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CONCEPTOS GENERALES Y AUTORES /REFERENCIAS

Según Cabanella Guillermo (1976) define principio. “Como el primer instante del ser,
de la existencia de la vida, razón, fundamento, origen”. Página 11
capitulo(32-1)completa , , ,g El máximo principio que consagra la legitimidad y legalidad
del derecho penal es el aforismo del nullum crimen, nula poena sine praevia lege. En este
sentido el autor Fernando C. (1989). Señala que “el principio de legalidad de los delitos y
de las penas es el supremo postulado político criminal del derecho penal moderno, su
importancia se observa en los Derechos del hombre y el ciudadano de 1789”. La doctrina
ha ido dando al postulado una formulación más acabada y completa mientras que
tradicionalmente se enunciaba como nullum crimen, nulla poena sine lege praevia, scripta et
stricta, hoy se agrega el rasgo esencial de la ley cierta, es decir, los llamados tipos cerrados o
leyes claras y precisas de las primeras épocas y muchos incluyen igualmente las medidas de
seguridad. Fernando C. (1989) ha inferido que este principio de legalidad, ofrece
importantes rasgos, a cada uno de los cuales apunta, “a una garantía de liberad y
seguridad para el ciudadano y del otro, un poder punitivo del Estado, que ejercer por
medio de legisladores y jueces. El principio de nullum crimen, nulla poena, sine lege, en el
derecho penal moderno. Prohíbe las penas sin ley y sin ley previa escrita y estricta, es decir,
prohíbe por tanto declara ilícitas, ilegítimas las penas de hecho impuestas por cualquier
autoridad, las penas retroactivas o sea las creadas ad hoc y, en todo caso, después de la
realización del hecho, las que pudieran dimanar de la costumbre y las que se pudieran aplicar
por una integración analógica de la Ley. Costumbre, retroactividad y analogía prohibidas son
solo las que obran contra el reo, el desarrollo de una norma de garantía cuyo único objeto es
la protección de los derechos del individuo contra las arremetidas del poder punitivo estatal.
En los últimos años, la formulación con la exigencia de una ley cierta, cuyo efecto es la
prohibición de leyes penales imprecisas o vagas, esto es, de los tipos indeterminados, que
tanta incertidumbre siembra, y es precisamente uno de los cambios que debe orientar el
proceso de transformación de nuestro Código penal, y en este sentido, los estudiosos y
expertos en las materias deber tener suficientemente claro, cuales son esas imprecisiones en
la ley penal, que consecuencialmente se traduce en interpretaciones que van en perjuicios del
imputado. Por otra parte, es necesario establecer la perentoriedad de la exigencia de que tanto
los delitos como las penas estén determinados en la ley, lo que le da el carácter de principio
de reserva, con lo que se señala que solo el legislador, no el gobierno, ni los jueces - pueden
asumir esa tarea, la cual es competencia consagrada a la Asamblea Nacional la cual le
corresponde legislar en las materias de la competencia nacional, así como, la formación de las
leyes. La ley, es el acto sancionado por el asamblea Nacional como cuerpo legislador, de allí
que solo, está dado, la creación de normas de carácter penal a la Asamblea Nacional. Según
el autor, enunciado anteriormente, “lo ideal y correcto es que tal competencia privativa
para señalar las conductas punibles y precisas las penas que les son aplicables, se refiera
a la ley en sentido formal, pues esto da al pueblo, por medio de la democracia
representativa y de los legisladores una cierta participación en tan delicada y
trascendental materia. El Principio de Legalidad, se exige que el delito se encuentre
expresamente previsto en una Ley Formal, previo, descrito con contornos precisos de manera
de garantizar la seguridad del ciudadano, quien debe saber exactamente cual es la conducta
prohibida, y, así mismo, cuáles son las consecuencias de la trasgresión o las penalidades que
siguen a su conducta lesiva a los bienes protegidos por la norma penal. El principio de la
legalidad, excluye, por supuesto el recurso de la analogía en orden a la creación de delitos y
penas o de cualquier forma de incriminación penalística. Página 12 capitulo(32-1)completa

REFERENCIAS DE AUTORES
1. CABANELLAS, G. Diccionario de Derecho Usual. Editorial Heliasta S.R.L. Buenos Aires
(Argentina), 1979.

2. FERNANDO C., J. Derecho Penal Fundamental. Segunda Edición Volumen II, “Teoría
General del Delito y Punibilidad” . Editorial Temis S.A. Bogotá (Colombia), 1989.

3. FERNANDO C., J. Derecho Penal Fundamental. Tomo I. Editorial Temis S.A. Bogotá
(Colombia), 1995.

FUENTE
https://www.corteidh.or.cr/tablas/R06737-4.pdf

Como hemos dicho, este principio constituye uno de los principios del derecho penal más
importante, ya que implica ciertas garantías y prohibiciones que aportan seguridad jurídica a
todos los ciudadanos frente al Estado, por cuanto suponen una limitación al ius puniendi
(facultad sancionadora) de nuestro ordenamiento jurídico.
Dentro del principio de legalidad podemos distinguir dos tipos:
● Principio de legalidad sustancial: consiste en un axioma extrajurídico que implica
que no se puede imponer a nadie una pena o medida de seguridad si no estuviera
descrita anteriormente por una ley.
● Principio de Legalidad formal: se trata de un axioma jurídico según el cual ningún
hecho puede considerarse delito si una ley no lo había declarado antes de su
perpetración como tal.

Frente a estas garantías, del principio de legalidad también derivan ciertas prohibiciones que
a su vez comportan una seguridad jurídica a los ciudadanos:
1. Prohibición de regulación penal por otras normas distintas de la ley o principio
de reserva de ley: solo la ley emanada de nuestras Cortes Generales puede definir los
delitos y establecer las penas correspondientes.
No se podrá sancionar los hechos tipificados como delitos por una norma con rango inferior a
la ley (Real Decreto del Gobierno, Ordenanza Municipal, Reglamentos….) ni tampoco por
normas dictadas por el poder ejecutivo o judicial.
2. Prohibición de irretroactividad: la ley no puede actuar retroactivamente si la misma
fuera desfavorable para el reo o más grave de la que existía antes, es decir, la ley solo
puede crear o agravar la responsabilidad por un delito mediante una ley anterior a que
tal delito se cometiera.
3. Prohibición de remisión a instancias normativas inferiores: tanto la tipicidad del
delito como la pena impuesta deben crearse mediante una norma con rango de ley,
aprobada por el Parlamento, no pudiendo venir estas exigencias determinadas por una
norma de rango inferior.
4. Prohibición de indeterminación o imprecisión o mandato de Taxatividad: todo
delito y sus penas debe ser descrito por la ley de la forma más precisa posible, clara e
inequívocamente, a fin de no generar inseguridad jurídica.
De modo que, solo se podrán sancionar las conductas delictivas que cumplan todos los
requisitos del tipo penal determinados legalmente.
5. Prohibición de la analogía: en materia penal se prohíbe la analogía que desfavorezca
al reo (malam partem), es decir, no se puede castigar a alguien por una conducta
“parecida” a un delito.

FUENTE
https://aboga2.eu/blog/penal/que-es-el-principio-de-legalidad-en-el-derecho-penal/

El Principio de Legalidad en la Justicia Penal: Es importante decir, que en el derecho penal


rige respecto de los delitos y las penas, postura originariamente defendida por Cesare
Beccaria, al respecto es importante destacar los principios que sostiene este autor, en su obra
titulada “De Los Delitos y de Las Penas” , ya que en dichos principios se fundamenta toda la
normativa que se crea bajo la concepción del Estado Social de Derecho, esos principios son
los siguientes: (1) Las leyes han de ser sanas normas fundamentales que permitan una vida en
sociedad sin aprensiones que coarten la libertad; (2) Para prevenir los delitos son necesarias
ciertas sanciones punitivas, prescritas por leyes imparciales y equitativas y no por la voluntad
del juez; (3) Las penas demasiado crueles son inútiles, perjudiciales y malignas; la verdadera
gravedad de los delitos está en el mayor o menor daño que se infrinja a la sociedad; (4) Las
torturas inhumanas deben abolirse, pues en muchos casos sólo se prestan para intimidar al
débil inocente y para favorecer la delincuencia de los poderosos; (5) La finalidad de las penas
no ha de ser la de atormentar con brutalidad, sino prevenir al culpable de reincidir y disuadir
a otros de delinquir; (6) El máximo ordenamiento acerca de la rigurosidad de las penas es su
proporcionalidad con los delitos cometidos, y debe aplicarse a todos, independientemente de
su posición social, intelectual, económica, etc.; (7) La pena de muerte es abominable, cruel e
inhumana, porque destruye la vida; y solo dos motivos podrían apelarse como justificación
extrema: cuando un individuo privado de su libertad siga manteniendo relaciones tan
amenazadoras, que su incontrolable poderío represente un grave peligro para la seguridad de
la nación, y cuando, 7 VITRINA LEGAL aún detenido, continúe cometiendo delitos atroces;
(8) Otro ordenamiento fundamental es la absoluta independencia tanto del poder legislativo,
como la del poder judicial. El juez habrá de interpretar las leyes en correspondencia con la
regulación estatuida por el legislador; (9) Se ha de hacer una contundente distinción entre los
delitos de máxima crueldad y perversión como el asesinato, y lo delitos menores; (10) Se han
de fijar plazos breves, aunque suficientes, para la presentación de las pruebas para la defensa
del reo, y para la aplicación de la respectiva pena; y (11) La educación de la sociedad aunque
difícil, es el mayor preventivo para evitar los delitos. Posteriormente, Paul Johann Anselm
von Feuerbach estableció este principio en materia de derecho penal basándose en la
máxima NULLUM CRIMEN, NULLA POENA SINE PRAEVIA LEGE, es decir, para que
una conducta sea calificada como delito debe ser descrita de tal manera con anterioridad a la
realización de esa conducta, y el castigo impuesto debe estar especificado de manera previa
por la ley, lo cual nos indica claramente que el Principio de Legalidad en el Derecho penal es
entonces un límite a la potestad punitiva del Estado, en el sentido que sólo pueden castigarse
las conductas expresamente descritas como delitos en una ley anterior a la comisión del
delito, es decir, aquellas conductas que estén tipificadas como delitos o faltas. Asimismo,
tenemos que los delitos y sus penas deben ser creados por ley y solo puedan ser creados por
esta, esto es lo que se conoce como Reserva Legal.

REFERENCIAS DE AUTORES
Beccaria, Cesare. “De los Delitos y de Las Penas”. Ediciones Universales, Gráficas
Modernas, Bogotá, D.C., Colombia (2008) P.p. 166.

FUENTE
https://www.vitrinalegal.com.ve/wp-content/uploads/2019/08/El-principio-de-legalidad-en-la
-justicia-penal.pdf

La fórmula latina proviene de FEUERBACH (en su Lehrbuch de 1801).

Feuerbach, autor de la célebre formula latina del principio de legalidad a cuyo análisis dedicó
buena parte de su obra: nullum crimen, nulla poena sine praevia lege poenali, garantía
individual que consiste en exigirle al Estado ley escrita, cierta y previa como presupuestos de
la imposición de un castigo. Este principio, en la fórmula feuerbachana, tenía un triple
dimensión.

Nulla poena sine lege.

Nulla poena sine crimine.

Nullum crimen sine poena legali.

FUENTE

https://law-svm.com/nullum-crimen-nulla-poena-sine-praevia-lege/

Autor/ Maria Jose Valera Torres

Fecha/Octubre 13,2020
Título/Nullum crimen, nulla poena sine praevia lege ¿ tiene su origen en la antigua roma?

Nombre de la pagina/ Samuel Acuña Legal y Compliance

Alberto Arteaga Sánchez (2014) establece que:

Ahora bien,en el campo del Derecho Penal el problema de asume un carácter especial, dado
que toda la materia se encuentra regida por el principio de legalidad o reserva que expresa en
la conocida máxima del nullum crimen,nulla poena sine lege.Este principio se encuentra
establecido en el artículo 1 del Código Penal.

El principio de legalidad, en la fórmula acogida por nuestra ley, trasciende, sin


embargo, a la simple exigencia de que sólo la ley puede crear delito y penas (principio
de reserva legal o de legalidad stricto sensu), ya que implica, asimismo, que los hechos
y las penas deben estar previamente establecidos en la ley para que una conducta pueda
ser sancionada penalmente (principio de irretroactividad), y que ha de tratarse de
hechos y penas determinadas expresamente en la propia ley (principio o exigencia de la
tipicidad).Este principio tiene una significación política por cuanto constituye una
garantía para los ciudadanos y el ejercicio de su libertad, asegurándose que solo podrán
ser castigados y , por tanto, limitados en su libertad por hechos que hayan sido
previamente establecidos en la ley, lo cual se constituye como una barrera en contra de
la arbitrariedad la justicia penal.

Desde el punto de vista práctico, el principio de legalidad significa un límite para la


aplicación, encontrando así el juez perfectamente determinada su función. Debido a que, el
no puede condenar sino por hechos que se encuentren especificados en la ley penal y no
puede extender esta a otros hechos por medio del procedimiento analógico.

Históricamente la formulación latina del principio de legalidad se debe a Feuerbach


1775/1833,y no a antecedentes en el Derecho Romano en que se permitía al juez castigar ad
exemplum legis. El principio se consagra en la Declaración de los Derechos del Hombre en
Filadelfia 1774 y se señalan sus antecedentes en la Magna Carta de Juan SIn Tierra 1215. Es
adoptado por la Revolución Francesa y se anuncia en la Declaración de los Derechos del
Hombre de 1789,y pasa luego a la mayor parte de las legislaciones de los Estados Modernos.

REFERENCIA DE AUTOR
Arteaga Sánchez, A. (2014). Derecho Penal Venezolano. (8ª ed.).Caracas, Venezuela:
McGraw-Hill INTERAMERICANA DE VENEZUELA, S.A.

Arteaga Sánchez, Alberto. Derecho penal venezolano. Novena edición. McGrawHill.


Caracas, 2001.

Beccaria. De los delitos y de las penas. Según el texto publicado en Florencia en 1862, por
César Cantú. Versión Castellana por Pascual Vincent. Madrid, 1879.

ARTÍCULOS

Artículo 529. Legalidad y lesividad


LOPNNA
Ningún adolescente puede ser procesado o procesado ni sancionado o sancionada por acto u
omisión que, al tiempo de su ocurrencia, no esté previamente definido en la ley penal, de
manera expresa e inequívoca, como delito o falta. Tampoco puede ser objeto de sanción si su
conducta está justificada o no lesiona o pone en peligro un bien jurídico tutelado.

El o la adolescente declarado o declarada responsable de un hecho punible sólo puede ser


sancionado o sancionada con medidas que estén previstas en esta Ley. Las medidas se deben
cumplir conforme las reglas establecidas en esta Ley.

Artículo 1. C.P.V/Nadie podrá ser castigado por un hecho que no estuviere expresamente
previsto como punible por la ley, ni con penas que ella no hubiere establecido previamente.
Los hechos punibles se dividen en delitos y faltas.

Artículo 49 Nro.6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que no
fueren previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes.

Artículo 15/Nro.1. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de
cometerse no fueran delictivos según el derecho nacional o internacional. Tampoco se
impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con
posterioridad a la comisión del delito la ley dispone la imposición de una pena más leve, el
delincuente se beneficiará de ello.Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de
1996

Artículo 12/Nro.2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de
cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se
impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del
delito.Declaración Universal De Los Derechos Humanos

ARTÍCULO 61: C.P.V "Nadie puede ser castigado como reo de delito no habiendo tenido la
intención de realizar el hecho que lo constituye, excepto cuando la ley se lo atribuye como
consecuencia de su acción u omisión. Culpabilidad.

Artículo 65.- C.P.V No es punible: 1.- El que obra en cumplimiento de un deber o en el


ejercicio legítimo de un derecho, autoridad, oficio o cargo, sin traspasar los límites legales.
2.- El que obra en virtud de obediencia legítima y debida. En este caso, si el hecho ejecutado
constituye delito o falta, la pena correspondiente se le impondrá al que resultare haber dado
la orden ilegal. 3.- El que obra en defensa de propia persona o derecho, siempre que
concurran las circunstancias siguientes: 1.- Agresión ilegitima por parte del que resulta
ofendido por el hecho. 2.- Necesidad del medio empleado para impedirla o repelerla. 3.-
Falta de provocación suficiente de parte del que pretenda haber obrado en defensa propia.
Se equipara a legítima defensa el hecho con el cual el agente, en el estado de incertidumbre,
temor o terror traspasa los límites de la defensa. 4.- El que obra constreñido por la
necesidad de salvar su persona, o la de otro, de un peligro grave e inminente, al cual no haya
dado voluntariamente causa, y que no pueda evitar de otro modo. Causas de Justificación.

Artículo 74.- Se considerarán circunstancias atenuantes que, salvo disposiciones especiales


de la ley, no dan lugar a rebaja especial de pena, sino a que se las tome en cuenta para
aplicar esta en menos del termino medio, pero sin bajar del límite inferior de la que al
respectivo hecho punible asigne la ley, las siguientes: 1.- Ser el reo menor de veintiún años y
mayor de dieciocho cuando cometió el delito. 2.- No haber tenido el culpable la intención de
causar un mal de tanta gravedad como el que produjo. 3.- Haber precedido injuria o
amenaza de parte del ofendido, cuando no sea de tal gravedad que de lugar a la aplicación
del artículo 67. 4.- Cualquier otra circunstancia de igual entidad que a juicio del Tribunal
aminore la gravedad del hecho.
Artículo 77.- Son circunstancias agravantes de todo hecho punible las siguientes: 1.-
Ejecutarlo con alevosía. Hay alevosía cuando el culpable obra a traición o sobre seguro. 2.-
Ejecutarlo mediante precio, recompensa o promesa. 3.- Cometerlo por medio de inundación,
incendio, veneno, explosión, varamiento de nave, avería causada de propósito,
descarrilamiento de locomotora o por medio del uso de otro artificio que pueda ocasionar
grandes estragos. 4.- Aumentar deliberadamente el mal del hecho, causando otros males
innecesarios para su ejecución. 5.- Obrar con premeditación conocida. 6.- Emplear astucia,
fraude o disfraz. 7.- Emplear medios o hacer concurrir circunstancias que añadan la
ignominia a los efectos propios del delito. 8.- Abusar de la superioridad del sexo, de la
fuerza, de las armas, de la autoridad o emplear cualquier otro medio que debilite la defensa
del ofendido. 9.- Obrar con abuso de confianza. 10. Cometer el hecho punible
aprovechándose del incendio, naufragio, inundación u otra calamidad semejante. 11.-
Ejecutarlo con armas o en unión de otras personas que aseguren o proporcionen la
impunidad. 12.- Ejecutarlo en despoblado o de noche. Esta circunstancia la estimaran los
Tribunales atendiendo a las del delincuente y a los efectos del delito. 13.- Ejecutarlo en
desprecio o en ofensa de la autoridad pública o donde esta se halle ejerciendo sus funciones.
14.- Ejecutarlo con ofensa o desprecio del respeto que por su dignidad, edad o sexo
mereciere el ofendido, o en su morada, cuando este no haya provocado el suceso. 15.-
Ejecutarlo con escalamiento. Hay escalamiento cuando se entra por vía que no es la
destinada al efecto. 16.- Ejecutarlo con rompimiento de pared, techo o pavimento o con
fractura, entendiéndose por esta toda fuerza, rotura, descomposición, demolición, derribo o
agujeramiento de paredes, terrenos o pavimentos, puertas, ventanas, cerraduras, candados u
otros utensilios o instrumentos que sirvan para cerrar o impedir el paso o la entrada y de
toda especie de cerraduras, sean las que fueren. 17.- Ser agraviado cónyuge del ofensor, o su
ascendiente o hermano legítimo, natural o adoptivo; o cónyuge de estos; o ascendientes,
descendientes o hermano legítimo de su cónyuge; o su pupilo, discípulo, amigo íntimo o
bienhechor. 15 18.- Que el autor, con ocasión de ejecutar el hecho y para prepararse a
perpetrarlo, se hubiere embriagado deliberadamente, conforme se establece en la regla 1 del
artículo 64. 19.- Ser vago el culpable. 20.- Ser por carácter pendenciero.

De la concurrencia de varias personas en un mismo hecho Punible


Artículo 83.- Cuando varias personas concurren a la ejecución de un hecho punible, cada
uno de los perpetradores y de los cooperadores inmediatos queda sujeto a la pena
correspondiente al hecho perpetrado. En la misma pena incurre el que ha determinado a otro
a cometer el hecho. Artículo
Artículo 84.- Incurren en la pena correspondiente al respectivo hecho punible, rebajada por
16 mitad, los que en el hayan participado de cualquiera de los siguientes modos: 1.-
Excitando o reforzando la resolución de perpetrarlo o prometiendo asistencia y ayuda para
después de cometido. 2.- Dando instrucciones o suministrando medios para realizarlo. 3.-
Facilitando la perpetración del hecho o prestando asistencia o auxilio para que se realice,
antes de su ejecución o durante ella. La disminución de pena prevista en este artículo no
tiene lugar, respecto del que se encontrare en algunos de los casos especificados, cuando sin
su concurso no se hubiera realizado el hecho.

De la concurrencia de hechos punibles y de las penas aplicables


Artículo 86.- Al culpable de dos o más delitos, cada uno de los cuales acarree pena de
presidio, solo se le aplicara la correspondiente al hecho más grave, pero con aumento de las
dos terceras partes del tiempo correspondiente a la pena del otro u otros.

Ha de ser dividido en dos partes

1. El principio de legalidad sustantivo de la llamada teoría del delito. Es decir que los
elementos que conforman la dogmática jurídica penal han de estar descritos en previa
pauta de ley. Es decir, nada menos que el primer libro del código penal, es decir, todo
el concepto de tipicidad, culpabilidad. Por ende , la antijuricidad y la circunstancia
modificativa a la responsabilidad penal o agravante. Concurso de personas en el
delito,concurso de delitos y siguientes. Es decir, todo lo que esta involucra la
dogmática jurídico penal ha de estar descrito en previa pauta de ley pero también pero
también la ilicitud especifica penal bien sea ortodoxa la descripción de familias de
delitos.

Fuente

https://www.youtube.com/watch?v=n227aARpclg

Autor/ Ángel Zerpa Aponte


Fecha/ Febrero del 2022

https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/5105/Principio%20de%20legalidad%20penal%
20y%20doctrina%20constitucional.pdf?sequence=1&isAllowed=y
REVISAR INFORMACIÓN

En consecuencia, la Asamblea Nacional reconoce y declara, en presencia y bajo los auspicios


del Ser Supremo, los siguientes derechos del Hombre y del Ciudadano.

Artículo 8 “La ley no debe establecer más que penas estricta y evidentemente necesarias y
nadie puede ser castigado sino en virtud de una ley establecida y promulgada anteriormente al
delito, legalmente aplicada. ”Declaración del Hombre y Ciudadano

Derechos del Hombre y del Ciudadano. Máximas Republicanas. Pensamiento Político de la


Emancipación Venezolana. Caracas. Biblioteca de Ayacucho, 1988, pp.31-36

JURISPRUDENCIA
Bajo estos supuestos, en el presente caso, el abogado Víctor Altuna García
fundamentó la solicitud de revisión en el hecho de que la sentencia que dictó, el 02 de agosto
de 2006, el Juzgado Primero de Primera Instancia en Funciones de Juicio constituido como
tribunal mixto del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Estado Apure, a
su decir: “lamentablemente definida como miseria emanada de un órgano jurisdiccional”,
debe declararse nula por cuanto su defendido fue acusado por el delito de robo de vehículo
automotor en complicidad correspectiva previsto en el artículo 5 de la Ley sobre el Hurto y
Robo de Vehículos Automotores en concordancia con los artículos 84, numeral 3, y 86,
ambos del Código Penal; sin embargo, en dicha sentencia, tal y como expresamente lo indicó
el solicitante, el juzgado de juicio lo condenó por el delito de: “ROBO DE VEHÍCULO
AUTOMOTOR (Mayúsculas del abogado), este último en grado de complicidad correspectiva
y que según el Juez Sentenciador (sic) dicha conducta delictual se encuentra prevista en el
artículo 5 de la Ley sobre Hurto y Robo de Vehículos Automotores”, lo cual constituye, en su
entendido: “una imposibilidad jurídica, ya que dicho delito en la forma como se fijó en la
sentencia no se encuentra en el citado artículo 5” (…), y, por ende, el ciudadano Yunis
Amilcar Pino: “se le ha condenado por la comisión de un delito que no se encuentra
previamente establecido (…) violando de esta forma el principio de carácter constitucional
de ‘Nulla pena sine lege (sic)’”.

Ahora, esta Sala, visto que el objeto de la controversia planteada está referido al
principio de legalidad penal, estima necesario acotar que dicho principio ha sido objeto de
estudio en diversos fallos de esta Sala, así en sentencia n.° 950, de fecha 23 de mayo de 2007,
caso: Fiscal General de la República, se dejó sentado lo siguiente:

(…) dispone la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en sus


artículos 49.6 y 156.32 lo siguiente:
Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y
administrativas; en consecuencia:
…omissis…
6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que no fueren
previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes.
Artículo 156. Es de la competencia del Poder Público Nacional:
…omissis…
32. La legislación en materia de derechos, deberes y garantías constitucionales;
la civil, mercantil, penal, penitenciaria, de procedimientos…
Por su parte, el artículo 1 del Código Penal señala que:
Artículo 1. Nadie podrá ser castigado por un hecho que no estuviere
expresamente previsto como punible por la ley, ni con penas que ella no hubiere
establecido previamente.
Aprecia esta Sala que de conformidad con las disposiciones antes transcritas,
tanto el establecimiento de las penas como el procedimiento para la aplicación
de las mismas, deben estar previstas en una ley nacional; es decir sobre estas
materias existe una reserva legal nacional.
Así, tal y como lo ha establecido esta Sala Constitucional en su sentencia Nº
1394 del 7 de agosto de 2001, el establecimiento de las penas es “una materia
que corresponde de manera exclusiva y excluyente al Poder Legislativo
Nacional” ya que “es la ley la que puede definir el delito o falta sin que pueda
señalar infracciones genéricas”.
En este orden de ideas, ha dispuesto esta Sala Constitucional que “para el
castigo de una conducta es indispensable que la misma esté tipificada
legalmente y que, asimismo, la ley le atribuya la sanción correspondiente, todo
ello conforme al principio nullum crimen nulla poena sine lege, acogió el
artículo 49.6 de la Constitución Nacional”.
Este principio de la legalidad en materia penal ha sido explicado por este
Tribunal Supremo de Justicia, que al respecto ha señalado lo siguiente:
“(...) la norma constitucional cuya violación se alega, consagra como materia
de reserva legal la determinación de las faltas o delitos que puedan acarrear
penas o sanciones de privación de libertad por incumplimiento de obligaciones.
Ha querido nuestro constituyente lograr de esta manera que la materia relativa
a la libertad personal sea regulada a través de la forma más rigurosa posible,
para salvaguardar así uno de los valores capitales del individuo dentro del
Estado de Derecho. Por ello exige la estructuración de un sistema en el cual se
fije sólo a través de la ley formal tanto las obligaciones cuyo incumplimiento
pueda ocasionar sanciones de esa naturaleza, como la definición y alcance
preciso de la sanción misma, para contribuir así a reducir al máximo la
arbitrariedad de los agentes públicos” (Sentencia de la Sala Político
Administrativa de la entonces Corte Suprema de Justicia del 24 de enero de
1988).
Por su parte, el autor Alberto Arteaga Sánchez, en su obra Derecho Penal
Venezolano (Novena Edición, Editorial McGraw Hill, 2001) al referirse al
principio del nullum crimen nulla poena sine lege ha establecido que el delito
debe estar:
“…expresamente previsto en una ley formal, previa, descrito con contornos
precisos, de manera de garantizar la seguridad del ciudadano…este principio
va mucho más allá de la exigencia de una ley formal previa que establezca las
conductas delictivas y sus penas, para exigir la certeza o precisión de la ley
penal, lo cual supone la determinación de los tipos penales, la reducción al
mínimo de su contenido de elementos genéricos, equívocos, o librados a la libre
apreciación del juzgador (Cursivas de la sentencia).

De igual modo, esta Sala, en sentencia n.° 1203, del 23 de julio de 2008, caso: Jocia
Elimaleth Estévez Pérez, dispuso lo siguiente:

(…) debe afirmarse, que el principio de legalidad penal funge como base
fundamental para el efectivo mantenimiento del Estado de Derecho, en el
sentido de que el primero constituye la concreción de varios aspectos del
segundo en el ámbito del Derecho Penal, estando dicho principio estrechamente
vinculado con el imperio de la ley como presupuesto de la actuación del Estado
sobre los bienes jurídicos de los ciudadanos, y con el derecho de éstos a la
seguridad jurídica y a la interdicción de la arbitrariedad (sentencia n°
1.744/2007, del 9 de agosto).
Concretamente, el Estado de Derecho exige el sometimiento del ius puniendi al
Derecho, lo cual da lugar al principio de legalidad y al conjunto de límites y
garantías que de él se desprenden.

Sobre la vinculación entre el Estado de Derecho y el principio de legalidad


penal, el Tribunal Constitucional español ha afirmado lo siguiente:
“...El principio de legalidad penal es una garantía inherente al Estado de
Derecho, que impone, por razones de seguridad jurídica y de legitimidad
democrática de la intervención penal, la estricta sujeción de Jueces y
Tribunales al dictado de las leyes que describen delitos e imponen penas y exige
la existencia de preceptos jurídicos que permitan predecir con el suficiente
grado de certeza qué conductas se hallan prohibidas y qué responsabilidad y, en
su caso, qué sanción comporta su realización...” (STC 156/1996, de 14 de
octubre).
De todo lo anterior se colige que la vulneración del principio de
legalidad penal por un órgano jurisdiccional -y por cualquier otro órgano del
Poder Público Nacional-, constituye también una afectación al propio Estado de
Derecho y a la seguridad jurídica, los cuales son principios medulares que
inspiran a todo el ordenamiento jurídico nacional. Siendo así, la mentada
vulneración constitucional representaría a todas luces una clara incitación al
caos social, y por tanto, estaría larvada de ilegitimidad cualquier intervención
penal que de ella se pretenda derivar (Negritas, cursivas y subrayado de la
sentencia).

Fuente

http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/agosto/1243-16813-2013-11-0723.htm
l#:~:text=El%20principio%20de%20legalidad%20penal,y%20exige%20la%20e
xistencia%20de
Sentencia N°11-0723

Magistrado Ponente: JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER

DECISIÓN

Por las razones anteriormente expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela
por autoridad de la Ley, declara NO HA LUGAR la revisión constitucional solicitada por el
abogado Víctor Altuna García, en su carácter de defensor del ciudadano YUNIS AMILCAR
PINO, de la sentencia dictada, el 02 de agosto de 2006, por el Juzgado Primero de Primera
Instancia en Funciones de Juicio constituido como tribunal mixto del Circuito Judicial Penal
de la Circunscripción Judicial del Estado Apure.

Publíquese, regístrese y archívese el expediente. Cúmplase lo ordenado.


Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 16 días del mes de agosto de dos mil trece
(2013). Años: 203° de la Independencia y 154° de la Federación.

Este principio esencial del régimen constitucional venezolano, se encuentra contemplado en


el artículo 156.32 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela….… de esta
primera garantía [reserva legal] se desprenden a su vez otras cuatro garantías estructurales.
En tal sentido, se habla en primer lugar de una GARANTÍA CRIMINAL, la cual implica que
el delito esté previamente establecido por la ley (nullum crimen sine lege); de una
GARANTÍA PENAL, por la cual debe necesariamente ser la ley la que establezca la pena
que corresponda al delito cometido (nulla poena sine lege); de una GARANTÍA
JURISDICCIONAL, en virtud de la cual la comprobación del hecho punible y la ulterior
imposición de la pena deben canalizarse a través de un procedimiento legalmente regulado, y
materializarse en un acto final constituido por la sentencia; y por último, de una GARANTÍA
DE EJECUCIÓN, por la que la ejecución de la pena debe sujetarse a una ley que regule la
materia.
En el ámbito de nuestro Derecho positivo, la garantía criminal y la garantía penal del principio
de legalidad penal encuentran su refugio en el artículo 49.6 de la CONSTITUCIÓN DE LA
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA y en el artículo 1 del CÓDIGO PENAL.
Por otra parte, la garantía jurisdiccional está consagrada, fundamentalmente, en el artículo 49,
en sus numerales 3 y 4, y en los artículos 253 y 257 de la Constitución, y desarrollado en el
artículo 1 del CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL; mientras que la garantía de
ejecución se encuentra desarrollada por el Libro Quinto de la mencionada ley adjetiva penal,
así como también en la normativa contenida en la LEY DE RÉGIMEN PENITENCIARIO.
Por su parte, a nivel supranacional el principio de legalidad también tiene una acentuada
vigencia, pudiendo ubicarse su fuente en el artículo 5 de la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, en el artículo 11 de la Declaración Universal de los Derecho
Humanos, en el artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el artículo
9 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, así como también en los artículos 9,
22 y 23 del Estatuto de la Corte Penal Internacional.
Una segunda garantía genérica del principio de legalidad, ahora de carácter material, impone
que la ley que desarrolle las anteriores garantías deba ser: a) previa a la realización de los
hechos que se pretenden castigar (lex praevia), con lo cual queda proscrita la posibilidad de
aplicar de forma retroactiva la ley penal; b) escrita (lex scripta), de modo tal que no se pueda
recurrir a la analogía como fuente del Derecho Penal; y c) que describa un supuesto de hecho
estrictamente determinado, es decir, debe describir claramente las características del hecho
punible (lex stricta o lex certa), cobrando vida en este último aspecto el principio de
taxatividad o mandato de certeza, con lo cual se evitan descripciones típicas indeterminadas o
vagas”.

Conforme a la jurisprudencia antes reseñada, debe afirmarse que el numeral 6 del artículo 49
del Texto Constitucional contempla el principio de legalidad penal, cuyo contenido se traduce,
básicamente, en que todo el régimen de los delitos, faltas y penas debe estar regulado
necesaria y únicamente en las leyes dictadas por el Poder Público Nacional (nullum crimen
nulla poena sine lege praevia, scripta, certa et stricta).

Asimismo, en la última de las sentencias citadas se estableció que el principio


aquí analizado abarca una serie de garantías formales, entre las cuales tenemos,
esencialmente, las siguientes:
a) La garantía criminal, según la cual todo hecho punible debe estar previamente
establecido por la ley (nullum crimen sine lege).
b) La garantía penal, que implica que toda sanción penal debe crearse, necesariamente,
mediante una ley (nulla poena sine lege).
c) La garantía jurisdiccional, en virtud de la cual la comprobación del hecho punible y la
ulterior imposición de la pena deben canalizarse a través de un procedimiento legalmente
regulado, y materializarse en un acto final constituido por la sentencia.
d) La garantía de ejecución, por la que la ejecución de la pena debe sujetarse a una ley que
regule la materia.
Esta Sala también estableció en dicho fallo, que del señalado principio
limitador se deriva un segundo grupo de garantías, ahora de carácter material, que no son otra
cosa que los requisitos de legitimidad que debe cumplir la ley penal, y en este sentido, ésta
debe ser:
a) Previa a la realización de los hechos que se pretenden castigar (lex praevia), con lo cual
queda proscrita la posibilidad de aplicar de forma retroactiva la ley penal.
b) Escrita (lex scripta), de modo tal que no se pueda recurrir a la costumbre como fuente
del Derecho Penal.
c) Debe individualizar de forma cierta, concreta y determinada la conducta prohibida (en
los delitos de acción) u ordenada (en los delitos de omisión), es decir, debe describir
claramente las características del hecho punible (lex stricta), cobrando vida en este último
aspecto el principio de taxatividad o mandato de certeza, con lo cual se evitan descripciones
típicas indeterminadas o vagas.
FUENTE
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/junio/178854-828-25615-2015-11-0069.HTML
Magistrada Ponente: GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO
Expediente n.º 11-0069.
25 días del mes de junio de dos mil quince

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