Unidad 1. Las Revoluciones Liberales. Contenidos
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El Reino Unido poseía trece colonias en la costa oriental de América del Norte el
cuatro de julio de 1776, sus habitantes proclamaron su independencia: dando lugar
al nacimiento de los Estados Unidos de América
La Revolución francesa puso fin al Antiguo Régimen. Por eso se considera que con
ella comenzó la Edad Contemporánea.
La Asamblea Legislativa
Luis XVI, contrario a la revolución, intentó fugarse en junio de 1791. Deseaba
unirse a los aristócratas que se habían exiliado y formar un ejército, apoyado por
tropas extranjeras, para tomar París y poner fin a la revuelta. Sin embargo, fue
reconocido cuando huía, detenido en Varennes y obligado a regresar a París,
donde quedó bajo custodia. El intento de huida avivó el sentimiento antimonárquico.
Una vez elaborada la Constitución, la Asamblea Nacional Constituyente se disolvió
y se celebraron elecciones. La Asamblea Legislativa ( septiembre de 1791-agosto
de 1792) estaba dominada por los sectores moderados y monárquicos. En octubre
de 1791, se presentó a la Asamblea la Declaración de Derechos de la Mujer y de la
ciudadana, obra de Olympe de Gouges, pero no fue aceptada. a su autora se le
acusó de ir contra de la revolución por oponerse a la ejecución de Luis XVI y fue
guillotinada en noviembre de 1793.
Fue este un período turbulento: a la escasez de alimentos se unió la amenaza
exterior. Las monarquías europeas (Austria, Prusia y España) ayudaban a los
nobles exiliados y se preparaban para intervenir contra la Francia revolucionaria,
por temor a que su ejemplo cundiera. El 20 de abril de 1792, la Asamblea declaró
la guerra Austria, lo que exaltó el sentimiento patriótico del pueblo francés. La
Marsellesa, himno nacional, se compuso entonces.
Los franceses fueron derrotados por las tropas austriacas, al tiempo que los
ejércitos prusianos invadieron el país. La Francia revolucionaria estaba en peligro.
3.2 La Convención
Ante la amenaza austro-prusiana, las masas populares asaltaron el Palacio de las
Tullerías, del que huyó la familia real. Los asaltantes eran los revolucionarios más
radicales, los sans culottes, las clases populares de la ciudad, en cuyas
movilizaciones las mujeres tuvieron un protagonismo decisivo.
Tras la insurrección popular del 10de agosto de 1792, la revolución se radicalizó.
La Asamblea Legislativa decidió elegir una nueva asamblea, llamada Convención,
por sufragio universal masculino. La Convención se encargaría de redactar una
nueva Constitución. La presión de la comuna popular que gobernaba París provocó
la masacre de más de 1.500 prisioneros (aristócratas, clero refractario y presos
comunes).
La Convención montañesa
La victoria de los montañeses o jacobinos, dirigidos por Robespierre, se quiso
legitimar con una nueva constitución de carácter revolucionario radical, que nunca
entró en vigor debido a la guerra. Se incluyó en ella una Declaración de Derechos
del Hombre y del Ciudadano, que ampliaba la de 1789 en sentido democrático y
social. Proclamaba la soberanía popular, postulaba un régimen democrático y
establecía por vez primera el derecho a la insurrección contra un Gobierno que
violara los derechos del pueblo.
Con la excusa de la amenaza militar en el exterior y de los contrarevolucionarios
en el interior, el nuevo Gobierno instauró el terror (septiembre de 1793). Se
ordenaron detenciones y ejecuciones en masa, que se prolongaron durante toda la
etapa montañesa dos puntos más de 40.000 personas fueron condenadas a muerte
o ejecutada sumariamente; hubo doscientos mil muertos por la guerra civil y medio
millón de detenidos. Otras medidas revolucionarias fueron la ley de máximo general
(que fijaba los precios de los artículos básicos y los salarios), la abolición total del
sistema feudal, la supresión del culto y un nuevo calendario.
Los ataques a la política autoritaria de Robespierre fueron nuevamente respondidos.
tras ordenar la ejecución de sus principales adversarios, incluidos los miembros
relevantes de los jacobinos (Danton, que pedía el fin del terror, o Hérbert, partidario
de endurecerlo), estableció el “Gran Terror” y la persecución de los “enemigos del
pueblo” (junio de 1794). El 9 de termidor del año II (27 de julio de 1794),
Robespierre y su círculo de amigos fueron detenidos y guillotinados sin juicio.
finalizaba así la etapa más radical de la revolución.
3.3 La República conservadora (1794-1799)
La reacción termidoriana
La burguesía moderada deseaba “encauzar la revolución” instaurando una
república conservadora y censitaria, al tiempo que frenaba a los extremistas, ya
fueran jacobinos o realistas.
La nueva Convención (julio de 1794-octubre de 1795) cerró clubes y sociedades
patrióticas, persiguió a los defensores del terror y liberalizó la economía. Los sans-
culottes desaparecieron de la escena política.
Se elaboró la Constitución del año III (1795) que propugnaba “ un gobierno de los
mejores”, es decir, de la burguesía propietaria. Era una constitución más
conservadora que la de 1791: establecía dos cámaras (Consejo de los Quinientos y
Consejo de los Ancianos), el sufragio restringido y el poder ejecutivo recaía en un
Directorio de cinco miembros. La nueva Constitución definió un modelo territorial
basado en los departamentos, descentralizado y una política liberal.
Tras proclamarse la Constitución, la Convención se disolvió el veintiséis de octubre.
El Directorio
Comenzaba así la última etapa de la revolución, el Directorio. Fue este un régimen
obligado a recurrir con frecuencia a la fuerza para imponer sus decisiones, qué
consideraban “el justo medio”. Así, las revueltas populares y las amenazas tanto
de los realistas como de los revolucionarios radicales (Conjura de los Iguales de
Babeuf, ejecutado en mayo de 1797) fueron reprimidas por el ejército o mediante
golpe de Estado.
El dieciocho de brumario (9 de noviembre de 1799), Napoleón, apoyado por el
ejército y por su hermano Lucien, disolvió el Directorio por la fuerza. Al día
siguiente, el Consejo de los Quinientos se puso al golpe sin éxito.
Después de esto, Napoleón prometió a los franceses el retorno a la calma y forzó el
nombramiento de tres cónsules provisionales (Sieyès, Ducos y el mismo Napoleón).
De esta forma concluía la revolución.