1 Pensamiento Positivo

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 13

Pensamiento

positivo
y
emociones
saludables

Odria Ferrer, Victor


Pérez Arbide, Emma
Serrano González de Arrieta, Saioa
1
ÍNDICE

1. Introducción teórica……………………………………………………..pag.3

2. Estrategias y técnicas…………………………………………………….pag.7

3. Recursos disponibles…………………………………………………….pag.11

a. Recursos bibliográficos……………………………………….....pag.11

b. Recursos sociales………………………………………………...pag.11

c. Recursos disponibles en internet…………………………….…pag.12

d. Recursos audiovisuales……………………………………….....pag.13

4. Referencias bibliográficos………………………………………..……..pag.13

2
PENSAMIENTO POSITIVO Y EMOCIONES SALUDABLES

1. Introducción teórica

El pensamiento positivo y las emociones saludables constituyen dos de los


principales focos sobre los que centra su atención la psicología positiva. Ésta representa
un nuevo enfoque de la psicología, que analiza lo que va bien en la vida desde el
nacimiento hasta la muerte (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000; citado en Park,
Peterson y Sun, 2013), así como la experiencia óptima, es decir, a las personas dando lo
mejor de sí mismas. La investigación en este campo tiene como objetivo llegar a una
comprensión científica de la experiencia humana y ofrecer pautas para construir una
vida feliz, saludable, productiva y significativa (Park y Peterson, 2009; citado en Park y
cols., 2013). La psicología positiva no niega el sufrimiento, sino que considera que lo
bueno en la vida es tan genuino como lo malo y por tanto merece la misma atención por
parte de los psicólogos (Park y Peterson, 2003; citado en Park y cols., 2013). En este
sentido, cuestiona el modelo de enfermedad y defiende la importancia tanto de curar las
heridas de las personas enfermas como lograr una vida plena para las personas sanas
(Park y Peterson, 2006; citado en Park y cols., 2013).

Entre los temas que estudia la psicología positiva se encuentran la felicidad, las
fortalezas del carácter, como la gratitud y el optimismo, la resiliencia, el significado y el
propósito de la vida, el compromiso y las buenas relaciones. A pesar de las críticas que
ha recibido este enfoque por el énfasis que deposita en lo positivo, hay que matizar que
sus defensores tan sólo plantean que lo positivo es tan digno y necesario de estudio
como lo negativo. Más aun, identificar y utilizar las propias cualidades y fortalezas
personales puede resultar muy útil para abordar los problemas psicológicos (Park y
cols., 2013).

Los estados psicológicos positivos no sólo forman parte integral de la salud, sino
que pueden tener influencia en la aparición de enfermedades y problemas físicos así
como en los procesos de recuperación. La percepción de las personas sanas, marcadas
por un sentimiento positivo de uno mismo, un sentimiento de control personal y una
visión optimista del futuro, son una reserva y un motor de recursos que no solo permiten
a las personas afrontar mejor las dificultades diarias, sino que cobran especial
importancia a la hora de afrontar situaciones que pueden ser intensamente estresantes e
incluso amenazantes para la propia existencia (Taylor y cols., 2000; citado en Vázquez,
Hervás, Rahona y Gómez, 2009). Cabe matizar que tener un buen estado de salud física
o mental no sólo debe consistir en carecer de enfermedades o trastornos, sino en
disfrutar de recursos y capacidades que permitan resistir adversidades (Almedom y
Glandon, 2007; citado en Vázquez y cols., 2009). Y lo que aún es más importante desde
la perspectiva de la salud positiva, ese estado de bienestar va a favorecer que la persona
3
alcance un mayor desarrollo psicológico, social y comunitario. (Fredickson, 2009;
citado en Vázquez y cols., 2009).

En esta misma línea, Park y Peterson (2009, citado en Park y cols., 2013) detallan
que una buena vida se caracteriza por tener experiencias subjetivas positivas (felicidad,
plenitud), rasgos individuales positivos (fortalezas, intereses, valores), relaciones
interpersonales positivas (amistad, matrimonio, compañerismo) e instituciones positivas
(familia, comunidades, etc.). Cuando estos cuatro componentes convergen, las personas
tienen un buen funcionamiento en la vida.

Una cuestión inicial importante es la de plantear para qué sirven las emociones
positivas y por extensión, los estados de ánimo y cogniciones de esa misma índole.
Aunque se discute aún el significado evolutivo y supervivencial de dichas emociones, la
Teoría de la Ampliación y Construcción de Barbara Fredrickson (1998, 2001; citado en
Vázquez, Hervás y Ho, 2006) plantea que mientras que la finalidad de las emociones
negativas es básicamente alertar del peligro, disminuir repertorios de conducta y
permitir así una huída o una lucha eficaz ante un estresor, las emociones positivas
existen para ampliar y construir repertorios de pensamiento y acción. La alegría, por
ejemplo, permite explorar más situaciones, jugar, tener relaciones más abiertas con otras
personas, etc., pero, además, alienta el crecimiento de recursos intelectuales,
emocionales e interpersonales. El juego, por ejemplo, puede favorecer el desarrollo
cognitivo, el uso de interacciones complejas o la exploración de nuevas capacidades.
Esto mismo sostienen otros autores como Isen (1999; citado en Vázquez y cols., 2006),
quien afirma que las emociones positivas facilitan la puesta en marcha de conductas
más flexibles, menos predeterminadas y, en último término, ayudan a ampliar nuestros
repertorios de conducta. En el ámbito clínico, parece clara la hipótesis de que si somos
capaces de instalar, mantener o apoyarnos en esos elementos positivos, se puede
favorecer la cristalización de repertorios adaptativos y de un mejor funcionamiento en
general.

Vemos por tanto que las emociones negativas y positivas cumplen distintas
funciones; mientras las primeras contribuyen a nuestra supervivencia y seguridad, las
segundas contribuyen a la prosperidad y la resiliencia. En relación a esto último, los
datos muestran que las personas que experimentan más emociones positivas tienen
mayor capacidad de recuperación ante la adversidad (Fredrickson, 2001; citado en Park
y cols., 2013). Asimismo, un aspecto de gran interés clínico es que las emociones
positivas tienen también un efecto amortiguador del estrés (Fredrickson, Mancuso,
Branigan y Tugade, 2000; citado en Vázquez y cols., 2006) como han demostrado
diversos estudios de laboratorio sobre, por ejemplo, la reactividad cardiovascular
(Fredrickson y Levenson, 1998; citado en Vázquez y cols., 2006). En esta misma línea,
algunos estudios evidencian que el ánimo positivo refuerza la respuesta inmune, lo que
se refleja en un aumento de la liberación de inmunoglobulina secretora A, anticuerpo
considerado la primera línea de defensa contra el resfriado común. Por el contrario,

4
parece que el ánimo negativo reduce esta respuesta inmune. Por ello, cuando las
personas experimentan varios eventos negativos en un determinado período, aumenta
no solamente su estrés percibido, sino también su susceptibilidad al resfriado común
(Cohen, Tyrrell & Smith, 1993; citado en Barra, 2003). De igual modo, cuando los
individuos son expuestos a un virus respiratorio en el laboratorio, se observa que
aquellos que experimentan mayor ánimo negativo desarrollan síntomas más severos que
los individuos cuyo estado de ánimo es más positivo (Cohen, Doyle, Skoner, Fireman,
Gwaltney & Newsom, 1995; citado en Barra, 2003), y las personas que enfrentan
estresores severos por un tiempo prolongado son significativamente más susceptibles al
resfriado común inducido experimentalmente (Cohen, Frank, Doyle, Skoner, Rabin &
Gwaltney, 1998 citado en Barra, 2003). Dichas investigaciones ponen de manifiesto la
influencia tan directa que poseen el estado de ánimo y las emociones sobre la salud
física de las personas. Sin embargo, sus efectos van más allá, tal como demuestran los
resultados de las investigaciones que afirman que las emociones positivas como la
felicidad y la satisfacción general con la vida conducen a mayores éxitos académicos y
profesionales, mejores matrimonios, buenas relaciones, mejor salud mental y física, así
como mayor longevidad y resiliencia (Lyubomirsky, King y Diener, 2005; citado en
Park y cols., 2013).

Otros hallazgos de la literatura experimental (Avia y Vázquez, 1998; Isen, 1993,


1999; Aspinwall y Staudinger, 2003; Fredrickson, 2001; citados en Vázquez y cols.,
2006) describen también algunos de los efectos derivados de experimentar estados
afectivos positivos, como son por ejemplo, una mayor indulgencia en el juicio hacia los
demás y hacia uno mismo, mejora de la codificación y recuperación de los recuerdos
positivos, ampliación del campo visual, generación de un pensamiento más flexible y
creativo, generación de más repertorios de conducta, promoción del cambio por razones
positivas y no a través de la huida, reducción de la duda, generación de conductas
altruistas, compensación de afectos negativos, mejor tolerancia al dolor físico y fomento
de la resistencia ante las adversidades.

Según Peterson (2006, citado en Park y cols., 2013), los factores que favorecen la
construcción de felicidad son el mantener buenas relaciones con los demás, involucrarse
en lo que uno hace, tener sentido y propósito vitales, sentirse competente utilizando las
capacidades y talentos personales, ser capaz de encontrar humor en la vida cotidiana,
saborear las cosas buenas, liberarse de los rencores, sentirse agradecido y expresar
gratitud.

Respecto al optimismo, de todos los rasgos de la personalidad, es quizás el más


relevante en cuanto a que se asocia a un mayor bienestar, y parece tener un importante
papel en la salud física de los individuos. Este concepto ha sido ampliamente estudiado
y los resultados indican que posee abundantes beneficios. Numerosas investigaciones
han mostrado que el optimismo se relaciona con una mayor protección ante la
enfermedad y con una mayor esperanza de vida. Asimismo parece tener una influencia
5
sobre la resistencia a la enfermedad y la mejora de la salud. El optimismo, la esperanza
y las expectativas positivas son elementos que pueden proteger la salud en situaciones
que suponen un reto para el equilibrio de los individuos (Vázquez y Castilla, 2007;
citado en Vázquez y cols., 2009). En esta línea, parece estar relacionado con un mejor
estado del sistema inmunitario y con la prevención de enfermedades asociadas a dos
sistemas básicos para la supervivencia: el respiratorio y el cardiaco.

Diversas investigaciones asocian el pensamiento positivo con un mejor estado de


ánimo, mayor satisfacción con la vida, éxito en la escuela, el trabajo y los deportes,
buena salud y una vida más larga (Peterson, 2000; citado en Park y cols., 2013).
Además, las personas que piensan positivamente son menos propensas a experimentar
“accidentes” traumáticos (Peterson et al., 2001; citado en Park y cols., 2013). Por otro
lado, es un factor protector contra los efectos debilitantes de los eventos negativos y se
asocia también a una resolución activa de los problemas. Ello sugeriría que, por
ejemplo, el objetivo de la terapia cognitiva para la depresión debería centrarse en
modificar el pensamiento negativo del paciente a uno positivo. Asimismo, los
programas de prevención que promueven el pensamiento positivo a través de estrategias
cognitivas y conductuales hacen menos probable la depresión posterior (Gillham,
Reivich, Jaycox y Seligman, 1995; citado en Park y cols., 2013). Esto abre una nueva
vía de actuación en el campo de la prevención de trastornos psicopatológicos
importantes.

Por otro lado, la tendencia al optimismo puede afectar a la salud a través de las
conductas que realizan las personas para afrontar los problemas vitales en general, y la
salud en particular. Estos comportamientos, si son adecuados, pueden impedir la
carnificación del estrés y la complicación de problemas físicos y/o psicológicos. En este
sentido, el optimismo es muy relevante ya que parece favorecer un afrontamiento activo
del estrés y de los problemas de la salud, lo cual se relaciona con conducta de solución
de problemas, autocuidado y planes de recuperación (Scheier, Weintraub y Carver,
1986; citado en Vázquez y cols., 2009). Además, se ha visto que los individuos que
tienen creencias optimistas acerca de su salud prestan más atención a información sobre
riesgos de salud que a información neutra o benéfica, y recuerdan más esa información.
Esta relación entre optimismo y búsqueda de información es especialmente alta cuando
la información es personalmente relevante, y presumiblemente más amenazante, por lo
cual el optimismo parece ser algo muy distinto a la negación (Aspinwall & Brunhart,
1996; citado en Barra, 2003).

Considerando los múltiples beneficios que conlleva el experimentar emociones


positivas y tener una visión optimista de la vida, trabajar dichas cuestiones en el ámbito
del asesoramiento psicológico puede resultar de gran utilidad. En este sentido, dicho
enfoque puede ayudar a modificar las cogniciones y las emociones negativas generadas
como consecuencia de la problemática que presenta el cliente hacia unas más positivas.
Tal y como hemos visto, este cambio amplia su abanico de estrategias de afrontamiento
ante las dificultades por lo que será más probable que logre llegar a una solución
6
respecto a su problema inicial. Además, dado que las técnicas y estrategias empleadas
son sencillas, se pretende que el cliente sea capaz de emplearlas cuando la situación lo
requiera y, de ese modo, fomentar su autonomía.

Por otro lado, cabe destacar el valor que puede tener trabajar las emociones y el
pensamiento positivo en el ámbito de la prevención y promoción de la salud, debido a la
mejora que producen en el funcionamiento de los individuos en áreas tan importantes
como la salud física y mental, el ámbito académico-laboral o el interpersonal, entre
otros. Además, debido a este carácter preventivo y a que aporta beneficios en todas las
etapas vitales, puede resultar especialmente recomendable comenzar a trabajar esta
temática en etapas tempranas del desarrollo.

2. Estrategias y técnicas

Desde la psicología positiva se llevan a cabo intervenciones breves con el objetivo


de aumentar el bienestar, reducir el sufrimiento ante la adversidad y facilitar la
construcción de recursos que atenúen los efectos negativos de la adversidad (Park y
cols., 2013).

El saboreo: Dicha técnica consiste en tomar conciencia del placer e intentar


deliberadamente que permanezca. Esto se basa en que una de las formas de cultivar
emociones positivas es maximizar el impacto emocional de las cosas buenas que
suceden en la vida. Bryant y Veroff (2006; citado en Park y cols., 2013) encontraron
que las personas que saborean acontecimientos positivos están más satisfechas.
Asimismo, identificaron estrategias sencillas para saborear, como compartir
acontecimientos positivos con otros en el momento o después del hecho, crear recuerdos
de dichos eventos (por ejemplo, fotografías, diarios, recuerdos), felicitarse a uno mismo
cuando suceden cosas buenas, prestar más atención a las percepciones durante la
experiencia de eventos buenos y quedar totalmente absorto en el placer sin pensar en
otros asuntos.

Sesiones de risa: El humor ayuda a reforzar los lazos sociales, reduce el estrés al
ofrecer una perspectiva menos seria del mundo, potencia el valor de las emociones
positivas y es incompatible con otros estados de ánimo como el enfado, la ansiedad o la
culpa.

Escenas agradables al dormir: Se recomienda imaginar escenas agradables al ir a


dormir. La imaginación sensorial (imaginar cosas agradables), es una técnica poderosa
de relajación que trae, fuera del anterior, muchos otros beneficios. Estas escenas pueden
ser del pasado (momentos felices), del futuro (visualización de estar realizando una
actividad placentera) y también puede ser una fantasía (como estar volando).

7
Técnicas de relajación: Existen diferentes técnicas de relajación que se pueden
aprender con práctica constante. Algunas de estas técnicas son, entre muchas otras, la
relajación muscular progresiva de Jacobson, meditación, yoga o respiración.

Tres cosas buenas del día: este ejercicio se realiza antes de acostarse; la idea es
escribir tres cosas positivas del día y por qué ocurrieron; no necesariamente tienen que
ser aspectos de gran envergadura, pueden ser cosas sencillas de la vida cotidiana, como
por ejemplo ver una buena película, comer algo que nos gusta, encontrarse con un viejo
amigo, escuchar un buen chiste, etc., en definitiva, son aspectos agradables del día a día
que habitualmente pasan desapercibidos.

Esta técnica se basa en los apuntes de Aaron Beck sobre distorsiones cognitivas, a
las que se refiere como formas o modos de percibir, como por ejemplo la abstracción
selectiva que consiste en ver de las situaciones sólo los aspectos negativos. El objetivo
de este tipo de actividad es que la persona se centre en lo positivo, por pequeño que sea
y que de esta manera tenga una mejor visión del mundo.

Árbol de autoestima: Esta técnica es generadora de una fuerte autoestima y


consiste en que la persona dibuje un árbol grande; en las ramas va colocando los logros
y éxitos de su vida, en el tronco coloca el nombre y en las raíces las cualidades que
posee. El objetivo de esta técnica es que la persona visualice los logros que obtuvo a
raíz de sus esfuerzos. Dicha actividad se realiza en varios días ya que lo importante es ir
construyendo el árbol poco a poco.

El agradecimiento: Para llevar a cabo esta técnica, habitualmente se pide a los


participantes que anoten al final del día las cosas que salieron bien durante ese día y por
las cuales se sienten agradecidos. Los detalles de esta intervención pueden variar en el
número de aspectos incluidos en la lista y en la frecuencia con que son listados,
adecuándola de ese modo a la edad u otras circunstancias particulares del sujeto.

Park, Peterson y Seligman (2004; citado en Park y cols., 2013) concluyeron que las
personas que están agradecidas muestran mayor satisfacción con la vida y esto se
extiende a todas las etapas vitales. La gratitud puede desarrollarse a través de una
intervención deliberada y varios estudios realizados por diferentes grupos de
investigación han demostrado la eficacia de ésta en niños y adultos, aumentando la
satisfacción con la vida y el optimismo y reduciendo la depresión (Emmons y
McCoullough, 2003; citado en Park y cols., 2013).

Las fortalezas: Esta actividad resulta especialmente útil para trabajar con personas
con una historia de discapacidad, bajo rendimiento o baja autoestima. En esta técnica,
los clientes deben identificar sus principales fortalezas del carácter mediante unos
cuestionarios en línea. El propósito de esto es que las utilicen de nuevas formas en su
vida cotidiana (Seligman et al., 2005; citado en Park y cols., 2013). Se pretende además
que ello les facilite superar ciertas debilidades o fortalezas menos desarrolladas. Los
8
resultados han mostrado que este ejercicio reduce la depresión y aumenta la felicidad y
dicho efecto es evidente incluso después de 6 meses, mientras la gente siga realizando el
ejercicio (Park y cols., 2013).

Leer libros de crecimiento personal: autores como Ellis la denominan “técnica de


autoterapia”, donde el individuo se puede enriquecer enormemente a partir de la lectura
de un libro.

Ver películas de crecimiento personal: Visionar películas con un buen contenido.

Hacer ejercicio: la actividad física regular tiene el mismo poder que muchos
antidepresivos altamente efectivos.

A continuación se presentan algunos ejercicios que pueden realizarse en el ámbito


escolar con niños o adolescentes.

“Sentirse fuerte”: está indicada a partir de los 12 años y tiene como objetivo
identificar los puntos fuertes personales, reconocer las situaciones donde se han puesto
de manifiesto esos rasgos personales, expresar gráficamente una cualidad destacable y
compartir con el resto de compañeros los valores de cada uno.

Para llevar a cabo esta actividad, el profesor comienza explicando que todos
tenemos capacidades que nos hacen sentirnos bien. A continuación, los alumnos,
individualmente, deben pensar en estas capacidades y escribirlas en una hoja, pudiendo
si lo desean, pedir a algún amigo de clase que les ayude en encontrar sus rasgos
positivos. Para explorar estos aspectos, pueden servirse de preguntas como ¿Qué me
gusta más hacer?, ¿En qué ámbitos aprendo con rapidez?, ¿En qué ámbitos de la vida
me siento competente?, ¿Cuál ha sido tu mayor triunfo? ¿Qué es lo que más agradeces
de tu vida?. Después deben expresar gráficamente, con un dibujo representativo, esa
cualidad, para posteriormente comentarlo por parejas. Por último, en el grupo grande se
hace una puesta en común cruzada, es decir, que cada alumno comenta los aspectos
positivos de su compañero y después se crea un mural donde queden recogidos todos los
puntos fuertes de la clase.

“Visita de gratitud”: tiene como objetivo reconocer en uno mismo la gratificación


y sensación de felicidad que aporta el realizar determinadas acciones con los demás y
está dirigida a alumnos a partir de 13 años.

Para empezar, el alumno debe escribir el nombre de 3 o 4 amigos, 3 o 4 familiares


muy cercanos y 3 o 4 personas que considera importantes para él, diferentes a las
anteriores. A continuación, debe reflexionar sobre lo que más aprecia de esas personas,
lo que ha recibido de ellas y la forma de hacerles feliz. Asimismo debe elegir un regalo
9
no material para cada una de ellas, escribirlo y de igual modo, pensar en un regalo
material y escribirlo. Finalmente debe pensar en qué regalo no material de cada una de
esas personas le haría más feliz, reflexionando sobre qué es lo que necesita para poder
disfrutar de la vida. Para complementar el ejercicio, se le puede pedir al alumno que
seleccione una persona del listado y teniendo en cuenta todo lo anterior le escriba una
carta de gratitud, que puede enviar o destruir posteriormente.

“Los monumentos”: está dirigida a alumnos a partir de 10 años y tiene como


objetivo principal aprender a rescatar todo lo positivo que hay en cada uno de manera
optimista.

En primer lugar se le presentan los siguientes pasos a cada uno de los alumnos a
través de una ficha ya diseñada: “Se te va a hacer un monumento. Cuentas con todos los
recursos materiales que necesites. Contesta: ¿Dónde quieres que lo pongan? ¿En qué
actitud, postura, elementos? Una frase para esculpir (un mensaje para la humanidad) y
¿Por qué motivo has elegido estas características? ¿Por qué mereces un monumento?
¿Qué tiene que agradecerte alguien o algún grupo? ¿En qué vas a mejorar por vivir más
de acuerdo a la frase de tu monumento?. Individualmente cada alumno se toma un
tiempo (30 min. aprox.) para responder a las cuestiones anteriores, para lo cual es
importante favorecer un buen clima. Posteriormente, se pone en común frente al resto
del grupo y éste puede opinar.

“Skyline: el horizonte de nuestras emociones”: va dirigida a alumnos de


bachillerato, es decir, en torno a 16-17 años. El objetivo de esta actividad es comprender
las emociones, aprender métodos para el dominio de estas, saber fortalecerse a través
del logro de emociones adaptativas y de ejercitar la inteligencia emocional y
evolucionar personalmente por medio del autoconocimiento, las relaciones sociales
satisfactorias, la ayuda y cooperación mutua.

Para emprender dicha actividad, en una primera sesión se desafía al alumnado a


dibujar o fotografiar la “skyline” de su ciudad (la silueta o la visión total o parcial de
una ciudad sobre el horizonte). Es una especie de huella dactilar de nuestra tierra, raíces
y lugar de origen; ya que nunca hay dos iguales. A continuación, se les pide que asocien
la imagen del skyline con sus altibajos emocionales, con sus estados emocionales
positivos a lo largo de una semana por ejemplo, o la línea de su vida con sus
acontecimientos relevantes y su valencia emocional con una escala de -10 a +10, según
se trate de acontecimientos valorados positiva o negativamente. En una segunda sesión,
los estudiantes comparten sus propios skylines y debaten sobre la naturaleza de las
emociones y la inteligencia emocional.

10
3. Recursos disponibles

a. Recursos bibliográficos:

 La ciencia de la felicidad de Sonja Lyubomirsky

 El poder creador de la mente : enriquezca su vida mediante el dominio de las


tecnicas del pensamiento positivo de Rene Sidelsky

 El poder del pensamiento positivo de Eric Fellman

 La fuerza del optimismo de LR Marcos

 Vivir positivamente de Caroline Adams Miller

 Viaje al optimismo de Eduardo Punset

 Aprende a vivir con optimismo de Catherine Douglas

 Teoría y práctica de la relajación de Amutio Kareaga

b. Recursos sociales:

El departamento de Servicios Sociales ofrece el taller “Aprender a ser una misma.


Pensamiento positivo”, a todas aquellas mujeres, mayores de 40 años, que quieran
profundizar en el auto-conocimiento y desarrollar sus propias potencialidades. El taller
correrá a cargo de la psicóloga, Silvia Camio que abordará los siguientes temas: “ La
importancia de ser única e irrepetible”, “conocerse a una misma”, “el sentimiento de
culpa y autoexigencia”, “las emociones” y, ”aprender a disfrutar de la vida”:

 http://www.diariovasco.com/20081104/tolosa-goierri/pensamiento-positivo-
liburutegiak-topaleku-20081104.html

Curso homologado para profesionales de la educación. Formación en emociones


positivas y conflictos:

 www.piquerempresas.com/pdfs/form_prof/emocion_conflicto.pdf

11
Crecimiento personal:

 http://www.casaruralelencuentro.com/crecimiento.php

Taller de educación de las emociones:

 http://www.iepp.es/taller-educacion-de-emociones-positivas

Taller de Risoterapia Dinámica de la Risa:

 http://www.infosaladillo.com.ar/31194/2011/10/18/el-centro-vasco-itxaropen-
invita-al-taller-de-risoterapia-dinamica-de-la-risa/

Viajes conscientes:

http://www.viajesconscientes.com/index_archivos/paisvasco.htm

c. Recursos disponibles en internet:

Librería online especializada:

 http://www.eljardindellibro.com/__libros/_crecimiento_personal/
_pensamiento_positivo/

Campaña de sensibilización:

 http://www.pensamosenpositivo.org/es/gracias

Canal de youtube especializado:

 http://www.youtube.com/user/PensamientoPositivo1/

Documental:

 www.borronycuentanueva.tv/programs/152

Programa de radio:

 http://www.rtve.es/alacarta/audios/cuarto-mundo/cuarto-mundo-emociones-
positivas-negativas-afectan-nuestra-salud

12
d. Recursos audiovisuales:

Películas:

 “ Patch Adams”
 “ Kolia”
 “ Atracción fatal”
 “ El hombre bicentenario”
 “Ahora o nunca”
 “Guerrero pacífico”
 “En busca de la felicidad”
 “7 almas”
 “Amelié”

4. Referencias bibliográficas

Barra, E. (2003). Influencia del estado emocional en la salud física. Terapia


psicológica, 21, 1, 55-60.

Park, N., Peterson, C. y Sun, J. K. (2013). La Psicología Positiva: Investigación y


aplicaciones. Terapia psicológica, 31, 1, 11-19.

Vázquez, C., Hervás, G. y Ho, S. M. Y. (2006). Intervenciones clínicas basadas en la


psicología positiva: fundamentos y aplicaciones. Psicología conductual, 14, 3,
401-432.

Vázquez, C., Hervás, G., Rahona, J. J. y Gómez, D. (2009). Bienestar psicológico y


salud: Aportaciones desde la psicología positiva. Anuario de psicología clínica y
de la salud, 5, 15-28.

Sitio web: www.monografias.com/trabajos65/psicologia-positiva

13

También podría gustarte