Estadistica Trafico Ilicito
Estadistica Trafico Ilicito
Estadistica Trafico Ilicito
El tráfico ilegal de fauna silvestre es una actividad que pone en peligro a diversas especies de
animales tanto a nivel global como a nivel nacional. De acuerdo con la Agencia de los Estados
Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), la caza, captura y contrabando son las
actividades que colocan en mayor riesgo a la fauna silvestre (s/f). En ese sentido, diversos
animales que habitan en el Perú se encuentran en amenaza hasta en su propio hábitat.
Según los datos proporcionados por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor)
en el año 2021, anualmente, se decomisan alrededor de 5,000 especies en el país. Este
preocupante fenómeno representa una amenaza significativa para la biodiversidad del Perú,
que alberga alrededor del 70% de la diversidad biológica a nivel mundial (SWI, 2021, párr. 1).
Además, se ha identificado que 318 especies se encuentran bajo amenaza directa debido al
tráfico ilegal de fauna silvestre, con 86 de ellas clasificadas en categorías de amenaza
específica (El Peruano, 2019).
La vasta riqueza de biodiversidad que caracteriza al Perú lo convierte en uno de los países más
afectados por el flagelo del tráfico ilegal de fauna silvestre. Es importante destacar que esta
actividad delictiva se ha aprovechado de las plataformas virtuales para operar de manera
anónima y subrepticia, y su presencia ilegal se ha exacerbado, especialmente, durante el
transcurso de la pandemia de la COVID-19 (El Peruano, 2021).
Especies en peligro
En el territorio peruano, diversas especies de fauna silvestre son objeto de un intenso tráfico
ilegal, entre las que destacan el otorongo, la tortuga taricaya, la iguana, la rana gigante del
lago Titicaca, y primates como el mono fraile, el mono choro y el mono tití, además de aves
como el loro, el guacamayo, el pihuicho y el botón de oro.
La rana gigante del lago Titicaca (Telmatobius culeus), una especie endémica de esa región
geográfica, ha experimentado una drástica reducción de su población en 80% en los últimos 15
años debido al tráfico ilegal y a la degradación de su hábitat (El Peruano, 2021). Este comercio
ilícito se sustenta en la creencia errónea de que estas ranas poseen propiedades curativas para
enfermedades respiratorias y, en la actualidad, la rana gigante del lago Titicaca se encuentra
catalogada como «especie en peligro crítico».
Otro caso de suma relevancia es el del jaguar u otorongo, en cuyo caso Perú alberga la
segunda mayor población a nivel mundial. Sin embargo, esta población se encuentra
disminuyendo a un ritmo alarmante debido a factores como la destrucción de su hábitat, la
deforestación y la caza furtiva con fines de lucro, principalmente orientada a la venta de su piel
y colmillos, los cuales son altamente demandados en el mercado asiático por supuestas
propiedades afrodisíacas (SWI, 2021).
Para combatir el comercio ilícito de fauna silvestre, se han establecido normativas legales que
sancionan la venta y compra de especies de origen ilegal. La Ley N° 29763, por ejemplo, tipifica
el comercio ilegal de fauna silvestre como un delito, y prevé sanciones que incluyen penas de
prisión y multas que pueden alcanzar hasta 5,000 unidades impositivas tributarias (UIT). No
obstante, la efectividad de estas leyes se ve limitada por una aplicación deficiente.
Además de la regulación legal, se han impulsado medidas para combatir este crimen
organizado. La «Estrategia Nacional para Reducir el Tráfico Ilegal de Fauna Silvestre en el Perú
– 2017-2021» busca establecer alianzas con países fronterizos y aquellos que son destinos de
las especies traficadas. El objetivo para el 2027 es implementar mecanismos internacionales de
control y establecer al menos 6 puestos de control en los puntos de salida internacional con
infraestructura, equipos y personal capacitado. Asimismo, se planea la implementación de
acuerdos bilaterales con Brasil, Chile, Ecuador, Colombia y Bolivia, los cinco países fronterizos,
para el año 2027 (Midagri, 2017, p. 44).