Audiencia Especializado
junto con el escrito de remisión de la acción penal o cuando se cumplimenta
la orden de presentación o detención. Ante estos escenarios (menor detenido
o llamado al procedimiento a través de una orden de presentación), el párrafo
mandata que el juez deberá de celebrar de inmediato una audiencia en la
que, en su caso, revisará en primer lugar la legalidad de la detención,
señalando que de resultar improcedente, la audiencia se suspenderá y se
decretará la inmediata libertad del adolescente o adulto joven. De
considerarse legal, la audiencia continuará su curso.

165. Por su parte, los párrafos tercero, cuarto y quinto de este artículo 50 regulan
algunas de las condiciones de ejecución de la referida audiencia. En el
párrafo tercero se aduce que, en esa audiencia, el adolescente o adulto joven
detenido o que acudió por virtud de una orden de presentación podrá hacer
su declaración inicial y se le hará saber que en un plazo máximo de setenta
y dos horas se determinará su libertad o sujeción a proceso, aclarándose que
ese plazo podrá prorrogarse hasta por un plazo igual, con la finalidad de
aportar y desahogar elementos de prueba y que la prolongación de la
detención en su perjuicio será sancionada por la ley penal. Por otro lado, en
el párrafo cuarto se dice que de suspender la audiencia a petición del
adolescente o su defensor, el Juez de Audiencia Especializado podrá imponer
alguna medida cautelar si ello es solicitado por el agente ministerial, y en el
párrafo quinto se impone como una condición de celebración de la audiencia
que a la misma concurran el Ministerio Público, el adolescente o adulto joven,
su defensor y, en su caso, sus padres, tutores o quienes ejerzan la patria
potestad63.

que depongan en su contra, servidores públicos que intervengan en el proceso o contra algún
tercero”.
63 Tras esta audiencia y, en su caso, el dictado de la sujeción a proceso, en términos del artículo 57
del Código Local, el juicio se desahogará de manera oral, privilegiando en todo momento la
inmediación, inmediatez y celeridad procesal, atendiendo a la supletoriedad del Código Nacional de
Procedimientos Penales.
“Artículo 57. El juicio se desahogará de manera oral, privilegiando en todo momento la inmediación,
inmediatez y celeridad procesal del juzgador en las actuaciones, atendiendo a la supletoriedad del
Código Nacional de Procedimientos Penales.
De todo lo actuado se dejará registro electrónico y por escrito”.

86
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

166. Ahora, aunado a todo lo que se ha explicado en torno al parámetro de


regularidad aplicable a los adolescentes sujetos al sistema de justicia penal,
se tiene que el artículo 19 de la Constitución General 64 implementa como uno
de los derechos de cualquier persona que es puesta a disposición ante un
juez, que ninguna detención ante esa autoridad judicial podrá superar las
setenta y dos horas sin que se resuelva su situación jurídica a partir del
dictado de un auto de sujeción a proceso y, que dicho plazo, podrá
prorrogarse únicamente a petición del indiciado en la forma que señale la ley.
Como se ha explicado en otros apartados de este fallo, aunque no se
menciona de manera explícita, esta norma es aplicable para los adolescentes
detenidos ante autoridad judicial pues su ámbito personal de validez es
cualquier persona que se encuentra en el territorio mexicano. Además, no
existe ninguna otra norma aplicable a esta etapa del procedimiento más
benéfico en el ámbito formalmente constitucional ni en los tratados
internacionales.

64 “Artículo 19.- Ninguna detención ante autoridad judicial podrá exceder del plazo de setenta y dos
horas, a partir de que el indiciado sea puesto a su disposición, sin que se justifique con un auto de
vinculación a proceso en el que se expresará: el delito que se impute al acusado; el lugar, tiempo y
circunstancias de ejecución, así como los datos que establezcan que se ha cometido un hecho que
la ley señale como delito y que exista la probabilidad de que el indiciado lo cometió o participó en su
comisión.
El Ministerio Público sólo podrá solicitar al juez la prisión preventiva cuando otras medidas cautelares
no sean suficientes para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio, el desarrollo de la
investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad, así como cuando el
imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente por la comisión de un delito
doloso. El juez ordenará la prisión preventiva, oficiosamente, en los casos de delincuencia
organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, trata de personas, delitos cometidos con medios
violentos como armas y explosivos, así como delitos graves que determine la ley en contra de la
seguridad de la nación, el libre desarrollo de la personalidad y de la salud.
La ley determinará los casos en los cuales el juez podrá revocar la libertad de los individuos
vinculados a proceso.
El plazo para dictar el auto de vinculación a proceso podrá prorrogarse únicamente a petición del
indiciado, en la forma que señale la ley. La prolongación de la detención en su perjuicio será
sancionada por la ley penal. La autoridad responsable del establecimiento en el que se encuentre
internado el indiciado, que dentro del plazo antes señalado no reciba copia autorizada del auto de
vinculación a proceso y del que decrete la prisión preventiva, o de la solicitud de prórroga del plazo
constitucional, deberá llamar la atención del juez sobre dicho particular en el acto mismo de concluir
el plazo y, si no recibe la constancia mencionada dentro de las tres horas siguientes, pondrá al
indiciado en libertad.
Todo proceso se seguirá forzosamente por el hecho o hechos delictivos señalados en el auto de
vinculación a proceso. Si en la secuela de un proceso apareciere que se ha cometido un delito distinto
del que se persigue, deberá ser objeto de investigación separada, sin perjuicio de que después
pueda decretarse la acumulación, si fuere conducente.
Si con posterioridad a la emisión del auto de vinculación a proceso por delincuencia organizada el
inculpado evade la acción de la justicia o es puesto a disposición de otro juez que lo reclame en el
extranjero, se suspenderá el proceso junto con los plazos para la prescripción de la acción penal.
Todo mal tratamiento en la aprehensión o en las prisiones, toda molestia que se infiera sin motivo
legal, toda gabela o contribución, en las cárceles, son abusos que serán corregidos por las leyes y
reprimidos por las autoridades”.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

167. Dicho lo anterior, como se adelantó, este Tribunal Pleno considera como
válida la norma reclamada (la cual prevé una medida legislativa que incide
sobre la libertad de los adolescentes al permitir setenta y dos horas de
detención y una prolongación de ese plazo), ya que supera un análisis estricto
de constitucionalidad. En primer lugar, la norma reclamada persigue un fin
constitucionalmente imperioso que es fijar las condiciones mínimas para que
el Juez de Audiencia Especializado pueda tener el tiempo y los elementos
necesarios para resolver la situación particular del adolescente indiciado; es
decir, lo que se buscan son fijar las condiciones para la substanciación del
proceso judicial al cual se pretende someter al adolescente o adulto mayor, a
fin de respetar y proteger su libertad personal.

168. Asimismo, se estima que la medida legislativa impuesta es idónea y


razonable por varios motivos. El plazo que se impone de setenta y dos horas
se encuentra dentro del margen permitido por el citado artículo 19
constitucional. Además, a diferencia de la interpretación de la comisión
accionante, la permisión para prorrogar dicho plazo no está dirigida al
Ministerio Público, a las víctimas ni puede ser ejercida de oficio por el
juzgador.

169. Por el contrario, debe apreciarse que el sujeto que rige a todo lo dispuesto en
el párrafo es el adolescente o adulto joven. Véase como inicia el párrafo, se
dice: “si el adolescente o adulto joven desea hacerlo, se recibirá su
declaración inicial, se le hará saber que en un plazo máximo de setenta y dos
horas se determinará su libertad o sujeción a proceso” y, a continuación, sin
cambiar el sujeto de la oración, únicamente precedido por una coma, se
señala “el cual [el plazo] podrá prorrogarse hasta por un plazo igual, con la
finalidad de aportar y desahogar elementos de prueba para que el Juez de
Audiencia Especializado para Adolescentes resuelta su situación”. Es decir,
la prolongación del plazo sólo puede ser solicitada por los adolescentes o
adultos jóvenes. Adicionalmente, cuando se dice “su situación”, se refiere a
la del sujeto al que se otorga el derecho a prorrogar el plazo (a los
adolescentes y adultos jóvenes) y, en su última parte, el párrafo reafirma esta
posición al señalar que la prolongación de la detención en “su perjuicio” (de
los menores) será sancionada por la ley.

88
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

170. De igual manera, no debe pasarse por alto que la celebración de esta
audiencia parte de la regla general de que el adolescente o adulto mayor
sujeto al procedimiento no se encontrará detenido y que, en su caso,
compareceré a la misma por medio de una orden de presentación. Ello, pues
según el propio código local en los artículos 28 y 133, las detenciones
provisionales son excepcionales y sólo están autorizadas cuando se
actualizan ciertos delitos.

171. Así, dado que la audiencia regulada en el contenido impugnado se da ante


dos posibles escenarios (uno en ejecución de una orden de presentación y
otro donde existe la detención provisional del menor), el plazo de setenta y
dos horas prorrogables a petición del indiciado que se establece para dictar
la libertad o sujetar a proceso no es una medida altamente gravosa, pues en
el primer escenario los adolescentes o adultos mayores seguirán gozando de
su libertad y, si se trata del escenario en el que la persona está detenida, la
prolongación del plazo aludido se hace sólo para su beneficio y a su petición.

172. En conclusión, toda vez que la norma reclamada no contradice el artículo 19


constitucional ni los principios de seguridad, legalidad, minoridad de edad,
presunción de inocencia y libertad personal, se reconoce la
constitucionalidad del artículo 50 del Código de Justicia Especializada para
Adolescentes del Estado de Michoacán de Ocampo.

XI. MEDIDA CAUTELAR DE INTERNAMIENTO

173. En el cuarto concepto de invalidez, la Comisión Nacional de Derechos


Humanos cuestionó la constitucionalidad de una serie de preceptos del
Código Local Especializado (artículos 28, 56, 85, 113, 114, 115, 116, 117,
118, 119, 120, 121, 122, 123 y 124) bajo la idea común, por una parte, de que
la legislación convierte al internamiento como una pena y, por la otra, que la
implementación de la medida de prestación de servicios a favor de la
comunidad no encuadra dentro de las medidas de orientación, protección y
tratamiento que autoriza el texto constitucional y que se encuentra mal
regulada.

89
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

174. Al respecto, debe resaltarse que, en este apartado, sólo se analizará la


constitucionalidad de los artículos 28 y 56 que regulan la medida de
internamiento preventivo (por lo que hace al primer artículo, únicamente en la
parte que reglamenta el internamiento como medida cautelar), ya que el resto
de los contenidos y preceptos impugnados serán examinados en otros
apartados del fallo. Ello, pues para efectos de facilitar el análisis de validez,
se estima prudente abordar, en un primer plano, el internamiento como
medida cautelar y, posteriormente, como medida definitiva tras un juicio, al
ser diferentes los parámetros de regularidad constitucional.

175. Hecha esta aclaración, se transcribe el texto de los preceptos que ahora se
examinan (se plasma la totalidad de su contenido y se destacan en negritas
el contenido cuestionado de uno de ellos):

Artículo 28. La detención provisional y el internamiento de


adolescentes deberá evitarse y limitarse a circunstancias excepcionales,
únicamente a conductas señaladas por el artículo 113 de esta Ley,
debiéndose aplicar medidas cautelares y definitivas menos gravosas
siempre que sea posible. Las medidas restrictivas de la libertad serán
aplicadas por los periodos más breves posibles.
El Ministerio Público para Adolescentes, podrá ordenar la detención
provisional del adolescente o adulto joven, únicamente en casos de
urgencia y siempre que se trate de conductas tipificadas como delitos
graves.

Artículo 56. El internamiento preventivo deberá aplicarse sólo de


manera excepcional, hasta por un plazo máximo de tres meses, cuando
otra medida cautelar menos gravosa resulte insuficiente para garantizar
la presencia del adolescente o adulto joven en el procedimiento, siempre
que el adolescente sea mayor de catorce años de edad al momento de
cometer el hecho, y la conducta atribuida a este se encuentre
considerada como grave, en los términos del artículo 113 de esta Ley.
Además de lo anterior, deberá concurrir cualquiera de las circunstancias
siguientes:
I. Exista riesgo que se sustraiga de la acción de la justicia, de
obstaculización del procedimiento o de destrucción de los medios de
convicción; o,
II. Se estime que el adolescente o adulto joven puede cometer una
conducta tipificada como delito contra la propia víctima, alguno de los
testigos que depongan en su contra, servidores públicos que intervengan
en el proceso, o contra algún tercero.
El internamiento preventivo no podrá combinarse con otras medidas
cautelares y deberá ser cumplido en instalaciones diferentes a las
destinadas al cumplimiento de la medida de internamiento definitivo.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

176. El artículo 28, en su primer párrafo, es una norma compleja que impone tanto
condiciones para la adecuada limitación del derecho a la libertad personal
como las reglas para la aplicación de cualquier medida cautelar o definitiva
(la comisión accionante realmente impugna el apartado que regula el
internamiento).

177. Por un lado, señala que cualquier detención provisional deberá evitarse y
limitarse a circunstancias excepcionales y sólo será procedente por las
conductas señaladas por el artículo 113 de la ley65. Dichas conductas son las
valoradas como de mayor gravedad en la legislación y radican, a saber, en
hechos delictivos dolosos como homicidio, pornografía de menores, turismo
sexual, lesiones, tráfico de órganos, violación, robo calificado, desaparición
forzada de personas, entre otros (como se explicitará más adelante, este
supuesto normativo del artículo 113 no está impugnado en la presente acción,
pues los conceptos de invalidez van dirigidos a las porciones normativas de
tal precepto que establecen la finalidad del internamiento definitivo).

65 “Artículo 113. Por medida de internamiento se entiende a los distintos grados de privación del
derecho a la libertad de tránsito de adolescentes y adultos jóvenes que lo ameriten en los términos
de la presente Ley.
Las medidas de internamiento son las más graves entre las previstas por este ordenamiento y por
tanto deben aplicarse como último recurso, por el tiempo más breve que proceda, de modo
subsidiario y sólo puede imponerse a quienes tengan o hayan tenido, al momento de realizar la
conducta, una edad de entre catorce años cumplidos y dieciocho años no cumplidos; siempre que
se trate de alguna de las siguientes conductas dolosas tipificadas como delito en el Código Penal del
Estado de Michoacán:
I. Homicidio, artículos 117, 118, 119, 120, 121, 122 y 123;
II. Lesiones, artículos 125, fracciones III, IV y V, 126, 127, 128, 129 y 131;
III. Pornografía de personas menores de edad, artículo 158;
IV. Turismo sexual, artículo 159;
V. Tráfico de órganos, artículo 163;
VI. Violación, artículo 164;
VII. Violación equiparada, artículo 165;
VIII. Secuestro, artículo 172;
IX. Desaparición forzada de personas, artículo 173;
X. Robo calificado grave, artículo 204;
XI. Extorsión, artículo 224;
XII. Operaciones con recursos de procedencia ilícita, artículo 236;
XIII. Rebelión, artículo 313; y,
XIV. Sabotaje, artículo 314.
La finalidad de estas medidas es limitar la libertad de tránsito de adolescentes o adultos jóvenes, de
modo que se faciliten procesos de reflexión sobre su responsabilidad individual y social en torno a
las consecuencias de las conductas cometidas. Durante los periodos de privación de libertad se
deben realizar actividades grupales dirigidas por personal técnico capacitado para estos fines.
En ninguna circunstancia, las medidas de internamiento implican la privación de derechos distintos
a los que limita la resolución del Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes.
La tentativa también será punible.
Si emprendida la tentativa o la ejecución de la conducta considerada como delito, la persona se
desiste de la consumación del resultado, de manera que mediante un comportamiento posterior hace
lo razonable para evitarlo, debido a una motivación consciente y voluntaria acorde con el orden
jurídico, no se le impondrá medida alguna por tentativa.
También podrá aplicarse esta medida de internamiento, en los casos previstos en el artículo 145,
párrafo segundo de esta Ley”.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

178. Por otro lado, el artículo 28 prevé una regla general tanto para las medidas
cautelares como para las definitivas, mandatando que se tendrán que aplicar
las menos gravosas siempre que sea posible, y que la medida de
internamiento (cautelar y definitiva, ya que no hace una distinción) deberá
evitarse y se limitará también a circunstancias excepcionales y a las
conductas señaladas en el aludido artículo 113 de la ley. Además, se afirma
que toda medida restrictiva de la libertad (que lógicamente incluye al
internamiento cautelar o definitivo) será aplicada por los periodos más breves
posibles.

179. Por su parte, el artículo 56 regula al internamiento como medida cautelar,


señalando los siguientes requisitos (algunos son reiteración de los previstos
en el citado artículo 28):

a) Deberá aplicarse sólo de manera excepcional a los mayores de catorce


años de edad al momento de la actualización del hecho delictivo.
b) Su plazo máximo de aplicación es de tres meses.
c) Procederá únicamente cuando otra medida cautelar menos gravosa
resulte insuficiente para garantizar la presencia del adolescente o adulto
joven en el procedimiento penal.
d) El hecho delictivo que propicie la medida cautelar deberá ser grave, en
términos de los previstos en el artículo 113 de la ley.
e) Deberá concurrir alguno de los siguientes supuestos: i) exista riesgo de
que la persona sujeta a la medida se sustraiga de la acción de la justicia,
de obstaculización del procedimiento o de destrucción de los medios de
convicción; o ii) que pueda cometer una conducta tipificada como delito
contra la propia víctima, alguno de los testigos que depongan en su
contra, servidores públicos que intervienen en el proceso o contra algún
tercero.
f) Esta medida no puede combinarse con otras medidas cautelares y
deberá ser cumplida en instalaciones diferentes a las destinadas al
cumplimiento del internamiento como medida definitiva.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

180. Como se dijo, estos dos artículos se impugnaron como parte de un


razonamiento conjunto de invalidez en el que se argumentó, entre otras
cuestiones, que el internamiento de los adolescentes se concebía en la ley
mas como una sanción o sinónimo de pena que como una medida que se va
a utilizar en última instancia para el tratamiento, orientación y protección al
menor, contrarrestando entonces la idea básica del corpus juris de la niñez
de que la reclusión de menores en establecimientos penitenciarios tiene por
objeto garantizar su cuidado y protección, así como su educación y formación
profesional para permitirles que desempeñen un papel constructivo y
productivo en la sociedad.

181. Como se adelantó, respecto a los aludidos preceptos 28 y 56, este Tribunal
Pleno considera como infundados los conceptos de invalidez. La Comisión
Nacional de Derechos Humanos parte de un indebido entendimiento de las
normas reclamadas y de su valoración sistemática con otras disposiciones de
la ley.

182. Para explicar esta conclusión, tal como se ha venido haciendo en este fallo,
el presente apartado se dividirá en dos secciones: una será la relatoría de
precedentes y del parámetro de regularidad y, en la otra, se hará el estudio
de regularidad de las disposiciones reclamadas (se insiste, respecto al
artículo 28, en esta sección del fallo sólo se hará el pronunciamiento por la
parte que regula al internamiento como medida cautelar).

Precedentes y parámetro de regularidad

183. En primer lugar, aun cuando no fue una postura invocada por la comisión
accionante, el presente estudio debe partir de la premisa que es criterio que
el internamiento de un adolescente, como medida cautelar dentro de un
procedimiento penal para adolescentes, ha sido respaldado por esta
Suprema Corte al estar permitido por el texto constitucional.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

184. En la citada acción de inconstitucionalidad 60/2016, por mayoría de


votos66, se decidió, entre otras muchas cuestiones, que “la especialidad del
sistema penal de justicia para adolescentes exige, sin duda, que los menores
de edad no sean sometidos a reclusión en el régimen de los adultos, sea
como pena o prisión preventiva”. No obstante, se explicó que “esa
modalización no llega al extremo de reconocer a su favor un derecho de
libertad absoluto. En ese sentido, la propia Constitución estableció como
medida de sanción el internamiento, el cual se sujetará a los principios de
mínima intervención, de proporcionalidad e interés superior del menor de
edad. Tales principios ya fueron interpretados por la jurisprudencia de este

66Se aprobó por mayoría de ocho votos de los señores Ministros Gutiérrez Ortiz Mena, separándose
de las consideraciones del apartado C y por la invalidez parcial de los preceptos, Luna Ramos,
Franco González Salas, Pardo Rebolledo, Medina Mora I., Laynez Potisek, Pérez Dayán y
Presidente Aguilar Morales, respecto del considerando quinto, atinente al estudio relativo a los
artículos 72, fracción II, inciso a), y 122 de la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para
Adolescentes, consistente en reconocer la validez de dichos preceptos, al tenor de la interpretación
conforme propuesta. Los señores Ministros Cossío Díaz, Zaldívar Lelo de Larrea y Piña Hernández,
votaron en contra y anunciaron sendos votos particulares. Los señores Ministros Gutiérrez Ortiz
Mena, Franco González Salas y Presidente Aguilar Morales anunciaron sendos votos concurrentes.
Los señores Ministros Luna Ramos y Pardo Rebolledo reservaron su derecho a formular sendos
votos concurrentes.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Tribunal Pleno en las jurisprudencias P./J. 79/2008 67, P./J. 77/200868 y P./J.
78/200869”.

67 “SISTEMA INTEGRAL DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES. ALCANCE DEL PRINCIPIO DE


MÍNIMA INTERVENCIÓN, CONFORME AL ARTÍCULO 18 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. El indicado principio tiene tres vertientes: 1) Alternatividad,
la cual se desprende del artículo 40, apartado 3, inciso b), de la Convención sobre los Derechos del
Niño, de acuerdo con el cual debe buscarse resolver el menor número de conflictos a nivel judicial,
lo que se relaciona con la necesidad de disminuir la intervención judicial en los casos en que el delito
se deba a que el menor es vulnerado en sus derechos económicos, sociales y culturales, en virtud
de que resultaría inadecuado que el juzgador impusiera una sanción gravosa, si el menor no puede
hacer nada en contra de sus circunstancias cotidianas, además de que esta vertiente tiene la
pretensión de que la normativa correspondiente a menores amplíe la gama de posibles sanciones,
las cuales deberán basarse en principios educativos. 2) Internación como medida más grave,
respecto de la cual la normatividad secundaria siempre deberá atender a que el internamiento sólo
podrá preverse respecto de las conductas antisociales más graves; aspecto que destaca en todos
los instrumentos internacionales de la materia. 3) Breve término de la medida de internamiento, en
relación con la cual la expresión “por el tiempo más breve que proceda” debe entenderse como el
tiempo necesario, indispensable, para lograr el fin de rehabilitación del adolescente que se persigue;
empero, en las legislaciones ordinarias debe establecerse un tiempo máximo para la medida de
internamiento, en virtud de que el requerimiento de que la medida sea la más breve posible, implica
una pretensión de seguridad jurídica respecto de su duración”. [Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVIII, Septiembre de 2008, página 613. Registro electrónico:
168779].
68 “SISTEMA INTEGRAL DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES. ALCANCE DEL PRINCIPIO DE
PROPORCIONALIDAD DE LAS MEDIDAS, CONFORME AL ARTÍCULO 18 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. El indicado principio tiene
tres perspectivas: 1) Proporcionalidad en la punibilidad de las conductas, referida a la que el
legislador señala para los delitos previstos en la norma general aplicable a los menores, la cual podrá
verse satisfecha una vez que se señalen penas distintas para cada conducta tipificada como delito.
2) Proporcionalidad en la determinación de la medida, la cual considera tanto las condiciones
internas del sujeto, como las externas de la conducta que despliega, esto es, deberá atender tanto
al bien jurídico que quiso proteger como a su consecuencia, sin que implique el sacrificio
desproporcionado de los derechos de quienes los vulneran; de manera que el juzgador puede
determinar cuál será la pena aplicable, que oscila entre las que el legislador estableció como mínimas
y máximas para una conducta determinada. 3) Proporcionalidad en la ejecución, que implica el
principio de la necesidad de la medida, lo que se configura no sólo desde que es impuesta, sino a lo
largo de su ejecución, de manera que la normatividad que se expida debe permitir la eventual
adecuación de la medida impuesta para que continúe siendo proporcional a las nuevas
circunstancias del menor”. [Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XXVIII, Septiembre de 2008, página 614. Registro electrónico: 168778].
69 “SISTEMA INTEGRAL DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES. ALCANCE DEL PRINCIPIO DEL
INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR, CONFORME AL ARTÍCULO 18 DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. En relación con el tema de los derechos de
las personas privadas de la libertad, se parte de la premisa de que se encuentran en una situación
de especial vulnerabilidad, que impone especiales deberes al Estado, de ahí que en el caso de los
menores, esa vulnerabilidad se hace más patente, dadas sus características físicas y psicológicas,
lo que constituye un hecho que necesita ser asumido por los órganos encargados, tanto de la
creación de normas, como de la procuración y administración de justicia. En ese contexto, el principio
del interés superior del menor implica que la actuación de las instituciones, tribunales y autoridades
encargadas de la aplicación del sistema penal para adolescentes, deba orientarse hacia lo que
resulte más benéfico y conveniente para el pleno desarrollo de su persona y sus capacidades. Por
tanto, la protección al interés superior de los menores supone que en todo lo relativo a éstos, las
medidas especiales impliquen mayores derechos que los reconocidos a las demás personas, esto
es, habrán de protegerse, con un cuidado especial, los derechos de los menores, sin que esto
signifique adoptar medidas de protección tutelar. Además, si bien es cierto que las autoridades
encargadas del sistema integral deben maximizar la esfera de derechos de los menores, también lo
es que deben tomar en cuenta sus límites, uno de los cuales lo constituyen los derechos de las
demás personas y de la sociedad misma, razón por la cual se establece, en los ordenamientos
penales, mediante los diversos tipos que se prevén, una serie de bienes jurídicos tutelados que no
pueden ser transgredidos, so pena de aplicar las sanciones correspondientes; de ahí que bajo la
óptica de asunción plena de responsabilidad es susceptible de ser corregida mediante la aplicación
de medidas sancionadoras de tipo educativo que tiendan a la readaptación”. [Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVIII, Septiembre de 2008, página 616. Registro
electrónico: 168776].

95
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

185. Así, se argumentó que “la especialización del sistema de adolescentes,


tampoco autoriza a dejar de tomar las medidas necesarias, a fin de que el
proceso penal alcance su objeto establecido en el artículo 20, apartado A,
fracción I, de la Constitución Federal 70: el esclarecimiento de los hechos,
proteger al inocente, procurar que el culpable no quede impune y que los
daños causados por el delito se reparen. En cambio, la modalización sí exige
que en caso de ser necesaria la adopción de medidas cautelares privativas
de libertad se cumplan también con los principios de mínima intervención, de
proporcionalidad e interés superior del menor de edad, así como las
exigencias de especialización de las leyes, instituciones y procedimientos”.

186. Para ello, en el fallo se trajo a cuentas lo señalado por el Comité de los
Derechos del Niño en su Observación General número 10, en la cual se
“reconoce la posibilidad de que los Estados contemplen prisión preventiva
para menores de edad, advirtiendo que para cumplir con las obligaciones
derivadas en artículo 37, inciso b), de la Convención sobre los Derechos del
Niño71, la mencionada medida deberá contemplarse como último recurso,
además de establecer claramente las condiciones requeridas para determinar
si el menor debe ingresar o permanecer en prisión preventiva con el fin de
garantizar su comparecencia ante el tribunal o cuando constituya un peligro
inmediato para sí mismo o para los demás”.

187. Asimismo, se destacó que la Comisión Interamericana de Derechos también


ha definido que “se consideran medidas privativas de libertad todas las
formas de detención, institucionalización o custodia mediante las cuales se
encierra en instituciones públicas o privadas a los niños acusados de infringir
leyes penales, disponiendo de su libertad ambulatoria mientras dura el

70 “Artículo 20.- El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad,
contradicción, concentración, continuidad e inmediación.
A. De los principios generales:
I. El proceso penal tendrá por objeto el esclarecimiento de los hechos, proteger al inocente, procurar
que el culpable no quede impune y que los daños causados por el delito se reparen; […]”.
71 “Artículo 37. Los Estados Partes velarán por que […]
b) Ningún niño sea privado de su libertad ilegal o arbitrariamente. La detención, el encarcelamiento
o la prisión de un niño se llevará a cabo de conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida
de último recurso y durante el período más breve que proceda […]”.

96
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

proceso en su contra72” y que “con independencia de la denominación que se


dé a esas medidas privativas de libertad, para ser legítimas deben cumplir
con ciertos principios mínimos aplicables para todas las personas privadas
de su libertad sin que exista una sentencia de por medio, en nuestro caso se
deberían cumplir con los requisitos mínimos que exige el artículo 19
constitucional. Adicionalmente a estos principios mínimos generales, deben
satisfacer los requisitos especiales para precautelar su derecho a la
protección especial en virtud de su edad 73”.

188. Exponiéndose en la sentencia que “la Comisión Interamericana recomienda


que para ser legítima la medida cautelar privativa de libertad de los menores
de dieciocho años acusados de infringir las leyes penales, deben cumplirse
además de las condiciones mínimas aplicables a todas las personas los
siguientes requisitos: a) Excepcionalidad de la privación de libertad. Debe ser
aplicada cuando el niño represente un peligro inmediato y real para los
demás; como último recurso cuando no exista otra alternativa; b) Duración de
la medida. Debe ser aplicada durante el plazo más breve posible; c) Revisión
periódica; d) Garantía a los niños privados de libertad de todos sus derechos
y protecciones acordes a su edad, sexo y características individuales, y e)
Garantía de su derecho a estar separados de los adultos así como también
de los niños que hayan recibido una condena 74. Estos requisitos
recomendados por la Comisión Interamericana expresan las mismas
exigencias que derivan de los principios de mínima intervención, de
proporcionalidad, interés superior del menor de edad y de especialización,
delimitados en la jurisprudencia de este Tribunal Pleno”.

189. En suma, aplicando todo lo anterior, en la resolución se afirmó que75:

[N]o puede sostenerse que la falta de previsión expresa de la medida de


internamiento preventivo en el artículo 18 de la Constitución como una
modalidad del sistema integral de justicia para adolescentes, impide de
manera absoluta que el legislador establezca esa medida cautelar que
se traduce en la privación de libertad del adolescente.

72 Sobre este punto, se citó lo señalado por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.
Relatoría sobre los derechos de la niñez. Justicia Juvenil y Derechos Humanos en las Américas, op.
cit., párrafo 274.
73 Ibien, párrafo 275.
74 Ibídem, párrafo 276.
75 Páginas 75 a 83 del engrose.

97
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Sobre todo teniendo en cuenta que del proceso legislativo que dio origen
a la primera configuración del sexto párrafo del artículo 18 constitucional
no se advierten elementos para sostener que el órgano revisor prohibió
o excluyó el internamiento preventivo. En cambio, sí existió la intención
de armonizar el parámetro constitucional con los estándares
internacionales, de manera específica con el artículo 37, inciso b), de la
Convención sobre los Derechos del Niño, tal como se demuestra a
continuación.
[…]
Derivado de lo anterior, al no existir ninguna prohibición respecto a la
figura del internamiento preventivo ni en el procedimiento legislativo
antes referido, ni en el propio texto de la Constitución, es posible afirmar
que la referida figura encuentra asidero constitucional en el propio
artículo 18, en el que se fijan las bases del sistema integral de justicia
para adolescentes, en el que se contempla tanto la medida de
internamiento como la exigencia de especialidad de ese sistema de
justicia penal, en el que rigen todos los derechos humanos y garantías
que en general reconoce la Constitución en materia penal y aquellos que
se exigen para la protección de los adolescentes. Por consiguiente en
ese sistema especializado son aplicables los derechos y garantías
previstos en los artículos 1976 y 20 77 apartado B, fracción IX, y apartado
C, fracción VI, todos de la Constitución Federal, que prevén
expresamente la restricción a la libertad personal cuando otras medidas
cautelares no sean suficientes para garantizar la comparecencia del
imputado en el juicio, el desarrollo de la investigación, la protección de
la víctima, de los testigos o de la comunidad; debiendo cumplir en su
caso con las condiciones mínimas exigidas a la privación de la libertad y
con los requisitos que derivan de los principios y reglas constitucionales
y convencionales.
En cuanto a las reglas generales aplicables al derecho a la libertad
personal, el artículo 19 de la Constitución establece como una medida
cautelar legítima la prisión preventiva, la cual deberá justificarse con un

76 “Artículo 19. Ninguna detención ante autoridad judicial podrá exceder del plazo de setenta y dos
horas, a partir de que el indiciado sea puesto a su disposición, sin que se justifique con un auto de
vinculación a proceso en el que se expresará: el delito que se impute al acusado; el lugar, tiempo y
circunstancias de ejecución, así como los datos que establezcan que se ha cometido un hecho que
la ley señale como delito y que exista la probabilidad de que el indiciado lo cometió o participó en su
comisión.
El Ministerio Público sólo podrá solicitar al juez la prisión preventiva cuando otras medidas cautelares
no sean suficientes para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio, el desarrollo de la
investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad, así como cuando el
imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente por la comisión de un delito
doloso. El juez ordenará la prisión preventiva, oficiosamente, en los casos de delincuencia
organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, trata de personas, delitos cometidos con medios
violentos como armas y explosivos, así como delitos graves que determine la ley en contra de la
seguridad de la nación, el libre desarrollo de la personalidad y de la salud”.
77 “Artículo 20. El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad,
contradicción, concentración, continuidad e inmediación. […]
B. De los derechos de toda persona imputada: […]
IX. En ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención, por falta de pago de honorarios de
defensores o por cualquiera otra prestación de dinero, por causa de responsabilidad civil o algún otro
motivo análogo.
La prisión preventiva no podrá exceder del tiempo que como máximo de pena fije la ley al delito que
motivare el proceso y en ningún caso será superior a dos años, salvo que su prolongación se deba
al ejercicio del derecho de defensa del imputado. Si cumplido este término no se ha pronunciado
sentencia, el imputado será puesto en libertad de inmediato mientras se sigue el proceso, sin que
ello obste para imponer otras medidas cautelares.
En toda pena de prisión que imponga una sentencia, se computará el tiempo de la detención.
C. De los derechos de la víctima o del ofendido: […]
VI. Solicitar las medidas cautelares y providencias necesarias para la protección y restitución de sus
derechos”.

98
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

auto de vinculación dictado por la autoridad judicial dentro de un plazo


cuya emisión no podrá exceder de setenta y dos horas desde la
detención. También exige la prisión preventiva sea solicitada por el
Ministerio Público cuando otras medidas cautelares no sean suficientes
para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio, el desarrollo
de la investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la
comunidad, así como cuando el imputado esté siendo procesado o haya
sido sentenciado previamente por la comisión de un delito doloso.
Cabe precisar que el propio artículo 19 prevé de manera expresa la
prisión preventiva oficiosa para determinados delitos; sin embargo, esa
previsión es una regla específica aplicable a la prisión preventiva del
sistema penal de adultos y no una condición mínima que se autorice la
privación de libertad durante el proceso, por lo que en el caso de los
adolescentes el legislador la puede modalizar, como lo hizo en el artículo
122 de la ley impugnada, excluyéndola de ese sistema especial.
Por otra parte, el artículo el artículo 20, apartado B, fracción IX, establece
que la prisión preventiva no podrá exceder del tiempo que como máximo
de pena fije la ley al delito que motivare el proceso y en ningún caso será
superior a dos años, salvo que su prolongación se deba al ejercicio del
derecho de defensa, especificando que si cumplido este término no se
ha pronunciado sentencia, el imputado será puesto en libertad de
inmediato, sin que ello obste para imponer otras medidas cautelares.
Tal precepto deberá entenderse aplicable únicamente en aquellos
elementos que fortalezcan y complementen el Sistema Integral de
Justicia para Adolescentes, teniendo en cuenta que el mencionado
sistema cuenta con ciertas características particulares como es el caso
de la duración máxima de cinco meses para el internamiento preventivo,
así como la prohibición de aplicar a las personas adolescentes los
supuestos de prisión preventiva oficiosa establecidos en el artículo 19 de
la Constitución Federal78.
Asimismo, el artículo 20, apartado C, fracción VI, de la Constitución
Federal, reconoce como uno de los derechos de las victimas el solicitar
las medidas cautelares y providencias necesarias para la protección y
restitución de sus derechos, lo que resulta directamente aplicable para
la figura de internamiento preventivo, pues una de las finalidades de la
medida cautelar es precisamente garantizar la comparecencia del menor
de edad ante el tribunal, y evitar el riesgo inmediato que podría
representar para sí mismo o para los demás, incluidas las víctimas del
acto ilícito.

Aplicación al caso concreto

190. Ahora bien, atendiendo a lo explicado anteriormente, este Tribunal Pleno


considera como válido lo previsto en los artículos 28 y 56 del Código Local
(en el primero, se reitera, sólo en el apartado que regula el internamiento
preventivo).

78 “Artículo 122. […] La prisión preventiva se aplicará hasta por un plazo máximo de cinco meses.
Si cumplido este término no se ha dictado sentencia, la persona adolescente será puesta en libertad
de inmediato mientras se sigue el proceso, pudiéndosele imponer otras medidas cautelares […].
No se aplicarán a las personas adolescentes los supuestos de prisión preventiva oficiosa
establecidos en el artículo 19 de la Constitución […]”.

99
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

191. Contrario a los razonamientos de la Comisión Nacional, en el texto de estos


preceptos no se advierte ninguna referencia a que la medida de internamiento
se utilice como sinónimo de pena (a diferencia de otros preceptos que se
analizarán en subsecuentes apartados del fallo) ni que su regulación material
haga las veces en realidad de una sanción. En cambio, todos los elementos
normativos de estos artículos llevan a considerar que el internamiento
preventivo se incorporó a la ley como una genuina medida cautelar en el
procedimiento penal para adolescentes que busca salvaguardar los derechos
que les corresponden por ser personas en desarrollo (al ser estrictamente
excepcional y que, además, cumple con los parámetros constitucionales
correspondientes).

192. En principio, como recién se explicitó a partir del citado precedente, este tipo
de restricción a la libertad personal de los adolescentes es una medida
cautelar dentro de un procedimiento penal cuya existencia se encuentra
respaldada por una interpretación sistemática de los artículos 18, 19 y 20,
apartados B y C, de la Constitución General y 37, inciso b), de la Convención
de los Derechos del Niño.

193. Asimismo, en complemento a considerarla desde un punto de vista


conceptual como una medida factible en el ordenamiento constitucional
mexicano, se estima que su regulación en los citados preceptos reclamados
del código, propiamente dicha, supera un escrutinio constitucional. En primer
lugar, se advierte que la medida legislativa cumple un fin constitucionalmente
imperioso, el cual viene precedido por la aceptación de su viabilidad
constitucional: asegurar que el adolescente al que se le va a restringir
provisionalmente su libertad participe en el procedimiento y se protejan a las
víctimas o demás personas relacionadas con el proceso.

194. En segundo lugar, la forma en que está regulada en estos preceptos la


medida de internamiento cumple de manera idónea con dicha finalidad, pues
es una medida provisional que se utiliza por el juzgador para asegurarse que
el adolescente no dañe a otras personas como consecuencia de los hechos
que se le imputan o rehúya comparecer al respectivo proceso penal.

100
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

195. En tercer lugar, la medida impuesta en los preceptos reclamados acredita los
requisitos de excepcionalidad, proporcionalidad, mínima intervención e
interés superior del menor que exige el corpus juris de la niñez para poder
someter válidamente a un menor a una restricción provisional de su libertad,
lo que refleja que es necesaria y no se identifican otras medidas alternativas
igualmente idóneas para cumplir el fin constitucionalmente imperioso. Lo
anterior por las razones que siguen.

a) Son los propios preceptos reclamados en donde se indica que el


internamiento preventivo no procede para personas menores de catorce
años de edad y sólo se aplicará en casos de excepción (para conductas
que ameriten internamiento definitivo en términos del artículo 113,
segundo párrafo, del código79) y cuando no procedan otras medidas
cautelares. Además, la disposición reclamada debe interpretarse de
manera sistemática con otros preceptos de la ley. En el artículo 10,
fracción II, se reiteran las referidas condicionantes de excepcionalidad y,
en el artículo 5480, se señala que las medidas cautelares (en las que se

79 Aunque este artículo 113 también forma parte de la materia de la presente acción de
inconstitucionalidad, la parte de este precepto que describe los hechos delictivos no fue sujeta a
discusión por la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Como se explicará en el siguiente
apartado, la comisión accionante sólo señaló de manera genérica que este precepto resultaba
inconstitucional porque definía al internamiento como una privación de la libertad, lo cual ocasionaba
que se le concibiera como sinónimo de pena.
80 “Artículo 10. Son derechos y garantías del adolescente o adulto joven sujeto a investigación y
proceso, en los términos de esta Ley:
[…]
II. Los adolescentes tienen derecho a la libertad. Cualquier medida que implique una restricción a
este derecho deberá aplicarse de forma excepcional, como último recurso y durante el tiempo más
breve que proceda, únicamente para conductas consideradas como graves de conformidad con el
artículo 113 de esta Ley; cualquier restricción indebida en un establecimiento público o privado será
considerada como una forma de privación ilegal de libertad; […]”.
“Artículo 54. Sólo a solicitud del Ministerio Público para Adolescentes y, en la forma, bajo las
condiciones y por el tiempo que se fija en esta Ley, el Juez de Audiencia Especializado para
Adolescentes podrá imponer al adolescente o adulto joven, después de escuchar sus razones, las
siguientes medidas cautelares:
I. La presentación de una garantía económica suficiente;
II. La prohibición de salir sin autorización del país, de la localidad en la cual reside o del ámbito
territorial que fije el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes;
III. La obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una persona o institución determinada, que
informe regularmente al Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes;
IV. La obligación de presentarse periódicamente ante el Juez de Audiencia Especializado para
Adolescentes o ante la autoridad que él designe;
V. La prohibición de concurrir a determinadas reuniones o de visitar ciertos lugares;
VI. La prohibición de convivir o comunicarse con personas determinadas, siempre que no se afecte
el derecho de defensa;
VII. La separación inmediata del domicilio cuando se trate de conductas tipificadas como delitos
sexuales y la presunta víctima conviva con el adolescente o adulto joven;
VIII. El internamiento preventivo en instalaciones especializadas; y,
IX. La libertad vigilada.
Las medidas cautelares podrán dictarse y revocarse en cualquier momento hasta antes de dictarse
sentencia”.

101
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

incluye lógicamente el internamiento) sólo serán valoradas previa


solicitud del Ministerio Público Especializado (detallándose todas las
medidas cautelares distintas a la restricción provisional de la libertad) y
tras haber escuchado las razones del adolescente o del adulto joven.
b) Este internamiento preventivo será muy breve: se podrá aplicar hasta
por un plazo máximo de tres meses. Lo que quiere decir que el juez,
apreciando las circunstancias del caso y atendiendo a los principios de
interés superior del menor, mínima intervención y proporcionalidad (en
su modalidad de determinación de la medida) que se indican en las
fracciones I, VI, y XIV del artículo 4 del Código Local 81, tiene un margen
para aplicar el tiempo de internamiento preventivo que considere más
razonable82. Además, el plazo es máximo, por lo que se entiende que
ningún internamiento preventivo puede durar más de ese tiempo y que,
en su caso, el adolescente o adulto joven deberá ser puesto en libertad.
c) Es cierto que el tiempo máximo de internamiento preventivo (tres meses)
o, incluso, un tiempo menor al máximo permitido puede traer importantes
consecuencias adversas para el adecuado desarrollo del adolescente o
adulto joven; sin embargo, se reitera, el juez decidirá la viabilidad de esta
medida cautelar de acuerdo a las circunstancias del caso, sólo si es

81 “Artículo 4. Son principios rectores del Sistema, en forma enunciativa, más no limitativa, los
siguientes:
I. Interés superior del adolescente: Se funda en la dignidad misma del ser humano, en las
características propias de los adolescentes, y en la necesidad de propiciar el desarrollo de éstos,
con pleno aprovechamiento de sus potencialidades así como en la naturaleza y alcances previstos
en los instrumentos internacionales, garantizando que toda medida que el Estado tome frente a ellos,
cuando realizan conductas tipificadas como delito en las leyes, deba interpretarse y aplicarse
siempre en el sentido de maximizar los derechos de los adolescentes y de restringir los efectos
negativos de su sujeción a un Sistema que en esencia tiene un carácter sancionatorio; […]
VI. Mínima intervención: Consiste en la adopción de medidas para tratar a los adolescentes o
adultos jóvenes sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendido de que se respetarán
plenamente sus derechos humanos y garantías legales. En los casos en que sea inevitable que se
sujeten a un procedimiento judicial y se proceda a imponer las medidas que se prevén en esta Ley,
se procurará que los adolescentes o adultos jóvenes sean expuestos lo menos posible y sólo de ser
necesario, a ambientes hostiles, cuando deban comparecer frente a autoridades o deban estar en
los lugares de detención; […]
XIV. Proporcionalidad: Establece que al momento de determinarse las medidas que habrán de
imponerse a los adolescentes o adultos jóvenes, deberán aplicarse aquéllas que sean acordes con
la integración social y familiar de los mismos, lo que se logrará a través del establecimiento de
medidas de distinta naturaleza cuya imposición y ejecución debe ser por el tiempo más breve que
proceda para alcanzar el fin pretendido; y, […]”.
82 Sobre la duración específica del tiempo máximo de internamiento preventivo, no existe estándar
en el corpus juris de la niñez. La regla 13.1 de las Reglas de Beijing sólo dispone que se deberá
aplicar por el plazo más breve posible (sin especificar alguno) y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha señalado lo mismo, en el Caso “Instituto de Reeducación del Menor vs. Paraguay
(Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de septiembre de 2004.
Serie C No). En ese sentido, esta Suprema Corte entiende que el propio plazo de 3 meses es
razonable, pues es un tiempo máximo y la norma permite entonces que sea el juez el que, atendiendo
al contenido de los principios de mínima intervención y proporcionalidad en la aplicación de la medida
y a las circunstancias del caso, delimite el plazo de duración del respectivo internamiento del menor.

102
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

estrictamente necesario y la decisión es revisable y revocable en


cualquier momento del transcurso de la medida en términos del último
párrafo del artículo 54.
d) Además, el propio artículo 56 reclamado, en conjunción con la fracción
XIII del artículo 10 y la II del artículo 11 del propio código 83, mandata que
el internamiento preventivo no puede combinarse con otras medidas
cautelares y deberá ser cumplido en instalaciones diferentes a las
destinadas al cumplimiento de la medida de internamiento definitivo de
adolescentes o adultos jóvenes, en lugares exclusivos y especializados
de acuerdo con la edad y sexo del adolescente, y totalmente separados
de los centros de internamiento de adultos84. Esto evidencia que, de ser
aplicado el internamiento preventivo, se busca la protección en última
instancia de la integridad, salud y dignidad de los adolescentes, tomando
en cuenta sus condiciones especiales en razón de ser personas en
desarrollo que tienen necesidades diferentes a las de los adultos
(cumplimiento del principio convencional de mínima intervención).
e) Adicionalmente, la excepcionalidad de la medida no sólo se motiva por
la actualización de ciertos hechos delictivos (los previstos en el artículo
113, que son los únicos que ameritan la medida definitiva de
internamiento), sino por la necesaria concurrencia de cualquiera de los
supuestos siguientes que se prevén en el propio preceptos: i) riesgo de
que el adolescente o adulto joven se sustraiga de la acción de la justicia,
de obstaculización del procedimiento o de destrucción de los medios de
prueba; o ii) que pueda cometer una conducta tipificada como delito

83 “Artículo 10. Son derechos y garantías del adolescente o adulto joven sujeto a investigación y
proceso, en los términos de esta Ley: […]
XIII. Permanecer separado, cuando esté sujeto a internamiento preventivo; de aquellas personas a
quienes ya se haya impuesto la medida de internamiento definitivo”.
“Artículo 11. Los adolescentes y adultos jóvenes sujetos a las medidas previstas en esta Ley, tienen
derecho a:
I. No ser privados o limitados en el ejercicio de sus derechos y garantías, sino como consecuencia
directa o inevitable de la medida impuesta;
II. En cualquier caso que implique su internamiento, tienen derecho a ser alojados en lugares
exclusivos y especializados, de acuerdo con su edad y sexo, totalmente separados de los adultos;
[…]”.
84 Con esto, se cumple lo dispuesto en la resulta aplicable lo dispuesto en la Regla 13.4 de las Reglas
de Beijing, relativa a la administración de justicia para menores, que establece que su internamiento
debe ser en establecimientos distintos de los de los adultos detenidos. Asimismo, se acata la citada
sentencia de la Corte Ineteramericana de Derechos Humanos, que en el Caso “Instituto de
Reeducación del Menor” vs. Paraguay implicó que es un hecho notorio que los menores en prisión
son un blanco habitual de agresiones físicas y sexuales a manos de los adultos internos, fenómeno
que reconoce un gran número de gobiernos y autoridades penitenciarias de todo el mundo; por lo
tanto, para proteger a los menores frente a posibles daños, las normas internacionales prevén
expresamente que aquellos que deban ser privados de su libertad se mantengan separados de los
adultos reclusos.

103
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

contra la propia víctima, testigos de cargo, servidores públicos que


intervengan en el proceso o terceros.
f) Estas circunstancias refuerzan la idea de que el internamiento
preventivo es estrictamente excepcional y de su lectura estricta se
advierte que el juzgador no podrá tenerlas por actualizadas bajo meras
conjeturas. Tiene que existir una presunción razonable de que concurre
dicho riesgo para otras personas o para la debida consecución del
proceso penal, tal como se advierte de manera sistemática con la
fracción II del artículo 51 del código85 que impone los requisitos para
ordenar una orden de internamiento preventivo durante la celebración
de audiencia de sujeción a proceso.
g) Igualmente, se advierte que la resolución del juez especializado para
interponer la medida cautelar de internamiento preventivo es revisable
judicialmente por un órgano superior, al estar sujeta al recurso de
apelación en términos de los artículos 167 y 168 del código
(proporcionalidad en la ejecución).

196. Todo lo anterior demuestra que la medida cumple con lo exigido por los
principios constitucionales de excepcionalidad, mínima intervención, interés
superior y proporcionalidad.

197. Finalmente, también se estima que la medida legislativa es proporcional en


sentido estricto, pues la regulación de los preceptos reclamados en sí misma
y en conjunción con el resto de la ley nos demuestra que es excepcional, si
se aplica se hace buscando la protección en todo momento de la dignidad,
salud y educación de los adolescentes o adultos jóvenes, y esa aplicación
está justificada por la protección de la vida o integridad personal de otras
personas o por la debida consecución del proceso penal. Es decir, aunque
hay una afectación, ésta se encuentra justificada por los beneficios

85 “Artículo 51. Para la celebración de la audiencia de sujeción a proceso, si el adolescente o adulto


joven no se encontrara detenido, el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes podrá dictar,
a solicitud del Ministerio Público para Adolescentes:
[…]
II. Orden de detención e internamiento preventivo, cuando la conducta que se investiga merezca
medida de internamiento y exista una presunción razonable, por apreciación de las circunstancias
del caso particular, de que el adolescente o adulto joven podría no someterse al proceso u
obstaculizaría la averiguación de la verdad, o se estime que el adolescente o adulto joven puede
cometer alguna otra conducta tipificada como delito contra la propia víctima, alguno de los testigos
que depongan en su contra, servidores públicos que intervengan en el proceso o contra algún
tercero”.

104
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

superlativos que la medida tiene para otras personas y por la mínima


intervención en la esfera jurídica de los adolescentes.

198. Por lo tanto, se reconoce la validez de los artículos 28 y 56 del Código de


Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán de
Ocampo, el primero en la parte que regula al internamiento preventivo.

XII. EL INTERNAMIENTO COMO MEDIDA TRAS EL JUICIO

199. Como se expuso en el apartado previo, en su cuarto concepto de invalidez,


la Comisión Nacional de Derechos Humanos impugnó varios preceptos de
del código (artículos 28, 56, 85, 113, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121,
122, 123 y 124), alegando que la medida de internamiento se reguló como “la
privación del derecho a la libertad de tránsito de adolescentes y adultos
jóvenes”, concediéndole entonces la calidad de pena privativa en
contraposición de los artículos 18 de la Constitución General, 40 de la
Convención sobre los Derechos del Niño y demás reglas y principios
aplicables del corpus juris de la niñez.

200. En el apartado anterior se efectuó el análisis del artículo 56 que reglamenta


de manera específica el internamiento preventivo, así como la parte del
artículo 28 que alude al internamiento también como medida cautelar. En
consecuencia, en este apartado, se pondrá en análisis el resto de los
supuestos normativos del artículo 28 y los numerales 113 a 124 que
establecen todas las modalidades de internamiento como medidas definitivas
tras el juicio86.

201. Consecuentemente, para una mayor claridad expositiva, el presente apartado


se dividirá a su vez en cuatro sub-apartados: en el primero se abordarán los
artículos relacionados con las reglas generales del internamiento (XII.1.); el
segundo se enfocará en las disposiciones que regulan el internamiento
domiciliario (XII.2.); el tercero se circunscribirá a los preceptos que
reglamentan el internamiento en tiempo libre (XII.3.), y en el cuarto se

86Respecto al citado artículo 85, se examinará en un apartado posterior, pues no tiene que ver con
medidas de internamiento, sino con la medida definitiva de prestación de servicios a favor de la
comunidad.

105
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

estudiarán los artículos que implementan el internamiento como medida


permanente (XII.4.).

XII.1.
Análisis de los artículos 28, 113, 114 y 115 del Código Local

202. El texto de los artículos que serán estudiados en esta sección son los
siguientes (destacando en algunos casos la porción normativa cuestionada):

Artículo 28. La detención provisional y el internamiento de


adolescentes deberá evitarse y limitarse a circunstancias excepcionales,
únicamente a conductas señaladas por el artículo 113 de esta Ley,
debiéndose aplicar medidas cautelares y definitivas menos gravosas
siempre que sea posible. Las medidas restrictivas de la libertad serán
aplicadas por los periodos más breves posibles.
El Ministerio Público para Adolescentes, podrá ordenar la detención
provisional del adolescente o adulto joven, únicamente en casos de
urgencia y siempre que se trate de conductas tipificadas como delitos
graves.

Artículo 113. Por medida de internamiento se entiende a los


distintos grados de privación del derecho a la libertad de tránsito
de adolescentes y adultos jóvenes que lo ameriten en los términos
de la presente Ley.
Las medidas de internamiento son las más graves entre las previstas por
este ordenamiento y por tanto deben aplicarse como último recurso, por
el tiempo más breve que proceda, de modo subsidiario y sólo puede
imponerse a quienes tengan o hayan tenido, al momento de realizar la
conducta, una edad de entre catorce años cumplidos y dieciocho años
no cumplidos; siempre que se trate de alguna de las siguientes
conductas dolosas tipificadas como delito en el Código Penal del Estado
de Michoacán:
I. Homicidio, artículos 117, 118, 119, 120, 121, 122 y 123;
II. Lesiones, artículos 125, fracciones III, IV y V, 126, 127, 128, 129 y
131;
III. Pornografía de personas menores de edad, artículo 158;
IV. Turismo sexual, artículo 159;
V. Tráfico de órganos, artículo 163;
VI. Violación, artículo 164;
VII. Violación equiparada, artículo 165;
VIII. Secuestro, artículo 172;
IX. Desaparición forzada de personas, artículo 173;
X. Robo calificado grave, artículo 204;
XI. Extorsión, artículo 224;
XII. Operaciones con recursos de procedencia ilícita, artículo 236;
XIII. Rebelión, artículo 313; y,
XIV. Sabotaje, artículo 314.
La finalidad de estas medidas es limitar la libertad de tránsito de
adolescentes o adultos jóvenes, de modo que se faciliten procesos
de reflexión sobre su responsabilidad individual y social en torno a
las consecuencias de las conductas cometidas. Durante los periodos

106
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

de privación de libertad se deben realizar actividades grupales dirigidas


por personal técnico capacitado para estos fines.
En ninguna circunstancia, las medidas de internamiento implican la
privación de derechos distintos a los que limita la resolución del Juez de
Audiencia Especializado para Adolescentes.
La tentativa también será punible.
Si emprendida la tentativa o la ejecución de la conducta considerada
como delito, la persona se desiste de la consumación del resultado, de
manera que mediante un comportamiento posterior hace lo razonable
para evitarlo, debido a una motivación consciente y voluntaria acorde
con el orden jurídico, no se le impondrá medida alguna por tentativa.
También podrá aplicarse esta medida de internamiento, en los casos
previstos en el artículo 145, párrafo segundo de esta Ley.

Artículo 114. Salvo en el caso de internamiento domiciliario, las medidas


de internamiento se aplicarán exclusivamente en los centros de
internamiento. La duración de estas medidas deberá tener relación
directa con la conducta cometida, sin poder exceder los límites que en
cada caso determina esta Ley.
Bajo ninguna circunstancia se autorizará la permanencia del adolescente
o adulto joven en cualquiera de los centros de internamiento, con el
fundamento de que no existe otra forma de garantizar sus derechos.

Artículo 115. En cualquier momento en el que el personal de los centros


de internamiento o el Oficial de Vigilancia de la Unidad Especializada se
percaten de que el adolescente o adulto joven presenta alguna
enfermedad o discapacidad mental, informará de su estado al Juez de
Audiencia Especializado para Adolescentes, para que sea éste quien
ordene lo conducente.

203. Todos estos preceptos contienen medidas legislativas (bajo la estructura de


reglas o principios) que inciden directa o indirectamente en los derechos a la
dignidad, libertad personal, salud e integridad de los adolescentes y adultos
jóvenes sujetos a la ley.

204. El contenido del artículo 28 ya fue descrito a detalle en párrafos previos. Por
lo que hace al artículo 113, éste también tiene una estructura compleja. En el
primer párrafo se define que la medida de internamiento, la cual priva del
derecho a la libertad de tránsito a los adolescentes y adultos jóvenes sujetos
a la ley, tiene distintos grados. En el segundo párrafo y fracciones
subsecuentes se aclara que los distintos grados de internamiento son las
medidas más graves de la ley, que sólo se aplicarán como último recurso a
los adolescentes entre catorce y dieciocho años no cumplidos, por el tiempo
más breve que procedan, de modo subsidiario y sólo por actualizarse las
conductas dolosas ahí descritas que se encuentran tipificadas en ciertos
artículos del Código Penal Estatal. En los párrafos tercero y cuarto se explica

107
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

la finalidad de la medida de internamiento, se sostiene que las personas


privadas de la libertad deberán realizar actividades grupales por personal
capacitado para cumplir dichos fines y se prevé que esta medida bajo ninguna
circunstancia implica la privación de otros derechos distintos a los que se
limita la resolución del juez especializado. Y por último, en los párrafos quinto,
sexto y séptimo, se regula la punibilidad de la tentativa y se aclara que las
medidas de internamiento podrán aplicarse cuando los adolescentes o
adultos jóvenes incumplan reiteradamente con otra medida impuesta por el
juez (diferente al internamiento) y ya se haya adecuado por incumplimiento la
medida originalmente impuesta.

205. Por su parte, en el artículo 114 se describe que la duración de las medidas
de internamiento deben tener relación directa con la conducta cometida en
términos de los límites establecidos en la ley, que deberán aplicarse
exclusivamente en centros de internamiento (salvo la medida de
internamiento domiciliario) y que no podrá permanecer un adolescente o
adulto joven en un centro de internamiento bajo la mera idea de que no existe
otra forma de proteger sus derechos y, en el artículo 115, se regulan los pasos
a seguir cuando un adolescente sujeto a una medida de internamiento
presenta una enfermedad o discapacidad mental.

206. Como se ha expuesto, en contra de los referidos artículos, la objeción


planteada por la Comisión Nacional es que en éstos se regula al
internamiento como una pena, mas que como una medida de reinserción
social.

207. Al respecto, este Tribunal Pleno considera como parcialmente fundada la


petición de invalidez de la Comisión Nacional de Derechos Humanos por lo
que hace a una porción normativa del tercer párrafo del artículo 113,
siendo infundado el presente concepto de invalidez en cuanto al resto de
los contenidos impugnados. Empero, por otro lado y por razones
distintas a las expuestas por la comisión accionante, en suplencia de la
queja, se considera que también resulta inconstitucional la porción
normativa que dice “mental” del artículo 115 impugnado.

108
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

208. En resumen, esta Suprema Corte estima que aun cuando el internamiento es
una medida permitida constitucionalmente, se llega a la convicción que
resulta inválida la porción normativa del tercer párrafo del artículo 113
cuestionado que dice “la finalidad de estas medidas es limitar la libertad de
tránsito de adolescentes o adultos jóvenes”. Ello, ya que si bien en el primer
párrafo de este precepto se define la consecuencia material de las medidas
de internamiento (privación temporal del derecho a la libertad de tránsito), en
ese tercer párrafo se señala que la finalidad de la medida es precisamente
esa privación de la libertad para lleva a cabo procesos de reflexión, cuando
en el sistema de justicia para adolescentes la medida de internamiento no
debe confundirse con una de carácter punitiva, sino que lo único que se busca
es garantizar el bienestar y el futuro del adolescente para su reinserción
social. Si se dejara esa parte del texto del tercer párrafo podría existir una
incertidumbre en cuanto a la genuina finalidad del internamiento. Por lo
demás, no se advierte que el contenido de los preceptos reclamados detente
la deficiencia advertida por la comisión.

209. No obstante, por otro lado, supliendo la deficiencia, esta Suprema Corte
considera que resulta contrario al artículo 1º constitucional y a la Convención
de los Derechos de las Personas con Discapacidad cuando en el artículo 115
se establece que la obligación del personal de los centros de internamiento o
de la Unidad Especializada para informar al juez sobre la enfermedad o
discapacidad mental de un adolescente o adulto joven sujeto a la medida de
internamiento se activará únicamente ante discapacidades “mentales”. Por el
contrario, esta obligación debe actualizarse cuando se identifique cualquier
situación que pueda ser valorada como una discapacidad (por ejemplo, física,
sensorial y no solamente mental). En los párrafos que sigue se explicará a
detalle estas conclusiones.

210. En principio, es necesario destacar que en ciertos precedentes; en particular,


en la acción de inconstitucionalidad 60/2016, esta Corte no emitió un
pronunciamiento sobre la regularidad constitucional del internamiento como
medida permanente tras el juicio. Lo que se estudió fue el internamiento como
medida cautelar.

109
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

211. Hecha esa aclaración, este Tribunal estima que el internamiento como posible
restricción de la libertad de un adolescente tras haberse llevado a cabo un
juicio es una medida permitida constitucionalmente si se cumplen ciertas
condicionantes. El artículo 18 de la Constitución General la contempla
expresamente, al señalar que “el internamiento se utilizará como medida
extrema y por el tiempo más breve que proceda, y podrá aplicarse
únicamente a los adolescentes mayores de catorce años de edad, por la
comisión o participación en un hecho que la ley señale como delito”. Lo mismo
ocurre en el ámbito formalmente convencional. El artículo 37, inciso b), de la
Convención de los Derechos del Niño prevé que los Estados partes velarán
por que “ningún niño sea privado de su libertad ilegal o arbitrariamente”, pero
que “la detención, el encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo
de conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último
recurso y durante el periodo más breve que proceda”.

212. Así, es evidente que se acepta conceptualmente el internamiento, siempre y


cuando la regulación propiamente dicha de esa medida cumpla con ciertas
condiciones para que su aplicación y ejecución sea idónea en el
ordenamiento jurídico.

213. Ahora bien, tomando como punto de partida la aceptación del internamiento
como una medida viable en el sistema de justicia para adolescentes, esta
Corte estima que la Comisión Nacional está en lo correcto al afirmar que,
de la forma en que está redactado el tercer párrafo del artículo 113, el
legislador michoacano parece confundir las consecuencias materiales del
internamiento con su finalidad.

214. Se repite, en el transcrito primer párrafo del artículo 113 se dice que “por
medida de internamiento se entiende a los distintos grados de privación del
derecho a la libertad de tránsito de adolescentes y adultos jóvenes que lo
ameriten en los términos de la presente Ley”. Este apartado normativo lo que
en realidad está haciendo es clarificar que el internamiento conlleva
necesariamente una restricción de la libertad del adolescente o adulto joven
y que esta restricción tiene diferentes modalidades. Empero, en el tercer
párrafo, el legislador michoacano incorporó a la ley una conceptualización del

110
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

objetivo del internamiento que dice así: “la finalidad de estas medidas es
limitar la libertad de tránsito de adolescentes o adultos jóvenes, de modo que
se faciliten procesos de reflexión sobre su responsabilidad individual y social
en torno a las consecuencias de las conductas cometidas”. El concepto de
“finalidad” es el objeto o motivo con que se ejecuta algo o el por qué se hace
algo, por lo que cabe la interpretación que lo que busca el legislador local en
este tercer párrafo es aludir que la finalidad es propiamente limitar la libertad
para facilitar procesos de reflexión.

215. En esa tónica, de las reglas que componen el corpus juris de la niñez se
advierte claramente que es un criterio consolidado que el encarcelamiento,
detención o prisión de un niño o niña no puede valorarse con un enfoque
punitivo. La finalidad del internamiento es la reinserción social del
adolescente y garantizar su cuidado, protección, educación y formación
profesional, mas nunca limitar su libertad como una medida en sí misma (que
implicaría entonces una sanción punitiva).

216. Al respecto, el artículo 18 constitucional dispone expresamente que las


medidas impuestas en el sistema de justicia penal para adolescentes deberán
ser proporcionales al hecho realizado y “tendrán como fin la reinserción y la
reintegración social y familiar del adolescente, así como el pleno desarrollo
de su persona y capacidades”. Por su parte, la regla 26 de las Reglas Mínimas
de las Naciones Unidas para la Administración de Justicia de Menores
(Reglas de Beijing) señala que (negritas añadidas):

26. Objetivos del tratamiento en establecimientos penitenciarios


26.1 La capacitación y el tratamiento de menores confinados en
establecimientos penitenciarios tienen por objeto garantizar su
cuidado y protección, así como su educación y formación
profesional para permitirles que desempeñen un papel constructivo
y productivo en la sociedad.
6.2 Los menores confinados en establecimientos penitenciarios recibirán
los cuidados, la protección y toda la asistencia necesaria -social,
educacional, profesional, sicológica, médica y física- que puedan
requerir debido a su edad, sexo y personalidad y en interés de su
desarrollo sano.
26.3 Los menores confinados en establecimientos penitenciarios se
mantendrán separados de los adultos y estarán detenidos en un
establecimiento separado o en una parte separada de un
establecimiento en el que también estén encarcelados adultos.
26.4 La delincuente joven confinada en un establecimiento merece
especial atención en lo que atañe a sus necesidades y problemas

111
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

personales. En ningún caso recibirá menos cuidados, protección,


asistencia, tratamiento y capacitación que el delincuente joven. Se
garantizará su tratamiento equitativo.
26.5 En el interés y bienestar del menor confinado en un establecimiento
penitenciario, tendrán derecho de acceso los padres o tutores.
26.6 Se fomentará la cooperación entre los ministerios y los
departamentos para dar formación académica o, según proceda,
profesional adecuada al menor que se encuentre confinado en un
establecimiento penitenciario a fin de garantizar que al salir no se
encuentre en desventaja en el plano de la educación.

217. Asimismo, la regla 32 y 38 de las Reglas de las Naciones Unidas para la


Protección de los Menores Privados de la Libertad (Reglas de la Habana)
contempla que (negritas añadidas):

32. El diseño de los centros de detención para menores y el medio


físico deberán responder a su finalidad, es decir, la rehabilitación de
los menores en tratamiento de internado, teniéndose debidamente en
cuenta la necesidad del menor de intimidad, de estímulos sensoriales,
de posibilidades de asociación con sus compañeros y de participación
en actividades de esparcimiento. El diseño y la estructura de los centros
de detención para menores deberán ser tales que reduzcan al mínimo
el riesgo de incendio y garanticen una evacuación segura de los locales.
Deberá haber un sistema eficaz de alarma en los casos de incendio,
así como procedimientos establecidos y ejercicios de alerta que
garanticen la seguridad de los menores. Los centros de detención no
estarán situados en zonas de riesgos conocidos para la salud o donde
existan otros peligros.

Educación, formación profesional y trabajo


38. Todo menor en edad de escolaridad obligatoria tendrá derecho a
recibir una enseñanza adaptada a sus necesidades y capacidades y
destinada a prepararlo para su reinserción en la sociedad. Siempre
que sea posible, esta enseñanza deberá impartirse fuera del
establecimiento, en escuelas de la comunidad, y en todo caso, a
cargo de maestros competentes, mediante programas integrados en
el sistema de instrucción pública, a fin de que, cuando sean puestos en
libertad, los menores puedan continuar sus estudios sin dificultad. La
administración de los establecimientos deberá prestar especial
atención a la enseñanza de los menores de origen extranjero o
con necesidades culturales o étnicas particulares. Los menores
analfabetos o que presenten problemas cognitivos o de aprendizaje
tendrán derecho a enseñanza especial

218. En consecuencia, este Tribunal Pleno considera que la porción normativa del
tercer párrafo del artículo 113 que dice “limitar la libertad de tránsito de
adolescentes o adultos jóvenes, de modo” incide en el principio de seguridad
jurídica y en las premisas en las que se sustenta el artículo 18 constitucional
y las referidas reglas que integran el corpus juris de la niñez.

112
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

219. Si bien podría alegarse que se trata de una deficiencia gramatical y que lo
que se busca es repetir lo previsto en el primer párrafo, este Tribunal Pleno
sostiene que para proteger de manera efectiva los derechos de los niños
sujetos a responsabilidad penal, ninguna norma que se les vaya a aplicar
puede dejar un margen de apreciación para que el interprete valore que el fin
del internamiento es restringir la libertad del adolescente como una especie
de sanción por parte del Estado.

220. La palabra “finalidad” del artículo 113 tiene una conceptualización específica
que no puede ser ignorada por esta Suprema Corte, cuando posterior a ella
se dice que esa finalidad es limitar la libertad del adolescente para procesos
de reflexión. Se insiste, la legislación debe ser clara en cuanto a que el objeto
del internamiento, en la forma en que lo autoriza la Constitución, es
únicamente la protección del menor y el respeto, protección y satisfacción de
sus necesidades y derechos como persona en desarrollo, todo ello para su
reinserción a la sociedad. La restricción de su libertad es meramente
contingente al no haberse podido garantizar estos derechos con otras
medidas de orientación, protección menos gravosas.

221. Bajo esa tónica, se declara la inconstitucionalidad de la indicada porción


normativa, para que el tercer párrafo pueda leerse de la siguiente manera:
“La finalidad de estas medidas es que se faciliten procesos de reflexión sobre
su responsabilidad individual y social en torno a las consecuencias de las
conductas cometidas”. Con esta redacción, aunque se deja la palabra
“finalidad”, ya no se contempla en ese fin la restricción de la libertad, sino la
mera idea de reinserción de los adolescentes y de protección de sus
derechos87.

222. El artículo 113, tercer párrafo, quedaría de la siguiente manera:

87 Adicionalmente, esta norma resultante debe complementarse con uno de los principios rectores
de la ley que se encuentra en la fracción XII del artículo 4 del código (no impugnada) que dice:
“integración social y familiar del adolescente o adulto joven: Consiste en que las medidas que se
impongan al adolescente o adulto joven deben estar dirigidas a reintegrarlo lo antes posible al núcleo
familiar y social en el que se desarrollaba, en consecuencia, la duración de la medida debe ser
determinada por la autoridad competente sin excluir la posibilidad de que el adolescente o adulto
joven sea puesto en libertad antes de ese tiempo, cuando se decida como último recurso su
internamiento. Asimismo debe promoverse en el adolescente o adulto joven su sentido de
responsabilidad e infundirle actitudes y conocimientos que le ayuden a desarrollar sus posibilidades
como miembro de la sociedad; […]”.

113
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Artículo 113. Por medida de internamiento se entiende a los distintos


grados de privación del derecho a la libertad de tránsito de adolescentes
y adultos jóvenes que lo ameriten en los términos de la presente Ley.
Las medidas de internamiento son las más graves entre las previstas por
este ordenamiento y por tanto deben aplicarse como último recurso, por
el tiempo más breve que proceda, de modo subsidiario y sólo puede
imponerse a quienes tengan o hayan tenido, al momento de realizar la
conducta, una edad de entre catorce años cumplidos y dieciocho años
no cumplidos; siempre que se trate de alguna de las siguientes
conductas dolosas tipificadas como delito en el Código Penal del Estado
de Michoacán:
[…]
La finalidad de estas medidas es que se faciliten procesos de
reflexión sobre su responsabilidad individual y social en torno a las
consecuencias de las conductas cometidas. Durante los periodos de
privación de libertad se deben realizar actividades grupales dirigidas por
personal técnico capacitado para estos fines.
[…]

223. Por ende, con esta declaratoria de inconstitucionalidad se satisface la


preocupación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, toda vez que
ninguna otra porción normativa de los artículos 28, 113, 114 y 115 reclamados
que se analizan en este apartado generan una confusión respecto a la
finalidad de la medida de internamiento.

224. Por el contrario, se advierte que el artículo 113 (tras la referida declaratoria
de inconstitucionalidad) y el resto de los preceptos cuestionados (con la
salvedad de una porción normativa del artículo 115 que se analizará más
adelante) son las normas que regulan las condiciones generales de ejecución
de las medidas de internamiento, cuyos supuestos normativos satisfacen
las exigencias constitucionales para la aplicación del internamiento. Es
decir, a través de estas disposiciones es que el legislador michoacano previó
algunas reglas o principios para asegurar la mínima intervención, la
excepcionalidad, interés superior del menor, proporcionalidad en la
determinación de la medida y la proporcionalidad en la ejecución de las
medidas de internamiento, condiciones que desde la visión de esta Corte
cumplen los requisitos constitucionales al respecto: el internamiento sólo se
aplica a niños o niñas con cierto rango de edad, por la actualización de una
serie de delitos que se consideran los más graves, se impone como último
recurso y de manera subsidiaria a otras medidas menos gravosas, la duración
de las medidas que se vayan a imponer debe tener relación directa con la

114
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

conducta cometida y no puede exceder de los límites máximos establecidos


para cada una de ellas.

225. Igualmente, estas normas se deben de interpretar sistemáticamente con lo


previsto en los artículos 126, 131, 132, 137 a 141, 146 y 147 del propio Código
Especializado88, entre muchos otros. En estas disposiciones también se

88 “Artículo 126. El Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes es la autoridad judicial


responsable del control y supervisión de la legalidad de la aplicación y ejecución de las medidas;
debe por tanto resolver los incidentes que se presenten durante esta fase, así como vigilar y
garantizar el cumplimiento de los objetivos fijados por esta Ley.
En los términos de las leyes aplicables, incurre en responsabilidad la autoridad administrativa que
no cumpla las órdenes del Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes.
En ningún caso autoridades administrativas o diferentes a las del Poder Judicial, podrán decretar la
modificación, sustitución o el cumplimiento anticipado de la medida impuesta”.
“Artículo 131. Si la resolución impone medidas, el Juez de Audiencia Especializado para
Adolescentes que la emitió deberá notificarla de inmediato a la Unidad Especializada, a fin de que
se inicie el procedimiento de ejecución de la medida impuesta”.
“Artículo 132. Una vez notificada la medida, la Unidad Especializada elaborará un Programa
Individualizado de Ejecución que deberá:
I. Sujetarse a los fines y funciones de la o las medidas impuestas por el Juez de Audiencia
Especializado para Adolescentes;
II. Tener en cuenta las características particulares del adolescente o adulto joven;
III. Contener una descripción clara y detallada de los objetivos particulares del programa;
IV. Señalar claramente las condiciones y forma en que deberá ser cumplido;
V. Orientarse en los parámetros de la educación para la paz, la solución pacífica de conflictos y el
aprendizaje significativo de los derechos humanos como criterios para la convivencia armónica; y,
VI. Indicar si la aplicación de la medida estará a cargo de los centros de internamiento, a cargo de
alguna institución pública o privada o, en su caso, de ambas instancias.
Para la determinación del contenido y alcance del Programa Individualizado de Ejecución, deberá
solicitarse la opinión de la persona sujeta a medida y en su caso, con los padres, tutores o quienes
ejerzan la patria potestad o la custodia del adolescente, respecto de la fijación de las condiciones y
forma de ejecución del mismo.
Deberá preverse además que dicho programa esté terminado en un plazo no mayor a cinco días,
contado a partir del momento en que quede firme la resolución que ordena la medida”.
“Artículo 137. Al momento de darse el cumplimiento de la mitad de la duración de la medida
impuesta por el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes, el adolescente o en su caso,
los padres, tutores o quienes ejerzan la patria potestad o la custodia del adolescente, el adulto joven
o su defensor podrán solicitarle la celebración de una audiencia de adecuación de la medida, a la
que se citará a las partes, misma que se realizará dentro de los diez días posteriores a la notificación”.
“Artículo 138. A partir de la notificación de la audiencia de adecuación de la medida y hasta un día
antes, las partes podrán ofrecer las pruebas que consideren oportunas. El desahogo de las mismas
se llevará a cabo durante la audiencia”.
“Artículo 139. Al término de la audiencia, el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes
hará saber a las partes, su determinación respecto de la procedencia o negativa de la modificación
o sustitución de la medida, así como las obligaciones, que en su caso, debe cumplir el adolescente
o adulto joven. En ningún caso se podrá decretar, en esta primera audiencia, el cumplimiento
anticipado de la medida, ni la sustitución de la medida de internamiento permanente”.
“Artículo 140. La modificación o sustitución de la medida, sólo será posible si el adolescente o adulto
joven manifiesta su conformidad”.
“Artículo 141. La resolución que confirme en sus términos la medida impuesta, sólo podrá ser objeto
de revisión cuando lo solicite el adolescente, el adulto joven o su defensor y se hubiere cumplido el
setenta y cinco por ciento de la duración de la misma.
En este caso se procederá a realizar una nueva audiencia de adecuación, que se realizará conforme
a lo dispuesto en esta sección. Al término de esta segunda audiencia, el Juez de Audiencia
Especializado para Adolescentes deberá determinar si procede o no la modificación o sustitución de
la medida o, en su caso, declarar el cumplimiento anticipado de la misma”.
“Artículo 146. En caso de que se trate de una medida de internamiento, la Unidad Especializada
verificará el ingreso del adolescente o adulto joven al centro correspondiente y que se le haya hecho
saber el reglamento al que queda sujeto, así como los derechos y garantías que le asistirán mientras
se encuentre en internamiento, de lo cual se elaborará un acta circunstanciada en la que harán
constar:
I. Los datos personales del adolescente o adulto joven sujeto a medida;

115
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

implementan reglas o principios que buscan satisfacer las exigencias del


corpus juris de la niñez respecto a la reglamentación estatal de medidas
privativas de la libertad de niños o niñas. Destaca que la legislación exige un
programa individualizado de ejecución de la medida correspondiente cuya
elaboración está a cargo de la Unidad Especializada (con opinión del
adolescente o adulto joven sujeto a la medida y de sus padres, tutores o
quienes ejerzan la patria potestad) y es revisado y controlado por el Juez
Especializado, el cual debe sujetarse a los fines y funciones de las medidas
impuestas, tener en cuenta las particularidades del adolescente o adulto
joven, contener una descripción clara y detallada de los objetivos del
programa e indicar si la medida estará a cargo de los centros de internamiento
o de alguna institución pública y/o privada.

226. Si se trata de una medida de internamiento permanente, el programa deberá


incluir: el centro de internamiento y la sección del mismo donde se tendrá que
cumplir la medida, las lineamientos para los posibles permisos que se tendrán
para salir temporalmente del centro de internamiento, la determinación de las
actividades educativas, deportivas, culturales, laborales o formativas en las
que se participará, la asistencia especial que se le brindará, las posibilidad de
atenuación de los efectos de la medida y las medidas necesarias para
preparar su puesta en libertad. Además, en el artículo 114, se explicita que
los internamientos (salvo lógicamente el domiciliario), se aplicará de manera
exclusiva en los centros de internamiento y que jamás se autorizará la
permanencia de un adolescente o adulto joven en éstos bajo el mero

II. El resultado de la revisión médica realizada al adolescente o adulto joven;


III. El proyecto del Programa Individualizado de Ejecución, y en su caso el definitivo;
IV. La información que las autoridades del Centro Federal de Internamiento brinden al adolescente
o adulto joven sobre las reglas de comportamiento y convivencia en el interior, así como las medidas
disciplinarias aplicables; y,
V. Las condiciones físicas del dormitorio en que será incorporado y de las demás instalaciones”.
“Artículo 147. En el caso de la medida de internamiento permanente, el Juez de Audiencia
Especializado para Adolescentes verificará que el Programa Individualizado de Ejecución
especifique, además:
I. El Centro de Internamiento y la sección del mismo en donde la persona deberá cumplir con la
medida;
II. Los lineamientos para la determinación de los posibles permisos a que tendrá derecho el
adolescente o adulto joven para salir temporalmente del Centro;
III. La determinación de las actividades educativas, deportivas, culturales, laborales o formativas en
las que participará;
IV. La asistencia especial que se brindará al adolescente o adulto joven;
V. Las posibilidades de atenuación de los efectos de la medida; y,
VI. Las medidas necesarias para, en su momento, preparar la puesta en libertad de los adolescentes
y adultos jóvenes.
Se procurará incluir la realización de actividades colectivas entre los adolescentes internos, así como
entre los adultos jóvenes, a fin de fomentar una convivencia similar a la practicada en libertad”.

116
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

argumento de que no existe otra forma de garantizar sus derechos. Siempre


se debe buscar la medida más benéfica.

227. Con todo esto se advierte que la legislación busca al final de cuentas que con
las medidas de internamiento se protejan y respeten los derechos de los
adolescentes como personas en desarrollo (en especial, su salud, educación,
formación profesional) y su reinserción a la sociedad. Asimismo, la ejecución
de las medidas de internamiento están sujetas a una supervisión en todo
momento de índole jurisdiccional y se implementan momentos concretos para
la revisión de la adecuación y cumplimiento anticipado de la respectiva
medida.

228. Ahora bien, no obstante lo expuesto en los párrafos previos, en


suplencia de la queja y al margen de los razonamientos de la Comisión
Nacional, este Tribunal Pleno considera como inconstitucional la porción
normativa que dice “mental” del artículo 115 del Código de Justicia
Especializada para Adolescentes. Como se adelantó, esta norma prevé una
conducta obligatoria de informar del estado de los adolescentes o adultos
jóvenes al juez especializado; los sujetos obligados son el personal del centro
de internamiento o de la Unidad de Especializada, y las condiciones de
aplicación es que esos adolescentes o adultos jóvenes se encuentren sujetos
a internamiento y presenten alguna enfermedad o discapacidad mental.

229. El problema que se advierte es que, si bien, se prevé una medida legislativa
que busca proteger y respetar los derechos de los adolescentes y adultos
jóvenes sujetos a internamiento, ello se hace a partir de una distinción
arbitraria que no guarda una razonabilidad constitucional. ¿Por qué la
obligación surge sólo ante la apreciación de “discapacidades mentales”?

230. Esta Suprema Corte ya se ha pronunciado en distintas ocasiones sobre los


derechos de las personas con discapacidad y el principio de igualdad89. Entre

89El derecho humano a la igualdad jurídica como principio adjetivo está reconocido en el artículo 1°,
párrafo primero y quinto, de la Constitución Federal, así como, entre otros, en los artículos 2°,
aparatado B; 4°, primer párrafo; 31, fracción IV, y 123, apartado A, fracción VII, constitucionales, por
medio de sus diversas manifestaciones de carácter específico como la igualdad de oportunidades
de los indígenas, la igualdad entre el hombre y la mujer o la igualdad en la percepción de salarios.
Asimismo, ha sido reconocido en una multiplicidad de instrumentos internacionales, entre los que
destacan los artículos 1, 2 y 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; 2 y 26 del

117
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

muchos otros asuntos, por ser unos de los más recientes, en la acción de
inconstitucionalidad 96/2014 y su acumulada y 33/2015, se hizo una
extensa relatoría de estos derechos y su interrelación.

231. En las ejecutorias se destacó que es criterio de esta Suprema Corte que la
igualdad jurídica es un derecho humano expresado a través de un principio
adjetivo, el cual invariablemente se predica de algo y consiste en que toda
persona debe recibir el mismo trato y gozar de los mismos derechos en
igualdad de condiciones que otra u otras personas, siempre y cuando se
encuentren en una situación similar que sea jurídicamente relevante.

232. Se resaltó que este derecho se expresa normativamente a través de distintas


modalidades o facetas, siendo la más ejemplificativa la referida prohibición
de discriminar. El principio de no discriminación radica en que ninguna
persona podrá ser excluida del goce de un derecho humano ni deberá de ser
tratada de manera distinta a otra que presente similares características o
condiciones jurídicamente relevantes; especialmente cuando tal
diferenciación tenga como motivos el origen étnico, nacional o social, el
género, la edad, las discapacidades, las preferencias sexuales, el estado civil,
la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, las opiniones políticas o de
cualquier otra índole, la posición económica o “cualquier otra [diferenciación]
que atente contra la dignidad humana y que tenga por objeto menoscabar los
derechos y libertades de las personas” (artículo 1°, último párrafo,
constitucional).

233. De igual manera, se sostuvo que el texto constitucional protege


expresamente a las personas con discapacidad y establece un vínculo entre
el principio de no discriminación y las capacidades como una categoría
expresa de protección, en términos del último párrafo del artículo 1º de la
Constitución Federal. Se reiteró que la Convención Interamericana para la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Personas con
Discapacidad, en su artículo primero, prevé que la discapacidad es "una
deficiencia física, mental o sensorial, ya sea de naturaleza permanente o

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; 2.2 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales; II de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, y 1.1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

118
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

temporal, que limita la capacidad de ejercer una o más actividades esenciales


de la vida diaria, que puede ser causada o agravada por el entorno económico
y social".

234. En el mismo tratado se dice que la discriminación contra las personas con
discapacidad debe ser entendida como "toda distinción, exclusión o
restricción basada en una discapacidad, antecedente de discapacidad,
consecuencia de discapacidad anterior o percepción de una discapacidad
presente o pasada, que tenga el efecto o propósito de impedir o anular el
reconocimiento, goce o ejercicio por parte de las personas con discapacidad,
de sus derechos humanos y libertades fundamentales" (artículo I.2.a)).

235. Por su parte, se enfatizó que en la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad, en su primer numeral, se mandata que por la
expresión "persona con discapacidad" debe entenderse aquélla que presenta
"deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que,
al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y
efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás".

236. En cuanto a la discriminación por motivos de discapacidad, se advirtió que la


propia convención internacional la define, en su precepto 2, como "cualquier
distinción, exclusión o restricción por motivos de discapacidad que tenga el
propósito o el efecto de obstaculizar o dejar sin efecto el reconocimiento, goce
o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y
libertades fundamentales en los ámbitos político, económico, social, cultural,
civil o de otro tipo".

237. Cabe subrayar que el referido tratado internacional es el resultado de una


importante tendencia de la Organización de las Naciones Unidas de emitir
directrices en la materia. Como antecedentes históricos existen la
Declaración de los Derechos del Retrasado Mental –1971–, la Declaración de
los Derechos de los Impedidos –1975–, los Principios para la Protección de
los Enfermos Mentales y el Mejoramiento de la Atención de la Salud Mental
–1991–, y las Normas Uniformes sobre la Igualdad de Oportunidades de las

119
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Personas con Discapacidad –1993–. La peculiaridad de éstos es que no


consagraban el actual modelo social de discapacidad.

238. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que
rige la materia en el ámbito del derecho internacional, representa la adopción
normativa del modelo social, pues aborda, por una parte, el factor humano,
es decir, la existencia de una persona con una diversidad funcional y, por otra
parte, prevé el factor social conformado por las barreras contextuales que
causan una discapacidad90.

239. Así las cosas, en atención a los criterios de esta Corte que se reflejan en los
anteriores precedentes, este Tribunal Pleno llega a la convicción que la
porción normativa identificada del artículo 115 produce una distinción
injustificada en relación con los derechos de las personas con
discapacidad. No hay razón válida que permita justificar porqué la medida
legislativa abarca sólo a las deficiencias “mentales” y no a otras como las
físicas o las sensoriales.

240. Es cierto que no existe una lista definida de los tipos o categorías de
discapacidad. Tal como se ha venido reiterando, la discapacidad no es una
característica o atributo de la persona ni se puede identificar de una manera
exhaustiva. Es el resultado de la interacción entre una persona que tenga
algún grado de deficiencia física, mental, intelectual o sensorial y diversas
barreras sociales que puedan impedir su plena y efectiva participación en la
sociedad en igualdad de condiciones con los demás.

241. La Organización Mundial de la Salud no ha implementado un listado ni ha


categorizado de manera absoluta los tipos de discapacidades. En cambio,
reconociendo la dificultad de definir el concepto y tomando en cuenta la
necesidad de otorgar ciertos parámetros de identificación, emitió en el año
dos mil uno una “Clasificación Internacional del Funcionamiento, la

90 Algunas de las principales directrices se encuentran contenidas en la tesis aislada VII/2013 de la


Primera Sala, cuyo rubro es “DISCAPACIDAD. PRESUPUESTOS EN LA MATERIA QUE DEBEN
SER TOMADOS EN CUENTA POR LOS OPERADORES DEL SISTEMA JURÍDICO MEXICANO”,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XVI, Tomo
1, de enero de 2013, página 633.

120
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Discapacidad y la Salud”91. Tal informe es el único documento


internacionalmente reconocido que aborda desde un punto de vista universal
cuáles son las afectaciones a la salud. Es importante destacar que en el
propio informe se explicita que no es una clasificación de personas, sino que
describe la situación de cada persona dentro de un conjunto de dominios de
la salud o “relacionados con la salud”.

242. Lo importante de ese documento, para el caso concreto, radica entonces en


que propone variables que podrán ser de utilidad para poder advertir cuándo
se está en presencia de una discapacidad. Tales variables resaltan las
deficiencias (pérdida o ausencia, reducción, aumento o exceso y desviación)
en las funciones y estructuras corporales que afectan el
desempeño/realización de una tarea o acción o el involucramiento en una
situación vital de una persona ante su interacción con ciertos factores
contextuales (como el factor de ambiente físico, social y actitudinal en el que
viven las personas, que puede ser individual o de estructuras sociales o
sistemas en la comunidad o cultura, así como el factor personal que
constituye el trasfondo particular de la vida de un individuo y su estilo de vida
como el sexo, la raza, la edad, la forma física, la personalidad, los patrones
de comportamientos, etcétera). Consiguientemente, valorando esas
variables en su conjunto, incluyendo los factores del entorno social, se ha
dicho que en determinados supuestos las mismas se han podido categorizar
como deficiencias físicas, mentales o sensoriales que actualizan una
discapacidad en estricto sentido.

243. Por lo tanto, para corregir la indebida distinción que implementa la norma en
torno a las discapacidades, y dado que es igualmente posible identificar las
discapacidades físicas o sensoriales que las mentales, debe declararse
inválida la porción normativa que dice “mental”, para que la condición de
aplicación de la conducta obligada se actualice ante la percepción de
cualquier tipo de discapacidad, según sea el caso. Con la invalidez, el texto
de la norma quedaría de la siguiente manera:

91Este documento ya se utilizó como un parámetro de estudio del modelo social de las personas con
discapacidad en el amparo en revisión 410/2012 y en la citada acción de inconstitucionalidad 96/2014
y su acumulada 97/2014.

121
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Artículo 115. En cualquier momento en el que el personal de los centros


de internamiento o el Oficial de Vigilancia de la Unidad Especializada se
percaten de que el adolescente o adulto joven presenta alguna
enfermedad o discapacidad, informará de su estado al Juez de
Audiencia Especializado para Adolescentes, para que sea éste quien
ordene lo conducente.

244. En resumen, por todo lo dicho anteriormente, se declara la invalidez de las


porciones normativas que dicen “limitar la libertad de tránsito de
adolescentes o adultos jóvenes, de modo” del tercer párrafo del artículo 113
y “mental” del artículo 115, sin que se advierta otra razón de
inconstitucionalidad del resto del contenido de los preceptos reclamados.

XII.2.
Análisis de los artículos 116 y 117 del Código Local

245. La comisión accionante cuestionó los artículos 116 y 117 como parte de su
concepto de invalidez dirigido a señalar que las medidas de internamiento
previstas en una serie de disposiciones de la ley local se regulaban como
sinónimos de pena. El texto de las normas que se examinan en esta sección
es el que sigue:

Artículo 116. El internamiento domiciliario consiste en la prohibición al


adolescente o adulto joven de salir de su casa habitación. De no ser ello
posible, por razones de conveniencia, esta medida podrá practicarse en
la casa de cualquier familiar.
La finalidad de esta medida es la privación del derecho a la libertad de
tránsito en los límites del propio domicilio, sin afectar el cumplimiento de
las obligaciones laborales o escolares del adolescente o adulto joven,
cuya duración no podrá ser inferior a un mes ni mayor de cuatro años.
Un Oficial de Vigilancia designado por la Unidad Especializada, vigilará
el cumplimiento de esta medida, y deberá rendir informes en los términos
de esta Ley.

Artículo 117. El Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes


fijará la duración de esta medida, los permisos que correspondan para
salir del domicilio y las razones por las que pueden ser concedidos. En
el Programa Individualizado de Ejecución deberán establecerse las
actividades que puede realizar la persona sujeta a medida.

246. De la misma forma que en el sub-apartado anterior, este Tribunal Pleno


considera como parcialmente fundado el razonamiento de invalidez de la
comisión accionante, declarándose la invalidez sólo de la parte relativa a la
especificación de la finalidad y la validez del resto del precepto.

122
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

247. En principio, como se desprende de su transcripción, los citados artículos


establecen la medida legislativa de internamiento domiciliario que restringe
la libertad personal de los adolescentes y que forma parte de los distintos
grados de internamiento que prevé la ley. Al respecto, como se adelantó,
debe destacarse que nuestro régimen constitucional autoriza la
implementación a los adolescentes de medidas de internamiento tras un
juicio. Sobre este aspecto, el artículo 18 de la Constitución General utiliza de
manera genérica la palabra “internamiento” y el citado artículo 37, inciso b),
de la Convención sobre los Derechos del Niños tampoco hace una distinción
al respecto. Además, el propio tratado internacional y el resto del corpus juris
de la niñez prevé como una de sus premisas que, si se utilizan medidas
privativas de libertad, éstas deberán ser las menos gravosas posibles,
excepcionales, proporcionales, entre otros tantos requisitos.

248. Bajo esa tónica, este Tribunal Pleno llega a la conclusión de que no existe
prohibición para que el legislador secundario contemple al internamiento
domiciliario como una de las especies de internamiento que podrán ser
aplicadas a un adolescente con motivo de su responsabilidad penal
(situación distinta es la reglamentación específica de esa medida para que
sea acorde a las reglas y principios constitucionales en la materia).

249. No obstante lo anterior, aun valorando conceptualmente que el internamiento


domiciliario como especie del internamiento tras un juicio se encuentra
permitido constitucionalmente, por las razones expuestas en el sub-apartado
previo, se estima que la primera porción normativa del segundo párrafo del
artículo 116 reclamado, que establece las especificaciones concretas del
internamiento domiciliario en Michoacán, sí actualiza una violación a la
seguridad jurídica y al artículo 18 constitucional y demás corpus juris de la
niñez (en especial, las reglas citadas anteriormente). En esa porción se
afirma que “la finalidad de esta medida es la privación del derecho a la
libertad de tránsito en los limites del propio domicilio,”.

250. El problema radica en que, similarmente a la norma analizada en el su-


apartado previo de este fallo, en el primer párrafo de ese artículo 116 ya se

123
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

clarificó la consecuencia material del internamiento domiciliario, afirmándose


que “consiste en la prohibición al adolescente o adulto joven de salir de su
casa habitación” y, “de no ser ello posible, por razones de conveniencia, esta
medida podrá practicarse en la casa de cualquier familiar”. No obstante, el
segundo párrafo utiliza nuevamente el concepto “finalidad” y dice que éste
es justamente la privación del derecho a la libertad del adolescente o adulto
joven sujeto a la medida. Se reitera, la palabra finalidad tiene una
conceptualización clara en nuestro lenguaje.

251. Por ende, se estima que debe declararse la invalidez de la indicada porción
normativa, con el objeto de no dejar ningún margen de interpretación para
que este tipo de medida de internamiento pueda ser conceptualizado como
una medida punitiva cuyo fin es precisamente la privación del derecho a la
libertad. En el sistema de justicia penal para adolescentes, la premisa sobre
la que debe girar cualquier medida de internamiento es respetar, proteger y
garantizar los distintos derechos de los niños y niñas que les corresponden
por ser personas en desarrollo y satisfacer y garantizar su adecuada
reinserción social. Se repite, la restricción a la libertad personal y
deambulatoria es una cuestión contingente que se debe a que no se pudo
tomar cualquier otra medida menos gravosa para salvaguardar los derechos
de los adolescentes en relación con la responsabilidad penal atribuida.

252. Con la invalidez, el texto de la norma quedaría de la siguiente forma:

Artículo 116. El internamiento domiciliario consiste en la prohibición al


adolescente o adulto joven de salir de su casa habitación. De no ser ello
posible, por razones de conveniencia, esta medida podrá practicarse en
la casa de cualquier familiar.
Sin afectar el cumplimiento de las obligaciones laborales o escolares del
adolescente o adulto joven, cuya duración no podrá ser inferior a un mes
ni mayor de cuatro años. Un Oficial de Vigilancia designado por la Unidad
Especializada, vigilará el cumplimiento de esta medida, y deberá rendir
informes en los términos de esta Ley.

253. El resto del contenido del artículo 116 y lo previsto en el artículo 117, a juicio
de esta Corte, no guardan la deficiencia solicitada por la comisión accionate;
por el contrario, las reglas y principios que ahí se contemplan satisfacen las
exigencias constitucionales y del corpus juris internacional de la niñez.

124
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

254. En primer lugar, se advierte que las normas cumplen con un fin
constitucionalmente imperioso que viene precedido por las referidas razones
que autorizan al internamiento como medida viable en este sistema de
justicia penal: garantizar el cuidado y protección de los adolescentes, así
como su educación y formación profesional para permitir que desempeñen
un papel constructivo y productivo en la sociedad y buscar, al final de
cuentas, prepararlos para su reinserción social y familiar, pero a través de
una determinada modalidad que permita aprovechar las bondades y ventajas
de permanecer en todo momento en el respectivo núcleo familiar y social.

255. En segundo lugar, esta medida legislativa, que conlleva materialmente una
limitación de la libertad personal de los adolescentes o adultos jóvenes, es
idónea para el fin buscado, pues la consecución del fin se ejecuta a través
de un ambiente controlado (la casa habitación o algún otro domicilio donde
se quedará al cuidado de sus padres, tutores o quien ejerza la patria
potestad), en donde se podrán respetar, proteger y salvaguardar de manera
efectiva y suficiente los referidos derechos de los adolescentes como
personas en desarrollo para lograr esa reinserción social y familiar.

256. En tercer lugar, este Tribunal Pleno no advierte que existan medidas
alternativas igualmente idóneas para lograr el fin constitucionalmente
imperioso. Ello, por las siguientes razones:

a) El internamiento domiciliario es una especie del género internamiento.


En ese tenor, es una medida legislativa que sí limita la libertad del
adolescente, pero lo hace en la menor medida posible, siendo más
benéfica que el internamiento total en un centro privado o controlado por
el Estado.
b) Además, la regla general para que proceda, según los propios artículos
reclamados interrelacionados con el resto de la ley, es que se utilizará
como último recurso, por el tiempo más breve que proceda y de modo
subsidiario y excepcional, ya que tiene operatividad únicamente ante la
responsabilidad penal por una serie de delitos que se consideran los
más graves y que están específicamente delimitados en la ley en el

125
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

citado segundo párrafo del artículo 113 (se cumple con los principios de
excepcionalidad y mínima intervención).
c) Sólo se aplicará a personas que tengan o hayan tenido al momento de
realizarse la conducta una edad entre catorce años cumplidos y
dieciocho no cumplidos (se cumple así con el principio de mínima
intervención y con lo exigido expresamente por el artículo 18
constitucional).
d) El propio artículo 116 prevé el tiempo de duración de la medida,
estableciéndose un rango mínimo y uno máximo (de un mes a cuatro
años). Lo cual debe interpretarse sistemáticamente con lo mandatado
en el citado primer párrafo del artículo 114, que dice que la duración de
cualquier medida de internamiento deberá tener relación directa con la
conducta cometida (se cumple el principio de proporcionalidad en la
determinación de la medida), por lo que el juez aplicará el rango
temporal de la medida atendiendo a las circunstancias del caso
concreto.
e) Es cierto que la restricción de la libertad de un adolescente en los límites
de un domicilio, tanto por el tiempo mínimo como por el máximo, puede
incidir en su adecuado desarrollo; sin embargo, el propio artículo 116
reclamado establece salvaguardas para evitar en el mayor grado posible
esa incidencia, pues se establece que la restricción para salir del
domicilio no deberá afectar el cumplimiento de las obligaciones
laborales o escolares del adolescente o adulto joven. Es decir, no
hay una limitación absoluta de permanencia en el domicilio sin ningún
tipo de matización o resguardo de otros derechos de los adolescentes.
f) Por su parte, si bien el tiempo máximo de internamiento domiciliario es
de cuatro años y podría alegarse que su aplicación conllevaría
materialmente a un privación de la libertad altamente gravosa; empero,
se insiste, esta medida de internamiento sólo se actualiza ante
conductas delictivas muy graves que se han considerado como las de
mayor envergadura dentro del ordenamiento jurídico michoacano (por
ejemplo, violación, trata, turismo sexual, tráfico de órganos, etc.) y
siempre será el juez el que, valorando las circunstancias, verificará cuál
es el tiempo razonable para la efectiva consecución de la reinserción
social del menor y del cuidado, respecto, protección y salvaguarda de

126
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

sus derechos como persona en desarrollo, así como las diferentes


actividades educativas o laborales que podrá llevar a cabo el
adolescente fuera del domicilio.
g) Además, no se cuenta con elementos suficientes para, en abstracto,
verificar la razonabilidad del plazo máximo de duración. Es decir, no hay
elementos que nos permitan concluir que ese plazo máximo de cuatro
años carece de razonabilidad o que no es proporcional, máxime cuando
guarda lógica con los otros plazos previstos en la ley en relación con
medidas privativas y no privativas de la libertad (al ser incluso inferior al
plazo máximo de la medida de internamiento definitivo). Sin que lo
anterior signifique que, en un ámbito de aplicación, el plazo máximo o el
mínimo puedan ser declarados como inválidos en atención a las
características particulares de cada caso concreto y su aplicabilidad en
relación con el resto de la regulación del sistema michoacano de justicia
penal para adolescentes. Empero, se insiste, los problemas de
aplicación de las normas reclamadas en cuanto a la temporalidad
específica de la sanción no actualizan su inconstitucionalidad en
abstracto.
h) Por otro lado, la norma es razonable ya que también se afirma que un
oficial designado por la Unidad Especializada vigilará el cumplimiento
de esta medida y, en relación con ello, el propio artículo 117 reclamado
(complementado de manera general con el numeral 132) dispone que
deberá elaborarse con opinión del menor y de sus padres o quienes
ejerzan la patria potestad un programa individualizado de ejecución y
será el juez, en ese programa individualizado de ejecución, el que de
manera definitiva fije los permisos para salir del domicilio y las razones
por las que deberán ser concedidos y las actividades que puede realizar
la persona sujeta a la medida. Existirá así seguridad jurídica en cuanto
a las actividades que puede realizar el adolescente o adulto joven fuera
del domicilio, incluyendo sus actividades laborales y/o escolares que no
podrán restringirse bajo la mera excusa del internamiento domiciliario.
i) Adicionalmente, esta medida está sujeta al principio de proporcionalidad
en la ejecución, toda vez que otros artículos de la ley (fracción XVI del
numeral 25 y 137 a 141) prevén que se revisará la adecuación o el
cumplimiento anticipado de la medida por autoridad jurisdiccional, a

127
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

solicitud de la Unidad Especializada, o del adolescente/adulto joven,


defensor, padre, tutores o quienes ejerzan la patria potestad (respecto
a estos últimos en periodos determinados). La respectiva resolución es
revisable por un órgano jurisdiccional superior a través de la apelación
según el artículo 168 del código.
j) Igualmente, existe control judicial de las resoluciones y actos de la
Unidad Especializada o de actos de las autoridades del centro en
términos de los recursos de revocación, apelación, queja y recurso de
reclamación de conformidad con los artículos 153 a 180 del código.

257. Esta Suprema Corte no pasa por alto la posible objeción consistente en que
la medida de internamiento en tiempo libre puede considerarse, en ciertos
aspectos, una medida de internamiento menos gravosa para el adolescente
que la que se analiza, pues al final de cuentas se permite al adolescente una
mayor participación en la sociedad al no limitarse la gran parte de sus
actividades en un domicilio. Sin embargo, se debe resaltar que, como se
evidenciará en párrafos subsecuentes, aunque los diferentes grados de
internamiento obedecen a finalidades con similar razonabilidad, lo que busca
el legislador cuando implementa diferentes grados de restricción de la
libertad es dotar al juzgador de distintas posibilidades normativas para que,
atendiendo a las circunstancias del caso y tomando en cuenta la
excepcionalidad de todas estas medidas y los criterios de proporcionalidad,
aplique la que considere como más optima para el caso concreto. Además,
dadas las distintas particularidades en las que se puede dar un internamiento
domiciliario o un internamiento en tiempo libre, no es viable advertir en
abstracto y bajo cualquier supuesto cuál medida es la menos gravosa.

258. Por último, la medida es proporcional ya que se considera que es mayor el


grado de realización del fin perseguido que el grado de afectación provocado
por la medida de internamiento domiciliario, pues se reitera ésta sólo se
utilizará en casos excepcionales y cuando otras medidas menos gravosas no
sean las óptimas para el cuidado, protección y salvaguarda de los derechos
del adolescente o adulto joven. No se puede pasar por alto que, finalmente,
el adolescente o adulto joven permanecerá en su seno familiar para la
consecución de los fines de la medida y que el propio código prevé asistencia

128
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

a los padres, tutores, familiares o quienes ejerzan la patria potestad para


lograr ese fin, tales como programas de capacitación, de escuelas, de
atención médica, cursos y programas de orientación, etcétera 92.

259. En síntesis, se declara la invalidez de la porción normativa que dice “La


finalidad de esta medida es la privación del derecho a la libertad de tránsito
en los limites del propio domicilio,” del párrafo segundo del artículo 116
reclamado, sin que se advierta ninguna otra razón que actualice una
deficiencia constitucional del resto del contenido de ese precepto y del
artículo 117 impugnado del Código de Justicia Especializada para
Adolescentes del Estado de Michoacán de Ocampo.

XII.3.
Análisis de los artículos 118, 119 y 120 del Código Local

260. El texto de los recién artículos cuestionados que se analizan en este sub-
apartado es el siguiente:

Artículo 118. La medida de internamiento en tiempo libre, consiste en la


restricción de la libertad del adolescente o adulto joven que lo obliga a
acudir y permanecer en un Centro de Internamiento, durante los lapsos
de tiempo que se le imponga en la resolución.
La finalidad de esta medida es la privación intermitente de la
libertad de tránsito y consiste en periodos de internamiento diurno,
nocturno o de fin de semana.
En lo posible, el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes
tendrá en cuenta las obligaciones laborales y educativas del adolescente
o adulto joven para determinar los periodos de internamiento.
La duración de esta medida no podrá ser inferior a un mes ni exceder de
cuatro años.

Artículo 119. En el Programa Individualizado de Ejecución se


establecerán por lo menos los siguientes aspectos:

92 “Artículo 130. Las autoridades de la Unidad Especializada podrán conminar a los padres,
familiares, responsables, tutores, quienes ejerzan la patria potestad o custodia, para que brinden
apoyo y asistencia al adolescente o adulto joven, en su caso, durante el cumplimiento de las medidas.
Para estos efectos, la Unidad Especializada procurará lo necesario para que se cuente con:
I. Programas de capacitación a padres, tutores, familiares, responsables, quienes ejerzan la patria
potestad o custodia;
II. Programas de escuelas para responsables de las familias;
III. Programas de orientación y tratamiento en caso de alcoholismo o drogadicción;
IV. Programas de atención médica;
V. Cursos y programas de orientación; y,
VI. Cualquier otra acción que permita a los padres, familiares, responsables, tutores, quienes ejerzan
la patria potestad o custodia contribuir a asegurar el desarrollo integral de los adolescentes o adulto
joven”.

129
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

I. El Centro de Internamiento en donde el adolescente o adulto joven,


deberá cumplir con la medida;
II. Los días y horas en que debe presentarse y permanecer en las
instalaciones especificadas en el programa;
III. Las actividades que deberá realizar en los centros de internamiento;
y,
IV. Las disposiciones reglamentarias del Centro de Internamiento que
sean aplicables durante los periodos de privación de libertad a los que
está sujeta la persona a quien se ha impuesto la medida.

Artículo 120. Los espacios destinados al internamiento en tiempo libre


no tendrán seguridad extrema y deben estar totalmente separados de
aquéllos destinados al cumplimiento de la medida de internamiento
permanente.

261. Estos tres preceptos regulan otra modalidad de internamiento que es la que
se ejecuta en tiempo libre; es decir, el adolescente o el adulto joven sujeto a
la medida únicamente se verá afectado en su libertad personal en tiempos o
espacios temporales determinados y en lugares específicos.

262. Al igual que en los apartados anteriores, y atendiendo a la preocupación


expuesta por al Comisión Nacional de Derechos Humanos, se estima que
debe declararse inconstitucional la porción normativa del segundo párrafo
del artículo 118 que dice “La finalidad de esta medida es la privación
intermitente de la libertad de tránsito y”. Esta Suprema Corte no puede
desdeñar porciones normativas que puedan dar lugar a una indebida
apreciación del objetivo que debe tener cualquier medida impuesta a un
adolescente con motivo de su responsabilidad penal, máxime si se trata de
una de internamiento.

263. La reinserción y salvaguarda de los derechos de los adolescentes es la


piedra angular del sistema, no la restricción de la libertad. En ese sentido,
como en las normas precedentes, el primer párrafo del artículo 118 define la
consecuencia material del internamiento en tiempo libre; sin embargo, en el
segundo párrafo de ese artículo se repite que existirá un privación
intermitente de la libertad, haciendo referencia a que la finalidad de la medida
es esa privación en ciertos periodos. Por lo tanto, a fin de respetar la
seguridad jurídica y lo previsto en el artículo 18 constitucional y en el corpus
juris de la niñez, se debe eliminar la indicada porción normativa.

130
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

264. Por otro lado, aun cuando no se destacó de esta manera por la comisión
accionante (ya que sólo se citó de manera genérica el artículo 118 como
impugnado), causa duda la afirmación del tercer párrafo de tal precepto que
dice que “en lo posible, el Juez de Audiencia Especializado para
Adolescentes tendrá en cuenta las obligaciones laborales y educativas del
adolescente o adulto joven para determinar los periodos de internamiento”.
Tal como ha sido evidenciado en este fallo, el internamiento como medida
que se asigna por una responsabilidad penal pretende en todo momento el
cuidado y salvaguarda de los menores para su reinserción social y familiar,
bajo la premisa de que lo más importante es asegurar su educación y
formación profesional para permitirles que desempeñen un papel
constructivo y productivo en la sociedad.

265. Consiguientemente, cuando se afirma que la valoración de las obligaciones


laborales y educativos serán tomadas en cuenta por el juzgador para
determinar los periodos de internamiento, y se utiliza la locución “en lo
posible”, se convierte a la conducta regulada en esa disposición como una
de carácter permisiva. Para esta Suprema Corte, el corpus juris de la niñez
es muy claro al establecer que los adolescentes o adultos jóvenes tienen
derecho a continuar su educación y formación profesional. Por ello, el tomar
en cuenta las obligaciones laborales y educativos para determinar los
tiempos de internamiento debe categorizarse como una conducta de
carácter obligatorio, no como una permisión. Es decir, será el juez quien,
valorando las circunstancias del caso y tomando en cuenta de manera
irrestricta las obligaciones laborales y educativas del menor, aplique la
medida y su temporalidad que considere más razonable y adecuada para el
cumplimiento de sus fines.

266. Dicho lo anterior, con estas declaratorias de invalidez, el texto del artículo
118 quedaría de la forma siguiente:

Artículo 118. La medida de internamiento en tiempo libre, consiste en la


restricción de la libertad del adolescente o adulto joven que lo obliga a
acudir y permanecer en un Centro de Internamiento, durante los lapsos
de tiempo que se le imponga en la resolución.
Consiste en periodos de internamiento diurno, nocturno o de fin de
semana.

131
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

El Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes tendrá en


cuenta las obligaciones laborales y educativas del adolescente o adulto
joven para determinar los periodos de internamiento.
La duración de esta medida no podrá ser inferior a un mes ni exceder de
cuatro años.

267. Por el resto del contenido de este artículo 118 y de lo previsto en los artículos
119 y 120, este Tribunal Pleno estima que no existe la deficiencia señalada
por la comisión accionante y que, por el contrario, se supera un juicio estricto
de razonabilidad constitucional.

268. En primer lugar, la medida legislativa de internamiento en tiempo libre, que


invariablemente provoca una restricción a la libertad de los adolescentes o
adultos jóvenes, cumple un fin constitucionalmente imperioso que es
garantizar la orientación y protección de los derechos de estas adolescentes
como personas en desarrollo para su debida reinserción social y familiar.

269. En segundo lugar, la medida también es idónea para satisfacer dicho


propósito constitucional, pues lo que se busca con el internamiento en un
centro por periodos determinados es asegurarse, a través de las autoridades
especializadas que forman parte de la Unidad Especializada y del centro de
internamiento correspondiente, que al adolescente o adulto joven se le están
respetando y salvaguardando sus derechos en el núcleo familiar, como que
a través de esos periodos de internamiento se complemente su educación y
formación tendente a su reinserción social y familiar.

270. En tercer lugar, esta medida legislativa es la más idónea para lograr estos
fines por la interrelación de las razones que siguen:

a) Al igual que las otras modalidades de internamiento, conforme al


segundo párrafo del artículo 113 de la ley, esta medida se utiliza como
último recurso, de manera subsidiaria, excepcionalmente por la
responsabilidad penal en ciertos delitos y por el tiempo más breve
posible (se cumple con los principios de excepcionalidad y mínima
intervención). Cuando se dice que es subsidiaria, es que no puede
compaginarse con ninguna otra medida de internamiento.

132
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

b) Se aplica a personas entre catorce años cumplidos y dieciocho años de


edad no cumplidos. Se cumple así con el principio de mínima
intervención y con el lineamiento constitucional que el internamiento
sólo es viable para personas de catorce años de edad.
c) Si bien la consecuencia material de esta medida legislativa es la
restricción de la libertad personal de un adolescente o adulto joven, se
hace de manera intermitente y en conjunción con periodos de libertad.
El propio artículo 118 impugnado contempla el mínimo y el máximo de
periodo de internamiento, lo que significa que esta medida de
internamiento podrá durar desde un mes hasta cuatro años, pero ese
internamiento no es constante, ya que los periodos de restricción de la
libertad podrán ser diurnos, nocturnos o en fin de semana. Con ello se
permite al menor seguir participando en su núcleo familiar y social,
ingresando al centro de internamiento en el tiempo estrictamente
indispensable, tendiéndose al cumplimiento de los principios de interés
superior del menor y mínima intervención.
d) Por su parte, aunque esos momentos intermitentes de internamiento
pueden incidir en el desarrollo del adolescente o adulto joven, los
propios artículos 119 y 120 prevén una serie de salvaguardas que
buscan aminorar dichas incidencias. Se especifica expresamente que,
además de los requisitos generales que debe de cumplir el Programa
Individualizado de Ejecución, cuando se trate de un internamiento en
tiempo libre, tal programa deberá incluir al menos el centro de
internamiento donde se cumplirá la medida, los días y horas específicos
en que se deberá presentar y permanecer en las instalaciones
previamente especificadas, las actividades que deberá realizar en los
centros y las disposiciones reglamentarias que deberán cumplirse
en sus periodos de internamiento. Además, se ordena explícitamente
que estos adolescentes no estarán sujetos a seguridad extrema y que
deberán estar separados de los adolescentes o adultos jóvenes que
cumplan una medida de internamiento permanente.
e) Todo lo anterior, complementado con las otras normas del código que
exigen que, al ser sujetos a una medida de internamiento, los
adolescentes y adultos jóvenes deberán ser alojados en lugares

133
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

exclusivos y especializados, de acuerdo a su edad, sexo y separados


de los adultos (fracción II del artículo 11).
f) La aplicación de esta medida, al igual que los otros grados de
internamiento, está sujeta a la proporcionalidad en la aplicación de la
medida y a la proporcionalidad en la ejecución (fracciones XII y XIV del
artículo 4 y primer párrafo del artículo 114). Lo que se manifiesta en que
la Unidad Especializada puede solicitar la adecuación o cumplimiento
anticipado de la medida (fracción XVI del artículo 25), derecho que
también le corresponde al adolescente y adulto joven y a sus defensores
o, en su caso, a los padres, tutores o quienes ejerzan la patria potestad
en periodos determinados conforme a lo dispuesto en los artículos 137
a 141 del código.
g) El juez es la autoridad responsable de la supervisión de la legalidad de
la aplicación y ejecución de la medida y existe control judicial tanto de
la resolución de adecuación o cumplimiento anticipado de la medida
como de ciertos actos de la Unidad Especializada o de las autoridades
del centro que afectan la ejecución de la medida (revocación, apelación,
queja y reclamación).

271. Con todo lo anterior se demuestra que, a pesar de que se va a materializar


una restricción a la libertad de los adolescentes, se hace como medida de
último recurso por la responsabilidad penal de delitos que se consideran que
afectan en gran medida a la sociedad y ante condiciones que buscan en todo
momento el respeto, protección y salvaguarda de los derechos que les
corresponden a los adolescentes como personas en desarrollo.

272. Asimismo, como se dijo en el sub-apartado anterior, es cuestionable que


desde un punto de vista abstracto pueda afirmarse con toda certeza que el
internamiento domiciliario pueda ser más benevolente para los adolescentes
o adultos jóvenes que el internamiento en tiempo libre o viceversa. Es cierto
que en el internamiento en tiempo libre habrá momentos en que el menor de
edad incursionará en un centro de internamiento, lo cual puede incidir en su
adecuado desarrollo; sin embargo, lo mismo puede afirmarse en cuanto a la
limitación de la libertad en su domicilio. Así las cosas, este Tribunal Pleno
estima que ambas disposiciones superan la razonabilidad constitucional,

134
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

pues sus condiciones normativas permiten su aplicación en atención a las


circunstancias del caso y al principio de proporcionalidad, bajo condiciones
de estricto cumplimiento y de estricta excepcionalidad.

273. Finalmente, por varias de las razones anteriores, se llega a la convicción de


que también es mayor el grado de realización del propósito constitucional al
grado de afectación a la libertad personal provocado por el internamiento en
tiempo libre. Se reitera, es una medida excepcional por ciertos delitos, que
tiene periodos delimitados en ley, con control judicial, que se aplica de modo
subsidiario y que compagina internamientos intermitentes con libertad
condicionada, por lo que si bien se incidirá en los derechos de los
adolescentes, ello se hace para su propia orientación, protección y
reinserción social por un daño que se provocó a otras personas u a la
sociedad que son de la mayor relevancia para el ordenamiento jurídico.

274. En resumen, se declara la invalidez de las porciones normativas que dicen


“La finalidad de esta medida es la privación intermitente de la libertad de
tránsito y”, del segundo párrafo, y “En lo posible” del tercer párrafo, ambas
del artículo 118, sin que esta Corte advierta ningún otro elemento
normativo que actualice una violación constitucional del resto del
contenido del artículo 118 y de los numerales 119 y 120 del Código de
Justicia Especializada para Adolescentes de Michoacán de Ocampo.

XII.4.
Análisis de los artículos 121 a 124 del Código Local

275. En estos preceptos se señala lo que sigue:

Artículo 121. La medida de internamiento permanente es la más grave


prevista en esta Ley; consiste en la privación de la libertad y se debe
cumplir exclusivamente en los centros de internamiento, de los que
podrán salir el adolescente o adulto joven sólo mediante orden escrita
de autoridad judicial.
La duración de esta medida deberá tener relación directa con los daños
causados, sin poder ser inferior a seis meses ni superior a cinco años
cuando el adolescente o adulto joven tenga una edad de entre catorce
años cumplidos y menos de dieciséis años al momento de realizar la
conducta, y cuando tenga una edad de dieciséis años cumplidos y
menos de dieciocho años no podrá ser inferior a seis meses ni superior
a siete años.

135
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Artículo 122. Exceptuando las conductas señaladas en el artículo 113


de esta Ley, el Juez de Audiencia Especializado para Adolescentes no
se encuentra obligado a imponer la medida de internamiento
permanente, por lo que las demás medidas serán consideradas de
aplicación prioritaria.

Artículo 123. Al imponerse la medida de internamiento permanente, se


computará como parte del cumplimiento de la misma, el tiempo de
internamiento provisional que se le haya aplicado al adolescente.

Artículo 124. La imposición de la medida prevista en esta sección, es


de competencia exclusiva e indelegable de las autoridades judiciales
especializadas en justicia para adolescentes, previstas en el presente
ordenamiento. Su ejecución es competencia de la Unidad Especializada
y de los directores de los centros de internamiento para adolescentes y
se deberá cumplir en lugares diferentes de los destinados para los
adultos.

276. Como se ha descrito en los sub-apartados precedentes, estos artículos


formaron parte de la serie de preceptos considerados como
inconstitucionales en el cuarto concepto de invalidez, en el que Comisión
Nacional de Derechos Humanos afirmó que se le daba a las medidas de
internamiento el carácter de pena, antes que de medida de orientación,
protección y tratamiento.

277. A diferencia de los otros sub-apartados, esta Suprema Corte estima que no
se actualiza ninguna violación constitucional. En los artículos 121 a 124 no
se alude en ningún momento que la finalidad de la medida de internamiento
sea la privación de la libertad de los adolescentes. Además, por el contrario,
interpretados de manera sistemática con el resto de la ley y con la
declaración de invalidez de cierto contenido del artículo 113 reclamado (que
como se dijo prevé reglas generales para los tres diferentes tipos de medidas
de internamiento), se llega a la convicción que lo establecido en estas
disposiciones superan un juicio de razonabilidad de carácter estricto.

278. En primer lugar, el internamiento como consecuencia de la responsabilidad


penal dictada tras un juicio firme es una medida permitida
constitucionalmente bajo estrictas condiciones de aplicación. En ese sentido,
existe un fin constitucionalmente imperioso para la imposición de esta
medida, el cual es garantizar con la permanencia controlada en un centro de
internamiento el cuidado y protección de los adolescentes, así como su

136
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

educación y formación profesional para permitir que desempeñen un papel


constructivo y productivo en la sociedad para su reinserción social y familiar.

279. En segundo lugar, la medida legislativa es idónea para el fin buscado, ya que
a través de esa permanencia por un cierto tiempo en un centro de
internamiento público, el Estado se asegura plenamente del cuidado y
protección de la vida, salud e integridad de los adolescentes o adultos
jóvenes, y al mismo tiempo puede generar todas las condiciones para
respetar y proteger los demás derechos de estas personas como individuos
en desarrollo que conduzcan a la debida reinserción social y familiar.

280. En tercer lugar, esta permanencia en un centro de internamiento es la medida


más óptima para lograr el fin buscado:

a) Aunque es una permanencia prolongada en un centro de internamiento,


es de aplicación excepcional y por las conductas delictivas que se
consideran con mayor incidencia dentro del ordenamiento michoacano,
delimitadas en el artículo 113, segundo párrafo, del código (se cumple
con los principios de excepcionalidad y mínima intervención).
b) No es una medida absoluta que lo prive de contacto con su familia,
amistades, parejas sentimentales, etcétera. El adolescente o adulto
joven sujeto a la medida cuenta con el derecho a recibir visitas familiares
o íntimas y a comunicarse por escrito y por teléfono con las personas
de su elección (fracciones VII, VIII y XXI del artículo 11).
c) También lo regulado en estos preceptos no evita que el adolescente
pueda salir del centro de internamiento. Por el contrario, interpretado
sistemáticamente, se advierte que el propio artículo 121 reclamado
permite salidas del centro con autorización judicial y el artículo 11,
fracción X, del código contempla como uno de esos supuestos el recibir
atención médica especializada o acudir al sepelio o al lecho de muerte
de ciertos familiares.
d) Con este internamiento se asegura el respeto a algunos de sus
derechos como personas en desarrollo. Por ejemplo, se les aloja en el
interior del centro en lugares exclusivos y especializados, de acuerdo
con su edad, sexo, separados de los adultos y de las personas que se

137
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

encuentren en internamiento cautelar (fracciones XIII y II,


respectivamente, de los artículos 10 y 11 del código), así como que se
les debe asegurar recibir o continuar con atención médica preventiva y
correctiva para proteger su salud, siempre en razón de su género y
circunstancias particulares (fracción XV del artículo 11).
e) Sólo se aplicará a personas que tengan o hayan tenido al momento de
realizarse la conducta una edad entre catorce años cumplidos y
dieciocho no cumplidos (cumple con el principio de mínima intervención
y con lo exigido expresamente por el artículo 18 constitucional).
f) El segundo párrafo del artículo 121 cuestionado señala los parámetros
máximos y mínimos de duración del internamiento, clasificados por
rangos de edad, y además mandata que la duración de la respectiva
medida deberá tener relación directa con los daños causados (se
cumple el principio de proporcionalidad en la imposición de la medida).
g) Es verdad que la restricción de la libertad de un adolescente de manera
prolongada, tanto por el tiempo mínimo como por el máximo, puede
incidir en su adecuado desarrollo; sin embargo, se insiste, esta medida
es de aplicación estrictamente excepcional y como último recurso (son
de aplicación prioritaria el resto de medidas de la ley) y la propia
legislación contempla salvaguardas de otros tipos para satisfacer las
necesidades específicas de estas personas en desarrollo. A saber, el
programa individualizado de ejecución, cuando se trate de la medida de
internamiento permanente, además de los requisitos generales, deberá
incluir: el centro de internamiento y la sección del mismo en donde se
deberá cumplir la medida, los lineamientos para que los adolescentes o
adultos jóvenes puedan salir temporalmente del centro mediante
permisos, la asistencia especial que se le vaya a brindar, la
determinación de las actividades educativas, deportivas, culturales,
laborales o formativas en las que participará, las posibilidades de
atenuación de los efectos de la medida y las medidas necesarias para,
en su momento, preparar su puesta en libertad.
h) Respecto a la razonabilidad de los propios plazos de internamiento (de
tres meses a cinco años o de seis meses a siete años), esta Suprema
Corte no cuenta con elementos para, en abstracto, verificar su falta de

138
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

idoneidad constitucional93. Empero, ello no significa que en un ámbito


de aplicación no puedan ser declarados como inválidos, justo
atendiendo a las particularidades que rigen al sistema de justicia para
adolescentes (proporcionalidad en la medida y en la ejecución). Lo que
si es posible advertir es que guardan lógica con los otros plazos
previstos en la ley en relación con medidas privativas y no privativas de
la libertad, ya que son los más gravosos al conllevar una permanencia
no intermitente para el adolescente o adulto joven en un centro de
internamiento de carácter público.
i) Adicionalmente, en los artículos 123 y 124, se señala explícitamente que
para el cómputo total del cumplimiento de esta medida deberá tomarse
en cuenta el internamiento provisional y que sólo la autoridad judicial
será la que imponga esta medida de internamiento. Normas que

93 Cabe resaltar que la Primera Sala ya ha declarado constitucional plazos de internamiento aun
mayores (quince años como máximo), tal como se resolvió en el amparo directo en revisión
1160/2015, resuelto el catorce de octubre de dos mil quince. Dicho criterio se reflejó en la tesis de
rubro y texto: “JUSTICIA PARA ADOLESCENTES. EL ARTÍCULO 172 DE LA LEY RELATIVA
PARA EL ESTADO DE COAHUILA, NO TRANSGREDE EL ARTÍCULO 18 CONSTITUCIONAL AL
DELIMITAR PROPORCIONALMENTE EL PLAZO DE DURACIÓN DE LA MEDIDA DE
INTERNAMIENTO A LAS PENAS PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD PREVISTAS EN LA LEY
PENAL DE ESA ENTIDAD FEDERATIVA. Los párrafos cuarto y sexto, última parte, del artículo 18
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establecen un vínculo entre el régimen
de justicia para adolescentes con las conductas tipificadas como delitos, sus sanciones y
clasificación en las legislaciones penales (adjetivas o sustantivas); es por ello que la fijación de la
duración de las medidas en internamiento derivadas de un procedimiento de justicia para
adolescentes está condicionada al referente legislativo que obedece a la misma naturaleza penal,
aunque puede ocurrir que sea el propio ordenamiento perteneciente al sistema de adolescentes el
que establezca una duración independiente y el catálogo de los delitos graves por los que
exclusivamente sea procedente esa medida. En ese sentido, el artículo 172 de la Ley de Justicia
para Adolescentes del Estado de Coahuila, establece la duración de la medida de internamiento en
un plazo proporcional inferior a las sanciones previstas penalmente, pero también, como tema de
procedencia para su imposición, que deba verificarse que la conducta atribuida al adolescente esté
prevista como delito grave, de conformidad con la norma penal -en el caso- adjetiva; regla que se
justifica, porque el legislador establece en los ordenamientos penales las sanciones privativas de la
libertad que corresponden a las conductas tipificadas como delitos, que son incrementadas o
disminuidas en su duración de conformidad con las modalidades atenuantes o agravantes en que
éstas se despliegan y la clasificación de la gravedad de las que producen mayor afectación a los
bienes jurídicos protegidos por la sociedad; así, la duración de esas sanciones está asociada con la
gravedad de la conducta cometida, que se incrementará o disminuirá por las condiciones del hecho
o calidades de las personas que sufren o desarrollan esas conductas; de manera que si el régimen
de justicia para adolescentes pertenece a la misma naturaleza de las normas penales y por mandato
constitucional debe inscribirse a esas disposiciones, es claro que deben ser consideradas no sólo
las conductas, sino también las penas señaladas en el Código Penal, pero en proporciones inferiores,
como lo establece la norma en cita. Por tanto, el artículo 172 aludido no transgrede el artículo 18
constitucional, toda vez que las conductas y sanciones descritas en el Código Penal del Estado de
Coahuila sirven como referente constitucional indisoluble para establecer las medidas que
proporcionalmente deben aplicarse a los adolescentes sometidos a un tratamiento de internamiento
por el tiempo estrictamente indispensable para lograr su rehabilitación, lo que es compatible con el
régimen especial establecido en dicho precepto constitucional. Votación: unanimidad de cuatro votos
de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Olga Sánchez Cordero
de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ausente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Saúl Armando Patiño Lara. [Tesis 1a. CCCXCVIII/2015
(10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 25,
Diciembre de 2015, Tomo I, página 257].

139
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

resultan válidas y que, adicionalmente, deben complementarse con


todas las demás normas del código aludidas en esta sentencia que
prevén los principios de mínima intervención, interés superior del menor
y proporcionalidad, así como las referidas a la adecuación periódica y
cumplimiento anticipado de las medidas impuestas por el juez (en la que
se incluye la de internamiento permanente) a solicitud del Ministerio
Público Especializado, del adolescente o adulto joven, su defensor o, en
su caso, los padres, tutores o quienes ejerzan la patria potestad o las
referidas al control judicial (supuestos de aplicación de los recursos de
apelación, queja y reclamación).

281. Por su parte, cabe resaltar que podría alegarse que el internamiento
permanente no es la medida más idónea al fin buscado ni cumple con el
criterio de proporcionalidad en estricto sentido, pues la propia legislación
prevé otras medidas como la de internamiento domiciliario o en tiempo libre,
que no tienen como consecuencia la prolongación de la estancia de un menor
en un centro por un tiempo considerable. No obstante, el propio artículo 122
reclamado es el que satisface dicha preocupación al exigir que cualquier otro
tipo de medida será de aplicación prioritaria a la de internamiento
permanente.

282. En ese sentido, se insiste, tener a esta medida como una de las modalidades
del internamiento no necesariamente provoca su inconstitucionalidad por ser
altamente gravosa, ya que el artículo 18 constitucional la reconoce
expresamente y será el juzgador el que, atendiendo a las particularidades del
caso, verifique si el internamiento permanente como medida contingente que
conllevará la restricción de la libertad de un adolescente o adulto joven por
un tiempo continuo es la medida idónea con la que se puede proteger,
respetar y salvaguardar del modo más eficiente y suficientemente posible los
derechos de esa persona en desarrollo para lograr su reinserción social y
familiar ante su responsabilidad penal.

283. En suma, por lo dicho en los párrafos previos, esta Suprema Corte considera
como válidos los artículos 121 a 124 del Código de Justicia Especializada
para Adolescentes del Estado de Michoacán de Ocampo.

140
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

XIII. MEDIDA DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS A FAVOR DE LA


COMUNIDAD

284. En su cuarto concepto de violación, la Comisión Nacional de Derechos


Humanos cuestionó la regularidad constitucional del artículo 85 del Código
de Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán de
Ocampo, el cual es del tenor siguiente:

Artículo 85. En cumplimiento de la medida de prestación de servicios a


favor de la comunidad, el adolescente o adulto joven debe realizar
actividades gratuitas de interés general, en entidades de asistencia
pública o privada, hospitales, escuelas u otros establecimientos del
sector social. La finalidad de esta medida es inculcar en el adolescente
o adulto joven el respeto por los bienes y servicios públicos, así como el
valor que estos representan en la satisfacción de las necesidades
comunes.
Los servicios a prestar deben asignarse conforme a los fines de las
medidas previstos por esta Ley y a las aptitudes del adolescente o adulto
joven. No pueden exceder en ningún caso de doce horas semanales que
pueden ser cumplidas en sábado, domingo, días feriados, o en días
hábiles, pero en todo caso, deben ser compatibles con la actividad
educativa o laboral que el adolescente o adulto joven realice.
La naturaleza del servicio prestado por el adolescente o adulto joven
deberá estar vinculada, cuando sea posible, con la especie del bien
jurídico lesionado por la conducta realizada.
La duración de esta medida debe tener relación directa con los daños
causados, así como la existencia de voluntad de ocasionarlos, pero en
ningún caso podrá ser inferior a tres meses ni exceder en ningún caso
de tres años.

285. Esta medida forma parte de las medidas de orientación y protección que
prevé el código como resultado de una responsabilidad penal tras el juicio
correspondiente. Cabe resaltar que, si bien en el aludido cuarto concepto de
invalidez se incluyó este precepto como parte de una serie de artículos
impugnados, la Comisión Nacional expuso argumentos específicos en su
contra. A su juicio, el artículo 85 es inconstitucional pues: a) no es una medida
que encuadre dentro de las medidas de orientación, protección y tratamiento
que autoriza el texto constitucional en el sistema de justicia penal para
adolescentes y b) el contenido del precepto reclamado no toma en cuenta la
edad laboral constitucionalmente permitida para los menores de edad, que
es de quince años, en contravención a lo previsto en los artículos 5º, en
relación con el 123, apartado A, fracción III, de la Constitución General.

141
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

286. Este Tribunal Pleno considera ambos planteamientos como infundados, lo


que nos lleva a reconocer la validez del precepto reclamado en atención a
las consideraciones que siguen.

287. En principio, debe insertarse en este apartado del fallo todo lo expuesto en
la presente ejecutoria sobre el régimen aplicable a los menores de edad
como sujetos de responsabilidad penal. Asimismo, debe señalarse que el
corpus juris de la niñez da primacía a toda medida en el sistema de justicia
penal para adolescentes alternativa a la privación de la libertad.

288. Como ha expresado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, “el


contenido del derecho a la libertad personal de los niños no puede
deslindarse del interés superior del niño, razón por la cual requiere de la
adopción de medidas especiales para su protección, en atención a su
condición de vulnerabilidad. Las medidas sustitutivas o alternativas a la
privación de libertad son justamente una manera de salvaguardar los
derechos de los niños en los casos en que hayan infringido las leyes
penales”94.

289. Lo que quiere decir que con el objetivo de cumplir con el principio de
excepcionalidad (que implica restringir la libertad de los niños como medida
de último recurso), los Estados tienen la obligación de establecer alternativas
a la privación de la libertad como sanción para los adolescentes declarados
culpables de infringir las leyes penales. Dicha obligación está claramente
prevista en el artículo 40.4 de la Convención sobre los Derechos del Niño,
que dice:

[...] Se dispondrá de diversas medidas, tales como el cuidado, las


órdenes de orientación y supervisión, el asesoramiento, la libertad
vigilada, la colocación en hogares de guarda, los programas de
enseñanza y formación profesional, así como otras posibilidades
alternativas a la internación en instituciones, para asegurar que los niños
sean tratados de manera apropiada para su bienestar y que guarde
proporción tanto con sus circunstancias como con la infracción.

94Corte IDH. Caso Instituto de Reeducación del Menor Vs. Paraguay. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C No. 112, párr. 225.

142
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

290. Al respecto, el Comité de los Derechos del Niño ha manifestado que:

[...] Los Estados Partes deben disponer de un conjunto de alternativas


eficaces para dar cumplimiento a la obligación que les incumbe en virtud
del apartado b) del artículo 37 de la Convención de utilizar la privación
de libertad tan sólo como medida de último recurso95.

291. En ese tenor, el uso de medidas alternativas a la privación de libertad en el


caso de menores infractores no sólo garantiza adecuadamente su derecho a
la libertad personal, sino que además sirve para proteger los derechos de los
niños a la vida, a la integridad personal, al desarrollo, a la vida familiar, entre
otros. Como parte del corpus juris de la niñez sobre esta temática, se
encuentra las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas No
Privativas de la Libertad (Reglas de Tokio), adoptadas por la Asamblea
General en su resolución 45/110 de catorce de diciembre de mil novecientos
noventa.

292. Por su parte, atendiendo a la prestación de servicios a favor de la comunidad


como una medida alternativa a la restricción de la libertad de una
adolescente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha señalado
que96:

324. En cuanto a las órdenes de servicio comunitario como


alternativa a la privación de libertad de niños que han infringido las
leyes penales, la Comisión considera que éstas pueden constituir una
forma adecuada de sanción como alternativa a la privación de
libertad siempre y cuando se respeten ciertos requisitos.
325. En primer lugar, independientemente de que estos programas estén
diseñados para la población en general o se ofrezcan específicamente
para niños condenados a sentencias no privativas de libertad, y sin
importar si dichos programas están a cargo de organismos
gubernamentales o de organizaciones de la sociedad civil, los programas
debe ser estrictamente supervisados para prevenir cualquier forma de
explotación del niño. En segundo lugar, la CIDH enfatiza que cualquier
participación en programas de servicio comunitario deben tener límites
de manera que no afecten la escolaridad del niño, su salud o su
integridad física o psicológica. De otra parte, la CIDH observa que en
ocasiones los programas educativos o terapéuticos requieren la
participación de la familia. Por ello, en tercer lugar, debe quedar
establecido que las acciones u omisiones de terceras personas no deben
afectar la determinación sobre el cumplimiento o no del niño con este
tipo de medidas alternativas. Es decir, la participación en terapias
familiares debe ser voluntaria por parte de los padres, y su no

95 Comité de los Derechos del Niño, Observación General No. 10, op. cit., párr. 80.
96 Justicia Juvenil y Derechos Humanos en las Américas, op cit, páginas 89 a 91.

143
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

participación no debe afectar la evaluación del cumplimiento del niño con


la orden no privativa de libertad.
326. Ahora bien, siempre y cuando las órdenes de participar en
programas de servicio comunitario sean debidamente supervisadas, no
afecten los derechos del niño y no exijan la participación de terceras
personas, la Comisión estima que constituyen una alternativa viable y
positiva con respecto a la privación de libertad, más aún cuando las
órdenes de asistir a programas educativos, vocacionales o terapéuticos
específicos tienen por objeto estimular cambios de conducta positivos en
los niños infractores. Asimismo, la Comisión considera que estos
programas pueden ser un mecanismo eficaz para reducir la
estigmatización de los niños que hayan sido encontrados responsables
de infringir las leyes penales, facilitando su reintegración en la
comunidad.
327. Por ello, la Comisión mira positivamente que las órdenes de servicio
comunitario estén contempladas en gran parte de las legislaciones de la
región, particularmente en los países de América Latina. Por ejemplo,
según la información recibida, en Chile estos programas están previstos
en el artículo 11 de la Ley de Responsabilidad Penal del Adolescente
que dispone que “la sanción de prestación de servicios en beneficio de
la comunidad consiste en la realización de actividades no remuneradas
a favor de la colectividad o en beneficio de personas en situación de
precariedad”. También en Guatemala la Ley de Protección Integral de la
Niñez y la Adolescencia prevé la prestación de servicios a la comunidad
como sanción, servicios que consisten en la realización de tareas
gratuitas de interés general en entidades de asistencia, públicas o
privadas, como hospitales, escuelas, parques nacionales y otros
establecimientos similares. Así también, en Perú, el Código de los Niños
y los Adolescentes prevé la prestación de servicios a la comunidad, que
implica la realización de tareas acordes a la aptitud del adolescente sin
perjudicar su salud, escolaridad ni trabajo, bajo la supervisión del
personal técnico de la Gerencia de Operaciones de Centros Juveniles
del Poder Judicial y en coordinación con los Gobiernos Locales. Similar
regulación tiene la prestación de servicios en República Dominicana, en
donde el Código para el Sistema de Protección y los Derechos
Fundamentales de niños, niñas y adolescentes expresamente menciona
que estas medidas no deben atentar contra su salud o integridad física
y psicológica.
328. Si bien la CIDH ha manifestado serias inquietudes que generan
ciertas alternativas a la privación de libertad, reitera que este tipo de
medidas son parte esencial de un sistema de justicia juvenil acorde con
los principios y obligaciones establecidas en el derecho internacional de
los derechos humanos. La Comisión recomienda a los Estados
incorporar en sus legislaciones la obligación de aplicar, como primera
opción, una amplia gama de medidas sustitutivas a la privación de
libertad. La Comisión insta a los Estados a dar cumplimiento efectivo a
las normas que contemplen la posibilidad de establecer medidas
alternativas a la sanción privativa de libertad. La Comisión recuerda
además que la adopción de leyes que incorporen medidas alternativas a
la privación de la libertad debe ir acompañada de una adecuada
asignación de recursos para los programas en los que puedan participar
los niños como alternativa a las sentencias privativas de la libertad.
Asimismo, en todos los casos la aplicación de las medidas alternativas,
especialmente las de naturaleza restaurativa, deben siempre adoptarse
en observancia de las garantías del debido proceso.
329. La Comisión alienta también a los Estados a incluir a miembros de
la comunidad en el diseño, el apoyo y la vigilancia de las sentencias no

144
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

privativas de la libertad, ya que esto puede aumentar las posibilidades


de que se cumplan las condiciones, lo que a su vez podría animar a los
tribunales a imponer con más frecuencia este tipo de medidas
sustitutivas de la privación de la libertad. La participación de los
miembros de la comunidad en la formulación de las sentencias no
privativas de la libertad y en su vigilancia, así como la introducción de
procesos de justicia restitutiva, puede facilitar además la reconciliación
entre víctimas, infractores y miembros de la comunidad, además de
promover la reintegración del niño a la comunidad.
330. Asimismo, la Comisión recomienda a los Estados garantizar que los
programas que permitan implementar las sentencias no privativas de la
libertad se encuentren disponibles en las comunidades en las que viven
niños sentenciados, y no estén limitados solamente a las ciudades
principales. Sobre este aspecto, la Comisión valora algunas experiencias
positivas como la de Costa Rica, donde se ha informado que existe un
altísimo porcentaje de utilización de medidas alternativas a la privación
de la libertad, y como la de Brasil, donde se ha previsto como directriz
de las políticas de infancia su municipalización y la puesta en práctica de
un modelo de gestión y operación en forma conjunta entre las
organizaciones no gubernamentales y las autoridades públicas.
331. Finalmente, aunque la implementación de medidas alternativas a la
prisión constituye una obligación de los Estados a la luz del derecho
internacional, la Comisión estima pertinente mencionar además que ha
recibido informes según los cuales las medidas sustitutivas a la privación
de libertad son menos costosas que las de privación de libertad, son más
eficaces para lograr el objetivo último de un sistema de justicia juvenil,
esto es, la integración de los niños a la sociedad como miembros
constructivos, y contribuyen a aumentar la seguridad pública al reducir
los índices de reincidencia.

293. A su vez, es notable que la prestación de servicios a favor de la comunidad


es una de las medidas alternativas que las Naciones Unidas considera como
viable en un sistema de justicia penal para adolescentes (tal como se
desprende de la Regla 8.2, inciso i), de las citadas Reglas de Tokio), si se
cumplen las propias condicionantes que se exigen en dicho ordenamiento:
como que la medida esté reconocida en ley, sin discriminación alguna por
motivos de raza, color, edad, sexo, idioma, religión u otras condiciones, su
aplicabilidad se deberá basar en criterios establecidos con respecto al tipo y
gravedad del delito, la personalidad y los antecedentes del delincuente, los
objetivos de la condena y los derechos de las víctimas y tendrá que ser
aplicada por autoridad judicial.

294. Así las cosas, aplicando lo recién expuesto a la norma que nos ocupa y
contrario al primer argumento de invalidez de la Comisión Nacional de
Derechos Humanos, se estima que la prestación de servicios a favor de la
comunidad sí tiene respaldo constitucional, ya que su viabilidad se

145
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

predica como parte de una medida de orientación en el sistema de justicia


para adolescentes. Es decir, el artículo 18 de la Constitución General señala
que en el sistema de justicia para adolescentes se “podrán aplicar las
medidas de orientación, protección y tratamiento que amerite cada caso,
atendiendo a la protección integral y el interés superior del adolescente”, por
lo que esta Corte considera que la prestación de servicios a favor de la
comunidad justo se concibe como una modalidad de esas medidas de
orientación, pues al final de cuentas se busca la reinserción social y familiar
del adolescente o adulto joven a través de la ejecución de ciertas actividades
de naturaleza gratuita que lleven al adolescente a reflexionar sobre la
conducta cometida y su responsabilidad hacia la sociedad en general y a su
comunidad en particular.

295. Sobre este aspecto, los conceptos de medidas de orientación, protección y


tratamiento fueron incorporados al texto del citado artículo 18 constitucional
por reforma de doce de diciembre de dos mil cinco. El Poder Reformador
aunque no explicó de manera exhaustiva su contenido, sí señaló que su
lógica obedece en todo momento a un criterio educativo y de reinserción97
(negritas añadidas):

III. Valoración de la Minuta.


A partir de 1985, declarado "Año internacional de la Juventud" por la
Organización de las Naciones Unidas, se adoptan diversos instrumentos
para establecer a la justicia de menores como una parte integrante del
proceso de desarrollo nacional de cada país, y se declara que deberá
administrarse en el marco general de justicia social, de manera que
contribuya a la protección integral de niñas, niños y adolescentes y al
mantenimiento del orden pacífico de toda sociedad.
Para tal efecto, se expiden las "Reglas de Beijing para la Administración
de Justicia de Menores"; las "Directrices de las Naciones Unidas para la
Prevención de la Delincuencia Juvenil"(RIAD); las "Reglas para la
Protección de Menores Privados de Libertad"; y especialmente, la
"Convención sobre los Derechos del Niño" adoptada en Nueva York en
1989 y ratificada por nuestro país el 21 de septiembre de 1990.
Los anteriores documentos, entre otros, fueron la culminación de un
movimiento mundial a favor de la niñez, para sustituir el modelo de la
"Situación Irregular" que concebía a los menores de edad como objetos
de "tutela-protección-represión" y no como sujetos de derechos. Se
adopta a partir de la Convención el modelo conocido como de la
"Protección Integral" o "Garantista".

97 Texto del dictamen de las Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados


(colegisladora) de veintiocho de junio de dos mil cinco. Fue hasta esta etapa del procedimiento de
reforma constitucional en donde se incluyeron los conceptos de medidas de orientación, protección
y tratamiento.

146
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

A partir de este modelo de Protección Integral y con la consideración del


Interés Superior de la Infancia como principio rector, entendido este
como garantía frente al poder coactivo del Estado, se concibe un
"sistema de responsabilidad juvenil o de adolescentes" basados en los
conceptos del derecho de mínima intervención o sistema garantista de
derecho de justicia juvenil.
La Convención define que son sujetos de la aplicación de este sistema
las personas menores de dieciocho años de edad, en concordancia con
el artículo primero de la misma, sin embargo, es el sentido común, la
psicología evolutiva del ser humano y la práctica legislativa en cada
región del mundo, lo que nos da la pauta para fraccionar este rango de
edades en franjas distintas. La Ley para la Protección de los Derechos
de Niñas, Niños y Adolescentes define claramente que son niñas y niños
las personas menores de doce años y se consideran adolescentes a las
personas mayores de doce y menores de dieciocho años.
Esto implica garantizar jurídicamente que en el supuesto de niñas y niños
por debajo de esa edad, por grave que sea la conducta tipificada en las
leyes como delito, que por ellos sea cometida, el Estado ha renunciado
absolutamente a imponerles cualquier sanción de privación de libertad.
La principal garantía, en relación con los adolescentes, es que cuando
éstos cometan una conducta que esté descrita en los códigos penales
como delito, éstos sean juzgados por tribunales específicos, con
procedimientos específicos y que la responsabilidad, por tanto la
sanción, del adolescente por el acto cometido, se exprese en
consecuencias jurídicas distintas de las que se aplican en el
sistema de adultos.
En este mismo sentido, debe considerarse el derecho de las y los
adolescentes de que la sanción que les sea aplicada, esté dotada de
contenido educativo, sin perder de vista que las medidas de
orientación, protección y tratamiento deberán estar claramente
determinadas en la calidad y en la cantidad y que es improcedente
y contrario a derecho el que se habilite una sanción que exceda el
criterio de proporcionalidad por el acto cometido.
Fundamentalmente, el procedimiento debe seguir las pautas del modelo
acusatorio, por oposición a los procedimientos del modelo inquisitivo
vigentes en los sistemas tutelares.
Particularmente, para el caso de nuestro sistema jurídico, hay
obligaciones que nos impone el derecho internacional en esta materia,
las cuales, conforme al artículo 133 de nuestra Carta Magna, son Ley
Suprema de la Nación.
El avance de las ideas y las prácticas penales llevó a excluir
progresivamente a los menores del imperio de la ley penal. Para ello se
fijó determinada edad, periódicamente elevada: 15, 16, y 18 años.
Exentas las personas menores de 18 años de edad de la ley penal, fue
necesario elaborar un Derecho especial para los "jóvenes infractores".
En éste figuraron tres capítulos básicos: comportamientos que
determinan la aplicación de ese Derecho especial, al que quiso dar
naturaleza tutelar; órganos y procedimientos que intervienen para la
"corrección de menores infractores"; y medidas aplicables a estos
sujetos, diferentes, en calidad y cantidad, de las previstas para los
adultos delincuentes.
Esas medidas se dividieron en dos grandes rubros, no sin cierta
discrecionalidad: por un lado, internamiento en centros de rehabilitación
y por otro, tratamiento en libertad, con entrega a la familia propia del
sujeto o a una familia sustituta.
Con la reforma de 1964, al artículo 18 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, se establece el siguiente texto: "La

147
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Federación y los gobiernos de los estados establecerán instituciones


especiales para el tratamiento de menores infractores". Surge, de esta
forma, en el derecho constitucional mexicano, el concepto de "menor
infractor", deslindado del adulto delincuente. La materia obedecería a la
estructura general del orden jurídico mexicano sobre conductas
antisociales.
La noción de "tratamiento" cobra auge en el ámbito penal y en sus
colindantes: se trata de actuar sobre el sujeto para contrarrestar los
factores causales del delito. En la época de mayor desarrollo de ese
criterio en México, fue expedida la ley que creó los Consejos Tutelares
para Menores Infractores, de 1973. Últimamente se ha mencionado de
nuevo en nuestro Derecho una orientación punitiva, a través de normas
penales especiales para menores infractores. Esta es la orientación del
ordenamiento dictado en 1992 para el Distrito Federal con repercusiones
en los estados, que en vez de los Consejos Tutelares y el procedimiento
tutelar estableció órganos y procedimientos similares a los vigentes en
el sistema penal común.
El párrafo cuarto del artículo 18 constitucional previene que la
Federación y los Estados establecerán instituciones especiales para el
tratamiento de "menores infractores". Esta disposición regula el régimen
de ejecución de sentencias, lo que presupone que el estatuto de las
garantías procesales en materia penal se instituye, fundamentalmente,
en el artículo 20 de la propia Constitución. No obstante, ninguna
disposición de ésta previene garantías de naturaleza jurisdiccional a
favor de los "menores infractores" cuyo tratamiento constituye,
actualmente, una función tutelar de la autoridad administrativa.
La vigencia en nuestro territorio de tratados internacionales orientados a
conceder a niñas, niños y adolescentes la calidad de sujetos de derecho
y titulares de garantías, determina la exigencia de establecer un sistema
de procuración y de impartición de justicia penal para adolescentes,
fijando órganos, procedimientos y sanciones acordes con las
características especiales de los sujetos a quienes resulte aplicable.
La instauración de tal sistema encuentra su fundamento en los artículos
1°, 4° y 17 de la Constitución. En este sentido, en el alcance del artículo
1° quedan comprendidas las personas menores de dieciocho años de
edad como sujetos de garantías; el artículo 4° establece con toda nitidez
la obligación del Estado para proveer lo necesario a fin de garantizar el
ejercicio pleno de los derechos de la niñez; en tanto que el artículo 17
confiere a las personas menores de dieciocho años de edad el derecho
a la jurisdicción. A mayor abundamiento habrá que citar la Ley para la
Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes,
reglamentaria del artículo 4° constitucional, la cual, en su Título IV, les
confiere el derecho al debido proceso de las y los adolescentes, en caso
de infracción a la ley penal.
Se trata, en consecuencia, de postular la incorporación a la Constitución
de un sistema nacional de justicia penal para adolescentes, que
conforme a los características especiales de éstos, proteja sus intereses
en un juicio formal y en la ejecución de las sanciones aplicables mediante
resoluciones judiciales.

296. En ese sentido, este Tribunal Pleno entiende que la prestación de los
servicios a favor de la comunidad, impuesta por una autoridad judicial como
resultado de la responsabilidad penal tras un juicio, puede ser incorporada a
una legislación como una medida de orientación de las que habla el texto

148
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

constitucional, alternativa a la privación de la libertad. Su objetivo final es


propiciar en el adolescente infractor una reflexión sobre su conducta y su
responsabilidad con los miembros de su entorno familiar y social por medio
de la ejecución de actividades gratuitas que traigan consecuencias
favorables en dicho entorno.

297. Ahora bien, por otro lado, también se considera infundado el aludido
segundo argumento de la comisión accionante al no generarse una
transgresión a los artículos 5º y 123 de la Constitución General: al no existir
una limitación constitucional al respecto, todos los adolescentes, incluyendo
los menores de quince años, pueden ser sujetos de una medida de
prestación de servicios a favor de la comunidad98, al ser precisamente una
medida de orientación del sistema de justicia penal para adolescentes que
abona a su reinserción.

298. A mayor abundamiento, el artículo 5º constitucional99 es la disposición de


más alta jerarquía que reconoce la libertad de trabajo de todos las personas

98 Debe resaltarse es que este caso no guarda relación con lo resuelto en la acción de
inconstitucionalidad 155/2007, fallada por este Tribunal Pleno el siete de febrero de dos mil siete.
En ese precedente se analizaron normas legales que preveían el trabajo forzado u obligatorio
impuesto por una autoridad administrativa, mientras que el presente caso es una medida impuesta
por una autoridad judicial como resultado de una responsabilidad penal. Lo anterior es así, ya que
el Convenio 29 de la OIT, interpretado en dicho fallo, alude de manera expresa en su artículo 2 que
no se considera como trabajo forzoso u obligatorio “(c) cualquier trabajo o servicio que se exija a un
individuo en virtud de una condena pronunciada por sentencia judicial, a condición de que este
trabajo o servicio se realice bajo la vigilancia y control de las autoridades públicas y que dicho
individuo no sea cedido o puesto a disposición de particulares, compañías o personas jurídicas de
carácter privado”.
99 Constitución Federal
“Art. 5o.- A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o
trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por
determinación judicial, cuando se ataquen los derechos de tercero, o por resolución gubernativa,
dictada en los términos que marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad. Nadie
puede ser privado del producto de su trabajo, sino por resolución judicial.
La ley determinará en cada entidad federativa, cuáles son las profesiones que necesitan título para
su ejercicio, las condiciones que deban llenarse para obtenerlo y las autoridades que han de
expedirlo.
Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin su pleno
consentimiento, salvo el trabajo impuesto como pena por la autoridad judicial, el cual se ajustará a
lo dispuesto en las fracciones I y II del artículo 123.
En cuanto a los servicios públicos, sólo podrán ser obligatorios, en los términos que establezcan las
leyes respectivas, el de las armas y los jurados, así como el desempeño de los cargos concejiles y
los de elección popular, directa o indirecta. Las funciones electorales y censales tendrán carácter
obligatorio y gratuito, pero serán retribuidas aquéllas que se realicen profesionalmente en los
términos de esta Constitución y las leyes correspondientes. Los servicios profesionales de índole
social serán obligatorios y retribuidos en los términos de la ley y con las excepciones que ésta señale.
El Estado no puede permitir que se lleve a efecto ningún contrato, pacto o convenio que tenga por
objeto el menoscabo, la pérdida o el irrevocable sacrificio de la libertad de la persona por cualquier
causa.
Tampoco puede admitirse convenio en que la persona pacte su proscripción o destierro, o en que
renuncie temporal o permanentemente a ejercer determinada profesión, industria o comercio.

149
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

que residen en el territorio mexicano. Aunque no contempla especificaciones


para el sistema de justicia penal para adolescentes (ya que opera
transversalmente al regular el goce de un derecho humano de carácter
universal), prevé en su tercer párrafo una regla general consistente en que
nadie podrá ser obligado a prestar un trabajo personal sin retribución y
consentimiento, salvo que sea una medida impuesta por autoridad judicial, la
cual deberá ajustarse a lo previsto en las fracciones I y II del artículo 123
constitucional100. Por su parte, el artículo 123, apartado A, constitucional
contempla las distintas condiciones a las que debe sujetarse toda relación o
contrato de trabajo; especificándose en las fracciones I y II la jornada máxima
de trabajo y las condiciones del trabajo nocturno o de labores insalubres o
peligrosas y, en la fracción III, la prohibición de trabajo de los menores de
quince años, aclarando que los mayores de esta edad y menores de dieciséis
tendrán como jornada máxima de trabajo la de seis horas.

299. En torno a estos contenidos, lo que la comisión accionante argumenta es el


necesario entendimiento sistemático del artículo 5º constitucional, no sólo
con las fracciones I y II del apartado A del artículo 123, sino también con la
fracción III, a fin de que aunque no se explicite de esa manera en el texto
constitucional, dado que la prestación de servicios a favor de la comunidad
es una actividad que genera trabajo, no es posible sujetar a la misma a una

El contrato de trabajo sólo obligará a prestar el servicio convenido por el tiempo que fije la ley, sin
poder exceder de un año en perjuicio del trabajador, y no podrá extenderse, en ningún caso, a la
renuncia, pérdida o menoscabo de cualquiera de los derechos políticos o civiles.
La falta de cumplimiento de dicho contrato, por lo que respecta al trabajador, sólo obligará a éste a
la correspondiente responsabilidad civil, sin que en ningún caso pueda hacerse coacción sobre su
persona”.
100 Texto vigente:
“Art. 123.- Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán
la creación de empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley.
(REFORMADO, D.O.F. 18 DE JUNIO DE 2008)
El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes deberá expedir leyes sobre el trabajo,
las cuales regirán:
(ADICIONADO PRIMER PÁRRAFO, D.O.F. 5 DE DICIEMBRE DE 1960)
A.- Entre los obreros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y de una manera general, todo
contrato de trabajo:
I.- La duración de la jornada máxima será de ocho horas.
(REFORMADA, D.O.F. 31 DE DICIEMBRE DE 1974)
II.- La jornada máxima de trabajo nocturno será de 7 horas. Quedan prohibidas: las labores
insalubres o peligrosas, el trabajo nocturno industrial y todo otro trabajo después de las diez de la
noche, de los menores de dieciséis años.
(REFORMADA, D.O.F. 17 DE JUNIO DE 2014)
III.- Queda prohibida la utilización del trabajo de los menores de quince años. Los mayores de esta
edad y menores de dieciséis tendrán como jornada máxima la de seis horas.
IV.- Por cada seis días de trabajo deberá disfrutar el operario de un día de descanso, cuando menos.
[…]”.

150
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

persona menor de quince años cuando ni siquiera la Constitución le permite


tener una relación o contrato laboral. Como se adelantó, no se comparte
esta postura. A nuestro juicio, el Poder Constituyente jamás ha pretendido
interrelacionar el artículo 5º constitucional con el contenido histórico y/o
actual de la citada fracción III del apartado A del artículo 123 constitucional
para efectos del sistema de justicia para adolescentes. Nos explicamos.

300. El citado tercer párrafo del artículo 5º constitucional guarda el mismo texto
desde su promulgación en mil novecientos diecisiete; a saber, desde su texto
primigenio se ha mandatado que las medidas de trabajo personal impuestas
por autoridad judicial sólo deberán ajustarse a lo previsto en las fracciones I
y II del artículo 123 constitucional. En ese momento, las fracciones I y II101
disponían las jornadas máximas de trabajo y ciertas condiciones y
prohibiciones en cuanto a las condiciones de trabajo nocturno o insalubre o
peligrosas: en la fracción I se establecía que ocho horas era la duración
máxima de la jornada laboral y, en la fracción II, se señalaba que la jornada
máxima de trabajo nocturno sería de siete horas y que quedaban prohibidas
las labores insalubres o peligrosas para las mujeres en general y para los
adolescentes menores de dieciséis años, el trabajo nocturno industrial para
ambos casos y el trabajo después de las diez de la noche en
establecimientos comerciales. Era en la fracción III donde se detallaba la
edad mínima de los menores de edad para ser objeto de trabajo.

301. Con el paso de los años, a pesar de que el texto del tercer párrafo del artículo
5º se ha mantenido intocado, el artículo 123 ha sufrido una gran variedad de
normas, dividiéndose en apartados (uno relativo a las relaciones o contratos
de trabajo y otro a las condiciones de trabajo entre los Poderes de la Unión

101 Texto de 1917:


“Art. 123.- El Congreso de la Unión y las Legislaturas de los Estados deberán expedir leyes sobre el
trabajo, fundadas en las necesidades de cada región, sin contravenir a las bases siguientes, las
cuales regirán el trabajo de los obreros, jornaleros, empleados, domésticos y artesanos, y de una
manera general todo contrato de trabajo:
I.- La duración de la jornada máxima será de ocho horas.
II.- La jornada máxima de trabajo nocturno será de siete horas. Quedan prohibidas las labores
insalubres o peligrosas para las mujeres en general y para los jóvenes menores de diez y seis años.
Queda también prohibido a unas y otros el trabajo nocturno industrial; y en los establecimientos
comerciales no podrán trabajar después de las diez de la noche.
III.- Los jóvenes mayores de doce años y menores de diez y seis, tendrán como jornada máxima la
de seis horas. El trabajo de los niños menores de doce años no podrá ser objeto de contrato.
IV.- Por cada seis días de trabajo deberá disfrutar el operario de un día de descanso, cuando menos.
[…]”.

151
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

y sus trabajadores) y cada uno en diversas fracciones e incisos. Sin embargo,


lo curioso de esta situación es que, a pesar de dichas reformas, los conceptos
regulados en cada una de las referidas fracciones se han mantenido (con sus
variantes de alcances normativos); es decir, en la fracción I siempre se ha
regulado lo relativo a la jornada máxima de trabajo, en la fracción II lo relativo
a ciertas condiciones de trabajo nocturno, insalubre o peligros y, en la
fracción III, lo relativo a la edad mínima para tener una relación o contrato de
trabajo.

302. Ante este escenario histórico y normativo, a diferencia de la pretensión de la


comisión accionante, es nuestra postura que no es ni ha sido intención del
Poder Constituyente sujetar la prestación de trabajos personales (como
medida impuesta como sanción por autoridad judicial) a lo previsto en la
fracción III del apartado A del artículo 123 constitucional, mucho menos si se
trata de medidas de orientación destinadas a los adolescentes. En este punto
no hay una delimitación de contenidos por parte del texto constitucional.

303. Por tanto, la regulación que se impone en el artículo 85 reclamado, que


permite su aplicación a los menores de quince años, lejos de generar una
transgresión a la Constitución, es más bien una medida de orientación que
puede ser aplicada a todos los menores de edad que son sujetos del sistema
de justicia penal para adolescentes y que busca satisfacer el contenido de
los principios de interés superior del menor, reinserción social y familiar y
mínima intervención previstos constitucional y convencionalmente.

304. Así, atendiendo a las referidas pautas establecidas en las Reglas de Tokio y
por la Comisión Interamericana para valorar la razonabilidad de este tipo de
medidas alternativas a la privación de la libertad, la medida impugnada
resulta constitucional porque: no existe restricción constitucional para ser
aplicada únicamente a adolescentes con al menos quince años; tiene
fundamento en ley y es aplicada por autoridad judicial mediante sentencia
tras un juicio a cualquier adolescente o adulto joven; se sujeta a los
multicitados principios de interés superior y mínima intervención y
proporcionalidad en la aplicación de la medida (que operan transversalmente
en toda la legislación); el propio precepto señala los lugares donde deberá

152
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

llevarse a cabo (dando prioridad a las entidades y programas del lugar de


origen del menor o donde resida habitualmente según el artículo 86), así
como el plazo de no más de doce horas a la semana en que se prestará el
servicio (es un máximo, por lo que el juzgador tiene margen de acción para
adecuar la medida a la responsabilidad atribuida y a las circunstancias del
caso) y el rango de tiempo en que se puede aplicar dicha medida (de tres
meses a tres años), aclarándose expresamente que la imposición de esta
medida debe ser compatible con las actividades educativas o laborales (con
lo que se busca respetar y proteger los derechos a la educación y desarrollo
profesional) de los menores de edad.

305. Adicionalmente, es una medida que puede ser utilizada para el juzgador para
las conductas delictivas de mayor envergadura en el sistema de justicia penal
para adolescentes (definidas en el segundo párrafo del artículo 113 del
código), optando por esta ésta en lugar de las de internamiento, por lo que la
propia norma reclamada da margen de aplicación al juzgador en atención al
principio de proporcionalidad. Además, en términos de los artículos 86 y 87
del código, la imposición de esta medida conlleva la elaboración del ya
referido Programa Individualizado de Ejecución, que aunado a los requisitos
generales y a que se elabora en conjunción con los menores y sus familias,
indicará el tipo de servicio que se debe prestar, el lugar donde debe
realizarse, el horario, el número de horas, días, semanas, meses o años en
que será prestado y los datos del Oficial de Vigilancia de la Unidad
Especializada, quien será el funcionario público encargado de vigilar el
cumplimiento de la medida102. Sin pasar por alto que esta medida y su
imposición, como cualquier otra de la ley, están sujetas a revisión judicial y a
parámetros de adecuación y cumplimiento anticipado.

306. En consecuencia, esta Suprema Corte estima que los respectivos


argumentos de invalidez de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
resultan infundados y, por ende, se reconoce la validez del artículo 85 del
Código de Justicia Especializada para Adolescentes en el Estado de

102Es criterio de la Comisión Interamericana que la vigilancia y supervisión de la medida debe ser
ejercida por el Estado. Al respecto, si bien el tercer párrafo del artículo 86 permite al Oficial de
Vigilancia que se auxilie de algún miembro de la institución u organización en donde se presta el
servicio para la supervisión del menor, también aclara expresamente que por ello no debe
entenderse delegada la función de inspección.

153
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Michoacán de Ocampo, al implementar una medida de orientación que es


acorde a las reglas y principios previstos constitucional y convencionalmente
para el sistema de justicia penal para adolescentes.

XIV. EL AISLAMIENTO COMO MEDIDA DISCIPLINARIA

307. En su segundo concepto de invalidez, la Comisión Nacional de Derechos


Humanos sostiene que las fracciones XIX y XX del artículo 11 del Código de
Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán resultan
contrarias a los artículos 1° y 18 constitucionales, 5° de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, 3° de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, 10.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y 37 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Las fracciones
cuestionadas son del tenor siguiente:

Artículo 11. Los adolescentes y adultos jóvenes sujetos a las medidas


previstas en esta Ley, tienen derecho a: […]
XIX. No ser aislados salvo en aquellos casos en que sea estrictamente
necesario para evitar o resolver actos de violencia grave, generalizada o
amotinamiento en los que el adolescente o adulto joven esté
directamente involucrado. En ningún caso el aislamiento implicará
incomunicación.
XX. El adolescente o adulto joven aislado tiene derecho a que la Unidad
Especializada resuelva a la brevedad sobre la duración de esta medida
disciplinaria, quien dentro del término de veinticuatro horas, deberá
informar al Juez de Audiencia para Adolescentes su determinación; […]

308. La comisión argumenta que la medida disciplinaria de aislamiento provoca


una afectación directa a la dignidad humana, al derecho de integridad
personal, física y mental, a los principios de reintegración social y familiar, a
la protección integral de las personas, al interés superior de los adolescentes,
así como a la prohibición de los tratos crueles e inhumanos.

309. Haciendo alusión a lo resuelto por la Corte Interamericana de Derechos


Humanos, a lo sostenido por diversos órganos de la Organización de
Naciones Unidas y a lo previsto en normas internacionales aplicables como
las Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de los Menores
Privados de Libertad (en sus párrafos 66 y 67), la Comisión Nacional sostiene
que una medida destinada a apartar a una persona de otras, privándola de
acceso a contacto humano, se consuma de modo irreparable y se clasifica

154
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

por la comunidad internacional como un trato cruel, inhumano o degradante.


En ese tenor, por sus condiciones de aplicación, duración y/o efectos, el
aislamiento debe declararse inválido porque pone a los adolescentes en una
situación de vulnerabilidad que se opone a la protección integral e interés
superior del adolescente como persona en desarrollo, sin que tal medida
pueda justificarse por las necesidades de seguridad ni por cualquier otro
motivo.

310. Este Tribunal Pleno considera que estos razonamientos deben calificarse
como fundados. A nuestro juicio, la medida disciplinaria de aislamiento
regulada en la ley local no supera un análisis estricto de constitucionalidad103,
contraviniendo los derechos a la dignidad humana, integridad física y mental,
salud, interés superior del menor y, en específico, a lo previsto en el artículo
18 constitucional.

311. Para explicar esta conclusión, el presente apartado se subdividirá en dos


secciones: en la primera, tomando como punto de partida todo lo que se ha
expuesto sobre el sistema de justicia penal para adolescentes, se hará una
descripción del contenido de los derechos humanos que la comisión

103El escrutinio constitucional puede ser de carácter ordinario o estricto. El primero se da cuando no
se incide directamente en el núcleo esencial de los derechos humanos y exista un amplio margen
de acción y apreciación para la autoridad desde el punto de vista normativo; el segundo es aplicable
cuando la medida legislativa utiliza un criterio de distinción referido al origen étnico o nacional, el
género, la edad, la discapacidad, la religión, el estado civil, entre otras (categorías sospechosas del
quinto párrafo del artículo 1º constitucional) o cuando se articula en torno a elementos que atenten
contra la dignidad humana o tengan por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las
personas. Cfr., la explicación que se hace de los diferentes niveles de escrutinio en la: acción de
Inconstitucionalidad 8/2014, resuelta por el Tribunal Pleno el once de agosto de dos mil quince;
amparo en revisión 581/2012, resuelto por la Primera Sala en sesión de cinco de diciembre de dos
mil doce por unanimidad de cuatro votos bajo la Ponencia del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea;
amparo en revisión 202/2013, resuelto por la Primera Sala en sesión de veintiséis de junio de dos
mil trece por mayoría de cuatro votos bajo la Ponencia del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena;
amparo en revisión 152/2013, resuelto por la Primera Sala en sesión de veintitrés de abril de dos mil
catorce por mayoría de cuatro votos bajo la Ponencia del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena;
amparo en revisión 704/2014, resuelto por la Primera Sala en sesión de dieciocho de marzo de dos
mil quince por mayoría de cuatro votos bajo la Ponencia del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Asimismo, véanse los siguientes criterios reflejados en las: (i) tesis aislada 1a. CII/2010, publicada
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXXII, septiembre de
2010, página 185, de rubro: “PRINCIPIO DE IGUALDAD. INTERPRETACIÓN DE LA
CONSTITUCIÓN A EFECTOS DE DETERMINAR LA INTENSIDAD DEL ESCRUTINIO”; (ii) tesis
aislada 1a. CIV/2010, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, tomo XXXII, septiembre de 2010, página 183, de rubro: “PRINCIPIO DE IGUALDAD.
INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL PARA DETERMINAR SI EN UN CASO PROCEDE
APLICAR ESCRUTINIO INTENSO POR ESTAR INVOLUCRADAS CATEGORÍAS
SOSPECHOSAS”; y (iii) tesis aislada 1a. CIII/2010, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXXII, septiembre de 2010, página 184, de rubro:
“PRINCIPIO DE IGUALDAD. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL PARA DETERMINAR SI EN
UN CASO PROCEDE APLICAR ESCRUTINIO INTENSO POR ESTAR INVOLUCRADOS
DERECHOS FUNDAMENTALES”.

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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

accionante estima que se pueden ver vulnerados y, en la segunda, se


analizará la regularidad del artículo reclamado con base en tales
consideraciones.

Parámetro de regularidad

312. Como se ha venido insistiendo a lo largo del fallo, los niños, niñas y
adolescentes gozan de una protección especial en el ordenamiento jurídico.
Sin repetir todo lo que se ha dicho hasta este momento, debe recordarse que
parte de los derechos que este sistema de justicia penal para adolescentes
pretende satisfacer son los derechos a la dignidad humana, a la integridad
personal, a la libertad personal o al derecho al nivel más alto de salud, entre
otros. Para el presente apartado son de gran relevancia, pues son los que
podrían verse incididos por la medida de aislamiento impuesta en la ley.

313. Por un lado, se tiene que la dignidad humana se proyecta en nuestro


ordenamiento como un bien jurídico circunstancial al ser humano, merecedor
de la más amplia protección jurídica, reconocido actualmente en los artículos
1º, último párrafo; 2º, apartado A, fracción II; 3º, fracción II, inciso c), y 25 de
la Constitución Federal.

314. Este Tribunal Pleno, al fallarse el amparo directo 6/2008 el seis de enero de
dos mil nueve, sostuvo que la dignidad humana funge como un principio
jurídico que permea en todo el ordenamiento, pero también como un derecho
fundamental que debe ser respetado en todos los casos, cuya importancia
resalta al ser el fundamento y condición para el disfrute de los demás
derechos y el desarrollo integral de la personalidad.

315. La dignidad humana no es entonces una simple declaración ética, sino que
se trata de una norma jurídica que consagra un derecho fundamental a favor
de la persona y por el cual se establece el mandato constitucional a todas las
autoridades, e incluso a particulares, de respetar y proteger la dignidad de
todo individuo (incluyendo a los adolescentes que se vean inmersos en el
sistema de justicia penal), entendida ésta -en su núcleo más esencial- como
el interés inherente a toda persona, por el mero hecho de serlo, a ser tratada

156
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

como tal y no como un objeto, a no ser humillada, degradada, envilecida o


cosificada104.

316. Por su parte, la integridad personal implica un respecto a la entidad física,


psíquica y moral de las personas. Este derecho se encuentra salvaguardado
expresa o implícitamente en los artículos 14, segundo párrafo y 16, primer
párrafo, de la Constitución General y 5 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos105. Asimismo, es de tal importancia que se protege, inter
alia, al establecerse la prohibición de la tortura, los tratos crueles, inhumanos
y degradantes y la imposibilidad de suspenderlo durante los estados de
emergencia, tal como se dispone en los artículos 22 constitucional 106; 7 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos107; 5.1. de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos108, entre otros.

317. En ese tenor, cuando el Estado se encuentra en presencia de niños privados


de libertad, tiene, además de las obligaciones señaladas para toda persona,
una obligación adicional establecida en los referidos artículos 19 de la
Convención Americana y VII de la Declaración Americana. En tal virtud, el
Estado debe asumir su posición especial de garante con mayor cuidado y
responsabilidad y debe tomar medidas especiales orientadas en el principio
del interés superior del niño.

104 Consideraciones que se encuentran reflejadas en la tesis 1a. CCCLIV/2014 (10a.), emitida por la
Primera Sala, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro
11, Octubre de 2014, Tomo I, página 602, de rubro: “DIGNIDAD HUMANA. CONSTITUYE UNA
NORMA JURÍDICA QUE CONSAGRA UN DERECHO FUNDAMENTAL A FAVOR DE LAS
PERSONAS Y NO UNA SIMPLE DECLARACIÓN ÉTICA”.
105 “Artículo 5. Derecho a la Integridad Personal
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral.
2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda
persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.
3. La pena no puede trascender de la persona del delincuente.
4. Los procesados deben estar separados de los condenados, salvo en circunstancias
excepcionales, y serán sometidos a un tratamiento adecuado a su condición de personas no
condenadas.
5. Cuando los menores puedan ser procesados, deben ser separados de los adultos y llevados ante
tribunales especializados, con la mayor celeridad posible, para su tratamiento.
6. Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación
social de los condenados”.
106 “Artículo 22.- Quedan prohibidas las penas de mutilación y de infamia, la marca, los azotes, los
palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera
otras penas inusitadas y trascendentales”.
107 “Artículo 7.
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.
108 “Artículo 5.
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.

157
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

318. Por ello, si bien la prohibición de la tortura y el castigo o trato cruel, inhumano
o degradante pertenece hoy día al dominio de jus cogens internacional, los
Estados deben considerar la calidad de niños al momento de calificar como
cruel, inhumano o degradante una pena o trato aplicados a un niño detenido.

319. La Comisión Interamericana ha afirmado al respecto que: “[...] en el caso de


niños debe tenerse en cuenta un estándar más riguroso sobre el grado de
sufrimiento que llega a implicar tortura, tomando en cuenta, por ejemplo,
factores como la edad y el sexo, el efecto de la tensión y el miedo que se
haya experimentado, el estado de salud de la víctima, y su madurez”109.
Además, ha dicho que “el respeto de los derechos a la vida y la integridad de
los niños requiere la prohibición y prevención de todas las formas de violencia
en el marco de la justicia juvenil. Esto incluye todas las etapas del proceso,
desde el primer contacto con las autoridades policiales hasta la ejecución de
las sanciones”110..

320. En la misma tónica, la Corte Interamericana ha considerado que: “[...] el


hecho de que las presuntas víctimas fueran niños obliga a la aplicación de un
estándar más alto para la calificación de acciones que atenten contra su
integridad personal”111. De igual manera, ha señalado que: “[...] los Estados
Partes en la Convención Americana tienen el deber, bajo los artículos 19
(Derechos del Niño) y 17 (Protección a la Familia), en combinación con el
artículo 1.1 de la misma, de tomar todas las medidas positivas que aseguren
protección a los niños contra malos tratos, sea en sus relaciones con las
autoridades públicas, sea en las relaciones interindividuales o con entes no
estatales”112.

321. Por otro lado, el derecho a la integridad personal se encuentra


interrelacionado con el derecho al nivel más alto posible de salud (en todas
sus modalidades, incluyendo la física y mental), mismo que se encuentra

109 Cfr. Convención sobre los Derechos del Niño, artículo 37 literal b), y Caso de los Hermanos
Gómez Paquiyauri Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de julio de 2004. Serie
C No. 110, párr. 112.
110 Comisión Interamericana, Justicia Juvenil y derechos humanos en las Américas, op. cit, párrafo
460.
111 Corte IDH. Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 8 de julio de 2004. Serie C No. 110, párr. 170.
112 Corte IDH. Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño. Opinión Consultiva OC‐17/02 de
28 de agosto de 2002. Serie A No. 17, párr. 87 y punto resolutivo Nº 9.

158
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

reconocido en el artículo 4° de la Constitución General (que dice que “toda


persona tiene derecho a la protección de la salud”) y en un gran número de
disposiciones convencionales, entre las que destacan los artículos 25.1 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, 12 del Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y 10 del Protocolo Adicional
a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como en diversas
disposiciones de la Ley General de Salud y demás normatividad secundaria
aplicable.

322. Este derecho no debe entenderse únicamente como un derecho a estar sano.
Tal como lo subrayó el Comité de los Derechos Sociales y Culturales de las
Naciones Unidas113, “el derecho a la salud entraña libertades y derechos.
Entre las libertades figura el derecho a controlar su salud y su cuerpo, con
inclusión de la libertad sexual y genésica, y el derecho a no padecer
injerencias, como el derecho a no ser sometido a torturas ni a tratamientos y
experimentos médicos no consensuales. En cambio, entre los derechos
figura el relativo a un sistema de protección de la salud que brinde a las
personas oportunidades iguales para disfrutar del más alto nivel posible de
salud […]114” .

323. Por lo que se afirma que “el concepto del ‘más alto nivel posible de salud’, a
que se hace referencia en el párrafo 1 del artículo 12, tiene en cuenta tanto
las condiciones biológicas y socioeconómicas esenciales de la persona como
los recursos con que cuenta el Estado. […] como un derecho inclusivo que
no sólo abarca la atención de salud oportuna y apropiada sino también los
principales factores determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia
potable y a condiciones sanitarias adecuadas, el suministro adecuado de
alimentos sanos, una nutrición adecuada, una vivienda adecuada,
condiciones sanas en el trabajo y el medio ambiente, y acceso a la educación
e información sobre cuestiones relacionadas con la salud, incluida la salud

113 Esta Suprema Corte ya ha tenido en cuenta al momento de identificar el alcance del derecho a la
salud a la referida Observación General 14 (al ser una resolución de un órgano facultado para
interpretar el tratado internacional que forma parte del derecho internacional). Ello, en el amparo en
revisión 315/2010, fallado por el Tribunal Pleno el veintiocho de marzo de dos mil once.
114 Observación General número 14, Consejo Económico Social, ONU, E/C.12/2000/4, CESCR, 11
de agosto de 2000, párrafo 8.

159
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

sexual y reproductiva. Otro aspecto importante es la participación de la


población en todo el proceso de adopción de decisiones sobre las cuestiones
relacionadas con la salud en los planos comunitario, nacional e
internacional”115.

324. Lo que tiene como consecuencia que los Estados tienen la “obligación de
respetar el derecho a la salud, en particular absteniéndose de denegar o
limitar el acceso igual de todas las personas, incluidos, los presos o
detenidos, los representantes de las minorías, los solicitantes de asilo o los
inmigrantes ilegales, a los servicios de salud preventivos, curativos y
paliativos; abstenerse de imponer prácticas discriminatorias como política de
Estado; y abstenerse de imponer prácticas discriminatorias en relación con el
estado de salud y las necesidades de la mujer”116. Situación que es
particularmente relevante cuando lo que se intenta proteger es el estado de
salud de los adolescentes que se encuentran sujetos al sistema de justicia
penal; particularmente, cuando son objeto de medidas privativas de libertad.

Aplicación al caso concreto

325. Ahora bien, dicho todo lo anterior y tomando en cuenta la transcripción


efectuada en párrafos precedentes, se advierte que las fracciones
reclamadas (XIX y XX del artículo 11) forman parte de los derechos que
reconoce explícitamente la legislación local para los adolescentes y adultos
jóvenes en el sistema penal.

326. La fracción XIX prevé como regla general que los adolescentes117 y adultos
jóvenes118 no podrán ser sometidos a la medida disciplinaria de aislamiento119

115 Ibídem, párrafos 9 y 11.


116 Ibídem, párrafo 34.
117 Según el artículo 8, fracción I, del propio código de justicia especializada, los adolescentes son
las personas cuya edad está entre los doce años cumplidos y menos de dieciocho años.
118 Según el artículo 8, fracción II, del propio código de justicia especializada, los adultos jóvenes son
aquellas personas cuya edad está entre los dieciocho años cumplidos y menos de veinticinco, que
son sujetos al sistema de justicia para adolescentes por haber cometido una conducta prevista como
delito cuando eran adolescentes.
119 Las medidas disciplinarias se imponen por las autoridades del centro de internamiento en términos
de la fracción VIII del artículo 26 del código michoacano de justicia especializada para adolescentes.
El texto de este numeral es el que sigue:
“Artículo 26. Son atribuciones de las autoridades de los Centros de Internamiento las siguientes:
[…]
VIII. Utilizar la fuerza física o instrumentos de coerción exclusivamente cuando se hayan agotado
todos los medios no coercitivos para la imposición de la seguridad y disciplina, y en todos los casos

160
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

(independientemente de que se encuentren sujetos al internamiento como


medida cautelar o como sanción, ya que la norma no hace distinciones), salvo
en aquellos casos en que sea estrictamente necesario para evitar o resolver
actos de violencia grave, generalizada o amotinamiento en los que se vean
directamente involucrados. Se clarifica expresamente que dicho aislamiento
no implicará incomunicación. Por su parte, la fracción XX estable el
consecuente derecho a estos adolescentes y adultos jóvenes para que la
Unidad Especializada resuelva a la brevedad sobre la duración de esa
medida disciplinaria, quien deberá informar su resolución en un plazo no
mayor de veinticuatro horas al Juez de Audiencia para Adolescentes.

327. En sus informes, los Poderes Ejecutivo y Legislativo defienden esta


disposición y solicitan se declare inoperante el argumento de constitucional.
Desde su punto de vista, esta medida disciplinaria, lejos de dañar al
adolescente o adulto joven, tiene como objetivo la reincorporación social del
sujeto y la seguridad del propio interno y del resto de la población en
internamiento. Destacan que la medida se toma en atención a la peligrosidad
del interno, es excepcional y en ningún caso implica incomunicación, por lo
que el adolescente o adulto joven jamás recibirá medidas disciplinarias
colectivas ni castigos corporales o de cualquier otro tipo que pueda poner en
peligro su vida o que impliquen la prohibición de visitas.

328. Esta Suprema Corte llega a la convicción que las razones expuestas por
las autoridades no son suficientes para justificar la validez de las
normas reclamadas. Aunque se estima que varios de estos argumentos
evidencian la trascendencia que pueden tener las medidas disciplinarias para
la protección de la integridad y salud de los adolescentes y adultos jóvenes
sujetos a una medida privativa de la libertad, a nuestro juicio, se insiste, los
citados preceptos no superan un análisis estricto de idoneidad y razonabilidad
constitucional.

329. Es cierto que la medida regulada se encuentra parcialmente matizada y que


funciona como una decisión de última ratio. El propio precepto dice que el

informar a la Unidad Especializada sobre la aplicación de estas medidas disciplinarias, en lo posible,


antes de recurrir a ellas; […]”.

161
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

aislamiento no implicará incomunicación y que sólo se tomará como una


medida para atender casos de violencia grave, generalizada o
amotinamiento. Además, las fracciones cuestionadas responden a una
interpretación sistemática de la ley en el sentido de que debe protegerse
primigeniamente el interés superior del adolescente y debe cumplirse el
principio de mínima intervención, proporcionalidad y excepcionalidad en el
uso de la fuerza en términos de las fracciones I, VI, XI, XIV del artículo 4 y
VIII y IX del artículo 26 del código impugnado 120.

330. No obstante, según el citado corpus iuris de la niñez, las medidas de


aislamiento a las que se sujetan a los adolescentes son objeto de una
sospecha de inconstitucionalidad y deben ser estudiadas con gran
rigurosidad por los efectos adversos que tienen en la integridad y/o salud
física y mental de este grupo de personas. Se consuman de manera
irreparable y pueden incidir gravemente en el adecuado desarrollo de los
infantes.

120 “Artículo 4. Son principios rectores del Sistema, en forma enunciativa, más no limitativa, los
siguientes:
I. Interés superior del adolescente: Se funda en la dignidad misma del ser humano, en las
características propias de los adolescentes, y en la necesidad de propiciar el desarrollo de éstos,
con pleno aprovechamiento de sus potencialidades así como en la naturaleza y alcances previstos
en los instrumentos internacionales, garantizando que toda medida que el Estado tome frente a ellos,
cuando realizan conductas tipificadas como delito en las leyes, deba interpretarse y aplicarse
siempre en el sentido de maximizar los derechos de los adolescentes y de restringir los efectos
negativos de su sujeción a un Sistema que en esencia tiene un carácter sancionatorio; […]
VI. Mínima intervención: Consiste en la adopción de medidas para tratar a los adolescentes o adultos
jóvenes sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendido de que se respetarán plenamente
sus derechos humanos y garantías legales. En los casos en que sea inevitable que se sujeten a un
procedimiento judicial y se proceda a imponer las medidas que se prevén en esta Ley, se procurará
que los adolescentes o adultos jóvenes sean expuestos lo menos posible y sólo de ser necesario, a
ambientes hostiles, cuando deban comparecer frente a autoridades o deban estar en los lugares de
detención; […]
XI. Protección integral de los derechos del adolescente y adulto joven: Señala que en todo momento
las autoridades del Sistema deberán respetar y garantizar la protección de los derechos del
adolescente y adulto joven sujetos al mismo; […]
XIV. Proporcionalidad: Establece que al momento de determinarse las medidas que habrán de
imponerse a los adolescentes o adultos jóvenes, deberán aplicarse aquéllas que sean acordes con
la integración social y familiar de los mismos, lo que se logrará a través del establecimiento de
medidas de distinta naturaleza cuya imposición y ejecución debe ser por el tiempo más breve que
proceda para alcanzar el fin pretendido; y, […]”.
“Artículo 26. Son atribuciones de las autoridades de los Centros de Internamiento las siguientes:
[…]
VIII. Utilizar la fuerza física o instrumentos de coerción exclusivamente cuando se hayan agotado
todos los medios no coercitivos para la imposición de la seguridad y disciplina, y en todos los casos
informar a la Unidad Especializada sobre la aplicación de estas medidas disciplinarias, en lo posible,
antes de recurrir a ellas;
IX. Al aplicar la fuerza física como medida excepcional, las autoridades deberán tomar en cuenta el
interés superior del adolescente y utilizarán el medio idóneo, proporcional y menos lesivo para éste
y sólo por el tiempo estrictamente necesario para mantener o restablecer el orden o la seguridad
perdidos; […]”.

162
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

331. En principio, es criterio reiterado de la comunidad internacional que la medida


disciplinaria de aislamiento que se pueda aplicar a niños, niñas y
adolescentes se considera, prima facie, como un trato cruel, inhumano y/o
degradante. En su Observación General No. 8, el Comité de los Derechos del
Niño definió el “castigo corporal como todo castigo en el que se utilice la
fuerza física y que tenga por objeto causar cierto grado de dolor o malestar,
aunque sea leve” (párr. 11). Posteriormente, en la Observación General No.
10 se señalo que: “[t]oda medida disciplinaria debe ser compatible con el
respeto de la dignidad inherente del menor y con el objetivo fundamental del
tratamiento institucional; deben prohibirse terminantemente las medidas
disciplinarias que infrinjan el artículo 37 de la Convención, en particular los
castigos corporales, la reclusión en celda oscura y las penas de aislamiento
o de celda solitaria, así como cualquier otra sanción que pueda poner en
peligro la salud física o mental o el bienestar del menor” (párr. 89).

332. Es por ello que la Comisión Interamericana ha señalado lo siguiente sobre las
medidas disciplinarias, incluyendo al aislamiento, en un documento sobre los
principios y buenas prácticas para la protección de las personas privadas de
la libertad (negritas añadidas):

Principio XXII
Régimen disciplinario
1. Sanciones disciplinarias
Las sanciones disciplinarias que se adopten en los lugares de privación
de libertad, así como los procedimientos disciplinarios, deberán estar
sujetas a control judicial y estar previamente establecidas en las
leyes, y no podrán contravenir las normas del derecho internacional de
los derechos humanos.
2. Debido proceso legal
La determinación de las sanciones o medidas disciplinarias y el control
de su ejecución estarán a cargo de autoridades competentes, quienes
actuarán en toda circunstancia conforme a los principios del debido
proceso legal, respetando los derechos humanos y las garantías básicas
de las personas privadas de libertad, reconocidas por el derecho
internacional de los derechos humanos.
3. Medidas de aislamiento
Se prohibirá, por disposición de la ley, las medidas o sanciones de
aislamiento en celdas de castigo.
Estarán estrictamente prohibidas las medidas de aislamiento de las
mujeres embarazadas; de las madres que conviven con sus hijos al
interior de los establecimientos de privación de libertad; y de los niños
y niñas privados de libertad.
El aislamiento sólo se permitirá como una medida estrictamente
limitada en el tiempo y como un último recurso, cuando se demuestre
que sea necesaria para salvaguardar intereses legítimos relativos a la

163
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

seguridad interna de los establecimientos, y para proteger derechos


fundamentales, como la vida e integridad de las mismas personas
privadas de libertad o del personal de dichas instituciones.
En todo caso, las órdenes de aislamiento serán autorizadas por
autoridad competente y estarán sujetas al control judicial, ya que
su prolongación y aplicación inadecuada e innecesaria constituiría
actos de tortura, o tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes.
En caso de aislamiento involuntario de personas con discapacidad
mental se garantizará, además, que la medida sea autorizada por un
médico competente; practicada de acuerdo con procedimientos
oficialmente establecidos; consignada en el registro médico individual
del paciente; y notificada inmediatamente a sus familiares o
representantes legales. Las personas con discapacidad mental
sometidas a dicha medida estarán bajo cuidado y supervisión
permanente de personal médico calificado.

333. En una tónica similar, en las reglas 67 y 68 de las Reglas de La Habana se


dispone que:

Estarán estrictamente prohibidas todas las medidas disciplinarias que


constituyan un trato cruel, inhumano o degradante, incluidos los castigos
corporales, la reclusión en celda oscura y las penas de aislamiento o de
celda solitaria, así como cualquier otra sanción que pueda poner en
peligro la salud física o mental del menor. Estarán prohibidas, cualquiera
que sea su finalidad, la reducción de alimentos y la restricción o
denegación de contacto con sus familiares. El trabajo será considerado
siempre un instrumento de educación y un medio de promover el respeto
del menor por sí mismo, como preparación para su reinserción en la
comunidad, y nunca deberá imponerse a título de sanción disciplinaria.
No deberá sancionarse a ningún menor más de una vez por la misma
infracción disciplinaria. Deberán prohibirse las sanciones colectivas. Las
leyes o reglamentos aprobados por la autoridad administrativa
competente deberán establecer normas relativas a los siguientes puntos,
teniendo plenamente en cuenta las características, necesidades y
derechos fundamentales del menor: a) la conducta que constituye una
infracción a la disciplina b) el carácter y duración de las sanciones
disciplinarias que se pueden aplicar; c) la autoridad competente para
imponer esas sanciones; d) la autoridad competente en grado de
apelación.

334. Teniendo en cuento todo lo anterior, esta Suprema Corte estima que la mera
idea de una medida disciplinaria consistente en aislamiento choca con
las premisas en las que se sostiene el sistema de justicia penal juvenil,
sin una razón constitucional que las justifique. El aislamiento, con o sin
incomunicación total, como su propio nombre lo dice, es una acción que
llevan a cabo las autoridades encargadas del centro de internamiento
respecto al adolescente o adulto joven que necesariamente implica separarlo
de otras personas. Es un acto pues de repliegue por un tiempo determinado

164
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

de otros seres humanos, que se encuentra condicionado, según la propia


norma, a que no se le deje incomunicado (sin que la norma especifique con
quién entonces podrá tener contacto, a saber, custodios, defensor o, quizá,
con familiares).

335. El primer problema que se presenta es que la propia acción de separar a un


adolescente de los demás puede tener consecuencias graves en su
integridad y/o salud física y/o emocional y su adecuado desarrollo como
infante que se pueden consumar de manera irreparable y que dañan su
dignidad humana. No hay que olvidar que el objetivo mismo del sistema penal
para adolescentes es la reintegración del menor a la sociedad en un ambiente
en el que se promueva su bienestar y se le garanticen los derechos que le
corresponden intrínsecamente como un menor de edad. Además, al ser una
persona en desarrollo, se recalca, esta medida disciplinaria puede tener
consecuencias graves en la integridad y salud física y/o psíquica y emocional
del menor, aun cuando se lleve a cabo con cierto grado de comunicación.

336. Ahora, tal parece que en sus informes, las autoridades pretenden dar a
entender que los preceptos reclamados son precisamente acordes a los
descritos lineamientos constitucionales, convencionales y del derecho
internacional porque atienden a una excepcionalidad en su actualización y las
razones que justifican su aplicación son para proteger la propia seguridad e
integridad física, psíquica y emocional de los adolescentes privados de la
libertad.

337. El inconveniente con estos argumentos es que sólo se sitúan en la primera


grada del análisis estricto de proporcionalidad121: la existencia de un fin
constitucionalmente imperioso. En ese sentido, aun cuando se pudiera
aceptar que la norma obedece a una finalidad constitucional, como es la

121 En un análisis de proporcionalidad, el primer paso es la identificación del fin constitucional y,


posteriormente, debe analizarse si la medida legislativa de restricción de derechos es un medio
adecuado para alcanzar los fines perseguidos (idoneidad), lo cual presupone la existencia de una
relación empírica entre la intervención del derecho y el fin que persigue dicha afectación;
adicionalmente, debe valorarse si tal medida legislativa es necesaria en una sociedad democrática
o si existen medidas alternativas igualmente idóneas que afecten en menor grado el ejercicio de los
derechos y si se cumple con un estándar de proporcionalidad en sentido estricto, que es lo mismo a
realizar un balance entre los beneficios que cabe esperar de la respectiva restricción a la luz de los
fines perseguidos con los costos que necesariamente producirán desde la perspectiva de los
derechos fundamentales afectados.

165
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

propia protección de los adolescentes o adultos jóvenes que participaron


activa o pasivamente en actos excepcionales de violencia grave o
amotinamiento, no por ese sólo hecho debe considerarse que la medida
restrictiva es idónea, necesaria y proporcional al fin buscado y, por ende, que
no se actualiza una transgresión a los derechos a la dignidad humana,
integridad personal y salud.

338. Aunque lo que se regula es una acción de última ratio ante casos específicos,
la norma no señala ni siquiera la duración máxima del aislamiento
(elemento esencial de la medida). Tampoco describe bajo qué condiciones
fácticas deberá llevarse a cabo dicha medida disciplinaria. Es decir, en
la norma nada se dice sobre cómo debe ejecutarse el aislamiento. La
prohibición de incomunicación no aporta elemento adicional a la forma de
ejecución material del aislamiento, sino, se insiste, sólo a que deberá tener
contacto con otras personas para determinados fines. Una persona puede
seguir teniendo cierto tipo o grado de contacto con otras y aun así ser
sometido a especies o modalidades de aislamiento que cuenten como tratos
crueles como celdas oscuras o solitarias.

339. Además, cuando la norma alude a la prohibición de incomunicación, no se


especifica el tipo o grado; es decir, no se delimita con cuáles personas podrá
tener contacto el adolescente o adulto joven que fue sujeto a una medida
disciplinaria de aislamiento ni bajo qué circunstancias o modalidades: ¿sólo
tendrá contacto con custodios u otras autoridades del centro? ¿esto conlleva
a una imposibilidad temporal (aunque fuera por poco tiempo) para ser visitado
por su defensor? ¿seguirá vigente el derecho a la visita íntima o a la visita de
sus padres o tutores a la que tienen derecho como adolescentes privados de
su libertad y que se encuentran permitidos en las fracciones VII y XXI del
artículo 11 del propio código de justicia especializado? Esta ley guarda
completo silencio a su vez sobre estos aspectos y no puede señalarse
que la referencia en la ley a los principios de interés superior del menor o
protección integral sean suficientes para saldar la ausencia de delimitación
normativa del precepto reclamado.

166
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

340. No hay que olvidar que en materia penal rige el principio de estricta aplicación
de la ley, por lo que esta Suprema Corte se ve imposibilitada para integrar o
clarificar el supuesto normativo de ejecución del aislamiento ni la prohibición
de incomunicación (a través de una interpretación conforme) a fin de valorar
que dicha característica involucra a su vez ciertas condiciones materiales de
ejecución de la acción de aislar a un adolescente diferentes a las de su
comunicación o no con otras personas.

341. Por lo tanto, este Tribunal Pleno advierte que la norma es de una
generalidad tal que permite que los elementos mínimos de regulación
de la medida disciplinaria de aislamiento vayan a ser descritos en un
reglamento, lo cual transgrede de manera directa el principio de reserva de
ley que exige que las medidas que afecten a los derechos humanos (en
particular, los derechos de los adolescentes) se encuentren suficientemente
delimitadas en una ley formal y material. Esta conclusión se comprueba con
lo dispuesto en el artículo 149 del código reclamado 122, que prevé en su
fracción IV que serán reguladas en un reglamento las conductas que
constituyen faltas y las medidas disciplinarias a las que den lugar, en donde
se deberá especificar con claridad la intensidad y la duración de las mismas,
así como los procedimientos para imponerlas. A nuestro juicio, todo ese
contenido debería gozar de rango legal.

342. Aunado a lo expuesto, causa preocupación que, aun cuando se trata de un


sistema acusatorio oral, esta medida disciplinaria de aislamiento no tiene

122 “Artículo 149. El régimen interior de los centros de internamiento estará regulado por un
reglamento que deberá contemplar:
I. El respeto a los derechos, garantías de las personas internadas;
II. Los deberes de los internos;
III. Las atribuciones de los servidores públicos adscritos a los centros;
IV. Las conductas que constituyan faltas y las medidas disciplinarias a las que den lugar, señalando
con claridad la intensidad y la duración de las mismas, así como los procedimientos para imponerlas;
V. Los procedimientos de autorización, vigilancia y revisión para visitantes, así como para la revisión
de dormitorios y pertenencias;
VI. Los lineamientos para la visita familiar;
VII. Las disposiciones para que los adolescentes o adultos jóvenes, puedan recibir visita íntima;
VIII. Los lineamientos y requisitos para el otorgamiento de los servicios educativos, de capacitación
laboral y respectiva remuneración, deportivos y de salud;
IX. Los horarios y lineamientos generales para el otorgamiento del servicio de alimentación que en
ningún caso será negado ni limitado;
X. La prohibición de internamiento de adolescentes en los centros de internamiento para adultos
jóvenes; y,
XI. La prohibición de internamiento de adultos jóvenes en los centros de internamiento para
adolescentes”.

167
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

revisión directa de índole jurisdiccional. La fracción XX del artículo 11 123


reclamada únicamente dispone que el adolescente o adulto joven afectado
por la medida de aislamiento tiene derecho a que la Unidad Especializada
resuelva a la brevedad sobre la duración de la misma, informando de tal
resolución dentro del término de veinticuatro horas al Juez de Audiencia para
Adolescentes.

343. La Unidad Especializada es una autoridad de carácter administrativo que


depende de la Secretaría de Seguridad Pública124. El artículo 25, fracción XII,
del código125 señala que esta entidad administrativa tendrá la facultad de
conocer y resolver los medios de impugnación que interpongan los
adolescentes o adultos jóvenes (por propio derecho o por su representante
legal, padres o tutores) contra las medidas disciplinarias de conformidad con
el reglamento respectivo.

344. Consecuentemente, se entiende que los adolescentes y adultos jóvenes


sujetos al aislamiento pueden inconformarse por la aplicación de esta medida
conforme a lo previsto en un reglamento y que dicho reclamo será resuelto
por la Unidad Especializada, quien deberá notificar su resolución al juez
respectivo126. En ese sentido, se concluye que no existe regulación legal que

123 “Artículo 11. Los adolescentes y adultos jóvenes sujetos a las medidas previstas en esta Ley,
tienen derecho a: […]
XX. El adolescente o adulto joven aislado tiene derecho a que la Unidad Especializada resuelva a la
brevedad sobre la duración de esta medida disciplinaria, quien dentro del término de veinticuatro
horas, deberá informar al Juez de Audiencia para Adolescentes su determinación;”.
124 “Artículo 8. Para efectos de esta Ley, se entiende por: […]
XIII. Unidad Especializada: Unidad Especializada para Adolescentes y Adultos Jóvenes de la
Secretaría de Seguridad Pública; […]”.
125 “Artículo 25. Son atribuciones de la Unidad Especializada las siguientes: […]
XI. Sustanciar la queja administrativa en los términos previstos en la presente Ley y el reglamento
respectivo y, en su caso, dar vista al área de control y supervisión para los efectos conducentes;
XII. Conocer y resolver los medios de impugnación que interponga el adolescente o adulto joven, su
representante legal, padres o tutor, contra las medidas disciplinarias impuestas por el centro de
internamiento de conformidad con el reglamento respectivo; […]”.
126 Este derecho al medio de impugnación en contra de la medida disciplinaria se respalda con lo
previsto en la fracción VI del artículo 11 del código local, en la que se mandata que al momento de
estar sujeto a alguna de las medidas de internamiento, los adolescentes o adultos jóvenes tienen el
derecho a que le sea informado el régimen interno del centro de internamiento y las medidas
disciplinarias aplicables, así como el procedimiento para su aplicación e impugnación. El texto de
esta fracción es el que sigue:
“Artículo 11. Los adolescentes y adultos jóvenes sujetos a las medidas previstas en esta Ley, tienen
derecho a:
VI. Ser informados desde el inicio de la ejecución de la medida de internamiento por lo menos sobre:
el contenido del Programa Individualizado de Ejecución de la medida que se les haya determinado;
las disposiciones de las normas y reglamentos que regulen sus derechos, prerrogativas, beneficios
y obligaciones; el régimen interno del centro de internamiento en el que se encuentren y las medidas
disciplinarias en éste, así como el procedimiento para su aplicación e impugnación; […]”.

168
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

imponga como requisito la revisión judicial directa de la medida de


aislamiento.

345. Cabe destacar que en los artículos 177 a 179 del código se prevé la existencia
de una queja administrativa que puede ser presentada por la persona sujeta
a una medida de internamiento contra el personal de los centros de
internamiento o contra los representantes de las dependencias, instituciones
u organizaciones públicas, privadas o sociales que estén aplicando o
colaboren en la aplicación de la medida de internamiento por la transgresión
o inminente vulneración de sus derechos. Medio de impugnación que deberá
ser resuelto por la Unidad Especializada, cuya ulterior resolución podrá ser
objeto de un recurso de reclamación de competencia del Juez de Audiencia
Especializado para Adolescentes.

346. Sin embargo, en ninguno de estos preceptos se alude que esta queja
administrativa es el medio de impugnación para objetar las medidas
disciplinarias como el aislamiento y que, posteriormente, esa decisión será
objeto de análisis por un juez. Como se señaló anteriormente, de un
entendimiento sistemático de los artículos 11, fracciones VI y XX, 25, fracción
XX, y 149, fracción IV, del código local se advierte que el derecho a impugnar
las medidas disciplinarias (así como las medidas propiamente dichas) se
regulará en un reglamento y será competencia de la Unidad Especializada, lo
cual distingue este medio de defensa de la queja administrativa. Cuestión que
se hace más evidente en lo mandatado en el citado artículo 25 del código,
que en su fracción XI reglamenta lo referente a la queja administrativa y en la
siguiente fracción XII alude al medio de impugnación en contra de las
medidas disciplinarias.

347. En suma, la regulación de la medida de aislamiento reclamada no es una


medida disciplinaria idónea para el régimen penal de justicia para adolecentes
y, en su caso, tal como está regulada en el código impugnado puede provocar
una afectación grave a las premisas que rigen el sistema de justicia juvenil

169
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

del artículo 18 constitucional y a los principios de dignidad humana, interés


superior del menor y a los derechos a la integridad y/o salud física y mental 127.

348. Por su parte, es importante resaltar que el propio código especializado prevé
en su artículo 148, fracción X, inciso h) 128, que la Unidad Especializada para
Adolescentes y Adultos Jóvenes tendrá la atribución de verificar que las
medidas de aislamiento se lleven a cabo en áreas adecuadas, a fin de
prevenir la aplicación de tratos crueles, inhumanos o degradantes en atención
al reglamento de los centros de internamiento. Sin embargo, esa facultad de
verificación por parte de una autoridad administrativa no conlleva
necesariamente a aceptar la regularidad constitucional del aislamiento, por sí
mismo, ello por el mero hecho de que se diga que una autoridad deberá
revisar que esa medida disciplinaria se ejecute en áreas que salvaguarden la
dignidad e integridad y salud física de los adolescentes y adultos jóvenes. La
verificación de una autoridad administrativa de las condiciones fácticas en
que se llevarán a cabo las medidas de aislamiento, nada nos dice sobre la
regularidad constitucional de esa medida.

349. En ese sentido, al margen de las facultades de verificación, lo que está sujeto
a discusión en esta acción es si la facultad, propiamente dicha, consistente
en que las autoridades del centro de internamiento puedan imponer un
aislamiento como medida disciplinara satisface o no los principios y derechos
constitucionales que le corresponden a los adolescentes como personas en
desarrollo.

127 Con el análisis que se hace de la regulación del código local sobre la medida de aislamiento no
tenemos como objetivo justificar la regularidad constitucional de la medida de aislamiento en
abstracto. Como se adelantó, partimos de la premisa de que el aislamiento es una práctica que choca
abiertamente con los principios que rigen el sistema de justicia penal para adolescentes. Lo que
pretendemos es evidenciar cómo lo regulado en el Código Local (a diferencia de lo expuesto por el
Poder Legislativo demandado) ni siquiera se acerca a lo que, en algún escenario, podría ser
considerado como una conducta que, más que una medida estricta de aislamiento de las prohibidas
constitucional y convencionalmente, resulta en una acción momentánea, excepcional y de ultima
ratio tomada por las respectivas autoridades para proteger la vida e integridad de los adolescentes
privados de la libertad, misma que está sujeta a todos los controles y principios previstos para este
sistema de justicia de adolescentes (tal como lo ha afirmado la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos en el citado documento).
128 “Artículo 148. La Unidad Especializada deberá verificar que los centros de internamiento tengan
la capacidad para internar personas en condiciones adecuadas y que sus espacios respondan a la
finalidad de evitar la exclusión social, de modo que su estructura y equipamiento deba cumplir, por
lo menos, con las siguientes disposiciones: […]
X. Contar con áreas adecuadas para:
h. La contención disciplinaria de las personas sujetas a la medida de internamiento permanente en
los términos de los reglamentos de los centros de internamiento, en condiciones que prevengan la
aplicación de tratos crueles, inhumanos o degradantes o cualquier otra situación que vulnere la
dignidad y seguridad física y mental de las personas internadas. […]”.

170
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

350. Como se expuso en párrafos precedentes, aunado a su incompatibilidad con


las premisas que rigen al sistema penal de justicia para adolescentes, existe
en la ley una ausencia importante de regulación de la respectiva medida de
aislamiento que, independientemente de las facultades de verificación de la
Unidad Especializada de las áreas pertinentes del centro de internamiento,
puede llegar a incidir de manera grave en los derechos que rigen la esfera
jurídica de los menores de edad.

351. Por lo tanto, se declara la inconstitucionalidad de las fracciones XIX y XX


del artículo 11 del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del
Estado de Michoacán.

XV. DEFINICIÓN LEGAL DEL CONCEPTO DE VÍCTIMA

352. En el primer concepto de invalidez, la Comisión Nacional de Derechos


Humanos solicitó la inconstitucionalidad de la fracción XIV del artículo 8 del
Código de Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de
Michoacán, cuyo texto es del tenor siguiente:

Artículo 8. Para efectos de esta Ley, se entiende por:


[…]
XIV. Víctima: Persona en quien recae directamente la conducta
tipificada como delito por las leyes; y

353. A decir de la promovente, este precepto transgrede los artículos 1º y 20,


apartado C, fracciones I a VII, de la Constitución General al establecer una
definición vaga e imprecisa del concepto de “víctima” que carece de los
elementos conceptuales que se prevén al respecto en el artículo 4º de la Ley
General de Víctimas. Así, desde su punto de vista, no se regula
adecuadamente lo que es una “victima directa” ni tampoco se regulan los
supuestos de “víctimas indirectas o potenciales” a los que se refiere la ley
general, trastocando los derechos con los que debe contar
constitucionalmente toda víctima.

354. Estos razonamientos deben declararse como infundados, en atención a las


consideraciones que siguen. El artículo 1º, párrafos primero y segundo, de la

171
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Constitución General establece el principio pro persona y que “todas las


autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de
conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir,
investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en
los términos que establezca la ley”.

355. Como consecuencia de este mandato, el nueve de enero de dos mil trece se
emitió la Ley General de Víctimas, en cuyos artículos 1 a 3 se prevé que es
de orden público, interés social y observancia en todo el territorio nacional,
con aplicabilidad obligatoria, en sus respectivas competencias, a todas las
autoridades de todos los ámbitos de gobierno, teniendo como uno de sus
objetivos reconocer y garantizar los derechos de las víctimas del delito y de
violaciones a derechos humanos; en especial, el derecho a la asistencia
social, protección, atención, verdad, justicia, reparación integral, en el
proceso penal, entre otros.

356. Entre sus muchas normas relevantes, para efectos de la presente sentencia,
destacan los artículos 4129, 6, fracciones XIX, XX y XXI, y 10 a 17, en los
cuales se establecen las definiciones de víctima y de violación a derechos
humanos y se detallan los derechos de las víctimas en el proceso penal.
Respecto a lo primero, se dice que la víctima es la persona física que directa
o indirectamente ha sufrido daño o el menoscabo de sus derechos producto
de una violación de derechos humanos o de la comisión de un delito o las
personas físicas cuya integridad física o derechos peligren por prestar

129“Artículo 4. Se denominarán víctimas directas aquellas personas físicas que hayan sufrido algún
daño o menoscabo económico, físico, mental, emocional, o en general cualquiera puesta en peligro
o lesión a sus bienes jurídicos o derechos como consecuencia de la comisión de un delito o
violaciones a sus derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los Tratados
Internacionales de los que el Estado Mexicano sea Parte.
Son víctimas indirectas los familiares o aquellas personas físicas a cargo de la víctima directa que
tengan una relación inmediata con ella.
Son víctimas potenciales las personas físicas cuya integridad física o derechos peligren por prestar
asistencia a la víctima ya sea por impedir o detener la violación de derechos o la comisión de un
delito.
La calidad de víctimas se adquiere con la acreditación del daño o menoscabo de los derechos en los
términos establecidos en la presente Ley, con independencia de que se identifique, aprehenda, o
condene al responsable del daño o de que la víctima participe en algún procedimiento judicial o
administrativo.
Son víctimas los grupos, comunidades u organizaciones sociales que hubieran sido afectadas en
sus derechos, intereses o bienes jurídicos colectivos como resultado de la comisión de un delito o la
violación de derechos”.

172
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

asistencia a la víctima ya sea por impedir o detener la violación de derechos


o la comisión de un delito (víctima potencial), y que la violación de derechos
humanos es todo acto u omisiones que afectó los derechos humanos cuando
el agente sea servidor público o un particular que ejerza funciones públicas o
se encuentra instigado o autorizado por un servidor público o actúe con
aquiescencia o colaboración de un servidor público. Asimismo, se dice que
pueden ser víctimas los grupos, comunidades u organizaciones sociales que
hubieran sido afectadas en sus derechos, intereses o bienes jurídicos
colectivos como resultado de la comisión de un delito o la violación de
derechos y que la calidad de víctimas se adquiere con la acreditación del
daño o menoscabo de los derechos en los términos establecidos en la ley.

357. En torno a lo segundo, en los citados artículos 10 a 17 se encuentran todos


los derechos, prerrogativas y obligaciones relacionadas con el proceso penal
y las víctimas y con el derecho de acceso a la justicia; con la importancia de
que expresamente se aclara que los derechos ahí previstos deberán ser
garantizados en los procedimientos previstos en la Constitución, en las leyes
locales y federales aplicales y en los tratados internacionales130.

358. Ahora bien, como se explicó, el argumento central de la Comisión Nacional


de Derechos Humanos es que las definiciones del Código Local reclamado
en cuanto a víctima no coinciden con las previstas en la Ley General, con lo
cual se afecta a los artículos 1º y 20 constitucionales.

359. Para esta Suprema Corte, se insiste, tal posición argumentativa es


desacertada, ya que se parte de premisas incorrectas y de un indebido
entendimiento de la normatividad local. Al respecto, el alegato de

130 “Artículo 10. Las víctimas tienen derecho a un recurso judicial adecuado y efectivo, ante las
autoridades independientes, imparciales y competentes, que les garantice el ejercicio de su derecho
a conocer la verdad, a que se realice con la debida diligencia una investigación inmediata y
exhaustiva del delito o de las violaciones de derechos humanos sufridas por ellas; a que los autores
de los delitos y de las violaciones de derechos, con el respeto al debido proceso, sean enjuiciados y
sancionados; y a obtener una reparación integral por los daños sufridos.
Las víctimas tendrán acceso a los mecanismos de justicia de los cuales disponga el Estado, incluidos
los procedimientos judiciales y administrativos. La legislación en la materia que regule su
intervención en los diferentes procedimientos deberá facilitar su participación”.
“CAPÍTULO IV
DE LOS DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS EN EL PROCESO PENAL
Artículo 11. Para garantizar los derechos establecidos en el artículo 10 de la presente Ley, las
víctimas tendrán acceso a los mecanismos y procedimientos previstos en la Constitución, en las
leyes locales y federales aplicables y en los Tratados Internacionales”.

173
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

inconstitucionalidad de la comisión accionante puede reconstruirse de dos


maneras: a) que toda vez que la Ley General de Víctimas es de observancia
general para toda la república, el legislador local no debió haber definido el
concepto de víctima y, consecuentemente, se actualiza una violación
indirecta a la Constitución (con fundamento en los artículos 14 y 16) al no
seguirse las previsiones de esa ley general 131; y b) que la ley local produce
una violación constitucional directa al no adecuarse la definición de víctima
prevista en el artículo 20, apartado C, de la Constitución General. Cualquiera
de estas dos posturas es incorrecta.

360. En principio, debe resaltarse como premisa de este apartado que, al momento
de emitirse la norma reclamada (veintiséis de diciembre de dos mil catorce),
la Constitución Federal no otorgaba expresamente una competencia para
emitir una legislación general (como la Ley General de Víctimas) sobre los
derechos de las víctimas, incluyendo normas definitorias del carácter de
víctima y sus derechos para todo el ámbito penal. Es decir, cuando en el dos
mil once se reformó el artículo 1º constitucional, no se había establecido
competencia específica al Congreso de la Unión para abarcar en exclusiva
dicho ámbito regulatorio. Así, cuando el Congreso de la Unión decidió ejercer
su potestad legislativa y expedir la Ley General de Víctimas, lo hizo
fundamentando su actuar en los artículos 1º, tercer párrafo, 17 y 20, apartado
C, de la Constitución Federal132.

361. Fue el veinticinco de julio de dos mil dieciséis 133, posterior a la emisión de la
norma reclamada, que se adicionó a la Constitución Federal la fracción XXIX-
X al artículo 73, para incorporar la facultad “[p]ara expedir la ley general que

131 Las violaciones indirectas a la Constitución pueden ser analizadas por virtud del principio de
legalidad. Véase, por ejemplo, el criterio que se refleja en la tesis P./J. 4/99, emitida por el Tribunal
Pleno, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo IX, Febrero de 1999,
página 288, de rubro: “ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. ES PROCEDENTE EL
CONCEPTO DE INVALIDEZ POR VIOLACIONES INDIRECTAS A LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, SIEMPRE QUE ESTÉN VINCULADAS DE MODO
FUNDAMENTAL CON LA LEY RECLAMADA”.
132 Tal como se desprende del entonces artículo 1º de la Ley General de Víctimas, cuyo texto
primigenio fue el siguiente:
“Artículo 1. La presente Ley general es de orden público de interés social y observancia en todo el
territorio nacional, en términos de lo dispuesto por el artículo 1o, párrafo tercero, artículo 17, y el
artículo 20 apartado C, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Tratados
Internacionales celebrados y ratificados por el Estado Mexicano, y otras leyes en materia de víctimas.
[…]”.
133 Incluso, en la iniciativa de reforma de la Constitución Federal se aceptó que no existía
anteriormente un fundamento específico para que el Congreso de la Unión expidiera la Ley General
de Víctimas, sino uno general relativo a la protección de los derechos de este grupo de personas.

174
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

establezca la concurrencia de la federación, las entidades federativas, los


municipios y, en su caso, las demarcaciones territoriales de la Ciudad de
México, en el ámbito de sus respectivas competencias, en materia de
derechos de las víctimas”. Lo que dio pie a que se reformara la Ley General
de Víctimas134 para justo incluir dicho fundamento constitucional.

362. Así las cosas, nuestra primera aclaración es que, a diferencia de otros
precedentes, y aunque no fue explicitado de esta manera por la Comisión (lo
hizo implícitamente) no vislumbramos en este caso un problema de índole
competencial. Al momento de emitirse la norma reclamada, no se invadió una
competencia del Congreso de la Unión, pues el ámbito relativo a la
especificación del carácter de víctima en este tipo de procesos podía ser
abarcado por el legislador estatal al no existir una delimitación competencial
desde la Constitución, ya que lo que se pretendía regular era precisamente
la participación de las víctimas en el sistema penal de justicia para
adolescentes (que en ese momento no estaba federalizado). Es decir, lo que
se regula es el concepto de víctima en el ámbito regulatorio del sistema de
justicia penal para adolescentes135, aspecto que podía abarcar en esa fecha
el legislador local.

363. Por otro lado, desde un punto de vista material, contrario a la postura de la
Comisión Nacional de Derechos Humanos, no se actualiza una violación
directa al texto constitucional ni indirecta, a pesar de que en la fecha de
emisión de la norma reclamada existía esa Ley General de Víctimas (que

134 Reforma de tres de enero de dos mil diecisiete (hoy vigente):


“Artículo 1. La presente Ley general es de orden público, de interés social y observancia en todo el
territorio nacional, en términos de lo dispuesto por los artículos 1o., párrafo tercero, 17, 20 y 73,
fracción XXIX-X, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Tratados
Internacionales celebrados y ratificados por el Estado Mexicano, y otras leyes en materia de víctimas-
[…]”.
135 Este caso difiere de lo resuelto, recientemente, en la acción de inconstitucionalidad 22/2015 y
su acumulada 23/2015, en donde este Tribunal Pleno declaró la invalidez de un artículo que preveía
la definición del carácter de víctima. Ello, dado que, en ese caso, se trataba de la definición local de
carácter de víctima prevista en el artículo 7 de la Ley para Prevenir, Atender, Combatir y Erradicar la
Trata de Personas en el Estado de Zacatecas. Para este Tribunal Pleno, tal definición no podía
subsistir, pues se había invadido el ámbito de competencias de la Ley General para Prevenir,
Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia
a las Víctimas de estos Delitos. Es decir, se declaró la inconstitucionalidad, porque dicha definición
se relacionaba con con la investigación, procedimiento y sanción de los delitos de trata, indisponibles
para el legislador local y regulados por el Congreso Federal en los artículos 4, fracción XVII, 59 y 61
de la ley general. El presente caso difere del recién detallado, ya que estamos en un ámbito
regulatorio (el sistema de justicia penal para adolescentes), en el cual en ese momento sí contaba
el legislador local con competencias para emitir la legislación correspondiente.

175
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

goza de una jerarquía superior a la de las leyes locales al ser su finalidad


distribuir competencias y que tiene presunción de validez).

364. Primero, porque aunque el artículo 8, fracción XIV, impugnado condiciona el


concepto de víctima a que la conducta delictiva haya incidido de manera
directa en una persona, la comisión accionante pasa por alto que la fracción
XV de ese artículo reconoce como un ofendido a la “persona a quien se le ha
causado un daño o perjuicio y ha acreditado su interés jurídico en el
procedimiento” (lo trascendente de esta norma es que no sujeta la definición
de lo que es un ofendido a un daño o perjuicio directo o indirecto). Este
subsecuente precepto del código local da entonces pauta para incluir como
un ofendido a personas que no fueron sujeto concreto de la conducta
delictiva, pero que se ven afectadas de alguna manera por esos hechos 136.

365. Por lo tanto, hacer una diferenciación conceptual entre víctimas directas y
ofendidos en la legislación reclamada, lejos de generar una transgresión,
coincide con la forma en que la propia Constitución General hace referencia
a estos dos sujetos del proceso penal (de hecho, en el artículo 20, apartado
C, constitucional se distinguen los conceptos de víctima y ofendido).

366. Por su parte, la norma reclamada coincide de manera material con lo


dispuesto en la Ley General de Víctimas, reglamentaria de la Constitución, lo
que evita una afectación al principio de legalidad. Al final de cuentas, la
definición de víctima de la ley local, en relación con la conceptualización de
un ofendido, tal como recién se explico, no se limita a lo expuesto por la
comisión accionante, sino que es posible tomar en cuenta en los procesos
penales a otras personas distintas a quienes recae directamente la conducta
típica, con la única diferencia que se les cataloga formalmente como
ofendidos. Así, en el sistema de justicia penal para adolescentes en el Estado
de Michoacán se reconocen los derechos tanto de los que sufren
directamente los hechos delictivos como de todas aquellas personas que
sufran un daño o perjuicio con motivo de esa conducta típica, lo cual abarca

136El que tal carácter depende que se les reconozca su interés en el procedimiento, lo único que
quiere decir es que será en cada caso concreto en donde el ministerio público o el juez, en el
momento procesal debido, valorará si justo esa persona tiene o tendrá alguna incidencia por un
hecho delictivo. Es decir, para esta Suprema Corte, el grado de generalidad de la definición de
ofendido permite que sea en cada caso concreto donde se reconozca a una persona esa calidad.

176
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

a familiares de los directamente afectados o a las personas cuya integridad


física o derechos peligren por haber prestado asistencia a las víctimas o
haber impedido o detenido la comisión del delito (de la misma forma en que
lo hace la Ley General, reglamentaria del texto constitucional).

367. Lo anterior, partiendo de la premisa que, para el Código Local, la distinción


entre víctima u ofendido no genera menos relevancia para cada uno de esos
sujetos, pues se otorgan los mismos derechos tanto a las víctimas como a los
ofendidos en términos de su artículo 12137. Incluso, en este precepto, se dice
que los derechos ahí reconocidos no son limitativos y que debe atenderse
también a otros reconocidos en la Constitución y demás legislación
aplicable. Consiguientemente, el propio Código Local hace una remisión
general y las autoridades locales vinculadas al cumplimiento de esta
legislación se encuentran formalmente sujetas a otras leyes, entre ellas, la
propia Ley General de Víctimas, incluyendo al apartado de definición de
ciertos derechos al interior de un proceso penal de las víctimas.

368. En síntesis, se reconoce la validez del artículo 8, fracción XIV, del Código de
Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán de
Ocampo, ya que no existe impedimento en las definiciones que contempla la
ley para considerar a otras personas como afectadas por las conductas
delictivas; por el contrario, el código incluye el concepto de ofendido que es
de una amplitud tal que puede incluir materialmente, por ejemplo, a otras

137 “Artículo 12. Además de lo previsto en la Constitución y demás legislación aplicable, las víctimas
u ofendidos tienen los siguientes derechos:
I. Ser informados sobre sus derechos cuando realicen la denuncia o en su primera intervención en
el proceso;
II. Intervenir en el proceso conforme se establece en esta Ley;
III. Que el Ministerio Público para Adolescentes les reciba todos los datos o elementos de prueba
con los que cuenten, o bien a constituirse como coadyuvantes de éste;
IV. Ser informados de las resoluciones que finalicen o suspendan el proceso;
V. Siempre que lo soliciten, ser escuchados antes de cada decisión que implique la extinción o
suspensión de la acción de remisión;
VI. Ser interrogados o participar en el acto para el cual fueron citados, en el lugar de su residencia,
si por su edad o condición física o psíquica, se les dificulta gravemente comparecer ante cualquier
autoridad del proceso. Para tal fin deberán requerir con anticipación la dispensa, por sí o por un
tercero;
VII. Recibir asesoría jurídica o protección especial de su integridad física o psíquica, con inclusión
de su familia inmediata, cuando reciban amenazas o corran peligro en razón del papel que cumplen
en el proceso;
VIII. Demandar, en su caso, a los terceros civilmente obligados a la reparación del daño;
IX. Impugnar el sobreseimiento o el archivo definitivo de la investigación;
X. Solicitar la reapertura de la investigación cuando se haya decretado el archivo temporal y
presentar elementos o medios de prueba para ello; y,
XI. A que sus datos personales sean confidenciales”.

177
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

personas que no fueron sujeto de la conducta delictiva, a quienes se les


reconoce los mismos derechos que a las víctimas directas.

XVI. EFECTOS DE LA SENTENCIA

369. El artículo 73, en relación con los numerales 41, 43, 44 y 45, todos de la Ley
Reglamentaria de la materia138, señalan que las sentencias deberán contener
los alcances y efectos de la misma, fijando con precisión los órganos
obligados a cumplirla, las normas generales respecto de los cuales opere y
todos aquellos elementos necesarios para su plena eficacia en el ámbito que
corresponda. Resaltándose que las sentencias producirán sus efectos a partir
de la fecha que determine la Suprema Corte y que la declaración de invalidez
no tendrá efectos retroactivos, salvo en materia penal.

370. En esa tónica, antes de dictar los efectos y para una mayor claridad, se
resumen a continuación las declaratorias de invalidez de la presente
sentencia:

138 “Artículo 41. Las sentencias deberán contener:


I. La fijación breve y precisa de las normas generales o actos objeto de la controversia y, en su caso,
la apreciación de las pruebas conducentes a tenerlos o no por demostrados;
II. Los preceptos que la fundamenten;
III. Las consideraciones que sustenten su sentido, así como los preceptos que en su caso se
estimaren violados;
IV. Los alcances y efectos de la sentencia, fijando con precisión, en su caso, los órganos obligados
a cumplirla, las normas generales o actos respecto de los cuales opere y todos aquellos elementos
necesarios para su plena eficacia en el ámbito que corresponda. Cuando la sentencia declare la
invalidez de una norma general, sus efectos deberán extenderse a todas aquellas normas cuya
validez dependa de la propia norma invalidada;
V. Los puntos resolutivos que decreten el sobreseimiento, o declaren la validez o invalidez de las
normas generales o actos impugnados, y en su caso la absolución o condena respectivas, fijando el
término para el cumplimiento de las actuaciones que se señalen;
VI. En su caso, el término en el que la parte condenada deba realizar una actuación”.
“Artículo 43. Las razones contenidas en los considerandos que funden los resolutivos de las
sentencias aprobadas por cuando menos ocho votos, serán obligatorias para las Salas, Plenos de
Circuito, tribunales unitarios y colegiados de circuito, juzgados de distrito, tribunales militares,
agrarios y judiciales del orden común de los Estados y del Distrito Federal, y administrativos y del
trabajo, sean éstos federales o locales”.
“Artículo 44. Dictada la sentencia, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
ordenará notificarla a las partes, y mandará publicarla de manera íntegra en el Semanario Judicial
de la Federación, conjuntamente con los votos particulares que se formulen.
Cuando en la sentencia se declare la invalidez de normas generales, el Presidente de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación ordenará, además, su inserción en el Diario Oficial de la Federación y
en el órgano oficial en que tales normas se hubieren publicado”.
“Artículo 45. Las sentencias producirán sus efectos a partir de la fecha que determine la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
La declaración de invalidez de las sentencias no tendrá efectos retroactivos, salvo en materia penal,
en la que regirán los principios generales y disposiciones legales aplicables de esta materia”.
“Artículo 73. Las sentencias se regirán por lo dispuesto en los artículos 41, 43, 44 y 45 de esta ley”.

178
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

a) En atención a lo expuesto en el apartado VIII.1. de la presente ejecutoria,


se declaran inválidas las porciones normativas que dicen “de la persona
detenida en flagrancia” de la fracción VI y “niños, niñas” y “Federal” de
la fracción VII, todas del artículo 23 reclamado.
b) En atención a lo expuesto en el apartado XII.1. de la presente ejecutoria,
se declara inválida la porción normativa que dice “limitar la libertad de
tránsito de adolescentes o adultos jóvenes, de modo” del tercer párrafo
del artículo 113 reclamado, así como la porción normativa que dice
“mental” del artículo 115.
c) En atención a lo expuesto en el apartado XII.2. de la presente ejecutoria,
se declara inválida la porción normativa que dice “La finalidad de esta
medida es la privación del derecho a la libertad de tránsito en los limites
del propio domicilio,” del párrafo segundo del artículo 116 reclamado.
d) En atención a lo expuesto en el apartado XII.3. de la presente ejecutoria,
se declaran inválidas las porciones normativas que dicen “La finalidad
de esta medida es la privación intermitente de la libertad de tránsito y”
del segundo párrafo, y “En lo posible” del tercer párrafo, ambas del
artículo 118 reclamado.
e) En atención a lo expuesto en el apartado XIV de la presente ejecutoria,
se declaran inválidas las fracciones XIX y XX del artículo 11 reclamado.

371. La inconstitucionalidad de todas estas normas surtirán efectos


retroactivos, contados a partir del momento en que dichas normas hayan
entrado en vigor en los respectivos distritos judiciales del Estado, de
conformidad con el primer artículo transitorio139 del propio Código de Justicia
Especializada y lo previsto en la Declaratoria para el nuevo sistema de justicia
penal para el Estado de Michoacán, publicada el veintiséis de diciembre de
dos mil catorce.

372. Corresponderá a los operadores jurídicos competentes decidir y resolver, en


cada caso concreto sujeto a su conocimiento, los efectos de esa
retroactividad de acuerdo con los principios generales y las disposiciones
legales aplicables en esta materia, teniendo en cuenta a su vez el citado

139“PRIMERO. El presente Decreto entrará en vigor en la misma fecha que señale la Declaratoria
para el nuevo sistema de justicia penal publicado en el Periódico Oficial del Gobierno Constitucional
del Estado de Michoacán”.

179
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

régimen transitorio tanto del Código de Justicia Especializada para


Adolescentes140 y la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para
Adolescentes141. Lo anterior, al no tratarse de un caso en donde la materia
de la litis sean meros tipos penales (donde es clara la aplicabilidad de los
efectos retroactivos sin necesidad de operadores) y los efectos benéficos o
no de las respectivas declaratorias de inconstitucionalidad dependen de cada
uno de los procesos penales, así como su relación con otras normas que
puedan considerarse más benéficas a pesar de la declaratoria de invalidez,
tal como se dispuso en los transitorios detallados. Este tipo de clarificación
en los efectos ya han sido aprobados en otros casos por mayoría de votos de
los integrantes de este Tribunal Pleno, tales como en las acciones de
inconstitucionalidad 22/2015 y su acumulada 23/2015 y 110/2014, falladas
el cuatro y cinco de junio de dos mil dieciocho.

373. Por último, los efectos de lo dispuesto por esta sentencia surtirán a partir de
la notificación de los puntos resolutivos de la misma al Congreso del Estado
de Michoacán de Ocampo y, a su vez, para su eficaz cumplimiento deberá
notificarse al Titular del Poder Ejecutivo del Estado de Michoacán, al Tribunal
Superior de Justicia de dicha entidad, a los tribunales colegiados
especializados en materia penal y unitarios del Decimoprimer Circuito y a los
juzgados de distrito en dicha entidad federativa.

374. En suma, por lo expuesto y fundado,

SE RESUELVE:

140 “TERCERO. Los procedimientos y procesos que hayan sido iniciados conforme a la ley que se
abroga, continuarán sustanciándose con ésta hasta su resolución; por lo que no podrá aplicarse
retroactivamente; sin embargo, los adolescentes y adultos jóvenes sujetos a procedimiento o que se
encuentren cumpliendo una medida de conformidad con la Ley que se abroga, quedarán sujetos al
régimen previsto en la presente Ley en todo aquello que les beneficie”.
141 “Artículo Cuarto. Mecanismos de la revisión de las medidas de privación de libertad
Tratándose de aquellas medidas de privación de la libertad de personas adolescentes que hubieren
sido decretadas por mandamiento de autoridad judicial durante los procedimientos iniciados con
anterioridad a la entrada en vigor del presente Decreto; la persona adolescente sentenciada, su
defensa o la persona que lo represente, podrá solicitar al Órgano Jurisdiccional competente la
revisión de dicha medida conforme a las disposiciones del nuevo Sistema de Justicia para
Adolescentes, aplicando siempre las disposiciones que más le beneficien, para efecto de que
habiéndose dado vista a las partes y efectuada la audiencia correspondiente, el Órgano
Jurisdiccional resuelva conforme el interés superior de la niñez sobre la imposición, revisión,
modificación o cese, en términos de las disposiciones aplicables”.

180
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

PRIMERO. Es procedente y parcialmente fundada la acción de


inconstitucionalidad 8/2015.

SEGUNDO. Se reconoce la validez de los artículos 8, fracción XIV, 24, 28,


párrafo primero, en las porciones normativas “internamiento”, “medidas
cautelares” y “menos gravosas siempre que sea posible”, 33, párrafo último,
42, párrafo último, 50, párrafo tercero, 56, 85, 114, 116 —con la salvedad
indicada en el resolutivo tercero de este fallo—, 117, 118 —con las
salvedades indicadas en el resolutivo tercero de este fallo—, 119, 120, 121,
122, 123 y 124 del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del
Estado de Michoacán, publicado el veintiséis de diciembre de dos mil catorce
en el Periódico Oficial de dicha entidad federativa, mediante Decreto 472.

TERCERO. Se declara la invalidez de los artículos 11, fracciones XIX y XX,


23, fracciones VI, en la porción normativa “de la persona detenida en
flagrancia”, y VII, en las porciones normativas “niños, niñas” y “Federal”, 113,
párrafo tercero, en la porción normativa “limitar la libertad de tránsito de
adolescentes o adultos jóvenes, de modo”, 115, en la porción normativa
“mental”, 116, párrafo segundo, en la porción normativa “La finalidad de esta
medida es la privación del derecho a la libertad de tránsito en los límites del
propio domicilio,”, y 118, párrafos segundo, en la porción normativa “La
finalidad de esta medida es la privación intermitente de la libertad de tránsito
y”, y tercero, en la porción normativa “En lo posible,”, del Código de Justicia
Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán, publicado el
veintiséis de diciembre de dos mil catorce en el Periódico Oficial de dicha
entidad federativa, mediante Decreto 472, en los términos precisados en los
apartados VIII, subapartado VIII.1., XII, subapartados XII.1., XII.2. y XII.3., y
XIV de la presente ejecutoria.

CUARTO. Las declaraciones de invalidez decretadas en este fallo surtirán


sus efectos retroactivos, en términos del apartado XVI de este fallo, a partir
de la notificación de los puntos resolutivos de esta sentencia al Congreso del
Estado de Michoacán de Ocampo.

181
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

QUINTO. Publíquese esta sentencia en el Diario Oficial de la Federación, en


el Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del Estado de Michoacán de
Ocampo, así como en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta”.

Notifíquese haciéndolo por medio de oficio a las partes y, en su oportunidad,


archívese el expediente como asunto concluido.

Así lo resolvió el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación:

En relación con el punto resolutivo primero:

Se aprobó por unanimidad de nueve votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Aguilar Morales, Pardo
Rebolledo, Piña Hernández, Medina Mora I., Laynez Potisek, Pérez Dayán y
Presidente en funciones Franco González Salas, respecto de los apartados I,
II, III, IV, V y VII relativos, respectivamente, a los antecedentes y trámite de la
demanda, a la competencia, a la precisión de las normas reclamadas, a la
oportunidad, a la legitimación y a la precisión metodológica del estudio de
fondo.

Se aprobó por mayoría de ocho votos de la Ministra y los Ministros Gutiérrez


Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Aguilar Morales, Pardo Rebolledo,
Piña Hernández, Medina Mora I. en contra de las consideraciones, Pérez
Dayán y Presidente en funciones Franco González Salas con reservas,
respecto del apartado VI, relativo a las causas de improcedencia y
sobreseimiento. El Ministro Laynez Potisek votó en contra. El Ministro Medina
Mora I. anunció voto concurrente.

En relación con el punto resolutivo segundo:

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas,
Aguilar Morales, Pardo Rebolledo, Piña Hernández, Medina Mora I. en contra
de las consideraciones, Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar
Lelo de Larrea, respecto del apartado XV, relativo a la definición legal del

182
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

concepto de víctima, consistente en reconocer la validez del artículo 8,


fracción XIV, del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del
Estado de Michoacán.

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas,
Aguilar Morales con precisiones, Pardo Rebolledo, Piña Hernández
apartándose de las consideraciones, Medina Mora I., Laynez Potisek, Pérez
Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea, respecto del apartado VIII,
relativo a la intervención policiaca y reglas de detención y remisión al
ministerio público, en su subapartado VIII.1, relacionado con las obligaciones
de los agentes de la policía cuando están en contacto con niños, niñas,
adolescentes y/o adultos jóvenes, en su parte tercera, consistente en
reconocer la validez del artículo 24 del Código de Justicia Especializada para
Adolescentes del Estado de Michoacán. La Ministra y los Ministros González
Alcántara Carrancá, Aguilar Morales, Piña Hernández y Medina Mora I.
anunciaron sendos votos concurrentes.

Se aprobó por mayoría de siete votos de los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena,
Franco González Salas, Aguilar Morales, Pardo Rebolledo, Medina Mora I.,
Laynez Potisek y Pérez Dayán, respecto del apartado XI, relativo a la medida
cautelar de internamiento, consistente en reconocer la validez de los artículos
28, párrafo primero, en las porciones normativas “internamiento”, “medidas
cautelares” y “menos gravosas siempre que sea posible”, y 56 del Código de
Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán. La
Ministra y los Ministros González Alcántara Carrancá, Piña Hernández y
Presidente Zaldívar Lelo de Larrea votaron en contra y anunciaron sendos
votos particulares. Los Ministros Franco González Salas y Aguilar Morales
anunciaron sendos votos concurrentes.

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas
con reservas sobre el test de proporcionalidad, Aguilar Morales apartándose
de algunas consideraciones, Pardo Rebolledo apartándose de algunas
consideraciones, Piña Hernández apartándose del test de proporcionalidad,

183
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Medina Mora I. apartándose del test de proporcionalidad, Laynez Potisek,


Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea apartándose del test de
proporcionalidad, respecto del apartado IX, relativo a la presunción de
minoridad durante el proceso, consistente en reconocer la validez del artículo
33, párrafo último, del Código de Justicia Especializada para Adolescentes
del Estado de Michoacán.

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena en contra de las consideraciones, González Alcántara
Carrancá, Franco González Salas en contra de las consideraciones, Aguilar
Morales, Pardo Rebolledo en contra de las consideraciones, Piña Hernández,
Medina Mora I., Laynez Potisek, Pérez Dayán en contra de las
consideraciones y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea, respecto del apartado
VIII, relativo a la intervención policiaca y reglas de detención y remisión al
ministerio público, en su subapartado VIII.2, relacionado con la forma de
proceder del ministerio público cuando se detiene a una persona en
flagrancia, consistente en reconocer la validez del artículo 42, párrafo último,
del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de
Michoacán. La Ministra y los Ministros González Alcántara Carrancá, Aguilar
Morales, Piña Hernández, Medina Mora I. y Laynez Potisek reservaron su
derecho de formular sendos votos concurrentes.

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas
con reservas sobre el test de proporcionalidad, Aguilar Morales, Pardo
Rebolledo, Piña Hernández apartándose del test de proporcionalidad y de la
última parte del párrafo ciento setenta y siete, Medina Mora I. en contra de
algunas consideraciones, Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar
Lelo de Larrea en contra de algunas consideraciones, respecto del apartado
X, relativo a la prórroga del plazo constitucional para el dictado de libertad o
de sujeción a proceso, consistente en reconocer la validez del artículo 50,
párrafo tercero, del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del
Estado de Michoacán. El Ministro González Alcántara Carrancá anunció voto
concurrente.

184
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Se aprobó por mayoría de seis votos de la Ministra y los Ministros Pardo


Rebolledo, Piña Hernández, Medina Mora I., Laynez Potisek, Pérez Dayán y
Presidente Zaldívar Lelo de Larrea, respecto del apartado XIII, relativo a la
medida de prestación de servicios a favor de la comunidad, consistente en
reconocer la validez del artículo 85, párrafos primero, segundo y tercero, del
Código de Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de
Michoacán. Los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá
y Franco González Salas votaron por la validez de estos preceptos, al tenor
de una interpretación conforme. El Ministro Aguilar Morales votó por la
invalidez de estos preceptos. El Ministro Medina Mora I. anunció voto
concurrente.

Se aprobó por mayoría de cinco votos de los Ministros Pardo Rebolledo,


Medina Mora I., Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de
Larrea, respecto del apartado XIII, relativo a la medida de prestación de
servicios a favor de la comunidad, consistente en reconocer la validez del
artículo 85, párrafo último, del Código de Justicia Especializada para
Adolescentes del Estado de Michoacán. Los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena,
González Alcántara Carrancá y Franco González Salas votaron por la validez
de estos preceptos, al tenor de una interpretación conforme. El Ministro
Aguilar Morales y la Ministra Piña Hernández votaron por la invalidez de este
precepto. El Ministro Medina Mora I. anunció voto concurrente.

Se aprobó por mayoría de ocho votos de los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena,
González Alcántara Carrancá, Franco González Salas, Aguilar Morales,
Pardo Rebolledo, Medina Mora I. en contra de algunas consideraciones,
Laynez Potisek, y Pérez Dayán, respecto del apartado XII, relativo al
internamiento como medida tras el juicio, en su subapartado XII.1,
relacionado con las reglas generales del internamiento, consistente en
reconocer la validez del artículo 114 del Código de Justicia Especializada
para Adolescentes del Estado de Michoacán. La Ministra Piña Hernández y
el Ministro Presidente Zaldívar Lelo de Larrea votaron en contra y anunciaron
sendos votos particulares.

185
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas
en contra de las consideraciones del test de proporcionalidad, Aguilar
Morales, Pardo Rebolledo, Piña Hernández separándose de las
consideraciones, Medina Mora I. separándose de algunas consideraciones,
Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea en contra
de las consideraciones del test de proporcionalidad, respecto del apartado
XII, relativo al internamiento como medida tras el juicio, en su subapartado
XII.2, relacionado con las disposiciones que regulan el internamiento
domiciliario, consistente en reconocer la validez de los artículos 116, párrafos
primero y segundo, salvo su porción normativa “La finalidad de esta medida
es la privación del derecho a la libertad de tránsito en los límites del propio
domicilio”, y 117 del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del
Estado de Michoacán.

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas
en contra de las consideraciones del test de proporcionalidad, Aguilar
Morales, Pardo Rebolledo, Piña Hernández separándose de las
consideraciones, Medina Mora I. apartándose de las consideraciones del test
de proporcionalidad, Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo
de Larrea en contra de las consideraciones del test de proporcionalidad,
respecto del apartado XII, relativo al internamiento como medida tras el juicio,
en su subapartado XII.3, relacionado con los preceptos que reglamentan el
internamiento en tiempo libre, consistente en reconocer la validez de los
artículos 118, salvo sus párrafos segundo, en la porción normativa “La
finalidad de esta medida es la privación intermitente de la libertad de tránsito
y”, y tercero, en la porción normativa “En lo posible”, 119 y 120 del Código de
Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán.

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas
con reservas y precisiones, Aguilar Morales, Pardo Rebolledo, Piña
Hernández, Medina Mora I. apartándose de algunas consideraciones, Laynez
Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea, respecto del

186
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

apartado XII, relativo al internamiento como medida tras el juicio, en su


subapartado XII.4, relacionado con los artículos que implementan el
internamiento como medida permanente, consistente en reconocer la validez
de los artículos 121, párrafo primero, y 124 del Código de Justicia
Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán.

Se aprobó por mayoría de ocho votos de los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena,
González Alcántara Carrancá, Franco González Salas con reservas y
precisiones, Aguilar Morales, Pardo Rebolledo, Medina Mora I. apartándose
de algunas consideraciones, Laynez Potisek y Pérez Dayán, respecto del
apartado XII, relativo al internamiento como medida tras el juicio, en su
subapartado XII.4, relacionado con los artículos que implementan el
internamiento como medida permanente, consistente en reconocer la validez
del artículo 121, párrafo segundo, del Código de Justicia Especializada para
Adolescentes del Estado de Michoacán. La Ministra Piña Hernández y el
Ministro Presidente Zaldívar Lelo de Larrea votaron en contra y anunciaron
sendos votos particulares.

Se aprobó por mayoría de seis votos de los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena,
González Alcántara Carrancá, Franco González Salas con reservas y
precisiones, Aguilar Morales, Pardo Rebolledo y Laynez Potisek, respecto del
apartado XII, relativo al internamiento como medida tras el juicio, en su
subapartado XII.4, relacionado con los artículos que implementan el
internamiento como medida permanente, respecto de reconocer la validez del
artículo 122 del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del
Estado de Michoacán. La Ministra Piña Hernández y los Ministros Medina
Mora I., Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea votaron en contra.
La Ministra Piña Hernández y el Ministro Presidente Zaldívar Lelo de Larrea
anunciaron sendos votos particulares.

Se aprobó por mayoría de siete votos de los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena,
Franco González Salas con reservas y precisiones, Aguilar Morales, Pardo
Rebolledo, Medina Mora I. apartándose de algunas consideraciones, Laynez
Potisek y Pérez Dayán, respecto del apartado XII, relativo al internamiento
como medida tras el juicio, en su subapartado XII.4, relacionado con los

187
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

artículos que implementan el internamiento como medida permanente,


consistente en reconocer la validez del artículo 123 del Código de Justicia
Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán. La Ministra y los
Ministros González Alcántara Carrancá, Piña Hernández y Presidente
Zaldívar Lelo de Larrea votaron en contra. La Ministra Piña Hernández y el
Ministro Presidente Zaldívar Lelo de Larrea anunciaron sendos votos
particulares.

En relación con el punto resolutivo tercero:

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas
por consideraciones diferentes y apartándose del test de proporcionalidad,
Aguilar Morales por consideraciones diferentes y apartándose del test de
proporcionalidad, Pardo Rebolledo, Piña Hernández apartándose de algunas
consideraciones, Medina Mora I. en contra de algunas consideraciones,
Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea en contra
de las consideraciones, respecto del apartado XIV, relativo al aislamiento
como medida disciplinaria, consistente en declarar la invalidez del artículo 11,
fracciones XIX y XX, del Código de Justicia Especializada para Adolescentes
del Estado de Michoacán. La Ministra Piña Hernández y los Ministros Laynez
Potisek y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea anunciaron sendos votos
concurrentes.

Se aprobó por mayoría de ocho votos de la Ministra y los Ministros Gutiérrez


Ortiz Mena, Franco González Salas con salvedades, Aguilar Morales
separándose de las consideraciones, Pardo Rebolledo apartándose de las
consideraciones, Piña Hernández apartándose del test de proporcionalidad,
Medina Mora I. apartándose del test de proporcionalidad, Pérez Dayán y
Presidente Zaldívar Lelo de Larrea apartándose del test de proporcionalidad,
respecto del apartado VIII, relativo a la intervención policiaca y reglas de
detención y remisión al ministerio público, en su subapartado VIII.1,
relacionado con las obligaciones de los agentes de la policía cuando están
en contacto con niños, niñas, adolescentes y/o adultos jóvenes, en su parte
primera, consistente en declarar la invalidez del artículo 23, fracción VI, en la

188
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

porción normativa “de la persona detenida en flagrancia”, del Código de


Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán. Los
Ministros González Alcántara Carrancá y Laynez Potisek votaron en contra.
Los Ministros Aguilar Morales, Pardo Rebolledo y Presidente Zaldívar Lelo de
Larrea anunciaron sendos votos concurrentes. El Ministro González
Alcántara Carrancá anunció voto particular.

Se aprobó por mayoría de nueve votos de la Ministra y los Ministros Gutiérrez


Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas con
reservas sobre el test de proporcionalidad, Aguilar Morales, Piña Hernández
apartándose de las consideraciones del test de proporcionalidad, Medina
Mora I., Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea
en contra de las consideraciones del test de proporcionalidad, respecto del
apartado VIII, relativo a la intervención policiaca y reglas de detención y
remisión al ministerio público, en su subapartado VIII.1, relacionado con las
obligaciones de los agentes de la policía cuando están en contacto con niños,
niñas, adolescentes y/o adultos jóvenes, en su parte segunda, consistente en
declarar la invalidez del artículo 23, fracción VII, en la porción normativa
“niños, niñas”, del Código de Justicia Especializada para Adolescentes del
Estado de Michoacán. El Ministro Pardo Rebolledo votó en contra y anunció
voto particular. Los Ministros González Alcántara Carrancá, Aguilar Morales
y Medina Mora I. anunciaron sendos votos concurrentes.

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas
con reservas sobre el test de proporcionalidad, Aguilar Morales, Pardo
Rebolledo, Piña Hernández apartándose de las consideraciones del test de
proporcionalidad, Medina Mora I., Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente
Zaldívar Lelo de Larrea en contra de las consideraciones del test de
proporcionalidad, respecto del apartado VIII, relativo a la intervención
policiaca y reglas de detención y remisión al ministerio público, en su
subapartado VIII.1, relacionado con las obligaciones de los agentes de la
policía cuando están en contacto con niños, niñas, adolescentes y/o adultos
jóvenes, en su parte segunda, consistente en declarar la invalidez del artículo
23, fracción VII, en la porción normativa “Federal”, del Código de Justicia

189
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán. Los Ministros


González Alcántara Carrancá, Aguilar Morales y Medina Mora I. anunciaron
sendos votos concurrentes.

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas,
Aguilar Morales, Pardo Rebolledo, Piña Hernández por la invalidez adicional
de otras porciones normativas, Medina Mora I. en contra de algunas
consideraciones, Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de
Larrea por la invalidez adicional de otras porciones normativas, respecto del
apartado XII, relativo al internamiento como medida tras el juicio, en su
subapartado XII.1, relacionado con las reglas generales del internamiento,
consistente en declarar la invalidez de los artículos 113, párrafo tercero, en la
porción normativa “limitar la libertad de tránsito de adolescentes o adultos
jóvenes, de modo”, y 115, en la porción normativa “mental”, del Código de
Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de Michoacán.

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas
en contra de las consideraciones del test de proporcionalidad, Aguilar
Morales, Pardo Rebolledo, Piña Hernández separándose de las
consideraciones, Medina Mora I. separándose de algunas consideraciones,
Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea en contra
de las consideraciones del test de proporcionalidad, respecto del apartado
XII, relativo al internamiento como medida tras el juicio, en su subapartado
XII.2, relacionado con las disposiciones que regulan el internamiento
domiciliario, consistente en declarar la invalidez del artículo 116, párrafo
segundo, en la porción normativa “La finalidad de esta medida es la privación
del derecho a la libertad de tránsito en los límites del propio domicilio”, del
Código de Justicia Especializada para Adolescentes del Estado de
Michoacán.

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas
en contra de las consideraciones del test de proporcionalidad, Aguilar

190
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

Morales, Pardo Rebolledo, Piña Hernández separándose de las


consideraciones, Medina Mora I. apartándose de las consideraciones del test
de proporcionalidad, Laynez Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo
de Larrea en contra de las consideraciones del test de proporcionalidad,
respecto del apartado XII, relativo al internamiento como medida tras el juicio,
en su subapartado XII.3, relacionado con los preceptos que reglamentan el
internamiento en tiempo libre, consistente en declarar la invalidez del artículo
118, párrafos segundo, en la porción normativa “La finalidad de esta medida
es la privación intermitente de la libertad de tránsito y”, y tercero, en la porción
normativa “En lo posible”, del Código de Justicia Especializada para
Adolescentes del Estado de Michoacán.

En relación con el punto resolutivo cuarto:

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas
con reservas, Aguilar Morales con salvedades, Pardo Rebolledo en contra de
algunas consideraciones y con precisiones en cuanto al sentido de su voto,
Piña Hernández con reservas en cuanto a los lineamientos a los operadores
jurídicos, Medina Mora I., Laynez Potisek con reservas, Pérez Dayán y
Presidente Zaldívar Lelo de Larrea en contra de algunas consideraciones y
con precisiones en cuanto al sentido de su voto, respecto del apartado XVI,
relativo a los efectos de la sentencia.

En relación con el punto resolutivo quinto:

Se aprobó por unanimidad de diez votos de la Ministra y los Ministros


Gutiérrez Ortiz Mena, González Alcántara Carrancá, Franco González Salas,
Aguilar Morales, Pardo Rebolledo, Piña Hernández, Medina Mora I., Laynez
Potisek, Pérez Dayán y Presidente Zaldívar Lelo de Larrea.

El Ministro Presidente Zaldívar Lelo de Larrea anunció voto concurrente


genérico.

191
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

La Ministra Piña Hernández se adhirió al voto concurrente genérico del


Ministro Presidente Zaldívar Lelo de Larrea, con la anuencia de éste.

El Ministro Medina Mora I. anunció voto concurrente general, particularmente


respecto del estudio del artículo 122 impugnado.

El Ministro Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea no asistió a la sesión de


cuatro de marzo de dos mil diecinueve previo aviso. En esa sesión, el Ministro
Franco González Salas asumió la Presidencia del Tribunal Pleno en su
carácter de decano, en atención a lo establecido en el artículo 13 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

El Ministro Presidente Zaldívar Lelo de Larrea declaró que el asunto se


resolvió en los términos precisados, dejando a salvo el derecho de la Ministra
y los Ministros de formular los votos que consideren pertinentes.

Firman los señores Ministros Presidente y el Ponente con el Secretario


General de Acuerdos, que da fe.

PRESIDENTE DE LA SUPREMA CORTE


DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

MINISTRO ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA

PONENTE

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA

192
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 8/2015

SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS

LIC. RAFAEL COELLO CETINA

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