0% encontró este documento útil (0 votos)
14 vistas27 páginas

El Principito. Un Giro Muy Pequeño

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1/ 27

El Principito.

Un giro muy pequeño

Dramaturgia: Sofía Romero

PERSONAJES:

PRINCIPITO
ROSA
REY DE TODO
VANIDOSO
BEBEDOR
HOMBRE DE NEGOCIOS
FAROLERO
GEÓGRAFO
ZORRO
SERPIENTE
AVIADOR / VOZ EN OFF

CORO
BAILARINES (Cantidad a libre escogencia del director)
ACTO I
ESCENA I

Negro. Entra AVIADOR, se sienta en el medio del escenario, mirando hacia “la
nada”. Solo hay una luz sobre él.

AVIADOR: (Sostiene un libro en la mano. Recita) “Las serpientes boas tragan


sus presas sin masticarlas, enteras. Luego no pueden moverse y se quedan seis
meses durmiendo para digerirlas”. (Pausa. Se encienden las luces mostrando a
CORO mientras el Aviador comienza a dibujar. CORO camina por todos lados,
hablan entre sí, él intenta buscar su atención) Disculpen… ¿Mi dibujo les asusta?
(Muestra el Dibujo 1 de la boa con un elefante dentro).

Música. CORO (ACTORES) entran evitando a AVIADOR que los sigue


enseñando su dibujo.

ACTOR 1: ¿Asustar? ¿Ese sombrero? ¡Vaya a hacer algo más útil!

ACTOR 2: ¡Qué pena! Tan grande y dibujando, mejor búsquese un trabajo.

Sigue la música, bailarines entran. Todos caminan igual de acelerados y poco a


poco rodean al Aviador mientras él hace otro dibujo.

AVIADOR: (Muestra el dibujo 2 del elefante en el interior de la serpiente)


Disculpen que me meta, pero de casualidad ¿mi dibujo les aterra?

ACTOR 3: Ya le dijeron que se buscara un oficio, mejor déjese de garabatos,


encuentre un trabajo.

ACTORES: (Como si fuera un susurro, rodean más al aviador y hablan encima


de él) Piloto, piloto, piloto… Mejor sea un piloto.

Transición musical. Salen los actores.

AVIADOR: (Mirando al público mientras guarda sus dibujos en un bolso) Tuve


muchísimas vinculaciones con mucha gente seria. Cuando encontré a alguna que
me pareciera un poco… Razonable, les mostraba mi dibujo 1, siempre lo llevo
conmigo… Por desgracia siempre me respondían: “Es un sombrero”. Entonces no
hablaba de serpientes, boas, elefantes… Nada, simplemente me ponía a su alcance,
la persona grande se sentía muy satisfecha cuando le hablaba de esas cosas de
adultos, se sentía bien de conocer a un hombre muy razonable.

Música. Entra un avión que acompaña a AVIADOR a salir de escena.


ESCENA II

Suena algo estrellarse. Suben las luces, está en escena AVIADOR intentando
reparar su avión, entra PRINCIPITO.

PRINCIPITO: Por favor... ¿Me dibuja un cordero?

AVIADOR: ¡Eh! ¿Qué haces aquí?

PRINCIPITO: ¿Me dibuja un cordero?

AVIADOR: Yo... No sé dibujar.

PRINCIPITO: (Juguetón) No importa. Dibújame un cordero.

AVIADOR hace un elefante dentro de una boa cerrada. PRINCIPITO niega con
molestia.

PRINCIPITO: ¡No quiero un elefante dentro de una boa! Una boa es muy peligrosa y
un elefante muy vergonzoso. En mi casa todo es pequeño, necesito un cordero.

AVIADOR empieza a dibujar.

AVIADOR: (Le entrega el dibujo, impaciente) Ésta es la caja. El cordero que quieres,
está adentro.
Pausa. PRINCIPITO abraza el dibujo.

PRINCIPITO: (Contento) Es justo lo que quería, mira… Se ha dormido.

VOZ EN OFF: (Recitando) Pido perdón a los niños por dedicar esta obra a una
persona grande. Tengo una seria excusa: Esta persona grande es el mejor amigo
que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: Esta persona grande puede comprender
todo; hasta los libros y obras para niños. Tengo una tercera excusa: Esta persona
grande vive aquí, donde tiene hambre y frío. Tiene verdadera necesidad de consuelo.
(En siluetas, se ven los planetas del cuento por el escenario) Si todas estas excusas
no fueran suficientes, quiero dedicar esta obra al niño que esta persona grande fue
en otro tiempo. Todas las personas grandes han sido niños antes, pero pocas lo
recuerdan, corrijo pues, la dedicatoria: A todo aquél cuando era niño.

AVIADOR: Y fue así, como conocí al Principito y me contó su historia.

Sale Aviador
ACTO II
ESCENA I

Entran baobabs (ACTORES) y ROSA con transición musical.


Entra PRINCIPITO retirando los "baobabs" que encuentra a su alrededor. ROSA
se mantiene “dormida”.

PRINCIPITO: (Mientras va retirando los baobabs y se va dirigiendo al escenario) Los


baobabs, antes de crecer, comienzan por ser pequeños. Es cuestión de disciplina,
cuando uno termina de arreglarse por la mañana debe hacer cuidadosamente la
limpieza del planeta. Hay que dedicarse a arrancarlos en cuanto los puedes ver
entre los rosales, es aburrido, pero fácil. También me gusta disfrutar mis puestas de
sol, mi planeta es tan pequeño… Pero tan pequeño, que con poner mi silla en una
esquina ya puedo ver otra puesta de sol minutos de haber visto la anterior, amo los
atardeceres.

ROSA: (Al público) El sol seca mis pétalos, ay de mí. (Tose para llamar la atención
de PRINCIPITO)

PRINCIPITO toma una silla y ve hacia un lado del escenario.

ROSA: Dije… ¡Ay de mí, se secan mis pétalos! (Tose más fuerte)

PRINCIPITO se acerca a ROSA para regarla.

ROSA: (Rechazando) ¡¿ESTÁS LOCO?! Me voy a ahogar o enfermar y… Tendré


gripe, ¡espera! Riega con mucho cuidado, si me enfermo… No sabrás de mí nunca
más.

PRINCIPITO: Dijiste que se secan tus pétalos.

ROSA: ¿En serio lo dije? Tal vez estabas muy perdido viendo tu atardecer… Ve, no
te quito más tiempo… (Dramática) Al parecer los atardeceres son más bellos que yo
para ti.

PRINCIPITO: ¡Nunca! Eres muy hermosa y, me enseñas a cuidarte…

ROSA: ¡No me cuidas lo suficiente!

PRINCIPITO: (Al público) Nunca me ha dicho gracias… Ahora no es suficiente.

Música.
PRINCIPITO: (Cansado pero decidido) Entonces, me voy… (Hacia ROSA) Adiós…
(ROSA no responde) Adiós...

ROSA: (Tose dramática) He sido taaaaaan tonta. Te pido perdón. Procura ser feliz.
Pero… ¡Sí! (A PRINCIPITO) Te quiero. (Inocente) No has sabido nada, no tiene
importancia. Has sido tan tonto como yo... Un poco tú más tonto pero procura ser
feliz… Y no me olvides, es imposible no hacerlo. (PRINCIPITO se va a acercar y lo
rechaza)

PRINCIPITO: (Preocupado) Pero, el viento... Los, los animales...

ROSA: (Interrumpe) El aire fresco de la noche me hará bien, soy una flor. También,
debo aguantar dos o tres orugas si quiero conocer a las mariposas. Además, tú te
vas lejos, alguien debe visitarme. (Pausa. Con coraje) Los animales grandes no me
asustan, tengo mis garras, ¿ves? No te necesito.

PRINCIPITO se ve en una lucha consigo mismo tomando decisiones, debe en este


momento mirar casi con desespero al público pidiendo ayuda de qué debe decidir,
intenta animar al público a tomar la decisión de irse o quedarse.

ROSA: ¿En serio? ¿Sigues aquí y pides ayuda? ¡Vete! (Insiste con más molestia)
¡Vete!

PRINCIPITO: (Irritado) ¿Por qué nunca me has dicho “Gracias”?

ROSA: (Ofendida) ¿Quieres que te agradezca? Bien… (Orgullosa) Gracias… Por


dejarme aquí, sola, lo sé, nadie podría cuidar de una rosa tan especial como yo,
gracias por la poca tierra en donde vivo y… Ese sol que quema mis delicados
pétalos y el agua que me deja con gripe, (Tose) gracias por irte, ahora vete.

PRINCIPITO: Pero…

ROSA: Dije… ¡Vete!

Música. Sale PRINCIPITO con una bandada de aves (BAILARINES O ACTORES)


ACTO III
ESCENA I

Música. Entra REY con CORO. Entra PRINCIPITO cayendo con torpeza.

REY: (Sorprendido y con alegría) ¡He aquí un súbdito! Acércate, que te vea
(PRINCIPITO hace un gesto de bostezar) ¡Eh! ¿Por qué bostezas? ¡Contra el
protocolo!

PRINCIPITO: No puedo, no he dormido.

REY: (Convencido) Pues ordeno que bosteces.

PRINCIPITO no bosteza.

REY: (Molesto) Si ordeno a un general que se transforme en ave marina y si el


general no obedece, no será culpa del general, será culpa mía. Ahora bien, súbdito
confuso, ordeno que interrogues.

PRINCIPITO: ¿Sobre qué reina?

REY: Sobre todo.

PRINCIPITO: (Sorprendido) ¿Y las estrellas obedecen?

REY: No tolero la indisciplina, seguramente obedecen al instante.

PRINCIPITO: (Con ilusión) Quisiera... Quisiera ver una puesta de sol... Hazme el
gusto... Ordena al sol que se ponga.

REY: (Pausa. Vacila) Si ordeno a un general que vuele de flor en flor como una
mariposa o que escriba una tragedia o se transforme en ave marina y si el general
no ejecuta la orden recibida... ¿Quién, él o yo, estaría en falta?

PRINCIPITO: ¡Usted!

REY: Exacto. (Nervioso) Hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer.
(Firme) La autoridad se mantiene sobre la razón. Si ordenas a un pueblo a arrojarse
al mar, harán una revolución. Tengo derecho, derecho de exigir obediencia cuando
mis órdenes no llegan a una exageración.

PRINCIPITO: (Un poco impaciente) ¿Y mi puesta de sol?


REY: Daré la orden cuando sea favorable la condición. (Ríe orgulloso) ¡A las siete y
cuarenta! Verás cuánta razón tendré cuando ordene la puesta de sol.

CORO sale.

REY: ¡No te vayas! (Desesperado) Si no te vas, te haré ministro.

PRINCIPITO hace un gesto para hablar.

REY: Serás ministro y te juzgarás a ti mismo. Es mucho más difícil juzgarse a sí


mismo que a los demás. Si te logras juzgar, tú serás un sabio de verdad… En algún
lugar del planeta hay una vieja rata. A veces la oigo cantar. Podrás juzgar a la rata.
De tiempo en tiempo podrás condenarla. Su... Su vida dependerá de tu justicia. Pero
lo debes hacer alguna que otra vez para conservarla, pues no hay más que una vieja
rata.

PRINCIPITO: (Ofendido) En otros lugares he de poder juzgarme a mí mismo.


Condenar a muerte no me gusta, creo que me voy pero... Si su majestad desea que
le obedezca, ordéneme pues partir antes de un minuto, es favorable la condición
tomando en cuenta que de todos modos me voy...

PRINCIPITO sale. REY, desesperado, se queda en el escenario

REY: ¡Te hago embajador! Por favor… No quiero estar solo…

Música. Sale REY.


ESCENA II

Música. Entra VANIDOSO. PRINCIPITO vuelve a entrar con torpeza.

PRINCIPITO: Debo entrenar mis aterriza… (Ve a VANIDOSO) Qué sombrero tan
raro tienes… (Intrigado por el sombrero)

VANIDOSO: Es para saludar a todo aquél que me aclama… Pero ninguno pasa por
aquí. (Con tristeza. Cambia radicalmente a orgullo) Golpea tus manos, una con otra.

PRINCIPITO hace caso y VANIDOSO lo anima a aplaudir más rápido hasta


conseguir que el público también lo haga.

PRINCIPITO: ¿Y qué hay que hacer para que el sombrero se caig…?

VANIDOSO: ¿Me admiras mucho, verdad? (Orgulloso)

PRINCIPITO: ¿Eso qué significa?

VANIDOSO: Reconocer que soy el hombre más hermoso, mejor vestido, más rico y
el más inteligente del planeta.

PRINCIPITO: (Casi burlón) ¡Pero si eres el único en el planeta! (Pausa) Te admiro,


pero, ¿por qué te interesa tanto que te admire?

VANIDOSO: (Desesperado. Rogando) ¡Por favor! Hazme sentir el más hermoso,


mejor vestido, el más increíble.

PRINCIPITO: (Incómodo. Al público) Las personas grandes son decididamente muy


extrañas…

VANIDOSO: Más extraño es una persona grande que no se decide, ve, sigue
volando, pero, por favor, no olvides que soy hermoso.

PRINCIPITO sale de escena.

VANIDOSO: (Al público. Triste) Muchas veces queremos ser reconocidos por
nuestra belleza, así nos olvidamos de nuestros sueños… ¿De qué vale la belleza sin
un sueño?

Música. VANIDOSO sale.


ESCENA III

Música. BORRACHO entra.

BORRACHO: (A su botella de alcohol) ¡Hazme olvidar las penas! Por favor… Tengo
mucha vergüenza.

PRINCIPITO entra sigiloso.

PRINCIPITO: ¿De qué tienes vergüenza?

BORRACHO: Nuestras decisiones... Nos hace a los grandes muy extraños... Por
favor, piensa lo que dices y lo que haces. La vida, la vida se va... En un segundo.
Así que decide bien (Va hacia PRINCIPITO) ¡Pequeña visión! ¿También tienes
vergüenza de mí? No me dejes solo, por... Favor, nadie me contesta aquí y solo me
miran. (Refiriéndose al público)

BORRACHO mira a todos lados desesperado.

BORRACHO: Si tan solo pudiera ver de nuevo esa sonrisa reflejada en todas partes.
Si tan solo… Si tan solo pudiera levantarme y decir que puedo seguir adelante, ¿has
perdido tú alguna vez la esperanza? Ve, niño, trata de crecer, sin llegar a lo que he
sido, no pases por aquí de nuevo, y cuando vuelvas, solo salúdame desde lejos.

PRINCIPITO sale.

BORRACHO: ¡Vuelve a mí! Por favor… No quiero, no quiero estar solo. Quiero…
Necesito… ¿Visión? ¿Dónde estás?

El Borracho se arrastra por el escenario hasta salir de escena. Música.


ESCENA IV

Música, entran GUARDIAS (CORO O BAILARINES).


Entra PRINCIPITO.
Entra EMPRESARIO.

EMPRESARIO: No me divierto con tonterías, llévenlo a un calabozo o algo oscuro


(Pausa. Mira a PRINCIPITO) ¿Todavía estás ahí? Bah...

PRINCIPITO: (Curioso) ¿Qué está contando?

EMPRESARIO: (Harto) En los cincuenta y cuatro años que habito este planeta, solo
he sido molestado tres veces: Un abejorro que hace veintidós años hizo un ruido
espantoso.

GUARDIAS: ¡BRRRZZZ!

EMPRESARIO: ¡CÁLLENSE! (Se acomoda) Cuatro errores en una suma cometí…


¡El segundo! Hace once años fue por un ataque de reumatismo… Me hace falta
ejercicio, pero no tengo tiempo de moverme, de pestañear, ni de cantar… Y he aquí
pues, la tercera molestia: Un niño que, sin duda, le hace falta trabajar, y viene aquí a
interrumpir mi cuenta matutina de quinientos… ¿Cuántos? (Preocupado, ve a un
GUARDIA)

GUARDIA 1: (Nervioso) Eh… Quinientos… Cuarenta y… ¿Cinco?

GUARDIA 2: (A GUARDIA 1. Sigiloso) Quinientos cincuenta y cuatro.

EMPRESARIO: De qué sirve empleados si no colaboran… ¡Largo!

GUARDIAS salen.

PRINCIPITO: (Insistente) ¿Qué tanto cuenta? ¿Cuesta tanto la respuesta?

EMPRESARIO: (Impaciente) Millones de esas cosas que se ven a veces en el cielo,


hacen desvariar a los holgazanes, pero a mí no, no tengo tiempo de distracciones
como tal.

PRINCIPITO: Si es así, ¿para qué las cuenta?

EMPRESARIO: ¡Las poseo! Niño tonto, las poseo. Me sirven para ser rico, muy
distinto a gobernar tal cual un rey, tendré más poder al contarlas, administrarlas y
recontarlas, un poder tal que solo un hombre serio como yo puede razonar. Dime,
niño, ¿qué posees tú además de tu molesta integridad?

PRINCIPITO: (Orgulloso) Yo poseo una flor que riego todos los días, bueno… Sí, es
mía, también poseo tres volcanes que deshollino todas las semanas, también el que
está extinguido, no se sabe nunca qué puede suceder. Es útil para los volcanes y es
útil para mi flor que yo los posea... Pero tú (Pausa. Desafiante) Tú no eres útil para
las estrellas… Incluso cuando ellas mueran.

PRINCIPITO sale.
EMPRESARIO sale molesto.
ESCENA V

Música. Entra FAROLERO. Entra PRINCIPITO.

PRINCIPITO: (Rompe la cuarta pared. Al público, viendo a FAROLERO encender y


apagar el farol) Su trabajo tiene más sentido que el de los otros hombres… Si apaga
el farol es como si encendiera una estrella o una flor, cuando lo apaga, es como si
esa estrella o flor fuese a dormir. Es verdaderamente útil porque es linda su labor.

PRINCIPITO se acerca a FAROLERO.

PRINCIPITO: (Con respeto) Buenos días, ¿por qué acabas de apagar el farol?

FAROLERO: (Ansioso) Es la consigna. Buenos días.

PRINCIPITO: ¿Qué es la consigna?

FAROLERO: Apagar el farol. (Bosteza) Buenas noches.

PRINCIPITO: (Intrigado) ¿Por qué acabas de encenderlo?

FAROLERO: Es la consigna.

PRINCIPITO: No entiendo… (Desanimado) Solo dices que es “La consigna” pero


aún no sé para qué es…

FAROLERO: (Desanimado) No hay nada qué comprender, la consigna es la


consigna… Buenos días. (Pausa. Desesperado) Tengo un trabajo terrible, antes era
normal, apagaba por la mañana y encendía por la noche. Tenía el resto del día para
descansar y el resto de la noche para dormir… Lo que pasa es que año tras año, el
planeta gira más rápido y la consigna no ha cambiado.

PRINCIPITO: (Pensativo) ¡Qué raro! En tu planeta los días duran un minuto…

FAROLERO: No es para nada raro, hace un mes que estamos hablando. Mira,
treinta minutos, treinta días. Buenas noches.

PRINCIPITO: (Entusiasmado) Conozco un medio para que descanses… Tu planeta


es tan pequeño que lo puedes recorrer en tres pasos. Así que cuando quieras
descansar, camina y el día durará cuanto tiempo quieras…

FAROLERO: (Bosteza) Con eso no adelanto la gran cosa… Sólo quiero dormir.
Tranquilo niño, ya me acostumbré tanto que no me afecta… (Pausa. Ve a su farol) Y
con un farol como éste… Jamás te quedas sin temas de conversación, ¡ah, que ya
han pasado dos meses! Feliz cumpleaños a mí… Buenos días.

PRINCIPITO: Eso es no tener suerte…

FAROLERO: ¿Por qué no lo es? Mis objetivos son claros.

PRINCIPITO: No creo que ser farolero haya sido tu sueño de niño… (Al público)
Éste hombre sería despreciado por todos los anteriores… Pero es el único que no
me parece tonto. Quizás porque se ocupa de una cosa ajena a sí mismo… Su
planeta es verdaderamente pequeño, no hay lugar para dos… Aunque, yo soy muy
pequeño, quizás podría… (Pausa. Niega repetidas veces, mira el cielo, suspira) Es
útil para los volcanes y es útil para mi rosa que yo los posea… ¿Verdad?

Principito, algo cabizbajo sale.

FAROLERO: (Al público) Buenas noches.

FAROLERO sale.
ESCENA VI

Música. GEÓGRAFO está sentado escribiendo sobre un enorme libro.


Entra PRINCIPITO y busca la atención de GEÓGRAFO.
GEÓGRAFO levanta la vista, animado.

GEÓGRAFO: ¡Ha llegado un explorador! Siéntate, siéntate ¿De dónde vienes?

PRINCIPITO: ¿De qué es este libro? (Curioso) ¿Qué haces aquí?

GEÓGRAFO: (Crecido) Soy un geógrafo. Un sabio que conoce dónde se


encuentran los mares, los ríos, las ciudades, las montañas y desiertos.

PRINCIPITO: ¡Por fin un verdadero oficio! (Pausa. Mira al rededor) Es muy bello
este planeta, ¿tiene océanos?

GEÓGRAFO: (Orgulloso) No puedo saberlo.

PRINCIPITO: ¿Y montañas, ciudades, ríos y desiertos? (Impaciente) Eres geógrafo.

GEÓGRAFO: Pero no soy un explorador… (Pausa) Carezco absolutamente de


exploradores. No es el geógrafo quien debe hacer la exploración de las ciudades, de
los ríos, de las montañas, de los mares, de los océanos y de los desiertos. El
geógrafo es demasiado importante para ambular. No debe dejar su despacho…
Pero recibe allí a los exploradores. Los interroga y toma nota de sus observaciones.
Y si lo que alguno dice o menciona le parece interesante, el geógrafo hace levantar
una encuesta acerca de la moralidad del explorador.

PRINCIPITO: ¿Por qué?

GEÓGRAFO: Porque si un explorador miente, puede ocasionar una catástrofe en


los libros. Así que se exige al explorador que presente pruebas, por ejemplo, si se
trata de que encuentre una gran montaña, debo exigir que traiga como pruebas
grandes piedras. (Ve a PRINCIPITO) Pero tú vienes de muy lejos, ¡descríbeme tu
planeta!

PRINCIPITO: Oh… Mi planeta no es muy interesante, es muy pequeño. Tengo tres


volcanes; Dos volcanes en actividad y un volcán extinguido. Pero no se sabe nunca.
(Pausa. Ve a GEÓGRAFO anotar lo que dice) También tengo una rosa…

GEÓGRAFO: (Exaltado) ¡No, no! No escribo sobre flores, son efímeras. Es muy raro
que una montaña cambie de lugar, también que un océano pierda su agua.
Escribimos cosas eternas. Los volcanes extinguidos o despiertos son exactamente
igual para un geógrafo. Lo que cuenta para nosotros es la montaña que nunca
cambia. Tu flor… Está amenazada, pronto desaparecerá, (Ve a PRINCIPITO) Si
quieres explorar más, te aconsejo el planeta Tierra, tiene buena reputación. Feliz
viaje, jovencito.

Música. GEÓGRAFO sale.


Entran aves (CORO o BAILARINES) y salen con PRINCIPITO.
ACTO IV
ESCENA I

Música. Entran CORO chocando una y otra vez con PRINCIPITO.

PRINCIPITO: ¡Buenos días! ¿Alguien quiere ser mi amigo?

ACTOR 1: (Con desagrado) ¿Amigo? ¿Así vestido? Vete a un circo, niño.

PRINCIPITO: ¿Qué es un circo?

ACTOR 2: Mejor vete a casa, tenemos otras cosas qué hacer.

PRINCIPITO: ¿Alguno sabe dibujar?

ACTOR 3: ¿Y qué gano con eso? ¡Ve a buscar a tus padres!

PRINCIPITO: Pero… Yo…

PRINCIPITO comienza a llorar.


Salen CORO.
ESCENA II

Entra SERPIENTE.
PRINCIPITO está en escena llorando.

SERPIENTE: ¿Pero qué hace un pequeño solo aquí? Es peligroso…

PRINCIPITO: (Asustado) Buenas noches.

SERPIENTE: Buenas noches.

PRINCIPITO: ¿En qué planeta he caído? ¿Aquí no hay nadie?

SERPIENTE: Estás en la Tierra, en un desierto. En los desiertos no hay nadie. La


Tierra es grande.

PRINCIPITO: Mira mi planeta (Se sienta en una roca y señala al cielo, nostálgico)
Está justo sobre nosotros... Pero, está muy lejos.

SERPIENTE: ¿Qué vienes a hacer aquí teniendo tan hermoso planeta?

PRINCIPITO: Estoy disgustado con una rosa... Ella simplemente no pudo decirme
nada lindo, solo así… (Pausa. A SERPIENTE) Eres un animal raro. Delgado, como
un dedo...

SERPIENTE: (Ofendida) Pero soy más poderoso que el dedo de un rey… Puedo
llevarte más lejos que un barco. A quien toco, lo vuelvo a la tierra de dónde provino.
(Persuasiva) Tú... Tú eres puro y provienes de una estrella... ¡Ah! ¡Qué lástima me
das! Tan débil en esta Tierra. Puedo ayudarte si algún día extrañas demasiado a tu
planeta. Cuando tú quieras...

PRINCIPITO: (Interrumpe) ¿Por qué siempre hablas con tanto misterio?

SERPIENTE: (Impaciente) Porque yo los resuelvo. Por ahora, solo voy a ofrecerte
mi ayuda, ya verás cuando quieras tú tomar dicha oferta… (Siseante) Confía en mí,
lindo hombrecito, me das lástima… Tú, tan pequeño y débil en esta tierra fría y llena
de hombres solitarios. Cuando quieras, puedo hacer que vuelvas a tu hermosa
estrella, sólo piénsalo…

PRINCIPITO: (Amable) ¡Muchas gracias por el favor! Lo voy a tomar en cuenta


cuando quiera volver, por ahora, seguiré paseando, hasta entonces.

SERPIENTE: Hasta entonces… Recuerda, puedes…


PRINCIPITO: (Interrumpe) Puedo contar con usted si quiero volver a mi planeta, lo
tendré en cuenta, ¡gracias!

PRINCIPITO sale.
SERPIENTE sale.
ESCENA III

Entra PRINCIPITO.
Entra ZORRO.

ZORRO: Buenos días... (Hacia PRINCIPITO) ¿Por qué tan triste?

PRINCIPITO: Buenos... Días, ¿qué eres? Eres muy lindo.

ZORRO: (Con orgullo) Claro está que soy un zorro.

PRINCIPITO: Por favor, ven a jugar conmigo, ¡estoy tan triste! No tengo amigos en
este lugar…

ZORRO: (Cortante) No estoy domesticado.

PRINCIPITO: ¿Qué significa "domesticar"?

ZORRO: Ah, que no eres de aquí, ¿qué buscas?

PRINCIPITO: A los hombres, ¿qué significa "domesticar"?

ZORRO: ¡Hombres! (Alerta) Ellos tienen fusiles y cazan. Es molesto. También crían
gallinas… Lo único bueno que tienen, ¿buscas gallinas?

PRINCIPITO: (Confundido) ¡No! Sólo busco amigos, quiero amigos, ahora... ¿Qué
significa "domesticar"?

ZORRO: (Algo desmotivado) Los hombres no son para ser amigos… Bien,
domesticar es una cosa demasiado olvidada, significa "crear lazos" ¿me entiendes?
(Pausa) Parece que no, bueno, fíjate… Para mí no eres más que un muchachito
semejante a mil muchachitos, no te necesito, tú tampoco me necesitas, yo no soy
para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. (Pensativo) Pero, si me
domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás único para mí así como yo
para ti seré único en el mundo.

PRINCIPITO: Comprendo... (Triste) Hay una rosa, creo que me ha domesticado,


pero... Yo no a ella. Me dijo que no me necesitaba, quizás… ¿Ya ha conocido a más
muchachitos como yo?

ZORRO: En la Tierra se ve toda clase de cosas.

PRINCIPITO: Es en otro planeta.


ZORRO: Cada planeta, cada fijación rara, ¿sabes algo? Mi vida es aburrida, cazo
gallinas, me cazan los hombres y todo es igual… Tal vez si me domesticas, mi vida
será distinta, por ejemplo… ¡Tus pasos serán distintos a los otros! Mientras los
suyos harán que me escondan, los tuyos me llamarán afuera. Por allá, ¿sí logras ver
un campo de trigo? Es triste, no como pan ni me recuerdan a nada, pero quizás…
Cuando me hayas domesticado el trigo me recordará a tus rizos. (Rogando) Por
favor, lindo niño, ¡domestícame! Solo se conocen las cosas que se domestican.
(Recita) Los hombres no tienen tiempo de conocer. Compran todo hecho al
mercader. No hay mercader de amigos, los hombres ya no pueden tener. Si quieres
un amigo, por favor, domestícame.

PRINCIPITO: (Convencido) ¿Qué hay que hacer?

Música.
ESCENA IV

PRINCIPITO y ZORRO están solos en escena jugando.


Entran varias rosas (BAILARINES O ACTORES)

ZORRO: Ve y mira nuevamente las rosas. Comprenderás por qué la tuya es única
para ti y tú no para ella. Vuelve después a decirme adiós y te regalaré un secreto.

PRINCIPITO va hacia las rosas.

PRINCIPITO: Nadie las ha domesticado y no han domesticado a nadie. Son bellas,


pero están vacías. Mi rosa... Mi rosa se parece a ustedes pero, a ella yo la he
abrigado, le he dado atención, orugas maté puesto a que la escuché quejarse,
alabarse, algunas veces callarse, ella se domesticó a sí misma y a mí, pero... Yo
nunca la domestiqué. (Comienza a llorar. Pausa. Hacia ZORRO) Adiós.

ZORRO: (Con orgullo) Adiós... Te diré mi secreto, es simple: No se ve bien sino con
el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. El tiempo que perdiste con tu rosa
hace que también sea importante. No debes olvidar jamás que eres responsable de
lo que hayas domesticado... Tu rosa es responsable.

ZORRO sale. Música.


ACTO V
ESCENA I

Entra AVIADOR con PRINCIPITO y el avión.

PRINCIPITO: Y así fue como llegué aquí y… Ahora tengo un cordero.

AVIADOR: (Buscando agua) Mi pequeño hombrecito, ya no se trata del zorro... Nos


vamos a morir de sed.

PRINCIPITO: (Ensimismado) Es bueno haber tenido un amigo, un amor... Yo estoy


contento de haber tenido a mi zorro... (Pausa) Ah, busquemos un pozo, también
tengo sed.

Música.

PRINCIPITO: El agua puede también ser buena para el corazón... (Se acuesta a
dormir)

AVIADOR: (Reflexivo) Lo que veo aquí es solo una corteza. Lo importante es


invisible... Es tan frágil como una lámpara, es necesario proteger a las lámparas; un
golpe de viento puede apagarlas y los sombreros se mantienen con cuidado, pueden
arrugarse... Lo que más me impresiona; es su amor y lealtad hacia una rosa que no
le responde, tanta pureza, tanta… Fidelidad, aún consciente de que esa flor no lo
verá con los mismos ojos que él a ella. (Pausa) Tal vez… Sí deba dormir, puede ser
buena para… El corazón.

Música.
ESCENA II

Despierta AVIADOR.
Frente a ellos hay un pozo.
Despierta PRINCIPITO.

AVIADOR: ¡Niño, niño despierta! Un pozo… ¡Esto es casi como magia!

PRINCIPITO: Los hombres se encierran en lo que es rápido, pero no saben lo que


buscan. Entonces se agitan y dan vueltas. (Pausa) No vale la pena tanto desespero...

AVIADOR: (Ve el pozo) Es extraño. Los pozos en un desierto son simples agujeros
y éste... Parece de aldea, quizás pueda conseguir lo que falta para el avión.

PRINCIPITO se entretiene con el pozo. AVIADOR le acerca agua a PRINCIPITO.

AVIADOR: (Agradecido) El agua nació de la caminata bajo las estrellas, del canto
del pozo, del esfuerzo de mis brazos. Es un regalo, como cuando yo era pequeño
bajo el árbol de Navidad, la música, la sonrisa que se forma cuando recibes un
regalo.

PRINCIPITO: En tu tierra, los hombres cultivan cinco mil rosas y no encuentran lo


que buscan. Es necesario buscar con el corazón. (Pausa) Es necesario un bozal
para mi cordero, soy responsable de esa rosa y… Si el cordero quiere comerse a mi
rosa…

AVIADOR comienza a dibujar, PRINCIPITO ve los dibujos.

PRINCIPITO: (Riendo) Tus baobabs parecen repollos y tu zorro... (Enternecido) Sus


orejas parecen cuernos ¡Son muy largas!

AVIADOR: (Disgustado) Eres injusto, hombrecito; yo no sabía dibujar más que boas
abiertas y boas cerradas.

PRINCIPITO: ¡Está bien! Los niños saben y los hombres no.

AVIADOR: Algo tramas que ignoro... Si uno se deja domesticar, corre el riesgo de
llorar un poco...

PRINCIPITO: No hace falta llorar si aún no pasa nada.

AVIADOR sale.
ESCENA III

Música.
Entra SERPIENTE.
Interactúan PRINCIPITO y SERPIENTE.
Entra AVIADOR.
Sale SERPIENTE.

AVIADOR: (Asustado. Hacia PRINCIPITO) ¿Ahora hablas con serpientes?

PRINCIPITO: (Algo alterado) Estoy contento de que hayas encontrado lo que faltaba
a tu máquina. Vas a poder volver a tu casa... Tengo tu cordero, tengo la caja para el
cordero, tengo el bozal...

AVIADOR: (Preocupado) Has tenido miedo, hombrecito.

PRINCIPITO: Tendré mucho más miedo esta noche... (Ríe) Mi estrella estará
exactamente sobre el lugar donde caí hace un año... Así podré volver a mi casa.
(Pausa) No se ve lo que es importante.

AVIADOR: Quiero oírte reír otra vez... No me gusta verte tan serio.

PRINCIPITO: (Reflexivo) Por la noche mirarás las estrellas. No te puedo mostrar


dónde se encuentra la mía, porque mi casa es muy pequeña, demasiado pequeña.
Será mejor así. Mi estrella será para ti una de esas. Entonces te agradará mirar
todas las estrellas... Todas serán tus amigas y luego, luego te haré un regalo. (Ríe)

AVIADOR: ¡Ah! Hombrecito, me encanta tu risa… Me encanta escuchar tu risa.

PRINCIPITO: Las personas tienen estrellas que no son las mismas. Para unos, los
que viajan, las estrellas son guías. Para otros, no son más que lucecitas. Para otros,
que son sabios, son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas
esas estrellas no hablan. Tú tendrás estrellas como nadie las ha tenido.

Música.

PRINCIPITO: Cuando mires al cielo, en la noche, como yo habitaré en una de ellas,


reiré como una de ella, será para ti como si todas las estrellas rieran… ¡Tú tendrás
estrellas que saben reír! Y cuando te hayas consolado, estarás contento de haberme
conocido. Siempre serás mi amigo, tendrás deseos de reír, así te vean como un loco,
reirás cada vez que veas el cielo. Será una mala jugada de mi parte. (Decidido) Esta
noche… No vengas…
AVIADOR: No me separaré de ti.

PRINCIPITO: (Pensativo) Te digo esto también por la serpiente. No debe morderte,


las serpientes son malas, pueden morder por placer…

AVIADOR: No me separaré de ti.

PRINCIPITO: Es cierto que no tienen veneno en la segunda mordedura…

Música.
ESCENA IV

Música.
Entra PRINCIPITO.
Entra AVIADOR corriendo.

PRINCIPITO: (Molesto) ¡Ah! No seas tan terco, te vas a atormentar… Parecerá que
he muerto y no será verdad… (Pausa) ¿Sabes? Será agradable, yo también miraré
las estrellas. Todas las estrellas serán pozos con cuerdas que suenan… Todas las
estrellas me darán de beber. (Pausa) Tendrás… Millones de cascabeles y yo
millones de fuentes… Déjame dar un paso, solo. (Asustado) Quiero volver a casa…
¿Sabes? Mi rosa… Soy responsable y ella no sabe amarme… Soy responsable,
pero no está domesticada, debo dejarla libre… Pero sí tengo que volver a mi casa,
debe estar toda llena de baobabs, además… (Alegre) Tengo un cordero qué cuidar y
quizás… Él me ayudará a sanar. (Pausa) Bien. Eso es todo…

Entra SERPIENTE. Muerde a PRINCIPITO y sale rápidamente.


PRINCIPITO cae al suelo.

AVIADOR: ¡No, no, no! Yo, debo tener algo con qué ayudar, sí, solo fue una picada,
ya te pondrás mejor, déjame buscar algo por aquí.

PRINCIPITO sale en cuanto AVIADOR se da la vuelta.


ESCENA FINAL

Entra el Aviador.

AVIADOR: Desde ese día me he dicho muchas veces que volvió a su planeta, no
recuerdo si le ajusté el bozal al cordero ¿Y si se quedó atrapado en otro planeta?
¿Con el Empresario? ¿O el Farolero? ¿Y si decidió ir con el Borracho? Realmente
es un gran misterio... Si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no
conocemos se habrá comido a una rosa o no… Miren al cielo, todos, pregúntense:
¿El cordero se habrá comido o no a la rosa? Verán como todo cambia… Y si ven a
un niño, de rizos dorados que les pide que dibujen un cordero, por favor, no lo traten
mal escríbanme y avísenme de que El Principito, volvió.

Música.

TELÓN

También podría gustarte