Teoría Tema 2. - La Era de Las Revoluciones (1770-1871)

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Tema 2.

- La era de las revoluciones (1770-1871)

1.- Los procesos revolucionarios

Las reformas ilustradas no solucionaron los problemas del Antiguo Régimen. Por eso, el
final de este sistema se produjo por la vía de la revolución, entendida, en general, como
un cambio rápido y profundo respecto a una situación precedente.

1.1.- Las revoluciones burguesas y el final del Antiguo Régimen

Las revoluciones se iniciaron a finales del siglo XVIII y reciben el nombre de


revoluciones burguesas, ya que estuvieron protagonizadas por la burguesía y este
grupo social fue el gran beneficiado por los cambios. No obstante, también participaron
y se beneficiaron de ellas otros grupos sociales.

Las revoluciones burguesas fueron, ante todo, revoluciones políticas. Pero otros
aspectos de la vida también resultaron influenciados por el deseo de cambio y de ruptura
con la situación precedente.

1.2.- Los cambios revolucionarios

 En el plano político, los objetivos de los revolucionarios fueron acabar con el


absolutismo e implantar un sistema político liberal, basado en el respeto a los
derechos de la ciudadanía, la soberanía nacional y la división de poderes.
Las primeras revoluciones políticas que se propusieron alcanzar estos objetivos
tuvieron lugar en América del Norte en 1776 y en Francia en 1789. Ambas se
convirtieron en modelos para otros países europeos y americanos. La honda
repercusión de la Revolución Francesa justifica que se haya tomado como
punto final de la Edad Moderna y año de inicio de un nuevo período histórico,
la Edad Contemporánea, que se prolonga hasta nuestros días.
 En el plano económico, la Revolución Industrial acabó con el predominio de la
economía agraria e impuso una nueva economía industrial y urbana.
 En el plano social, la sociedad estamental, basada en el nacimiento y el
privilegio dio paso a una nueva sociedad de clases, fundamentada en la valía
y el mérito personal medidos por la riqueza. En ella, la burguesía se
convirtió en el grupo social dominante.
 En el plano artístico, el Neoclasicismo fue sustituido por el Romanticismo y el
Realismo que abrieron el camino a las posteriores vanguardias artísticas.

2.- La revolución de Estados Unidos

A finales del siglo XVIII, las trece colonias británicas de la costa este de América
del Norte se independizaron de Gran Bretaña y protagonizaron una revolución
política.

2.1.- Las causas del conflicto


La causa del proceso revolucionario fue el descontento de los colonos, que carecían de
representantes en el Parlamento británico, dependían de Gran Bretaña en el
comercio y no podían ocupar los extensos territorios situados al oeste de las colonias
por estar reservados a los británicos.

En esta situación, la difusión de las ideas de la Ilustración llevó a considerar despótico


al gobierno británico.

La chispa que encendió el conflicto fue el intento británico de implantar nuevos


impuestos. Entre otros la Ley del Timbre de 1765, que obligaba a pagar una tasa sobre
los documentos jurídicos y comerciales y el Acta del Té de 1773 que concedía el
monopolio del té en las colonias a la compañía inglesa de las Indias, eximiéndola de
pagar impuestos y gravaba la importación de otros productos como el papel, vidrio y
plomo.

Estas nuevas cargas no fueron aceptadas por los colonos, alegando que no habían sido
votadas por ellos al carecer de representantes en el Parlamento británico y dieron lugar a
distintos actos de protesta. El más importante fue el llamado motín del té de 1773 en
Boston. En él, un grupo de colonos disfrazados de indios arrojó al mar la carga de té de
tres buques británicos.

2.2.- La guerra de Independencia

La dura represión de las autoridades británicas condujo a la Guerra de


Independencia (1775-1783), lo que obligó a los rebeldes a organizar un ejército bajo la
dirección de George Washington.

En plena contienda, los representantes de las trece colonias reunidos en Filadelfia


aprobaron la Declaración de Independencia el 4 de Julio de 1776.

Al final, con el apoyo francés y español, los británicos fueron derrotados en Yorktown
y en la Paz de Versalles de 1783 reconocieron la independencia de las colonias
americanas. Nacían así los Estados Unidos de América.

2.3.- La revolución política y el nuevo Estado

Durante la guerra, los colonos protagonizaron también una revolución política. Así, la
Declaración de Independencia de 1776 reconocía la igualdad de todas las personas,
los derechos a la vida, a la libertad y a la felicidad y la soberanía nacional como
medio de garantizarla.

Tras la guerra se creó un nuevo Estado cuyo sistema liberal y funcionamiento se regula
por la Constitución de 1787, la primera escrita de la historia. En ella, el nuevo Estado
se organizaba como una república federal y se establecía la soberanía nacional y la
división de poderes entre el Presidente, el Congreso y el Tribunal Supremo.

La revolución americana demostraba así que era posible llevar a la práctica las ideas
ilustradas, de ahí su enorme influencia en Europa.
3.- La Revolución Francesa (1789-1799)

3.1.- Las causas de una revolución histórica

En Francia, la revolución estalló por diferentes causas:

 Políticas e ideológicas. En la segunda mitad del siglo XVIII, el absolutismo


había sido criticado por la Ilustración y la Revolución Americana mostró que era
posible derribarlo.
 Sociales y económicas. Todos los grupos sociales estaban descontentos. La
nobleza y el clero habían perdido poder a causa del absolutismo real y, pese a su
riqueza, muchos tenían dificultades económicas debido a sus elevados costes.
La burguesía carecía de influencia política y veía obstaculizados sus negocios
por el control monárquico de la economía. El campesinado estaba agobiado por
los impuestos y apenas tenía para subsistir. Y los grupos populares urbanos
vivían en la miseria.

3.2.- La chispa revolucionaria

La chispa o causa inmediata que encendió la revolución fue una doble crisis
económica: una crisis alimentaria debida a las malas cosechas de los años anteriores
que hizo que el hambre se extendiera por amplias zonas del país y una crisis
financiera motivada por el endeudamiento del Estado por los altos gastos militares y
de la corte.

La única solución frente a este último problema era que los privilegiados pagasen
impuestos. Ante su negativa, el rey Luis XVI convocó en 1789 los Estados
Generales, una asamblea de origen medieval que llevaba sin reunirse desde 1614 y
estaba formada por representantes de los tres estamentos. Era la única institución con
poder para aprobar nuevos impuestos.

Antes de su reunión, cada estamento redactó sus “cuadernos de quejas” para ser
expuestos por sus representantes.

3.3.- El inicio de la Revolución. La convocatoria de los Estados Generales

Las sesiones de la asamblea se iniciaron el 5 de Mayo de 1789. La discusión inicial se


centró en la forma de votar. La nobleza y el clero querían un voto para cada orden o
estamento mientras que el Tercer Estado, más numeroso, exigía voto por cabeza.

Al rechazarse sus peticiones, los representantes del Tercer Estado se proclamaron


Asamblea Nacional o representantes de toda la nación. Luis XVI, alarmado, trató de
disolverla pero no lo consiguió. Al contrario, los representantes se trasladaron a la sala
próxima del Juego de la Pelota y juraron no disolverse hasta haber aprobado una
constitución.

Se iniciaba así un proceso revolucionario que repercutió en el mundo entero y sirvió de


modelo a muchas revoluciones posteriores.
4.- La evolución de la Revolución Francesa

4.1.- La Asamblea Constituyente (1789-1791)

El 7 de Julio de 1789 y mediante votación, la Asamblea Nacional decidió


transformarse en Asamblea Constituyente a fin de dotar a Francia de una
constitución. Pero, ante el temor de que el ejército la disolviese, el pueblo de París
asaltó el 14 de Julio la fortaleza-prisión de la Bastilla para tomar sus armas y
defender a sus representantes. En los días siguientes, los disturbios se extendieron a
otras ciudades y al campo, donde los campesinos atacaron las casas y las propiedades de
los señores.

Las primeras disposiciones aprobadas por la Asamblea Constituyente fueron la


abolición del feudalismo (al eliminar los derechos señoriales y el diezmo y
nacionalizar los bienes de la Iglesia) y la aprobación de una Declaración de Derechos
del Hombre y del Ciudadano (1789), que reconocía los derechos de libertad,
propiedad e igualdad ante la ley. Dos años después aprobó la primera constitución
francesa: la Constitución de 1791. En ella se proclamaba la soberanía del pueblo y se
establecía la división de poderes y el sufragio censitario o restringido a los varones
que poseían ciertas propiedades. Así, el absolutismo daba paso a un sistema político
liberal.

4.2.- La Asamblea Legislativa (1791-1792)

Tras aprobarse la Constitución, la Asamblea Constituyente se disolvió y se sustituyó por


una Asamblea Legislativa.

En su corta existencia tuvo que enfrentarse a varios problemas. Los más importantes
fueron la oposición de los nobles exiliados (que conspiraron desde el exterior contra la
revolución), la oposición del rey (que fue detenido cuando intentaba huir del país en
1791) y la guerra contra Austria y Prusia (países que apoyaban a los
contrarrevolucionarios temiendo que la revolución se extendiese a su territorio).
También se produjeron enfrentamientos entre revolucionarios moderados (girondinos)
y grupos radicales (jacobinos) que agitaban a los sans culottes (grupos populares
compuestos por trabajadores independientes, pequeños comerciantes y artesanos). Para
resolver estos problemas, la Asamblea Legislativa nombró una nueva asamblea
denominada Convención.

4.3.- La Convención (1792-1795)

La Convención estuvo dominada inicialmente por los girondinos. En este periodo se


abolió la monarquía, se proclamó la República (1792) y se procesó y guillotinó a Luis
XVI (1793). Ante este hecho, las potencias absolutistas europeas declararon la
guerra a Francia.

El descontento popular ante la guerra permitió a los jacobinos radicales acceder al


poder en 1793. Su líder, Robespierre, rechazó la invasión extranjera, promulgó una
constitución más democrática que permitía el sufragio universal masculino, dictó
medidas económicas favorables al pueblo y eliminó a la oposición con el terror y la
guillotina. La revolución alcanzaba así su etapa más sangrienta.

4.4.- El Directorio y el Consulado (1795-1799)

Según lo establecido en la Constitución, el poder ejecutivo recayó en un Directorio de


cinco miembros. Este emprendió numerosas campañas militares en Italia, Austria y
Egipto. En ellas destacó un joven general Napoleón Bonaparte que, aprovechando su
prestigio, dio un golpe de Estado en 1799 y sustituyó el Directorio por un Consulado
integrado por tres cónsules. Finalmente, Napoleón consiguió ser nombrado primer
cónsul y se adueñó del poder.

5.- La Europa napoleónica (1799-1814)

5.1.- Napoleón. Del Consulado al Imperio

En su etapa como primer cónsul (1799-1804), Napoleón consiguió consolidar las


conquistas de la revolución al lograr la pacificación del país y llevar a cabo numerosas
reformas internas.

 La pacificación del país la logró eliminando a la oposición radical, permitiendo


el regreso de la nobleza exiliada y firmando un acuerdo o concordato con la
Santa Sede en 1801. En él, reconocía la religión católica y, a cambio, la Iglesia
no reclamaría las tierras confiscadas al clero durante la revolución.
 Las reformas internas más importantes fueron el Código Civil de 1804 que
recogía los logros revolucionarios (igualdad ante la ley, libertad, propiedad y
separación entre la Iglesia y el Estado), la implantación de la libertad
económica, la creación de una asistencia social pública, el fomento de la
instrucción pública y la construcción de numerosos monumentos en París.

Estos logros otorgaron a Napoleón una gran popularidad. De ahí que fuera nombra
cónsul vitalicio en 1802 y, más tarde, emperador de los franceses en 1804, con la
aprobación popular expresada en un plebiscito o consulta al pueblo.

5.2.- El imperio napoleónico (1805-1815)

Napoleón se propuso también extender la revolución creando un gran imperio europeo


bajo la autoridad de Francia. Así, entre 1805 y 1810 se enfrentó a varias coaliciones de
países europeos que se formaron contra él, a las que venció en sucesivas batallas:
Austerliz, Ulm, Jena, Eylau, Friendland y Wagram. Logró así dominar gran parte de
Europa occidental. La única excepción fue el Reino Unido que derrotó a la flota
napoleónica en Trafalgar en 1805 y resistió el bloqueo económico decretado por
Napoleón en 1806.

En los países conquistados, Napoleón confió el gobierno a familiares o a generales


franceses. Todos ellos difundieron las ideas revolucionarias, promulgaron
constituciones, implantaron el Código Civil napoleónico y abolieron los impuestos
señoriales y el diezmo.

5.3.- La caída de Napoleón

La dominación francesa no fue aceptada en muchos países donde provocó movimientos


nacionalistas contrarios a ella. Tras el fracaso del Gran Ejército enviado a Rusia en
1812 y la derrota en España en 1814, una coalición de potencias europeas integrada
por Reino Unido, Austria, Prusia y Rusia entró en París. Napoleón fue desterrado a
la isla de Elba y se estableció la monarquía en Francia en la persona de Luis XVIII.

Al año siguiente, Napoleón escapó de la isla y recuperó el poder durante cien días. Pero
los aliados lo derrotaron definitivamente en Waterloo en 1815 y lo desterraron a la
isla de Santa Elena, donde murió en 1821.

6.- La época de la Restauración

La derrota definitiva de Napoleón abrió un nuevo periodo en Europa en el que se intentó


restaurar el absolutismo. No obstante, acabaron imponiéndose el liberalismo y el
nacionalismo, dos nuevas ideologías surgidas de la Revolución Francesa.

6.1.- La vuelta al absolutismo

Entre 1814 y 1815, las potencias vencedoras de Napoleón (Reino Unido, Austria,
Prusia y Rusia) se reunieron en el llamado Congreso de Viena. Sus objetivos fueron
cuatro:

 La restauración del Antiguo Régimen. Para ello, el restablecimiento en sus


tronos a los monarcas depuestos por Napoleón.
 La reconstrucción del mapa político de Europa . Con ese fin, obligaron a
Francia a volver a sus límites de 1791 y se repartieron territorios. El trazado
de las nuevas fronteras, sin embargo, se hizo sin contar con los deseos de
algunos pueblos que quedaron así separados o unidos contra su voluntad.
 En Viena también se acordó la convocatoria periódica de congresos donde se
tratasen diplomáticamente las posibles disputas entre países y se autorizó la
intervención de las potencias en cualquier país amenazado por una revolución.
 Por último, en 1815, se crearon dos grupos de alianzas para asegurar el orden
establecido: la Santa Alianza formada por Austria, Prusia y Rusia (a ala que
luego se sumaron otros estados) y la Cuádruple Alianza formada por Austria,
Prusia, Rusia y Reino Unido.

6.2.- Las nuevas ideologías

A pesar de los intentos absolutistas, la Restauración no pudo impedir la expansión por


Europa de nuevas ideas y valores, representados por el liberalismo y el nacionalismo.

 El liberalismo defendía la libertad individual (plasmada en el reconocimiento


de derechos a los ciudadanos), la igualdad ante la ley suprimiendo los
privilegios y la implantación de regímenes constitucionales basados en la
soberanía nacional y la división de poderes.
La ideología liberal se extendió, sobre todo, entre los burgueses y las clases
populares de las grandes ciudades.
 El nacionalismo sostenía que el marco fundamental de la vida de las personas es
la nación o comunidad con rasgos propios derivados de una historia, una
lengua o una cultura comunes. Su objetivo era que cada nación tuviese su
propio Estado y, por tanto, reclamaba que las fronteras de las naciones
coincidieran con las de los Estados.
La ideología nacionalista se extendió por los territorios sometidos a un poder
extranjero, como Grecia o por los que aspiraban a formar un Estado unificado
como el caso de Italia y Alemania.

7.- Las revoluciones liberales del siglo XIX

7.1.- Las revoluciones de 1820 y 1830

 Las revoluciones de 1820 se centraron en el área mediterránea y en Rusia. En


ellas tuvieron un destacado papel los oficiales del ejército y las sociedades
secretas. Así, los liberales protagonizaron levantamientos antiabsolutistas en
España, Portugal, Nápoles, Piamonte y Rusia. Inicialmente algunos monarcas
tuvieron que aceptar constituciones, pero, al final, se impuso el absolutismo.
 Las revoluciones de 1830 afectaron a casi toda Europa y llevaron a los
liberales al poder en muchos estados. Se iniciaron en Francia con la
destitución de Carlos X y la implantación de la monarquía constitucional de
Luis Felipe de Orleans. Después, la revolución se extendió a Bélgica, que logró
independizarse de Holanda, y a España, Portugal, Polonia y diversos estados
italianos y alemanes. Sin embargo, una vez conquistado el poder, el
liberalismo limitó los derechos y las libertades e implantó el sufragio
censitario o restringido, excluyendo así a los grupos populares de la política y
del poder.

7.2.- Las revoluciones de 1848

Las revoluciones de 1848 tuvieron mayor extensión y participación popular y fueron


más radicales. Partieron de Francia donde Luis Felipe de Orleans se vio obligado a
abandonar el trono y se proclamó la Segunda república y se implantó una constitución
que establecía el sufragio universal masculino. La revolución afectó también a Prusia,
Austria-Hungría, Suiza, la Confederación Germánica y algunos estados alemanes.

En todas ellas, los revolucionarios levantaron barricadas en las calles y exigieron más
derechos, soberanía popular, sufragio universal masculino e igualdad social. Estas
exigencias asustaron a la burguesía que reprimió las revoluciones e implantó un
liberalismo conservador.

8.- Los nacionalismos. El nacimiento de nuevos Estados


Las ideas nacionalistas favorecieron algunos procesos de unificación. Fueron los casos
de Italia y de Alemania, donde contribuyeron a la difusión de las ideas de construcción
de un Estado liberal unitario. También impulsaron el proceso de descomposición del
imperio turco y el surgimiento de nuevos Estados.

8.1.- La unificación de Italia (1859-1870)

El proceso de unificación fue dirigido por el reino de Piamonte-Cerdeña. Sus


protagonistas fueron el rey Víctor Manuel II y su primer ministro Cavour, que se
ganaron la confianza de las corrientes nacionalistas más significativas y el
revolucionario Garibaldi. La unificación se realizó en varias etapas.

Primero, Víctor Manuel II incorporó Lombardía al reino de Piamonte-Cerdeña


luchando contra Austria y los ducados centrales de Italia. Mientras, Garibaldi
conquistaba el reino de Dos Sicilias, en el Sur, al frente de un ejército conocido como
“los mil camisas rojas”.

Tras esta unificación parcial, se proclamó el reino de Italia en 1861. Finalmente, la


unidad se completó con la anexión de Venecia y la conquista de los Estados
Pontificios en 1870.

El nuevo Estado implantó un sistema político liberal basado en el sufragio censitario.

8.2.- La unificación de Alemania (1864-1871)

Los protagonistas de la unificación fueron el reino de Prusia, regido por Guillermo I y


el canciller Bismarck. Ambos se propusieron unificar Alemania sin incluir a Austria, su
rival político.

El proceso de unificación se llevó a cabo en dos etapas. Primero, Prusia se enfrentó y


derrotó a Austria en Sadowa, lo que permitió unificar los estados alemanes del
norte. Luego, se enfrentó y venció a Francia en Sedán, incorporando Alsacia y Lorena
y unificó los estados alemanes del Sur. Se iniciaba así el II Reich o imperio alemán en
1871.

El nuevo Estado adoptó una constitución que establecía el sufragio universal masculino
y un sistema político federal formado por estados con amplias competencias.

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