Fisiologia 12
Fisiologia 12
Fisiologia 12
Clase 12 DOCENTE:
CAMILA SILVA V.
Resultado de aprendizaje.
La circulación está
divida en circulación
sistémica y circulación
pulmonar.
Como la circulación
sistémica aporta el flujo
sanguíneo a todos los
tejidos del organismo
excepto los pulmones,
también se conoce
como circulación mayor
o circulación periférica.
Componentes funcionales de la circulación.
La función de las
arterias consiste en
transportar la sangre
con una presión alta
hacia los tejidos, motivo
por el cual las arterias
tienen unas paredes
vasculares fuertes y
unos flujos sanguíneos
importantes con una
velocidad alta.
Componentes funcionales de la circulación.
Las arteriolas son las últimas
ramas pequeñas del sistema
arterial y actúan controlando
los conductos a través de los
cuales se libera la sangre en
los capilares.
Tienen paredes musculares
fuertes que pueden cerrarlas
por completo o que pueden,
al relajarse, dilatar los vasos
varias veces, con lo que
pueden alterar mucho el flujo
sanguíneo en cada lecho
tisular en respuesta a sus
necesidades.
Componentes funcionales de la circulación.
La función de los capilares
consiste en el intercambio
de líquidos, nutrientes,
electrólitos, hormonas y
otras sustancias en la
sangre y en el líquido
intersticial.
Para cumplir esta función,
las paredes del capilar son
muy finas y tienen muchos
poros capilares diminutos,
que son permeables al
agua y a otras moléculas
pequeñas.
Componentes funcionales de la circulación.
Las vénulas recogen la
sangre de los capilares y
después se reúnen
gradualmente formando
venas de tamaño
progresivamente mayor.
Las venas funcionan como
conductos para el
transporte de sangre que
vuelve desde las vénulas al
corazón; igualmente
importante es que sirven
como una reserva
importante de sangre
extra.
Componentes funcionales de la circulación.
Como la presión del
sistema venoso es muy
baja, las paredes de las
venas son finas.
Aun así, tienen una fuerza
muscular suficiente para
contraerse o expandirse y,
de esa forma, actuar como
un reservorio controlable
para la sangre extra, mucha
o poca, dependiendo de las
necesidades de la
circulación.
Volúmenes de sangre en los distintos
componentes de la circulación.
Aproximadamente el 84%
de todo el volumen de
sangre del organismo se
encuentra en la circulación
sistémica y el 16% en el
corazón y los pulmones.
Del 84% que está en la
circulación sistémica, el
64% está en las venas, el
13% en las arterias y el 7%
en las arteriolas y capilares
sistémicos.
El corazón contiene el 7%
de la sangre y los vasos
pulmonares, el 9%.
Volúmenes de sangre en los distintos
componentes de la circulación.
Resulta sorprendente el
bajo volumen de sangre
que hay en los capilares,
aunque es allí donde se
produce la función más
importante de la
circulación, la difusión de
las sustancias que entran y
salen entre la sangre y los
tejidos.
Presiones en las distintas porciones de la
circulación.
Presiones en las distintas porciones de la
circulación.
En las arterias pulmonares la
presión es pulsátil, igual que
en la aorta, pero la presión
es bastante menor: la
presión sistólica arterial
pulmonar alcanza un
promedio de 25 mmHg y la
diastólica, de 8 mmHg, con
una presión arterial
pulmonar media de sólo 16
mmHg. La media de la
presión capilar pulmonar
alcanza un promedio de sólo
7 mmHg.
Principios básicos de la función circulatoria
1) la teoría vasodilatadora y
2) la teoría de la falta de
oxígeno.
Teoría vasodilatadora de la regulación a corto
plazo del flujo sanguíneo local
Según esta teoría, cuanto
mayor sea el
metabolismo o menor
sea la disponibilidad de
oxígeno o de algunos
otros nutrientes en un
tejido, mayor será la
velocidad de formación
de sustancias
vasodilatadoras en las
células de ese tejido.
Teoría vasodilatadora de la regulación a corto
plazo del flujo sanguíneo local
Se han propuesto varias
sustancias
vasodilatadoras
diferentes, como:
• adenosina
• dióxido de carbono
• compuestos con fosfato
de adenosina
• histamina,
• iones potasio e iones
hidrógeno.
Teoría de la falta de oxígeno de control del
flujo sanguíneo local.
El oxígeno (y también
otros nutrientes) es
necesario como uno de los
nutrientes metabólicos
para provocar la
contracción muscular.
Por tanto, es razonable
creer que los vasos
sanguíneos simplemente
se relajarían en ausencia
de una cantidad adecuada
de oxígeno, dilatándose de
forma natural.
Mecanismos especiales del control a corto
plazo del flujo sanguíneo en tejidos
específicos
1. En los riñones, el
control del flujo sanguíneo
se basa en gran medida en
un mecanismo
denominado
retroalimentación
tubuloglomerular, en el
que una estructura
epitelial del túbulo distal,
la mácula densa, detecta
la composición del líquido
al inicio de dicho túbulo.
Mecanismos especiales del control a corto
plazo del flujo sanguíneo en tejidos
específicos
2. En el cerebro, además
del control del flujo
sanguíneo dependiente de
la concentración de oxígeno
tisular, las concentraciones
de dióxido de carbono y de
iones hidrógeno tienen una
gran importancia.
Mecanismos especiales del control a corto
plazo del flujo sanguíneo en tejidos
específicos
El aumento de cualquiera
de ellos dilata los vasos
cerebrales y permite el
lavado rápido del exceso de
dióxido de carbono o de
iones hidrógeno de los
tejidos cerebrales, lo que es
importante porque el nivel
de excitabilidad del propio
cerebro depende en gran
medida del control exacto
de las concentraciones de
dióxido de carbono y del
ion hidrógeno.
Mecanismos especiales del control a corto
plazo del flujo sanguíneo en tejidos
específicos
3. En la piel, el control del
flujo sanguíneo está
relacionado estrechamente
con la regulación de la
temperatura corporal. El
flujo cutáneo y subcutáneo
regula la pérdida de calor
del cuerpo mediante la
determinación del flujo de
calor desde el centro a la
superficie del organismo,
donde se pierde calor hacia
el medio exterior.
Regulación a largo plazo del flujo sanguíneo
Eritrocitos (hematíes)
Su función es transportar
hemoglobina, que a su vez
transporta oxígeno desde
los pulmones a los tejidos.
Células Sanguíneas
Los eritrocitos tienen otras
funciones:
Cuando el hematocrito
(el porcentaje de sangre
que son células,
normalmente del 40-
45%) y la cantidad de
hemoglobina en cada
célula son normales, la
sangre completa de los
varones contiene una
media de 15 g de
hemoglobina por 100 ml
de células; en las mujeres
contiene una media de
14 g por 100 ml.
Producción de eritrocitos
En las primeras semanas de
la vida embrionaria, se
producen en el saco
vitelino.
Durante el segundo
trimestre de gestación, el
hígado es el principal órgano
productor, pero también el
bazo y en los ganglios
linfáticos.
Después, durante el último
mes de gestación y tras el
nacimiento, los eritrocitos se
producen exclusivamente
en la médula ósea.
Células Sanguíneas
Formación de hemoglobina
La síntesis de hemoglobina
comienza en los
proeritroblastos y continúa
incluso en el estadio de
reticulocito de los
eritrocitos.
Luego, cuando los
reticulocitos dejan la
médula ósea y pasan al
torrente sanguíneo,
continúan formando
mínimas cantidades de
hemoglobina durante otro
día más o menos hasta
que se convierten en un
eritrocito maduro.
Resistencia del organismo a la infección
La mayoría de ellos se
transportan específicamente
a zonas de infección e
inflamación intensas, lo que
constituye una defensa
rápida y potente frente a los
microorganismos
infecciosos.
Los granulocitos y los
monocitos tienen una
especial capacidad para
«buscar y destruir» un
invasor extraño.
Leucocitos (células blancas sanguíneas)
Tipos de leucocitos.
Normalmente hay seis tipos de
leucocitos en la sangre.
Ellos son:
• Neutrófilos polimorfonucleares
• Eosinófilos polimorfonucleares
• Basófilos polimorfonucleares
• Monocitos
• Linfocitos
• en ocasiones, las células
plasmáticas.
Concentraciones de diferentes leucocitos en
la sangre.
El ser humano adulto tiene unos 7.000 leucocitos por
microlitro de sangre (comparado con 5 millones de eritrocitos).
Entre todos los leucocitos, los porcentajes normales de los
diferentes tipos son aproximadamente los siguientes: