Descripción General: Mayo Clinic Family Health Book (Libro de Mayo Clinic Sobre La Salud Familiar), 5. Edición

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Descripción general

Las infecciones de trasmisión sexual causan las enfermedades de trasmisión sexual. Se contagian
principalmente por contacto sexual. Las infecciones de trasmisión sexual son causadas por
bacterias, virus o parásitos. Una infección de trasmisión sexual puede pasar de una persona a otra
a través de la sangre, el semen o los líquidos vaginales y otros líquidos corporales.

A veces, las infecciones de trasmisión sexual se contagian por vías distintas del contacto sexual.
Por ejemplo, las infecciones de trasmisión sexual pueden contagiarse a los bebés durante el
embarazo o el parto. Las infecciones de trasmisión sexual pueden contagiarse por transfusiones
de sangre o agujas compartidas.

Las infecciones de trasmisión sexual no siempre causan síntomas. Una persona puede contraer
infecciones de trasmisión sexual de otra persona que parece sana y que ni siquiera sabe que tiene
una infección.

Las infecciones de transmisión sexual bacterianas incluyen

● Sífilis
● Infecciones por clamidia
● Infección gonocócica
● Chancroide
● Linfogranuloma venéreo
● Granuloma inguinal
● Infecciones por Mycoplasma
Las infecciones de transmisión sexual virales incluyen

● Verrugas genitales y anorrectales


● Herpes genital
● Molusco contagioso
● Infección por HIV
Las infecciones parasitarias que pueden ser transmitidas sexualmente incluyen

● Tricomoniasis (Causada por protozoos)


● Sarna (Causada por ácaros)
● Pediculosis pubis (causada por piojos)
Muchas otras infecciones no consideradas primariamente como infecciones de transmisión sexual (ITS),
incluidas salmonelosis, shigelosis, campilobacteriosis, amebiasis, giardiasis, hepatitis (A, B y C),
infección por virus Zika, mpox e infección por citomegalovirus, pueden transmitirse por vía sexual.

Mayo Clinic Family Health Book (Libro de Mayo Clinic sobre la salud familiar), 5.ª edición
Síntomas

Las enfermedades de transmisión sexual pueden presentar diversos síntomas, como la ausencia de
síntomas. Por eso las infecciones de trasmisión sexual pueden pasar desapercibidas hasta que una
persona tiene complicaciones o se diagnostica a su pareja.

Los síntomas de las infecciones de trasmisión sexual pueden incluir los siguientes:

● Llagas o protuberancias en los genitales o en la zona bucal o rectal


● Dolor o ardor al orinar
● Secreción proveniente del pene
● Flujo vaginal inusual o con mal olor
● Sangrado vaginal inusual
● Dolor durante las relaciones sexuales
● Dolor e inflamación de los ganglios linfáticos, particularmente en la ingle, aunque a
veces más extendidos
● Dolor en la parte inferior del abdomen
● Fiebre
● Erupción en el tronco, las manos o los pies
Los síntomas de la infección de trasmisión sexual pueden aparecer unos días después de la
exposición. Pero pueden pasar años antes de que tengas problemas perceptibles, en función de lo

Causas

Las causas de las infecciones de transmisión sexual pueden ser:

● Bacterias. La gonorrea, la sífilis y la clamidia son ejemplos de enfermedades de


transmisión sexual causadas por bacterias.
● Parásitos. La tricomoniasis es una enfermedad de transmisión sexual causada por
un parásito.
● Virus. Las enfermedades de transmisión sexual causadas por virus incluyen el virus
del papiloma humano (VPH), el virus del herpes simple y el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el SIDA.

Factores de riesgo

Toda persona sexualmente activa corre el riesgo de contraer o contagiar una enfermedad de
transmisión sexual.

Existen factores que pueden aumentar el riesgo de contraer una infección de trasmisión sexual,
por ejemplo:
● Tener relaciones sexuales sin protección. La penetración vaginal o anal de una
pareja infectada que no usa preservativo (de látex o poliuretano) aumenta
considerablemente el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual. No
se recomiendan los preservativos hechos de membranas naturales porque no son tan
eficaces para prevenir las infecciones de trasmisión sexual. Si los preservativos no
se utilizan correctamente o no se usan en cada relación sexual, el riesgo también
puede ser mayor.
El sexo oral puede ser menos riesgoso. Sin embargo, las infecciones de transmisión
sexual también pueden contagiarse si una persona no usa preservativo (de látex o
poliuretano) o una barrera bucal de los mismos materiales. El campo de látex es una
superficie fina, con forma cuadrada, de látex o silicona.
● Tener contacto sexual con varias parejas. Cuanto mayor sea la cantidad de
personas con las que tienes relaciones sexuales, mayor será el riesgo.
● Tener antecedentes de infecciones de transmisión sexual. Tener una infección de
transmisión sexual hace que sea mucho más fácil que se desarrolle otra infección de
trasmisión sexual.
● Tener relaciones sexuales contra tu voluntad. Consulta a un profesional de la
salud lo antes posible para que te hagan exámenes y te proporcionen tratamiento y
apoyo emocional.
● Abusar del alcohol o consumir drogas ilícitas recreativas. El abuso de sustancias
puede inhibir tu juicio y hacer que estés más dispuesto a participar en conductas de
riesgo.
● Inyectarte drogas ilícitas. Al compartir la aguja con otras personas mientras se
inyectan drogas ilícitas, puedes contagiarte de muchas infecciones graves. Algunos
ejemplos son el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el virus de la
hepatitis B y la hepatitis C.
● Ser joven. Se informan niveles altos de infecciones por transmisión sexual en
personas que tienen entre 15 y 24 años, en comparación con personas de mayor
edad.

Complicaciones

Muchas personas no tienen síntomas durante las primeras etapas de una enfermedad de
trasmisión sexual. Por este motivo, es importante realizar exámenes de detección para evitar
complicaciones.

Las posibles complicaciones de las infecciones de trasmisión sexual incluyen:

● Dolor pélvico.
● Complicaciones en el embarazo.
● Inflamación de los ojos.
● Artritis.
● Enfermedad inflamatoria pélvica.
● Infertilidad.
● Enfermedades cardíacas.
● Ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de cuello del útero y el cáncer del recto
asociados con el virus del papiloma humano.

Prevención

Existen muchas formas de prevenir o reducir el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión
sexual.

● Evitar tener relaciones sexuales o actividad sexual. La manera más eficaz de


evitar las enfermedades de transmisión sexual es no tener relaciones sexuales.
● Mantener una pareja no infectada. Conservar una relación a largo plazo en la que
ambos tengan relaciones sexuales entre sí y ninguno esté infectado puede ser una
forma de evitar una enfermedad de transmisión sexual.
● Esperar y realizar pruebas. Evita mantener relaciones sexuales vaginales y anales
o algún tipo de actividad sexual con parejas nuevas hasta que ambos se realicen las
pruebas de detección de infecciones de trasmisión sexual. El sexo oral puede ser
menos riesgoso. Sin embargo, las infecciones de trasmisión sexual también pueden
contagiarse si una persona no usa preservativo (de látex o poliuretano) o un campo
de látex. Estas barreras previenen el contacto piel con piel entre las membranas
mucosas orales y genitales.
● Vacunarse. Vacunarse antes de tener relaciones sexuales puede prevenir ciertos
tipos de infecciones de trasmisión sexual. Existen vacunas para prevenir
enfermedades de transmisión sexual causadas por el virus del papiloma humano
(VPH) y el virus de la hepatitis A y de la hepatitis B.
● Usar condones y campos de látex de manera consistente y correcta. Usa un
preservativo nuevo de látex o poliuretano o una barrera bucal también de látex o
poliuretano en cada acto sexual, ya sea oral, vaginal o anal. Nunca uses un
lubricante a base de aceite, como vaselina, con un preservativo o una barrera bucal
de látex. Asimismo, estos tipos de impedimentos ofrecen menos protección contra
las enfermedades de transmisión sexual en las que se forman llagas expuestas en los
genitales, como las del VPH o el herpes.
Los métodos anticonceptivos que no son de barrera, como las píldoras
anticonceptivas o los dispositivos intrauterinos (DIU), no protegen contra las
infecciones de transmisión sexual.
● No beber alcohol en exceso ni usar drogas ilícitas. Si estás bajo la influencia de
estas sustancias, es más probable que corras riesgos sexuales.
● Hablar con tu pareja. Antes de cualquier contacto sexual, habla con tu pareja sobre
la práctica de sexo seguro. Asegúrate de llegar a un acuerdo claro sobre qué
actividades estarán permitidas y cuáles no.
● Considerar la circuncisión masculina. En el caso de los hombres, existe evidencia
de que la circuncisión puede ayudar a reducir el riesgo de contraer el virus de la
inmunodeficiencia humana de una mujer infectada por el VIH hasta en un 60 %. La
circuncisión masculina también puede ayudar a prevenir el contagio del virus del
papiloma humano genital y del herpes genital.
● Considerar el uso de profilaxis previa a la exposición. La Administración de
Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha
aprobado el uso de dos medicamentos combinados para reducir el riesgo de
infección por VIH en personas que corren un riesgo muy alto. Los medicamentos
son emtricitabina con tenofovir disoproxil fumarato (Truvada) y emtricitabina con
tenofovir alafenamida fumarato (Descovy). Estos medicamentos se deben tomar
todos los días, exactamente tal y como se recetaron.

ETIOLOGÍA. CLÍNICA DE LAS ETS.


3.1. GONORREA

La gonococia o gonorrea es una infección causada por un diplococo gran negativo conocido
como Neisseria gonorrhoeae. Este se transmite por vía sexual y tiene la capacidad de colonizar
superficies mucosas tales como la uretra, cérvix, el ano, faringe y la mucosa conjuntival. En el
caso de los pacientes hombres, es muy común presentar un cuadro clínico de uretritis anterior
aguda, caracterizado por una inflamación dolorosa y supurativa de la uretra. En el caso de la
mujer, las manifestaciones clínicas suelen ser inespecíficas. La sintomatología que podemos
encontrar varías entre leucorrea, disuria y prurito (5).

3.2. SÍFILIS

Se trata de una enfermedad crónica causada por el microorganismo Treponema palidum. Se


transmite por prácticas sexuales, aunque también se puede adquirir por contacto directo con
lesiones localizadas en los genitales. La sífilis primaria se caracteriza por la presencia de una
lesión inflamatoria conocida como chancro. Esta evoluciona hasta convertirse en una pápula que
se ulcera. La sífilis secundaria se desarrolla entre las seis u ocho semanas después de la aparición
de la lesión primaria (chancro) y corresponde con una importante septicemia treponémica.
Finalmente, la sífilis tardía aparece entre los 8-10 años, o puede que no aparezca nunca. Es el
cuadro clínico más grave, presentando manifestaciones cutáneas, óseas, viscerales, vasculares,
oculares y neurológicas. Esta fase se mantiene hasta la muerte del enfermo (5).

3.3. TRICHOMONIASIS

El microorganismo Trichomonas vaginalis produce un cuadro clínico en la mujer conocido como


vulvovaginitis. La vulvovaginitis se caracteriza por presentar leucorrea abundante, de color
amarillo-grisáceo o verdoso, de consistencia acuosa, con mal olor y de aspecto espumoso. A ello,
se le suma un prurito intenso, inflamación vaginal con fácil sangrado y eritema cutáneo alrededor
de la vulva. En el varón, da lugar a uretritis con exudado purulento, de aspecto mucoso y
aparición intermitente, o bien episodios de balanitis después de mantener relaciones sexuales. Las
complicaciones que pueden dar lugar son: prostatitis, bartolonitis y exocervicitis. La infección
también puede ser adquirida al compartir diversos fómites recientemente contaminados, por
ejemplo; con el uso compartido de toallas (5).

3.4. INFECCIONES VIRALES

El virus herpes simple (VHS), tanto el tipo 1 (labial) como el tipo 2 (genital), guarda sus
localizaciones a nivel del pene, la uretra, la vejiga, los testículos y la próstata del varón. En el
caso de pacientes mujeres que sufran esta infección, suele manifestarse a nivel de la vulva, la
vagina, la uretra o la vejiga. La infección viral se desarrolla por medio de unas vesículas que,
posteriormente, evolucionan hasta convertirse en úlceras y, si no se infectan, cicatrizan. Las
adenopatías inguinales bilaterales son frecuentes en los pacientes con estos cuadros clínicos. Y,
en el momento de la expulsión del feto por el canal del parto, se han descrito casos de afección
meníngea del mismo (5).

3.5. VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO (VPH)

La manifestación clásica de las infecciones provocadas por el virus del papiloma humano (VPH)
con los condilomas acuminados. Estas lesiones se localizan en el pene, la vulva o la vagina. Se
diagnostican por sus manifestaciones clínicas y se manifiestan como pápulas eritematosas,
agrupadas y con aspecto similar a una coliflor (5).

3.6. OTRAS ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL

En las infecciones por Chlamydia trachomatis se ocasiona el conocido linfogranuloma venéreo.


Esta lesión consiste en una vesiculopápula indolora, de supuración crónica, que tiene la capacidad
de curarse de forma espontánea y da lugar a adenopatías inguinale, tanto unilaterales como
bilaterales. La localización puede ser anorrectal (5).

En el caso de infecciones causadas por virus tales como los citomegalovirus (CMV), el virus de
Epstein-Barr (VEB), el de la hepatitis A (VHA), el de la hepatitis B (VHB) y el de la
inmunodeficiencia humana (VIH), el papel del patógeno en el curso de las relaciones sexuales es
cuestionable y no puede relacionarse con ellas (5).
Epidemiología

No se sabe exactamente la carga de enfermedad que representan las enfermedades de transmisión


sexual (ETS). En los países en vías de desarrollo, las ETS y sus complicaciones se encuentran
entre las cinco causas más corrientes de demanda de atención sanitaria. Las manifestaciones más
frecuentes de la ETS son locales (sistema genitourinario), aunque también son habituales
manifestaciones generales y de otros órganos. (8)

La carga de enfermedad que suponen las ETS globalmente se desconoce, ya que es habitual que
las infecciones sean asintomáticas (4)

Las técnicas diagnósticas no siempre están disponibles, y la vigilancia epidemiológica es


inexistente o muy deficiente en muchos países (8).

En Europa, la vigilancia epidemiológica de estas patologías fue asumida por el Centro Europeo
para el Control de la Enfermedad (ECDC) y la publicación de definiciones de caso para toda la
UE en 2008 (2)

Actualmente en España, la infección gonocócica, sífilis, sífilis congénita y la hepatitis B son de


declaración obligatoria ante su simple sospecha, de forma numérica y con periodicidad semanal;
de los casos de hepatitis B y sífilis congénita, se recoge, además, información ampliada. (2)

También encontramos que las enfermedades de transmisión sexual (ETS) como la gonococia o la
sífilis, muestran en los últimos años una tendencia ascendente. La coinfección entre distintas ETS
es muy frecuente. Es por eso que la persona que presente una de ellas, debe descartar la presencia
de otras, en particular la infección por VIH y la infección por clamidia (ITS más común en
Europa y frecuentemente asintomática). (8)

Tras la introducción de la penicilina (1940) en la práctica médica, hubo un descenso de


mortalidad y morbilidad de las ETS. A partir de los años sesenta, por los cambios socioculturales
de la población aumentó la incidencia de las ETS. También hubo cambios en la incidencia de
algunas ETS como consecuencia de la aparición del sida en la década de los ochenta, donde
descendió la incidencia de sífilis y gonococia (1)

Los sistemas de vigilancia proporcionan información epidemiológica de que en los últimos años
se ha incrementado la incidencia de las ETS, donde destaca que el ascenso es más marcado en
grupos jóvenes y en hombres con prácticas homosexuales. (1)

No hay programas de cribado sistemáticos basados en registros nacionales. (1)

ETS Más comunes

Gonorrea (12)
Causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae.

Periodo de incubación de 2-8 días, infectando al 20-50% de los hombres y 60-90% de mujeres
que tienen contacto. Sin tratamiento, el 10-17% de mujeres desarrollarán infección pélvica, al
diseminarse el gonococo a lo largo de las superficies epiteliales y por el sistema linfático
submucoso.

La alteración de la barrera mucosa endocervical y el cambio de pH por la menstruación permiten


la activación de la infección.

Habitualmente es asintomática. Pero pueden aparecer cambios en el flujo vaginal, frecuencia


urinaria/disuria y molestias rectales.

Durante la exploración normalmente se encuentra inflamación de la vulva, vagina, cérvix y


uretra; flujo purulento e inflamación de las glándulas de Bartolino. La mayor complicación es la
infección pélvica y la salpingitis; con fiebre y dolor abdominal, secuelas tubáricas y adherencias

Sífilis (2)

Producida por Treponema pallidum, que se introduce en el organismo a través de las mucosas
intactas o de pequeñas lesiones del epitelio. La mayor parte de los casos se adquiere por contacto
sexual, aunque también puede darse la transmisión vertical de la madre al feto o al recién nacido
y, excepcionalmente, infección por trasfusión sanguínea. El riesgo de contagio al tener relaciones
con una persona infectada, oscila entre el 10-60% dependiendo del periodo de la infección y de la
práctica sexual. La sífilis se clasifica según sus estadios: Sífilis precoz, sífilis tardía y sífilis
congénita.

Vaginitis (2)

La Gardnerella vaginales se transmite sexualmente; la mujer nota un descenso vaginal grisáceo o


blanquecino con prurito y olor a pescado

Uretritis y cervicitis (8)

La uretritis es la inflamación de la mucosa de la uretra anterior caracterizada por la aparición de


exudado mucopurulento y disuria. Es la enfermedad de transmisión sexual (ETS) más frecuente
en el varón.

La cervicitis es la inflamación del cérvix caracterizada por la aparición de una secreción


purulenta o mucopurulenta visible en el canal endocervical.

Infecciones vaginales (8)


Definimos vulvovaginitis como la secreción de flujo anómalo e irritante, maloliente o no, que
produce malestar local (picor o quemazón) y que se puede acompañar de disuria y/o dispareunia.

La candida albicans y las trychomonas vaginalis son causantes de la vaginitis.

Úlceras genitales (12)

La mayoría de las úlceras genitales son ETS, pero pueden ser debidas a otras muchas causas.

Tumoraciones genitales (8)

Los condilomas acuminados o verrugas genitales están causados por el virus del papiloma
humano (VPH). La infección por el VPH afecta fundamentalmente a adultos jóvenes con vida
sexual activa. El período de incubación es variable, oscilando entre 6 semanas y 8 meses.

Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) (12)

Causa la destrucción del sistema inmunológico. El paciente queda susceptible a infecciones y


cáncer. La enfermedad se transmite por contactos sexuales, sangre y productos sanguíneos.

Molluscum contagiosum (12)

El período de incubación es de 2 a 8 semanas. Inicialmente tiene el aspecto de pápulas simples


que crecen y se convierten en pápulas lisas de 1-5 mm. Las lesiones individuales pueden
convertirse en pequeños grupos de lesiones. En los adultos la infección generalmente se transmite
por vía sexual y las lesiones se localizan en le región genital.

Pediculosis pubis (8)

Es una infestación por un parásito (Phthirus pubis). El período de incubación es de 4 semanas.


Cursa con intenso prurito, es muy contagiosa y en el 95% de los casos se transmite en un solo
contacto. Se aprecian pápulas eritematosas, excoriaciones, liendres en los pelos y piojos en la
zona púbica.

Magnitud del problema

Las ITS afectan enormemente a la salud sexual y reproductiva en todo el mundo.

Cada día, más de un millón de personas contraen una ITS que se puede curar. La OMS calcula
que, en 2020, hubo 374 millones de nuevas infecciones de alguna de estas cuatro ITS: clamidiosis
(129 millones), gonorrea (82 millones), sífilis (7,1 millones) y tricomoniasis (156 millones). Más
de 490 millones de personas tenían herpes genital en 2016, y unos 300 millones de mujeres tienen
infección por el virus del papiloma humano, que es la principal causa de cáncer de cuello uterino
y de cáncer anal entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Además, las
nuevas estimaciones de la OMS indican que 254 millones de personas tenían hepatitis B en 2022.

Más allá del efecto inmediato de la infección, las ITS pueden tener consecuencias graves.

Algunas ITS, como el herpes, la gonorrea y la sífilis, pueden aumentar el riesgo de infectarse por
el VIH.

La transmisión de una ITS de la madre al hijo puede causar muerte prenatal o neonatal,
prematuridad e insuficiencia ponderal del recién nacido, septicemia, conjuntivitis neonatal y
anomalías congénitas.

La infección por el virus del papiloma humano causa cáncer de cuello uterino y otros tipos de
cáncer.

Se calcula que la hepatitis B causó más de un millón de defunciones en 2022, principalmente por
cirrosis o carcinoma hepatocelular.

Algunas ITS, como la gonorrea y la clamidiosis, son causas importantes de enfermedad


inflamatoria pélvica y esterilidad femenina.

En el caso de las infecciones por clamidia, la mayoría de las pruebas disponibles para el
diagnóstico se realizan en el laboratorio y pueden presentar demora entre la recogida y el
resultado. La tinción de Gram uretral es la prueba estándar de diagnóstico de la uretritis no
gonocócica, pero es dependiente del observador y tiene baja especificidad. Actualmente, se está
empleando el uso de las citometrías de flujo para detectar casos de leucocituria en la orina como
un marcador inflamatorio de uretritis no gonocócica por Mycoplasma genitalium (6).

Para el diagnóstico del linfogranuloma venéreo, se requiere de la sospecha clínica, y para su


confirmación, son necesarias pruebas de laboratorio muy especializadas (5, 6).

Finalmente, para el diagnóstico del virus del herpes simple (VHS) existen determinadas pruebas
diagnósticas (6):

Microscopia óptica: No es una técnica adecuada. El examen directo mediante la tinción de


Tzanck o de Papanicolaou es inespecífico. No diferencia entre VHS-1 y VHS-2.
Microscopia electrónica: Está en desuso. Proporciona resultados rápidos, pero es poco sensible y
requiere un equipo no disponible generalmente en laboratorios clínicos.
Inmunofluorescencia directa: Son técnicas rápidas con una sensibilidad y especificidad en
pacientes sintomáticos que oscilan entre el 70 y el 90%.
Las técnicas de AAN son las recomendadas para el diagnóstico del VHS. La detección de ADN
del virus mediante técnicas de PCR, aumenta la detección en un 11-71% en comparación con el
cultivo.

DIAGNÓSTICO
A una escala mundial, las enfermedades de transmisión sexual (ETS) suponen una importante
problema de salud pública debido a su gran tasa de morbimortalidad, comprometiendo la calidad
de vida, la salud sexual y reproductiva o la salud del recién nacido y del niño. A sí mismo,
favorecen la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y provocan cambios
celulares que dan lugar a diversas clases de patología cancerosa (5, 6).

En lo que respecta al campo diagnóstico, las pruebas diagnósticas que se emplean en la detección
de enfermedades de transmisión sexual pueden servir para varios propósitos. Entre ellos se
encuentra el propio diagnóstico, realizar un cribado de grupos de alto riesgo, la importancia en la
monitorización del tratamiento efectivo, una clara vigilancia epidemiológica, posteriores
investigaciones de brotes epidemiológicos, la urgente valoración del manejo de síntomas en
países subdesarrollados y asegurar la calidad en las pruebas de laboratorio. Los controles de
diagnóstico rápido que se han utilizado en la detección de las ETS son (6):

● Microscopía directa.
● Detección de antígenos.
● Serología.
Detección de metabolitos microbianos (Test de Whiff).
Métodos moleculares.
En primer lugar, para diagnosticar a aquellos pacientes que padecen una infección por sífilis está
indicada la utilización de una técnica de PCR para la detección del microorganismo Haemophilus
ducreyi (HD), debido a la baja sensibilidad de la, comúnmente conocida, tinción de Gram. Por
otro lado, el uso de la microscopia tiene una sensibilidad del 50% comparada con el cultivo, y
además de que el número de falsos positivos es elevado. Las pruebas rápidas para el diagnóstico
de infecciones por sífilis, mediante la detección de anticuerpos, han demostrado excelentes
resultados en el cribado prenatal de la misma, especialmente en países en vías de desarrollo (5,
6).

En segundo lugar, el diagnóstico de los casos de gonococia se basa en la detección de NG en el


lugar de la infección. El método a usar dependerá de la clínica, de las condiciones de transporte al
laboratorio y de las pruebas disponibles. La tinción de Gram es una técnica rápida y tan sensible
como el cultivo en la uretritis sintomática en hombres, pero es poco sensible en otras
localizaciones. El criterio clásico para determinar la existencia de una uretritis es la observación
de 4-5 PMN con el objetivo de campo de inmersión y presencia de microorganismo gram
negativos, ya sea uretritis gonocócica o no gonocócica. Finalmente, a través de la detección de
NG mediante AAN se obtiene una mayor sensibilidad que con el cultivo y puede emplearse sobre
una amplia variedad de muestras: uretral, orina en el varón, endocervical o vaginal en la mujer
(6).

Bibliografía

1. Liliane Somogyi; Emily Mora. Métodos conceptivos: antes y ahora. Rev. Obstet.
Ginecol. 2011. 71 (2): 118-123.
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[Internet]; 2004-2005. [fecha de consulta: 14 enero 2016]. Disponible en:
http://www.unavarra.es/ genmic/microclinica/ tema06.pdf
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http://www.who.int/ mediacentre/factsheets/ fs110/es/
6. Piédrola Gil. Medicina preventiva y salud pública. Capítulo 50: Epidemiología y
prevención de las infecciones de transmisión sexual. Vol 1. 11ª ed. Barcelona:
Elsevier España, SL. 2008.
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[revisado 11 febrero 2014; consulta 14 enero 2016]; [aprox. 1 p.]. Disponible en:
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8. Díez M., Díaz A.. Infecciones de transmisión sexual: epidemiología y control.
Rev. esp. sanid. penit. [revista en Internet]. 2011 Oct [citado 2016 Ene 14]; 13(2):
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10. Labtestonline.com [Internet] Labtest; 2012 [actualizado el 12 de Diciembre del
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11. La incidencia de sífilis y gonorrea se cuadriplica en la última década [Internet]
Aragón; El periódico de Aragón; 2016. [citado el 18 de Enero de 2016] Disponible
en: http://www.elperiodico dearagon.com/noticias/ aragon/la-incidencia-de-sifilis -
y-gonorrea-se-cuadruplica -en-ultima-decada_844309.html
12. Pacheco Romero J. Enfermedades de transmisión sexual. Revista Peruana
Ginecológica; 2007.

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