Monografía Finalidad de La Pena

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UNIVERSIDAD NACIONAL HERMILIO VALDIZÁN

ESCUELA DE POSGRADO

INFORME

FINALIDAD DE LA PENA EN EL NUEVO CÓDIGO PROCESAL


PENAL

DOCENTE: Dr. Juan Carlos Mas Guvin

GRUPO 5:

1. Merly Dayana Marcos Carlos.

2. Yeison canchanya capcha.

3. Luis Fran Mendoza Alcedo

4. Luis Armando Oquendo Baldeon.

5. Kathleen Escudero Espinoza.

6. Gabriel Alessandro Llanos Rubin

HUÁNUCO – PERÚ

2024
Contenido
1. INTRODUCCIÓN.................................................................................3
2. MARCO TEÓRICO...............................................................................6
2.1 Antecedentes de la investigación...................................................6
2.1.1 Antecedentes internacionales..................................................6
2.1.2 Antecedentes Nacionales.........................................................7
2.2 Antecedentes Normativos en el Derecho Penal Peruano..................9
2.2.1 La Constitución Política del Perú de 1993.................................9
2.2.2 El Código Penal de 1924.........................................................10
2.3 Evolución de las Teorías sobre la Pena.........................................12
2.3.1 Teoría Retributiva..................................................................12
2.3.2 Teoría Preventiva General......................................................13
2.3.3 Teoría Resocializadora...........................................................14
2.3.4 Teoría Mixta o Ecléctica.........................................................15
2.4 Implementación del Nuevo Código Procesal Penal........................16
2.5 Aplicación de la Finalidad de la Pena en la Jurisprudencia Peruana
........................................................................................................18
2.5.1. Casación N ° 92-2017/ Lima...................................................18
2.5.2. Casación N ° 1587-2018/Junin................................................18
2.5.3 Expediente N° 4531-2013-PHC/TC...........................................19
2.5.4 Casación N° 426-2019/Loreto..................................................19
2.5.5 Casación N° 315-2016/Callao..................................................19
2.6 La Resocialización como Eje Central en el NCPP..........................20
2.7 Política de Resocialización en el Sistema Penitenciario.................20
3. RESULTADOS. (casación + teoría y resultados). (20 páginas máximo) 22
4. BIBLIOGRAFÍA.................................................................................23
5. ANEXOS...........................................................................................25
1. INTRODUCCIÓN.
En su historia, la pena ha sido una herramienta central del Derecho
Penal, cuyo propósito ha sido objeto de debate entre filósofos, juristas y
legisladores. Las personas también han estado discutiendo por qué el Derecho
está ahí desde hace mucho tiempo. En el pasado, el castigo consistía en
vengarse: si lastimas a alguien, pagas con la misma moneda, como en los
viejos tiempos de la justicia ojo por ojo. Ahora también se trata de evitar que
hagan más cosas malas, ayudarlos a cambiar sus vidas y mantener tanto al
criminal como al resto de nosotros.
Uno de los enfoques más conocidos y destacados hoy en día es el de la
prevención general y especial. También necesitan ayudar a evitar que se
produzcan delitos. La prevención especial, por otro lado, consiste en evitar que
la misma persona vuelva a cometerlos después de haber cometido un delito.
Ya he hecho algo mal. Se trata de cómo las leyes contra el crimen han
cambiado en todo el mundo, como en las nuevas reglas de justicia de Perú,
que apuntan a hacer las cosas más rápidas y justas.
En el ámbito internacional, la evolución del pensamiento penal ha sido
influenciada por autores como Cesare Beccaria (1764) en su célebre obra “De
los delitos y las penas.” Beccaria argumentó que la pena no debe ser excesiva
ni arbitraria, sino que debe ser proporcional al delito cometido y tener como
finalidad principal la disuasión. Para Beccaria, la prevención del delito era más
importante que el castigo en sí, y las penas debían ser lo más rápidas y
seguras posibles para cumplir su objetivo preventivo.
Este pensamiento de la Ilustración influyó profundamente en la
legislación europea y latinoamericana. Por lo tanto, la idea de detener las cosas
malas antes de que sucedan, de la que hablaron algunas personas inteligentes
como Claus Roxin (1997), está presente en muchos lugares que tratan sobre el
castigo, como en el Perú. Roxin cree que el gran objetivo del Derecho Penal es
impedir que las personas cometan nuevos delitos, pero también debe
asegurarse de que no pisoteen los derechos básicos de los acusados. Para él,
el castigo debería detener a las personas. de hacer mal, pero también debería
ayudarlos a regresar a la comunidad, es decir que se reintegre a la sociedad.
En contraposición, el autor Michel Foucault (1975), en su obra “Vigilar y
Castigar”, realiza un pronunciamiento crítico de la función punitiva del Estado,
dado que la pena, por encima de un medio de administración de la justicia, es
utilizada también como un medio de control social. Pone de manifiesto que las
instituciones penitenciarias no tienen como única finalidad la reeducación del
delincuente, sino que también una función de vigilancia y disciplina sobre los
cuerpos de las personas.
En este sentido, la pena se aleja de la mera disponibidad de castigos
para los delitos, y asumiendo una complejidad macro-micro social, busca
controlar y permitir la normalización de las conductas de los sujetos por medio
de mecanismos del poder; aunque esta visión a la que hemos llegado es
crítica, es la que nos permite entender algunas de las discusiones de hoy en
día sobre la legitimidad de las penas y las políticas penales en diferentes
países.
En el Perú, el panorama del cambio de una finalidad de la pena ha
estado acompañado del tránsito de un sistema inquisitivo a uno acusatorio, tal
como se llega a incluir en el Nuevo Código Procesal Penal (en adelante,
NCPP) que entra en vigor en el 2004. Este cambio se ha hecho parte también
de una tendencia generalizada en América Latina hacia un proceso penal más
garantista, en el que se resguardan los derechos del acusado, cediéndole
siempre el protagonismo a la celeridad del proceso. Según Villavicencio
Terreros (2013), el NCPP busca modernizar el proceso penal peruano,
impulsando la incorporación de mecanismos que garantizan una mayor
transparencia, imparcialidad y efectividad en la administración de la justicia.
La finalidad de la pena en el NCPP no se reduce a la mera retribución,
sino que prioriza la resocialización del penado, aspecto que emana de la
misma Constitución Política del Perú (1993) y que establece que el principal
objetivo de las penas privativas de libertad es la readaptación y reincorporación
del penado a la sociedad, así como del NCPP, que contempla figuras de penas
alternativas a la privación de libertad, ahondando en la idea de reconducir al
sujeto delictivo.
La jurisprudencia peruana ha sido el idóneo espacio para observar la
interpretación por parte de los tribunales sobre la finalidad de la pena recogida
en el Nuevo Código Procesal Penal. Una de las decisiones de especial
importancia es la Casación N° 92-2017/Lima, en la que la Corte Suprema de
Justicia del Perú opina que la pena ha de estar sujeta a los principios de
proporcionalidad y rehabilitación, asegurando que el penado reciba programas
adecuados para su reintegración social, lo que hace que este hecho sea
exponente de la importancia de la rehabilitación como finalidad central de la
pena en el nuevo escenario del NCPP (Corte Suprema de Justicia del Perú,
2017).
Otro caso paradigmático es el de la Casación N° 1587-2018/Junín que
analizó el principio de reinserción social aplicable al caso de un joven infractor.
La Corte destacó que más allá de la sanción el sistema penitenciario tiene que
implementar medidas educativas y de resocialización, en función a lo que
dispone el artículo 139 de la CPR (Corte Suprema de Justicia del Perú, 2018).
Esta postura refleja el compromiso existente en el seno del sistema de justicia
del Perú para con la resocialización de los infractores del ordenamiento
jurídico, en especial lo jóvenes que requieren un tratamiento diferencial.
Por su parte, el Tribunal Constitucional del Perú hace eco en el
Expediente N° 4631-2013-PHC/TC de que tal como la imposición de penas se
tiene que tener en cuenta no únicamente a la pena en cuanto castigo, sino
también a los derechos fundamentales del condenado, poniendo de relieve la
función rehabilitadora de la pena y el respeto a los derechos humanos como
valores supremos (Tribunal Constitucional del Perú, 2013). La relevancia de tal
decisión da cuenta de que las penas tienen que ser una herramienta de
corrección y no un simple castigo.
La resocialización en el modelo de legislación penal peruana tiene
bastante que ver con la consideración de los derechos humanos dentro del
contexto penitenciario. El mismo autor (Díaz Aranda, 2017) refiere que el NCPP
nos ofrece una normativa que favorece la resocialización como última finalidad
de la pena: el infractor es una persona que debe ser reeducada y que puede
volver a la sociedad. Se inspira en los preceptos del Derecho Penal mínimo, es
decir, de un Derecho Penal que desea limitar el alcance de la cárcel y propone
y ofrece alternativas a la pena de esta forma, mediante a la creación de figuras
como la libertad condicional y la suspensión de la pena.
Esta monografía tiene como objetivo principal analizar la finalidad de la
pena bajo el Nuevo Código Procesal Penal, revisando sus bases teóricas y
normativas, así como sus implicancias prácticas. En el desarrollo de este
trabajo se discutirán los antecedentes de la normativa, los fundamentos
teóricos que la sustentan y los resultados derivados de su aplicación, tomando
como referencia casos de jurisprudencia relevantes.
2. MARCO TEÓRICO
2.1 Antecedentes de la investigación
2.1.1 Antecedentes internacionales
En España, Ortiz (2023) en su trabajo de investigación titulado
“Reeducación Y Reinserción Social En El Sistema Penitenciario Español: Mito
O Realidad”, este trabajo tuvo como objetivo principal el demostrar la
importancia de esta figura orientadora en el sistema penitenciario español. se
estudiarán los efectos negativos que la prisión puede tener en los condenados
y se presentarán los métodos y mecanismos que existen en nuestra legislación
para minimizar estos efectos y poder cumplir con el mandato resocializador del
art. 25.2, con especial énfasis en el tratamiento penitenciario y su regulación.
Se presentarán datos sobre la reincidencia para demostrar la efectividad del
tratamiento y se incluirán datos objetivos y testimonios de profesionales en el
ámbito para llegar a una conclusión más completa sobre su eficacia. A raíz de
todos los datos recabados, se presentarán los obstáculos que actualmente
limitan la efectividad del mandato constitucional de reeducación y reinserción
social, con el objetivo de identificar las áreas de mejora en el sistema
penitenciario y proponer posibles soluciones. Por último, se comparará el
enfoque del sistema penitenciario de España con el de Noruega, un ejemplo de
país que ha destacado por su eficacia en la reinserción social de los presos.
En Chile, Muñoz & Rodríguez (2022) en su trabajo de investigación
titulado “Fines De La Pena Y Libertad Condicional”, memoria para optar el
grado de maestro en ciencias jurídicas y sociales por la Universidad de Chile, el
cual llego a las siguientes conclusiones: La función de ultima ratio y de mínima
intervención del derecho penal, hace imperativo que el instrumento penal no
sea utilizado de manera indiscriminada o arbitraria. Esta concepción parte de la
base que cualquier injerencia del aparato penal, además de irrogar un
sufrimiento, siempre puede significar un abuso o mala utilización por parte de la
autoridad. Creemos que esta piedra basal del derecho penal contemporáneo
ha pasado a segundo plano, siendo desplazada por un abusivo uso político del
sistema penal. En los tiempos que vivimos, la utilización indiscriminada del
aparato penal, principalmente con fines meramente instrumentales o
simbólicos, y la pobreza del debate en torno al fenómeno delictual, han sido
una constante. El panorama medial da cuenta de eso: baste encender un
televisor al momento de los noticiarios, para imbuirse de la histeria y futilidad
que rodea el tratamiento de los hechos delictuales.
En Colombia, Rodríguez (2021) en su trabajo de investigación titulado
“La Paradoja De La Reintegración: Un Análisis De La Reincidencia En El
Sistema Penitenciario Colombiano”, por la Universidad Militar Nueva Granada.
El objetivo principal de este estudio fue evaluar la reincidencia dentro del
sistema penitenciario colombiano, explorando las razones por las cuales los
programas de resocialización no logran reducir las tasas de reincidencia.
Utilizando una metodología cuantitativa, se analizaron datos estadísticos del
Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), complementados con
entrevistas a funcionarios penitenciarios y expertos en criminología. Los
resultados señalaron que, aunque existen programas de resocialización, la falta
de recursos, la sobrepoblación y el inadecuado seguimiento post-penitenciario
limitan su efectividad. Además, el estigma social y la deficiente preparación
laboral de los internos contribuyen al fracaso de su reintegración en la
sociedad, lo que incrementa las tasas de reincidencia. La investigación
concluye que es necesario reforzar los programas de rehabilitación con una
mayor inversión estatal y una colaboración interinstitucional más eficiente.

2.1.2 Antecedentes Nacionales


En Trujillo, Montalvo (2023) en su trabajo de investigación titulado
“Medidas Alternativas De Pena Privativa De Libertad Y Su Incidencia En La
Finalidad Resocializadora De La Pena, Distrito Judicial 2022”, por la
Universidad César Vallejo. Este estudio buscó determinar el impacto de las
medidas alternativas a la prisión en la resocialización de los condenados en un
distrito judicial específico. La investigación se centró en la efectividad de dichas
medidas en promover la reintegración social, utilizando un enfoque cualitativo a
través de entrevistas con 10 expertos en derecho penal, incluidos jueces,
fiscales y abogados. Los resultados muestran que las medidas alternativas,
como la libertad condicional, contribuyen de manera significativa a la
resocialización de los condenados, aunque se enfrenta a desafíos como la falta
de recursos y seguimiento.adecuado. Teniendo como objetivo principal el
determinar la efectividad de las medidas alternativas a la pena privativa de
libertad en la resocialización de los condenados. Y la metodología direccionada
en con el enfoque cualitativo, entrevistas con especialistas en Derecho.Penal y
los resultados respecto a las medidas alternativas favorecen la reintegración
social, pero necesitan mejoras en su implementación.
En Lima, Mesías (2022) en su trabajo de investigación denominado
“Finalidad De La Pena Y Su Paradoja Con La Cadena Perpetua En El Distrito
Judicial De Lima Sur 2017-2018”, por la Universidad Autónoma del Perú. El
trabajo analiza la contradicción entre la imposición de la cadena perpetua y la
finalidad de la resocialización. Aunque la legislación peruana establece la
resocialización como objetivo de la pena, la cadena perpetua limita las
oportunidades de rehabilitación. Utilizando un enfoque cuantitativo, se aplicaron
cuestionarios a jueces y operadores del sistema judicial en Lima Sur. Los
resultados indican que la cadena perpetua, aunque necesaria en ciertos delitos
graves, no permite la rehabilitación efectiva del condenado, generando una
paradoja en la finalidad de la pena. El objetivo de la investigación se basa en
analizar la tensión entre la finalidad resocializadora y la imposición de cadena
perpetua. La metodología basada en cuestionarios a operadores judiciales y
análisis de normativas y los
resultados concluyen que la cadena perpetua obstaculiza la rehabilitación y
genera una paradoja en el cumplimiento de la finalidad de la pena.
En Arequipa, Villanueva (2023) en su trabajo de investigación
denominado “Análisis De La Determinación De La Pena Y Su Incidencia En El
Principio De Proporcionalidad, Arequipa 2018-2022”, por la Universidad
Tecnológica del Perú. El estudio evaluó cómo las decisiones judiciales
relacionadas con la determinación de la pena respetan el principio de
proporcionalidad en Arequipa. El objetivo fue analizar si las sentencias emitidas
en casos graves, como homicidios, cumplen con criterios de proporcionalidad
establecidos en el Nuevo Código Procesal Penal. La investigación, basada en
un enfoque cuantitativo, revisó 100 sentencias y entrevistas a jueces. Los
resultados mostraron que en algunos casos de delitos graves no se cumplen
con estos criterios, afectando la equidad en la administración de justicia. El
objetivo principal de la investigación fue el evaluar la relación entre la
determinación de la pena y el principio de proporcionalidad en casos penales
graves. Con una metodología de enfoque cuantitativo con la revisión de
sentencias y entrevistas a los jueces. Los resultados de la investigación se
identificaron inconsistencias en la aplicación del principio de proporcionalidad
en casos de delitos graves.

2.2 Antecedentes Normativos en el Derecho Penal Peruano


2.2.1 La Constitución Política del Perú de 1993
La principal brecha con el ordenamiento anterior es la Constitución
Política de 1993. Este documento estableció un enfoque más humanista sobre
los derechos fundamentales de las personas en el sistema penal peruano. En
particular, el artículo 139, inciso 22 de la Constitución establece que las penas
privativas de la libertad están diseñadas para reeducar, rehabilitar e incorporar
al condenado a la vida social: Este precepto corresponde a la política de la
teoría resocializadora, ya que no solo la retribución de la pena sino que esta
corresponde en reintegrar al individuo en torno a la sociedad.
La presencia de la resocialización en la Constitución de 1993 refleja
tendencias modernas en la estructura de las ideas penales. El tratamiento
preventivo de la legislación penal es el punto de vista moderno y humanitario
de la ley. Según Viliano Mir Puig: “la rehabilitación es la piedra angular de la
pena moderna: el castigo no cumple una mera función retributiva, sino también
la labor de educar y reformar al delincuente”. La historia de la constitución en
1993 tiene en cuenta esta idea, no ajustándose completamente al código
punitivo de 1924.
Además de una corriente resocializadora, este artículo refuerza las
tendencias de humanización de la justicia penal y la protección de los derechos
humanos tal como lo entendía el juzgador Zaffaroni. Según el autor, la
resocialización, como parte de la educación, manifiesta la tendencia de las
legislaciones constitucionales hacia la organización de un sistema penal donde
la penalidad no contrarresta la reiteración sino la educación misma. Finalmente,
después de la Constitución de 1993, este enfoque se convirtió no solo en una
tarea estatal sino también en una forma de lucha contra la reiteración y por la
paz en la sociedad. Actualmente este mandato ha influido directamente en la
redacción de normativas próximas como el Nuevo Código Procesal Penal de
2004, donde tiene un rol importante las penas alternativas y reparatorias con el
objetivo de no disuasión penal.
El impacto de este mandato constitucional también se extiende al
sistema penitenciario, donde se han implementado programas de capacitación
laboral, educación y rehabilitación. Sin embargo, en la práctica, la falta de
recursos y la sobrepoblación carcelaria han sido obstáculos significativos para
cumplir con los objetivos de la Constitución. Foucault (1975) señaló que los
sistemas penitenciarios muchas veces fracasan en sus esfuerzos de
resocialización, convirtiéndose en “espacios de control y marginalización”, algo
que también se ha observado en el Perú.
A pesar de las intenciones progresistas de la Constitución de 1993, el
sistema penitenciario peruano enfrenta desafíos para lograr una verdadera
resocialización. Bermúdez Soto (2014) argumenta que, aunque la Constitución
establece un marco adecuado, la implementación de programas de
rehabilitación ha sido limitada debido a la falta de infraestructura, personal
capacitado y seguimiento post-penitenciario. Además, la reincidencia sigue
siendo alta, lo que cuestiona la efectividad de las políticas de rehabilitación en
las prisiones.
La Constitución de 1993 también ha sido criticada por algunos sectores
conservadores, que consideran que el énfasis en la resocialización puede
debilitar la percepción de justicia retributiva, ya que la sociedad demanda un
castigo proporcional a los delitos cometidos, especialmente en casos de
crímenes graves.

2.2.2 El Código Penal de 1924


El Código Penal de 1924 fue uno de los primeros cuerpos normativos
importantes en la historia del Derecho Penal peruano, influido por los códigos
europeos de la época, en particular el modelo inquisitivo. Este código estaba
orientado hacia un enfoque predominantemente retributivo, basado en la idea
de que la pena debía ser un castigo proporcional al delito cometido, sin mucha
consideración por la rehabilitación o la resocialización del infractor.
La teoría retributiva fue clave en la formulación de este código, inspirado
en las ideas de Immanuel Kant y Georg Hegel, que defendían que la pena
debía ser un acto de justicia retributiva. Según Kant (1797), “la pena debe ser
impuesta únicamente porque el delito ha sido cometido, sin considerar sus
efectos sobre el infractor o la sociedad”. Este enfoque ve la pena como una
respuesta justa a la infracción cometida, sin importar si el castigo ayuda a
prevenir futuros delitos o a rehabilitar al infractor. En consecuencia, en este
período, la pena se percibía exclusivamente como un mecanismo de
compensación por el daño causado a la sociedad.
Con el paso del tiempo, se comenzó a cuestionar el enfoque rígido y
punitivo del Código Penal de 1924. Según Zaffaroni (2005), la función de la
pena no puede limitarse a una simple retribución, ya que esto deja de lado la
posibilidad de rehabilitar al infractor y de evitar su reincidencia. El autor
sostiene que “el Derecho Penal debe ser un medio para la prevención del
delito, pero también para la reintegración del infractor en la sociedad”. Así, la
visión estrictamente punitiva del código fue considerada limitada,
especialmente en términos de resocialización y prevención especial.
Este código no contemplaba el concepto de resocialización como un fin
de la pena. El encarcelamiento se percibía principalmente como un castigo, y
las prisiones no eran vistas como centros de rehabilitación. Michel Foucault
(1975) criticó este enfoque al afirmar que “las prisiones, en lugar de corregir al
individuo, funcionan como centros de reproducción de la criminalidad,
deshumanizando a los reclusos”. En este contexto, el sistema penitenciario
peruano, bajo el Código Penal de 1924, no hacía esfuerzos serios para
resocializar a los delincuentes, lo que resultaba en altos índices de
reincidencia.
A medida que avanzaba el siglo XX, las influencias internacionales y las
reformas penales en otras partes del mundo comenzaron a ejercer presión
sobre el Perú para modernizar su sistema penal. El Código Penal de 1924 se
mantuvo vigente por varias décadas, pero su enfoque retributivo fue
considerado obsoleto por los nuevos paradigmas que proponían un sistema
penal más equilibrado, en el que la pena también sirviera para la prevención y
la rehabilitación.
El Nuevo Código Penal de 1991 y, posteriormente, el Nuevo Código
Procesal Penal de 2004 introdujeron cambios importantes en este sentido,
orientando el sistema hacia un modelo más garantista, que priorizaba el debido
proceso y la resocialización del condenado, principios que estaban
prácticamente ausentes en el Código de 1924. Según Villavicencio Terreros
(2013), el nuevo enfoque “reconoce la dignidad humana del condenado y
promueve su reintegración social, rompiendo con el carácter meramente
punitivo del viejo código”.

2.3 Evolución de las Teorías sobre la Pena


El concepto de pena ha estado presente en las sociedades humanas
desde la antigüedad, y su finalidad ha variado a lo largo del tiempo según los
contextos sociales, políticos y culturales. En los sistemas primitivos, la pena
tenía un carácter eminentemente retributivo, como ejemplifica la ley del talión:
"ojo por ojo, diente por diente". Con el tiempo, esta concepción estrictamente
vengativa fue reemplazada por otras teorías más complejas que intentan
justificar la pena en términos de justicia, utilidad social y rehabilitación del
delincuente.

2.3.1 Teoría Retributiva


La teoría retributiva de la pena sostiene que el castigo es una respuesta
justa a la violación de la ley, basado en la idea de que el infractor debe sufrir en
proporción al daño causado. Esta teoría es defendida principalmente por
Immanuel Kant y Georg Hegel.
Kant (1797) afirmó que la pena debe ser impuesta como un fin en sí
mismo, sin tener en cuenta los efectos futuros. Según su enfoque, “la pena no
puede ser impuesta simplemente como un medio para promover algún otro
bien”, sino que debe ser vista como una justa retribución por el delito cometido
(Kant, 1797). De esta manera, la pena no busca la corrección del infractor ni la
disuasión de la sociedad, sino que se enfoca exclusivamente en la justicia.
Por su parte, Hegel consideraba que la pena es una restauración del
equilibrio moral que fue alterado por el delito. Para él, "el castigo es la negación
del delito" y, al imponer una pena proporcional al daño causado, se restablece
el orden roto por el infractor (Hegel, 1821).
Ambos autores conciben la pena como una respuesta natural al delito,
sin que sea necesario considerar los beneficios sociales que pudiera generar.
Esta visión es conocida como retribución absoluta, en la cual la pena es vista
únicamente como una respuesta adecuada al daño moral causado por el
infractor, desvinculada de los efectos que pueda tener en la sociedad o en el
futuro del infractor.
En contraste, los críticos de la teoría retributiva, como Michel Foucault
(1975), han señalado que esta visión ignora aspectos cruciales como la
rehabilitación y la prevención. Foucault argumenta que la pena, bajo este
enfoque, se convierte en un mero ejercicio de poder, con un enfoque
excesivamente punitivo que no resuelve los problemas subyacentes de la
criminalidad. Esta crítica ha contribuido al desarrollo de teorías más
humanistas, que priorizan la resocialización del infractor.

2.3.2 Teoría Preventiva General


La teoría preventiva tiene como objetivo principal evitar la comisión de
delitos, tanto a nivel general (disuadir a la sociedad) como individual (impedir la
reincidencia del delincuente).
La prevención general se basa en la idea de que la pena debe disuadir a
la sociedad en su conjunto de cometer delitos. Cesare Beccaria fue uno de los
pioneros en esta corriente con su obra De los delitos y las penas (1764), donde
defendió que la función principal de la pena no es castigar, sino prevenir.
Beccaria afirmaba que la amenaza de una pena segura y rápida crea un efecto
disuasorio, pues “el verdadero freno de los delitos no es la crueldad de las
penas, sino su infalibilidad”. Este principio ha sido la base de las políticas
penales en muchas legislaciones, donde se considera que la certeza del
castigo es más eficaz que su severidad.
La prevención general negativa busca infundir temor en los ciudadanos
para evitar la delincuencia, mientras que la prevención general positiva,
defendida por Claus Roxin, argumenta que la pena debe reforzar la confianza
en las normas y valores sociales. Roxin (1997) señala que “la función de la
pena no solo consiste en intimidar, sino también en fortalecer la creencia en la
validez del orden jurídico” al sancionar a quien lo ha violado.
El enfoque de la prevención especial se concentra en evitar que el
infractor reincida. Aquí, la pena tiene un carácter correctivo, buscando modificar
el comportamiento del delincuente, ya sea a través de su rehabilitación o, en
algunos casos, mediante su incapacitación. La idea central es que, al imponer
una sanción, se logra reducir la probabilidad de que el infractor vuelva a
delinquir.
La incapacitación es una estrategia de prevención especial que se utiliza para
proteger a la sociedad, restringiendo la libertad del delincuente de modo que no
pueda volver a cometer delitos. Sin embargo, en sistemas penales modernos,
se pone mayor énfasis en la rehabilitación, con programas orientados a la
reintegración del infractor a la sociedad. De acuerdo con Roxin (1997), la
prevención especial debe buscar no solo la contención del infractor, sino su
“reintegración plena en la comunidad social”.
Las críticas a la teoría preventiva se centran en su enfoque utilitarista.
Los detractores, como Michel Foucault (1975), sostienen que el uso de la pena
como un mecanismo de control social puede llevar a abusos de poder. Foucault
afirmó que “la pena moderna se ha convertido en un sistema de vigilancia y
control”, más orientado a mantener el orden que a lograr la justicia. Desde esta
perspectiva, la teoría preventiva, especialmente la prevención general negativa,
puede dar lugar a prácticas punitivas excesivas, alejándose de los principios
humanitarios que deben guiar el sistema penal.
Además, algunos autores señalan que la prevención especial puede
conducir a una individualización peligrosa de la pena, donde las sanciones se
imponen no en función de la gravedad del delito, sino en función del pronóstico
de reincidencia del delincuente. Esto plantea problemas éticos sobre la
proporcionalidad de las penas y el respeto a los derechos fundamentales.

2.3.3 Teoría Resocializadora


La teoría resocializadora centra la pena en la rehabilitación del infractor y
su reintegración social. Se basa en la premisa de que el castigo debe servir
para corregir comportamientos desviados, ayudando al delincuente a adaptarse
nuevamente a la vida en sociedad. Este enfoque se aleja del simple castigo
retributivo, priorizando la educación, el trabajo y la terapia como herramientas
de transformación. El objetivo de la pena, según esta teoría, es reeducar al
infractor. Zaffaroni (2005) sostiene que el Derecho Penal debe enfocarse en la
"resocialización", no en la venganza: “el castigo debe ser funcional a la
reeducación y reintegración”. En lugar de centrarse en el pasado (el delito
cometido), esta teoría dirige su atención al futuro, buscando evitar la
reincidencia mediante la transformación del individuo.
El Nuevo Código Procesal Penal del Perú incorpora esta perspectiva,
estableciendo que las penas privativas de libertad tienen como finalidad la
rehabilitación del condenado (art. 139). Se fomenta el uso de medidas
alternativas, como la libertad condicional y programas de reinserción laboral,
los cuales buscan reducir la reincidencia y facilitar la vuelta del infractor a la
sociedad.
La resocialización se implementa a través de programas educativos,
laborales y de tratamiento psicológico que permiten al delincuente adquirir
habilidades y adoptar comportamientos pro-sociales. Según Mir Puig (2008), “la
pena debe ser rehabilitadora, pues el Estado tiene la responsabilidad de
brindar las condiciones para la reinserción social”. Las cárceles deben
convertirse en centros de rehabilitación, donde los reclusos puedan obtener
herramientas para una nueva vida, evitando así la marginalización que a
menudo resulta del encarcelamiento.
A pesar de sus nobles objetivos, la teoría resocializadora enfrenta
críticas. Uno de los problemas más señalados es la falta de recursos
adecuados para implementar programas de rehabilitación efectivos,
especialmente en países con altos índices de hacinamiento en sus sistemas
penitenciarios, como Perú. Según Foucault (1975), “las prisiones no están
diseñadas para rehabilitar, sino para castigar”, y por ello, muchas veces los
esfuerzos de resocialización fracasan. Además, los críticos apuntan que no
todos los delincuentes son rehabilitables y que algunos crímenes, por su
gravedad, requieren un enfoque punitivo más rígido.

2.3.4 Teoría Mixta o Ecléctica


La teoría mixta, también conocida como ecléctica, tiene un enfoque
bastante interesante. Básicamente, combina varias ideas sobre lo que debería
ser la pena, como el castigo, la prevención y la reintegración del delincuente. O
sea, la pena no solo busca castigar, sino que también tiene un propósito de
prevención para que el delito no se repita, y un componente de resocialización,
para darle a la persona una oportunidad de cambiar.
Si hablamos de la retribución, lo que se busca es que el castigo sea
justo y proporcional al delito que se cometió. Ahora, cuando entramos en el
terreno de la prevención, las cosas se ponen más amplias. Claus Roxin decía
que la pena debe tener dos efectos preventivos: uno general, para que la
sociedad en su conjunto confíe en el sistema de justicia; y uno especial, que es
más bien para que la persona que cometió el delito no lo haga de nuevo.
Además, lo que me parece interesante de esta teoría es que no se
queda en el castigo y la prevención, sino que también incluye la resocialización.
Es decir, la pena debe ofrecerle al infractor la posibilidad de rehabilitarse, que
es algo que, en la práctica, vemos cada vez más en varios sistemas penales,
tanto en América Latina como en Europa.
Pero como todo, no está libre de críticas. Algunos dicen que intentar
cumplir tantos objetivos al mismo tiempo puede generar problemas. Foucault,
por ejemplo, decía que cuando se mezclan tantas funciones en la pena, esta
puede perder su verdadero propósito y terminar siendo más un mecanismo de
control social que de justicia.
A fin de cuentas, la teoría mixta trata de equilibrar varios enfoques, pero
es importante considerar cómo se aplica en la práctica para no desvirtuar sus
objetivos principales.

2.4 Implementación del Nuevo Código Procesal Penal


El Nuevo Código Procesal Penal (NCPP), implementado en el Perú
desde 2004, representa una reforma profunda en el sistema penal del país. Su
principal objetivo es modernizar el proceso penal, adoptando un enfoque
acusatorio y garantista, basado en los derechos humanos y en los principios
del debido proceso y la celeridad procesal. A diferencia del modelo inquisitivo
previo, el NCPP distribuye mejor las funciones entre jueces, fiscales y
defensores, promoviendo así un sistema más equilibrado y transparente.
La reforma penal de 2004 surgió como respuesta a los problemas de
ineficiencia, lentitud y corrupción en el sistema inquisitivo. La implementación
progresiva del NCPP permitió la adopción de un modelo más ágil y respetuoso
de las garantías procesales. Garay Salamanca (2005) señala que “el proceso
penal acusatorio tiene como finalidad equilibrar el poder de las partes,
fortaleciendo la figura del Ministerio Público y otorgando mayor protección a los
derechos del acusado”. Inspirado en los sistemas penales de Chile y Estados
Unidos, el NCPP establece principios clave, como la oralidad, la inmediación y
la publicidad de los actos procesales, lo que contribuye a un juicio más eficiente
y justo. Estos principios buscan superar el modelo escrito e inquisitivo, donde el
juez investigaba y decidía, concentrando un poder que obstaculizaba la
imparcialidad.
El modelo acusatorio del NCPP se basa en la separación clara de
funciones entre el juez, quien debe ser imparcial, y el fiscal, encargado de la
investigación y la acusación. El juez ya no participa en la etapa de
investigación, lo que fortalece la independencia judicial y mejora la objetividad
del proceso. Esta estructura acusatoria busca garantizar que los juicios se
lleven a cabo de manera más ágil y respetando los derechos fundamentales de
las partes involucradas.
Además, el NCPP incluye mecanismos para la protección de los
derechos humanos, como la presunción de inocencia, el derecho a la defensa y
el derecho a un juicio rápido, todos fundamentales para el principio de debido
proceso. Según Villavicencio Terreros (2013), “el NCPP es un avance
importante hacia la consolidación de un proceso penal justo, en el que se
respetan las garantías procesales y se favorece la transparencia”.
Uno de los aspectos más destacados del NCPP es su enfoque en la
resocialización del condenado, alineándose con el principio establecido en la
Constitución de 1993. Este código promueve la utilización de penas alternativas
a la privación de libertad, como el trabajo comunitario o la libertad condicional,
siempre que sea posible. Estas medidas buscan reducir la sobrepoblación
carcelaria y evitar los efectos negativos del encarcelamiento prolongado, como
la reincidencia.
Bermúdez Soto (2014) señala que “el NCPP representa una ruptura con
el modelo punitivo tradicional, incorporando mecanismos de reinserción social
que permiten al condenado integrarse nuevamente a la sociedad”. De esta
manera, el código responde a la necesidad de humanizar el sistema penal,
otorgando a la pena un enfoque preventivo y resocializador.
A pesar de sus avances, el NCPP ha enfrentado críticas, especialmente
en su implementación. El proceso de adaptación ha sido complejo y desigual
en todo el país, lo que ha generado dificultades para uniformar su aplicación.
Algunos sectores del sistema judicial han manifestado su resistencia al cambio,
lo que ha ralentizado su adopción plena.
Otra crítica relevante es la limitada infraestructura y recursos para llevar
a cabo adecuadamente las medidas resocializadoras. Díaz Aranda (2017)
menciona que “la falta de programas de rehabilitación efectivos en las prisiones
peruanas impide que el NCPP alcance plenamente su objetivo de
resocialización”. Este problema sigue afectando la eficacia del código en
cuanto a la reducción de la reincidencia.
El NCPP ha influido significativamente en la jurisprudencia peruana.
Casos como la Casación N° 426-2019/Loreto han reafirmado la importancia de
la rehabilitación como fin de la pena, argumentando que las penas privativas de
libertad deben acompañarse de programas que fomenten la reintegración
social del condenado. La Corte Suprema ha interpretado que el NCPP
establece una visión más equilibrada entre la sanción y la prevención.

2.5 Aplicación de la Finalidad de la Pena en la Jurisprudencia Peruana


En Perú, la jurisprudencia incorporó en su desarrollo mejores
interpretaciones de la naturaleza de la finalidad punitiva, lo que incluyó la
reinserción y la rehabilitación social para complementar su visión de
proporcionalidad y justicia. Obras decisivas de la Corte Suprema y el Tribunal
Constitucional han sentado las bases para una visión de la punicion que no
solo castigue, sino también se esfuerce por no repetirse y reintegrar a su vida
normal al autor.

2.5.1. Casación N ° 92-2017/ Lima


En esta casación, la Corte Suprema recordó que a la hora de ejecutar
castigos privativos de libertad, la decisión debe basarse en la resiliencia. Dijo
específicamente en la sentencia que el Estado debe ofrecer programas de
rehabilitación mientras alguien esté en prisión, destacando que se debe
proporcionar a las partes una herramienta con la que restablecerse como un
miembro funcional de la sociedad después de cumplir una pena impuesta.
Asimismo, en este documento, la Corte también señaló la importancia de la
magnanimidad no solo como justicia, sino también como factor que haga
posible o fácil la reinserción.
2.5.2. Casación N ° 1587-2018/Junin
En esta oportunidad, la corte se ocupaba del caso de un joven infractor,
y, en general, puso un acento especial en la necesidad de mantener la
recomendación en su necesidad de capacidad de rehabilitación. En esta
casación, la Corte Suprema hizo hincapié en que la pena que se les pone a los
convictos debe ser proporcional a la degradación, pero también abordó la
posibilidad de que el convicto sea restaurado. A juzgar por lo que se señala en
este documento, las intervenciones educativas y de resiliencia deben llevarse a
cabo en los jóvenes infractores de forma clave.
Hay que destacar que desde el punto de vista de este fallo, para los
jóvenes infractores de la ley, la rehabilitación es, en esencia, especialmente
crítica, ya que estamos discutiendo a miembros especiales de la comunidad
que tienen la oportunidad de ser redimidos y devueltos a la vida tras escrutinio.

2.5.3 Expediente N° 4531-2013-PHC/TC


En este caso, el Tribunal Constitucional reafirmó que la pena privativa de
libertad no debe tener un enfoque exclusivamente punitivo, sino que debe
orientarse hacia la rehabilitación del condenado. El fallo destacó que la pena no
puede despojar a los condenados de su dignidad humana, y que las
condiciones de su encarcelamiento deben cumplir con estándares mínimos de
respeto a sus derechos humanos. El Tribunal reiteró que la resocialización es
un mandato constitucional, y que las autoridades penitenciarias tienen la
obligación de implementar programas adecuados para facilitar este proceso.

2.5.4 Casación N° 426-2019/Loreto


En este caso, la Corte Suprema revisó la aplicación de penas
alternativas como la libertad condicional, destacando su importancia en la
promoción de la resocialización. La Corte indicó que estas penas deben ser
utilizadas de manera preferente cuando las condiciones lo permitan,
especialmente en casos en los que el condenado haya mostrado signos de
rehabilitación. Se argumentó que las penas alternativas a la prisión no solo
benefician al condenado, sino también a la sociedad, al evitar el hacinamiento
carcelario y facilitar la reintegración.
2.5.5 Casación N° 315-2016/Callao
Este fallo abordó el principio de proporcionalidad, reafirmando que la
finalidad de la pena no puede limitarse al castigo, sino que debe promover la
rehabilitación del infractor. La Corte argumentó que, en los casos en los que el
condenado muestre disposición a cambiar, la pena debe adaptarse para
facilitar su reinserción. En este caso, se concluyó que la imposición de penas
desproporcionadas afecta la resocialización y puede ser contraproducente para
la prevención del delito.
El Tribunal Constitucional ha establecido jurisprudencia clave en la
interpretación de la finalidad de la pena, señalando que la rehabilitación es un
derecho fundamental del condenado. En diversos fallos, ha subrayado que el
Estado tiene la obligación de proporcionar medios para que los condenados
puedan reinsertarse en la sociedad. Además, el Tribunal ha interpretado que
las penas no pueden ser impuestas de forma arbitraria, y deben tener en
cuenta el potencial rehabilitador del individuo.

2.6 La Resocialización como Eje Central en el NCPP


El Nuevo Código Procesal Penal (NCPP), promulgado en 2004, coloca la
resocialización como un eje central en la política penal del Perú. El objetivo
fundamental de las penas privativas de libertad, según el NCPP, no es solo
castigar al infractor, sino también rehabilitarlo y prepararlo para su reinserción
en la sociedad. Este enfoque se alinea con el principio de humanización de la
pena, contenido en la Constitución de 1993, que establece que el sistema
penal debe tener un fin correctivo y preventivo, más allá de la mera retribución.
El NCPP promueve un equilibrio entre los intereses de la sociedad en la
sanción del delito y la posibilidad de que el condenado sea reeducado. El
artículo 139 de la Constitución Política del Perú subraya que las penas
privativas de libertad deben cumplir con la reeducación, rehabilitación y
reincorporación del condenado. Así, el NCPP ha ido adoptando un enfoque de
justicia restaurativa, centrado en la reparación de las relaciones afectadas por
el delito y en la reintegración del delincuente a la sociedad, a fin de evitar su
reincidencia.
El NCPP establece mecanismos que favorecen la resocialización, como
las penas alternativas a la privación de libertad, que buscan evitar el
encarcelamiento en casos donde no es absolutamente necesario. Entre estas
medidas se encuentran:
 Libertad condicional
 Trabajos en beneficio de la comunidad
 Programas de tratamiento de rehabilitación, que son fundamentales para
la reintegración social de los condenados.
Estas medidas no solo ayudan a reducir el hacinamiento en los centros
penitenciarios, sino que también permiten a los infractores cumplir su pena
mientras contribuyen positivamente a la comunidad, facilitando su retorno al
entorno social sin los efectos negativos de un encarcelamiento prolongado.

2.7 Política de Resocialización en el Sistema Penitenciario


El sistema penitenciario del Perú a través del mandato del NCPP tiene
programas destinados para la cualificación laboral, educación y terapia
psicológica de los internos con el objetivo de hacerlos regresar a su
comunidad. Sin embargo, la efectividad de tales programas es limitada debido
a la falta de infraestructura y sobrepoblación, quienes cierran la posibilidad de
la adecuación.
Según Díaz Aranda: “aunque, la legislación en general establece un
marco normativo adecuado para la resocialización, la falta de presupuesto
continúa siendo un obstáculo crítico para su efectivo cumplimiento”. A pesar de
los esfuerzos del NCPP por admitir la reincidencia, para el Perú sigue siendo
un problema. Según las estadísticas del Instituto Nacional Penitenciario:
“muchos reclusos reinciden en la delincuencia después de cumplir con la
condena”.
Signifies que el proceso de reintegración en la actualidad es simulado y
obligados sean reintegrarse por reincidentes. En este sentido, el derecho penal
peruano ha enfatizado la necesidad del Estado de proporcionar a los detenidos
condiciones mínimas para vivir y oportunidades reales para la reintegración en
la sociedad.
3. RESULTADOS. (casación + teoría y resultados). (20 páginas
máximo)
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