Matematicas Egipto
Matematicas Egipto
Matematicas Egipto
Economía
• La Gran Casa.
• Los dominios reales.
La competencia del visir sobre estas áreas no quiere decir tampoco que su
gobierno fuera directo sobre cada una de ellas. Podían existir encargados en cada
una a las órdenes del visir (Cancilleres), cada uno de los cuales requería el trabajo
de un grupo de escribas que contrataban trabajadores para que cumpliesen las
tareas asignadas al director correspondiente. Se constituía así una trama
burocrática y administrativa en referencia a estos campos de gobierno que daban
lugar a nombramientos y carreras administrativas que aparecen reflejadas en las
tumbas de los nobles, a veces con titulaciones que no corresponden a funciones
específicas sino que parecen de carácter honorífico (como es el de Compañero
Único, por ejemplo) y otras cuyas funciones son imprecisas y aún están en estudio.
¿Existía la
propiedad
privada?
¿Qué
formas
adoptaba?
La iniciativa
económica
privada, de
existir, no
podría darse sin
la propiedad privada. Desde los primeros tiempos dinásticos los faraones egipcios
donaron algunos terrenos de sus dominios no sólo a fundaciones piadosas sino a
particulares, fundamentalmente altos funcionarios pertenecientes a la nobleza que
destacaban por sus servicios al rey. Las tierras donadas por el faraón podían
heredarse y ello parece haber sido una constante a lo largo de la historia egipcia
pero, a fin de cuentas, la tierra seguía siendo de propiedad del faraón y se
necesitaba una real orden para que dicha heredad no revirtiera de nuevo en el
faraón a la muerte del usufructuario. Hay que distinguir, no obstante, entre las
tierras donadas a una persona por sus servicios al faraón, que podían pasarse con
facilidad de padres a hijos, y las tierras adjudicadas a una persona en razón de un
cargo, como es el caso de gobernador del nomo. Estas volvían inmediata e
íntegramente a la corona en caso de que otra persona fuera nombrada para dicho
cargo en sustitución de la anterior.
En general, los períodos de tiempo en que el poder central se debilitaba coinciden
con una mayor disponibilidad de las tierras para ser donadas, cedidas o canjeadas
entre particulares. Sucede lo mismo que con el cargo de nomarca. Dependiente del
nombramiento del faraón fue adquiriendo carácter hereditario a finales del
Imperio Antiguo de manera que durante el período siguiente (Primer Período
Intermedio) el aparente caos de la administración central conlleva la emergencia y
autonomía de estos gobernadores que disponen de las tierras bajo su cargo (en
principio, ligadas exclusivamente a su función) como propias.
El modelo redistributivo viene a describir adecuadamente la situación pero sólo
en el caso de un gobierno central fuerte. Los períodos intermedios de la antigua
historia egipcia se caracterizan por una debilidad del control faraónico que
permite la emergencia de las iniciativas locales y privadas. A ese propósito se han
mencionado los interesantes documentos de Hekanakthe, un funcionario que vivió
hacia finales de la dinastía XI. Poseedor de un dominio en Nebesyt, cerca de Tebas
(en el Alto Egipto), debía viajar durante algo más de un año por el Bajo Egipto
desde donde fue enviando cartas a la persona encargada de la administración de
sus tierras y a sus familiares para que dicha labor se hiciese correctamente. En
ellas, además de comentar el hambre que presencia en su recorrido planteaba
situaciones de la administración de sus tierras: Percepción de rentas de pequeños
agricultores, almacenamiento de grano y distribución de raciones y, sobre todo,
referencias a mecanismos tan extraños al modelo redistributivo como el beneficio
tal como se manifiesta en la petición de que no se venda todavía un animal
determinado porque en el norte vale más de lo que dan en el sur. Documentos de
este tipo confirman la existencia de un marco de relaciones económicas privadas
cuyo alcance es difícil precisar.
Los tratantes navegan río abajo y río arriba, atareados cual abejas, llevando
mercancías de una ciudad a otra y suministrando lo que haga falta.
La unidad
administrativa que
supuso la organización
centralizada de Egipto
conllevó la adopción de
unidades comunes para
las distintas partes del país. Sin embargo, recientemente se ha sostenido el hecho de
que la unidad de longitud antes expuesta debe recibir el calificativo de 'codo real',
siendo su uso el más extendido en la administración, en contraposición a otra
unidad denominada 'codo corto'.
Este 'codo corto' sería un palmo más reducido ( 1 codo corto = 6 palmos ) y su
utilización estaría presente en todas las formas artísticas (pintura y escultura).
Más cuestionable es el hecho de si existían subunidades de la misma naturaleza
antropomórfica para el 'codo corto', entre las que habría que contar:
• El 'setat' es la unidad
fundamental de
superficie equivalente a
un cuadrado de 1 'khet'
de lado.
• Dada la equivalencia del
'khet' de longitud,
resulta que 1
setat = 10.000 codos cuadrados.
• 1 khar = 5 heqat-
cuádruple = 20 heqat = 200 hin
• 1 heqat-
cuádruple = 4 heqat = 40 hin
• 1 heq
at = 10 hin
Operaciones aritméticas
¿Cómo sumaban y restaban cantidades?
En un caso aparentemente tan sencillo como sumar, por ejemplo, 18 y 36 deben
de cobre, resulta complicado dilucidar cuál era la forma real de hacerlo por parte
del antiguo egipcio. Si era una operación de uso cotidiano es muy posible que no
interviniesen los símbolos escritos en ningún momento y se realizase la operación
mentalmente. Pero si se hacía así, existen al menos dos caminos: El primero
consiste en sumar las unidades por un lado (8 + 6 = 14), luego sumar las decenas
(1+ 3 = 4) para, finalmente, acumular la decena obtenida al principio para dar el
resultado (4 unidades y 4+1 = 5 decenas). El segundo correspondería a la forma
más habitual de cálculo mental, empezar a sumar por la unidad de orden superior
(10 + 30 = 40) y luego ir sumando las unidades (40 + 8 = 48, 48 + 6 = 54).
El cálculo escrito era más habitual en la contabilidad que llevaban los escribas
para el caso en que fueran varios sumandos y no sólo dos. Entonces se hacía
necesario emplear una serie de reglas que sistematizaran lo que se acaba de
exponer para el cálculo mental. Esas reglas dependerán en gran medida de la
forma de escritura: jeroglífica o hierática.
En el caso de la primera resulta indiferente el orden en que se colocan los
sumandos (siguiendo la forma de escritura, sería en horizontal y de derecha a
izquierda), dado que los signos de las unidades y decenas aparecen claramente
diferenciados. Tras su colocación se contarían los símbolos de la unidad (8 + 6 =
14) dejando cuatro de ellos y sustituyendo diez por el símbolo de la decena.
Finalmente, se contarían las decenas.
Sin embargo, debe recordarse que en la contabilidad cotidiana, contexto
fundamental de las sumas de cantidades para los escribas, la escritura era
hierática de manera que existía un símbolo para el 10, otro para el 40, uno más
para el 6 y por fin uno para el 8. La resolución de 6 + 8 no es tan inmediata como
'contar símbolos de la unidad' puesto que 6 y 8 no muestran explícitamente estos
símbolos. Sería necesaria la realización de sumas mentales parciales de manera
que resultaba necesario saber previamente que 6 + 8 = 14. ¿Cómo se hacía esto?.
Quizá se tuviera una adecuada representación mental de la decena de forma que
esta suma fuera fácilmente realizable, como actualmente. Sin embargo, Gillings
opina que los escribas dispondrían de tablas de descomposición de números en
distintos sumandos, tablas que pudieran ser consultadas en estos casos.
Probablemente, estas tablas (de un modo semejante a las actuales de multiplicar)
fueran de uso escolar hasta que la práctica del escriba le permitiese prescindir de
ellas.
2 9 11 2 8 10 2 7 9
3 9 12 3 8 11 3 7 10
4 9 13 4 8 12 4 7 11
5 9 14 5 8 13 5 7 12
6 9 15 6 8 14 6 7 13
...... ...... ......
Estas tablas, en caso de existir, revelarían sobre todo la relación recíproca entre
la actividad de añadir (sumar) y quitar (restar). Así, es cierto que 2 + 9 = 11 pero
también se pondría de manifiesto que 11 - 2 = 9. No existen demasiados testimonios
sobre la actividad de restar pero se encuentran expresiones en el papiro Rhind
como 'Calcular el exceso de 45 sobre 10, es 35' (problema 72) o 'Completar 2/3 1/30
hasta 1' (problema 22) que revelan que la resta no era tomada como 'minuendo
menos sustraendo' sino como encontrar qué añadir al sustraendo (completa el
sustraendo) para llegar al minuendo: 2 + ? = 11.
La realización del intercambio, una vez establecido el precio final (30 deben)
puede haberse realizado de dos maneras: Mediante una suma acumulada de forma
que se llegase finalmente a 30 deben (aunque ello supondría un cálculo paralelo de
la cantidad que restaba para completar la cantidad final) o bien mediante el
cálculo de la cantidad a débito, es decir, qué falta en cada momento para llegar a
dichos 30 deben. Sea cual sea el procedimiento es indudable que la realización de
cálculos aritméticos, sean mentales o escritos, debían ser harto frecuentes en toda
clase de trueques.
36 1
72 2
144 4
288 8
36 1
72 2
144 4
288 8
540 15
obteniéndose 36 x 15 = 540
23 1
46 2
92 4
184 8
368 16
391 17
Obsérvese que el caso planteado ha sido una división exacta. ¿Qué sucede cuando
la división fuera inexacta?. Los egipcios abren entonces el campo de trabajo al
generalizar el número de veces a valores no enteros, es decir, considerar 1/2
repetición, 1/3 de repetición y, en general, todo tipo de valores fraccionarios que
permiten completar el dividendo y, al tiempo, suponen una de las necesidades
operativas de donde surge el uso sistemático de las fracciones.
Superficies
Campos de bordes rectilíneos
¿Cómo hallaban el área del rectángulo?
El rectángulo era la forma básica de los campos egipcios, aunque no la única.
Solían estar alineados uno junto a otro con uno de los lados más cortos en contacto
con el canal de riego, al objeto de beneficiarse del
agua ocupando el menor sitio posible.
Además de las consideraciones sobre la unidad
básica de superficie, fuera el codo cuadrado o el
setat, lo cierto es que los escribas de la época
parecen haber comprendido perfectamente el hecho
de que la superficie de un campo rectangular se
obtiene multiplicando las dimensiones lineales de sus
lados. De manera que la unidad original de
superficie es el cuadrado y les resulta fácil inferir que habrá tantos cuadrados
inscritos en un rectángulo como resulte de la multiplicación del largo por el ancho.
b
a c
d
Estos números se acompañan del cálculo de sus superficies cuyos resultados
coinciden con la aplicación de una fórmula explícitamente conocida por los
romanos, consistente en multiplicar la semisuma de los lados opuestos, es decir,
hallar (a+c)/2 x (b+d)/2 Es indudable que esta fórmula aproximativa bastaba
en muchos casos para llegar a una expresión suficientemente cercana de la
superficie del campo, a partir de la cual y según la calidad de la tierra, poder
calcular su futura producción en sacos de cereal y, consiguientemente, las tasas
que habrían de exigirse al campesino.
Los datos numéricos de las dimensiones, además, han permitido tener una idea
cabal de las formas de los campos cuadriláteros que son registrados en papiros
administrativos como el Reinhardt o el Wilbour, entre las que sobresalen
rectángulos de distintas dimensiones y una variada clase de trapecios y trapezoides.
La forma de
cálculo coincide
plenamente con
la actual:
• Añadir su
base a su
línea
truncada,
hace 10.
• Tomar la
mitad de
10, es decir, 5 para (un lado de) su rectángulo.
• Multiplicar 20 veces 5, hace 100. Este es el área.
Problemas de superficies
¿Cómo se encontró el papiro de Moscú?
El papiro de Moscú, actualmente en el
Museo de Bellas Artes de esta ciudad, es el
segundo documento en importancia dentro
de los pocos existentes sobre la matemática
egipcia. Formaba parte de la colección
Golesnichev, un viajero ruso que lo recibió
en 1893 por una módica suma de un
miembro de la familia Abd el Rassoul,
conocidos por ser los detentadores por
años del secreto sobre la localización de
una serie de momias reales en Deir el
Bahari.
Es un papiro de considerable longitud
(más de cinco metros) pero muy estrecho
(del orden de siete centímetros de ancho) y se ha datado en la dinastía XII (sobre
1890 a.C.), siendo probablemente una copia de un papiro original del Imperio
Medio, al igual que el papiro Rhind. Presenta una colección de 25 problemas
resueltos sobre actividades matemáticas cotidianas, destacando entre todos ellos el
problema 14 que muestra el cálculo del volumen de una pirámide truncada.
• En primer lugar, calcular con 1/2 1/4 hasta 1, es decir, hallar el inverso 1 /
(1/2 + 1/4) que da como resultado 1 1/3:
1 1/2 1/4
1/3 1/6 1/12 = 1/4
1 1/3 1/2 1/4 1/4 = 1
Este paso correspondería a colocar el término (1/2 + 1/4) en el miembro de la
izquierda de la igualdad.
Como se puede apreciar, pues, los mismos pasos que desde una perspectiva
actual tendrían un sentido algebraico determinado es más probable que
respondieran a un enfoque de significado geométrico y proporcional dando lugar a
idéntico procedimiento operativo.
Hay que tener en cuenta que el término idb parece indicar la relación entre la
altura y la base del triángulo. Pues bien, los pasos en que el escriba divide el
procedimiento pueden interpretarse
del mismo modo en que se ha hecho
con el problema anterior:
64 setat 72 setat
Total: 81 setat
Dada la ausencia de explicaciones en el
problema y la ambigüedad en el trazado de las
figuras por el escriba, se
ha sugerido por Chace
que la figura encerrada
en el cuadrado es un
círculo directamente y no
un octógono. Frente a
esta postura Gillings
sostiene que el dibujo de
círculos a mano alzada
por el escriba autor del papiro es distinta, como se aprecia en los
dibujos de los problemas 41 y 50. Para apoyar esta interpretación,
se puede añadir que las secciones de las columnas en los templos
egipcios eran frecuentemente cuadradas pero que en el Imperio
Medio (la construcción de Mentuhotep I de su templo funerario en Deir el Bahari es un
buen ejemplo) se desarrolló una columna de sección octogonal y poligonal en general a
partir de la cuadrada. Quizá no sea una coincidencia que el papiro Rhind donde aparece
este cálculo se haya escrito previsiblemente en la misma época.
De todo lo dicho se puede colegir que es más que probable que las dos columnas de
datos dados por el escriba se refieran al cuadrado (la de la derecha) y al octógono
inscrito (la de la izquierda) como una adecuada aproximación al valor de la superficie
circular inscrita.
Fracciones
Uso de fracciones
¿Cómo se empleaban fracciones en la Contabilidad?
Con el deseo de la mayor exactitud, aún admitiendo cierto error por
aproximación, la presencia de fracciones
en todas las actividades contables es
frecuente. Por ejemplo, la medida de la
extensión de los campos cultivados se
hacía muchas veces en forma de fracción.
Si bien no son extraños los terrenos de 5,
10 y 20 aruras (o setat), también se
presentaban otros que oscilaban entre 1/4
y 1 arura lo que reflejaba, entre otras cosas, la gran subdivisión de las donaciones
de tierras efectuada por los faraones del Imperio Nuevo.
En el papiro Wilbour, por ejemplo, aparece la relación de una serie de campos en
esta época junto a notaciones fracciones que es interesante comentar:
Junto a la extensión inicial del campo aparecen unos números en rojo (que puede
ser una serie de ellos) siempre decrecientes. Estos ha sido interpretado como
elementos de tipo fiscal. En el caso II.27, por ejemplo, 5 aruras de terreno sin agua
(es decir, alejados de la orilla y no inundables) debían producir tan poco que su
extensión a efectos fiscales se reducía de 5 a 2 aruras con intención normalizadora
de la tasa a imponer. En los dos siguientes casos la naturaleza del terreno llevaba a
una reducción de la extensión a la mitad. Sin embargo, el punto más interesante es
el último, el VI.19, cuya serie de números parece denotar la imposición de una
serie consecutiva de reducciones fiscales que tendrían en cuenta otros elementos
imposibles de determinar actualmente para hacer dos reducciones a la mitad y,
finalmente, el cálculo de los 3/4 de la cantidad anterior.
Se encuentra que los hombres suelen estar valorados en 6 2/3 de kite de plata,
pero ello obliga a realizar multiplicaciones cuando el grupo de trabajadores
incluye a varios de ellos. Así, en el caso de los apicultores:
5 x 6 2/3 = (5 x 6) + (5 x 2/3) = 30 + 3 1/3 = 33 1/3 kite = 3 deben y
3 1/3 kite de plata
La cuestión se complica cuando no todos los trabajadores son valorados
igualmente, como sucede en el caso de los cultivadores. Como uno de ellos es el jefe
resulta que cuatro reciben la cantidad usual:
4 x 6 2/3 = 24 + 2 2/3 = 26 2/3 kite
correspondiendo al jefe de los cultivadores:
(4 deben y 1 kite) - (26 2/3 kite) = 41 - 26 2/3 = 14 1/3 kite = 1
deben y 4 1/3 kite
Así, numerosas operaciones con fracciones eran exigibles para garantizar la
mayor aproximación al resultado exacto, lo que no era óbice para que el escriba no
redondeara de forma aproximada cuando a su criterio tal precisión era innecesaria.
Los jarrones de plata, por ejemplo, podrían haberse expresado como 112 1/2
deben pero ello se elude con el uso del submúltiplo kite, equivalente a 1/10 de
deben. Lo mismo sucede con las cajas grandes con tapa, por ejemplo, puesto que
105 deben y 4 kite son equivalentes a 104 2/5 deben. No obstante, este material
revela algunas operaciones ocultas interesantes. Así, dado que hay 31 cajas ello
supone que un determinado valor original ha debido ser multiplicado por 31 para
obtener 105 deben y 4 kite. ¿Cuál es el valor original de esta caja grande por el que
el escriba debía multiplicar?.
En forma de deben el resultado que sale es de 3 2/5 deben pero, como se verá más
adelante, una fracción como 2/5 no era admisible por los escribas, que reducían su
trabajo a las fracciones unitarias. Por ello, deberían haber considerado un precio
original de 3 1/3 1/15 deben por caja. Si comparamos este valor por el
equivalente resultante de emplear kite (3 deben y 4 kite), la facilidad que implicaba
esta última expresión resulta obvia:
31 x (3 deben y 4 kite) = (31 x 3 deben) + (31 x 4 kite) = 93 deben + 124
kite = 105 deben + 4 kite
Concepto de fracción
¿Por qué sólo emplearon fracciones unitarias?
Salvo la excepcionalidad constituida por el 2/3 y la más tardía del 3/4, los
escribas egipcios sólo utilizaron en sus cálculos fracciones unitarias. Ello significa
que no generalizaron el concepto numérico de fracción debido, probablemente, a
que dicho concepto presentaba unas limitaciones epistemológicas que les impedía
verlo como un número. Para explicar por qué hay que remitirse al origen
funcional de las fracciones, es decir, los contextos y situaciones en que se inscribe
su uso.
Básicamente, la fracción surge en un contexto de medida y en otro de reparto.
Supóngase un ejercicio sencillo como dividir dos panes entre ocho personas. Para
hacerlo, basta dividir cada uno en cuatro partes (1/4). Más sencillo de efectuar en
la práctica sería el dividir cada pan en dos partes iguales y cada una de estas
partes en otras dos (1/2 de 1/2 es igual a 1/4). La acción de reparto es
particularmente sencilla por este procedimiento de divisiones sucesivas por la
mitad, lo que es el motivo de que las fracciones de Horus (1/2, 1/4, 1/8, 1/16, 1/32,
1/64) hayan sido de uso tan frecuente.
La cuestión se complica si el número de personas entre las que hay que repartir
los dos panes es distinto de una potencia de dos. Dividir dos panes entre seis
personas, por ejemplo, supondría partir cada pan en dos partes y cada una de ellas
en tres partes iguales (1/3 de 1/2 es igual a 1/6).
Pero ¿qué sucede cuando el número de personas es
impar?. Por ejemplo, un número sencillo como
cinco.
En este caso, se puede dividir cada pan en tres
partes iguales de manera que, en un primer
reparto, se de 1/3 de pan a cada persona. Con ello
sobraría una de las tres partes correspondiente a
un pan que, a su vez, habría que dividir en cinco
partes iguales para repartir por igual. Cada uno de
los trozos resultante supondría 1/5 de 1/3 de pan, es
decir, 1/15 de pan.
En resumen, cada persona no se llevaría 2/5 de
pan sino 1/3 + 1/15 , lo que lleva a establecer para
el escriba egipcio la
igualdad: 2/5
= 1/3 + 1/15
Dentro del contexto de reparto, por consiguiente, la fracción no es un número
susceptible de ser generalizado, sino la expresión de una acción de reparto. Y en el
reparto tal como ha sido expuesto sólo son admisibles las fracciones unitarias. Es
por ello que, debido al origen de la fracción y a la limitación contextual del mismo,
el egipcio nunca pudo superar la noción de la fracción en relación a la acción que
la fundamenta.
Bajo este símbolo se colocaba el denominador escrito del modo usual como tal
cantidad numérica. Dentro de este esquema existían dos excepciones: la mitad
tenía un símbolo propio, una especie de U inclinada donde se mostraban los dos
brazos iguales de la U (tal vez por las dos partes iguales en que se dividía la
unidad). Algo similar sucede con el 2/3, la fracción excepcional, que mostraba o
bien un símbolo de ro con dos palos desiguales debajo o el mismo símbolo
atravesado por una U invertida con dos brazos desiguales. El sentido de estos
signos consiste en reflejar el hecho de que la unidad se dividía en tres partes de las
cuales se consideraban dos de ellas (el brazo más corto de la U en relación con el
otro).
Problema 61B: (Regla para) tomar 2/3 de una fracción desigual (es decir,
la recíproca de un número impar). Si te dicen ¿Cuál es 2/3 de 5?, tomas
los recíprocas de dos veces 5 y seis veces 5. Tú haces lo mismo para hallar
2/3 del recíproco de cualquier número impar.
Lo que se viene a decir es que, para hallar 2/3 de 1/5, se deben considerar 1/(2 x
5) + 1/(6 x 5) y, de forma general, 2/3 de 1/n = 1/2n +
1/6n , con n impar
La forma en que se llega a esta regla
procede de nuevo de la idea de reparto. Si se
quieren dividir dos panes entre tres personas,
lo más sencillo consiste en dividir cada pan
en dos partes iguales. Tras dar 1/2 a cada
una sobre una mitad que, a su vez, se divide
en tres partes iguales cada una de las cuales
(1/3 de 1/2 igual a 1/6) se da a cada persona
para concluir el reparto. En otras palabras,
se llega a que
2/3 = 1/2 + 1/6
de modo que, para hallar los 2/3 de
cualquier número (incluidos los de la forma
1/n con n impar), basta hallar la mitad de
ese número y luego la tercera parte de esa mitad añadiéndosela a la anterior.
Obsérvese cómo la naturaleza conceptual de la fracción propia de los egipcios
impide la acción más sencilla de hallar una tercera parte de dicha cantidad
original repitiéndola de nuevo (1/3 + 1/3 = 2/3). Ello significaría tratar a las
fracciones como números generalizables, consideración no coherente con el marco
conceptual en que habían construido el concepto de fracción.
1 6 1/4 1/8
2 12 1/2 1/4
1/2 3 1/8 1/16
1/4 1 1/2 1/16 1/32
2 1/2 1/4 16 1/2 1/2 1/4 1/8 1/16 1/16 1/32
1 1/7
1/2 1/14
1/4 1/28
1 1/2 1/4 1/7 1/14 1/28 = 1/4
Sumas de fracciones
¿Qué es el Rollo de Cuero?
En 1864 el British Museum adquiría un conjunto de documentos egipcios que
habían estado en posesión de Henry Rhind y que se habían puesto a la venta tras
su fallecimiento. Entre ellos estaba un rollo de cuero en un estado tal que hacía
difícil, con las técnicas de la época, su desenrollamiento. El profesor Griffith pudo
examinarlo constatando la presencia de signos aritméticos que, unidos al hecho
comprobado de que parecía haberse encontrado en la misma habitación que el
papiro Rhind, hizo concebir unas grandes esperanzas respecto a su contenido.
Cuando finalmente en 1927 pudo desenrollarse de manera adecuada se comprobó
que sólo registraba un conjunto de sumas de fracciones en cuatro columnas, de las
que las dos últimas parecían copias fieles de las dos primeras. Esta fidelidad en la
copia sugería que se trataba de un mero ejercicio de práctica en dichas sumas para
mejorar el aprendizaje de un estudiante avanzado (los símbolos están escritos con
mucho cuidado), hecho que parece completar el cuadro de un papiro Rhind
dedicado fundamentalmente a la enseñanza. En suma, que aquella habitación
parecía pertenecer a la casa de un maestro de futuros escribas.
El estudio realizado el mismo año de conocerse su contenido por Glanville
mostró que, pese a no responder a las grandes expectativas creadas, el Rollo de
Cuero no estaba exento de interés. Atendiendo a las columnas tercera y cuarta (las
más legibles y completas) había un total de 26 sumas distintas de fracciones que,
como Gillings ha mostrado posteriormente, se pueden agrupar de un modo que
refleja el conocimiento egipcio sobre la suma de fracciones. Este autor utiliza para
su agrupamiento la propia estructura numérica de las fracciones implicadas
mediante dos criterios:
1 1/14
1/2 1/28
1/4 1/56
1 1/2 1/4 1/14 1/28 1/56
Al resultado de la columna derecha le es aplicable el generador (1,2,4) de
manera que el resultado directamente es de 1/8.
1 1 1/2 1/8
1/2 1/2 1/4 1/16
1/4 1/4 1/8 1/32
1/5 1/5 1/10 1/40
1 1/2 1/8 1/4 1/5 1/8 1/10 1/32 1/40
Se puede simplificar la expresión resultante teniendo en cuenta que, por el
generador (1,4) resultará que
1/10 + 1/40 = 1/8
quedando: 1/4 1/5 1/8 1/8 1/32 = 1/4 1/4 1/5 1/32 = 1/2 1/5 1/32
1 1/4 1/28
1/2 1/8 1/56
1/4 1/16 1/112
1 1/2 1/4 1/4 1/8 1/16 1/28 1/56 1/1
12
1 1/4 1/28 7 1
1/2 1/8 1/56 3 1/2 1/2
1/4 1/16 1/112 1 1/2 1/4 1/
4
El Recto
Importancia del Recto
¿Qué es el papiro Rhind?
Henry Rhind fue un viajero inglés que, por problemas de salud, estuvo visitando
Egipto en 1858. En ese tiempo era frecuente la venta de papiros antiguos a los
escasos pero adinerados viajeros occidentales. De esta forma, Rhind adquirió en
Luxor un largo papiro de más de cinco metros de longitud que, al decir de los
vendedores, había sido encontrado en una estancia cercana al Rameseum. Tras
comprobar la importancia matemática de dicho papiro, conocido desde entonces
como papiro Rhind, el norteamericano Edwin Smith siguió las indicaciones dadas
para buscar la citada estancia. Una vez localizada pudo hacerse con un papiro
médico (el papiro Smith), el Rollo de Cuero a que se ha hecho referencia al tratar
de fracciones, y un trozo de pergamino matemático que llevó a su país y que
terminó en el museo de Brooklyn de New York.
Mientras tanto y a la muerte de Rhind, el papiro más importante de la
matemática egipcia, fue vendido por su albacea en 1865 al British Museum
descubriéndose entonces que el trozo conservado en Brooklyn correspondía a una
parte del papiro conservado en Londres.
La primera edición completa corresponde a un estudio de Eisenlhor en 1877 al
que siguió finalmente la primera edición facsimilar por el British Museum en 1898.
Desde entonces el papiro Rhind ha merecido diversos estudios y nuevas ediciones
entre las que se pueden destacar la de Peet (1923) y la de Chace (1927),
probablemente la más completa. La última edición habida hasta ahora, la de
Clagett (1999) se basa precisamente en la última mencionada y ha sido la base de
los textos mencionados en estas páginas.
El papiro Rhind se puede situar cronológicamente gracias a la introducción del
mismo donde su autor, el escribas Ahmes, escribe lo siguiente:
Los datos aportados parecen indicar que esta copia se realizó durante el Segundo
Período Intermedio y bajo el reinado de Apofis I (1585 - 1542 a.C.), el primer rey
hicso que adoptó un nombre egipcio estableciendo unas buenas relaciones con los
reyes tebanos que dominaban el Alto Egipto. Que el papiro terminara cerca de
Tebas sólo puede ser debido a que, tras la caída de Ávaris, la capital hicsa en el
Delta, un escriba se lo llevara hacia la nueva capital.
Para la interpretación del contenido del papiro sí es fundamental considerar dos
aspectos del mismo:
• En primer lugar, la expresión 'haz lo mismo cuando encuentres un
problema semejante' con que se acaban muchos de sus resultados permite
suponer que el papiro estaba destinado a ser un instrumento de enseñanza
para futuros escribas. El haberlo encontrado en el mismo lugar que el Rollo
de Cuero, en el que se aprecia la copia repetida de sumas de fracciones,
actividad típica del aprendizaje, parece confirmar esta característica del
papiro Rhind.
• En segundo lugar, en la introducción se declara el hecho de ser una copia de
un papiro anterior. La referencia concreta a un rey sitúa la redacción
original aproximadamente en el reinado de Amenemes III (1844 - 1797 a.C.)
y, por tanto, recoge una tradición de resultados matemáticos en torno a la
utilización de fracciones, tradición en que estarían implicadas
previsiblemente varias generaciones de escribas, habida cuenta de que este
oficio se transmitía con frecuencia de padres a hijos.
1 2 1/5 1/8
2 4 1/3 1/15 1/4
4 8 2/3 1/10 1/30 1/2
7 15 1/2 1/4 1/5 1/8 1/10 1/15
1/30
Ahora bien, la generalización de este método a las fracciones 2/n con n primo no
es inmediata. Los tres casos planteados tienen la peculiaridad de que el primer
reparto se hace en un número de partes par, lo que está de acuerdo con los
criterios empleados en general por el escriba. Por otro lado, dicho reparto inicial
deja un solo trozo sobrante, lo que también es un criterio preferente en el redactor
del Recto, de manera que sólo se puede hacer un reparto directo entre el número
de personas dadas para obtener una descomposición en dos sumandos,
nuevamente entre los criterios exigidos a la tabla. Así pues, hay tres criterios que
se están verificando y que pueden no cumplirse en otros casos:
Caso 2/13
La primera división de cada pan podría ser en 7 partes de forma que el resto
fuera el menor posible, pero ello supondría tratar con fracciones de denominador
impar (1/7), por lo que se opta por un primer reparto en 8 partes (1/8 a cada
persona). Quedan así tres partes de 1/8 por repartir (3/8) que podrá expresarse
como dos de ocho (1/4) y una de ocho (1/8). Estas partes sobrantes se dividirían ya
en 13 partes cada una dando lugar a la descomposición:
2/13 = 1/8 + 1/4.13 + 1/8.13 = 1/8 + 1/52 + 1/104
Caso 2/17
Caso 2/35
Si esta fracción se considera dentro de la familia del 2/5, se
obtendría 2/35 = 1/21 + 1/105 que presenta denominadores impares. En caso de
tomarla a partir de la familia 2/7 se llegaría a 2/35 = 1/20 + 1/140 que parece
admisible a la vista de los criterios enunciados hasta ahora. En cambio se
considera
2/35 = 1/30 + 1/42
que ciertamente presenta un mayor equilibrio numérico pero a cambio deja en la
incógnita la forma poco usual en que el escriba ha podido determinarla. La pista
fundamental para inducir el procedimiento seguido aparece en el propio papiro al
presentar
1/35 1/30 1/42
6 7 5
¿Qué significan estos nuevos auxiliares rojos?. Conociendo ya su funcionamiento,
el método utilizado parece atravesar los siguientes pasos:
• Se consideran los múltiplos de 35, es decir, 70, 105, 140, 175, 210, etc.
• Se halla 1/35 de esas cantidades, o sea, 2, 3, 4, 5, 6, etc., respectivamente.
• Se doblan estos números para hallar 2/35 de dichas cantidades, 4, 6, 8, 10,
12, etc.
• Se descomponen estos últimos números en dos sumandos de forma que cada
uno de ellos corresponda a una fracción unitaria de los múltiplos de 35
originales.
• Se van probando estas combinaciones hasta hallar la del múltiplo más bajo
para el que la aplicación de las fracciones anteriores de números enteros.
Así, por ejemplo, si se escoge 140 como múltiplo, los 2/35 de dicha cantidad serán
8 que puede descomponerse, por ejemplo, en dos sumandos 8 = 6 + 2. Pues bien,
ahora habría que buscar fracciones de forma que 1/a (140) = 6 y 1/b (140) =
2 pero no existe a que cumpla estas dos condiciones por lo que se debe probar
potra combinación.
El tanteo sucesivo daría lugar a encontrar el múltiplo 210 de forma que 2/35
(210) = 12, descomponible en 12 = 7 + 5, los números rojos que muestra el papiro.
Ahora bien, 1/30 (210) = 7 y 1/42 (210) = 5, con lo que se comprobaría finalmente
que en la descomposición
2/35 = 1/30 + 1/42
ambos miembros de la igualdad, aplicados a 210, dan el mismo resultado y, por
tanto, son equivalentes.
Caso 2/91
Repartos
Igualdad y desigualdad
¿Qué importancia tenía el reparto?
El modelo redistributivo de la economía egipcia incluía como uno de sus
elementos fundamentales la percepción por los trabajadores egipcios de una
compensación por su trabajo, un conjunto de mercancías que le permitían la
subsistencia a él y a su familia e incluso, en el caso de los puestos más importantes,
un sobrante que pudiera ser objeto de transacciones posteriores. Dado que es la
Administración egipcia la que, en los momentos de gobierno centralizado y fuerte
del faraón, debe distribuir estas mercancías, los testimonios que han llegado en
este sentido provienen de fuentes contables propias de la Administración.
Los ostraca encontrados en Deir
el Medineh, por ejemplo, muestran
un sistema de distribución de
raciones entre los trabajadores de
las tumbas reales agrupados en este
poblado. Su percepción no estaba
exenta de irregularidades
ocasionales como muestra una
‘rebelión’ registrada de los
Se puede observar que el escriba recibe exactamente la mitad que el jefe pero ello
es improbable dada la importancia social del primero. Esto hace suponer que el
escriba cobraba esta cantidad por cada 'tripulación' de trabajadores y, dado que
habitualmente los equipos se dividían en dos 'tripulaciones' (a semejanza del babor
y estribor de los barcos), ello supondría que realmente el escriba cobraba lo mismo
que el jefe.
En líneas generales las relaciones desiguales entre distintas clases sociales en el
momento de recibir sus raciones solían establecerse de manera sencilla
numéricamente y guiadas por los términos de las fracciones Horus. Así, el
problema 65 del papiro Rhind plantea:
1
12
2
24
4
48
8 96
1/3 4
8 1/3 100
Esto querría decir que cada uno de los ocho marineros considerados recibiría 8
1/3 panes pero, dado que los dos más importantes recibirían el doble, habría que
multiplicar por dos esta cantidad para obtener lo que recibirían estos personajes:
2 x 8 1/3 = 16 2/3 pan
Pan Cerveza
Personal Raciones
(1 2/3) (2/3 1/6)
Director 10 16 2/3 8 1/3
Lector principal 6 10 5
Sacerdote jefe 3 5 2 1/2
Escriba 1 1/3 2 1/6 1/18 1 1/9
Policía 1 1 2/3 2/3 1/6
Trabajador 1/3 1/2 1/18 1/4 1/36
Totales 42 70 35
De igual manera se haría en todos los casos restantes, tanto para el pan como
para la cerveza.
Una cantidad, 1/2 de ella y 1/4 de ella, añadidas juntas, son 10 (¿Cuál es la
cantidad?)
Estos problemas de 'pensar una cantidad', como se han denominado, parecen
responder a necesidades prácticas relacionadas con el reparto. En efecto, hay que
tener en cuenta que el papiro Rhind se realizó previsiblemente con un objetivo de
aprendizaje de estudiantes para escriba y, por tanto, se deseaba con él
introducirles en los procedimientos fundamentales para la resolución de los
problemas administrativos que, en el caso del problema 34, podría adoptar la
siguiente formulación:
10 panes se reparten entre 3 hombres de manera que el segundo recibe la
mitad que el primero y el tercero la cuarta parte que el primero. ¿Cuánto
recibe cada uno?.
La solución planteada por el escriba sigue los pasos conocidos: En primer lugar,
se suman las raciones que deben recibir, 1 1/2 1/4 y a continuación se dividen los
10 panes entre este total de raciones:
1 1 1/2 1/4
2 3 1/2
4 7
1/7 1/4
2/7 = 1/4 1/28 1/2
1/2 1/14 1
5 1/2 1/7 1/14 10
Si esta es la cantidad que recibe el primero, el segundo, al que corresponde la
mitad tendrá:
1/2 de 5 1/2 1/7 1/14 = 2 1/2 1/4 1/14 1/28
y el tercero 1/2 de 2 1/2 1/4 1/14 1/28 = 1 1/4 1/8 1/28 1/56
Sin embargo, los métodos de solución pueden ser muy distintos, como se
comprueba examinando la aplicación del 'regula falsi' al problema 25 del papiro
Rhind:
(Dividir) 100 panes entre 5 hombres (de tal forma que las partes estén en
progresión aritmética y que) 1/7 de (la suma de) las tres partes mayores
sea (igual a la suma de) las dos más pequeñas. ¿Cuál es el exceso
(diferencia entre las partes)?
Proporciones
El pesu
¿Cómo se preparaba el pan y la cerveza?
El pan y la cerveza constituían una
forma de alimentación básica para
los antiguos egipcios. Ambos
provenían del cereal a partir de
métodos distintos, si bien el pan solía
relacionarse con el empleo del trigo-
emmer mientras que la cerveza se
obtenía habitualmente de la cebada.
El proceso de su fabricación
constaba de varias fases
fundamentales:
1 320
2 640
1/2 160
3 1/2 1120 ro
1 80
2 160
4 320
10 800
14 1120
Cambios de pesu
¿Para qué cambiaban alimentos de distinto pesu?
Un bloque importante de problemas en el papiro Rhind se dedica a calcular los
cambios en el número de panes o jarras de cerveza cuando el pesu cambia. Así, por
ejemplo, el problema 77 plantea lo siguiente:
155 panes de (pesu) 20 son cambiadas (por panes) de pesu 30. (¿Cuál es el
número de panes?)
1 20
2 40
4 80
1/2 10
1/4 5
7 1/2 1/4 155
de modo que se ha contado con 7 1/2 1/4 de heqats de grano para fabricar estos
panes, tanto los del primer tipo como los del segundo. Así, para calcular el número
de panes de pesu 30, sólo hay que plantear:
Pesu 30 = ? / 7 1/2 1/4
lo que supone realizar la multiplicación: ? = 30 x 7 1/2 1/4
1 7 1/2 1/4
2 15 1/2
4 31
8 62
16 124
30 232 1/2
llegándose a la solución de 232 1/2 panes de pesu 30.
Pesu Panes
10 100
45 ?
para considerar a continuación la diferencia entre los dos valores que presenta
cada variable (pesu y panes) considerando que la proporcionalidad se mantiene:
Pesu Panes
10 100
45 ?
45 - 10 =
? - 100
35
1000 (panes) de (pesu) 5 son cambiados, (la mitad) con (panes de pesu) 10
y (la otra mitad) con (panes de pesu) 20. ¿Cuál es el cambio?
En este caso se da una cantidad inicial que permite, como en los problemas
anteriores, reducir el caso a una cantidad de grano determinada: Pesu
5 = 1000 / ?
? = 1000 / 5 = 200 heqats
A continuación se afirma que la mitad del grano se transforma en panes de pesu
10 y la otra mitad en panes de pesu 20, y con los datos de que se dispone es fácil
encontrar la solución teniendo en cuenta que cada grupo de panes dispone de 100
heqats:
Volúmenes
Los graneros
¿Qué formas tenían los graneros?
Dentro del modelo redistributivo de la economía egipcia, una de las tareas
fundamentales de la
administración faraónica
consistía en la
acumulación de reservas
de grano y su
almacenamiento en
graneros, tanto para su
distribución en tiempos
de hambruna como para
centralizar y controlar su
posterior distribución a
templos, fundaciones y
nomos. No ha quedado
apenas rastro alguno de
estos graneros, tan sólo almacenes como los del Ramesseum indican qué tipo de
edificaciones se llegaron a levantar para cubrir estas necesidades. Sin embargo, los
graneros normales no tenían la forma de estos
almacenes de tan considerable tamaño. Su forma
y estructura se puede deducir a partir de algunos
dibujos y grabados sobre piedra que han
persistido en las tumbas de diversos nobles de
la época.
Durante el Imperio Antiguo hay básicamente
dos formas de almacenamiento del grano: La
más importante es el silo, un cilindro terminado
en una pequeña cúpula. Se puede apreciar que su altura duplicaba y hasta
triplicaba el diámetro de la base, a la par que se levantaban sobre una plataforma
que protegía de la humedad y de los animales, pudiendo alcanzar la tercera parte
de la altura total del silo. La segunda forma de almacenamiento consistía en una
serie de silos unidos (de tres a veinte) cubiertos todos ellos con bóvedas planas.
Es difícil estimar la altura que realmente alcanzaron puesto que sólo puede
deducirse al compararla con las figuras de hombres que aparecen junto a ellos,
pero resulta dudoso que el pintor de la época quisiera mantener las figuras
proporcionales. Por ello, la altura que se ha dado (3 codos) puede ser incierta
aunque es indudable que, en el Imperio Medio, su altura creció casi el doble hasta
llegar a quintuplicar el diámetro de la base. Sin embargo, también se han
encontrado graneros en serie protegidos por un muro, con escaleras para acceder
de unos a otros, y muestran una altura similar a la de los hombres que se dibujan a
su lado. Ello indica que debían existir graneros de baja altura, más ajustados a las
necesidades de un pueblo pequeño con pocos habitantes.
Estos hechos tienen cierto interés para interpretar adecuadamente los datos que
presenta el papiro Rhind en el cálculo del volumen de graneros. Primero, para
indicar que la forma de los graneros está ajustada a los problemas presentados (de
base cuadrada y circular) y que las alturas ofrecidas no son completamente
irreales, aunque sí es cierto que los datos numéricos están preparados para
facilitar los cálculos posteriores.
¿Cuál era el volumen de un granero paralelepípedo?
Este problema resultaba muy sencillo para el escriba que sólo tenía que
multiplicar entre sí las tres dimensiones del paralelepípedo. La única complicación
residía en el cambio de unidades desde las de volumen a las de capacidad. Por
ejemplo, el problema 44 del papiro Rhind afirma
Las pirámides
¿Qué pendientes presentan las primeras pirámides?
Tras el trazado de la base cuadrada de una pirámide los escribas se enfrentaban
a las cuestiones del volumen a través de un primer problema: Determinar la
pendiente que deben tener las paredes laterales y mantener dicha pendiente a lo
largo de toda la construcción.
Hasta llegar a la monumental pirámide de
Keops los arquitectos egipcios hubieron de
construir otras pirámides que denotan cambios
de planes y diferentes criterios empleados. Las
tres pirámides del antecesor de Keops, el rey
Esnofru (2625 - 2585), son el mejor ejemplo de
la diversidad de intentos producidos. La
primera, levantada en Meidum y que
probablemente comenzara su padre Huni, tiene
una elevada pendiente de 51º 50' que provocó
posteriormente su hundimiento parcial. El
propio Esnofru comenzó a levantar otra en Dashur de 54º 27' de pendiente, aún
más vertical que la de su padre, lo que condujo
además, dadas sus mayores dimensiones en la
base, a que el volumen de piedra combara la
estructura interna de la pirámide. Es por ello
que, en un intento de acabarla a toda costa, la
pendiente disminuye abruptamente a una cierta
altura transformándose en otra más suave de
43º 22' que permite su conclusión a una altura
menor que la originalmente prevista.
Finalmente, la tercera pirámide de Esnofru se
levanta en la propia llanura de Dashur y, siendo la definitiva, resulta con una
pendiente igual a aquélla con la que se acabó la pirámide anterior (43º 22') lo que
hace que no presente ningún problema de sobrepeso (de hecho se sigue
conservando en buen estado) y la estructura interna (en particular, los techos en
saledizo que siempre comportan una cierta inestabilidad) no se resienta. Sin
embargo, resulta algo aplanada respecto al prototipo de pirámide, la de su hijo
Keops, que vuelve a una pendiente de 51º 50' que aún será superada por la de
sucesor Kefrén (53º 7'). El volumen de piedra que ello comporta obligará a realizar
unas estructuras de sostenimiento de las cámaras funerarias de gran envergadura.
En líneas generales las pendientes en las pirámides del Imperio Antiguo oscilarán
entre estos valores extremos con la excepción de los 56º 18' alcanzados por la
pirámide de Unas (2371 - 2350).
Así, el problema 56 del papiro Rhind plantea el primer caso en estos términos:
El procedimiento es sencillo y se va a
repetir en varios problemas más del
papiro:
• Dividir el lado de la base por la mitad, 1/2 de 360 son 180 codos al objeto de
formar un triángulo rectángulo.
• Dividir 180 entre la altura 250, dando en este caso 1/2 1/5 1/50 , que resulta
la longitud horizontal que corresponde a la unidad vertical en la unidad que
fuere y todo ello dentro de un triángulo rectángulo semejante al anterior.
• La cantidad 1/2 1/5 1/50 son también los palmos horizontales que
corresponden a un palmo vertical. Como un codo vertical son los 7 palmos
que caracterizan el componente vertical del seked, habrá que multiplicar
por 7 la cantidad anterior para obtener dicho seked:
7 x 1/2 1/5 1/50 = 5 1/25
• Multiplica por dos el seked con el objeto de considerar la base entera en ves
de su mitad como incluye la definición del seked: 2 x 5 1/4 = 10 1/2 dado
que un palmo equivale a cuatro dedos.
• Dividir 7 entre 10 1/2 para reducir el resultado a la relación entre las
mismas unidades, es decir, 7 : 10 1/2 = b
Considerando que el tronco de pirámide tiene una base inferior cuadrada de lado
a y una superior de lado b y siendo la altura h, los pasos del escriba suponen hacer
lo siguiente:
• a2
• axb
• b2
• a2+axb+b2
• 1/3 x h
• V = 1/3 x h x ( a 2 + a x b + b 2 )
De todas formas, la manera que parece más inmediata para calcular este
volumen consiste en partir del correspondiente a la pirámide total y restarle el
volumen de la pirámide que se levanta sobre el corte superior del tronco. Sin
embargo, dicho cálculo no es elemental. Esta diferencia sería:
V = 1/3 a2 k - 1/3 b2 m = 1/3 a2 (h + m) - 1/3 b2 m = 1/3 a2 h + 1/3 a2 m -
2
1/3 b m
llegando a la misma expresión del tronco
de pirámide.
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