Dengue - Tee
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El dengue plantea un desafío considerable para los sistemas de salud pública a nivel global,
se le reconoce como una enfermedad tropical y subtropical, esto siendo en más de 10 países,
por la mordida de un mosquito. La intersección entre el calentamiento global y el cambio
climático, la deforestación, el crecimiento acelerado de las áreas urbanas, la sobrepoblación
y la resistencia a los insecticidas, constituyen causas que provocan la expansión de los
mosquitos, permitiendo que optimicen su ciclo de vida y tasa reproductiva.
La fiebre del dengue originada por el virus del dengue, siendo el Flavivirus, miembro de la
familia Flaviviridae, es transmitido por los mosquitos Aedes genus, mayormente el Aedes
aegypti y albopictus. Este virus de ARN con envoltura de cadena positiva, se caracteriza por
tener cuatro serotipos antigénicamente distintos, DENV-1 a DENV-4, con diferentes genotipos
y tres proteínas estructurales y siete proteínas no estructurales que se han detectado
circulando mundialmente. A pesar de su prevalencia, la patogénesis del dengue sigue siendo
un enigma, debido a la falta de comprensión sobre la compleja relación entre el virus y
nuestros propios factores como huéspedes. La diversidad de manifestaciones clínicas del
dengue es considerable, abarcando desde fiebres leves hasta condiciones más severas como
el shock por dengue (DSS), que se asocia con trombocitopenia, leucopenia y un aumento en
la permeabilidad vascular. Los síntomas adicionales pueden incluir fiebre elevada, cefaleas
intensas, dolores articulares y musculares, erupciones cutáneas, náuseas, vómitos y fatiga.
El diagnosticar el dengue se basa en la combinación de los datos clínicos obtenidos junto con
pruebas de laboratorio. No obstante, la detección de virus y la conversión serológica han sido
los objetivos de la evaluación diagnóstica durante muchos años; sin embargo, la reactividad
cruzada de las respuestas de anticuerpos entre los flavivirus causa confusión al querer hacer
un diagnóstico diferencial. Asimismo, se carece hasta el momento de un biomarcador
diagnóstico único y definitivo que abarque todas las etapas de la enfermedad. Sin embargo,
se han desarrollado pruebas combinadas capaces de identificar marcadores de infección en
diversas fases, tales como la proteína viral no estructural 1 e inmunoglobulina M.
Para tratar la sintomatología se recomiendan medidas como la hidratación, el descanso y el
control de la fiebre, se puede llegar a administrar plaquetas como profilaxis para prevenir
hemorragia, pero esto no está completamente respaldado. Sin embargo, al menos siete
vacunas para el virus del dengue se han estado desarrollando y actualmente están pasando
por diferentes fases en las pruebas clínicas o están bajo una investigación preclínica. Las tres
más vacunas avanzadas son la Dengvaxia, DENVax y la TV003/TV005. La primera vacuna
DENV autorizada fue la tetravalente CYD Denvaxia, pero no ha sido aprobada en todos los
países. Las pruebas de estas tres vacunas demostraron que la diferencia de edad y estado
serológico tienen un impacto directo en la seguridad y eficacia de las vacunas, siendo de
mayor preocupación en ensayos clínicos pediátrico, donde solo Dengvaxia y TAK003 han
sido evaluadas en niños. Un mejor entendimiento de la patogénesis sería vital para la
realización de las vacunas.
En lo que concierne al pronóstico, a pesar de lo incómodo que pueden llegar a ser los
síntomas, no es mortal. Sin embargo, existe un mayor riesgo de manifestaciones graves en
individuos previamente expuestos al virus. Si es que los anticuerpos generados tras la primera
exposición al serotipo del virus del dengue se combinan con el segundo serotipo del virus,
crearán un complejo infeccioso inmune donde ingresarán a las células portadoras de
receptores Fc. Como resultado, el número de las células infectadas aumentará, así como la
producción del virus.
REFERENCIAS
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