HARRIS, OLIVIA - Economía Étnica (OCR) (Por Ganz1912)
HARRIS, OLIVIA - Economía Étnica (OCR) (Por Ganz1912)
HARRIS, OLIVIA - Economía Étnica (OCR) (Por Ganz1912)
Olivia Hams..
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ECONOMIA
ETNICA
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breve biblioteca de bolsillo
1. Cari Troll / Stephen Brush
El eco-sistema andino
3. Olivia Harris
Economía étnica
I'uunits:
Ijbour and produce in a ethnic economy, Northern Potosí, Bolivia.
En: Lehmarui (corop.) Ecofogy andexchange in the Andes. Cambridge:
Cambridge Umvereity Press.
1987
© HISBOL
Casilla 20753
La Paz
D.L. 4-1-428-87
Imprenta "Papiro"
Bernardo Trino 447 La Paz
Teléfono 353890
dice ganzl912
{
1. Introducción 7
2. La tenencia de la tierra y el grupo étnico 11
3. La circulación de los productos 16
4. Dependencia e interdependencia entre Suni
y Likina. 27
5. Fonnas de prestación de trabajo
a) La ayuda (yanapaña): trabajo sin
retribución directa 31
b) Ayni y minien: el trabajo con retri
bución directa 34
6. El problema de la unidad de producción 36
7. Los Laymi y Bolivia
N e tas^ 45
5
H. PUAXSIMA Y QUUQI. LOS PODERES Y 4 EL TRABAJO Y EL PRODUCTO DE
SIGNIFlCAOOS DEL DINERO EN EL NORTE A ECONOMIA ETNICA EN EL NORTE
DE POTOSI. ■DE POTOSI ■
1. Introducción 5] g a n z 1 9 1 2
2. El dinero en' el discurso europeo 54
a) ' El discurso de la nostalgia 55
b) El discurso de Ja civilización 61
c) La participación andina en Jos
mercados coloniales 62
3. La circulación en la economía actual de los
Laymi 64
4. Dinero y fertilidad 73
5. Las fuentes de la prosperidad 78
6. Metal crudo y mctaJ acuñado 85
Notas 96
1. I n tr o d u c c ió n
Bibliografía j 06
A medida que va avanzando el invierno y se seca
la tierra, los lechos fluviales del norte de Potosí, que
durante varios meses son trampas resbaladizas para los
viajeros, se convierten en vías de comunicación entre
la puna y los valles accidentados del noreste. Centc-
^ nares de caravanas, de llamas, burros, muías, descien
den por serpenteantes senderos en busca de maíz. Los
arrieros descansan en los toldos temporales que se
alzan en los cauces de !os ríos para vender pan y
chicha. Cuando cae la noche, atizan grandes fuegos de
puro gozo por la abundancia de leña. Familias enteras
que durante meses utilizaron cualquier cosa que arda
para atizar sus hogares, se dan ahora el lujo de selec
cionar únicamente maderaque despidaaroma agradable.'
Cuando regresan por la misma ruta una semana, un
mes o dos meses más tarde, vienen tan cargados que el
viaje de subida toma el doble de jornadas que a la ida.
No sólo los animales van cargéldos a lo que dé su
capacidad, sino que hasta las mujeres aumentan dos o
tres grandes zapallos a su bulto normal y los varones
•
6 7
suben con ^ dos y pértigas sobre los hombros. mnr*M scnoríos que abarcaban unidades domasbeas y
evíursos ubicados a varios días de viaje del núple°. La
El viaje es duro. Aunque la gente de la puna oltculación de los productos de éstos diversos chmas em
goza con el cambio de paisaje, con el calor y la dieta ,>ldministrada de manera tal que desca toba en gran parte
diferente, deben atravesar el territorio de grupos des la función de mercados (l972a, ver también I 955). La
conocidos y, a veces, hostiles. Todo el mundo cuen adaptación humana al medio ambiente andino ha in-
ta historias de alguien que fue asaltado y robado en el corporodo así una especialización ecol^ ca y geográfica
camino; y aunque actualmente esas experiencias son alwmcntc diferenciada, sin un sistema clásico be merra-
raras, persisten oLros rigores del viaje. Al caer la no do para el intercambio de esta producción espeta^ izoda
che y al amanecer, los viajeros mascan coca y presen
tan ofrendas a los dioses de las cumbres (kumpiras) Podemos suponer que los estados prehispánicos
para que los protejan en el camino y ayuden a conse desarrollaron una capacidad administrativa de enver
guir todos los productos del valle. gadura. Los siglos posteriores h a visto la alienación y
desmembramiento de los tenitorios etmcos. Algunos au
También hay camiones que viajan desde los tores sostienen que fue justamente la separación del
centros mineros en el altiplano hasta el lecho del rio, núcleo respecto a 'islas1 distantes lo que condujo a la
mas adentro de San Pedro de '3ucnavista. Los dueños "campcsinización" de la población andina. A través de
de estos camiones, en su mayoría gente urbana, co este proceso, los recursos que antiguamente se encon
mercian el maíz y otros productos y fletan transporte. traban bajo el control y la explotación directa de cada
Pero, a pesar de que es relativamente más cómodo y grupo pasaron a ser objetos de intercambio o venta por
rápido viajar en camión, muchos campesinos aún via intermedio de gente forastera. (Webster 1971, Fonseca
jan a pie, usan sus propios animales para transportar 1973). Además, las obligaciones de entregar trabajo,
1a carga, y permanecen una temporada con sus pa especies y dinero al Estado, la Iglesia y a los terrate
rientes en los valles. Desde la colonia temprana cir nientes locales, produjeron canhios notables en la es
cula ámpliamcnte el dinero de los Andes centrales, tructura y organización de las etnías. Los ayllus que
pero la economía rural del norte de Potosí de hoy no persisten hoy en el norte de Potosí son sólo los frag
se ha integrado sino parcialmente al mercado. En lo mentos de la organización prehispánica de los Charka
que sigue vamos a esbozar los procesos de circula cuyos señores dominaban toda la región. (Espinoza
ción que persisten junto con el mercado y articulados 1969; Platt 1982). El ayllu Laymi, tema de este en
con él. sayo, es uno de los ayllus de Chayanta, y formaba parte
de los Charka, como atestiguan muchos documentos co
. La circulación en la actualidad debe compren loniales. Hoy día Chayanta, como unidad, se conserva
derse a la luz de las formas en 'que las sociedades sólo en la organización religiosa de un pueblo desmo
andinas han hecho históricamente uso de un medio ronado que en siglos anteriores fue la capital admi
ambiente con variaciones muy intensas. Como Troll , nistiativa de un corregimiento importante.
señaló, las zonas andinas comprimen en un area redu
cida, múltiples variaciones muy diferentes de las que Junto con éstas transformaciones, encontramos con
se encuentran horizorttalmente' desde el Polo Norte tinuidades. Los ayllus siguen controlando buena parte de
hasta Panamá (1968); Murra ha demostrado que esta las tierras que cultivaban en el siglo XVI, y son hasta
ecología fue explotada en los Andes centrales por hoy importantes en la organización económica . Sabe
8 > 9
mos que Chayanta. como otras regiones, fue el esce rurales a la empresa doméstica y la comunidad campe
nario de importantes flujos poblacionales durante todo sina , conviene afirmar que la econ° mía laymí se rePro
el período colonial; algunos de los originarios aban duce a nivel de ayllu en su totalidad para así resaltar
donaron la región para evadir las cargas que les impo sus rasgos particulare s
nía el estado colonial o para ir a trabajar a Potosí, y
fueron substituidos por forasteros^ A pepesar de estos Z. La tenencia de la tierra y el grupo
cambios, la disposición fundamental de Jos mismos étnico
ayllus ha persistido en cierta medida. La organización
étnica se basa por una parte en derechos a la úerra Los laymi de nuestros días, un ayllu ya bilingüe
trabajada por miembros del grupo, y por oira en insti entre aymara y quechua, alcanzan aproximadamente
tuciones políticas y rituales estrechamente relaciona unas 7.^W almas, de las cuales cerca a dos tercios ha
das con los derechos a la tierra. bitan la puna llamada por ellos Suni, (entre unos
3.800 a 5.^W metros). Los demás habitan los valles
En una economía campesina clásica, cada familia templados (de 2.^ $ a 3.500 metros) llamados Lik.ina.
tiene acceso a los medios necesarios para asegurar su En ambos pisos' ecológicos, las familias aseguran su
propia subsistencia y depende del mercado para obtener subsistencia en base a una explotación agropecuaria
. todos los artículos que no puede producir. Por conse que incluye cultivos y ganados tanto in&gcnas como
cuencia, los estudios sobre el intercambio en las econo impo^ rtados del Viejo Mundo. En el sum crian llamas
mías campesinas privilegian normalmente intercam y ovejas y cosechan una v ^ ^ d de tubérculos,
bios de trabajo y las formas de cooperación, o la distri más habas, trigo y cebada; en el likina culúvac princi
bución de los medios de producción, particularmente de palmente maíz y zapallos, con trigo, habas y ciertas es
tierras y de ganado. Lo que confiere un interés panicu- pecies de papa y quinua que prosperan en un clima me
lar a la economía andina indígena es la persistencia de nos frígido. También crian cabras y a lg ia s ovejas. Es
una circulación de productos que se efectúa fuera del tos dos pisos del territorio laymi son distantes; a pie el
mercado, -a la cual he designado como economía étni viaje cuesta varias jornadas y puede durar hasta dos se
ca- ya que sus características se derivan -por lo menos manas cuando van las llamas cargadas. Por lo tanto, la
en el caso Laymi- de la organización del grupo étnico. percepeión laymi del ambiente ecológico se funda en
Tal designación no significa que toda la circulación de un dualismo radical; consideran todos los grados
productos que se realiza fuera del mercado se subsuma intermedios como un "centro" por el que deben pasar
dentro de los límites del ayllu3. Tampoco es mi cuando viajan entre suni y likina 4
intención atribuir un alto nivel teórico ai concepto.
Para comprender el funcionamiento de sistemas econó Hoy la mayoría de la población íaymi habita en
micos sólo parcialmente dominados por las mercancías estancias dispersas por todo el temitoria Algrtaos vi
debemos apoyarnos en métodos inductivos en vez de ven en Chayanta. el antiguo puebfo de rcdeecirta en el
utilizar categorías deductivas (Friedmann 1980); así fue suni. junto con cuatro otras parcialidades de los fudios
a través de un exámen de la circulación del trabajo y de de Chi n a t a . Otros viven concentrados en dos comum-
la producción que he percibido la importancia de las ' dades en la carretera Oruro-Sucre; una de las cuales -
fronteras étnicas. Estos límites no son únicamente Q alaqala- puede considerarse la capital de fus íaymis,
económicos, ni tampoco son absolutos; pero en vista pues los dos segundas mayores del trWfu resíden nor~
del énfasis que se da en los estudios de los Andes malmente allí. La iglesia de Qa1aqaía, fue construida a
11
10
principios del siglo XVIII, como vice-parroquia de la
de Chayanta; allá se concentraba en gran parte la
organización política y religiosa de todo el ayllu. Hoy
día los dos segundas mayores, uno para cada par
cialidad, y juntos, dirimen los pleitos que ocurren entre
miembros de las dos parcialidades. Son también los
representantes de la parcialidad suni ante las autori-
daides de la Provincia Bustillos. Por debajo de ellos el
territorio suni se divide en cabildos, cada uno con un
jilanqu elegido anualmente como autoridad entre los
hombres dueños de tierra. El jilanqu tiene también la
responsabilidad de recaudar la tasa y arbitrar conflictos
locales5.
12
lencia a los repetidos intentos de los gobiernos boli
vianos de reformar el tributo en base a derechos indi
viduales de tenencia durante todo el siglo XIX (1978
187-218). Más recientemente, ha levantado la oposi
ción a los intentos del Consejo de Reforma Agraria de
individualizar las propiedades y fijar un impuesto uni
forme para todos los pequeños propietarios6
16
La ausencia de administración centralizada no
significa sin embargo que su economía sea sim
plemente un agregado de unidades domésticas. La iden
tificación de empresas económicas en una economía
no mcrcantilizada será necesariamente imprecisa y se
relaciona estrechamente a las diferentes formas en que
el trabajo y los bienes circulan y se intercambian. Más
Concretamente, la frontera de la empresa se identifica
muchas veces en el contraste entre las relaciones de
compartimiento, de propiedad común y de distribución
según las necesidades, de una parte, y, por otra, cál
culos más estrictos de equivalencia junto con una
menor tolerancia de demoras en la realización de un
intercambio9 En la economía laymi, la unidad domés
tica constituye, en algunos aspectos, tal empresa. Por
ejemplo, maneja los derechos de uso de la tierra, inicia
la producción y comparte el consumo; en los intercam
bios de mercancías la unidad de transacción frecuen
temente es la unidad doméstica; la división del trabajo
según sexo y edad se organiza de manera tal que cada
grupo doméstico puede realizar las tareas necesarias pa
ra su subsistencia. Pero siguiendo otros criterios, la
unidad económica puede identificarse como la comu
nidad local que maneja la distribución de parcelas. En
otro nivel aún , la circulación generalizada de produc
tos y de trabajo se extiende más allá de la comunidad
local y de grupos domésticos constituyentes para abar
car el grupo étnico como un todo.
17
é
Algunos llegan a comprar mercancías para establecer b^ a n buenos tejidos, ofrecen a cambio los granos de
un trueque con productores que rehúsan el dinero y maíz que la tela es capaz de conteuer por e^ pede se
obtienen así los productos agrícolas que no pueden ■ trata de un poncho, se coserá temporalmente la ader-
producir. Esos tipos de transacción ocurren frecuen " tura para la cabeza para que d _mismo pouebe
temente entre los habitantes de los dos pisos del territo . determine su precio en granos de malz , según cuanto
rio laymi y también entre los de suni; por ejemplo, ,F c 0ntenga. Este tipo de intercambios se realizan tanto
gente de Qalaqala va a otras estancias del suni JYMa entre los laymi como también con gente de otros
obtener de esta fonna papas de mejor calidad. Sin em '.' ayllus. Sin embargo, los laymi conceded siempre prefe-
bargo, en todas son diferenciados los términos de inter •' ■fencia a sus paisanos. Es decir que táto se perniue^el
cambio que se ofrecen a los extraños y los que rigen mtercambio con los extraños cuando ealoc ofrecen bie
entre los mismos laymi. Esta diferencia señala un con nes que no pueden ser-obtenidos dentro del ayHu. Esto
traste en el significado y en el universo social del es evidente en los casos de intercambios trad1ci° nalcs
intercambio y es tanto más notable en quejas ventajas de sal y ollas que los laymi obtienen directam ente de
no favorecen siempre a la misma parte del intercam los produetores y a cambio de prodeeces agrícolas. E n
bio. Por ejemplo, en los casos en que gente del suni el territorio laymi no se encuentran yacimientos de sal
trueca papas a cambio de mercancías, sus porr os les ni de greda para la fabricación de buenas ollas. Tam-
dan más mercancía por la misma cantidad de papas que . , bién irnercambian con ayllus vecinos pera obtener pro
las que recibirían de la gente del pueblo. Recípro ductos agrícolas que no pueden peoduerr en su ten i -
camente, cuando los de la puna bajan al likina torio, tales como el ají en likina y la qumua en sum
obtener maíz, uno del . ayllu recibirá más maíz a
cambio de mercadería que un extranjero. En el primer El hecho de que en los intercambios entre
caso, una persona extraña al ayllu obtiene mayor . productores directos, se prefiera medides de volumen,
beneficio que un laymi, mientras que en el segundo más que de peso, es en sí mismo un indicto del grado
caso ocurre lo contrario. En ambos casos la diferencia en que •se evita las equivalencias monetarias en los
en las tasas del intercambio se explica en términos del irnercambios. De hecho, el único momento _en que se
comportamiento apropiado entre miembros del ayllu. mide por peso es precís ente en el que el dinero enu:-
en la economía étnica; cuando se venden papas por di
En tales ejemplos, la Lasa de intercambio es nero en los centros mineros. Cesar Fonseca ha de
determinada por una serie de elementos, pero para mostrado cómo la trancisión de medidas de vo| umen a
derivar una de las partes del intercambio del mercado, medidas de peso se realiza cuando el intercambio es pa
es posible traducir la transacción a un precio mo ra beneficio y no para consumo directo y se convierte
netario. Existe sin embargo otra forma de intercambio en el objetivo de una o de las dos partes del intercam
directo de valores de uso en c 1 que ambas partes in bio (1973: 115, 132).
tercambian mutuamente lo que ellas mismas han pro
ducido. En esos casos, las tasas de intercambio no pue La diferencia entre los miembros del ayllu y los
den ser traducidas a equivalentes monetarios sin dis forasteros no se relaciona frecuentemente en estos ca
torsión, ya que se derivan de las cualidades concretas de sos a las tasas de intercambio porque los laymi aceptan
lo que está siendo intercambiado. Por ejemplo, se cam raramente de Jos forasteros productos que ellos mismos
bian ollas de por la cantidad de grano o ch'uñu pueden producir. El sistema de intercambio en este ca
que puedan contener. Cuando las familias de likina so dependerá de que ambas partes necesiten el producto
19
18
del oiro. En el caso de la sal y de la cerámica, estos
provienen de regiones donde la tierra rinde poco en
compara ion de los fértiles territorios de los laymis.
La diferencia en esos casos es la que tiene lugar con
los extranjeros ya que los laymi no se sienten obli
gados a intercambiar y sólo lo harán si necesitan espe
cíficamente lo que se les está ofreciendo. Entre
laymis,por contraste, la definción de las necesidades
toma en cuenta la obligación social de hacer circular
los productos del ayllu.
20
miembros de la etnía. La resistencia al dinero se me
4 hizo patente cuando tuve problemas en comprar cosas
con dinero cuando vivía en las estancias laymi. Esta
dificultad se hacía patente no sólo en los casos en que
las ventas por dinero eran inusitadas o desaprobadas
(como los textiles) sino que se extendía por ejemplo a
los huevos que habitualmente son acumulados por la
gente de suni para venderlos en los centros mineros
por dinero. Existe, parecería, una diferencia notable
entre vender localmente por dinero y vender en los
centros mineras. La explicación, creo, es doble. Por
una parte el dinero que se obtiene por la venta de algún
producto, tiene casi siempre un destino específico; por
ejemplo, en el caso de los huevos, servirá para obtener
bienes de lujo como dulces, naranjas o pan. El
propósito es siempre realizar cuanto antes la conver
sión a artículos de consumo, hacer que la venta por
dinero sea lo más parecida a un trueque y reducir el
tiempo en el que el dinero puede ir abstrayéndose del
objeto particular que está destinado a comprar. En
segundo lugar, existe una considerable renuencia a
aumentar la cantidad de dinero que fluye dentro de las
fronteras étnicas tanto por la incertidumbre que motiva
la inflación de la moneda boliviana, como por el
complicado sistema de créditos y deudas entre los
mismos laymi cuyo funcionamiento depende de que
nunca haya suficiente dinero para cancelar simultánea
mente todas las deudas.
21
otros lazos más duraderos que los respaldan. Para la
mayoría de los grupos domésticos, los pagos no son
inmediatos, ni tampoco existe una estricta contabilidad
de las equivalencias. Los de un piso ecológico viajan
regularmente al otro llevando consigo sus productos
más codiciados. Los de likina llevarán maíz amarillo
de buena calidad, zapallos secos, harina de maíz, maíz
pelado, ulupika y miel; los de suni bajarán con lana,
ch'ufíu, ch'arki, harina de quinua, coca y aguardiente
(estos dos últimos son considerados como productos de
suni porque son las papas las que "producen" el dinero
con el que se compra coca y aguardiente). Ofrecen sus
• productos en los grupos domésticos con los que man
tienen relaciones de generosidad, o allí donde esperan
establecer una relación semejante.
Figura I
La circulación del dinero en la
economía laymi
dinero dinero
papas maíz
23
laymi emprenden viajes interzonates. El doble cultivo rrollando durante Jos últimos veinte años. Dos estan
utiliza más intensa y productivamente el trabajo anual cias delextremo noreste del territorio likina se han ido
de la unidad doméstica que los cultivos en una sola acparando gradualmente del ayllu para integrase a sus
zona, pero no todos los grupos domésticos cuentan vecinos del norte: los Pampa. La separación fue
con el mínimo de recursos laborales necesarios. En abarcando todo: no solo se fueron cortando los lazos
algunos casos, casi no se puede distinguir si es una económicos con los laymis de suni, sino que también
única empresa doméstica que cultiva en ambas zonas, limitaron los lazos de parcntczco al cesar los
o si son dos empresas distintas que cooperan matrimonios con otros laymi a cambio de uniones con
estrechamente. En todo caso los grupos domésticos los Pampa. Finalmente, se renunció a varios elemen
que practican el doble domicilio necesii.an la ayuda de tos culturales que definen el ayllu, tales como el estilo
sírs vecinos y parientes para complementar el trabajo musical, y el aymara fue recmplazado como primer
familiar. De ahí que sería equivocado considerar los idioma por el quechua. Los grupos domésticos que
lazos entre likina y suni como simplemente vínculos tenían tiernas en el suni, las abandonaron. Según
de circulación de productos. Los que viven en un solo muchos laymi, esas dos estancias se han convertido
piso miran con recelo a los del otro -aún a sus propios ahora en pampa. Se confinna así la relación estrecha
parientes- recelo que surge en parte de la ambigüedad de entre la endogamía, las expresiones culturales y el
sus mutuos intereses. Por otra parte los laymi que enredado sistema de circulación entre los pisos ecoló
practican el doble cultivo son considerados vecinos de gicos que, en su conjunto, definen hoy el ayllu . Los
ambas zonas y, por lo tanto, participan en ambas en lazos entre unidades domésticas no se limitan al inter
una red de relaciones de ayuda mutua. Ellos necesitan cambio de productos; aparte de aquellos que practican
la ayuda de parientes y vecinos de ambas zonas; éstos el doble domicilio, la mayoría de los adultos han
últimos pueden también exigirles más debido a su residido en ambas zonas o, por lo menos, las han visi
mayor productividad. Esperan que ellos sean más tado durante largos períodos. Algunos se casan con
generosos que los demás y las fiestas que pasan en uno de la otra zona y suelen- extraftar el paisaje de su
ambos pisos deben ser suntuosas. Más aún: como infancia. Para muchos, las visitas que de vez en cuando
viajan constantemente durante el año, llevan no sólo hacen a sus parientes son como vacaciones: una altera
productos, sino también noticias. Se convienen así en ción dramática y a gradable a las condiciones normales
un medio de comunicación, en un mundo que muchos de su vida.
laymi perciben como regido por una fundamental
oposición entre lo conocido y lo impredecible, entre lo Del ejemplo de las dos estancias que se están
familiar y lo exótico. separando de sus parientes laymi se desprende también
Y la importancia de la ubicación de mercados. Ellas se
En la economía Jaymi de hoy los productos de encuentran cerca de Torotoro, el pueblo del noreste que
cada zona ecológica circulan a través de la distancia que con la construcción de la carretera se convirtió en el
las separa, pero no simplemente por medio del inter último punto de penetración de los camiones que vie
cambio. Todas las diferentes formas de circulación, nen en busca de maíz para el insaciable mercado de
(trueque, venta, generosidad), además del doble cultivo, Cochabamba. Por el acceso directo al mercado, los lay
fonnan un solo sistema fundado en el parentczco y las mi de la región dejaron de depender' de los de suni para
expresiones culturales comunes a todo el grupo étnico. obtener dinero, lana y otros productos de la puna. La
Ve.amos como ejemplo un proceso que se ha ido desa presencia de dinero en el intercambio interzonal del
ayllu no debe considerarse como un indicio de resque de coaliciones permanentes. Las estructurns de paren-
brajamiento del sistema, sino como otro valor de uso gíezco llevan más bien a un máximo de flexibilidad.
necesario cuyos efectos se limitan precisamente por li ¿Cualquier unidad doméstica puede acudir a una serie de
mitar su circulación a los intercambios entre los lay- ■nfelacioncs para satisfacer sus necesidades; los víoculos
mi. ^activados dependerán de la totalidad de obligaciones
. 'emprendidas. Constatamos que aproximadamente dos
Es una situación paradógica en la que el medio ..tercios de los laymis residen en el suni; de esto resulta
"impersonnal" del dinero se restringe a las relaciones " que cada grupo doméstico de likina debe proveer maíz
que no sean exclusivamente económicas sino que abar , para 2 a 3 grupos domésticos de suni Cuando escasea
can el parentczco, el compadrazgo, la comunidad, mien el maíz, la gente de suni debe explow cuantos víncu
tras que los intercambios con los forasteros toman la los- tienen en likina para satisfacer sus necesidades; aún
forma supuestamente más 'primitiva 1 del trueque. De , C uando hay abundancia de maíz, algunos productores
tal manera que pone en duda el modelo de una escala !de likina se muestran parcos sabiendo que llegará otra
de reciprocidad que va desde la ilimitada generosidad gente a pedirles maíz que no podrán negar. Los l^ o s
hasta el intercambio inmediato de equivalentes y corres de parantczco sirven para distribuir lo más amplia
ponde directamente a una escala de relaciones sociales mente posible la demanda en vez de determinar un
que van desde el parentezco más cercano hasta los foras acceso exclusivo, y la mayoría de la gente tiene diver
teros. Este modelo, elocuentemente desarrollado por sos vínculos con los del otro piso.
Sahlins (1965), ha resultado útil en otras regiones
andinas ( Mayer 1974 a), pero no derrama luz sobre la 4. Dependencia e interdependencia entre
economía laymi. Si bien idealmente los parientes suni y likina
cercanos deben tratarse con una generosidad sin cálcu
lo, la realidad es diferente. En la prácúca tal generosi , Hasta ahora la discusión ha enfocado principal
dad se muestra más bien a menudo entre parientes más mente las maneras en que los de suni obtienen maíz
lejanos. Los lazos de compadrazgo son también muy de likina. De hecho es la forma más sobresaliente de
importantes en garantizar la circulación de relaciones circulación ^ t r e las dos zonas, así que plantea el tema
de generosidad a largo plazo, sin cálculo de beneficio; de las relaciones entre ellas. En la estructura del ayllu,
llegan a unir grupos domésticos vinculados única existen también diferencias y oposiciones radicales en
mente por el compadrazgo. Por otra parte en muchas tre las dos zonas. Los residentes de likina afirman con
oportunidades los propios hermanos intercambian con cierta razón que los de suni los necesitan más a ellos
dinero. Tampoco los vínculos derivados de una propie que ellos a los de suni. A corto plazo esto sería cierto:
dad común están limitados a los parientes cercanos; si el maíz es un producto imprescindible para todos los
éstos no desean trabajar una tenencia determinada, se Ja ritos, tanto domésticos como comunales; la madera
puede prestar a un pariente más lejano o a otra perso que se emplea para las construcciones proviene exclu
na. sivamente de likina y los principales instrumentos de
producción tales como telares y arados son confeccio
El parcntczco común, reproducido mediante la nados por artesanos del valle. La dependencia de los
endogamia, es una condición previa para el manteni grupos domésticos de likina hacia los productos de su
miento de la economía étnica en su forma actual. Pero ni es menos evidente. La mayoría de los vallunos pro
no se trata de la reproducción de parentelas específicas ducen papas y otros tuberculos en campos altos por
encima de sus parcelas de maíz. Muchos tienen tam idemias, malas cosechas, guerras y contlictos. Co-
bién rebaños de ovejas que satisfacen en parte sus ne iho atestiguan muchas historias de vida, solamente un
cesidades de lana. Si consideramos el desequilibrio de Cambio de residencia y la pósihihdad de iniciar un
mográfico entre las dos zonas y los mejores precios Cullivo durante un período corto o prolongado en el
que obtiene el maíz cuando lo venden por dinero, pare Otro piso, han permitido la supervivencia en algunos
cería que las quejas de la gente de likina están bien casos; con seguridad, hace posible resolver los pro
fundadas en el sentido de que ellos dan más de lo que blemas inmediatos sin una ruptura completa con el
reciben de los de suni.
Ryllu.
De manera tal, la gente de likina no necesita . Las relaciones entre suni y likina plantean
tanto los productos del altiplano como los de suni muchas interrogantes que se situan más allá del alcance
necesitan de los productos del valle; sin embargo, por , de este trabajo. La evidencia histórica sugiere que en el
ejemplo la demanda de lana de los de likina supera las Qullasuyu, el núcleo del poder se encontraba general
posibilidedes de satisfacerse con sus propios rebaños. mente en las regiones a la s 11 La idea de que suni
La lana de lla ia es utilizada especialmente para tejer extrae beneficio de likina en vez de que la relación sea
costales y frazadas y proviene necesariamente de su.ni una de intercambio equilibrado se confinna si toma
así como las llamas mismas que deben sacrificarse en mos en cuenta que la autoridad máxima del ayllu está
ciarlos rituales (particularmente en honor de los dif u n en suni. La representación simbólica de la autoridad
tos). Los de suni son mejores tejedores (mientra.-. los máxima del ayllu está en suni. La representación
de likina son buenos carpinteros) y la mayoría de los simbólica de la relación entre pisos ecológica llevan a
de likina obtienen telas y ropa" directamente de los lo mismo: la cosmología laymi ve a likina como la
productores suni. Finalmente, el ch'uñu, el charki y región más productiva de donde se obtienen alimentos
la harina de quinua del suni son muy apreciados en el que son llevados hacia arribe para precesarse en su
likina. Se puede delectar por éstos ejemplos que las ni12. Pero éstos son nada ma.s que indicios. Si bien la
preferencias culturales y las obligaciones rituales moti gente de suni viaja más frecuentemente a los valles
van la dependencia que cada zona tiene d¡: la otra. que vice-vcrsa, ésto se puede explicar en parte por el
hecho de que las llamas, los únicos anímales de carga
Aunque la mayoría de los laymis residen en un que necesitan sólo forraje natural, h a b i ^ exclusiva
solo piso, la posibilidad que tienen de cambiar su mente en suni. En likina no se puede identificar un
residencia, además de los derechos a la tierra que pue claro excedente que es apropiado para los de suni, ni
den tener en ambas zonas, les proporciona gran flexi • tampoco se nota una acumulación evidente en el suni,
bilidad en su organización social que ya es p ic o co aunque el aumento de población en las alturas es
mún en los Andes contemporáneos. Les permite una ligera ente más elevado que en los valles.
elasticidad en la repartición de la tierra que, de esa
manera, puede adecuarse a la fuerza laboral disponible Ya aseveramos en las páginas anteriores que no se
sin que se devuelva derechos permanentes de propiedad debe traducir a términos monetarios el intercambio
ni que lleve a la extracción de una rema aplastante tal directo de valores de uso. Es interesante anular en este
corno se encuentra en muchos convenios de aparcería. contexto que en caso que se calcule la conversión de
La misma flexibilidad ayuda a enfrentar maldades, por intercambio .mni - likina a su equivalente en dinero,
ejemplo, los casos de enfermedades prolongadas, no aparece ningún desequilibrio que favorezca consis-
28 29
tentcmcntc a uno solo de los dos13. Hecho significa .faite, las ventajas que ^ podrían obtener vendiendo allí
tivo sobre todo en vista de la disparidad de las dis , Ius productos y aumenta, por otra, las de conservar los
tancias que separan cada zona del mercado. En nuestros '."Vfaculos económicos que mantienen con sus parientes
días, el dinero ingresa a la economía étnica principal de suni. •
mente por vía de la venta de los productos suni. Si el
sistema actual continúa operando debe ser porque resul 5, Form as de prestación de trabajo
ta más conveniente para los productores de likina el
conservar sus relaciones económicas con sus parientes * La circulación de los productos no se puede com
de suni en vez de incurrir en cl gastí) de transportar prender únicamente por los objetos mismos y lac; ma
sus propios productos al mercado más cercano. Esto ha neras en que éstos se relacionan entre sí. No solo
permanecido vigente a pesar de las décadas, en realidad circulan productos entre suni y likina, sino también
siglos, de fragmenta ción y veinte años de separación personas que trabajan con sus parientes y socios de
política total; como lo demuestra el ejemplo de las dos intercambio. La fuerza de trabajo que se suministra no
estancias secesionistas. es objeto de un cálculo preciso: es el gesto de trabajar
lo que garantiza muchas de las transferencias de produc
Cuando conversé con gente de suni sobre lac; tos entre los pisos ecológicos. El garantizar la circula
quejas de los de likina acerca de que estaban siendo ción de productos por la producción directa o, por la
explotados, los de suni me respondieron que invierten prestación directa de trabajo, es una práctica muy bien
mucho tiempo y esfuerzo en bajar al valle. El viajar enraizada en la organización económica andina^ .
con llamas es menos costoso que con otros animales
de carga por que las llamas se alimentan con pasto na a) La ayuda (yanapaña): trabajo sin retribución
tural; sin embargo, el viaje con llamas toma más directa.
tiempo y no cargan mucho peso14. La gente de Ifá w
recurre a burros y mulas cuya mayor velocidad y La prestación de trabajo sin cálculo explícito de
mayor capacidad de carga ayudan a compensar el gasto ^ -retribución es también una institución muy difundida
de comprar forraje durante el viaje. En sus quejas los en los Andes rurales (Mayer 1974 a). Conocido como
de likina no toman en cuenta los costos de viaje y "ayuda" (en aymara yanapaña), incluye el trabajo ^tra
transporte; sin embargo, el hecho que realicen menos los parientes cercanos, como las obligaciones más
frecuentemente el arduo viaje a suni y a los mercados institucionales (por ejemplo, la ayuda que prestan los
urbanos, sugeriría que para ellos también el viajar ahijados a sus padrinos, o la que suministra un hombre
tiene un costo. Algunos estudiosos de las economías a sus suegros). El mismo término designa también el
campesinas no incluyen en sus cálculos el tiempo trabajo que realizan para los propietarios que han
invertido en viajes y el transporte necesario para recibido parcelas en préstamol7; y la mayoría de los
satisfacer las necesidades de la subsistencia. No está del trabajos colectivos son percibidos como 'ayuda’. En la
todo claro en qué medida los costos de viaje y agricultura, los trabajos colectivos se llaman chuqu; en
transporte son calculados por los campesinos andinos el chuqu tanto como en el trabajo colectivo de
trad:icionalcs15,pero es un hecho que los de likina construir una casa (utachaña) o la preparación de ^
pueden satisfacer más adecuadamente sus necesidades de fiesta (phist luraña), el trabajo se presta sin un cálculo
subsistencia sin tener que trasladarse. Más aún: la dis preciso de deudas y haberes pam saldar reciprocidades.
tancia que los separa de los mercados reduce, por una La única remuneración directa es la comida ofrecida a
30 31
todos los que ayudan, aunque las unidades domésticas d i gnación de todos y serían calificados de flojos. En
responden evidentemente a las solicitudes de ayuda Mtos casos, como en los de préstamo de animales, el
suponiendo que cuando ellos a su vez necesiten ayuda, • beneficiario retribuye solamente con alimentos. En el
los demás responderán en fonna similar. Aunque la C«So de los niños, éstos reciben una bolsita de granos
gente no conserve una contabilidad, recuerda qué fami tostados para comer durante el día y quizás an poco de
lias les han prestado su ayuda y a quienes ellos mis comida caliente cuando regresan de los pastizales. Tal
mos han ayudado. Sin embargo, he presenciado algu Circulación generalizada de energía con muy poca
nas conversaciones acerca de la organización de trabajo reciprocidad directa funciona también entre los dos
colectivo de ayuda, o de participación en ella, y siem 'pisos ecológicos. Se prestan animales -espccbdmente
pre la obligación se formulaba como un deber social bueyes- durante períodos prolongados de familiares o
generalizado, matizado por la conveniencia inmediata; Compadres que viven en el otro piso aunque esto
es decir, no se tomaba en cuenta la reciprocidad directa lignifique a menudo mucha molestia para los propieta
de prestaciones de trabajo anteriores. rios de los animales que ademas no reciben otro pago
que no sea el mantenimiento de las bestias. En forma
Existen otras dos formas más de circular energía limilar , también los niños circulan entre los dos
en un movimiento casi generalizado, pero donde no se pisos, Por ejemplo, un niño podrá ser enviado a vivir
refiere directamente al concepto de ayuda. El primero donde parientes sin hijos, ya que allí el cultivo de los
sería los animales de carga y de tiro (bueyes, mulas y campos de maíz requiere el abono conünuo. Toda
burros), que se prestan generalmente sin retribución. unidad doméstica de likina necesita por lo menos un
P ^ Podríamos pensar que las unidades domésticas quepo- chuqu la siembra de la ^ papa. En likim Por contras
seen animales de tiro tienen una menor participación te, la mayoría de las unidades domésticas recurren al
en las tareas comunales por depender menos de los de chuqu para realizar t ^ todas las etapas del cultivo de maíz.
más y por tener una mayor capacidad propia de produc Las' razones de éste contraste no son muy claras; es
ción. Sin embargo, ocurre exactamene lo contrario: notable que en el sUfli los chuqu se realizan en bene
los propietarios de bueyes son muy requeridos e invi ficio de quienes patrocinan fiestas comunales y que en
tados a los chuqu para que trabajen con s i yunta. Pres ambos pisos los chuqu se hacen únicamente en-los
tar los animales a otro para el arado puede hasta per Cultivos del producto principal18. Estos datos sugieren
judicar al dueño. En una oportunidad ví a un hombre que los motivos que diferencian las prácticas del chuku
arrastrando un arado que era conducido por su esposa entre suni y likim no deben buscarse en las
mientras la hija venía detrás sembrando papa; ese hom necesidades técnicas y ecológicas de los cultivos, sino
bre poseía una yunta de bueyes, pero los había presta más bien en las diferentes relaciones sociales que
do a otro. caracterizan las comunidades en ambos pisos ecoló
gicos. Es notable que exista una mayor cooperación de
La segunda forma es el empleo del trabajo infantil uabajo en la agricultura de likim donde la tenencia de
el pastoreo. Entre los adultos. los convenios de tien a es más individualiza^ la residencia dispersa y
pastoreo tornan diversas formas; supone que los niños donde se encuentran en toda localidad miembros de
de la estancia están disponibles parn cualquiera que ambas parcialidades y sus diversas subdivisiones. Ade
necesite su trabajo. Los niños de unidades domésticas más en likim existe una institución que confirma la
que no poseen rebaños, deberán vigilar los rebaños de impresión de que allí la organización de los trabajos
otras familias y si rehusaran hacerlo, provocarían la agrícolas tiene una base más comunitaria. No todas las
32
33
unidades domésticas pueden auspiciar un chuqu para fpeberá así encontrar un hombre que are para ella. En un
cado etapa del ciclo de cultivo y cuando una unidad f Ca.só típico en likina, un hombre soltero arnba el
doméstica no tiene suficientes recursos sus campos j Campo de una viuda a cambio de que ella sembrara el
podrán ser cultivados sin costo cuando otra unidad do * luyo en una ocasión posterior. De esa manera ella
méstica envíe a toda Ja cuadrilla de su propio chuqu a 'obtuvo el trabajo masculino que necesitaba y el
culLivar los campos de- Ja familia pobre una vez que hombre el trabajo femenino que él necesitaba. En otro
hayan tenninado los suyos19. Además un chuqu en L ponvenio de ayni, la misma viuda prestó su yunta de
likina es más festivo que en suni. Todos vienen vis • ' bueyes al hombre que aró su campo. Otra fonna de
tiendo sus mejores galas y adornan sus sombreros con ayní son los acuerdos recíprocos de pastoreo entre dos
hojas de molle, haciendo lo mismo a los cuernos de .• mujeres para sus ovejas o entre dos hombres para sus
los bueyes. La fragmentación social, potencialmente llamas. En estos casos los convenios de ayni están
mayor en d valle, es así compensada por una práctica condicionados por el hecho que el pastoreo de diferen
que para la gente de likina dá testimonio de un tes animales es una tarea asignada a definidos grupos
espíritu comunitario suporior y de mayor generosi 8
0Cia le s y cuando una unidad doméstica no incluye la
dad*». persona apropiada realizar una tarea, buscará fuera
de los límites de la famila en vez de emplear a uno de
En el traba jo cooperativo basado en la "ayuda", sus miembros en una tarea que no le corresponda. En
la mutualidad se extiende más allá de Ja unidad domés i la producción de tejidos, por ejemplo, un convenio de
tica y abarca a otros parientes y compadres, a los veci ayni que observé, comprometió a un hombre soltero
nos y la comunidad y también a personas que viven en a tejer bayetas para una viuda a cambio de que ella
el otro piso ecológico. La contraparte de la "ayuda" es hilara para él.
el compartir comidas y, de esa manera, la comcnsalidad
se extiende parcialmente más allá de la unidad domés En el mink'a, la retribución típica de trabajo
tica. ' toma la fonna del producto que se ha obtenido con la
contribución del trabajador. Por ejemplo, la agricultu
b) Ayni y mink'a: el trabajo con retribución ra se paga con el producto agrícola; así en las cosechas
directa. se retribuye con una proporción de lo cosechado en el
día. Qiienes pastorean ovejas con un convenio de
La naturaleza de 'ayuda' aparece con más relieve mink'a, reciben un corderillo y pueden además, utilil7iar
.
cuando se la contrasta con otras prestaciones de trabajo el abono, la leche y la Urna. En otras ocasioncs se paga
donde las retribuciones son calculadas con mayor exac con alimentos no cocidos que se diferencian así de la
titud y especificidad. Se trata de las formas conocidas comensalidad típica de la "ayuda". En muchas partes de
en el norte de Potosí con los nombres comunes de los Andes, el trabajo mink'a se ha convertido en una
ayni y mink'a. El mink'a es retribuido con productos, forma encubierta de trabajo asalariado ( Maycr 1974 a;
mientras que el ayni se retribuye con trabajo, dentro Sanchez 1982), pero ésto no se ha desarrollado aún en
de la misma raina de producción2i. Uno de fos la economía laymi. En el suni, las familias ricas
conLextos comunes del ayni surge no tanto de una reclutan trabajadores por el mi nk’a así como en el
necesitad absoluta de fuerza de trabajo sino de la likina.. En ambos pisos los beneficios van
necesidad de obtener un trabajo que ha sido calificado principalmente para mejorar el consumo o aumentar el
socialmente como propio a sólo a un sexo. Una viuda ganado. Los diferentes niveles de recursos que existen
34 35
entre las unidades domésticas tienen que entenderse en
un contexto en el que la acumulación casi no se
encuentra, donde se limita la monetarización y donde
existe una fuerte resistencia a minar las bases comuni
tarias de tenencia y consumo.
36
a idad el enfoque del análisis: porque las unidades
mésticas tienen que recurrir a mano de obra local por
IU misma proximidad. Además, uno de los mayores
tímulos para el trabajo cooperativo es la preparación
le las fiestas que se celebran por localidad y que re-
ffeonfirman el derecho de cultivar y criar ganado. Si, por
ftotro lado, deseamos estudiar la circulación de los pro
d u c to s nuestra atención tiene que abarcar una zona más
^am plia para comprender a todo el ayllu con sus terri-
fltorios separados. Sin embargo, la circulación de los
' productos entre los dos pisos sólo se entiende si to-
T Atamos también en consideración las maneras en que el
' trabajo -y la gente- circula entre ellos.
37
común que la gente de suni evite totalmente los
conglomerados urbanos y viaje directamente a través
del altiplano hasta la frontera con Chile cerca a Llica,
realizando así un viaje que exige tres días en camión o
más de una semana a pie. Allí trabajan en la
agricultura, principalmente en el barbecho y prefieren
este trabajo porque se les paga en especies, particu
larmente en ganado y en quinua. Los laymi del valle
en busca de trabajos eventuales fuera del ayllu han
encontrado un sistema parecido. La principal fuente de
trabajo durante el invierno es la región septentrional
del Chupare en el departamento de Cochabamba donde
acuden para trabajar en la cosecha a cambio de dinero o
de coca y arroz. En ambos casos los laymis muestran
una preferencia por los trabajos agrícolas y evitan los
de la minería o la industria. De esa manera casi no
entran al mercado y ganan un salario que reproduce y
no distorciona la economía agropecuaria. Su preferen
cia por el salario en especie se refuerza en el hecho de
que trabajan para otros indios (Aymara: jaqi). Así
evitan la experiencia de ser humillados y abusados ]>or
los mestizos y pueden más fácilmente armonizar su
papel de trabajador asalariado con su propia imagen de
productores libres, orgullosos c independientes.
38
►lecida (sea ésta la unidad domestica, el linaje u otra
idad mayor), donde la circulación se fundamente en
acopio y en la redistribución y, otra categoría entre
pnidades. La primera categoría incluye la prcxlucción,
es designada como "comunidad productiva" o aún co-
¡o "modo de producción" (Sahlins 1974, Cap. 2 y 3);
la segunda categoría la que recibe el nombre de
“ "intercambio”25. En el análisis de Meillassoux la co
munidad productiva es parcialmente identificada por la
autoridad de un individuo particular; en las obras poste
riores de Sahlins, la unidad doméstica es caracterizada
por el acopio. En ambos casos se supone un eje
►Central dentro de la unidad, y por otra el dominio de
• intercambios equilibrados entre unidades parecidas26.
39
del ayllu en fiamas muy diversas: Ja imp e r i c ia de las JPlnibajo se convierte en ^ o d ucto. El hecho que en mu-
transferencias sin reciprocidad y la ausencia de un % th o s casos el trabajo y el produclO se transfieren dentro
cálculo exacto hace imposible un análisis basado en de una misma ra n a de producción sugiere que el traba-
unidades estrictamente delimitadas, sean éstos grupos í;, Jo y su re m u n erad ^ se conciben en la forma más
domésticos o sean comunidades de producción^. Si , concreta posible: mediante el producto directo de tal
bien la unidad doméstica invididual es una empresa, su 1t' n b a jo .
TI
reproducción en tanto que unidad se hace posible sólo
mediante los múltiples lazos cooperativos que vincu 7. L os Laymi y Bolivia
lan no sólo la comunidad local sino, finalmente toda la
etnía. No se manifiesta wia nítida discontinuidad entre La economía étnica no puede calificarse como una
la producción y el intercambio a nivel de la unidad economía natural o como una organizción preca-
doméstica ni de la comunidad terrateniente. A nivel del \ ‘ pitalista. Por otra parte, tampoco se encuentra en un
ayllu entero, se da una discontinuidad real aunque al estado de disolución o ruptura inminente. Su raciona-
interior de esa población le suceda también muchas libad se funda en la organización interna del grupo y se
formas de intercambio directo e inmediato tanto entre b a p ta a condiciones locales. Por una parte, parece que
individuos como entre unidades domésticas. El ayllu .el srni de los laymis son tierras excepeionalmente
no puede llamarse sin calificación una comunidad pro buenas; por otra. algunos de los ayllus de Chayanta
ductiva. Esta ambigüedad de la comunidad productiva están, más bien involucrados en la economía minera
encuentra su eco en la separación conceptual que hacen (particularmente los Jucumani, Chullpa, Ayumaya y
muchos autores entre el trabajo y su producto. El Sicuya). Pocos ayllus de la región han podido conser
trabajo, como objeto de intercambio, se vuelve abstrac var un territorio tán extenso en la zona de likina co-
to. Sólo dentro de una comunidad productiva o una ‘mo lo hicieron los laymi, muchos otros sufrieron más
unidad doméstica es protegido' de la fuerza de abstrac que ellos por el efecto do la expansión de las haciendas.
ción que trac el intercambio. En las relaciones econó
micas laymi se realizan algunas transacciones en las Sin embargo, más allá de la ubicación geográfica,
que el producto del trabajo es separado del trabajo que la reproducción de la subsistencia laymi se comprende
contribuyó a crearlo; así es el intercambio directo de a la luz de] desarrollo total de la economía boliviana.
valores de uso en el que no están implicadas mayores La expansión del mercado interno ba sido frenada.
obligacrones o relaciones sociales. Pero en muchos ca Aunque la minería se desarrolló en una escala enorme
sos la circulación de productos no se puede abstraer de en el norte de Potosí a fines dol siglo pasado, ésta no
las relaciones de la propiedad compartida de la tierra y transformó profundamente a la producción regional.
de la prestación directa del trabajo, las cuales son Las pulperías se aprovisionaban directamente de bienes
medios de g^ arntizar la continuidad de la circulación. producidos comercialmente en otras regiones de Boli
via y en el extranjero. Tampoco se de^ sarllaron en la
Insistamos, pues, en que las formas de coopera región grandes haciendas (Grieshaber 1977). Porconse
ción no son simples transferencias de trabajo en gene cuencia la diela básica en los centros mineros de Un
ral; en el caso de .los intercambios de trabajo cía, Siglo XX, Catavi, Llallagua, se diferencia nota
tipo ayni, el trabajo es reciprocado de una manera blemente de la do los campesinos en la zona rnral
^tracular. cualidades sui generis del trabajo se aledaña. La población urbana consume principalmente
bacen aún más evidentes en el caso de mink'a, donde el arroz, alimentos de harina tales como pan y fideo, azu-
J 41
I H e n quieren.
car, té y café. La demanda de carnes es satisfecha princi |¡ r La agricultura boliviana ha recibido escasa
palmente por las vastas haciendas ganaderas de Santa iiien ció n por parte de los programas de inversión de las
Cruz y del Beni que envían las reses descuartizadas jfiltimas décadas y lasvinversiones que han habido han
dircc-tamente a Uncía. La mayoría de las fibras, las filio casi exclusivamente al oriente donde se practica
telas y la ropa vienen también de afuera. flffla agricultura capitalizada y a gran escala. Este hecho
r|Unlo con el modelo muy bien establecido de apro-
Los productos locales también forman parte de la .jjp*ionar los mercados urbanos y mineros con pro
dieta de los consumidores urbanos (Wennergrcn y ductos importados y la constante y antigua política
Whil.aker 1975), pero la mercantilización no ha mina ,|Ubcrnamental de conservar precios bajos para los
do la economía de subsistencia. En palabras de Gecrtz ^oductos del pequeño agricultor, han dado como re
no ha ocurrido ningún "choque de cultivos" (1963: bultado una relativa estabilidad de la agricultura de la
89). Los laymi no comercializan ningún producto que puna que algunos llamarían estancamiento, (Wen-
no sirva directamente para su propia subsistencia y nergren y Whitaker 1975). Sin embargo, no está nada
para el consumo local. (La única exccpoión parcial a claro si una agricultura altamente capitalizada podría
ésto sería el reciente auge en la exportación de tejidos dar buenos resultados en una zona como la del norte de
tradicionales. Las telas laymi, que ellos producen para Potosí. Como muchos han señalado, la productividad
su propio uso, pueden ahora adquirirse en las calles de de la agricultura del altiplano se conserva gracias a la
Londres y Barcelona). diversificación de los productos y un máximo de adap
tación a las ligeras variaciones de la ecología. Una ma
También el bajo nivel de mercantilización se yor mercantilización, que exige cspccialiración y cen
explica por el hecho de que por todo el norte de Potosí tralización, sería probablemente poco factible. En otras
no existe ninguna plaza de' mercado para vendedores regiones de los Andes centrales la base de subsistencia
campesinos. Ellos venden principalmente de puerta a ha sido minada sin que por ello se produzca una agn-
puerta, a veces las alcaldías urbanas los expropian sin cutura más capitalista (Caballero, 1980); en muchos
pago en tiempos de escasez. La ausencia de plazas de casos ha conducido más bien al abandono de la tierra.
mercado fue el resultado de unapolítica consciente para
mantener bajos los precios de los productos agrícolas Esto no quiere decir que la economía laymi se
locales y así disminuir el costo de reproducción de la reproduzca completamente fuera del circuito del comer
fuerza laboral urbana. cio mercantil. Hay una constante demanda de algunas
mercancías, particularmente de coca y aguardiente.
La separación de los pueblos mineros del campo También las ropas baratas de fábrica van abriéndose
entorno se enfatiza aún más por el hecho de que 1a camino en el sistema local de producción. Por ejem
población rural local no trabaja masivamente en los plo, los sombreros y las abarcas de goma se compran
centros mineros. La mayoría de la población de los cen ahora con dinero, aunque algunos laymi recuerdan toda
tros mineros proviene de otras regiones particularmen vía los tiempos en que fabricaban sus propios
te de otras minas y del valJe de Cochabamba (Harns y sombreros y calzaban abarcas que ellos mismos hacían
Alhó, 1975). Por consecuencia, los centros mineros con cuero. Que la dependencia hacia bienes comerciales
no se vinculan estrechamente por lazos de parentezco sea todavía reducida se hace evidente por el bajo nivel
con el campo vecino y los campesinos pueden decidir
si desean vender sus productos, cuando lo desean y a 43
42
de entendimiento con los comerciantes locales. Estos
últimos operan mayormente a pequeña escala y con
una fuerte competencia; los indios pagan rara vez
interés sobre los préstamos que obtienen y ni siquiera
los alferazgos han conducido a un ciclo de deudas en el
que estuvieran forzados a vender una parte cada vez
mayor de sus cosechas o de su trabajó. Los laymi,
según afirman ellos mismos, no han caído nunca
víctimas del sistema de "enganche", mediante el cual
los indios están obligados a vender su trabajo merced a
adelantos en dinero. Este sistema funcionaba
antiguamente en las minas y actualmente en la Zafra
de algodón del oriente. (Flores Galindo 1973; Harris y
Albo 1975).Los laymi no han llegado a depender del
mercado hasta el punto en que se han transformado las
condiciones de producción. Existen otras maneras
mediante las que campesinos en el pasado han sido
forzados a aumentar la mercantilización; obligándoles a
pagar en dinero sus tributos al estado. A principios de
la colonia la conversión del tributo en especies a pagos
en dinero fue una estrategia para estimular el mercado
local (Platt 1978 a); hoy, sin embargo, con la
excepción de la tasa que es insignificante, las deudas al
estado se pagan directamente con trabajo en las
carreteras (prestación vial) y en la construcción de es
cuelas, o en especies para aprovisionar parcialmente la
subistencia de los maestros rurales28. En el caso de la
iglesia, la tasa de fiestas celebradas ha declinado
notablemente y con ellas el costo de las misas a través
del año.
44
f ® ltlajam iento se habrán equilibrado por otros factores;
i m#n\Tc los que sobresalen el lento pero constante aumen-
■ S p de la población desde el siglo pasado y la creciente
Í f itts a de las migraciones temporales durante el invierno,
p(aunque tales migraciones son de escala modesta com-
rparada a los niveles mundiales). El aumento de la
^población no ha llegado aún a provocar una escases de
t tierras; de los pocos laymis que emigraron permanente
mente, ninguno indicó que la falta de tierra hubiese
sido un motivo para su migración. Si bien un mayor
i acceso a los mercados pueda a largo plazo conducir a la
¿ Separación total de los dos niveles ecológicos, la econo-
mía étnica actual se mantiene a partir de la flexibilidad
v y diversificación que le permite la complementariedad
t ! ecológica.
' NOTAS
45
4. Un ayllu llamado Q'ilna, posee un territorio que • Por ejemplo el caso Lupaqa (Miura 1972 a).
ocupa la zona intemiedia. Los Laymi los dcnomi-
nain’puro centro” (Aymara: laypi). Plalt sugiere que aún 12. Sin embargo, la cosmología laymi, corta esta
allí donde el territorio del grupo incluye la zona parente relación de poder, como he explicado en otra
intermedia, cotno en el caso de Macha, se lo reduce al te (Harris 1978 b). Como en la representación
mínimo para mantener el esquema de dualidad eco1ógi-ca l&mbólica de otras relaciones duales, por ejemplo, la
(1978 c). Hace notar sin embargo, la.- imporl»cia de la ifntre cónyugues, el más fuerte es representado como
producción de maíz en las zonas altas y que de cierta pubordinado al más débil. Así, aunque el Jikina es más
manera viene a debilitar la diferenciación complementa >fuerte y el hombre' y el suni es más débil y es 'mujer',
ria entre puna y Valle, (Cap. 2). Sólo unas cuantas f- 1 SU!l.í 'dá órdenes' al likina de modo parecido al que la
estancias laynú en suni se encuentran suficientemente 4 jnüjer dentro del hogar 'dá órdenes ' al esposo en lo que
protegidas para producir maíz de manera que, para los fe refiere a la economía domestica.
laymi, la oposición dual corresponde a la realidad.
i®J3. Por ejemplo, una piel de cordero que en aquellos
5. Junto a las autoridades indígenas existen también i días podía haberse vendido en Uncía por $b. 65.-
cuatro fimcionarios llamados corregidores en el suni de M (Diciembre 1973) fue cambiada en likina por dos ollas
los laymis y que son elegidos anuainiente de entre to ¡y de maíz cuyo precio para el comprador del suni hubiera
dos los varones. Los corregidores constituyen el nivel $ (ido únicamente de Sb. 24. Por contraste, al cambiar
intcnncdio de autoridad entre el jilanqu local y el *un adobe de sal (a 5 pesos en Uncía) por dos ollas de
segunda ^mayor; su puesto no dúnva dp la propiedad del maíz, el habítate de suni obtendrá un beneficio
suelo y. teóricamente, son responsables ante las . substancial si la transformación hiera traducida a
autoridades de la administración provincial. témúnos de dinero.
6. Las labores del fustiluto de Refonna Agraria han (. 14. Según Thomas, sólo 20 kg. (1976).
ponetrado poco en el norte de Potosí. Recién en 1975
se extendieron títulos indi vid uales a algunos de los 15. Ver Fonscca (1973); Alberli y Mayer (1974),
campesinos de esa región. Esta tardanza no se debió " particulamnente el capítulo escrito por Cbristopher
tanto a las limitaciones del Distrito, cuanto también al Scott "Asignación de recursos y formas de intercam
desinterés mostrado por los campesinos. bio”.
7. Conocidos con el nombre de uyu, son pequeños 16. La tesis de Murra (1955) subraya la importancia del
campos amurallados junto a la estancia. Ver Preston trabajo obligatorio en las relaciones entre el estado
( 1974) que estudia el sistema de uyu del departamento linca y los pueblos sujetos. El trabajo directo y la pro
de Orum. ducción directa son fundamentales también para su tesis
sobre la llamada "verticalidad" (1972 a),
8. Ver por ejemplo Fonseca (1973), Bradby (1982).
17. Es interesante que se represente de esta manera el
9. Ver abajo, sección 6, trabajo-renta. Quienes pagan trabajando su renta son
tratados con mucho respeto; durante la jornada se
10. Con la excepción de la parte noreste del territorio invitan coca y cigarrillos y los dueños preparan buena
likina que se ubica cerca del pueblo de Torotoro y de comida.
ahí del mercado de Cochabarnba. Los laymi de esos
ranchos venden allí algo de su maíz directamente por 18. Ver Murra (1960), que hace notar el énfasis ritual
dinero. sobre los principales cultivos de las dos zonas.
46 47
19. En Aymara ésta práctica se llama arkhayaña ("hacer
seguir").
48
Ver Humphreys (1969) a propósito de Polanyi; la
la indiferencia se encuenta en Sahtins (1965).
49
II. PHAXSYMA Y QULLQI:
LOS PODERES Y SIGNIFICADOS DEL
DINERO EN EL NORTE DE POTOSI
1. Introducción
51
por la Virgen de la Asunción (mamita asunta) y por el
dinero que ella hace ganar a sus devotos. La mañana
avanzaba y casi llegando al mediodía se compró más
aguardiente; continuamos bebiendo cada vez con más
fervor, en homenaje a todas las divinidades del pueblo,
pero especialmente para phaxsima, es decir el dinero.
Ch'allamos también para el 'marido' de mamita asunta,
San Miguel, conocido como el 'segunda mayor' de la
mina (el termino se usa en el norte de Potosí para
designar a la más alta autoridad indígena) y represen
tado por un bailarín disfrazado a la cabeza de cada
comparsa de 'diablos'; o sea, las famosas diabladas.
Tanto la fiesta de la Virgen de la Asunción como la del
Arcángel, observada en el centro minero vecino de
Uncía, constituyen las dos celebraciones más impor
tantes en todo el distrito minero, y se realizan con un
espíritu a la vez rival y complementario Después
ch'allamos abundantemente por los mismos diablos,
llamados también ’tio’ o 'tía', que son los dueños y
guardianes de las minas y viven bajo tierra.
52
«'■ñas. Lo paradójico de la situación residía en que un r¡-
® lual destinado a garantizar el ingreso monetario de la
1 | comunidad y su misma reproducción exigiese, precisá
i s mente, la dilapidación del dinero1- Tal vez algunos de
los laymi estuvieran también concientes de esto,
ft Pocos días después, un viejo de la comunidad me
® preguntó si yo sabía adonde podía ir para hacerse
: |f protestante, porque había oído decir que ellos prohíben
t los gastos supcrfluos, como los de las iieslas. Desa
probaba profundamente el desperdicio de tiempo y,
especialmente, que la,celebración de los momentos
más importantes de la vida social e individual tuviesen
que estar acompañados de semejante malgasto de dine-
ro. Algunas de las mujeres también mostraron suspica
cia ante estas borracheras en nombre de la devoción
religiosa; pcro.sus quejas iban dirigidas más bien a la
I dilapidación de dinero, pues la ebridad es considerada
!'■ un estado sagrado.
k\
í| Este incidente no hace más que traemos a la mente
el tema de la llamada 'irracionalidad' campesina. ¿Por
| J qué estos hombres no han sido influenciados por esa
especie de ética ahorrativa? ¿Cómo explicar que en una
- situación de extrema escasez gasten sus pocos recursos
de una manera no utilitaria? Si bien se entiende de
antemano que ellos pueden dirigir su ritual a las fuen-
, tes contemporáneas de dinero, la presencia de dinero
inka y prc-inka en sus ritos configura la existencia de
una visión menos evidente y bastante más compleja.
53
Actualmente el significado del dinero atraviesa las
fronteras de todas las culturas; es un lenguaje inter
nacional, que a través del desarrollo del moderno
mercado mundial, ha trascendido, por dcfinción, las
fronteras políticas2. Cuando el dinero está íntegramen
te controlado dentro de un solo imperio, puede ser un
signo arbitrario; pero cuando se hace internacional,
debe basarse en bienes de valor intrínseco, como los
metales preciosos. Así, el dinero es ambiguo. Es crea
do por el Estado, y sin embargo no es totalmente con
trolado por el Estado. Es una invención humana que a
veces escapa a nuestra total comprensión.
54
ción que libera a los seres humanos de las cadenas de la
dependencia.
a) El discurso de la nostalgia
55
sueños acerca de las riquezas que podían obtener en las
nuevas colonias. En la época en que Cervantes escribía
el Quijote, Potosí y la plata ya habían reemplazado al
oro corno símbolos de rápida fortuna (Vilar 1976:
119).
se
giendo el mismo lema en The Conquesi of Perú
señala:
58
Fue sobre la base de la formulación de Aristóteles
que la ley tomista y la iglesia medieval proscribieron
la usura. Según señala Vilar, la expansión de la eco
nomía española en el siglo XVI llevó a intensos
debates sobre cuestiones monetarias: "el manual del
confesor se convirtió en un verdadero texto de
economía". Mientras que la usura y las transacciones
financieras afines fueron proscritas, se admitía una
"ganancia racionalmente justificada", basada en un
"precio justo" (es decir, el "precio común del merca
do") (1976:158). El concepto de! chremalistike, el
parásito que no reconoce ninguna responsabilidad so
cial ni humana hacia la comunidad, fue inmortalizado
por Shakespeare en la figura de Shylock, arquetipo del
extranjero ccxiicioso en el folclore europeo.
59
rico y económico, pero actúa también como un signi
ficante general a otros niveles, en otros contextos,
donde llega a ser identificado con la búsqueda del lucro,
con el dominio de las leyes 'económicas' siendo estas
opuestas a la consideración de las necesidades sociales.
El dinero está también íntimamente vinculado a los
mercados, son casi sinónimos.
60
b ) E l discurso d e ia civilización
61
absoluto (el intercambio) lo reducen a expresión tan
ínfima, que sus efectos no dejan sentir los bienes d ela
actividad” (Plan 1982 a: 98).
62
hacía Marx, es síntoma de Ja insuficiencia de este
modelo dualista para aproximarse a la realidad econó*
m ica. Por otra parte, sería erróneo promover la idea de
que los pueblos andinos en la colonia temprana
participaron en la economía mercantil tan solo por
presión extema. Una serie de escritos recientes prueban
tajantemente lo contrario; Assadourian, por ejemplo,
estudió el control indígena sobre la minería y el co
mercio en la ciudad de Potosí durante la llamada etapa
de la wayra (1979), mientras que Rivera (1978),
Choque (1978) y Murra (1978) pusieron en evidencia
las importantes actividades comerciales de los caciques
aymaras y las riquezas que a miróla han. Más reciente
mente el trabajo de Bakcwell (1985) reafirma el papel
preponderante de la mano de obra indígena 'libre' en
Potosí aún después de la institucionalización de la
mita (1985).
63
3. La circulación en la economía actual de un nuevo sistema de recaudación de impuestos en el
ios Jaymi ' campo, de tal modo que los ayllus han seguido pagan
do la ^ a antigua según el Lamalto de sus tierras.
En los trabajos contemporáneos sobre los Andes es
posible encontrar Lamo la corriente libóral como la AcLualmente el monto de la tasa es una canúdad casi
romántica. Para que n o se piense que los campesinos simbólica y ya no pesa sobre el ingreso familiar. No
andinos están fuera de estos patrones discursivos obstante, el pago del tributo tiene todavía un
podemos referirnos a dos opiniones expresadas corrien significado político y simbólico para los ayllus del
temente entre los laymi, que demuestran muy bien los Norte de Potosí. Enfatizan la regularidad con que la
valores contradictorios asignados al dinero en cuanto pagan, y consideran que es un medio fundamental para
significante. La primera es que los mineros de Uncia y establecer su relación con el estado y reproducir el
Siglo XX son más amables y menos agresivos cuaido actual sistema de propiedad de la Lierran . Cómo
tienen poco dinero; indica una actitud romántica' que veremos fue este doble proceso - e l pago de tributos y
ve al dinero como contrario a la solidaridad, y como la economía minera- el que estructuró a lo largo de los
una influencia negativa en sí. La segunda, por el últimos cuatro siglos el significado del dinero en esta
contrario, refleja la posición liberal al equiparar dinero' región. Durante siglos los ayllus andinos genenuon
a civilización: los indios comentan a menudo que los -literalm ente- el dinero, proporcionando así la base
que viven en la puna (es decir, más cerca de los centros fiscal parn. d estado. O sea que, mientras el dínero
mineros) son más civilizados que los habitantes de los introducido por los europeos se usaba en la circulación
valles, porque enLienden mejor el manejo del dinero. y el intercambio, y hasta hoy conserva estas
.Siguiendo el mismo razonamiento, suelen afinnar que funciones, en mi opinión nunca llegaron a dominar
Jos hombres son mas 'civilizados’ que Jas mujeres completamente los significados que el dinero tiene
porque tienen más experiencia en manejar dinero. según los concepios andinos. El usurero y el avaro,
figuras clave en la mitología europea del dinero y
Sin embargo tales concepciones, que coinciden con cuyas caractcrísticis derivan de su función de intercam
las diferentes maneras en que los europeos entienden el bio, no juegan un semejante papel en el folclore andi
comportamiento del dinero, de ningún modo agotan no.
sus funciones significativas en las culturas
andinas.Antcs deexam inarlas describamos someramen La economía de la región ha estado estructurada
te las maneras en que circula el dinero en el norte de desde hace largo tiempo alrededor de una particular
Potosíía forma de circulación, que es en parte consecuencia de la
intensa diferenciación del medio tropical altoandino. La
Durante cuatro siglos, el tributo en dinero entregado administración ínka extendió este sistema hasta el
al estado estructuraba la vida económica de los ayllus punto de que en la estructura estatal no existían ni
surandinos. En el siglo XX el estado boliviano pasó a mercados ni traficantes especializados (con algunas
depender cada vez menos de esta fuente de ingresos excepciones r:.d ;lc s , Rostworowski 1970; Salomon
hasta que la Reforma Agraria abolió el sistema 1980). Sin cmLmrgo, a nivel local la ‘economía
tributario en 1953, y creó una situación ambigua con vertical' existía ya antes de la hegemonía inka y
respecto a las obligaciones fiscales de los ayllus que persistió después de su derribo. En este sistema, cada
persiste hasta hoy día. El estado no ha logrado definir unidad política o étnica tenía acceso a una vasta gama
64 " 65
ecológica, cuyos diferentes productos circulaban princi
palmente dentro del grupo, transportados por los mis
mos productores o consumidores, y no por intermedia
rios forasteros (Murra 1972; Flores 1978); Masuda et
al 1985). A pesar de la fuerte presión ejercida por el
estado desde el siglo pasado sobre el control colectivo
de la tierra por los ayllus, actualmente persiste una
versión reducida de la economía vertical en el norte de
Potosí (Platt 1982b; Harris 1982 a).
1
He aquí una consecuencia interesante de estas formas
de circulación: para los consumidores ya no es miste
rio el origen de los productos ni la forma en que se
producen. Anteriormente, los traficantes indígenas típi
cos en esta zona no eran intermediarios, sino que
viajaban para obtener bienes de consumo para ellos
mismos y para sus familiares. En este punto Bertonio
es explícito: compárese lo que él llama "mercader a
nuestro estilo" con el "mercader al estilo indígena", al
cual define como "el que va a rescatar comida a otros
pueblos" l2. Sospecho que la durabilidad de la econo
mía vertical ha afectado el modo en que se representa el
dinero en el mundo andino rural. La fctichización del
dinero en otras partes se debe, justamente, a la sepa
ración entre productores y consumidores por las opera
ciones llevadas a cabo por intermediarios. Así, se llega
a pensar que el dinero tiene la capacidad en sí de produ
cir riqueza y, por lo tanto, de tener el poder de adquirir
cualquier cosa.
66
culación dentro del ayllu ni siquiera puede llamarse
"intercambio". En otros, el intercambio se realiza
mediante tasas calculadas no en base a un precio de
mercado, sino que derivan del volumen del objeto
intercambiado o de su calidad. Sin embargo, no por
eso la economía étnica se debe considerar una econo
mía 'natural', protegida del dinero. De hecho, los inter
cambios entre miembros del ayllu se realizan con
frecuencia a través del dinero, mientras que muchos
intercambios con forasteros, ya se trate de productos o
de mano de obra, eluden especificamente el uso del
dinero.
67
Aunque pagar las misas ya no constituye una caiga
económica como en el pasado, costear las fiestas es un
estímulo importante para ingresar en el mercado, ya
sea de productos o de mano de obra. La coca, base im
prescindible de todo ritual, se compra generalmente
con efectivo; al igual que el aguardiente y los ciga
rrillos, ambos también elementos importantes de los
ritos. Los gastos f estivos entonces constituyen un egre
so regular para todas las familias; pero cuando a una
familia le corresponde por tumo pasar una fiesta de la
comunidad como alférez, los gastos son grandes y tie
nen que programarse a lo largo de varios años.
68
puede formar pane de un extenso circuito que en
determinado punto incluye el uso del dinero, y en el
cual la ganancia ha sido cuidadosamente calculada, al
menos por una de las partes. Puede también consistir
en el intercambio de valores de uso entre productores
que no está calculado t n base al precio de mercado.
Sólo mirando el contexto se puede determinar cuál es
el tipo de operación que se está realizando, y ello
incluye tanto la relación social de los que intercambian
como -y esto es más importante aún- el lugar donde
se realiza la transacción. Por ejemplo, en los valles
remotos, lejos de las carreteras los laymi sólo inter
cambian maíz por dinero con otros del ayllu, y aun
así, sólo entre parientes cercános. Cualquier otra per
sona que desee adquirir su maíz tiene que ofrecer á
cambio un artículo de consumo directo. Este puede
haber sido comprado con dinero (por ejemplo coca,
aguardiente, abarcas) o puede ser algo producido por el
comprador, como ch'uñu, telas, o alfarería. Si los
residentes urbanos salen al campo en busca de papas o
maíz, tienen que practicar el trueque; si los miembros
del ayllu van al mercado urbano, pretieren comprar o
vender con dinero. La lógica es clara: en la economía
rural cuando los mercados están lejos se evita el dinero
porque sus usos son limitados. El poco dinero que se
necesita sólo se acepta como un favor de los parientes
próximos, para quienes su uso es más conveniente que
el de transportar pesadas cargas para intercambiar.
Tampoco hay productos que se vendan exclusivamente
por dinero14. Por otra parte, todos los productos que se
obtienen por dinero pueden adquirirse también sin él.
69
que las mujeres, como responsables del presupuesto En el aymara de hoy día, ppara diferenciar entre
familiar, se oponen a Ja conversión en dinero si no vender y comprar se agrega el sufijo ja, que designa a
tienen a la vista una compra detenninada para com la separación de una pane del todo (C!earman England
pletar el circuito. Esta prácLica sirve como resguardo 1974: 153).
contra la inflación, poro también es una estrategia para
evitar que la excesiva fluidez del dinero facilite a que Otro ejemplo de lo que hemos llamado la neutralidad
los hombres lo conviertan en bebida, es decir en em del dinero serían las actitudes hacia los dones
briaguez. Aun cuando las mujeres no se qaejan explí- ceremoniales -lo s arkhu- presentados entre hermano y
citamenie por el consumo del alcohol, muchas de ellas hermana cuando pasan una fiesta como alférez. Por lo
utilizan semejantes estrategias para limitarlo. general estos arkhu toman la forma de tela o ropa,
poro también pueden ser dinero. Idealmente el
Pese a estas observaciones, el proceso de circulación beneficiario debería gastar el dinero recibido como
no puede ser dividido en dos esferas: una monetizada y arkhu en comprar ganado. Lo peor qne ^ podría hacer
la otra no monetizada. La economía no es comple con él sería gastarlo en artículos de consumo
tamente abierta, pero las restricciones en la circulación individual tales como panes, dulces, ropa. lo s arkhu
y los puntos de 'cierre' no coinciden con el límite entre- son prestaciones recíprocas basadas en el principio de
la presencia del dineio y su ausencia. Ef dinero como ayni, que honran a los que, por turno, costean las
tal es neutro: el flujo de efectivo en la economía éu ica fiestas de la comunidad. Según la regla este dinero
está limitado por razones prácticas más que culturaJes debería convertirse solamente en ganado; así entraría en
o ideológicas. todo el proceso de reciclaje de los recursos del ayllu.
Por contraste gastarlo en artículos de gratificación
El uso lingüístico también indica esta neutralidad. personal sería quitarlo de su papel necesario. Estas
En la lengua aymara no existe un vocablo exclusivo prohibiciones de hecho se aplican no solo a los arkhu
para las transacciones en base al dinero. Paradesignar a en dinero sino a todos los arkhu, éstos tela o
los intercambios económicos se utiliza la misma raíz, ropa o lana bruta. Pueden ser con.vertidos en dinero,
sea o no eJ dinero el medio de intercambio: alasiña, o pero sólo para luego comprar ganado. Todo otro uso
el derivado español ^ kampiaña. La índole del intercam sería indebido. Una mujer que tejió un awayu para su
bio se indica especificando -sí es relevante hacerlo- lo hermano cuando este celebró una fiesta se indignó
que se entregó. Así qullqiru alasta significa ’lo que mucho cuando luego él lo vendió para comprarse un
compré con dinero’ mientras que ch'uqiru alasta par de botas; pasó un tiempo sin dirigirle la palabra y
significa 'lo que compré con papas'. desde entonces nunca más tejió nada para él.
La diferenciación entre compra y venta, que sólo tie El uso del dinero de arkhu, por lo tanto, es res
ne sentido en una economía monetaria, es muy leve en tringido no porque el dinero sea profano en sí mismo
lengua aymara del XVI. Así lo explicita Bertonio. (después de todo se lo ofrece como don ceremonial)
sino porque dchc ser invertido en comprar ganado,
"Alatha; comprar y vender, de^^& endo de la elemento fun^ m ental para la prosperidad del ayllu.
construcción; con Ro significa vender, con na
significa comprar” (1612: II.) Si en la esfera de la circulación de objetos el dinero
es ideológicamente neutro, usado para reproducir la
70 71
prosperidad del ayllu, ¿qué pasa con oirá función básica
del dinero, o sea la de facilitar el manejo de la mano de
obra? Es interesante notar cuan poco los laymi se
comprometen a trabajar para ganar dinero. Dentro del
ayllu, rara vez se contrata mano de obra por jornal;
pero cuando en algunos casos se lo hace -p o r ejemplo
cuando un propietario que vive principalmente en
Uncía recluta mano de obra para culiivar sus chacras-
no se advierte 'gran resistencia' por parte de los demás.
Hasta sucede que los hombres considerados los más
ricos por su ganado y las extensiones de tierra que
manejan, trabajen como jornaleros para disponer de
algún dinero extra en efectivo.
72
retomo al trueque (últimamente Humphrcy 1985 ;
Orlove 1986); no estoy en condiciones de determinar
si lal proceso se está realizando actualmente en el norte
de Potosí, pero ya hace diez años parecería que la
economía rural de la región estuviera menos mo
netizada que en ciertos periodos del pasado16.
4 Dinero y Fertilidad
73
las cosechas de los campesinos para aliviar una grave
escasez de artículos de primera necesidad. Después de
la Reforma Agraria los valles del norte de Potosí
fueron escenario de prolongados disturbios. En diversas
ocasiones se juntó un enorme ejército de indios tanto
de hacienda como de ayllu; los hombres laymi de más
edad que habían participado en el saqueo de los pueblos
del valle cuentan que su motivo era el de vengarse por
los robos de los mestizos. Se quejaban no del trabajo
forzoso q\ie hacían para mantener a los pueblos, sino
de que los mestizos se llevaban el ganado? sin que
ellos pudieran exigir reparación por el daño recibido
(Harris y Albo 1985).
74
Una de las quejas constantes contra mí por parte de
mis amigos Iaymi es mi negativa a intervenir en
ningún tipo de relación comercial con ellos. Me dicen
que de esa manera podría financiar mis viajes por
avión a Bolivia; y que estoy comportándome de
manera poco amigable al no traer, para vender, los
productos especiales de 'Inkiltira', por ejemplo ropa o
variedades locales de papa. A todo el mundo le encanta
mis viejas zapatillas y dicen que debería traer una bolsa
llena de apatillas iguales, preferiblemente usadas: me
pagarían con papas que yo podría después vender en el
pueblo. Estos argumentos me callan. Yo podría, desde
luego, hablar de los inconvenientes que acarrea
importar cosas, y de los impuestos aduaneros. Pero
hay un problema más importante, y es que a mí mé
resulta difícil la idea de entrar en relaciones comerciales
con la gente de cuya tolerancia y generosidad estoy
abusando por mis constantes preguntas (sin mencionar
el hecho de que, en parte, mis trabajos se basan en sus
respuestas). Les regalo cosas, y espero que me tengan
buena voluntad, pero en el fondo mantengo una clara
distinción entre esto y el comercio. Estos detalles
'autoetnográficos' relevan algo acerca de los límites
conceptuales entre regalos y comercio que yo, como
inglesa traigo a Bolivia; límites que evidentemente no
son compartidos por mis anfitriones andinos. Ellos
siempre asocian el hecho de viajar con el deseo de
adquirir algo que no pueden conseguir en su propia
zona. Cuando alguien se va de viaje, le preguntan "
¿qué vas a traer?; es reconocido por todos, además, que
lo que se traiga será repartido.
75
puede tanto iniciar como cerrar un solo circuito de
intercambio (así un productor laymi no intercambiaría
sus papas por otro producto con el propósito de
intercambiar esto por una cantidad mayor de papas
idénticas a las que entregó, pero sí lo haría con dinero).
En principio sería posible calcular un incremento de
valor, aun cuando los intercambios se hagan por
trueque, al convertir cada objeto a su equivalente
monetario, pero ellos no hacen tales cálculos, en
consecuencia, sólo cuando el circuito empieza y
termina en la forma de dinero es que se hace visible la
ganancia. Por ejemplo, un individuo puede comprar
aretes en el pueblo; al volver a su comunidad los vende
a las mujeres y obtiene más dinero de lo que invirtió.
O bien una familia compra aguardiante el por mayor
para luego revenderlo. En tales circunstancias dicen
que el dinero 'ha procreado’ (wawachi). Además,
consideran que las personas que hacen 'procrear' al
dinero de este modo cumplen un valioso papel para la
comunidad.
76
se traduce como "multiplicarse asi la plata dándola a
logro" Además otro sinónimo de miracatha es
hamacalha, cuya raíz (hamo) significa abono19- Los
laymi piensan que es bueno mantener créditos y
también deudas,. La asociación con el abono indica en
una forma diferente que la circulación -en este caso la
circulación demorada- es una fuerza fertilizante.
77
el comportamiento mutuo entre el mundo divino y el
humano sirve como modelo paradigmático para las
relaciones sociales.
78
el mineral22. Cada mina o sector de la mina tiene su
propia imagen del tio con sus cuernos, su falo erecto y
su boca abierta para recibir las ofrendas de sus devotos.
Los m ineros mascan coca y le invitan cigarrillos todos
los días; una o dos veces por semana hacen la ch'alía,
y una o dos veces por año preparan una ofrenda mayor.
El tiempo dedicado especialmente al supay es el mes
de agosto, que según se dice es el 'mes de los
diablos’ 23. En esta época, finales de invierno, se
cuenta que lodos los minerales bajo tierra salen a la
superficie y se revela el tesoro escondido, y que para
apoderarse de él hay que ofrecer a los diablos un
sacrificio humano.
79
mente las esferas de 'Dios' y de los 'diablos' no se
mezclan; y es interesante notar que tanto en Llallagua
como en Oruro los bailarines no llevan sus máscaras
de diablo cuando se celebra la misa en honor a la
Virgen el segundo día de la fiesta. Parecen que así
intentan separar simbólicamente los dos cultos que en
esta ocasión están tan estrechamente relacionados.
80
hasta provocar su muerte si su hambre no es saciada.
Los diablos son fuente tanto de fertilidad y riqueza
como de enfermedad, desgracia y muerte. Son pode
rosos e impredecibles; se parecen a lso animales sal
vajes, y de hecho son considerados los dueños de éstos
24. Entre los mineros profesionales hay muchos que
afirman la necesidad de hacer regularmente ofrendas a
los diablos. Un funcionario civil que había sido mi
nero me contó que hacía tiempo se dió cuenta de que el
culto al tío era una mera superstición. Pero en el
transcurso de la misma charla dijo que desde que había
dejado de rendir culto a los diablos su suerte había
cambiado25. Entre los campesinos se cuentan historias
similares aunque menos drásticas. En una de las
estancias que mejor conozco vive un hombre muy
próspero. Un observador cínico o descreído podría ob
servar que él cultiva grandes parcelas de buena tierra.
Sus vecinos en cambio dicen que, además de poseer
buenas tierras, el hombre tiene una relación especial
con la pachamama, a la que dedica generosas ofrendas
todos los años26.
81
producción durante el invierno cuando el precio del
mineral en el mercado mundial alcanza cierto nivel.
(1983).
82
Esta región ha sido desde hace muchos siglos
productora de minerales. Los inka usaban el oro de
Amayapampa, situada en el límite del teiritorio laymi
en la puna; también algunas minas eran explotadas
por los señores regionales anteriores al dominio inka
(Espinoza 1969; 1981). La misma mina de Potosí está
bastante cerca, hacia el sur en tcrritoiro de los antiguos
Karakara, y durante la colonia los contribuyentes lay-
mi, junto con los demás ayllus de la región, fueron
una importante fuente de mano de obra para la mita
(Tandeter 1982). El auge de la explotación de la plata
en las décadas de 1860 y 1870 trajo nueva prosperidad;
la gran mina de Huanchaca quedaba al sur de Potosí, y
más cerca en territorio macha estaba Aullagas -otra
mina importante (Mitre 1981). Todas estas minas
figuran en la tradición oral laymi. Y a fines del siglo
XIX, cuando el precio de la plata en los mercados
mundiales declinó y el del estaño empezó a subir, se
inició la intensa explotación en la misma región de
Llallagua.
83
natural, sino también lo es el dinero. Aún en los
ceñiros mineros el culto a los diablos no es exclusivo
de los trabajadores mineros. En Llallagua y en Uncía
los que bailan la diablada son generalmente comercian
tes; en Oruro dicen que el desfile de la diablada fue
iniciado a fines del siglo pasado por los comerciantes y
no por los mineros. Los centros mineros son prós
peros gracias a la riqueza mineral que se extrae de las
vetas subterráneas; pero los que se benefician más
directamente con esa riqueza son muchas veces otra
gente como los comerciantes, y no los mismos mine
ros.
84
se honra a todas las fuentes de bienestar y aumento.
£5
invitarles comida, los seres humanos entran en
relación con la esfera tenebrosa del saxra partí. Pero
he aquí una paradoja y es que si bien por una parte el
dinero viene de la tierra y del dominio de los saxra, por
otra parte es el Estado el que origina el dinero como
circulante y garantiza su eficacia. El aparato estatal, y
las autoridades cuya función sería la de asegurar el
buen funcionamiento de la sociedad, no entran en la
esfera 'diabólica' sino que forman parte d é la esfera de
Dios. El dominio de los saxra es fuente de abundancia,
tanto como de desgracia; sobre todo es caótico e
impredeciblc. Por contrario, la esfera de Dios, la Tyusa
partí, es la que establece y mantiene el orden, la moral,
y el 'buen gobierno' (Hams y Bouysse 1983).
86
limpfti, y por pequeños cuadrados de papel de oro y
plata (quri lubru). En otras zonas se incluyen en las
ofrendas hojas de oro y plata, mineral de galena y
marcasitas en representación del oro y de la plata, o
bien oro y plata crudo, rallados de trozos mayores. 32-
A los santos, por el contrario, no se les ofrece metal
en crudo, pero sí, a veces, piezas trabajadas. En las
fiestas patronales de los distritos mineros, es
costumbre adornar con piezas de plata labrada los arcos
y los vehículos que acompañan a la procesión.
87
respuesta definitiva sino una serie de indicaciones
fragmentarias. En ios escritos del etnógrafo Tschopik
sobre la región del Titicaca encontramos que una
sesión típica del paqu empezaba cuando pedía a cada '
asistente que depositar alguna moneda sobre la mesa de
piedra. Estas monedas, conocidas como 'ojos', le
ayudarían al paqu de "ver y pensar más claramente"
(1951:230).
89
ramas de molle, arroz, carbón, romero y también
monedas de plata. Fue llevada de casa en casa para
expulsar el 'calor' y al día siguiente al alba fue sacada
de la comunidad y dejada abajo en un monte cerca al
rio donde supuestamente no podía dañar a nadie. La
ofrenda fue hecha para 'pedir perdón a Dios’, y como en
todas las ocasiones en que se pide perdón de esta
forma, fue acompañada por hombres que tocaban los
suqusu (enormes cañas de una especie de bambú,
llamadas también (julajula) y por unas imillas mit'ani
(es decir, en servicio) que llevaban banderas de color
blanco.
93
chullpa está míticamente asociada con la luna, y se
derritieron con el calor del sol, que apareció anunciando
la edad inka. El sol, padre divino del linaje inka, fue
identificado con el Dios cristiano desde las prédicas
tempranas de los frailes en el XVI; los chullpa,
asociados con la luna, pertenecen más bien al mundo
de los saxra. Como habría que esperar entonces el
'dinero chullpa' no es tatito moneda acuñada, sino mas
bien es qullqi en el sentido de metal crudo. Calificado
de 'tesoro' o 'tapado' está escondido bajo al tierra; en el
mes de agosto -e l mes del tío- sale a la superficie
según se cuenta, y aquellos que hacen un gran
sacrificio cruento pueden tener acceso a él. (Cabe
recordar que los sacrificos se los hace solamente para
los saxra j40.
94
dinero mismo. Así las culturas andinas se aprovechan
de los tiempos antiguos: hacen trabajar a los restos del
pasado para el bien de los vivos, y para la reproducción
del orden cósmico.
95
* Este artículo fue traducido por Ofelia Castillo,
revisado por Margarita Suarez y Gloria Salazar.
NOTAS
96
irroblcmas (Pagdcn 1982:767-7).
6) El paso se vió facilitado por su calurosa adhesión
a la teoría del dinero como producto del inter
cambio, y al modelo liberal de un productor
independiente quien intercambia sus propios pro
ductos, base de su conceptualización del desarrollo
de la forma mercancía (Bradby 1982: cap. 2).
97
H arris y A lb o 1 9 8 5 ; P latt 1 9 8 2 b ).
98
17) Esto no toma en consideración la ya¡ya, el
'aumento' dado por lina parte a la otra en un
intercambio. La importancia de la yapa está
directamente afectada por la calidad de la relación
entre ambas partes.
99
malgastado en artículos de consumo personal,
menciona particularmente a dulces, a panes o frutas
pero nunca al trago. Alguans personas, particular
mente las amas de casa, se quejan de la dilapi
dación del dinero en tragos, y reconocen que ello
trae un placer individual; pero en general el hecho
de beher no se considera un acto de gratificación
personal, sino que es un aspecto más de la re-
produción del ayllu a través de la ch'alla.
100
tado de la prolelarización de los que trabajan
para él (1980). En las minas se habla de
contratos' con el tio (Nash 1979:192-3); las
historias contadas por gente laymi parecen compar- *
tir la misma idea, sólo que la metáfora usada es
siempre la de la alimentación. Para los campesi
nos, invitar comida no es en absoluto intercambiar
sino que es el comportamiento propio de los
humanos. Uno espera evidentemente que los demás
le inviten comida, pero no ofrece comida a los que
llegan solo con el propósito de que estos retri
buyan de la misma manera. De igual modo, los
humanos deben alimentar a los diablos para saciar
su hambre voraz; pero el hecho de que los diablos
coman la comida no garantiza el alimento o la
prosperidad de sus adoradores.
27) ¿Qué será el origen del nombre mismo de la ciudad
de Llallagua? Según Qucrejazu se le dió porque la
apariencia de la montaña estañífera se asemeja a
una papa llatlawa. Algunas veces se me ha contado
que en realidad el nombre es de origen reciente y le
fue dado al pujante pueblo por los llallawa de
estaño que allí se encontraban. Sea cual fuera la
razón históricamente correcta, la vinculación en
tre la fabulosa riqueza de la mina y los tubérculos
de forma extraña es reconocida por toda la gente de
la zona.
28) Los laymi casi no hacen mención de las minas
mucho más cercanas de Huanuni y Oruro que
estaban en explotación desde el siglo XVII.
Situadas al otro lado de la cordillera de Asanaques,
desde hace siglos han formado parte de otro or
ganismo político. A pesar de la proximidad geo
gráfica parece que existen escasos vínculos econó
micos a través de la cordillera.
101
los antepasados, representados por una calavera
(t'ujlu). Los ires dias intermedios están dedicados
primero a SS Felipe y Santiago, luego a la Virgen,
y finalmente a San Miguel. Estos representan,
respectivamente, el ganado, los cultivos y el
dinero.
30) En 1572 según Vilar, una casa de la moneda
habiéndose establecido siete años antes en Lima.
Benavides por el contrario, indica que la Casa de ia
Moneda de Potosí se había establecido mucho
antes (1972:11). Cuando a fines del siglo XIX la
minería de la plata declinó y fue reemplazada por
el estaño como principal fuente de riqueza mineral,
se deshizo la vinculación directa entre minería y
dinero. Sin embargo, en sus ch’allas la gente
laymi todavía identifica directamente a las minas
de estaño con el dinero. Hecho poco extraño
porque las minas son la fuente de la riqueza
monetaria en bruto puede formar parte del salario
de los mineros, sea oficialmente (por ejemplo el
corpa descrito por Assadourian para Potosí del
XVI, 1982: 268), sea cxtraoficialmcnte, como en
el 'robo' que completa los bajos salarios conocido
como kqjcheo Tandeter 1981: 134) o jukeo. Por
otra parte, desde las primeras décadas de la
República cuando se empezó la acuñación de
monedas febles y también con la introducción de
billetes bancarios por la administración de
Melgarejo, la plata como mineral dejaba de ser la
ba.se del dinero (Platt 1986). Actualmente las
monedas están reducidas a la condicicón de cambio
pequeño o bien, en momentos de aguda inflación,
desaparecen de la circulación.
102
(dar llores) como sinónimos de arkhuyaña (dar
arkhu). Por oirá parte, ya hemos señalado que en el
lenguaje ritual se refiere al ganado y sobre lodo su
fecundidad mediante el vocablo phaqhara, y que
* existe en el pensamiento laymi una estrecha
relación entre ganado y arkhu. Se recordará que los
regalos arkhu solo deberían venderse o intercam
biarse para adquirir ganado. Si bien queda mucho
por investigar, pensamos que en el caso del billete'
bancario encontramos otro vínculo entre el dinero
y la fertilidad.
103
Recuay halló el doctor Ramírez doscientos
patacones en una huaca. Y suelen hatillos y
machucallos de manera que apenas se ven las armas
reales, y parece que están rociados con sangre o
chicha, y están alrededor de la huaca; otras veces
guardan esta plata los sacerdotes de las huacas, y
es la que recogen por derramas para los gastos de
sus fiestas" (1968:43). Una posible interpretación
de tales actos seria que las monedas eran ofrecidas
a los diosses cuyo culto, hacia comienzos del
siglo XVII, estaba ya prohibido y operaba
clandestinamente; y que, salvo en casos en que
ellas fueron usadas para solventar gastos rituales,
las insignias de Su M agestad Católica eran borra
das para hacerlas aceptables como ofrendas a las
divinidades indígenas.
104
que recorría la zona tratando de comprar monedas
antiguas.
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